Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’OSSERVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL EN LENGUA ESPAÑOLA Unicuique suum Año XLVI, número 44 (2.388) Non praevalebunt Ciudad del Vaticano 31 de octubre de 2014 A la Asociación internacional de derecho penal La cadena perpetua es una pena de muerte oculta En el Ángelus del domingo 26 el Pontífice recuerda que la medida de la fe es el amor Dos rostros en uno «El amor es la medida de la fe». Lo recordó el Papa Francisco en el Ángelus del domingo 26 de octubre en la plaza de San Pedro. Y explicó que Jesús «nos entrega dos rostros, es más, un solo rostro, el de Dios que se refleja en el rostro de cada hermano, especialmente en el más pequeño, frágil, indefenso y necesitado». Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! El Evangelio de hoy nos recuerda que toda la Ley divina se resume en el amor a Dios y al prójimo. El evangelista Mateo relata que algunos fariseos se pusieron de acuerdo para poner a prueba a Jesús (cf. 22, 34-35). Uno de ellos, un doctor de la ley, le hizo esta pregunta: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?» (v. 36). Jesús, citando el libro del Deuteronomio, le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este mandamiento es el principal y primero» (vv. 37-38). Y hubiese podido detenerse aquí. En cambio, Jesús añadió algo que no le había preguntado el doctor de la ley. Dijo: «El segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (v. 39). Tampoco este segundo mandamiento Jesús lo inventa, sino que lo toma del libro del Levítico. Su novedad consiste precisamente en poner juntos estos dos mandamientos —el amor a Dios y el amor al prójimo— revelando que ellos son inseparables y complementarios, son las dos caras de una misma medalla. No se puede amar a Dios sin amar al prójimo y no se puede amar al prójimo sin amar a Dios. El Papa Benedicto nos dejó un bellísimo comentario al respecto en su primera encíclica Deus caritas est, (nn. 16-18). En efecto, el signo visible que el cristiano puede mostrar para testimoniar al mundo y a los demás, a su familia, el amor de Dios es el amor a los hermanos. El mandamiento del amor a Dios y al prójimo es el primero no porque está en la cima de la lista de los mandamientos. Jesús no lo puso en el vértice, sino en el centro, porque es el corazón desde el cual todo debe partir y al cual todo debe regresar y hacer referencia. Ya en el Antiguo Testamento la exigencia de ser santos, a imagen de Dios que es santo, comprendía también el deber de hacerse cargo de las personas más débiles, como el extranjero, el huérfano, la viuda (cf. Ex 22, 20-26). Jesús conduce hacia su realización esta ley de alianza, Él que une en sí mismo, en su carne, la divinidad y la humanidad, en un único misterio de amor. Ahora, a la luz de esta palabra de Jesús, el amor es la medida de la fe, y la fe es el alma del amor. Ya no podemos separar la vida religiosa, la vida de piedad del servicio a los hermanos, a aquellos hermanos concretos que encontramos. No podemos ya dividir la oración, el encuentro con Dios en los Sacramentos, de la escucha del otro, de la proximidad a su vida, especialmente a sus heridas. Recordad esto: el amor es la medida de la fe. ¿Cuánto amas tú? Y cada uno se da la respuesta. ¿Cómo es tu fe? Mi fe es como yo amo. Y la fe es el alma del amor. SIGUE EN LA PÁGINA 10 Misa del Papa en San Pedro el 12 de diciembre en honor de la Virgen de Guadalupe Con los brazos abiertos PÁGINA 2 Promover una justicia que respete la dignidad y los derechos de la persona humana, sin discriminaciones. Esta es la misión de los juristas que el Papa Francisco reafirmó al recibir en audiencia, el jueves 23 de octubre, por la mañana, a una delegación de la asociación internacional de derecho penal. Pena de muerte, cadena perpetua, tortura y corrupción son sólo algunos de los temas que afrontó en un largo y claro discurso que se relaciona con la carta escrita en junio pasado al XIX congreso internacional de dicha asociación. Tras dos premisas referidas a la incitación a la venganza y el populismo penal cada vez más presente en nuestras sociedades, el Pontífice denunció el doble debilitamiento del debate sobre la pena capital y sobre la sustitución de la cárcel con sanciones alternativas, y reiteró el