Fullsand Caso preparado por el Dr. Roberto Díaz Ruiz, con fecha octubre del 2015 Este caso ha sido dispuesto para servir de base de discusión y no como ilustración de la gestión, adecuada o inadecuada, de una situación determinada. Estaba Joaquín Matienzo revisando los embarques de ese día antes de dirigirse a dar su conferencia al Tec de Monterrey, fue a recoger unos papeles con su asistente para después subir a su auto, camino al Tec iba pensando en lo que les diría a los alumnos, lo que les preguntaría, había tanto que contar, tantas anécdotas, así que mientras manejaba iba recordando. Joaquín se inició en el mundo de las ventas desde los nueve años con los productos de Avon, su madre trabajaba en esa empresa. También vendía paletas de dulce en la escuela y a sus amigos. Más adelante, junto con un amigo, lavaba tinacos en las vacaciones. También vendió pulseras de colores y cintas de plástico en la escuela. Cuando estaba en la preparatoria surgió la moda de los pantalones de mezclilla, misma que no desaprovechó. Llegó a tocar las puertas grandes corporativos como Calvin Klein en Nueva York, para pedir citas y poder traer sus pantalones de mezclilla a México, en muchas empresas ni siquiera lo recibieron, pero eso no lo desanimaba, estaba seguro que el negocio estaba en traer pantalones de mezclilla de moda a México. “Me cuesta mucho trabajo recibir un “no” como respuesta. Si no puedo entrar por la puerta, lo intento por la ventana”, señala. Al final logró lo que quería y regresó a México con una buena cantidad de pantalones de mezclilla que pudo comprar. Llamó a su negocio Fashion Jeans, fue cuando Joaquín se convirtió empresario. Contrató a sus compañeras de la prepa para que modelaran los pantalones y se anunció en el periódico de la escuela Cuando llegó el momento de elegir carrera, fue natural para él, Administración de Empresas, misma que cursó en la Universidad Anáhuac, el negocio fue creciendo y su catálogo se incrementó de solo pantalones de mezclilla a corbatas, cinturones y hasta calcetines de rombos (casi no llegaban a México pero estaban de moda en EEUU). Sus mismas compañeras de salón le ayudaban con las ventas y todos salían ganado. Ahora, ya con 52 años pensaba “Creo que nunca he emprendido un negocio que no haya sido rentable, sin que eso signifique que no haya cometido errores” Algunos de los negocios en que también incursionó fue la comercialización de autos y motocicletas así como la venta de casas. En 1985 decidió convertirse en inversionista y metió todo su dinero a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), donde lo perdió, a sus 25 años estaba terminando la universidad y se había quedado sin un centavo. Finalizando la universidad se fue de vacaciones a Cancún, esas vacaciones marcaron su vida para siempre. Se dio cuenta que la moda de los trajes de baño de playa para hombres se definía en una sola palabra “horribles”, ahí estaba la oportunidad. Le comunicó a su familia que quería vender shorts, el Sr. Antonio Mina, esposo de su tía, su padre de refacción y su primer mentor, se ofreció a ayudarle, él se dedicaba a la fabricación uniformes industriales, él fue quién le enseñó todo el proceso de fabricación de la ropa. Para generar recursos, Joaquín se pudo dedicar por ratos a vender vinos importados logrando ahorrar 500,000 pesos, consiguió un taller de tres máquinas en Toluca, Estado de México, compró la tela que necesitaba, creó un molde y fabricó 500 piezas de su primer producto: un short tricolor (blanco, aqua y azul). El empresario “La diferencia que logra los emprendedores está en el resultado” Joaquín Matienzo. Su primera anécdota como empresario se dio cuando Joaquín pudo viajar con sus abuelos a Cancún, decidió que podía buscar colocar su primer lote de shorts. No vendió nada, pero sí consiguió un cliente en Veracruz que se quedó con todos los productos. Nunca le pago ni le regresó la mercancía. Así que tuvo que pedir un préstamo y volver a comenzar. Dio de alta su empresa, Matienzo México, S.A. de C.V. logró contratar a dos diseñadores, y creó su primera marca de ropa: Baltic Wear. “Era peor que una marca patito, pero así empecé”, recuerda “No temas al arrancar sin nada, yo he empezado sin dinero, eso siempre sale de una u otra forma” Joaquín Matienzo. Joaquín decidió regresar a Cancún con una nueva (y mejorada) producción de shorts. Fue tocando de puerta en puerta a los locales comerciales de la zona turística. Logró vender todos los shorts, además que logró obtener contactos. Muchos de ellos hoy en día le siguen comprando sus