RECI N°04 1 WWW.GEIC.COM.AR 2 RECI N°04 Revista de Economía y Comercio Internacional Año IV - Número 04 – Mayo 2014 Dirección General FEDERICO TREBUCQ Comité Editorial JOAQUÍN CONIGLIO LUCIANO LIENDO VIRGINIA IRIBARNE FRANCISCO URDINEZ Comité Asesor Externo IGNACIO LIENDO MARÍA CECILIA CARO LEOPOLDO FLORENCIA RUBIOLO Editorial GEIC Humberto Primo 575 Of. 8 Córdoba – Argentina [email protected] ISSN 1853 – 5038 3 WWW.GEIC.COM.AR La Dirección de la Revista de Economía y Comercio Internacional del Grupo de Estudios Internacionales Contemporáneos no se responsabiliza por las opiniones formuladas por los autores en los trabajos expuestos a continuación, estas no representan necesariamente los puntos de vista de la organización. 4 RECI N°04 Sumario Ensayos Cooperación y Competencia: Clusters en un contexto de competitividad global Micaela Rambaudo ..................................................................................... 09 El triángulo de Sábato como paradigma de una exitosa inserción internacional Gastón Lucca............................................................................................ 15 Capacidades Tecnológicas: La piedra angular para la competitividad y la rentabilidad empresarial Ezequiel Eliano ........................................................................................... 21 Artículos de Investigación Concentración exportadora en el complejo sojero argentino Romina Amaya Guerrero ............................................................................ 31 Intervención del Estado en el comercio argentino de granos en la década de 1960 Anahí Rampinini, Lisandro Mondino, Marcelo Bruchanski ..................... 57 Argentina y China en 2028: escenarios e implicancias para el gobierno argentino y la región Nicolás Horacio Martins ............................................................................... 89 El rol del Estado Argentino y su capacidad de intervención en un Mundo globalizado, post crisis del año 2001 Santiago López Sirotta ............................................................................... 109 Cambios organizacionales y tecnológicos en las pequeñas y medianas empresas. Repensando el estilo del desarrollo argentino Bernardo Kosacoff y Andrés López .......................................................... 127 5 WWW.GEIC.COM.AR Reseña Bibliográfica Joseph E. Stiglitz, “Caída Libre: El libre mercado y el hundimiento de la economía mundial Lisandro Mondino ........................................................................................ 187 6 RECI N°04 Ensayos 7 RECI N°04 8 RECI N°04 Cooperación y Competencia: Clusters en un contexto de competitividad global MICAELA RAMBAUDO1 L a globalización y el capitalismo han beneficiado el crecimiento de aquellos países que cumplían con las obligaciones impuestas desde los organismos financieros internacionales. Las regiones que quedaron afuera por no cumplir con los requisitos o no pertenecían al centro, debieron encontrar el modo de insertarse en esa competitividad internacional, lo que condujo a nuevas formas de organización económica y empresarial para enfrentar esa situación. Quienes lo lograron se apoyaron en un fortalecimiento y sofisticación de la estructura productiva interna, con fundamental presencia de la industria como sector capaz de generar valor agregado, requiriendo una activa implicación de un Estado altamente cualificado. Otros, como es el caso Latinoamérica y nuestro país en especial, por querer “cumplir”, incurrieron en una desimplicación selectiva del Estado, lo que derivó en una primarización exportadora, una apertura indiscriminada que afectó a la mayoría de las PYMES, el fuerte ingreso de capitales extranjeros y el desmantelamiento del tejido industrial-productivo. Esto último hizo que tanto el sector público como el privado de numerosas localidades y territorios comiencen a buscar alternativas al debilitamiento de sus estructuras productivas. Justamente, porque “la experiencia internacional viene mostrando 1Licenciada en Relaciones Internacionales (UCC). 9 WWW.GEIC.COM.AR que no es el retiro o la des-implicación del Estado, sino una intervención redefinida y recualificada lo que asegura un ingreso efectivo en los procesos de globalización”. El desafío de los países periféricos en cuanto a esto es una implicación más sofisticada que posibilite la consolidación y fortalecimiento de ambientes productivos que potencien actores con alta intervención internacional, teniendo en cuenta que esto va inevitablemente de la mano con la conservación de la densidad empresarial industrial de base local. El fortalecimiento de las redes de cooperación territorial, avalado por un Estado nacional comprometido en una estrategia de desarrollo territorial será esencial si se quiere pensar en una inserción internacional en alza, que sea potencialmente beneficioso para los territorios y regiones involucradas. Como es característico en América Latina, y en varios países periféricos, los diversos enfoques teóricos propuestos por el centro y sus instituciones, suelen adoptarse acríticamente, en lugar de adaptarlos al territorio. Los vinculados al tema que nos convoca, no son la excepción. Justamente, la conformación de los clúster y la teoría que los avala, se han transformado en un esquema típico ideal –promovido por el mainstream anglosajón y los OFI- pero que ha demostrado ciertas fallas al aplicar la teoría al territorio local. Este enfoque entiende las regiones y localidades como “nodos territorialmente delimitados”, que operan como estructuras cerradas, soldadas, homogéneas y dinamizadas por la cooperación intra-local, y en la cual las aglomeraciones productivas sectorialmente especializadas obtienen una “eficiencia colectiva” territorial que los actores económicos no podrían obtener a partir de su acción 10 RECI N°04 individual (…) esto se traduce en el fortalecimiento de la capacidad competitiva de las regiones”[2]. A partir de esta definición podemos interpretar que los clúster son aglomeraciones de actores económicos que se agrupan para obtener ventajas tanto estáticas (especialización y aglomeración productiva) como dinámicas (de innovación y aprendizaje colectivo), fomentando así el desarrollo local de las comunidades vinculadas. El potencial de estas aglomeraciones sería notable ya que ese conjunto de relaciones entre empresas y agentes económicos dan vida a un espacio social y económico específico, permitiendo generar economías de escala en conjunto que disminuyen los costos de producción, aspecto que sería difícil si actuaran aisladamente. El aumento de la productividad de estas empresas vinculadas – horizontal y verticalmente- potencia la eficiencia colectiva, la cooperación, innovación y coordinación, lo que puede redundar en un aumento de las oportunidades laborales, la generación de nuevas empresas vinculadas al rubro, fomentando así la inclusión social de nuevos sectores de la sociedad. Estas redes de cooperación y ambientes productivos ofrecen la posibilidad a las PyMEs de crecer e insertarse en la cadena productiva, que si tuvieran que enfrentar de manera individual un mercado abierto y dominado por empresas transnacionales sería muy complicado. A través del clúster pueden ingresar a las cadenas de valor global, contribuyendo así a la productividad nacional, aumentando las exportaciones y el ingreso de divisas. Otro aspecto a destacar de la formación de estas aglomeraciones es que al encontrarse las industrias dependientes de una misma cadena productiva, cercanas unas a otras, se aumenta la circulación del flujo 11 WWW.GEIC.COM.AR de información entre ellas, y a su vez, se posibilita el intercambio de trabajadores especializados, generándose un proceso de aprendizaje colectivo y una transferencia tecnológica que otorga un apreciable valor agregado. La mayor cualificación de los tejidos productivos es una señal de desarrollo y crecimiento. Estas aglomeraciones productivas entonces, permiten el ensamble del desarrollo regional y endógeno, y su inserción en la competitividad global. Para realmente admirar el potencial que puede tener el clúster para el desarrollo, debemos abrir ese enfoque teórico, salir de la idea de clúster imaginario o tipo ideal, ya que la copia acrítica de políticas económicas/productivas de otros territorios puede ser peligrosa: similares acciones de política social o económica pueden llevar a resultados distintos dadas las estructuras sociales y políticas existentes en cada país, sus instituciones y su cultura. Un análisis más profundo sobre el potencial de los clúster y las regiones debe reconocer la compleja multiescalaridad interpenetrada que se encuentra detrás de los cambios de patrones de producción, asumiendo que los clúster no son, como plantea la definición, complejos productivos territoriales autorreproductivos y armónicos, sino que se encuentran insertos en redes, con estructuras productivas que priorizan en esa inserción, ciertos actores sobre otros. Estas aglomeraciones no tienen autonomía por sus cualidades internas para moverse independientemente de las dinámicas de otros niveles o escalas: se ven interpenetrados por elementos regionales, nacionales y globales que posibilitan o impiden la consecución de sus fines y desafían la idea inicial de “nodos territorialmente delimitados”. A ello se suma que no necesariamente 12 RECI N°04 son una estructura homogénea, suele haber actores económicos con tamaños dispares, y como en toda relación social, hay intereses particulares, por lo que para que realmente el clúster cumpla su función, es necesario que entre sus agentes se genere un fuerte trust, confianza y externalidades reciprocidad, positivas que que contribuya plantean y realmente se dejen a las intereses particularistas de lado. Tal como planteaba al comienzo, los países que lograron insertarse en la competitividad internacional, por fuera del centro, se apoyaron en un fortalecimiento de su estructura productiva e industrial, con una activa implicación de un Estado cualificado. El desafío tanto de Argentina como del resto de Latinoamérica es comenzar a pensar en una estrategia de desarrollo integral, evitando la primarización de su economía, actuando sobre los ámbitos que generen valor agregado, como la industria: hacer mover aquellos sectores que motorizan el país, apoyándose en un federalismo que no quede sólo en los discursos. Retomar las economías regionales que fueron desmanteladas en los ´90 sería una estrategia interesante que active nuevamente la economía, permitiendo desarrollar todos los espacios del país, con un Estado comprometido y fiscalizador, que sea capaz de detectar falencias y necesidades de los territorios, fortaleciendo un desarrollo integral de cada una de las regiones, sin priorizar unas sobre otras. Un Estado nacional estratégico que “salvaguarde” sus unidades subnacionales de los efectos globales, sin aislarse al extremo en una actitud proteccionista. Si los esfuerzos locales no son acompañados por otro a nivel nacional, la sustentabilidad del primero se verá en riesgo: el desarrollo y crecimiento de estas 13 WWW.GEIC.COM.AR aglomeraciones será fructífero si hay articulación vertical y sinergia entre Nación, provincias y municipios. Bibliografía Fernández, Víctor R.; Telado, Julio C.; Villalba, Marta (2005), “Revisión condensada, tendencias internacionales y líneas centrales para una nueva estrategia de desarrollo con base productivo-industrial-territorial en la argentina” en Industria, Estado y Territorio en la Argentina de los 90s: evaluando la des – implicación estatal selectiva y repensando los caminos del desarrollo, Centro de Publicaciones, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe. P.121 Fernández Víctor R; Vigil, José I. (2007) “Cluster y Desarrollo Territorial. Revisión teórica y desafíos metodológicos para América Latina” en Revista Economía, Sociedad y Territorio n.24. Colegio Mexiquense/Consejo Nacional de Cinética y Tecnología. Mayo-agosto. ISSN: 1405-8421 14 RECI N°04 El triángulo de Sábato como paradigma de una exitosa inserción internacional GASTÓN LUCCA1 E l triángulo de Sábato es un modelo de política científicotecnológica el cual postula que para que realmente exista una estructura científico-tecnología productiva en primer lugar es necesaria la presencia de tres agentes. El primero de ellos es el Estado, el cual participa en el sistema como diseñador y ejecutor de la política. El segundo es la infraestructura científico-tecnológica, como sector productor y oferente de la tecnología. Y por último el sector productivo, el cual es demandante de tecnología. No obstante la mera existencia de estos actores no es suficiente para el éxito de esta estructura. A su vez se requiere que estos actores estén relacionados fuertemente y de manera permanente (Sábato y Botana, 1968. Sábato, 1975). La virtud de un triángulo de estas características es la conformación de un sistema científico tecnológico con capacidad de transferencia y divulgación de los desarrollos científicos hacia los actores demandantes de innovación los cuales podrían materializar dichos conocimientos. Treinta años después de aquél enunciado, los pre-supuestos de Sábato siguen vigentes. Partiendo de este sencillo y didáctico Licenciado en Economía (UBA), Maestrando en Relaciones Económicas Internacionales (UBA) consultor en AR Internacional 1 15 WWW.GEIC.COM.AR esquema, podemos pensar que el éxito de la inserción internacional de una estructura productiva requiere los mismos elementos y condiciones. En tal sentido el primer actor continúa siendo el Estado el cual sería el encargado de diseñar y promover un marco institucional que fomente la inserción internacional de los sectores productivos. El segundo actor seria el sector científico – académico el cual posee el conocimiento teórico-práctico respecto a las formas exitosas de inserción internacional que deben ser ensayadas. Y por último se encuentran las firmas privadas interesadas en transnacionalizar su producción. La ausencia de alguno de estos actores significaría una dificultad en el proceso de inserción internacional exitosa. En primer lugar debe considerarse que los actores que efectivamente se transnacionalizan son las firmas y por tanto son las demandantes de políticas, estrategias y conocimientos que permitan dar este paso. A su vez un sector público que no promueva e incentive la transnacionalización de los actores privados, deja a estos en una clara en desventaja frente a otros competidores privado de cara al mercado global. Sin embargo en un esquema virtuoso, el sector público también busca una transnacionalización aunque no material, sino como imagen hacia el mundo a través de los que se denomina una “marca ciudad” o “marca región”. Es decir instalando la idea a nivel global que su territorio político geográfico es un lugar proyectado al mundo donde se pueden realizar negocios. Finalmente si tanto el sector privado como el público prescinden del sector científico-académico, carecerán propiamente del conocimiento necesario y metodologías idóneas para emprender dicha tarea. El sector científico – académico es el encargado de 16 RECI N°04 estar contantemente estudiando los fenómenos de la economía internacional y debe ser capaz de detectar las mejores formas y prácticas que los actores deben llevar a cabo para lograr proyectarse de manera exitosa y eficiente en el actual mundo globalizado. La actual complejidad del sistema económico mundial y su dinamismo exige cada vez más esfuerzos para tratar de aislar variables que permitan comprenderlo y conjeturar su desenvolvimiento. Dicha tarea requiere de un trabajo analítico constante para el cual las instituciones académicas poseen los recursos necesarios. Los factores que determinan las posibilidades de la internacionalización de un sector o empresa son amplios y complejos, por tanto el conocimiento aparece como un factor esencial de la competitividad, y como un recurso necesario para que los agentes económicos logren internacionalizarse exitosamente. Lo que se requiere entonces es, la comprensión del problema y la decisión política y de Estado de impulsar el desarrollo articulado de la ciencia y el sector privado como un factor ineludible de una estrategia de inserción internacional. No obstante como postula el esquema original del triángulo, los vértices deben estar fuertemente vinculados entre ellos. La interrelación de los vértices requiere de instituciones tanto públicas como privadas capaces de entablar y fortalecer la comunicación entre los tres sectores. A menudo se detecta entre los sectores falta de coordinación y comunicación debido a problemas de asimetrías en la información o la misma carencia de canales de comunicación entre ellos. De aquí la necesidad de actores que resuelvan estas falencias, y la importancia de ellos en el esquema. 17 WWW.GEIC.COM.AR La inexistencia de estas vinculaciones promueve el aislamiento de cada uno de los vértices, que como consecuencia se desarrollan ajenos a problemáticas concretas de internacionalización, lo que imposibilita el derrame de sus capacidades hacia el resto de los participantes del triángulo. “Si se acepta la hipótesis de que los sujetos de ambos vértices cuentan con capacidad creadora y una capacidad empresarial, las vías de comunicación estarán necesariamente abiertas, pero sí en cambio se vislumbra que ambas cualidades son muchas veces inexistentes en los sujetos de uno y otro vértice, el peligro del encierro y el dialogo sordos entre empresarios y científicos se presenta como un obstáculo muchas veces insuperable” (Sábato, 2004, p 50). El esquema planteado no constituye una mera teoría práctica. Por el contrario, existe una amplia evidencia que estos elementos se encuentran presentes en la mayoría de los casos exitosos de inserción internacional de los países. Una ejemplo podemos encontrarlo en el desarrollo industrial de Singapur durante la década del sesenta y setenta, donde una de las principales instituciones que impulsaron este crecimiento fue la Junta de desarrollo económico, dependiente del Ministerio de Comercio e Industria, la cual se ocupó de la orientación estratégica general y de la coordinación de todo lo vinculado a la IED que arribaba al país y la competitividad industrial. En este contexto, gracias a un decidido apoyo estatal al desarrollo industrial, al que se han sumado el sector privado local, las universidades y otras instituciones de educación e investigación, Singapur se ha transformado en uno de los centros más importantes de la región asiática en materia de innovación e investigación y desarrollo con proyección a nivel mundial. 18 RECI N°04 Estas experiencias exitosas son una razón mayor para reivindicar un enfoque sistémico e interdisciplinario capaz de afrontar la problemática del desarrollo y la inserción internacional. Además muestra la necesidad de pensar esta tarea como un proceso interactivo, cuyos resultados dependen de las relaciones entre diferentes empresas, organizaciones y sectores, así como también de comportamientos institucionales adecuados que brinden un marco propicio para llevarlo a cabo. La tarea para lograr esto requiere del trabajo mancomunado de los tres sectores bajo un esquema de planificación de largo plazo integrando sus visiones, objetivos y metas de forma precisa y estratégica. Un esquema con estas virtudes permitirá el desarrollo de una estructura productiva que logre una mayor y mejor inserción internacional, con consecuencias positivas sobre el ingreso nacional. Bibliografía Sábato, J., Botana, N. (1968). La ciencia y la tecnología en el desarrollo futuro de América Latina. Revista de la Integración, 1(3), 15-36. Sábato, J. A. (1975). Using Science to'Manufacture'Technology. Impact of Science on Society, 25(1), 37-44. Sábato, J. A. (1997). Bases para un régimen de tecnología. Redes, 4(10), 119137. 19 WWW.GEIC.COM.AR 20 RECI N°04 Capacidades Tecnológicas: La piedra angular para la competitividad y la rentabilidad empresarial EZEQUIEL ELIANO1 T odo sistema industrial se distingue del mundo pre-industrial debido a que la riqueza que produce es fruto del conocimiento. Siguiendo la perspectiva de Alsina (2011/1970), una industria puede considerarse un organismo, que vive en simbiosis con la sociedad, a la que sirve y de la que vive; entregando productos, y recibiendo apoyo económico. En una empresa lucrativa -la más simple de esquematizar- el apoyo económico que recibe es rigurosamente proporcional a la cantidad de productos que entrega; a su vez, la cantidad de productos que entrega depende de un delicado juego de financiación, mercado y competencia. Si revisamos los máximos exponentes que teorizaron sobre el concepto de capacidades tecnológicas inmediatamente nos encontramos con los trabajos de Lall (1992), quien desarrolla una revisión de la naturaleza de las actividades tecnológicas a nivel país. Lall plantea la necesidad de que las empresas deben adquirir capacidades tecnológicas principalmente para mejorar la eficiencia. En este sentido, los tres factores que estimulan el desarrollo de las capacidades tecnológicas según el autor son: 1) Necesidad interna del desarrollo de nuevas habilidades e información, (donde Licenciado en Economía (UBA), estudiante de la Maestría en Política y Gestión de las Ciencias y La Tecnología(UBA). 1 21 WWW.GEIC.COM.AR esencialmente se busca optimizar la productividad). 2) Factor externo, que influye fuertemente en el proceso (cualquier decisión de inversión, el entorno macroeconómico, las presiones de la competencia, el régimen de comercio y su orientación afectan todos los ingresos percibidos por el esfuerzo desarrollado de las capacidades tecnológicas de la empresa). 3) Cambio tecnológico, que se desarrolla continuamente en casi todas las industrias del mundo desarrollado; por esta situación, los PD (países desarrollados) estimulan a sus empresas para tratar de mantener el ritmo y no salirse de los mercados globales. Entender la dimensión y llegada de estos tres factores le permitió a Lall poder clasificar a las capacidades tecnológicas a nivel empresa por medio de la elaboración de una taxonomía que permite analizar la acumulación de las capacidades tecnológicas. Dicha taxonomía fue creada por medio de las principales funciones tecnológicas involucradas (i-función de inversión2, ii-función de producción3 y la iii-función de vinculación4) y su grado de complejidad5. Bell y Pavitt (1995), utilizando la taxonomía de Lall (1992) como punto de partida, comprenden a la función de inversión como la toma de 2 La función de inversión refiere a las habilidades necesarias para identificar, preparar, capturar tecnología para generar, diseñar, equipar y emplear un nuevo establecimiento o su expansión. 3 La función de producción, incluye desde habilidades básicas tales como el control de la calidad, operación y mantenimiento; a más avanzadas, tal como la adaptación, perfección o extensión de equipo; hasta lo más exigente de la investigación, diseño e innovación. 4 La función de vinculación, se relaciona con aquellas aptitudes necesarias para transmitir información y tecnología y recibir de ello, componentes y materia prima de proveedores, subcontratistas, consultores, empresas de servicios e instituciones de tecnología. Tales vínculos no sólo afectan a la eficiencia productiva de la empresa (lo que le permite especializarse con más detalle), sino también afecta la difusión de la tecnología a través de la totalidad de la estructura industrial y a través de la economía, ambas esenciales para el desarrollo industrial. 5 Las funciones tecnológicas Lall dentro de su taxonomía las coloca en las columnas y su grado de complejidad en las filas. 22 RECI N°04 decisión, control, preparación y ejecución de grandes proyectos de inversión; la función de producción se centran en la organización y el proceso de producción como en el producto; y finalmente, en la función de vinculación se centran en la vinculación externa y producción de bienes de capital. Vale aclarar que la función de vinculación se particulariza en la vinculación directa con proveedores, clientes, y competidores; y la indirecta con instituciones públicas y privadas. Otros estudios, retoman la taxonomía de Bell et al., (1995) agregando componentes agregados a nivel país, principalmente los trabajos de Vera-Cruz (2002); Katz (1986), Teece (1994); Dosi (2003); Dutrenit et al., (2003); y Dutrénit et al., (2006). Vera-Cruz (2002), analiza en países latinoamericanos las formas de respuesta que ante la apertura económica y el inicio del modelo de desarrollo exportador, asumió en las empresas de caso de estudio en tanto a la modificación de sus comportamientos tecnológicos y la acumulación de capacidades. Los resultados deslumbraron que a través del uso de diferentes mecanismos de aprendizaje, ciertas compañías acumularon gradual y consistentemente capacidades tecnológicas tanto en el período de economía protegida (periodo ISI) como en el período de economía abierta (post-ISI). Asimismo, los estudios de Katz (1986) mostraron que muchas firmas de los países en desarrollo (PED) han experimentado importantes procesos de aprendizaje tecnológico. En el caso de Latinoamérica, los estudios de Katz y sus colaboradores ofrecieron evidencia6 de que hubo significantes procesos de aprendizaje en firmas de las industrias metalmecánica. 6 Véase los principales resultados en Katz (1986, 1987). 23 WWW.GEIC.COM.AR En la última década, la literatura se direccionó hacia tratar de comprender el grado de relación existente entre la capacidad tecnológica de una firma y su desempeño (eficiencia, reducción de costos, mejoras en la calidad del producto y competitividad). En esta línea, Jonker et al., (2006), analiza las capacidades de producción e innovación, éstas únicamente fueron analizadas en las máquinas de la industria de papel en el sector de manufactura. Los indicadores utilizados para medir las capacidades tecnológicas fueron el rendimiento de un proceso de producción dado (medido por la producción neta de papel, por máquina de papel, excluyendo productos rechazados), diferenciación de producto horizontal y la diferenciación de producto vertical o calidad. Se concluyó que existe una significante correlación positiva entre rendimiento y valor neto agregado, esto sugiere que la mejora de las capacidades tecnológicas a nivel maquina contribuye al desempeño económico de éstas. Coombs et al., (2006) plantea que la capacidad tecnológica tiene un efecto directo sobre el desempeño y que es influenciado por los recursos y las características de la industria en donde se mueve la empresa. Su estudio fue desarrollado en compañías de manufactura públicas de Estados Unidos. Para medir las capacidades tecnológicas sobre el desempeño utilizaron una variedad de indicadores; midieron el desempeño desde dos dimensiones, basado en el mercado y basado en contabilidad. Para la primera sus indicadores fueron el valor de mercado (MVA7) y el segundo es el 7 MVA Valor de Mercado Agregado, según sus siglas en inglés. Esta es la diferencia entre el valor de mercado de una empresa menos la suma de todos los reclamos de capital sobre la misma. Surge de la fórmula. MVA = V M – (Valor Mercado de la Deuda + Capital Accionario). 24 RECI N°04 retorno sobre ventas (ROS8), retorno sobre activos (ROA9), retorno sobre equidad (ROE10) y valor económico agregado (EVA11). Coombs et al., (2006), concluyeron que la intensidad de investigación y desarrollo (I+D) tuvo un efecto no significativo sobre el desempeño, especialmente en el retorno sobre ventas (ROS) y el retorno sobre activos (ROA). Wang et. al., (2006, p.30), va más allá Coombs y concluye que las capacidades tecnológicas no solo tiene un impacto directo en las firmas, sino también un impacto indirecto sobre el desempeño total de los negocios y la trayectoria del desarrollo de nuevos productos donde el cliente otorga un valor diferencial. Para López et al., (2005), las capacidades tecnológicas de la empresa pueden ser medidas de una manera múltiple, empleando la inversión de I+D complementando con innovaciones de producto, registros de patentes e innovaciones de procesos empleados por la empresa. Asimismo, López et al., hace énfasis en que las capacidades tecnológicas de la empresa son un importante factor en la competitividad internacional, suministrando una gran capacidad para entrar y vender productos en mercados extranjeros. De esta forma, las innovaciones en producto y proceso así como el 8 ROS: Proviene de sus siglas en inglés Return over Sales (retorno sobre las ventas). Es decir, el indicador surge de la relación entre el beneficio generado por las ventas sobre todos los costos asociados a dicha venta (materia prima, producción, distribución etc.). 9 ROA (Return on Assets) = beneficios / activos. Analizando el ROA de varios años se puede medir si el tamaño creciente de una empresa va acompañado del mantenimiento o aumentos de rentabilidad o si, por el contrario, este crecimiento está implicando un progresivo deterioro en sus niveles de rentabilidad. 10 La rentabilidad financiera o ROE (por sus iniciales en inglés, Return on equity) relaciona el beneficio económico con los recursos necesarios para obtener un determinado lucro. Dentro de una empresa, muestra el retorno para los accionistas de la misma, que son los únicos proveedores de capital que no tienen ingresos fijos. 11 El Valor Económico Agregado ("EVA", por sus siglas en inglés) es una herramienta financiera que podría definirse como el importe que queda una vez que se han deducido de los ingresos la totalidad de los gastos, incluidos el costo de oportunidad del capital y los impuestos. 25 WWW.GEIC.COM.AR uso de patentes tienen un efecto positivo y significativo sobre la probabilidad de la empresa para exportar y sobre su intensidad de exportación. Conclusión Los resultados de Song et al., (2007); García-Muiña et al., (2007); Jonker et al., (2006); Coombs et al., (2006); Wang et al., (2006); López et al., (2005); y Domínguez et al., (2004), coinciden en que existe una relación positiva y significativa entre las capacidades tecnológicas y el desempeño. Éstos no retoman la taxonomía de Lall (1992) o Bell et al., (1995), excepto Domínguez et al., (2004) y Figueiredo (2002); sin embargo, aportan un importante marco de literatura e indicadores para medir la relación entre las variables de estudio. Bibliografía Bell, M. y K. Pavitt (1995), "The Development of Technological Capabilities", en I.u. Haque (ed.), Trade, Technology and International Competitiveness; pp. 69-101, Washington, The World Bank. Coombs, J., Y Bierly, P. (2006). “Measuring technological capability and performance”. R&D Management, 36 (4). Domínguez, L., Y Brown, F. (2004). “Measuring technological capabilities in Mexican Industry”. Cepal Review,83, 129-144. Katz J. (1986), “Desarrollo y crisis de la capacidad tecnológica latinoamericana El caso de la industria metalmecánica”, CEPAL Buenos Aires. Lall, S. (1992), "Technological Capabilities and Industrialization", World Development, Vol. 20, no. 2, pp. 165-186. López, J., Y García, R. (2005). Technology and export behaviour: A resourcebased view approach. International business Review, 14, 539-557. 