Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’OSSERVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum Año XLVIII, número 2 (2.448) El deber de la ejemplaridad GIOVANNI MARIA VIAN En el discurso navideño del Papa Francisco a la Curia no podía faltar la referencia al discurso fundacional de Pablo VI de 1963. Dirigido a sus colaboradores el 21 de septiembre, exactamente tres meses después de la elección y en vísperas del reinicio del Concilio suspendido al morir Juan XXIII, el texto muy equilibrado de Montini sobre el deber de la ejemplaridad sostuvo ciertamente la reflexión de su sucesor, que con toda claridad ha meditado ampliamente para preparar su ardua intervención, explícitamente relacionada a las de los años pasados. Y como en los discursos anteriores, también este catálogo de virtudes que debe proponerse cada curial se puede aplicar, como dijo Bergoglio, a «todo cristiano, curia, comunidad, congregación, parroquia y movimiento eclesial». Doce parejas de virtudes, cuyas iniciales en italiano forman la palabra «misericordia» y que el Pontífice ha presentado como «antibióticos» para las enfermedades espirituales: misionaridad y pastoralidad, idoneidad y sagacidad, espiritualidad y humanidad, ejemplaridad y fidelidad, racionalidad y amabilidad, inocuidad y determinación, caridad y verdad, honestidad y madurez, respetuosidad y humildad, dadivocidad y atención, impavidez y prontitud, atendibilidad y sobriedad. Todos antídotos, y de los cuales hay una clara necesidad, hasta el punto de que en el sucesivo encuentro con los empleados vaticanos el Papa pidió perdón por los escándalos provocados por los hechos, verdaderamente penosos, de los últimos tiempos. Asegurando al mismo tiempo que lo sucedido ha sido y será «objeto de sincera reflexión y medidas decisivas. La reforma seguirá adelante con determinación, lucidez y valor, porque ecclesia semper reformanda». No por casualidad en tiempos del concilio, Pablo VI dirigió a los curiales palabras que vale la pena recordar también hoy: «Desde todos los rincones se mira a Roma católica, al pontificado romano, a la Curia romana. El deber de ser auténticamente cristianos es aquí sumamente importante. No recordaremos a vosotros este deber, si a nosotros mismos no lo recordásemos cada día. En Roma todo enseña: la letra y el espíritu. Cómo se piensa, cómo se estudia, cómo se habla, cómo se siente, cómo se actúa, EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Ciudad del Vaticano Francisco inicia un nuevo ciclo de catequesis en las audiencias generales La misericordia es el nombre de Dios Mensaje de Francisco para el Jubileo de los jóvenes La persona en el centro de las políticas migratorias PÁGINAS 6-9 Del «oren por mí» al «oren conmigo» MARCELO FIGUEROA SIGUE EN LA PÁGINA 4 Discurso al cuerpo diplomático 15 de enero de 2016 «Preparar el corazón para poder meditar las palabras del Señor y vivir intensamente este Año Santo», es el aliento del Papa Francisco en su mensaje a los chicos y chicas que se preparan a celebrar el Jubileo de los Jóvenes en el marco del Año Santo. En su mensaje publicado la mañana de este jueves 14 de enero, el Santo Padre invitó a los jóvenes «a aspirar a grandes ideales». La Red Mundial de Oración del Papa (Apostolado de la Oración) que venía desarrollando una profusa tarea de difusión de las intenciones mensuales del Papa Francisco agregó este mes una novedad significativa: «El vídeo del Papa». El primero de ellos, que se dio a conocer en la Epifanía del 6 de enero, contiene además de lo claro de su mensaje, varios signos importantes y sellos muy personales. Invito a reflexionar en estas líneas sobre algunos de ellos. No es casual que la primera intención sea en favor del diálogo interreligioso. Francisco considera a éste un carisma especial de su pontificado. Tiene la certeza de que todos somos hijos de Dios basándose en el relato bíblico de la creación de que «Dios creo al ser humano a su imagen y semejanza» (Gn 1, 27). Desde allí invita a todos a difundir, orar y colaborar con esta causa que en Kenia calificó de «fundamental, no un lujo añadido u opcional». El encuentro entre las religiones se fundamenta en esa etiología y no en cualquier ideología. Por ello se constituye en un instrumento invencible ante el armado de sistemas religiosos fundamentaSIGUE EN LA PÁGINA 3 L’OSSERVATORE ROMANO página 2 viernes 15 de enero de 2016, número 2 En el Ángelus el Pontífice invita a los fieles a recordar la fecha de su bautismo Deberes para casa El día del bautismo «es la fecha de nuestro renacimiento como hijos de Dios». Por esto el Papa invitó a los fieles, reunidos en la plaza de San Pedro para la oración del Ángelus el domingo 10 de enero, a festejar ese día para «reafirmar nuestra adhesión a Jesús, con el compromiso de vivir como cristianos». Queridos hermanos ¡buenos días! y hermanas, En este domingo después de la Epifanía celebramos el Bautismo de Jesús, y hacemos memoria grata de nuestro Bautismo. En este contexto, esta mañana he bautizado a 26 recién nacidos: ¡recemos por ellos! El Evangelio nos presenta a Jesús, en las aguas del río Jordán, en el centro de una maravillosa revelación divina. Escribe san Lucas: «Cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco”» (Lc 3, 21-22). De este modo Jesús es consagrado y manifestado por el Padre como el Mesías salvador y liberador. En este evento —testificado por los cuatro Evangelios— tuvo lugar el pasaje del bautismo de Juan Bautista, basado en el símbolo del agua, al Bautismo de Jesús «en el Espíritu Santo y fuego». De hecho, el Espíritu Santo en el Bautismo cristiano es el artífice principal: es Él quien quema y destruye el pecado original, restituyendo al bautizado la belleza de la gracia divina; es Él quien nos libera del dominio de las tinieblas, es decir, del pecado y nos traslada al reino de la luz, es decir, del amor, de la verdad y de la paz: este es el reino de la luz. ¡Pensemos a qué dignidad nos eleva el Bautismo! «Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!» (1 Jn 3, 1), exclama el apóstol Juan. Tal estupenda realidad de ser hijos de Dios comporta la responsabilidad de seguir a Jesús, el Siervo obediente, y reproducir en nosotros mismos sus rasgos, es decir: es decir, mansedumbre, humildad y ternura. Sin embargo, esto no es fácil, especialmente si entorno a nosotros hay mucha intolerancia, soberbia, dureza. ¡Pero con la fuerza que nos llega del Espíritu Santo es posible! El Espíritu Santo, recibido por primera vez el día de nuestro Bautismo, nos abre el cora- Entrevista de Vida Nueva al secretario de Estado Pietro Parolin Un pulso a la actualidad En conversación con Antonio Pelayo, José Beltrán y Darío Menor La Iglesia no es ajena al mundo, vive en él, y desde él habla. Con los ojos abiertos a la realidad de los tiempos que le toca vivir, el secretario del Estado vaticano, Pietro Parolin ha concedido una entrevista a la revista española Vida Nueva pulsando las cuerdas de la actualidad. Una de ellas, la del terrorismo del Estado Islámico. Al referirse al fenómeno del extremismo el cardenal ha dicho que toca a la Iglesia redoblar sus esfuerzos para llenar «los vacíos causados por el nihilismo espiritual, evitando que así sean cubiertos por el odio y la violencia». Un desafío que se puede ver favorecido en este año jubilar de la misericordia al que mons. Parolin ha definido como un tiempo propicio para concentrarse en lo esencial de la vida cristiana que es la misericordia. «Esta experiencia profunda del amor de Dios» tiene que transformarse en «testimonio fuerte de amor y de paz». Algunos de los escollos que se presentan son las gue- rras, y la pobreza. En este sentido el cardenal se ha referido a la «palabra enérgica del Papa que interpela» y sacude las conciencias. Otro de los muelles tirantes que ha tocado es el de la inmigración, y al analizar la situación en Europa se ha referido a la urgencia de encontrar soluciones rápidas, favoreciendo L’OSSERVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt GIOVANNI MARIA VIAN director TIPO GRAFIA VATICANA EDITRICE L’OSSERVATORE ROMANO don Sergio Pellini S.D.B. Giuseppe Fiorentino subdirector Ciudad del Vaticano [email protected] www.osservatoreromano.va una integración que «conlleva derechos y también obligaciones». Lo doméstico ha estado presente también en la entrevista, particularmente la gestión económica financiera de la Santa Sede, de la que justamente dice se debe esperar «más que de los demás», «un estilo de vida sobrio en línea con la pobreza evangélica». En este punto y siempre en clave de la reforma de la Curia, Parolin ha manifestado que «puede hacerse más con menos» de ahí la necesidad de una estructura «más delgada y ágil». Emergió en la entrevista el reconocimiento del secretario de Estado por la labor que está realizando la Iglesia en España, a la que comparó con el Buen Samaritano «atenta y sensible al al sufrimiento» como lo confirma el trabajo de Cáritas que dijo era reconocido por «creyentes y no creyentes», y a la que animó a hacer frente al «secularismo galopante» que afecta a toda Europa. director general Servicio fotográfico [email protected] Publicidad: Il Sole 24 Ore S.p.A. Redacción System Comunicazione Pubblicitaria via del Pellegrino, 00120 Ciudad del Vaticano Via Monte Rosa 91, 20149 Milano [email protected] teléfono 39 06 698 99410 zón a la Verdad, a toda la Verdad. El Espíritu empuja nuestra vida hacia el camino laborioso pero feliz de la caridad y de la solidaridad hacia nuestros hermanos. El Espíritu nos dona la ternura del perdón divino y nos impregna con la fuerza invencible de la misericordia del Padre. No olvidemos que el Espíritu Santo es una presencia viva y vivificante en quien lo acoge, reza con nosotros y nos llena de alegría espiritual. Hoy, fiesta del Bautismo de Jesús, pensemos en el día de nuestro Bautismo. Todos nosotros hemos sido bautizados, agradezcamos este don. Y os hago una pregunta: ¿Quién de vosotros conoce la fecha de su Bautismo? Seguramente no todos. Por eso, os invito a ir a buscar la fecha preguntando por ejemplo a vuestros padres, a vuestros abuelos, a vuestros padrinos, o yendo a la parroquia. Es muy importante conocerla porque es una fecha para festejar: es la fecha de nuestro renacimiento como hijos de Dios. Por eso, los deberes para esta semana: ir a buscar la fecha de mi Bautismo. Festejar este día significa reafirmar nuestra adhesión a Jesús, con el compromiso de vivir como cristianos, miembros de la Iglesia y de una humanidad nueva, en la cual todos somos hermanos. Que la Virgen María, primera discípula de su Hijo Jesús, nos ayude a vivir con alegría y fervor apostólico nuestro Bautismo, acogiendo cada día el don del Espíritu Santo, que nos hace hijos de Dios. Al término de la oración mariana el Pontífice saludó a los grupos presentes, asegurando una bendición especial a los niños recién bautizados y a quienes «han recibido hace poco los Sacramentos de la iniciación cristiana o se están preparando». Queridos hermanos y hermanas: Os saludo a todos vosotros, fieles de Roma y peregrinos llegados desde Italia y desde diferentes países. Saludo en particular a los estudiantes del Instituto bachiller Diego Sánchez de Talavera La Real, España; al Coro Alpino Martinengo con sus familiares; al grupo de adolescentes de San Bernardo en Lodi. Como decía, en esta fiesta del Bautismo de Jesús, según la tradición he bautizado a numerosos niños. Ahora querría hacer llegar una especial bendición a todos los niños que han sido bautizados recientemente, pero también a los jóvenes y adultos que han recibido hace poco los Sacramentos de la iniciación cristiana o que se están preparando. ¡La gracia de Cristo les acompañe siempre! Os deseo a todos un feliz domingo. No os olvidéis de la tarea en casa: buscar la fecha de mi Bautismo. Y por favor, no os olvidéis también de rezar por mí.