L`O S S E RVATOR E ROMANO

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L’OSSERVATORE ROMANO
EDICIÓN SEMANAL
Unicuique suum
Año XLVIII, número 2 (2.448)
El deber
de la ejemplaridad
GIOVANNI MARIA VIAN
En el discurso navideño del Papa
Francisco a la Curia no podía faltar
la referencia al discurso fundacional
de Pablo VI de 1963. Dirigido a sus
colaboradores el 21 de septiembre,
exactamente tres meses después de la
elección y en vísperas del reinicio del
Concilio suspendido al morir Juan
XXIII, el texto muy equilibrado de
Montini sobre el deber de la ejemplaridad sostuvo ciertamente la reflexión de su sucesor, que con toda claridad ha meditado ampliamente para
preparar su ardua intervención, explícitamente relacionada a las de los
años pasados.
Y como en los discursos anteriores,
también este catálogo de virtudes que
debe proponerse cada curial se puede
aplicar, como dijo Bergoglio, a «todo
cristiano, curia, comunidad, congregación, parroquia y movimiento eclesial». Doce parejas de virtudes, cuyas
iniciales en italiano forman la palabra
«misericordia» y que el Pontífice ha
presentado como «antibióticos» para
las enfermedades espirituales: misionaridad y pastoralidad, idoneidad y
sagacidad, espiritualidad y humanidad, ejemplaridad y fidelidad, racionalidad y amabilidad, inocuidad y
determinación, caridad y verdad, honestidad y madurez, respetuosidad y
humildad, dadivocidad y atención,
impavidez y prontitud, atendibilidad
y sobriedad.
Todos antídotos, y de los cuales
hay una clara necesidad, hasta el
punto de que en el sucesivo encuentro con los empleados vaticanos el
Papa pidió perdón por los escándalos
provocados por los hechos, verdaderamente penosos, de los últimos
tiempos. Asegurando al mismo tiempo que lo sucedido ha sido y será
«objeto de sincera reflexión y medidas decisivas. La reforma seguirá
adelante con determinación, lucidez
y valor, porque ecclesia semper reformanda».
No por casualidad en tiempos del
concilio, Pablo VI dirigió a los curiales palabras que vale la pena recordar
también hoy: «Desde todos los rincones se mira a Roma católica, al pontificado romano, a la Curia romana.
El deber de ser auténticamente cristianos es aquí sumamente importante. No recordaremos a vosotros este
deber, si a nosotros mismos no lo recordásemos cada día. En Roma todo
enseña: la letra y el espíritu. Cómo se
piensa, cómo se estudia, cómo se habla, cómo se siente, cómo se actúa,
EN LENGUA ESPAÑOLA
Non praevalebunt
Ciudad del Vaticano
Francisco inicia un nuevo ciclo de catequesis en las audiencias generales
La misericordia es el nombre de Dios
Mensaje de Francisco
para el Jubileo de los jóvenes
La persona en el centro
de las políticas migratorias
PÁGINAS 6-9
Del «oren por mí»
al «oren conmigo»
MARCELO FIGUEROA
SIGUE EN LA PÁGINA 4
Discurso al cuerpo diplomático
15 de enero de 2016
«Preparar el corazón para poder meditar las palabras del Señor y
vivir intensamente este Año Santo», es el aliento del Papa Francisco en su mensaje a los chicos y chicas que se preparan a celebrar el Jubileo de los Jóvenes en el marco del Año Santo. En su
mensaje publicado la mañana de este jueves 14 de enero, el Santo
Padre invitó a los jóvenes «a aspirar a grandes ideales».
La Red Mundial de Oración del Papa
(Apostolado de la Oración) que venía desarrollando una profusa tarea de difusión
de las intenciones mensuales del Papa
Francisco agregó este mes una novedad
significativa: «El vídeo del Papa». El primero de ellos, que se dio a conocer en la
Epifanía del 6 de enero, contiene además
de lo claro de su mensaje, varios signos
importantes y sellos muy personales. Invito a reflexionar en estas líneas sobre algunos de ellos.
No es casual que la primera intención
sea en favor del diálogo interreligioso.
Francisco considera a éste un carisma especial de su pontificado. Tiene la certeza
de que todos somos hijos de Dios basándose en el relato bíblico de la creación de
que «Dios creo al ser humano a su imagen y semejanza» (Gn 1, 27). Desde allí
invita a todos a difundir, orar y colaborar
con esta causa que en Kenia calificó de
«fundamental, no un lujo añadido u opcional». El encuentro entre las religiones
se fundamenta en esa etiología y no en
cualquier ideología. Por ello se constituye
en un instrumento invencible ante el armado de sistemas religiosos fundamentaSIGUE EN LA PÁGINA 3
L’OSSERVATORE ROMANO
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viernes 15 de enero de 2016, número 2
En el Ángelus el Pontífice invita a los fieles a recordar la fecha de su bautismo
Deberes para casa
El día del bautismo «es la fecha de
nuestro renacimiento como hijos de
Dios». Por esto el Papa invitó a los
fieles, reunidos en la plaza de San
Pedro para la oración del Ángelus el
domingo 10 de enero, a festejar ese día
para «reafirmar nuestra adhesión a
Jesús, con el compromiso de vivir como
cristianos».
Queridos hermanos
¡buenos días!
y
hermanas,
En este domingo después de la
Epifanía celebramos el Bautismo de
Jesús, y hacemos memoria grata de
nuestro Bautismo. En este contexto,
esta mañana he bautizado a 26 recién nacidos: ¡recemos por ellos!
El Evangelio nos presenta a Jesús,
en las aguas del río Jordán, en el
centro de una maravillosa revelación
divina. Escribe san Lucas: «Cuando
todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y mientras
oraba, se abrieron los cielos, bajó el
Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma
y vino una voz del cielo: “Tú eres mi
Hijo, el amado; en ti me complazco”» (Lc 3, 21-22). De este modo Jesús es consagrado y manifestado por
el Padre como el Mesías salvador y
liberador. En este evento —testificado por los cuatro Evangelios— tuvo
lugar el pasaje del bautismo de Juan
Bautista, basado en el símbolo del
agua, al Bautismo de Jesús «en el
Espíritu Santo y fuego». De hecho,
el Espíritu Santo en el Bautismo
cristiano es el artífice principal: es Él
quien quema y destruye el pecado
original, restituyendo al bautizado la
belleza de la gracia divina; es Él
quien nos libera del dominio de las
tinieblas, es decir, del pecado y nos
traslada al reino de la luz, es decir,
del amor, de la verdad y de la paz:
este es el reino de la luz. ¡Pensemos
a qué dignidad nos eleva el Bautismo! «Mirad qué amor nos ha tenido
el Padre para llamarnos hijos de
Dios, pues ¡lo somos!» (1 Jn 3, 1),
exclama el apóstol Juan. Tal estupenda realidad de ser hijos de Dios
comporta la responsabilidad de seguir a Jesús, el Siervo obediente, y
reproducir en nosotros mismos sus
rasgos, es decir: es decir, mansedumbre, humildad y ternura. Sin embargo, esto no es fácil, especialmente si
entorno a nosotros hay mucha intolerancia, soberbia, dureza. ¡Pero con
la fuerza que nos llega del Espíritu
Santo es posible! El Espíritu Santo,
recibido por primera vez el día de
nuestro Bautismo, nos abre el cora-
Entrevista de Vida Nueva al secretario de Estado Pietro Parolin
Un pulso a la actualidad
En conversación con Antonio Pelayo, José Beltrán y Darío Menor
La Iglesia no es ajena al mundo, vive en él, y desde él habla. Con los
ojos abiertos a la realidad de los
tiempos que le toca vivir, el secretario del Estado vaticano, Pietro Parolin ha concedido una entrevista a
la revista española Vida Nueva pulsando las cuerdas de la actualidad.
Una de ellas, la del terrorismo
del Estado Islámico. Al referirse al
fenómeno del extremismo el cardenal ha dicho que toca a la Iglesia
redoblar sus esfuerzos para llenar
«los vacíos causados por el nihilismo espiritual, evitando que así sean
cubiertos por el odio y la violencia». Un desafío que se puede ver
favorecido en este año jubilar de la
misericordia al que mons. Parolin
ha definido como un tiempo propicio para concentrarse en lo esencial
de la vida cristiana que es la misericordia. «Esta experiencia profunda
del amor de Dios» tiene que transformarse en «testimonio fuerte de
amor y de paz». Algunos de los escollos que se presentan son las gue-
rras, y la pobreza. En este sentido
el cardenal se ha referido a la «palabra enérgica del Papa que interpela» y sacude las conciencias. Otro
de los muelles tirantes que ha tocado es el de la inmigración, y al analizar la situación en Europa se ha
referido a la urgencia de encontrar
soluciones rápidas, favoreciendo
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GIOVANNI MARIA VIAN
director
TIPO GRAFIA VATICANA EDITRICE
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don Sergio Pellini S.D.B.
Giuseppe Fiorentino
subdirector
Ciudad del Vaticano
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una integración que «conlleva derechos y también obligaciones».
Lo doméstico ha estado presente
también en la entrevista, particularmente la gestión económica financiera de la Santa Sede, de la que
justamente dice se debe esperar
«más que de los demás», «un estilo
de vida sobrio en línea con la pobreza evangélica». En este punto y
siempre en clave de la reforma de
la Curia, Parolin ha manifestado
que «puede hacerse más con menos» de ahí la necesidad de una estructura «más delgada y ágil».
Emergió en la entrevista el reconocimiento del secretario de Estado
por la labor que está realizando la
Iglesia en España, a la que comparó con el Buen Samaritano «atenta
y sensible al al sufrimiento» como
lo confirma el trabajo de Cáritas
que dijo era reconocido por «creyentes y no creyentes», y a la que
animó a hacer frente al «secularismo galopante» que afecta a toda
Europa.
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zón a la Verdad, a toda la Verdad.
El Espíritu empuja nuestra vida hacia el camino laborioso pero feliz de
la caridad y de la solidaridad hacia
nuestros hermanos. El Espíritu nos
dona la ternura del perdón divino y
nos impregna con la fuerza invencible de la misericordia del Padre. No
olvidemos que el Espíritu Santo es
una presencia viva y vivificante en
quien lo acoge, reza con nosotros y
nos llena de alegría espiritual.
Hoy, fiesta del Bautismo de Jesús,
pensemos en el día de nuestro Bautismo. Todos nosotros hemos sido
bautizados, agradezcamos este don.
Y os hago una pregunta: ¿Quién de
vosotros conoce la fecha de su Bautismo? Seguramente no todos. Por
eso, os invito a ir a buscar la fecha
preguntando por ejemplo a vuestros
padres, a vuestros abuelos, a vuestros padrinos, o yendo a la parroquia. Es muy importante conocerla
porque es una fecha para festejar: es
la fecha de nuestro renacimiento como hijos de Dios. Por eso, los deberes para esta semana: ir a buscar la
fecha de mi Bautismo. Festejar este
día significa reafirmar nuestra adhesión a Jesús, con el compromiso de
vivir como cristianos, miembros de
la Iglesia y de una humanidad nueva, en la cual todos somos hermanos. Que la Virgen María, primera
discípula de su Hijo Jesús, nos ayude a vivir con alegría y fervor apostólico nuestro Bautismo, acogiendo
cada día el don del Espíritu Santo,
que nos hace hijos de Dios.