26 RECI N°04 Song, M., Di Benedetto, A., Y Nason,R., (2007). Capabilities and financial performance: the moderating effect of strategic type. Journal of the Academy Marketing Science, 35, 18-34. Vera-Cruz, A. (2002). Apertura económica, exportaciones y procesos de aprendizaje: el caso de la cervecería Cuauhtemoc-Moctezuma. Análisis económico,vol. XVII(35), 203-232. Wang, Y., Lo, H., Zhang, Q y Xue, Y (2006). How technological capability influences business performance. An integrated framework based on the contigency approach. Journal of Technology Management in China. Vol. 1 no. 1, Pp. 27-52. 27 WWW.GEIC.COM.AR 28 RECI N°04 Artículos de Investigación 29 WWW.GEIC.COM.AR 30 RECI N°04 Concentración exportadora en el complejo sojero argentino (1996-2010) ROMINA AMAYA GUERRERO1 En este trabajo se analizan las exportaciones del denominado complejo sojero a partir del año 1996, en que la producción agraria da un giro sustantivo en su producción, incorporando semillas genéticamente modificadas. Los resultados permiten observar un elevado grado de concentración, especialmente en las empresas exportadoras del complejo. Se destaca, también, el predominio de Empresas Transnacionales, liderando los primeros puestos del ranking de exportadores. En relación a los destinos de exportación, China es uno de los principales compradores, de porotos y aceites especialmente, mientras que la Unión Europea es el principal comprador de harina de soja. 1 Licenciada en Comercio Internacional (UNQ). Doctoranda en Ciencias Sociales y Humanas (UNQ). 31 WWW.GEIC.COM.AR Introducción A partir del año 1996, la producción agraria da un giro sustantivo con la liberación a la venta de las semillas transgénicas o genéticamente modificadas (GM) de soja y maíz. En el caso de las semillas de soja, se trata de híbridos resistentes al glifosato, herbicida de amplio espectro. La incorporación de este tipo de semillas se combinó con la utilización de la técnica de la siembra directa –con requisitos de maquinaria específica- y, como se desprende de la característica genética de la semilla de soja, con la amplia difusión del glifosato. Este nuevo kit de insumos implicó una caída en los costos de producción de la soja (Bisang, 2007) y un aumento en los rendimientos. Sumado a esto, el aumento de los precios internacionales y la consecuente mejora en la rentabilidad de esta oleaginosa (Rodríguez, 2003), contribuyeron a la difusión de este cultivo, expandiendo la región de influencia de la soja a zonas extra pampeanas. Este proceso reforzó, a su vez, la difusión de este kit de insumos. Así, se evidencia un notable incremento de la producción de porotos de soja y de los subproductos: harina y aceite, hecho que también se vio impulsado por la instalación de moliendas y aceiteras, tanto en Argentina como en la región (Schvarzer y Tavosnanska, 2007). Este país se ha constituido en uno de los principales productores, orientando casi la totalidad de lo producido a los mercados internacionales, ya que el consumo local es prácticamente insignificante. En este contexto, el objetivo del presente artículo es describir la estructura exportadora del complejo sojero, tomando como punto 32 RECI N°04 de partida el año 1996, ya que es a partir de ese momento cuando se adopta el paquete tecnológico descrito anteriormente, permitiendo la expansión de la producción en todos los productos del complejo. En la sección siguiente, se presentarán las principales características del mercado mundial de los productos del complejo para analizar, luego, las principales características de la producción primaria de soja en Argentina. En la cuarta sección se describirá la estructura exportadora local, identificando los principales exportadores y destinos de exportación. A partir de la información presentada, en la última sección se presentarán algunas reflexiones. Complejo sojero: características del mercado mundial. Cuando se hace referencia al complejo sojero, se habla de la producción de porotos de soja, harina de soja y aceite de soja. En este sentido, a partir de analizar comparativamente la estructura mundial de estos productos para el año 1996 y 2010, se destacan las siguientes características2: En el año 2010 los principales productores de porotos de soja fueron Estados Unidos, Brasil y Argentina, representando el 80% de la producción mundial. En relación al año 1996, el nivel de concentración de la producción es similar, sin embargo se evidencia que China ha perdido participación como productor: mientras que en 1996 era responsable del 10% de la producción mundial, en 2010 sólo lo hacía por el 5,7%. Ese terreno fue ganado por Argentina que representaba casi 9,5% en 1996 y en 2010 19%. En relación al comercio de este producto, en 1996 Estados Unidos, Brasil y Argentina explicaban el 91% de las exportaciones mundiales. Todos los datos son de FAO, excepto comercio internacional de harina y pellets (UNCOMTRADE). 2 33 WWW.GEIC.COM.AR Para 2010 el nivel de concentración se mantenía, pero la participación de los países evidenciaba un avance principalmente de Brasil y, en menor medida, de Argentina en detrimento de Estados Unidos. Por su parte, la demanda de exportaciones varió notablemente en el período analizado. En 1996 se evidencia mayor dispersión en los países (el primer puesto del ranking lo ocupa Japón con un 16%), mientras que en 2010 el escenario muestra la fuerte presencia de China como el principal comprador de porotos de soja, representando el 57% de la demanda global. En cuanto a la harina de soja, Estados Unidos es el principal productor, en ambos años referidos, mientras que en 2010 se evidencia el avance de China, correspondiente con el aumento en la capacidad de molienda mencionado anteriormente. Brasil y Argentina, también integran los principales productores. El comercio de harina estuvo liderado por Argentina en los dos años analizados; se evidencia una pérdida de participación de Estados Unidos, espacio ganado por Brasil. La demanda mundial se caracteriza por su bajo nivel de concentración y se evidencian cambios en relación a los países, vinculados a temas mencionados más arriba: si bien China ocupaba un puesto relevante en 1996, ya no era así en 2010, cuando los principales compradores eran países europeos (Países Bajos, Francia y Alemania) y países del sudeste asiático (Vietnam, Indonesia, Tailandia). La producción de aceite de soja estaba liderada en 1996 por Estados Unidos, y, de menor importancia relativa, Brasil y Argentina; estos países explicaban el 61% de la producción mundial. En 2010, China, que explicaba en 1996 apenas el 5% de la producción, lideraba el ranking, siendo responsable del 21,7%, apenas secundada 34 RECI N°04 por Estados Unidos (21,25%). Brasil sufrió una pérdida de participación mínima, mientras que Argentina ganó posiciones. En 1996 las exportaciones de aceite de soja estaban lideradas en por Brasil y Argentina, seguidos por Estados Unidos y China lideraba la demanda (representando el 23%). En 2010, el escenario de exportadores se presenta más concentrado, con Argentina liderando el ranking de exportadores (43%), seguido por Estados Unidos y Brasil, con participación similar. En relación a la demanda, China seguía ocupando la primera posición de importadores, pero su participación había descendido, consistente con la política de localización de empresas de procesamiento del poroto de soja en ese país, que se dio en el período reciente. India aparece en segundo lugar, representando casi el 9% de la demanda mundial. Finalmente, es importante destacar la evolución de los precios internacionales en el período de referencia ya que las variaciones en los precios son un componente clave en la determinación de la rentabilidad de los cultivos, lo que se traduce en distintas elecciones de producción. Así, la evolución favorable desde los años 2000 implicó una mejora en la rentabilidad relativa de la soja con respecto a otros cultivos, lo que se tradujo en la expansión del área destinada a la soja (Rodríguez, 2007). A partir del año 2006, los precios de los commodities agrícolas, con excepción del azúcar, comienzan a aumentar y lo hacen muy rápidamente (Piñeiro y Bianchi, 2009). De acuerdo a Piñeiro (2008) existen dos conjuntos de elementos explicativos que deben tenerse en cuenta cuando se hace referencia a este fenómeno. En primer lugar, las tendencias estructurales de la oferta y la demanda, donde se incluyen factores de largo plazo que afectan los 35 WWW.GEIC.COM.AR precios de las materias primas agrícolas. Estas tendencias incluyen: el incremento de la demanda de países en desarrollo, especialmente Asia; el creciente uso de Biocombustibles; la menor respuesta de la producción de cereales y oleaginosas en el mundo como consecuencia del menor aumento de los rendimientos y las restricciones a la producción en algunos países desarrollados. En segundo lugar, Piñeiro señala un conjunto de factores de corto plazo, donde se destacan la creciente disminución del stock de cereales (arroz, trigo y maíz) y la acción de los traders tradicionales y –en menor medida- los fondos financieros, como factor que ha amplificado los desequilibrios de largo plazo, incrementando los precios en el corto plazo. Este último hecho induce volatilidad en los precios, cuestión internacional, con que la quedó evidenciada consecuente caída iniciada en los la crisis precios internacionales de los granos. Gráfico 1: Evolución de los precios internacionales de los porotos, harina y aceite de soja (1996-2010). Precios internacionales de porotos, harina y aceite de soja (1996=100) 250,00 200,00 150,00 100,00 50,00 0,00 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Poroto de soja Harina de soja Aceite de soja Fuente: elaboración propia en base a datos del Ministerio de Economía. 36 RECI N°04 A partir de esta breve descripción de las características del mercado mundial, ahora se presentarán las características de la producción primaria de soja en Argentina para analizar, luego, la estructura exportadora del complejo sojero. Expansión productiva de la soja (1996-2010) El proceso de avance de la soja suele denominarse proceso de sojización, cuyo inicio data de la década del „70 cuando comienza a difundirse este cultivo en el país. Entonces el área destinada al cultivo de soja era de apenas 0,18% del total de la superficie destinada a la producción agrícola; para la campaña 2009/10 la soja representaba el 58,35%, tal como puede verse en el Gráfico 2. Desde el inicio del proceso de sojización, el área sembrada de soja ha aumentado en casi todas las campañas agrícolas, con contadas excepciones (campañas 74/75; 80/81; 90/91; 95/96; 04/05). Tal como señala Rodríguez (2007), dicho proceso se vio acelerado por las semillas genéticamente modificadas. Este hecho puede verse en el Gráfico 2 donde, junto con el área sembrada de soja desde la década del setenta, se muestran dos líneas de tendencia: una correspondiente al período 1970/71-1995/96 y la otra correspondiente al período 1996/97-2009/10. Puede apreciarse en dicho Gráfico cómo la pendiente de la línea de tendencia del segundo período es mayor a la del primero, mostrando el dinamismo mencionado previamente. 37 WWW.GEIC.COM.AR Gráfico 2. Área sembrada con producciones agrícolas y participación de la soja, en hectáreas (1970-2010). Total país. Superficie sembrada total destinada a la agricultura y participación de la soja (1970-2010) 35.000.000 30.000.000 25.000.000 20.000.000 15.000.000 10.000.000 5.000.000 0 Soja Resto “Resto” incluye: ajo, algodón, alpiste, arroz, avena, banana, caña de azúcar, cártamo, cervecera, forrajera, cebolla, centeno, colza, girasol, jojoba, limón, lino, maíz, mandarina, maní, mijo, naranja, papa, pomelo, poroto seco, sorgo, te, trigo candeal, trigo, tung y yerba mate. Fuente: Elaboración propia en base a datos del Sistema Integrado de Información Agropecuaria del Ministerio de Agricultura de la Nación. 38 RECI N°04 Gráfico 3. Área sembrada con soja (1970-2007) y líneas de tendencia Fuente: Elaboración propia en base a datos del Sistema Integrado de Información Agropecuaria del Ministerio de Agricultura de la Nación. La liberación a la venta de las semillas GM ligada a la fumigación con glifosato, como se dijo anteriormente, permitieron la expansión de la frontera del cultivo de soja a zonas extra pampeanas, anteriormente no aptas para este tipo de cultivos. Como puede verse en la Tabla 1, provincias como Chaco, Santiago del Estero o Salta registran incrementos del área sembrada que quintuplican los valores registrados al inicio del período, como es el caso de las dos primeras provincias mencionadas. 39 WWW.GEIC.COM.AR Tabla 1. Evolución de la superficie sembrada con soja (1996/97=100). Provincias seleccionadas. Evolución de la superficie sembrada con soja (1996/97=100). Provincias seleccionadas. Buenos Aires Córdoba Chaco Santa Sgo. del Fe Estero Salta Tucumán Otros Total país 1996/97 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 1997/98 108,97 110,28 105,69 102,57 118,92 99,70 123,63 125,13 107,60 1998/99 117,69 134,89 174,80 108,28 215,38 157,10 166,67 181,64 125,95 1999/00 122,87 143,53 284,55 112,99 201,15 126,89 138,89 177,02 131,80 2000/01 163,94 165,76 333,33 122,57 248,46 181,27 200,00 314,66 159,90 2001/02 148,66 181,61 487,80 126,31 507,10 199,38 265,71 391,50 174,51 2002/03 168,19 187,47 624,39 130,50 503,46 193,66 288,89 508,93 189,02 2003/04 217,78 219,48 627,64 139,90 522,31 264,05 255,56 601,86 217,81 2004/05 225,84 209,39 540,22 138,84 485,16 281,90 288,48 630,52 215,91 2005/06 252,04 228,46 522,20 139,72 553,52 288,22 315,02 668,59 230,37 2006/07 275,63 235,52 577,52 136,62 617,98 288,22 312,72 757,62 241,92 2008/09 286,51 247,16 612,80 137,32 635,31 288,22 322,30 755,59 248,95 2009/10 369,83 273,33 571,60 135,30 483,58 347,61 325,80 716,03 270,38 Fuente: Elaboración propia en base a datos del Sistema Integrado de Información Agropecuaria del Ministerio de Agricultura de la Nación. 40 RECI N°04 Este fenómeno trae como consecuencia el retroceso de otros cultivos tanto de la Pampa Húmeda como de las denominadas economías regionales, e incluso de la ganadería (Rodríguez, 2007; Teubal, 2003 y 2006) impactando sobre el entramado productivo y social característico de dichos lugares, tema que excede los términos de este trabajo. A su vez, la implementación en la producción de soja del paquete tecnológico, posibilitó el incremento en los rindes. Así, desde 1996 hasta 2010, los rendimientos crecieron casi un 70%, debido especialmente al crecimiento sostenido del 1,11% anual acumulado a partir del año 2001. Si bien los rendimientos muestran diferencias notables de acuerdo a las provincias analizadas (incluso entre localidades de la misma provincia), de aquellas que se mencionaran en la tabla precedente, todas muestran crecimiento en los rendimientos; se destaca Santa Fe donde se duplicaron en la campaña 2009/10, con respecto a la campaña 1996/97. Así, la incorporación del paquete tecnológico permitió, por un lado, la expansión de la frontera cultivada con soja y, por otro lado, el incremento en los rendimientos. Estos dos factores se conjugaron permitiendo que la producción de soja casi se quintuplicara en el período analizado, obteniendo 52.677.371 toneladas de soja en la campaña 2009/10. Desde ya, este incremento en la producción permitió aumentar, también, la producción de los sub productos. La instalación de modernas plantas de procesamiento del poroto (crushing) aumentó la capacidad instalada, lo que intensificó el aumento en la producción (Schvarzer y Tavosnanska, 2007). Así, la producción de harina superó las 28 millones de toneladas en 2010 –lo que implica un 41 WWW.GEIC.COM.AR aumento en la producción comparando con 1996 de 344%- (CIARA), mientras que la de aceite de soja creció 380% en el período 19962010. A partir de este breve panorama de la producción de soja en Argentina, a continuación se presentarán las características del complejo exportador de soja y derivados (harina y aceite). Empresas Transnacionales: principales exportadoras del complejo sojero La producción del complejo sojero está destinada, casi en su totalidad, al mercado externo, especialmente el aceite de soja (el 70% de la producción del año 2010 se exportó) y la harina. Asimismo, estos productos tienen un elevado grado de participación en las exportaciones totales argentinas: la harina y los pellets de soja representan el primer producto del ranking de exportaciones desde el año 2001; por su parte, los aceites y porotos, se encuentran entre los primeros cuatro productos exportados –con algunas excepcionesdesde el año 1997 (ALADI). A continuación, exportaciones de se presentarán los las componentes características del complejo de las sojero, identificando dentro de cada uno de los productos, en primer lugar, las empresas exportadoras: quiénes exportan, qué modificaciones se pueden identificar a lo largo de la serie y qué grado de concentración presenta el sector. Luego, se señalan los destinos a los cuales se exportan estos productos. Aspectos metodológicos Como fuera mencionado brevemente en la introducción, el corte temporal del análisis se debe a que en el año 1996 se liberaron a la 42 RECI N°04 venta las semillas genéticamente modificadas de soja, resistentes al glifosato. Se articuló, así, un paquete tecnológico que modificó el escenario productivo y social agrario. En los quince años estudiados que plantea el artículo, se expandió la frontera sojera, llegando a provincias como Chaco, Santiago del Estero, donde se quintuplicó el área sembrada con soja, por ejemplo. A su vez, se incrementó la producción casi cinco veces, explicándose no solo por la expansión de la frontera, sino también por el aumento en los rendimientos, fruto de este nuevo paquete tecnológico. De la mano del incremento en la producción del poroto de soja, también aumentó la producción de sus derivados, con similares consecuencias en las exportaciones ya que, como se mencionara más arriba, es la principal demanda de estos productos. Con este fundamento, se eligió el corte temporal del trabajo. En relación al cálculo de la concentración de las exportaciones, se midió considerando dos índices, tal como fue realizado por Casanova (2002) y Giancola y otros (2009). Por un lado, se consideró el índice Standard (C4), evaluando la concentración en las ventas de las empresas de los primeros lugares del ranking. De acuerdo a este índice, si las primeras cuatro empresas concentran una cuota de mercado superior al 60%, se trata de un sector altamente concentrado. Por otro lado, se ha utilizado el Índice Herfindahl – Hirschman (IHH), evaluando la concentración del sector a partir del cuadrado de las cuotas de mercado que tienen las empresas que operan en el mismo. Así, si el Índice arroja un resultado inferior a 1000, se trata de un sector competitivo; si el resultado se encuentra entre ese valor y 1800, se trata de un sector medianamente concentrado y, por último, si el valor supera los 1800 el sector presenta características 43 WWW.GEIC.COM.AR de elevada concentración. Se ha elegido realizar la evaluación de los dos índices, dada la divergencia de resultados que se ha evidenciado en algunos casos ante la aplicación de uno y otro. Finalmente, en todos los casos se tomaron datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca y se consideraron los volúmenes exportados (toneladas). En el gráfico siguiente, puede verse la evolución desde el año 1996 de los tres productos. Gráfico 4: Evolución del volumen exportado Evolución del volumen exportado (1996 - 2010) 1996=100 600 500 Toneladas 400 300 200 100 0 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Porotos de soja Harina y Pellets Aceite Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Agricultura. 44 RECI N°04 Porotos de soja El análisis de las exportaciones de porotos de soja se realizó considerando la posición arancelaria 12010090. El padrón de empresas exportadoras no presenta igual cantidad de operadores a lo largo de la serie; la cantidad promedio es de 29 empresas, descartando el año 2004 donde exportaron 106 empresas, valor que no se repite en ningún año del período. Al analizar las empresas exportadoras durante toda la serie, es posible establecer dos sub-períodos: desde 1996 hasta 2000 donde la principal empresa exportadora es Productos Sudamericanos, con una participación del 30% en promedio, en el período señalado. El otro sub-período comienza en 2001 donde la principal exportadora es Cargill, representando un 20% en promedio, del total exportado en el sub-periodo mencionado. A su vez, analizando las empresas intervinientes, es posible identificar las operaciones de fusiones y adquisiciones que caracterizaron estas empresas durante el período. Así, La Plata Cereal (filial local del holding suizo André y Cia.) se ubica en el 4º puesto del ranking de exportadores en los años 2000 a 2002; en el año 2003 se ubica 3º; en el 2004, 8º, para finalmente desaparecer del ranking de exportadores en 2005. Esta empresa, fue adquirida por el Grupo Bunge Limited (ex Bunge y Born) en el año 2001. De esta manera, si se consideran las exportaciones de La Plata Cereal entre 2001 a 2005, el Grupo Bunge eleva su volumen de exportaciones. Sucede algo similar con Productos Sudamericanos, empresa que ocupa las primeras posiciones del ranking de exportaciones entre 1996 y 2000, con excepción del año 1997, donde Cargill ocupó ese 45 WWW.GEIC.COM.AR puesto. Esta empresa, pierde posiciones en el ranking a partir del año 2000, y celebra en 2003 un contrato de leasing con Dreyfus, por la operación de la terminal portuaria en Alvear, Santa Fe y once acopios localizados en Buenos Aires y Santa Fe. Considerando la totalidad de la serie y descartando para el primer sub-período a Productos Sudamericanos, las primeras posiciones del ranking de exportadores se encuentran dominadas por empresas trasnacionales. De hecho, son las mismas empresas que se alternan las primeras posiciones a lo largo de la serie: Cargill, Toepfer, LDC (Louis Dreyfus Commodities), Nidera, A.D.M Argentina, Bunge, entre las más reiteradas. En relación al grado de concentración que presenta el sector, ningún año de la serie puede ser evaluado como de características competitivas. Sin embargo, y como se mencionó anteriormente, los índices utilizados no coinciden en los resultados que arrojan para toda la serie. Así el IHH sólo arroja resultados que presentan un sector de elevada concentración para los años 1997 – 98 y 99, mientras que el resto de la serie sería un sector de características de mediana concentración. Por su parte, el Índice Standard, para el que se han considerado las primeras cuatro empresas, arroja resultados de alta concentración para los años 1997 a 2000, 2005, 2006 y 2009. La relevancia de estos datos radica en el poder de negociación que tienen estas empresas para con los productores de menor tamaño, a quienes compran la producción. Así, la negociación de los precios presenta condiciones favorables para las grandes empresas transnacionales, quienes dominan el sector con un poder de mercado favorable a ellas. 46 RECI N°04 Gráfico 5: Concentración del sector exportador de porotos de soja. Índices IHH y C4 (1996-2010) Concentración de las empresas exportadoras de porotos de soja IHH y C4 - (1996-2010) 2500 120 106 100 2000 80 60 1000 39 30 500 22 21 25 24 42 36 33 31 40 36 25 18 23 20 0 0 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Años IHH Cantidad de empresas C4 Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Agricultura y a Giancola y otros (2009) Finalmente, en cuanto a los países compradores de los porotos de soja, los Países Bajos son el principal socio hasta el año 1999, cuando China comienza a encabezar el ranking. Su participación es muy elevada en el total de países, alcanzando su máxima participación en 2010, siendo responsable del 80% del total de las ventas argentinas de los porotos de soja –por encima de 10 millones de toneladas. 47 % IHH 1500 WWW.GEIC.COM.AR Harina de soja Para analizar las exportaciones de la harina de soja, así como del aceite, lo primero que hay que destacar es que, a partir de los aumentos en la producción primaria de la soja, se instalaron empresas de procesamiento que ampliaron notablemente la capacidad instalada. Estas empresas, modernas, con tecnología de punta y niveles relativamente bajos de contratación de mano de obra, se radicaron sobre la costa del Río Paraná, debido a que el principal destino de los productos, es la exportación. La producción está altamente concentrada, ya que seis empresas explican (según datos del año 2006) el 75% de la producción: Bunge, Cargill y Dreyfus (Emrpesas Transnacionales) y Molinos, Vicentín y Aceitera General Deheza (de capitales locales) (Schvarzer y Tavosnanska, 2007). Estas características se ven repetidas en la estructura exportadora, como se verá a continuación. Para analizar las exportaciones de harina de soja se consideró la posición arancelaria 23040010. En el caso de la harina de soja, el padrón de exportadores presenta menos valores raros y dispersión que en el caso de los porotos de soja. Así, el promedio de empresas que han exportado este producto en el período bajo análisis es de 24 empresas. El año 2006 es el que presenta mayor cantidad de empresas exportadoras, con 30 empresas. Los exportadores de harina de soja, en muchos casos, son las mismas empresas que aparecían en los primeros puestos del ranking de exportadores de porotos de soja. Presentan este comportamiento Cargill, Dreyfus y Bunge. Sin embargo, se incorporan dos grandes 48 RECI N°04 empresas de capitales nacionales, también dentro de los primeros puestos: Aceitera General Deheza y Vicentín, ambas empresas con tradición dentro del sector. A diferencia de lo que sucedía con el sector exportador de porotos de soja, los primeros puestos de las empresas exportadoras se mantuvieron estables durante el período. De hecho, desde el año 2007, los primeros puestos se mantienen con Cargill en la primera posición (19,55% del volumen exportado en 2010), Bunge (18,61% en 2010), Aceitera General Deheza (17,63% en 2010) y Dreyfus (14,36% del total exportado en 2010); la cuota de mercado de las primeras cuatro empresas asciende a 70,14%. La concentración del sector arroja resultados diversos de acuerdo se utilice el Índice Herfindahl-Hirschman o el Índice Standard. En el primer caso, la concentración es moderada para toda la serie, mientras que en el segundo, la concentración es elevada a partir del 2000 (Gráfico 6). En cuanto a los destinos de exportación, durante el período 1998 – 2002, el principal país comprador de este producto es Italia, representando en 2002 casi el 14% del total exportado. En el período 2003 – 2007 el principal destino es España, alcanzando una cuota de mercado superior al 14% en el año 2007. En 1996 y de 2008 a 2010, el principal comprador de harina de soja son los Países Bajos. Sólo en 1997, el principal destino fue China y este país no figura entre los primeros puestos del ranking en ningún otro año. Esto se debe a que este país se ocupa del procesamiento del poroto para transformarlo en harina y pellets. Los países europeos, por su parte, consumen generalmente este producto como alimento para los animales. 49 WWW.GEIC.COM.AR Finalmente, el caso de las exportaciones de harina de soja, aparece menos concentrado en cuanto a destinos que los porotos de soja. De hecho, los principales países compradores representan menos del 20% del total exportado, acumulando en 2010 los primeros diez países, el 61% del total exportado. Gráfico 6: Concentración del sector exportador de harina de soja. Índices IHH y C4 (1996-2010) IHH Concentración de las empresas exportadoras de harina de soja IHH y C4 - (1996-2010) 1600 80 1400 70 1200 60 1000 50 800 40 600 25 24 26 28 30 28 22 400 22 30 25 23 19 21 24 23 17 200 10 0 0 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Años IHH Cantidad de empresas C4 Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Agricultura y a Giancola y otros (2009) Aceite de soja La posición arancelaria correspondiente a este producto es 15071000. Nuevamente en el caso del aceite de soja, las empresas que aparecen en las primeras posiciones del ranking de exportadores son Cargill, Dreyfus, Bunge y Aceitera General Deheza. Estas 50 20 RECI N°04 empresas, alternando posiciones entre los primeros lugares, llegaron a concentrar en 2010 el 72% del total exportado. De esta manera, se puede ver un comportamiento similar a los otros sub-productos, donde las mismas empresas dominaban también el mercado. En referencia a la concentración del sector, al igual que en los casos analizados anteriormente, los índices arrojan resultados divergentes. El Índice Standard caracteriza este sector desde 2001 como altamente concentrado, mientras que el IHH lo ubica como de concentración moderada, con valores cercanos a mercados competitivos para los primeros años del período bajo análisis. En cuanto a los destinos, desde el 2003 el principal comprador es China, alcanzando en 2009 el 41% del total exportado. Asimismo, se destaca el desempeño de India, también, como uno de los principales compradores. El año 2010 estuvo caracterizado por un comportamiento diferente de las exportaciones, debido a una imposición sanitaria por parte de China, que impidió las exportaciones hacia ese país desde mayo (CIARA). Esto resultó en que este país cayera al sexto puesto del ranking y sólo comprara un 4% del total exportado. Esta situación causó controversias e incluso las negociaciones por parte de ambos gobiernos. Los datos demuestran que la magnitud del mercado chino, la concentración de este sector en ese destino y la posición general dentro del total exportado que ocupa este producto, hace que cualquier vaivén en la política comercial china que ponga en juego esta relación, deba ser resuelto rápidamente. La situación se normalizó hacia fines del 2010. 