Precio: $10 Año 2 Número 29 (no Cambiemos) Del 4 al 22 de Publicación quincenal de izquierda popular noviembre de 2015 Precio solidario: $15 @PatriaGrandeArg Patria Grande www.patriagrande.org.ar NO DA LO MISMO EDICIÓN ESPECIAL BALOTAJE La izquierda popular ante el balotaje del 22 de noviembre, llama a votar al FPV para enfrentar la posibilidad de que la nueva derecha argentina llegue al gobierno. MACRI JAMÁS 2 En este número... EDITORIAL Colectivo Editorial: Tristán Basile, Ulises Bosia, Diana Broggi, Juan Manuel Erazo, Ignacio Gelso, Verónica Ibáñez, Manuel Martínez, Cecilia Pato, Julia de Titto, Pablo Wahren. Diseño y diagramación Ignacio Fernández Casas y Gonzalo Nogués. Cambio es una publicación de PATRIA GRANDE. Se realiza bajo licencia de Uso Creativo Compartido. Está permitida la copia y utilización de la obra siempre y cuando se mencione la fuente y no se utilice con fines comerciales. Las notas firmadas no reflejan necesariamente la opinión del colectivo editorial. nuestro pueblo podrá hacer nacer un proyecto político transformador. Nunca nos identificamos con el kirchnerismo, a quien le reclamamos que abandone sus ilusiones en un “capitalismo en serio” y en el “empresariado nacional” que debería construirlo; que se despegue de las estructuras del Partido Justicialista que hoy se preparan para su -largamente calculada- vendetta y que se deje transformar por la movilización y la participación social. En especial a las organizaciones del campo popular que hacen política a su interior, un año atrás les propusimos construir una candidatura unitaria del campo popular para enfrentar Podés conseguir en Ciudad de Buenos Aires: Constitución Balvanera Barracas Boedo Almagro Flores Ciudad Oculta Villa 1.11.14 Parque Avellaneda V. del Parque Villa Urquiza Lugano Parque Centenario Loma Alegre Parque Patricios Universidad de Buenos Aires Instituto Superior Joaquín V. González ENS Nº1 ENS N°2 Mariano Acosta ENS Nº7 Universidad Nacional del Arte Barrio Carlos Mugica. Provincia de Buenos Aires: La Matanza: La Tablada González Catan Villa Celina Lanús: Lanús Centro Villa Caraza Florencio Varela: Barrio Santa Rosa Lomas de Zamora: Barrio Mariano Moreno Barrio Miró Universidad Nacional de Lomas de Zamora Quilmes Berazategui En- el previsible giro conservador que se materializó en la figura de Scioli. Sin embargo, somos claros: no da lo mismo. Un gobierno del PRO representa un retroceso mucho mayor, para nuestra clase trabajadora, para los intereses nacionales, para las perspectivas de integración continental. El PRO es el proyecto predilecto del poder económico nacional e internacional, de toda la nueva derecha continental. Las próximas tres semanas serán de campaña, junto a muchísimas personas independientes, organizaciones y personalidades. Sumate, participá, multiplicá, difundí. Sentí la satisfacción moral de un acto de patriotismo. senada San Martín: Centro La Cárcova Barrio Independencia Vicente López San Isidro Escobar: Villa Alegre Morón Moreno: Centro General Rodríguez Barrio Villa Ángela Luján: Centro Centro Cultural “José Artigas” Barrio Villa del Parque Barrio San Fermín Barrio Ameghino Universidad de Luján Chivilcoy: Centro Cultural La Ronda San Andrés de Giles San Miguel: Universidad Nacional de General Sarmiento Pinamar Tandil La Plata: Centro Centro Social y Cultural “Olga Vázquez” Universidad Nacional de La Plata Barrio Los Hornos Abasto Mar del Plata: Centro Cultural “América Libre” Centro Barrio Gral Pueyrredón Barrio Palermo Barrio Gral Pueyrredón Universidad Nacional de Mar del Plata. Santa Fe: Rosario: Centro Barrio Bella Vista Barrio Hospitales Universidad Nacional de Rosario Casilda Santa Fe. “ Creo que vivir quiere decir tomar partido. Quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano y partisano. La indiferencia y la abulia son parasitismo, son cobardía, no vida. Por eso odio a los indiferentes. Antonio Gramsci “ N o elegimos esta disyuntiva, nunca la hubiéramos querido. Scioli y Macri, cada uno a su manera, encarnan un retroceso real respecto de los últimos doce años de gobiernos kirchneristas. Pero no nos quedamos en la comodidad del mundo de nuestras propias ideas, en la política de la indiferencia y la insensibilidad social y continental, creyendo que aportamos a modificar la realidad en algo diciendo que “son lo mismo”. Asumimos que construir una izquierda popular significa hacer política en un mundo ordenado por fuerzas ajenas -la mayor parte de las veces adversas-, en medio de cuyas contradicciones Córdoba: San Juan: Córdoba Capital: Centro Barrio Güemes San Juan: Centro Cultural “El Barro” Barrio Alberdi Barrio Ciudad Oculta Barrio Observatorio Sede Universidad Nacional de Villa María Universidad Nacional de Córdoba Villa María: Universidad Nacional de Villa María Río Tercero: Barrio Escuela Barrio parque Montegrande Malvinas Argentinas Juárez Celman. Santiago del Estero: Universidad Nacional de Santiago del Estero Barrio La Católica. La Pampa: Gral Pico Santa Rosa Universidad Nacional de La Pampa Neuquén: Neuquén San Martín de Los Andes Universidad Nacional del Comahue. Río Negro: Bariloche Cipolleti Fiske Menuco (General Roca) Universidad Nacional del Comahue. Universidad Nacional de San Juan Calingasta. Salta: Salta: Centro Universidad Nacional de Salta. Jujuy: San Salvador: Barrio Coronel Arias. Tucumán: San Miguel de Tucuman Corrientes: Corrientes: Centro Universidad Nacional del Nordeste. Chaco: Resistencia: Centro Universidad Nacional del Nordeste. Misiones: Posadas. ESCENA NACIONAL 3 Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 2 Número 29 Del 4 al 22 de noviembre 2015 Declaración de PATRIA GRANDE ante el balotaje Derrotemos a Macri y al avance de la nueva derecha argentina Las elecciones del 25 de octubre sorprendieron a todos y todas. El ajustado primer lugar de Scioli frente a Macri, y el inesperado triunfo de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, modifican el mapa político del país, y nos colocan frente a un balotaje en donde el PROCambiemos puede ganar la presidencia de la Nación. M auricio Macri y el PRO son claramente la expresión partidaria que expresa más cabalmente los intereses del capital concentrado y la oligarquía en la política argentina. Basta ver su gestión en la Ciudad de Buenos Aires, su posicionamiento frente a toda conquista popular, su alineamiento directo con la embajada norteamericana y las grandes empresas que operan en nuestro país. Es evidente que es el candidato favorito del establishment. Un triunfo de Macri significaría no sólo un gran retroceso para nuestro pueblo, sino también un duro golpe a los procesos revolucionarios abiertos en América Latina, ya que a nadie se le escapa que Macri es un abierto conspirador contra los gobiernos de Cuba, Venezuela o Bolivia e impulsor de proyectos como la Alianza del Pacífico que revitalizan y refuerzan la dependencia económica y política de la región con Estados Unidos. Ningún analista, ninguna fuerza política, ningún medio de comunicación previeron este escenario. Ya habrá tiempo para analizar las causas profundas de este resultado. Pero más allá de las razones por las cuales un sector importante de la población votó la opción liderada por el PRO, es indudable que este escenario se explica por una alta cuota de responsabilidad de la conducción del Frente para la Victoria. Elegir a Daniel Scioli como candidato oficial, con la tesis de que un personaje más moderado sería mejor para enfrentar a las propuestas más derechistas, se demostró inútil. De esa manera la conducción del kirchnerismo terminó imponiendo un candidato que expresa un claro giro conservador, al mismo tiempo que fue y es ampliamente resistido por parte de su militancia. Pero las causas no son sólo los candidatos elegidos. Por un lado en estos doce años el kirchnerismo no se planteó seriamente apoyarse en la movilización popular, ni modificar la estructura política que lo sustentó. El Partido Justicialista, sus gobernadores, intendentes, las estructuras sindicales burocratizadas se mantuvieron intactas, a tal punto que están esperando la salida de Cristina para tomarse revancha contra buena parte de la militancia genuina que se ha sumado al FPV en estos años. ¿Quién sino la conducción del propio FPV es responsable de esta situación? Por otro lado, su proyecto se enfrenta hoy con las propias limitaciones de cualquier “capitalismo nacional con inclusión”, es decir, con los límites fatales de una política económica que no se propone conmover las bases estructurales de la dependencia, miseria y desigualdad nacional, sino solamente paliar sus consecuencias. El mismo gran empresariado con el que el kirchnerismo esperaba construir una utópica “burguesía nacional”, ahora vuelve a traicionarlo y se alinea detrás de Macri, juzgando que con él va a encontrar mayores posibilidades de avanzar contra las conquistas de la clase trabajadora. Como decía Hugo Chávez, “aquí hay sólo dos caminos: o capitalismo o socialismo”. Finalmente, la política de colaboración con el PRO en la Ciudad de Buenos Aires, acordando en numerosas ocasiones en la Legislatura porteña, también emerge en el escenario actual. ¿De qué sirvió fortalecer a la nueva derecha macrista en la capital del país en los últimos ocho años? Lo cierto es que las consecuencias negativas de las limitaciones del proyecto kirchnerista, las sufriremos las amplias mayorías de la población. Esto no quita que las fuerzas populares que no formamos parte del FPV no debamos hacer un balance autocrítico sobre nuestras limitaciones y dificultades para intervenir durante los últimos años. Pero de ninguna manera aceptamos que se equiparen nuestras responsabilidades con las de la conducción del FPV y buena parte de sus cuadros, ante el dramático escenario planteado en la definición del próximo presidente de la Nación. No obstante estos señalamientos, creemos que el 22 de noviembre está en juego algo importante en nuestro país, frente a lo cual las fuerzas populares y de izquierda no podemos ser indiferentes ni neutrales. Un gobierno de Scioli, ya lo hemos dicho, representará un retroceso, y deberemos enfrentar cualquier intento de ajuste y ataque a nuestros derechos. Pero un gobierno de Macri abre la posibilidad de un retroceso aún mayor, que sería una dura derrota política y simbólica para nuestro pueblo, y nos colocaría en una situación cualitativamente distinta. Entendemos que ambos candidatos generan un rechazo lógico, por su recorrido y porque ambos expresan un giro conservador, pero sostenemos que no es lo mismo para el campo popular la victoria de uno por sobre otro. Por eso rechazamos el llamado al voto en blanco que hacen distintos referentes políticos de la izquierda, y creemos que es una política completamente equivocada. Scioli y Macri pueden parecerse mucho en sus estilos y trayectorias, pero en el balotaje no se elegirán sólo personas. No es lo mismo un gobierno del FPV, aún en el marco de una salida conservadora, que un gobierno del PRO. Decimos esto desde nuestra propia trayectoria: hace un año denunciamos el giro a la derecha del conjunto del sistema político que hoy está en curso, y propusimos a toda la militancia popular la construcción de unas amplias primarias abiertas para enfrentarlo. No tuvimos respuestas. Ante esa situación, decidimos no participar como fuerza en la elección presidencial, pero tanto en las PASO de agosto como luego en octubre, llamamos a votar a los candidatos presidenciales del campo popular. En octubre eso nos llevó a llamar a votar a Nicolás Del Caño, el único candidato que no expresaba este giro conservador y antipopular. Este 22 de noviembre no nos da lo mismo que