Al término de la oración mariana el
Pontífice saludó a los grupos presentes,
asegurando una bendición especial a
los niños recién bautizados y a quienes
«han recibido hace poco los
Sacramentos de la iniciación cristiana
o se están preparando».
Queridos hermanos y hermanas:
Os saludo a todos vosotros, fieles
de Roma y peregrinos llegados desde Italia y desde diferentes países.
Saludo en particular a los estudiantes del Instituto bachiller Diego
Sánchez de Talavera La Real, España; al Coro Alpino Martinengo con
sus familiares; al grupo de adolescentes de San Bernardo en Lodi.
Como decía, en esta fiesta del
Bautismo de Jesús, según la tradición he bautizado a numerosos niños. Ahora querría hacer llegar una
especial bendición a todos los niños
que han sido bautizados recientemente, pero también a los jóvenes y
adultos que han recibido hace poco
los Sacramentos de la iniciación cristiana o que se están preparando. ¡La
gracia de Cristo les acompañe siempre! Os deseo a todos un feliz domingo. No os olvidéis de la tarea en
casa: buscar la fecha de mi Bautismo. Y por favor, no os olvidéis también de rezar por mí.¡Buen almuerzo
y hasta pronto!
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número 2, viernes 15 de enero de 2016
L’OSSERVATORE ROMANO
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El año santo de la misericordia de san Pedro al mundo
Hace un mes
RINO FISICHELLA
Ha pasado un mes desde que el Papa Francisco abrió la puerta santa de
San Pedro. En su homilía había explicitado el sentido de ese gesto diciendo: «Entrar por la puerta significa descubrir la profundidad de la
misericordia del Padre que acoge a
todos y sale personalmente al encuentro de cada uno. Es Él el que
nos busca. Es Él el que sale a nuestro encuentro… Será un año para crecer en la convicción de la misericordia. Que el atravesar la Puerta
Santa, por lo tanto, haga que nos
sintamos partícipes de este misterio
de amor. Abandonemos toda forma
de miedo y temor, porque no es propio de quien es amado; vivamos,
más bien la alegría del encuentro
con la gracia que lo transforma todo». Ese signo ya había sido anticipado en Bangui, realizando un acto
que representaba una profunda novedad en la historia de los jubileos.
Por primera vez la puerta santa no
se abría en las basílicas papales, sino
en África, poniendo de hecho a ese
continente ante el mundo para que
percibiera la potencialidad que posee para el futuro de la humanidad.
El Papa Francisco desea que el jubileo sea principalmente un acontecimiento eclesial, vivido en cada Iglesia local, para redescubrir la fuerza
de la misericordia en la vida cotidiana de los creyentes. Un compromiso
concreto para hacer de cada uno un
instrumento visible de misericordia
con todos. De todo el mundo llegan
testimonios conmovedores de la gran
participación del pueblo con ocasión
de la apertura de la puerta santa en
cada diócesis. No bastaron las catedrales y los santuarios para contener
el flujo de fieles que llenaron las plazas en espera de realizar el gesto
y el perdón de Dios se perciben como una exigencia personal para dar
sentido a los hechos dramáticos de
la historia de estos años.
Todo esto no impidió que también Roma fuera protagonista del
jubileo. Exactamente un mes después del inicio del Año santo, hemos registrado la presencia de más
de un millón de personas en los
eventos jubilares. Para ser exactos,
1.025.000. Los números no son importantes en una dimensión
espiritual. Sin embargo, son el índice de
una intensa participación y de una exigencia sentida. La decisión de las autoridades civiles de peatonalizar la vía de la Conciliación durante el
período natalicio permitió observar en esa
zona a numerosas personas que desafiaron
el miedo y los intentos
de marginar la participación pública. La
presencia de las fuerzas del orden aseguró
más los eventos, y Roma vivió estos días de
fiesta con la serenidad
debida. El recorrido
reservado a los peregrinos muestra cada
día a grupos de fieles
y personas que, con la
cruz jubilar, se encaminan rezando hacia
la puerta santa. Un
testimonio de fe que
conmueve y no deja
indiferente.
La misericordia es
un verdadero conteniPuerta Santa en Santa María Mayor
simbólico de pasar por la puerta
santa. Un signo concreto de que la
intuición originaria del Papa Francisco era una exigencia real del momento presente y, ciertamente, un incentivo para vivir los próximos años
con responsabilidad misionera. Es
precisamente así. La gran presencia
del pueblo testimonia que el mensaje del encuentro con Cristo y la posibilidad de experimentar la ternura
do que transforma y que, como enseña el Papa Francisco, te involucra
en un movimiento de compromiso
personal. Se recibe la misericordia
para darla. Sin esta circularidad falta
algo esencial que no permite captar
la profundidad del misterio de amor
del Padre. Ha pasado el primer mes
y ha comenzado un año in crescendo por lo que respecta a la participación y a los eventos que ya permiten percibir cuánto ha entrado el Jubileo de la misericordia en el corazón de las personas y cuánto puede
transformar la vida.
Del «oren por mí» al «oren conmigo»
VIENE DE LA PÁGINA 1
listas. Desde estos se intenta justificar la guerra, la muerte y la violencia utilizando el nombre de un Dios
que se quiere deformar, manipular y
uniformar. Ante esto Francisco presenta otra teología superadora: La
de un Padre amoroso que siendo de
todos, busca y se deja encontrar en
las distintas formas de pensamiento
y en la riqueza de la diversidad de
fe. Por ello el diálogo sincero es
contra-sistémico a la confrontación
«religiosa» citada anteriormente,
porque conlleva a la paz y a la justicia.
Así como Jesús llevó consigo en
su ministerio a sus amigos lugareños
de Galilea y en la cima religiosa de
Jerusalén se les conocía por su forma de hablar, el vídeo en cuestión
contiene esta misma marca. De los
cuatro representantes de distintas
confesiones que participan activamente, tres son argentinos y hablan
como tales. Esto está en sintonía con
otra característica fundamental del
papa Bergoglio, su coherencia. Su
incansable y constante dedicación al
diálogo interreligioso es algo que lleva en su corazón y acción desde hace por lo menos dos décadas desde
Buenos Aires. Todos los que proseguimos en ese camino desde estas la-
titudes debemos reconocer que somos hijos y deudores de su liderazgo interreligioso. Por eso, al ver el
vídeo por un lado rememoro los encuentros de interreligiosos de ora-
ción en Argentina, y por otro recuerdo los relatos de los Evangelios
cuando Jesús llevaba consigo a orar
al monte de la transfiguración o al
de los olivares a sus tres mejores
amigos.
Finalmente, Francisco es un Papa
que permanentemente está llamando
a orar junto a él. Esto es una tercera
característica de su ministerio petrino que asombró desde su primer saludo en la Basílica de San Pedro. El
pedido al pueblo para que le bendijese y una frase de toda su vida
«oren por mí» son muestras claras
de ello. No son muletillas ni posturas, sino pedidos genuinos, sentidos
y profundos. En este vídeo nos invita a orar «con él». Francisco cree
profundamente en el poder de la
oración unida. En su última frase
grabada deja al descubierto su sincera confianza en que muchos lo
acompañarán en esta fundamental
práctica espiritual. ¿Lo haremos en
intención y acción desde nuestra
propia religiosidad? Quiera el Dios
del Shalom, la Paz y el Salam que
así sea.
Buenos Aires, 7 de enero de 2015
L’OSSERVATORE ROMANO
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viernes 15 de enero de 2016, número 2
Durante la audiencia general el Papa habla de la misericordia del Padre
Quien da el primer paso
«El amor que da el primer paso, que
no depende de los méritos humanos
sino de una inmensa gratuidad»: de
esta forma el Papa Francisco definió la
misericordia divina durante la
audiencia general del miércoles 13 de
enero. Con los fieles presentes en el
Aula Pablo VI, el Pontífice inició un
nuevo ciclo de reflexiones dedicado al
tema jubilar según la perspectiva
bíblica, para aprender —explicó—
«escuchando lo que Dios mismo nos
enseña con su Palabra».
Queridos hermanos
¡buenos días!
y
hermanas,
Hoy iniciamos las catequesis sobre
la misericordia según la perspectiva bíblica, para aprender sobre la misericordia escuchando lo que Dios mismo nos enseña con su Palabra. Iniciamos por el Antiguo Testamento,
que nos prepara y nos conduce a la
revelación plena de Jesucristo, en
quien se revela de forma plena la
misericordia del Padre.
En las Sagradas Escrituras, se presenta al Señor como «Dios misericordioso». Este es su nombre, a través
del cual Él nos revela, por así decir,
su rostro y su corazón. Él mismo,
como narra el Libro del Éxodo, re-
otros textos volvemos a encontrar esta fórmula, con alguna variación, pero siempre la insistencia se coloca en
la misericordia y en el amor de Dios
que no se cansa nunca de perdonar
(cf. Gn 4, 2; Gl 2, 13;
Sal 86, 15; 103, 8; 145,
8; Ne 9, 17). Veamos
Dios es como un sabio agricultor que
juntos, una por una,
estas palabras de la
deja tiempo a la buena semilla para que
Sagrada Escritura que
crezca, a pesar de la cizaña
nos hablan de Dios.