51 WWW.GEIC.COM.AR Gráfico 7: Concentración del sector exportador de porotos de soja. Índices IHH y C4 (1996-2010) Concentración de las empresas exportadoras de aceite de soja IHH y C4 - (1996-2010) 1800 80 1600 70 1400 60 1200 IHH 50 1000 40 800 31 27 600 400 19 20 27 23 30 27 23 22 21 20 20 18 17 17 10 200 0 0 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Años IHH Cantidad de empresas C4 Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Agricultura y a Giancola y otros (2009) Reflexiones finales Como se ha visto a lo largo del trabajo, la producción de soja en Argentina encuentra un punto de inflexión en el año 1996 a partir de la incorporación de un paquete tecnológico (compuesto por semillas genéticamente modificadas, maquinaria agrícola vinculada a la siembra directa y los implementos que requiere y agroquímicos, especialmente el herbicida glifosato) que permitió, por un lado, la expansión de la frontera cultivable con soja y, por otro lado, el 52 20 RECI N°04 aumento en los rendimientos por hectárea. Estos dos factores, resultaron en un notable incremento de la producción de porotos de soja en el período analizado. La producción de soja, así como de los sub productos derivados (harina y aceite) se orientan principalmente al mercado mundial, donde Argentina es uno de los principales productores, junto con Estados Unidos y Brasil y donde, los principales compradores, son China, países de la Unión Europea, países del sudeste asiático e India. En relación a la Argentina, el complejo sojero es de gran relevancia en relación al conjunto de las exportaciones, liderando los primeros puestos del ranking de exportaciones argentinas. En este contexto, el objetivo planteado por el trabajo era indagar en la estructura exportadora, destacando las empresas líderes y los principales destinos. Para ello, se trabajó con dos índices de concentración: el IHH y el índice Standard. A partir de los resultados expuestos, se evidencia la elevada concentración que presentan a lo largo del período analizado, especialmente si se consideran los datos arrojados por el Índice Standard ya que, como fuera mencionado, existen divergencias en los resultados que arrojan ambos índices. Se destaca la concentración en las exportaciones de porotos, donde ambos índices arrojan resultados de concentración. El caso de la harina y del aceite, difiere en los resultados, identificando concentración en los últimos años del período analizado por el Índice Standard. Otro de los rasgos de relevancia que se ponen de manifiesto con el análisis realizado, es la presencia de empresas transnacionales liderando las exportaciones del complejo sojero, cuestión que se 53 WWW.GEIC.COM.AR explica también, debido a la concentración que tienen estas empresas en la capacidad de procesamiento de la soja. Así, se destaca la fuerte presencia de Cargill, Dreyfus, Bunge. También están bien posicionadas grandes empresas de capital local, como Vicentín y Aceitera General Deheza. El análisis llevado a cabo en relación a los destinos de las exportaciones del complejo sojero, se destaca China como un socio de relevancia, especialmente en el caso de los porotos y aceite de soja, aunque este último producto ha ido perdiendo participación debido al procesamiento que está llevando adelante este país, reemplazando así las compras externas de aceite por producción local. Reemplazando la importancia de China, India cobró relevancia en el último período como comprador de aceite de soja argentina. Finalmente, los compradores de harina de soja son países de la Unión Europea (Italia, España y Países Bajos se destacan a lo largo del período analizado) y presentan un nivel menor de concentración que los productos anteriores. Así, es posible resumir el cuadro de situación del complejo sojero, identificando un complejo exportador altamente concentrado y transnacionalizado, con pocos socios comerciales y, especialmente en el caso de porotos y aceite de soja, muy relevantes. Bibliografía ALADI, Asociación Latinoamericana de Integración, Sistema de Información de Comercio Exterior (SICOEX): www.aladi.org Bisang, Roberto (2007). “El desarrollo agropecuario en las últimas décadas: ¿Volver a creer?” en Kosacoff B. (ed) Crisis, recuperación y nuevos dilemas. La economía argentina 2002-2007, CEPAL, Buenos Aires. 54 RECI N°04 Casanova, Marcelo (2002). “Comercialización de soja y sus derivados: concentración de las exportaciones e integración vertical”, Programa de Formación 2000 de la Bolsa de valores de Rosario. 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Licenciado en Economía (UBA), Maestrando en Relaciones Económicas Internacionales (UBA). 2 Licenciado en Comercio Internacional (UNQui), Maestrando en Relaciones Económicas Internacionales (UBA). 3 Licenciada en Comercio Internacional (UNLU), Maestrando en Relaciones Económicas Internacionales (UBA). 1 57 WWW.GEIC.COM.AR Introducción En el análisis de la intervención del Estado en el comercio exterior de granos confluyen las políticas agropecuarias, macroeconómicas, comerciales y de desarrollo que caracterizaron a cada período histórico así como aquellas sancionadas o ideadas que no llegaron a implementarse y las discusiones teóricas que las sustentaron. Tanto las políticas (implementadas o no) como las investigaciones científicas que las respaldaban o criticaban responden, a grandes rasgos, a dos posiciones ideológicas confrontadas. La primera es partidaria de la intervención del Estado en la economía, diferencia a la actividad agropecuaria de la industrial e intenta gravar en menor medida las explotaciones agropecuarias de menor tamaño. La segunda posición, por el contrario, considera que el mercado es quien debe conducir las elecciones racionales de los productores y que todos los sectores de la economía aportan al desarrollo económico de igual forma (Lattuada, 2008). Esto no significa que cada uno de los gobiernos se identificaba con una de las dos posiciones de forma pura; en general predominaron formas híbridas caracterizadas, por ejemplo, por gobiernos que sancionaban Leyes que luego no implementaban, Ministros con posiciones antagónicas dentro de un mismo gabinete o discursos políticos que no se ajustaban a los hechos. Por tratarse de medidas políticas que implican la redistribución de gran parte de la renta de la tierra, la implementación no es sencilla. A esto se suman las dificultades inherentes a un sector muy heterogéneo: por el tamaño de las explotaciones, por su productividad, por la forma de tenencia de la tierra y por lo que produce. Se trata de un sector clave por su triple rol estratégico: para 58 RECI N°04 la entrada de divisas cuya escasez generaba desbalances externos que frenaban el crecimiento de la economía, para el equilibrio fiscal del Sector Público y para la provisión de alimentos para la población argentina. Al respecto, los ciclos “stop and go” que caracterizaron el comportamiento de la economía argentina en estos años, se explicaban por la entrada de divisas originadas de la exportación de productos agropecuarios. De esta manera, cuando las divisas generadas eran suficientes, el sector industrial podía importar insumos y bienes de capital para seguir creciendo. En caso contrario, la economía entraba en crisis por bruscas devaluaciones enmarcadas en políticas de ajuste y/o por la dependencia del sector industrial de las importaciones. La alternancia de gobiernos que representaban a distintos partidos o a distintas fracciones de un mismo partido y los sucesivos golpes de estado, tuvieron como denominador común la existencia de una institución vinculada al comercio exterior de granos: la Junta Nacional de Granos (JNG). A través de los años, la JNG cambió de nombre, de funciones, de presupuesto, de participación en el comercio exterior y de lugar dentro del organigrama estatal, pero estuvo presente, entre 1933 y 1991. También acusó en su funcionamiento los distintos intereses en pugna y las políticas finalmente aplicadas. Es por eso que no se puede separar a la JNG de las medidas implementadas por los distintos gobiernos. Como señala Rossi, “[…] el grado de intervención estatal dependió en gran medida de la ideología de los sucesivos gobiernos” (Rossi, 2006). 59 WWW.GEIC.COM.AR El presente trabajo se centra en la década del 60, especialmente en el período que abarca la presidencia de Arturo Illia (1963-1966) y el gobierno militar de Juan Carlos Onganía (1966-1970). Durante este periodo, no abundan documentos, información y trabajos sobre la participación de la JNG en el comercio exterior de granos. En parte porque dicha participación no fue extrema: es decir, no monopolizó el comercio de granos como en los tres gobiernos de Perón pero tampoco se eliminó a la JNG como sucedió en 1991 durante el gobierno de Carlos Menem. Esta posición intermedia entre el monopolio estatal y la completa liberalización del mercado exterior de granos implicaba una intervención subsidiaria en la que la clave eran los precios mínimos o sostén. Bastaba con que se fijaran precios mínimos bajos para que nadie le vendiera al Estado. Si en cambio se le quería dar más participación, se aumentaban, complicando en muchos casos la actividad privada (Jozami, 1994), lo que también significaba un incremento del gasto fiscal. En la bibliografía sobre política agraria, abundan las discusiones impositivas, las leyes de arrendamientos o las de potenciales reformas agrarias. Pero se relega el análisis del mecanismo mediante el cual se distribuía la renta producida en el sector agrícola entre los actores involucrados en su producción y comercialización (desde el Estado y los productores a los grandes exportadoras). Por eso, este trabajo se propone volver a poner a las grandes comercializadoras de granos en la discusión de las políticas vinculadas al agro. En primer lugar, se analizan las políticas agrarias que influyeron en el comercio de granos durante la década del sesenta. Luego, se hará un breve racconto del papel desempeñado por la JNG a lo largo de 60 RECI N°04 su historia, desde su creación en 1933 a su desaparición en 1991. Asimismo, se hará mención a las distintas leyes que moldearon su funcionamiento en la década del sesenta. Finalmente, se analiza empíricamente el impacto del desacople entre los precios internacionales y los precios de exportación locales en la exportación de granos y sus posibles significado a la luz de la influencias de las empresas multinacionales en el comercio de granos. Las políticas agrarias de la década de 1960 Los productos agropecuarios pampeanos tenían un triple papel estratégico en la economía argentina: eran la principal fuente de ingreso de divisas para la compra de insumos por parte de la industria, para financiar al Sector Público y como principal biensalario de la población. La importancia de la primera función se manifestaba en las crisis crónicas del balance de pagos a través de los ciclos denominados “stop and go”. El estancamiento de la producción agropecuaria que conformaba casi exclusivamente la oferta de exportación frenaba el crecimiento del sector industrial. Ante este escenario, el gobierno (en general respondiendo a una ideología liberal-conservadora) implementaba medidas como una fuerte devaluación de la moneda, llevando a un aumento de la exportación de los productos agropecuarios pampeanos y el virtual congelamiento de los salarios. Esto significa una fuerte transferencia de ingresos del resto de la sociedad al sector agropecuario exportador como principal incentivo para el aumento de sus niveles de producción, en una reducción del consumo de bienes exportables por los sectores populares y en una significativa 61 WWW.GEIC.COM.AR disminución en la importación de insumos industriales como consecuencia de la reducción de los ingresos de la mayoría de la población y por el mayor costo de los insumos que emplea debido a la devaluación de la moneda nacional (Lattuada, 1987). Sin embargo, los períodos en los cuales el sector agropecuario exportador contó con precios comparativamente altos no se tradujeron en aumentos productivos ni desencadenaron procesos masivos de incorporación de tecnología y aumento de la población. El principal reclamo del sector agrario durante los primeros gobiernos de Perón había sido que el IAPI fijaba los precios por debajo de los internacionales y de esta forma frenaba las inversiones en el sector. Pero entre las cosechas 1955/1956 y 1962/1963 la producción se mantuvo estacionaria. Tanto la autodenominada Revolución Libertadora como el gobierno de Frondizi habían liberalizado el mercado cambiario que sufrió importantes devaluaciones en 1955, 1958 y 1962 (aunque en el caso de Frondizi compensó este efecto parcialmente con retenciones) y la Junta Nacional de Granos dejó de monopolizar el comercio como lo hizo el IAPI para participar subsidiariamente (con la excepción del trigo que lo hizo hasta 1962). La Unión Cívica Radical del Pueblo que llevó a la presidencia a Arturo Illia en 1963 se caracterizaba por la brecha entre la dirección conservadora del partido y el progresismo de ciertos sectores de las bases del radicalismo. Su política agraria es descripta por Mario Lattuada como industrialista en tanto consideraba necesario el aumento de la producción agropecuaria pampeana para abastecer al consumo interno y terminar con las crisis del sector externo. Además, la considera transformista porque dicho aumento de la producción debía abordarse mediante la implementación de 62 RECI N°04 cambios tecnológicos y de mecanización que resultan instrumentos más efectivos y menos conflictivos que la expropiación o la distribución de tierras (Lattuada, 1987) Estas ideas habían comenzado con el desarrollismo que intentó estimular la capitalización del sector agropecuario mediante fuertes devaluaciones que mejoraban los precios relativos agrarios y desgravaciones sobre el impuesto a los réditos. De la misma forma que las políticas agrarias avanzaban hacia la capitalización del sector, las políticas específicamente vinculadas a la tenencia de la tierra avanzaban hacia la liberalización de los contratos de arrendamiento. Los Planes de Transformación Agraria de la Revolución Libertadora y de Frondizi multiplicaron el número de propietarios pero no afectaron el sistema de tenencia en su estructura. De esta forma, los planes disminuían el nivel de conflictividad social rural al tiempo que ayudaban a reducir la intervención estatal que caracterizó a los primeros gobiernos de Perón (congelamientos y prórrogas de contratos, planificaciones) y pusieron fin a renuentes regímenes de emergencia. Las corporaciones de grandes propietarios propician y avalan estas políticas en tanto dan respuestas a demandas sectoriales contra el dirigismo y la planificación (Lázzaro, 2006). El gobierno de Illia siguió estas tendencias. En materia impositiva, el objetivo básico fijado por la Política Agraria Integral era incentivar la inversión de capital y trabajo para lograr una mayor productividad rural. Para ello deseaba sustituir los impuestos directos a la producción agrícola por otros que graven la unidad de superficie aprovechable de acuerdo con su productividad potencial. De esta manera se esperaba que los empresarios rurales se vieran alentados 63 WWW.GEIC.COM.AR a producir al máximo de sus posibilidades. Lo esencial no tenía que ver ya tanto con dar la tierra a quien la trabaja sino con vincular al sector agrario con criterios de eficiencia y productividad. Lo principal pasaba a ser la empresa y lo accesorio la tierra. En 1966 el gobierno radical sancionó una Ley que no llegó a implementarse que continuaba lo dispuesto por los Planes de Transformación Agraria postergando los contratos de arrendamientos. Esta fue cuestionada por las grandes corporaciones agrarias porque mientras el propietario rotaba los cultivos, los colonos continuaban con los mismos sembrados durante años. Si bien el gobierno de Illia intentó achicar la participación de los capitales extranjeros en la economía nacional, lo que se manifestó en la redefinición de los contratos petroleros que se realizaron durante el gobierno de Frondizi y en el proyecto de ley de medicamentos, no afectó el funcionamiento de las empresas multinacionales en general ni de las exportadoras de granos en particular. Luego, el gobierno de facto de Onganía descartó el impuesto a la renta potencial y creó, en cambio, un impuesto de emergencia sobre las tierras aptas para la explotación agropecuaria (ITAEA). Si bien se devaluó fuertemente la moneda, se establecieron retenciones a las exportaciones en un porcentaje equivalente a fin de compensar la mejora en los precios relativos. El Ministro de Economía, Krieger Vasena, era el exponente de cómo se habían modificado las relaciones de fuerza en la sociedad tras el ingreso masivo del capital extranjero. Tanto la Sociedad Rural Argentina (SRA) como la Confederación de Asociaciones Rurales de 64 RECI N°04 Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) advierten sobre la penetración de intereses norteamericanos de la mano de Krieger Vasena. El discurso de estas corporaciones frente al ITAEA fue tan combativo como el que padeció años más tarde la Ley Agraria de Horacio Giberti en un gobierno peronista, naturalmente enfrentado a la SRA y CARBAP. Por otro lado, en 1968, luego de sucesivas prórrogas, culmina el proceso de protecciones a los arrendatarios que regía desde 1942. Esto sí obedecía al reclamo de las Corporaciones Agrarias de los propietarios más concentrados. Si bien la hipótesis según la cual la política agropecuaria de la Revolución Argentina era abiertamente perjudicial para el sector agrario no puede sostenerse, Rapoport considera que tampoco trató de favorecerlo de manera sistemática como había sido habitual en los programas ortodoxos del pasado (Rapoport, 2000). Una breve historia de la Junta Nacional de Granos En 1933 es creada la Junta Reguladora de Granos con el objeto de intervenir en la comercialización y en la aplicación de precios mínimos para los granos de trigo, maíz y lino. Su misión era adquirir granos a los productores para luego vendérselos a los exportadores. En 1935 se creó la Comisión Nacional de Granos y Elevadores. Previo a esto, el comercio de granos estaba en manos de las grandes firmas exportadoras. Estos primeros antecedentes de la JNG se enmarcan en la crisis del 30‟ que generó una importante caída en la demanda de alimentos y materias primas y, por lo tanto, el descenso del precio de los commodities agropecuarios. A fin de atenuar la caída de los ingresos 65 WWW.GEIC.COM.AR de los agricultores, distintos países productores de este tipo de mercancías tomaron medidas proteccionistas. En ese sentido, Estados Unidos implementó la Ley de Ajuste Agrícola para incentivar a los productores a que redujeran las superficies sembradas. Asimismo, se creó la Commodity Credit Corporation que compraba el grano a los productores mediante un sistema de precios sostén. Por su parte, Canadá tiene desde 1935 su Junta Canadiense del Trigo. Esto implicó la creación de un pool nacional exportador cuyo principal objetivo fue defender el precio del trigo frente al resto del mundo. Algo similar sucedió en Australia donde se creó la Junta Australiana de Trigo. Tanto en el caso de la Junta canadiense como de la australiana, el Estado ejercía el control monopólico del comercio (Rossi, 2006). A mediados de la década del 30‟, con la mejora en los precios internacionales la Junta perdió participación, en 1938 se recreó y en 1944 se crea la Junta Reguladora de la Producción Agrícola que extendía las funciones de la anterior Junta a toda la producción agrícola. En 1946, con la asunción del gobierno de Juan Domingo Perón, se crea a través del decreto-ley 15.350 del 28 de Mayo de 1946, el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI). A partir de ese momento la comercialización de granos pasa a ser monopolio del estado en lo que fue una de las experiencias institucionales más significativa de la historia argentina en cuanto al control del comercio exterior del sector agrícola por parte del Estado. La misión del instituto era intervenir en la compra, la venta y el trueque de todo tipo de productos, entregando o recibiendo en pago productos, documentos de cambio o moneda. También negociar y supervisar el 66 RECI N°04 cumplimiento de los acuerdos internacionales como asegurar el financiamiento de las operaciones productivas y comerciales (Bullor, 2011). El IAPI buscaba en sus primeros años obtener un margen diferencial entre el precio de compra y el precio internacional de exportación que, asegurando una ganancia media a los capitales agrarios, permita encarar un redireccionamiento de rentas con miras a la industrialización. Cuando la situación favorable de precios internacionales revirtió, el instituto comenzó a fijar precios sostén para garantizar la ganancia al productor agrario y sostener el abastecimiento local. A pesar del control estatal del comercio, las firmas exportadoras tradicionales participaban comprando el grano que luego embarcaban mediante órdenes de entrega del IAPI. Las mismas operaban como agentes de compra del exterior y por lo tanto no es atacada su existencia. Por el contrario, estas empresas son esenciales para canalizar la comercialización del producto argentino. El Estado no contaba con la infraestructura para hacerlo por su cuenta. El predominio de las principales exportadoras se mantiene (las principales 10 firmas acumulan un 92,75% de las exportaciones de trigo para 1945). Las firmas exportadoras recibían una comisión de la operación por parte del IAPI. La acción del IAPI no transformó la estructura operativa de los principales exportadores e intermediarios, ni su rol como principales protagonistas. Solo intervino en la forma en la cual se distribuía la renta agraria entre las partes intervinientes en el proceso de producción y comercialización y la sociedad en su conjunto. Es por eso que años posteriores, cerrando el IAPI y devolviendo el negocio a 67 WWW.GEIC.COM.AR aquellas firmas, no habría que alterar mucho la funcionalidad del proceso. Esto no quita que mediante la compra y venta monopólica de toda la producción de granos, el IAPI haya logrado controlar el comercio de granos argentino (Bullor, 2011) Con el derrocamiento de la presidencia de Juan Domingo Perón y con el ascenso de la presidencia de facto de Aramburu, se disuelve el IAPI y se termina con la etapa monopólica ejercida por el Estado en la comercialización de granos. Es así que mediante el decreto ley 19.697 del año 1956, se crea la Junta Nacional de Granos, entidad autárquica que se desenvolvió en el marco del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación. De esta manera, se elimina el concepto de precio único pero existe una fijación de precios mínimos para los distintos granos. Asimismo la ley permite la intervención en la compra y venta de granos, con la aprobación del Poder Ejecutivo en defensa de la producción, mediante la aplicación de los precios mínimos, o cuando la regulación del mercado lo hiciese necesario, así como también comerciar los productos y subproductos oleaginosos cuando así se dispusiera. Pero a diferencia del IAPI, la participación de la JNG era fácil de acotar pues, como intervenía de forma subsidiaria y no monopólica, bastaba con que se fijaran precios mínimos o sostén bajos para que nadie le vendiera al Estado. Por otro lado, se reglamenta la compra y venta de granos, se faculta a la JNG: a dictar normas que aseguren al agricultor el precio correcto del producto a negociar de acuerdo con los tipos y grados fijados en los "standards" o bases de comercialización; a velar por el cumplimiento de los acuerdos o convenios internacionales o contratos de compra y venta de granos que el mismo celebre 68 RECI N°04 directamente con estados extranjeros; a fiscalizar las entidades que expidan certificados de depósito y "warrants" sobre granos y el pasaje de los granos en el acto de la entrega o recibo de los mismos y cualquier etapa de su comercialización, manipulación o transporte; a elaborar estadísticas técnico-comerciales necesarias para perfeccionar las transacciones y la clasificación de los granos; y para el asesoramiento y difusión de las calidades de los mismos en el interior y exterior del país (López, 2010). En Agosto de 1963, mediante el Decreto-Ley 6698, sancionado durante el gobierno de facto de Guido, se intentó ordenar la comercialización granaría. Esta ley amplía las facultades y el rol de la JNG, entre las que se puede distinguir una mayor precisión en el rol que desenvolverá la JNG y una mayor participación y organización en el mercado de granos. Entre las facultades y roles de la JNG vinculada al comercio de granos, en el Decreto se distinguen las siguientes: Ejercer el control de todas las instituciones o entidades que intervengan directa o indirectamente en el comercio interno o exterior de granos y sus subproductos, las que deberán ajustar sus actividades a lo dispuesto en este decreto y a las reglamentaciones pertinentes que expida el Poder Ejecutivo; Autorizar y controlar el funcionamiento de todos los medios que se utilicen en el comercio de granos y sus subproductos para pesar, medir, mejorar, conservar y analizar los mismos; Fiscalizar el pesaje de los granos en el acto de la entrega o recibo de los mismos, en cualquier etapa de su comercialización, manipulación o transporte; 69 WWW.GEIC.COM.AR Reglamentar los contratos de compra-venta de granos, uniformando sus procedimientos de acuerdo a la técnica moderna, a los intereses de la producción, del comercio, de la industria y del consumo del país y a los requerimientos del exterior; Proponer al Poder Ejecutivo los precios mínimos a fijar para los distintos granos y las normas de aplicación; Cuando el Poder Ejecutivo lo disponga, ejercer el comercio interno o externo de aquellos granos y de los productos y subproductos de la industria oleaginosa en cuya compraventa el Estado Nacional decida intervenir en defensa de la producción o cuando la regulación del mercado lo hiciere necesario, pudiendo, en el ejercicio de ese comercio, realizar toda clase de operaciones, al contado o a plazos, fijar intereses, acordar quitas y esperas, hacer uso del crédito, constituir derechos reales y aceptar bienes muebles en inmuebles y créditos en pago; Fijar, con aprobación del Poder Ejecutivo, los precios mínimos de los granos y sus subproductos en las ventas al exterior, teniendo especialmente en cuenta los tratados y convenios internacionales; Intervenir con su asesoramiento en la fijación de la política cambiaria en cuanto se relacione con la exportación de granos y sus subproductos; Intervenir con su asesoramiento en el trámite, discusión y cumplimiento de los acuerdos o convenios internacionales que concierte el Estado Nacional, así como de los contratos de 70 RECI N°04 compraventa de granos y sus subproductos que el mismo celebre directamente con Estados extranjeros; Intervenir con su asesoramiento en la fijación de la política impositiva del Estado, en cuanto se refiere a la producción y comercio de granos y sus subproductos; Fijar, con aprobación del Poder Ejecutivo, los cupos de exportación para los granos y sus subproductos; En 1973, bajo otro gobierno peronista, la JNG volvió a adquirir una función protagónica mediante la sanción de la ley 20.573. La misma establecía que el estado podía reservarse en forma exclusiva la comercialización de aquellos granos que dispusiera el poder ejecutivo. Tanto la industria como los exportadores eran abastecidos por la JNG la que, a su vez, concertaba operaciones directas de exportación. Como en el caso del IAPI, era frecuente que la JNG exportara por medio de las exportadoras privadas aunque la participación en la exportación directa de la JNG también fue muy significativa. Luego, con el golpe militar de 1976 fue derogada la Ley 20.573 derivando nuevamente en el sector privado concentrado el comercio interno y externo. Asimismo, el estado vendió parte de los silos y elevadores de campaña y portuarios y cedió otras funciones al sector privado. En el mismo sentido, en 1979, se autorizó la instalación de puertos privados. Con la vuelta de la democracia, se intentó que la JNG, el comercio cooperativo y de empresas nacionales alcance una mayor participación sin obtener importantes resultados puesto que las empresas trasnacionales seguían predominando quedando en 71 WWW.GEIC.COM.AR evidencia la debilidad institucional del Estado (Rossi, 2006). Finalmente, en 1991 se liquidó y privatizó la JNG mediante el decreto de necesidad y urgencia 2284. Intervención en el Comercio Internacional La JNG durante la década del 60 contó dentro de sus facultades con la posibilidad de fijar precios mínimos para los distintos granos, intervenir en la compra-venta de granos en defensa de la producción y comercializar los productos y sub-productos oleaginosos (según el decreto ley 19.697 de 1956) y de fijar, con aprobación del Poder Ejecutivo, los precios mínimos de los granos y sus subproductos en las ventas al exterior, teniendo especialmente en cuenta los tratados y convenios internacionales (según el DecretoLey 6.698 de Agosto de 1963). Mediante la puesta en valor de dichas facultades la JNG podía manipular el precio de exportación de los granos argentinos de modo de, por ejemplo: - Garantizar una ganancia mínima a las partes involucradas en la producción y comercialización de granos. - Orientar la producción hacia el mercado interno ofreciendo precios de exportación bajos. - Incentivar la exportación de granos, garantizando ingresos de dólares y fiscales al estado. A modo de analizar cuál ha sido el rol y el alcance de la intervención de la JNG en el comercio internacional de granos en la década del 60 y qué objetivo se ha perseguido, se presentan los siguientes datos: 72 RECI N°04 En la Tabla 1 se puede observar la evolución del precio FOB - Bs As (intervenido o no por la JNG), el precio FOB Golfo de México (precio internacional de referencia) y las toneladas exportadas de Trigo Duro para la década en cuestión. En los Gráficos 1 a 10 se analiza cómo han evolucionado las - exportaciones mensuales vis a vis la diferencia entre el precio FOB Golfo de México y el precio FOB Bs As. A priori se asume que la diferencia que debe existir entre el precio por tonelada internacional de referencia y el precio de la tonelada de grano colocada en condición FOB Buenos Aires (es decir, a bordo del buque que realizará su transporte internacional, en el puerto de Buenos Aires), es únicamente un costo logístico que represente el costo de flete por tonelada que implique el movimiento de esos granos desde Buenos Aires hasta el Golfo de México. Por ende, el diferencial existente entre ambos precios FOB debería ser relativamente constante a lo largo del tiempo, siguiendo los precios de los fletes internacionales. Contrariamente a lo arriba expuesto, a lo largo del primer quinquenio de la década (Gráficos 1 a 5) se pueden observar dos comportamientos relevantes: 1) la brecha existente entre los precios FOB es muy cambiante y 2) la evolución de ambas variables es muy diferente, incluso opuesta. Esto muestra que cuánto más alto es el precio FOB Bs As en términos del precio internacional de referencia (y la brecha se achica, incluso volviéndose negativa en algunas mediciones), más toneladas de Trigo se han exportado, y por el contrario, cuando el precio FOB Bs As es bajo en comparación con el precio internacional (y la brecha se 73 WWW.GEIC.COM.AR agranda) las exportaciones presentan menores valores. Hasta aquí existiría cierta lógica mercantil en tanto a mayores precios se comercian mayores cantidades. Por el contrario, en el segundo quinquenio de la década (Gráficos 6 a 10) por un lado se mantiene la variabilidad de la brecha entre ambos precios FOB, aunque los cambios son más suaves, y por el otro lado la evolución de ambas variables cambia y pasa a ser similar, revirtiendo la tendencia del quinquenio anterior. Aquí se observa, a diferencia del quinquenio anterior, que las exportaciones se producen en mayor medida cuando el precio FOB Bs As es más bajo en términos internacionales (la brecha es más alta), lo que indicaría que los exportadores aguardan a que el precio al que pueden vender su producción baje, para liquidar sus cosechas en el mercado internacional. Cuando el precio FOB Bs As sube (y la brecha es chica) las toneladas exportadas se reducen. Este comportamiento desafía la lógica comercial que llevaría a vender el producto en el momento que su precio es mayor. Este análisis permite distinguir un cambio de rol de la JNG entre los dos quinquenios, particularmente en la intervención del organismo en las exportaciones de Trigo. A modo de poner esta cuestión en perspectiva, en el Gráfico 11 podemos observar la evolución de las mismas dos variables para el Trigo Pan durante los 15 años transcurridos entre 1993 y 2007, cuando la JNG ya no existía como mecanismo regulador del mercado (la JNG fue disuelta en 1991). Lo que se observa es que la evolución se condice con la del segundo quinquenio de la década de 1960, las toneladas de exportación tocan su máximo en el mes del año en el cual la brecha entre el precio FOB Bs As y el precio FOB de referencia internacional es 74 RECI N°04 mayor, es decir, cuando el precio FOB Bs As es más bajo en términos internacionales. Vemos que esto tampoco es afectado por la instauración de las retenciones a la exportación durante la postconvertibilidad. 