1 OJOS PARA VER 17 de diciembre de 2015 Saludamos desde Pamplona a todos nuestros oyentes de Ojos para ver, un programa realizado para RADIO MARÍA y dirigido por Andrés Jiménez y Santiago Arellano, con la realización técnica de Miguel Ángel Irigaray. Y lo hacemos con un único y principal deseo: APRENDER A MIRAR PARA APRENDER A VIVIR. (Música. A Bocelli. Con te partirò) EDITORIAL Cercana la Navidad, vamos andando, como Machado, caminos de la tarde, pero llenos de gozo y esperanza, porque vamos, en este recogido tiempo de Adviento, camino de Belén. Hay demasiados escombros de la historia pasada que ocultan la senda verdadera y un bullicio de oropeles y luces que distraen lo que nuestro corazón está anhelando. No necesitamos, para andar confiados, las fuerzas de ningún Imperio -antiguo o moderno- que nos conforte; ni envidiamos los fastuosos palacios de ninguno de los mercaderes ni suspiramos por las sendas de los prestidigitadores de las riquezas. La voz luminosa de los antiguos profetas nos lo viene anunciando. Ha llegado la hora, se ha cumplido la alianza. Nos va a nacer un Niño: “por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visitará un sol nacido de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz”. 2 Esta es la causa de nuestra alegría. El Señor ha sido grande con nosotros y estamos alegres. Y cantaremos y volveremos a cantar con todo lo que produzca ritmo o melodía al son de villancicos porque ha nacido el Niño Dios. Decídselo a los hijos y contádselo a los nietos y abrid la puerta y llamad a los hermanos porque es la hora de la familia y es la hora de los pueblos y de las naciones, es la hora de la tierra entera y es la hora de la buena noticia que nos trae la paz. El olvido de la Providencia de Dios en el curso creciente de la Creación, nos ha dejado a los hombres sin esperanza. La historia se ha convertido en un acontecimiento ciego. Somos, se nos dice, fruto del azar, determinados como seres constituidos sólo de materia sometida a una evolución inexorable. ¿Tiene que ser el azar más razonable que el reconocimiento de un Dios creador de todas las cosas accesible a la luz de la razón natural, y que por Revelación sabemos que todo lo hizo no por necesidad sino por amor? Quitad al Niño Dios y haremos de nuestra fiesta una francachela, es decir, una reunión de varias personas para divertirse comiendo o bebiendo normalmente con desmesura y sin moderación, o sea, una cuchipanda; o un burdo remedo de las fiestas de la antigua Roma, las lupercales del solsticio de invierno, en las que encontraremos hartazgo de manjares, pero no menos hastío y rabia enconada de rencillas y enquistados rencores. La Navidad es para enamorarse. Como podéis imaginar, no por la bobaliconería cursi con que se nos envuelve en un halo radiante de anuncios de ensueño, escaparates psicodélicos y espectáculos infantiles a veces con muy pocos valores educativos. La Navidad en su origen y en su desarrollo cultural; la Navidad que quisieron celebrar los pueblos cristianos, no tiene nada que ver con el montaje actual. Se ha convertido en celebraciones paganas como las del Imperio Romano decadente. Hoy se entremezclan dos tradiciones opuestas, la cristiana y la pagana, y sus efectos llevan al gozo, la una, o al vacío sin esperanza la otra. Nuestro programa, desde el ventanal del arte, pretende mostraros que la Navidad es el canto de asombro y alegría de una humanidad desesperanzada cuando descubre que Dios mismo se ha hecho hombre para vencer a la muerte y dar valor de eternidad a todo lo que llena nuestra vida de cada día, en cada uno de sus efímeros instantes. Este es el motivo por el que los pueblos cristianos alzaron las copas para brindar ante una nueva explicación de la existencia humana. La vida tiene sentido. Nacer vale la pena y hasta morir vale la pena porque tiene sentido. La Virgen y Madre nuestra, María, la maravillosa mujer de Nazaret, se ha convertido en “causa de nuestra alegría”. Por eso cantamos nuestros villancicos en una noche inolvidable donde se hace posible la paz. Un poeta anónimo de principios del siglo XVI nos lo resumió de esta manera: -¡Dadme albricias, hijos de Eva! - Di, ¿de qué dártelas han? - ¡Que es nacido el nuevo Adán 3 hoy de Dios y qué nueva! Dádmelas y habed placer Pues esta noche es nacido, El Mesías prometido, Dios y hombre, de mujer. Y su nacer nos releva Del pecado y de su afán, Pues nació el nuevo Adán. ¡Hoy de Dios, y qué nueva! Es un diálogo alegórico, entre la Humanidad en representación de “los hijos de Eva”; y un ángel. Albricias, término árabe, significa regalo que debe recibir el portador de una buena noticia. Los ángeles nos anunciaron la gran noticia de la Noche buena. Albricias también significa exclamación de júbilo por una noticia feliz. Por eso, nuestra felicitación de este año para todos vosotros, en medio del Adviento, desde este programa de “Ojos para ver” es: “Albricias, hijos de Eva”. (Música: ERA Haendel) 1.