primado de la vida y la dignidad de la persona humana afirmando que «es imposible imaginar que hoy los Estados no puedan disponer de otro medio que no sea la pena capital para defender la vida de otras personas del agresor injusto». Por eso exhortó «a todos los cristianos y a los hombres de buena voluntad a luchar por la abolición de la pena de muerte, en todas sus formas» y «mejorar las condiciones carcelarias». Al respecto definió «la cadena perpetua como una pena de muerte oculta», condenando las «deplorables condiciones de detención que se verifican en diversas partes del planeta». Por último el Pontífice trató algunas formas específicas de criminalidad, entre estas la trata de personas y el delito de corrupción, definido «un mal más grande que el pecado». PÁGINAS 8 Y 9 Encuentro con los Movimientos populares Tierra, casa y trabajo derechos para todos El martes 28 de octubre, por la mañana, el Papa Francisco recibió en el Vaticano a los participantes en el encuentro mundial de los movimientos populares promovido por el Consejo pontificio Justicia y paz y por la Academia pontificia de ciencias sociales. En su discurso dijo que tierra, casa y trabajo son «derechos sagrados». Y quienes luchan por su defensa deben ser respetados y escuchados, no «domesticados» con «estrategias de contención» y «supuestas obras altruistas» detrás de las cuales se esconden «negocios y ambiciones personales». PÁGINAS 3 Y 4 L’OSSERVATORE ROMANO página 2 viernes 31 de octubre de 2014, número 44 El 12 de diciembre misa del Pontífice en San Pedro en honor de la Virgen de Guadalupe Con los brazos abiertos El 12 de diciembre próximo, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, el Papa Francisco presidirá la concelebración eucarística en la basílica de San Pedro en honor de la patrona de América Latina, confiando a su intercesión la evangelización y la promoción humana de los pueblos del continente, para los cuales invocará paz, justicia y unidad. Lo dio a conocer un comunicado de la Comisión pontificia para América Latina, destacando que ese día la oración mariana unirá el centro de la catolicidad con la basílica santuario en la Ciudad de México y todos los lugares que, desde Alaska hasta Tierra del Fuego, están unidos por la devoción a la Virgen de Guadalupe. La misa, que iniciará a las 18, estará precedida, a partir de las 16.45, por el ingreso en la basílica de las banderas de todos los países del continente, por el homenaje a la imagen de la Patrona, el sucesivo rezo del «rosario guadalupano» y por una oración de Adviento acompañada por cánticos de la tradición popular latinoamericana. La celebración será acompañada por los cantos de la Misa criolla del compositor argentino Ariel Ramírez, cuya ejecución estará bajo la dirección de su hijo, Facundo Ramírez, y su grupo musical argentino, con Patricia Sosa como invitada y la colaboración del coro romano «Musica Nuova». Es significativo que hace precisamente cincuenta años Ariel Ramírez presentó a Pablo VI su obra recién compuesta. La presencia de este prestigioso grupo musical ha sido posible gracias a la colaboración de la presidencia argentina. También Benedicto XVI conmemoró esta solemnidad litúrgica en 2011 con la celebración eucarística en la basílica vaticana. Por su parte, el Papa Francisco ha siempre mostrado una muy profunda devoción por Nuestra Señora de Guadalupe. Le envió su «saludo de hijo» por medio de los obispos mexicanos en visita ad limina, el pasado mes de mayo, y les pidió que la custodiaran como su más «precioso tesoro». Y en la víspera de la fiesta en 2013 destacó que esa «mujer mestiza» que apareció a san Juan Diego, con vestidos «llenos En el mes de noviembre Calendario de las celebraciones del Papa SÁBAD O 1 SOLEMNIDAD DE TOD OS LOS SANTOS Santa misa en el Cementerio del Verano, a las 16.00. D OMINGO 2 CONMEMORACIÓN DE TOD OS LOS FIELES DIFUNTOS Momento de oración por los Sumos Pontífices difuntos en la cripta vaticana, a las 18.00. LUNES 3 Santa misa en sufragio de los cardenales y obispos fallecidos durante el año, en el altar de la Cátedra de la basílica Vaticana, a las 11.30. D OMINGO 23 SOLEMNIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO Santa misa en la plaza de San Pedro a las 10.30; y canonización de los beatos: — Juan Antonio Farina — Kuriakose