75 WWW.GEIC.COM.AR Gráficos 1 a 5 - Comportamiento de las exportaciones de Trigo Duro: quinquenio 1960-1964 1960 400 300 200 100 0 6 4 2 0 -2 Exportación (Miles de Tons) Diferencia: FOB Golfo - FOB Bs As (U$D) 76 RECI N°04 1963 300 10 250 8 200 6 150 100 4 50 2 0 0 Fuente: Elaboración propia en base al Anuario Estadístico publicado por la JNG. 77 WWW.GEIC.COM.AR Gráficos 6 a 10 - Comportamiento de las exportaciones de Trigo Duro: quinquenio 1965-1969 1965 700 600 500 400 300 200 100 0 12 10 8 6 4 2 0 Exportación (Miles de Tons) Diferencia: FOB Golfo - FOB Bs As (U$D) 1966 1000 800 600 400 200 0 25 20 15 10 5 0 Exportación (Miles de Tons) Diferencia: FOB Golfo - FOB Bs As (U$D) 1967 400 350 300 250 200 150 100 50 0 78 14 12 10 8 6 4 2 0 RECI N°04 1969 450 400 350 300 250 200 150 100 50 0 8 6 4 2 0 -2 -4 -6 Fuente: Elaboración propia en base al Anuario Estadístico publicado por la JNG. 79 WWW.GEIC.COM.AR 80 RECI N°04 Esta comparación nos permite asimilar el rol de la JNG durante el segundo quinquenio de la década de 1960 a lo ocurrido luego de 1993, donde la JNG ya no existía. Podríamos decir que la JNG a partir de 1965 y hasta fin de la década, dejó de intervenir activamente en el mercado de exportación, permitiendo que la evolución de las exportaciones y los precios sea controlada por el resto de las partes operantes en la cadena de producción y comercialización de trigo. Durante el primer quinquenio, el rol activo de JNG acompaña la evolución de las variables estudiadas en los gráficos, cuando las exportaciones eran bajas, la JNG intervenía para levantar el precio FOB Bs As (haciendo disminuir la brecha, incluso hasta llegar a valores negativos) impulsando así el crecimiento de las exportaciones. Este mecanismo que aseguraba ingresos altos en términos internacionales a los productores/comercializadores de trigo y al estado, pudo haber sido la causa (entre otras) del incremento de la superficie cultivada y el rendimiento por hectárea. Esta evolución se puede evidenciar en el Gráfico 13 a continuación. Gráfico 13. Evolución del sector productor de Trigo: 1945 – 1975 12.000.000 2,00 10.000.000 1,50 8.000.000 6.000.000 1,00 4.000.000 0,50 2.000.000 1945 1946 1947 1948 1949 1950 1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 - Producción (tons) Exportación (tons) Superficie Cultivada (ha) Rendimiento (tons/ha) (eje derecho) Fuente: Elaboración propia en base al Anuario Estadístico publicado por la JNG y series históricas del MINAGRI. 81 WWW.GEIC.COM.AR En el segundo quinquenio de la década cuando, como se ha mostrado, el rol interventor de la JNG se redujo a niveles similares a los de su inexistencia, los efectos positivos arriba mencionados dejan de observarse: la superficie cultivada se estanca, lo mismo que el rendimiento por hectárea, volviendo a los niveles de la década anterior. En los gráficos 14 (primer quinquenio) y 15 (segundo quinquenio) puede observarse que en el primer quinquenio no hay un patrón de comportamiento entre las exportaciones y la diferencia entre los precios FOB del Golfo de México y Buenos Aires. En cambio, en el segundo quinquenio habría una correlación positiva entre la brecha de precios y las exportaciones de trigo. Es decir, cuando los precios FOB son más desfavorables para Argentina en referencia al precio internacional, las exportaciones son mayores y viceversa. Gráfico 14. Correlación entre la brecha de precios FOB y las exportaciones de Trigo: 1960 - 1964 900 E x p o r t a c i 700 o n e s 500 300 100 -10 -5 -100 0 5 10 FOB Golfo - FOB Bs As 15 20 25 Fuente: Elaboración propia en base al Anuario Estadístico publicado por la JNG. 82 RECI N°04 Gráfico 15. Correlación entre la brecha de precios FOB y las exportaciones de Trigo: 1965 - 1969 1000 E x p o r t a c i o n e s 800 600 400 200 0 -10 -5 0 FOB 5Golfo - FOB10 Bs As 15 20 25 Fuente: Elaboración propia en base al Anuario Estadístico publicado por la JNG. Siguiendo con el análisis, en el Gráfico 12 vemos la evolución de las dos variables estudiadas durante toda la década de 1960 pero para el Maíz, en vez del Trigo. La evolución durante todo el periodo es similar a la del Trigo durante el segundo quinquenio de la década, donde las mayores exportaciones se producen en los meses del año en la que los precios FOB Bs As son más bajos en términos internacionales. Esto daría cuenta de una baja o nula intervención activa por parte de la JNG en el mercado internacional del Maíz, como da cuenta Jozami (Jozami, 1994). A modo de explicar las razones por las cuáles las exportaciones se producen en el momento en el cual su precio de exportación relativo (el FOB Bs As en referencia al FOB internacional) es más bajo, nos remitimos al trabajo realizado por Rossi, León y Cocchi para la Asociación Argentina de Economía Agraria, titulado “Subvaluación de los granos argentinos”, donde realizan un análisis similar para las exportaciones granarias argentinas en la década del 80. Para el periodo que ellos analizan encuentran que “…las empresas transnacionales pasan nuevamente a monopolizar el comercio 83 WWW.GEIC.COM.AR exterior de granos acentuando su control en una medida no igualada hasta ese momento. En 1980 el sector privado controlaba el 79,6% de las exportaciones de trigo pan…” (Rossi, 1987). Por su parte, los datos existentes de la década del 60‟ parecieran indicar que la participación de la JNG en el mercado del trigo fue disminuyendo, lo que podría vincularse al comportamiento de las exportaciones argentinas de ese grano. Cosecha 1963/64 1964/65 1965/66 1966/67 Participación JNG 55.4% 66.6% 33.3% 2.7% Fuente: Jozami (1994) Los autores encuentran grandes diferencias entre las cotizaciones FOB Bs As y FOB internacionales para el trigo durante el periodo, por ejemplo de 41 dólares en desmedro del precio local en 1985, y hacen mención de “…la atipicidad del caso argentino, ya que ningún otro país “liquida” sus cosechas como lo está haciendo el nuestro.”, al encontrar que las mayores cantidades de exportación en toneladas se producen en los puntos en los cuales el precio FOB Bs As es más bajo y por ende la brecha entre ambos precios más alta, al igual que el segundo quinquenio de la década en estudio en este trabajo y lo sucedido posteriormente durante los 90 y principios del nuevo siglo. Para explicar este fenómeno los autores plantean varias hipótesis, de las cuales destacamos las siguientes: 1- Subfacturación de exportaciones: se estarían declarando en las operaciones menores precios a los realmente concretados en las ventas al exterior. Las empresas exportadoras privadas estarían declarando ante la JNG precios de exportación bajos en términos 84 RECI N°04 internacionales de sus exportaciones, logrando que la JNG los acepte. La subfacturación es también un mecanismo de fuga de divisas que no deja huellas en el balance de pagos o cambiario de la economía. Existen estudios internacionales que intentan medir la subfacturación de exportaciones mediante la comparación de los valores de salida declarados ante la aduana del país exportador con los valores de ingreso declarados ante la aduana del país importador (por ejemplo Bhagwati, Krueger y Wibulswasdi (1974) encuentran que esta discrepancia para la argentina en 1966 ascendía a 24,2%). 2- El sector exportador privado (liderado por empresas extranjeras) estaría jugando “a la baja” del precio argentino, con el objetivo de realizar lo más rápidamente posible diferencias económicas entre el precio interno de compra y el precio de exportación, transfiriendo a los productores la baja del precio FOB Bs As y manteniendo ellos sus márgenes de rentabilidad. En cuanto al rol jugado por la JNG frente a esta situación, para el mes de Octubre de 1985, señalan que “Aparentemente la JNG se vio obligada a bajar los precios índice a lo largo de varias semanas ante la ausencia de anotaciones en el registro de ventas. Recién cuando fijó el precio FOB mínimo en el mencionado valor (38 dólares por debajo del FOB golfo de México), los exportadores decidieron registrar ventas, cosa que hicieron en apenas 3 o 4 días hasta cubrir el cupo oficial. Curiosamente todas las ventas se inscribieron al valor mínimo.”. 85 WWW.GEIC.COM.AR Los ciclos stop and go mencionados previamente explican la necesidad de la economía de hacerse con urgencia de divisas que le permitan financiar las importaciones y evitar un crisis de Balance de Pagos. Los exportadores concentrados podían jugar con esa necesidad y obtener así precios de exportación más bajos. Por lo tanto, de acuerdo a los datos empíricos analizados, la hipótesis de subfacturación es totalmente plausible durante este periodo. Conclusiones A lo largo del trabajo, existen indicios de que durante los años de mayor intervención estatal se han logrado mejores resultados en materia de redistribución y beneficios para el productor. El aumento de los rendimientos por hectárea y de las superficies cultivadas del trigo que se observa durante el primer quinquenio de la década, puede responder a que la JNG aparenta jugar un rol más activo en la comercialización de este grano, los objetivos logrados son concretos y mensurables. Contrariamente a lo que sucede durante el segundo quinquenio donde la JNG parece tener un papel secundario, dado que se evidencia que las superficies cultivadas y los rendimientos por hectárea detienen su proceso de mejoría y regresan a los valores de la década anterior. Asimismo, el rol tomado por la JNG parece ser un factor importante no solo en el aumento de la producción sino también en materia de distribución de la renta agraria hacia el productor. Al fijar la JNG precios FOB Bs. As. mínimos por encima de los establecidos a nivel internacional, generó un incentivo al productor que, siendo un subsidio encubierto, mejora la distribución de la renta agraria producida en el sector. En contraposición, en el segundo quinquenio donde la intervención de la JNG parece volverse 86 RECI N°04 secundaria, las ventas al exterior se producen en momentos donde los precios FOB Bs.As. llegan a su valor mínimo declarado, donde la brecha con el precio FOB Golfo de México se ensancha, lo que manifiesta un comportamiento inverso al del anterior quinquenio. Esto podría explicarse según dos hipótesis: por sub-facturación de exportaciones y/o exportador altamente por las maniobras concentrado, de un liderado sector por privado empresas extranjeras, que juega a la baja del precio argentino en vistas a maximizar la brecha que obtienen entre la compra a nivel local y la venta a nivel internacional del producto en cuestión. Ya sea por cualquiera de ambas hipótesis, quienes se ven perjudicados son: el Estado nacional, ya que disminuye su recaudación y con esta su posibilidad de distribución de la renta agraria, los productores, que ven disminuidos sus incentivos a incrementar la producción e invertir en tecnología y el país en su conjunto por los efectos negativos de todo lo aquí mencionado. Es interesante destacar que en ambos casos quienes se benefician con este tipo de esquemas de comercialización son las firmas extranjeras. 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Candidato a Master of Public Policy (Economic Policy Specialisation) en The Australian National University (Australia). Magister en Economía Aplicada (Universidad Católica Argentina). Licenciado en Administración (Universidad de Buenos Aires). [email protected] 19 89 WWW.GEIC.COM.AR Introducción Desde los inicios de la década de 2000 Argentina viene incrementando su interdependencia económica con la República Popular de China. Como resultado de la combinación de efectos directos e indirectos de esta relación, Argentina ha comenzado a experimentar un mayor grado de vulnerabilidad respecto de decisiones comerciales y de inversión chinas que plantean varios dilemas en términos del desarrollo económico futuro de la Argentina. Tras la firma del Memorando de Entendimiento en 2004 (Bolinaga; 2007), las relaciones comerciales entre ambos países se intensificaron, con las exportaciones argentinas a China aumentando de 2,6 a 5 mil millones de dólares en 2012 y las exportaciones chinas a Argentina disparándose de 1,4 a 9,9 mil millones de dólares en el mismo período (Trademap; 2013). En cuanto a la composición del intercambio comercial, mientras que los productos agrícolas y derivados – con la soja como producto estrella – representaron el 75 por ciento de las exportaciones argentinas a China, el 55 por ciento de las importaciones de Argentina desde China consistió en maquinaria, equipo mecánico y eléctrico, y partes (CEI 2009). Por otra parte, China se ha convertido en el segundo país de destino de las exportaciones argentinas, después de Brasil, representando el 6,2 por ciento de las exportaciones totales y el 71,9 por ciento de las exportaciones de soja, mientras que la participación argentina en las importaciones de China es de sólo el 0,4 por ciento (INDEC 2013; Trademap 2013). En cuanto a los efectos indirectos, la reciente transformación económica de China y su creciente presencia en la economía mundial ha dado lugar a un aumento generalizado de precios en las 90 RECI N°04 soft commodities (Ellis 2009, p. 25) y, en consecuencia, a mejores términos de intercambio de las exportaciones argentinas. Esto, a su vez, ha traído una serie de beneficios adicionales a la Argentina a través de: a) fomento del crecimiento económico, fortalecimiento de las reservas internacionales y aumento de los ingresos fiscales principalmente vía retenciones (Blázquez-Lidoy et al. 2007), b) reducción de la dependencia argentina respecto de mercados tradicionales como Brasil, la Unión Europea y los Estados Unidos (Niebieskikwiat 2013), y c) aumento de la influencia geopolítica en la negociación de prerrogativas de los países emergentes en el ámbito internacional a través de la participación de Argentina en el G-20 (Mañueco 2013). En este trabajo se presentan dos escenarios alternativos que describen posibles cambios en la interdependencia económica entre Argentina y China hacia 2028, junto con las consecuencias previsibles para el desarrollo económico de la primera. A continuación, se proponen diferentes recomendaciones de política para el gobierno argentino, ya sea con el objeto de maximizar una relación ganar-ganar con China, o bien para mitigar una intensificación de la relación asimétrica. Posibles escenarios de la relación argentino-china en 2028. Consolidación de una relación de tipo centro-periferia entre China y Argentina La tendencia al alza de los desequilibrios comerciales alcanzados durante la década de 2000 entre China y Argentina se exacerba a medida que China sigue incrementando sus exportaciones de manufacturas a América Latina a cambio de materias primas 91 WWW.GEIC.COM.AR (Perrone y Barral 2007). Como resultado de ello, las exportaciones chinas a Argentina crecen a una tasa anual promedio del 25 por ciento, mientras que las exportaciones argentinas a China lo hacen a un 10 por ciento. Esto, combinado con un estancamiento generalizado de la economía brasileña (The Economist, 2013) – el principal mercado de exportación de Argentina – y con una desaceleración del crecimiento de las exportaciones argentinas globales (FMI 2013), aumenta aún más la dependencia de Argentina respecto de la demanda procedente de China. Al mismo tiempo, las reformas agrícolas experimentales comenzadas en China en 2013 (ChinaDaily 2013), luego de su éxito inicial, se replican en el resto del país, lo que conduce a mayores ganancias de productividad en el sector agrícola chino. Como consecuencia de esto, la producción agrícola doméstica de China comienza a jugar un papel más importante en la satisfacción de su propia demanda, lo que, junto con el estancamiento del crecimiento poblacional (The Economist 2011), socava las perspectivas de aumento de las exportaciones argentinas a China (Oviedo 2013, p. 31). A medida que los patrones de intercambio desigual se consolidan, Argentina experimenta un proceso más profundo de re-primarización económica con efectos negativos sobre el empleo local (Laufer 2009; 2011). Esta situación conduce a un consenso creciente entre los dirigentes políticos argentinos en aumentar las barreras arancelarias y para-arancelarias a las importaciones de manufacturas chinas, trascendiendo las fronteras nacionales e involucrando a otros estados miembros del MERCOSUR (Koch 2012). Como consecuencia de ello, China vuelve a introducir medidas fitosanitarias que restringen importaciones de manufacturas de origen agropecuario 92 RECI N°04 procedentes de Argentina, por lo cual, las relaciones diplomáticas entre ambos países se tornan más tensas que nunca (BBC News 2010; MercoPress 2011a). La discordia creciente entre China y el MERCOSUR comienza, a su vez, a afectar las relaciones económicas regionales con el resto de América Latina. Los proyectos de inversión chinos en curso en la región se reducen progresivamente, lo que socava seriamente los planes de modernización de Argentina en términos de desarrollo de infraestructura y transferencia tecnológica en el sector de la energía (Buenos Aires Herald 2013; González 2013; El País 2013). Todo lo anterior conduce a una mayor divergencia en los intereses regionales multilaterales de ambos bloques, que tienden a imponerse por sobre las asociaciones estratégicas anteriores. Como resultado de ello, la propuesta de un tratado de libre comercio con China es rechazada por el MERCOSUR (Kummetz 2012), y los progresos alcanzados por el FEALAC (Foro de Cooperación América Latina Asia Oriental) en las negociaciones y acuerdos de cooperación interregionales se estancan (Smith et al. 2003, pp. 370-371), restringiendo con ello una mayor integración económica. Una relación ganar-ganar entre China y Argentina se torna factible. A medida que China continúa alcanzando a las principales economías desarrolladas en términos de PBI per cápita, su menor tasa de crecimiento económico debilita la demanda china de materias primas desde América Latina (Chen y Chen 2013). Como contrapartida, mientras China asciende la escalera tecnológica mediante la especialización en las industrias del conocimiento, su nivel de consumo interno de productos manufacturados sigue aumentando. Argentina, en consecuencia, consigue aumentar y 93 WWW.GEIC.COM.AR modificar la composición de sus exportaciones a China hacia productos y servicios con mayor valor agregado. La proporción de los productos del complejo sojero en las exportaciones a China se reduce de 71 por ciento en 2013 a 45 por ciento en 2028, y las exportaciones totales a China crecen quince veces en el mismo período. Al aumentar las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario – incluyendo aceite de soja, productos cárnicos frescos, productos precocinados y cocidos, y lana procesada - y, poco a poco, manufacturas de origen industrial competitivas (Bouzas 2009, pp 297-298), la capacidad industrial de Argentina se expande, como así también su mercado de trabajo. Todo ello, a su vez, coadyuva para diversificar la composición de las exportaciones argentinas, mitigando así los desequilibrios comerciales con China y reduciendo la sensibilidad a las fluctuaciones en los precios internacionales de las commodities agropecuarias. En términos de inversión extranjera directa, una mayor participación de las empresas multinacionales chinas desplaza cada vez más a las principales fuentes de inversión (Mercopress 2011b). Como extranjera en la Argentina resultado, China supera al stock consolidado de IED de Chile más Brasil en Argentina, y alcanza a Estados Unidos, quedando cada vez más cerca de la Unión Europea – principal fuente de IED en la Argentina (BCRA 2011). Los inversionistas chinos aumentan su participación en inversiones en nuevas instalaciones en la industria argentina de alimentos procesados, la que se torna vital para suplir el aumento de la demanda china de carne de cerdo, aves de corral y – en menor medida – carne vacuna, como consecuencia del creciente mercado de consumo de la pujante clase media china (Earth Policy 94 RECI N°04 Institute 2013). El interés creciente de las autoridades chinas en el sector energético, a su vez, genera compromisos en joint-ventures con la petrolera estatal argentina YPF con el objeto de financiar actividades de exploración de combustibles fósiles, junto con la prestación de asistencia técnica a proyectos de shale-oil y shale-gas. Estos se materializan favorablemente luego de la implementación exitosa de proyectos de infraestructura previos en centrales nucleares y de la financiación de un complejo hidroeléctrico (Latin America Herald 2012). En el ámbito internacional, una mayor cooperación entre Argentina y China permite a la primera apoyarse en la influencia de la segunda sobre las cadenas globales de producción en Asia oriental para incrementar sus relaciones comerciales e inversiones en la industria automotriz, la electrónica y los sectores de servicios (Cesarín 2010, p. 19). La paridad cada vez mayor entre los países del E7 y G7 (Hamilton 2011), a su vez, conduce a una prospectiva positiva para el escenario subregional de Asia-Pacífico y América Latina, que facilita una mayor financiación a largo plazo de joint-ventures y proyectos de inversión recíprocos en ambas regiones. Recomendaciones de política Con el objeto de reducir la relación económica asimétrica entre Argentina y China, y de revertir la tendencia hacia un mayor nivel de comoditización de las exportaciones argentinas que profundizaría los desequilibrios comerciales de la primera, el gobierno nacional debe llevar adelante una estrategia a dos puntas (López y Ramos 2008). Por un lado, con el fin de mitigar el impacto negativo de las exportaciones de manufacturas chinas en el mercado de trabajo local, Argentina deberá migrar desde su postura defensiva actual, 95 WWW.GEIC.COM.AR basada principalmente en medidas proteccionistas, a una ofensiva que consista en una reconversión de las industrias afectadas hacia nichos de mercado donde la competencia no se base en mano de obra barata, como es el caso chino. Esto sin duda requerirá de políticas industriales inteligentes (OECD 2013, pp. 102-115) con el fin de fomentar las actividades manufactureras más dinámicas, basadas en tecnología avanzada y un mayor nivel de customización. Por otra parte, Argentina debe emprender una búsqueda activa de oportunidades comerciales para aumentar sus exportaciones a China, preferentemente mediante la diversificación de su producción primaria hacia productos de mayor valor agregado. En este sentido, D' Elía et al. (2008, pp. 81-88) sugieren que aun cuando Argentina todavía tiene margen para aumentar sus exportaciones de materias primas agrícolas, posee también insumos industriales que resultarían de gran utilidad para los fabricantes chinos – como los minerales y derivados de cobre, laminados de hierro y acero, y plásticos – que podrían explotarse en mayor medida. Por otra parte, existe una serie de bienes exportables argentinos altamente competitivos, tales como cajas de cambio y productos químicos, que enfrentan aranceles inferiores al 10 por ciento y que, por tanto, podrían ser exportados con relativa facilidad al mercado chino. Para lograr lo anterior, Argentina deberá construir su base de apoyo sobre un grupo relevante de países latinoamericanos que le permita nivelar el campo de juego en el comercio con China. En este sentido, un mayor consenso entre los principales, y cada vez más vulnerables, países de la región que exportan a China – es decir, Chile, Brasil y Perú – deberá alcanzarse sobre la base de una estrategia vinculante con el objeto de hacer frente a creciente relación asimétrica con 96 RECI N°04 China (Kosleski 2011, pp 4-8). Por ello, cuanto más amplio sea el grupo de países involucrados en la región, mayor será el compromiso potencial de China para ampliar el acceso a su mercado doméstico de bienes de mayor valor agregado y servicios procedentes de América Latina, así como de promover el asentamiento de empresas estatales y privadas chinas en la región, más allá de las industrias extractivas tradicionales. En línea con esto, Cesarín (2010, pp. 26-28) afirma que un amplio número de acuerdos estratégicos podrían alcanzarse con China: desde la integración de empresas locales en las cadenas globales de valor, en sectores tan diversos como el automotriz, la tecnología de la información y la electrónica, a través de partnerships con productores locales como proveedores de empresas multinacionales chinas, hasta una demanda regional ampliada para la IED china del tipo market-seeking. Las preferencias arancelarias existentes entre los países miembros de MERCOSUR y los de la Alianza del Pacífico, a su vez, podrían servir como un incentivo adicional para la inversión china en la región. Por otra parte, si Argentina logra superar su dependencia primarioexportadora respecto de China y se basa cada vez más en una estrategia diversificada de exportaciones (Velasco 2013), eventualmente tendrá que hacer frente a una nueva oleada de desafíos propios „del desarrollo‟ con el fin de consolidar su expansión industrial y permanecer internacionalmente competitiva. Las cuestiones más relevantes para el gobierno nacional, en este sentido, comprenden la necesidad de una mayor inversión en infraestructura básica junto a una mayor y mejor integración del sistema de ciencia y tecnología (C&T). En términos de infraestructura, es indispensable para Argentina reducir sus costos de logística con el objeto de 97 WWW.GEIC.COM.AR recuperar competitividad internacional. El transporte de camiones de carga representa en Argentina el 85 por ciento del total del transporte interno de mercaderías, mientras que el ferrocarril, a diferencia de los países desarrollados, sólo transporta el 14,5 por ciento de las mercancías con destino de exportación – siendo, en realidad, este último, casi tres veces más barato (Echechurre 2012). Por ello, se deben acrecentar las obras de inversión pública y privada en infraestructura ferroviaria del país, por ejemplo, mediante la profundización de los acuerdos de cooperación existentes con China (PCCh News 2009; Global Times 2013). En cuanto al sistema de C&T, según los hallazgos de Thorn (2005), Argentina sub-invierte en actividades de investigación y desarrollo (I+D) en relación con su nivel de producto. Además, los vínculos público-privados existentes en el campo de la innovación son débiles, junto con un número insuficiente de investigadores por millón de habitantes. Por todo esto, si se tiene en cuenta que existe una mayor predisposición a la innovación en aquellas empresas argentinas vinculadas con organismos públicos de investigación (Arza y López 2011) y que el impacto de las actividades de innovación en el desempeño exportador de la Argentina es relevante (Schmidt & Trofimenko 2010), un mayor esfuerzo público debería orientarse hacia políticas de innovación destinadas a una mayor diversificación de las exportaciones (OCDE 2012, p. 236; Scarpinelli 2013). En este sentido, el mayor fomento de la cooperación técnica y tecnológica entre las universidades y el sector privado, así como la promoción de acuerdos de transferencia tecnológica con los países desarrollados debe transformarse en una prioridad nacional. 98 RECI N°04 Sin embargo, en tanto las estrategias previamente delineadas deberán ser llevadas a cabo con el fin de aumentar la eficiencia económica y la competitividad global del país a mediano y largo plazo, existe un conjunto de políticas públicas más urgentes que Argentina debe afrontar para mantener un mínimo nivel de competitividad internacional en el corto plazo. Recuperar una sana estabilidad macroeconómica, mejorar el marco institucional y racionalizar la regulación económica existente se encuentran en las prioridades de la lista (Schwab 2013, p. 106; O' Connor 2013). La reducción de la tasa de inflación, la flexibilización de los controles cambiarios actuales, un mayor grado de previsibilidad en el marco regulatorio vigente y una mayor profesionalización del aparato burocrático son condiciones previas para cualquier intento de relación comercial más diversificada con China y, en definitiva, con el mundo. Observaciones finales y conclusión Los dos escenarios anteriormente planteados representan cambios drásticos y contrastantes respecto del posible giro de la interdependencia económica entre Argentina y China en los próximos 15 años. Si bien podría argumentarse que un escenario intermedio sea más probable, el gobierno argentino debe monitorear al menos tres indicadores cuantitativos para identificar las tendencias futuras en la relación entre ambos países: la balanza comercial entre Argentina y China, la composición de las exportaciones argentinas a China, y los principales 5 países de origen de IED en Argentina. Si en los próximos cinco años el déficit comercial de Argentina con China se reduce entre un 15 y un 20 por ciento, la proporción de materias primas agrícolas en las exportaciones totales disminuye a 60 por 99 WWW.GEIC.COM.AR ciento y los flujos de inversión extranjera directa de China se encuentran en el top 5 de países de origen, Argentina posiblemente se dirija hacia un situación más cercana al segundo escenario. Si, por el contrario, el déficit comercial se expande en detrimento de Argentina, el nivel de comoditización de las exportaciones argentinas permanece igualmente alto, y la inversión extranjera directa de China en el país no se incrementa significativamente, es posible que el primer escenario se desarrolle con mayor facilidad. En conclusión, un gran número de estudios sobre la influencia de China en el comercio Sur-Sur (Banco Interamericano de Desarrollo 2010; Athukorala 2011; Amado Mendes 2013) sugiere que la presencia de China en la economía mundial seguirá siendo un desafío relevante para los países latinoamericanos en las próximas décadas. Sin embargo, dado que es Argentina actualmente el país más afectado de la región por su déficit comercial con China (Grinspun 2012 citado en Rebossio 2012), tal como sugieren D' Elía et al. (2008), debería, ser entonces, quien tome la iniciativa para arribar a un consenso con los restantes países de América Latina sobre la necesidad de una relación más equilibrada con el dragón asiático. Bibliografía Amado Mendes, C 2013, „China in South America: Argentina, Brazil and Venezuela‟, East Asia, vol. 30, no. 1, pp. 1-5, <http://link.springer.com/content/pdf/10.1007%2Fs12140-012-9187-y.pdf>. 