CON T E NIDO 18 18 Foto: Chris Payne. 34 CENTRAL Moda sustentable: ¿el verde es el nuevo negro? Rodrigo de Alba ARTÍCULO Minería urbana, la pepena moderna y rentable del e-waste Cinthya Bibián 04 08 CONSUMO INTELIGENTE Valentina Pérez Botero OPINIÓN Entre el Black Friday, el Buen Fin y las Áreas Naturales Protegidas 38 39 Pablo Quadri Barba 10 15 16 C ASO DE É XITO Otontepec: la montaña sagrada Gerardo Lammers PA R A L I P Ó M E N O S El regreso de los animales prehistóricos Daniel Sánchez Poitevin SEMILL AS Dos problemas, una biosolución Elizabeth Palacios 40 46 48 OPINIÓN París bien vale una misa Fedro Carlos Guillén NUMERALIA ¿Blanca Navidad? Cintya Contreras P O R TA F O L I O S Un ojo mágico en el desierto Vesta Mónica Herrerías MIS PRIMEROS DESASTRES El día que no queden sujetos como yo J.M. Servín O B I T UA R I O Te extrañamos Tiro dorado (Skiffia francesae) Natalia Álvarez Este producto fue impreso en papel Domtar Lynx White FSC de 118 g, 100% sustentable. Cuenta con el certificado del Forest Stewardship Council, lo que garantiza el uso responsable de los recursos naturales con que se fabrica. Crónica Ambiental, año 2, No. 18, diciembre 2015, es una publicación mensual editada y publicada por Crónica Ambiental Medio Ambiente y Sustentabilidad, s.c. Chapultepec 540, interior 607, colonia Roma, delegación Cuauhtémoc, cp 06700, México, df. Teléfono 5514 1577. Editor responsable: Jorge Lestrade Sadurní. Número del certificado de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2014-060613205000-102. Número issn 2007-994x ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud de Título y Contenido No. 16543, ante la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas. Impresa en Servicios Profesionales de Impresión sa de cv. Mimosas 31, colonia Santa María Insurgentes, delegación Cuauhtémoc, cp 06430, México, df. Teléfono 5117 0100. Crónica Ambiental tiene un tiraje mensual de 5 000 ejemplares; esta edición terminó de imprimirse en diciembre de 2015. Distribución controlada por Grupo Metropolitan. Mollendo 1072, Residencial Zacatenco, delegación Gustavo A. Madero, cp 07369, México, df. Teléfono 6550 8567. El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de los autores y no refleja el punto de vista de Crónica Ambiental. Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial del material publicado sin consentimiento por escrito de Crónica Ambiental. COL A BOR A DOR E S RODRIGO DE ALBA Periodista independiente. Ha sido coordinador editorial de Complot, jefe de redacción de Rolling Stone y editor de Sky View. Sus textos han aparecido en medios de España, Chile y Estados Unidos. GERARDO LAMMERS Periodista cultural. Sus crónicas y reportajes han sido publicados en distintas revistas latinoamericanas. Autor de Historias del más allá en el México de hoy (Almadía. Producciones El Salario del Miedo, 2012). DIREC TORIO DIRECCIÓN GENER AL Bárbara Hernández Edgar Chahín DIRECCIÓN EDITORIAL Jorge Lestrade N ATA L I A Á LVA R E Z Estudió Biología en la unam. Cursó diplomados en Gestión Ambiental y Conservación de Aves Acuáticas y Humedales. Recientemente ha reunido su interés por la Biología y la Gastronomía coordinando proyectos relacionados con estos temas. C I N T YA B I B I A N Economista de profesión, dedicada al periodismo desde 2001. Actualmente cursa la maestría en Periodismo en el cide. Ha trabajado en las secciones de Negocios y Empresas de Reforma, El Economista, Milenio, Alto Nivel y Expansión. C I N T YA C O N T R E R A S Reportera de la fuente ambiental desde hace ocho años. Trabaja en Excélsior y Grupo Imagen. NICOL ÁS CORTE Egresado de la Escuela Activa de Fotografía y editor de fotografía de Publimetro. E L I Z A B E T H PA L AC I O S Periodista desde hace 20 años, especializada en negocios y estilo de vida. Consultora en marketing de contenidos y comunicación para emprendedores. Ha publicado en El Universal, BBC News, Esquire y Chilango. ceo y socia fundadora de la red de bienestar Wellness Around. VALENTINA PÉREZ BOTERO (COLOMBIA) Integrante de la Unidad de Investigación del periódico El Universal y columnista en Cuadernos Doble Raya. DA N I E L S Á N C H E Z P O I T E V I N Estudió Filosofía. Cofundador y editor de la revista La Peste. elinfiernoson.blogspot.com CO L U M N I S TA S elizabeth l. cline fedro carlos guillén pau l o q ua d r i b a r b a EDICIÓN Nora Torres P L A N E AC I Ó N E S T R AT É G I C A Gabriela Gutiérrez M. C O R R E C C I Ó N D E E S T I LO Israel Galina DIRECCIÓN DE ARTE Carolina Mendieta DISEÑO Stephanie Carreon Lorenzo Vera EDICIÓN DE FOTO Diego Treviño EDICIÓN WEB Pablo Ampudia D E S A R R O L LO W E B Víctor Lozano A D M I N I S T R AC I Ó N César Puerta Higuita j.m. servín ANTIMIO CRUZ Periodista desde 1988. Trabajó en los diarios Uno más Uno, Reforma y El Universal. Es cofundador de la revista Emeequis y está incluido en el Diccionario de escritores del siglo xx del Fondo de Cultura Económica. cronicaambiental.com.mx Crónica ambiental @cronicaambient Suscripciones: [email protected] CONSUMO INTELIGENTE POR VALENTINA PÉREZ BOTERO I @vpbotero Movilidad d e l ta m a ñ o d e u n a m a l e ta Lego r e d u c e s u i m pa c t o a m b i e n ta l La famosa marca de juguetes Lego ha hecho un anuncio categórico: durante los próximos 15 años invertirá 150 millones de dólares en el desarrollo de nuevos materiales. La noticia significa que los icónicos bloques constructores dejarán de ser de plástico (un derivado del petróleo) y comenzarán a ser elaborados con materiales de menor impacto ambiental. Para alcanzar la meta, la compañía —con sede en Dinamarca— construirá el Lego Sustainable Materials Centre, donde se desarrollarán investigaciones que permitan identificar materias primas amigables con el entorno. Ya no tendrás que preocuparte por dónde estacionar tu auto. Moveo es una pequeña motocicleta eléctrica que se dobla y queda del tamaño de una maleta de mano. Sus diseñadores, de origen alemán, lograron crear una scooter que puede recorrer hasta 70 kilómetros por carga, a una velocidad máxima de 45 kilómetros por hora, sin generar ningún gas contaminante. Se recarga en cualquier toma de corriente y la batería —que es removible— se llena por completo en apenas dos horas. moveoscooter.com lego.com 4 Agua se escribe con y Cuenta con la certificación usda Organic, y es una alternativa a las bebidas azucaradas. Thomas Arndt renunció a su trabajo como gerente de una marca de bebidas energéticas para echar a andar el que se ha convertido en su proyecto de vida: crear un jugo natural, saludable y orgánico, especial para niños. Después de tres años de esfuerzos e investigación, la bebida ya se vende bajo el nombre Y water. En la estantería de supermercados estadounidenses puede reconocerse por su forma, ya que el envase emula el juego de la matatena; de hecho, el empaque se puede reutilizar como juguete para evitar que se convierta de inmediato en basura. fuseproject.com Imprimir sin cables pa r a l l e v a r Todo lo necesario para tomar café cabe en la palma de la mano. Dos diseñadores coreanos —Jo Sae Bom y Jeong Lan— crearon un sobre de café instantáneo, llamado Cup Fee. Dicho producto busca optimizar el tiempo de preparación y reducir la generación de basura. Aunque todavía no entra en fase de comercialización, el prototipo ya está listo. Al abrir el sobre, el consumidor obtiene dos objetos: un recipiente para añadir agua caliente, donde ya se encuentra el café, y un pequeño revolvedor para mezclar. ¡Café en segundos! digitalramen.com TRABAJO ITINERANTE. La nueva era de las impresoras le apuesta a prescindir de tinta y electricidad. Es el caso de Tanning printer, una impresora que quema texto e imágenes en papel termosensible por medio de energía solar (calor), que es filtrada a través de un cristal reflector ubicado en la parte superior del aparato. Los diseñadores coreanos están perfeccionando la capacidad de almacenaje de energía y la sensibilidad térmica del papel. yankodesign.com 5 FOTOS: Cortesía de las marcas. Café Ideal para quien tiene un Ronroneos verdes Los amantes de los gatos ya cuentan con una alternativa de bajo impacto ambiental para deshacerse de las excretas y orines de sus mininos. A México llegaron dos marcas de arena que remplazan la tradicional —hecha de arcilla— y que, incluso, pueden tirarse directamente en el inodoro o ser utilizadas para elaborar composta. La firma Cats Best está fabricada con fibras vegetales, y Fresh News con papel reciclado. Ambas prometen ser buenas aglutinantes de líquidos y tener excelente control de olores. La evolución Cubre e ilumina: de la telefonía techo solar ¿Te imaginas que tu celular exigiera un refresco para funcionar? Este dispositivo, de la diseñadora china Deizi Zheng, propone cambiar las pilas de los teléfonos por biobaterías; es decir, mecanismos que generan energía a partir de materiales orgánicos. El prototipo, pensado para Nokia, se cargaría con los carbohidratos que contiene cualquier bebida azucarada. Una vez que el equipo beba la batería, sólo quedaría agua, y no habría desechos tóxicos. Los expertos que se encuentran trabajando en el proyecto calculan que el dispositivo tiene una vida tres o cuatro veces más larga que una batería convencional (hasta 10 años). La firma suiza SolTech Energy afirma que la tecnología debe ser “simple e ingeniosa”. Ambas características las tienen sus nuevas tejas que incorporan un eficiente sistema de captación de energía solar y que pueden instalarse en todo tipo de inmuebles. Están fabricadas con vidrio —en comparación con las tradicionales, que usan como materia prima plástico o barro—, para que los rayos solares lleguen directamente a los paneles ubicados justo debajo del techo traslúcido. El sistema asegura la máxima eficiencia en recolección de energía solar y una apariencia estética. soltechenergy.com daizizheng.com 6 Muebles La unidad ganó la categoría Emprendedores Sociales del premio CEMEX-TEC (2015), otorgado por el Tec de Monterrey. s u s t e n ta b l e s Desde el mínimo pliegue de una mesa de centro hasta las decoraciones de un banco, la firma mexicana Pirwi centra sus esfuerzos en ofrecer mobiliario elaborado con procesos respetuosos con el entorno y, por éste, entiende no sólo la elección de los materiales —maderas sustentables y pegamentos no tóxicos—, sino también la eficiencia en el uso de recursos (agua y electricidad) en su oficina. La marca, lanzada al mercado en 2007, asegura que una de sus metas es ser “una herramienta eficaz de regeneración social y ambiental”. Sus