El Santillo Nº 3 - Pagina nueva 1

El Santillo
Edición/lmpresión
BOLETÍN DE INFORMACIÓN GENERAL LOCAL
Asociación Cultural
"El Santillo”
LA MUDARRA (Valladolid)
Plaza Mayor, 1
47630 - La Mudarra (Valladolid)
Dirección
Aurora Mozo Martín
Equipo Redacción
Carlos González Salgado
Maquetación
Justino Rodríguez
SUMARIO
Tarjeta ……………………… 1
Fiesta de Reyes ……………. 2
Otra Navidad ……………….. 2
Exposición …………………. 2
Un paseo por mi calle ........ 3
La magia de la Navidad ….. 3
Navidad en el páramo ……. 4
Refranes de Navidad .…….. 4
Antiguos cantos navideños.. 5
Navidades del nuevo mundo . 6
El hielo de la infancia ……… 6
Ritos mudarreños …………. 7
¡Es Navidad! …….…………. 8
A destacar ………………….. 8
NOTA: La asociación no se responsabiliza de las opiniones vertidas en los artículos firmados
Reservados todos los derechos
Nuestra Web
http://www.villamudarra.com
Enlace: El Santillo
AÑO 2016
Nº 32
Enero/Marzo
Enero/Marzo
El Santillo
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FIESTA DE REYES DIFERENTE, por Puri Gregorio
Navidades, recuerdos, anécdotas, me acuerdo un año por
reyes. Fue el seis de enero,
día de Reyes, estoy hablando
de hace unos veintiocho años
más o menos;
Mi padre subió al Hostal María
Victoria, y cual no sería su
sorpresa al encontrarse allí
con los Reyes Magos que viajaban en un furgón de correos.
Él como empleado de correos
que era, se acercó a hablar
con ellos y les dijo que ya que
estaban por estos lugares
podían bajar al pueblo; iban a
Medina de Rioseco, pero prometieron que a la vuelta
vendrían al pueblo a saludar a todos
los niños y adultos. Mi padre todo
contento y emocionado fue a hablar
con el sacerdote para que comentara
Mudarra. La gente se miraba
extrañada y cuando salimos de
Misa allí fuimos todos y enseguida llegaron. No se me olvidará la cara de los más pequeños unos de asombro, otros
con miedo, otros lloraban y los
Reyes Magos repartiendo caramelos y sonrisas. Pasado el
primer susto de los más pequeños se creó un ambiente festivo y de alegría que creo no
olvidarían en mucho tiempo.
Se fueron prometiendo volver
al año siguiente y así lo hicieron. Esa vez vinieron a Misa y
Los Reyes Magos en el Belén viviente de
hubo más tiempo, fotos, etc.
La Mudarra. 6 de Enero de 1994
pero aquel primer año fue único
porque
todo fue improvisando.
a todos que a la salida de misa sus
Majestades los Reyes Magos iban a Os deseo Felices Fiestas de Navidad
llegar a la oficina de correos de La y que siempre tengamos ilusión.
OTRA NAVIDAD
EXPOSICIÓN:
De nuevo estamos metidos, en la fecha
más entrañable del año....La Navidad !!!!
Y todos los años hacemos los mismos
comentarios...." qué rápido ha llegado ",
"qué deprisa ha pasado el año.
50 AÑOS DE FASA MOTORES
Nuestro paisano Lorenzo Duque, como antiguo trabajador de la citada factoría, fue invitado a concurrir a la exposición con una obra y presentó el día 3
de Noviembre su obra titulada
“Tiaguanaco”.
Un año, tan rápido...y sin embargo
cuántas cosas nos han sucedido a lo
largo de él....pero lo que importa es que
las hemos vivido , con penas y alegrías...y estamos de nuevo celebrando el
Nacimiento del Niño Jesús !!!
Como felicitación, quiero compartir con
vosotros, un párrafo....
"Y cuando al fin hayas tomado la gran
decisión, de arrancar todo lo que le
hace daño a tu corazón, ahí verás que
sentirás Mariposas, las MARIPOSAS
DE LA VIDA, esas que andan por ahí
escondidas, esas que salen cuando en
realidad aprecias y valoras cada día que
te da la vida "
Mis mejores deseos para éste Año Nuevo, Feliz Navidad y pidamos Paz para el
mundo!!!!
Chus Cebrián Vega
Del 29 de octubre al 12 de Noviembre
y organizado por la cuarta subinspección del Ejército en su sede del Palacio Real de Valladolid, se celebró, junto a otros actos, una exposición de
escultores que de algún modo estuvieran ligados a la factoría de Fasa Renault de Valladolid. Escultores que
deberían presentar sus obras en metal.
Esta obra, por la cual el artista muestra un cariño especial, ya fue premiada
con un accésit en una exposición en
Béjar (Salamanca), integra el metal y
la piedra en un conjunto escultórico
de singular belleza porque cumple una
premisa que siempre ha perseguido el
artista y es que la piedra, que como
muchas de sus obras procede de La
Mudarra, esté lo menos manipulada
posible.