¡Buen almuerzo y hasta pronto! Tarifas de suscripción: Italia - Vaticano: € 58.00; Europa (España + IVA): € 100.00 - $ 148.00; América Latina, África, Asia: € 110.00 - $ 160.00; América del Norte, Oceanía: € 162.00 - $ 240.00. 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En su homilía había explicitado el sentido de ese gesto diciendo: «Entrar por la puerta significa descubrir la profundidad de la misericordia del Padre que acoge a todos y sale personalmente al encuentro de cada uno. Es Él el que nos busca. Es Él el que sale a nuestro encuentro… Será un año para crecer en la convicción de la misericordia. Que el atravesar la Puerta Santa, por lo tanto, haga que nos sintamos partícipes de este misterio de amor. Abandonemos toda forma de miedo y temor, porque no es propio de quien es amado; vivamos, más bien la alegría del encuentro con la gracia que lo transforma todo». Ese signo ya había sido anticipado en Bangui, realizando un acto que representaba una profunda novedad en la historia de los jubileos. Por primera vez la puerta santa no se abría en las basílicas papales, sino en África, poniendo de hecho a ese continente ante el mundo para que percibiera la potencialidad que posee para el futuro de la humanidad. El Papa Francisco desea que el jubileo sea principalmente un acontecimiento eclesial, vivido en cada Iglesia local, para redescubrir la fuerza de la misericordia en la vida cotidiana de los creyentes. Un compromiso concreto para hacer de cada uno un instrumento visible de misericordia con todos. De todo el mundo llegan testimonios conmovedores de la gran participación del pueblo con ocasión de la apertura de la puerta santa en cada diócesis. No bastaron las catedrales y los santuarios para contener el flujo de fieles que llenaron las plazas en espera de realizar el gesto y el perdón de Dios se perciben como una exigencia personal para dar sentido a los hechos dramáticos de la historia de estos años. Todo esto no impidió que también Roma fuera protagonista del jubileo. Exactamente un mes después del inicio del Año santo, hemos registrado la presencia de más de un millón de personas en los eventos jubilares. Para ser exactos, 1.025.000. Los números no son importantes en una dimensión espiritual. Sin embargo, son el índice de una intensa participación y de una exigencia sentida. La decisión de las autoridades civiles de peatonalizar la vía de la Conciliación durante el período natalicio permitió observar en esa zona a numerosas personas que desafiaron el miedo y los intentos de marginar la participación pública. La presencia de las fuerzas del orden aseguró más los eventos, y Roma vivió estos días de fiesta con la serenidad debida. El recorrido reservado a los peregrinos muestra cada día a grupos de fieles y personas que, con la cruz jubilar, se encaminan rezando hacia la puerta santa. Un testimonio de fe que conmueve y no deja indiferente. La misericordia es un verdadero conteniPuerta Santa en Santa María Mayor simbólico de pasar por la puerta santa. Un signo concreto de que la intuición originaria del Papa Francisco era una exigencia real del momento presente y, ciertamente, un incentivo para vivir los próximos años con responsabilidad misionera. Es precisamente así. La gran presencia del pueblo testimonia que el mensaje del encuentro con Cristo y la posibilidad de experimentar la ternura do que transforma y que, como enseña el Papa Francisco, te involucra en un movimiento de compromiso personal. Se recibe la misericordia para darla. Sin esta circularidad falta algo esencial que no permite captar la profundidad del misterio de amor del Padre. Ha pasado el primer mes y ha comenzado un año in crescendo por lo que respecta a la participación y a los eventos que ya permiten percibir cuánto ha entrado el Jubileo de la misericordia en el corazón de las personas y cuánto puede transformar la vida. Del «oren por mí» al «oren conmigo» VIENE DE LA PÁGINA 1 listas. Desde estos se intenta justificar la guerra, la muerte y la violencia utilizando el nombre de un Dios que se quiere deformar, manipular y uniformar. Ante esto Francisco presenta otra teología superadora: La de un Padre amoroso que siendo de todos, busca y se deja encontrar en las distintas formas de pensamiento y en la riqueza de la diversidad de fe. Por ello el diálogo sincero es contra-sistémico a la confrontación «religiosa» citada anteriormente, porque conlleva a la paz y a la justicia. Así como Jesús llevó consigo en su ministerio a sus amigos lugareños de Galilea y en la cima religiosa de Jerusalén se les conocía por su forma de hablar, el vídeo en cuestión contiene esta misma marca. De los cuatro representantes de distintas confesiones que participan activamente, tres son argentinos y hablan como tales. Esto está en sintonía con otra característica fundamental del papa Bergoglio, su coherencia. Su incansable y constante dedicación al diálogo interreligioso es algo que lleva en su corazón y acción desde hace por lo menos dos décadas desde Buenos Aires. Todos los que proseguimos en ese camino desde estas la- titudes debemos reconocer que somos hijos y deudores de su liderazgo interreligioso. Por eso, al ver el vídeo por un lado rememoro los encuentros de interreligiosos de ora- ción en Argentina, y por otro recuerdo los relatos de los Evangelios cuando Jesús llevaba consigo a orar al monte de la transfiguración o al de los olivares a sus tres mejores amigos. Finalmente, Francisco es un Papa que permanentemente está llamando a orar junto a él. Esto es una tercera característica de su ministerio petrino que asombró desde su primer saludo en la Basílica de San Pedro. El pedido al pueblo para que le bendijese y una frase de toda su vida «oren por mí» son muestras claras de ello. No son muletillas ni posturas, sino pedidos genuinos, sentidos y profundos. En este vídeo nos invita a orar «con él». Francisco cree profundamente en el poder de la oración unida. En su última frase grabada deja al descubierto su sincera confianza en que muchos lo acompañarán en esta fundamental práctica espiritual. ¿Lo haremos en intención y acción desde nuestra propia religiosidad? Quiera el Dios del Shalom, la Paz y el Salam que así sea. Buenos Aires, 7 de enero de 2015 L’OSSERVATORE ROMANO página 4 viernes 15 de enero de 2016, número 2 Durante la audiencia general el Papa habla de la misericordia del Padre Quien da el primer paso «El amor que da el primer paso, que no depende de los méritos humanos sino de una inmensa gratuidad»: de esta forma el Papa Francisco definió la misericordia divina durante la audiencia general del miércoles 13 de enero. Con los fieles presentes en el Aula Pablo VI, el Pontífice inició un nuevo ciclo de reflexiones dedicado al tema jubilar según la perspectiva bíblica, para aprender —explicó— «escuchando lo que Dios mismo nos enseña con su Palabra». Queridos hermanos ¡buenos días! y hermanas, Hoy iniciamos las catequesis sobre la misericordia según la perspectiva bíblica, para aprender sobre la misericordia escuchando lo que Dios mismo nos enseña con su Palabra. Iniciamos por el Antiguo Testamento, que nos prepara y nos conduce a la revelación plena de Jesucristo, en quien se revela de forma plena la misericordia del Padre. En las Sagradas Escrituras, se presenta al Señor como «Dios misericordioso». Este es su nombre, a través del cual Él nos revela, por así decir, su rostro y su corazón. Él mismo, como narra el Libro del Éxodo, re- otros textos volvemos a encontrar esta fórmula, con alguna variación, pero siempre la insistencia se coloca en la misericordia y en el amor de Dios que no se cansa nunca de perdonar (cf. Gn 4, 2; Gl 2, 13; Sal 86, 15; 103, 8; 145, 8; Ne 9, 17). Veamos Dios es como un sabio agricultor que juntos, una por una, estas palabras de la deja tiempo a la buena semilla para que Sagrada Escritura que crezca, a pesar de la cizaña nos hablan de Dios. El Señor es «misericordioso»: esta palabra velándose a Moisés se autodefinió evoca una actitud de ternura como como: «Señor, Dios compasivo y mise- la de una madre con su hijo. De hericordioso, lento a la ira y rico en cle- cho, el término hebreo usado en la mencia y lealtad» (34, 6). También en Biblia hace pensar en las vísceras o también en el vientre materno. Por eso, la imagen que sugiere es la de un Dios que se conmueve y se enternece por nosotros como una madre cuando toma en brazos a su niño, deseosa sólo de amar, proteger, ayudar, lista para donar todo, incluso a sí misma. Esa es la imagen que sugiere este término. Un amor, por lo VIENE DE LA PÁGINA 1 tanto, que se puede definir en sentido bueno «visceral». cómo se sufre, cómo se reza, cómo se sirve, cómo se ama; cada moDespués está escrito que el Señor mento, cada aspecto de nuestra vies «compasivo» en el sentido que nos da tiene una irradiación a nuestro concede la gracia, tiene compasión y, alrededor, que puede ser benefien su grandeza, se inclina sobre ciosa, si es fiel a lo que Cristo quien es débil y pobre, siempre listo