EFECTO DEL TIPO DE FERTILIZANTE SOBRE EL ENSAMBLAJE DE LOMBRICES EN CAFETALES (QUINDÍO Y VALLE DEL CAUCA) Beatriz Eugenia Pérez Directora: Amanda Varela, Ph. Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Ciencias Básicas Carrera de Biología Bogota, D.C. Mayo del 2010 AGRADECIMIENTOS A mi familia por darme la fuerza para terminar esta etapa de mi vida especialmente a mi mamá por confiar siempre en mi y no dejarme renunciar. A mi hijo, Suaie por ser mi fuerza y mi sostén, por su paciencia en cada momento que no pude estar con el por tener que estudiar. A Arturo por acompañarme y comprender mi lejanía en esta etapa, a Julieta y Nico por sus consejos y apoyo. A la profesora Amanda Varela por su paciencia, su tiempo y su apoyo a pesar de los mil compromisos que tenia, además de la tesis. A Carlos Fragoso y Esperanza Huerta por inmensa ayuda en la determinación de algunos de los ejemplares. A Dios o el Gran espíritu o como lo quieran llamar por darme la fuerza, las personas y las situaciones que hicieron que logrará terminar esta etapa de mi vida. 2 TABLA DE CONTENIDOS 1. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………..………7 2. MARCO TEÓRICO Y REVISIÓN DE LITERATURA …………………………..8 2.1. Cultivo de café ……………………………………….……………….…….8 2.2. Relaciones del suelo y propiedades de los ecosistemas ……………………11 2.3. Importancia de las lombrices en el suelo…………………………………..14 2.4. Efecto de las practicas agrícolas sobre el ensamblaje de lombrices ….......18 3. FORMULACION DEL PROBLEMA Y JUSTIFICACION….…………………...23 3.1 Formulación del problema…………………………………………..……...23 3.2 Justificación ………………………………………………….…….………24 3.3 Preguntas, hipótesis y predicciones…….…………………………………..25 4. OBJETIVOS …………….…………………………………………………...…….27 4.1. Objetivo general……………...………………….…………………..……..27 4.2. Objetivos específicos…………………...…………………………….……28 5. MATERIALES Y MÉTODOS……………………………………………………..28 5.1. Área de estudio……….……...………………………………….………26 5.2. Métodos ……………………………………………………….………..29 5.3. Análisis de información…………………………………………….….32 6. RESULTADOS………………………………………………………..…………...32 6.1 Efecto sobre el ensamblaje de lombrices…………………………….…………32 6.2 Efecto sobre las características fisicoquímicas del suelo………………...……..35 7. DISCUSIÓN………………………………………………………………….…….42 8. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES……………………………………54 9. LITERATURA CITADA………………………………………………….……….55 3 LISTA DE FIGURAS Figura 1. Ubicación del area de estudio en los municipos del Valle del Cauca y Quindio...........28 Figura 2. Figura 2. Disecciones realizadas en los individuos adultos colectados en los diferentes tratamientos propuestos................................................................................................................. 29 Figura 3. Porcentaje de las especies Pontoscolex corethrurus y Amynthas Corticis identificadas en el estudio...................................................................................................................................33 Figura 4 . Densidad promedio ± desviación estadar de lombrices en las fincas con tratamiento de fertilizacion orgánico, quimico y mixto en Quindio y Valle del Cauca.........................................34 Figura 5. Índice de diversidad para los tipos de fertilización orgánico, químico y mixto en municipios del Quindío y Valle del Cauca ....................................................................................35 Figura 6. Promedio ± desviación estándar de la materia orgánica entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca.....................................................36 Figura 7 . Promedio ± desviación estándar del porcentaje de humedad entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca............................................36 Figura 8 Promedio ± desviación estándar de la acidez del suelo entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca.....................................................37 Figura 9. Promedio ± desviación estándar de la conductividad eléctrica entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca...........................................37 Figura 10. Promedio ± desviación estándar de la materia orgánica entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca............................................38 4 Figura 11. Promedio ± desviación estándar de el porcentaje de limo entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca............................................39 Figura 12. Promedio ± desviación estándar del porcentaje de arena entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca. ..........................................39 Figura 13. Promedio ± desviación estándar de la densidad aparente entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca............................................40 Figura 14. Correlación positiva entre la humedad y la materia orgánica.......................................41 LISTA DE TABLAS Tabla 1 . Correlaciones significativas entre algunas de las variables del estudio en cafetales del Quindío y Valle del Cauca.............................................................................................................41 5 RESUMEN El objetivo de este estudio fue determinar el efecto del tipo de fertilización (química, mixta y orgánica) sobre el ensamblaje de lombrices en algunos cafetales del Quindío y Valle del Cauca. Para llevar a cabo este objetivo se muestrearon tres fincas por cada tipo de fertilización (orgánico, químico y mixto) entre los meses de julio a diciembre del 2008. En cada una de las fincas se delimitaron tres transectos distribuidos al azar en cuyos extremos se realizaron monolitos de 15 cm3, para un total de seis monolitos por finca, de estos monolitos se tomaron los datos de diversidad y riqueza de lombrices. A lo largo de cada transecto se tomaron 5 submuestras del suelo para conformar una muestra compuesta de donde se realizaron los análisis fisicoquímicos de los suelos. No se encontraron diferencias significativas en cuanto a la densidad de lombrices entre los diferentes tratamientos pero sí se encontró índices de diversidad mayores en las fincas con tipos de fertilización orgánica comparadas con los otros tipos de tratamientos. En cuanto a las características fisicoquímicas del suelo se encontraron diferencias significativas para la mayoría de las variables medidas entre los tratamientos, sin embargo estas no mostraron tener un efecto sobre la densidad de lombrices, por lo que aunque se evidencia un cambio en el ensamblaje de estos organismos, en cuanto a las especies presentes, otros factores climáticos, edáficos o de uso del suelo pueden estar teniendo un mayor impacto sobre dicho ensamblaje. En el futuro se recomienda realizar estudios de tipo experimental que controlen en mayor medida la variación ambiental generada por prácticas íntimamente ligadas al tipo de fertilización. Estas incluyen el arado y el uso previo del suelo, los cuales pueden generar cambios a nivel físico sobre la estructura o densidad, o a nivel químico, como una homogeneidad en los recursos presentes o una entrada de materia orgánica no uniforme y dependiente de las especies forestales como es el caso de los cultivos con tipo de fertilización orgánico. 6 1. INTRODUCCIÓN La fauna edáfica es un componente importante del suelo ya que determina o modifica muchos de los procesos que se llevan a cabo en este. Dentro de la fauna edáfica la lombriz de tierra es uno de los principales organismos tanto en densidad como en biomasa y por sus funciones asociadas a su alimentación y forma de vida ha sido considerada como un ingeniero del ecosistema, ya que puede modificar sustancialmente su entorno. Las prácticas agrícolas, especialmente las de alto impacto como el arado y uso de productos químicos pueden afectar los ensamblajes de organismos presentes en el suelo y a su vez las funciones en que estos organismos están implicados. Al tratarse de organismos como la lombriz de tierra u otros ingenieros del ecosistema los efectos de este tipo de prácticas sobre su ensamblaje pueden tener consecuencias negativas y generar cambios en la diversidad taxonómica o funcional de estos grupos, lo que puede afectar de igual manera procesos del suelo importantes para su funcionamiento. La fertilización con productos de síntesis química se considera una práctica de alto impacto, cobró fuerza a partir de la revolución verde y aún hoy en día son los productos más utilizado en los cultivos. El mal uso de estos fertilizantes puede causar en el suelo acidez, desbalance nutricional y una perdida de la materia orgánica propia del mismo, lo cual puede traer consecuencias negativas a los diferentes organismos del suelo. La fertilización orgánica se ha propuesto como una alternativa a los fertilizantes inorgánicos, este tipo de fertilización conserva la estructura del suelo y permite un balance nutricional en el mismo sin embargo su efecto, al igual que el efecto de los fertilizantes de síntesis química sobre el ensamblaje de lombrices es poco conocido por lo que se requiere de escenarios que permitan su evaluación. En Colombia uno de los principales productos agrícolas a nivel nacional es el café, el cual genera un gran porcentaje del empleo agropecuario del país. El manejo predominante a nivel de fertilizantes en este cultivo es químico, sin embargo el mercado de productos orgánicos es cada vez más fuerte, por lo que numerosas hectáreas de café son actualmente usadas para la producción de café orgánico, libres de insumos de síntesis química, además la federación nacional de cafeteros a impulsado en los últimos años el uso de la pulpa de café como abono orgánico por lo que también en muchas fincas del eje cafetero se implementan los dos tipos de fertilización en un mismo cultivo. Lo anterior convierte a la zona cafetera en un buen escenario para determinar el efecto de estas tres formas de fertilización de cafetales sobre el ensamblaje de los grupos funcionales y 7 taxonómicos de lombrices, objetivo principal de este estudio. Comparando la diversidad, densidad y riqueza de lombrices en cafetales tratados con los tres tipos de fertilizantes antes mencionados, se podrá conocer y sugerir un método de fertilización que beneficie no solo la parte económica sino también la diversidad propia del suelo. 2. MARCO TEÓRICO 2.1 CULTIVO DE CAFÉ Desde la llegada del café al país, en las primeras décadas del siglo XIX hasta el momento, se han evidenciado diferentes sistemas de producción; desde aquellos que modifican poco su entorno hasta los que lo hacen por completo. En este orden está el sistema rustico, el cual consiste en sembrar el café bajo el dosel de los árboles nativos, en este sistema la utilización de insumos es muy bajo. En segundo lugar está el policultivo tradicional, en este también siembra el café bajo la vegetación nativa pero a diferencia del sistema rustico se siembra en combinación con otras plantas útiles al hombre, se considera que este sistema es el que tiene la mayor complejidad vegetal y estructural. Un tercer sistema es el policultivo comercial donde los árboles nativos del bosque o selva son reemplazados con otras especies de sombrío que por lo general también son útiles para el hombre. Un cuarto sistema de producción es el de sombrío de una sola especie donde se utilizan especies de leguminosas cómo sombrío. Finalmente está el monocultivo sin sombra, este sistema es el que requiere los niveles más altos de insumos y no hay vegetación diferente a las plantas de café (Guhl 2008). Estos sistemas se pueden dividir en dos grandes grupos; los tradicionales y los intensivos. En los tradicionales el café se siembra bajo árboles de sombrío, tienen una baja densidad de siembra (menos de 2500 cafetos por hectárea) y un uso bajo de insumos. Las variedades de café son de porte alto y el ciclo de vida es de más de diez años. Por el contrario los sistemas intensivos no utilizan sombrío o es mínimo, las densidades de siembra son altas (hasta 10000 cafetos por hectárea) y tienen un uso considerable de insumos. Las variedades son de porte bajo y con un ciclo de vida menor a siete años (Perfecto 1996, Guhl 2008). 