piezas ya están en más de 120 tiendas de todo el mundo. Barrer pirwi.com c o n b i c i c l e ta s Han sido expuestos y galardonados en bienales de diseño como el International Design Award de Japón. Dos jóvenes tapatíos diseñaron una barredora mecánica que, sin usar combustible, puede limpiar una superficie de hasta cinco kilómetros cuadrados en una hora. El invento consiste en una bicicleta equipada con un complejo sistema de cepillos y un centro de almacenaje con capacidad de hasta 300 kilos de desechos. En septiembre de 2015, Barretec fue catalogado, por los Premios Latinoamérica Verde, como uno de los 500 mejores proyectos socioambientales de América Latina. Su principal funcionalidad es la rápida y económica limpieza de plazas, parques y banquetas. Barretec 7 OPINIÓN Entre el Black Friday, el Buen Fin y las Áreas Naturales Protegidas POR PAULO QUADRI BARBA* I @paulo_quadri H ace algunas semanas, en Estados Unidos tuvo lugar el ya famoso e infausto Black Friday (Viernes Negro) —que en México ha sido imitado con el nombre del Buen Fin. A lo largo de un solo día, millones de personas se lanzan con ímpetu y determinación a comprar incontables cantidades de productos (bienes privados) de miles de compañías y marcas. No obstante, este año destaca el caso de una empresa que decidió, contra toda espectativa, cerrar sus puertas justamente durante el viernes negro (y todo el fin de semana) para promover un bien público en lugar de sus propios bienes privados. Se trata de REI, compañía que se dedica a la producción, distribución y venta de productos para campismo, montañismo y actividades recreativas al aire libre. La firma empleó los medios para incitar a sus clientes a salir a los grandes outdoors (áreas naturales) de Estados Unidos y disfrutar de sus innumerables e incomparables bienes y servicios. Lo que es de reconocerse es que la empresa no pierde al cerrar sus puertas, al contrario. Al igual que el resto de las compañías y marcas vinculadas con la gigantesca industria de la recreación al aire libre de aquella nación norteamericana, REI sabe muy bien que la materia prima fundamental de su sector no son los textiles ni los plásticos, sino los paisajes, bosques, lagos, ríos, flores, aves, mamíferos, volcanes y demás elementos que conforman el patrimonio natural de su país. Más aún, también saben que es igual de importante el contexto institucional en el cual todos estos elementos están envueltos; es decir, la conservación a través de sus parques y bosques nacionales, los servicios de alta calidad gracias a esquemas público-privados, la seguridad y tranquilidad que brindan a los usuarios cuerpos especiales de policía y guarda- 8 parques y la integración ciudadana a través de foros de participación y programas para miles de voluntarios. Gracias a este binomio, la cultura de los outdoors está profundamente arraigada en amplios sectores de la población estadounidense, que disfruta y defiende intensamente el derecho a su patrimonio natural y, por tanto, es un agente central de la política de conservación norteamericana. Sin embargo, el interés comercial y ciudadano va más allá de la industria nacional e internacional, y de los millones de usuarios domésticos y extranjeros. Las comunidades locales son, al mismo tiempo, actores esenciales y beneficiarios primarios de esta prolífica asociación entre naturaleza y patrimonio. La clave del éxito de este binomio parece ser la propiedad pública de la tierra. La propiedad pública es la única institución que verdaderamente otorga el carácter de patrimonio nacional a un conjunto determinado de elementos naturales (montañas, lagos, pastizales), responsabilizando al Estado y garantizando el acceso a todos los ciudadanos. Por si fuera poco, la propiedad pública también genera beneficios económicos imposibles de crear bajo cualquier otro tipo de propiedad. Por ejemplo, en el Oeste rural estadounidense se ha detectado un incremento promedio de 436 dólares en el ingreso por cada 4 000 hectáreas de tierras públicas federales dentro de un condado (municipio) —headwaterseconomics.org. Es decir, a mayor superficie bajo propiedad federal, mayor es el ingreso de las personas. Esto ocurre, esencialmente, porque se promueve la formación de compañías y actividades económicas cuyo acceso y bienestar no depende de que los empresarios sean necesariamente propietarios de la tierra, lo que evita la exclusión de cualquier persona física o moral que desee participar y, por tanto, fomenta la competencia por la calidad de los servicios. Cuando la propiedad pública se combina con una adecuada regulación (económica y ecológica), y con la provisión de se- guridad del Estado, es cuando la conservación y el desarrollo económico se vuelven realmente posibles y compatibles. En cambio, en México no tenemos REI ni ningún tipo de industria o cultura desarrollada en materia de recreación al aire libre. Tampoco existe alguna clase de aumento en el ingreso de las personas debido a la presencia de áreas naturales protegidas (anp). ¿Por qué? Porque cerca de 97% del territorio mexicano está en manos privadas (individual o colectivamente) y ni los gobiernos ni las fuerzas conservacionistas consideramos esta condición como un problema serio de gobernanza, desarrollo económico y conservación. De hecho, llama la atención que después de décadas de no obtener beneficios económicos locales compatibles con la conservación y con la nueva manía de ponerle precio a todos los ecosistemas y especies del país, no se esté pensando en formular una estrategia alternativa. En México, durante el Buen Fin —e igual que en Estados Unidos—, abarrotamos las tiendas departamentales… Queremos comprar y comprar (este año predominó la adquisición de pantallas planas). En el mejor de los casos, el dinero circula en cantidades abrumadoras, aunque igual de abrumadoras son las deudas aquiridas por los consumidores; en este contexto, resultan urgentes estrategias que promuevan el turismo de naturaleza, las actividades al aire libre, y el aprovechamiento responsable de nuestras anp. * Maestro en Gestión Ambiental por la Universidad de Yale y maestro en Estudios Ambientales por la Universidad California Santa Cruz, donde actualmente es candidato a doctor especializado en Ciencias Políticas para la Conservación y Gestión del Territorio. Becario del Conacyt y miembro del Instituto de Recursos Tropicales de la Universidad de Yale. OPINIÓN 9 Entre el Black Friday, el Buen Fin y las Áreas Naturales Protegidas CASO DE ÉXITO OTONTEPEC LA MONTAÑA SAGRADA POR GERARDO LAMMERS 10 Las declaraciones de protección de un área natural no bastan. El caso de la Reserva Ecológica Sierra de Otontepec, en el Norte de Veracruz, un pequeño bosque mesófilo habitado por felinos, venados y jabalíes, lo mismo que encinos, cícadas y helechos arborescentes, ilustra cómo la conservación debe, necesariamente, estar ligada al desarrollo de las comunidades locales. Sin economía no hay ecología. L Por sus senderos, a la sombra de helechos arborescentes, encinos centenarios y cícadas —plantas parecidas a las palmas que datan de la época de los dinosaurios—, transitan cuatro especies de felinos salvajes mesoamericanos: jaguarundis, tigrillos, ocelotes y pumas. La Sierra de Otontepec es también morada de tlacuaches, conejos, armadillos, osos hormigueros, jabalíes y venados, así como de gallinas de monte, cojolites —ave sagrada para los nahuas, parecida a los pavos salvajes— y tucanes pico arcoíris. Para los que han tenido el privilegio de recorrer estos parajes, declarados Área Natural Protegida por el estado de Veracruz en 2005, es un enigma cómo es que en una extensión tan reducida puede habitar tal cantidad de especies, algunas en peligro de extinción. FOTOS: Cortesía de la Fundación Pedro y Elena Hernández. a Sierra de Otontepec, en la Huasteca Alta veracruzana, es una montaña infranqueable que emerge de la llanura costera. La altura que alcanza —1 320 metros sobre el nivel del mar— y sus intrincadas pendientes cubiertas de vegetación han permitido que esta región (que alguna vez fuera rica en petróleo) llegue a nuestros días prístina y rebosante de vida, como recordatorio de que la montaña es uno de los símbolos del lugar donde se encuentran el cielo y la tierra. Diversas comunidades habitan en los alrededores de esta cordillera —con una superficie de 15 000 hectáreas— que desde las alturas parece un islote, entre la Sierra Madre Oriental y el Golfo de México, y que se mantiene como una insólita reserva, no sólo de agua —Otontepec surte al menos 17 municipios, así como al río Tancochín, que desemboca en la laguna de Tamiahua, la tercera más grande del país—, sino de notables variedades de plantas y animales, tantas como días tiene el año. Uno de ellos es Jorge Chagoya, médico veterinario originario de Poza Rica, que hace tiempo vive y trabaja en este lugar. Refiriéndose a la gente de los alrededores, dice: “Ellos ya se dieron cuenta de que son ricos en recursos naturales. Ya lo valoraron, ya lo interiorizaron, pero también saben que son pobres porque no pueden ocupar algunas de sus tierras para la agricultura y la ganadería porque allá arriba viven animales. ¿Qué hacemos entonces?, me preguntan”. “Las comunidades quieren muchas cosas”, dice la bióloga Rosa Esteban Santiago, quien también vive en la zona. “Necesitamos emprender proyectos productivos que no sean a corto plazo, para que las personas generen ingresos y vean los procesos”, explica esta nativa del municipio vecino de Chontla que, además del español, habla penek (lengua huasteca) y náhuatl. Desligar esta riqueza de los servicios ambientales que Otontepec ofrece a una región que se extiende hasta la costa, sería injusto. Así como lo sería no hablar del afecto que las personas —los veracruzanos— sienten por su tierra. Es el caso de Pedro Hernández Maldonado, quien, durante los 80, fuera presidente municipal del puerto de Tuxpan. Transmitido de padres a hijos, el amor por la tierra y la plena conciencia de que la conservación de la naturaleza no es posible sin el desarrollo de las propias comunidades, se ha materializado en las operaciones de la Fundación Pedro y Elena Hernández, creada por Bárbara Hernández (hija de Pedro), en 2002, que centra sus esfuerzos en la exploración, conocimiento y valoración de dicho santuario. Habitantes de la Sierra de Otontepec desasolvan los canales con la intención de conectar la laguna principal con las lagunas internas del manglar, y así incrementar los niveles de pesca en estos cuerpos de agua. 