quiere de nosotros; maléfica, si no para acoger, comprender es fiel». y perdonar. Es como el En esta perspectiva, en efecto, padre de la parábola es como se debe leer el discurso del Evangelio de san del Pontífice: así Francisco repitió, Lucas (cf. Lc 15, 11con su predecesor, la gratitud y el 32): un padre que no aprecio por «la eficiencia de los se cierra en el resentiservicios que la Curia Romana, miento por el abandocon esfuerzo, responsabilidad, dilino del hijo menor, sigencia y dedicación, ofrece al Pano que al contrario pa y a toda la Iglesia», añadiendo continúa esperándolo en el surco de la espiritualidad ig—lo ha generado— y naciana que esta es un «verdadero después corre a su enconsuelo» que alienta a la voluncuentro y lo abraza, tad para «que siga adelante en el no lo deja ni siquiera bien obrar». Con la consciencia terminar su confesión cristiana de la limitación de cada —como si le cubriera esfuerzo personal, que el Pontífice la boca—, qué grande expresó citando una oración que es el amor y la alegría repetía una gran figura del catolipor haberlo reenconcismo estadounidense, el cardenal trado; y después va John Francis Dearden. también a llamar al El deber de la ejemplaridad hijo mayor, que está indignado y no aquí utilizada, indica el afecto, la graquiere hacer fiesta, el hijo que ha cia, la bondad. No es un amor de tepermanecido siempre en la casa, pe- lenovela... Es el amor que da el priro viviendo como un siervo más que mer paso, que no depende de los como un hijo, y también sobre él el méritos humanos sino de una inpadre se inclina, lo invita a entrar, mensa gratuidad. Es la solicitud dibusca abrir su corazón al amor, para vina a la que nada puede detener, ni que ninguno quede excluso de la siquiera el pecado, porque sabe ir fiesta de la misericordia. ¡La miseri- más allá del pecado, vencer el mal y perdonarlo. cordia es una fiesta! Una «lealtad» sin límites: he aquí De este Dios misericordioso se dice también que es «lento a la ira», la última palabra de la revelación de literalmente, «largo en su respira- Dios a Moisés. La fidelidad de Dios ción», es decir, con la respiración am- nunca falla, porque el Señor es el plia de paciencia y de la capacidad de guardián que, como dice el Salmo, soportar. Dios sabe esperar, sus tiempos no son aquellos impacienDios es fiel en su misericordia: tes de los hombres; Él es como un sabio agrisi tú le eres infiel, Él permanecerá fiel cultor que sabe espeporque no puede negarse a sí mismo rar, deja tiempo a la buena semilla para que crezca, a pesar de no se duerme sino que vigila contila cizaña (cf. Mt 13, 24-30). Y por último, el Señor se procla- nuamente sobre nosotros para llevarma «rico en clemencia y lealtad». nos a la vida: «No permitirá que resbale tu pie, ¡Qué hermosa es esta definición de Dios! Aquí está todo. Porque Dios tu guardián no duerme; no dueres grande y poderoso, pero esta me ni reposa grandeza y poder se despliegan en el el guardián de Israel. amarnos, nosotros así pequeños, así […] incapaces. La palabra «clemencia», El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tu entradas y salidas ahora y por siempre» (121,3-4.7-8). Este Dios misericordioso es fiel en su misericordia, y san Pablo dice algo bonito: si tú le eres infiel, Él permanecerá fiel porque no puede negarse a sí mismo. La fidelidad en la misericordia es el ser de Dios. Y por esto Dios es totalmente y siempre confiable. Una presencia sólida y estable. Esta es la certeza de nuestra fe. Entonces, en este Jubileo de la Misericordia, confiemos totalmente en Él, y experimentemos la alegría de ser amados por este «Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad». número 2, viernes 15 de enero de 2016 L’OSSERVATORE ROMANO página 5 La Misa diaria en Santa Marta El criterio Quien pone en práctica las obras de misericordia tiene la prueba de que su acción viene de Dios: el único criterio para comprenderlo gira efectivamente en torno a la concreción de la «encarnación, de Jesús venido en la carne». Y así no tiene sentido «imaginar planes pastorales y nuevos métodos para acercar a la gente» si la fe en Jesús encarnado no lleva al servicio de los demás. Francisco lo recordó celebrando la misa el jueves 7 de enero por la mañana en la capilla de la Casa Santa Marta. Y también puso en guardia contra quienes tienen una apariencia de espiritualidad porque, dijo, si ese espíritu no viene de Dios es «el anticristo», la expresión de la «mundanidad». Para esta reflexión el Papa se basó en la primera lectura de san Juan (3, 22-4, 6), haciendo notar inmediatamente cómo el apóstol retoma «una palabra de Jesús en la Última Cena: “permanecer”». Precisamente Juan escribe: «El que guarda sus mandamientos “permanece” en Dios y Dios en él». Y «este “permanecer” en Dios es un poco la respiración de la vida cristiana, y el estilo», explicó Francisco. En efecto, podemos decir que «un cristiano es aquel que permanece en Dios». Una vez más escribe Juan en su carta: «En esto conocemos que Dios permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado». Por tanto, volvió a decir Francisco, «un cristiano es aquel que “tiene” el Espíritu Santo y se deja guiar por él: permanecer en Dios y Dios permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado». Y también retomó la advertencia del apóstol de «estar atento: y aquí viene el problema. Estad atentos, no os fiéis de cualquier espíritu, más bien poned a prueba a los espíritus para examinar si vienen verdaderamente de Dios». Precisamente «esta es la regla cotidiana de vida que nos enseña Juan». Por tanto, «poner a prueba a los espíritus». «Pero, ¿qué quiere decir este “poner a prueba a los espíritus”? Parece que existieran fantasmas…». En cambio, no, afirmó el Pontífice, porque en realidad Juan sugiere «poner a prueba a los espíritus para examinar de dónde vienen: examinar el espíritu, qué sucede en mi corazón». Así, «nos lleva allí, al corazón», a preguntarnos precisamente «¿qué sucede, qué siento en mi corazón, qué quiero hacer? La raíz de lo que estoy sintiendo ahora, ¿de dónde viene?». Por tanto, explicó el Papa, «esto es poner a prueba para “examinar”». Y precisamente «el verbo examinar» es el más apropiado para verificar verdaderamente «si esto que siento viene de Dios, del espíritu que me hace permanecer en Dios, o si viene de otro». A la pregunta, «¿quién es el otro?», la respuesta de Francisco es clara: «El anticristo». Por lo demás, precisó, «el razonamiento de Juan es simple, directo, diría circular, porque vuelve enseguida al mismo argumento: o eres de Jesús o eres del mundo». Y «retoma lo que Jesús también había pedido al Padre para todos nosotros: que no nos quite del mundo, sino que nos defienda del mundo». Porque «la mundanidad es el espíritu que nos aleja del espíritu de Dios que nos hace permanecer en el Señor». Al llegar a este punto, Francisco expresó los interrogantes que, naturalmente, surgen sobre la cuestión: «Pero, padre, está bien, sí, está todo claro, pero, ¿cuáles son los criterios para hacer un buen discernimiento de lo que sucede en mi alma?». Juan propone un solo criterio y lo presenta con estas palabras: «Todo espíritu —toda emoción, toda inspiración que siento— que reconoce a con nosotros, y lo que sufre es el Cristo que lo sufre». Por eso, dijo Francisco, «si tú vas por este camino, si tú sientes esto, está bien», porque precisamente «este es el criterio de discernimiento para no confundir los sentimientos, los espíritus, para no ir por un camino que no va». Vuelven, pues, las palabras de Juan: «No os fiéis de cualquier espíritu —estad atentos—, más bien poned a prueba a los espíritus para examinar si vienen verdaderamente de Dios». Por eso, reafirmó con fuerza, «el servicio al prójimo, al hermano, a la hermana que tiene necesidad —son tantas las nece- Jesucristo venido en la carne, es de Dios; y todo espíritu que no reconoce a Jesús, no es de Dios”. «El criterio es Jesús venido en la carne, el criterio es la encarnación», insistió Francisco. Tanto que «puedo sentir tantas cosas dentro, incluso cosas buenas, ideas buenas, pero si estas ideas buenas, estos sentimientos no me llevan a Dios que se hizo carne, no me llevan al prójimo, al hermano, no son de Dios». Por eso «Juan comienza este pasaje de su carta diciendo: “Este es el mandamiento de Dios: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y nos amemos unos a otros”». Aplicando esta verdad a la vida cristiana de cada día, el Pontífice recordó que «podemos hacer tantos planes pastorales, imaginar nuevos métodos para acercarnos a la gente, pero si no hacemos el camino de Dios venido en la carne, del Hijo de Dios que se hizo hombre para caminar con nosotros, no estamos en el camino del espíritu bueno». Más bien, el que prevalece «es el anticristo, es la mundanidad, es el espíritu del mundo». Ahora bien, añadió, «cuánta gente encontramos en la vida que parece espiritual, pero ni hablar de hacer obras de misericordia». Y «¿por qué? Porque las obras de misericordia son precisamente lo concreto de nuestra confesión de que el Hijo de Dios se hizo carne: visitar a los enfermos, dar de comer a quien no tiene alimento, cuidar a los descartados». Las «obras de misericordia», «porque cada hermano nuestro, que debemos amar, es carne de Cristo: Dios se hizo carne para identificarse sidades—, incluso de un consejo, de mi oído para ser escuchado: estos son los signos de que vamos por el camino del espíritu bueno, o sea, el camino del Verbo de Dios que se hizo carne». Antes de reanudar la celebración de la misa, Francisco pidió «al Señor la gracia de conocer bien qué sucede en nuestro corazón, qué nos gusta hacer, es decir, qué me toca más: si el espíritu de Dios, que me lleva al servicio de los demás, o el espíritu del mundo, que gira entorno a mí mismo, a mis cerrazones, a mis egoísmos, a tantas otras cosas». Sí, concluyó el Papa, «pidamos la gracia de conocer qué sucede en nuestro corazón». Sorprendidos por un abrazo El año santo de la misericordia nos recuerda que «Dios siempre es el primero en amar», sin condiciones, y nos acoge así como somos para abrazarnos y perdonarnos como un padre. Francisco, en la misa del viernes 8 de enero por la mañana celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta, recordó sobre todo a quienes se reconocen pecadores, la certeza del amor de Dios. «El apóstol Juan —observó el Papa— continua hablando a los primeros cristianos sobre los dos