8 Ambos grupos tienen ventajas y desventajas; Los sistemas tradicionales por ejemplo permiten una mejor circulación de los nutrientes del suelo debido a que las raíces de los árboles alcanzan horizontes más profundos, esta vegetación también permite regular la disponibilidad de agua y crean hábitats para una variedad de organismos, por lo que se les considera zonas potenciales de conservación de biodiversidad (Perfecto 1996, Monguel & Toledo 1999) de hecho se ha visto cómo la diversidad biológica de los sistemas cafeteros está relacionada con la cantidad de especies de árboles y pastos (Moguel y Toledo 1999). Sin embargo estos sistemas presentan una productividad menor comparada con sistemas intensivos de siembra de café además pueden crearse entornos adecuados para ciertas plagas (Perfecto 1996). Los sistemas de producción de café intensivos requieren un mayor uso de fertilizantes para mantener altas tasas de producción, sin estos no se producen buenas cosechas (Guhl 2008, Sadeghian 2008). En estos sistemas se facilita el control de ciertas plagas y enfermedades pero generan una mayor erosión y mayores tasas de escorrentía en el suelo (Guhl 2008).La conversión a sistemas de producción intensivos generan cambios profundos en el microclima del suelo; incrementan la radiación solar con lo que aumenta la temperatura y disminuye la humedad, hay un impacto directo de la precipitación sobre el suelo lo que genera erosión y perdida de la materia orgánica. Estos cambios pueden afectar a organismos que no soporten las nuevas condiciones y favorecer a otros que aprovechan los nichos creados (Perfecto 1996). El cultivo de café en Colombia a cobrado mucha importancia con los años, actualmente responde por poco más del 20% del PIB agrícola del país y cerca de dos millones de personas dependen de forma directa de esta actividad que se desarrolla en gran medida en fincas de pequeña y mediana extensión (Lozano 2007). Para el 2009 la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia estimo que existen 527.609 caficultores en el país. La mayoría de los cafetales corresponden a sistemas de producción intensivos. Esto implica, entre otras practicas, la utilización de fertilizantes para mantener las altas tasas de producción. Los fertilizantes más utilizados en estos cultivos son la urea la cual abastece de Nitrógeno a las plantas, este elemento se considera el más importante en este cultivo, y el fosfato diamónico 9 (DAP) el cual abastece de fósforo y además contiene nitrógeno. Otras fuetes son el superfosfato triple y el fosfato monoamónico (Sadeghian 2008). La federación nacional de cafeteros es la entidad que se encarga de regular y establecer recomendaciones para el buen uso de estos productos. En términos generales recomienda la aplicación de los fertilizantes basados en análisis químicos y físicos del suelo. También toman en cuenta el estado de desarrollo de la planta y el tipo de sistema de producción, cuando estos factores no se tienen en cuenta se puede cometer desaciertos que se traducen en consecuencias ambientales y económicas (Sadeghian 2008). Aunque con la llegada de la revolución verde el cultivo intensivo de café es el sistema más utilizado, en los últimos años sistemas tradicionales o no intensivos de producción han cobrado de nuevo fuerza, esto gracias a que el cultivo orgánico de café es cada vez más importante en Colombia, este producto empezó a cobrar importancia con el colapso del acuerdo internacional del café, donde debido a un mercado abierto los precios del grano cayeron hasta llegar a los niveles más bajos en más de un siglo. Debido a esto algunos agricultores empezaron a certificar su café, una de estas certificaciones es la producción de café orgánico, el cual puede venderse hasta por el doble del precio que el café tradicional, gracias a una preferencia del consumidor por productos ambiental y socialmente responsables (Kilian 2007). La pulpa de café descompuesta es la fuente más utilizada para fertilizar los cultivos de café orgánico (Sadeghian 2008). El café orgánico se produce con métodos que promueven y hacen viable un agro-ecosistema sostenible. Además la agricultura orgánica es un sistema de producción que busca la promoción y estimulo de la biodiversidad y la protección del suelo, se fundamenta en el uso mínimo de insumos externos a la finca y la implementación de prácticas que restauren, mantengan y estimulen la armonía ecológica (Daviron & Ponte 2005). 10 2.2. RELACIONES DEL SUELO Y LAS PROPIEDADES DE LOS ECOSISTEMAS Los agroecosistemas así como los ecosistemas tienen diferentes propiedades que los caracterizan. A diferencia de los ecosistemas en los agroecosistemas existen tanto componentes ecológicos como económicos. Se han propuesto cuatro propiedades para estos sistemas, las tres primeras compartidas con los ecosistemas. En primer lugar la productividad que se define como la relación entre los insumos utilizados y los productos obtenidos. En los agroecosistemas los tres insumos básicos son la tierra, el trabajo y el capital. En segundo lugar está la sustentabilidad que se refiere a la habilidad del agroecosistema para mantener la productividad. Un tercer lugar lo ocupa la estabilidad que se define como la constancia en la productividad y en último lugar está la equitabilidad de lo producido la cual es una variable estrictamente social (Conway 1987). Aunque el suelo sólo se presenta como un insumo más y en un principio se lo consideró únicamente como el soporte para que las plantas crecieran, en realidad el suelo está muy relacionado con las tres primeras propiedades mencionadas anteriormente, tanto en ecosistemas como en sistemas manejados. La productividad depende en gran medida de procesos claves en el suelo como la dinámica de la materia orgánica, el flujo de agua en el suelo y la sincronía entre los procesos del suelo y las demandas nutricionales de la planta (Brown et al.1994). En los ecosistemas el ciclaje de nutrientes entre la planta y el suelo es el responsable de mantener la producción primaria, pues en realidad las entradas y salidas de nutrientes en estos sistemas es muy baja, por lo que dependen del reservorio de nutrientes contenidos en la materia orgánica (Anderson & Spencer 1990, Brown et al. 1994). Por esta razón la protección de estos nutrientes es un factor clave en estos sistemas: en primer lugar la capa de hojarasca protege al suelo de la erosión evitando el golpe directo de la lluvia, por otro lado la materia orgánica tiene un efecto catalizador en el flujo de agua y nutrientes, y contribuye a la formación de agregados en el suelo mejorando de esta manera las tasas de infiltración, la penetración de las raíces, la resistencia a la erosión; finalmente incrementa la capacidad de intercambio en suelos ácidos y reduce la fijación del fósforo y la toxicidad del aluminio (Brown et al.1994). 11 Comparado con los ecosistemas, en los agroecosistemas cambia la cantidad y calidad de la matera orgánica que entra al suelo así como su dinámica. También cambian los regímenes de temperatura, humedad y los procesos biológicos que afectan la descomposición. En estos sistemas el contenido de materia orgánica puede disminuir entre un 30% a 60% comparado con el ecosistema (Brown et al.1994). Como se mencionó anteriormente una segunda propiedad característica de los sistemas es la sustentabilidad, donde el suelo también cumple funciones importantes. En la agricultura esta propiedad es un factor clave ya que garantiza la producción a través del tiempo. En un ecosistema, el suelo se encarga de proporcionar los nutrientes indispensables para la vida y el mantenimiento de los procesos en el sistema. La materia orgánica por ejemplo es la fuente de muchos de estos elementos utilizados por la vegetación y de hecho se considera el elemento clave para mantener la fertilidad del suelo (Lavelle 1997); la mayoría de los elementos o nutrientes sustraídos por la vegetación vuelven al suelo después de un tiempo, el cual dependerá del ciclo de vida de la especie. En los agroecosistemas por el contrario se remueven estos nutrientes en las cosechas pero no se vuelven a reincorporar al suelo; es por esto que para mantener las tasas de crecimiento que se esperan de un cultivo productivo se deben utilizar insumos externos que reemplacen los nutrientes extraídos (Boul 1995). La agricultura intensiva ha mantenido la sustentabilidad mediante la utilización de fertilizantes químicos que proporcionan a la planta elementos limitantes en su crecimiento, en la mayoría de los casos nitrógeno, fósforo y potasio (Conway 1987). Antes de la llegada de la revolución verde, en los años sesenta, la agricultura y la adición de estos elementos se hacían principalmente por medio de procesos biológicos, como la fijación biológica del nitrógeno por microorganismos del suelo o plantas. Sin embargo a partir del desarrollo del proceso Haber-Bosch de donde se obtiene amoníaco de la reacción entre el nitrógeno y el Hidrogeno gaseoso, este producto ha sido el más utilizado para suplir de Nitrógeno los cultivos y es uno de los principales insumos de la revolución verde la cual fue por muchos años y aún hoy, es la esperanza para contrarrestar el hambre mundial ( Cleaver 1972, Tangley 1987). Aunque en los agroecosistemas la fertilización inorgánica suple algunos elementos indispensables para el crecimiento de las plantas, no reemplaza todas las funciones que la materia orgánica desempeña como lo es el servir de reservorio de nutrientes, mantener la estructura del suelo, retener agua y servir de sustrato para organismos edáficos, entre otras (Matson et al. 1997). 12 La agricultura intensiva tiene como una de sus consecuencias principales la pérdida de esta materia orgánica y sus funciones asociadas; además la comunidad edáfica que se sustenta de ella también disminuye o cambia alterando procesos en el suelo. El resultado de todos estos cambios es la inhabilidad de la comunidad microbiana del suelo de retener y mediar la transferencia de nutrientes, por lo que una buena parte de estos fertilizantes de síntesis química se pierden o se filtran hacia los cuerpos de agua generando contaminación y eutrofización (Matson et al.1997). El entender cómo los ecosistemas son alterados por la intensificación de la agricultura y el desarrollo de nuevas estrategias que tomen ventaja de las interacciones ecológicas sobre los agroecosistemas es crucial para continuar con altas productividades en el futuro (Matson et al. 1997). Para esto resulta importante comprender cómo los ecosistemas mantienen sus altas producciones a través de los procesos biológicos, para así establecer sistemas agrícolas sostenibles tanto económica como ecológicamente (Sánchez 1990). La estabilidad es la tercera propiedad de los sistemas naturales o manejados y se define como la constancia en la productividad. El suelo y la fauna edáfica también cumplen una función importante en este caso, al ser el suelo uno de los de los ecosistemas más diversos del planeta (Andre et al 1994); esta diversidad se ha considerado importante para la estabilidad del sistema, entendiendo por estabilidad la resistencia al disturbio, resilencia y constancia. El modelo de competencia por el recurso predice que un incremento en la diversidad causa que la estabilidad de la comunidad aumente. Esto ha sido confirmado con experimentos en campo que demuestran cómo una mayor diversidad en plantas da lugar a una mayor productividad primaria; esto se debe que una mayor diversidad aumenta las probabilidades de que especies altamente productivas estén presentes y a que haya una utilización óptima de la heterogeneidad del hábitat. De esta manera hay una completa utilización de los recursos limitantes y un incremento en la retención de los mismos, aumentando así la estabilidad del sistema y su productividad (Tilman & Downing 1994, Tilman 1999). Los bajos niveles de nutrientes limitantes disponibles hace que la susceptibilidad de una invasión disminuya (Tillman 999). Lo contrario se ha observado en el caso de la deforestación de bosques, donde la disminución de la biomasa de la macrofauna los ha vuelto más susceptibles a enfermedades y plagas (Szujecky et al. 1977). 13 2.3. IMPORTANCIA DE LAS LOMBRICES EN EL SUELO Como se mencionó anteriormente el suelo es uno de los ecosistemas más diversos. Sin embargo el conocimiento sobre los organismos edáficos es reducido y aunque todos los organismos desempeñan un papel específico en este medio, el esfuerzo en la investigación se debe concentrar en organismos que desempeñan roles claves en el ecosistema (Brussaard 1997, Behan-Pelletier & Glen Newton 1999). En términos generales los microorganismos y los invertebrados influencian tres procesos principales en el suelo como son la dinámica de la materia orgánica, la formación y mantenimiento de la estructura del suelo, el abastecimiento de agua y de nutrientes para las plantas (Lavelle 1997, Brussard 1997). Sin embargo sólo un reducido grupo de organismos influencian estos tres procesos al mismo tiempo e incluso regulan las actividades del resto de organismos en el suelo. Estos organismos son los llamados ingenieros del ecosistema, dentro de los cuales encontramos a las termitas, hormigas y lombrices. La fauna edáfica, especialmente los invertebrados se han considerado como uno de los principales componentes edáficos, determinantes de los procesos en los ecosistemas tropicales. Dentro de este grupo existen especies claves que pueden cambiar la estructura del suelo e influenciar la dinámica de nutrientes del mismo (Lavelle et al. 1992). Es el caso de los ingenieros del ecosistema los cuales según la definición de Jones et al. (1994) son organismos que directa o indirectamente regulan la disponibilidad de los recursos para otras especies mediante la transformación de materiales bióticos y abióticos; de esta manera pueden modificar, mantener o crear nuevos hábitats. Pueden desempeñar estas funciones gracias a que son los organismos edáficos que presentan las relaciones más estrechas con la microbiota del suelo y a las diferentes estructuras que construyen (Lavelle 1994). En América las termitas no son tan comunes, por lo que su importancia sobre la fertilidad no es determinante. Las lombrices por el contrario están bien representadas y en términos de biomasa es el mayor componente de macrofauna en el suelo (Lavalle 1994). La lombriz de tierra pertenece al orden Oligoqueta y es común en todo el mundo; puede comprender entre un 40-90% de la 14 macrofauna presente en el suelo (Fragoso et al. 1999). Sus efectos en el medio edáfico pueden ser directos mediante la respiración y la mineralización o indirectos alterando la estructura del suelo y la interacción con los microorganismos (Lavelle et al. 1992). Los efectos directos de las lombrices sobre el suelo están muy relacionados con su manera de alimentarse, así como de la transformación de los nutrientes que se lleva a cabo dentro de su organismo. Al alimentarse las lombrices alteran la relación C:N presente en la hojarasca, siendo más baja esta relación cuando estos organismos están presentes. Esto puede deberse a una selección por parte de la lombriz de sustratos con relaciones bajas de C:N o a que en la hojarasca esta relación disminuye al ser depositada en las heces; también puede ser una combinación de ambas (Bohlen et al. 1997, Savin & Amador 2000). Aunque la lombriz es capaz de producir algunas enzimas que libera en su intestino, otras como la celulasa y manasa son liberadas por los microorganismos en su cuerpo, lo que les permite digerir compuestos complejos (Lavelle 1997). El paso de la materia orgánica por su sistema digestivo da como resultado la fragmentación de los residuos orgánicos y la