3. Sergio Galiana Haití y la Guerra Civil norteamericana El presente trabajo tiene como objetivo analizar brevemente las relaciones de Haití con los Estados Unidos durante la guerra civil norteamericana desde una perspectiva regional que considera a este conflicto como parte de los procesos que durante más de medio siglo atravesaron las sociedades del hemisferio a partir del triunfo de los movimientos revolucionarios entre 1776 y 1825. En este contexto, entendemos que la política haitiana con sus vecinos se fue parte de una estrategia que buscaba garantizar la independencia del país y la abolición del sistema esclavista. Dos revoluciones Desde el momento de la ruptura del vínculo colonial con sus metrópolis europeas, las sociedades americanas protagonizaron un turbulento proceso de construcción de naciones que culminó en la segunda mitad del siglo XIX, cuando se sentaron las bases de los diferentes estados nacionales y de las formas de integración a la economía capitalista en expansión. Las revoluciones norteamericana y haitiana iniciaron el ciclo en el último cuarto del FFyL, UBA. siglo XVIII pero fueron dos experiencias contrapuestas: la primera fue una guerra de independencia liderada por colonos de origen británico que, en su mayoría, constituían un élite dentro de la sociedad colonial, mientras que la segunda se dio en el marco de la Revolución Francesa y fue liderada por esclavos de origen africano, cuyo principal objetivo fue la erradicación de la institución que sustentaba la economía colonial de la gran parte del continente americano. En el resto del continente la primera fue seguida con atención por quienes deseaban combatir los abusos del sistema imperial y su modelo de organización política fue tomado como referencia por quienes deseaban construir un nuevo orden en las regiones independizadas. Por el contrario, la revolución haitiana fue vista con temor por gran parte de las élites criollas en todo el continente -incluso en aquellas regiones donde el trabajo esclavo no constituía la principal fuente de ingresos de los sectores propietarios- y su influencia se hizo sentir rápidamente entre la población esclavizada del Caribe y Estados Unidos. De la revolución a la nación En Estados Unidos, la fórmula alcanzada para dar una organización institucional a la joven república permitió la coexistencia de regímenes de acumulación diversos con posibilidades de expansión hacia otras regiones, al tiempo que la Paz de París de 1783 introdujo a los Estados Unidos en el |“A 150 años del fin de la Guerra Civil y 50 de la Voting Rights Act en Estados Unidos”| Web site: www.huellasdeeua.com.ar Facebook: https://www.facebook.com/huellasdeeua 76 mundo occidental al obtener el reconocimiento de las principales potencias europeas. En Haití, la independencia fue alcanzada en 1804 luego de más de diez años de una guerra que arrasó con las bases económicas y sociales de la antigua colonia y fue seguida por un período de inestabilidad caracterizado por la fragmentación política interna, la resistida expansión hacia el este sobre la antigua colonia española de Santo Domingo culminada en 1822 y la hostilidad de sus vecinos europeos (Haití era la única isla independiente del Caribe) y americanos, ya que el carácter emancipador de esa experiencia la volvía una amenaza para los dueños de las plantaciones esclavistas. Paradójicamente, el triunfo revolucionario benefició a los Estados Unidos, ya que obligó a Napoleón a abandonar el proyecto de reconstruir el imperio francés en América y favoreció la venta de Louisiana durante la presidencia de Thomas Jefferson. En un escenario caracterizado por las dificultades económicas, el aislamiento diplomático y la supervivencia de la esclavitud en la región, los esfuerzos de los gobernantes haitianos durante la primera mitad del siglo XIX tuvieron como prioridad revertir este escenario adverso. Así, el presidente Alexandre Pétion financió parte de la campaña de Simón Bolívar en 1816, mientras que su sucesor Jean Pierre Boyer obtuvo el reconocimiento de la independencia de Haití por Francia en 1825 a cambio del pago de una millonaria indemnización, luego de que la armada francesa bloqueara Puerto Príncipe con catorce navíos de guerra. Este acuerdo impuso una pesada carga para el fisco (la deuda se terminó de pagar en 1947) pero le permitió regularizar sus relaciones con Francia y Gran Bretaña, aunque la presión realizada por los plantadores esclavistas de los estados del sur de los Estados Unidos impidieron el establecimiento de relaciones oficiales con el gobierno de Washington. De hecho, la pervivencia de la esclavitud en los estados del sur y la discriminación sufrida por la población de origen africano en toda la Unión estimularon reflexiones y prácticas políticas entre los afroamericanos, dando origen a un importante movimiento de emigración conocido como el 'Back to Africa Movement'. A comienzos de la década de 1820 la American Colonization Society (asociación creada por abolicionistas y propietarios de esclavos que rechazaban la integración de los ex esclavos en la sociedad norteamericana) había organizado los primeros asentamientos de negros