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El objetivo de este trabajo será describir y analizar el modo en que se modificó el rol del Estado para hacer frente a la crisis, y cuáles fueron las estrategias o medidas implementadas de Política Económica y Política comercial externa. 20 Licenciado en Relaciones Internacionales (UES21), Investigador (UES21). 109 WWW.GEIC.COM.AR Introducción Desde el fin de la Guerra Fría, numerosos autores e intelectuales han hecho hincapié en el modo en que el proceso de globalización se ha transformado en el rasgo característico que afecta al sistema internacional. La globalización de la economía mundial, evidenciada en la interconexión entre los mercados financieros y de capital, el constante aumento de los flujos de comercio internacional e inversión, y el rol asumido por las empresas multinacionales como unidad económica fundamental, han desarrollos que han puesto en jaque sido planteados como el rol y la capacidad de intervención del Estado-nación. (Castells. M; 1998). Sin embargo, como menciona Manuel Castells en uno de sus textos, el Estado no ha perdido su relevancia como “agente de intervención estratégico en los procesos económicos”, y que los marcos legales e institucionales de cada país son fundamentales para el funcionamiento y accionar de la economía global y sus diversos actores. Según el autor, en las últimas décadas, el Estado-nación ha perdido soberanía al momento de diseñar su política económica, pero no capacidad de acción. A su vez sostiene: “Qué se hace, quién lo hace, para quién lo hace, y cómo se hace se convierten en los criterios relevantes para juzgar la eficacia, la equidad y la solidez de una política económica, hecha de estrategias más que de decretos”. (Castells, M; 1998) En Argentina, la aplicación del recetario neoliberal iniciada con el “Proceso de Reorganización Nacional” en 1976, y la profundización de dicho modelo durante la gestión de Carlos Menem (1989-1999) 110 RECI N°04 implicó un “achicamiento” del Estado-nación, al mismo tiempo que el mercado asumió un rol fundamental como asignador de recursos y beneficios. El fracaso de dicho modelo de desarrollo se manifestó con el desenlace de la crisis del año 2001 que experimentó el país. Es por ello que el objetivo de este trabajo será describir y analizar el modo en que se modificó el rol del Estado Nacional para hacer frente a dicha crisis, y en esa línea, cuáles fueron las estrategias o medidas implementadas en materia de Política Económica y Política Exterior Comercial. Para abordar la temática planteada, en este trabajo se utilizará en un principio los conceptos de la teoría realista estato-céntrica planteada por Robert Gilpin. Este autor asume y analiza cómo la globalización ha sido el rasgo característico que ha afectado a la economía internacional desde que finalizó la Guerra Fría, y la medida en que sus efectos han sido exagerados por otros autores. Gilpin (2001) citado por Allard Neumann (2004), sostiene que, en la actualidad, el Estado sigue siendo el actor principal del sistema internacional, y que las políticas nacionales y las economías internas son los condicionantes fundamentales de los asuntos económicos. Este autor manifiesta que el funcionamiento de la economía mundial se explica no solamente por la lógica de los mercados, sino también por las políticas que adoptan los Estados. Desde dicha óptica se observará el accionar del Estado argentino post crisis del 2001, a través de las políticas adoptadas en las dos áreas de estudio delimitadas con anterioridad. La crisis (política/institucional, económica y social) del año 2001 significó un hito en lo que respecta a la historia del Estado argentino. Luego de una década de reformas estructurales mediante la 111 WWW.GEIC.COM.AR aplicación de la receta del paradigma neoliberal, el modelo promulgado en el marco del “Consenso de Washington”, durante el Gobierno del presidente Carlos Menem y el corto mandato de Fernando de la Rúa eclosionó a fines del año 2001. La combinación de políticas destinadas a la irrestricta apertura comercial, a la desregulación de la economía nacional, la liberalización del movimiento de capitales, la privatización de empresas estatales, y el establecimiento de un tipo de cambio con paridad fija respecto al dólar estadounidense, determinaron la estructura económica y productiva del país. (Rapoport : 2006). La implementación del recetario neoliberal, significó una contracción de las funciones del Estado nacional. No solo implicó considerables consecuencias para la economía nacional, sino que también limitó la capacidad del aparato estatal para conducir el modelo productivo, dejando esta tarea en manos del mercado y de los capitales financieros. Las políticas adoptadas durante la década del 90 tuvieron como resultado profundizar el proceso de pauperización y pérdida de competitividad en el que se vio envuelta la industria argentina desde el inicio del Proceso de Reorganización Nacional. La Ley de Convertibilidad dictada en el año 1991, determinó un tipo de cambió sobrevaluado lo cual minó la competitividad de la industria nacional para insertarse en los mercados internacionales. Esta medida también explicó en parte los desequilibrios existentes en las cuentas externas, tanto por el aumento de las importaciones, como por la necesidad de recurrir al financiamiento externo para sostener la paridad fija con respecto al dólar. (García Delgado, 1994). 112 RECI N°04 Al finalizar el año 2001 el país se encontró sumido en una de las crisis políticas, económicas y sociales más graves de su historia. Aquellos tiempos estuvieron caracterizados por una gran inestabilidad política luego de la renuncia de Fernando de la Rúa, y una profunda crisis económica que se ponía de manifiesto en los distintos índices macroeconómicos: disminución del PBI (10,9%), de la inversión (36,1%), del consumo (12,7%), y de las importaciones (49,7%). Un parámetro de la grave crisis social que se experimentaba por aquellos días lo marca el índice de desempleo, que rondaba los 24 puntos porcentuales. Tras declarar la cesación de pagos de su deuda externa, a pesar de la incipiente recuperación económica que se comenzó a percibir a finales del año 2002, la necesidad de elaborar una estrategia de reinserción en la economía mundial era una cuestión clave en la agenda del Gobierno que triunfara en las elecciones del año 2003. Sin lugar a dudas, el mandato presidencial iniciado ese mismo año por Néstor Kirchner implicó una reconfiguración tanto de la Política Económica como de la Política Exterior Comercial del Estado argentino. (Rapoport. M; 2006). Retomando la idea desarrollada por Castells en su texto, el autor identifica cuatro ámbitos específicos en los que se pueden evidenciar los efectos de la globalización: La globalización del capital y la interdependencia de los mercados financieros; la internacionalización de los flujos comerciales e inversión; la globalización de los medios de comunicación; y por último la interconexión a nivel mundial del crimen organizado. En el presente trabajo, el análisis del rol asumido por el Estado argentino se desarrollará en torno a las dos primeras esferas mencionadas. (Castells, M ; 1998) 113 WWW.GEIC.COM.AR La Globalización del Capital y Los mercados Financieros En lo que respecta al primer ámbito, la globalización del capital y los mercados financieros, se alude que con el desarrollo informático que se ha alcanzado y la vinculación que existe entre las diferentes monedas del mundo, en la actualidad se puede desplazar de una divisa a otra, o de un mercado de valores a cualquier otro, de manera instantánea, lo cual potencia la posibilidad de movimientos masivos de capital que pueden modificar la estabilidad monetaria de diferentes economías nacionales. A su vez esta interconexión entre los diferentes sistemas cambiarios, conduce a que ningún Estado-nación pueda ignorar la dinámica que muestran los mercados financieros internacionales al momento de diseñar su política macroeconómica. Por ello el autor concluye que “la disciplina de los mercados globales sobre las políticas económicas nacionales significa la pérdida, definitiva, de la soberanía económica nacional- si bien no la perdida de la capacidad de intervención”. Todo ello llevaría a que cualquier economía nacional que pretenda alcanzar cierta “homogeneizar” estabilidad sus políticas monetaria con los y financiera, mercados debe financieros internacionales, es decir, permitir el libre juego de los mismos. Aquí el autor plantea el surgimiento de dos problemas: En primera instancia, la lógica inscripta en los mercados financieros obligaría a asegurar ciertas tasas de ingresos a los inversores, lo que implicaría al mismo tiempo una concentración de la riqueza en el sector privado y una limitación para redistribución de la misma. En segundo término, se observa que la dinámica de los mercados financieros por lo general no obedece a razones económicas, sino a expectativas o información disponible, las cuales son aprovechadas por capitales 114 RECI N°04 especulativos que realizan movimientos tan bruscos que se vuelven incontrolables para los diferentes bancos centrales. (Castells, M; 1998) Sin embargo, como se mencionó anteriormente el Estado-nación no ha perdido la capacidad de acción, pudiendo adoptar estrategias o políticas que le permitan intervenir en la configuración de las reglas de juego que determinan el funcionamiento de la economía. En esta senda, el Gobierno de Néstor Kirchner ha adoptado diferentes medidas, tales como las destinadas a regular el desempeño del mercado cambiario y la participación de capitales extranjeros en el país, como así también ha fomentado la redistribución de las ganancias obtenidas hacia el sector asalariado mediante la reactivación de las Convenciones Colectivas de Trabajo. Luego de que en el año 2002 el Banco Central de la República Argentina pusiera en marcha el “Mercado Único y Libre de Cambios”, se estableció un sistema cambiario de flotación administrada, mediante el cual desde el Estado nacional se procuró mantener un tipo de cambio alto que potenciara la competitividad de la industria nacional. (Nogueira.J.A; 2007). El modelo de desarrollo económico implementado por el Presidente Kirchner, denominado por algunos autores como “neodesarrollismo de base industrial”, procuró fomentar la reactivación de la industria nacional con base en el mercado interno. Tras la crisis económica del 2001, las estructuras productivas se encontraban profundamente deterioradas y poseían un gran margen de capacidad ociosa. La paulatina devaluación de la moneda fue una de las medidas económicas adoptadas que pretendió estimular el acceso de los bienes y servicios nacionales a precios competitivos en el comercio 115 WWW.GEIC.COM.AR internacional. (Zelicovich. J; (2012). Durante el Gobierno de Néstor Kirchner se estableció un tipo de cambio real alto y múltiple. Esto significó que por un lado se estableciera un tipo de cambio alto para la industria, lo que tenía como objetivo proteger esta rama de la economía para fomentar su desarrollo y proyectar sus potencialidades al comercio exterior, y por el otro un tipo de cambio normal para el sector agrícola, el cual debido a su alto nivel de competitividad no requería protección estatal para insertarse en el ámbito internacional. (CIEPYC, 2010). Por otra parte, en el año 2005 mediante un decreto presidencial emitido por Néstor Kirchner, se pretendió regular el ingreso de capitales foráneos al país, haciendo hincapié fundamentalmente en la participación los “capitales golondrinas”. Esta medida adoptada por el Ejecutivo Nacional, estaba destinada precisamente a limitar las acciones de especulación financiera desarrolladas durante el modelo neoliberal, que promulgaba justamente la desregulación de dicho mercado financiero. Entre los artículos plasmados en el Decreto 616/2005 se destacan los siguientes puntos: a) Obligación de registrar cualquier ingreso o egreso de capitales ante el BCRA b) Las deudas contraídas por personas físicas o jurídicas residentes en el territorio nacional con otras residentes en el extranjero no pueden tener un plazo de cancelación mayor a un año c) Los capitales que ingresen al país con la finalidad de compra de moneda local, de bonos, activos financieros o cualquier otro propósito, no podrán ser retirados del país antes de los 365 días posteriores a su entrada d) Dichos capitales deberán dejar durante esos primeros 365 días al menos un 30% del total depositado en dólares en algún banco del país. (Senlle. S; 2012) 116 RECI N°04 Como se mencionó anteriormente, se puede observar el modo en que diversas medidas adoptadas desde el Estado Nacional tuvieron como objetivo fundamental economía del país poner en marcha nuevamente la fomentando el desarrollo industrial y la consolidación del mercado interno. En el marco de esta estrategia, una de las medidas que se destacan, fue el énfasis puesto por parte del Gobierno en la recuperación de los salarios a través de las Convenciones Colectivas de Trabajo y la celebración de paritarias entre los trabajadores y los empresarios del sector privado. Esta política tenía como objetivo no solo mejorar la condición de bienestar del asalariado luego de la crisis de 2001, sino también fomentar el consumo y reactivar la demanda nacional. Por otra parte, entre el año 2003-2007 se generaron más de 3,7 millones de puestos de trabajo, lo cual contribuyó no solo a la inclusión de sectores sociales que habían quedados marginados, sino también al mejoramiento de la demanda en el ámbito del mercado nacional. (CIEPYC, 2010). Internacionalización de los flujos comerciales y de inversión En los últimos años, se ha podido presenciar la profundización de dos fenómenos que se explican en el marco del constante proceso de globalización: el incremento de los volúmenes de bienes y servicios comerciados internacionalmente, y la internacionalización de los flujos de inversión. Tanto el comercio internacional, como la circulación de capitales inversores a través de las fronteras estatales, constituyen actividades fundamentales para la economía en su conjunto, y para el funcionamiento de las economías nacionales. (Castells, M; 1998). Sin embargo, como menciona Gilpin (2001) las políticas que adoptan los Estados y las economías nacionales son 117 WWW.GEIC.COM.AR condicionantes de los resultados que se obtienen en los asuntos económicos. En esos momentos posteriores a la debacle del 2001, Argentina era un país que por una parte poseía un alto endeudamiento externo, lo cual a su vez condicionaba el acceso al financiamiento internacional, y por la otra, tenía considerables dificultades para acceder con sus productos a los mercados de las economías desarrolladas. A su vez, la ronda de Doha iniciada en el año 2001, comenzaba a mostrar sus limitaciones para alcanzar avances concretos en materia de regulación del comercio internacional. Se observa claramente que la Política Exterior edificada por el “kirchnerismo”, desde un primer momento procuró establecer un claro quiebre con el modelo neoliberal de la década de los noventa, encabezado por el Presidente Carlos Menem. Dejando atrás un modelo de relacionamiento internacional en el que se mantenían “vínculos carnales” con Estados Unidos y se seguían incondicionalmente los lineamientos establecidos por la potencia del norte y el Fondo Monetario Internacional. Se pretendió construir un nuevo modo de vincularse en un mundo globalizado buscando conservar cierto grado de autonomía. En esta senda, una de las acciones significativas que marcaron el cambio de rumbo de la Política Exterior del país, fue el rechazo del proyecto encabezado por Estados Unidos conocido como Área de Libre Comercio de las Américas y la apuesta por la profundización del proceso de integración con los países de la región Sudamericana. (Rapoport. M; 2007). En este contexto, la estructuración de una nueva Política Comercial Exterior 118 adoptó un papel protagónico como parte del RECI N°04 redireccionamiento de la Política Exterior argentina. En palabras del Presidente Kirchner (2003), las acciones que se llevaran a cabo en materia de política comercial para reinsertar al país en el mundo debían “profundizar la estrategia de apertura de mercados, incrementar sustancialmente nuestro intercambio con el resto del mundo, diversificar las exportaciones hacia bienes con mayor valor agregado, desconcentrar ventas por destino y multiplicar el número de exportadores de modo que los beneficios de comercio exterior se derramen sobre todas nuestras rama productivas”. Claramente, era necesario reactivar la economía nacional y una de las herramientas fundamentales que se debía utilizar era la intensificación del comercio con el resto del mundo. (Zelicovich. J., 2011) En la búsqueda de diseñar una Política Comercial que le permitiera al país obtener un mayor grado de autonomía en su accionar, la apertura y diversificación del comercio internacional argentino se instalaron como “kirchnerista”. dos Por aspectos un prioritarios lado, era para el necesario Gobierno incrementar considerablemente los intercambios comerciales mantenidos con otras economías para poner nuevamente en marcha la estructura productiva nacional, y por el otro, la desconcentración de los destinos de la oferta exportadora le permitía a la Argentina no depender exclusivamente de los mercados tradicionales de exportación. (Miodowsky. R; 2011). El concepto de diversificación implementado en la Política Comercial del Gobierno de Néstor Kirchner para combatir la dependencia argentina en el ámbito del comercio internacional, adoptó un doble significado. Por un lado, como se mencionara anteriormente, la idea de diversificar estuvo dirigida a la búsqueda 119 WWW.GEIC.COM.AR de nuevos destinos de exportación para colocar los productos nacionales. En esta línea de actuación, se llevaron a cabo misiones comerciales en distintos países en las que participaron miembros del Gobierno Nacional y empresarios argentinos. También existieron diferentes negociaciones de acuerdos marcos para la progresiva liberalización del comercio con países que surgían como nuevos socios comerciales. Por otra parte, la significación de diversificar la matriz exportadora argentina adoptó como punto de referencia la necesidad de disminuir la participación de los commodities en la canasta de exportación nacional y aumentar la presencia de productos con un mayor valor añadido. Esta estrategia estatal permitiría que la marcha de la economía nacional disminuyera su dependencia del precio que experimentaran los commodities en los mercados internacionales, y también fomentar la inserción internacional de la industria nacional. Así mismo, el incremento de la participación de bienes industriales e intermedios fomentaría el alza en el superávit de la balanza comercial. Estas medidas, adoptadas en conjunto, fueron implementadas con el objetivo a largo plazo de consolidar la estructura productiva del país con vistas a proyectarse hacia el mercado externo. Sin embargo, se debe destacar, que en la práctica esta diversificación se hizo efectiva principalmente en lo que respecta a la multiplicación de los destinos del comercio exterior nacional. Si bien la composición de la oferta exportable ha ido experimentando algunos cambios, éstos no han sido sustanciales, y han sido muy graduales. En el marco de esta nueva estrategia comercial, la re significación y consolidación de las relaciones en el ámbito del Mercosur se 120 RECI N°04 transformó en uno de los soportes para reinsertarse en el circuito del comercio internacional. En esta búsqueda de establecer nuevos vínculos con el entorno regional, Brasil se convirtió en un aliado estratégico con quien se debían profundizar tanto las relaciones económicas como así también las políticas. Este cambio de perspectiva de la mirada argentina hacia su entorno regional próximo, encontraba su fundamento en cuestiones claves como el interés por acceder a un mercado de consumo ampliado en donde colocar la oferta de exportación nacional, y la necesidad de configurar una nueva forma de relacionarse en la arena internacional; una plataforma regional desde donde proyectar los intereses nacionales frente al resto del mundo. La estrategia comercial elaborada por el Gobierno a partir del año 2003, supo aprovechar las oportunidades ofrecidas por la coyuntura internacional de aquel momento. Ante el surgimiento de economías emergentes con grandes mercados de consumo como Brasil, Rusia, India y China fundamentalmente, Argentina supo identificar nichos comerciales en donde colocar su oferta exportadora. Durante el periodo 2003-2007 los superávits de la balanza comercial obtenidos por Argentina se debieron en gran proporción a los intercambios comerciales mantenidos con el “Gigante asiático”. La reacción favorable de la economía nacional, en gran medida estuvo explicada por la dinámica del comercio exterior y la mejora en los saldos obtenidos en la balanza comercial. Tanto el aumento de los volúmenes exportados (causados por el aumento de la demanda internacional), como el incremento del precio de los commodities internacionales, entre los cuales asume un papel preponderante la soja, permitieron generar un importante ingreso de 121 WWW.GEIC.COM.AR divisas a la economía nacional. Por otra parte, la colocación de retenciones a las exportaciones argentinas no solo permitió controlar los precios internos de los alimentos en un momento económico delicado, sino también acrecentó en considerable proporción los ingresos fiscales. En un momento en el cual el endeudamiento externo se observaba como el principal obstáculo que debía afrontar el país, la disponibilidad de divisas para la cancelación paulatina de la deuda marcaba el inicio de un proceso de recuperación nacional que empezaba a dar frutos. Este escenario favorable, de resurgimiento económico nacional y mejora de las arcas financieras del país, le permitió al gobierno de Néstor Kirchner cosechar uno de sus mayores logros al promediar la mitad de su mandato presidencial. A mediados del año 2005 el Gobierno Nacional logra obtener la adhesión del 76% de los acreedores de la deuda externa argentina al plan de financiamiento propuesto mediante la emisión de bonos públicos del Estado Nacional Argentino. Esta renegociación de la deuda externa significó un descuento nominal favorable a la Argentina del 65% sobre un monto total de 102 mil millones de dólares. Luego en Diciembre del mismo año, tras realizar duras críticas al Fondo Monetario Internacional, el Presidente Kirchner decidió cancelar la totalidad de la deuda que el país mantenía con dicho organismo de financiamiento internacional. Utilizando las reservas del Banco Central de la Nación Argentina se efectuó el pago de 9.810 millones de dólares al FMI. Esta medida fue adoptada como un instrumento para independizarse de las presiones ejercidas por el Fondo, y obtener un mayor grado de autonomía a la hora de adoptar políticas en materia económica y fiscal. (Ayerbe. L; 2011). 122 RECI N°04 Los rasgos generales de esta nueva receta de Política Comercial serían profundizados posteriormente durante el mandato presidencial 2007-2011 de Cristina Fernández de Kirchner. La búsqueda de diversificación del comercio exterior argentino, tanto en términos de productos ofrecidos, como en lo referente a los destinos de exportación, es una política que encabezaría el plan del Gobierno Nacional en materia de comercio exterior. Esta medida gubernamental sería una de las herramientas principales para reconfigurar el modo de inserción de Argentina en un mundo globalizado. Mediante la diversificación de la matriz del comercio exterior argentino, la obtención de constantes superávits en la balanza comercial, la mejora de las reservas financieras nacionales y la progresiva cancelación de la deuda externa, se comenzó a construir lo que Cepeda Ulloa (1995) llama “recursos de respaldo autonómico” para la configuración de una Política Exterior que pretende alcanzar un mayor grado de autonomía. Conclusiones Sin lugar a dudas, la profundización del proceso de globalización iniciado tras la caída del Muro de Berlín ha sido el protagonista esencial en el funcionamiento del sistema internacional. A partir de la consolidación de este fenómeno, diferentes autores y académicos, se han cuestionado acerca del nuevo rol que asume el tradicional Estado-nación ante esta modificación en la arena internacional. En esta instancia del trabajo, es posible afirmar, que si bien la globalización ha significado considerables mutaciones para el funcionamiento del globo terráqueo en sus diversas esferas, el Estado-nación no ha perdido su rol principal como actor dentro del sistema internacional, sino que por el contrario mantiene su posición 123 WWW.GEIC.COM.AR de supremacía adaptándose a las nuevas condiciones y adoptando diferentes estrategias para alcanzar sus objetivos. Como se describiera anteriormente, la globalización del capital y los mercados financieros, ha sido uno de los aspectos que se destacan en las últimas dos décadas. Si bien es cierto que la estabilidad de los sistemas financieros y monetarios nacionales está fuertemente condicionada por la dinámica de los mercados internacionales, las estrategias o medidas políticas que adoptan los respectivos Estados tienen una gran incidencia sobre los resultados obtenidos. Ejemplo de ello son las medidas adoptadas por el Estado argentino consignadas a regular el desempeño del mercado cambiario, la participación de capitales extranjeros en el país, como así también el fomento de la redistribución de las ganancias obtenidas hacia el sector asalariado mediante la reactivación de las Convenciones Colectivas de Trabajo. Por otra parte, es innegable el sustancial incremento que en los últimos años ha desarrollado el comercio exterior y la internacionalización de los flujos destinados a la inversión. La relevancia de los índices estadísticos obtenidos en estas áreas por las diferentes economías nacionales, queda plasmada cada vez que se habla o discute sobre el modelo de inserción internacional que pretende adoptar cada país. Luego de la crisis del año 2001, el Estado argentino optó por modificar su modalidad de inserción en el sistema internacional, alterando la estrategia en su Política Exterior Comercial. En la búsqueda de diseñar una Política Comercial que le permitiera al país obtener un mayor grado de autonomía en su accionar en un contexto de globalización, la apertura y diversificación del comercio internacional argentino se instalaron 124 RECI N°04 como dos aspectos prioritarios para el Gobierno “kirchnerista”. Los resultados obtenidos en la balanza comercial a partir del año 2003 evidencian el éxito inicial de la estrategia adoptada. Tras más de una década de aplicación del recetario neoliberal, y “reducción” de su accionar en las diferentes esferas, el Estadonación argentino ha modificado su rol luego de la profunda crisis que afectara al país en el año 2001. Su mayor protagonismo se ha observado en las respectivas estrategias adoptadas tanto en la Política Económica como así también en la Política Exterior Comercial, las cuales han respondido a la profundización de los procesos desencadenados por la creciente globalización. Bibliografía Rapoport. M. 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Globalización económica e instituciones políticas en la era de la información. Ponencia presentada en el seminario sobre “ Sociedad y reforma del Estado”, organizado por el ministerio de Administracao Federal e Reforma Do Estado, Republica Federativa Do Brasil. Sao Paulo, 26-28 de Marzo 1998. 126 RECI N°04 Cambios organizacionales y tecnológicos en las pequeñas y medianas empresas. Repensando el estilo del desarrollo argentino1 BERNARDO KOSACOFF2 Y ANDRÉS LÓPEZ3 El propósito de este trabajo es describir los principales rasgos y consecuencias de los cambios en el ambiente en el cual deben desenvolverse las estrategias de las empresas locales, con especial hincapié en el posicionamiento del grupo que constituye el grueso de los establecimientos productivos argentinos: las pequeñas y medianas empresas (PyMEs). Trabajo publicado en la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) durante el mes de abril del año 2000. 2 Economista. Profesor de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), UBA y Universidad Nacional de Quilmes. Miembro del Consejo Directivo de la UTDT. 3 Economista. Investigador del Centro de Investigaciones para la Transformación (CENIT). Profesor de la Universidad de Buenos Aires. 1 127 WWW.GEIC.COM.AR Introducción En un contexto donde se han sucedido transformaciones de enorme impacto en las tecnologías, prácticas productivas y métodos organizacionales dominantes en el escenario competitivo global, así como una total redefinición de las reglas de juego en la economía doméstica, las oportunidades firmas cuya argentinas resolución se enfrentan definirá en a gran desafíos medida y las características del estilo de desarrollo que asumirá el país a largo plazo. El propósito de este trabajo es describir los principales rasgos y consecuencias de los cambios en el ambiente en el cual deben desenvolverse las estrategias de las empresas locales, con especial hincapié en el posicionamiento del grupo que constituye el grueso de los establecimientos productivos argentinos: las pequeñas y medianas empresas (PyMEs). Si hay consenso en que las PyMEs han tenido grandes dificultades para responder de modo satisfactorio a las nuevas exigencias que surgen del nuevo contexto de competencia en el mercado local, al mismo tiempo muchos creen que no hay posibilidades de un desarrollo exitoso en términos no sólo económicos sino sociales sin una fuerte presencia de un denso tejido de PyMEs que soporten, complementen y compitan con las firmas de mayor tamaño, tanto de capital nacional como extranjero. En este entendimiento, trataremos de presentar las implicancias que surgen de las transformaciones en el plano tecnológico, productivo, organizacional y comercial para la postergada tarea de repensar el estilo de desarrollo argentino y sugeriremos algunas alternativas que 128 RECI N°04 podrían contribuir a que dicho estilo de desarrollo permita una amplia inclusión en términos sociales y se caracterice por un avance hacia un patrón de especialización más "intensivo" en el uso de trabajo calificado, más basado en esfuerzos tecnológicos domésticos y más centrado en producciones de mayor valor agregado y bienes diferenciados. En la sección siguiente presentamos brevemente los aspectos centrales de la nueva lógica de la competencia a nivel de la economía mundial. A continuación se describen las características e impactos principales de las nuevas tecnologías y los nuevos sistemas de organización de la producción que se difunden tanto en los países desarrollados como en desarrollo. En la tercera sección se discute la posible "reemergencia" de las PyMEs en el nuevo escenario, planteándose las tres modalidades a través de las cuales dicha posibilidad podría concretarse: mediante estrategias de desarrollo "independiente", vía proveedores y subcontratistas de firmas de mayor tamaño o por el desarrollo de relaciones de cooperación y asociatividad en networks o clusters de PyMEs. Finalmente se plantean las implicancias de estas transformaciones para el debate sobre el estilo de desarrollo argentino y se presentan las principales características de una estrategia de desarrollo empresarial que potencie y mejore el actual sendero de crecimiento por el cual transita la economía local. El nuevo escenario de la competencia En las últimas dos décadas hemos venido asistiendo a un proceso de profundas transformaciones a escala internacional, que se caracterizan centralmente por: 129 WWW.GEIC.COM.AR La “globalización” de las actividades económicas, expresada en la expansión de las corrientes internacionales de comercio, capitales y tecnología, y en la cada vez mayor interconexión e interdependencia de los distintos espacios nacionales y la paralela creciente “transnacionalización” de los agentes económicos (Dunning y Narula, 1997; Dunning y Hamdani, 1997; Ernst, 1997; Oman, 1994; Zysman et al, 1996). Las modificaciones en las prácticas tecnológicas y productivas dominantes, vinculadas, por un lado, con el surgimiento de nuevos sistemas de organización de la producción, y, por otro, con el surgimiento de las llamadas “nuevas tecnologías”, que incluyen las tecnologías “de la información y la comunicación” -en las cuales la microelectrónica juega un papel central-, la biotecnología, los nuevos materiales, etc. (Carlsson, 1995; Coriat, 1992a y b; OECD, 1991; Milgrom y Roberts, 1990; Willinger y Zuscovitch, 1988); Womack et al, 1990). La transición hacia sociedades “basadas en el conocimiento”, las cuales se organizan básicamente en torno de la producción, distribución y uso de conocimiento e información. La inversión en activos intangibles -I&D, patentes, licencias, entrenamiento y capacitación, información, etc.