Elías Chavara de la Sagrada Familia — Ludovico de Casoria — Nicolás de Longobardi — Eufrasia Eluvathingal del Sagrado Corazón — Amado Ronconi VIERNES 28 - D OMINGO 30 Viaje apostólico a Turquía. L’OSSERVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt 00120 Ciudad del Vaticano [email protected] http://www.osservatoreromano.va TIPO GRAFIA VATICANA EDITRICE «L’OSSERVATORE ROMANO» GIOVANNI MARIA VIAN director Carlo Di Cicco subdirector Marta Lago redactor jefe de la edición don Sergio Pellini S.D.B. director general de símbolos de la cultura indígena», era la Virgen María, quien «se hace cercana a sus hijos, acompaña como madre solícita su camino, comparte las alegría y las esperanzas, los sufrimientos y las angustias del pueblo de Dios, del que están llamados a formar parte todos los pueblos de la tierra». El Papa Francisco prosiguió recordando que la aparición «fue un signo profético de un abrazo, el abrazo de María a todos los habitantes de las vastas tierras americanas, a los que ya estaban allí y a los que llegarían después. Este abrazo de María señaló el camino que siempre ha caracterizado a América: ser una tierra donde puedan convivir pueblos diferentes, una tierra capaz de respetar la vida humana en todas sus fases, desde el seno hasta la vejez, capaz de acoger a los inmigrantes, así como a los pueblos y a los pobres y marginados de todas las épocas. América es una tierra generosa». Por eso el Papa animaba «a todos los habitantes del continente americano a tener los brazos abiertos como la Virgen María, con amor y ternura». Se recuerda, por último, que con ocasión de la peregrinación que tuvo lugar en la basílica santuario de Guadalupe del 9 al 12 de noviembre de 2013, con la presencia de más de 90 obispos de todo el continente y centenares de otros participantes, el Papa Francisco envió un ramillete de rosas de oro a la Patrona, que fue depositado a los pies de su sagrada imagen. Al día siguiente de la misa del 12 de diciembre tendrá lugar un «evento guadalupano» organizado por la Comisión pontificia para América Latina en el auditorio del «Augustinianum», para conocer más a fondo el acontecimiento de las apariciones y el significado del mensaje de Nuestra Señora de Guadalupe en la Redacción via del Pellegrino, 00120 Ciudad del Vaticano teléfono 39 06 698 99410 Servicio fotográfico [email protected] Publicidad: Il Sole 24 Ore S.p.A. System Comunicazione Pubblicitaria Via Monte Rosa 91, 20149 Milano [email protected] génesis de los pueblos americanos y ante los desafíos de la actualidad. El encuentro, en el que se sucederán un video, cantos, conferencias, diálogos y oraciones, estará a cargo del padre Eduardo Chávez, director del Instituto superior de estudios guadalupanos. Se espera una nutrida participación de superiores y oficiales de dicasterios de la Curia romana, de delegados de Gobiernos y miembros del Cuerpo diplomático de los diversos países del continente, de sacerdotes, religiosos y religiosas latinoamericanos que prestan servicio o realizan sus estudios en Roma, así como de los inmigrantes que residen en Roma por razones familiares y laborales. La participación en la misa no está reservada sólo a los latinoamericanos, sino que está abierta a los romanos y peregrinos. Los billetes de entrada se podrán solicitar, con anticipación, a la Prefectura de la Casa pontificia. La celebración presidida por el Papa Francisco será transmitida en numerosos países de todo el continente. Ritmos de la pampa La Misa criolla es una síntesis de música sacra, popular y folklórica: se remonta al año 1963, y su grabación en 1964, cuando el compositor argentino Ariel Ramírez, fascinado por la música criolla, trató de conciliar el sentimiento religioso con el folklore y comunicar la alegría de rezar de una cultura específica sin caer en lo exótico «dando a cada secuencia un elemento de originalidad». Esta labor contó con la colaboración, en la traducción de los textos, de los sacerdotes Osvaldo Catena, Alejandro Mayol y Jesús Gabriel Segade. En la Misa criolla participan solistas, coro y orquesta, y se caracteriza por instrumentos típicos de la tradición popular latinoamericana. En el Kyrie de apertura se utilizan los ritmos criollos de la vidala y de la baguala; la vivacidad del carnavalito se usa para expresar la