Buenos días Chamaquili

Buenos días Chamaquili
Alexis Díaz Pimienta
Para mis hijos, como siempre; para Natalia; a Niurkita, Carmen Rosa y Oliver,
amigos y chamaquilófilos.
A veces digo mamá
Y como que sabe a poco.
A veces digo papá
Y no me lleno tampoco.
Entonces digo mapá
Y las dos palabras toco,
O se me escapa pamá
Y finjo que me equivoco.
Cuando están juntos ma y pa
¡qué importa que venga el coco!
Buenos días, Chamaquili,
somos nosotros: mapa.
Despiértate, dormilón,
que el sol ha salido ya.
Buenos días, Chamaquili, ya salió el sol,
y está el palito corto sobre el número ocho de mi reloj.
Buenos días, Chamaquili, ya salió el sol,
y está la mariposa volando nerviosa de flor en flor.
Buenos días, Chamaquili, ya salió el sol,
y hoy toca colegio, que es un privilegio con doña Leonor.
Buenos días, Chamaquili, ya salió el sol,
y si no abres los ojos no verás qué rojo está el cielo hoy.
Y si no abres los ojos no verás qué flojo canta ese gorrión.
Y si no abres los ojos no verás qué rojo tengo el corazón.
Y si no abres los ojos no verás que todos cantan tu canción.
Buenos días, Chamaquili,
soy el Parque de la Esquina.
Despiértate, dormilón.
Ven, juega, salta, camina.
De cómo Chamaquili exige sus derechos los domingos
Papá, tengo sed de sol, llévame al parque,
que hoy no he salido de casa, y ya soy grande.
Mamá, tengo sed de sol, llévame al parque,
que deben estar muy solos todos los árboles.
Mapá, tengo sed de sol, llévenme al parque,
que miren cuántos colores hay en la calle.
Tengo tanta sed de sol, tengo de luz tanta hambre,
que me comeré una foto si no me llevan al parque.
Me pararé en la ventana y abriré la boca grande,
me tragaré el arco iris que dibujé la otra tarde.
En fin, haré cualquier cosa, menos en casa quedarme.
¡Tengo sed y hambre de sol!, ¡por favor, llévenme al parque!
Buenos días, Chamaquili,
soy yo, la vaquita Irene.
Despiértate, dormilón.
Despierta, que te conviene.
Chamaquili comparte sus juguetes cada fin de año
Voy a regalar algunos juguetes, para otros niñitos que sé que no tienen.
El trencito rojo, la pelota verde y el reloj naranja, pues ya tengo este.
Voy a regalar al osito Pepe, a Juan, el perrito y a la vaca Irene.
No es que no los quiera, es que ya es diciembre y hay niños que nunca reciben
juguetes.
Yo sé que ellos tres, Pepe, Juan e Irene, se sienten tan útiles que hasta me
comprenden.
Voy a regalar algunos juguetes: estos dos carritos, el muñeco este, aquella manopla,
ese reguilete, incluso, mi traje de niño valiente.
Incluso, mi piedra de la buena suerte. Este libro no, ni este gato verde, porque
son regalos de la tita Tere.
La linterna no, la jirafa no, este globo no, ni el viejo florete, porque son recuerdos de los
que sí duele desprenderse.
¡Adiós, amiguitos, adiós, mis juguetes! O mejor, hasta luego, o hasta pronto, ¡y suerte!
Seguro nos vemos el año que viene, cuando yo vaya al parque y otro Yo los lleve.
Buenos días, Chamaquili,
somos los tres Reyes Magos.
Despiértate, dormilón,
despierta, no seas vago.
Primera Navidad de Chamaquili
Los Reyes Magos me regalaron un beso grande y un quiero ancho.
Melchor me trajo de amor un saco. Gaspar me trajo guiños y abrazos.
Baltasar trajo mil arrumacos, y los camellos cariño en grano.
Los Reyes Magos me regalaron una familia ¡por un zapato!