- se hace más significativa y crece a ritmos más rápidos que la inversión física (OECD, 1992). Así, la capacidad de innovación -entendida en un sentido “amplio”- se convierte -más que nunca en el pasado- en el factor determinante del desempeño económico y la competitividad de firmas, regiones y naciones (OECD, 1996 a y b). 130 RECI N°04 En este ambiente complejo, se observa, en los países desarrollados (PD), que las firmas buscan estrategias y formas de organización y producción más flexibles e innovativas, con el objetivo de responder a la creciente globalización y las cambiantes preferencias de los consumidores. Para alcanzar este objetivo, no basta con incorporar tecnologías modernas, sino que, en general, es preciso, simultáneamente, adoptar nuevas formas de organización de los procesos de investigación, diseño, gestión, producción y comercialización Estas reestructuraciones internas muchas veces están acompañadas de estrategias que incrementan las transacciones y los lazos con otras firmas, en orden a reducir costos, incrementar la especialización, ganar economías de escala y scope y repartir riesgos (OECD, 1996b). Este proceso de transformaciones es complejo, avanza de manera desigual y asume características específicas según los sectores, regiones y países, e involucra causalidades e interacciones aún no completamente entendidas. Sin embargo, diferentes análisis han mostrado, a nivel empírico, que existe una vinculación entre la adopción de nuevas formas de organización productiva, formación de habilidades (skills) y capacitación de los recursos humanos, y ganancias de productividad y competitividad en el ámbito de la firma (OECD, 1996b). El sentido general de las transformaciones en curso apunta a que las organizaciones productivas tengan un mayor grado de flexibilidad 4. Lung y Gjerding (1996) definen a la flexibilidad como "la capacidad, basada en estructuras y procesos de aprendizaje, para responder En un reciente informe producido por la agencia del gobierno sueco encargada de la política tecnológica (NUTEK, 1996), se afirma: "Flexibility has become a must". 4 131 WWW.GEIC.COM.AR con nuevos productos y tecnologías a un ambiente cambiante" 5. De este modo, la flexibilidad es percibida en función de la responsabilidad de los trabajadores y la mejora de sus capacidades6, así como de innovaciones en los procesos y patrones flexibles de respuesta que se traducen en nuevos productos y servicios. Como derivación de las transformaciones en curso, se han alterado la situación y perspectivas de los distintos sectores, firmas y grupos de trabajadores. Por un lado, hay una tendencia a que el empleo crezca más en el sector servicios que en la industria manufacturera donde, de hecho, el empleo no ha crecido o ha declinado desde los años '70 en los PD-. Al mismo tiempo, dentro de esta última, se han expandido los sectores de alta tecnología, con un patrón innovativo de fuerte base científica y donde se pagan salarios elevados industria aeroespacial, computación, semiconductores, equipos de comunicación, maquinaria eléctrica, farmacéutica, etc.-. Mientras que el empleo se ha mantenido estable en los sectores de intensidad tecnológica media -química, plásticos, aluminio, maquinaria no eléctrica, automóviles, etc.-, ha caído en las industrias de baja intensidad tecnológica, algunas de las cuales, además, se caracterizan por ser trabajo-intensivas -textiles, alimentos, bebidas, papel, madera, petróleo, acero, industria naval, etc.- (OECD, 1996b; Sakurai, 1995). Como señala la OECD (1996b), la performance de una firma depende no sólo de tener dotaciones adecuadas de activos tangibles e intangibles, sino de su capacidad de adaptación a condiciones cambiantes, lo cual exige la continua renovación, reconfiguración y redespliegue de esos activos. 6 En el plano laboral, la flexibilidad que se busca no es sólo la numérica, sino que principalmente se trata de obtener mayor flexibilidad funcional, la cual se basa en la calificación de la fuerza laboral, la mayor movilidad entre tareas, la atenuación de los límites entre los puestos de trabajo, la mayor flexibilidad en el diseño de las tareas y el continuo entrenamiento y reentrenamiento de los trabajadores (OECD, 1992). 5 132 RECI N°04 Al mismo tiempo, varios trabajos muestran que las firmas que más avanzan en la adopción de las nuevas prácticas tecno-productivas y tienen superiores capacidades innovativas son aquéllas que más han aumentado la productividad y, aunque aquí la evidencia es menos clara, son también aquéllas que más han contribuido a la creación de empleos (OECD, 1996b). Por otro lado, el mercado de trabajo ha venido favoreciendo, en los principales PD, a los trabajadores calificados (skilled) vis a vis los no calificados (unskilled). En general, a mayor nivel de calificación (comenzando por los ocupados con estudios de post-grado), mejor evolución del nivel real de ingresos (es básicamente el caso de los EE.UU.), o mayor generación de puestos de trabajo y/o menor nivel de desempleo (también en EE.UU., pero principalmente en Europa). Se presume que estas tendencias continuarán en el futuro, lo cual acrecentará la brecha que hoy existe en el mercado de trabajo en dichos países. Asimismo, se advierte, como fenómeno general, que se ha venido elevando el “piso” de conocimientos necesarios para estar ocupado en tareas productivas. Así, se ha afirmado que crecientemente se exige una base educativa equivalente a la escuela secundaria para manejar los nuevos “paquetes tecnológicos”. Áreas como matemática, computación o ciencias básicas, parecen ser cada vez más importantes para la formación no sólo de personal de ciencia y técnica, sino también de los propios operarios industriales (Guellec, 1996; OECD, 1996b; Petit, 1995; Wolff, 1996). ¿Cómo se insertan las PyMEs en este nuevo escenario? En general, la historia nos muestra que, a través de distintos modelos, las PyMEs han sido agentes importantes en los procesos exitosos de desarrollo 133 WWW.GEIC.COM.AR económico. Así, por ejemplo, el rol de las firmas nuevas de tamaño pequeño y mediano como generadoras de innovaciones de gran significación ha sido destacado en las investigaciones sobre el sistema de innovación estadounidense (Mowery y Rosenberg, 1993). Asimismo, en el caso japonés se ha estudiado la conformación de redes de PyMEs organizadas en torno de grandes empresas -es el caso de Toyota, por ejemplo- sobre la base de relaciones durables y de mutua cooperación (Aoki y Dore, 1994; Coriat, 1992a). La experiencia de Taiwán, uno de los países más dinámicos del Este Asiático en los últimos cuarenta años, también muestra una fuerte presencia de PyMEs (Hou y Gee, 1993). Pero ciertamente, el ejemplo más difundido, aunque no siempre con el rigor y la profundidad analítica necesarios, es el de los "distritos industriales" italianos. “El rápido crecimiento de la Tercera Italia7, y particularmente de las industrias con base PyME, estuvo asociado con la concentración de firmas en sectores y localidades específicas. Tales clusters fueron capaces de establecer una fuerte posición en los mercados mundiales de tradicionales -zapatos, instrumentos musicales, una carteras, serie de tejidos, alimentos-, y productos muebles, también en llamados cerámicas, industrias proveedores de maquinarias para dichos sectores. Tal vez más importante, los clusters parecen haber tenido la capacidad de mejorar su producción. La proximidad de proveedores de materias primas y equipos, productores de componentes y subcontratistas, junto con la combinación de intensa rivalidad inter-firma y cooperación a través de las asociaciones de productores parecen Además de la “Tercera Italia”, se han difundido otras experiencias notables de desarrollo “local” con fuerte base PyME en Alemania (Baden Wurtenberg), España (Valencia), Dinamarca, Gran Bretaña (sudeste de Inglaterra), Francia (Grenoble), Japón, etc. 7 134 RECI N°04 haber llevado al cluster en su conjunto a moverse hacia adelante” (Humphrey y Schmitz, 1996, p. 1860). Por otro lado, algunos de los aspectos y consecuencias más notorias de la introducción de las nuevas tecnologías y sistemas productivos pueden tener un impacto favorable sobre el sector PyME. Entre aquéllos, se incluyen la aparición de tecnologías que reducen, en algunos sectores, la escala mínima de producción eficiente, la mayor importancia que adquiere la flexibilidad productiva y organizacional para el desempeño competitivo, las tendencias a la subcontratación y tercerización de actividades, entre otros. Al mismo tiempo, las PyMEs son, frecuentemente, más flexibles que las firmas grandes para adaptarse a las nuevas exigencias de los consumidores y modificar las rutinas de la fuerza de trabajo (OECD, 1997a). Consecuentemente, hay en los PD un creciente consenso en que la búsqueda de ganancias de productividad y competitividad, en el actual escenario internacional, requiere de una base industrial amplia, en la cual además de firmas de gran tamaño y alto nivel de internacionalización, convivan firmas pequeñas, tanto con capacidades y estrategias independientes, como insertas en un amplio rango de relaciones inter-firma con las grandes corporaciones (OECD, 1992). Ciertamente, el “universo” PyME es muy vasto y heterogéneo, y se caracteriza por una alta “turbulencia”, con continuos “nacimientos” y desapariciones de firmas, lo cual confiere, por otro lado, un alto grado de dinamismo a la economía en su conjunto. Así, encontraremos toda una “tipología” de PyMEs (Rizzoni, 1994), caracterizadas por diferentes estrategias, estructuras organizacionales, base tecnológica, grado de especialización, 135 WWW.GEIC.COM.AR capacidades de innovación, etc., y, consecuentemente, distintas potencialidades competitivas y mayor o menor posibilidad de insertarse, de manera “virtuosa”, en el nuevo escenario. Asimismo, no todas las transformaciones en curso son “pro-PyME”. Por un lado, este tipo de firmas encuentra distintos obstáculos -para el acceso al crédito, los recursos humanos, la información, etc.- para realizar transformaciones en el plano productivo, tecnológico y organizacional; de hecho, las PyMEs han sido más lentas en adoptar las nuevas prácticas dominantes en estas áreas (NUTEK, 1996; OECD, 1996b). Asimismo, su capacidad de supervivencia y expansión depende de que exista un marco institucional favorable. Parte de este marco institucional son las políticas públicas específicas implementadas a escala local, provincial/estadual, nacional y supranacional- que existen en la mayor parte de los PD para facilitar su desenvolvimiento y reconversión. Pero lo institucional excede este plano, ya que incluye, por ejemplo, el funcionamiento del sistema financiero, la existencia de mecanismos de venture capital para firmas nuevas, como en los EE.UU o Canadá, la disponibilidad de servicios tecnológicos, de consultoría e información, el acceso a recursos humanos, las vinculaciones con otras firmas e instituciones públicas y privadas universidades, laboratorios, etc.-. Más abajo volveremos sobre estas cuestiones. Nuevas tecnologías y nuevos sistemas de organización de la producción Como señalan Milgrom y Roberts (1990), la producción industrial en el mundo capitalista está atravesando, en las últimas dos décadas, por 136 RECI N°04 una verdadera “revolución”, similar en alcances a la desencadenada por la aplicación de los principios tayloristas y fordistas a fines del siglo XIX y comienzos del XX. Parte importante de esta transformación supone el fin de la producción en masa tal como fue conocida hasta los años ´70, para dar paso a un sistema en donde la flexibilidad es una característica central tanto de los procesos como de las organizaciones, y la calidad y la velocidad son factores determinantes en la lucha competitiva. Un elemento fundamental de esta “revolución” es el reemplazo del equipamiento especializado y mono-propósito típico de la producción fordista por maquinarias y dispositivos programables y multitarea, los cuales pueden ser cambiados de una a otra operación rápidamente y con bajos costos. De esta manera, es posible producir eficientemente una diversidad de productos en pequeños lotes (batches)8. La reducción del tiempo de set up -que es el requerido para adaptar el equipamiento cuando se pasa de una línea de producto a otra- es una de las condiciones centrales que hacen posible esta tendencia9. Al mismo tiempo, la reducción de los lotes se asocia con el acortamiento del ciclo de vida de los productos y con la reducción de inventarios, tanto de productos en proceso y terminados, como de insumos y materias primas. La reducción de inventarios es una característica central del llamado sistema “toyotista” u “ohnista”, Milgrom y Roberts (1990) citan un trabajo realizado para la industria aeroespacial y otros sectores de alta precisión de los EE.UU a fines de los años '80, donde se muestra que un 8,2% de los lotes eran de una unidad, y que un 38% eran de dieciséis unidades o menos. En tanto, en un solo mes de 1985 Toyota produjo 19.349 diferentes especificaciones de vehículos en sus fábricas; de ellas, 9.544 (casi el 50%) fueron unitarias, es decir, que sólo se produjo un vehículo de dichas especificaciones (Asanuma, 1994). 9 Milgrom y Roberts (1990) reportan el caso de una firma productora de controles eléctricos, que había alcanzado, a fines de los años '80, un tiempo promedio para "resetear" su equipamiento de solo seis segundos. 8 137 WWW.GEIC.COM.AR donde se materializa a través del esquema just in time (JIT) -que se aplica tanto internamente, dentro de la firma, como externamente, en las relaciones con proveedores y subcontratistas-10, basado en el sistema de tarjetas conocido como kanban 11. Alternativamente, la reducción de inventarios puede viabilizarse a través de técnicas informatizadas, como el MRP (Material Requirement Planning) u otras más modernas (Coriat, 1992b; The Economist, 5 de marzo de 1994). A su vez, estas transformaciones se vinculan con la necesidad de responder más rápidamente a las fluctuaciones, cuanti y cualitativas de la demanda. Esto se manifiesta en un acortamiento del tiempo de desarrollo de los productos -para lo cual parece ser importante el pasaje de una aproximación "secuencial" a otra "paralela" o en grupo en las tareas de diseño e investigación-, una aceleración en el procesamiento de las órdenes de compra 12 y mayor rapidez en las entregas13. La velocidad es, de hecho, uno de los determinantes de la competitividad en el nuevo escenario (Milgrom y Roberts, 1990)14. El just in time significa que, en un proceso continuo, las piezas adecuadas necesarias para el montaje deben incorporarse a la cadena justo en el momento y sólo en la cantidad en que se necesitan, con lo cual se reduce enormemente el manejo de stocks, tanto de insumos como de productos en proceso. 11 En 1989, las plantas automotrices japonesas tenían, en promedio, 0,2 días de inventarios de partes y piezas en relación con la producción prevista, mientras que las estadounidenses operaban con 2,9 días de inventarios y las europeas con 2 días (Womack et al, 1990). 12 En la industria textil, las aplicaciones informáticas han permitido a las cadenas minoristas almacenar, diaria o semanalmente, la información sobre ventas, y transmitirla, por medios electrónicos, a los productores, lo cual reduce los costos de inventarios y mejora la eficiencia del proceso operativo y de compras. Asimismo, la introducción del CAD y el CNC ha acortado notablemente el tiempo de respuesta de las fábricas textiles ante los pedidos de los minoristas (Audet, 1996). 13 Benetton es un ejemplo de organización empresaria dirigida a atender con la mayor rapidez y flexibilidad posibles las variaciones de la demanda. Para ello cuenta con una red automatizada de recolección y procesamiento de la información sobre ventas que le permite programar la producción en función de los gustos de los clientes. En tanto, Asanuma (1994) reporta que Toyota y Nissan eran capaces, en 1989, de responder a un pedido específico de uno de sus vendedores con tres y cuatro días de anticipación respecto del momento de comenzar a producir el vehículo. 14 Se trata de minimizar el llamado "througput time", esto es, el tiempo que pasa entre que las materias primas e insumos ingresan a la fábrica y salen de ella como productos 10 138 RECI N°04 Asimismo, la producción “a pedido” (customized) es cada vez más significativa, así como la constante renovación del mix de productos15, teniendo en cuenta la segmentación cada vez mayor de los mercados, y el rápido cambio en los gustos de los consumidores. Las firmas no sólo tratan de responder a las fluctuaciones de la demanda, sino que, además, trabajan con estrategias activas, en las cuales es esencial tanto la constante mejora de los productos existentes como la continua introducción de nuevos modelos y productos. En este sentido, es útil la distinción que introduce Coriat (1992b), entre los principios que denomina de "especialización flexible" y de "flexibilidad dinámica". El primero descansa en la explotación de economías de escala estáticas, pero fundamentalmente también de economías de gama o de variedad. Esto supone una capacidad de ajuste "instantáneo" a las fluctuaciones en la composición de la demanda, y es una de las bases a través de las cuales las PyMEs pueden competir exitosamente con las grandes firmas, en particular en mercados de productos de ciclos cortos, obsolescencia rápida o demanda inestable (por ejemplo, calzados). La flexibilidad dinámica, en cambio, se apoya en la obtención de economías dinámicas de aprendizaje en producciones masivas diferenciadas. Aquí se trata de aprovechar la flexibilidad de los nuevos sistemas de producción a través de la búsqueda de permanentes innovaciones de producto (miniaturización, ergonomía, terminados (Humphrey, 1995). 15 Por ejemplo, si en el mercado de los EE.UU. se vendían históricamente más de 1 millón de vehículos anuales de los modelos más vendidos, al presente los autos más exitosos no pasan de las 500 mil unidades anuales (Standard and Poor‟s, 1997). 139 WWW.GEIC.COM.AR adición de características, mejoras de calidad, etc.), de la producción combinada de distintos productos que se encuentran en diferentes fases de su ciclo de vida, de la explotación de mercados pequeños con demandas específicas en las mismas instalaciones que atienden a los mercados más importantes o del lanzamiento de nuevas generaciones de productos para renovar la demanda. Al mismo tiempo, la calidad también se convierte en un factor determinante del éxito de una firma. La posibilidad de combinar calidad y productividad es uno de los elementos distintivos más notables del "toyotismo"16, y se basa en la filosofía del kaizen (mejora continua), la cual se operacionaliza en los denominados "círculos de calidad", y en el sistema de gestión llamado de "calidad total". La difusión de las certificaciones ISO, tanto de la serie 9000 como de la 14000 (concerniente al medio ambiente), es otro elemento en la misma tendencia. La búsqueda de flexibilidad, velocidad y calidad ha derivado en un replanteo de las relaciones con los proveedores, que acompaña al desarrollo de tendencias hacia un creciente nivel de subcontratación17 (compra de partes, componentes o servicios que son parte del producto final de la firma) y de terciarización outsourcing- (compra de servicios de apoyo, transporte, limpieza y otros servicios auxiliares). En la comparación de desempeños entre las plantas automotrices de los EE.UU, Europa y Japón realizada a fines de los años 1980, las plantas de este último país eran no sólo las más productivas, sino también las que tenían mejores desempeños en materia de calidad (Womack et al, 1990). 17 Por ejemplo, se estima que las terminales automotrices estadounidenses y europeas, en promedio, adquieren cerca del 70% de las autopartes que utilizan a firmas del sector autopartista, mientras que en la década del „80 las terminales producían, en promedio, el 50 % de las autopartes que usaban (Vickery, 1996). 16 140 RECI N°04 Estas tendencias siguen las huellas de la estrategia originalmente desarrollada por Toyota, en donde se busca operar con un bajo grado de integración vertical apoyado en proveedores con los cuales se mantienen relaciones durables y de cooperación, que llegan, incluso, al planeamiento conjunto de la producción y el desarrollo compartido de los nuevos productos y sus partes (Coriat, 1992a). A su vez, la firma proporciona a sus proveedores asistencia técnica y financiera, y en muchos de ellos mantiene una participación accionaria. Este modelo implica la existencia de un número reducido de proveedores, que están organizados de manera "piramidal", con proveedores de primer, segundo y tercer nivel. Siguiendo estas tendencias, las terminales automotrices de los países de la OECD han reducido el número de proveedores directos de 1250 en 1988, a 900 en la actualidad, esperándose que ese número se reduzca hasta 400 en el futuro inmediato18. Al mismo tiempo, se verifica una tendencia por parte de la industria terminal a reducir al mínimo la producción interna de componentes para concentrarse en las funciones de diseño19. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han facilitado estas transformaciones. Por un lado, dichas tecnologías permiten reducir los costos de recolectar, almacenar, organizar, Por ejemplo, en Francia se ha pasado de 2200 a 850 proveedores para PSA y Renault. Para Fiat, los proveedores directos, que eran más de 1000 a fines de los años „80, pasaron a ser 670 en 1991 y 320 en 1995, de los cuales 120 suministraban el 90% de los materiales. En Europa, Ford está reduciendo sus proveedores de los 1.200 de fines de la década del '80 a 500. De todos modos, todavía las plantas japonesas siguen llevando la delantera en este aspecto, con unos 200 proveedores directos por firma (JICA, 1996). 19 En ciertos casos, la producción de componentes se sigue realizando “internamente” desde el punto de vista físico, pero no bajo la responsabilidad de la terminal, sino de los proveedores, que trabajan dentro de la ensambladora. Esta práctica ha sido implementada por Volkswagen en sus plantas brasileñas (Suzigan y Villela, 1997). 18 141 WWW.GEIC.COM.AR procesar y comunicar información -tanto con clientes y proveedores como dentro de la propia firma-, a partir del desarrollo de las redes de computadoras y de los sistemas electrónicos de transmisión de datos. Las tareas de diseño y desarrollo de productos se facilitan, acortan y abaratan gracias a sistemas como el Computer Aided Design (CAD). En tanto, como señalábamos antes, la flexibilidad en los procesos productivos se logra, en lo que hace a medios de ejecución, vía robots, máquinas herramientas a control numérico computarizado, FMS (flexible manufacturing systems) y otros equipos programables. También la microelectrónica facilita la flexibilidad en las operaciones de traslado internas y en las de control de procesos (Coriat, 1992b). A su vez, aplicaciones como el Computer Aided Manufacturing (CAM), empleadas conjuntamente con el CAD, están permitiendo prescindir de prototipos, plantas pilotos, etc., considerando la posibilidad de simular "virtualmente" no sólo las características de un producto, sino el propio proceso de producción (Coriat, 1992b). Asimismo, la combinación de informática y telecomunicaciones telemática- ha sido un factor decisivo para el surgimiento de la llamada "firma red", la cual nació inicialmente como resultado de la introducción por parte de las grandes empresas de nuevas técnicas comunicación-intensivas en el manejo de las transacciones con pequeños subcontratistas y vendedores; el mismo tipo de técnicas se aplicó a los canales de comunicación introducidos para manejar la coordinación horizontal entre firmas de una misma industria en orden a generar una mejor división del trabajo. De esta manera, la telemática y las firmas "red" permiten: i) rejuvenecer actividades tradicionales tales como textiles, ropa, calzado y sectores terciarios 142 RECI N°04 obsoletos; ii) combinar estructuras industriales tradicionales, basadas en firmas pequeñas, con las tendencias modernas hacia demandas sofisticadas y segmentación de mercados; iii) combinar las ventajas de la gran escala, en lo que hace a la coordinación, con las del tamaño pequeño para producir bienes "a medida" (OECD, 1992). Como mencionábamos en la introducción, la adopción de nuevas tecnologías se asocia generalmente con cambios en las estrategias organizacionales y las políticas de gestión de la fuerza de trabajo. En esta dirección, se redefinen las responsabilidades de los trabajadores -en dirección a un mayor “involucramiento” en el proceso productivo-, se tiende a la polivalencia funcional, se "horizontaliza" la circulación de información, se calificaciones educativas eleva la importancia de formales así como del las continuo entrenamiento y capacitación y se adoptan prácticas de trabajo en grupo, tanto en la producción, como en los procesos de investigación y diseño (véase el recuadro 1). Un punto clave, destacado por Milgrom y Roberts (1990), es que el hecho de que este conjunto de transformaciones esté ocurriendo de manera simultánea se debe a que existen fuertes complementariedades entre ellas, de modo que la adopción de una requiere o induce la introducción de varias de las otras nuevas tecnologías, estrategias y prácticas emergentes. En otras palabras, se trata de un cambio de naturaleza sistémica, que afecta a la mayor parte de las actividades productoras de bienes y servicios, y se extiende no sólo al proceso productivo propiamente dicho, sino que también transforma las actividades y prácticas dominantes en las 143 WWW.GEIC.COM.AR áreas de comercialización, diseño, ingeniería y organización empresarial20. Recuadro 1- Doce principios para renovar la organización industrial En su difundido informe sobre las relaciones entre tecnología y economía, la OECD, basándose en un trabajo de Boyer (1991), identifica doce principios básicos que guían la reestructuración de la organización del sector industrial en los PD: • Optimización global de los flujos de producción (basada, por ejemplo, en la adopción del sistema japonés de kanban, JIT, TQ y subcontratistas calificados, que lleva a la minimización de stocks de materias primas y componentes). • Integración más cercana entre I&D, diseño, ingeniería y producción industrial. • Definición de nuevas relaciones, más estrechas, con los usuarios, principalmente del sector industrial, pero también, incipientemente, con los consumidores finales. • Establecimiento de un nuevo patrón de producción que combina menores costos con superiores niveles de calidad. • Incorporación de una definición correcta de las características de la demanda y su evolución en las estrategias de diseño y producción. • Mayores niveles de descentralización de las decisiones sobre la producción, con management on-line y crecientes responsabilidades para los trabajadores. • Descentralización del abastecimiento a través de la formación de redes (networks) y joint-ventures con los proveedores de materiales y componentes. Los trabajos de naturaleza empírica confirman estos argumentos. Así, por ejemplo, se ha afirmado que el mayor éxito de las firmas suecas en la introducción de FMS vis a vis las empresas británicas se explica por la interacción entre usuarios y productores y el involucramiento de los trabajadores (Edquist y Lundvall, 1993). 20 144 RECI N°04 • Relaciones de subcontratación a largo plazo y cooperativas con firmas más pequeñas. • Un menor nivel de división de tareas adentro de las firmas y organización del trabajo basada en grupos o círculos. • Mayor prioridad y mayor nivel de gastos privados -así como mayor inversión en educación pública- para la formación profesional de los trabajadores. • Mejora de las capacidades de los trabajadores y empleados, como forma de incrementar su involucramiento, competencias y productividad. • Un nuevo enfoque hacia el empleo, los contratos de largo plazo y los salarios. Fuente: OECD (1992). ¿La reemergencia de las PyMEs? ¿Cómo se insertan las PyMEs en este nuevo escenario? En los países de la OECD, no sólo las PyMEs representan un elevado porcentaje del total de empresas (más del 95% en general) y contribuyen con el grueso del empleo (del 60 al 70% según los casos), sino que, en los últimosaños, la participación de este tipo de firmas en la producción y el empleo ha venido creciendo (Loveman y Sengenberger, 1991; OECD, 1997b)21. Al mismo tiempo, el tamaño promedio de los establecimientos manufactureros ha caído en países como EE.UU., Este aumento de la presencia de las PyMEs se vincula, pero no es explicado totalmente (y por ello se sugiere que existen también causas "estructurales"), por el hecho de que en los períodos de depresión del ciclo económico hay un incremento -estadísticamente comprobado- de la participación de dicho tipo de firmas en las economías de los PD (Gatto y Yoguel, 1993). 