liberación de cantidades importantes de nitrógeno mineral y fósforo (Lavelle 1997, Barois et al. 1999, Savin & Amador 2000, Jiménez et al. 2001, Rangel et al. 2001). El contenido de carbono también es mayor en las heces de las lombrices (Jegou et al. 1998, Barois et al. 1999, Savin & Amador 2000, Decaëns et al. 2001, Rangel et al. 2001), mientras que la concentración de aluminio disminuye en comparación con el suelo circundante (Decaëns et al. 2001). Para el caso del pH se ha encontrado un valor mayor en la deposición de las lombrices que en el suelo (Jiménez et al. 2001). Estas transformaciones de los elementos cobran importancia si se considera que en algunos ambientes las lombrices endógeas pueden digerir diariamente de 5 a 30 veces su peso (Lavelle 1994).Una buena parte del material ingerido por las lombrices es secretado como mucus intestinal y cutáneo con relaciones mayores C:N que los del material original; el exceso de N es secretado como amonio. Otro mecanismo de excreción de nitrógeno es su transformación en la biomasa de las lombrices (Barois et al.1987). Aunque en las heces frescas de las lombrices la mineralización de la materia orgánica es mayor que en la materia orgánica corriente, dicha mineralización disminuye después de unos días y por 15 un largo periodo se inhibe, por lo que se considera que estas estructuras tienen un efecto protector sobre la materia orgánica (Lavelle 1997, 1994). Este cambio en la dinámica de descomposición puede deberse a que las lombrices al ingerir selectivamente partículas finas del suelo producen heces que también tengan una granulometría fina y baja porosidad, en comparación con el suelo adyacente (Lavelle 1971, Blanchart et al.1990 ). Los efectos indirectos son numerosos y variados. Uno de los efectos más importantes de la lombriz sobre el suelo es que puede regular su estructura. Esto lo hace mediante la formación de galerías y poros que le sirven de camino para desplazarse a través de los horizontes o a lo largo de ellos; mediante este desplazamiento también realiza una transferencia de carbono desde horizontes superficiales a los más profundos (Jegou et al. 1997). Las lombrices también pueden regular la estructura del suelo a través de la producción de bioagregados de tamaños variables, mediante los cuales favorecen la aireación y el adecuado flujo de agua en el suelo (Decaëns, 2002). El tamaño y consistencia de estos agregados dependerá a su vez del tamaño de la lombriz, ya que la presencia de lombrices grandes crea macroagregados, mientras que aquellas pequeñas producen agregados medios y destruyen los macroagregados, regulando de esta manera las proporciones de los diferentes tamaños de agregados generados por las diferentes especies (Blanchart et al. 1997). La ausencia de uno de estos dos grupos puede modificar la estructura del suelo. Cuando las lombrices pequeñas faltan predominan los macroagregados, generando en algunas ocasiones la compactación del suelo, interrumpiendo el flujo del agua y creando ambientes poco favorables para las lombrices (Blanchart et al. 1996). Estos espacios creados por la lombrices son también importantes para las comunidades microbianas ya que los organismos que las conforman no pueden desplazarse en suelos compactos; en estos lugares se desarrollan cadenas alimenticias entre microdepredadores y la masa microbiana (Lavelle 1997). Estas cadenas alimenticias tienen un impacto significativo en la dinámica poblacional de los microorganismos y en la liberación de nutrientes inmovilizados en la biomasa microbiana. Gracias a estas cadenas se promueven tasas más rápidas de mineralización y renovación de nutrientes; además se libera nitrógeno mineral que puede ser usado por las plantas (Lavelle 1997, 1994). 16 Las galerías de las lombrices son cilíndricas y sus paredes se recubren de mucus cutáneo cada vez que la lombriz pasa a través de ellas. Este mucus aumenta en gran medida la actividad microbiana (Lavelle 1997) y la diversidad de hongos y bacterias, que utilizan este mucus como sustrato (Tiwari & Mishra 1992, Bohlen et al. 1997). Los hongos y bacterias son a su vez alimento para protozoos y nematodos (Savin & Amador, 2000). Savin & Amador en el 2000 reportaron una actividad microbiana cinco veces mayor en las heces de las lombrices que en el suelo circundante.Aunque se ha visto que estos microhábitats atraen y alimentan a algunas especies, también repelen a otras, creando de esta manera parches de heterogeneidad en el suelo. La dinámica estructural y temporal de este microhábitat es en parte responsable de la coexistencia de un gran número de especies (Hansell 1993, Maraun et al. 1999). Las funciones que cumplen las diferentes especies de lombrices dependerán de sus distintas adaptaciones al suelo. Bouché (1977) dividió a estos organismos en tres grupos ecológicos. El primero de estos grupos está conformado por especies que habitan la superficie del suelo y se alimentan de la hojarasca la cual fraccionan transformándola en sustratos estables de materia orgánica. A estas especies se les denomina especies epígeas. En segundo lugar están las especies anécicas, las cuales se alimentan de la hojarasca, al igual que las epigeas, pero forman galerías en horizontes más profundos; su función principal es la de transportar la hojarasca a estos horizontes. Por último están la especies endógeas, que viven en el suelo y forman galerías permanentes en los horizontes inferiores, aprovechan la materia orgánica de baja calidad gracias a sus interacciones mutualistas con la microbiota, son geófagas y también pueden alimentarse de raíces muertas o vivas, producen estiércol y pellets fecales que ayudan a la formación de macroagregados en el suelo. Mediante sus galerías favorecen la aireación del suelo y el paso del agua. Dentro del grupo de las especies endógeas se pueden distinguir tres subgrupos según la calidad del alimento que consuman; las polihúmicas se alimentan de sustratos ricos en nutrientes, las mesohúmicas de no tan ricos y las oligohúmicas de substratos de baja calidad (Lavelle 1988). Sobre la vegetación se podría esperar que al generar mayor disponibilidad de nutrientes se obtuviera un efecto positivo y directo sobre las plantas; sin embargo esto depende del tipo de cultivo, lombriz y también del tipo de suelo, ya que las diferentes combinaciones de estos factores producen resultados distintos (Fragoso et al. 1997). En algunos estudios no se han 17 encontrado efectos aparentes de la acción de las lombrices sobre la productividad vegetal, por lo que se puede suponer efectos a largo plazo, difíciles de observar en pruebas de laboratorio (James & Seastedt 1986, Zaller & Arnone 1998). Sin embargo se ha evidenciado que contribuyen con la formación y conservación del banco de semillas (Andrews 1907, Barois et al. 1999). 2.4. EFECTO DE LAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS SOBRE EL ENSAMBLAJE DE LOMBRICES El impacto de las prácticas agrícolas sobre el ensamblaje de lombrices, así como sobre otros organismos edáficos dependerá en gran medida del ecosistema de origen y la organización natural de dichos ensamblajes. Diferentes estudios han mostrado que el impacto es distinto cuando el ecosistema de origen es una sabana, que cuando se trata de un bosque. En el caso de las sabanas que son convertidas a pastizales las comunidades de lombrices se pueden mantener y desarrollar favorablemente gracias a la similitud funcional de estos dos ecosistemas (Fragoso et al. 1999, Lavelle 1994, Decaëns & Jiménez 2002, Decaëns et al. 2001). Por el contrario al convertir bosques a sabanas o pastizales se crean condiciones microclimáticas distintas; la energía y el status de los nutrientes también cambian, por lo que en muchos casos desaparecen las especies nativas y pueden aparecer especies exóticas que aprovechan los nichos recién establecidos (Fragoso & Rojas 1994). En términos muy generales cuando las sabanas naturales y los bosques son convertidos a agroecosistemas las comunidades de lombrices cambian con diferentes grados de intensidad, en densidad, biomasa, riqueza, categorías ecológicas y composición Fragoso et al. 1999). Además del tipo de ecosistema de origen, el impacto del uso del suelo sobre el ensamblaje de lombrices dependerá también del tipo de práctica que se realice, por lo que no será lo mismo hablar de los efectos de un monocultivo, un policultivo o de un suelo usado para pastoreo, entre otros. Aunque la información es reducida para muchas de las prácticas agrícolas, los estudios al respecto han mostrado cómo entre las prácticas que más reducen la diversidad de macrofauna se encuentra la implementación de los cultivos anuales; bajo este sistema los ensamblajes de lombrices y de los invertebrados en general desaparecen tempranamente (Fragoso et al. 1999). Por el contrario los cultivos perennes especialmente aquellos multiestrato pueden conservar 18 especies del ecosistema original aunque también proveen nichos para colonizadores exóticos (Fragoso et al. 1999, Fragoso et al. 1997, Lavelle 1994, Decaëns & Jiménez 2002). El manejo que se le dé al cultivo también es un factor importante a la hora de evaluar el ensamblaje de lombrices, pero debido a la gran variedad de prácticas agrícolas asociadas al manejo de los cultivos la información al respecto también es muy reducida. Se sabe que entre las prácticas agrícolas que producen un menor daño al ensamblaje de lombrices está la del no arado, la cual se encuentra positivamente relacionada con la densidad de lombrices en diferentes fincas de Brasil. Esto se debe a que se producen condiciones favorables en el suelo, como una mayor retención de humedad, protección del suelo por la hojarasca, mayores recursos alimenticios y ausencia de disturbio (Brown, 2003). El arado intensivo por el contrario es una de las prácticas que tiene un mayor impacto negativo sobre las comunidades de lombrices, ya que puede modificar drásticamente la humedad, la temperatura del suelo y el contenido de materia orgánica, factores importantes en el ensamblaje de estos oligoquetos (Edwards 1998, Clapperton 1999). El carbono orgánico es uno de los principales determinantes del ensamblaje de lombrices de tierra. De hecho en bosques tropicales el estatus nutricional del suelo es la variable que determina directamente dicho ensamblaje (Fragoso & Lavelle 1992). La importancia de este recurso ha hecho que se preste atención a su relación con estos oligoquetos y la mayoría de los estudios se han concentrado en comparar agroecosistemas manejados orgánicamente con ecosistemas como bosques o sabanas o con otros agroecosistemas donde no hay adición de materia orgánica como fertilizante, sino la aplicación de fertilizantes de síntesis química. Fragoso et al. (1993) encontró una relación significativa entre el contenido de materia orgánica y la cantidad de especies nativas en ecosistemas de los trópicos mexicanos. Las especies nativas fueron dominantes en aquellos ecosistemas donde había altos niveles de materia orgánica mientras que en aquellos donde la materia orgánica era reducida se encontró una dominancia de especies exóticas. Este mismo resultado lo obtuvieron Huerta et al. (2006), después de analizar ecosistemas y agroecosistemas en Tabasco (México), pero adicionalmente encontraron que las especies nativas son dependientes de la vegetación original así como del contenido de materia 19 orgánica, mientras que especies exóticas como P. corethrurus y P. elongata se encontraron tanto en ecosistemas como en agroecosistemas sin importar el contenido de materia orgánica del suelo. La materia orgánica también puede determinar la densidad de lombrices en un suelo, como lo muestra un estudio llevado a cabo por Araujo y López en 1998 y otro en este mismo año realizado por Whalen et al (1998). En el primero de estos estudios se encontró un mayor contenido de materia orgánica en un agroecosistema fertilizado con estiércol que en un ecosistema sin aporte de fertilizantes; estas condiciones aumentaron la densidad de lombrices en el agroecosistema. En el segundo se comparó la dinámica de una población de lombrices en cultivos de maíz fertilizados orgánica e inorgánicamente, encontrando que la adición de materia orgánica en los cultivos favorece la densidad de lombrices; sin embargo no se encontró una relación significativa entre el tipo de fertilizante y la diversidad de lombrices. La biomasa también puede aumentar con el aporte de carbono orgánico, lo cual parece crucial en el establecimiento de poblaciones de lombrices endógeas en suelos arables, ya que al parecer estas poblaciones son selectivas al explotar los recursos fácilmente disponibles como la materia orgánica derivada de fertilizantes orgánicos y residuos de plantas (Marhan & Scheu 2005). Resultados similares obtuvo Tiwari (1993) en la India donde la aplicación de fertilizantes (orgánico y químico) causó un incremento en la biomasa, número y producción de estiércol en el ensamblaje de las lombrices; sin embargo fue la combinación de fertilizantes orgánicos y químicos la que produjo mejores resultados. Por su lado Bettiol et al en el 2002 encontraron valores de densidad diez veces por encima en cultivos orgánicos de tomate que en los cultivos fertilizados químicamente. En India otro estudio similar se llevó a cabo sobre cultivos de té e igualmente se encontró que con la adición de materia orgánica hubo un incremento en la biomasa de la fauna edáfica, excepto en las termitas y especialmente sobre las lombrices. En este estudio se destacó la importancia de la relación termitas:lombrices como un indicador potencial de la degradación del suelo (Senapati et al.2002). Todos estos estudios dejan ver la importancia de la materia orgánica sobre el ensamblaje de las lombrices, y lo corroboran otros estudios como el realizado en la Amazonía venezolana donde se empezó a aplicar hace 25 años fertilización orgánica en los suelos pobres de una sabana. Este