Buenos días, Chamaquili
Soy tu teléfono amigo
Despiértate, dormilón,
que yo quiero hablar contigo.
Primera incursión de Chamaquili en la economía familiar
Mamá, cómprame un teléfono para llamara La Habana,
que después yo te devuelvo lo que me gaste en palabras.
Papá, cómprame un teléfono para llamar a Almería,
que las palabras que gaste te las devuelvo otro día.
¡Que hace días que no hablo con mi familia de allá!
iY no vamos a arruinarnos por cuatro besos, mapá!
Buenos días, Chamaquili,
soy yo, Cabeza de Ajo.
Despiértate, dormilón,
no me des tanto trabajo.
Chamaquili ayuda a su mamá cuando está sola
Para Naty, para Alex.
- Mamá, ¿te pelo los ajos?
- Bueno, Chamaquili, pero con cuidado.
- Mamá, ¿pongo yo la mesa?
- Bueno, Chamaquili, despacito, empieza.
- Mamá, ¿pongo yo las servilletas?
- Bueno, Chamaquili, ponlas tú, mientras yo hago las setas.
- Mamá, ¿te alcanzo los trozos de manzana para el jugo?
- Bueno, Chamaquili, pero ten cuidado no se caiga alguno.
- Mamá, ¿viste que ya soy grande y puedo ayudarte?
- Ven acá, Chamaquili, ¡Déjame besarte!
Buenos días, Chamaquili,
soy yo, tu perrito Juan.
Despiértate, dormilón,
si no, me regalarán.
Primera incursión de Chamaquili en política
Los perros del barrio hacen todos caca en la misma acera donde está mi casa.
Yo voy a la escuela todas las mañanas y no veo perros, pero sí sus marcas.
Ando con cuidado, pues mis zapatillas son bastante blancas.
Doy los buenos días, pero no responden ni perros ni cacas.
Yo digo, mapá, que si saludaran, al menos pondría uno mejor cara.
Con quién hay que hablar: ¿con el propio perro? ¿con sus amos o amas? ¿con ese
bultito y esa oscura masa?
¿Y cómo le digo? ¿Señorita Caca? ¿Señor Caca e’ perro? ¿Señora Cagada?
Son palabras feas, que no me hacen gracia.
Yo creo, mapá, que hablaré mañana, con señora nube, para que eche agua, y
con Señor sol para que la seque cuando me haga falta.
Buenos días, Chamaquili,
soy yo, tu amigo Pablete.
Despiértate, dormilón,
o no te traigo un juguete.
Primera incursión de Chamaquili en la filosofía
Para el vecino Pablo, cuando era Pablete.
Mamá, ¿tú tampoco te puedes ver la cara? ¿Ni la nariz, ni los ojos, ni las cejas, ni
nada?
Papá, ¿tú tampoco te puedes ver la cara? ¿Ni por las noches, ni por las tardes, ni
por las mañanas?
Eh, mapá, ¿de qué se ríen? ¿A qué le ven tanta gracia?
¡Que ustedes tampoco pueden! ¡Vaya, vaya!
Pensé que era solo a mí al que le pasaba.
Mapá, cuando sea grande inventaré una mirada que tenga forma de espejo para
mirarme la cara.
¡Que yo quiero verme cuando tú me cantas!, ¡que yo quiero verme cuando me
regañan!, ¡que yo quiero verme cuando me haga falta!, ¡que yo, de verdad,
quiero verme la cara!
Buenos días, Chamaquili,
soy yo, tu prima Candela.
Despiértate, dormilón,
¡juguemos con la acuarela!
Chamaquili recibe la visita de su prima Candela
Para Maribel y Antonio
Chamaquili tiene una primita que se llama Candela.
Los dos son tan pequeñines que aún no van a la escuela.
Los dos juegan con los carros y con las muñecas.
Los dos tienen varios libros donde hay brujas buenas.
¡Hay que ver cómo ríen, Chamaquili y Candela!
¡Si parecen hermanos, Chamaquili y Candela!
¡Si se pasan de buenos, Chamaquili y Candela!