la nueva derecha argentina, alineada con las oposiciones conservadoras y golpistas de América Latina, gane la presidencia del país. No nos da lo mismo tener un gobierno alineado con la política norteamericana de desestabilización contra la Revolución Bolivariana, contra los procesos de cambio, y opuesto a cualquier perspectiva de integración latinoamericana. No nos da lo mismo la llegada al gobierno de un partido de laboratorio nutrido con lo más conservador de la política nacional, de clara orientación neoliberal. No nos da lo mismo un gobierno que pretende pagarle a los fondos buitres en sus propios términos, que anuncia explícitamente que pretende devaluar, reducir los impuestos a las grandes riquezas, sacar las retenciones y reducir el gasto público. No nos da lo mismo un gobierno que, diga lo que diga en medio de la campaña electoral, durante años votó en el Congreso de la Nación contra los principales avances de los últimos años: la estatización de las AFJP, la expropiación de YPF, el matrimonio igualitario, la Ley de Medios, la Asignación Universal por Hijo, etc. Finalmente, estamos convencidos y convencidas que la clase trabajadora y el pueblo estarán en mejores condiciones de pelear y resistir cualquier ajuste en un gobierno del FPV, que en un gobierno del PRO. Será tarea del conjunto del campo popular seguir organizándonos como pueblo, fortaleciendo la unidad de las diferentes organizaciones y elevar el nivel de movilización “ Creemos que el 22 de noviembre está en juego algo importante en nuestro país, frente a lo cual las fuerzas populares y de izquierda no podemos ser indiferentes ni neutrales. Un gobierno de Scioli, ya lo hemos dicho, representará un retroceso, y deberemos enfrentar cualquier intento de ajuste y ataque a nuestros derechos. Pero un gobierno de Macri abre la posibilidad de un retroceso aún mayor, que sería una dura derrota política y simbólica para nuestro pueblo, y nos colocaría en una situación cualitativamente distinta. y protagonismo popular, no sólo para resistir lo que venga, sino también para construir un proceso emancipatorio para y desde las mayorías sociales de nuestro país. Por eso, el próximo 22 de noviembre, votaremos la fórmula del FPV en el balotaje, y llamamos a todas las fuerzas populares y de izquierda a realizar una fuerte campaña en contra de un posible triunfo de Mauricio Macri. Y el lunes 23 de noviembre, gane quien gane, estaremos más convencidos y convencidas que nunca para salir a las calles a seguir peleando junto a todos aquellos militantes del campo popular que estén dispuestos a enfrentar cualquier política de ajuste, construyendo una izquierda popular en la Argentina, que camine a paso firme hacia nuestra segunda y definitiva independencia. 4 ESCENA NACIONAL Las elecciones arrojaron un resultado sorpresivo. El escenario más previsible se desvaneció en el aire con el correr de la madrugada y nos dejó un nuevo panorama: por un lado, una derrota política para el kirchnerismo, y por el otro, la posibilidad cada vez más cierta de que Macri se convierta en el próximo presidente. La sorpresa es parte de la política. Sin embargo, estos resultados no se edificaron de la noche a la mañana. Por Martín Ogando E stas elecciones generales se desarrollaron en el marco de un claro giro conservador en el conjunto del sistema político argentino. Este viraje a la derecha es producto, en términos generales, de dos fenómenos entrelazados: el agotamiento de la experiencia estatal kirchnerista, por sus propias contradicciones, pero también por un cambio en la coyuntura económica internacional; y la demanda, por parte de lo más concentrado del capital local y extranjero, de dejar atrás el ciclo abierto en 2001, marcado por los condicionamientos que el movimiento popular fue capaz de imponer a partir de la crisis de representación de los partidos tradicionales y la conflictividad social previa. El kirchnerismo resulta inexplicable sin aquella convulsiva coyuntura, de la que emergió marcado por su característica dualidad: agente de la recomposición del consenso y del ciclo de acumulación de capital –devaluación mediante-, pero sobre la base de viabilizar la ampliación de derechos y la satisfacción de algunas demandas populares postergadas. Tanto Scioli como Macri y Massa, expresan de manera diferente esta tendencia regresiva, y por lo tanto, es posible hablar de un fin de ciclo. Los acontecimientos que van desde las movilizaciones contra el neoliberalismo hasta las luchas populares de 20012003 son una marca indeleble “ Hace tiempo que los discursos oficiales han dejado de lado la idea de “ir por más” o “profundizar” los logros, para sustituirlos por la necesidad de conformarse con lo que hay, de cuidar lo que tenemos y de no volver atrás. Frente a eso Macri usufructuó el discurso del cambio. en el origen del kirchnerismo y de su lógica de producción de consenso y acumulación política. Estas marcas se han actualizado más de una vez en los vaivenes gubernamentales, y es con estas oscilaciones y ambiciones de “excesiva” autonomía con las que una fracción dominante del capital reclama terminar. Este vínculo íntimo y a la vez complejo entre el kirchnerismo y aquella crisis estatal, nos ayuda a entender parte del odio enconado de la mayoría de una clase dominante que, en sus intereses económicos primordiales ha sido resguardada y favorecida por los gobiernos de Néstor y Cristina. Es sobre la base de aque- lla relación de fuerzas que se han desenvuelto proyectos, confrontaciones partidistas, intereses de grupo, choques, disputas concretas y por supuesto, narrativas político-ideológicas que mostraron gran productividad social, como la que ha demarcado el campo de la polarización kirchnerismo–antikirchnerismo. Arriesgamos antes la hipótesis de que estamos frente a un agotamiento de esta experiencia política en la dirección del Estado, lo que de ninguna manera supone su extinción sin más como fuerza militante o como identidad. ¿En qué radica este agotamiento? Las distintas fases económico-políticas que atravesamos desde 2003 develan una verdad persistente: el kirchnerismo se alimenta de las contradicciones puestas en marcha en aquel 2001, ha mostrado gran capacidad de domarlas y gestionarlas, pero no parece la fuerza política indicada para resolverlas. Y las clases dominantes reclaman resolución. El proyecto del capitalismo nacional arrancó con un notable ciclo virtuoso, apoyado, es cierto, en un punto de partida visiblemente deprimido. Entonces, el aumento del empleo, del salario real de los trabajadores y trabajadoras, la ampliación de derechos sociales y democráticos, fue compatible con altas tasas de rentabilidad empresaria y la recomposición parcial de la institucionalidad representativa. Pero, al menos desde 2012 (aunque ya desde tiempo antes se venían acumulando múltiples tensiones), esta ló- gica se fue agotando, tanto en su viabilidad económica como en su productividad política. Estancamiento de la economía y del salario real, aumento de la inflación, déficits gemelos, fuga de capitales y presión cambiaria, fueron algunos de los indicadores que llegaron para quedarse. En este marco, su capacidad de contención política se fue resquebrajando, y en la encrucijada el gobierno tomó una orientación clara: arreglo de los litigios en el CIADI, pago al Club de París, acuerdo con el FMI para monitorear el INDEC, devaluación de enero de 2014, y también medidas políticas como el nombramiento de Berni como número dos del Ministerio de Seguridad. Todo esto fue definido en su momento por nuestro compañero Itai Hagman, como el intento de un pacto de gobernabilidad para llegar de manera ordenada al 2015. Este intento fracasó, y no por falta de voluntad del “autoritarismo” kirchnerista, sino porque Griesa puso en crisis la estrategia de volver a los mercados financieros y la oposición política rechazó la posibilidad de cualquier convivencia pacífica. Acostumbrado a hacerse fuerte en la confrontación, el gobierno se resistió a una claudicación completa, y mientras buscaba retomar la iniciativa y evitar una devaluación mayor con el auxilio de los “swap” chinos, comenzaba a delinear un plan de contingencia. Daniel Scioli fue ese plan. El cierre de filas detrás de la candidatura del gobernador bonaerense, antes hostigado y hasta denunciado como candidato de la “corpo”, es la expresión más clara de que el gobierno eligió una vía regresiva para intentar salvar las contradicciones del “proyecto”. El propio FPV creyó estar ofreciendo en la figura de Daniel Scioli el candidato “moderado” y “conciliador” que se demandaba para una nueva etapa, al tiempo que lograba permanecer con cuotas de poder en el Estado de cara al futuro. Así se configuró el escenario con un electorado obligado a elegir entre tres candidatos que tienen un gran denominador común: los tres prometen dejar atrás los gestos populistas, al tiempo que promover la inversión extranjera y garantizar un buen “clima de negocios”. Con el diario del lunes es sencillo decir que el cálculo falló y que la subordinación a la candidatura del gobernador bonaerense de poco sirvió. Paradójicamente la conducción política del kirchnerismo, constreñida por las limitaciones fatales de su estrategia, ayudó a construir el escenario que hoy amenaza con devorarlo dando lugar a un verdadero fin de ciclo. El significado del ascenso de Macri De cara al análisis concreto de los resultados electorales es importante evitar el impresionismo. Es claro que presenciamos la consolidación de un giro conservador, que si bien expresaban en cierta medida tanto Scioli como Massa y Macri, tiene en este último 5 Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 2 Número 29 Del 4 al 22 de noviembre 2015 Las razones previsibles de un resultado imprevisto a su exponente más nítido y regresivo. El voto popular, paradójicamente, ha fortalecido las posiciones de aquellos que aplicarán las recetas más regresivas y perjudiciales para sus propios intereses. Sin embargo, esto no debe ser asociado a un “giro a la derecha” del conjunto de la sociedad, ni justifica agitar fantasmas sobre la vuelta a los noventa. Las propuestas de sus economistas y las opciones parlamentarias de sus diputados han sido claras, pero en la propia campaña electoral Macri ha jugado de manera inteligente a contactar con las aspiraciones populares. Esto es característico de toda una generación de nuevas derechas en América Latina, que se esmeran particularmente por expropiar agendas populares y mostrar un rostro amigable, democrático y dialoguista. El desgaste de doce años que arrastra el oficialismo, más su propio giro discursivo, colaboró en la faena del PRO: hace tiempo que los discursos oficiales han dejado de lado la idea de “ir por más” o “profundizar” los logros, para sustituirlos por la necesidad de conformarse con lo que hay, de cuidar lo que tenemos y de no volver atrás. Frente a eso Macri usufructuó el discurso del cambio. En una campaña despojada de pasión, despolitizada y donde apenas aparecían matices entre los candidatos, la decisión pareció reducida a optar entre “continuidad con cambios” y “cambios con continuidad”. En ese marco la épica discur- siva del kirchnerismo, tantas veces eficaz, perdió potencia. Intentar interpretar el sentido del sufragio es desde ya una tarea complicada, y tal vez demasiado ambiciosa. Sin embargo, creemos que el voto a Macri no debe ser entendido como un cheque en blanco para avanzar en una política de ajuste y liberalización económica. Por más bizarro y poco creíble que haya sonado el súbito apoyo del candidato de Cambiemos a la AUH y otras medidas del gobierno, esto expresa en parte los