productos. Desde un inicio Joaquín aprendió a hacer todo en la empresa, desde la operación hasta la administración, es una persona que le gusta estar en la acción, al grado que no tiene oficina, cuando necesita recibir a alguien lo hace en una sala de juntas. Lograr venderle a las tiendas departamentales. Gracias a las ventas de Cancún, pudo incrementar la operación. Se fijó como meta venderle a las grandes tiendas departamentales pero tenía varios factores en contra, el primero era que tenía una marca totalmente desconocida, el segundo era que no había moda de playa y por último la gente del área de compras acostumbraba esgrimir el slogan “aquí sólo tenemos marcas de prestigio”, por lo que su mayor tarea para cerrar el trato con ellos era convencerlos que la gente los compraría, que quizá Baltic Wear era una marca que no conocían y debían tenerla, principalmente porque incluía un diseño y calidad mucho mejor que las marcas de importación además que estaba a la mitad de precio que esas otras marcas. Esto también le enseñó que debía adoptar la estrategia de posicionar la marca como extranjera. Las primeras tiendas que confiaron en Baltic Wear fueron El Palacio de Hierro y Grupo Marti. Tiempo después Liverpool. Renovación total Llegó un momento en que Baltic Wear era una marca sumamente rentable que estaba en todas las playas de México, tenía líneas de negocio de marcas propias y hasta se exportaba a Europa y Centroamérica. Pero Joaquín no estaba conforme, algo le hacía falta. Estuvo meditando al respecto hasta que llegó a la conclusión de que lo que le faltaba era una marca sólida. Primero buscó comprar la licencia de una marca norteamericana de ropa llamada Side out, misma que vendía 15 veces más que Baltic Wear. Tuvo dos reuniones con los empresarios de Side out, aunque su empresa era pequeña en comparación, logró obtener la licencia maestra sin pagar nada de inicio. Solo bastó con firmar un contrato, acordar los mínimos de ventas y cuotas de publicidad. “Sí hay que saber vender la empresa y el proyecto, pero no olvides que la saliva se acaba a la primera y si no tienes con qué respaldar el ‘salivazo’ pues no hay segunda oportunidad. Paso por paso tienes que estar a la altura de cada expectativa” Joaquín Matienzo. A los pocos días de haber llegado de cerrar el trato logró una cita en las oficinas centrales de Liverpool. Llegó completamente “Armado”, fotos, muestras, publicaciones internacionales, precios, planes de ventas, etc. etc. Le compraron absolutamente todo. Ahora tenía que cumplir, parte del pedido lo hizo él, otra parte la importó y otra parte le maquiló su tío. Un error en el camino Con buenas ventas y la marca Side out como socio, en 1993 Joaquín decidió abrir sus propias tiendas, decidiendo hacerlo en la Ciudad de México y área metropolitana. Para esto convenció a su suegro y a su cuñado que le apoyaran con capital inicial, eligiendo como puntos de venta Plaza Satélite, en el Estado de México y Centro Santa Fe en el D.F. Esta modalidad de negocios le era totalmente desconocida, ya que hay que pagar un guante (pago por derechos de arrendamiento o pago a cambio del traspaso del local), remodelación del local, rentas adelantadas y en el caso de Centro Santa Fe, como aún no se inauguraba, tenía que aguantar los primeros meses sin vender nada, era una plaza comercial nueva y el local estaba en el segundo piso donde no había más que tres locales, y casi no tenía flujo de clientes. Entonces, se acercó a Nacional Financiera que aportó 50% del capital necesario para la operación de las tiendas. Por cerca de 15 meses no pudo pagar la renta. Con las tiendas Joaquín perdía dinero y debía solventar la operación con el flujo de la fábrica. Su mayor preocupación eran sus socios, así que les tuvo que hablar claro. Sus socios lo apoyaron y Joaquín dio resultados. Ya para 1999 Joaquín arrancó un plan de diversificación, lanzando una línea de ropa para mujeres aún con la marca Side out. La licencia de uso de la marca Side out estaba pactada de 1991 a 2003, solo que en el 2000 la empresa estadounidense quebró, otros empresarios compraron la marca pero solo se dedicaron a vender la marca sin crear nuevos diseños o productos, por lo que Joaquín decidió terminar la sociedad ese mismo año Fullsand Durante el año 2000 Joaquín armó un nuevo equipo de inversionistas, compuesto por un empresario brasileño, un canadiense y un estadounidense, entre los cuatro crearon una nueva marca que “estuviera a la altura del nuevo milenio”. La idea era no estar casado con ningún deporte, sino con todas