12 En octubre, el proyecto de la Fundación Pedro y Elena Hernández obtuvo el Premio al Mérito Forestal 2015 en la categoría Organizaciones de la Sociedad Civil. En su oficina de la Ciudad de México, Alberto Labastida, economista con especialidad en Finanzas y director de esta organización, evoca la primera vez que viajó a la Sierra de Otontepec. “Cuando me iba acercando, pensé que se trataría de una llanura costera veracruzana como muchas otras. Pero al llegar, descubrí un gran macizo cubierto de nubes. Pasé de zonas ganaderas, difíciles de transitar porque suelen ser muy húmedas, a una barrera casi infranqueable de vegetación. Y de la luz a la sombra total, pues Otontepec está cubierto de árboles de selvas medianas, bosques tropicales y bosques mesófilos. Árboles que no permiten el paso del Sol. Se trata de un sistema complejo lleno de vida, de ruidos, de agua. La palabra que utilicé desde el primer día fue Shangri-lá (es decir, paraíso terrenal): la naturaleza que se hizo de fuerzas extraordinarias para levantar una montaña y aislarse de los seres humanos. Es un lugar fantástico”. A partir de su incorporación, en 2007, una de sus principales tareas, aunque parezca extraño, ha sido la de hacerse preguntas, y la de construir un equipo interdisciplinario con profesionales provenientes de las ciencias duras y las sociales. “En ciencia —dice— todo parte de hacer las preguntas correctas”. ¿Cuáles son los nuevos paradigmas que se están validando en el quehacer ambiental en el mundo?, y ¿qué puede hacer una fundación considerando que, por definición, los recursos son limitados? La primera pregunta conduce a la Escuela del Paisaje, corriente teórica que entiende al territorio como un todo, como la suma de fac- tores biofísicos y socioeconómicos, y a las necesidades del ser humano como el factor clave en la modificación del entorno. A diferencia de lo que podría ser una visión conservacionista del ambientalismo, que plantea que las reservas naturales deben ser espacios intocables —una vuelta imposible al Paraíso—, esta forma de pensar —fundamento teórico para Labastida y su equipo— incorpora la declaración de la Cumbre de la Tierra, organizada por la Organización de las Naciones Unidas (onu) en Río de Janeiro en 1992, en la que se reconoce que las personas constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sustentable. La segunda pregunta conduce a Otontepec. “El territorio se puede dividir de muchas maneras: en la Fundación lo dividimos a partir de cuencas hidrológicas”, explica Labastida. En un principio, se pensó en atender la cuenca del río Tuxpan, que comienza en Puebla e Hidalgo, a 3 000 metros de altura, y termina en la ciudad del mismo nombre, en el Golfo de México, en Veracruz. Resultaba inmanejable. Dieron entonces con una subcuenca a la medida de sus posibilidades: la del río Tancochín, que nace en la Sierra de Otontepec y abarca hasta el sistema de manglares de la laguna de Tamiahua, donde el agua dulce se mezcla con la del mar. “Lo más complejo es ponerte de acuerdo con los propietarios de la tierra sobre cómo se ven a sí mismos hoy y cómo se ven en el futuro, y a partir de la construcción de acuerdos, modificar el paisaje; es decir, modificar las ac- tividades económicas. Este es en esencia el trabajo que hacemos: trabajar con los dueños de la tierra y con las comunidades, en el diseño de actividades posibles en el territorio que nos interesa proteger. Es ingeniería social, que es la más compleja y la que mayor delicadeza en la punta de los dedos requiere”, dice. El objetivo es identificar la biodiversidad del lugar y, así emprender estrategias de protección y conservación. El proyecto lleva por nombre Organización comunitaria para lograr la conservación de la biodiversidad de los bosques del Área Natural Protegida Sierra de Otontepec, y está cofinanciado por el Fondo Ambiental Veracruzano, la Secretaría del Medio Ambiente de Veracruz y, claro, la propia Fundación Pedro y Elena Hernández. Jorge Chagoya es el encargado de aterrizarlo. Al teléfono, desde la estación de campo, sostiene que, hasta el momento, han formado seis brigadas comunitarias integradas por 30 ejidatarios de San Nicolasillo, Citlaltépetl, Adolfo López Mateos, Tancoco y Apachicruz, que rodean la región. El trabajo de estas brigadas consiste en subir la montaña cada dos semanas y hacer recorridos, equipadas con geoposicionadores para instalar cámaras trampa de fotografía y video que detecten la presencia de animales, así como para hacer registros de avistamientos y detección de evidencias, tanto de animales como de plantas y árboles. El objetivo es identificar la biodiversidad del lugar y, así, emprender estrategias de protección y conservación. observación=protección El empleo de las cámaras trampa ha permitido identificar la presencia de una considerable riqueza natural en la Sierra de Otontepec. 18 especies de mamíferos, de las cuales cinco se encuentran en peligro de extinción. Es el caso del ocelote (Leopardus pardalis), oso hormiguero (Tamandua mexicana), viejo de monte (Eira barbara) y tigrillo (Leopardus wiedii). 30 especies de plantas fanerógamas, entre las que destacan las cícadas (Zamia furfuracea) y varias especies de orquídeas (Brassavola cucullata, Prosthechea cochleata, Isochilus bracteatus y Encyclia mariae). Seis especies de plantas que no producen semillas, como el helecho arborescente (Nephelea mexicana). 13 13 especies de aves, tales como cojolite (Penelope purpurascens), tucán pico arcoíris (Ramphastos sulfuratus) —ambas, en peligro de extinción—, y gallina de monte (Crypturellus cinnamomeus), sujeta a protección especial. Además, el proyecto contempla que a todos estos brigadistas se les pague por ello el equivalente a un jornal de trabajo. “Estas personas tienen una habilidad especial para interpretar la montaña”, dice Chagoya, y agrega: “los animales no andan en el bosque por todos lados; andan como nosotros andamos por las calles: por senderos donde pueden transitar con rapidez”. Cuando el equipo regresa, sistematiza toda la información recabada y hace mapas, mismos que presentan a las asambleas de sus ejidos. De esta forma, comparten el conocimiento con sus comunidades y la gente se va dando cuenta de lo que tienen allá arriba, en los bosques tropicales de encino y en los bosques mesófilos de montaña. A la par, se trabaja con los ejidos en la gestión de proyectos productivos, compatibles con la conservación de la sierra. Éstos son: Ejido Proyecto Adolfo López Mateos San Nicolasillo Citlaltépetl Sembradíos de café y papatla (planta cuyas hojas se usan para hacer tamales) Tancoco Entre todos los logros conseguidos —como el Premio al Mérito Forestal 2015—, la bióloga Rosa Esteban Santiago destaca uno en particular: la confianza de los lugareños. Ella es la encargada de capacitar a los brigadistas, algunos de los cuales no han aprendido a leer ni escribir, y de acompañarlos en sus expediciones a la montaña. “Estas personas han entendido lo importante que es cuidar los recursos que tienen. Antes no conocían qué especies habitaban el territorio, hoy lo conocen y participan de forma activa en su conservación”. Reaparece así el símbolo de la montaña. Mexicanos como los que habitan la Sierra de Otontepec hacen posible que la vida siga descendiendo de ella. Cultivos de vainilla (planta típica de la región, que en los últimos años ha disminuido hasta casi desaparecer). Apachicruz Plantaciones de hortalizas. Hasta el momento, todos los proyectos se encuentran en la fase de consolidación y consecución de recursos. Paneles solares han sido instalados en la región a fin de abastecer de energía a los inmuebles de los alrededores. Los logros Trabajo en equipo con la Comisión Nacional Forestal (Conafor) que se tradujo en la desembocadura del río Tanochín en la Laguna de Tamiahua. Construcción del jardín botánico Elena Ramírez Saldamando, que integra una colección de 150 especies (algunas en peligro de extinción). Instalación de cerca de 350 ecotécnicas, principalmente paneles solares, letrinas secas, estufas ahorradoras de leña y turbinas eólicas en las cercanías de San Juan Otontepec. A través de la construcción —en 2010— de la estación de campo Sierra de Otontepec ha sido posible: recibir turistas nacionales y extranjeros e impartir cursos de capacitación ambiental. Coordinación con la Universidad Veracruzana (campus Tuxpan), con el Fondo Ambiental Veracruzano y con el Fondo Ambiental Golfo de México. OPINIÓN 14 Otontepec: la montaña sagrada POR DANIEL SÁNCHEZ POITEVIN I @Dapoitevin D erivado del asombroso resultado de la reintroducción del lobo en el parque nacional Yellowstone en 1995, se supo con certeza que los grandes carnívoros benefician enormemente el entorno donde habitan. Este mamífero controló la población de ciervos, mismos que, al no tener depredador, acababan con la vegetación del sitio y desertificaban los suelos. Que los ciervos huyeran de los lobos permitió que estos espacios se regeneraran por completo y que crecieran bosques alrededor, que atrajeron fauna como aves, castores, zorros y tejones, entre otros. Sin la intervención humana, el ecosistema se restableció de forma sorprendente. El rewilding —resalvajismo, renaturalización— supone dejar que el entorno se regenere a través de la introducción de grandes carnívoros y herbívoros —osos, castores, jabalíes, caballos— en grandes extensiones de tierra, usualmente abandonadas por los pastores y campesinos, lo que provoca el restablecimiento de la cadena alimenticia de uno o varios ecosistemas. Esta noción da paso a lo que el escritor y periodista ambiental George Monbiot (Londres, 1962) llama reinos encantados, la posibilidad de traer paisajes prehistóricos al presente. En su libro Feral, sobre el rewilding, Monbiot propone que se restituyan especies extintas al punto de traer de nuevo la megafauna que coexistía con los seres humanos hace miles de años: perezosos gigantes, armadillos de dimensiones automovilísticas o los enormes bisontes que vemos pintados en cavernas. Por fantástico que suene, estos proyectos ya se llevan a cabo en varios países, están teniendo resultados, y sus proyecciones son muy alentadoras. El Parque Pleistoceno, ubicado en la región de Siberia, en Rusia, cuenta con una estación en la que hasta 50 científicos trabajan en la regeneración de un mamut, a partir de las células que han rescatado de los especímenes congelados. El proyecto busca recrear ecosistemas —y a sus habitantes— de hace 10 000 años, y acoge en sus 150 hectáreas a bisontes, caballos, alces y otras especies. En sitios como Gran Bretaña, la iniciativa Rewilding Europe lleva a cabo un proyecto para reintroducir el lince, desaparecido hace 1 200 años de la región, y otro para poblar áreas con osos; en España, el Proyecto Taurus quiere traer del pasado al uro asiático, el antepasado de todos los toros, y cuya población halló su extinción en el siglo xv debido a la cacería. Se intentará llegar al eslabón perdido empleando razas de ganado actuales con una gran carga genética de sus ancestros. A la vez, en Holanda y Alemania se han combinado razas para que regresen los caballos salvajes, el tarpán europeo, extinto, también por la cacería, en el siglo xviii. Este concepto que funge como máquina del tiempo y que pondera la introducción de especies que habitaron zonas de la Tierra hace miles de años, cuestiona también la premisa según la cual las especies invasoras son dañinas en cualquier caso, como elefantes y camellos en América, en Europa. El rewilding sueña en grande, y aunque ha encontrado críticas que sostienen que más allá de traer animales extintos deben protegerse los que existen, su premisa es que la restauración efectiva de un ecosistema se logra poniendo a grandes depredadores y herbívoros en libertad, en grandes extensiones; no se trata de proteger, sino de restituir. Y está funcionando: se utiliza la evolución de modo inverso, para que los descendientes traigan de vuelta a los ancestros. El concepto de conservación que conocemos envejece. 