- EL DON DE LA BELLEZA Andrés.No todo lo que se ofrece como arte, es arte ni tiene belleza. Su forma expresiva carece del don del esplendor, y de su contenido no hay modo de descubrir en qué puede alumbrar el anhelo de verdad de todo ser humano. El arte eleva siempre al ser humano, lo purifica, aun contemplando aspectos negativos o desagradables. Santiago.Ningún texto tan luminoso como el que Benedicto XVI pronunció a los artistas, nada menos que en la Capilla Sixtina en 2009: “Con demasiada frecuencia, sin embargo, la belleza de la que se hace propaganda es ilusoria y falaz, superficial y cegadora hasta el aturdimiento y, en lugar de sacar a los hombres de sí y abrirles horizontes de verdadera libertad, empujándolos hacia lo alto, los encarcela en sí mismos y los hace ser todavía más esclavos, quitándoles la esperanza y la alegría. Se trata de una belleza seductora pero hipócrita, que estimula el apetito, la voluntad de poder, de poseer, de prepotencia sobre el otro y que se transforma, rápidamente, en lo contrario, asumiendo los rostros de la obscenidad, de la trasgresión o de la provocación en sí misma.” Escuchen con atención: “rostros de la obscenidad, rostros de la transgresión o rostros de la provocación”. Para dolor de los creyentes, qué otra cosa ha sido la ofensa sacrílega que ha sufrido Jesús sacramentado en una exposición que, bajo el señuelo de arte, se está llevando a cabo en una sala de exposiciones de Pamplona, patrocinada por el Ayuntamiento y amparada por votación de un Parlamento mayoritario. 4 Sustituid por círculos blancos idénticos en forma y color las hostias consagradas que el autor ha utilizado y veréis cómo la obra se desinfla y se convierte, en pro de la palabra pederastia, en un anodino panel publicitario, al que un hombre desnudo le da la espalda. Manda narices, el vigor no se lo da ni la forma ni el color, sino la blasfemia y el sacrilegio que comete un autor no creyente. Y para colmo bajo el amparo de la libertad de expresión. He aquí un ejemplo de lo que Benedicto XVI llamó “rostro de la provocación”. Es un gozo el texto completo de nuestro Papa emérito, para aprender a diferenciar el arte de sus burdas caricaturas ¿Te importa leerlo, Andrés? Andrés.Cómo no. “La auténtica belleza, por el contrario, abre el corazón humano a la nostalgia, al deseo profundo de conocer, de amar, de salir hacia el otro, hacia más allá de sí mismo. Si aceptamos que la belleza nos toque íntimamente, nos hiera, nos abra los ojos, entonces redescubrimos la alegría de la visión, de la capacidad de comprender el sentido profundo de nuestro existir, el misterio del cual somos parte y del cual podemos obtener la plenitud, la felicidad, la pasión del compromiso cotidiano. Juan Pablo II, en la Carta a los Artistas, cita, en este contexto, este verso de un poeta polaco, Cyprian Norwid: "La belleza sirve para entusiasmar en el trabajo, el trabajo para resurgir" (n.3). Y más adelante añade: "En cuanto búsqueda de la belleza, fruto de una imaginación que va más allá de lo cotidiano, es por su naturaleza una especie de llamada al Misterio. Incluso cuando escudriña las profundidades más oscuras del alma o los aspectos más desconcertantes del mal, el artista se hace de algún modo voz de la expectativa universal de redención" (n. 10). Y en la conclusión afirma: "La belleza es clave del misterio y llamada a lo trascendente" (n. 16). Santiago.La belleza siempre te eleva por encima de ti mismo. La pseudobelleza tiene la fuerza de arrastre de un sumidero que te saca de ti mismo, te perturba y te arroja a los pies de tu misma dignidad. (Música - Andre Bocelli: Gloria in Excelsis Deo) 2.