alegría del Gloria, introducido por un solo de charango que abre el camino a un movimiento cautivador. En el Credo la línea melódica, que se apoya en el popular ritmo andino de la chacarera trunca, asume un carácter más dramático. Para el Sanctus se recurre, en cambio, a los ritmos bolivianos del Carnaval de Cochabamba, antes de volver a la pampa argentina para el Agnus Dei final. Tarifas de suscripción: Italia - Vaticano: € 58.00; Europa (España + IVA): € 100.00 - $ 148.00; América Latina, África, Asia: € 110.00 - $ 160.00; América del Norte, Oceanía: € 162.00 - $ 240.00. Administración: 00120 Ciudad del Vaticano, teléfono + 39 06 698 99 480, fax + 39 06 698 85 164, e-mail: [email protected]. En México: Arquidiócesis primada de México. Dirección de Comunicación Social. San Juan de Dios, 222-C. Col. Villa Lázaro Cárdenas. CP 14370. Del. Tlalpan. México, D.F.; teléfono + 52 55 5594 11 25, + 52 55 5518 40 99; e-mail: [email protected], [email protected]. En Argentina: Arzobispado de Mercedes-Luján; calle 24, 735, 6600 Mercedes (B), Argentina; teléfono y fax + 2324 428 102/432 412; e-mail: [email protected]. En Perú: Editorial salesiana, Avenida Brasil 220, Lima 5, Perú; teléfono + 51 42 357 82; fax + 51 431 67 82; e-mail: [email protected]. número 44, viernes 31 de octubre de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO página 3 El Papa Francisco con los Movimientos populares Tierra, casa y trabajo derechos para todos El Papa Francisco recibió a los participantes en el encuentro mundial de los movimientos populares promovido por el Consejo pontificio Justicia y paz y por la Pontificia Academia de ciencias sociales. En la audiencia, que tuvo lugar el martes 28 de octubre, por la mañana, en el aula vieja del Sínodo en el Vaticano, estuvieron presentes, entre otros, el obispo Sánchez Sorondo, algunos prelados y cerca de 150 personas provenientes de 80 países en representación de los cinco continentes. Al inicio, el cardenal Turkson, presidente de Iustitia et pax, dirigió un breve saludo al Pontífice, destacando que el encuentro tiene el fin «de consolidar la red de las organizaciones populares, favorecer el conocimiento mutuo y promover la colaboración entre ellas y las Iglesias locales» para la promoción y la tutela «de la dignidad y de los derechos de la persona humana». Publicamos el discurso que el Pontífice pronunció en español. Buenos días de nuevo, estoy contento de estar entre ustedes, además les digo una confidencia, es la primera vez que bajo acá, nunca había venido. Como les decía, tengo mucha alegría y les doy una calurosa bienvenida. Gracias por haber aceptado esta invitación para debatir tantos graves problemas sociales que aquejan al mundo hoy, ustedes que sufren en carne propia la desigualdad y la exclusión. Gracias al cardenal Turkson por su acogida. Gracias, Eminencia por su trabajo y sus palabras. Este encuentro de Movimientos Populares es un signo, es un gran signo: vinieron a poner en presencia de Dios, de la Iglesia, de los pueblos, una realidad muchas veces silenciada. ¡Los pobres no sólo padecen la injusticia sino que también luchan contra ella! No se contentan con promesas ilusorias, excusas o coartadas. Tampoco están esperando de brazos cruzados la ayuda de ONG, planes asistenciales o soluciones que nunca llegan o, si llegan, llegan de tal manera que van en una dirección o de anestesiar o de domesticar. Esto es medio peligroso. Ustedes sienten que los pobres ya no esperan y quieren ser protagonistas, se organizan, estudian, trabajan, reclaman y, sobre todo, practican esa solidaridad tan especial que existe entre los que sufren, entre los pobres, y que nuestra civilización parece haber olvidado, o al menos tiene muchas ganas de olvidar. Solidaridad es una palabra que no cae bien siempre, yo diría que algunas veces la hemos transformado en una mala palabra, no se puede decir; pero es una palabra mucho más que algunos actos de generosidad esporádicos. Es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos. También es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del Imperio del dinero: los desplazamientos forzados, las emigraciones dolorosas, la trata de personas, la droga, la guerra, la violencia y todas esas realidades que muchos de ustedes sufren y que todos estamos llamados a