Aportes C e le l eb r ac i ó n p ar a l a Homilía y guión para la Santa Misa Natividad del Señor Ciclo C. Color: Blanco 25 de diciembre de 2015 Año XIX - Nº 1115 Aportes para la homilía tial llamando al hombre al pobre portal, Dios cumple lo prometido: Hoy nos ha nacido el Salvador porque nació el Redentor. Is 62, 11-12; Sal 96, 1. 6. 11-12; Tit 3, 4-7; Lc 2, 15-20 Y el Verbo se hizo carne en medio de los hombres. El Hijo único y eterno de Dios, infinitamente perfecto y santo, todopoderoso, lleno de bondad y misericordia, se abaja a nosotros, asume nuestra realidad humana para redimirnos y elevarnos a la dignidad de hijos de su Padre. Tanto los ama mi Padre que me manda para que todo el que me crea tenga vida eterna. He venido a darles mi vida en abundancia, para que vivan lo que yo vivo con mi Padre, dice el Señor. Verdaderamente, nunca terminaremos de ahondar en esta afirmación. Es tan densa y profunda, ¡todo un misterio inagotable!, que ni la misma eternidad alcanzará para comprender. Hoy se nos muestra esta maravillosa verdad en la fragilidad de un recién nacido, ante el cual nadie puede sentirse ni más ni menos que él, y así todos experimentemos la calidez de un Dios tan cercano a nosotros como tener un niño acurrucado en nuestros brazos. Por eso tanta alegría y bienandanza, tanta luz y canciones, tanto cielo en la tierra: ¡Noche de paz, noche de amor, todo canta en derredor! Clara se escucha la voz celes- ¡Cuánto se dice y escribe, se pinta o se talla, rezamos y cantamos! Navidad es la fiesta de todos, nosotros sabemos porqué y festejamos con fe y alegre esperanza, con devoción y dando gracias al cielo; otros no saben porqué o no les interesa, pero hacen fiesta lo mismo. Nuestro amor y devoción nos hacen arrodillar ante el pesebre adorando al Dios escondido, entregándonos a él así como él se entrega a nosotros, rogándole que nos ayude a crecer y madurar a su imagen y semejanza, comprometiéndonos a que todos lo conozcan, lo amen, lo sigan fielmente, proclamen sus grandezas, se empeñen a construir su reino… Si la encarnación del Hijo de Dios y su humilde nacimiento en Belén es para nosotros un misterio insondable de amor y misericordia, ¡locura de un Dios-Amor!, ¿será que no vale la pena preocuparse por ahondar en el misterio? Si encontráramos una veta de oro en la roca, ¿acaso nos quedaríamos rasqueteando no más que la superficie? ¿Nos conformaríamos con ese poquito a flor de la piedra? También aquí, hay que profundizar, a la luz de la fe, la grandiosidad de un Dios hecho hombre, nacido de una Virgen in- (Continúa en la p. 4). Aportes - 1 Guión para la Santa Misa 1) introducción Hermanos: La cueva oscura y fría de Belén se transforma, porque el Sol que viene de lo alto sale del seno inmaculado de María para iluminar a todo hombre que viene a este mundo. Es por eso que los ángeles despiertan a quien tenga buena voluntad y lo conducen a adorar al Niño que nos ha nacido, al Hijo que se nos ha dado. Misa de Nochebuena: Hoy es la Noche santa en la que una luz brilló en las tinieblas, con gozo y asombro ante tanto amor y providencia, cantemos… Misa de la mañana: Nos ha amanecido un día grande, el Sol de justicia y misericordia nos precede, ha nacido Jesús. Cantemos… Misa vespertina: El Verbo de Dios se ha hecho carne, ha puesto su morada entre nosotros, alegres, cantemos… 2) saludo de bienvenida Cuando parecía que Dios había dejado a su Pueblo y el silencio reinaba sobre la tierra, un Niño ha llenado de alegría al mundo: Es Jesús, el Hijo Amado y príncipe de la paz que ha venido a nosotros. * Imagen del hombre nuevo, Señor ten piedad. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. 