límites dentro de los cuales debe moverse si aspira a conquistar una mayoría electoral. Y esto nos obliga a pasar nuevamente de los fenómenos de coyuntura a los más estructurales. Como ya señalamos en nuestro posicionamiento pre-electoral, el actual giro conservador opera sobre una realidad sumamente compleja, ya que no está asentado sobre una derrota decisiva de la clase trabajadora y los sectores populares. No es para nada evidente que, gane quien gane, la mayoría de la población esté dispuesta a acompañar políticas de ajuste ni relegar avances en materia de derechos. Diversas luchas protagonizadas en esta década han alcanzado mayores derechos para los sectores populares, así como otras aún esperan impostergables señales de avance. Esta caracterización supone un marco de acción importante para las organizaciones populares y de izquierda, sabiendo que lejos estamos de la “vuelta a los 90” o la resistencia en la última trinchera, y que se entrelazará de manera aún imprevisible con un escenario económico y político plagado de incertidumbres, tanto a nivel local como internacional. ¿Cómo seguir? En lo inmediato queda el breve camino hacia el balotaje. La situación de Scioli y el FPV es por demás delicada y deberá remontar una situación que hoy se le presenta muy desfavorable. Si bien el panorama está abierto, Mauricio Macri arranca como claro favorito para ganar la contienda del 22 de noviembre y recibir la banda presidencial de manos de Cristina Fernández. El escaso tiempo jugará en contra del FPV que tendrá que afrontar tareas que en sí mismas pueden resultar contradictorias. Tendrá que captar parte importante del voto a Sergio Massa, quien personalmente ya se ha ubicado entre los partidarios del “cambio”, al mismo tiempo que intentar captar los pocos puntos porcentuales progresistas y de izquierda que fueron expresados por otras listas. Seguramente desarrollará una campaña mucho más agresiva, obligado a correr de atrás, lo cual puede trastocar el clásico personaje del motonauta dotado de moderación, fe y esperanza, “que nunca habla en contra de, sino a favor”. Y todo esto intentando detener el pase de facturas y la guerra interna que ya se ha desatado, entre kirchnerismo “puro” y scio- “ El 22 de noviembre hay que votar contra Macri. Pensamos que, para decirlo sencillo, ese domingo elegiremos contra quién tendremos que luchar en las calles en el futuro inmediato, y por todo lo dicho pensamos que Macri y el PRO sería el peor enemigo a enfrentar por nuestro pueblo. lismo, entre “los jóvenes de la Campora” y la estructura tradicional del PJ, etc. Como ya hemos hecho público, desde PATRIA GRANDE entendemos que el 22 de noviembre hay que votar contra Macri. Pensamos que, para decirlo sencillo, ese domingo elegiremos contra quién tendremos que luchar en las calles en el futuro inmediato, y por todo lo dicho pensamos que Macri y el PRO sería el peor enemigo a enfrentar por nuestro pueblo. De todas maneras, la discusión más importante para la militancia popular y de izquierda es cómo seguir. El proyecto de un capitalismo nacional con inclusión ha chocado de frente con sus propias limitaciones, en lo económico y en lo político. Pero estas no son buenas noticias. La crisis de este proyecto no se debe, ni por lejos, a que se encuentre cuestionado por izquierda o superado por una movilización popular que demande las transformaciones de fondo que el kirchnerismo no era capaz de protagonizar. La salida del kirchnerismo, con Macri, pero incluso en un eventual triunfo de Scioli, será por derecha, y su costo será pagado por el conjunto de los trabajadores y trabajadoras. Las organizaciones populares estamos absolutamente en deuda por nuestra incapacidad de generar una alternativa política. Con esta deuda pendiente entraremos en la nueva etapa, preparadas para defender en las calles lo conquistado, pero con la imperiosa necesidad de un balance a fondo de la experiencia que marcó a fuego esta década. Una primera conclusión nos acompaña y fortalece nuestra convicción de lucha: no habrá cambio profundo para la Argentina y Nuestra América sin el poder popular organizado, sin el pueblo en las calles y transformando las instituciones de esta democracia restringida, no habrá cambio verdadero sin animarse a poner en cuestión al capitalismo como único horizonte de sociedad posible. Es el camino más difícil, el más largo y el más costoso, pero es el único posible. 6 ESCENA NACIONAL Entrevista a Carlos del Frade, diputado electo en Santa Fe por el Frente Social y Popular. “Los intereses detrás de Macri no tienen nada que ver con nosotros” Un debate atraviesa a la militancia popular, y al pueblo argentino en su conjunto, en torno a qué posición política asumir de cara al balotaje del 22 de noviembre. En este marco, CAMBIO conversó con Carlos del Frade sobre el escenario abierto y qué implicancias tiene para quienes peleamos por una transformación real en nuestro país. Por Federico Araya y Cecilia Pato Cambio: ¿Qué pensás del resultado de las elecciones del 25 de octubre? Carlos del Frade: Por un lado las elecciones demostraron que para nueve millones de personas que votaron a Scioli hay una continuidad del modelo y por otro lado fue una sorpresa la cantidad de votos, los casi ocho millones, que sacó Macri. Y esa sorpresa está dada, a mi entender, porque la gente que quiere un cambio, que está harta del kirchnerismo, utilizó a Macri tal como se lo había presentado el sistema: la manera de castigar al kirchnerismo. Cambiar era votar a Macri. Por eso hubo tanto silencio en las últimas dos semanas, esa “calma chicha” de que aparentemente no hay nada, en realidad no precedía a una tormenta sino a la sorpresa que se iba a generar con el voto a Macri, que fue un voto de mucha gente progresista. El caso más claro fue la provincia de Santa Fe, en donde el 14 de junio Bonfatti había sacado 700 mil votos, y hoy el que sacó esa misma cantidad, es decir con la misma suma matemática en la provincia, fue Macri. Hubo un traslado de al menos 500 mil votos que se vieron en los 200 mil que sacó Binner, votos de radicales y socialistas que fueron para Macri. Lo mismo ocurrió en la provincia de Córdoba y Capital Federal. Me parece que la sorpresa tiene que ver con el silencio vergonzante de mucha gente que no quería decir que para castigar al kirchnerismo iba a votar a Macri. En ese escenario aparece la “ En perspectiva histórica, de cara a un frente de transformación realmente revolucionario, estamos mucho más cerca de los sectores sociales y políticos que están a favor de la política de DDHH, de una jubilación digna, de la idea de soberanía, de la integración regional y de la igualdad de géneros, que son los que se mueven detrás de la imagen de Scioli. segunda vuelta, en la que según mi entender, los que somos dirigentes, tenemos la obligación de decir cómo votar, en medio de lo que decidió nuestro pueblo. Y nuestro pueblo decidió mayoritariamente que el escenario en el que hay que jugar es Scioli o Macri y, en ese sentido, en perspectiva histórica, de cara a un frente de transformación realmente revolucionario en la Argentina, estamos mucho más cerca de los sectores sociales y políticos que están a favor de la política de derechos humanos, de una jubilación digna, de la idea de soberanía, de la integración regional y de la igualdad de géneros, que son los que se mueven detrás de la imagen de Scioli; que de aquellos que están detrás de la imagen de Macri en donde ninguna de esas banderas son tomadas. Por lo tanto, de acuerdo a esta visión estratégica de un gran frente de millones para transformar la Argentina, en esa perspectiva, votamos a Scioli. C: Se entiende que Macri y Scioli expresan continuidades, que tienen ciertos elementos comunes o aristas que los confunden. Pero, ¿por qué no son lo mismo? CDF: No son lo mismo justamente porque los actores sociales que están detrás de Macri no son los mismos que aquellos que están detrás de Scioli, que evidentemente responden a sectores populares. Y porque además, lo que me parece que es fundamental, algo que venimos diciendo desde que somos candidatos desde el año 2007, es que no hay que negar lo bueno del gobierno nacional y tampoco negar lo malo. No hay que ser necios, decimos siempre. Y en ese sentido yo creo que los aspectos más positivos del gobierno nacional tienden a mantenerse y eso lo garantiza Scioli y no Macri. Así que efectivamente no son lo mismo. Por otra parte están los intereses que respaldan a Macri, ver contentos a los señores que están a favor del indulto a los genocidas, a los grandes empresarios cómplices de la dictadura y de la sangría tremenda de los despidos en la década del noventa. Eso no tiene nada que ver con nosotros. C: En distintas ciudades del país hubo una especie de reacción popular, no del todo organizada, que se plantea una postura militante para que no gane Macri. ¿Está sucediendo lo mismo en Santa Fe? CDF: Hay y va a haber sectores sociales y políticos que impulsen esta idea de Macri “NO”. Pero más allá de eso la gran discusión va a pasar por nuestro pueblo, por la gente sencilla que no está nucleada en organizaciones y que de cara al 22 van a tener tiempo suficiente para saber que el candidato es una cosa pero los intereses y los sectores sociales que cada uno representa son otros. Y ahí me parece que se van a ver las perspectivas de lo que desenvuelve la historia, que no son las grandes figuras individuales sino lo que representan, individual y colectivamente. Me parece que de cara al 22 puede haber sorpresas y efectivamente va a haber una gran movilización social. Pero el grueso de nuestro pueblo va a pensar mucho el voto y eso me parece un síntoma de conciencia y madurez interesante, cualquiera sea el resultado. C: Hay una sensación de que cambió la etapa política en la Argentina, incluso para la gente de a pie y sobre todo para las organizaciones que tienen vínculo, o tienden un puente con los sectores populares. ¿Crees que va a cambiar la forma de organización y de actividad política en los cuatro años que vienen? CDF: Yo creo que la gran pers- pectiva es ser lo más humildes posibles, lo más realistas y que especialmente los sectores de izquierda nos tenemos que acostumbrar a que para llevar adelante las transformaciones en la Argentina tenemos que ser millones. Y para eso hay que ser muy humildes, ir al encuentro con el otro, hay que disminuir los costos de las diferencias y aumentar las cercanías. Eso es fundamental. No nos alcanza con uno o dos frentes de izquierda, porque quedó claramente demostrado que no alcanza con eso. Y para eso hay que buscar lo nacional y lo popular. A mí parece que es la perspectiva de siempre, lo que nos define históricamente, sabemos que es el abrazo con los sectores que alguna vez se enamoraron de las banderas que levantaron el radicalismo y el peronismo. Y esa es la perspectiva: hay que escuchar, hay que abrirse, hay que buscar; no hay que resignar banderas pero tampoco hacer verdad de capillas o de sectas porque eso nos termina aislando. Y por más que circunstancialmente nos quedemos con nuestra militancia, ese aislamiento favorece los intereses de los capitales concentrados. ECONOMÍA POLÍTICA 7 Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 2 Número 29 Del 4 al 22 de noviembre 2015 El programa económico del PRO De “Planes sociales que no suman” a la “Asignación Universal por Hijo es un Derecho”; del “dolor” por la nacionalización de YPF a “YPF seguirá manejada por el Estado”; de afirmar que “por supuesto” privatizaría las AFJP a “las jubilaciones seguirán en manos de la ANSES”; del “futbol funcionaba maravillosamente bien antes de la intervención