15 PARALIPÓMENOS El regreso de los animales prehistóricos SEMILLAS DOS PROBLEMAS, UNA BIOSOLUCIÓN FOTOS: Miguel Malo para BioSolution. POR ELIZABETH PALACIOS I @elipalacios Ana Laborde fundó BioSolutions en 2010, seis años después de que conociera los bioplásticos en Francia. Se propuso crear un biopolímero que no estuviera hecho de fuentes alimenticias —como se hacían, entonces, a partir de maíz y papa—. Después de que todo el mundo le dijo que no era posible, lo consiguió. 16 A na Laborde se entusiasmó con el boom de bioplásticos en Europa, mientras estudiaba una maestría en Negocios Internacionales en Francia, hace 11 años. Allá supo que existían empresas dedicadas a reducir el uso de polímeros en la fabricación de envases plásticos, al sustituir los derivados del petróleo por fibras vegetales provenientes, principalmente de la papa o el maíz. La posibilidad de desarrollar esa tecnología en México se fijó en su mente, aunque la confrontaba —recuerda— con un dilema ético: emplear fuentes de alimentación (como el maíz o la papa) para la fabricación de biopolímeros, en un país donde 18.2% de la población enfrenta pobreza alimentaria (incapacidad para acceder a la canasta básica alimentaria, aún si se gastara todo el ingreso del hogar en ello), según con el Consejo Nacional de Evaluación de Desarrollo Social (Coneval). Decidió que tenía que encontrar una alternativa. La solución pareció llegar mientras tomaba un tequila en compañía de su padre: “¿Y si el desecho de agave pudiera utilizarse como insumo para crear biopolímeros?”. El pensamiento rondó la cabeza de Laborde durante meses. De conseguir su propósito, Laborde ayudaría a paliar dos problemas: el de la contaminación por plásticos derivados del petróleo que tardan hasta 500 años en degradarse, y el del manejo del desecho agroindustrial de agave (bagazo), del cual se generan 648 000 toneladas al año en México, de acuerdo con la Unidad de Materiales del Centro de Investigación Científica de Yucatán. En 2009, Laborde obtuvo el Premio Domos al Emprendimiento Verde por su proyecto, reconocimiento que iba acompañado con 46 000 dólares, capital semilla para financiar la investigación y desarrollo de su producto en un laboratorio. En el laboratorio contratado, los expertos intentaron desalentarla, le aseguraron que la hipótesis de obtener un biopolímeros del agave era imposible. Pero los resultados dieron la razón a la emprendedora. Con el trámite de la patente iniciado en 2010, Laborde tocó las primeras puertas de posibles clientes, pero el mercado fue más rudo que los expertos del laboratorio: las empresas transformadoras de plástico no mostraron interés en adquirir su producto, entre 15% y 30% más caro que los polímeros derivados del petróleo. Los biopolimeros de BioSolutions están constituidos en 40% por bagazo de agave. Esto la obligó a replantearse la estrategia comercial y reenfocar la mirilla hacia empresas socialmente responsables. Entre sus clientes están: 3M y Fagro Alimentos. “El producto está listo para el mercado, es el mercado el que aún no está preparado para recibir los biopolímeros”, enfatiza Laborde. Sin embargo, bajar los costos de producción aún es un tema pendiente para que el mercado de los bioplásticos detone en México, considera Rubén Muñoz, director de Medio Ambiente, Seguridad e Higiene de la Asociación Nacional de la Industria Química (aniq). El presente es esperanzador para BioSolutions, que es una empresa con apuesta a futuro. De acuerdo con sus cifras, en 2015 su producción creció 80% con respecto a 2014, y su planta tiene capacidad para fabricar hasta 500 toneladas de biopolímeros anuales. El futuro para Laborde luce verde y con aroma de agave. SEMILLAS Dato de impacto ambiental Tan sólo en México, se producen alrededor de 9 000 millones de botellas de pet, que representan casi una tercera parte del total de la basura doméstica generada cada año. Aproximadamente 90 millones de esas botellas son lanzadas a las vías públicas, bosques y playas. 17 DOS PROBLEMAS, UNA BIOSOLUCIÓN CENTRAL 19 De las pasarelas, al armario… Del armario, al basurero; el costo de estar a la moda —o intentar estarlo— no sólo es monetario, también es ambiental. Sin embargo, cada vez son más las marcas de ropa a nivel mundial preocupadas por reducir su impacto negativo en el entorno, y están entendiendo que si quieren sobresalir entre la competencia, la única vía es implementar acciones sustentables es sus procesos de producción. Por fortuna, estamos ante una tendencia a la alza. El verde es el nuevo negro. 20 El fotógrafo Chris Payne ha dedicado los últimos cinco años a recorrer antiguas fábricas textiles a fin de destacar y reconocer la labor artesanal de sus trabajadores. En la imagen: Fábricas de tejido en Fall River, Massachusetts. I Foto: Christopher Payne. O scar Wilde dijo: “Después de todo, ¿qué es la moda? Desde el punto de vista artístico, una forma de fealdad tan intolerable que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses”. El escritor se refería a una práctica que hasta hoy mantienen las casas de alta costura, es decir, presentar cada año únicamente dos colecciones, primavera-verano y otoño-invierno. No hace falta más y hasta se entiende, pues citando a otro de los grandes nombres de la Haute Couture, Yves Saint Laurent, “Un buen diseño puede soportar la moda de 10 años”. Lamentablemente, las creaciones de los grandes ateliers sólo son accesibles para un reducido número de compradores. Entonces, cómo es posible que mientras los diseñadores de renombre presentan apenas dos temporadas, en el mundo hoy se compre 400% más ropa que hace dos décadas, y se produzcan hasta 80 000 millones de prendas al año, como señala el director Andrew Morgan en su documental The True Cost (2015), o que en las grandes cadenas minoristas la rotación de prendas sea de una velocidad tal que se traduzca en 50 “microtemporadas” al año, como apunta la escritora británica Lucy Siegle en su libro To die for: Is fashion wearing out the world? (2011). La respuesta es sencilla: la industria de la moda responde a la demanda de la sociedad de consumo, una que no entiende la moda como lujo, como algo atemporal y durable, sino en la lógica del “úsese y tírese”, justo como ocurre con los aparatos electrónicos. Es por esto que, como cualquier industria, la de la ropa tiene múltiples repercusiones sociales, económicas y, por supuesto, ambientales. Hoy en el mundo se compra 400% más ropa que hace dos décadas, y se producen hasta 80 000 millones de prendas al año. Fast fashion: un concepto clave Es un hecho: nos tenemos que vestir. ¿A la moda?, ¿por qué no? Pero… La Real Academia Española (rae) define la moda como el “uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país, con especialidad en los trajes, telas y adornos, principalmente los recién introducidos”. El problema es que esta introducción de tendencias, para estar “al último grito”, se da una velocidad vertiginosa; hablamos del fenómeno llamado fast fashion (moda rápida). Fashion Theory The Journal of Dress Body & Culture, una revista académica de análisis de la moda, publicó el estudio Fast Fashion, Sustainability, and the Ethical Appeal of Luxury Brands, en el que explica el fenómeno de la moda rápida. Así, sostiene que ésta se da cuando, lo más pronto posible, los minoristas llevan a sus tiendas las propuestas de alta costura que se presentan en las semanas de la moda1 para crear tendencias. Para ello, la ropa se tiene que 1 Una vez al año, Nueva York, Londres, Madrid, Milán y París son sedes de los mayores desfiles de moda, en los que los diseñadores de mayor prestigio a nivel mundial exhiben sus propuestas en cuanto a colores, materiales y formas se refiere. 22 manufacturar a alta velocidad y a bajos costos; entonces, el consumidor está en posibilidad de adquirirla. Esto último es clave: por su precio accesible, comparada con las marcas de lujo, los clientes creen que están comprando ofertas. A dicho proceso, debemos sumar la rotación de prendas, que eternamente hace sentir a los consumidores fuera de tendencia, por lo que vuelven por más. El concepto fast fashion se introdujo en los 90, y las marcas referente son Zara, H&M, Mango, Forever 21, Asos, Primark, C&A y Topshop. Estas empresas han contribuido a la “democratización de la moda”, pero también han sido responsables que de la calidad hayamos pasado a la cantidad… y de ahí al desperdicio. 1 tonelada de fibra textil requiere 120 m3 de agua limpia. 40% de la producción textil mundial se basa en la fibra de algodón. Un consumidor promedio en Estados Unidos o en Europa tira 30 kilos de ropa al año. Al menos, 20% de los vertidos químicos tóxicos Una prenda de algodón tarda en degradarse que reciben ríos y mares proviene de la industria de la moda a nivel mundial. entre 3 y 5 años. La producción anual global de algodón consume 210 000 millones de m3 Al año, en nuestro país se generan hasta 587 millones de toneladas de agua y contamina otros 50 000 millones de m3. de residuos textiles. 