El doce de noviembre se procedió a la
clausura de la exposición a la que acudieron la mayoría de los diez artista
que presentaban obras y donde el comisario de la exposición, tras la conferencia de clausura sobre escultura, les
dio las gracias y les agradeció su concurso,
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UN PASEO POR LA MUDARRA HACE 50 AÑOS. MI CALLE: CALLE EL MOLINO. Por Celia Mozo
Yo era una niña pequeña que vivía en la
calle El Molino número 8, era una calle
con muchos vecinos ,muy populosa y
llena de gente.
De frente de mi casa, había un corral
con un rebaño de ovejas, propiedad de
Dámaso Mozo, que era cuidado con
esmero, por Bercario, un pastor bueno.
Las ovejas salían al campo todos los
días, la calle estaba llena de paja, que
cuando llovía se mezclaba con el barro.
Bercario vivía un poco mas allá, casado
con Isidora, tenian varios hijos, que eran
amigos nuestros, Mari, era una buena
amiga mía y los chicos lo eran de mis
hermanos.
En el verano estaba completa, pues
venía Aurora con sus padres y abuelos,
a su casa, al lado del aprisco y de la
era, donde trillaban con trilladora, una
de las pocas que había en el pueblo, y
que yo miraba desde la tenada de mi
casa, como trillaba la paja y como el
grano salía limpio y envasado en sacos;
me parecía una maravilla, pues mi padre trillaba con mulas y yo me sentaba
en un taburete pequeño en el trillo, dando vueltas y vueltas y alguna vez me
dejaba llevar las riendas.
En la esquina vivía un niño con el que
yo jugaba a menudo, Luisito, un niño
moreno, simpático y muy dicharachero,
hijo de Eulogio y Licinia, que eran buenos vecinos. Al lado de mi casa vivían la
Sra. Natalia y el Sr. Ricardo con sus
hijos, era una casa con un fraile de azulejos, que hoy todavía conserva; sus
hijos Daniel y Ricardo eran jóvenes que
regentaban el salón del baile y un cafébar, que era el lugar de diversión del
pueblo, muy concurrido y de mucho éxito en aquellos tiempos. Aquel salón trae
seguro muy buenos recuerdos a los
vecinos, allí se gestaron noviazgos, matrimonios y grandes amistades. Allí también íbamos los niños a correr entre las
parejas, con los padres vigilando la situación y al café a ver Bonanza, El Virginiano, Trampas, a comer pipas, aceitunas y pepinillos. Alli los dueños empezaron el germen de un negocio que daría buenos frutos.
Mi calle hace 50 años, había que pasarla corriendo, pues había obstáculos, la
colmena del Sr Braulio, que en verano
estaba en lo alto zumbando y que como
te descuidaras, recibías un buen picotazo, como me ocurrió a mi en más de
una ocasión. Otro obstáculo era la
Chea, la perra de la Sra. Cecilia, muy
ladradora y amenazante, que siempre
estaba ahí, en su puerta, lista para lanzarse. La Sra. Cecilia era la mujer del
zapatero y tenía muchos nietos, con los
que mis hermanos jugaban a las canicas, a los santos y otras veces reñían y
hasta se tiraban piedras y también el
día de San Antón, nos llenábamos los
portales con burros con cagajones para
ti, pasándolo en grande.
Otra vecina era la Sra. Cándida y el Sr.
Fortu con sus hijos, que por aquellos
tiempos eran muy movidos. De frente
vivía Rosa Bodero, mi gran amiga de la
infancia, con sus padres, su madre una
señora pequeña, menudita y muy dicharachera y su padre, un albañil afamado
del pueblo, en su casa jugábamos los
domingos a las cartas, comíamos pipas
y leíamos tebeos, sentadas en la camilla al amor del brasero.
Mi casa por aquellos tiempos ,estaba
muy concurrida, vecinos y parientes nos
visitábamos con frecuencia, en mi casa
se reunían para jugar a las cartas, o
escuchar las novelas de la radio y las
noticias.
Hoy día mi calle está asfaltada, bien
iluminada, las fachadas arregladas, ya
no esta la colmena ni la Chea, hay pocos vecinos y se vive de otra manera,
pero a mi me sigue gustando.
En Navidad, en mi casa no poníamos
Nacimiento, pues no teníamos para tanto, pero siempre había algún extra, mi
abuela hacía bollos y margaritas en el
horno en la gloria, mi madre hacía un
flan de polvos del Niño y en los Reyes
siempre venían, aunque ligeros de equipaje, siempre paraban en la tienda de la
Sra Obdulia y había algún juguete para
todo el año.
LA MAGIA DE LA NAVIDAD, por Charo Vergaz
Con el paso de los años y la pérdida de
tus mayores, cuesta más afrontar unas
navidades alegres y llenas de ilusión y
los días más bonitos del año se convierten en días de tristeza y nostalgia. Piensas que ya nada tiene el mismo sentido,
te encuentras sola y te niegas a celebrar comidas y cenas con la familia y los
amigos, a los que por supuesto preocupa tu actitud pasota y desanimada.
Tengo que reconocer que cuando perdí
a mis padres ese era mi comportamiento; fue como si el espíritu de la Navidad
me hubiera abandonado. Qué equivocada estaba y doy gracias a Dios por darme cuenta pronto de mi error; mi postura era tremendamente egoísta con las
personas que más me quieren y con las
que comparto mi vida a diario.