21 145 WWW.GEIC.COM.AR Canadá o Gran Bretaña desde los años '80, aunque registró un aumento en Japón1922. Tabla 1- Tamaño promedio de los establecimientos en el sector manufacturero en la OECD. 1992 (Índice de personas por establecimiento, 1981=100). Canadá 89.3 Alemania 100.3 Japón 111.0 Gran Bretaña 83.4 EE.UU. 89.6 Fuente:OECD 7b). A partir de estas tendencias, y sobre la base de distintas experiencias exitosas de "desarrollo PyME" -especialmente en Italia-, muchos autores -Piore y Sabel (1984), Acs y Audretsch (1990), entre otros-, han sugerido que se abre un nuevo espacio de competencia para las firmas de menor tamaño, que se apoyaría en la mayor funcionalidad de las PyMEs para tomar ventaja de las características principales de los nuevos sistemas tecno-productivos que se imponen en los PD23. Más allá de estas consideraciones ciertamente atendibles, la OECD (1992) coincide en que la tendencia hacia la concentración parece haberse revertido en los PD a partir de los años '70, lo cual es Hay algunos matices que es preciso tomar en cuenta para evaluar correctamente estas tendencias estadísticas. Así, se menciona que una parte de los establecimientos registrados como pequeños pueden ser parte de firmas de mayor tamaño -considérese que también parece haberse dado una tendencia a la descentralización de las firmas grandes en los últimos años- o ser subsidiarias independientes de jure pero no de facto de otras corporaciones (Loveman y Sengenberger, 1991). Asimismo, los datos no siempre permiten distinguir si los mayores aportes a la creación de empleos, por ejemplo, provienen de la condición "tamaño" o de la condición "edad" de la firma, ya que hay indicios de que las firmas más jóvenes -que generalmente son también pequeñas, al menos inicialmente- son, en muchos países, las más dinámicas en ese campo (OECD, 1997b). 23 En realidad, la hipótesis de Piore y Sabel (1984) era mucho más ambiciosa, ya que auguraban el nacimiento de una nueva etapa histórica del capitalismo, basada en el principio de la especialización flexible y la dominación de las PyMEs. Esta hipótesis ha sido vastamente criticada (véase Amin y Roberts, 1991 y Coriat, 1992b). 22 146 RECI N°04 atribuible, en gran medida, a desarrollos tecnológicos y económicos que han reducido algunas barreras a la entrada relacionadas con economías de escala, y que son funcionales a la flexibilidad de las pequeñas organizaciones. Sin embargo, se señala que las PyMEs enfrentan una situación donde las nuevas oportunidades pueden ser contrapesadas por los exigentes requisitos de las nuevas tecnologías con respecto al nivel y sofisticación de las inversiones intangibles, y a la necesidad de profundizar la comercialización de los productos sobre una base "a medida" o "a pedido" (customised), para aprovechar las potenciales economías de alcance. Por otro lado, como señalan Gatto y Yoguel (1993), "la reemergencia y la mayor participación de las PyMEs en las estructuras productivas se produce en el marco de una fuerte heterogeneidad de situaciones nacionales, que combinan distintos modelos de organización industrial, diferentes escenarios de cambio tecnológico en los que coexisten formas tecno-organizativas "fordistas" con otras "posfordistas" y una multiplicidad de "formas intermedias" de regulación, comprendidas entre los modelos extremos de "mercado" (máxima desintegración vertical) y de "jerarquía" (máxima integración vertical) (p. 188). Así, los autores señalan que en Japón predominan las relaciones de subcontratación formalizadas, mientras que en los EE.UU. y Gran Bretaña el mayor peso de las PyMEs se manifiesta en una fragmentación y descentralización de los procesos de producción, aunque también, en particular en los EE.UU, hay un crecimiento de las PyMEs en producciones de alto contenido científico, sectores en los cuales las PyMEs actúan especialmente durante las primeras etapas del ciclo de producto. En Italia, en tanto, la reemergencia 147 WWW.GEIC.COM.AR combina el desarrollo de relaciones de subcontratación generadas por grandes firmas con el crecimiento de áreas especializadas ("distritos industriales"), a la vez que en Alemania predominan las PyMEs independientes con alta presencia de trabajadores calificados y artesanos y diferentes grados de vinculación con las firmas grandes. Finalmente, en Francia prevalecen los esquemas en los que las PyMEs aparecen asociadas a las grandes compañías. Evidentemente, estas diferentes vías de "reemergencia" PyME implican no sólo contextos institucionales y capacidades tecnológicas y organizacionales específicas por parte de los distintos agentes involucrados, sino que tienen distintas consecuencias sobre los senderos de desarrollo de las PyMEs. Estas consideraciones llevan, consecuentemente, a la necesidad de un examen más detenido de las modalidades de inserción de las PyMEs en el nuevo escenario. Aquí, nos resulta útil seguir a Pyke (1994), para quien hay tres maneras básicas a través de las cuales este tipo de firmas puede mantenerse y prosperar en un ambiente en donde, además de las transformaciones reseñadas, hay una creciente globalización de la competencia: “pueden fortalecer sus intenciones de convertirse en proveedores preferenciales de grandes corporaciones mejorando sus estándares de calidad y plazos de entrega; pueden tratar de competir „individualmente‟ en mercados finales, probablemente en nichos específicos; o pueden buscar fortalecerse colectivamente asociándose con otras firmas pequeñas, quizás en distritos industriales, para cooperar, producir y vender a través de alianzas, instituciones colectivas y consorcios” (p. 4). En lo que sigue exploraremos cada una de estas alternativas. 148 RECI N°04 Las PyMEs independientes ¿En qué medida pueden mantenerse y prosperar, en el nuevo escenario que hemos venido describiendo, las PyMEs que, siguiendo la caracterización de Gatto y Yoguel (1993), son "independientes, autosuficientes y tradicionales"? Una parte importante de las ventajas que tendrían las PyMEs como consecuencia de los cambios tecno-productivos en curso, provendría de la reducción de las escalas mínimas económicamente eficientes en reducciones varias industrias. habrían ocurrido Según en la sectores OECD (1992), estas tales como ropa, productos de cuero, acero24, productos metálicos, entre otros. Hoffman y Kaplinsky (1988) dan un ejemplo de la industria autopartista: si se solía estimar que una planta de motores debía producir cerca de 500 mil motores al año para recuperar los elevados costos fijos de la maquinaria especializada necesaria, las nuevas plantas pueden producir entre 150 mil y 200 mil motores al año, pudiendo fabricar, además, diseños diferenciados. En tanto, Acs y Audretsch (1990) señalan que, como consecuencia de la generalización del uso de máquinas herramienta con control numérico se ha producido una disminución del tamaño de planta óptimo en las actividades metalmecánicas. De todos modos, algunos autores, como Alcorta (1994) discuten el carácter general de estas tendencias al downscaling, y argumentan a favor de la necesidad de distinguir entre la reducción del tamaño óptimo de los lotes -sobre lo cual hay acuerdo general- la y Los hornos eléctricos pueden trabajar con escalas de 200 mil a 1,5 millones de toneladas año, contra los 3-3,5 millones que requiere un alto horno, a la vez que permiten una mayor flexibilidad en términos de productos (Bisang, 1989). 24 149 WWW.GEIC.COM.AR reducción del tamaño óptimo de planta y de firma -donde la evidencia es mucho menos clara-. Por otro lado, al presente, una vasta literatura reconoce la importancia de las actividades innovativas que desarrollan las PyMEs. De hecho, algunos autores enfatizan que este tipo de firmas tiene algunas ventajas específicas para el desarrollo de actividades de innovación, particularmente en cuanto a su flexibilidad interna y su capacidad de adaptación a circunstancias cambiantes, es decir, una cultura organizacional que transforma más eficientemente las competencias y aprendizajes en procesos innovativos (Boscherini y Yoguel, 1996a). Asimismo, se afirma que en las grandes firmas existen deseconomías de escala para generar innovaciones por la mayor burocracia de sus organizaciones y la menor velocidad con la que pueden lanzar al mercado las innovaciones concretadas. En tanto, algunos autores sugieren que estas ventajas se potencian en el contexto del nuevo paradigma tecno-productivo. También se argumenta que las PyMEs son innovadoras importantes en industrias skill-intensive, con rápido ritmo de cambio tecnológico y que están en las etapas tempranas de sus ciclos de vida (Acs y Audretsch, 1988). Las actividades innovativas en este tipo de firmas se caracterizan, en general, por un elevado grado de informalidad; difícilmente cuenten con estructuras específicas dedicadas a I&D o desarrollen programas formales de investigación, el personal que realiza tareas innovativas, en general, desempeña también labores en otras áreas, etc. (Yoguel y Boscherini, 1996b). Las desventajas de las PyMEs en relación con las actividades innovativas, en tanto, provendrían de su tamaño limitado -que les 150 RECI N°04 impone restricciones financieras y de recursos materiales-, su dificultad para aprovechar las economías de escala en la I&D, las menores posibilidades de comercializar innovaciones y los costos crecientes de exitosamente sus las actividades de investigación (Rizzoni, 1994; Scherer, 1992). Al mismo tiempo, las firmas grandes pueden llevar las nuevas tecnologías a un nivel de “perfección” mayor que las PyMEs, y pueden destacarse en ciertas “clases” de actividades de innovación (Scherer, 1992). Según la OECD (1997b), entre un 30 y un 60% de las PyMEs, en el área de los PD, pueden ser caracterizadas como "innovativas", y un 10% de este universo son firmas "basadas en la tecnología". Las PyMEs innovadoras, según la misma fuente, tenderían a estar "guiadas por el mercado" (market-driven) más que "guiadas por la investigación" (research-driven). Este tipo de firmas tiene ventajas sobre las empresas de mayor tamaño por su mayor velocidad de respuesta ante nuevas oportunidades de mercado, y suelen tener un rol pionero en el desarrollo de nuevos mercados. Por ejemplo, la biotecnología o la industria de nuevos materiales se caracterizan por la presencia de una gran cantidad de firmas pequeñas y muy activas tecnológicamente, muchas de las cuales surgen de laboratorios nacionales, universidades y departamentos de investigación. Al mismo tiempo, distintos trabajos que analizan las PyMEs de alto crecimiento en los países de la OECD muestran que tanto las capacidades innovativas como la formación de recursos humanos están fuertemente relacionados con el crecimiento de las firmas; en todos los sectores, las PyMEs innovadoras han venido creciendo más rápido que las no-innovadoras (OECD, 1997b). Asimismo, se comprueba que las PyMEs exitosas ponen más énfasis en la mejora, 151 WWW.GEIC.COM.AR modernización o expansión de sus líneas de producto, emplean trabajadores calificados y motivan a sus empleados más eficientemente. Al mismo tiempo, se identifican las siguientes barreras como las más importantes para el desarrollo de las PyMEs innovadoras: fallas de mercado en los mercados de capitales; regulaciones gubernamentales; costos laborales indirectos; acceso a los mercados externos y; dificultades para reclutar trabajadores y funcionarios (OECD, 1997b). A la vez, la OECD (1992) resalta los aspectos desventajosos para las PyMEs derivados del surgimiento de nuevos paradigmas tecnoproductivos. Según la OECD, para acceder a los beneficios potenciales de dichos paradigmas, las firmas necesitan, al menos, ser parte de redes (networks) donde circula y se procesa información tecnológica, y deben ser capaces de realizar inversiones intangibles para las cuales no siempre cuentan con los recursos humanos y financieros necesarios. También hay demandas crecientes en materia de comercialización, ya que es preciso aprovechar las economías de scope (alcance) disponibles, lo cual implica recoger y procesar gran cantidad de información. En consecuencia, cabe acordar con Gatto y Yoguel (1993) cuando señalan que los cambios en la organización de la producción (en particular, la posibilidad de fragmentar el proceso productivo) y el carácter volátil e indeterminado de la demanda, llevan a que la inserción productiva de las PyMEs suponga, crecientemente, la introducción de nuevas modalidades de interacción entre firmas, que se materializan en diferentes tipos de redes. El espacio de las PyMEs 152 independientes y tradicionales se estaría, entonces, RECI N°04 reduciendo, y las PyMEs exitosas, en general, se apoyarían en fuertes vinculaciones con otras empresas y con el sistema socio-productivo en general. Esto nos explica por qué casi todas las experiencias de desarrollo exitoso de PyMEs se enmarcan en un contexto de articulación con otras firmas e instituciones. Esto vale para los distritos industriales italianos, organizaciones como Benetton o Toyota, o el Sillicon Valley y la Ruta 128. Es sobre estas alternativas que tratan los dos apartados siguientes. Una nueva relación con proveedores, subcontratistas y vendedores Como mencionábamos antes, la aplicación de los nuevos principios de organización de la firma han derivado no sólo en un incremento de las prácticas de subcontratación y outsourcing, sino también en que los proveedores se hagan crecientemente responsables por todos los aspectos del desarrollo, diseño, producción y entrega de insumos, componentes y subensambles. Las tendencias al downsizing y al outsourcing crean nuevas oportunidades para las PyMEs, al generar nuevas demandas de insumos intermedios y servicios productivos y auxiliares que pueden ser provistos por firmas pequeñas (OECD, 1996a). A su vez, relaciones estables y de largo plazo con firmas de mayor tamaño le permiten a las PyMEs dejar la búsqueda continua de nuevos mercados y le pueden ofrecer medios de progresar tecnológicamente y mejorar su capital humano (OECD, 1992). Las relaciones productor-proveedor se han beneficiado con las innovaciones en tecnologías de procesamiento de la información y de la comunicación. Gracias a estos avances, la provisión externa se 153 WWW.GEIC.COM.AR hace más eficiente -en términos de inventarios, costos de almacenamiento, programación, etc.-, vía combinación de los sistemas de procesamiento de datos de las distintas organizaciones que son parte de una cadena inter-firma integrada verticalmente (Loveman y Sengenberger, 1991). Algunos trabajos muestran que si efectivamente hay un número importante de PyMEs que han adoptado las nuevas tecnologías y sistemas organizativos y de producción, en muchas regiones ellas son básicamente proveedoras de las grandes firmas que allí operan. Así, un estudio realizado para el estado de Nueva York muestra que la mayor parte de las PyMEs con técnicas modernas proveen bienes a pedido a las empresas de mayor tamaño, bajo condiciones de especificación cambiantes y de abastecimiento just in time (Young et al, 1994). Además del ya citado caso de Toyota, un ejemplo característico de networking entre una firma grande y un conjunto de empresas pequeñas es el de Benetton (en lo que se ha dado en llamar estrategias de cuasi-integración). Aquí se combinan las capacidades de diseño, marketing, publicidad y previsión de tendencias en el mundo de la moda de Benetton, con un alto grado de descentralización no sólo productiva sino también de ventas25 (OECD, 1992). Otro de los fenómenos más interesantes en este campo es la internacionalización de pequeñas y medianas firmas de la mano de empresas de mayor tamaño de las cuales aquéllas son proveedoras Cerca de 2500 firmas independientes poseen los 4200 negocios que distribuyen los productos Benetton. Asimismo, existen 75 agentes que hacen de "puente" entre Benetton y los miles de distribuidores, reuniendo y procesando las órdenes de compra y supervisando el desempeño de los locales de venta (OECD, 1992). 25 154 RECI N°04 en los mercados de origen, y a las cuales siguen en sus inversiones en el exterior. Incluso, algunos de estos proveedores aspiran a convertirse en proveedores globales (global sourcers) de la corporación a la cual se vinculan. Así, según un survey reciente (UNCTAD, 1995), un 75% de los proveedores de las automotrices japonesas invirtieron también en los EE.UU. siguiendo a las terminales de las cuales dependen. Este sería, también el caso de la inversión que realiza Fiat en Polonia en los años „90, comprando una antigua fábrica estatal a la cual le había licenciado la producción de algunos modelos en el pasado. Desde un 55% de componentes locales (excluyendo motores) en 1992, se pasó a un 73% en 1996 (Balcet y Enrietti, 1997). En gran medida, este incremento del contenido local se debió a que 28 proveedores de componentes siguieron a Fiat en su estrategia de inversión en Polonia, tanto con inversiones propias como en joint-venture con productores locales. En tanto, los productores locales, en muchos casos, se han convertido en proveedores de segunda o tercera línea, bajo la guía de los proveedores de primera línea de la terminal, y algunos aspiran a convertirse en parte de la cadena de global sourcing de Fiat. Al mismo tiempo, Dunning (1996) argumenta que las ET crecientemente buscan localizaciones en donde existan “activos creados” -capacidades tecnológicas, recursos humanos calificados, etc.- útiles para sus estrategias competitivas a escala global. Crecientemente, las ET estarían valorando más a sus filiales en el exterior como fuentes reales o potenciales de dichos “activos creados”, lo cual podría hacer atractivas, en ciertos casos, a las localizaciones en donde existan clusters o redes empresarias locales 155 WWW.GEIC.COM.AR que puedan ser depositarios de capacidades útiles para las estrategias de las ET. De todos modos, hay que recordar que, como señalan Gatto y Yoguel (1993), la formación de nuevas relaciones entre firmas grandes y pequeñas puede basarse en diferentes modelos. Tomando dos extremos, tendríamos, por un lado, casos en los que las firma grandes intentan disminuir costos y/o reducir riesgos; aquí, un instrumento como el JIT lo que hace es trasladar stocks -y por tanto, sobrecostos- hacia los proveedores. En cambio, si se trata de estrategias que apuntan a ganar flexibilidad vía cooperación y complementación interempresarial, el mismo JIT sirve para facilitar las ganancias de productividad en los proveedores y mejorar los flujos de información y la coordinación entre los dos polos de la relación. La importancia de la cooperación: redes, alianzas y asociaciones Existe un creciente consenso en torno al hecho de que la pertenencia a redes o los vínculos con otras firmas -así como también con otro tipo de instituciones, como universidades, centros de investigación y asistencia tecnológica, etc.-, son cada vez más importantes para determinar el desempeño y la competitividad de las unidades económicas26. En el plano de la innovación tecnológica, la cooperación y los vínculos con otros agentes se hacen particularmente relevantes y diversos trabajos han enfatizado la naturaleza interactiva de los procesos de innovación y aprendizaje. Las redes formales e informales en las que participan las firmas pueden compensar, al Así, la gran difusión de estas formas de cooperación inter-firma ha llevado a algunos autores, como Dunning (1997), a argumentar que asistimos al nacimiento de una nueva etapa del capitalismo, que denomina como “collective, relational or alliance capitalism”. 26 156 RECI N°04 menos parcialmente, las limitaciones en el espacio de búsqueda de cada una. La naturaleza interactiva de los procesos de cambio tecnológico parece reforzarse al avanzar hacia la llamada “economía basada en el conocimiento”, donde las firmas desarrollan vínculos para promover el aprendizaje interactivo y buscan socios y redes que les provean de activos complementarios (Rothwell, 1994). Estas relaciones, que muchas veces adquieren un carácter internacional (Freeman y Hagedoorn, 1994; Mytelka, 1991; Narula y Hagedoorn, 1997), ayudan a las firmas a repartir los costos y riesgos asociados con los procesos de innovación, ganar acceso a nuevos conocimientos, adquirir componentes tecnológicos claves y compartir activos en la manufactura, la comercialización y la distribución (OECD, 1996a). En el mismo sentido, se argumenta que los recientes cambios en el plano tecnológico y organizacional, asociados con la difusión de la microelectrónica y el llamado sistema toyotista de producción, así como las presiones emergentes de la globalización, también incrementan la importancia de la cooperación inter-firma: “los costos crecientes de la innovación, la necesidad de un rápido ajuste ante los cambios tecnológicos y el hecho de que las tecnologías se hacen crecientemente sistémicas o genéricas, implican que las firmas necesitan compartir los costos y riesgos de sus actividades de I&D” (Dunning, 1994, p. 18). En el caso específico de las PyMEs, de la literatura disponible, tanto teórica como empírica, surge que la “asociatividad” y la interacción con otros agentes excluyentemente, e con instituciones aquéllos que -en particular, están pero no geográficamente cercanos- podría ser una de las vías para facilitar la transición de las 157 WWW.GEIC.COM.AR PyMEs hacia niveles crecientes de competitividad (Humphrey y Schmitz, 1996). Obviamente, los renombrados “distritos industriales” italianos27 serían el ejemplo más claro en este sentido (Pyke et al, 1990). En este sentido, Humphrey y Schmitz (1996) formulan una distinción muy importante entre clusters, networks y distritos industriales. Según dichos autores, el aprendizaje mutuo y la innovación colectiva pueden existir en clusters definidos como concentraciones sectoriales o geográficas de empresas, o por el networking de PyMEs que no se encuentran necesariamente en el mismo sector o localidad. Un cluster se define por la concentración sectorial y geográfica de firmas, la cual debería estimular la generación de economías externas, pero no implica el desarrollo de relaciones de especialización y cooperación entre agentes locales. Un distrito industrial emerge cuando un cluster desarrolla no sólo patrones de especialización interfirma, sino también formas implícitas y explícitas de colaboración entre agentes económicos locales y fuertes asociaciones sectoriales. Finalmente, un network no implica necesariamente la proximidad geográfica de las PyMEs, ya que la cooperación entre firmas y el aprendizaje colectivo puede existir aún entre empresas que no están en la misma localidad. Ha sido fundamentalmente la experiencia de los distritos industriales italianos lo que ha llevado a varios autores a resaltar la importancia del ambiente local (Camagni, 1991). El ambiente local es definido como el conjunto de instituciones y agentes locales y sus “El distrito industrial es una entidad socio-territorial caracterizada por la presencia activa de una comunidad de personas y de un conjunto de empresas en un espacio geográfico e histórico determinado. En los distritos, al contrario de lo que sucede en otro tipo de entornos, como por ejemplo las ciudades manufactureras, tiende a haber una ósmosis perfecta entre la comunidad local y las empresas” (Becattini, 1992). 27 158 RECI N°04 vinculaciones, y puede ser interpretado como un operador de “cuasi-mercado”, que en los casos positivos puede disminuir las incertidumbres estratégicas, potenciar procesos de aprendizaje y suministrar competencias faltantes a las firmas. Se trata de un espacio público que puede dar lugar a la generación de procesos de eficiencia colectiva, definidos como las ventajas competitivas derivadas de economías externas y de la acción conjunta de los agentes (Boscherini et al, 1997). Los analistas de las experiencias de los distritos industriales (Becattini, 1990; Brusco, 1990). enfatizan que la supervivencia de una firma depende crecientemente de sus posibilidades de diferenciación, así como de la pertenencia a ámbitos en donde prevalezcan mecanismos de coordinación complejos o sofisticados. Estos ámbitos pueden darse entre firmas que operan en etapas secuenciales de la cadena de valor o en relaciones de tipo más horizontal. En este plano, se destacan la existencia de economías externas y de aglomeración de carácter local, “atmósferas” industriales y procesos de aprendizaje colectivo favorables al surgimiento de procesos de desarrollo basados en la acumulación de competencias tecnológicas, organizacionales y de comercialización28, y en un mix de competencia y cooperación entre las firmas que pertenecen al distrito. Según la OECD (1992), las firmas de los distritos industriales han conseguido dos tipos de economías externas gracias a la trama de relaciones intra-distrito. Para las firmas pequeñas que operan en sectores donde las demandas de mercado evolucionan Ciertamente, esta literatura no carece de ambigüedades e imprecisiones (véase López y Lugones, 1997). 28 159 WWW.GEIC.COM.AR rápidamente, se han obtenido economías de escala a partir del desarrollo de soluciones conjuntas para los problemas de difusión y desarrollo de tecnología -en donde son importantes fenómenos tales como el uso compartido de equipos y maquinarias, el acceso común a pools de recursos humanos, el intercambio de información técnica, etc.- y de comercialización -ferias, consorcios de exportación, etc.. En otros casos, se han obtenido economías de alcance; por ejemplo, las firmas productoras de maquinaria que se reúnen para abastecer la instalación de sistemas integrados de manufactura de tamaño mediano, aprovechando las capacidades específicas de cada empresa. De todos modos, hay que destacar que estas experiencias guardan diferencias entre sí. Por ejemplo, mientras que algunas se han desarrollado más o menos "espontáneamente" (Sillicon Valley), otras han tenido un mayor apoyo de políticas públicas específicas especialmente en el continente europeo-. Asimismo, hay que distinguir, siguiendo a Humphrey y Schmitz (1996), entre casos de desarrollo “low road” (basados en salarios bajos) y “high road” (fundados en un sendero de aprendizaje y acumulación colectiva de conocimientos). Asimismo, las respuestas posibles del milieu local ante las tendencias hacia la globalización pueden ser diversas; por ejemplo, los lazos locales informales pueden ser reemplazados por redes más formalizadas, con vínculos predominantemente no locales. Asimismo, pueden surgir firmas líderes al interior del propio milieu. Finalmente, puede ocurrir que, colectiva o individualmente, se busquen, en una perspectiva que incluya la dimensión “global”, estrategias de 160 RECI N°04 diversificación y/o especialización en “nichos” de productos diferenciados (Camagni, 1991). En tanto Vipraio (1997) señala que los sistemas locales pueden asumir una actitud defensiva - que puede hacer colapsar al sistema- o una actitud pro-activa, dirigida a desarrollar un sendero de mejora de calidad y de flexibilidad en las producciones del sistema y de obtención de economías de escala dinámicas. Muchas veces, esto implica que los distritos locales evolucionen hacia formas más jerárquicas de coordinación y que desaparezcan aquellas firmas que no puedan cumplir con las nuevas exigencias del entorno. Asimismo, cuando una firma -o un conjunto de firmas- decide asumir un enfoque “global”, todas las actividades de las rescpectivas cadenas de valor deben ser reconsideradas y ajustadas bajo esa nueva perspectiva, sopesando las ventajas del “ambiente local” contra aquellas que están disponibles en otros lugares o a las que puede accederse mediante la pertenencia a redes “globales”. Esto podría implicar, obviamente, una “devaluación” de los activos intangibles basados en la experiencia y las relaciones “locales” acumuladas en el pasado. Las implicancias de los nuevos modelos tecno-productivos para el debate sobre el estilo de desarrollo argentino El desarrollo de las tendencias expuestas a lo largo de este trabajo contextúa y enmarca el proceso de reconversión que ha venido atravesando la economía argentina en lo que va de la década. En efecto, las empresas locales se encuentran, en esta década, frente a un escenario en donde a las transformaciones que se suceden en el plano internacional, se agrega el cambio radical en las reglas de 161 WWW.GEIC.COM.AR juego que venían enfrentando previamente en el mercado doméstico: El desmantelamiento del viejo régimen regulatorio que sustentó la etapa de la industrialización sustitutiva de importaciones (ISI), y la puesta en marcha de un programa de reformas estructurales “pro-mercado” -apertura, privatizaciones, desregulación-, que alteran drásticamente las condiciones de competencia en los mercados domésticos (Bisang et al, 1996; Chudnovsky et al, 1996; Katz, 1996; Kosacoff, 1993). La formación del MERCOSUR, que define a la vez una oportunidad -desde el punto de vista del mercado ampliadoy un desafío -por la constitución de un nuevo espacio de competencia con un socio, Brasil, de mayor nivel de industrialización y con un tramado de relaciones productivas más denso y eficiente- (Chudnovsky et al, 1996; López y Porta, 1995). En respuesta a la nueva configuración del marco competitivo local e internacional, desde comienzos de la década del „90 han comenzado a desplegarse fuertes procesos de reconversión, en los cuales se alteran tanto las estrategias como el peso relativo de las distintas actividades y agentes económicos, así como las prácticas productivas, tecnológicas y comerciales predominantes. Aun cuando no es posible señalar un one best way, está claro que las firmas que no ajusten y actualicen sus procesos, productos y esquemas organizativos y de gestión, se verán confinadas, en este nuevo escenario, al estancamiento o la desaparición. 162 RECI N°04 En el plano sectorial, la industria, además de perder peso como impulsora del crecimiento del PBI global, atraviesa un proceso de reconversión, cuyas características finales aún no están completamente definidas, pero en el que se observan: Un sesgo hacia "funciones de producción" menos trabajointensivas. Una tendencia al abandono o reducción de los esfuerzos tecnológicos locales en el plano de adaptación y generación de innovaciones. Una fuerte disminución de la "verticalidad" de la producción interna originada, centralmente, en la sustitución de valor agregado doméstico por mayores contenidos de origen externo. Una especialización mayor de las firmas locales, vía reducción del mix de productos y complementación con oferta importada. Una creciente externalización de actividades de servicios auxiliares (outsourcing) La introducción de innovaciones organizacionales que han elevado notablemente la productividad de la industria, pero cuyo dispar ritmo de introducción ha derivado en un mayor nivel de heterogeneidad al interior del sector (Kosacoff, 1998). En este contexto, una de las tendencias más significativas en lo que va de la década es la creciente presencia de filiales de empresas transnacionales (ET) en casi todos los sectores productores de bienes y servicios. Si por el momento su aporte a la formación de capital, la 163 WWW.GEIC.COM.AR modernización tecnológica, el desarrollo de proveedores y la apertura de mercados es inferior al que potencialmente podrían realizar, está claro que serán un actor central en cualquier estrategia de desarrollo (Chudnovsky y López, 1998; Kosacoff y Porta, 1997). A su vez, los conglomerados económicos de capital nacional, actores dominantes en la economía argentina durante los años 1980, han tenido estrategias y desempeños heterogéneos. En un extremo, mientras algunos de ellos han desaparecido o han quedado reducidos a una mínima expresión, otros han fortalecido sus posiciones en el mercado interno e incluso han comenzado a transitar hacia crecientes niveles de internacionalización productiva, en tanto que un tercer grupo ha elegido la vía de la especialización en algunas áreas de alto dinamismo potencial (Bisang, 1998). En tanto, las empresas estatales han desaparecido prácticamente de la escena económica. Las empresas privatizadas son un nuevo y poderoso agente en el mercado local, en cuyo capital accionario muchas veces conviven ET y conglomerados locales. Si el centro de la atención pública sobre las firmas privatizadas ha estado puesto en las tarifas, su impacto sobre el tejido industrial y sobre el desarrollo tecnológico local ha sido menos analizado. En este marco, la mayor preocupación por los efectos de la reconversión alude al destino de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs). En general, este tipo de firmas encuentra, con relación a las empresas de mayor tamaño, mayores obstáculos desde el punto de vista de: Dificultades para obtener y procesar adecuadamente la información necesaria para redefinir sus objetivos y estrategias 164 RECI N°04 Mayor exposición a las fallas de mercado -en el área financiera, tecnológica, etc.