mandamientos que Jesús nos ha enseñado: amar a Dios y amar al prójimo». Se lee, de hecho, en el pasaje de su pri- mera carta (4, 7-10) propuesto por la liturgia: «Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios». Y «esta palabra “amor” —evidenció Francisco— es una palabra que se usa muchas veces y no se sabe, cuando se dice, qué significa exactamente». ¿Qué es, entonces, el amor? A veces, dijo el Pontífice. «pensamos en el amor de las telenovelas: no, eso no se parece al amor. Eso que parece amor es en realidad entusiasmo por una persona y después se apaga». La verdadera pregunta, por lo tanto, es: «¿de dónde proviene el verdadero amor?». Escribe san Juan: «Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios, porque Dios es amor». El apóstol no dice «todo amor es Dios». Lo que dice es «Dios es amor». Y continúa Juan, «Dios nos ha amado tanto que envió a su Hijo unigénito, para que vivamos por medio de él». Por ello, afirmó Francisco, «es Dios quien da su vida en Jesús, para darnos a nosotros la vida». De ahí que, prosiguió, «el amor es hermoso, amar es hermoso y en el cielo habrá sólo amor, la caridad: lo dice Pablo». Y si el amor «es hermoso, se hace siempre fuerte y crece en el don de la propia vida: crece en el darse a los demás». Francisco ha vuelto a leer otro pasaje de la carta de Juan: «En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó». E hizo hincapié en que «Dios nos amó primero; él nos ha dado la vida por amor, ha dado la vida y a su Hijo por amor». Por eso «cuando encontramos a Dios, siempre hay una sorpresa: es él quien nos espera primero: es él quien nos encuentra». Refiriéndose al pasaje litúrgico del Evangelio de Marcos (6, 34-44), que narra el episodio de la multiplicación de los panes, el Papa invitó a mirar a Jesús. «Esa gente —explicó— lo seguía para escucharlo, porque hablaba como uno que tiene autoridad, no como los escribas». Pero «él miraba a esa gente e iba más allá. Precisamente porque amaba, dice el Evangelio, “se compadeció de ellos”, que no es lo mismo que tener pena». La palabra justa es precisamente «compasión: el amor lo lleva a “sufrir con” ellos, a involucrarse en la vida de la gente». Y «el Señor está siempre ahí, amando primero: él nos espera, él es la sorpresa». Es precisamente esto lo que le sucede, recordó el Papa, a «Andrés cuando va a Pedro y le dice: “Hemos encontrado al Mesías, ¡ven!. Pedro va a Jesús, este lo mira y le dice: “¿Tú eres Simón? Serás Pedro”. Lo esperaba con una misión. Antes lo había amado Él». Lo mismo sucede «cuando Zaqueo, que era pequeño, se subió al árbol para ver mejor a Jesús». Jesús «pasa, mira hacia arriba y dice: “Desciende Zaqueo, quiero ir a cenar a tu casa”. Y Zaqueo, que quería encontrar a Jesús, se dio cuenta que Jesús lo estaba esperando». También Francisco recordó la historia de Natanael que «acude a ver a quién dicen que es el mesías, con un SIGUE EN LA PÁGINA 11 L’OSSERVATORE ROMANO número 2, viernes 15 de enero de 2016 páginas 6/7 El Papa se detiene en la situación de emergencia de los refugiados en su discurso al cuerpo diplomático Madre siria a pie en dirección a la frontera alemana La persona en el centro de las políticas migratorias Y exhorta a Europa a no perder sus principios de humanidad, el respeto y la solidaridad Con ocasión de la tradicional audiencia al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, el lunes 11 de enero por la mañana, el Papa les dirigió un discurso en el que reflexionó sobre la situación internacional, especialmente «sobre la grave emergencia migratoria que estamos afrontando, para discernir sus causas, plantear soluciones, y vencer el miedo inevitable que acompaña un fenómeno tan consistente e imponente». A su vez el Pontífice reiteró que es necesario «colocar a la persona humana y su dignidad en el centro de cualquier respuesta humanitaria». Excelencias, Señoras y Señores: Les doy la cordial bienvenida a esta cita anual, que me da la oportunidad de presentarles mis mejores deseos para el nuevo año, y de reflexionar con ustedes sobre la situación de nuestro mundo, bendecido y amado por Dios, y, sin embargo, cansado y afligido por tantos males. Doy las gracias al nuevo Decano del Cuerpo Diplomático, Su Excelencia el Sr. Armindo Fernandes do Espírito Santo Vieira, Embajador de Angola, por las amables palabras que me ha dirigido en nombre de todo el Cuerpo Refugiados cruzan a través de un agujero en la Diplomático acreditado ante la Santa mica. Igualmente importantes son los Sede. Al mismo tiempo quiero recordar acuerdos de carácter general, orientados de manera especial a los difuntos Em- a regular los aspectos esenciales de la bajadores de Cuba, Rodney Alejandro vida y de la actividad de la Iglesia en López Clemente, y de Liberia, Rudolf varios países, como el acuerdo firmado P. von Ballmoos, cuando se cumple ca- en Dili con la República Democrática de Timor Oriental. si un mes de su muerte. Del mismo modo, deseo mencionar Aprovecho la ocasión también para saludar de modo particular a los que el intercambio de los instrumentos de participan por primera vez en este en- ratificación del Acuerdo con Chad socuentro, reconociendo con agrado que, bre el estatuto jurídico de la Iglesia caen el último año, se ha incrementado el número de embajadores residentes El misterio de la Encarnación nos muestra el en Roma. Es un signo importante del interés verdadero rostro de Dios, para quien el poder con que la comunidad inno significa fuerza y destrucción, sino amor ternacional sigue la actividad diplomática de la Santa Sede. Prueba de ello son también los acuerdos interna- tólica en ese País, así como el Acuerdo cionales firmados o ratificados durante firmado y ratificado con Palestina. Se el año que acaba de terminar. En parti- trata de dos acuerdos que, junto con el cular, quisiera mencionar los acuerdos Memorándum de Entendimiento entre en materia fiscal firmados con Italia y la Secretaría de Estado y el Ministerio con los Estados Unidos de América, de Asuntos Exteriores de Kuwait, deque demuestran el creciente compromi- muestran, entre otras cosas, que la conso de la Santa Sede en favor de una vivencia pacífica entre los creyentes de mayor transparencia en materia econó- distintas religiones es posible, allí donde la libertad religiosa se reconoce, y se garantiza la posibilidad efectiva de colaborar en la edificación del bien común, en el respeto mutuo de la identidad cultural de cada uno. Por otro lado, toda experiencia religiosa auténticamente vivida promueve la paz. Nos lo recuerda la Navidad que acabamos de celebrar y en la que hemos contemplado el nacimiento de un niño indefenso, «llamado: Maravilla de Consejero, Dios fuerte, Padre de eternidad, Príncipe de la paz» (Is 9, 5). El misterio de la Encarnación nos muestra el verdadero rostro de Dios, para quien el poder no significa fuerza y destrucción, sino amor; la justicia no significa venganza, sino misericordia. He querido que se situara en esta perspectiva el Jubileo extraordinario de la Misericordia, que inauguré excepcionalmente en Bangui durante mi viaje apostólico a Kenia, Uganda y República Centroafricana. En un país tan golpeado por el hambre, la pobreza y los conflictos, en el que la violencia fratricida de los últimos años ha dejado profundas heridas en las almas, desgarrando la comunidad nacional y generando pobreza material y moral, la apertura de la Puerta Santa de la Catedral de Bangui pretendía ser un signo de aliento para alzar la mirada, para retomar el camino y para volver a encontrar las razones para el diálogo. Allí donde se ha abusado del nombre de Dios para cometer injusticias, he querido reafirmar, junto con la comunidad musulmana de la República Centroafricana, que «quien dice que cree en Dios ha de ser también un hombre o una mujer de paz» (Encuentro con la Comunidad Musulmana, Bangui, 30 noviembre 2015), y, por lo tanto, de misericordia, porque nunca se puede matar en nombre de Dios. Sólo una forma ideológica y desviada de religión puede pensar que se hace justicia en nombre del Omnipotente masacrando deliberadamente a personas indefenalambrada que separa Serbia de Hungría AFP sas, como ocurrió en los sanguinarios atentados terroristas de los últimos meses en África, Europa y Oriente Medio. La Misericordia ha sido el «hilo conductor» que ha guiado mis viajes apostólicos durante el año pasado. Me refiero en primer lugar a la visita a Sarajevo, ciudad profundamente golpeada por la guerra en los Balcanes y capital de un País, Bosnia y Herzegovina, que tiene un significado especial para Europa y para el mundo entero. Como encrucijada de culturas, naciones y religiones se está esforzando, con resultados positivos, en construir puentes nuevos, valorar lo que une y ver las diferencias como oportunidades de crecimiento en el respeto de todos. Esto es posible a través del diálogo paciente y confiado, que sabe respetar los valores de la cultura de cada uno y acoger lo que hay de bueno en las experiencias de los demás (cf. Encuentro con las Autoridades, Sarajevo, 6 junio 2015). Pienso también en el viaje a Bolivia, Ecuador y Paraguay, donde encontré pueblos que no se rinden ante las dificultades, y se enfrentan con valentía, determinación y espíritu de fraternidad a los muchos retos que los afligen, empezando por la pobreza generalizada y las desigualdades sociales. En el viaje a Cuba y a los Estados Unidos de América pude abrazar a dos países que durante mucho tiempo han estado divididos, y que han decidido escribir una nueva página de la historia, emprendiendo un camino de acercamiento y reconciliación. En Filadelfia, con ocasión del Encuentro Mundial de las Familias, así como durante el viaje a Sri Lanka y Filipinas, y con el reciente Sínodo de los Obispos, he recordado la importancia de la familia, que es la primera y más importante escuela de la misericordia, en la que se aprende a descubrir el rostro amoroso de Dios y en la que nuestra humanidad crece y se desarrolla. Por desgracia, sabemos cuántos desafíos tiene que afrontar la familia en este tiempo en el que está «amenazada por el creciente intento, por parte de algunos, de redefinir la institución misma del matrimonio, guiados por el relativismo, la cultura de lo efímero, la falta de apertura a la vida» (Encuentro con las Familias, Manila, 16 enero 2015). Hoy existe un miedo generalizado a la estabilidad que la familia reclama y quienes pagan las consecuencias son sobre