“CUANDO EMPECÉ EN MI PARTIDO JUDICIAL ÉRAMOS OCHO

MIRADAS SOBRE LA PROCURA
UN PROCURADOR VETERANO Y UNA NOVEL DEL COLEGIO
DE OVIEDO HABLAN SOBRE LA PROFESIÓN
LUIS ÁLVAREZ FERNÁNDEZ
“CUANDO EMPECÉ EN MI
PARTIDO JUDICIAL ÉRAMOS
OCHO; AHORA SOMOS 154
PROCURADORES”
CRISTINA ARECES SUÁREZ
“LOS PROCURADORES
ESTAMOS ABIERTOS A
REALIZAR NUEVAS TAREAS
EN COLABORACIÓN CON LOS
JUZGADOS”
TEXTO: DANIEL MANZANO
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Procuradores • Nº 111
A
Luis Álvarez Fernández (­Oviedo,
1930), lo de la Procura le viene
de casta. Su despacho lo fun­
dó su padre, también procura­
dor, exdecano del Colegio y decano
honorario. “Estuvo en activo hasta su
fallecimiento en 1996, cuando tenía
92 años”, recuerda. Fue su maestro y
el principal culpable de que la saga
familiar continúe. Su hijo Antonio Álva­
rez se colegió en 1984 y trabaja en el
mismo despacho. “Aquí también estuvo
mi hermano José Antonio, que se jubiló
en 2009 y que también fue decano
y decano honorario, como nuestro pa­
dre”, explica Luis Álvarez, el procurador
más antiguo en activo del Colegio de
Oviedo, con 84 años y el número 38
de colegiado.
Más de medio siglo le separa de
Cristina Areces Suárez (Pravia, 1985).
Ella es una de las procuradoras más jó­
MIRADAS SOBRE LA PROCURA
venes y lleva tan solo tres años colegia­
da, con el número 452. Al contrario que
su colega, ella no tiene antecedentes
familiares en la Procura. El vínculo con
el Derecho en su caso viene a través de
la madre, que fue abogada en ejercicio
durante 13 años. “Siempre he tenido
contacto desde pequeña con la profe­
sión, ya que mi madre tenía su despacho
en casa y era normal recibir llamadas o
visitas de procuradores, por lo que no
era algo desconocido para mí cuando
decidí estudiar la carrera de Derecho”,
explica.
Siempre tuvo bastante claro que “el
ejercicio de la Abogacía no era lo mío.
Es un trabajo que había vivido bastante
de cerca, y la defensa del cliente es una
tarea totalmente distinta a la nuestra; por
eso me he inclinado más hacia nuestra
función de representación y gestión”. Al
elegir la Procura siempre contó con el
apoyo y el ánimo de su madre. “De he­
cho, una de sus compañeras de carrera
es mi maestra y hoy en día es una procu­
radora con una reconocida trayectoria
profesional en Oviedo, María Dolores
Sánchez Menéndez”, apunta.
Casi 60 años de ejercicio profesional
dan para tener una visión amplia de
cómo han evolucionado las cosas. “An­
tes la Procura era un trabajo artesanal
por la escasez de medios que teníamos.
Todo se hacía con máquina de escribir.
Cuando comencé hasta se copiaban a
máquina los documentos que se presen­
taban como prueba. Las notificaciones
de la resoluciones al abogado y cliente
se hacían a máquina”, explica Luis Ál­
varez. El procurador veterano también
nota el cambio en el número de colegia­
dos. “Cuando me incorporé en el parti­
do judicial de Oviedo en 1954 éramos
8 y ahora somos 154, y 274 con el resto
de los otros partidos que forman el Co­
legio”, aporta.
Por su parte, Cristina Areces todavía
tiene reciente lo que es arrancar en la
profesión, sin cartera de clientes o de
abogados conocidos a los que recurrir.
“Abrí el despacho de forma totalmente
independiente. Además, empecé a tra­
bajar en un partido judicial diferente
de donde había aprendido, por lo que
tanto el personal del juzgado como los
compañeros era gente totalmente nueva
para mí”, expone. Pese a todo, reconoce que “he tenido mucha suerte y he
dado con gente encantadora y muy pro­
fesional”.