23 Fábrica de hilos S&D en Millbury, Massachussets. La huella ambiental La moda rápida no es sustentable: la sobreproducción de prendas se traduce en contaminación a varios niveles. El primero y más obvio es el bajo costo de producción que significa mala calidad, por lo que la ropa acaba en la basura después de unas cuantas puestas. Lucy Siegle encontró que en el mundo “cada año dos millones de toneladas de desperdicios textiles terminan en los basureros”. Hay que hablar también de la materia prima de la moda: la tela. Después de la agricultura, la industria textil se considera la segunda más contaminante. De acuerdo con el Banco Mundial, 20% de la contaminación del agua en el mundo es achacable a la producción de textiles, mientras que el Instituto para la Comunicación Sustentable (con sede en Nueva York) apunta que tan sólo en el proceso de teñido de las telas se emplean hasta 72 químicos tóxicos. De hecho, el estudio de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo Contaminación generada por colorantes de la industria textil, lo explica así: “Las aguas residuales que se producen (en esta industria) contienen un gran número de contaminantes de diferente naturaleza. Entre los contaminantes se destacan los colorantes. Estos compuestos se diseñan para ser altamente resistentes, incluso a la degradación microbiana, por lo que son difíciles de eliminar en las plantas convencionales de tratamiento”. El estudio nos da este ejemplo: “Se ha reportado que el tiempo de vida media del colorante azul 19 (el color de la mezclilla) es de 46 años”. Los responsables del estudio señalan también que en los efluentes —aguas residuales— textiles es común encontrar metales como arsénico, cadmio, cromo, cobalto, cobre, manganeso, mercurio, níquel, plata, titanio, zinc, estaño y plomo. En México esto se puede constatar en el río Atoyac, que cruza Puebla y Tlaxcala. Un análisis realizado en conjunto por la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), la Universidad Autónoma Metropolitana (uam) y el Instituto Nacional de Pediatría concluyó que a lo largo de este cauce (y en el que se asientan varias industrias dedicadas a la producción de mezclilla), entre los pobladores de siete localidades se han encontrado modificaciones celulares que potencian enfermedades tales como asma, leucemia y cáncer. Además, la industria textil consume enormes volúmenes de agua. De acuerdo con una investigación de la Universidad Politécnica de Madrid, se necesitan entre 2 130 y 3 078 litros de agua para fabricar un par de jeans; esta cantidad es demandada principalmente para el riego de algodón. No olvidemos que fue precisamente la obsesión de la ex Unión Soviética por convertirse en el primer productor mundial de algodón, la que causó uno de los mayores desastres ambientales ocurridos en la historia reciente: la desaparición del mar de Aral, al desviar los ríos que alimentaban al que fuera el cuarto lago más grande del mundo para regar los campos algodoneros. Por otro lado, es indispensable destacar las implicaciones de mover enormes volúmenes de mercancías; la materia prima se transporta de sus países de origen a los centros de maquila de China, Bangladesh o Turquía, para después ser llevada a tiendas alrededor del mundo. Según el estudio Considering the Economic, Environmental, and Social Impacts of the Global Textiles Industry, del Massachusetts Institute of Technology, más de dos terceras partes de la industria del vestido implican algún tipo de importación; 60% de las prendas que se compran en el mundo fueron manufacturadas en el sureste asiático, y de esta producción también 60% se consumirá en Europa, Estados Unidos, Canadá y Japón. Por esto, tan sólo el transporte representa más de 1% de la huella de carbono de la industria de la moda. En los efluentes textiles es común encontrar arsénico, cadmio, cromo, cobalto, cobre, manganeso, mercurio, níquel, plata, titanio, zinc, estaño y plomo. El último grito de la moda Como se señala en el documental The True Cost, el actual esquema de la industria de la moda —y sus implicaciones— ya es insostenible, pero en un mundo globalizado, ¿la moda puede disminuir su impacto?, ¿de quién son responsabilidad los daños ambientales de este sector, de las marcas o los consumidores? Y si a mí me gusta la moda, ¿debo renunciar a ella ante un panorama tan desolador? Al parecer, la respuesta —irónicamente— está en las mismas dinámicas que rigen este mundo: las tendencias; y una que está muy de moda, es la de las marcas ecofriendly (amigables con el entorno). Frederic Godart, profesor de Comportamiento Organizacional en la Escuela de Negocios y Centro de Investigación Institut Européen d’Administration des Affaires (de París), declaró en una entrevista al diario ABC de España que la industria de la moda está perdiendo alcance precisamente por los cuestionamientos éticos y ambientales que se le hacen. El experto considera que para que “siga en boga y pacificar a sus detractores”, por fuerza debe volverse sustentable, aunque también aclara que “cambiar el status quo presentaría serios desafíos”. Godart propone en primer lugar la introducción del concepto slow fashion (moda lenta); después, usar materiales que tengan una menor huella ambiental y, por último, que se regule el sector, ya sea por parte de los gobiernos o la misma industria. Marcas deportivas M Por Antimio Cruz En 1990, Nike puso en marcha el programa Reusa tu zapato, a través del cual recupera el material de calzado viejo y lo emplea para fabricar suelos de canchas deportivas. Hasta la fecha, ha reciclado 25 millones de tenis. La firma también adquirió y envió a sus proveedores la iniciativa H2O Insight Water Tool, para rastrear indicadores de calidad, cantidad y eficiencia en uso de agua. Además, este gigante con presencia en más de 160 países, fundó e impulsó la Coalición para una Industria del Vestido Sustentable (Sustainable Apparel Coalition), integrada por empresas, organizaciones no gubernamentales y por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. 28 ¿Lo anterior suena utópico? No necesariamente; así como las tendencias las marcan los grandes nombres de la moda para después ser masificadas, de la misma manera estas casas están proponiendo una nueva forma de encarar la industria: de manera sustentable. Por ejemplo, desde que fundó su compañía en 2001, la diseñadora Stella McCartney dijo no a las pieles de animales y las sustituyó por fibras sintéticas, la elaboración de sus productos se hace a mano y neutraliza sus emisiones de carbono. En tanto, Vivienne Westwood lanzó una línea de bolsas realizadas por artesanos africanos con materiales reciclados, donó un millón de euros a la lucha contra el cambio climático y creó una botella de agua reutilizable en conjunto con la marca SIGG. Por su parte, el grupo francés de lujo Kering, que incluye marcas como Gucci, Bottega Veneta y Alexander McQueen, desde hace unos años se marcó una serie de objetivos de sustentabilidad (como dar seguimiento puntual al origen de los materiales empleados) que deben alcanzarse en su totalidad este 2016. En esta nueva tendencia destaca la reacción de la industria al fast fashion, a través de su contraparte, el slow fashion (moda lenta). Ya hace algunos años el diseñador Stefano Gabbana declaró: “Creo que todos tenemos que sentarnos y reflexionar sobre la ansiedad que produce la constante necesidad de anticiparnos. Es hora de comer, vestirse y vivir el momento”. Así, la slow fashion (que tiene su equivalente en la gastronomía con la slow food) nos propone regresar a prácticas como apostar, como consumidores, por la calidad de las prendas para alargar su vida útil; evitar las compras por impulso; crear un guardarropa básico, pero elegante y de diseño; y, por supuesto, elegir marcas que incorporen prácticas respetuosas con el entorno durante sus procesos de producción. Es decir, adoptar un modo de vida, sin perder el estilo. A todo esto, se suma la presión de ong como Oxfam y Greenpeace, al poner sobre la mesa el debate de la falta de responsabilidad social de la industria de la moda. La tendencia verde que comenzaron a imponer las marcas de lujo no pasó inadvertida por las grandes cadenas minoristas acostumbradas al fast fashion. Si el eco chic se impone y, muy importante, el consumidor lo exige y compra, ¿por qué no adoptar la tendencia? Sin embargo, el cambio definitivo sólo lo puede lograr el consumidor. Marion Mueller, periodista especializada en moda del diario ABC de España, considera que el consumidor exigirá una moda más respetuosa con el entorno cuando entienda que “la sustentabilidad añade valor”. Ella lo pone en estos términos: “Los consumidores tendrían que estar dispuestos a pagar precios más altos por ropa sustentable, pero sólo sucederá cuando los fabricantes sean capaces de comunicarlo, explicando qué medidas se están tomando para utilizar materiales más respetuosos con el entorno”. Es decir, las grandes marcas tienen que darnos el mensaje, los consumidores tendríamos que estar dispuestos a escucharlas. “Algunas compañías que producen pensando en dar más tiempo de vida a las prendas y que ayudan a que las personas piensen más en el ciclo de vida de la ropa, son una muestra de que se puede reparar una paradoja planteada poco después del año 2000, en la que se decía que el crecimiento del mundo de la moda y el desarrollo sustentable no eran compatibles. La paradoja desaparece simplemente si bajamos la velocidad”, publicó en su libro Eco Chic la diseñadora de modas y ambientalista Matilda Tham. 29 Pensar diferente Por Antimio Cruz Existen experimentos muy avanzados, como el de los países nórdicos; este 2015 el Consejo de Ministros Nórdicos de Medio Ambiente, publicó un informe titulado Mapeando las iniciativas sustentables en textiles. Una ruta potencial para un plan de acción nórdico. En esta investigación se reunió información de lo que ya se está haciendo para reducir la huella ambiental de la industria del textil en Dinamarca, Finlandia, Islandia, Islas Faroe, Noruega y Suecia. Dichas naciones propusieron aplicar a la industria de la producción y consumo de prendas de vestir una filosofía que se ha implementado en otros campos del desarrollo sustentable; es decir, las cuatro R: Reemplaza, Reduce, Redirecciona y Repiensa. Los argumentos generales de esta filosofía se explican en el informe: 1 Reemplazar la moda de consumo acelerado (fast fashion) por una dinámica más lenta de sustitución de ropa. Ésta es la clave para frenar gradualmente el uso y dispersión al ambiente de gran cantidad de químicos involucrados en la producción. 