El espíritu de la Navidad no me había
abandonado, estaba adormilado en mi
interior y solo tuve que dejarlo brotar de
nuevo. La magia, la fantasía, la ilusión
inundaron mi corazón con más fuerza
que nunca. Las calles, con sus guirnaldas de luces de colores y música de
villancicos, el olor de las castañas asadas, el belén de la Plaza Mayor, la
alegría y los juegos de los niños, los
carruseles y la algarabía de la gente…
Por un momento volví a mi infancia: los
recuerdos se agolparon en mi mente, a
una velocidad meteórica iban pasando
por mi cabeza imágenes, aromas, los
golpes del martillo cuando mi padre
partía el cascajo y los sabores de los
platos que cocinaba mi madre, el aguinaldo que me daban mis tíos (eso ahora
ya no se estila, es una pena), las uvas
de Fin de Año con las que siempre me
atragantaba, los nervios de la Noche de
Reyes… Tantos y tantos recuerdos inolvidables de aquellos días en los que
casi siempre nevaba. Teníamos Navidades blancas, pero en casa siempre hacía calorcito.
Este año compartiré estas fiestas de
Navidad con los míos y me siento muy
afortunada de poder hacerlo con mi hija
a la que adoro y con mi pequeño nietecito que es la joya de mi vida; ver su
carita traviesa y escuchar sus risas es
algo indescriptible, ser abuela es la experiencia más maravillosa que una madre puede sentir y por supuesto con mis
amigos, sin vosotros mi vida no tendría
sentido. Ahora sé que la Navidad es
mágica y hace que vivamos días preciosos, de emociones intensas, de complicidad y sorpresas, de villancicos alrededor de la mesa, de buenos propósitos y
mejores deseos…
Mi deseo de este año es que nunca perdamos ese espíritu de niño que todos
llevamos dentro porque de esa forma
siempre estará presente la Navidad en
nuestra vida.
¡¡¡Felices y blancas Navidades!!!
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NAVIDAD EN EL PÁRAMO, por Guillermo Garabito.
La Navidad son recuerdos de unas ascuas a punto de extinguirse a la mañana siguiente. El crepitar de la leña entre
las llamas durante toda la noche en el
cuarto de estar y rachas de aire helado
tras los cristales. La Misa del Gallo temprana, antes de cenar, y un apagón de
luces en Nochebuena al llegar Papá
Noel, que no es cristiano pero traía regalos.
los pastores. Sebastián con sus ovejas,
antaño su padre. Después volvíamos y
al entrar se venía todo un olor de encinares ardiendo. Poníamos nuestro
belén modestamente, con ríos de plata
arrugada, patos que flotaban sobre el
papel de aluminio y en la orilla las lavanderas con la espalda dolorida esperando que alguna vez bajase el agua de
verdad. La nieve eran copos de harina,
que es nieve castellana de oro molido,
con la que sueñan los trigales aplastados bajo el sol de agosto. Con los años
y las figuritas rotas se iban comprando
otras nuevas y no había problema cuando en vez de tres había seis pastores,
pero seis Reyes Magos… nunca se vio
aquello. Y un año poníamos unos y al
siguiente los otros para que no se quedasen ningunos sin hacer camino hasta
el portal.
tanas de arriba imaginaba a los Reyes
Magos. Iban siguiendo por la paramera,
alfombrada de estrellas, el rastro luminoso del cometa que les guiaba directos
a La Mudarra. Vendrían quizá de Valladolid, perdidos, buscando el dichoso
lugar, recogido y pequeño. Aquí, a las
afueras de un pueblo donde había ido a
alumbrar María. Y a mí se me repetían
los versos que dicen:
Alma dormida, despierta y escucha el
En el jardín tirábamos petardos y fuegos
artificiales y siempre quise una zamdulce clamor, porque esta noche el
bomba que nunca tuve. Algún año hasta
amor te ha echado un niño a la puerta.
le pusieron luces al abeto del jardín,
Quién sabe si en verdad no fue así.
pero yo de aquello no me acuerdo. Por
Aquí, en La Mudarra. Sería un milagro
toda la casa había un coro de villancique Dios hubiera nacido entre estos
cos en vinilo que sonaban desde el toadobes, tapiales y piedra. Qué al alba
cadiscos. Al llegar, por la tarde, íbamos
cantase un gallo. Pero a fin de cuentas
a ver el belén de la asociación a la gruta
la Navidad es eso, un milagro. Como
de abajo; allí donde bien podrían haberdecía mi abuelo: “La Navidad es el día
se refugiado José y María para tener a
que Dios pone un Belén en nuestros
Dios aquella fría noche. Y por el valle, Antes de irme a la cama, desde las ven- corazones”.