- APRENDER A MIRAR Santiago.Nada se nos da hecho. También la sensibilidad ha de ser educada, también ha de ser educado el corazón. Aprender a mirar con el corazón. Si hay un relato en el que se aprenda esta lección de un modo sublime y a la vez enternecedor es El principito, de Antoine de Saint Exupèry. Andrés.Creo que merece la pena, en alguna ocasión futura, dedicar un programa entero a extraer de este pequeño gran tesoro algo de su mensaje. De momento, 5 recordemos aquella sentencia, de todos conocida: “Lo esencial es invisible a los ojos. Sólo se ve bien con el corazón”. El Principito había venido a la Tierra para aprender, pero sus reflexiones y asombros se convierten en lección para el aviador que nos cuenta su historia. Tras una vida de aparente integración social, éste, amoldado a los tópicos del pensamiento políticamente correcto y desconocedor de la verdadera amistad, a pesar de sobresalir por la prestancia de su trabajo, experimenta un momento de crisis y de vacío existencial, “en serio peligro de muerte y a mil millas de toda región habitada”. El pequeño misteriosamente llegado de un planeta en apariencia insignificante, ha pasado por la experiencia del desamor y del decepcionante encuentro con personajes estériles y encerrados en sí mismos, hasta que un zorro amigo le enseñó el secreto que en su seno esconden las cosas: Que sólo se conoce y comprende lo que se ama, lo que se “domestica”. Y que el auténtico valor de las cosas -y en especial el de las personas- no está en su utilidad o su apariencia, sino en la ocasión que nos ofrecen para mirarlas con respeto y para establecer vínculos personales de entrega, de servicio, de dedicación del tiempo y de la vida. Santiago.Elijamos un fragmento del capítulo 25. ¿Te importa leerlo, Andrés? “Lentamente subí el cubo hasta el brocal donde lo dejé bien seguro. En mis oídos sonaba aún el canto de la roldana y veía temblar al sol en el agua agitada. -Tengo sed de esta agua -dijo el principito-, dame de beber... ¡Comprendí entonces lo que él había buscado! Levanté el balde hasta sus labios y el principito bebió con los ojos cerrados. Todo era bello como una fiesta. Aquella agua era algo más que un alimento. Había nacido del caminar bajo las estrellas, del canto de la roldana, del esfuerzo de mis brazos. Era como un regalo para el corazón. Cuando yo era niño, las luces del árbol de Navidad, la música de la misa de medianoche, la dulzura de las sonrisas, daban su resplandor a mi regalo de Navidad. -Los hombres de tu tierra -dijo el principito- cultivan cinco mil rosas en un jardín y no encuentran lo que buscan. -No lo encuentran nunca -le respondí. -Y sin embargo, lo que buscan podrían encontrarlo en una sola rosa o en un poco de agua... -Sin duda, respondí. Y el principito añadió: -Pero los ojos son ciegos. Hay que buscar con el corazón.” 6 Santiago.Yo también, Andrés, tengo sed de esta agua. Machado, en sus coplillas nos planteaba la eterna cuestión: “bueno es saber que los vasos nos sirven para beber; lo malo es que no sabemos para qué sirve la sed”. La lectura simbólica del agua y de la sed nos lleva a la necesidad que sentimos de encontrar respuesta a tantos misterios, presentes en nuestro caminar. Sabemos, ya lo creo, que existe la respuesta como el agua clara que la calma. Inevitablemente se nos hace presente uno de los pasajes más bellos y luminosos del Evangelio: el encuentro de Cristo con la Samaritana. “Sabemos que ha de venir uno que nos lo ha de explicar todo” Sin duda, hasta el “para qué sirve la sed”. El agua que salta hasta la vida eterna es un agua que quien la prueba no necesita volver a beber nunca más. Comprendo a Pedro: ¿A dónde iremos, Señor? Tú tienes palabras de vida eterna. Pero Cristo le pide un poco de agua del pozo de Jacob para calmar el ardor de su sed, el agua de la cotidianidad, agua como el pan nuestro de cada día. Saint-Exupèry contempla esta agua vital y nos devela los secretos que encierra. ¿No te parece, Andrés, que en la vida no vale todo; que todas las cosas deben mostrar el esplendor que poseen? Andrés.Un agujero en la arena puede ofrecer su agua, en medio del desierto. Es útil y necesaria, pero no solo de pan, o de esa agua, vive el hombre… Es preciso desvelar en plenitud en qué consiste esa otra agua que es “buena para el corazón”: “Aquella agua era algo más que un alimento. Había nacido del caminar bajo las estrellas, del canto de la roldana, del