estatal” a “Futbol Para Todos tiene que ser gratis para la gente”. Todas esas afirmaciones pertenecen a la misma persona: Mauricio Macri. Por Pablo Wahren D ifícil entonces entre tanto globo, subtrenmetrocleta y contradicciones sacar en limpio cuál es el programa económico del PRO. Hasta ahora la estrategia del partido de los globos ha sido: (1) decir que van a mantener aquellas cosas que están bien vistas por la sociedad para no perder votos, a pesar de haberse opuesto a ellas anteriormente, (2) plantear consignas indiscutibles tales como vamos a terminar con el hambre y la pobreza sin explicar cómo piensan lograrlo y (3) acusar de “campaña sucia” cualquier crítica. Por eso a continuación trataremos de abordar el programa económico del PRO desde los hechos. ¿Qué hicieron a nivel nacional? Hasta el momento, su mayor protagonismo a nivel nacional se limitó al Congreso de la Nación. Desde allí se empeñaron en votar en contra de cada medida que implicó mayor intervención estatal. En 2006 votaron en contra de la nacionalización del sistema de aguas y la creación de Aysa. En 2008 se opusieron fuertemente a las retenciones móviles. Ese mismo año se opusieron a la eliminación de las AFJP y a la vuelta de las jubilaciones al sistema estatal de reparto. Un año más tarde votaron en contra de la Ley de Medios y una vez aprobada impulsaron su derogación. En 2012 fueron el único bloque relevante que se opuso a la nacionalización de YPF. Así fue la intervención real del PRO. Pronunciarse en contra de todas las medidas que implicaron redistribución de la riqueza, mayor control estatal y que al día de hoy son apoyadas por la mayoría de la sociedad. Lo mismo con la Asignación Universal por Hijo, donde al lanzarse por decreto no pudieron intervenir pero igual opinaron, como Ernesto Sanz que dijo que se “iba por la canaleta de la droga y el juego” o Miguel Del Sel que planteó que por cobrar el beneficio “se triplicó la cantidad de embarazos de pibitas de 13, 14 años”. ¿Qué hicieron en la Ciudad? El porcentaje del gasto educativo sobre el presupuesto se redujo desde casi un 27,4% en 2007 a menos del 20,5% previsto para 2015. En cuanto al gasto en infraestructura escolar, se registró una merma en la participación de 1,5% a 0,3%. Similar ocurre con el gasto en salud pública que bajó de casi el 22,7% del total del presupuesto en 2007 a menos del 18,2% proyectado para 2015. Otro punto a destacar es la reducción del presupuesto del Instituto de Vivienda de la Ciudad que pasó de 2,9% a 1,4%, menos de la mitad. Esto nos permite entender por qué entre 2001 y 2010 la cantidad de habitantes de las villas se incrementó en un 52% y la de inquilinos un 55%, a pesar de que en este periodo se estima que se construyeron 28 millones de m2. Asimismo el stock de deuda pasó de 570 millones en 2007 a 2.100 millones de dólares estimados para el final de este año. Cabe destacar que esta deuda fue utilizada para solventar gastos corrientes, contradiciéndose hasta con su propio discurso de eficiencia. brusco del tipo de cambio que incremente sus ingresos. Por otro lado, en las gerencias de PYMES y multinacionales ya manejan la expectativa de despedir empleados con menores trabas por parte de los sindicatos y el gobierno. La idea de devaluación se desprende inmediatamente de frases como estamos “con un retraso cambiario cada vez más importante” y de la idea de levantar el “cepo cambiario” el 11 de diciembre. Los controles a los dólares se impusieron en 2011 después de que se compraran 20 mil millones sin fines predeterminados, cerca de la totalidad de las reservas internacionales de hoy. Actualmente parte de esa fuga se va por el dólar ahorro, pero liberar la demanda por completo implicaría una presión inmensa sobre el tipo de cambio que derivaría en un salto cambiario significativo. Claro que en ese caso contaría con el mayor ingreso en concepto de exportaciones agrarias, las cuales hoy se retienen a la espera de una devaluación. Se puede esperar que el principal ingreso de divisas provenga de la deuda externa. El modelo de endeudamiento que el PRO trajo en la ciudad ya ha sido bendecido por Moody´s, una de las principales calificadoras de riesgo, que a la espera de un gobierno amarillo mejoró la calificación de la deuda argentina previendo un mejor “clima de negocios”. Cabe destacar que el gobierno nacional le deja un elixir a un gobierno pro-mercado: la deuda externa representa apenas el 10% del PBI, uno de los niveles de endeudamiento más bajo del mundo. Por ejemplo, puede endeudarse en más de 100 mil millones de dólares y apenas llegaría al 40%, un ratio considerado como normal. Sin embargo, sin reformas estructurales que requieren la planificación estatal para desafiar la estructura productiva dependiente, es de suponer que la deuda se irá acumulando y será un condicionante para la política económica argentina, como lo supo ser por varias décadas. Por último, el equipo económico del PRO ya anunció que con ellos habrá una mayor apertura comercial. No sorprendería que Argentina se sume así al acuerdo de libre comercio firmado por Estados Unidos con once países hace un mes. 10 años después del NO al ALCA, Estados Unidos puede llevar adelante su plan sobre Argentina de la mano de Mauricio Macri. Hace unos meses en esta columna dijimos que a pesar de los globos el PRO es el proyecto más ideológico de todos: la ideología PROmercado, la ideología que beneficia a unos pocos. Prontuario de los PROeconomistas ¿Qué “PROponen”? El 26 de octubre la bolsa celebró el resultado electoral con una suba de las acciones de 4,4%. Se destacaron los bancos con subas del 12%, las energéticas con subas superiores al 10% y diversas exportadoras también con subas de dos dígitos. No es casual que estos hayan sido los sectores que más reaccionaron ante un posible triunfo de Macri. Las acciones de los bancos se dispararon a la espera de que se terminen los controles sobre la tasa a la que prestan créditos, se valoricen sus tenencias de dólar futuro con una devaluación y se aceite el ingreso de capitales extranjeros. Las energéticas aguardan la liberalización de tarifas de los servicios públicos. Las exportadoras prevén un aumento Nombre: Federico Sturzenegger Antecedentes: secretario de Política Económica en el 2001. Acción destacada: anunció el recorte de 13% en jubilaciones y salarios públicos durante el gobierno de la Alianza. Frase célebre: “Si hacés un ajuste fiscal, entonces la gente va a perder su trabajo, y eso es lo que no queremos que digas. Cuando seas gobierno hacé lo que vos creas” contando los consejos que le daba Durán Barba para hablar en la televisión (16/04/2014)/ “Creemos que es mejor que el ajuste, por una vez, lo haga el sector público” después de anunciar el recorte en 2001 (01/07/2014). Nombre: Carlos Melconián Antecedentes: jefe de Departamento de Deuda Externa en 1982 (momento en que se estatiza la deuda privada) – Candidato a ministro de Economía de Menem en 2003. Acción destacada: hacer pasar como legítimos los fraudes cometidos por multinacionales y grupos locales, en el marco del proceso de estatización de la deuda en 1982. Frase célebre: “Son tipos que de buena voluntad compraron títulos para ahorrar”, sobre los Fondos Buitres (26/08/2013). Nombre: Rogelio Frigerio Antecedentes: secretario de Programación Macroeconómica de Menem – Representante argentino ante el Banco Mundial y FMI. Acción destacada: nada, por eso lo ponen a hablar. Frase célebre: Conocido por contradicciones como “es el gobierno que más ha devaluado en el mundo” (09/09/2015) a la vez que estamos “con un retraso cambiario cada vez más importante” (07/10/2014). 8 NUESTRA AMÉRICA A 10 años del “No al ALCA” Macri go hom Por Julia de Titto H oy nos falta Chávez y Evo es presidente. Hoy Obama acepta parcialmente la derrota de sus políticas frente a Cuba – aunque mantiene el salvaje bloqueo- y piensa nuevas estrategias de dominación mundial. Si entonces Estados Unidos era el actor hegemónico por excelencia en el mundo, exportando neoliberalismo, guerras y hambre, hoy estamos ante un mundo multipolar donde Rusia, China y el resto de los países considerados “emergentes” disputan poderío y capacidad de influencia y la Unión Europea busca ocupar espacios comerciales otrora exclusivos de los yanquis. Washington, no contento, multiplica las estrategias para recuperar la hegemonía perdida. En 2005 los proyectos emancipatorios en América Latina estaban a la vanguardia de las luchas mundiales, pujando, haciéndose lugar a los codazos en la historia viva de nuestra tierra. Decíamos No al ALCA y mandábamos al carajo a ese proyecto de libre comercio con el impulso fundamental de Venezuela en bloque con Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Sólo cinco países -aunque representaban el 75% del PBI de la región- lograron obturar el acuerdo que Estados Unidos llevó a la 4ta Cumbre de las Américas por fuera de la agenda y para el que sus aliados en el continente (Canadá, México, Panamá, entre otros) le allanaron el camino. Pero los gobiernos de Néstor Kirchner, Lula Da Silva, Tabaré Vázquez y Nicanor Duarte Frutos, al frente de países que como consecuencia del neoliberalismo y la sumisión a Washington habían sido conducidos a la pobreza y el hambre, ya no estaban dispuestos a reincidir. Y fue Hugo Chávez Frías quien dio un paso más allá. En primer lugar fue el único presidente en asistir a la “Contracumbre” y hablarle a las centenares de organizaciones políticas y sociales del continente que allí se habían nucleado para rechazar la presencia de George W. Bush y sus políticas en nuestro suelo. Y en segundo lugar, fue el único que no solo rechazó fervientemente el ALCA, sino que también propuso una alternativa de integración entre los Estados, basada en la solidaridad. “A nosotros nos toca ser los parteros del nuevo tiempo, los parteros de la nueva historia, los parteros de la nueva integración, los parteros del Alba, la Alternativa Bolivariana para las Américas, para los pueblos de América”, decía Chávez. Para luego orientar: “Sólo nosotros unidos podemos hacerlo y además enterrar al capitalismo para parir el socialismo del siglo XXI, un nuevo proyecto histórico socialista”. Aquel 5 de noviembre de 2005 quedó marcado en la historia antiimperialista de la región y el mundo. Se cerraba una etapa de sometimiento silencioso y se empezó a reconfigurar el mapa geopolítico, en el que Washington ya no era el centro absoluto de todo. También, comenzó una era de esperanza, organización y proyectos. Un bloque regional –al que Evo Morales se sumaría prontamente al ser electo presidente de Bolivia el mes siguiente, al igual que Rafael Correa en Ecuador a partir de 2007- que más allá de las diferencias estratégicas a su interior, expresaba una ola progresista en América Latina. Con el tiempo y la consolidación del ALBA (en 2005 sólo Cuba y Venezuela formaban parte), se pudieron distinguir dos “anillos”: uno de aquellos con propuestas de transformación de fondo y otros, llamados “neodesarrollistas” por ciertas características industrializadoras y una presencia fuerte del Estado, pero sin buscar trascender los límites del capitalismo, con grados relativos de autonomía de los grandes poderes económicos en la toma de decisiones. Pero a nivel mundial la voz de este bloque heterogéneo se hizo oír, entre otras cosas a partir de la creación de la UNASUR y la CELAC. Desde el reclamo por las Malvinas Argentinas y contra el bloqueo estadounidense a Cuba, hasta la solidaridad expresa con los ataques imperialistas a Venezuela o el repudio a los golpes de Estado como el de Honduras de 2009, pasando por el rechazo a los fondos buitre y la injerencia