REFRANES DE NAVIDAD, por Paz Altés Melgar
Pocas cosas tan nuestras como el refranero, la verdad. Y pocas cosas tan
evocadoras y tan directamente conectadas con el recuerdo que guardamos
de nuestros mayores y su siempre sabio entender… Los refranes de tema
navideño son especialmente jugosos y
he dedicado algún tiempo a crear un
pequeño repertorio sobre el particular,
que ahora dedico a los lectores de El
Santillo.
margen de casi nada. Y así, en lo que a
la Navidad se refiere: Si hay cena, Nochebuena; que si con ayuno te la pasas, llámala nochemala; que es lo mismo que decir: Si en Nochebuena no
hay qué cenar, noche mala se debe
llamar. Y es que, ya se sabe: Horno por
Navidad no tiene descanso. Aunque,
claro, siempre hubo… “clases”: Por
Pascua carne de cordero, por Navidad
de gallinero.
A la vista de mis pesquisas, los aspectos de la Navidad más recurrentes y
presentes en nuestro refranero parecen
ser: los valores familiares, la gastronomía típica, las labores agrícolas, la
climatología y, por descontado, las supersticiones populares.
Como dijimos, el trasunto climatológico
es otro de los que más frecuenta el refranero. Los primeros días de invierno,
afrontados con el buen ánimo y los
buenos deseos que contagia la Navidad, no parecen tan rigurosos: Por Nadal, frío cordial. Se dice incluso que
Hasta Navidad, ni hambre ni frío pasarás. Y que, de hecho, Si quieres año
derechero, en la Navidad sol y en la
florida –Pascua de Resurrección…–
carbón. Aunque otros afirman que De
todos los Santos a Navidad, o bien llover o bien helar; y que El mes de pascua se vive junto al ascua. Y no les falta razón…
Con respecto a lo primero, el refranero
se postula con rotundidad en defensa
de la importancia de la familia, la casa y
el hogar como epicentro de las celebraciones navideñas. De ahí que se diga:
En Nochebuena y en Navidad, la brasa
calienta más. Navidad, tiempo de familia unida: Las fiestas, donde quisieres;
las Navidades, con las mujeres. Y
“reunida”: Por Nadal, cada oveja a su Por último, ¡qué decir de las supersticorral.
ciones! Que haberlas, haylas; y siemEn cuanto al calendario de labores agrí- pre las hubo, incluso en Navidad. Y
colas, sobre el que reconozco mi total como muestra, botones para todos los
ignorancia, he encontrado estos dos gustos: Si en lunes es Navidad, riquedichos populares: Los ajos por Navi- zas has de hallar; Navidad en martes,
dad, ni nacidos ni por sembrar; y Hasta fiestas por todas partes; Navidad en
que llegue Navidad, no eches manos a viernes, siembra por donde pudieres; y
Navidad en domingo, vende los bueyes
podar. Pero poco más podría añadir...
y échalo en trigo. O esto otro, que me
Por motivos obvios, en nuestro país los temo que también tiene mucho de suafanes gastronómicos no quedan al
perstición: Año nuevo, vida nueva.
Imagen: abrahamlaria.com
A muchos de nosotros, el final del tiempo de Navidad nos entristece. Por eso
hay quien suscribe que De Navidad a
San Antón pascuas son. Mucho prolongarlo parece. Mejor dejarlo a la vuelta
de la Epifanía, ya que Por Reyes lo notan los bueyes. O, como mucho, cambiar de asunto cuando así lo manda la
Santa Madre Iglesia, que hace coincidir
el fin del tiempo litúrgico de la Navidad
con la celebración del bautismo de
Nuestro Señor.
Ha sido un placer contarles todo esto.
Por mi parte, siempre me ha parecido
que la alegría es uno de los grandes
misterios que encierra la Navidad…
Ojalá consiguiéramos preservarla y entrenarla durante el resto del año. A fin
de cuentas: Alegría y pobreza, y no
pesares y riqueza; porque en este mundo de viento, es rico el que está contento; y La vida es corta y pasarla alegre
es lo que importa.
Paz Altés Melgar es
Jefa de Centro de Publicaciones y Programas de
Promoción del Libro del Ayuntamiento de Valladolid
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ANTIGUOS CANTOS NAVIDEÑOS, por José Delfín Val
A finales de los años 70 inciamos un
trabajo bastante duro pero necesario.
Nosotros lo considerábamos necesario
porque nadie lo había hecho hasta entonces, excepción hecha de don Narciso Alonso Cortés, sobre cuyas espaldas los vallisoletanos echamos demasiadas responsabilidades. Aquel trabajo nuestro consistía en recopilar, viajando por todos los pueblos de Valladolid, lo que en líneas generales llamaríamos “El catálogo folklórico” de la
provincia. “Nosotros” fuimos Joaquín
Díaz, que ya empezaba a dejar sus
actuaciones como cantante de música
tradicional y sefardita y tenía el firme
deseo de dedicarse al estudio de la
cultura popular; Luis Diaz Viana, que
ejercía de poeta y dibujante pero dedicaba sus esfuerzos al estudio y conocimiento del folklore español; y quien
escribe estas líneas. La empresa era
ardua y, aunque al terminar cada jornada pensábamos que nuestras fuerzas se iban agotando, nos ocurría como el labrador que ara el campo y suda la gota gorda pero sabe que esa es
la contribución obligada para obtener,
después, una buena cosecha. Nuestra
cosecha fueron cinco libros sobre la
materia de los que nos sentimos muy
satisfechos.