esfuerzo de mis brazos”. Es entonces cuando podemos descubrir que al beber el agua están presentes elementos no menos necesarios para calmar los otros tipos de sed: la belleza de las estrellas reflejadas, el decoro de la obra humana en la fábrica del pozo, el reconocimiento del trabajo de los hombres y sobre todo el olvido de sí y 7 la entrega solícita a la persona amiga o amada, de cuyo bien y felicidad uno se siente responsable. Y así, todo en la vida se llena de sol. Todo lo cotidiano, convertido en don, se aureola de la alegría de las fiestas, se transforma en una fuente sentido y en “un regalo para el corazón”. Santiago.La cultura de usar y tirar no posibilita el agradecimiento y atrofia la capacidad de admiración que encierran todas las cosas. “Cuando yo era niño, las luces del árbol de Navidad, la música de la misa de medianoche, la dulzura de las sonrisas, daban su resplandor a mi regalo de Navidad.” Para agradecer este resplandor es necesario “buscar con el corazón”. De lo contrario “los ojos son ciegos”. El agua que salta hasta la vida eterna fundamenta el gozoso encuentro con toda la creación. Los hombres deberán cuidarse de la construcción del pozo para cantar la dignidad del agua como hicieron templos y catedrales para hacer visible lo invisible y proclamar la maravilla del ser que los habita. (Música: Enya: Adeste fideles) 3.- RINCÓN PARA LA PINTURA Santiago.En esta ocasión, aunque de manera muy somera, queremos presentaros tres cuadros que representan la misma escena: la adoración de los pastores. Tres miradas muy diferentes sobre un mismo asunto. El primero lo pintó Hugo van der Goes, un flamenco tocado de genialidad, a las puertas del Renacimiento, en el llamado “Otoño de la Edad Media”, a finales del XV. El segundo, Caravaggio, que lo pinta en los años finales de su vida, hacia 1609. El tercero, Doménicos Theotocópuli, el griego nacionalizado español que lo pintó en 1613 o 14, también a las puertas de su muerte. Tres enfoques y tres perspectivas diferentes. Tres modos de mirar un mismo asunto. Andrés.- ¿Por cual quieres empezar, Santiago? Santiago.1) Quizás la más desconcertante y provocativa es la de Caravaggio. Ha eliminado la aureola de exaltación que la fe fue aportando a lo largo de los siglos. Ni en los espacios ni en los vestidos ni en ornamentos, nada nos permite adivinar que esa joven mujer, es además de madre, la Reina de cielos y tierra. 8 Como antítesis nos presenta la escena en medio de una total pobreza, en un establo humilde, en el que la Virgen aparece echada en el suelo, apoyada con el brazo izquierdo en el pesebre, y con signos del cansancio del viaje y de quien acaba de dar a luz, gozosa sí por su niñito regordete en brazos. ¿Realismo desmitificador? La fe está presente en la piedad religiosa visible en la humilde y alegre adoración de los pastores y en la veneración que muestra San José -la divinidad está escondida-; y en un signo más sutil que la conforma: la distribución de la escena. El pastor de pie, el del centro arrodillado, la Virgen María y el cestillo de las herramientas del carpintero dibujan el palo mayor de la cruz. Los dos pastores y San José, el travesaño. La contemplación realista, tal como pudo suceder, no atenta contra la fe. No desmitifica lo nuclear: contemplamos la humanidad, pero adoramos postrados la divinidad y adivinamos que en el Niño se insinúa nuestra redención. La mula y el buey cierran el fondo oscuro en contraste con la claridad natural que ilumina los personajes y la escena. Andrés.- Pasemos a comentar la Adoración de El Greco. Santiago.2) En el del Greco estalla en luz la divinidad. El Niño Dios se mantiene ingrávido sobre los refulgentes pañales y su luz celestial refulgente ilumina los rostros de los pastores y resalta el éxtasis contemplativo de María y el movimiento corporal girando sobre sí mismo de San José. Es una danza entorno al Niño. En la que el movimiento celeste de los ángeles se convierte en torbellino. Colores brillantes y contrapuestos. El Niño aparece en su tamaño real. Dios se ha empequeñecido en la encarnación y nacimiento. Son los humanos los que aparecen agigantados y engrandecidos. No se trata de una técnica caprichosa propia de los gustos de un autor. No. El Greco busca en su pincel hacer visible lo invisible. El nacimiento de Dios ha convertido a los hombres en gigantes cuando exultan de gozo en su presencia o se postran para adorarlo. Y 9 es en este detalle donde el cuadro del Greco, a mi entender, alcanza el grado de genialidad. El Greco aparece de rodillas adorando al Niño Dios, como un pastor más, de espaldas, vestido con su pellico, arrodillado y a la vez esbelto en su estatura, porque solo ante Dios la humillación del hombre, lo eleva a su máxima categoría. Andrés.