El Señor es «misericordioso»: esta palabra
velándose a Moisés se autodefinió evoca una actitud de ternura como
como: «Señor, Dios compasivo y mise- la de una madre con su hijo. De hericordioso, lento a la ira y rico en cle- cho, el término hebreo usado en la
mencia y lealtad» (34, 6). También en Biblia hace pensar en las vísceras o
también en el vientre materno. Por
eso, la imagen que sugiere es la de
un Dios que se conmueve y se enternece por nosotros como una madre
cuando toma en brazos a su niño,
deseosa sólo de amar, proteger, ayudar, lista para donar todo, incluso a
sí misma. Esa es la imagen que sugiere este término. Un amor, por lo
VIENE DE LA PÁGINA 1
tanto, que se puede definir en sentido bueno «visceral».
cómo se sufre, cómo se reza, cómo
se sirve, cómo se ama; cada moDespués está escrito que el Señor
mento, cada aspecto de nuestra vies «compasivo» en el sentido que nos
da tiene una irradiación a nuestro
concede la gracia, tiene compasión y,
alrededor, que puede ser benefien su grandeza, se inclina sobre
ciosa, si es fiel a lo que Cristo
quien es débil y pobre, siempre listo
quiere de nosotros; maléfica, si no
para acoger, comprender
es fiel».
y perdonar. Es como el
En esta perspectiva, en efecto,
padre de la parábola
es como se debe leer el discurso
del Evangelio de san
del Pontífice: así Francisco repitió,
Lucas (cf. Lc 15, 11con su predecesor, la gratitud y el
32): un padre que no
aprecio por «la eficiencia de los
se cierra en el resentiservicios que la Curia Romana,
miento por el abandocon esfuerzo, responsabilidad, dilino del hijo menor, sigencia y dedicación, ofrece al Pano que al contrario
pa y a toda la Iglesia», añadiendo
continúa esperándolo
en el surco de la espiritualidad ig—lo ha generado— y
naciana que esta es un «verdadero
después corre a su enconsuelo» que alienta a la voluncuentro y lo abraza,
tad para «que siga adelante en el
no lo deja ni siquiera
bien obrar». Con la consciencia
terminar su confesión
cristiana de la limitación de cada
—como si le cubriera
esfuerzo personal, que el Pontífice
la boca—, qué grande
expresó citando una oración que
es el amor y la alegría
repetía una gran figura del catolipor haberlo reenconcismo estadounidense, el cardenal
trado; y después va
John Francis Dearden.
también a llamar al
El deber
de la ejemplaridad
hijo mayor, que está indignado y no aquí utilizada, indica el afecto, la graquiere hacer fiesta, el hijo que ha cia, la bondad. No es un amor de tepermanecido siempre en la casa, pe- lenovela... Es el amor que da el priro viviendo como un siervo más que mer paso, que no depende de los
como un hijo, y también sobre él el méritos humanos sino de una inpadre se inclina, lo invita a entrar, mensa gratuidad. Es la solicitud dibusca abrir su corazón al amor, para vina a la que nada puede detener, ni
que ninguno quede excluso de la siquiera el pecado, porque sabe ir
fiesta de la misericordia. ¡La miseri- más allá del pecado, vencer el mal y
perdonarlo.
cordia es una fiesta!
Una «lealtad» sin límites: he aquí
De este Dios misericordioso se dice también que es «lento a la ira», la última palabra de la revelación de
literalmente, «largo en su respira- Dios a Moisés. La fidelidad de Dios
ción», es decir, con la respiración am- nunca falla, porque el Señor es el
plia de paciencia y de la capacidad de guardián que, como dice el Salmo,
soportar. Dios sabe esperar, sus tiempos no
son aquellos impacienDios es fiel en su misericordia:
tes de los hombres; Él
es como un sabio agrisi tú le eres infiel, Él permanecerá fiel
cultor que sabe espeporque no puede negarse a sí mismo
rar, deja tiempo a la
buena semilla para
que crezca, a pesar de
no se duerme sino que vigila contila cizaña (cf. Mt 13, 24-30).
Y por último, el Señor se procla- nuamente sobre nosotros para llevarma «rico en clemencia y lealtad». nos a la vida:
«No permitirá que resbale tu pie,
¡Qué hermosa es esta definición de
Dios! Aquí está todo. Porque Dios
tu guardián no duerme; no dueres grande y poderoso, pero esta me ni reposa
grandeza y poder se despliegan en el
el guardián de Israel.
amarnos, nosotros así pequeños, así
[…]
incapaces. La palabra «clemencia»,
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tu entradas
y salidas
ahora y por siempre» (121,3-4.7-8).
Este Dios misericordioso es fiel en
su misericordia, y san Pablo dice algo bonito: si tú le eres infiel, Él permanecerá fiel porque no puede negarse a sí mismo. La fidelidad en la
misericordia es el ser de Dios. Y por
esto Dios es totalmente y siempre
confiable. Una presencia sólida y estable. Esta es la certeza de nuestra
fe. Entonces, en este Jubileo de la
Misericordia, confiemos totalmente
en Él, y experimentemos la alegría
de ser amados por este «Dios compasivo y misericordioso, lento a la
ira y rico en clemencia y lealtad».
número 2, viernes 15 de enero de 2016
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página 5
La Misa diaria en Santa Marta
El criterio
Quien pone en práctica las obras de
misericordia tiene la prueba de que
su acción viene de Dios: el único
criterio para comprenderlo gira efectivamente en torno a la concreción
de la «encarnación, de Jesús venido
en la carne». Y así no tiene sentido
«imaginar planes pastorales y nuevos métodos para acercar a la gente»
si la fe en Jesús encarnado no lleva
al servicio de los demás. Francisco lo
recordó celebrando la misa el jueves
7 de enero por la mañana en la capilla de la Casa Santa Marta. Y también puso en guardia contra quienes
tienen una apariencia de espiritualidad porque, dijo, si ese espíritu no
viene de Dios es «el anticristo», la
expresión de la «mundanidad».
Para esta reflexión el Papa se basó
en la primera lectura de san Juan (3,
22-4, 6), haciendo notar inmediatamente cómo el apóstol retoma «una
palabra de Jesús en la Última Cena:
“permanecer”». Precisamente Juan
escribe: «El que guarda sus mandamientos “permanece” en Dios y Dios
en él». Y «este “permanecer” en
Dios es un poco la respiración de la
vida cristiana, y el estilo», explicó
Francisco. En efecto, podemos decir
que «un cristiano es aquel que permanece en Dios». Una vez más escribe Juan en su carta: «En esto conocemos que Dios permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha
dado».
Por tanto, volvió a decir Francisco, «un cristiano es aquel que “tiene” el Espíritu Santo y se deja guiar
por él: permanecer en Dios y Dios
permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado». Y también
retomó la advertencia del apóstol de
«estar atento: y aquí viene el problema. Estad atentos, no os fiéis de
cualquier espíritu, más bien poned a
prueba a los espíritus para examinar
si vienen verdaderamente de Dios».
Precisamente «esta es la regla cotidiana de vida que nos enseña Juan».
Por tanto, «poner a prueba a los
espíritus». «Pero, ¿qué quiere decir
este “poner a prueba a los espíritus”? Parece que existieran fantasmas…». En cambio, no, afirmó el
Pontífice, porque en realidad Juan
sugiere «poner a prueba a los espíritus para examinar de dónde vienen:
examinar el espíritu, qué sucede en
mi corazón». Así, «nos lleva allí, al
corazón», a preguntarnos precisamente «¿qué sucede, qué siento en
mi corazón, qué quiero hacer? La
raíz de lo que estoy sintiendo ahora,
¿de dónde viene?».
Por tanto, explicó el Papa, «esto
es poner a prueba para “examinar”».
Y precisamente «el verbo examinar»
es el más apropiado para verificar
verdaderamente «si esto que siento
viene de Dios, del espíritu que me
hace permanecer en Dios, o si viene
de otro». A la pregunta, «¿quién es
el otro?», la respuesta de Francisco
es clara: «El anticristo». Por lo demás, precisó, «el razonamiento de
Juan es simple, directo, diría circular, porque vuelve enseguida al mismo argumento: o eres de Jesús o
eres del mundo». Y «retoma lo que
Jesús también había pedido al Padre
para todos nosotros: que no nos quite del mundo, sino que nos defienda
del mundo». Porque «la mundanidad es el espíritu que nos aleja del
espíritu de Dios que nos hace permanecer en el Señor».
Al llegar a este punto, Francisco
expresó los interrogantes que, naturalmente, surgen sobre la cuestión:
«Pero, padre, está bien, sí, está todo
claro, pero, ¿cuáles son los criterios
para hacer un buen discernimiento
de lo que sucede en mi alma?».
Juan propone un solo criterio y lo
presenta con estas palabras: «Todo
espíritu —toda emoción, toda inspiración que siento— que reconoce a
con nosotros, y lo que sufre es el
Cristo que lo sufre».
Por eso, dijo Francisco, «si tú vas
por este camino, si tú sientes esto,
está bien», porque precisamente «este es el criterio de discernimiento
para no confundir los sentimientos,
los espíritus, para no ir por un camino que no va». Vuelven, pues, las
palabras de Juan: «No os fiéis de
cualquier espíritu —estad atentos—,
más bien poned a prueba a los espíritus para examinar si vienen verdaderamente de Dios». Por eso, reafirmó con fuerza, «el servicio al prójimo, al hermano, a la hermana que
tiene necesidad —son tantas las nece-
Jesucristo venido en la carne, es de
Dios; y todo espíritu que no reconoce a Jesús, no es de Dios”.
«El criterio es Jesús venido en la
carne, el criterio es la encarnación»,
insistió Francisco. Tanto que «puedo
sentir tantas cosas dentro, incluso
cosas buenas, ideas buenas, pero si
estas ideas buenas, estos sentimientos no me llevan a Dios que se hizo
carne, no me llevan al prójimo, al
hermano, no son de Dios». Por eso
«Juan comienza este pasaje de su
carta diciendo: “Este es el mandamiento de Dios: que creamos en el
nombre de su Hijo Jesucristo y nos
amemos unos a otros”».
Aplicando esta verdad a la vida
cristiana de cada día, el Pontífice recordó que «podemos hacer tantos
planes pastorales, imaginar nuevos
métodos para acercarnos a la gente,
pero si no hacemos el camino de
Dios venido en la carne, del Hijo de
Dios que se hizo hombre para caminar con nosotros, no estamos en el
camino del espíritu bueno». Más
bien, el que prevalece «es el anticristo, es la mundanidad, es el espíritu
del mundo».
Ahora bien, añadió, «cuánta gente
encontramos en la vida que parece
espiritual, pero ni hablar de hacer
obras de misericordia». Y «¿por
qué? Porque las obras de misericordia son precisamente lo concreto de
nuestra confesión de que el Hijo de
Dios se hizo carne: visitar a los enfermos, dar de comer a quien no tiene alimento, cuidar a los descartados». Las «obras de misericordia»,
«porque cada hermano nuestro, que
debemos amar, es carne de Cristo:
Dios se hizo carne para identificarse
sidades—, incluso de un consejo, de
mi oído para ser escuchado: estos
son los signos de que vamos por el
camino del espíritu bueno, o sea, el
camino del Verbo de Dios que se hizo carne».
Antes de reanudar la celebración
de la misa, Francisco pidió «al Señor la gracia de conocer bien qué
sucede en nuestro corazón, qué nos
gusta hacer, es decir, qué me toca
más: si el espíritu de Dios, que me
lleva al servicio de los demás, o el
espíritu del mundo, que gira entorno
a mí mismo, a mis cerrazones, a mis
egoísmos, a tantas otras cosas». Sí,
concluyó el Papa, «pidamos la gracia de conocer qué sucede en nuestro corazón».
Sorprendidos
por un abrazo
El año santo de la misericordia nos
recuerda que «Dios siempre es el
primero en amar», sin condiciones, y
nos acoge así como somos para
abrazarnos y perdonarnos como un
padre. Francisco, en la misa del viernes 8 de enero por la mañana celebrada en la capilla de la Casa Santa
Marta, recordó sobre todo a quienes
se reconocen pecadores, la certeza
del amor de Dios.
«El apóstol Juan —observó el Papa— continua hablando a los primeros cristianos sobre los dos mandamientos que Jesús nos ha enseñado:
amar a Dios y amar al prójimo». Se
lee, de hecho, en el pasaje de su pri-
mera carta (4, 7-10) propuesto por la
liturgia: «Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor
es de Dios». Y «esta palabra “amor”
—evidenció Francisco— es una palabra que se usa muchas veces y no se
sabe, cuando se dice, qué significa
exactamente». ¿Qué es, entonces, el
amor? A veces, dijo el Pontífice.