manejo hizo que la densidad de lombrices fuera entre 1,6 y 4,8 veces mayor (Araujo 1998). Esta 20 relación directa entre la materia orgánica y la densidad de lombrices es de hecho un indicador para la caracterización de la fertilidad del suelo en condiciones tropicales (Geissen & Guzman, 2006). Las consecuencias de estos cambios sobre el ensamblaje de lombrices se puede analizar de una manera resumida al mirar los grupos ecológicos, los cuales se verán afectados tanto en su diversidad como en la riqueza, aunque dependerá del ensamblaje original. La reducción en la densidad de las lombrices endógeas puede tener consecuencias negativas, ya que estas regulan muchos procesos químicos y físicos del suelo (Lavelle 1997). El ecosistema seguirá funcionando pero de una manera precaria, con una menor mineralización de nutrientes y agregación del suelo. En el caso de las lombrices anécicas, su desaparición cobra importancia si la capa de la hojarasca es abundante, pero en los agroecosistemas esta capa es reducida, por lo que el impacto debido a la ausencia de estas lombrices también lo es (Fragoso et al. 1997). En casos donde hay ausencia de lombrices en el suelo la colonización de estas puede cambiar o alterar el ciclaje de nutrientes, disminuyendo el contenido de materia orgánica en el horizonte O, aumentando el carbono mineralizable y la biomasa de microorganismos; también pueden aumentar el potencial de nitrificación, lo cual podría ocasionar pérdidas de nitrógeno, entre otros. Todo esto podría tener importantes consecuencias a largo plazo (Burtelow et al. 1998). El efecto sobre las lombrices dependerá de la especie afectada, ya que muchas de las lombrices nativas son dependientes de las condiciones particulares de su ecosistema de origen y tienen rangos estrechos de adaptación, lo cual las hacen muy sensibles a los cambios en los ecosistemas. Por el contrario algunas lombrices exóticas como Pontoscolex corethrurus tienen un amplio rango de tolerancia a condiciones edáficas y ambientales; además, las lombrices exóticas tienen una mayor fecundidad y tiempos de generación más cortos y es probable que tengan relaciones mutualistas más importantes con la microbiota, lo que les permite digerir una mayor cantidad de materia orgánica (Barois et al. 1999, Liu & Zou 2002, Fragoso et al. 1993, Lavelle et al. 1987). Sin embargo su presencia en el suelo no contrarresta las funciones de las lombrices nativas ya que se ha demostrado como estas últimas contribuyen en mayor proporción a todos los procesos del suelo, pues tienen una mayor tolerancia a factores ambientales propios de la región y, generan una mayor cantidad de nutrientes disponibles así como de deyecciones; la invasión de lombrices 21 exóticas y el desplazamiento de las especies de lombrices nativas pueden tener efectos negativos sobre algunos procesos en el suelo (James 1991, Barois et al. 1999). En Colombia el estudio sobre oligoquetos empezó en 1872 a partir de ese momento y hasta la actualidad se han registrado para Colombia 135 especies situadas en 9 familias y 34 géneros. El 93% de estos registros fueron realizados en la región Andina, 4% en la Orinoquía y 2% para la zona Pacífica (Feijoo et al. 2004). La gran mayoría de los estudios realizados en lombrices se concentran en aspectos taxonómicos, sistemáticos o morfológicos de diferentes especies, muy pocos de estos estudios están enfocados a nivel ecológico y aun menos son aquellos los que evidencian el impacto de las prácticas agrícolas sobre el ensamblaje de las lombrices de tierra en Colombia. De los pocos estudios, Feijoo y colaboradores en 1999 midieron la densidad, biomasa y diversidad de la macrofauna en la cuenca del río Cabuyal con diferentes usos del suelo, encontraron que la riqueza de especies disminuía acorde con la degradación del suelo e identificaron algunas lombrices indicadoras de ambientes disturbados. En el 2002 Decaëns y colaboradores describieron el impacto de la conversión de una sabana nativa en cultivos y pastos a través del estudio de las bioestructuras propias de lombrices y termitas. Encontraron que en aquellos ambientes donde se utilizan pesticidas, hay bajos aportes de materia orgánica y arado intensivo (como los cultivos) la cantidad de estas estructuras es baja y por lo tanto sus efectos sobre el suelo. Por el contrario los pastos brindaron condiciones favorables para la macrofauna. En este mismo año Decaëns y Jiménez analizaron en las sabanas de Carimagua el impacto de practicas agrícolas intensivas sobre la comunidad de lombrices. Una vez más los pastos fueron el uso del suelo que menos modificó el ensamblaje de lombrices, mientras que los cultivos anuales tuvieron los efectos negativos más marcados comparados con otros usos del suelo sobre la riqueza y biomas de las lombrices. En el 2007 Marin y Feijoo, evaluaron el efecto de diferentes tipos de labranza sobre la estructura de la comunidad de macroinvertebrados encontraron que la labranza disminuyó la densidad y diversidad principalmente de las especies de lombrices nativas. En el 2007 Feijoo y colaboradores relacionaron diferentes tipos de uso de tierra con la densidad y numero de especies de lombrices; aunque concluyeron que no se puede construir un sólo indicador coherente debido a las diversas situaciones del paisaje que explique las fluctuaciones en la diversidad, proponen que las lombrices son indicadores estables e identificaron a especies 22 claves como P. corethrurus, O. elegans, Glossodrilus saija y M. murindo como indicadoras de suelos muy perturbados. 3. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA Y JUSTIFICACIÓN 3.1. PROBLEMA Los fertilizantes de síntesis química son insumos fundamentales para la agricultura actual, su uso se incremento a partir de la revolución verde y son considerados la respuesta para el hambre mundial y el medio para mantener una población creciente; estos fertilizantes brindan al suelo algunos de los nutrientes principales para el crecimiento de las plantas. En los ecosistemas la materia orgánica cumple esta función pero también proporciona alimento a muchos organismos edáficos, conserva la estructura del suelo y sirve de reserva de nutrientes. Estas funciones se pierden en alguna medida en los agroecosistemas actuales que reemplazan la materia orgánica por el uso de fertilizantes de síntesis química. La perdida de materia orgánica significa también la perdida del recurso para muchas especies por lo que la diversidad puede disminuir y con ella importantes propiedades del ecosistema cómo la estabilidad que se define cómo la constancia en la productividad, propiedad fundamental en los agroecosistemas. La pérdida de algunas especies puede significar cambios importantes en las funciones del suelo, es el caso de la lombriz de tierra, la cual hace parte de los denominados ingenieros del ecosistema, debido al impacto que tiene su actividad en el suelo. A pesar de su importancia son muy pocos los estudios que permiten evidenciar el efecto del uso de fertilizantes sobre estos organismos. A nivel mundial los estudios realizados muestran efectos positivos del uso de fertilizantes orgánicos sobre la densidad y biomasa de lombrices sin embargo no se han encontrado relaciones significativas entre el uso de estos fertilizantes y la diversidad de oligoquetos. Actualmente no hay estudios en Colombia al respecto a pesar de que ofrece escenarios apropiados, el cultivo de café es uno de ellos, aunque desde 1970 su manejo en cuanto a fertilizantes ha sido principalmente con productos de síntesis química, el alto costo de estos productos sumado a las ventajas de la aplicación de la materia orgánica ha hecho que muchos caficultores complementen la fertilización de sus cafetales con la pulpa de café descompuesta. 23 Además las mismas razones han hecho que muchos cafetales sean actualmente fertilizados orgánicamente debido a que estos productos ofrecen mejores precios en el mercado y a que hay cada vez más preferencia por parte de los consumidores por productos social y ambientalmente amigables. Estas condiciones permiten conocer el efecto de diferentes tipos de fertilización sobre organismos importantes para los ecosistemas edáficos cómo la lombriz de tierra para así determinar un manejo que mantenga la diversidad edáfica y sus funciones asociadas. 3.2. JUSTIFICACIÓN Son aproximadamente 878.000 hectáreas de café en la región conocida como el eje cafetero en Colombia, de la cual hacen parte 20 departamentos. Para el año 2008, la siembra de café generó 761.840 empleos directos, casi la mitad del empleo agrícola que genera el país (FEDECAFE 2008). Dada su importancia tanto a nivel económico como social es importante conocer el efecto que tiene su cultivo y manejo sobre el medio edáfico, ya que un suelo bien utilizado puede mantener la fertilidad y la producción para garantizar una buena calidad de vida a los productores. Actualmente la utilización de fertilizantes de síntesis química está muy difundida entre los caficultores; sin embargo el alza en el precio de estos productos sumado a los bajos precios del café en el mercado hace que para pequeños agricultores la siembra de café sea poco rentable. Es por esta razón que la agricultura orgánica surge como una alternativa para pequeños caficultores. Aunque en Colombia la siembra del café orgánico se dio antes de la llegada de la revolución verde y los fertilizantes de síntesis química, estos últimos remplazaron rápidamente y en gran medida a la fertilización orgánica. Actualmente en Colombia el mercado orgánico se fortalece cada vez más debido a que son productos social y ambientalmente responsables, características preferidas por países desarrollados. Esta situación convierte al café en un buen modelo para evidenciar el efecto de la fertilización orgánica, química y la combinación de ambas sobre las diferentes características del suelo, entre ellas, el componente biótico que pocas veces es tenido en cuenta, por no relacionarlo de una manera directa con la producción del cultivo. Sin embargo cambios en el ensamblaje de organismos propios del suelo pueden significar modificaciones importantes en este medio y posteriormente en la productividad y en la economía del caficultor. Dentro de este componente biótico, existen especies muy importantes debido a las múltiples 24 funciones que realizan en el suelo, es el caso de la lombriz de tierra que juega un importante papel en procesos del suelo como flujo de agua y gases, ciclaje de nutrientes, composición orgánica y mineral de los suelos, entre otros. Por esto es importante conocer el efecto de los fertilizantes sobre el ensamblaje de la lombriz en el suelo y un primer paso es establecer el comportamiento de los valores de diversidad y densidad de lombrices en cafetales tratados con los tres tipos de fertilización utilizados en la zona cafetera de Colombia. 3.3. Preguntas, hipótesis y predicciones 1. ¿Existe diferencia para la densidad, riqueza y diversidad de lombrices a nivel taxonómico y funcional entre cafetales tratados con fertilización orgánica, química o una mezcla de estas dos? Hipótesis 1. A nivel taxonómico, una mayor cantidad de fertilizantes químicos dará como resultado una menor diversidad y riqueza en el ensamblaje de lombrices que en el de suelos de cafetales abonados orgánicamente o con una combinación orgánica y química. Esto se debe a que el uso de estos fertilizantes cambia las condiciones químicas en el suelo a las cuales algunas de las lombrices nativas están adaptadas, las cuales en muchos casos tienen rangos de adaptabilidad reducidos y pueden verse diezmadas o hasta desaparecer. Además el uso de estos productos está asociado a monocultivos, por lo que el ambiente edáfico se homogeniza y asimismo el ensamblaje de las lombrices que habitan en el suelo. La densidad por el contrario será mayor en los cafetales tratados químicamente, ya que se espera la dominancia de la especie exótica P. corethrurus la cual tiene amplios rangos de adaptabilidad a diferentes condiciones físicas y químicas del suelo, lo que se refleja en poblaciones abundantes especialmente de individuos jóvenes. A nivel funcional cuanto mayor sea el uso de productos químicos en los cultivos de café mayores los cambios a este nivel, ya que este tipo de práctica está asociado con la eliminación de la hojarasca y profundos cambios en el horizonte superficial del suelo, por lo que las lombrices epígeas pueden verse eliminadas en estos suelos o por lo menos diezmadas. De igual forma, pueden verse afectadas las lombrices anécicas las cuales también se alimentan de hojarasca y comparten parte de este horizonte con las lombrices epígeas. Las lombrices endógeas pueden 25 verse menos afectadas gracias a que ocupan horizontes más profundos y no dependen de manera tan marcada de la hojarasca del suelo. Predicción 1. Tanto el número total de especies como la relación entre el número de especies y el número total de individuos observados será mayor para los cafetales tratados con productos orgánicos o mixtos que para los cafetales abonados químicamente; por el contrario el número de individuos totales será mayor en estos últimos. Adicionalmente el número de grupos funcionales y el número de lombrices en cada grupo será menor en los cultivos de café tratados con productos químicos que en aquellos cultivos tratados con fertilizantes orgánicos o mixtos. 