- Este cuadro era especialmente querido por el Greco, ¿no es así? Santiago.Así es, porque, para colmo, nos advierten los estudiosos del Greco, que este es el cuadro que destinó el pintor para que presidiera su tumba. Determinó en su testamento que presidiese sus restos mortales esta adoración de los pastores como voluntad última de que lo recordasen las generaciones futuras adorando al Verbo encarnado. El cuadro estuvo en Santo Domingo el Viejo de Toledo y allí descansó su cuerpo pero pronto fue trasladado. En 1954 compró el cuadro el Museo del Prado y aquí lo podemos admirar. No olvidéis al contemplarlo la última voluntad del autor. Andrés.- Y vayamos ahora al “Tríptico Portinari”, la tercera obra. Santiago.3) El tríptico Portinari conocido así por el nombre del donante Tomás Portinari, presente en la escena con su familia como iglesia doméstica. Hugo van der Goes cree sinceramente en lo que la Santa Iglesia Católica enseña. Tras una profunda crisis personal, se consagra a Dios como monje. Esta es su obra cumbre la Adoración de los pastores. El pintor parte de la narración bíblica que nos cuenta cómo aquellos humildes pastores, tras oír el mensaje del 10 ángel, se fueron presurosos a adorar al Niño. Sin embargo Van der Goes ha profundizado más en el misterio. Un niño pequeñito, un niño casi insignificante se convierte en el centro del cielo y de la tierra. Los ángeles con ropas sencillas o vestidos de pontifical le adoran, algunos como en revuelo por lo alto, otros arrodillados en la tierra, en el escenario de los hombres. La Virgen contempla extasiada el prodigio. Y San José, consciente de que tiene delante a la divinidad, de que está en lugar sagrado, se ha descalzado, como Moisés ante el Señor. Su sandalia solitaria hace visible y hasta tangible su humildad y su reverencia, además de su figura y el gesto de su rostro. Al pie de la escena y nada menos que en el humilde portal, un bodegón: dos jarrones con sendos ramos de flores blancas y rojas y un manojo de espigas. Simbolismo de los misterios de Cristo; pero también finura y buen gusto para adornar y engalanar tan sublime cotidianidad. En el mensaje de los signos nos aleccionan los diferentes modos de presentar las manos: San José, piadoso; María, asombrada, mostrándonos a su hijo; pastores y ángeles, admirados o en adoración. Andrés.Llama la atención lo relativo al tamaño de las figuras. Porque no es que se desconozca la perspectiva, ni mucho menos. Santiago.Cierto. No es menos significativo es el tamaño de las figuras. María, San José, los pastores y los santos que aparecen en las tablas laterales, contrastan con el menor tamaño de los ángeles, e incluso con el de la familia Portinari. No se trata de un problema de perspectivas, sino de simbolismos. ¿Por qué si no la diminuta y frágil y hasta escuálida imagen del Niño? Más acuciante es la desproporción entre los pastores y el noble donante. ¿Pretende exaltar a los humildes o es simple respeto a los protagonistas de los que fueron testigos del acontecimiento inicial? Andrés: - Es interesante también comentar el buscado anacronismo de esta pintura. ¿Cómo hemos de interpretarlo? 11 Santiago.Como ya era habitual en el arte, la escena que aconteció en un momento concreto de la historia, está sucediendo ahora en el presente: todos los detalles reflejan ese final del siglo XV. No estamos ante un anacronismo. El creyente sabe que los misterios conmemorados vuelven a actualizarse en las celebraciones y en los calendarios litúrgicos año a año y día tras día. Por eso el espacio figurado es una calle, en medio de la ciudad y junto al atrio porticado de una iglesia y no en la cueva tradicional, aunque no falten ni la mula ni el buey. No es casual que el acontecimiento tenga lugar en medio de la ciudad. Para cualquier creyente la fe no es para vivirla en privado. No había llegado todavía la fractura de la Cristiandad ni del hundimiento de la sociedad como comunidad. Tres eran los estamentos de la sociedad medieval: oradores (los religiosos), aradores (el pueblo llano trabajador) y los defensores (la nobleza). Los tres están presentes, en representación de toda la sociedad: los pastores, el noble Portinari y su familia y los monjes como San Antonio que dejan grutas y ermitas y se dirigen al portal. Los apóstoles, como San Andrés, santas como Magdalena y Santa Margarita. Este cuadro representa la participación de toda la comunidad, de toda la sociedad en el reconocimiento de la suprema soberanía de El Señor. Venid todos a adorarle. (Música: I´m Dreaming of Home) 4.