¡Como crecen por día, Chamaquili y Candela!
¡Ay, qué pena, qué pena, que no esté la abuela!
Buenos días, Chamaquili,
soy yo, una niña mayor.
Despiértate, dormilón.
Despiértate, por favor.
Primera incursión de Chamaquili en la filología
Papá, una niña mayor me dijo malas palabras, palabras que no conozco, y no sé
por qué son malas.
¿Es que las palabras esas que me dio la muchacha no se comen la comida, ni le
hacen caso a sus chachas?
¿Es que las palabras esas, tan feas y mal habladas, se portan mal en la escuela y
riegan mucho en su casa?
¿Cómo se vuelven, mapá, algunas palabras malas? Que yo las quiero ayudar a ser
mejores palabras.
Buenos días, Chamaquili,
somos todos tus amigos.
Despiértate, dormilón,
queremos jugar contigo.
Chamaquili y los viandantes de la calle Dallas
Chamaquili se sube en el sofá, junto a la ventana y saluda, como si conociera, a todo el
que pasa.
Pasa una señora de ropas cargada, y Chamaquili le pregunta cómo está, o cómo se
llama. Pasa un hombre flaco, con camisa blanca, y Chamaquili le grita: Señor, ¿qué tiene
esa nube: caramelos o agua?
Pasa un niño grande como una jirafa, y Chamaquili le pide una flor, o le pregunta a
gritos cómo anda.
Todo aquel que pasea frente a nuestra casa, tiene un amigo obligado en nuestra
ventana.
Buenos días, Chamaquili,
soy el de las chambelonas.
Despiértate, dormilón,
y juega con las personas.
Chamaquili y el abuelo de las chambelonas
Francisco está jorobado, y tiene una camisa mágica. Francisco tiene un cayado, y
tiene una chaqueta mágica. Francisco está muy arrugado, y tiene en los bolsillos
magia. Francisco está muy cansado, pero tiene las manos blandas. Y es de
amasar caramelos casi todas las mañanas, para darles a los niños que andan
cerca de su casa. Cuando parece que no, que no trajo, o que se acaban, ríe con
sus pocos dientes, mete una mano, y los saca. Francisco está jorobado, y con
Chamaquili habla. Francisco tiene un cayado, que a Chamaquili le encanta.
Francisco está muy cansado, y Chamaquili le canta, para que no esté viejito y
pueda por las mañanas acercarse a muchos niños y endulzarles la mirada.
Buenos días, Chamaquili,
soy yo, la rana peluda.
Despiértate, dormilón,
que necesito tu ayuda.
Chamaquili y la rana peluda
La rana peluda vive en aquel charco que está en mi colegio, al final del patio.
Le he dicho mil veces que se haga un peinado de esos que se usan con el pelo
largo. Que se dé un buen tinte, se pinte unos rayos, se eche mucho gel y salga
del charco. Que se pinte un poco sus verdes ojazos, que le pida a alguien el
creyón de labios. La rana peluda nunca me hace caso. La daré las quejas a su
esposo, el sapo.
Buenos días, Chamaquili,
soy yo, soy el primo Andrés.
Despiértate, dormilón,
que mira ya qué hora es.
Chamaquili mira un álbum de fotos y pregunta
Para el primo Andrés
- Mamá en esta foto, ¿dónde estaba yo?
- Aquí, en mi barriga, Bajo el camisón.
- Papá, en esta foto, ¿dónde estaba yo?
- No habías nacido, tú no estabas, no.
- Mapá, en esta foto, ¿dónde estaba yo?
-Aquí, Chamaquili, en mi corazón.
- Pamá, en esta foto, ¿dónde estaba yo?
- No habías nacido, todavía no.
-Mamá, en esta foto, ¿dónde estaba yo?,
¿aquí, en este bulto bajo el camisón?
¡No, no, Chamaquili!, ¡qué equivocación!
¡Eso es que tu padre está barrigón!
Buenos días, Chamaquili sí,
soy tu amigo Federico.
Despiértate, dormilón.