2. ¿Existen diferencias para la distribución de agregados, pH, temperatura del suelo, conductividad eléctrica, humedad, textura y contenido de materia orgánica entre cafetales tratados con fertilización orgánica, química o mixta? Hipótesis 2. En los suelos de cafetales tratados químicamente se encontrará un pH más ácido, una temperatura del suelo y una conductividad eléctrica más elevadas, una disminución en la humedad y un contenido de materia orgánica más bajo que en los suelos de cafetales tratados con fertilizantes orgánicos o mixtos, los cuales serán mas similares entre si. Esto se debe a que la mayoría de los productos químicos utilizados son fertilizantes nitrogenados, los cuales en el proceso de nitrificación en el suelo liberan iones H+ haciendo más ácido el medio; esta liberación de iones también hará que la conductividad eléctrica aumente. La temperatura del suelo aumentará debido a la libre exposición de los monocultivos de café tratados químicamente; esto mismo hará que la humedad del medio disminuya. La cantidad de materia orgánica podría ser mayor en el tratamiento químico debido a una estimulación por parte de estos productos en la hojarasca producida; sin embargo por acumulación también se podrían encontrar valores mayores en los tratamientos orgánico y mixto. Predicción 2. La cantidad de iones H+, el contenido de materia orgánica y el porcentaje de humedad por volumen, presentarán valores más bajos en los cafetales tratados químicamente en comparación con aquellos tratados con productos orgánicos o con una mezcla de ambos. Por el contrario la cantidad de grados Celsius y la conductividad eléctrica tendrán valores más altos en los cafetales fertilizados químicamente. 26 3. ¿Existe algún efecto de las características fisicoquímicas del suelo sobre la densidad, riqueza y diversidad de lombrices a nivel taxonómico y funcional? Hipótesis 3. Las condiciones químicas y físicas del suelo creadas por algunos de los fertilizantes químicos empleados determinan la dominancia o ausencia de ciertos grupos de lombrices en los cafetales, debido a que crean ambientes muy diferentes a los que algunas de las especies nativas no están adaptadas y por el contrario favorecen la densidad de otros grupos, por lo general de especies exóticas. Por lo tanto la densidad se verá influenciada directa y positivamente con la cantidad de producto químico utilizado, mientras que la riqueza y diversidad responderán negativamente. Predicción 3. Los coeficientes de regresión serán positivos y altos entre la humedad, contenido de materia orgánica y la densidad de lombrices, a su vez el coeficiente de regresión será negativo entre la densidad de lombrices y el pH y la densidad del suelo. La conductividad dependerá de las características propias del lugar por lo que su relación con la densidad o la riqueza de lombrices no será directa. Para la riqueza se espera un comportamiento similar al de la densidad ya que la materia orgánica y la humedad son características que determinan la presencia o ausencia de muchas especies nativas que no soportan amplios rangos en cuanto a estas características del suelo. 4 OBJETIVOS 4.1. Objetivo general Determinar el efecto del uso de diferentes tipos de fertilizantes y de algunas características fisicoquímicas del suelo, sobre el ensamblaje de grupos funcionales y taxonómicos de lombrices presentes en algunos cafetales de la zona cafetera. 27 4.2. Objetivos específicos • Comparar la densidad, riqueza y diversidad a nivel taxonómico y funcional de lombrices en cafetales tratados con diferentes tipos de fertilizantes • Establecer las diferencias existentes en algunas características químicas y físicas del suelo entre cafetales tratados con diferentes tipos de fertilizantes. • Identificar si existe alguna relación entre las características fisicoquímicas evaluadas y la densidad, riqueza y diversidad de lombrices a nivel taxonómico y funcional. 5. MATERIALES Y MÉTODOS 5.1. Área de estudio El estudio se llevó a cabo en la zona cafetera de Colombia en el municipio de Alcalá (Departamento del Valle de Cauca) y en los municipios de Finlandia y Córdoba (Departamento del Quindío). Esta región presenta un clima bimodal con dos temporadas secas, la primera de diciembre hasta febrero y la segunda comienza en junio y se prolonga hasta agosto. Presenta una precipitación promedio de 1. 300 mm anuales, y temperaturas que van de los 18 hasta los 22 ° C. Figura 1. Ubicación del área de estudio en los municipios del Valle del Cauca y Quindío. 28 5.2 Metodología Este estudio presentó tres factores de diseño que corresponden a tres tipos de fertilizantes utilizados: fertilización orgánica, fertilización química y fertilización mixta la cual es una combinación de las dos primeras. Se escogieron tres fincas por cada nivel del factor de diseño, para un total de nueve fincas analizadas; dentro de las fincas se trazaron tres transectos de 10 m y en cada extremo se realizó la toma de muestras para las lombrices en un monolito de 25 cm3, para un total de seis monolitos por finca y 18 por nivel de factor de diseño. La metodología de muestreo para las lombrices estuvo basada según el Programa Fertilidad Biológica de Suelos Tropicales (TSBF 1993). La recolecta de las lombrices se realizó de manera manual y se conservaron en formol al 10%. Una vez en el laboratorio se procedió a su identificación taxonómica por medio de claves e identificación funcional según la clasificación de Bouché (1971). Debido a la ausencia de claves para las familias de lombrices de Colombia, el primer paso para la identificación de los ejemplares fue separarlas por morfotipos que tomaron en cuenta las características externas más importantes como los prostomios y la disposición de las quetas en la parte anterior del cuerpo, la posición del clitelo y su forma, la disposición y forma de las quetas en la parte posterior entre otras. Después de haberlos descrito externamente se continuó con la disección de cada ejemplar, identificando las estructuras más importantes como la molleja y las glándulas calcíferas (Figura 2). Figura 2. Disecciones realizadas en los individuos adultos colectados en los diferentes tratamientos propuestos. 29 Para las características fisicoquímicas del suelo en cada uno de los tres transectos trazados en cada finca se tomó una muestra compuesta por cinco submuestras recogidas a lo largo del transecto, este proceso se realizó mediante un barreno rotatorio. En campo se midió la temperatura ambiental mediante un termómetro de máximas y mínimas el cual se colocó en una altura de 1,5 m y después de 15 minutos se realizó la lectura de la temperatura. Para la temperatura del suelo se utilizó un termómetro de suelos, el cual fue enterrado a una profundidad de unos 20 cm. y después de 15 min se realizó la lectura en grados Celsius. En el laboratorio se cuantificó la distribución de agregados mediante la separación de los mismos por diámetro. Se colocaron 100 g de suelo en la parte superior de la torre de tamices y agitó en el tamizador por 5 min a 800 r.p.m. Las porciones de suelo en cada uno de los tamices fueron pesadas en una balanza analítica. Para encontrar la distribución de los agregados se utilizó la siguiente ecuación: n PDM = ∑ xi wi I =1 donde PDM = Peso de diámetros medios, Xi = Diámetro medio de cualquier rango particular de tamaño de agregados (mm), Wi = Peso de los agregados como fracción del total del peso seco (g). El pH se midió mediante una muestra de suelo en agua. Para esto se pesaron 10 g de suelo en un vaso de 50 ml y se mezclaron con 10 ml de agua desmineralizada. Se agitó durante 5 min en un shaker y después de 30 minutos se volvió a agitar y se tomaron los datos mediante los electrodos del potenciómetro (Black 1973). La materia orgánica se midió por medio del método de perdidas por ignición ya que esta se volatiliza cuando llega a temperaturas mayores de 350° C. Para su análisis se tomaron 10 g de suelo fresco y se empacaron en bolsas de papel, las cuales fueron llevadas al horno a 80 °C durante 48 horas. Pasado este tiempo se depositó el suelo en los crisoles y se registró su peso en la balanza (Ps1). De nuevo se llevó el suelo en los crisoles al horno, esta vez por dos horas a 550 30 °C, al enfriarse se tomaron de nuevo el peso del suelo (Ps2) y se calculó mediante la siguiente ecuación (Storer 1984): PPI = Ps1 − Ps2 × 100 Ps1 donde PPI= porcentaje de pérdida de peso por ignición, Ps1=peso seco 1(g), Ps2 =peso seco 2(g) La textura fue evaluada por el método de Bouyoucos el cual determina la textura del suelo por la velocidad de sedimentación de las partículas en suspensión. Para esto se preparó una solución dispersante que contuvo 500 ml de agua, 18,75 g. de tripolifosfato de sodio y 3,75 g. de carbonato de sodio. Se pesaron 25 g de suelo fresco y se dejaron secar a temperatura ambiente dentro de una bolsa de papel por 24 h. Se depositó el suelo en frascos y se le agregó 5 ml del dispersante y 60 ml de agua destilada. Se agitó y dejó reposar por 24 h. Pasado este tiempo se aforó con agua destilada hasta 250 ml, se agitó fuertemente y se pasó la suspensión a una probeta. Se realizó la primera lectura de densidad introduciendo el hidrómetro en la probeta y dejando que flote; la primera lectura es la densidad de la suspensión arcilla+limo (C1). Se dejó sedimentar por una hora y se realizó la segunda lectura que es la suspensión de arcilla (C2) (Saenz 1999) Una vez se realizaron las lecturas los porcentajes de arcilla, limo y arena se obtuvieron a partir de las formulas. Ar + L = C1 × 2 Ar = C 2 × 2 L = Ar + L − Ar A = 100 − ( Ar + L ) donde A=porcentaje de arena, Ar=porcentaje de arcilla y L=porcentaje de limo 31 La conductividad eléctrica se determinó por la cantidad de cationes o aniones (sales) en solución para el procedimiento se tuvo en cuenta la densidad real de la muestra y se agregó el peso equivalente a un volumen de 30 ml en un frasco precipitado de 100 ml. Se agregó un volumen igual de agua destilada, se tapó y agito vigorosamente por 5 min en el agitador mecánico. Se insertó el medidor del conductímetro en la solución y se realizó la lectura correspondiente (Andrades 1996). 5.3 Análisis de la información Para determinar la normalidad de los datos se utilizó la prueba de Shapiro Wilks y la de Kolmogorov-Smirnov y para la homogeneidad de varianzas las prueba de Levene y la prueba de Barlett. Para determinar si existían diferencias significativas entre los tratamientos se utilizó la prueba de Kruskal Wallis (Siegel & Castellan 1995). En los casos donde se presentaron diferencias significativas entre los cultivos en cuanto las variable evaluadas, se utilizo una prueba a posteriori para datos no parametreicos. Para establecer si existía algún tipo de asociación y el grado de esta, se aplicaron pruebas de correlación de Spearman entre todas las variables. Para todas las pruebas el nivel de significancia fue de 0,05. 6. RESULTADOS 6.1 Efecto de los tratamientos sobre el ensamblaje de lombrices Se recolectaron un total de 581 individuos, de los cuales el 83,13% correspondió a individuos juveniles (Figura 1). Dada la dificultad para identificar estos individuos debido a que las claves están basadas en diferentes características reproductivas de los individuos adultos, sólo se trabajó con el 16,86% de las muestras de lombrices que correspondieron a individuos maduros y con presencia de clitelo, pero se tuvo en cuenta algunos individuos juveniles (3%) que presentaron características morfológicas externas que los ubicaban en categorías ecológicas diferentes. De los 32 adultos identificados el mayor porcentaje correspondió a la especie P. corethrurus, de la familia Glossoscolecidae y el menor a la especie A. corticis, familia Megascolecidae (Figura 3). 11,34; 11% 2,06; 2% P.corethrurus A.corticis Otra 86,59; Figura 3. Porcentaje de las especies P. corethrurus y A. corticis identificadas en el estudio. Aparentemente la densidad fue mayor en los tratamientos donde se incluía el uso de fertilizantes químicos con promedios de 4,44±4,35 ind/m2 y 3,75±4,44 ind/m2 para las fincas con tratamientos químicos y mixtos respectivamente, en comparación con las fincas orgánicas donde presentaron los promedios más bajos (2,5±2,99 ind/m2.) Sin embargo al analizar estadísticamente las densidades de lombrices en los diferentes tratamientos no se encontraron diferencias significativas entre ellos (H=3,26, P=0,19) evidenciando que no existió un factor ambiental que estuviera regulando dichas densidades. Sin embargo se observaron densidades más altas en algunos muestreos realizados en las fincas con fertilización inorgánica (Figura 4). 33 18 16 14 12 Densidad 10 8 6 4 2 0 -2 Orgánico Químico Mixto Fertilizante utilizado Figura 4. Densidad promedio ± desviación estándar de lombrices en las fincas con tratamiento de fertilización orgánico, químico y mixto en Quindío y Valle del Cauca. En cuanto a las categorías ecológicas encontradas en el estudio, las lombrices endógeas representaron mas del 80% del muestreo debido a la dominancia de P. corethrurus. En los cafetales con tratamiento químico y mixto sólo se encontraron lombrices endógeas, con excepción de dos puntos donde se colectó un ejemplar de A. corticis, la cual pertenece a la categoría ecológica epígea. La diversidad también fue mayor en los tratamientos orgánicos con un índice de Simpson (1/D) de 2,51 seguido por un índice de 1,06 para los tratamientos mixtos y de 1,1 para los químicos. Igualmente el índice de Shannon tuvo resultados similares para las fincas con tratamientos orgánicos, las cuales tuvieron los valores de diversidad más altos (0,64) seguido por las fincas con uso de fertilizantes químicos (0,25) y por último aquellas donde había un uso combinado de fertilizantes (0,18) (Figura 5). 34 Orgánico Químico_ Mixto_ 8 7,2 Diversity 6,4 5,6 4,8 4 3,2 2,4 1,6 0 0,4 0,8 1,2 1,6 2 2,4 2,8 3,2 3,6 4 alpha Figura 5. Índice de diversidad para los tipos de fertilización orgánico, químico y mixto en municipios del Quindío y Valle del Cauca 6.2 Efecto de los tratamientos sobre las características fisicoquímicas del suelo Al comparar las diferentes características fisicoquímicas del suelo medidas en el estudio, se encontraron diferencias significativas para la mayoría de ellas. La materia orgánica presentó diferencias significativas entre los cafetales (H=45,84; P=0,00). Una prueba a posteriori mostró que las diferencias se presentaron entre las fincas con tratamientos orgánicos y las fincas con los otros dos tipos de tratamiento siendo la diferencia un poco mayor en las fincas con tratamiento mixto (R=6,06; P= 0,00) que con las fincas fertilizadas químicamente (R=5,64; P=0,00) (Figura 6). 