2 Reducir los insumos en la industria no sólo ayudaría a bajar los costos de producción, también presionaría hacia un uso más eficiente de las materias primas, pues todavía se identifica un gran porcentaje de desperdicio de insumos. El uso de materiales reciclados podría reducir la presión a los sistemas de colecta, manejo y depósito de basura o desechos de ropa y textiles. 3 Redireccionar el consumo global hacia lo local, porque esta medida ayudará a que los consumidores tengan más conciencia del círculo de producción involucrado en sus prendas. También permitirá valorar los “buenos” componentes de la ropa y no sólo el diseño. 4 Repensar por qué es necesaria una nueva ética al interior de la industria de la moda, pues aunque poco a poco los diseñadores e industriales han comenzado a ser más incluyentes, y no sólo piensan en los jóvenes y los delgados, también se puede aprovechar este interés incluyente y democrático, en favor de una manera de producir ropa que demuestre la manera en que las personas se relacionan con el planeta. ¿Hacia un verdadero cambio? En 2011 Greenpeace lanzó la iniciativa Detox (greenpeace.mx/detoxcatwalk). La organización lo explicó así: “Durante los últimos tres años, cientos de miles de activistas, fashionistas, bloggers y consumidores se reunieron para pedir una moda sin contaminación. Desde los bailes stripteases que rompieron récord en los medios sociales, el poder de la gente provocó que 18 grandes empresas del sector textil hicieran compromisos Detox”. Entre las obligaciones estaban la eliminación de químicos tóxicos en sus productos, hacerse responsables de su huella tóxica y comprometerse con las comunidades a las que sus cadenas de producción afectan. El objetivo es una moda libre de tóxicos para 2020. A cuatro años de iniciada la propuesta, Greenpeace logró que 10% de la industria de la moda se suscribiera. Sin embargo, el que una compañía acepte los compromisos no quiere decir que los cumpla. Así, la ong hace un seguimiento con miras al objetivo de 2020. Dependiendo del cumplimiento, califica a las marcas como Líderes (quienes están realizando acciones concretas); Greenwashers (los que aceptaron participar pero están “dándole vueltas a sus promesas, convirtiéndolas en un ejercicio de relaciones públicas”), y los Rezagados (compañías que no aceptaron ser parte). Pese a los Greenwashers y los Rezagados, que marcas globales como Adidas, Benetton, G Star, Burberry o H&M, entre otras, sean parte de los Líderes, abre una esperanza para que el mundo de la moda se haga responsable de su impacto ambiental. “Todos tenemos que sentarnos y reflexionar sobre la ansiedad que produce la constante necesidad de anticiparnos. Es hora de comer, vestirse y vivir el momento”, Stefano Gabbana. P ¿Por qué los productos fast fashion terminan en la basura? La industria de la moda produce a nivel mundial dos millones de toneladas de desperdicios al año; gran parte es ropa que por su mala calidad termina en la basura. Por ejemplo, en todo Estados Unidos, 5% de lo que se encuentra en los vertederos son prendas, mientras que en Destiñen: Para economizar, se utilizan tintes de baja calidad, mientras que para ahorrar tiempo, no se hace un enjuague final; de hecho, este último paso lo termina haciendo el consumidor en su lavadora. Encogen: Las telas de fibras naturales y algunas sintéticas deben pasar por un tratamiento de preencogido, para evitar que encojan. Para ahorrar tiempo, dinero —y agua— los fabricantes se brincan este proceso. 31 el Distrito Federal, de acuerdo con un informe del Conacyt, representa 2%. Pero, ¿por qué las desechamos? Pues por qué la moda fast fashion produce prendas que: Deforman: En procesos artesanales, las telas se desenrollan y se dejan reposar por un día para que recuperen su forma natural. En las maquilas se ahorran este paso. La tela se corta cuando aún está tensa y la prenda final tiende a torcerse. Se llena de bolitas: A las motas que aparecen en las prendas se le llama pilling, esto es casi inevitable, pero se acentúa cuando se utilizan fibras de mala calidad en aras de reducir costos. S Por una industria sustentable Por Elizabeth L. Cline* Sin perder el estilo Compra prendas fabricadas con algodón orgánico. Adquiere ropa y calzado elaborado con materiales reciclados y procedentes del comercio justo. Mientras la población mundial sigue creciendo, y junto con ella nuestro amor por la ropa, la industria de la moda está teniendo un costo cada vez mayor sobre nuestros recursos naturales y el medio ambiente. Valora el etiquetado de una prenda antes de comprarla. Gracias al etiquetado de composición conocerás las fibras con las que está compuesta; además, el etiquetado de conservación te dará las instrucciones sobre cómo tratarla. Sorprendentemente, esta industria es ahora la segunda más contaminante del mundo, sólo por debajo de la de los hidrocarburos; también es una de las mayores consumidoras de agua y gran contribuyente de la contaminación de este recurso, envenenando a las personas que viven en lugares como la India o China, donde se hace la mayor parte de la ropa que utilizamos. Recuerda que los tejidos naturales (lana, algodón, lino, yute) son menos contaminantes, tanto en su producción como en su gestión como residuo, que los sintéticos. Compra ropa de segunda mano. Olvida las compras por impulso; en gran medida éstas son las que han hecho crecer el negocio del fast fashion. Limpiar la industria de la moda no será fácil, pero definitivamente es posible. Las marcas populares de moda tienen el poder de establecer y reforzar los estándares ambientales en su cadena de suministro, y los consumidores deben alzar la voz y su poder de compra para exigir a las marcas que produzcan moda que sea amigable con el planeta. No compres pieles. Algunas especies como la nutria o el lince están en peligro de extinción, y son muy apreciadas en la realización de abrigos. No tires ropa en buen estado. La que ya no te gusta puede venirle bien a otros. Regálala a entidades de beneficencia. Más información en fashionrevolution.org * Autora de Overdressed: The Shockingly High Cost of Cheap Fashion overdressedthebook.com Emplea tu ropa inservible en otros usos (trapos de cocina, tapetes para las mascotas). El fotógrafo de las telas Formado como arquitecto, Cristopher Payne comenzó a fotografiar inmuebles abandonados —como un hospital psiquiátrico— y viejas construcciones en los alrededores de New York. En su búsqueda por espacios en el olvido, en 2010 dio con algunas fábricas de textiles en el norte de Estados Unidos, donde halló un campo visual de acción que le permitió dar un giro drástico a su trabajo. Fue así como creó la serie fotográfica Textiles, que refleja la labor casi artesanal de compañías rela- cionadas con la industria de la ropa, que sobreviven pese a la competencia de las grandes firmas. A través de patrones, repeticiones, tomas inmensas y colores sumamente intensos, Payne plasma su fascinación por el proceso de elaboración de las cosas. Para él, los textiles son otra forma de construcción. La serie completa la encuentras en: chrispaynephoto.com 32 CENTRAL 33 Moda sustentable: Hacia una industria de bajo impacto ARTÍCULO MINERÍA URBANA, LA PEPENA MODERNA Y RENTABLE DEL E-WASTE FOTO: AP POR CINTHYA BIBIÁN I @cinthyabt 29 ¿Minas de oro y metales preciosos en la ciudad? Sí y valen millones de pesos, sin embargo, en México permanecen sin explotar en los tiraderos de basura, mientras que China; incluso importa basura para obtener beneficios. E n unos días —el 31 de diciembre— iniciará el proceso de apagón analógico en México. El cambio a la señal digital implicará que 40 millones de televisores dejen de funcionar y se sumen a las 358 000 toneladas de basura electrónica que ya se generan en el país y, cuya cifra aumenta entre 5% y 7% cada año, de acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (inecc). Además de los televisores viejos, el e-waste, como también se le conoce, comprende computadoras, pantallas, celulares, tabletas, refrigeradores, bocinas, entre otros artículos electrónicos, los cuales conforman —de manera literal— minas de oro en los tiraderos de basura, pues contienen en su interior materiales preciosos, como el oro o la plata, además de elementos de difícil obtención y alta demanda, como las “tierras raras”. Si estos elementos de alto valor y presentes en la basura electrónica fueran recuperados antes de ir a parar a los rellenos sanitarios, se evitaría la emisión de 2% de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido de nitrógeno (N2O), y otros compuestos orgánicos volátiles (COV), según el estudio Extracción de los vertederos de la Universidad de Cataluña. Además, se podría reducir en 70% la contaminación del agua y el aire, de acuerdo con estimaciones de la Agencia Ambiental de Estados Unidos. Si la mitigación del impacto ambiental no fuera suficiente, los beneficios económicos deberían serlo para convencer a cualquiera: mientras que para obtener cinco gramos de oro se debe extraer una tonelada de tierra en la minería tradicional, en la minería urbana se requiere una tonelada de celulares e-waste para sacar de ellos 400 gramos de oro, de acuerdo con GSMA, una consultora estadounidense especializada en residuos electrónicos. 