todo los más jóvenes, a menudo frágiles y desorientados, y los ancianos que terminan siendo olvidados y abandonados. Por el contrario, «de la fraternidad vivida en la familia, nace (...) la solidaridad en la sociedad» (Encuentro con la Sociedad Civil, Quito, 7 julio 2015), que nos lleva a ser unos responsables de los otros. Esto sólo es posible si en nuestras casas, así como en nuestra sociedad, no permitimos que se sedimenten el cansancio y los resentimientos, sino que damos paso al diálogo, que es el mejor antídoto contra el individualismo, tan extendido en la cultura de nuestro tiempo. diferencia hacia el prójimo, que lleva a tratarlo como puro objeto de compraventa, que induce a desinteresarse de la humanidad de los demás y termina por hacer que las personas sean pusilánimes y cínicas. ¿Acaso no son estas las actitudes que frecuentemente asumimos frente a los pobres, los marginados o los últimos de la sociedad? ¡Y cuántos últimos hay en nuestras sociedades! Entre estos, pienso sobre todo en los emigrantes, con la carga de dificultades y sufrimientos que deben soportar cada día en la búsqueda, a veces desesperada, de un lugar donde poder vivir en paz y con dignidad. Quisiera, por tanto, detenerme a reflexionar con ustedes sobre la grave emergencia migratoria que estamos afrontando, para discernir sus causas, plantear soluciones, y vencer el miedo inevitable que acompaña un fenómeno tan consistente e imponente, que a lo largo del año 2015 ha afectado principalmente a Europa, pero también a diversas regiones de Asia, así como del norte y el centro de América. «No tengas miedo ni te acobardes, que contigo está el Señor, tu Dios, en cualquier cosa que emprendas» (Jos 1, 9). Es la promesa que Dios hizo a Josué y que pone de manifiesto cómo el natural al hombre. Su historia está hecha de tantas migraciones, a veces como fruto de su conciencia del derecho a una libre elección; otras, impuestas a menudo por las circunstancias externas. Desde el exilio del paraíso terrenal hasta Abrahán, en camino hacia la tierra prometiUn espíritu individualista induce a da, desde la narración del Éxodo hasta la deportación desinteresarse de la humanidad de los en Babilonia, la Sagrada Esdemás y termina por hacer que las personas critura narra fatigas y sufrimientos, aspiraciones y espesean pusilánimes y cínicas ranzas, que son comunes a los de cientos de miles de personas que, también en Señor acompaña a cada persona, sobre nuestros días, con la misma determinatodo a quien se encuentra en una situa- ción de Moisés, se ponen en marcha ción de fragilidad, como la que tiene para llegar a una tierra en la cual que quien busca refugio en un país extran- destile «leche y miel» (cf. Ex 3, 17), jero. En efecto, toda la Biblia nos narra donde poder vivir en libertad y en paz. la historia de una humanidad en camiY así, también hoy como entonces, no, porque el estar en camino es con- oímos el grito de Raquel que llora por Estimados Embajadores. Un espíritu individualista es terreno fértil para que madure el sentido de in- Refugiados entrando a pie en Croacia desde Serbia poder alimentar a sus familias ni tener acceso a la atención médica y a la educación, de la degradación, porque no tienen ninguna perspectiva de progreso, o de los cambios climáticos y las condiciones climáticas extremas. Todos saben que el hambre sigue siendo, desgraciadamente, una de las plagas más graves de nuestro mundo, con millones de niños que mueren cada año por su causa. Duele constatar, sin embargo, que a menudo estos emigrantes no entran en los sistemas internacionales de protección en virtud de los acuerdos internacionales. ¿Cómo no ver en todo esto el fruto de una «cultura del descarte» que pone en peligro a la persona humana, sacrificando a hombres y mujeres a los ídolos del beneficio y del consumismo? Es grave acostumbrarse a estas situaciones de pobreza y necesidad, al drama de tantas personas, y considerarlas como «normales». No se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas, si «todavía no son útiles» —como los no nacidos— , o si «ya no sirven » —como los ancianos—. Nos hemos hecho insensibles a cualquier forma de despilfarro, comenzando por el de los alimentos, que es uno de los más vergonzosos, pues son muchas las personas y las fa- sus hijos porque ya no están (cf. Jr 31, 15; Mt 2, 18). Es la voz de los miles de personas que lloran huyendo de guerras espantosas, de persecuciones y de violaciones de los derechos humanos, o de la inestabilidad política o social, que hace imposible la vida en la propia patria. Es el grito de cuantos se ven obligados a huir para evitar las indescriptibles Es necesario un compromiso común barbaries cometidas contra personas indefensas, como para que no se sacrifiquen más vidas los niños y los discapacitapor falta de recursos y, dos, o el martirio por el simple hecho de su fe relisobre todo, de voluntad política giosa. También hoy como entonces, escuchamos la voz de Jacob que dice a sus hijos: «Bajad y milias que sufren hambre y desnutricomprad allí [el grano] para nosotros, a ción (Audiencia General, 5 junio 2013). fin de que sobrevivamos y no muraLa Santa Sede espera que el Primer mos» (Gn 42, 2). Es la voz de los que Vértice Humanitario Mundial, convocaescapan de la miseria extrema, al no do por las Naciones Unidas para el próximo mes de mayo, pueda, en medio del actual y triste cuadro de conflictos y desastres, tener éxito en su intento de colocar a la persona humana y su dignidad en el centro de cualquier respuesta humanitaria. Se hace necesario un compromiso común que acabe decididamente con la cultura del descarte y de la ofensa a la vida humana, de modo que nadie se sienta descuidado u olvidado, y que no se sacrifiquen más vidas por falta de recursos y, sobre todo, de voluntad política. Tristemente, seguimos escuchando también hoy la voz de Judas que sugiere vender a su propio hermano (cf. Gn 37, 26-27). Es la arrogancia de los poderosos que, con fines egoístas o cálculos estratégicos y políticos, instrumentalizan a los débiles y los reducen a objetos. Allí donde una migración regular es imposible, los emigrantes se ven obligados a dirigirse, ordinariamente, a quienes practican la trata [trafficking] o el contrabando [smuggling] de seres humanos, a pesar de que son, en gran parte, conscientes del peligro que corren de perder durante la travesía sus bienes, su dignidad e, incluso, la propia SIGUE EN LA PÁGINA 8 página 8 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 15 de enero de 2016, número 2 La persona en el centro de las políticas migratorias no sometan las ayudas a estrategias y prácticas ideológicas ajenas o convida. En este sentido, renuevo una trarias a las culturas de los pueblos a vez más el llamado a detener el tráfi- las que van dirigidas. co de personas, que convierte a los Sin olvidar otras situaciones draseres humanos en mercancía, espe- máticas, y pienso particularmente en cialmente a los más débiles e inde- la frontera entre México y los Estafensos. Permanecerán siempre inde- dos Unidos de América, a la que me lebles en nuestra mente y en nuestro acercaré el próximo mes cuando visicorazón las imágenes de los niños te Ciudad Juárez, quisiera dedicar ahogados en el mar, víctimas de la una especial reflexión a Europa. En falta de escrúpulos de los hombres y efecto, durante el último año se ha de la inclemencia de la naturaleza. visto afectada por un flujo masivo Quien logra sobrevivir y llegar a un de prófugos —mucho de los cuales país que lo acoge, lleva permanente- han encontrado la muerte en el tenmente las profundas cicatrices pro- tativo de alcanzarla—, que no tiene vocadas por esas experiencias, ade- precedentes en la historia reciente, ni más de las producidas por los horro- siquiera al final de la Segunda Gueres que acompañan siempre a las rra Mundial. Muchos emigrantes guerras y a las violencias. procedentes de Asía y África, ven a Igual que en aquel tiempo, tam- Europa como un referente por sus bién hoy se oye repetir al Ángel: principios, como la igualdad ante la «Levántate, toma al niño y a su ma- ley, y por los valores inscritos en la dre y huye a Egipto; quédate allí naturaleza misma de todo hombre, como la inviolabilidad de la dignidad y la igualdad de toda perGran parte de las causas que provocan sona, el amor al prójimo sin distinción de la emigración se podían haber ya origen y pertenencia, afrontado desde hace tiempo la libertad de conciencia y la solidaridad con sus semejantes. hasta que yo te avise» (Mt 2, 13). Es Sin embargo, los desembarcos mala voz que escuchan muchos de los sivos en las costas del Viejo Contiemigrantes que jamás habrían deja- nente parece que ponen en dificuldo su propia patria si no se hubieran tad al sistema de acogida construido visto obligados a ello. Se cuentan laboriosamente sobre las cenizas del entre ellos la multitud de cristianos segundo conflicto mundial, que sique, cada vez más en masa, han te- gue siendo un faro de humanidad al nido que abandonar durante los últi- cual referirse. Ante la magnitud de mos años su propia tierra, en la que los flujos y sus inevitables problemas han vivido incluso desde los oríge- asociados han surgido muchos interrogantes acerca de las posibilidades nes del cristianismo. Por último, también hoy escucha- reales de acogida y adaptación de las mos la voz del salmista que dice: personas, sobre el cambio en la es«Junto a los canales de Babilonia tructura cultural y social de los paínos sentamos a llorar con nostalgia ses de acogida, así como sobre un nuevo diseño de algunos equilibrios de Sion» (Sal 136 [137], 1). Es el geopolíticos regionales. Son igualllanto de quienes regresarían de buena gana a sus propios países si encontraran adecuadas condiciones de seguridad y de subsistencia. También en este caso, pienso en los cristianos del Medio Oriente, deseosos de contribuir, como ciudadanos a pleno título, al bienestar espiritual y material de sus respectivas naciones. Gran parte de las causas que provocan la emigración se podían haber ya afrontado desde hace tiempo. Así, se podría haber evitado o, al menos, mitigado sus consecuencias más crueles. Todavía ahora, y antes de que sea demasiado tarde, se puede hacer mucho para detener las tragedias y construir la paz. Para ello, habría que poner en discusión costumbres y prácticas consolidadas, empezando por los problemas relacionados con el comercio de armas, el abastecimiento