- LOS CAMINOS DEL ARTE: El lenguaje cinematográfico. “FELIZ NAVIDAD” (Christian Carion, 2005) Andrés.El cine es, de partida, el arte de la imagen fotográfica en movimiento, puesta al servicio de una narración o de un relato. Un texto escrito o meramente hablado utiliza unos recursos, y la narración fílmica otros. Es decir, que se dicen o se callan las cosas de diferente modo. Ciertamente, con el lenguaje audiovisual se puede sugerir y ocultar, decir la verdad y mentir. Y también cabe expresar de forma más acertada o más torpe lo que quiere decirse. El cine integra aportaciones de todas las demás artes de un modo poderoso; utiliza ritmos, criterios de interpretación, connotaciones y percepciones completamente distintas a las del texto o las del teatro, debido a una combinación sumamente libre de imágenes, sonidos, movimientos, música, palabras e interpretación actoral. Además, hoy en día, las posibilidades técnicas de la animación y el tratamiento por ordenador, le proporcionan una tremenda capacidad de llegar emocionalmente al espectador. Y ello se puede poner al servicio de una historia, de una idea, de un acontecimiento como, en este caso, la Navidad. Santiago.Hoy nos detenemos a comentar la más emocionante secuencia de la 12 película “Feliz Navidad”, estrenada 2005, con una bella banda sonora del compositor Philippe Rombi, y que fue nominada al Oscar representando a Francia en ese año. Ver enlace (fragmento): https://youtu.be/EHYAembXaAY Andrés.Se trata del segundo largometraje de Christian Carion, basado en el relato "La increíble Navidad de 1914", de Yves Buffetaut, y cuenta la “Primera Tregua de Navidad”, ocurrida, realmente, en la Nochebuena de 1914 durante la Primera Guerra Mundial, en un frente en el que combatían tropas alemanas, escocesas y francesas. Semejante gesto fue condenado por igual e inmediatamente por los mandos respectivos como Alta traición. Los hechos acontecieron en Yprès, en Bélgica, en el espacio de los poco más de 50 metros que separaban las trincheras enemigas, y con temperaturas por debajo de 10 grados bajo cero. Santiago.La película exalta el verdadero espíritu de la Navidad, basado en la común dignidad humana, la amistad, la familia, la honestidad y la paz, con ocasión de la Nochebuena en que se conmemora el Nacimiento de Jesucristo. Las historias humanas, los dramas personas o familiares que no entienden de ideologías, muestran que el ser humano es y debe ser, sobre todo, humano. Y que la paz es posible entre los hombres de buena voluntad. La música puede ser el vehículo que encienda este espíritu. Y eso es lo que ocurrió efectivamente entre los soldados combatientes, llamando a la confraternización. Andrés.Nos vamos a detener concretamente en la escena más significativa de la 13 película. Es Nochebuena. Los ejércitos atrincherados se vigilan con desconfianza después de un duro combate. Los cadáveres de unos y de otros se distinguen claramente desde las trincheras a la tenue luz de la luna, cubiertos por una capa de nieve helada. La cámara se recrea en los rostros de los personajes, en sus ojos, en su reflexión crispada y doliente, en la humanidad que brota en cada gesto. Entre las tropas alemanas se encuentra un afamado tenor de la Ópera de Berlín, Nikolaus Sprink. En medio de la crispada vigilancia, disfrutan en sus trincheras de una cena frugal, en la que no faltan algunos pequeños adornos y velas esparcidas por doquier. Súbitamente, el capellán del batallón escocés inicia con su gaita una canción (en la película, el Himno de la fraternidad, de Philiphe Rombi), sacudiendo los sentimientos de unos y otros, en un mezcla de júbilo y de nostalgias. De improviso, Sprink, el tenor, entona en la trinchera