35 24 22 20 18 M.O (%) 16 14 12 10 8 6 4 2 0 Orgánico Químico Mixto Fertilizante utilizado Figura 6. Promedio ± desviación estándar de la materia orgánica entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca. La humedad también presentó diferencias significativas entre los tratamientos (H=57,2; P=0,00) y tuvo un comportamiento similar al contenido de la materia orgánica donde las fincas con fertilización orgánica difirieron de los otros dos tipos de tratamiento en cuanto a la humedad (Figura ) presentados una diferencia un poco mayor con los tratamientos mixtos (R =6,9 ; P= 0,00) que con los químicos (R =6,12 ; P=0,00) (Figura 7) 45 40 35 Humedad (%) 30 25 20 15 10 5 0 Orgánico Químico Mixto Fertilizante utilizado Figura 7. Promedio ± desviación estándar del porcentaje de humedad entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca. 36 Se encontraron diferencias significativas para el pH (H=12,14; P=0,023), las cuales se presentaron entre las fincas con tratamientos químicos y orgánicos (R=3,45 P= 0,0016) (Figura 8) 7 6 5 pH 4 3 2 1 0 Orgánico Químico Mixto Fertilizante utilizado Figura 8. Promedio ± desviación estándar de la acidez del suelo entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca. Las diferencias significativas de la conductividad eléctrica ((H=25,9; P=0,00) se presentaron entre los tratamientos orgánico y químico (R =4, 98 ; P=0,00) y químico y mixto (R=2,63 ; P= 0,0249) (Figura 9). 0,18 0,16 0,14 C.E (dS/m) 0,12 0,10 0,08 0,06 0,04 0,02 0,00 Orgánico Químico Mixto Fertilizante utilizado Figura 9. Promedio ± desviación estándar de la conductividad eléctrica entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca. 37 El porcentaje de arcilla y limo juntos presentó diferencias significativas entre los tratamientos (H=63,33 P=0,00). Las diferencias se presentaron entre los tratamientos orgánicos y los químicos (R=6,26; P=0,00) y entre los químicos y los mixtos (R=7,19 ; P=0,00). Los menores contenidos se obtuvieron para las fincas con tratamientos químicos de fertilización (Figura 10). Esta fue una de las pocas variables donde se encontraron diferencias entre los tratamientos químicos y mixtos. 40 35 30 Arc+limo (%) 25 20 15 10 5 0 Orgánico Químico Mixto Fertilizante utilizado Figura 10. Promedio ± desviación estándar de la materia orgánica entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca. Al comparar por separado estas dos fracciones del suelo no se encontraron diferencias significativas para el contenido de arcilla entre los tratamientos con diferentes tipos de fertilizante (H= 4, 14; P= 0,12); la diferencia sólo fue significativa para el porcentaje de limo (H= 65, 11; P= 0,00) entre los tratamientos orgánico y químico (H=6,40 ; P=0,00) y entre el químico y el mixto (H=7,36; P=0,00) (Figura 11). 38 35 30 Limo (%) 25 20 15 10 5 0 Orgánico Químico Mixto Fertilizante utilizado Figura 11. Promedio ± desviación estándar del porcentaje de limo entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca. El porcentaje de arena presentó diferencias significativas entre los tipos de fertilización (H=63,33; P=0,00). Estas diferencias se presentaron entre la fertilización química y orgánica (H =6,26; P=0,00) y entre la mixta y la química (H=7,19; P=0,00) (Figura 12). 100 90 80 70 Arena (%) 60 50 40 30 20 10 0 Orgánico Químico Mixto Fertilizante utilizado Figura 12 Promedio ± desviación estándar del porcentaje de arena entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca. 39 La densidad aparente también mostró diferencias significativas (H=17,92; P=0,0001), estas diferencias se presentaron entre los tratamientos químicos y orgánicos (R = 3,17 ; P= 0,0045) y los orgánicos y los mixtos. (R = 4,01 ; P= 0,0001) (Figurar 13) 0,7 0,6 Densidad aparente 0,5 0,4 0,3 0,2 0,1 0,0 Orgánico Químico Mixto Fertilizante utilizado Figura 13. Promedio ± desviación estándar de la densidad aparente entre fincas con diferentes tipos de fertilizante en algunas zonas del Quindío y Valle del Cauca. Por otra parte se encontró una correlación positiva alta entre el contenido de materia orgánica y el porcentaje de humedad en los suelos (r2=0,82, n=81, P<0,05), la cual fue la más alta encontrada (Figura 14), aunque también existieron otras correlaciones con valores más bajos (Tabla 1). En cuanto a la temperatura del suelo no se presentaron diferencias significativas entre los tratamientos. Los promedios para esta variable estuvieron entre 19 y 20°C en todos los casos. 40 48 46 44 Humedad (%) 42 40 38 36 34 32 30 28 26 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 Materia orgánica (%) Figura 14. Correlación positiva entre la humedad y la materia orgánica. Tabla 1. Correlaciones significativas entre algunas de las variables del estudio. Variable 2 r2 P Densidad aparente -0,66 0,001 (%) 0,58 0,001 Densidad aparente -0,63 0,001 (%) 0,56 0,001 Arcilla+limo (%) 0,40 0,002 Conductividad Limo (%) 0,41 0,001 eléctrica Arena (%) -0,40 0,002 Arcilla (%) Limo (%) 0,41 0,001 Variable 1 Humedad (%) Materia orgánica (%) Cantidad agregados <54 µ Cantidad agregados <54 µ 41 7. DISCUSIÓN DE RESULTADOS En este estudio no se encontró una diferencia significativa en la densidad de lombrices entre los tratamientos propuestos, lo que contrasta con lo encontrado en la literatura donde se ha registrado densidades mayores en los cultivos con tratamientos orgánicos, debido a que el contenido de carbono orgánico ha sido uno de los principales determinantes de la densidad y diversidad de las lombrices en el suelo en estos estudios (Feijoo 2001). De hecho poblaciones de lombrices con densidades altas han estado correlacionadas con un alto contenido de carbono; por el contrario poblaciones pequeñas han estado presentes cuando los contenidos de carbono son bajos (Feijoo 2001). Algunos estudios han registrado una pérdida de carbono en los cafetales donde hay uso de fertilizantes de síntesis química, la cual ocurre cuando se tala la vegetación y se incrementa la intensidad lumínica, acelerando de esta manera la descomposición de la hojarasca y disminuyendo la humedad del suelo (Feijoo et al. 2007). La disminución de la materia orgánica hace que diferentes especies que se alimentan de esta disminuyan en densidad o diversidad, mientras que otras especies pueden verse favorecidas al disminuir la competencia por espacio y alimento (Feijoo et al. 2007). Por el contrario en los sistemas tradicionales se conserva el mantillo del suelo y por lo tanto el recursos para diferentes organismos, por lo que estos sistemas coinciden con valores de carbono y densidades de lombrices altos (Clapperton 1999, Feijoo 200, Marín & Feijoo 2005). El porcentaje encontrado de materia orgánica en los suelos de este estudio fue de 12,53% ± 2,94, 17,8% ± 2,62 y 18,35% ± 2,51 para los cultivos con fertilización orgánica, química y mixta, respectivamente. Dicho lo anterior se esperaría una densidad más elevada en los tratamientos químicos o mixtos y más aún teniendo en cuenta que la densidad del suelo en estos casos fue menor; sin embargo el arado puede impedir el establecimiento de poblaciones abundantes, contrarrestando el posible efecto de la materia orgánica. Las densidades encontradas para los tratamientos con fertilizantes orgánicos, químicos y mixtos fueron 20 ind/ m2, 35 ind/ m2y 30 ind/ m2, respectivamente. Estos valores son mucho más bajos que los encontrados en un estudio similar hecho en Costa Rica por Sánchez en el 2006, donde se evaluó el efecto de diferentes tipos de fertilización en cafetales sobre las lombrices. Allí, al igual que en Colombia las plantaciones de café orgánico están asociadas a un manejo tradicional bajo 42 dosel, mientras que las plantaciones donde se utilizan insumos de síntesis química están asociadas al cultivo de café a plena exposición solar. En el estudio de Sánchez (2006) se analizaron dos localidades por tratamiento y las mayores densidades de lombrices se encontraron en los tratamientos orgánicos (265 ind/m2 y 334 ind/m2), seguidas por los tratamientos donde hubo una menor intensidad en la aplicación de fertilizantes de síntesis química (91 ind/m2 y 186 ind/m2) y las menores densidades correspondieron a los cafetales con producción intensiva de café y alto uso agroquímicos (63 ind/m2 y 73 ind/m2). Estos valores fueron mucho más altos que los que se encontraron en el presente estudio, principalmente en los cafetales orgánicos donde las densidades fueron 13 veces más altas. Además presentaron comportamientos contrastantes ya que en el estudio de Sánchez (2006) la densidad estuvo relacionada con el tipo de fertilizante, siendo más alta en los tratamientos orgánicos, mientras que en el presente estudio las densidades no se relacionaron con los tratamientos propuestos. Es importante mencionar que en el estudio de Sánchez (2006) tampoco se encontraron diferencias significativas en el contenido de carbono del suelo. Esto puede indicar que cuando los contenidos de materia orgánica no difieren significativamente entre los tratamientos, otros factores cobran más importancia y determinan en mayor medida las densidades de lombrices en el suelo, como posiblemente pasó también en este estudio. Se han realizado algunos estudios similares, pero en cultivos distintos al café y no en Colombia. En 1997 Whalen en Ohio encontró un mayor número de lombrices así como de biomasa en cultivos de maíz fertilizados orgánicamente. La densidad de lombrices encontrada por Whalen fue: en los cultivos con fertilización orgánica de 31 a 355 ind/ m2 y de 32 a 162 ind/m2 en los sistemas con fertilización inorgánica. Una vez más la densidad fue mucho mayor en este estudio que en la presente investigación, al tenerse en cuenta los valores más altos, sin embargo con los valores mas bajos los datos fueron similares. Por otra parte Tiwari (1993) encontró que la aplicación de fertilizantes orgánicos e inorgánicos en un mismo suelo (tratamiento mixto) aumentaba la densidad de lombrices en mayor medida que cuando se aplicaban productos orgánicos o químicos independientemente. Las densidades encontradas por Tiwari (1993) fueron 12 ind/m2 para el control, de 15 a 24 ind/m2 con solo fertilización inorgánica y la combinación de ambos tipos de fertilizante dió como resultado una 43 densidad de 85 ind/m2, resaltando de esta manera la importancia de la materia orgánica para las lombrices del suelo. Estas densidades son más cercanas a las encontradas en este trabajo, lo cual puede deberse a que en el estudio de Tiwari la textura del suelo presentó altos contenidos de arena (58%), aunque en este trabajo los porcentajes de arena fueron mayores, con un promedio de 74%. Estos altos contenidos de arena pueden afectar el desarrollo apropiado de las lombrices en el suelo, ya que es un material que no retiene eficientemente el agua ni los nutrientes provenientes de la materia orgánica como lo harían el limo o la arcilla. El agua es un elemento indispensable para la respiración dérmica de las lombrices, por lo que junto a la temperatura puede determinar su presencia o ausencia en estos suelos. La arena además puede absorber más calor, afectando el contenido de humedad del suelo y de esta manera reducir el establecimiento de poblaciones abundantes de lombrices (Kohnke 1968). La densidad en este estudio respondió casi en su totalidad a las variaciones de una sola especie, las características específicas de esta, pueden también ayudar a entender las densidades bajas presentadas en este estudio. La especie que dominó en todos los tratamientos fue P. corethrurus, una especie que tiene la habilidad de vivir en una amplia variedad de condiciones edáficas, sin embargo su limitante es la humedad del suelo, la cual a su vez depende de la capacidad especifica del suelo para retenerla, los suelos arenosos como se menciono anteriormente afectan los contenidos de humedad. El 38 % de las muestras de suelo colectadas en este estudio presentan contenidos de humedad por debajo del 35%, para P. corethrurus estos contenidos son muy bajos y generan un atraso de la llegada de la madurez en los juveniles; en un experimento hecho por Lavelle et al. (1987), lombrices recién salidas del huevo fueron criadas en condiciones controladas durante 250 días, para determinar el efecto de la temperatura, contenido de materia orgánica y la humedad sobre estos organismos, después de los 250 días las lombrices criadas en suelos con porcentaje de humedad menores a 35 no llegaron a su madurez en este tiempo, cuando la humedad fue mayor de 35% los primeros huevos se produjeron a los 108 días y cuando estuvo en un 50% los primeros huevos se produjeron a los 80 días (Lavelle et al. 1987). La expectativa de vida también vario con la humedad siendo máxima (seis meses) cuando el contenido de humedad del suelo estuvo en un 50%, Lo anterior nos permite predecir que en un 36 % de las fincas la humedad no permitió que los juveniles llegaran a la madurez, y solo un 26 %de los suelos presentó rangos óptimos para su desarrollo. 