yanqui en general en las políticas de la región, América Latina se convirtió, al decir de Emir Sader, en un “oasis antineoliberal”. Claro, años más tarde, en 2011, Estados Unidos fomentaría la formación de la Alianza del Pacífico, con aquellos países (México, Colombia, Chile y Perú, principalmente) alineados con sus políticas. Y así llegamos a este 2015. Hugo Chávez dijo en 2011, de visita en la Argentina, algo que determinaría el presente: “Acá no hay tercera vía, sólo dos caminos: o socialismo o capitalismo”. Los países que aún poniéndole frenos a la injerencia yanqui y a las políticas netamente neoliberales no apostaron a una profundización de las transformaciones económicas, políticas y sociales y no se encaminaron a empalmar con la estrategia del ALBA, hoy se encuentran entre la espada y la pared: las derechas acechan desde el interior y el exterior de sus propios gobiernos. Macri y la derecha continental El escenario de balotaje planteado en la Argentina, en el que Mauricio Macri (Pro – Cambiemos) se presenta con serias –y preocupanteschances de acceder a la presidencia de la Nación, no es ajeno a aquella disyuntiva. El ojo de la derecha continental está posado en lo que suceda el 22 de noviembre en el país, y no de forma casual. El imperialismo, a través de su alianza con las derechas locales, ha multiplicado sus estrategias de inserción al sur del río Bravo. Argentina, aún con todas las limitaciones del proyecto desarrollado por los gobiernos kirchneristas, a nivel regional ha jugado un rol clave de soporte de los procesos más de avanzada como Venezuela y Bolivia. En la actualidad, desde el peruano Mario Vargas Llosa hasta el escuálido Henrique Capriles, pasando por Aécio Neves, 9 Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 2 Número 29 Del 4 al 22 de noviembre 2015 ome “Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”, decía Cortázar en Rayuela. Podemos pensar algo similar desde este 2015 sobre aquellas históricas jornadas en Mar del Plata de 2005, con una primera persona del plural hablando del continente, de los movimientos populares, de los líderes de los distintos procesos políticos que se abrieron en Nuestramérica por aquellos años. “ expresaron su entusiasmo y “esperanza” en un triunfo macrista. Claro, lo que ocurra en la segunda vuelta de la elección presidencial, puede implicar efectivamente un “cambio”. Mauricio Macri es un neto exponente de la “nueva derecha latinoamericana”. Mientras desde las páginas de El País de España, Vargas Llosa elogiaba el antiperonismo del líder del Pro (artículo replicado masivamente por los medios opositores argentinos), este inauguraba un monumento a Juan Domingo Perón, en una clara búsqueda por interpelar a la sociedad argentina que se siente identificada por sus ideas y simbología. La receta, creada desde el Departamento de Estado yanqui de “di lo que quieren escuchar y no lo que piensas”, utilizada también por el peruano Alberto Fujimori, en parte por Neves en Brasil y, sobre todo, por Capriles en Venezuela, tiene como sustento una fuerte estrategia de marketing y uso de conceptos vacíos (“revolución de la alegría”, “cambio”), la reivindica- ción de medidas económicas o decisiones políticas de las que en otros momentos se fue un fuerte opositor pero son bien vistas en la sociedad (el caso argentino, por ejemplo, la estatización parcial de YPF, por nombrar una), y, sobre todo, la poca claridad de cómo se llevarán adelante las propuestas de gobierno realizadas en campaña. El esquema se replica a lo largo y ancho del continente. Un potencial triunfo de Macri implicaría un envalentonamiento de sus colegas de otros países. Si bien en Brasil el año pasado fueron las elecciones en las que Dilma Rousseff fue reelecta, hoy está en la mira de la oposición y semana tras semana se acumulan las presentaciones parlamentarias para iniciarle un juicio político y destituirla. Si bien el establishment brasilero ya no está jugando tan fuerte para correrla del gobierno, esa definición estuvo condicionada a que la propia Dilma llevara adelante el plan de ajuste que los mercados exigían. En Venezuela el 5 de diciembre hay elecciones legislativas y los yanquis y la reaccionaria Mesa de la Unidad Democrática (MUD), se apoya en los malestares sociales que ella misma colabora en generar (escasez de productos y aumento de precios como contracara del “bachaqueo” y el contrabando) para intentar dar un batacazo y cerrar la “tenaza” que rodea la revolución bolivariana. La respuesta del gobierno de Nicolás Maduro, en vez de la adaptación, es una ofensiva contra las bandas paramilitares que operan en la frontera y una fuerte campaña para defender las conquistas de la revolución y profundizarlas. La derecha, de discurso de cordero, intenta interpelar a los chavistas descontentos por un lado, pero por otro ya anticipa que desconocerá el resultado de las elecciones y promueve por lo bajo –y no tanto- una reacción violenta y desestabilizadora. A Capriles y la MUD, sin duda, un triunfo de Macri le caerá como anillo al dedo para fortalecer su discurso. “¡El gran reto que tiene Mauricio Macri si quiere ganar balotaje es ser el líder del cambio! ¡Un abrazo al pueblo ar- Si en los últimos años la Argentina en el nuevo escenario geopolítico y económico mundial se alineó al bloque de los países emergentes (BRICS), la llegada del Pro a la presidencia sería un punto de inflexión para volver a poner el foco de las alianzas comerciales –y políticas- con Washington y la Unión Europea. gentino!”, expresó Capriles por Twitter. “Quiero que sea presidente para librarnos de los bolivarianos”, dijo por su parte el líder de la oposición brasilera, Neves, en relación a Macri de cara al ballotage. Las derechas –y por detrás, el imperialismo yanqui- pone toda la carne al asador para debilitar la autonomía de la región y, como objetivo estratégico, intentar derrotar el proyecto socialista de Venezuela. Si en los últimos años la Argentina en el nuevo escenario geopolítico y económico mundial se alineó al bloque de los países emergentes (BRICS), la llegada del Pro a la presidencia sería un punto de inflexión para volver a poner el foco de las alianzas comerciales –y políticas- con Washington y la Unión Europea. En la actualidad Estados Unidos se encuentra impul- sando, para recuperar terreno perdido, tres tratados de libre comercio distintos. El Tratado Transpacífico (TPP), el TISA (acuerdo de servicios) y el TTIP (con la Unión Europea). Lo que en otro momento buscó de su “patio trasero”, hoy lo rastrea en todo el mundo, con excepción de los BRICS y suma apoyos en algunos países de América Latina como sus socios de la Alianza del Pacífico y Uruguay, que si bien salió de las conversaciones para sumarse al TISA, ya anunció su intención de acercarse al TPP. En este contexto, no es menor como vaya a jugar económicamente Argentina a escala global y Mauricio Macri, en caso de ganar, ya tiene un plan armado. Sus referentes en política exterior firmaron, junto con otros opositores, un documento llamado Consenso, donde plantean su estrategia geopolítica. Las palabras Unasur y Celac no existen, menos que menos ALBA y Unión Europea y Estados Unidos son mencionadas una y otra vez. El eufemismo “diversificar las alianzas globales” es un lugar común en el discurso de los referentes en política exterior del Pro, como Iván Petrella y Fulvio Pompeo. “Al día siguiente de asumir como presidente exigiré formalmente la liberación de Leopoldo López”, declaró Macri reiteradas veces ante los medios. ¿Su intención? Fortalecer la campaña antirrevolucionaria que el Departamento de Estado promueve en todo el continente. Defender la integración regional, la autonomía de Washington y la dignidad de Nuestramérica exige enfrentar a la derecha donde sea, en cualquier rincón del continente. La batalla esta vez toca en casa. Macri Jamás. 10 LO QUE SOMOS La militancia ante el inicio de una nueva etapa Dentro de las tareas que se avecinan en los tiempos que caracterizamos como más dificiles para el campo popular, incluimos la de prepararnos como militantes agudizando nuestras potencialidades y reconociendo aquellos aspectos que debamos cambiar. Una nota para la reflexión desde el punto de vista de las condiciones históricas y el rol de los cuadros de las organizaciones de izquierda en la dinámica de la lucha de clases. Por Diana Broggi G ran parte de la militancia juvenil que nos hemos sumado a las filas de las organizaciones populares en la última década -por el fragmento de historia que nos ha tocado vivir- sabemos de los tiempos difíciles, de la hostilidad social y del viento en contra, más por relatos previos que por haberlos vivido en primera persona. Esto no significa que estos años en los que nos hemos formado como militantes hayan sido sencillos, de hecho nos han planteado otros tipos de complejidades, pero sin duda no las de un clima político mucho más adverso para nuestras ideas, en nombre de una revolución socialista en la Argentina. Por eso somos conscientes del desafío como militantes del campo popular en estos momentos de inflexión política: no tenemos biblias rojas que nos dirán que hacer, pero sí la brújula en la materialidad de la historia, la unidad ideológica, la inserción popular y la formación constante como primeras herramientas. El inicio de una nueva etapa La nueva etapa supone la culminación, el fin de un ciclo político abierto en las movili- zaciones populares propias de la crisis de 2001 y la posterior recomposición institucional de la mano del kirchnerismo, impulsando un rol activo del Estado en las distintas políticas sociales y económicas, ampliando derechos e instalando una disputa simbólica desde la mística nacional y popular. Hoy, la coyuntura abierta en el balotaje confirma el giro a la derecha que veníamos anticipando y desde PATRIA GRANDE, lejos de caer en el derrotismo, planteamos la necesidad de ubicarnos como organización popular en el lugar que nos deje en mejores condiciones como pueblo para enfrentar lo que se viene, gane quien gane la presidencia. Para esto hay que prepararnos como militantes y nuestra tarea en gran parte está cifrada en aportar a construir una correlación de fuerzas más favorable al pueblo trabajador, sabiendo que los años que pasamos de “viento a favor” establecieron pisos de derechos, conciencias más amplias y una mayor politización de los distintos estratos sociales y particularmente de la juventud. A finales de los años 90 y comienzos de siglo, las capacidades de invención y creatividad populares generaron nuevas formas organizativas como las asambleas autoconvocadas que funcionaron como dispositivos de discusión y toma de decisiones frente a la deslegitimación de las formas tradicionales que representaban las estructuras partidarias. En la actualidad los desafíos son otros y también tendremos que analizar y generar ajustes en nuestra política para adecuarla efectivamente a las condiciones que vengan. Desde una mirada histórica, creemos que no corresponde una visión exageradamente catastrófica del futuro inmediato, parados desde escenas temidas como “la vuelta a los noventa”; pero al mismo tiempo -y con el mismo énfasis- tampoco podemos caer en la subestimación del contexto difícil que se avecina. Los y las militantes tenemos el valioso quehacer de incorporar este entramado de época y aprender a movernos en él, acumulando fuerzas y creciendo políticamente. En este sentido nuestro proyecto político se construye con una estrategia de poder, vocación de mayorías y alumbrado desde el presente que se vive, transitando las contradicciones de la realidad, buscando a cada paso acumular fuerzas con un ojo