La aventura duró alrededor de cuatro
años. Cuatro años viajando, conociendo y recopilando; y cuatro años la publicación de los cinco libros, entre 1978
y 1982: dos dedicados a los Romances
Tradicionales, uno a los Dulzaineros y
Tamborileros y dos al Cancionero Musical. En estos dos del cancionero incluimos los cantos populares más diversos: de fiestas, rogativas, rondas,
galas de boda, cantos de romería, toreras, corderadas, aguinaldos... en fin,
todo con letra y música para dar facilidades a quienes vinieran detrás. De
toda aquella riqueza tradicional podemos asegurar sin error a equivocarnos
que la música popular, de dulzaina y
redoblante, es la que mejor se ha servido de aquella recopilación para mantenerla viva en sus fiestas tradicionales
en los pueblos y darle nueva vitalidad.
De los cantos específicos mucha gente
se ha olvidado.
Cuando, viajando pertrechados de
magnetófono y cámara fotográfica,
llegamos cierto día a La Mudarra, conocimos a quienes iban a ser nuestros
principales informantes: Lorenzo Garabito que nos cantó varios romances y
canciones festivas; Candelas Liébana,
mujer de excelente memoria que se
inclinó por los cantos propios de las
niñas y “de iglesia”, ambos hijos del
pueblo; un pastor de apellido Collazos
y una mujer llamada Hipacia que nos
contaron y cantaron lo que recordaban
de su infancia y de las fiestas del pueblo.
Como en esta ocasión de lo que se
trata es de recordar cantos de navidad
y cantos de aguinaldo, hemos ido a
buscar a uno de los anaqueles de
nuestra librería los cinco libros publicados y buscar en los dos últimos a
nuestros informantes de antaño. Y
hemos dado con ellos.
Candelas Liébana cantó “Las doce
palabras dichas y retorneadas”, salmodia que después recogimos en otros
pueblos, lo que nos indujo a pensar
que en su momento este tipo de canto,
con dificultades enredosas en su letra,
se habían extendido con facilidad y
formaban parte de la formación escolar.
para subir a la casa santa de Jerusalén.
La una buen sol y buena luna
hombre y muy hombre
Sancti Dómine.
Las tres Marías...
Los cuatro Evangelistas...
Las cinco llagas...
Los seis candelabros...
Los siete gozos...
Los ocho coros...
Los nueve meses...
Los diez mandamientos...
Las once mil vírgenes...
Los doce Apóstoles...
El pastor Collazos nos habló del lenguaje propio del pastoreo, su vocabulario específico y solo entendido por
los pastores, y fueron muy provechosas sus enseñanzas. Hipacia por su
parte nos cantó este aguinaldo que no
sé si se recordará aún por La Mudarra
o por los pueblos del contorno, pero
que entonces, según ella decía, lo cantaban todas las niñas cuando ella lo
era. Solían reunirse varias muchachas
para hacer coro y cantar a las puertas
de los más ricos en solicitud de viandas propias de la Navidad.
Candelas Liébana
Las doce palabras
dichas y retorneadas
dímelas bien:
Una es una,
la que parió en Belén,
Virgen y pura es.
Dos son dos,
las tablas de Moisés.
Tres, las tres Marías.
Cuatro, los cuatro evangelistas.
Cinco, las cinco llagas
Seis, los seis candelabros.
Siete, los siete dolores.
Ocho, los ocho gozos.
Nueve, los nueve meses.
Diez, los diez mandamientos.
Once, las once vírgenes.
Doce, los doce apóstoles.
Estas doce palabras
dichas y retorneadas
dime la una:
La una buen sol y buena luna,
hombre y muy hombre
Sancti Dómine.
Estas doce palabras dichas y retorneadas
dime las dos:
Las dos tablas de Moisés
donde puso Jesucristo sus pies
Hipacia Rodríguez
Estas puertas son de pino,
y aquí vive un gran vecino,
que tiene mucho dinero
para comprar un carnero.
Azorita, azorita, azorita,
cantemos el aguinaldo,
la niña cachigordita
que nos saque el aguinaldo.
Para comprar un carnero
con sus lanas y cencerros,
y un collar de cascabeles
para espantar a las liebres.
Azorita, azorita, azorita,
por encima de San Simón,
la niña cachigordita
que nos saque el morcillón.
Y con esto eran felices. Al menos lo
reflejaron en sus rostros cuando yo los
vi y me cantaron cosas de su infancia.
La de nuestros muchachos de ahora
discurre por otros derroteros bien diferentes y estas cosas, que quedan aquí
publicadas, les sonarán a reliquias del
pasado.
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NAVIDADES DEL NUEVO MUNDO, por Mario Alonso Galindo
Hace poco estuve de viaje por “la capital del mundo”, New York. Y paseando
por la Quinta Avenida, que es la meca
de las grandes boutiques, me di cuenta
que estábamos a punto de llegar a Navidad. Pero ¿cómo? Si todavía no había
visto el anuncio navideño de El Corte
Ingles. Podía ser por esa manía reciente de no ver la televisión, pero no, tenía
que ser un error, los norteamericanos,
al igual que los chinos, tienen sus propias Navidades y calendarios diferentes.