«pensamos en el amor de las telenovelas: no, eso no se parece al amor.
Eso que parece amor es en realidad
entusiasmo por una persona y después se apaga».
La verdadera pregunta, por lo
tanto, es: «¿de dónde proviene el
verdadero amor?». Escribe san Juan:
«Todo el que ama ha nacido de Dios
y conoce a Dios, porque Dios es
amor». El apóstol no dice «todo
amor es Dios». Lo que dice es
«Dios es amor». Y continúa Juan,
«Dios nos ha amado tanto que envió a su Hijo unigénito, para que vivamos por medio de él». Por ello,
afirmó Francisco, «es Dios quien da
su vida en Jesús, para darnos a nosotros la vida». De ahí que, prosiguió, «el amor es hermoso, amar es
hermoso y en el cielo habrá sólo
amor, la caridad: lo dice Pablo». Y
si el amor «es hermoso, se hace
siempre fuerte y crece en el don de
la propia vida: crece en el darse a
los demás».
Francisco ha vuelto a leer otro pasaje de la carta de Juan: «En esto
consiste el amor: no en que nosotros
hayamos amado a Dios, sino en que
él nos amó». E hizo hincapié en que
«Dios nos amó primero; él nos ha
dado la vida por amor, ha dado la
vida y a su Hijo por amor». Por eso
«cuando encontramos a Dios, siempre hay una sorpresa: es él quien nos
espera primero: es él quien nos encuentra».
Refiriéndose al pasaje litúrgico del
Evangelio de Marcos (6, 34-44), que
narra el episodio de la multiplicación de los panes, el Papa invitó a
mirar a Jesús. «Esa gente —explicó—
lo seguía para escucharlo, porque
hablaba como uno que tiene autoridad, no como los escribas». Pero «él
miraba a esa gente e iba más allá.
Precisamente porque amaba, dice el
Evangelio, “se compadeció de ellos”,
que no es lo mismo que tener pena». La palabra justa es precisamente «compasión: el amor lo lleva a
“sufrir con” ellos, a involucrarse en
la vida de la gente». Y «el Señor está siempre ahí, amando primero: él
nos espera, él es la sorpresa».
Es precisamente esto lo que le sucede, recordó el Papa, a «Andrés
cuando va a Pedro y le dice: “Hemos encontrado al Mesías, ¡ven!. Pedro va a Jesús, este lo mira y le dice:
“¿Tú eres Simón? Serás Pedro”. Lo
esperaba con una misión. Antes lo
había amado Él».
Lo mismo sucede «cuando Zaqueo, que era pequeño, se subió al
árbol para ver mejor a Jesús». Jesús
«pasa, mira hacia arriba y dice:
“Desciende Zaqueo, quiero ir a cenar a tu casa”. Y Zaqueo, que quería
encontrar a Jesús, se dio cuenta que
Jesús lo estaba esperando».
También Francisco recordó la historia de Natanael que «acude a ver a
quién dicen que es el mesías, con un
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L’OSSERVATORE ROMANO
número 2, viernes 15 de enero de 2016
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El Papa se detiene en la situación de emergencia de los refugiados en su discurso al cuerpo diplomático
Madre siria a pie en dirección
a la frontera alemana
La persona en el centro de las políticas migratorias
Y exhorta a Europa a no perder sus principios de humanidad, el respeto y la solidaridad
Con ocasión de la tradicional audiencia al
cuerpo diplomático acreditado ante la
Santa Sede, el lunes 11 de enero por la
mañana, el Papa les dirigió un discurso
en el que reflexionó sobre la situación
internacional, especialmente «sobre la
grave emergencia migratoria que estamos
afrontando, para discernir sus causas,
plantear soluciones, y vencer el miedo
inevitable que acompaña un fenómeno tan
consistente e imponente». A su vez el
Pontífice reiteró que es necesario «colocar
a la persona humana y su dignidad en el
centro de cualquier respuesta
humanitaria».
Excelencias, Señoras y Señores:
Les doy la cordial bienvenida a esta
cita anual, que me da la oportunidad
de presentarles mis mejores deseos para
el nuevo año, y de reflexionar con ustedes sobre la situación de nuestro mundo, bendecido y amado por Dios, y, sin
embargo, cansado y afligido por tantos
males. Doy las gracias al nuevo Decano
del Cuerpo Diplomático, Su Excelencia
el Sr. Armindo Fernandes do Espírito
Santo Vieira, Embajador de Angola,
por las amables palabras que me ha dirigido en nombre de todo el Cuerpo
Refugiados cruzan a través de un agujero en la
Diplomático acreditado ante la Santa mica. Igualmente importantes son los
Sede. Al mismo tiempo quiero recordar acuerdos de carácter general, orientados
de manera especial a los difuntos Em- a regular los aspectos esenciales de la
bajadores de Cuba, Rodney Alejandro vida y de la actividad de la Iglesia en
López Clemente, y de Liberia, Rudolf varios países, como el acuerdo firmado
P. von Ballmoos, cuando se cumple ca- en Dili con la República Democrática
de Timor Oriental.
si un mes de su muerte.
Del mismo modo, deseo mencionar
Aprovecho la ocasión también para
saludar de modo particular a los que el intercambio de los instrumentos de
participan por primera vez en este en- ratificación del Acuerdo con Chad socuentro, reconociendo con agrado que, bre el estatuto jurídico de la Iglesia caen el último año, se ha
incrementado el número
de embajadores residentes
El misterio de la Encarnación nos muestra el
en Roma. Es un signo
importante del interés
verdadero rostro de Dios, para quien el poder
con que la comunidad inno significa fuerza y destrucción, sino amor
ternacional sigue la actividad diplomática de la
Santa Sede. Prueba de
ello son también los acuerdos interna- tólica en ese País, así como el Acuerdo
cionales firmados o ratificados durante firmado y ratificado con Palestina. Se
el año que acaba de terminar. En parti- trata de dos acuerdos que, junto con el
cular, quisiera mencionar los acuerdos Memorándum de Entendimiento entre
en materia fiscal firmados con Italia y la Secretaría de Estado y el Ministerio
con los Estados Unidos de América, de Asuntos Exteriores de Kuwait, deque demuestran el creciente compromi- muestran, entre otras cosas, que la conso de la Santa Sede en favor de una vivencia pacífica entre los creyentes de
mayor transparencia en materia econó- distintas religiones es posible, allí donde la libertad religiosa se reconoce, y se
garantiza la posibilidad efectiva de colaborar en la edificación del bien común, en el respeto mutuo de la identidad cultural de cada uno.
Por otro lado, toda experiencia religiosa auténticamente vivida promueve
la paz. Nos lo recuerda la Navidad que
acabamos de celebrar y en la que hemos contemplado el nacimiento de un
niño indefenso, «llamado: Maravilla de
Consejero, Dios fuerte, Padre de eternidad, Príncipe de la paz» (Is 9, 5). El
misterio de la Encarnación nos muestra
el verdadero rostro de Dios, para quien
el poder no significa fuerza y destrucción, sino amor; la justicia no significa
venganza, sino misericordia. He querido que se situara en esta perspectiva el
Jubileo extraordinario de la Misericordia, que inauguré excepcionalmente en
Bangui durante mi viaje apostólico a
Kenia, Uganda y República Centroafricana. En un país tan golpeado por el
hambre, la pobreza y los conflictos, en
el que la violencia fratricida de los últimos años ha dejado profundas heridas
en las almas, desgarrando la comunidad nacional y generando pobreza material y moral, la apertura de la Puerta
Santa de la Catedral de Bangui pretendía ser un signo de aliento para alzar la
mirada, para retomar el camino y para
volver a encontrar las razones para el
diálogo. Allí donde se ha abusado del
nombre de Dios para cometer injusticias, he querido reafirmar, junto con la
comunidad musulmana de la República
Centroafricana, que «quien dice que
cree en Dios ha de ser también un
hombre o una mujer de paz» (Encuentro con la Comunidad Musulmana, Bangui, 30 noviembre 2015), y, por lo tanto, de misericordia, porque nunca se
puede matar en nombre de Dios. Sólo
una forma ideológica y desviada de religión puede pensar que se hace justicia
en nombre del Omnipotente masacrando deliberadamente a personas indefenalambrada que separa Serbia de Hungría AFP
sas, como ocurrió en los sanguinarios
atentados terroristas de los últimos meses en África, Europa y Oriente Medio.
La Misericordia ha sido el «hilo conductor» que ha guiado mis viajes apostólicos durante el año pasado. Me refiero en primer lugar a la visita a Sarajevo, ciudad profundamente golpeada
por la guerra en los Balcanes y capital
de un País, Bosnia y Herzegovina, que
tiene un significado especial para Europa y para el mundo entero. Como encrucijada de culturas, naciones y religiones se está esforzando, con resultados positivos, en construir puentes nuevos, valorar lo que une y ver las diferencias como oportunidades de crecimiento en el respeto de todos. Esto es
posible a través del diálogo paciente y
confiado, que sabe respetar los valores
de la cultura de cada uno y acoger lo
que hay de bueno en las experiencias
de los demás (cf. Encuentro con las Autoridades, Sarajevo, 6 junio 2015).
Pienso también en el viaje a Bolivia,
Ecuador y Paraguay, donde encontré
pueblos que no se rinden ante las dificultades, y se enfrentan con valentía,
determinación y espíritu de fraternidad
a los muchos retos que los afligen, empezando por la pobreza generalizada y
las desigualdades sociales. En el viaje a
Cuba y a los Estados Unidos de América pude abrazar a dos países que durante mucho tiempo han estado divididos, y que han decidido escribir una
nueva página de la historia, emprendiendo un camino de acercamiento y
reconciliación.
En Filadelfia, con ocasión del Encuentro Mundial de las Familias, así
como durante el viaje a Sri Lanka y Filipinas, y con el reciente Sínodo de los
Obispos, he recordado la importancia
de la familia, que es la primera y más
importante escuela de la misericordia,
en la que se aprende a descubrir el rostro amoroso de Dios y en la que nuestra humanidad crece y se desarrolla.
Por desgracia, sabemos cuántos desafíos tiene que afrontar la familia en este
tiempo en el que está «amenazada por
el creciente intento, por parte de algunos, de redefinir la institución misma
del matrimonio, guiados por el relativismo, la cultura de lo efímero, la falta
de apertura a la vida» (Encuentro con
las Familias, Manila, 16 enero 2015).