de materias primas y de energía, la inversión, la política financiera y de ayuda al desarrollo, hasta la grave plaga de la corrupción. Somos conscientes de que, con relación al tema de la emigración, se necesitan establecer planes a medio y largo plazo que no se queden en la simple respuesta a una emergencia. Deben servir, por una parte, para ayudar realmente a la integración de los emigrantes en los países de acogida y, al mismo tiempo, favorecer el desarrollo de los países de proveMigrante sirio en las niencia, con políticas solidarias, que VIENE DE LA PÁGINA 6 mente relevantes los temores sobre la población total, y Jordania, que no seguridad, exasperados sobremanera ha cerrado sus fronteras a pesar de por la amenaza desbordante del te- que alberga a cientos de miles de rerrorismo internacional. La actual ola fugiados. Del mismo modo, no hay migratoria parece minar la base del que olvidar los esfuerzos de otros «espíritu humanista» que desde países que se encuentran en la prisiempre Europa ha amado y defendi- mera línea, especialmente Turquía y do (cf. Discurso al Parlamento Euro- Grecia. Deseo expresar un agradecipeo, Estrasburgo, 25 noviembre miento especial a Italia, cuyo firme 2014). Sin embargo, no podemos compromiso ha salvado muchas viconsentir que pierdan los valores y das en el Mediterráneo y que, inclulos principios de humanidad, de res- so en su territorio, se ocupa de un peto por la dignidad de toda perso- ingente número de refugiados. Espena, de subsidiariedad y solidaridad recíproca, a pesar de que Hay que encontrar un justo equilibrio puedan ser, en ciertos momentos de la histoentre el deber moral de tutelar los ria, una carga difícil derechos de sus ciudadanos y garantizar de soportar. Deseo, por tanto, reiterar mi la acogida de los emigrantes convicción de que Europa, inspirándose en su gran patrimonio cultural y religioso, tiene los instru- ro que el tradicional sentido de hosmentos necesarios para defender la pitalidad y solidaridad que caractericentralidad de la persona humana y za al pueblo italiano no se debilite encontrar un justo equilibrio entre el ante las inevitables dificultades del deber moral de tutelar los derechos momento, sino que, a la luz de su de sus ciudadanos, por una parte, y, tradición milenaria, sea capaz de por otra, el de garantizar la asisten- acoger e integrar la aportación socia y la acogida de los emigrantes cial, económica y cultural que los (ibíd). emigrantes pueden ofrecer. Al mismo tiempo, siento la necesiEs importante que no se les deje dad de expresar mi gratitud por to- solas a las naciones que se encuendas las iniciativas que se han adopta- tran en primera línea haciendo frendo para facilitar una acogida digna te a la emergencia actual, y es igualde las personas, como son, entre mente indispensable que se inicie un otras, las realizadas por el Fondo diálogo franco y respetuoso entre toMigrantes y Refugiados del Banco dos los países implicados en el prode Desarrollo del Consejo de Euro- blema —de origen, tránsito o receppa, así como por el compromiso de ción— para que, con mayor audacia aquellos países que han mostrado creativa, se busquen soluciones nueuna generosa disponibilidad a la vas y sostenibles. En la coyuntura ayuda. Me refiero sobre todo a las actual, en efecto, los Estados no Naciones vecinas a Siria, que han pueden pretender buscar por su respondido inmediatamente con la cuenta dichas soluciones, ya que las asistenta y la acogida, especialmente consecuencias de las opciones de cael Líbano, donde los refugiados da uno repercuten inevitablemente constituyen una cuarta parte de la sobre toda la Comunidad internacional. Se sabe que las migraciones constituirán un elemento determinante del futuro del mundo, mucho más de lo que ha sido hasta ahora, y de que las respuestas sólo vendrán como fruto de un trabajo común, que respete la dignidad humana y los derechos de las personas. La Agenda para el Desarrollo, que las Naciones Unidas ha adoptado en septiembre pasado para los próximos 15 años, aborda muchos de los problemas que llevan a la emigración, al igual que otros documentos de la Comunidad internacional sobre la gestión de la problemática migratoria, sólo responderán a las expectativas si saben colocar a la persona en el centro de las decisiones políticas, a todos los niveles, y ven a la humanidad como una sola familia y a los hombres como hermanos, respetando las recíprocas diferencias y las convicciones de conciencia. Para afrontar el tema de la emigración es importante, de hecho, que se preste atención a sus implicaciones culturales, empezando por las que están relacionadas con la propia confesión religiosa. El extremismo y el fundamentalismo se ven favorecidos, no sólo por una instrumentalización de la religión en función del poder, sino también por la falta de ideales y la pérdida de la identidad, costas del mar Egeo incluso religiosa, que caracteriza dra- número 2, viernes 15 de enero de 2016 L’OSSERVATORE ROMANO página 9 Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede máticamente al así llamado Occidente. De este vacío nace el miedo que empuja a ver al otro como un peligro y un enemigo, a encerrarse en sí mismo, enrocándose en sus planteamientos preconcebidos. El fenómeno migratorio, por tanto, plantea un importante desafío cultural, que no se puede dejar sin responder. La acogida puede ser una ocasión propicia para una nueva comprensión y apertura de mente, tanto para el que es acogido, y tiene el deber de respetar los valores, las tradiciones y las leyes de la comunidad que lo acoge, como para esta última, que está llamada a apreciar lo que cada emigrante puede aportar en beneficio de toda la comunidad. En este contexto, la Santa Sede renueva su compromiso en el campo ecuménico e interreligioso para establecer un diálogo sincero y leal que, valorando las peculiaridades y la identidad de cada uno, favorezca una convivencia armónica de todos los miembros de la sociedad. Distinguidos miembros del Cuerpo D iplomático. En el año 2015 se han concluido importantes acuerdos internacionales, que son un buen augurio para el futuro. Me refiero, en primer lugar, al llamado Acuerdo sobre el programa nuclear iraní, que espero contribuirá a fomentar un clima de distensión en la Región, así como a la consecución del tan esperado acuerdo sobre el clima en la Conferencia de París. Se trata de un importante acuerdo, que representa un logro significativo para toda la Comunidad internacional y que pone de manifiesto una fuerte conciencia colectiva acerca de la grave responsabilidad que todos, individuos y naciones, tenemos en la protección de la creación, y en la promoción de una «cultura del cuidado que impregne toda la sociedad» (Laudato si’, n. 231). Ahora es vital que los compromisos asumidos no sólo representen un buen propósito, sino que todos los Estados sientan la obligación real de poner en marcha las acciones necesarias para salvaguardar nuestra amada Tierra, para bien de toda la humanidad, especialmente de las generaciones futuras. Por su parte, el año que acaba de comenzar se presenta lleno de desafíos y ya han aparecido en el horizonte muchas tensiones. Me refiero sobre todo a los graves contrastes que han surgido en la región del Golfo Pérsico, así como al preocupante ensayo militar realizado en la península coreana. Espero que los antagonismos abran paso a la voz de la paz y de la buena voluntad en la búsqueda de acuerdos. En esa perspectiva, veo con agrado que no faltan gestos significativos y especialmente ilusionantes. Me refiero en particular al clima pacífico de convivencia en el que se han realizado las recientes elecciones en la República Centroafricana y que representa un signo positivo de la voluntad de proseguir el camino emprendido hacia una plena reconciliación nacional. Pienso, además, en las nuevas iniciativas que se han puesto en marcha en Chipre, para resolver una división que dura ya mucho tiempo, y a los esfuerzos del pueblo colombiano para superar los conflictos del pasado y lograr la tan ansiada paz. Todos miramos con esperanza los pasos importantes que la Comunidad internacional ha emprendido para encontrar una solución política y diplomática a la crisis en Siria, que ponga fin a un sufrimiento de la población que dura ya demasiado tiempo. Del mismo modo, llegan señales positivas de Libia, que permiten confiar en un renovado compromiso para erradicar la violencia y restaurar la unidad del país. Por otro lado, cada vez es más claro que sólo la ac- ca Democrática del Congo y Sudán del Sur. Que sea, sobre todo, un momento propicio para poner definitivamente fin al conflicto en las regiones orientales de Ucrania. Es fundamental el apoyo que, desde muchos puntos de vista, la comunidad internacional, los estados y las organizaciones humanitarias pueden ofrecer al país para que supere la crisis actual. El reto principal que espera es, sin embarSólo la acción política conjunta ayudará nos go, el de vencer la indifea contener la propagación del rencia para construir juntos la paz (cf. Vence la extremismo y del fundamentalismo indiferencia y conquista la paz, Mensaje para la XLIX Jornada Mundial de la ción política conjunta y acordada Paz, 8 diciembre 2015), que es un ayudará a contener la propagación bien que hay perseguir siempre. Por del extremismo y del fundamentalis- desgracia, entre las muchas partes de mo, con sus implicaciones de carác- nuestro querido mundo que la anheter terrorista, que producen tantas lan ardientemente está la Tierra que víctimas en Siria y Libia, así como Dios ha preferido y elegido para mostrar a todos el rostro de su miseen otros países, como Irak y Yemen. ricordia. Mi esperanza es que en este Espero que este Año Santo de la nuevo año se cierren las profundas Misericordia sea también una ocaheridas que dividen a israelíes y pasión para el diálogo y la reconcilia- lestinos y se consiga la convivencia ción que ayude a la construcción del pacífica de dos pueblos que, en lo bien común en Burundi, la Repúbli- profundo de sus corazones —estoy seguro—, no desean otra cosa que la paz. Excelencias, Señoras y Señores. En el plano diplomático, la Santa Sede no dejará nunca de trabajar para que la voz de la paz llegue hasta los extremos de la tierra. Renuevo, por tanto, la plena disponibilidad de la Secretaría de Estado para colaborar con ustedes en el fomento de un diálogo constante entre la Sede Apostólica y los países que ustedes representan, para el bien de toda la Comunidad internacional, con la certeza interior de que este año jubilar será una buena oportunidad para vencer, con el calor de la misericordia, don precioso de Dios que transforma el miedo en amor y nos hace artífices de paz, la fría indiferencia de tantos corazones. Con estos sentimientos, renuevo a cada uno de ustedes, a sus familias, a sus países, mis más fervientes deseos de un año lleno de bendiciones. Gracias. L’OSSERVATORE ROMANO página 10 viernes 15 de enero de 2016, número 2 COMUNICACIONES Colegio episcopal Monseñor JOSÉ FORTUNATO ÁLVAREZ VALDÉZ obispo de Gómez Palacio (México) RENUNCIAS: El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Adria-Rovigo (Italia) que monseñor LUCIO SORAVITO DE FRANCESCHI le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del Código de derecho canónico. Lucio Soravito de Franceschi nació en Mione de Ovaro, archidiócesis de Udine, el 8 de diciembre de 1939. Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1963. Juan Pablo II lo nombró obispo de AdriaRovigo el 28 de mayo de 2004; recibió la ordenación episcopal el 11 de julio del mismo año. El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Châlons (Francia) que monseñor GILBERT LOUIS le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del Código de derecho canónico. Gilbert Louis nació en Champsecret, diócesis de Sées, el 31 de mayo de 1940. Recibió la ordenación sacerdotal el 11 de julio de 1965. Juan Pablo II lo nombró obispo de Châlons el 1 de marzo de 1999; recibió la ordenación episcopal el 11 de abril del mismo año. El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Sokodé (Togo) que monseñor AMBROISE KOTAMBA DJOLIBA le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del Código de derecho canónico. Ambroise Kotamba Djoliba nació en Siou, diócesis de Sokodé, en el año 1938. Recibió la ordenación sacerdotal el 11 de abril de 1966. Juan Pablo II lo nombró obispo de Sokodé el 5 de abril de 1993; recibió la ordenación episcopal el 7 de agosto sucesivo. El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Garissa (Kenia) que monseñor PAUL DARMANIN, O.F.M.CAP., le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del Código de derecho canónico. Le sucede en el gobierno pastoral de la diócesis el coadjutor, ALESSANDRO, monseñor JOSEPH O.F.M.CAP. Paul Darmanin, O.F.M.CAP., nació en Santa Venera, archidiócesis de Malta, el 6 de noviembre de 1940. Recibió la ordenación sacerdotal el 26 de marzo de 1966. Juan Pablo II lo nombró obispo de Garissa el 3 de febrero de 1984; recibió la ordenación episcopal el 3 de junio del mismo año. Joseph Alessandro, O.F.M.CAP., nació en Paola, archidiócesis de Malta, el 30 de noviembre de 1944. Recibió la ordenación sacerdotal el 5 de abril de 1970. Benedicto XVI lo nombró obispo coadjutor de Garissa el 29 de junio de 2012; recibió la ordenación episcopal el 29 de septiembre sucesivo. El Papa ha aceptado la renuncia a la función de auxiliar de la diócesis de Orange en California (Estados Unidos) que monseñor D OMINIC MAI LUONG, obispo titular de , le había presentado en conformidad con los cánones 411 y 401 § 1 del Código de derecho canónico. Dominic Mai Luong nació en Minh Cuong, diócesis de Bùi Chu (Vietnam), el 20 de diciembre de 1940. Recibió la ordenación sacerdotal el 21 de mayo de 1966, incardinado en la diócesis de Danag. Tras encontrar impedimento para regresar a Vietnam, en 1976 se incardinó en Nueva Orleans. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Cebarades y auxiliar de la diócesis de Orange en California el 25 de abril de 2003; recibió la ordenación episcopal el 11 de junio del mismo año. El Papa ha aceptado la renuncia a la función de auxiliar de la diócesis de Brisbane (Australia) que monseñor BRIAN FINNIGAN, obispo titular de Rapido, le había presentado en conformidad con los cánones 411 y 401 § 1 del Código de derecho canónico. Brian Finnigan nació en Port Fairy, diócesis de Ballarat, el 25 de agosto de 1938. Recibió la ordenación sacerdotal el 23 de mayo de 1970. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Rapido y auxiliar de Brisbane el 31 de enero de 2002; recibió la ordenación episcopal el 8 de abril del mismo año. EL PAPA HA NOMBRAD O: —Obispo de Adria-Rovigo (Italia) a monseñor PIERANTONIO PAVANELLO. Pierantonio Pavanello nació en Bassano del Grappa, diócesis de Vicenza, el 20 de mayo de 1955. Recibió la ordenación sacerdotal el 16 de mayo de 1982. Se doctoró en dere- cho canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. En su ministerio ha desempeñado los siguientes cargos: vicario parroquial, secretario del consejo presbiteral y del consejo pastoral diocesano, vicario judicial adjunto del Tribunal regional, canciller, profesor y director de la casa del clero de Vicenza. —Obispo de Châlons (Francia) al presbítero FRANÇOIS TOUVET. François Touvet nació en París el 13 de mayo de 1965. Recibió la ordenación sacerdotal el 28 de junio de 1992, incardinado en la diócesis de Dijón. Obtuvo la licenciatura en teología en el Instituto católico de Lyon. Ha sido vicario pastoral, párroco en diversas parroquias y vicario general. —Obispo de Sokodé (Togo) al presbítero CÉLESTIN MARIE GAOUA. Célestin Marie Gaoua nació en Wahala, diócesis de Atakpamé, el 6 de abril de 1957. Recibió la ordenación sacerdotal el 27 de diciembre de 1986. Ha desempeñado los siguientes cargos: rector del seminario menor y, más tarde, del seminario mayor de Atakpamé, misionero «fidei donum» en Sokodé y rector del seminario mayor de la diócesis de Kara. —Obispo de Vijayawada (India) al padre JOSEPH RAJA RAO THELEGATHOTI, S.M.M. Joseph Raja Rao Thelegathoti, nació en Peddautapally, diócesis de Vijayawada, el 8 de marzo de 1952. Recibió la ordenación sacerdotal el 7 de junio de 1980. Se doctoró en teología espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. En su ministerio ha desempeñado, entre otros, los siguientes cargos: rector del seminario menor de su congregación en Mysore, rector del teologado en Bangalore, consejero y, más tarde, superior provincial, responsable de un centro para niñas pobres, procurador general y postulador general de su congregación. S.M.M., —Obispo de Kingstown (San Vicente y Granadinas) al padre GERARD COUNTY, C.S.SP. Gerard County, C.S.SP., nació en Trinidad y Tobago (Antillas) el 15 de diciembre de 1960. Recibió la ordenación sacerdotal el 21 de enero de 1996. Inició su ministerio pastoral en México, donde ha sido director de pastoral juvenil, párroco y superior provincial. —Obispo de Gómez Palacio (México) al presbítero JOSÉ FORTUNATO ÁLVAREZ VALDÉZ. José Fortunato Álvarez Valdéz nació en Mexicali el 8 de noviembre de 1967. Recibió la ordenación sacerdotal el 31 de mayo de 1998. Se doctoró en derecho en México y en teología y ciencias patrísticas en el Pontificio Instituto Patrístico Agustinianmun de Roma. En su ministerio ha desempeñado los siguientes cargos: coordinador diocesano de pastoral vocacional, párroco, defensor del vínculo en el Tribunal diocesano y miembro del consejo presbiteral, del colegio de consultores y del consejo de asuntos económicos. —Obispo de Argyll and The Isles (Escocia) a monseñor BRIAN MCGEE. Brian McGee nació en Greenock, diócesis de Paisley, el 8 de octubre de 1965. Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1989. Ha sido vicario parroquial, párroco en diversas parroquias, director de un programa de formación catequética a nivel diocesano, vicario episcopal para el matrimonio y la familia y vicario general de la diócesis. —Obispo de Mpika (Zambia) al presbítero JUSTIN MULENGA. Justin Mulenga nació en Nondo Parish, archidiócesis de Kasama, el 27 de febrero de 1955. Recibió la ordenación sacerdotal el 18 de julio de 1993. Ha sido vicario parroquial, ecónomo diocesano, párroco de la catedral, vicario episcopal para los religiosos y coordinador pastoral de la diócesis. Lutos en el episcopado —Obispo titular de Jamestown y auxiliar de Dallas (Estados Unidos) a monseñor J. GREGORY KELLY. —Monseñor JOSEPH L. IMESCH, obispo emérito de Joliet in Illinois (Estados Unidos), falleció el 22 de diciembre de 2015. Había nacido en Grosse Pointe Farms, archidiócesis de Detroit, el 21 de junio de 1931. Era sacerdote desde el 16 de diciembre de de 1956. Pablo VI lo nombró obispo titular de Pomaria y auxiliar del arzobispo de Detroit el 8 de febrero de 1973; recibió la ordenación episcopal el 3 de abril sucesivo. Juan Pablo II lo nombró obispo de la diócesis de Joliet in Illinois el 30 de junio de 1979. Benedicto XVI aceptó su renuncia al gobierno pastoral de dicha sede el 16 de mayo de 2006. J. Gregory Kelly nació en Le Mars, diócesis de Sioux City, el 15 de febrero de 1956. Recibió la ordenación sacerdotal el 15 de mayo de 1982, incardinado en Dallas. Ha sido vicario parroquial, responsable de la pastoral vocacional, miembro del colegio de consultores y vicario para el clero. número 2, viernes 15 de enero de 2016 L’OSSERVATORE ROMANO página 11 Misa en Santa Marta VIENE DE LA PÁGINA 5 poco de escepticismo». A él Jesús le dice: «Te he visto bajo el árbol de higos». Por lo tanto, «siempre Dios ama primero». Lo vemos también en la parábola del hijo pródigo: «Cuando el hijo, que había gastado todo su dinero de la herencia del padre en una vida de vicios, vuelve a casa, se da cuenta que el padre lo estaba esperando. Dios siempre es el primero en esperarnos. Siempre antes que nosotros. Y cuando el otro hijo no quiere ir a la fiesta porque no entiende el comportamiento del padre, el papá va a buscarlo. Y así hace Dios con nosotros: siempre es el primero en amarnos». Así, repitió el Papa, «podemos ver en el Evangelio, cómo ama Dios: cuando tenemos algo en el corazón y queremos pedir perdón al Señor, es Él quien nos espera para darnos el perdón». Este año de la misericordia, afirmó Francisco, «también es un poco esto: que nosotros sepamos que el Señor nos está esperando, a cada uno de nosotros». Y nos espera «para abrazarnos, nada más, para decir: “Hijo, hija, te amo. He dejado que crucificaran a mi Hijo por ti; este es el precio de mi amor, este es el regalo de amor”». El Papa aconsejó pensar siempre en esta verdad: «El Señor me espera, el Señor quiere que yo abra la puerta de mi corazón, porque Él está ahí y me espera para entrar». Sin condiciones. Claro que alguno podrá decir: «Pero, padre, a mí me gustaría pero ¡tengo muchas cosas feas dentro!». A este respecto Francisco dio una respuesta clara: «¡Es mejor!