alemana el "Noche de Paz", que es escuchado en silencio por todos los combatientes. La voz se capta al principio fuerte, en primer término, y la cámara nos muestra al intérprete sereno y consciente de la emoción del instante y de lo que en su canto se proclama; después la cámara salta de un rostro a otro, hasta el foso del enemigo; todos aparecen absortos y conmocionados, al tiempo que la melodía se escucha más lejana, tal como se escucharía desde la trinchera contraria. Vuelve de nuevo la voz al primer término, llevando el corazón del espectador directamente a los sentimientos más crispados y a flor de piel, de unos y de otros. Al terminar, tras un instante, se escucha el cerrado aplauso de los soldados de uno y otro bando, hasta que el entusiasmo se hace general. Santiago: Y entonces… Andrés.- Entonces, el soldado-tenor, incitado por la gaita del capellán escocés, toma en su mano un pequeño abeto iluminado por unas velas e irrumpe en el destrozado terreno que separa las trincheras, entonando a capela el villancico "Adeste, fideles". A los pocos compases, los gaiteros escoceses se suman a la melodía y, entre sollozos de alegría, los soldados de los tres ejércitos balbucean en el mismo idioma las palabras “Venite, adoremus”… Vuelve el montaje a mostrar planos y contraplanos de la cámara; la canción suena tan pronto en primer término como alejada, rasgando el silencio tenso que lo invade todo. Los corazones, a un lado y a otro laten con fuerza inusitada… 14 Conmovidos, unos y otros deciden acercarse, dejando a un lado sus armas, e intercambiar bebida, alimentos y tabaco; sonríen, y acuerdan compartir oración y la Misa del Gallo, en la que destaca el canto emocionado del Ave María. Las oraciones en latín son contestadas por todos los presentes. Llegado el amanecer, se ayudarán a enterrar a los caídos e incluso llegan a improvisar un partido de fútbol. Santiago.- Aunque hablen idiomas diferentes, aunque lleven varios días combatiéndose, los soldados no se ven como enemigos, comparten ideales y valores similares y poseen una cultura común, que la Navidad ha venido a despertar en el más difícil de los escenarios. Andrés.“-¿Qué sabe el país de lo que se sufre aquí?”, dirá dos días después el teniente francés a sus superiores, cuando se le acuse de alta traición. “Me siento más cerca de los alemanes que de aquellos que piden su muerte delante de un pavo relleno.” Y, en medio de la guerra, aquel 24 de diciembre de 1914, en las trincheras abiertas en el suelo de Yprès, Bélgica, ante la incomprensión de los poderosos, la paz abrió sus ojos asustados para contemplar en medio de la noche oscura la luz del Nacimiento de Cristo. (Música: Andrea Bocelli: Glora in Excelsis…) 5.- CAMINOS PARA LA POESÍA LUIS ROSALES: DE CÓMO VINO AL MUNDO LA ORACIÓN Santiago.En las proximidades de la Navidad, mi nostalgia me ha llevado a “Retablo sacro del nacim iento del Señor (1940) que Rosales, otro de los grandes poetas del siglo XX y que volvió a publicar ampliado en 1964. Cuando leo sus sonetos me siento transportado a la obra de Fray Angélico. Es la Navidad que durante siglos ha celebrado el pueblo cristiano. La piedad religiosa, sustentada 15 en la fe, canta al Niño que nos ha nacido y glorifica a una Madre que ha posibilitado la encarnación del Verbo con su sí generoso. De lirio en oración, de espuma herida por el paso del alba silenciosa; de carne sin pecado en la gozosa contemplación del niño sorprendida; de nieve que detiene su caída sobre la paja que al Señor desposa; de sangre en asunción junto a la rosa del virginal regazo desprendida; de mirar levantado hacia la altura como una fuente con el agua helada donde el gozo encontró recogimiento; de manos que juntaron su hermosura para calmar, en la extensión nevada, su angustia al hombre y su abandono al viento. El soneto se transforma en una sinfonía acorde con la dulce melodía que descubrió para España el maestro del endecasílabo, Garcilaso. Perfecto. Contrasta su delicada plasticidad con el reciente dolor que había causado a nuestra patria el cuarto jinete del apocalipsis, la guerra, y que aún está asolando Europa y parte del mundo. Alguien juzgó que se trataba de una poesía descomprometida, evasión frente a tono elegíaco o heroico que estaban reclamando tantos horrores. Siempre me pareció que se trataba de una descalificación