Hoy existe un miedo generalizado a la
estabilidad que la familia reclama y
quienes pagan las consecuencias son
sobre todo los más jóvenes, a menudo
frágiles y desorientados, y los ancianos
que terminan siendo olvidados y abandonados. Por el contrario, «de la fraternidad vivida en la familia, nace (...) la
solidaridad en la sociedad» (Encuentro
con la Sociedad Civil, Quito, 7 julio
2015), que nos lleva a ser unos responsables de los otros. Esto sólo es posible
si en nuestras casas, así como en nuestra sociedad, no permitimos que se sedimenten el cansancio y los resentimientos, sino que damos paso al diálogo, que es el mejor antídoto contra el
individualismo, tan extendido en la
cultura de nuestro tiempo.
diferencia hacia el prójimo, que lleva a
tratarlo como puro objeto de compraventa, que induce a desinteresarse de la
humanidad de los demás y termina por
hacer que las personas sean pusilánimes
y cínicas. ¿Acaso no son estas las actitudes que frecuentemente asumimos
frente a los pobres, los marginados o
los últimos de la sociedad? ¡Y cuántos
últimos hay en nuestras sociedades!
Entre estos, pienso sobre todo en los
emigrantes, con la carga de dificultades
y sufrimientos que deben soportar cada
día en la búsqueda, a veces desesperada, de un lugar donde poder vivir en
paz y con dignidad.
Quisiera, por tanto, detenerme a reflexionar con ustedes sobre la grave
emergencia migratoria que estamos
afrontando, para discernir sus causas,
plantear soluciones, y vencer el miedo
inevitable que acompaña un fenómeno
tan consistente e imponente, que a lo
largo del año 2015 ha afectado principalmente a Europa, pero también a diversas regiones de Asia, así como del
norte y el centro de América.
«No tengas miedo ni te acobardes,
que contigo está el Señor, tu Dios, en
cualquier cosa que emprendas» (Jos 1,
9). Es la promesa que Dios hizo a Josué y que pone de manifiesto cómo el
natural al hombre. Su historia está hecha de tantas migraciones, a veces como fruto de su conciencia del derecho
a una libre elección; otras, impuestas a
menudo por las circunstancias externas.
Desde el exilio del paraíso terrenal hasta Abrahán, en camino hacia la tierra prometiUn espíritu individualista induce a
da, desde la narración del
Éxodo hasta la deportación
desinteresarse de la humanidad de los
en Babilonia, la Sagrada Esdemás y termina por hacer que las personas critura narra fatigas y sufrimientos, aspiraciones y espesean pusilánimes y cínicas
ranzas, que son comunes a
los de cientos de miles de
personas que, también en
Señor acompaña a cada persona, sobre nuestros días, con la misma determinatodo a quien se encuentra en una situa- ción de Moisés, se ponen en marcha
ción de fragilidad, como la que tiene para llegar a una tierra en la cual que
quien busca refugio en un país extran- destile «leche y miel» (cf. Ex 3, 17),
jero. En efecto, toda la Biblia nos narra donde poder vivir en libertad y en paz.
la historia de una humanidad en camiY así, también hoy como entonces,
no, porque el estar en camino es con- oímos el grito de Raquel que llora por
Estimados Embajadores.
Un espíritu individualista es terreno
fértil para que madure el sentido de in-
Refugiados entrando a pie en Croacia desde Serbia
poder alimentar a sus familias ni tener
acceso a la atención médica y a la educación, de la degradación, porque no
tienen ninguna perspectiva de progreso, o de los cambios climáticos y las
condiciones climáticas extremas. Todos
saben que el hambre sigue siendo, desgraciadamente, una de las plagas más
graves de nuestro mundo, con millones
de niños que mueren cada año por su
causa. Duele constatar, sin embargo,
que a menudo estos emigrantes no entran en los sistemas internacionales de
protección en virtud de los acuerdos internacionales.
¿Cómo no ver en todo esto el fruto
de una «cultura del descarte» que pone
en peligro a la persona humana, sacrificando a hombres y mujeres a los ídolos
del beneficio y del consumismo? Es
grave acostumbrarse a estas situaciones
de pobreza y necesidad, al drama de
tantas personas, y considerarlas como
«normales». No se considera ya a las
personas como un valor primario que
hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas, si
«todavía no son útiles» —como los no
nacidos— , o si «ya no sirven » —como
los ancianos—. Nos hemos hecho insensibles a cualquier forma de despilfarro,
comenzando por el de los alimentos,
que es uno de los más vergonzosos,
pues son muchas las personas y las fa-
sus hijos porque ya no están (cf. Jr 31,
15; Mt 2, 18). Es la voz de los miles de
personas que lloran huyendo de guerras espantosas, de persecuciones y de
violaciones de los derechos humanos, o
de la inestabilidad política o social, que
hace imposible la vida en la propia patria. Es el grito de cuantos
se ven obligados a huir para
evitar las indescriptibles
Es necesario un compromiso común
barbaries cometidas contra
personas indefensas, como
para que no se sacrifiquen más vidas
los niños y los discapacitapor falta de recursos y,
dos, o el martirio por el
simple hecho de su fe relisobre todo, de voluntad política
giosa.
También hoy como entonces, escuchamos la voz
de Jacob que dice a sus hijos: «Bajad y milias que sufren hambre y desnutricomprad allí [el grano] para nosotros, a ción (Audiencia General, 5 junio 2013).
fin de que sobrevivamos y no muraLa Santa Sede espera que el Primer
mos» (Gn 42, 2). Es la voz de los que Vértice Humanitario Mundial, convocaescapan de la miseria extrema, al no do por las Naciones Unidas para el
próximo mes de mayo, pueda, en medio del actual y triste cuadro de conflictos y desastres, tener éxito en su intento de colocar a la persona humana y
su dignidad en el centro de cualquier
respuesta humanitaria. Se hace necesario un compromiso común que acabe
decididamente con la cultura del descarte y de la ofensa a la vida humana,
de modo que nadie se sienta descuidado u olvidado, y que no se sacrifiquen
más vidas por falta de recursos y, sobre
todo, de voluntad política.
Tristemente, seguimos escuchando
también hoy la voz de Judas que sugiere vender a su propio hermano (cf. Gn
37, 26-27). Es la arrogancia de los poderosos que, con fines egoístas o cálculos estratégicos y políticos, instrumentalizan a los débiles y los reducen a objetos. Allí donde una migración regular
es imposible, los emigrantes se ven
obligados a dirigirse, ordinariamente, a
quienes practican la trata [trafficking] o
el contrabando [smuggling] de seres
humanos, a pesar de que son, en gran
parte, conscientes del peligro que corren de perder durante la travesía sus
bienes, su dignidad e, incluso, la propia
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L’OSSERVATORE ROMANO
viernes 15 de enero de 2016, número 2
La persona en el centro de las políticas migratorias
no sometan las ayudas a estrategias
y prácticas ideológicas ajenas o convida. En este sentido, renuevo una trarias a las culturas de los pueblos a
vez más el llamado a detener el tráfi- las que van dirigidas.
co de personas, que convierte a los
Sin olvidar otras situaciones draseres humanos en mercancía, espe- máticas, y pienso particularmente en
cialmente a los más débiles e inde- la frontera entre México y los Estafensos. Permanecerán siempre inde- dos Unidos de América, a la que me
lebles en nuestra mente y en nuestro acercaré el próximo mes cuando visicorazón las imágenes de los niños te Ciudad Juárez, quisiera dedicar
ahogados en el mar, víctimas de la una especial reflexión a Europa. En
falta de escrúpulos de los hombres y efecto, durante el último año se ha
de la inclemencia de la naturaleza. visto afectada por un flujo masivo
Quien logra sobrevivir y llegar a un de prófugos —mucho de los cuales
país que lo acoge, lleva permanente- han encontrado la muerte en el tenmente las profundas cicatrices pro- tativo de alcanzarla—, que no tiene
vocadas por esas experiencias, ade- precedentes en la historia reciente, ni
más de las producidas por los horro- siquiera al final de la Segunda Gueres que acompañan siempre a las rra Mundial. Muchos emigrantes
guerras y a las violencias.
procedentes de Asía y África, ven a
Igual que en aquel tiempo, tam- Europa como un referente por sus
bién hoy se oye repetir al Ángel: principios, como la igualdad ante la
«Levántate, toma al niño y a su ma- ley, y por los valores inscritos en la
dre y huye a Egipto; quédate allí naturaleza misma de todo hombre,
como la inviolabilidad
de la dignidad y la
igualdad de toda perGran parte de las causas que provocan
sona, el amor al prójimo sin distinción de
la emigración se podían haber ya
origen y pertenencia,
afrontado desde hace tiempo
la libertad de conciencia y la solidaridad
con sus semejantes.
hasta que yo te avise» (Mt 2, 13). Es
Sin embargo, los desembarcos mala voz que escuchan muchos de los sivos en las costas del Viejo Contiemigrantes que jamás habrían deja- nente parece que ponen en dificuldo su propia patria si no se hubieran tad al sistema de acogida construido
visto obligados a ello. Se cuentan laboriosamente sobre las cenizas del
entre ellos la multitud de cristianos segundo conflicto mundial, que sique, cada vez más en masa, han te- gue siendo un faro de humanidad al
nido que abandonar durante los últi- cual referirse. Ante la magnitud de
mos años su propia tierra, en la que los flujos y sus inevitables problemas
han vivido incluso desde los oríge- asociados han surgido muchos interrogantes acerca de las posibilidades
nes del cristianismo.
Por último, también hoy escucha- reales de acogida y adaptación de las
mos la voz del salmista que dice: personas, sobre el cambio en la es«Junto a los canales de Babilonia tructura cultural y social de los paínos sentamos a llorar con nostalgia ses de acogida, así como sobre un
nuevo diseño de algunos equilibrios
de Sion» (Sal 136 [137], 1). Es el
geopolíticos regionales. Son igualllanto de quienes regresarían de buena gana a sus propios países si encontraran adecuadas condiciones de
seguridad y de subsistencia. También en este caso, pienso en los cristianos del Medio Oriente, deseosos
de contribuir, como ciudadanos a
pleno título, al bienestar espiritual y
material de sus respectivas naciones.
Gran parte de las causas que provocan la emigración se podían haber
ya afrontado desde hace tiempo. Así,
se podría haber evitado o, al menos,
mitigado sus consecuencias más
crueles. Todavía ahora, y antes de
que sea demasiado tarde, se puede
hacer mucho para detener las tragedias y construir la paz. Para ello, habría que poner en discusión costumbres y prácticas consolidadas, empezando por los problemas relacionados con el comercio de armas, el
abastecimiento de materias primas y
de energía, la inversión, la política
financiera y de ayuda al desarrollo,
hasta la grave plaga de la corrupción. Somos conscientes de que, con
relación al tema de la emigración, se
necesitan establecer planes a medio
y largo plazo que no se queden en la
simple respuesta a una emergencia.