¡mejor! Porque te espera, así como eres, no como te dicen que “se debe hacer. Se debe ser como eres tú. Te ama así, para abrazarte, besarte, perdonarte». De aquí la exhortación conclusiva del Papa invitando a ir sin tardanza al Señor y decir: «Tú sabes, Señor, que yo te amo». O, si «no me siento capaz, decirla de este otro modo: “Tú sabes, Señor, que yo querría amarte, pero soy muy pecador, muy pecadora”». Con la certeza que Él hará como el padre «con el hijo pródigo que se ha gastado todo el dinero en los vicios. No te dejará terminar tu discurso, con un abrazo te hará callar: el abrazo del amor de D ios». Lucha con Dios El poder de la oración, el verdadero motor de la vida de la Iglesia, fue el centro de la homilía de Francisco en la misa celebrada el martes, 12 de enero en Santa Marta. La reflexión del Papa se inspiró en la lectura del pasaje del primer libro de Samuel (1, 9-20), en el que se citan tres personajes princi- pales: Ana, el sacerdote Elí, y el Señor. La mujer, explicó el Papa, «con su familia, con su marido, cada año, subía al templo para adorar a Dios». Ana era una mujer devota y piadosa, llena de fe, pero que «llevaba sobre sí una cruz que la hacía sufrir mucho: era estéril. Ella quería un hijo». La descripción de la oración sincera de Ana muestra «cómo estuvo a punto de pelearse con el Señor», implorando con «ánimo amargado, llorando copiosamente. Una oración que da lugar a una promesa: «Señor, si miras la aflicción de tu sierva, y te acuerdas de mí y si no olvidas a tu sierva, y concedes a tu sierva un retoño varón, lo ofreceré al Señor por todos los días de su vida». Con gran humildad, dijo Francisco, reconociéndose «miserable» y «sierva», hizo «la promesa de ofrecer al niño». ellos sí, eran realmente malos y «se aprovechaban de la gente». Elí es, en definitiva, «un pobre hombre sin fuerza» y, por lo tanto, incapaz de «entender el corazón de esta mujer». Así que viendo a Ana mover los labios, angustiada, piensa: «Esta ha estado bebiendo demasiado».Y el episodio contiene una lección para todos nosotros: «la ligereza—dijo Francisco— con la que juzgamos a las personas, lo fácil que es no tener el respeto de decir: “¿Qué tendrá en su corazón? No sé, pero yo no digo nada”». Y agregó: «Cuando falta piedad en el corazón, siempre se piensa mal, se juzga mal, tal vez para justificarnos a nosotros mismos». La falta de comprensión de Elí es tal que «al final, dijo: “¿Hasta cuándo vas a seguir borracha?”». Y aquí surge otra vez la humildad de Ana, Así que Ana, dijo el Papa, «lo dio todo para conseguir lo que quería»: su insistencia llama la atención y el sacerdote anciano Elí se da cuenta ya que «observaba su boca». Ana, de hecho, «hablaba para sí en su corazón», solamente moviendo los labios sin hacer oír su voz. Es una imagen intensa la que nos propone la Escritura porque refleja «el coraje de una mujer de fe con su dolor, con sus lágrimas, le pide la gracia al Señor». En este sentido, el Papa dijo que en la Iglesia hay «muchas mujeres igualmente valientes», que «van a orar como si fuese un desafío», y recordó, por ejemplo, la figura de Santa Mónica, madre de Agustín, «que con sus lágrimas fue capaz de obtener la gracia de la conversión a su hijo». El Papa se detuvo después para analizar el personaje de Elí, que no era malo, sino «un pobre hombre», confesando entre otras cosas de sentir «una cierta simpatía», porque «también yo encuentro defectos que me hacen acercarme él y entenderlo bien». Este anciano sacerdote «había caído en la tibieza, había perdido la devoción» y «no tenía la fuerza para detener a sus dos hijos», que eran los sacerdotes «pero delincuentes», que no contesta: «Y tú que eres viejo, ¿qué sabrás?». Por el contrario, ella dice: «No, mi señor». E incluso sabiendo lo que hacían sus hijos, no reprende a Elí echándole en cara: «¿Y tus hijos qué hacen?». En cambio, dice: «Yo soy una mujer apenada y no he bebido vino ni licor, sólo desahogaba mi alma ante el Señor. No trates a tu sierva como una perdida, pues he hablado así por mi congoja y aflicción». El Papa Francisco ha dicho que Ana encomendó «la oración con congoja y aflicción» al Señor. Y añadió que esta mujer recuerda a Cristo: de hecho «esta es la oración de Jesús en el Huerto de los Olivos, cuando tenía tanta angustia y dolor que sudó sangre, y no acusó al Padre sino que le dijo: “Padre, si es posible que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú”». También Jesús respondió como esta mujer, con «mansedumbre». De ahí la constatación de que a veces «rezamos, pedimos al Señor pero no sabemos llegar a esta lucha con el Señor, a las lágrimas, a pedir, pedir la gracia». Francisco ha citado al respecto un episodio que ocurrió en el santuario de Luján, Buenos Aires, donde había una familia con una hija de nueve años muy enferma. «Después de semanas de tratamiento —contó Francisco— no había logrado salir de esa enfermedad, había empeorado y los médicos, a las 6 de la tarde, le dijeron a los padres que le quedaban pocas horas de vida». A continuación, «el padre, un hombre humilde, trabajador, inmediatamente salió del hospital y se fue al santuario de la Virgen, en Luján», a setenta kilómetros de distancia. Llegó alrededor de las 10 de la noche y todo estaba cerrado, y se aferró a la reja de la puerta y rezó a la Virgen y luchó en la oración. Esto —explicó— es un hecho que realmente ocurrió, en el tiempo que estuve allí. Y así se mantuvo hasta las 5 de la mañana». Ese hombre «rezaba, lloraba por su hija, luchaba con Dios a través de la intercesión de la Virgen por su hija. Luego regresó, llegó al hospital entre las 7 y las 8, fue a buscar a su esposa y ella estaba llorando y este hombre pensó que la niña había muerto y ella dijo: “No lo entiendo, no lo entiendo... Han venido los médicos y me han dicho que no entienden lo que ha pasado”. Y la niña volvió a su casa». En la práctica —dijo el Papa— con «esa fe, la oración ante Dios, convencido de que Él es capaz de cualquier cosa, porque es el Señor», el padre de Buenos Aires recuerda a la mujer del texto bíblico quien no sólo obtuvo «el milagro de tener un hijo después de un año y, a continuación, la Biblia dice, que tendrá muchos otros», sino que también logró el «milagro de despertar un poco el alma tibia de ese sacerdote». Y cuando Ana «explica al sacerdote —que había perdido todo, todo, toda la espiritualidad, toda la piedad— por qué estaba llorando, él que la había llamado “borracha”, le dice: “Vete en paz, y que el Dios de Israel te conceda el favor que le has pedido”. Hizo salir de debajo de cenizas el pequeño fuego sacerdotal que estaba en las brasas». Esta es la enseñanza concluyente: «La oración —dijo Francisco— hace milagros». Y se los hace incluso a los «cristianos sean fieles laicos, sacerdotes, obispos, que han perdido su devoción». Por otra parte —explicó— «la oración de los fieles cambia a la Iglesia: no somos nosotros, los Papas, sacerdotes, religiosas los que llevamos adelante a la Iglesia, ¡son los santos! Y estos son los santos», como la mujer del pasaje bíblico: «Los santos son los que se atreven a creer que Dios es el Señor, y Él puede hacer todo». De ahí la exhortación a invocar al Padre que «nos dé la gracia de la confianza en la oración, de rezar con valentía y también de despertar la piedad, cuando la hemos perdido, y seguir adelante con el pueblo de Dios al encuentro de Él». página 12 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 15 de enero de 2016, número 2 Francisco bautiza veintiséis bebés La mayor herencia La fe es «la mayor herencia» que los niños reciben de sus padres: lo dijo el Papa Francisco en la homilía de la misa celebrada el domingo 10 de enero, en la capilla Sixtina, donde bautizó a veintiséis bebés. Cuarenta días después de su nacimiento, Jesús es llevado al Templo. María y José lo llevaron para presentárselo a Dios. Hoy, la fiesta del Bautismo del Señor, los padres traéis a vuestros hijos para que reciban el Bautismo, para recibir lo que habéis pedido al comienzo, cuando os he hecho la primera pregunta: «La fe. Quiero la fe para mi hijo». Y así la fe se transmite de una generación a otra como una cadena, a lo largo del tiempo. Estos niños y estas niñas, pasados los años, ocuparán vuestro lugar con otro hijo —vuestros nietos— y pedirán lo mismo: la fe. La fe que nos da el Bautismo. La fe que hoy el Espíritu Santo trae al corazón, al alma, a la vida de estos hijos vuestros. Vosotros habéis pedido la fe. La Iglesia, cuando os entregará la vela encendida, os dirá que custodiéis la fe de estos niños. Y al final, no os olvidéis que la mayor herencia que podréis dar a vuestros niños es la fe. Buscad que Los tuits del Papa en Pontifex_es 14 DIC [12.00 PM] Un propósito diario: transmitir un poco de la ternura de Cristo a quienes más lo necesitan 19 DIC [12.00 PM] La misericordia es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados parar siempre (MV 2) 20 DIC [11.20 AM] Ante la gravedad del pecado, Dios responde con la plenitud del perdón (MV 3) 24 DIC [12.00 PM] Dios está enamorado de nosotros. Se hace pequeño para ayudarnos a responder a su amor 25 DIC [10.25 AM] Cuando tienes a Cristo como amigo, tienes alegría, serenidad y felicidad 26 DIC [11.00 AM] Oremos por los cristianos perseguidos, a menudo con el silencio vergonzoso de muchos 29 DIC [12.00 PM] La misericordia de Dios será siempre más grande que cualquier pecado (MV 3) 30 DIC [12.00 PM] Nadie puede ponerle un límite al amor de Dios, que está siempre dispuesto a perdonar (MV 3) 31 DIC [12.30 PM] Agradezcamos a Dios que siempre está presente, cercano y misericordioso (MV 6) 5 DIC [10.00 AM] La misericordia se ha vuelto viva y visible en Jesús de Nazaret (MV 1) 8 ENE [11.08 AM] Cuando el mundo se duerme en la comodidad y el egoísmo, la misión del cristiano es ayudar a despertarlo 12 ENE [12.00 PM] Si confiamos en el Señor, podremos superar todos los obstáculos que encontremos en el camino no se pierda, hacedla crecer y dejarla como herencia. Os deseo estoy hoy, en este día de felicidad para vosotros: os deseo que seáis capaces de hacer crecer a estos niños en la fe, y que la mayor herencia que ellos reciban de vosotros sea justamente la fe. Sólo un aviso: cuando un niño llora porque tiene hambre, a las mamás les digo: Si tu niño tiene hambre, dale de comer aquí con toda libertad.
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