30 Sin embargo, la minería urbana es aún un terreno incipiente en México. Si bien los planes de recolección tomaron fuerza con la necesidad generada por el apagón analógico, la respuesta es insuficiente, explica Eduardo Pallares, director general de Rescatec, una empresa recolectora y recicladora de chatarra electrónica. La Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal (Sedema) cuenta con un solo programa de recolección: el Reciclatrón, el cual consiste en realizar jornadas de acopio de residuos electrónicos en puntos específicos. Según la dependencia, usualmente los aparatos electrónicos son entregados al camión de la basura, Basura tóxica Los televisores análogos, al igual que otros aparatos como los celulares, contienen materiales como plomo, mercurio, cadmio, paladio y arsénico, entre otros, que pueden causar daños a la salud, principalmente al hígado y en los sistemas nervioso y respiratorio, explica Lorenzo Martínez Gómez, investigador del Instituto de Investigaciones Físicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). “El plomo es el compuesto que puede causar mayor daño a la salud y al ambiente, al entrar en contacto con otros residuos, la tierra o el agua”, explica el académico. Por ello es relevante evitar que la basura electrónica simplemente forme parte del resto de los desechos generados por la sociedad, pues no sólo los televisores están en esta situación, sino también miles de computadoras, impresoras, celulares, entre otros. FOTO: Gabriel Hernández aproximadamente 42% del total, mientras que 30% los regala, 11% los almacena y 17% los vende en segunda mano. Por ello, la importancia de contar con programas de recolección y reciclaje, explica Pallares, pues facilita la labor de la reutilización de los materiales a través de la minería urbana. Actualmente pocas empresas se dedican a esta labor en México, debido a que la recolección representa un reto, pues se requieren programas específicos de convocatoria, o bien, recoger los aparatos casa por casa. Un mundo raro FOTO: Getty Images Dicen que no hay nadie indispensable, pero esta aseveración no aplica para las tierras raras, pues no se podría concebir el mundo, tal y como lo conocemos hoy, si no fuera por estos elementos, que son casi omnipresentes: están en discos duros de computadoras, celulares, pantallas de televisión, iPods, cds, incluso, en las turbinas de generación de energía eólica. La tecnología aceleró el consumo de las tierras raras, que antes sólo eran conocidas por aparecer en la parte inferior de la tabla periódica. “Antes no sabíamos en qué usarlas y ahora se nos hace tarde para devorárnoslas”, dice Jesús Valdés Martínez, investigador del Instituto de Química de la unam. Gretchen Lapidus, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (uam), coincide: “El crecimiento tecnológico es el principal causante de la demanda de tierras raras en los últimos años, y por ello la La chatarra electrónica es clasificada para su posterior exploración, en búsqueda de minerales preciosos y reutilizables. China a la saga China es el líder en minería urbana en el mundo: incluso, importa la chatarra electrónica de Estados Unidos y Europa. El gigante asiático está en proceso de extracción de los metales y tierras raras de más de 15 millones de aparatos eléctricos, cinco millones de computadoras personales y 100 millones de teléfonos móviles, reporta la Asociación de la Industria de Metales No Ferrosos de China. 31 La acumulación de basura electrónica creció 22% en el mundo, entre 2000 y 2005, de acuerdo con el Global E-Waste Monitor 2014, elaborado por el Institute for the Advanced Study of Sustainability. En la minería urbana se pueden extraer hasta 400 gramos de oro de una tonelada de celulares. disponibilidad en el ambiente de estos metales ha disminuido en forma tan acelerada”. Un ejemplo de ello es el Indio (In) —necesario en las pantallas touch de los dispositivos electrónicos—, del cual se producían apenas 200 toneladas anuales en 2003, a un precio de 100 dólares el kilogramo y hoy se extraen 600 toneladas (la mitad de ellas en China). Su precio ha llegado a rozar los mil dólares el kilo, de acuerdo con el United States General Survey. Por sus múltiples aplicaciones, la demanda de tierras raras se ha disparado, y para 2016 se producirán 160 000 toneladas de ellas en el mundo, de las cuales México sólo participa con 1%, mientras que China es el líder, con 95% de la producción de tierras raras en el mundo. Yacapixtla, Morelos, que arrancará operaciones durante el primer trimestre de 2016. En esta planta se extraerán metales y aleaciones listos para ser utilizados de nueva cuenta en los ciclos de proceso de las industrias electrónica, metalmecánica y manufactura. “Queremos tener una empresa que muestre los beneficios ambientales y económicos de este esquema, mostrar que hay forma de hacerlo rentable”, dice Martínez. “En México el desarrollo de la minería urbana está en proceso; también hace falta mejorar el tema regulatorio, y por ello es necesario que otras empresas vean que es una opción rentable, además del apoyo ambiental que ello deriva”, agrega Martínez. Desechos electrónicos generados a nivel mundial Año Millones de toneladas Chatarra per cápita (kg) 2010 33.8 5.0 2011 35.8 5.2 2012 37.8 5.4 Potencial en México 2013 39.8 5.7 2014 41.8 5.9 La capacidad de México para aprovechar los beneficios de la minería urbana depende, en buena medida, del éxito de los proyectos en marcha, como del que está a cargo Lorenzo Martínez Gómez, investigador del Instituto de Investigaciones Físicas de la unam, quien busca —con el apoyo de la Secretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación del df e la iniciativa privada— echar a andar una fábrica de minería urbana en 2015 43.8 6.1 2016 45.7 6.3 2017 47.8 6.5 2018 49.8 6.7 Fuente: The Global e-waste Monitor. ¿Qué hacer con la basura electrónica? 1. Regala o presta aparatos electrónicos que ya no uses. 4. No se tiran en el camión de la basura ni en lugares públicos. 2. Si ya no sirven, puedes donarlos a una escuela especializada 5. Evita comprar tecnología con poco tiempo de vida, en ingeniería, como la unam y el ipn. pues acelera el proceso de generación de e-waste. 3. Lleva la basura a centros de acopio o empresas recicladoras. ARTÍCULO 32 Minería urbana, la pepena moderna y rentable del e-waste OPINIÓN París bien vale una misa POR FEDRO CARLOS GUILLÉN* I @fedroguillen L a frase que da título a esta colaboración dicen que la dijo Enrique iv en un arrebato de pragmatismo para acceder al trono francés en el siglo xvi. Es cierto, la Ciudad Luz es sin duda una de las más bellas del mundo y merece la fama que la acompaña hace ya cientos de años. Por supuesto, no se trata de generar en este espacio una guía turística, sino de tratar de entender lo que pasará en esta urbe francesa entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre de este año, cuando se celebre la Conferencia de las Partes número 21 con respecto del cambio climático. Lo primero que llama la atención es la enorme inutilidad de las 20 cumbres anteriores, en las que se han depositado expectativas enormes y que han dejado un saldo aparentemente nulo, que se reduce a una nube de gente que hace turismo gratuito, atiende reuniones intrascendentes y se saluda año con año sin que los representantes que en realidad influyen asuman un compromiso legible. Uno de los dilemas que se viene discutiendo hace ya décadas es el de los países en vías de desarrollo que objetan las limitaciones industriales impuestas, vía regulación, asociadas al cambio climático. Su argumento es simple: ¿por qué las naciones que ya utilizaron intensivamente recursos y energía, y han alcanzado altos niveles de desarrollo, impondrían reglas a aquellos que no lo han logrado aún? La premisa, así planteada, no permite salida alguna. Bajo la lógica de que a nadie se obliga a dar el primer paso, el tiempo sigue corriendo y no se generan medidas preventivas, sino paliativas. Vivimos en una era del corto plazo; la prioridad de los gobernantes no tiene ningún incentivo para pensar en grandes escalas de tiempo, y el mejor ejemplo es la red hidráulica del Distrito Federal, que hace años presenta fugas de hasta 40% de su caudal, y cuyo costo de reparación somete a las autoridades a una decisión elemental: generar una inversión indispensable pero invisible en términos de rédito político o dejar las cosas como están. La evidente respuesta es que ningún gobernante toma la iniciativa. Lo mismo sucede con la toma de compromisos de limitar emisiones; los efectos a futuro son tan intangibles en el presente, que dar un primer paso ante el enojo de potenciales votantes parecería un mal negocio. 38 Sin embargo, hay dos noticias emergentes que parecerían brindar un soplo de cierta esperanza. La primera es la posición del Papa Francisco, que de manera clara y firme alerta sobre los riesgos del modelo de desarrollo que hemos adoptado; la postura de este líder religioso tiene un efecto mediático y, sobre todo, político muy relevante. La segunda es que las autoridades chinas y norteamericanas han adoptado, por lo menos en el discurso, una actitud de mayor énfasis, asumiendo compromisos más ambiciosos, y dado que ambas potencias son responsables del mayor consumo de energía mundial, se podría esperar que en esta ocasión se alcancen acuerdos más vinculantes y de mayor envergadura. En los días que usted lea este texto, se estará celebrando la cop 21. Habrá que estar atentos a las resoluciones y las agendas de sus participantes. Venturosamente se podrá anunciar que algo se ganó, más allá de un paseo en el Sena con música de acordeón incluida. La tragedia de París que coincide con una cumbre en la que se reunirán representantes de 195 países es una oportunidad para reflexionar con serenidad sobre el destino de nuestro planeta y las vías civilizadas para tratar de impedir que el hombre que mate prevalezca sobre el hombre que se compromete por un mundo mejor para nosotros y los que nos sucederán. * Doctor en Ciencias y articulista; autor de los libros Crónica alfabética del nuevo milenio y La sala oscura. POR CINTYA CONTRERAS I @cintyacc Las fiestas decembrinas elevan hasta en 30% la generación de basura diaria en México, debido al desecho de envolturas, empaques y restos de comida. A dicho impacto se suma un mayor consu- mo de energía —proveniente de las series navideñas—, la emisión de contaminantes por el tráfico en zonas comerciales, y el uso de baterías para el funcionamiento de juguetes. En México se adquieren alrededor de 1 800 000 árboles naturales de Navidad al año. El alumbrado navideño en el df implica un gasto de 30 millones de kw/h, misma cantidad de electricidad que consume al mes el municipio de Chetumal. La contaminación en el aire aumenta 20% en Nochebuena y Año Nuevo, a causa de la pirotecnia, encendido de fogatas y tráfico vehicular. 25% de la comida que se compra o prepara para los festejos, no se consume y acaba en la basura. 35% de los desechos está compuesto por: Papel, bolsas, cajas y moños. Debido a los descansos obligatorios de fin de año, los servicios de limpia en todo el país reducen en 50% su personal, por lo que se retrasa la recolección de basura doméstica. La producción de basura, por persona, se eleva de 1.5 a 2 kilos al día, durante las celebraciones navideñas. La venta de pilas incrementa 40%. 5 horas, en promedio, permanecen encendidos los adornos. El consumo de electricidad aumenta 35%, a causa de las luces para árboles, fachadas y decoraciones luminosas. Fuentes: Call 2 recycle I Comisión Nacional Forestal I Environmental Protection Agency I Greenpeace I Ley Federal del Trabajo I Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal I Secretaría de Salud del Distrito Federal 39 I Universidad de Standford I step-initiative.org I reduce.org NUMERALIA ¿Blanca Navidad? 