Deben servir, por una parte, para
ayudar realmente a la integración de
los emigrantes en los países de acogida y, al mismo tiempo, favorecer el
desarrollo de los países de proveMigrante sirio en las
niencia, con políticas solidarias, que
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mente relevantes los temores sobre la población total, y Jordania, que no
seguridad, exasperados sobremanera ha cerrado sus fronteras a pesar de
por la amenaza desbordante del te- que alberga a cientos de miles de rerrorismo internacional. La actual ola fugiados. Del mismo modo, no hay
migratoria parece minar la base del que olvidar los esfuerzos de otros
«espíritu humanista» que desde países que se encuentran en la prisiempre Europa ha amado y defendi- mera línea, especialmente Turquía y
do (cf. Discurso al Parlamento Euro- Grecia. Deseo expresar un agradecipeo, Estrasburgo, 25 noviembre miento especial a Italia, cuyo firme
2014). Sin embargo, no podemos compromiso ha salvado muchas viconsentir que pierdan los valores y das en el Mediterráneo y que, inclulos principios de humanidad, de res- so en su territorio, se ocupa de un
peto por la dignidad de toda perso- ingente número de refugiados. Espena, de subsidiariedad
y solidaridad recíproca, a pesar de que
Hay que encontrar un justo equilibrio
puedan ser, en ciertos
momentos de la histoentre el deber moral de tutelar los
ria, una carga difícil
derechos de sus ciudadanos y garantizar
de soportar. Deseo,
por tanto, reiterar mi
la acogida de los emigrantes
convicción de que Europa, inspirándose en
su gran patrimonio
cultural y religioso, tiene los instru- ro que el tradicional sentido de hosmentos necesarios para defender la pitalidad y solidaridad que caractericentralidad de la persona humana y za al pueblo italiano no se debilite
encontrar un justo equilibrio entre el ante las inevitables dificultades del
deber moral de tutelar los derechos momento, sino que, a la luz de su
de sus ciudadanos, por una parte, y, tradición milenaria, sea capaz de
por otra, el de garantizar la asisten- acoger e integrar la aportación socia y la acogida de los emigrantes cial, económica y cultural que los
(ibíd).
emigrantes pueden ofrecer.
Al mismo tiempo, siento la necesiEs importante que no se les deje
dad de expresar mi gratitud por to- solas a las naciones que se encuendas las iniciativas que se han adopta- tran en primera línea haciendo frendo para facilitar una acogida digna te a la emergencia actual, y es igualde las personas, como son, entre mente indispensable que se inicie un
otras, las realizadas por el Fondo diálogo franco y respetuoso entre toMigrantes y Refugiados del Banco dos los países implicados en el prode Desarrollo del Consejo de Euro- blema —de origen, tránsito o receppa, así como por el compromiso de ción— para que, con mayor audacia
aquellos países que han mostrado creativa, se busquen soluciones nueuna generosa disponibilidad a la vas y sostenibles. En la coyuntura
ayuda. Me refiero sobre todo a las actual, en efecto, los Estados no
Naciones vecinas a Siria, que han pueden pretender buscar por su
respondido inmediatamente con la cuenta dichas soluciones, ya que las
asistenta y la acogida, especialmente consecuencias de las opciones de cael Líbano, donde los refugiados da uno repercuten inevitablemente
constituyen una cuarta parte de la sobre toda la Comunidad internacional. Se sabe que las migraciones
constituirán un elemento determinante del futuro del mundo, mucho
más de lo que ha sido hasta ahora, y
de que las respuestas sólo vendrán
como fruto de un trabajo común,
que respete la dignidad humana y
los derechos de las personas. La
Agenda para el Desarrollo, que las
Naciones Unidas ha adoptado en
septiembre pasado para los próximos 15 años, aborda muchos de los
problemas que llevan a la emigración, al igual que otros documentos
de la Comunidad internacional sobre la gestión de la problemática migratoria, sólo responderán a las expectativas si saben colocar a la persona en el centro de las decisiones
políticas, a todos los niveles, y ven a
la humanidad como una sola familia
y a los hombres como hermanos,
respetando las recíprocas diferencias
y las convicciones de conciencia.
Para afrontar el tema de la emigración es importante, de hecho,
que se preste atención a sus implicaciones culturales, empezando por las
que están relacionadas con la propia
confesión religiosa. El extremismo y
el fundamentalismo se ven favorecidos, no sólo por una instrumentalización de la religión en función del
poder, sino también por la falta de
ideales y la pérdida de la identidad,
costas del mar Egeo
incluso religiosa, que caracteriza dra-
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L’OSSERVATORE ROMANO
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Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede
máticamente al así llamado Occidente. De este vacío nace el miedo que
empuja a ver al otro como un peligro y un enemigo, a encerrarse en sí
mismo, enrocándose en sus planteamientos preconcebidos. El fenómeno
migratorio, por tanto, plantea un
importante desafío cultural, que no
se puede dejar sin responder. La
acogida puede ser una ocasión propicia para una nueva comprensión y
apertura de mente, tanto para el que
es acogido, y tiene el deber de respetar los valores, las tradiciones y las
leyes de la comunidad que lo acoge,
como para esta última, que está llamada a apreciar lo que cada emigrante puede aportar en beneficio de
toda la comunidad. En este contexto, la Santa Sede renueva su compromiso en el campo ecuménico e
interreligioso para establecer un diálogo sincero y leal que, valorando
las peculiaridades y la identidad de
cada uno, favorezca una convivencia
armónica de todos los miembros de
la sociedad.
Distinguidos miembros del Cuerpo
D iplomático.
En el año 2015 se han concluido importantes acuerdos internacionales,
que son un buen augurio para el futuro. Me refiero, en primer lugar, al
llamado Acuerdo sobre el programa
nuclear iraní, que espero contribuirá
a fomentar un clima de distensión
en la Región, así como a la consecución del tan esperado acuerdo sobre
el clima en la Conferencia de París.
Se trata de un importante acuerdo,
que representa un logro significativo
para toda la Comunidad internacional y que pone de manifiesto una
fuerte conciencia colectiva acerca de
la grave responsabilidad que todos,
individuos y naciones, tenemos en la
protección de la creación, y en la
promoción de una «cultura del cuidado que impregne toda la sociedad»
(Laudato si’, n. 231). Ahora es vital
que los compromisos asumidos no
sólo representen un buen propósito,
sino que todos los Estados sientan la
obligación real de poner en marcha
las acciones necesarias para salvaguardar nuestra amada Tierra, para
bien de toda la humanidad, especialmente de las generaciones futuras.
Por su parte, el año que acaba de
comenzar se presenta lleno de desafíos y ya han aparecido en el horizonte muchas tensiones. Me refiero
sobre todo a los graves contrastes
que han surgido en la región del
Golfo Pérsico, así como al preocupante ensayo militar realizado en la
península coreana. Espero que los
antagonismos abran paso a la voz de
la paz y de la buena voluntad en la
búsqueda de acuerdos. En esa perspectiva, veo con agrado que no faltan gestos significativos y especialmente ilusionantes. Me refiero en
particular al clima pacífico de convivencia en el que se han realizado las
recientes elecciones en la República
Centroafricana y que representa un
signo positivo de la voluntad de
proseguir el camino emprendido hacia una plena reconciliación nacional. Pienso, además, en las nuevas
iniciativas que se han puesto en marcha en Chipre, para resolver una división que dura ya mucho tiempo, y
a los esfuerzos del pueblo colombiano para superar los conflictos del
pasado y lograr la tan ansiada paz.
Todos miramos con esperanza los
pasos importantes que la Comunidad internacional ha emprendido
para encontrar una solución política
y diplomática a la crisis en Siria, que
ponga fin a un sufrimiento de la población que dura ya demasiado tiempo. Del mismo modo, llegan señales
positivas de Libia, que permiten
confiar en un renovado compromiso
para erradicar la violencia y restaurar
la unidad del país. Por otro lado, cada vez es más claro que sólo la ac-
ca Democrática del Congo y Sudán
del Sur. Que sea, sobre todo, un
momento propicio para poner definitivamente fin al conflicto en las regiones orientales de Ucrania. Es fundamental el apoyo que, desde muchos puntos de vista, la comunidad
internacional, los estados y las organizaciones
humanitarias
pueden
ofrecer al país para que supere la
crisis actual.
El reto principal que
espera es, sin embarSólo la acción política conjunta ayudará nos
go, el de vencer la indifea contener la propagación del
rencia para construir juntos la paz (cf. Vence la
extremismo y del fundamentalismo
indiferencia y conquista la
paz, Mensaje para la XLIX
Jornada Mundial de la
ción política conjunta y acordada Paz, 8 diciembre 2015), que es un
ayudará a contener la propagación bien que hay perseguir siempre. Por
del extremismo y del fundamentalis- desgracia, entre las muchas partes de
mo, con sus implicaciones de carác- nuestro querido mundo que la anheter terrorista, que producen tantas lan ardientemente está la Tierra que
víctimas en Siria y Libia, así como Dios ha preferido y elegido para
mostrar a todos el rostro de su miseen otros países, como Irak y Yemen.
ricordia. Mi esperanza es que en este
Espero que este Año Santo de la
nuevo año se cierren las profundas
Misericordia sea también una ocaheridas que dividen a israelíes y pasión para el diálogo y la reconcilia- lestinos y se consiga la convivencia
ción que ayude a la construcción del pacífica de dos pueblos que, en lo
bien común en Burundi, la Repúbli- profundo de sus corazones —estoy
seguro—, no desean otra cosa que la
paz.
Excelencias, Señoras y Señores.
En el plano diplomático, la Santa
Sede no dejará nunca de trabajar para que la voz de la paz llegue hasta
los extremos de la tierra. Renuevo,
por tanto, la plena disponibilidad de
la Secretaría de Estado para colaborar con ustedes en el fomento de un
diálogo constante entre la Sede
Apostólica y los países que ustedes
representan, para el bien de toda la
Comunidad internacional, con la
certeza interior de que este año jubilar será una buena oportunidad para
vencer, con el calor de la misericordia, don precioso de Dios que transforma el miedo en amor y nos hace
artífices de paz, la fría indiferencia
de tantos corazones. Con estos sentimientos, renuevo a cada uno de ustedes, a sus familias, a sus países,
mis más fervientes deseos de un año
lleno de bendiciones. Gracias.
L’OSSERVATORE ROMANO
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viernes 15 de enero de 2016, número 2
COMUNICACIONES
Colegio episcopal
Monseñor JOSÉ FORTUNATO ÁLVAREZ VALDÉZ obispo de Gómez Palacio (México)
RENUNCIAS:
El Papa ha aceptado la renuncia al
gobierno pastoral de la diócesis de
Adria-Rovigo (Italia) que monseñor
LUCIO SORAVITO DE FRANCESCHI le
había presentado en conformidad
con el canon 401 § 1 del Código de
derecho canónico.
Lucio Soravito de Franceschi nació en Mione de Ovaro, archidiócesis de Udine, el 8 de diciembre de
1939. Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1963. Juan Pablo II lo nombró obispo de AdriaRovigo el 28 de mayo de 2004; recibió la ordenación episcopal el 11 de
julio del mismo año.
El Papa ha aceptado la renuncia al
gobierno pastoral de la diócesis de
Châlons (Francia) que monseñor
GILBERT LOUIS le había presentado
en conformidad con el canon 401 § 1
del Código de derecho canónico.