44 Como se mencionó anteriormente, otro factor que puede modificar la densidad y diversidad de las lombrices, y el cual está ligado a los diferentes sistemas de producción de café es el arado. Por lo general en los cafetales tradicionales no hay arado o este es mínimo, mientras que en los cafetales con un manejo intensivo esta es una practica que se realiza con mayor frecuencia, además las labores de labranza con azadón y aporques que se realizan en estos cafetales, también pueden modificar las condiciones físicas del suelo en las primeras capas afectando a los organismos que las habitan (Clapperton 1999). En general la respuesta de las lombrices al arado y su recuperación posterior después de esta clase de disturbio dependerá de cada especie y su manera de interactuar con los cambios de humedad y temperatura que genera esta práctica. Las especies nativas y las epigeas son las más afectadas, disminuyendo la densidad relativa de especies en los sitios con arado intensivo (Clapperton 1999). Las consecuencias negativas de esta práctica serán más evidentes cuando existe escasez de agua en el suelo ya que hay una interacción compleja y significativa de esta práctica con la humedad, la temperatura y la relativa de especies de lombrices (Clapperton 1999). En este estudio se encontró que para los sistemas intensivos de siembra de café con uso de fertilizantes inorgánicos casi el 100% de los ejemplares colectados correspondieron a la categoría endógea. Sólo A. corticis, encontrada en estos suelos, pertenece a la categoría epigea, lo que puede dejar ver un ambiente poco apropiado para las especies de esta categoría en los suelos de cafetales con producción intensiva. En los suelos de cafetales con manejo orgánico y en los cuales la práctica del arado no se presenta, se encontraron tres morfotipos que corresponden a la categoría de epigeas, evidenciando de esta manera un ambiente adecuado en las primeras capas del suelo para estas especies. Al respecto también en Colombia se realizó un estudio en Palmira (Valle del Cauca) donde se determinó el efecto de diferentes usos del suelo sobre la estructura de las comunidades de macroinvertebrados y algunas variables fisicoquímicas. Se encontró que las densidades de lombrices fueron mayores en el tratamiento del cacaotal, que no había sido intervenido en más de 25 años, con 208 ind/m2 y en los tratamientos sin labranza 144 ind/m2 (Marín & Feijoo 2005). Por el contrario los sistemas con labranza presentaron la mayor alteración del suelo y densidades bajas de lombrices (Marín & Feijoo 2005). Adicionalmente hubo una mayor riqueza en un cacaotal que se utilizó como referencia, y que se caracterizó por presentar mejores condiciones físicas y químicas, como una menor densidad del suelo y humedad más constante y poco 45 fluctuante a través del tiempo, así como mayores contenidos de materia orgánica, carbono, nitrógeno y calcio. El contenido de carbono puede también afectar la diversidad ya que muchas especies requieren niveles altos de este elemento para poder desarrollarse. Por el contrario especies como P. corethrurus tienen bajos requerimientos de carbono (entre 2,4 y 5,9%), lo que les permite desarrollarse bien en suelos con bajos contenidos de este elemento (Feijoo et al. 2007). En los cafetales con uso de fertilizantes de síntesis química predominó una sola especie de lombriz, P. corethrurus, lo que se traduce en una dominancia máxima y una diversidad baja, lo que concuerda con lo encontrado en numerosos estudios (Feijoo et al. 2004, Marín & Feijoo 2005, Sánchez 2006). Esto se debe a que en este tipo de agroecosistemas donde hay uso de fertilizantes de síntesis química y arado intensivo, son catalogados como agroecosistemas con altos grados de degradación, por lo que esta especie es indicadora de ambientes altamente perturbados (Feijoo et al. 2007). Amintas corticis fue la otra lombriz identificada en los cafetales con tratamientos químicos y mixtos, aunque no fue tan abundante y en el muestreo sólo se identificaron dos especímenes; su presencia en estos ambientes degradados corrobora su amplia adaptabilidad y es por esta razón que se le considera una especie con alto uso potencial en actividades agrícolas y ambientales (Feijoo et al. 2007). El café tradicional por el contrario ha sido considerado como un sistema altamente conservado y un ambiente propicio para la conservación de la diversidad, recolonización y multiplicación natural de las especies (Feijoo et al. 2004). Lo anterior concuerda con lo encontrado en este estudio donde se identificaron siete especies en los agroecosistemas con manejo de fertilización orgánica, el cual corresponde a un manejo tradicional del cultivo, en los cultivos con fertilización mixta se identificaron dos especies y en los cultivos con fertilización química se identificaron tres. Los índices de Shannon para la diversidad de estos agroecosistemas fueron 0,64, 0,25 y 0,18 respectivamente. Esta diversidad es más baja que la encontrada por Huerta (2005) en sistemas naturales (2,58) pero se comporta de una manera similar disminuyendo conforme aumenta el grado de perturbación. Fragoso (1993) obtuvo resultados similares al analizar en los trópicos de México el ensamblaje de lombrices en 82 sitios entre naturales y con diferentes usos del suelo; encontrando una relación significativa (r2=0,35, P=0,001) entre la materia orgánica y el numero de lombrices nativas, las 46 cuales dominaron en los ecosistemas. Por el contrario las especies exóticas lo hicieron en los agroecosistemas, especialmente en aquellos con un uso intensivo del suelo. En 1999 Fragoso et al. vuelven a encontrar esta misma situación, donde la intensidad de las prácticas agrícolas se correlacionó positivamente con la cantidad de especies nativas y la densidad y biomasa de lombrices, entendiéndose por intensidad de la práctica el uso de agroquímicos y la simplificación de la cobertura vegetal que en su máximo grado son los monocultivos. Como se mencionó anteriormente la lombriz más abundante en todos los suelos fue P. corethrurus, dominando en más del 80% del muestreo. Esta especie es exótica pantropical y está catalogada como una lombriz endógea mesohúmica, lo que significa que vive en los primeros 20 cm del suelo. Al vivir en capas intermedias habita en un medio más amortiguado y puedan enriquecer considerablemente sus densidades de población por la menor alteración de los estratos intermedios del suelo y mayor humedad; además no requieren grandes cantidades de carbono orgánico para subsistir ya que son geófagas (Marín & Feijoo 2005, Tapia-Coral et al. 2006). Estos resultados concuerdan con lo obtenido por Sánchez et al. en el 2006, los cuales estudiaron agroecosistemas de café con sombra y a plena exposición solar y esta especie representó del 76 al 100% de la densidad de lombrices en todos los tratamientos estudiados (Sánchez et al. 2006). Otros agroecosistemas con altos grados de degradación también han estado dominados por esta especie hasta en un 96% (Huerta et al. 2005). Si bien parte de los resultados corresponden con lo encontrado comúnmente en la literatura en cuanto al ensamblaje de lombrices propio de los diferentes sistemas de manejo, la falta de efecto de los diferentes tratamientos evaluados sobre la densidad de lombrices puede responder a otros factores fisicoquímicos propios de estos sistemas. En numerosos estudios se ha evidenciado cómo la adición de materia orgánica como fertilizante, junto con prácticas de arado mínimo o no arado han aumentado el contendido de esta en el suelo, en comparación con otros cultivos donde los principales fertilizantes son de síntesis química (Ogle et al. 2005). Sin embargo y contrario a lo que se esperaba, en este estudio los tratamientos con fertilización orgánica y arado mínimo comparados con otros tratamientos de fertilización, tuvieron un efecto significativo y contrastante en algunos casos sobre las características fisicoquímicas del suelo. Estos resultados pueden deberse a que la respuesta de la materia orgánica a las diferentes prácticas agrícolas está 47 fuertemente controlada por factores climáticos y edáficos (Burke et al. 1995, Miller et al. 2004, Ogle et al. 2005). Es importante tener en cuenta que aunque en este estudio se comparó el efecto de tres tipos de fertilización, los cafetales estudiados corresponden a dos tipos de manejo de cafetal, por un lado las fincas donde se utilizan productos de síntesis química exclusivamente, así como aquellas donde se realiza una fertilización mixta, las que corresponden a un manejo tecnificado donde el cafetal no recibe sombra de especies forestales. Por otro lado las fincas con manejo exclusivamente orgánico corresponden a un manejo tradicional, donde las especies forestales estuvieron siempre presentes. Esto tiene implicaciones sobre diferentes aspectos del suelo, que es importante analizar a la hora de interpretar los resultados obtenidos en este estudio. Diferentes estudios hechos en cafetales han mostrado cómo los sistemas con sombrío se caracterizan por tener mayores valores de materia orgánica, característica que a su vez influye de manera determinante sobre otras propiedades de tipo físico, biológico y químico del suelo (Cardona & Sadeghian 2005). Los altos contenidos de materia orgánica en los cafetales con sombrío pueden responder a varios aspectos. Por un lado la producción de hojarasca es mayor en los cultivos donde hay especies forestales que en los cultivos a plena exposición solar. Un estudio realizado por Cardona y Sadeghian en el 2005 estimó que la hojarasca producida por un cultivo tradicional de Inga edulis (guamo) y café producía 2,5 veces más hojarasca que un cultivo de café tecnificado. La tasa de descomposición entre los dos sistemas de cultivo también es diferente; la hojarasca proveniente de especies como el guamo (presente en dos de las fincas con este sistema) tienen tasas de descomposición menores que las del café, lo que significa que el material proveniente del Inga edulis pasa a constituir parte de la materia orgánica estable del suelo, aumentando las reservas del mismo (Cardona & Sadeghian 2005). En general la tasa de descomposición depende de la especie pero al comparar la tasa de descomposición del café con la de otras especies forestales, la primera siempre es más rápida (Farfan & Urrrego 2007). Esto se debe a que los materiales fácilmente degradables, como la hojarasca del café, presentan relaciones bajas de C:N que favorecen la descomposición y a corto plazo incrementan el nitrógeno disponible durante la temporada de crecimiento. Por el contrario la hojarasca o el material vegetal con relaciones altas de C:N y contenido de lignina favorecen la inmovilización 48 de nutrientes, la acumulación de la materia orgánica y la formación de humus (Rheenen et al. 1995, Bott & Benites 2005). Debido a estos factores no se encontraron estudios que evidenciaran un mayor contenido de materia orgánica en cafetales con manejos intensivos al compararlos con manejos tradicionales que incluyen especies forestales, resultado que si se encontró en este estudio, por lo que otros factores a nivel climático, edáfico o de uso del suelo pueden estar teniendo una influencia mayor sobre el contenido de materia orgánica presente en los cafetales orgánicos de este estudio. La textura del suelo que puede influir en el contenido de materia orgánica y particularmente en el contenido de arcilla y limo, se ha considerado como un factor importante en la cantidad de biomasa que se incorpora en el suelo y puede explicar en gran medida, junto con la cobertura arbórea la variabilidad de la materia orgánica (Buschiazzo et al. 2004). En este estudio contrario a lo mencionado anteriormente el porcentaje de arcilla y limo fue mayor en los tratamientos orgánicos en comparación a los tratamientos químicos, y fue en estos últimos donde se encontró un mayor contenido de materia orgánica, lo que sugiere que no siempre esta porción del suelo determina el contenido de materia orgánica y que otros factores pueden estar relacionados con su almacenaje en el suelo. Al analizar estos dos componentes por separado (arcilla y limo) encontramos que no hay diferencias en el contenido de arcilla entre los tratamientos pero sí para el limo, registrándose los mayores contenidos en los tratamientos orgánico y mixto. Es importante en este punto aclarar que las porciones de arcilla y limo totales comparadas con las de arena fueron mucho menores; la textura predominante de los suelos fue franco arenosa, aunque algunos suelos presentaron mayores contenidos de arena, como es el caso de las fincas del Quindío con tratamiento orgánico, donde se encontró un porcentaje de arena entre 16 y 26% más alto que en otras zonas pertenecientes a la consonciación Chinchiná a la cual pertenecen estos suelos (Cardona & Sadeghian 2005). Al comparar el contenido de arena entre los tratamientos se encontraron diferencias significativas, presentándose los porcentajes más altos en los tratamientos químicos esto puede explicar en alguna medida las correlaciones positivas entre el porcentaje de arena y el contenido de materia orgánica, ya que aunque este material no retiene eficazmente los compuestos orgánicos, al presentarse en proporciones tan elevadas en los suelos en comparación con las otras dos porciones, su influencia cobra importancia, lo que además podría apoyar las correlaciones negativas encontradas entre la materia orgánica y los limos en este estudio. Estos 49 altos contenidos de arena también podrían relacionarse con el poco efecto de los tratamientos orgánicos en estos suelos y presentar una baja captación y retención de materiales, ya que son suelos asociados a altos niveles de precolación, lo que puede traducirse en altas tasas de infiltración y pérdida de nutrientes (Giraldo & Jaramillo 2004). Una mayor humedad correspondió a un aumento en la cantidad de materia orgánica y presentó diferencias significativas entre los tratamientos químicos y mixtos con los orgánicos, registrándose los valores más bajos en estos últimos, por el contrario presentó una correlación negativa con la densidad aparente. Esto se debe a que tanto los movimientos del agua (como la infiltración y la precolación) así como su posterior almacenaje están influenciados por la textura de los suelos; de esta manera a medida que la textura sea más gruesa, los niveles de infiltración y percolación son mayores (Kohnke 1968). Lo encontrado en la literatura al respecto son diferencias marcadas a este nivel en los sistemas intensivos y tradicionales. En estos últimos las especies forestales cumplen diferentes funciones; por un lado interceptan una mayor cantidad de agua lluvia debido a una mayor