40 PORTAFOLIOS Fotografías de Bernard Plossu UN OJO MÁGICO EN EL DESIERTO POR VESTA MÓNICA HERRERÍAS B ernard Plossu (Vietnam, 1945) es un viajero que ha invertido casi 50 años en la búsqueda de las respuestas a sus decenas de preocupaciones fotográficas. A veces las encuentra en los caminos y carreteras, otras en la naturaleza muerta, en pequeños detalles, en siluetas y contrastes, o en un paisaje natural (como el desierto). En realidad, cualquier escena puede detonar un clic. El detalle unificador de su vasta producción es su lente de 50 milímetros, que ofrece el mismo ángulo de visión que el ojo humano. “Con este lente podemos ver la realidad tal cual; ni con un gran angular —que exagera el paisaje— ni con un telefoto —que fulmina la luz—, se puede ver la verdadera fuerza de la fotografía”. Plossu es un fotógrafo al que le gusta caminar, salirse de las rutas principales y adentrarse en zonas de acceso complicado… Llegar al final de las rutas. Prefiere los lugares solitarios, deshabitados porque, entre otras cosas, lo confrontan con su imaginación. De aquí su fascinación por los desiertos. Luego de recorrer las regiones desérticas del Oeste americano, de Grecia, India, Nigeria, Turquía y Mali, Plossu se sintió atraído por las escenas desérticas de algunas postales turísticas de Escocia. Con una vieja cámara Nikkormat, emprendió el viaje rumbo a los paisajes nórdicos para retratar su belleza deslumbrante: “la misma que en Arizona o en el Norte de México, pero con una naturaleza más sometida a la lluvia y a la tierra húmeda”. Su pasión por las piedras y las colinas logró que su mirada en el desierto escocés destacara del paisaje la parte austera y sensual: “encontré la misma pureza y silencio que en desiertos más secos”. Las imágenes de Plossu incluyen un sello único que corresponde a un viaje interior a través de lo cotidiano. Por ello, ha logrado desde fotografías contundentes y directas, hasta expresivas y poéticas que transmiten estados emocionales. Todas siempre vivas, delicadas, minimalistas. Ventanas hacia un gran universo con infinitas posibilidades. 41 Para él, en el tiempo la fotografía ha sido una herramienta para enfocarse y conservar la conciencia especial que lo mantiene alerta y atento, listo para disparar frente a las manifestaciones que detecta su ojo mágico. En una entrevista, al definir al maestro de la lente, sin proponérselo, Plossu se describe: “El gran fotógrafo es el que logra ver y fotografiar a alta velocidad lo que pasa frente a él, al lado e incluso, detrás. Tiene que ser más rápido que él mismo. Este estado de supraconciencia lo convierte en testigo de su tiempo, quizá en su mejor traductor.” Agradecemos a Bernard Plossu su amabilidad para publicar esta serie inédita. Hace 50 años, vino por primera vez a México y, desde entonces, regresó varias veces; de esos viajes surgió el libro ¡Vámonos!, editado por Fundación Televisa. La publicación estuvo acompañada por una exposición en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, de agosto de 2014 a enero de 2015. Las citas de este artículo fueron tomadas del libro L’abstraction invisible, de una entrevista con Christophe Berthoud (2013) y de un correo electrónico de correspondencia personal (2015). 42 43 44 PORTAFOLIOS 45 Un ojo mágico en el desierto MIS PRIMEROS DESASTRES POR J. M SERVÍN* N o hay diagnóstico esperanzador en la que alguna vez fue La ciudad de los Palacios, la Región más Transparente y, en años recientes, por demagogia, la Ciudad de la Esperanza. Sin embargo, la capital está lejos de desaparecer. Pareciera que se nutre de sus enfermedades crónicas. Temor y temblor, diría Kierkegaard. Nací en la década de 1960 y la capital mantenía su atractivo para la inversión extranjera y como centro turístico con cierto aire cosmopolita, sin haber perdido el aire provinciano e impredecible que tanto gusta a los turistas. Hay pasajes de mi vida que mantengo relacionados con mi niñez y algunos de mis miedos más profundos y angustiantes. Ir a tirar la basura a la azotea del edificio de la calle de Marsella en la colonia Juárez. Había un incinerador de desechos, y recuerdo cómo me asomaba a ver las lenguas de fuego consumir los residuos de 32 departamentos, dos días de la semana, y la espiral de humo negro que salía de la chimenea. Bajaba con las pestañas chamuscadas. Piromanía infantil. Ya desde entonces era una capital de calles hediondas, llenas de baches y mal iluminadas. El hogar de miles de vagabundos y menesterosos que defecan, tienen sexo, se drogan, alcoholizan y mueren en la calle sin que nadie les eche un lazo; en aquellos años les llamaban robachicos, y con eso nuestros padres solían asustarnos a los niños cuando no obedecíamos: el robachicos es la versión infantil del secuestrador, hoy en 46 día parte del realismo sucio de nuestra cotidianidad. De pronto, por las tardes aparecía un hombre al que conocíamos como el gitano, traía un oso amaestrado que hacía las delicias de chicos y grandes, mientras bailaba el sonsonete que cantaba con voz lijosa de dipsómano su domador acompañado de un pandero: “que baile el oso, lalalalala”; el animal caminaba en dos patas, atado con un gruesa cadena y un collar de cuero que no alcanzaba a cubrir su cuello pelado y grisáceo. El cartílago de la nariz se lo atravesaba un aro de fierro. El animal emitía una especie de rugido, más parecido a un lamento, que estoy seguro era de dolor. No nos importaba y lo disfruté mucho, mi infancia está conectada para siempre a ese personaje y su oso. Fue hasta muchos años después que cobraría conciencia de lo que significa el maltrato animal. Ahora mismo recuerdo los famosos chimecos, autobuses urbanos contaminantes y apestosos que siempre me provocaron mareos y vómitos en nuestros largos recorridos por la ciudad, a veces a Los Dinamos, donde hacíamos días de campo familiares dominicales en bosques con basura por todas partes y riachuelos contaminados. En algún momento mis hermanos y yo llegamos a tomar agua de ahí, pese a que de pronto veíamos flotar desperdicios. Recuerdo un par de anuncios televisivos del, en aquel entonces, Departamento del Distrito Federal, uno pidiendo a la población no desperdiciar el agua: “¡Ciérrale, ciérrale”, decía un gordito simpático haciendo con su manita un ademán para cerrar la llave del agua. En otro, la voz en off de una niña cantaba una canción a un árbol: “arbolito estás de pie, igual que yo en esta tierra, somos dos para cuidarnos, somos dos para crecer”. Y así, campañas de concientización. No sé qué alcances hayan tenido. Hasta hoy vivimos atrapados en la ineptitud de nuestros gobernantes para hacer la ciudad habitable, y la indolencia de una población a la que históricamente le han valido madre las condiciones en las que vive. La ciudad donde conviven gente muy pobre y millonarios de escándalo. Explosión demográfica y migración forzada a periferias sin servicios básicos. En medio, como en un sándwich, una clase media desatenta a la tragedia ambiental que se cierne sobre ella, entre otras cosas, por su consumo desbordado: automóviles por todas partes, poda de árboles para que el gobierno construya obras viales mastodónticas para beneficio del automovilista. Resultado: contingencia ambiental todo el año y una espesa capa grisácea que distingue al horizonte capitalino. La ciudad donde se entuban los ríos, donde el agua se debe tomar embotellada porque la que corre por las tuberías está contaminada y llena de heces fecales, la ciudad donde se tiran más árboles de los que se plantan, donde los árboles viven estresados y enfermos, con plagas, donde la población vive con jaquecas y enfermedades respiratorias crónicas debido a la contaminación del aire. Vivo en una ciudad arrasada por inundaciones y terremotos, donde llueven cenizas de las emanaciones de un volcán; donde la especulación inmobiliaria invade áreas naturales. Se supone que para un escritor los recuerdos deben ser una fuente inagotable de historias. La tragedia ambiental y la leyenda negra de la ciudad alimentan mi imaginación desde niño. Vivo de recordar para resistir mi presente, pero el recuerdo agota y castiga, lo que ocurre a mi alrededor aligera la carga de lo que entiendo por futuro. Mi escritura se la debo al df. Sequías, terremotos. Crimen como uso y costumbre. ¿Qué más? MIS PRIMEROS DESASTRES La tragedia ambiental y la leyenda negra de la ciudad alimentan mi imaginación desde niño. Ha pasado todo. Los siete jinetes del apocalipsis tienen sus caballerizas en el df. Por las mañanas al asomarme por la ventana de mi domicilio en Bucareli, veo un grueso manto gris en medio del amanecer de un naranja óxido, en primer plano la ciudad que me espera con su contaminación visual (espectaculares y plotters) y auditiva (cláxones ansiosos, altavoces con música a todo volumen en comercios, bravatas de borrachos, sirenas de ambulancias y patrullas —el canto de la tragedia cotidiana en la ciudad—). Compro los periódicos y sus encabezados informan lo que ya sé: degradación moral, ecológica, locura; amor a la vida agazapado que me recuerda que no hemos aprendido nada. No se sorprendan de mi arraigo a la ciudad. El día que el df desaparezca, no quedarán sujetos como yo. * Escritor, periodista y editor. Entre sus obras están Del duro oficio de vivir, beber y escribir desde el caos (Cal y Arena, 2012) y Al final del vacío (Almadía, 2015). 47 El día que no queden sujetos como yo OBITUARIO TIRO DORADO Skiffia francesae POR NATALIA ÁLVAREZ I @Pimiientta ILUSTRACIÓN: Guillermo Flores. N adie lo ha vuelto a ver desde 1978. Expediciones por toda la cuenca del Alto Ameca, por parte de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, confirmaron la nueva realidad: un pez vivíparo menos en el mundo. Su hogar, el manantial del río Teuchitlán, en la porción alta de la cuenca del río Ameca, Jalisco, es ahora un lugar inhóspito, resultado de una constante explotación para abastecer de agua a las comunidades aledañas, y de la industria azucarera que vierte desechos contaminantes en la zona. Las algas y plantas acuáticas de su hábitat no deben extrañar ser mordisquedas por el tiro dorado; las tilapias, especie invasora, cumplen ahora esa función. Con todo y su minúsculo tamaño (la talla máxima en machos es de 45 milímetros y en hembras de 50), deja un enorme hueco en la biodiversidad mexicana. 48
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