Gilbert Louis nació en Champsecret, diócesis de Sées, el 31 de mayo
de 1940. Recibió la ordenación sacerdotal el 11 de julio de 1965. Juan
Pablo II lo nombró obispo de Châlons el 1 de marzo de 1999; recibió la
ordenación episcopal el 11 de abril
del mismo año.
El Papa ha aceptado la renuncia al
gobierno pastoral de la diócesis de
Sokodé (Togo) que monseñor AMBROISE KOTAMBA DJOLIBA le había
presentado en conformidad con el
canon 401 § 1 del Código de derecho canónico.
Ambroise Kotamba Djoliba nació
en Siou, diócesis de Sokodé, en el
año 1938. Recibió la ordenación sacerdotal el 11 de abril de 1966. Juan
Pablo II lo nombró obispo de Sokodé el 5 de abril de 1993; recibió la
ordenación episcopal el 7 de agosto
sucesivo.
El Papa ha aceptado la renuncia al
gobierno pastoral de la diócesis de
Garissa (Kenia) que monseñor PAUL
DARMANIN, O.F.M.CAP., le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del Código de derecho
canónico. Le sucede en el gobierno
pastoral de la diócesis el coadjutor,
ALESSANDRO,
monseñor
JOSEPH
O.F.M.CAP.
Paul Darmanin, O.F.M.CAP., nació
en Santa Venera, archidiócesis de
Malta, el 6 de noviembre de 1940.
Recibió la ordenación sacerdotal el
26 de marzo de 1966. Juan Pablo II
lo nombró obispo de Garissa el 3 de
febrero de 1984; recibió la ordenación episcopal el 3 de junio del mismo año.
Joseph Alessandro, O.F.M.CAP., nació en Paola, archidiócesis de Malta,
el 30 de noviembre de 1944. Recibió
la ordenación sacerdotal el 5 de abril
de 1970. Benedicto XVI lo nombró
obispo coadjutor de Garissa el 29 de
junio de 2012; recibió la ordenación
episcopal el 29 de septiembre sucesivo.
El Papa ha aceptado la renuncia a la
función de auxiliar de la diócesis de
Orange en California (Estados Unidos) que monseñor D OMINIC MAI
LUONG, obispo titular de , le había
presentado en conformidad con los
cánones 411 y 401 § 1 del Código de
derecho canónico.
Dominic Mai Luong nació en
Minh Cuong, diócesis de Bùi Chu
(Vietnam), el 20 de diciembre de
1940. Recibió la ordenación sacerdotal el 21 de mayo de 1966, incardinado en la diócesis de Danag. Tras encontrar impedimento para regresar a
Vietnam, en 1976 se incardinó en
Nueva Orleans. Juan Pablo II lo
nombró obispo titular de Cebarades
y auxiliar de la diócesis de Orange
en California el 25 de abril de 2003;
recibió la ordenación episcopal el 11
de junio del mismo año.
El Papa ha aceptado la renuncia a la
función de auxiliar de la diócesis de
Brisbane (Australia) que monseñor
BRIAN FINNIGAN, obispo titular de
Rapido, le había presentado en conformidad con los cánones 411 y 401
§ 1 del Código de derecho canónico.
Brian Finnigan nació en Port Fairy, diócesis de Ballarat, el 25 de
agosto de 1938. Recibió la ordenación sacerdotal el 23 de mayo de
1970. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Rapido y auxiliar de
Brisbane el 31 de enero de 2002; recibió la ordenación episcopal el 8 de
abril del mismo año.
EL PAPA
HA NOMBRAD O:
—Obispo de Adria-Rovigo (Italia) a
monseñor PIERANTONIO PAVANELLO.
Pierantonio Pavanello nació en
Bassano del Grappa, diócesis de Vicenza, el 20 de mayo de 1955. Recibió la ordenación sacerdotal el 16 de
mayo de 1982. Se doctoró en dere-
cho canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. En
su ministerio ha desempeñado los siguientes cargos: vicario parroquial,
secretario del consejo presbiteral y
del consejo pastoral diocesano, vicario judicial adjunto del Tribunal regional, canciller, profesor y director
de la casa del clero de Vicenza.
—Obispo de Châlons (Francia) al
presbítero FRANÇOIS TOUVET.
François Touvet nació en París el
13 de mayo de 1965. Recibió la ordenación sacerdotal el 28 de junio de
1992, incardinado en la diócesis de
Dijón. Obtuvo la licenciatura en
teología en el Instituto católico de
Lyon. Ha sido vicario pastoral, párroco en diversas parroquias y vicario general.
—Obispo de Sokodé (Togo) al presbítero CÉLESTIN MARIE GAOUA.
Célestin Marie Gaoua nació en
Wahala, diócesis de Atakpamé, el 6
de abril de 1957. Recibió la ordenación sacerdotal el 27 de diciembre de
1986. Ha desempeñado los siguientes cargos: rector del seminario menor y, más tarde, del seminario mayor de Atakpamé, misionero «fidei
donum» en Sokodé y rector del seminario mayor de la diócesis de Kara.
—Obispo de Vijayawada (India) al
padre JOSEPH RAJA RAO THELEGATHOTI, S.M.M.
Joseph Raja Rao Thelegathoti,
nació en Peddautapally, diócesis de Vijayawada, el 8 de marzo
de 1952. Recibió la ordenación sacerdotal el 7 de junio de 1980. Se doctoró en teología espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana de
Roma. En su ministerio ha desempeñado, entre otros, los siguientes cargos: rector del seminario menor de
su congregación en Mysore, rector
del teologado en Bangalore, consejero y, más tarde, superior provincial,
responsable de un centro para niñas
pobres, procurador general y postulador general de su congregación.
S.M.M.,
—Obispo de Kingstown (San Vicente y Granadinas) al padre GERARD
COUNTY, C.S.SP.
Gerard County, C.S.SP., nació en
Trinidad y Tobago (Antillas) el 15 de
diciembre de 1960. Recibió la ordenación sacerdotal el 21 de enero de
1996. Inició su ministerio pastoral en
México, donde ha sido director de
pastoral juvenil, párroco y superior
provincial.
—Obispo de Gómez Palacio (México) al presbítero JOSÉ FORTUNATO
ÁLVAREZ VALDÉZ.
José Fortunato Álvarez Valdéz nació en Mexicali el 8 de noviembre
de 1967. Recibió la ordenación sacerdotal el 31 de mayo de 1998. Se doctoró en derecho en México y en teología y ciencias patrísticas en el Pontificio Instituto Patrístico Agustinianmun de Roma. En su ministerio
ha desempeñado los siguientes cargos: coordinador diocesano de pastoral vocacional, párroco, defensor
del vínculo en el Tribunal diocesano
y miembro del consejo presbiteral,
del colegio de consultores y del consejo de asuntos económicos.
—Obispo de Argyll and The Isles
(Escocia)
a
monseñor
BRIAN
MCGEE.
Brian McGee nació en Greenock,
diócesis de Paisley, el 8 de octubre
de 1965. Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1989. Ha sido vicario parroquial, párroco en diversas parroquias, director de un
programa de formación catequética a
nivel diocesano, vicario episcopal
para el matrimonio y la familia y vicario general de la diócesis.
—Obispo de Mpika (Zambia) al
presbítero JUSTIN MULENGA.
Justin Mulenga nació en Nondo
Parish, archidiócesis de Kasama, el
27 de febrero de 1955. Recibió la ordenación sacerdotal el 18 de julio de
1993. Ha sido vicario parroquial,
ecónomo diocesano, párroco de la
catedral, vicario episcopal para los
religiosos y coordinador pastoral de
la diócesis.
Lutos en el episcopado
—Obispo titular de Jamestown y auxiliar de Dallas (Estados Unidos) a
monseñor J. GREGORY KELLY.
—Monseñor JOSEPH L. IMESCH, obispo emérito de Joliet in Illinois
(Estados Unidos), falleció el 22 de diciembre de 2015. Había nacido en
Grosse Pointe Farms, archidiócesis de Detroit, el 21 de junio de 1931.
Era sacerdote desde el 16 de diciembre de de 1956. Pablo VI lo nombró
obispo titular de Pomaria y auxiliar del arzobispo de Detroit el 8 de
febrero de 1973; recibió la ordenación episcopal el 3 de abril sucesivo.
Juan Pablo II lo nombró obispo de la diócesis de Joliet in Illinois el 30
de junio de 1979. Benedicto XVI aceptó su renuncia al gobierno pastoral de dicha sede el 16 de mayo de 2006.
J. Gregory Kelly nació en Le
Mars, diócesis de Sioux City, el 15
de febrero de 1956. Recibió la ordenación sacerdotal el 15 de mayo de
1982, incardinado en Dallas. Ha sido
vicario parroquial, responsable de la
pastoral vocacional, miembro del colegio de consultores y vicario para el
clero.
número 2, viernes 15 de enero de 2016
L’OSSERVATORE ROMANO
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Misa en Santa Marta
VIENE DE LA PÁGINA 5
poco de escepticismo». A él Jesús le
dice: «Te he visto bajo el árbol de
higos». Por lo tanto, «siempre Dios
ama primero». Lo vemos también en
la parábola del hijo pródigo: «Cuando el hijo, que había gastado todo
su dinero de la herencia del padre
en una vida de vicios, vuelve a casa,
se da cuenta que el padre lo estaba
esperando. Dios siempre es el primero en esperarnos. Siempre antes que
nosotros. Y cuando el otro hijo no
quiere ir a la fiesta porque no entiende el comportamiento del padre,
el papá va a buscarlo. Y así hace
Dios con nosotros: siempre es el primero en amarnos».
Así, repitió el Papa, «podemos ver
en el Evangelio, cómo ama Dios:
cuando tenemos algo en el corazón
y queremos pedir perdón al Señor,
es Él quien nos espera para darnos
el perdón».
Este año de la misericordia, afirmó Francisco, «también es un poco
esto: que nosotros sepamos que el
Señor nos está esperando, a cada
uno de nosotros». Y nos espera «para abrazarnos, nada más, para decir:
“Hijo, hija, te amo. He dejado que
crucificaran a mi Hijo por ti; este es
el precio de mi amor, este es el regalo de amor”».
El Papa aconsejó pensar siempre
en esta verdad: «El Señor me espera, el Señor quiere que yo abra la
puerta de mi corazón, porque Él está ahí y me espera para entrar». Sin
condiciones.
Claro que alguno podrá decir:
«Pero, padre, a mí me gustaría pero
¡tengo muchas cosas feas dentro!».
A este respecto Francisco dio una
respuesta clara: «¡Es mejor!¡mejor!
Porque te espera, así como eres, no
como te dicen que “se debe hacer.
Se debe ser como eres tú. Te ama
así, para abrazarte, besarte, perdonarte».
De aquí la exhortación conclusiva
del Papa invitando a ir sin tardanza
al Señor y decir: «Tú sabes, Señor,
que yo te amo». O, si «no me siento
capaz, decirla de este otro modo:
“Tú sabes, Señor, que yo querría
amarte, pero soy muy pecador, muy
pecadora”». Con la certeza que Él
hará como el padre «con el hijo pródigo que se ha gastado todo el dinero en los vicios. No te dejará terminar tu discurso, con un abrazo te
hará callar: el abrazo del amor de
D ios».