Vamos a jugar. ¡Qué rico!
Chamaquili y su papá juegan al come-come
Chamaquili me come la nariz, y tan feliz.
Chamaquili me come las orejas, y tan sin quejas.
Chamaquili me come los dos ojos, y sin enojos.
Chamaquili me come la barriga, y sin fatiga.
Chamaquili me come la cabeza, y sin torpeza.
Chamaquili me come las dos cejas, y tan parejas.
Chamaquili me come las dos manos, y tan campechano.
Chamaquili me come completito y no me explico, si estoy tan rico,
cómo este chico no me ha comido antes, Federico.
Buenos días, Chamaquili,
sí, soy yo, el perrito Coco.
Despiértate, dormilón.
Vamos a jugar un poco.
Segunda incursión de Chamaquili en política
Otra vez marcas de perro por el sitio donde paso.
Y yo pregunto, mapá: ¿es que los perros no tienen baño?,
¿es que los perros no tienen dueños?,
¿es que los dueños no tienen manos?,
¿es que las manos no tienen bolsas?,
¿es que a las bolsas no les gusta su trabajo?
Otra vez marcas de perro, amenazan mis zapatos.
Que a mí no me gusta andar siempre diciendo
¡qué asco!¡Ni aunque sean las marcas, como pienso que son,
del bueno de Coco, de mi amigo Pablo!
Buenos días, Chamaquili,
somos tus tres vecinitos.
Despiértate, dormilón,
o te damos cuatro gritos.
Los mejores vecinos de Chamaquili
Para Isa y Manolo, Juan Luis y Lola, Marina y Juan
Mi vecino Pablo es un niño grande, pero juega conmigo casi todas las tardes.
Mi vecino Pedro es un niño grande, pero viene a casa a que yo le hable.
Mi vecina Marina es una niña grande, pero me hace cuentos que no me
hace nadie.
Cuando estoy con ellos parecen mis padres, me cantan canciones, me
llevan al váter, me pasan juguetes que a ellos no les valen, me dan de
comer, me cuidan bastante.
La verdad, la verdad, pensé la otra tarde: "Con vecinos así, para qué
quiero ser grande".
Buenos días, Chamaquili,
somos Claudia, Marian, Diego...
Despiértate, dormilón.
Vamos a empezar el juego.
Chamaquili ya no va a la guardería: ¡va al colegio!
En el colegio tengo muchos amigos, uno se llama Diego, otro se llama Silvio.
En el colegio tengo muchas amigas, una se llama Marian y otra Cristina.
En el colegio tengo muchos colores, más que los otros niños,
que son mayores.
En el colegio tengo muchos juguetes. Tengo dos, tengo diez,
dieciséis, diecisiete...
En el colegio tengo libros de cuentos, y cuando me los leen río contento.
En el colegio tengo muchas libretas, para pintar palabras y bicicletas.
En el colegio juego con plastilina, y hago los cacharritos de la cocina.
En el colegio nadie me lleva al baño, porque, miren, ya soy de este tamaño.
En el colegio siempre la paso bien. ¡Ya se contar incluso del uno al cien!
Sí, vaya, que mi colegio, tenías razón, mapá, es tremendo privilegio.
Buenos días, Chamaquili,
Soy una flor del jardín
Despiértate, dormilón.
Despiértate, pequeñín.
Típico interrogatorio de Chamaquili
-Papá, ¿qué tienen dentro las flores?
-la comidita de las abejas; se llaman polen.
-Mamá, ¿qué tienen dentro las nubes?
-la comidita para las flores; gotas azules.
-Pamá, ¿y qué tiene dentro el sol?
-La comidita para las nubes; luz y calor.
-Mapá, ¿y yo qué tengo dentro?
-Muchas preguntas, muchas preguntas; ¡el pensamiento!
Buenos días, Chamaquili,
es mamá, es el sol, soy yo.
Despiértate, pequeñuelo,
¡que ya el libro se acabó!
Ilustraciones: Renier Quer (Réquer)