Pero la duda me rondaba la cabeza,
pues los Estados Unidos de América no
dejan de ser una sociedad occidental
con unas costumbres parecidas a las
Europeas. Por esta razón me acerque a
una de esas lujosas tiendas a preguntar, ciertamente me dijeron que las Navidades son igual que en Europa pero
que tenían que hacer campaña con anterioridad para incentivar el consumo.
Ciertamente cuando vi el calendario me
convencí del hecho.
De esta manera llegue a la conclusión
de que ya no era el nacimiento de Dios
lo que marcaba las Navidades. Ya sólo
marcaba el principio de las vacaciones
escolares de esta época del año. Pues
son las grandes superficies las que dan
el pistoletazo de salida, o más bien dan
la excusa, para dar rienda suelta a
nuestro afán consumista.
La sociedad está perdiendo los valores
religiosos, bien sean católicos o de otra
religión, incluso los valores morales y
éticos, en favor de los placeres terrenales y efímeros que nos proporciona el
descontrol en general y el consumo en
particular.
En un video de reflexión sobre el consumo en la sociedad de José Mujica (ex
presidente de Uruguay) decía, con toda
la razón, que cuando compramos algo
con dinero no lo compramos con ese
mismo dinero, sino con el tiempo que
nos ha costado ganar ese dinero trabajando y como paradoja, lo único que no
podemos comprar con nada y de ninguna manera, es precisamente el tiempo.
El consumo no es sólo gastar dinero y
adquirir cosas que amontonamos sin
que sea necesario que tengamos, si no
es el gasto de ese tiempo que invertimos en ganar dicho dinero. Sin embargo, la risa que produce un chiste, el placer de un beso, la felicidad de estar en
familia un día más…todas esas pequeñas cosas que nos consumen tiempo
una vez, para darnos un placer más
duradero e incalculable, y no varias veces (ganar el dinero y después gastarlo)
es el verdadero y más importante consumo que podemos hacer.
Es muy importante plantearse en la vida
que es lo que verdaderamente queremos y nos hace felices. ¿Cuándo empieza la Navidad? ¿Con los anuncios de
El Corte Ingles o con la llegada a la tierra del Señor? ¿Cuánto tiempo vale su
tiempo?
EL HIELO DE LA INFANCIA, por Diego Irimia
época. Y sucumbo ante el coro de
oficios, llamadas perentorias, quejas y letanías; ni el viento del tiempo se lleva ese coro. Las imágenes, en blanco y negro, se desplazan lentamente mientras la banda
sonora inequívoca del tren de vía
estrecha adelanta la entrada del
convoy en la estación.
Una vez despierto, mi pensamiento entumecido quiere volver al
principio, donde nada me faltaba
ni nada sobraba. Mas la vida no
es lo que viví, sino lo que recuerEntonces, hace casi medio siglo, los do y cómo la recuerdo para contarlo.
años eran estrechos y el mundo inmen- Evocó los paseos repetidos hasta la
so. El privilegio que suponía vivir en decrépita estación. El frío huele, es un
Madrid con mis abuelos adoptivos, no aliento de tempestad. Voy acurrucado
restaba un ápice al deseo soñado de dentro del ropaje. La perpetua amenaza
ver pasar los días en el almanaque a de la vida constantemente escapándose
gran velocidad hasta ver ancladas las de sus límites. Mi perra "Toughy" renhojas correspondientes a las jornadas quea detrás de mí sus casi dieciséis
estivales o las vacaciones de Navidad, años. Nos acercamos a la vieja estacuando regresaba al pueblo en tren o, ción. El funesto graznido de los córvidos
años más tarde, en los autobuses pla- ayuda a la niebla a narcotizar el paisaje
teados de "Empresa Fernández".
de mi tribu, de la tierra mesetaria. Unas
A veces, en el sueño incómodo, me
desdoblo para recorrer el pueblo calle
por calle, casa a casa. Cuando despierto los recuerdos conservan rescoldo.
Son los rostros que ya no se encuentran
entre nosotros. Durante el sueño, los
reconozco en las puertas de los que
fueron sus cobijos. Los semblantes
sonríen. La mayoría corresponden a
ancianos, o tal vez no tan viejos, de otra
pueblo y tampoco el horno del señor
Martín cruje.
Sigo caminando mientras espero al viejo y fiel pastor alemán. Los pensamientos que me acometen se deben a la
soledad de mi ensimismamiento que
evidencia un lenguaje circular pero no
expresa y sólo obtiene carga espiritual
con asombro y pasmo.