transformar. La solidaridad, entendida, en su sentido más hondo, es un modo de hacer historia y eso es lo que hacen los movimientos populares. Este encuentro nuestro no responde a una ideología. Ustedes no tra- bajan con ideas, trabajan con realidades como las que mencioné y muchas otras que me han contado… tienen los pies en el barro y las manos en la carne. ¡Tienen olor a barrio, a pueblo, a lucha! Queremos que se escuche su voz que, en general, se escucha poco. Tal vez porque molesta, tal vez porque su grito incomoda, tal vez porque se tiene miedo al cambio que ustedes reclaman, pero sin su presencia, sin ir realmente a las periferias, las buenas propuestas y proyectos que a menudo escuchamos en las conferencias internacionales se quedan en el reino de la idea, es mi proyecto. No se puede abordar el escándalo de la pobreza promoviendo estrategias de contención que únicamente tranquilicen y conviertan a los pobres en seres domesticados e inofensivos. Qué triste ver cuando detrás de supuestas obras altruistas, se reduce al otro a la pasividad, se lo niega o peor, se esconden negocios y ambiciones personales: Jesús les diría hipócritas. Qué lindo es en cambio cuando vemos en movimiento a Pueblos, sobre todo, a sus miembros más pobres y a los jóvenes. Entonces sí se siente el viento de promesa que aviva la ilusión de un mundo mejor. Que ese viento se transforme en vendaval de esperanza. Ese es mi deseo. Este encuentro nuestro responde a un anhelo muy concreto, algo que cualquier padre, cualquier madre quiere para sus hijos; un anhelo que debería estar al alcance de todos, pe- Mino Cerezo Barredo, «Bienaventuranzas. Se sentó y vinieron a Él» (particular) ro hoy vemos con tristeza cada vez más lejos de la mayoría: tierra, casa y trabajo. Es extraño pero si hablo de esto, para algunos resulta que el Papa es comunista. No se entiende que el amor a los pobres está al centro del Evangelio. Tierra, techo y trabajo, eso por lo que ustedes luchan, son derechos sagrados. Reclamar esto no es nada raro, es la doctrina social de la Iglesia. Voy a detenerme un poco en cada uno de éstos porque ustedes los han elegido como consigna para este encuentro. Tierra. Al inicio de la creación, Dios creó al hombre, custodio de su obra, encargándole que la cultivara y la protegiera. Veo que aquí hay decenas de campesinos y campesinas, y quiero felicitarlos por custodiar la tierra, por cultivarla y por hacerlo en comunidad. Me preocupa la erradicación de tantos hermanos campesinos que sufren el desarraigo, y no por guerras o desastres naturales. El acaparamiento de tierras, la deforestación, la apropiación del agua, los agrotóxicos inadecuados, son algunos de los males que arrancan al hombre de su tierra natal. Esta dolorosa separación, que no es sólo física, sino existencial y espiritual, porque hay una relación con la tierra que está poniendo a la comunidad rural y su peculiar modo de vida en notoria decadencia y hasta en riesgo de extinción. La otra dimensión del proceso ya global es el hambre. Cuando la especulación financiera condiciona el precio de los alimentos tratándolos como a cualquier mercancía, millones de personas sufren y mueren de hambre. Por otra parte se desechan toneladas de alimentos. Esto constituye un verdadero escándalo. El hambre es criminal, la alimentación es un derecho inalienable. Sé que algunos de ustedes reclaman una reforma agraria para solucionar alguno de estos problemas, y déjenme decirles que en ciertos países, y acá cito el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, «la reforma agraria es además de una necesidad política, una obligación moral» (CDSC, 300). No lo digo solo yo, está en el Compendio de la doctrina social de la Iglesia. Por favor, sigan con la lucha por la dignidad de la familia rural, por el agua, por la vida y para que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra. Segundo, Casa. Lo dije y lo repito: una casa para cada familia. Nunca hay que olvidarse que Jesús nació en un establo porque en el hospedaje no había lugar, que su familia tuvo que abandonar su hogar y escapar a Egipto, perseguida por Herodes. Hoy hay tantas familias sin vivienda, o bien porque nunca la han tenido o bien porque la han perdido por diferentes motivos. Familia y vivienda van de la mano. Pero, además, un