-. Restricciones para el acceso a recursos humanos calificados. Un sendero previo de desarrollo caracterizado por esquemas de gestión y organización interna que dificultan su adaptación al nuevo ambiente competitivo (Gatto y Yoguel, 1993; Yoguel, 1998). La preocupación por la situación y perspectivas de las PyMEs se expresa en la proliferación de distintas iniciativas gubernamentales en las áreas de financiamiento, asistencia técnica, información, etc.(las cuales, en general, han tenido, por distintas razones, grandes dificultades para cumplir sus objetivos), en la actuación y propuestas de las distintas cámaras empresarias, así como en los reclamos que, desde el ámbito social y político, apuntan a la protección y promoción de las PyMEs. Muchas veces, estos reclamos se apoyan fundamentalmente en el argumento de que las PyMEs son las mayores generadoras de empleo. Asimismo, se apuntan razones vinculadas a la necesidad de mantener un cierto "equilibrio" en el plano social y regional, a lo cual también contribuirían las PyMEs. Ambas razones son de enorme importancia, pero, a nuestro juicio, existen también argumentos -tal como hemos tratado de mostrar a lo largo de este trabajo- en el propio plano de la competitividad del aparato productivo que inducen a pensar que las PyMEs pueden jugar un papel central en el nuevo escenario caracterizado por una generalizada reconversión de los sistemas tecnológicos, productivos y de organización empresarial dominantes, tanto a nivel internacional 165 WWW.GEIC.COM.AR como local. Este papel puede ser desempeñado a través de estrategias de desarrollo "individual", pero probablemente deban tener más peso las modalidades asociativas, sea entre conjuntos de PyMEs, o mediante relaciones con firmas de mayor tamaño. Para que las PyMEs puedan efectivamente materializar esta potencialidad de contribuir decisivamente a la conformación de un nuevo estilo de desarrollo en la Argentina, es preciso poner énfasis en la necesidad de generar una estrategia para el desarrollo empresarial, que ayude tanto a remover obstáculos como a crear condiciones más favorables para la evolución de las firmas argentinas, y en particular de las de tamaño pequeño y mediano. Los elementos básicos que deberían conformar dicha estrategia han sido planteados en un reciente estudio (Kosacoff et al, 1997), elaborado en el marco de un proyecto impulsado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Para la realización de dicho estudio se consideraron el conjunto de trabajos -tanto de instituciones públicas como privadas- que en los últimos años se han ocupado del tema PyME funcionarios, y especialmente académicos y las opiniones representantes de empresarios, de cámaras empresariales consultados a lo largo del proyecto. Como señalamos anteriormente, la economía argentina está transitando un proceso de profundas transformaciones, las cuales han ampliado la perspectiva de los empresarios, de manera independiente de la actividad que desarrollan. Las nuevas condiciones impusieron un replanteo de la lógica de producción de bienes y servicios, pero más aún, una revisión de múltiples factores, entre los que se destacan los esquemas de financiamiento, las modalidades de cooperación, las cadenas de comercialización y la 166 RECI N°04 inserción en los procesos de globalización y regionalización. La recomposición del funcionamiento de los mecanismos del mercado inciden en la redefinición del vínculo empresa-mercado. Un aspecto central productividad, y generalizado con impactos fue el aumento empresariales y de la sectoriales cualitativamente distintos. Este proceso abarcó a la actividad agropecuaria, de comercio, construcción, servicios, y en particular al sector industrial. En forma estilizada, se pueden observar para el conjunto de la industria dos grandes grupos diferenciados. El primero, caracterizado por reestructuraciones "ofensivas", con subas de la productividad que le permitieron a las empresas alcanzar los mejores niveles internacionales. Son alrededor de 400 establecimientos, que representan aproximadamente el 40% del producto industrial. manufacturero, e Están inciden difundidos fuertemente por en todo el el tejido proceso de concentración de los mercados que caracteriza a la dinámica de la producción industrial. Los ejemplos más representativos son las grandes plantas de insumos básicos (acero, aluminio, refinerías de petróleo, petroquímica, etc.), la industria alimenticia, algunas plantas metalmecánicas y del complejo automotor y varias firmas que se expandieron en los mercados de consumo masivo recientemente. El segundo grupo está caracterizado también por un notable incremento de la productividad si su punto de comparación es su propio pasado. En cambio, si la comparación es con los mejores niveles internacionales, la brecha es aún muy grande. Su supervivencia en los mercados se basa en lo que pueden llamarse estrategias "defensivas". Aquí está ubicada la mayor parte de las empresas y del empleo. Estas firmas mejoraron su desempeño a partir 167 WWW.GEIC.COM.AR de cambios organizacionales, inversiones selectivas y puntuales y una notable reducción en los requerimientos de empleo por unidad de producto. Sin embargo, operan en plantas con equipamientos básicos de varias décadas de antigüedad. Aún no han superado sus problemas de escala (menor al 10% de la escala óptima) y de especialización (escaso desarrollo de subcontratistas y proveedores especializados). Un aspecto central de las nuevas condiciones generadas por la apertura de la economía ha sido la imposibilidad de trasladar vía precios los incrementos de costos, dada la existencia de la competencia con los productos vía importación. Este factor determinó una búsqueda permanente de reducir los costos medios, dado el mayor incremento de los precios de los bienes y servicios no transables. Simultáneamente, la estabilidad de precios generó un aumento notable en los requerimientos de financiamiento de las empresas. El crédito comercial fue recreado, el volumen de ventas se incrementó notablemente y ambos elementos determinaron un aumento significativo del endeudamiento y de la exposición financiera de las firmas. Estas nuevas condiciones determinaron un delicado equilibrio para estas empresas. Sus precios crecen más lentamente que el promedio, las tasas de ganancia se reducen, se incrementa el endeudamiento, dependen de mantener el nivel de actividad y tienen fuertes límites para aumentar su productividad, en la medida que reposicionamiento no de efectúen las reestructuraciones empresas, a partir ofensivas. de El decisiones estratégicas, es el factor clave para superar los desafíos que enfrentan actualmente. En particular, para las PyMEs este desafío tiene rasgos específicos. 168 RECI N°04 Ampliando lo que apuntábamos más arriba, hay consenso en que los rasgos predominantes de las PyMEs argentinas antes del proceso de apertura eran la centralización de la gestión en la figura del dueño, la inserción externa poco significativa, el predominio de estrategias defensivas, el amplio mix de producción, la escasa especialización productiva, la reducida cooperación con otras firmas, la escasa relevancia de las actividades de innovación y el reducido nivel de inversión. Estas características, a las que se adicionan la existencia de información incompleta y de mercados imperfectos, condicionan las respuestas que pueden implementar frente a las reformas estructurales. Asimismo, otro rasgo particular está dado por la dificultad de acceso que tienen las PyMEs a los instrumentos de apoyo. Como ya señalamos, desde el comienzo de la década del '90 el conjunto de las firmas - en particular las PyMEs - están expuestas a cambios estructurales y a procesos de globalización y de integración que aumentan la presión competitiva y presionan a las firmas a encarar un cambio estructural, que va más allá de un reajuste en la trayectoria evolutiva recorrida previamente. Esto implica que para un número importante de firmas, las ventajas sobre las que construyeron su capacidad competitiva en el pasado han dejado de existir. La dificultad transformación de definir económico una estrategia abarca al en el conjunto proceso de de PyMEs, independiente de su especialización en actividades agropecuarias, industriales y de servicios. Los cambios tecnológicos y organizacionales recientes están difundiéndose por todo el tejido productivo. La gestión del cambio de las empresas se da simultáneamente con una creciente concentración y segmentación 169 WWW.GEIC.COM.AR de los mercados, que replantea el tamaño mínimo de las unidades productivas y la identificación de una mayor diferenciación en la producción de bienes y servicios. El nuevo "ambiente económico" ha aumentado la incertidumbre de las firmas y la cantidad y calidad de la información que deben procesar. Debido a las diferencias existentes en sus capacidades y a los senderos madurativos previos las firmas decodifican de diferente forma la mayor incertidumbre del ambiente. La mayor heterogeneidad de las respuestas se traduce en una amplia variedad de estrategias competitivas: la inserción externa, la cooperación empresarial y la mayor importancia asignada a los procesos de innovación. Se pueden identificar grupos de firmas con características y demandas específicas propias. Una estilización de los mismos permite diferenciar i) un grupo minoritario de firmas de elevado posicionamiento competitivo (5% del total) que exhibe rasgos de excelencia productiva y comercial y que tiene perspectivas favorables para adaptarse a las nuevas reglas del juego; ii) un grupo numeroso de PyMEs (30% del total) que tiene un reducido posicionamiento competitivo y escasas posibilidades de sobrevivir en el nuevo escenario y iii) la mayor parte de las PyMEs, de "conductas estratégicas defensivas" que enfrentan un desafío refundacional. En ese marco, las políticas públicas que han proliferado en la primera parte de los '90 se caracterizan por un fuerte desencuentro con las demandas específicas de las firmas y presentan importantes problemas de instrumentación y coordinación, requiriendo la presencia de "agentes traductores" que conecten ambos espacios. 170 RECI N°04 En función de este escenario, se han identificado cuatro objetivos estratégicos generales. Estos objetivos no son independientes y actúan de forma simultánea. Su identificación está orientada a promover un mejor ambiente de negocios, la eliminación de distorsiones y obstáculos para el desarrollo de las fuerzas competitivas del mercado, el impulso de condiciones más favorables para el aumento de la competitividad y cooperación de las empresas y el fortalecimiento de la tendencia hacia una mayor internacionalización de las firmas: Fortalecer las cadenas de valor agregado. Desarrollar capacidades tecnoproductivas para la internacionalizacion. Potenciar el tramado de PyMEs en un nuevo clima competitivo. Propender a un creciente equilibrio territorial. Fortalecer las cadenas de valor agregado implica, entre otros factores, la transición a la producción de bienes y servicios más diferenciados, generados esencialmente a partir de criterios de calidad. La asociatividad, la cooperación, el desarrollo de proveedores y subcontratistas especializados y el incentivo a la creación de nuevos empresarios, juegan un rol central en la conformación de estas nuevas redes productivas, que tienden a romper con los falsos dilemas de la empresa grande vs. la PyME y del sector agropecuario vs. industria vs. los servicios. Este camino requiere de un uso intensivo de la calificación de recursos humanos y del fortalecimiento del sistema innovativo nacional, tendiendo al doble proceso de modernización tecnológica y creación de nuevos 171 WWW.GEIC.COM.AR puestos de trabajo, basados en un nuevo clima competitivo y en la extensión del mercado. Desarrollar capacidades tecnoproductivas para la internacionalización es el único camino, en el necesario proceso de apertura económica, para maximizar los beneficios sociales a partir de una integración activa en el proceso de regionalización y globalización. Esto genera la necesidad de gestionar en forma adecuada el proceso de modernización de la empresa argentina, rescatando los activos tecnoproductivos acumulados en su trayectoria evolutiva y superando sus restricciones para operar en un nuevo clima de competencia internacional. Exponerse a la competencia de productos importados e incrementar la presencia en los mercados externos replantean las estrategias de las firmas, imponiendo nuevos criterios en los procesos de inversión, de innovación tecnológica, en el aprovisionamiento doméstico e internacional de bienes y servicios, etc. Potenciar el tramado de PyMEs en un nuevo clima competitivo posibilitará el desarrollo de capacidades y la mayor integración de las PyMEs al tejido productivo a partir de su participación en redes de firmas, de una activa vinculación con las firmas grandes y del desarrollo de estrategias de cooperación empresarial. A su vez, permitirá una mejor decodificación de las señales del mercado, de fundamental importancia para que las PyMEs desplieguen nuevas estrategias competitivas que innovativos y su posibiliten apunten inserción a generar activa en la desarrollos corriente internacional de bienes. De este modo se tenderá a aumentar el número de PyMEs con posibilidades de adaptarse a las nuevas reglas del juego, mediante el logro de una mayor especialización, del 172 RECI N°04 aumento de las escalas en las que operan, de la implementación de normas internacionales de calidad, del desarrollo creciente equilibrio territorial de la subcontratación, etc. Propender a un a través del fortalecimiento de las articulaciones de las PyMEs con firmas e instituciones públicas y privadas locales permitirá generar sinergias y potenciar la capacidad de acumulación a nivel regional. A través del desarrollo de "networks" adecuados entre los agentes e instituciones a nivel local se podrán reducir los elevados costos de transacción derivados espacialmente de concentrado, un patrón de avanzando en industrialización una adecuada descentralización de las acciones públicas y privadas de política. Estos cuatro objetivos estratégicos son el punto de articulación del conjunto de propuestas y líneas de acción en una perspectiva de desarrollo de los factores competitivos para una estrategia de desarrollo empresarial. Las experiencias internacionales de mejor desempeño demuestran que serán más efectivos aquellos esfuerzos que tengan metas definidas en el mediano plazo, con actividades que aprovechen las interfases de acciones sistémicas y las sinergias resultantes de mejores condiciones competitivas de los mercados, intervenciones evaluadas en función del beneficio social e instituciones públicas y privadas que desarrollen rutinas para mejorar la gestión de cambio de las firmas. Es indudable que la estabilización y el fuerte crecimiento experimentado por la economía argentina en los últimos años han generado una cantidad de efectos positivos. La preservación del equilibrio fiscal y la apertura a los flujos internacionales de comercio, capitales y tecnología aparecen como una condición necesaria en 173 WWW.GEIC.COM.AR cualquier escenario a futuro. Sin embargo, la persistencia de tensiones que pueden afectar la continuidad del actual modelo macroeconómico muchas veces impide discutir el largo plazo, en otras palabras, todavía no existe un consenso respecto de cuál debe ser el estilo de desarrollo para la Argentina. El país ha expandido su frontera de recursos naturales, tanto agropecuarios como mineros. Asimismo, ha recibido significativos flujos de inversión extranjera directa (IED). Las privatizaciones de empresas públicas han permitido mejoras cuantitativas y cualitativas en servicios públicos como telecomunicaciones, energía eléctrica, provisión de gas natural, etc. Finalmente, algunos de los conglomerados económicos de capital nacional que han salido fortalecidos del proceso de reestructuración de la economía local han profundizado o iniciado procesos de internacionalización productiva. El desafío pasa por generar condiciones para mejorar el entorno competitivo en el cual se mueven los agentes que lideran estas tendencias, haciendo más denso el tejido productivo local e incrementando la "calidad" del proceso de crecimiento. En este sentido, es esencial impulsar reestructuraciones "ofensivas" en el universo PyME, para lo cual es necesario pensar, por ejemplo, en la posibilidad de las empresas privatizadas -y también de las filiales de ET- para conformar redes de proveedores y subcontratistas especializados o en que el proceso de internacionalización de los grupos económicos locales "arrastre" a las PyMEs que son proveedoras de dichos grupos a nivel doméstico. En igual dirección, hacia el desafío de aumentar la calidad de nuestro patrón de especialización productivo, se incorpora el mejor 174 RECI N°04 aprovechamiento de nuestros recursos naturales. La notable expansión de sus volúmenes físicos de producción constituye una de las características más salientes de las transformaciones estructurales en curso en la economía. Hay temores por la vuelta de los ”malditos recursos naturales” y la generación de una “nueva enfermedad holandesa”. Consideramos que esa sería una inadecuada lectura y que es muy positivo contar con mayores recursos. La posibilidad de utilizar los mismos en cadenas productivas con mayor valor agregado, transitando al mundo de los productos diferenciados –con uso intensivo de mano de obra calificada y de alta densidad tecnológica -, es una alternativa que permitiría superar las dificultades asociadas a economías exageradamente primarizadas. Nuevamente, el desarrollo de un entorno más competitivo y denso de pequeñas y medianas empresas, es la condición necesaria para avanzar en este camino. En este escenario, las políticas públicas, con instrumentos distintos a los empleados en el pasado, deben jugar un rol central como catalizadoras de los procesos de transformación, generando un marco institucional favorable al desarrollo de esfuerzos productivos y tecnológicos, apuntando a la resolución de las numerosas fallas de mercado todavía existentes y mejorando las posibilidades de coordinación de los objetivos y estrategias de los agentes privados. La tarea de construir el mercado, a partir de igualar las oportunidades, mejorar las capacidades, desarrollar las instituciones y replantear el papel de la “empresa” en el sistema económico, permitiría crear un nuevo entorno para fortalecer el tejido PYME en la argentina. 175 WWW.GEIC.COM.AR Bibliografía Acs, Z. y D. Audretsch (1988), “Innovation in large and small firms: an empirical analysis”, American Economic Review, Vol. 78, N° 4, Septiembre. Acs, Z. y D. 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Stiglitz, “Caída Libre: El libre mercado y el hundimiento de la economía mundial”, Editorial Taurus, Madrid 2010, 432 páginas. Joseph E. Stiglitz fue Premio Nobel de Economía en 2001. Actualmente es catedrático de economía en la universidad de Columbia y ha ejercido en cargo de Vicepresidente Senior y Jefe de Economistas del Banco Mundial. Entre sus publicaciones figuran best selles tales como: El malestar en la globalización (Taurus, 2002), Como hacer que funcione la globalización (Taurus, 2006), etc. Además escribe asiduamente en revistas y blogs de economía online. Es reconocido por sus estudios críticos sobre la globalización, sus instituciones y la economía mundial en general. El libro se propone por un lado relatar la secuencia y los pormenores del surgimiento de la crisis que se dio en llamar “Gran Recesión”, tanto lo sucedido en Wall Street como en Washington y en los bancos comerciales y de inversión. Y por otro demostrar como las acciones emprendidas para contrarrestarla han sido deficientes e insuficientes y han permitido el contagio de la misma a todo el planeta. Finalmente Stiglitz se dedica a realizar recomendaciones y previsiones sobre lo que pasará a futuro y lo que se tendrá que hacer para volver a encaminar a la economía tanto estadounidense como mundial hacia un sendero de crecimiento sostenido y sustentable. Licenciado en Comercio Internacional (UNQui), Maestrando en Relaciones Económicas Internacionales (UBA) 1 187 WWW.GEIC.COM.AR Durante los primeros 2 capítulos (“La gestación de una crisis” y “La Caída libre y sus repercusiones”) el autor plantea cuales fueron los causantes de la burbuja inmobiliaria y de su estallido. Hace hincapié principalmente en el proceso de desregulación que la economía global y particularmente la estadounidense ha estado encarando desde hace décadas, con mayores progresos y logros en el ámbito de las finanzas. En los Estados Unidos un paso determinante para la gestación de la situación actual ha sido la abolición de la prohibición a los bancos comerciales a actuar también como bancos de inversión. Al poder una misma institución actuar por un lado como receptora de depósitos y otorgadora de préstamos y por otro como gestora de fondos de inversión, se producía una fuerte contradicción de intereses entre las dos ramas de negocios de estas nuevas mega instituciones. En los siguientes capítulos, Stiglitz argumenta que el crecimiento de los Estados Unidos en las últimas décadas ha estado impulsado casi en su totalidad por el consumo, y este ha ido creciendo año a año gracias a la amplia disponibilidad de créditos y su fácil acceso. El boom del crédito al consumo se amplió hacia otros sectores como los préstamos a estudiantes, pero principalmente hacia el inmobiliario. Particularmente, “…sin la burbuja inmobiliaria basada en los bajos tipos de interés, y sin el auge del consumo sostenido por la burbuja inmobiliaria, la economía estadounidense se habría debilitado.”(Stiglitz 2010:35) La performance de la economía estadounidense en los años previos al estallido de la crisis se basó en “…una borrachera de consumo financiada mediante el endeudamiento y apoyada en una burbuja de la vivienda. La gente podía vivir por encima de su renta porque 188 RECI N°04 creía que los precios de las viviendas seguirían subiendo eternamente.”(Stiglitz 2010:90) La concesión de créditos hipotecarios se salió de control, quienes los otorgaban cobraban comisiones por cada crédito, los bancos que los gestionaban se dedicaron a crear paquetes de hipotecas, dividirlos en tramos y vender activos respaldados en tales hipotecas, las calificadoras cobraban comisiones por dar las más altas calificaciones a dichos activos. Claramente los incentivos impulsaron a todos los agentes a otorgar la mayor cantidad de créditos posibles y venderlos a inversores lo antes posible. Pero tal situación mucho tiempo no podía durar. “Habíamos estado canalizando demasiado dinero hacia la propiedad inmobiliaria, demasiado dinero para personas que no podrían devolverlo. Se suponía que el sector financiero tenía que garantizar que los fondos fueran allí donde la rentabilidad para la sociedad fuese más alta. Había fracasado a todas luces.”(Stiglitz 2010:69). Según Stiglitz, “Sin una visión de futuro ni una comprensión de los fracasos del pasado, la reacción de la administración fue vacilante.”(p. 69) Los inmensos paquetes de ayuda financiera e inyección de liquidez y los débiles esfuerzos regulatorios y de control más que buscar reparar o reformar el sistema económico vigente fracasado, tendieron a reforzarlo. “…el dinero público que fluía hacia los grandes bancos que estaban en el centro de los fracasos en realidad reforzó la parte del sistema que se había metido en problemas en repetidas ocasiones.” (Ídem p.69). En los capítulos finales el autor establece como deberá afrontarse la reforma de la economía estadounidense y del sistema financiero global para evitar que la actual crisis empeore o que surjan nuevas crisis de similares características en el futuro. Particularmente en los 189 WWW.GEIC.COM.AR Estados Unidos la respuesta a la crisis “debería haberse concentrado menos en fomentar el gasto en consumo, cuando lo que se necesitaba para un crecimiento a largo plazo era más inversión.” (Stiglitz 2010:106). A nivel global se necesitará tanto urgentes cambios en la reglamentación local e internacional, incluido una modificación del rol que juegan los gobiernos en las principales economías, como adaptaciones de las culturas y pautas sociales de las diversas sociedades a las nuevas realidades socioeconómicas del esquema mundial que emergerá luego de la crisis (Stiglitz hace hincapié en la necesidad de modificar la cultura del individualismo y egoísmo puros promulgada por los Estados Unidos). Particularmente el autor hace foco en la derivación de la producción hacia los países asiáticos y la especialización estadounidense en servicios y actividades de investigación y desarrollo tecnológicos. “Hay tres desafíos que afrontan Estados Unidos y el mundo: el restablecimiento de una demanda agregada sostenible, suficientemente fuerte como para garantizar el pleno empleo mundial; la reconstrucción del sistema financiero para que desempeñe las funciones que se supone que tiene que cumplir un sistema financiero, en lugar de la irresponsable asunción de riesgos que se emprendió antes de la crisis y la reestructuración de las economías de estados unidos y de otros países del mundo (para que reflejen, por ejemplo, los cambios en las ventajas comparativas globales y los cambios en la tecnología).” (Stiglitz 2010:112) Además, Stiglitz habla sobre la necesidad de que el dólar deje de jugar el papel de moneda de reserva internacional por su cuenta, menciona incluso el intento de China de incrementar el rol que los DEGs (Derechos Especiales de Giro) juegan a nivel internacional. Y 190 RECI N°04 también hace hincapié sobre las modificaciones que deben hacerse al esquema institucional internacional para que refleje mejor los intereses de las economías emergentes, estableciendo las pautas de un nuevo esquema del multilateralismo que traiga mayor estabilidad a la economía mundial. En resumen, el libro cumple con su meta de relatar el surgimiento de la crisis desde el interior del mercado financiero y la sociedad estadounidense, dando el autor sus juicios sobre lo sucedido y sobre la actuación de los diversos estados nacionales para contrarrestar la crisis. Luego demuestra con claridad cuales el autor cree serán los lineamientos que deben seguirse para recuperar a la economía estadounidense y la mundial de la debacle y salir fortalecidos con nuevas reglamentaciones e instituciones que impidan que una crisis de tal magnitud vuelva a ocurrir. 191 WWW.GEIC.COM.AR 192 RECI N°04 Publicar en la Revista de Economía y Comercio Internacional El Área de Economía Internacional del Grupo de Estudios Internacionales Contemporáneos invita a profesionales, académicos y estudiantes a realizar su aporte intelectual a la revista, mediante la confección de trabajos y documentos de investigación. La revista contempla cinco tipos de trabajos a disposición de los autores: Artículos de Opinión: Exposición o argumentación que manifiesta la interpretación o mirada del autor de manera crítica y fundada. Debe ofrecer valoraciones, puntos de vista y análisis sobre diversos aspectos de la realidad económica internacional, evitando el uso de expresiones peyorativas y elogios desmedidos. Este es un espacio que no está sujeto a ninguna ideología por lo que es de libre desarrollo. La extensión de un AO no deberá superar las 1.500 palabras. Artículos de Investigación: Estudios de tipo explicativos, descriptivos o exploratorios, que responden a una problemática concreta en relación a alguna de las temáticas propuestas por la revista. Los AI deben estructurarse en introducción, contenido y conclusión. Los datos a utilizar pueden ser cualitativos y/o cuantitativos, obtenidos tanto de fuentes primarias como secundarias. La extensión de los AI deberá ser entre 5000 y 7000 palabras. Reseñas Bibliográficas: Informe acerca del contenido o características de un libro o publicación, esta modalidad está orientada a facilitar el acceso a textos especializados a través de un análisis crítico y comprensivo. No deberán superar las 1500 palabras. 193 WWW.GEIC.COM.AR Extracto de Tesis: Versión acotada de un trabajo final de grado o posgrado de las carreras afines a los temas de la revista. El objetivo de este espacio es dar a conocer investigaciones de largo plazo que aporten al progreso de las ciencias económicas y sociales. La extensión de los extractos no deberá superar las 1500 palabras. Requisitos Todos los trabajos deberán utilizar el sistema de citado Harvard, tanto en el texto, como en las referencias bibliográficas. Los trabajos deberán ser enviados en formato Word, hoja A4, letra Tahoma tamaño 11. Los Artículos de Investigación deberán estar acompañados de un abstract o resumen de no más de 300 palabras. En todos los casos, para la utilización de cuadros y gráficos, se deberán incluir los títulos correspondientes, notas explicativas y la fuente de donde han sido obtenido los datos. Recomendaciones de Estilo: Los títulos no deben ser innecesariamente largos y se recomienda originalidad en su formulación. La redacción del trabajo debe ser en modo impersonal, en tercera persona del singular. Se deben evitar los juicios de valor a título personal, así como también expresiones peyorativas y elogios desmedidos. 194 RECI N°04 Se recomienda que los contenidos sean expuestos de manera clara y concisa, a los fines de facilitar la lectura y la comprensión del texto. Es importante hacer un uso correcto del lenguaje para evitar palabras ambiguas, vagas, abreviaturas o expresiones coloquiales. Se recomienda evitar el uso excesivo de siglas y abreviaturas, en caso de que sea indispensable, incluir la denominación completa la primera vez que se mencione en el texto. Para su publicación, los trabajos deberán ser enviados a la dirección de correo electrónico: [email protected], indicando en el asunto “RECI Nº05” y el tipo de trabajo enviado. . La Dirección del Grupo de Estudios Internacionales Contemporáneos se reserva el derecho de realizar los cambios editoriales necesarios en los artículos para su publicación impresa y electrónica. 195
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