puesto en los desafíos a mediano plazo. Claves militantes Dentro de la historia hay muchas experiencias y tal vez poco registro de esta dimensión “mas interna” pero fundamental de la columna vertebral de las organizaciones políticas: sus cuadros. Las “matrices militantes” de las organizaciones de izquierda portan un tipo de subjetividad que se produce al calor de hitos históricos, representaciones de lo que es la lucha, referencias, ideologías dominantes, entre otros elementos. Nuestra matriz como izquierda popular contiene algunos elementos claves, elementos que están presentes y es necesario potenciar y desarrollar con mas fuerza para formar cuadros con capacidad de invención, formación política y posibilidad de incorporarse satisfactoriamente al ciclo abierto de la lucha de clases en la Argentina. En este sentido retomamos a Gramsci cuando hace referencia a la intuición política como aquella capacidad para “conectar con rapidez hechos aparentemente ajenos unos a otros y concebir los medios adecuados al fin para descubrir los intereses (de clase) que están en juego y para suscitar las pasiones de los hombres y enderezarlas a una acción determinada.” Para esto es imprescindible estar en contacto con el pueblo. Los sandinistas también lo decían bien: “el trabajo del cuadro militante es el de acompañar al pueblo en la interpretación de sus problemas, en el conocimiento del origen, de los hechos históricos que permitan revelar la raíz de la explotación, para llevar al compromiso de la acción y transformar la realidad.” En un contexto de mayor adversidad en la lucha política, de retroceso evidente para el campo popular, las preguntas son necesarias así como la capacidad de autocrítica, construyendo una ética que sepa distinguir las múltiples opresiones que nos atraviesan, nos operan e inevitablemente influyen. La militancia es el encuadre de nuestras vidas en un proyecto político feminista, latinoamericano, socialista; y esto no solo implica prácticas prefigurativas sino el compromiso permanente de identificar las contradicciones y no creer en la “pureza” o el deber ser militante. N ues t ra s ubjet ividad como militantes de izquierda popular se construye con la mística de estar militando con alegría, no desde el odio y el enojo permanentes a todo lo que es derecha o todo lo que no es como queremos que sea. Sintiendo en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera. Militando con el corazón para cambiar todo lo que deba ser cambiado. DEBATES 11 Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 2 Número 29 Del 4 al 22 de noviembre 2015 Balotaje: dos políticas desde la izquierda El balotaje delineó con nitidez dos políticas en la izquierda: el voto en blanco o el voto al Frente para la Victoria (FPV). No es azaroso ni una novedad. A lo largo de la experiencia kirchnerista se forjaron miradas y estrategias distintas que, en nuestro caso, nos llevaron a formular el proyecto de una izquierda popular y latinoamericanista. Por Ulises Bosia Y a antes de las elecciones del 25 de octubre, Nicolás Del Caño -candidato a presidente del Frente de Izquierda (FIT)había adelantado que en caso de que se llegue a un balotaje, las fuerzas que él representa harían una campaña por el voto en blanco. La justificación de esta política la plantea con claridad el Partido Obrero: “Scioli y Macri, sin embargo, no representan principios políticos diferentes, no digamos ya antagónicos. Son los candidatos alternativos de la clase capitalista, nacional e internacional, para imponer una salida a la crisis de Argentina contraria a los trabajadores.” Asumiendo que se trata de una postura muy minoritaria en la propia clase trabajadora aclara que “con este panorama ningún apoyo de último momento podría salvar a quien es considerado un enemigo por sus propios socios políticos.” Las repercusiones continentales del balotaje son evidentes. Allí están los apoyos a Cambiemos de las peores expresiones políticas de la derecha neoliberal como Vargas Llosa, Capriles o Neves para confirmarlo. To- mando nota de esta situación el Partido Obrero extiende su caracterización de la crisis del nacionalismo burgués y afirma que “esto ocurre a la escala de toda América Latina -desde el ajuste del gobierno PT-PMDB-evangelistas en Brasil; el ajuste de Correa en Ecuador y el desquicio económico de Maduro en Venezuela”. En efecto, los doce años de política kirchnerista en la patria chica -y de gobiernos populares y progresistas en la patria grande- consolidaron un proyecto de izquierda con una política tan coherente como incapaz de relacionarse productivamente con las experiencias políticas progresivas que vivió el pueblo trabajador, sino que más bien se construyó contra ellas. Eso condujo a que frente a las polarizaciones vigentes en todos los países, su política consistiera en disputarle a la derecha una porción minoritaria de los ánimos opositores. Dio lo mismo quién ganara el conflicto del campo, dio lo mismo si el sistema previsional seguía en manos de los bancos, dio lo mismo que existiera la Ley de Medios, dio lo mismo que el Estado recuperara el control de YPF, dio lo mismo que existiera la Asignación Universal por Hijo. ¿Por qué hoy no daría lo mismo un gobierno del PRO que uno del FPV, con más razón teniendo en cuenta que Scioli está sin dudas a la derecha de Cristina? La postura del FIT, logra alinear detrás suyo a una parte importante de las organizaciones políticas de izquierdas, tanto de las más tradicionales como de las que provienen del autonomismo, con argumentos similares. Una izquierda popular a la que “no le da lo mismo” Cada vez con mayor fuerza y convicción, está surgiendo en nuestro país una política alternativa desde la izquierda. El balotaje es solamente la coyuntura que permitió dejar expresada nítidamente esta divergencia, que no es patrimonio exclusivo de una organización. Además de nuestro movimiento PATRIA GRANDE, también se destacan los planteos coincidentes del diputado Carlos Del Frade -referente del Frente Social y Popular de Santa Fe-, del Frente Ciudad Futura de Rosario, del legislador porteño Pablo Ferreyra y su movimiento Seamos Libres, de distintas organizaciones sociales, culturales y políticas nucleadas en el Encuentro Antiimperialista y de organizaciones de la Ciudad de Buenos Aires como Camino de los Libres, Cienfuegos, el Movimiento Emancipador y La Poderosa. Con distintos recorridos, propuestas y argumentaciones, el balotaje nos encuentra con una política común que responde a la existencia de fuertes puntos de acuerdo estratégico. Por esa razón plantea -tanto para los próximos días como para el mediano plazo- la necesidad de construir marcos de trabajo común en función de la proyección política nacional de una izquierda popular y latinoamericana con vocación de mayorías. No nos da lo mismo porque consideramos que al pueblo argentino no le da lo mismo, y respetamos su decisión de elegir entre los dos proyectos en pugna. Tampoco les da lo mismo a nuestros pueblos hermanos latinoamericanos, en primer lugar a los que por animarse a llevar adelante procesos de transformación social son castigados con fuertes oposiciones internas y del imperialismo norteamericano. No nos da lo mismo porque sabemos valorar los avances conseguidos en estos años, con su impacto positivo y también sus limitaciones, porque los sentimos en la piel, los vivimos en las construcciones sociales y gremiales a las que damos vida todos los días. Porque tenemos derecho a elegir las condiciones en las que daremos las peleas necesarias en la próxima etapa, junto a nuestro pueblo. Tampoco nos da lo mismo porque asumimos la responsabilidad de hacer política en este mundo regido por el capitalismo, donde en demasiados casos las opciones no las elegimos nosotros. Nos vemos obligados a movernos entre las contradicciones de una realidad injusta usando como única brújula los intereses del pueblo trabajador, de la nación argentina y de la patria grande latinoamericana. Esta izquierda popular posible tiene uno de sus principales desafíos en asumir que no se trata de dar una disputa por ver “quién es la izquierda en la Argentina”, ni tampoco por la unidad de “la izquierda”. Eso sería ponernos un techo demasiado bajo, un chaleco de fuerza que en el mejor de los casos puede llevar a lograr un candidato a presidente relevante o una pequeña banca de diputados, como ha logrado el FIT. Se trata, en cambio, de aprender de la historia revolucionaria de nuestro continente que las revoluciones exitosas -en primer lugar del ejemplo inoxidable de Cubasupusieron un amplio mestizaje entre las izquierdas y las tradiciones nacionales y populares, en función de un proyecto socialista capaz de convertirse en una opción de mayorías. 12 FEMINISMO POPULAR Multitudinario 30° Encuentro Nacional de Mujeres en medio de la represión y los femicidios Nos tienen miedo porque no tenemos miedo Los días 10, 11 y 12 de octubre se realizó en Mar del Plata el Encuentro Nacional de Mujeres número 30. Un encuentro histórico desde muchos puntos de vista: por la cantidad de años consecutivos que se alcanzaron, por las más de 60 mil mujeres que participaron, por los debates que se dieron y lamentablemente también por haber sido el primero en que la policía reprimió a las manifestantes. Por María Paula García E n el Encuentro nos encontramos todas, las que vienen participando desde hace tiempo y las que lo hicieron por primera vez. Nunca miles de mujeres hicieron cola en las veredas de las escuelas para entrar a los talleres; nunca como esta vez los talleres desbordaron y debieron partirse en diversas comisiones, llenando las aulas y debiendo funcionar en los pasillos y patios de las escuelas, o directamente en las plazas. Sin duda los talleres sobre maltrato y violencia de género fueron los más numerosos. Haciendo hincapié en la necesidad de políticas públicas o en tomar las calles; insistiendo en la responsabilidad del gobierno nacional o en el rol de la justicia; expresando una diversidad de miradas y posicionamientos hubo un consenso común: la violencia contra las mujeres hay que detenerla como sea. En todos los demás talleres se expresó la necesidad de una política de género transversal y estrategias con- cretas para enfrentar la violencia. No más violencia y no más abortos inseguros. No estar más solas y dotarnos de estrategias de acompañamiento, como el socorrismo y las consejerías de violencia. Y no esperar pasivamente la implementación de leyes fundamentales, como por ejemplo la de Educación Sexual Integral (ESI), sino intercambiar experiencias que nos permitan avanzar. Más de 2000 compañeras de PATRIA GRANDE viajamos a Mar del Plata desde todo el país. Y presentamos MALA JUNTA, nuestra propuesta de colectivas feministas mixtas y disidentes. Estuvimos presentes en los talleres de violencia, estrategias para el aborto legal, trabajo, sindicalismo, economía popular, cárceles y sistema penitenciario, feminismos, educación, implementación de la ESI y otros tantos. Compartimos nuestras propuestas, intervinimos con nuestra mirada y nos llevamos muchos aportes para seguir construyendo junto a otras todos los días. Hicimos centro en Plaza Mitre, junto a decenas de organizaciones feministas y de izquierda. Participamos del acto por los 10 años del No al ALCA como parte de la Marcha Mundial de las Mujeres Capítulo Argentina y bailamos en el festival de las Socorristas en Red. Marchamos junto a las organizaciones que integramos la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, con una columna encabezada por una consigna en “ Jamás en la historia de los encuentros se reprimió a las manifestantes. No reprimió el gobierno