libres en las costas de la moderna Liberia, al tiempo que el presidente Boyer había alentado la emigración a Haití, ofreciendo parcelas de tierras a quienes se sumaran al proyecto de reconstrucción de la economía de la isla. En los años subsiguientes en el seno de las organizaciones afroamericanas debatieron acaloradamente sobre la emigración en diversos encuentros y en la prensa escrita, siendo la National Emigration Convention of Colored People realizada en Cleveland, en |“ A 150 años del fin de la Guerra Civil y 50 de la Voting Rights Act en Estados Unidos”| Web site: www.huellasdeeua.com.ar Facebook: https://www.facebook.com/huellasdeeua 77 1854, el antecedente más inmediato previo a la ofensiva diplomática haitiana. Haití y la guerra civil En los años previos al estallido de la guerra civil en Estados Unidos, Haití atravesaba un período de inestabilidad debido a la situación política interna y a los conflictos con la vecina República Dominicana. En efecto, la insurrección militar que provocó la caída del presidente Boyer en 1843 fue aprovechada por sectores nacionalistas en el este de la isla para proclamar la independencia de Santo Domingo a comienzos del año siguiente, dando origen a un período de inestabilidad en el que se combinaron los intentos por recuperar la antigua colonia española con el faccionalismo dentro del ejército. La proclamación del Imperio por Faustin Soulouque en 1849 fue un intento por restaurar el orden, pero el fracaso de las tres invasiones lanzadas sobre su vecino (1849, 1853 y 1856) minaron su popularidad, especialmente dentro del ejército, y crearon las condiciones para su caída en 1859. El nuevo presidente Fabre Geffrard intentó refundar las bases de la nación haitiana a partir de la recuperación de la producción agrícola para la exportación y de la normalización de los vínculos con los países de la región, lo que incluyó el reconocimiento a la independencia de la República Dominicana. Como parte del programa de recuperación económica, el gobierno retomó la iniciativa para alentar la radicación de colonos norteamericanos y para ello estableció una oficina de emigración en Boston a cargo del escocés James Redpath, un periodista y militante abolicionista radicado en los Estados Unidos que se había destacado en la lucha contra la esclavitud en el sur. Redpath editó en 1860 una Guía de Haití que recopilaba información sobre el país con el objetivo de brindar a los potenciales emigrantes una mirada distinta a la que se difundía en la mayoría de los medios norteamericanos. Asimismo, el gobierno haitiano invitó a conocer el país a líderes prominentes de la comunidad afronorteamericana como Frederick Douglass, quien a su regreso a los Estados Unidos en 1861 publicó un ensayo destacando las virtudes de la república negra del Caribe. En un principio el resultado de la campaña fue exitoso, ya que entre 1860 y 1862 unos 2.000 afroamericanos se instalaron en colonias ubicadas en territorio haitiano para cultivar algodón, pero finalmente estas no prosperaron por diversos factores, entre los que cabe señalar una epidemia de fiebre amarilla. En su búsqueda por reforzar la legitimidad internacional del país, el presidente Geffrard firmó en 1860 un concordato con la Iglesia Católica convirtiéndose así en la primera nación americana en alcanzar un acuerdo de ese tipo con la Santa Sede. De todas maneras, la lucha por la abolición de la esclavitud seguía teniendo una importancia crucial para Haití, ya que si |“A 150 años del fin de la Guerra Civil y 50 de la Voting Rights Act en Estados Unidos”| Web site: www.huellasdeeua.com.ar Facebook: https://www.facebook.com/huellasdeeua 78 bien Gran Bretaña la había decretado en sus colonias a lo largo de la década de 1830 y Francia y Dinamarca hicieron lo mismo en 1848, la institución aún existía en las posesiones holandesas (las Antillas y Guyana), españolas (Cuba y Puerto Rico) y los estados del sur de los Estados Unidos. En este contexto, la retrocesión de República Dominicana a España en marzo de 1861 fue considerada por Geffrard como una amenaza directa a la independencia de Haití y motivó una intensa actividad diplomática que se redoblaría tras el estallido de la guerra civil en Estados Unidos. La secesión de la Confederación provocó un vuelco en las relaciones de la Unión con Haití: a la ambigua posición de las potencias europeas frente al conflicto, se le sumó su creciente intervención en la región impugnando en la práctica la Doctrina Monroe (el año siguiente a la mencionada anexión española de República Dominicana se produjo la intervención francesa en la guerra civil mexicana para sostener al Segundo Imperio). Este fue el contexto en el que el presidente Abraham Lincoln anunció el establecimiento de relaciones diplomáticas con Haití en 1862; inmediatamente ambos gobiernos llegaron a un acuerdo para el uso de la base naval de Cap Haïtien, que le permitió a la escuadra norteamericana tener un puerto seguro en el Caribe para hacer valer el bloqueo marítimo sobre la Confederación. Lincoln en 1862/3 reforzaron entre gran parte de la población afroamericana el nacionalismo y la idea de que en el corto plazo