interesada. Rosales no está componiendo un poema formalista o simplemente estético en el sentido que delimita la expresión del arte por el arte. Rosales es un hombre religioso, un hombre de fe que levanta con su palabra delicada y profunda un retablo de esperanza, entre tantos calcinados o destruidos. Su factura clásica no debilita ni la emoción ni el sentimiento. Si las canciones de tipo tradicional compiten con el Lope de villancicos y letrillas, sus sonetos cincelados y policromados en colorido, el rojo de la rosa y de la sangre y la blancura de la nieve, convierten cada poema en un espacio sublime, sereno, en el que es posible percibir la paz que el mundo en discordia ha perdido. El título nos orienta hacia el asunto: La oración vino al mundo en el instante en que la Doncellita de Israel, la Virgen Madre veneró al clavel, rosa ahora, que se ha desprendido de su seno. Las imágenes no pueden ser más delicadas. María es un lirio en oración, es espuma herida en silencio por el paso del alba, es carne sin pecado sorprendida en la contemplación del niño. Es más Es nieve que detiene su caída 16 sobre la paja; es sangre en asunción junto a la rosa del virginal regazo desprendida. Si en los cuartetos contemplamos a María por decirlo gráficamente de cuerpo entero, en el primer terceto nos resalta la mirada levantada hacia la altura y la contempla tan en oración de quietud que la compara a una fuente estática con el agua helada, expresión máxima de su gozoso recogimiento. Observad que la joven madre no dirige su mirada al niño sino hacia lo alto. Bien sabe ella que este Niño- se nos ha concedió por la entrañable misericordia de nuestro Dios como sol que nace de lo alto para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Es una oración de acción de gracias al único que puede devolver al mundo la alegría. Permitidme el anacronismo: María con su mirada parece pronunciar “Padre nuestro” El último terceto se detiene en las manos. Manos juntas en actitud de súplica. De nuevo aparece la nieve; pero ahora su extensión nos evoca los escenarios de las guerras. Sí, es nieve; pero más que blanca fría. María en el instante del nacimiento de su hijo nos trajo la oración en grado sumo de agradecimiento y súplica con una doble finalidad calmar la angustia del hombre y, en un símbolo de estirpe sanjuanista, calmar el abandono del viento. Con este soneto os felicito la Navidad. Ojalá María nos calme angustias y abandonos, aunque sea en ese misterioso símbolo del viento. (Música: Penny Lane Beatles) 17 NOTICIAS DE INTERÉS 1) En el MUSEO DEL PRADO sigue abierta hasta el 10 de enero de 2016 la extraordinaria exposición “EL DIVINO MORALES”. Tras su paso por el Museo del Prado, la exposición recalará en el Museo de Bellas Artes de Bilbao a partir de febrero, y en el Museo Nacional de Arte de Cataluña de Barcelona de junio a septiembre de 2016. 2) En el Museo de Bellas Artes de Bilbao, precisamente, se ha organizado un Ciclo de conferencias titulado La Biblia del Prado. La historia sagrada en el arte. Se trata de 6 conferencias organizadas en colaboración con la Fundación Amigos del Museo del Prado y que se celebrarán desde el 13 de enero hasta el 17 de febrero de 2016. 3) Como seguramente habrán advertidos muchos de nuestros oyentes, este año la obra de arte que adorna los billetes del sorteo de Navidad es la Adoración de los pastores, del pintor barroco Juan del Castillo. El óleo se puede disfrutar en vivo en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. La imagen, muy rica en colorido, representa la escena del Nacimiento donde el niño Jesús, en una posición central, va a ser arropado por la Virgen María. Al mismo tiempo, los pastores le rodean y se disponen a mostrarle sus ofrendas. 18 4) También en Madrid, el domingo 20 de diciembre, a las 12 del medio día, la Orquesta y Coro Nacionales de España ofrece un concierto en el auditorio Nacional para disfrutar en familia: El Requiem de Gabriel Fauré, dirigido por Jesús López Cobos. Se trata de una iniciativa de gran valor didáctico, pensada para toda la familia. En estos conciertos un narrador desvela los secretos de la obra antes de la interpretación y a continuación se realiza un coloquio con los propios músicos. (Música: Bocelli: Gloria in Excelsis, de nuevo)
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