cobertura de la parte aérea comparada con los cafetos, los cuales presentan una mayor cantidad de lluvia efectiva o lluvia que ingresa a la superficie del suelo (Jaramillo & Chaves 1999). Además estas especies arbóreas al tomar agua en estratos diferentes al de los cafetales, realizan una regulación hídrica benéfica y disminuyen la pérdida de agua en estos sistemas (Cardona & Sadeghian 2005). Por su parte los ingresos superiores de material orgánico generan un a capa de hojarasca, la cual disminuye el potencial erosivo de las gotas de lluvia (Bott & Benites 2005, Cardona & Sadeghian 2005, Salamanca & Sadeghian 2005). En este estudio la humedad fue menor en los cafetales con manejo tradicional, lo que contrasta con lo encontrado en la literatura. Esto se puede asociar (como se mencionó anteriormente) con niveles altos de percolación pero sobre todo con el menor contenido de materia orgánica, la cual retiene eficazmente la humedad. Otro factor que afecta la retención de la humedad en el suelo es la densidad aparente, la cual se ha visto que es mayor en los cafetales a libre exposición solar. Cuando la densidad aparente aumenta se incrementa la compactación y se afectan las condiciones de retención de humedad, pues esta densidad depende del espacio poroso en el suelo, el mismo donde se almacena agua (Bott & Benites 2005). La densidad aparente fue mayor en los tratamientos orgánicos, lo cual se puede relacionar nuevamente con los menores contenidos de materia orgánica en estos tratamientos, donde la densidad aparente disminuye debido a su efecto 50 agregante el cual mejora las condiciones físicas de estos suelos y por lo tanto su capacidad para retener agua. A pesar de la relación de la materia orgánica con la estructura del suelo, en este estudio se presentó una correlación positiva baja entre la materia orgánica y la densidad aparente. Esto puede estar relacionado con que los suelos bajo tratamiento químico presentaron mayores cantidades de materia orgánica (aunque fueron despreciables estadísticamente). A pesar de esto son suelos más trabajados y pisoteados que los cafetales tradicionales y a simple vista más compactos, lo que pudo generar esta relación, que contrasta con lo encontrado en la literatura. El pH fue mayor en los tratamientos orgánicos que en los químicos, además se identificó una correlación negativa entre el pH con el contenido de humedad y positiva con la densidad aparente. Una vez más los resultados contrastan con la literatura, que por lo general relaciona el aumento en los valores de pH con el aumento en la materia orgánica, ya que esta neutraliza los iones H+ (Suárez 2001). Al estar tan relacionada con la materia orgánica es normal que la humedad presente este tipo de correlación con el pH, sin que esto indique que los bajos valores de humedad aumenten la acidez del suelo. En términos generales los fertilizantes inorgánicos y sobre todo aquellos nitrogenados generan un excedente de H+ debido a la nitrificación del amonio, que con el tiempo va reemplazando las bases intercambiables del suelo (Ca+, Mg+, K+ y Na+ ); al ser reemplazadas estas bases son lavadas y se pueden depositar en horizontes más profundos o perder en el agua de infiltración (Sadeghian 2003, Cardona y Sadeghian 2005, Sadeghian 2009, Pavan et al .2000). Por otra parte la cantidad de H+ dependerá del tipo de producto utilizado, siendo mayor al aplicar sulfato de amonio como suplemento de N (Robledo & Chaves 1999). Lo anterior puede explicar los valores más ácidos en los suelos de las fincas con una fertilización inorgánica, en donde estos fertilizantes pueden estar aportando más H+ que los que la materia orgánica en estos suelos puede neutralizar. La conductividad eléctrica fue otra de las características fisicoquímicas que presentó diferencias significativas entre los tratamientos, siendo menor para el tratamiento químico; sin embargo las mayores diferencias se obtuvieron al comparar los tratamientos orgánicos con los químicos. La conductividad eléctrica se ha considerado un factor clave en la agricultura de precisión, ya que involucra importantes propiedades del suelo como la estructura, densidad aparente, contenido de arcilla y agua, y la capacidad de intercambio catiónico (Corwin & Lesch 2003). Debido a los 51 numerosos factores que influyen sobre ella, no es claro cuál de todos es el más determinante, ya que depende de las condiciones del suelo específicas. La conductividad eléctrica aparente mide la conductancia no sólo a través de la solución del suelo, sino también a través de las partículas sólidas y vía cationes intercambiables que existen en la interfases sólido-líquido de las arcillas (Corwin & Lesch 2003, Heiniger et al. 2003). Se han encontrado correlaciones positivas entre la materia orgánica y la conductividad eléctrica, posiblemente debido a las propiedades de la materia orgánica que le permiten retener iones cargados que facilitan la conductividad (Officer et al. 2004, Sudduth et al. 2003). Pero el contenido de arcilla es el factor que parece estar más relacionado con la conductividad eléctrica y en algunos casos ha explicado hasta en un 52% la variación de la misma (Auerswald et al. 2001, Sudduth et al. 2003). Otros factores como el contenido de limo, la capacidad de intercambio catiónico, la temperatura, el contenido de agua también se han correlacionado positivamente con la conductividad, pero en menor medida (Officer et al. 2004, Sudduth et al. 2003 Heiniger et al. 2003, Auerswald et al. 2001, Corwin & Lesch 2003). Los resultados en este trabajo concuerdan con lo que se encuentra comúnmente en la literatura, ya que se obtuvieron correlaciones positivas para la conductividad eléctrica en relación con el contenido de arcilla+limo, mientras que con la arena tuvo una correlación negativa. Como los contenidos de arcilla no variaron entre los tratamientos se puede considerar que para estos suelos en particular es el contenido de limo el que puede estar influenciado en mayor medida la conductividad eléctrica, y de hecho fue esta fracción del suelo la que presento las correlaciones más altas con la conductividad. Con respecto al tipo de fertilización algunos autores han demostrado una relación entre la conductividad eléctrica y el régimen de fertilización, aumentando sus valores en suelos donde hay aplicación de estos agroquímicos y disminuyendo en aquellos suelos donde no se han aplicado fertilizantes en años (Auerswald et al. 2001). Sin embargo otros autores no han encontrado correlaciones entre la conductividad y el nivel de bases en el suelo (Heiniger et al. 2003). En este estudio no se evidencio ningún tipo de relación entre estas dos variables. Aunque las variables fisicoquímicas muestran relaciones entre ellas algunas de las cuales se ajustan con lo encontrado en la literatura, no explican los menores contenidos de materia orgánica en los cafetales con manejo orgánico de acuerdo al uso de fertilizantes y que corresponden a 52 cultivos tradicionales de café. Un factor a tener en cuenta al respecto es el tiempo en que estos suelos se han estado recuperando de disturbios anteriores de diferente índole, pues se ha visto cómo la tasa de acumulación de la materia orgánica puede ser lenta y sólo dar lugar a una completa recuperación después de un largo periodo de tiempo, un estudio al respecto se realizó en Minnesota (USA), allí se midió la tasa de acumulación de la materia orgánica en campos agrícolas, y se encontró que sólo después de 55 o hasta 75 años en los que no hubo practicas agrícolas en estos suelos, la acumulación de materia orgánica llegó a los niveles originales (McLauchlan et al. 2006). Esta tasa dependerá de numerosos factores como el tiempo, el clima, la vegetación, la topografía o el material parental; sin embargo los estudios al respecto han mostrado que el factor más importante es el tiempo transcurrido después del cultivo (McLauchlan et al. 2006). Los cultivos orgánicos donde se realizaron los muestreos tienen entre 7 y 11 años de establecidos, por lo que podría ser poco tiempo para evidenciarse el efecto del no arado o de los fertilizantes orgánicos sobre la acumulación de la materia orgánica en el suelo. La historia del cultivo antes del establecimiento de café orgánico es desconocida pero podría ser un factor importante a la hora de analizar los resultados, ya que el manejo que se le dió al suelo en ese entonces pudo influir en el contenido de materia orgánica presente y por ende sobre las otras características fisicoquímicas del suelo relacionadas con esta. Alcalá es un municipio del Valle del Cauca y colinda con Finlandia que es un municipio del Quindío. Córdoba a pesar de ser un municipio del Quindío se aleja bastante de Alcalá y Finlandia. Esto puede generar diferencias debido al material parental del suelo, al tipo de manejo o climáticas las cuales podrían enmascarar el efecto de la fertilización orgánica en los cafetales estudiados. Los suelos derivados de cenizas volcánicas, por ejemplo, presentan altos niveles de materia orgánica, mientras que los suelos derivados de rocas ígneas presentan bajos niveles (Patiño et al. 2006). Según el IGAC los suelos del municipio de Córdoba pertenecen a la asociación Chinchiná el Cedral cuyo material parental son cenizas volcánicas y rocas metamórficas. Por su parte los suelos de Finlandia pertenecen a la consociación del Líbano y su material parental son cenizas volcánicas. Según esta fuente presentan diferencias en su textura presentándose los suelos más gruesos en el municipio de Córdoba. 53 El ciclo hidrológico también pudo estar modificado por estas condiciones, ya que se ha visto que aún entre sitios cercanos, diferentes características del sistema como el índice de área foliar, la estructura y densidad de las plantas y la cantidad e intensidad de la lluvia, pueden modificar los resultados en cuanto a la lluvia interceptada por el sistema y esto a su vez cambiar las relaciones en el balance hídrico, sobre todo en los volúmenes registrados del agua de escorrentía, de infiltración y en la cantidad almacenada en el suelo (Jaramillo & Chaves 1999). Dados los resultados contrastantes generados en el presente estudio y después de revisada la literatura se concluye que la diferencias a nivel edáfico o de uso del suelo pudieron tener un efecto mayor sobre el contenido de materia orgánica que los tratamientos propuestos, modificando los resultados esperados para las otras variables fisicoquímica estudiadas. Igualmente el contenido de materia orgánica pudo influir en la densidad de lombrices encontrada y la ausencia de efecto a este nivel de los tratamientos, ya que es el sustrato del que se alimentan numerosas especies de lombrices. A pesar de no evidenciarse un efecto de los tratamientos se corroboró el manejo tradicional de café, como un sistema que protege la diversidad, en este caso de lombrices, comparado con otros sistemas intensivos de manejo. 8. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES • Para las condiciones específicas de este estudio no se evidenció un efecto significativo de los diferentes tipos de fertilización analizados sobre la densidad de lombrices. • Se determinó que los sistemas de producción de café tradicionales con uso de productos orgánicos como fertilizante, presentan una diversidad mayor que los sistemas intensivos donde hay uso de productos de síntesis química (fertilización química y mixta) evidenciando condiciones favorables para algunas especies que requieren condiciones especificas a nivel químico y físico del suelo para su óptimo desarrollo. 54 • Se encontró que los sistemas tradicionales de café favorecen una mayor riqueza en cuanto a grupos funcionales. • Se evidenciaron efectos del tipo de fertilización utilizado con las características fisicoquímicas del suelo. • Se encontró que P. corethrurus es la lombriz dominante en los manejos tradicionales e intensivos, lo que determino la composición en cuanto a juveniles y adultos en el estudio. Dada las diferencias que puede generar el sistema de cultivo sobre diferentes características fisicoquímicas del suelo, se recomienda realizar un estudio de tipo experimental que controle factores tales como la entrada de hojarasca adicional en el suelo, el uso de productos químicos como plaguicidas y fungicidas, las dinámicas de humedad y compactación del suelo generadas por el arado entre otros, factores que afectan directamente el ensamblaje de lombrices y que no permiten establecer con claridad el efecto del tipo de fertilización sobre dicho ensamblaje. En el caso que se quiera desarrollar un estudio comparativo se recomienda que cada tratamiento se encuentre en zonas aledañas lo que permitirá homogenizar variables climáticas o edáficas. 9. LITERATURA CITADA Anderson, J & Ingran, J. 1993. Tropical soil biology and fertility, a hand book of methods. Segunda edición. Editado por CABI, 240p. Andre, H., Noti, M & Lebrun, P. 1994. The soil Fauna – The other last biotic frontier. 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Últimos corazones en el segmento 11, inicio del intestino generalmente en el segmento 12 ……………………………………………………..........................Ocnerodrilidae Últimos corazones posteriores al segmento 11, intestino comenzando después de 12........................................................................................................Acanthodrilidae 6 Molleja por delante de los segmentos testiculares .....................7 Molleja después de los segmentos testiculares ...........................8 7. Con glándulas calciferas y molleja en el segmento 6 .................Glossoscolecidae Sin glándulas calciferas y cuerpo cuadrangular ..........................Almidae 8 Molleja entre los segmentos 17 y 20 .............................................Lumbricidae Molleja en el segmento 25 ............................................................Turmakidae 67 68 69
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