se lograrían el fin de la esclavitud y de la segregación racial. Por su parte, en este contexto el gobierno haitiano suspendió sus proyectos de inmigración y clausuró su representación en Boston. Durante los breves años de la guerra la economía haitiana se benefició del bloqueo sobre la producción del sur y logró cierto desarrollo agrícola con el establecimiento de plantaciones de algodón y tabaco, aunque estas no lograron sobrevivir en la década siguiente tras el restablecimiento de la producción en los Estados Unidos. A modo de balance La guerra civil norteamericana brindó a Haití la posibilidad de insertarse plenamente en el sistema internacional, pese al rechazo que había despertado desde sus inicios la experiencia revolucionaria entre la mayor parte de las élites americanas y europeas de su época. El combate contra la esclavitud y el racismo fueron dos elementos profundamente disruptivos del orden que se estaba construyendo en el mundo atlántico en la primera mitad del siglo XIX y que sin embargo fueron el eje articulador de la política haitiana con el mundo exterior, más allá de la inestabilidad política que caracterizó sus primeras décadas de vida independiente. El desarrollo de la guerra y la Proclamación de la Emancipación por el presidente |“ A 150 años del fin de la Guerra Civil y 50 de la Voting Rights Act en Estados Unidos”| Web site: www.huellasdeeua.com.ar Facebook: https://www.facebook.com/huellasdeeua 79 La abolición de la esclavitud en los Estados Unidos -que fue seguida inmediatamente por Holanda para sus colonias en el Caribey el establecimiento de relaciones diplomáticas fueron hechos que garantizaban la independencia de la república. A diferencia del momento revolucionario, en el cual Haití se constituyó como una nación antiesclavista en un mundo donde la esclavitud había sido naturalizada y organizaba las relaciones políticas, económicas y sociales del mundo atlántico, luego de 1865 solamente en las posesiones españolas de Cuba y Puerto Rico y en el Brasil imperial la esclavitud seguía siendo una institución legalmente establecida. Pero más allá de la consolidación de la independencia y del establecimiento de vínculos con el resto del mundo atlántico, las formas en que Haití configuró esta intervención en la segunda mitad del siglo XIX la colocó en un lugar subordinado: en términos económicos sus intentos por revivir la economía de plantación se vieron frustrados por la pervivencia de la pequeña propiedad campesina y las dificultades para imponer formas de trabajo no libres, ambas herencias directas de la revolución social que abolió la esclavitud. En cuanto a los intentos haitianos por atraer inmigrantes afroamericanos, la última iniciativa se realizó en la década de 1860 mediante un acuerdo con el presidente Lincoln, pero la prohibición de emigrar impuesta por el gobierno de la Unión sobre la población negra en condiciones de prestar servicios en el ejército limitó severamente el proyecto en sus inicios y luego la falta de financiamiento y de supervisión por parte de la empresa colonizadora contratada por el gobierno norteamericano terminaron por liquidar el proyecto. Ya para fines del siglo XIX las organizaciones afroamericanas abandonaron definitivamente los proyectos de emigración y se concentraron en la lucha por la igualdad de derechos en Estados Unidos, abriendo una nueva etapa en el pensamiento y la acción política de la población negra que tendría profundas repercusiones a ambos lados del Atlántico. En términos políticos, la importancia estratégica que el gobierno de la Unión le atribuyó a Haití como llave del mar Caribe en un momento en que se estaba construyendo la hegemonía norteamericana en la región- volvió al país caribeño en blanco de presiones para obtener una plaza en la isla. El gobierno norteamericano intentó una vez finalizada la guerra prolongar su presencia en Cap Haïtien y hasta fines del siglo XIX fueron varios los intentos para obtener a perpetuidad una base militar en la costa septentrional de la isla, especialmente en el Muelle Saint Nicolas. Frente a las amenazas que pesaban sobre la integridad territorial de la república, en 1891 el cónsul norteamericano en Puerto Príncipe y dirigente de la comunidad afroamericana Frederick Douglass elevó una airada nota de protesta y presentó su renuncia a cargo. |“A 150 años del fin de la Guerra Civil y 50 de la Voting Rights Act en Estados Unidos”| Web site: www.huellasdeeua.com.ar Facebook: https://www.facebook.com/huellasdeeua 80 La trayectoria del propio Douglass, invitado por el gobierno haitiano en la década de 1860 para promover el conocimiento de esa experiencia emancipadora entre la comunidad afroamericana y crítico feroz de las presiones imperialistas sobre la república tres décadas más tarde, es un símbolo de como evolucionaron las relaciones entre los dos países que, a fines del siglo XVIII, iniciaron los procesos de emancipación americana. |“ A 150 años del fin de la Guerra Civil y 50 de la Voting Rights Act en Estados Unidos”| Web site: www.huellasdeeua.com.ar Facebook: https://www.facebook.com/huellasdeeua 81
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