las actividades relacionadas con las vacaciones: nadar, correr, jugar, asolearse, caminar y divertirse, además de dar la imagen de ser una marca internacional. Side Out es una marca muy identificada en los Estados Unidos dentro del deporte del Voleyball. La inspiración del nombre Fullsand se dio gracias a un término usado en ese deporte para los tiempos fuera: full, de 30 segundos, y sand, de 15 segundos. La nueva marca era fácil de pronunciar en español, inglés y portugués; era global y tenía su base en California, ya que desde ahí, los socios operaban un despacho de diseño, en cuestión de un año la empresa ya contaba cuatro tiendas y 30 empleados Cuando Joaquín decidió a terminar la relación con Side out determinó no dejar con las manos vacías a sus clientes, llegaría con la marca Fullsand. Gracias a su experiencia en la industria, ahora su modelo de negocios estaba establecido en no tener inventario, sólo producir lo que sabía que iba a vender o que ya estaba vendido. Ya para estas fechas la empresa ya contaba con otros competidores en México como Ocean Pacific, por lo que el cliente final, al no encontrar la marca Side out, prefería la segunda marca que conocía y esta no era Fullsand. Las devoluciones comenzaron y el negocio entró en crisis. La estrategia de reacción fue bajar los gastos al máximo. Otra estrategia para enfrentar la crisis fue la de fabricar ropa de marca propia para empresas y crear nuevas marcas para entrar a tiendas departamentales que se enfocan a un mercado de menor ingreso. Para acabar de salir de la crisis Joaquín decidió abrir más tiendas propias llegando a contar en 5 años con 26 nuevas tiendas. “Estuve tres años sin ganar dinero, pero jamás perdí ni deje morir la empresa”, dice. Gracias a estas nuevas aperturas la marca se posicionó y con el tiempo logró entrar nuevamente en las grandes cadenas. Actualmente él es el único dueño de la marca Fullsand, ya que sus socios salieron de la empresa. Sus negocios ahora están divididos en Matienzo México, la comercializadora que se encarga de diseñar, fabricar o mandar a fabricar a talleres externos y la venta al mayoreo. Las tiendas Fullsand, que funcionan como franquicias al incluir socios o inversionistas. Fullsand como marca. Mirando hacia el futuro Joaquín cuenta actualmente con 52 años, Fullsand tiene presencia en todas las departamentales del país, opera 35 tiendas propias en el territorio nacional (que aportan la mayor parte de sus utilidades), vendiendo líneas completas de ropa de playa para caballero, dama, niños y bebés con tallas que van desde 6 meses hasta la XXXL. Su línea de productos abarca trajes de baño, playeras de algodón, wet shirts, faldas, blusas, vestidos, pareos, accesorios para niñas, sombreros, bolsas y goggles. Buscando convertirse en una marca líder en protección solar, hoy en día toda su ropa cuenta con certificación para evitar los rayos UV y están próximos a lanzar su línea de protectores solares La empresa cuenta hoy en día con cerca de 250 personas, la mitad de ellas trabaja en las oficinas y la otra mitad en las tiendas. Las preguntas El en transcurso del día Joaquín ha pensado cinco preguntas que hacerle a los alumnos del Tec, con la única restricción de no involucrar nada que tenga que ver con redes sociales: Vayan, conozcan las tiendas, a las tiendas departamentales, conozcan los productos, conozcan Fullsand 1. Hemos ido abriendo el mercado, iniciamos con shorts para caballero, siguió la línea completa de playa para caballero, luego la línea completa de playa para dama, después el lanzamiento de las líneas para niños y bebés, más adelante el retail, finalmente pasamos de ser una marca de ropa de playa y vacaciones a una marca de protección solar al aire libre, ¿Qué sigue? 2. Somos una marca muy conocida en el D.F., medianamente conocida en las ciudades grandes de provincia y poco conocidos en provincia. a. ¿Qué tendría que hacer Fullsand para tener más presencia en el resto de la república? b. Elabora un FODA de la empresa 3. Comenzando a pensar en salir del país, ¿En qué países empezarías? y ¿Cómo le harías para penetrar esos lugares? 4. Se acercaron a Joaquín los directores de un fondo de inversión muy fuerte ofreciéndole invertir en su empresa la cantidad de dinero que el solicitara (el monto no es problema), pero tiene que presentar un plan para crecer 10 veces su tamaño actual en 5 años. Si tú fueras el Sr Matienzo, más o menos, ¿Cuánto dinero necesitarías? ¿en qué utilizarías el dinero? Justifica tu respuesta.
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