AMOR TIRANO Sonetos Ficha Técnica: Diagramación: Mery Murillo A. Revisión de textos: José Raúl Jaramillo Restrepo Caligrafía: Ana Isabel Vélez Ilustración de cubierta: Pendiente La impresión fue dirigida por Carlos Villa A. Encuadernación y estuche: Carlos Quijano. Pasta dura, costura por cuadernillos. Formato: 11,5 x 17 cm Número de páginas: 49 Impreso en Todográficas Ltda. en el mes de julio de 2006. Se usó papel Kimberly de 90 gramos y cartulina de 200 gramos. Editorial Pi [email protected] Editor: Álvaro Lobo La introducción fue tomada de Antología del soneto enamorado, Editorial Horizonte. Se imprimieron cincuenta ejemplares, ninguno de los cuales será puesto a la venta Índice 7 El soneto, síntesis maravillosa 11 Alabanza de Beatriz Dante Alighieri 12 Belleza de Laura Francisco Petrarca 13 Venturosa prisión Ludovico Ariosto 14 Soneto LXXXV Juan Boscán 15 Soneto Garcilaso de la Vega 16 Soneto Gaspar Gil Polo 17 Soneto Louise Labé 18 Soneto Gregorio Silvestre 19 Al amor Baltasar del Alcázar 20 Compara su amada a la aurora Torcuato Tasso 21 Soneto Luis Barahona de Soto 22 Enamorado Lope de Vega 23 Esta tarde Sor Juana Inés de la Cruz 24 Soneto XVIII William Shakespeare 25 Preso en los laberintos Francisco de Quevedo y Villegas 26 Pidiéndole piedad Luis Carrillo y Sotomayor 27 Los afectos de amor Gabriel Bocángel 28 Soneto Eugenio Gerardo Lobo 29 Sobre el poder del tiempo José del Cadalso y Vásquez 30 Soneto Manuel González Prada 31 Amor verdadero Guillermo Valencia 21 Caracolas marinas Francisco Villaespesa 33 A una dama Ricardo León 34 El intruso Delmira Agustini 35 Confidencia Rafael Maya 36 Soneto a María Miguel Ángel Asturias 37 Exige a su amor que le escriba Federico García Larca 38 1964 Jorge Luis Borges 40 Adiós José Eustasio Rivera 41 Soneto Francisco Luis Bernárdez 42 Soneto al amor Alberto Ángel Montoya 43 Nada Alberto Franco 44 Soneto del vivo amor Meira Delmar 45 Amor Carlos Castro Saavedra 46 Todavía Dora Castellanos 47 Sé que estoy vivo Jorge Gaitán Durán 48 Soneto Elkin Obregón 49 Tu amor o la muerte Hernando García Mejía El soneto, síntesis maravillosa Entre las rejas de sus catorce versos aparece dulcemente aprisionado el soneto. En su pequeña arquitectura contiene los más exquisitos aromas, las más puras esencias poéticas, el delicado substrato emocional. Rosa de catorce pétalos, como alguien lo bautizara bellamente, va dejándolos caer entre sus manos señoriales el hada madrina de la poesía, hasta quedar en su poder únicamente el aroma total del soneto, el encanto diluido en catorce pausas musicales. Porque, como afirmara Schaeffer, el soneto es «canción hablada, oración melódica, declamación musical». El mismo sonecillo que repicó en los villorrios italianos al compás de músicos pastoriles, se pasea airoso por las ciudades castellanas, compañero inseparable de un Garcilaso, suspirante guerrero; de Góngora, culterano y extraño; de Quevedo, mordaz y jacarandoso; de Lope, eterno e insaciable enamorado. Y llega a nuestra Amé7 rica en las velas de los bajeles peninsulares y riega su retintín sonoro por todos los rincones de este amplio corazón territorial, entre luces de espadas conquistadoras y centelleantes miradas de pasión. Símbolo de la galantería cortesana fue el soneto. En soneto se batieron, por una sonrisa promisoria, nobles de las cortes imperiales que tras el duelo lírico rubricaban su creación con la sangre generosa y ardiente del vencedor en la poética lid. Cuántos de aquestos denodados caballeros, trovadores artistas y poetas hubieran dormido tranquilos en sus tumbas si sobre ellas hubiera resaltado aquel epitafio: «... dejó un cuadro, un puñal y un soneto». Es el soneto la síntesis magnífica del pensamiento poético. En él, como en los diminutos envases de cristal tallado, se concentran las más finas esencias. Es, en el orden de la poesía, lo que el «Lied» en la estructura musical: la emoción expresada en frases cortas, cuya elocuencia es más decisiva que la del largo periodo declamatorio. Por algo afir8 maba un crítico famoso que «un soneto sin defecto vale por un largo poema». El tema del amor, universal y eterno, fuente de inagotables filones líricos es el común denominador de este haz de sonetos, que desde la fecunda cantera de los clásicos europeos llega a confundir sus acentos con los de la trémula comarca lírica de América. Ellos comprenden suficientemente que, como en el verso de un español moderno, «cabe la vida entera en un soneto». 9 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49
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