Lucha
con Dios
El poder de la oración, el verdadero motor de la vida de la Iglesia,
fue el centro de la homilía de
Francisco en la misa celebrada el
martes, 12 de enero en Santa Marta.
La reflexión del Papa se inspiró
en la lectura del pasaje del primer
libro de Samuel (1, 9-20), en el
que se citan tres personajes princi-
pales: Ana, el sacerdote Elí, y el Señor. La mujer, explicó el Papa, «con
su familia, con su marido, cada año,
subía al templo para adorar a Dios».
Ana era una mujer devota y piadosa,
llena de fe, pero que «llevaba sobre
sí una cruz que la hacía sufrir mucho: era estéril. Ella quería un hijo».
La descripción de la oración sincera de Ana muestra «cómo estuvo a
punto de pelearse con el Señor»,
implorando con «ánimo amargado,
llorando copiosamente. Una oración
que da lugar a una promesa: «Señor,
si miras la aflicción de tu sierva, y te
acuerdas de mí y si no olvidas a tu
sierva, y concedes a tu sierva un retoño varón, lo ofreceré al Señor por
todos los días de su vida». Con gran
humildad, dijo Francisco, reconociéndose «miserable» y «sierva», hizo «la promesa de ofrecer al niño».
ellos sí, eran realmente malos y «se
aprovechaban de la gente». Elí es,
en definitiva, «un pobre hombre sin
fuerza» y, por lo tanto, incapaz de
«entender el corazón de esta mujer».
Así que viendo a Ana mover los labios, angustiada, piensa: «Esta ha
estado bebiendo demasiado».Y el
episodio contiene una lección para
todos nosotros: «la ligereza—dijo
Francisco— con la que juzgamos a
las personas, lo fácil que es no tener
el respeto de decir: “¿Qué tendrá en
su corazón? No sé, pero yo no digo
nada”». Y agregó: «Cuando falta
piedad en el corazón, siempre se
piensa mal, se juzga mal, tal vez para justificarnos a nosotros mismos».
La falta de comprensión de Elí es
tal que «al final, dijo: “¿Hasta cuándo vas a seguir borracha?”». Y aquí
surge otra vez la humildad de Ana,
Así que Ana, dijo el Papa, «lo dio
todo para conseguir lo que quería»:
su insistencia llama la atención y el
sacerdote anciano Elí se da cuenta
ya que «observaba su boca». Ana,
de hecho, «hablaba para sí en su corazón», solamente moviendo los labios sin hacer oír su voz. Es una
imagen intensa la que nos propone
la Escritura porque refleja «el coraje
de una mujer de fe con su dolor,
con sus lágrimas, le pide la gracia al
Señor».
En este sentido, el Papa dijo que
en la Iglesia hay «muchas mujeres
igualmente valientes», que «van a
orar como si fuese un desafío», y recordó, por ejemplo, la figura de
Santa Mónica, madre de Agustín,
«que con sus lágrimas fue capaz de
obtener la gracia de la conversión a
su hijo».
El Papa se detuvo después para
analizar el personaje de Elí, que no
era malo, sino «un pobre hombre»,
confesando entre otras cosas de sentir «una cierta simpatía», porque
«también yo encuentro defectos que
me hacen acercarme él y entenderlo
bien».
Este anciano sacerdote «había caído en la tibieza, había perdido la
devoción» y «no tenía la fuerza para
detener a sus dos hijos», que eran
los sacerdotes «pero delincuentes»,
que no contesta: «Y tú que eres viejo, ¿qué sabrás?». Por el contrario,
ella dice: «No, mi señor». E incluso
sabiendo lo que hacían sus hijos, no
reprende a Elí echándole en cara:
«¿Y tus hijos qué hacen?». En cambio, dice: «Yo soy una mujer apenada y no he bebido vino ni licor, sólo
desahogaba mi alma ante el Señor.
No trates a tu sierva como una perdida, pues he hablado así por mi
congoja y aflicción».
El Papa Francisco ha dicho que
Ana encomendó «la oración con
congoja y aflicción» al Señor. Y añadió que esta mujer recuerda a Cristo: de hecho «esta es la oración de
Jesús en el Huerto de los Olivos,
cuando tenía tanta angustia y dolor
que sudó sangre, y no acusó al Padre sino que le dijo: “Padre, si es
posible que pase de mí este cáliz.
Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú”». También Jesús respondió como esta mujer, con
«mansedumbre». De ahí la constatación de que a veces «rezamos, pedimos al Señor pero no sabemos llegar
a esta lucha con el Señor, a las lágrimas, a pedir, pedir la gracia».
Francisco ha citado al respecto un
episodio que ocurrió en el santuario
de Luján, Buenos Aires, donde había una familia con una hija de nueve años muy enferma. «Después de
semanas de tratamiento —contó
Francisco— no había logrado salir de
esa enfermedad, había empeorado y
los médicos, a las 6 de la tarde, le
dijeron a los padres que le quedaban
pocas horas de vida». A continuación, «el padre, un hombre humilde,
trabajador, inmediatamente salió del
hospital y se fue al santuario de la
Virgen, en Luján», a setenta kilómetros de distancia. Llegó alrededor de
las 10 de la noche y todo estaba cerrado, y se aferró a la reja de la
puerta y rezó a la Virgen y luchó en
la oración. Esto —explicó— es un hecho que realmente ocurrió, en el
tiempo que estuve allí. Y así se mantuvo hasta las 5 de la mañana».
Ese hombre «rezaba, lloraba por
su hija, luchaba con Dios a través de
la intercesión de la Virgen por su
hija. Luego regresó, llegó al hospital
entre las 7 y las 8, fue
a buscar a su esposa y
ella estaba llorando y
este hombre pensó
que la niña había
muerto y ella dijo:
“No lo entiendo, no lo
entiendo... Han venido los médicos y me
han dicho que no entienden lo que ha pasado”. Y la niña volvió a su casa».
En la práctica —dijo
el Papa— con «esa fe,
la oración ante Dios,
convencido de que Él
es capaz de cualquier
cosa, porque es el Señor», el padre de Buenos Aires recuerda a la
mujer del texto bíblico
quien no sólo obtuvo
«el milagro de tener
un hijo después de un
año y, a continuación,
la Biblia dice, que tendrá muchos otros», sino que también logró
el «milagro de despertar un poco el
alma tibia de ese sacerdote». Y
cuando Ana «explica al sacerdote
—que había perdido todo, todo, toda
la espiritualidad, toda la piedad—
por qué estaba llorando, él que la
había llamado “borracha”, le dice:
“Vete en paz, y que el Dios de Israel
te conceda el favor que le has pedido”. Hizo salir de debajo de cenizas
el pequeño fuego sacerdotal que estaba en las brasas».
Esta es la enseñanza concluyente:
«La oración —dijo Francisco— hace
milagros». Y se los hace incluso a
los «cristianos sean fieles laicos, sacerdotes, obispos, que han perdido
su devoción».
Por otra parte —explicó— «la oración de los fieles cambia a la Iglesia:
no somos nosotros, los Papas, sacerdotes, religiosas los que llevamos
adelante a la Iglesia, ¡son los santos!
Y estos son los santos», como la
mujer del pasaje bíblico: «Los santos son los que se atreven a creer
que Dios es el Señor, y Él puede hacer todo». De ahí la exhortación a
invocar al Padre que «nos dé la gracia de la confianza en la oración, de
rezar con valentía y también de despertar la piedad, cuando la hemos
perdido, y seguir adelante con el
pueblo de Dios al encuentro de Él».
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L’OSSERVATORE ROMANO
viernes 15 de enero de 2016, número 2
Francisco bautiza veintiséis bebés
La mayor herencia
La fe es «la mayor herencia» que los
niños reciben de sus padres: lo dijo el
Papa Francisco en la homilía de la
misa celebrada el domingo 10 de enero,
en la capilla Sixtina, donde bautizó a
veintiséis bebés.
Cuarenta días después de su nacimiento, Jesús es llevado al Templo.
María y José lo llevaron para presentárselo a Dios.
Hoy, la fiesta del Bautismo del
Señor, los padres traéis a vuestros
hijos para que reciban el Bautismo,
para recibir lo que habéis pedido al
comienzo, cuando os he hecho la
primera pregunta: «La fe. Quiero la
fe para mi hijo». Y así la fe se transmite de una generación a otra como
una cadena, a lo largo del tiempo.
Estos niños y estas niñas, pasados
los años, ocuparán vuestro lugar con
otro hijo —vuestros nietos— y pedirán lo mismo: la fe. La fe que nos
da el Bautismo.
La fe que hoy el Espíritu Santo
trae al corazón, al alma, a la vida de
estos hijos vuestros.
Vosotros habéis pedido la fe. La
Iglesia, cuando os entregará la vela
encendida, os dirá que custodiéis la
fe de estos niños.
Y al final, no os olvidéis que la
mayor herencia que podréis dar a
vuestros niños es la fe. Buscad que
Los tuits del Papa en Pontifex_es
14 DIC [12.00 PM] Un propósito diario: transmitir un poco de la ternura de Cristo a quienes más lo necesitan
19 DIC [12.00 PM] La misericordia es la vía que une Dios y el hombre,
porque abre el corazón a la esperanza de ser amados parar siempre
(MV 2)
20 DIC [11.20 AM] Ante la gravedad del pecado, Dios responde con la
plenitud del perdón (MV 3)
24 DIC [12.00 PM] Dios está enamorado de nosotros. Se hace pequeño
para ayudarnos a responder a su amor
25 DIC [10.25 AM] Cuando tienes a Cristo como amigo, tienes alegría,
serenidad y felicidad
26 DIC [11.00 AM] Oremos por los cristianos perseguidos, a menudo
con el silencio vergonzoso de muchos
29 DIC [12.00 PM] La misericordia de Dios será siempre más grande
que cualquier pecado (MV 3)
30 DIC [12.00 PM] Nadie puede ponerle un límite al amor de Dios, que
está siempre dispuesto a perdonar (MV 3)
31 DIC [12.30 PM] Agradezcamos a Dios que siempre está presente, cercano y misericordioso (MV 6)
5 DIC [10.00 AM] La misericordia se ha vuelto viva y visible en Jesús de
Nazaret (MV 1)
8 ENE [11.08 AM] Cuando el mundo se duerme en la comodidad y el
egoísmo, la misión del cristiano es ayudar a despertarlo
12 ENE [12.00 PM] Si confiamos en el Señor, podremos superar todos
los obstáculos que encontremos en el camino
no se pierda, hacedla crecer y dejarla
como herencia.
Os deseo estoy hoy, en este día de
felicidad para vosotros: os deseo que
seáis capaces de hacer crecer a estos
niños en la fe, y que la mayor herencia que ellos reciban de vosotros sea
justamente la fe.
Sólo un aviso: cuando un niño
llora porque tiene hambre, a las mamás les digo: Si tu niño tiene hambre, dale de comer aquí con toda libertad.