Para comenzar con el negocio y la
apertura del despacho, la procuradora
novel ha contado con la ayuda inestima­
ble de su familia. “Sin este apoyo ­nunca
habría sido posible”, reconoce. Los si­
guientes pasos fueron “darme de alta
como procuradora y abrirme un hueco
entre tantos profesionales que ya tienen
una trayectoria sobradamente reconoci­
da desde hace años, cosa algo difícil”.
Para hacerse hueco, “usé herramientas
como la web, muy útil para el tema de
la publicidad, y por supuesto el correo
ordinario y el teléfono para darme a
conocer en los despachos de abogados
de todas las comarcas de Asturias”.
CASA-DESPACHO
Cristina Areces trabaja sola y apro­
vecha su casa de Pravia como despa­
cho profesional. “Hay muchos gastos
y pocos ingresos y cualquier inversión,
por pequeña que sea, es un desembolso
que hay que intentar minimizar”, expli­
ca. Durante todo el año pasado pasaron
por su casa-despacho alrededor de 100
casos, muchos de ellos procedentes del
turno de oficio. A todo eso, se suma que
“la gente paga tarde y mal y eso se con­
vierte en un problema para nosotros”.
Calcula que si hubiera cobrado todos
los procedimientos que pasaron por sus
manos en 2014 “ahora podría pensar
en independizarme de mi casa y mon­
tar un despacho profesional, aunque no
tengo hecho ningún estudio económico
de viabilidad sobre el número de casos
que tendría que llevar para alcanzar
una cierta holgura económica y poder
afrontar un desembolso como ese”. Para
completar sus ingresos como procurado­
ra, Cristina Areces aprovecha una de
sus pasiones: la moda. “Tengo un blog
de moda (www.alloversequin.com) en
el que hablo de las tendencias que más
me llaman la atención y los acompaño
con fotografías de ropa y complemen­
tos”, relata.
Además de los contactos que le ha
facilitado su madre y de la publicidad,
Cristina Areces cree que el turno de ofi­
cio es otra vía inestimable que tienen
los procuradores noveles para darse a
conocer. “Es una forma estupenda de
que te conozcan otros abogados, ya
que de otra manera sería muy difícil
entrar en contacto con ellos”, reitera. En
cualquier caso, recuerda que su primer
asunto como procuradora “me lo pasó
una compañera de mi madre, de cuan­
do ejercía como abogada. Era el año
2012 y me puso en contacto con un jo­
ven que en un procedimiento ordinario
reclamaba al seguro de una gasolinera
daños y perjuicios, ya que había tenido
un accidente al resbalar con una pastilla
Los colegios
profesionales y el
Consejo General
de Procuradores
“son quienes
nos respaldan y
representan,
quienes se
preocupan por
nuestros intereses.
Precisamente en
los momentos en
que hay alguna
duda sobre nuestro
futuro son estos
organismos quienes
deben trabajar duro
y más que nunca
dar la cara en
nombre de todos
los procuradores”,
asegura Cristina
Areces.
De la misma opinión
es Luis Álvarez,
que los considera
“imprescindibles
como defensa de
la profesión en
todos los aspectos,
lo que redunda
también en beneficio
del justiciable al
asegurar el recto
ejercicio profesional”
Procuradores • Nº 111
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MIRADAS SOBRE LA PROCURA
“Es lógico que
aumente esa
colaboración con
la Administración
de Justicia,
sobre todo en
la fase
de ejecución”
“Sin duda alguna
tenemos
la suficiente
preparación
para esa tarea
y para una
homologación
con los huissiers,
contribuiríamos
a la agilización
de la ejecución”
de jabón que había en el recinto. Ese fue
mi primer caso y me acuerdo que perdi­
mos la reclamación”, relata.
En sus más de 60 años de profesión,
son muchas las anécdotas que se agol­
pan en la memoria de Luis Álvarez. “Casi
todas ellas van ligadas a intervenciones
en los juzgados, en las pruebas que se
practicaban con la antigua Ley de Enjui­
ciamiento Civil”, rememora. Y empieza
a contar: “En una comparecencia, en un
juicio de testamentaría, había dos abo­
gados veteranos. Uno de ellos, sin duda
uno de los mejores civilistas o tal vez el
mejor, tenía un considerable mal genio y
un indudable ingenio. El otro letrado era
conocido por su imparable locuacidad
que le permitía hablar continuamente,
sin decir apenas nada en Derecho. Una
vez, ya finalizada la comparecencia y
debido a un encontronazo procesal, del
que como era normal salió ganador el
experto civilista, el locuaz se dirigió a
él y le dijo:
‘Arrieros somos y en el camino nos
veremos’. A lo que rápidamente replicó
el otro: ‘Lo de arriero lo será usted’”.