4) lecturas Misa de Nochebuena. La Palabra de Dios en esta noche santa nos invita a la acción de gracias, a admirar la obra de Dios que irrumpe en la historia y nos llena de esperanza. Is 9, 1-3 y 5-6, Sal 95, 1-3. 11-13; Tit 2, 11-14; Lc 2, 1-14 Misa de la mañana. Nos ha amanecido un día grande: El Salvador está entre nosotros, escuchemos con atención la Palabra de Dios. Is 62, 11-12; Sal 96, 1. 6. 11-12; Tit 3, 4-7; Lc 2, 15-20 Misa vespertina. Un acontecimiento que marcó el rumbo de la historia, es que Dios mismo ha puesto su casa entre nosotros. Escuchemos con atención lo que él nos quiere decir. Is 52, 7-10, Sal 97, 1-6; Heb 1, 1-6; Jn 1, 1-18 Que la gracia del señor Jesús, el Verbo 5) oraciones de los fieles hecho carne en María siempre Virgen, El Nombre del Señor es admirable permanezca siempre con ustedes. en toda la tierra, nos ha nacido un Salvador, y en él se cumplen las 3) acto penitencial promesas hechas desde antiguo. EleveEl Hijo de Dios que nos ha sido mos nuestras súplicas al Padre. dado viene a quitar los pecados del mundo, reconozcamos, pues, Padre admirable, escucha nuesque sin su ayuda, nos alejamos de su tra oración. proyecto de amor. 4 Por nuestra santa Iglesia; que * Rey de la paz y Santo de Dios, hoy celebra gozosa el nacimiento Señor ten piedad. del Redentor; para que fiel a la tarea encomendada, camine alegre en la * Luz que brillas en las tinieblas, esperanza. Oremos. Cristo ten piedad. Aportes - 2 4 Por todas las naciones; para que el Príncipe de la paz motive en cada una de ellas el anhelo de un mundo mejor, donde cesen las rivalidades y se dé paso a la reconciliación. Oremos. cuanto habían visto y oído. Al presentar este pan y vino para nuestra comunión contigo, ayúdanos también a proclamar con entusiasmo las maravillas de tu amor. Cantamos… 4 Por los niños del mundo, especialmen7) comunión te por los que sufren cualquier tipo de Jesús, el Niño que nos ha sido maltrato, violencia o indiferencia; para dado, sale a nuestro encuentro en que lo más pronto posible les llegue la comunión. Que al recibirlo nos la ayuda necesaria que les devuelva haga firmes en la fe, activos en el la sonrisa. Oremos. amor, fuertes y felices en la esperanza. 4 Por los que sufren; para que el júbilo Cantamos… de la Navidad llegue a ellos a través de acciones concretas de fraternidad, 8) bendición final Y envío solidaridad, justicia y perdón. Oremos. Monición: Quienes fueron al 4 Por nosotros aquí reunidos; para que pesebre, los pastores, los Magos los misterios que celebramos nos imy tantos otros de buena voluntad pulsen a amar más a los hermanos. no volvieron a sus cosas como si nada Oremos. hubiera pasado, sino transformados. Que también nosotros nos hagamos anunciaPadre santo, tú que en Cristo has dores gozosos del Mesías que está entre cumplido tus promesas de amor su pueblo. hechas a la humanidad, escucha Bendición final la plegaria de tu Pueblo y acrecienta en él la verdadera alegría. Por JesuEnvío: Que la ternura y la paz del Niño cristo, nuestro Señor. Jesús, luz de las naciones, acompañe nuestras vidas, vayamos en paz. 6) presentación de las ofrendas Aquellos pobres pastores ¡nada tenían para ofrecerte!, pero corrieron a tu pesebre y luego divulgaron Selección de villancicos tradicionales argentinos Arreglos y dirección: Juan Carlos Maddio El origen de estos villancicos se pierde en el tiempo; la belleza y sencillez de sus melodías ha resonado a través de generaciones... Los presentamos de todo corazón con el deseo de que se puedan cantar por grandes y chicos, en familia, en la escuela, en los barrios, en las celebraciones de Navidad. Navidad, fiesta de todos y para todos María Inés Casalá y Elena Santa Cruz El libro ayuda a trabajar con niños de jardín, nivel inicial y primer ciclo de E.G.B. y sus familias, los docentes, y orienta a la comunidad en general proponiendo novedosos y