El paseo, indefectiblemente, termina en
la antigua laguna. En una elevación del
terreno, cerca, los cipreses del camposanto siguen creyendo en Dios. Cinco
olmos crecen donde antaño croaron las
ranas. La madre del segundo alcalde de
la democracia le persuadió para rellenar
con escombros, otra vez el barro de los
domos, la laguna y erradicar así los
mosquitos que molestaban su solaz. La
laguna muerta es un pecio. Somos capaces de un bien infinito y un mal infinito. En el cristal del tiempo, sin esfuerzo,
veo a Julio, Miguel, César, José Luis,
Rafael, Eduardo y Pascual. Embelesados en la superficie helada no se percatan de mi llegada en la "GAC" roja. De
retamas, en paralelo al invisible andén, pronto, César incita a cruzar la laguna
semejan los miembros de un cenobio en en bici.
un claustro infinito. Más lejos, con nos- Lo hicimos, todos, después de comprotalgia de atardeceres morados en el bar con una maza la consistencia de la
atardecer, las paredes en ruinas de los capa helada. Aquella mañana cruzamos
palomares de cobre añoran los tapiales el Ártico entre risas y bromas y nunca
hechos de corteza de panes recién coci- olvidamos la hazaña.
dos. Ya no hay palomas que zureen.
Las invasoras tórtolas del este coloni- Escucho el pitido del tren fantasma.
zan con su mantra las falsas acacias del Es hora de extraviarme en la niebla.
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RITOS RELIGIOSOS EN LA NAVIDAD MUDARREÑA, por Justino Rodríguez
Estamos en Navidad y por ello quiero
rescatar para el conocimiento de muchos de los que no lo vivimos, los ritos
y costumbres religiosas del ayer. Hoy
en día las fiestas de Navidad tienen un
sentido muy lúdico pero años atrás las
únicas manifestaciones públicas eran
religiosas, aunque sí eran notables las
celebraciones familiares muchas de las
cuales ya se han reflejado en esta publicación en números anteriores.
de zambombas, castañuelas, panderetas, botellas de anís con llave y triangulo. El sacerdote hacía un resumen
de los actos religiosos celebrados en la
parroquia el año anterior y leía la relación nominal de los bautizados, primeras comuniones, matrimonios y defunciones del año finalizado. Igualmente
relacionaba el estado cuentas de la
parroquia con los ingresos y gastos
habidos en el ejercicio.
Empiezo a mediados del siglo XIX y en
adelante cuando la iglesia estaba presente en todas las actividades y decisiones personales y públicas. Lo primero que he de decir es que los datos
que aquí reflejo son los únicos que he
conseguido documental y oralmente y
por eso tal vez no sean completos.
Estamos en el siglo XX y como anteriormente el mes de diciembre comenzaba con ritos que anunciaban la Navidad. Se celebraba la Festividad del
Adviento los cuatro domingos anteriores a esa fecha, y como anteriormente
la Festividad de la Inmaculada o
Purísima era de destacar. Anteriormente se había celebrado una novena
preparatoria por la Hijas de María y
ese día se celebraba una solemne misa cantada con comunión general de
todo el pueblo y por la tarde tras las
preces de la novena, se rezaba el rosario y posteriormente se sacaba la
imagen de la Purísima en procesión.
Por entonces el mes de diciembre era
importante y una fecha sobresalía sobre las demás: La Purísima Concepción. Día de fiesta mayor religiosa en
honor de una de las imágenes que figuraban, junto a la Virgen del Rosario
y San Antonio, en el desaparecido altar
la Virgen del Carmen. La Virgen, especialmente iluminada, presidía la solemne santa misa de ese día especial, al
cabo de la cual, y en el atrio de la iglesia, se procedía al nombramiento del
mayordomo de la Cofradía de San
Antonio (La actual cofradía del Santísimo y Ánimas se fundó en el año
1820 bajo el auspicio del sacerdote de
entonces D. Manuel Núñez Román con
el nombre de Cofradía del Santísimo
y Ánimas, de San Antonio y de la
Cruz, y por aquellos años la denominación principal era la de este último
Santo). El mayordomo nombrado invitaba ese mismo día por la tarde a los
cofrades a asistir al rezo del rosario.
Antes de la independencia del pueblo
en 1856, es de señalar que ese día y
en ese mismo acto se procedía a nombrar al alcalde pedáneo por el periodo
que desde 1840 era de dos años y que
designaba Medina de Rioseco de una
terna de vecinos no analfabetos y era
el nuevo alcalde el que ofrecía un refresco a los cofrades tras el rezo del
rosario al que antes me he referido.
El primer día de la Pascua de Natividad, el 25 de Diciembre, se procedía
al nombramiento del Presidente del
Rosario y como acto solemne seguía
con un responso cantado tras el cual el
nombrado invitaba a los files a un refresco
El día de Año Nuevo se celebraba
misa mayor cantada. Se acompañaba
Las celebraciones navideñas en la
iglesia las presidía un pequeño belén
que se colocaba debajo del púlpito. El
día importante era el de Nochebuena.
Tras las cenas familiares, todo el pueblo asistía a la Misa del Gallo. Eran
tiempos en que todavía había sacristán
en la iglesia y él se encargaba de tocar
el órgano en la misa solemne, en
aquellos tiempos cantada en latín. Como nota curiosa, decir que los pastores
del pueblo acudían con su ropa de trabajo y sus zurrones. En la misa se cantaban villancicos, se adoraba al Niño y
el sacerdote hacía el balance religioso
del año. Al acabar la misa, algunas
familias se reunían en su casa o en
casa ajena para jugar a las cartas u
otros juegos y otras se iban a bailar al
salón hasta altas horas de la madrugada. Cuando D. Saturnino deja la parroquia se termina con la costumbre del
balance religioso anual y años más
tarde cuando el sacerdote deja de vivir
en el pueblo termina la costumbre de
la misa del gallo que en alguna familia
siguió algunos años más pero de forma muy particular con una asistencia
muy reducida y con un sacerdote que
venía de fuera.