Luis Álvarez sigue echando mano de
su memoria y recuerda cómo en los juz­
gados municipales de Oviedo “había
un juez famoso por su mal genio, con un
vocabulario aderezado de tacos, y un
fiscal también famoso porque se decía
que llegaba a los juicios de faltas sin sa­
ber qué juicios tenía. Eran famosas y cé­
lebres las trifulcas entre los dos. En una
de ellas, al acabar el juicio de faltas, el
denunciado todavía asustado comentó:
‘A mí me trajeron aquí por mucho menos
de lo que se llamaron
esos dos’”.
PRESENCIA ACTIVA
Luis Álvarez re­
cuerda también con
cierta nostalgia que
“antes de las modifi­
caciones legislativas,
teníamos una mayor
participación perso­
nal en los procedi­
mientos. Era normal
nuestra presencia
activa en pruebas
(confesiones, testifi­
cales…) y recuerdo
que, sobre todo, en
los juicios verbales y
en los de cognición,
en los juzgados mu­
nicipales, después
de distrito, no era fre­
cuente la presencia
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Procuradores • Nº 111
del letrado, salvo contadas excepcio­
nes. Entonces éramos nosotros los que
pedíamos aclaraciones, o se renunciaba a alguna pregunta o repregunta, o
alguna posición. Y también sucedía, en
algunas ocasiones, en las pruebas de
los declarativos en los juzgados de pri­
mera instancia”.
Cristina Areces argumenta que aun­
que ha oído en algunas ocasiones “opi­
niones pesimistas sobre nuestra profe­
sión, yo tengo muchas ganas de trabajar
en algo que además me gusta, y espero
que pueda dedicarme a ello durante
toda mi vida. Creo que si eres profe­
sional, te tomas en serio tu trabajo y lo
haces con ganas, parte de tu éxito está
asegurado, y ayudarás también a que
en otros ámbitos y sectores donde no
nos aprecian demasiado nos valoren y
nos tengan más en cuenta”.
Por eso considera fundamental el
papel que juegan los colegios profesio­
nales y el Consejo General de Procu­
radores. “Son quienes nos respaldan y
representan, y quienes se preocupan por
nuestros intereses. Precisamente en los
momentos en que hay alguna duda so­
bre nuestro futuro son estos organismos
quienes deben trabajar duro y más que
nunca dar la cara en nombre de todos
los procuradores”, asegura. De la misma
opinión es Luis Álvarez, que los conside­
ra “imprescindibles como defensa de la
profesión en todos los aspectos, lo que
redunda también en beneficio del justi­
ciable al asegurar el recto ejercicio pro­
fesional”. Y destaca “la labor de nuestro
presidente, Juan Carlos Estévez, durante
todos estos años tan difíciles”.
PROBLEMAS
Para el procurador veterano los prin­
cipales problemas de la profesión están
repartidos. “Por un lado la masificación.
No se corresponde el aumento de cole­
giados con el incremento de los litigios.
Por otra parte, y debido a la crisis, a las
tasas judiciales, y a cierta desconfianza
por parte del ciudadano en el funcio­
namiento de la Administración y a lo
mucho que se habla de sus retrasos, ha
disminuido la litigiosidad. Y eso, unido
a que no se reconoce suficientemente
nuestro trabajo, hace que ahora no sea
nada fácil el ejercicio profesional”. Pero
después del diagnóstico lanza un deseo:
“Espero que si mejora la situación eco­
nómica, y se modifica la Ley de Tasas,
alguno de esos problemas se solucione”.
La procuradora novel también tiene
claro que el principal reto de la profe­
sión “es afianzar nuestro papel en la Ad-
MIRADAS SOBRE LA PROCURA
ministración de Justicia. Creo que lo más
importante es consolidar la profesión y
hacer que sea valorada como se mere­
ce, ya que nuestra función es vital dentro
del proceso judicial”, expone.