prácticos recursos para utilizar en talleres o encuentros, con la intención de ayudar a que se genere un verdadero clima de oración y alegría a la hora de preparar la celebración de la Navidad. Aportes - 3 (Viene de la p. 1). maculada, gustoso de compartir nuestros gozos y esperanzas, feliz de revelarnos la verdad y el amor del Padre, desvivido por cada uno con tal de rescatarnos del mal y la mentira en que nos hunde el pecado. Lamentablemente, muchos se quedan en lo exterior de la Navidad: el pesebre, el arbolito, los regalos, las luces, petardos y bengalas, la mesa familiar, muy festiva y abundante. Eso está bien, pero no olvidemos que celebrar Navidad es conmovernos vivencialmente ante el Dios presente entre nosotros para hacernos hijos de su Padre. Nosotros lo entendemos y rogamos poder hacerlo realidad en nuestra vida, el hogar, etc. Pero también Jesús nos pide hacer entender esto a cuantos lo ignoran, quizá porque nadie se lo dio a conocer. ¿Qué pasó con los pastores y los Magos al volver a sus cosas cotidianas? Guiados por los ángeles y la estrella llegaron al pesebre, reconocieron en ese bebé al Dios de cielos y tierra y jamás pudieron dejar de anunciar cuanto habían visto y oído. Señor Jesús, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos, en estos días nos reúnes en torno a tu pesebre para bendecirnos y darnos ánimo en nuestras luchas y anhelos, para que entendamos que asumiste nuestra naturaleza para dignificarla haciéndonos hijos de tu Padre Celestial, para asegurarnos que, aun sin ver ni ángeles ni estrellas, siempre estás con nosotros y jamás nos abandonas. Tómanos fuerte, para que jamás nos soltemos de tu mano y nos aventuremos por callejones sin salida. Ayúdanos a ser luz que guíe a tantos que andan lejos del verdadero camino, camino que eres tú, solamente tú, empinado y no fácil ni florido, pero el único y seguro, que nos llevará a la cima, a tocar un día el cielo con las manos, para sentarnos a tu mesa, por los siglos de los siglos. Amén. La ternura de Dios El mensaje que todos esperaban, que buscaban en lo más profundo de su alma, no era otro que la ternura de Dios: Dios que nos mira con ojos llenos de afecto, que acepta nuestra miseria, Dios enamorado de nuestra pequeñez. Esta noche santa, en la que contemplamos al Niño Jesús apenas nacido y acostado en un pesebre, nos invita a reflexionar. ¿Cómo acogemos la ternura de Dios? ¿Me dejo alcanzar por él, me dejo abrazar por él, o le impido que se acerque? “Pero si yo busco al Señor” –podríamos responder–. Sin embargo, lo más importante no es buscarlo, sino dejar que sea él quien me busque, quien me encuentre y me acaricie con cariño. Esta es la pregunta que el Niño nos hace con su sola presencia: ¿permito a Dios que me quiera? Y más aún: ¿tenemos el coraje de acoger con ternura las situaciones difíciles y los problemas de quien está a nuestro lado, o bien preferimos soluciones impersonales, quizás eficaces pero sin el calor del Evangelio? ¡Cuánta necesidad de ternura tiene el mundo de hoy! Paciencia de Dios, cercanía de Dios, ternura de Dios. Papa Francisco (Homilía, 24/12/2014) Aportes para la Celebración es un subsidio litúrgico preparado por el equipo de redacción de El Domingo, periódico religioso de la editorial San Pablo, propiedad de sociedad de san Pablo (Paulinos). Riobamba 230, C1025ABF Buenos Aires, Argentina. Teléfono: (011) 5555-2416/17/21/24. Fax: (011) 5555-2439. E-mail: [email protected] - www.sanpablo.com.ar Impreso por G. S. Gráfica s.r.l., Cnel. Charlone 958, B1868DZF Piñeyro, Avellaneda (Bs. As.), Argentina. En el Uruguay: San Pablo: Colonia 1591 (11200) Montevideo, tel.: 24018332, cels.: 094943071/095728681, Mail: [email protected] Aportes - 4
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