El Día de Reyes también había solemne misa cantada en latín, que al igual
que el día de año nuevo se acompañada de instrumentos musicales. Y también se cantaban algunos villancicos
típicos del pueblo como este:
“Linda estrella”
Linda estrella, linda estrella,
centellea para que podamos ver,
guíanos hasta la aldea,
donde quiso Dios nacer.
Dejemos nuestros ganados
y a los rebaños pacer,
en los montes y montañas
y al Niño vamos a ver.
Guíanos, guíanos.
Linda estrella, linda estrella,
centellea para que podamos ver
guíanos hasta la aldea
donde quiso Dios nacer.
En el portal de Belén
se ha detenido la estrella
y los Magos del oriente
se han detenido con ella.
En el siglo pasado, en ocasiones a los
niños se les vestía de forma apropiada
para celebrar la festividad de los reyes , y más tarde, por el empeño personal de alguna vecina se llegaron a
montar belenes vivientes en dos periodos distintos con gran participación
e incluso en una ocasión en un belén
viviente en el que no había Reyes Magos, estos visitaron la iglesia en persona para asombro y regocijo de los niños (como se ha contado en otro artículo de esta misma revista).
Hoy en día las celebraciones religiosas
son muy escasas y las fechas navideñas se celebran como festivos ordinarios. Hasta hace unos pocos años se
montaba en el salón parroquial un
belén artesanal. Hoy sólo es de destacar que al comienzo del Adviento la
encargada de la iglesia, de motu proprio, coloca en la iglesia una corona
adornada con hojas en la cual hay
cuatro velas de colores verde, morada, blanco y azul, que simbolizan fechas religiosas importantes del año, y
que se encienden una a una cada domingo de adviento. Una vez que termina éste, en Nochebuena, se retira la
corona y se monta en la pila el Misterio que perdura todas las fechas navideñas.
Enero/Marzo
El Santillo
Página 8
¡ES NAVIDAD!
traerá? y también, claro ¿qué se llevará? esa mezcla de
ilusión e incertidumbre que se plantean cuando con los Feliz
Año Nuevo de abrazos, besos y también lágrimas, recibimos
los próximos 365 días,
Como no podía ser de otra forma, en estos tan difíciles tiempos tan materializados, el factor económico se dispara, se
consideran los días de mayor consumo y gasto del año, comidas, fiestas, regalos, ocio, todo se multiplica por cien... y
los precios suben y los caprichos crecen y los presupuestos
se disparan, ¡Total... una vez al año... es Navidad!
A pesar de mantenerse eminentemente familiar y hogareña
en los últimos años vemos como restaurantes, hoteles y
destinos vacacionales tienen también su público. Personas
con problemas familiares, soledad, ideas diferentes, eligen
viajar y llenar estas fiestas rodeadas de quien, como ellos,
ya no conservan aquel sabor de la infancia en sus vidas o
no lo tuvieron nunca hubo lo que es peor renuncian voluntariamente a él.
Navidad... única fiesta al que se celebra simultáneamente
en medio mundo de forma muy parecida, bajo creencias
muy variadas, católica o laica; Navidad y sus tradiciones se
conservan e incluso en esta época tan convulsa y carente
de creencias, espiritualidad y sentido familiar.
Vuelve a colocarse el Belén, o al menos el misterio, en casas, lugares públicos, plazas, calles junto a árboles decorados, luces, estrellas, ángeles, guirnaldas, Papás Noeles ruidosos y los ojos infantiles se asombran y los ojos ancianos
se emocionan... bueno aún queda para siembra de futuro.
También la coincidencia con el año nuevo que contribuyen a
estar sensación de celebración, el 1 de enero es como otro
principio de capítulo en el libro de todas las vidas ¿qué nos
Otros sitios, otras soledades, otros estados de salud, de
economía, de falta de libertad. Sí, es Navidad también que
los hospitales, las cárceles, los albergues, las chabolas, los
lugares de explotación humana, las residencias de personas
mayores... con Belén, árbol, Papá Noel, lo que será que la
represente o no, es Navidad y del corazón y los ojos de cada uno de los seres que los habitan:
con o sin facultades mentales sanas,
con y o sin libertad y libertades,
con y sin salud y dolores,
con y sin euros en la mano,
con y sin alegría y esperanza,
Es Navidad y por poco que puedas o quieras sentir, no puede evitarse ese pellizco en el corazón y esa humedad dulce
y amarga en los ojos durante un segundo,
seas como seas,
estés donde estés.
sufras por lo que sufras.
Desde estas páginas, El Santillo desea para todos ese emocionado pellizco en el corazón.
Feliz Navidad y año nuevo.
Aurora Mozo
Presidenta de la A. C. “El Santillo”
A DESTACAR
Manualidades navideñas realizadas por internos de la
Residencia Plaza Real - Zaratán (Valladolid)