AGILIZAR TRÁMITES
Sobre cómo agilizar los trámites ju­
diciales, Cristina Areces cree que “la
respuesta está en los avances tecnoló­
gicos e informáticos. La notificación por
LexNet, los traslados telemáticos y la
nueva presentación de escritos, todo
mediante la plataforma de la Web, son
herramientas que debemos aprovechar,
y aunque oímos quejas sobre ello, esta
mecánica ahorra mucho tiempo y tam­
bién mucho papel. Otra cosa es que
estos sistemas estén bien diseñados y
funcionen a la perfección. Pensemos en
el tiempo que tardan en resolverse los
oficios, los exhortos y demás actos de
notificación que se hacen por correo ordinario; ¿por qué no crear una plata­
forma para comunicaciones entre juz­
gados y otros organismos? Aunque a
veces nos cueste adaptarnos a los cam­
bios, debemos avanzar a la par de la
tecnología para mejorar la eficiencia en
los trámites”.
Cristina Areces opina que la ciuda­
danía en general no sabe qué hacen los
procuradores. “Hay un gran desconoci­
miento de nuestra profesión en cualquier
ámbito que se salga del propio juzgado
o de la relación entre abogado y pro­
curador. Como yo ya había sopesado
la posibilidad de dedicarme a la Procu­
ra mientras estudiaba la carrera, puse
especial interés durante los cinco años
de clase a las lecciones que explicasen
qué es un procurador y cuáles son sus
funciones. En total, en toda la carrera
solo encontré una página de un libro
de derecho procesal que tratase las fun­
ciones del procurador, por lo que hasta
los propios estudiantes de Derecho, si
no llegan a ejercer como juristas, puede
que no tengan una orientación que les
lleve a interesarse por esta profesión.
Y en cuanto a los clientes, si su abogado
no le explica bien cuál es nuestro papel, debemos ser nosotros mismos quie­
nes nos preocupemos por ello, ya que
somos unos grandes desconocidos, a
mi parecer”.
RECLAMACIONES
Entre las reclamaciones de los procu­
radores, está la de aumentar su papel de
coadyuvantes del órgano judicial. Para
Luis Álvarez, “es lógico que aumente esa
colaboración con la Administración de
Justicia, sobre todo en
la fase de ejecución”.
Cristina Areces con­
sidera que “nuestro
papel está dirigido
entre otras funciones
a facilitar el trámite
del proceso judicial,
evitar dilaciones exce­
sivas en los trámites,
garantizando que se
cumplan las normas
previstas, y en resu­
men agilizando el
proceso. Somos un
eslabón más en la
cadena del trámite
en el órgano judicial,
y quienes estamos
día a día en el juz­
gado tratando con los
funcionarios y traba­
jando junto a ellos.
Cualquier función que
pudiésemos realizar
en colaboración siempre con el propio
juzgado, y bajo su supervisión, sería bien
recibida por la mayoría de nosotros y
nos ayudaría a reforzar la importancia
de nuestra profesión”.
Sobre la posibilidad de que la Procu­
ra tenga un papel más protagonista en
la ejecución, Luis Álvarez cree que “sin
duda alguna tenemos la suficiente pre­
paración para esa tarea y para una ho­
mologación con los huissiers, en lo que
viene trabajando desde hace muchos
años nuestro presidente. Estoy adscrito
a la Unión Internacional de Hussiers de
Justicia y contribuiríamos a la agiliza­
ción de la ejecución”.
Por su parte, Cristina Areces consi­
dera que “las ejecuciones son los pro­
cedimientos en los que hay verdaderos
atascos y dilaciones completamente innecesarias. Su trámite en el juzgado se
suele dejar siempre de lado y para úl­
tima hora, sin comprender que en mu­
chos casos los procedimientos no tienen
sentido si su ejecución posterior no se
tramita como ha de hacerse. Los pro­
curadores estamos abiertos a realizar
nuevas tareas en colaboración con los
juzgados, realizando por ejemplo actos
de comunicación, notificaciones y cual­
quier otra acción que ayudase a llevar
las ejecuciones a buen fin. Está claro
que este tipo de acciones iba a con­
tribuir a dar más celeridad a los trámi­
tes, desahogaría algo el trabajo de los
funcionarios y ayudaría como he dicho
a consolidar nuestra acción dentro de
todo el proceso”. 
El principal reto
de la profesión “es
afianzar nuestro
papel en la
Administración de
Justicia. Creo que
lo más importante
es consolidar la
profesión y hacer
que sea valorada
como se merece, ya
que nuestra función
es vital dentro del
proceso judicial”
“Aunque a veces
nos cueste
adaptarnos a los
cambios, debemos
avanzar a la par de
la tecnología para
mejorar la eficiencia
en los trámites”.
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