de Menem durante los 90, no reprimieron Duhalde ni Ruckauf como gobernadores, no reprimió ni Alperovich, ni Gioja ni Urtubey. Nos reprimieron en Mar del Plata, en el 30° ENM y a cuatro meses del NI UNA MENOS. la que se condensa nuestra perspectiva política: “Ni una menos. Vivas nos queremos. Luchar, crear, feminismo popular”. Fuimos parte de la Comisión Organizadora y ya nos estamos preparando para ser anfitrionas del 31° ENM 2016 en la ciudad de Rosario. Vivas nos queremos El Encuentro fue una fiesta. Pero no transcurrió en medio de un festival. Como en una película de terror, una mujer fue asesinada en Mar del Plata días antes y dos más durante el fin de semana en la ciudad. Otras siete fueron muertas en la misma semana en otros lugares del país. Y como si esto fuera poco, el final de la tradicional pasada por la Catedral que realizamos muchas mujeres y organizaciones, fue reprimida por primera vez en 30 años. No reprimió el gobierno de Menem durante los 90, no reprimieron Duhalde ni Ruckauf como gobernadores, no reprimió ni Alperovich, ni Gioja ni Urtubey en provincias emblemáticas desde el punto de vista de la resistencia a los derechos de las mujeres. Nos reprimieron en Mar del Plata, en el 30° ENM, y a cuatro meses del NI UNA MENOS. Y en un episodio a las claras preparado de antemano. Nos reprimió la Policía Bonaerense junto con policías de civil, aliados al grupo nazi liderado por Carlos Pampillón, ligado al PRO del electo intendente Carlos Arroyo. Nos reprimieron con gases, balas de goma y retuvieron ilegalmente a varias compañeras dentro de la iglesia. Encima, con los pies puestos ya en nuestras casas, nos enteramos del travesticidio de la activista Diana Sacayán. Paliza. Tristeza y dolor. Pero no knock out. Nos tienen miedo. Hace cuatro meses millones gritamos NI UNA MENOS. Salimos con consignas: “Puta pero no tuya”, “Con short o pantalón, respetame cagón”. Y nos quieren hacer pagar caro la trasgresión. Encima luego juntamos plata y viajamos para debatir durante tres días, de a miles. Nos reunimos, llenamos la ciudad, caminamos felices, bailamos, marchamos, tomamos sol, nos sacamos el corpiño, nos besamos y nos abrazamos, le gritamos a los tribunales, a los prostíbulos y a la Iglesia. Relatamos la violencia que sufrimos, los abortos que nos realizamos y la sexualidad que deseamos. Damos miedo. Y es insoportable, tanto para las instituciones patriarcales que se resisten a transformarse, como para muchos varones que se niegan a renunciar a la virilidad hegemónica. Nos matan y nos reprimen con un resentimiento proporcional a los pasos que el movimiento de mujeres y de la diversidad sexual da hacia adelante por más derechos y libertad. La escalada de violencia femicida y travesticida no es una sumatoria de hechos aislados. Es la reacción patriarcal. Es la disputa por el control, la subordinación a la norma y el disciplinamiento. Y se dan en el marco de un profundo giro conservador, tanto político como social. Clima político y social que explica por qué un tribunal de Córdoba fundamentó sin tapujos que Paola Acosta no fue víctima de femicidio porque no era una mujer débil sino que peleaba por sus derechos. Y el que también explica por qué en la misma ciudad del ENM hace días un grupo nazi molió a palos a una pareja de jóvenes homosexuales. Por eso es necesario organizarse para resistir, enfrentar la violencia e ir por más. Este próximo 25 de noviembre, Día de Lucha contra la Violencia hacia las Mujeres, debemos ser miles quienes volvamos a tomar las calles. Con el poder querernos vivas, libres y autónomas, para luchar y conseguir los derechos y las políticas que aún nos faltan. NI UNA MENOS. NI UN PASO ATRÁS. 13 Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 2 Número 29 Del 4 al 22 de noviembre 2015 Diana Sacayán, el subsuelo del sexo sublevado El 17 de octubre una masiva y colorida movilización atravesó el centro y los barrios populares de París. El megáfono sonó estremecedor y la marcha se detuvo. Los concurrentes mantuvieron sus puños en alto y guardaron un minuto de silencio. ¿El motivo? Lo mencionaba un cartel que encabezaba la columna, “ellxs son muertxs en combate, pero no derrotaran nuestras ideas. Diana Sacayán.” Por Juan Manuel Erazo T res días antes, la lluvia y las ráfagas de viento habían azotado al partido de La Matanza. Los autos intentaban cruzar -algunos sin suerte- las calles de una Laferrere inundada. En la Asociación Boliviana de dicha localidad, se hacían los preparativos para despedir el cuerpo ya sin vida de Diana. La bandera del orgullo tapaba al Cristo crucificado, y los concurrentes recordaban las miles de historias, las batallas, las amenazas, los amores y la lucha. Entre París y Laferrere hay 11.075 kilómetros de diferencia. Todo lo que separa estas dos ciudades, el cielo, la pobreza, el amor y la mar, todo eso, es Diana. Quizá sean la cantidad de kilómetros que caminó en su vida, entre veredas y prostitución, cuando sus tacos, pinturas y polleras no le permitían ser parte de los privilegios de la heterosexualidad. El viernes 12 de junio fue invitada a debatir en La Tablada sobre la convocatoria que bajo la consigna #NiUnaMenos congregó a medio millón de personas en diferentes puntos del país. Diana fue tajante, “es necesaria la unidad de diferentes espacios políticos para poder sumar la voz de las travestis, porque si bien a las mujeres las matan por el mero hecho de ser mujeres, a las travestis la sociedad nos hace pagar caro nuestra elección”. “Ella, como todas nosotras, abrazó el activismo como un salvavidas. Así encontramos sentido a nuestras miserables vidas”, dijo Lohana Berkins al enterarse del asesinato de Diana Sacayan. “Miserables vidas”. ¿Cada cuánto muere una travesti por violencia, pobreza, enfermedad o hambre? ¿Cada cuánto es agredida una torta en la calle o en un transporte público? ¿Cada cuántas horas los machotes se ríen de los putos que caminan por la calle? “Hay otros que se ríen de los dos” Amancay -flor amarilla y hermosa que invade América del Sur- Diana -amazona guerrera- Sacayan, era su nombre. Nació en Tucumán, pero su familia se mudó a La Matanza cuando era muy chica. Se las traía todas: negra, periodista, solidaria, zurda, travesti, militante. Diana recordó en un documental sobre su vida una letra de “Marzo del 76” (banda punk matancera): “Te podés reír de mí, y yo me voy a reír de vos, pero hay otros que se ríen de los dos”, y remató “mientras no entendamos que somos diferentes pero iguales y no vayamos comprendiendo al otro y a la otra que está al lado nuestro, y nos pongamos en su piel, vivamos su piel, no podemos pensarnos como sujetos transformadores”. Fue militante del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL), del ILGA (Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales) e integrante del Programa de Diversidad Sexual del INADI. Quizá algún día, los manuales de estudio de la patria grande y feminista digan que fue Diana quien logró que el Ministerio de Salud de Buenos Aires emitiera una resolución “ Quizá algún día, los manuales de estudio de la patria grande y feminista digan quien fue Diana. para que en los hospitales bonaerenses se respete la identidad autopercibida de las personas trans, quizá digan que fue Diana quien recibió de la mano de la presidenta el documento con su propia identidad de género, que fue Diana quien impulsó en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires la ley de cupo laboral para personas trans. ¿O nunca se preguntaron por qué la prostitución es la salida de supervivencia para el 95% de la población trans de la Argentina? Por ahora, lo que no dicen los manuales lo dicen las lenguas de las mariposas, de las tortas, de los putos. Diana guarda en el corazón de muchos y muchas matanceras una anécdota secreta, una historia de resistencia. Y está el que te cuenta que le compró comida cuando se moría de hambre, y la compañera que te cuenta llorando que Diana la bancó en su casa cuando recibía amenazas, y el compañero que te cuenta que lo llamaba todos los días para saber cómo andaba mientras la Bonaerense lo hostigaba, y la travesti que te dice que ella le enseñó a luchar, o lisa y llanamente, a decir NO. #NiUnxMenos Diana sufrió la violencia. En horas previas al debate de la ley por el cupo laboral trans, cuando estaba en Constitución a punto de tomar el tren a La Plata, fue insultada por su condición de travesti. Denunció que no sólo no la defendieron, sino que fue golpeada y detenida por agentes de la Policía Metropolitana. De estas “historias” Diana tenía miles, más de las que el Estado tuvo que haber permitido. “La mutilación de Laura es un hecho aberrante que simboliza el rechazo de la sociedad hacia los cuerpos que cuestionan el estado de las cosas: la heteronormatividad reinante y el binarismo. Es una manifestación claramente de odio contra las expresiones que no encajan dentro del binarismo obligatorio, a la que hay que salir a repudiar con toda la energía”, así sufría Diana el brutal ase- sinato de Laura Moyano, una amiga, una hermana, una travesti de 35 años. Esa misma violencia, es la que apuñaló a Diana en su departamento. El cementerio donde la sembraron está ubicado en las cercanías del CEAMSE matancero, ese que Diana escrachó más de una vez junto a los vecinos autoconvocados para ponerle freno a la montaña de basura que les deteriora la calidad de vida. Diana nunca se detiene, se siembra en la lucha. La travesti es una daga que se clava lentamente en el corazón de la sexualidad binaria, esa misma que afirma que los hombres tienen pito y las mujeres “no tienen nada”. Sobre Diana, y las compañeras travestis asesinadas en estos últimos meses, no posa aún el blanco velo de la justicia. Y en estos tiempos de canutos y fachos, de nubarrones derechozos, serán muchos los que querrán que siga siendo así. No bajes los brazos, no regales las banderas, los sueños, tus flores, que la tiranía del mercado y el patriarcado van de la mano, que para regar este país de machos no se escatima en sangre de travestis. Y no calles, que si callamos todos, todas, Diana también calla. 14 PROVINCIA DE BUENOS AIRES Elecciones en la provincia de Buenos Aires La pérdida del bastión Los resultados en la provincia de Buenos Aires resultaron indudablemente centrales a la hora de determinar la derrota kirchnerista. Aquel fatídico domingo 25 de octubre, el hasta entonces bastión del PJ quedó en manos de la fórmula de Cambiemos bajo la figura de Vidal. “ Por Diana Broggi y Ulises Bosia A pesar de la diferencia que obtuvo el Frente para la Victoria (FPV) en los distritos más importantes de la tercera sección electoral, no le alcanzó para retener la provincia más importante del país, que el justicialismo gobernaba desde 1987. El frente Cambiemos no sólo logró colocar a María Eugenia Vidal en la gobernación sino que además, amparado en el viejo aparato radical, se garantizó el control en 64 de las 135 intendencias incluida la capital provincial. El FPV se alzó con 58 municipios y los restantes se dividieron entre el massismo con 10 y el vecinalismo con 3. Una cantidad de análisis especulativos no tardaron en llegar, pero con los resultados puestos es necesario reconocer algunas de las razones que pueden explicar el fenómeno de la candidata del PRO como figura “nueva”, “fresca” y “clara” en contrapartida con la deslegitimada, conocida y oscura figura de Aníbal Fernández. La derrota de Fernández -ungido candidato bajo la estrategia del kirchnerismo más puro de refugiarse en la provincia pasado el 10 de diciembre-, más allá del “fuego amigo” que él mismo denunció, se explica también por su desgastada figura de vocero oficial del gobierno y las denuncias que lo asocian al narcotráfico y la corrupción. Este perfil no pudo contener un voto que fue más en su contra que a favor de su rival. Una gestión provincial que allanó el camino a la nueva derecha Por otro lado quedan en evidencia las condiciones de terreno fértil para nuevas alternativas que existían en la provincia, lo que le permitió a la candidata desplegar su marketing de campaña “puerta a puerta”, como sostienen con orgullo los dirigentes del PRO. Una provincia inundada, vaciada de infraestructura, con escasos recursos, plagada de problemáticas sociales, salarios docentes por debajo de la media nacional, grandes sectores de sus trabajadores y trabajadoras precarizados y una parte de la población atrapada en las redes clientelares. Así, el mapa era desde temprano de descontento generalizado y de un desgaste histórico de la gestión pejotista. Esta situación permitió allanar el camino a una nueva derecha maquillada que abre las puertas del Estado a los intereses más cerriles del capital concentrado y la oligarquía. Es claro que en las falencias de la gestión de Daniel Scioli se encuentra el camino que recorrió el PRO para colocar a María Eugenia Vidal en la casa de gobierno. Qué duda nos cabe sobre a quien va a responder este gobierno si a partir del 11 de diciembre la mismísima Monsanto regirá los destinos del Ministerio de Asuntos Agrarios y el CEO de una Empresa de seguridad privada será el responsable de la Bonaerense. El avance en el interior de la provincia En el caso de ciudades más grandes como Mar del Plata, Bahía Blanca o La Plata, donde la fórmula de Cambiemos se quedó con las intendencias, la voluntad de “cambio” se expresó en el voto popular a modo de hartazgo con las gestiones salientes. Por ejemplo, la es- candalosa política de Bruera en la ciudad capital, la imposibilidad de recomponer su imagen y proyecto municipal configuraron una tendencia al voto negativo, esto es para que “no gane” Bruera. Aquí los números hablan por sí solos, dejando un 29,89% para el FPV y un 41,11% para Cambiemos. A su vez, el trasbordo exitoso de Vidal en el territorio bonaerense tiene gran parte de su explicación en el apoyo de la UCR y su acumulado en los pueblos y ciudades del interior de la provincia. Hay que ponderar el carácter más bien conservador que domina en las idiosincrasias de muchos de los pueblos de la provincia, signados por una tradición antiperonista, y lo cierto es que en la lista de localidades como Rauch, Azul o Ayacucho, la construcción previa del radicalismo sumó en la alianza Cambiemos el piso necesario para convertirla en fórmula de éxito. Con el triunfo parecen haber quedado atrás las rispideces que generó al interior del partido radical la alianza con el PRO. Al cierre de esta edición, el vicegobernador electo por la provincia de Buenos Aires, Daniel Salvador, citaba a 42 intendentes electos para consolidar el apoyo a Macri, enviando un claro mensaje interno también hacia aquellos que se resistieron a la figura del líder del PRO. De barones y damas No puede escaparse en este análisis la referencia a la disputa planteada al interior del PJ así como el rol que jugaron los llamados “barones del conurbano”. Más allá de la antipatía que Aníbal Fernández pueda haber generado en el electorado, las hipótesis acerca de la traición o “la soltada de mano” por parte de los intendentes bonaerenses cobra fuerza al analizar la diferencia de votos en los mismos distritos, en las elecciones primarias y luego las generales. Mientras el FPV se impuso a presidente en la provincia por casi 400 mil votos, perdió en la categoría de gobernador por una cifra similar. Mientras Cambiemos sumó 10 puntos de agosto a octubre, el FPV retrocedió más de 5. Algo de una lógica política en descomposición huele en las derrotas del FPV en distritos como Pilar, Quilmes, Lanús o Tres de Febrero, comenzando a marcar los límites de un método en el gobierno, signado por la eficacia punteril, la impunidad, la falta de gestión y el desparpajo en el manejo de recursos. Además, el recambio va más allá del PJ, como expresa la derrota de Cariglino en Malvinas Argentinas. Sin embargo, el retroceso de los “barones del conurbano” no equivale necesariamente a la pérdida de su poder territorial, habrá que ver cómo buscarán su reacomodo, cómo pondrán en valor su acu- En el caso de ciudades más grandes como Mar del Plata, Bahía Blanca o La Plata, donde la fórmula de Cambiemos se quedó con las intendencias, la voluntad de “cambio” se expresó en el voto popular a modo de hartazgo con las gestiones salientes. Por ejemplo, la escandalosa política de Bruera en la ciudad capital, la imposibilidad de recomponer su imagen y proyecto municipal configuraron una tendencia al voto negativo, esto es para que “no gane” Bruera. Aquí los números hablan por sí solos, dejando un 29,89% para el FPV y un 41,11% para Cambiemos. mulado y hasta dónde llega su peso para presionar a las estructuras de poder. El escenario está planteado, la provincia de Buenos Aires es un mar de inexorables desenlaces aun abiertos. Queda más que abierta la pregunta sobre cómo construirán gobernabilidad Vidal y Salvador en terreno bonaerense. Sin dudas, así como la provincia determina lo nacional también la escena provincial está sujeta a los resultados del balotaje y el próximo presidente argentino. 15 Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 2 Número 29 Del 4 al 22 de noviembre 2015 Las presentaciones de PATRIA GRANDE en Pcia de Buenos Aires Por Sebastián Avella E n un escenario de polarización y con una discusión netamente nacional que terminó con el ajustado triunfo de Daniel Scioli y con el sorprendente éxito de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires por 4 puntos, como PATRIA GRANDE desarrollamos una campaña militante que puso en agenda las necesidades de los sectores más postergados y planteó qué hacer para ir por más derechos para nuestro pueblo en cuatro ciudades de la Provincia: La Plata, Tandil, Luján y San Andrés de Giles. En todas ellas se impuso por amplio margen Cambiemos, con excepción de Giles. Habrá que analizar con detenimiento estos triunfos, donde Cambiemos conquistó 64 intendencias, muchas de ellas muy importantes, como La Plata, Bahía Blanca, Mar del Plata, y en varias localidades del conurbano bonaerense (Lanús, Quilmes, Tres de Febrero y Morón). En La Plata, capital de la Provincia, se dio una elección altamente polarizada, donde se destacó en primer lugar el triunfo contundente del PRO y su candidato Garro, quien de la mano de Vidal sacó ocho puntos más que en las PASO. En este escenario, en el que también aparece el desgaste de Bruera, el candidato del FPV, responsable de las inundaciones y de más de 70 muertos en 2013, como PATRIA GRANDE duplicamos nuestro caudal de votos, lo que representa un 3,94%. Pero lo más importante es que logramos instalar una referencia contundente de Leandro Amoretti y también de Clara Condenanza, lo que nos permite llegar en mejores condiciones a las elecciones legislativas de 2017, pero sobre todo para enfrentar al PRO en la ciudad. En Tandil, con una campaña intensa, pusimos en debate los ejes del acceso a la vivienda y otras demandas populares con la candidatura de Juan Arrizabalaga. Logramos instalar a nuestra fuerza como una opción política distinta, con 1789 votos. Sin dudas se trata de un piso importante para enfrentar lo que se viene. En Luján obtuvimos 1052 votos. Fue una campaña militante que se expresó también en los más de 100 fiscales que se sumaron a colaborar el día de la votación. Esta presentación significa un paso más en la consolidación de nuestras construcciones, y en la pelea por un proyecto de ciudad distinto, donde no impere la lógica de la ganancia de los grandes countries que expresa el intendente Luciani, sino una perspectiva desde y para los sectores populares. Andrés Duhour, Guadalupe Ledesma y Andrea Monzón representan esta posibilidad junto a todo el colectivo militante de la ciudad. Por último, en San Andrés de Giles, nuestra primer presentación significó un creci- miento muy importante. Juan Nazareno Ferreyra fue candidato a Intendente y logramos constituirnos como la cuarta fuerza, con un 3%, superando a candidatos de Progresistas y el FIT. En esta ciudad triunfó por amplio margen el candidato de Massa con un 53%, seguido por lejos por el FPV. Con las experiencias electorales como un antecedentes muy valioso, en los cuatro distritos y en toda la provincia enfrentaremos las políticas regresivas que intente llevar adelante la alianza PRO-Cambiemos. Y con organización, lucha y mucha convicción construir una alternativa popular contra los pocos que más tienen, junto a las mayorías que menos tienen. LA PAMPA Una voz propia y diferente Por Claudio Acosta A ún antes de que comenzara la elección del domingo, nuestro principal objetivo estaba cumplido: instalar a PATRIA GRANDE como fuerza de izquierda naciente en el escenario político provincial, con la intención de poner en la agenda política de la provincia aquellos temas que las principales fuerzas se preocupan más por ocultar que por solucionar. Ese objetivo fue de la mano de consolidar internamente un número importante de jóvenes que en su mayoría se sumaron a la militancia en este proceso de construcción que apenas lleva un año de vida. Con entusiasmo podemos decir que la respuesta de una parte de la sociedad pampeana a la propuesta de una alternativa política, sostenida en el esfuerzo de su militancia, y en sus convicciones, fue de gran expectativa y respeto. Sin embargo, hay que decir que la agenda política local la siguen determinando los principales partidos que desde hace más de treinta años, con alternancia, gobiernan la provincia. Los que buscaron mostrarse como la salida renovada para los pampeanos y pampeanas son los mismos responsables de las deudas sociales profundas que continúan pendientes. El justicialismo una vez más ganó la gobernación. El radicalismo le permitió a Macri tener una territorialidad jamás pensada. También hay que decir que el líder del PRO además recibió votos de un sector del peronismo que no acompañó al kirchnerismo, y que en la feroz interna del PJ local le jugó en contra al Frente para la Victoria. Eso sumado al desencanto general que produjo la candidatura de Scioli en algunos sectores, consolidaron a Cambiemos como una de las principales fuerzas políticas de la provincia. En esta coyuntura se instaló PATRIA GRANDE, por el momento en las principales ciudades como Santa Rosa y General Pico. La llegada a las localidades del interior provincial es un paso a dar para comenzar a consolidar una fuerza verdaderamente popular que abarque la extensión de nuestro territorio. Aún así, sin candidatos presidenciales propios y sin cortes de boletas que nos beneficiara con votos coyunturales, obtuvimos el 1,7% de los votos en los respectivos lugares. Eso significa un piso electoral que desconocíamos y que nos ubica como la principal fuerza política de izquierda con proyección local. Necesitábamos dar este paso y en muy poco tiempo logramos demostrar que una opción de izquierda es posible y necesaria, con construcciones sociales como cimientos sólidos. Este resultado electoral es el primer ladrillo desde el cual edificar una herramienta de transformación. Los trabajadores y trabajadoras, jóvenes y estudiantes nos ganamos el derecho a tener una voz propia y diferente en este complejo escenario político donde parecía que no había lugar más que para el bipartidismo y sus variantes coyunturales. MACRI GO HOME A 10 años del NO al ALCA, yankis nunca más.
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