techo, para que sea hogar, tiene una dimensión comunitaria: y es el barrio… y es precisamente en el barrio donde se empieza a construir esa gran familia de la humanidad, desde lo más inmediato, desde la convivencia con los vecinos. Hoy vivimos en inmensas ciudades que se muestran modernas, orgullosas y hasta vanidosas. Ciudades que ofrecen innumerables placeres y bienestar para una minoría feliz… pero se le niega el techo a miles de vecinos y hermanos nuestros, incluso niños, y se los llama, elegantemente, «personas en situación de calle». Es curioso cómo en el mundo de las injusticias, abundan los eufemismos. No se dicen las palabras con la contundencia y la realidad se busca en el eufemismo. Una persona, una persona segregada, una persona apartada, una persona que está sufriendo la miseria, el hambre, es una persona en situación de calle: palabra elegante ¿no? Ustedes busquen siempre, por ahí me equivoco en alguno, pero en general, detrás de un eufemismo hay un delito. Vivimos en ciudades que construyen torres, centros comerciales, hacen negocios inmobiliarios… pero abandonan a una parte de sí en las márgenes, las periferias. ¡Cuánto duele escuchar que a los asentamientos pobres se los margina o, peor, se los quiere erradicar! Son crueles las imágenes de los desalojos forzosos, de las topadoras derribando casillas, imágenes tan parecidas a las de la guerra. Y esto se ve hoy. Ustedes saben que en las barriadas populares donde muchos de ustedes viven subsisten valores ya olvidados en los centros enriquecidos. Los asentamientos están bendecidos con una rica cultura popular: allí el espacio público no es un mero lugar de tránsito sino una extensión del SIGUE EN LA PÁGINA 4 página 4 VIENE DE LA PÁGINA 3 propio hogar, un lugar donde generar vínculos con los vecinos. Qué hermosas son las ciudades que superan la desconfianza enfermiza e integran a los diferentes y que hacen de esa integración un nuevo factor de desarrollo. Qué lindas son las ciudades que, aun en su diseño arquitectónico, están llenas de espacios que conectan, relacionan, favorecen el reconocimiento del otro. Por eso, ni erradicación ni marginación: Hay que seguir en la línea de la integración urbana. Esta palabra debe desplazar totalmente a la palabra erradicación, desde ya, pero también esos proyectos que pretenden barnizar los barrios pobres, aprolijar las periferias y maquillar las heridas sociales en vez de curarlas promoviendo una integración auténtica y respetuosa. Es una especie de arquitectura de maquillaje ¿no? Y va por ese lado. Sigamos trabajando para que todas las familias tengan una vivienda y para que todos los barrios tengan una infraestructura adecuada (cloacas, luz, gas, asfalto, y sigo: escuelas, hospitales o salas de primeros auxilios, club deportivo y todas las cosas que crean vínculos y que unen, acceso a la salud —lo dije— y a la educación y a la seguridad en la tenencia. Tercero, Trabajo. No existe peor pobreza material —me urge subrayarlo— no existe peor pobreza material, que la que no permite ganarse el pan y priva de la dignidad del trabajo. El desempleo juvenil, la informalidad y la falta de derechos laborales no son inevitables, son resultado de una previa opción social, de un sistema económico que pone los beneficios por encima del hombre, si el beneficio es económico, sobre la humanidad o sobre el hombre, son efectos de una cultura del descarte que considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hoy, al fenómeno de la explotación y de la opresión se le suma una nueva dimensión, un matiz gráfico y duro de la injusticia social; los que no se pueden integrar, los excluidos son desechos, «sobrantes». Esta es la cultura del descarte y sobre esto quisiera ampliar algo que no tengo escrito pero se me ocurre recordarlo ahora. Esto sucede cuando al centro de un sistema económico está el dios dinero y no el hombre, la persona humana. Sí, al centro de todo sistema social o económico tiene que estar la persona, imagen de Dios, creada para que fuera el denominador del universo. Cuando la persona es desplazada y viene el dios dinero sucede esta trastocación de valores. Y, para graficar, recuerdo una enseñanza de alrededor del año 1200. Un rabino judío explicaba a sus feligreses la historia de la torre de babel y entonces contaba cómo, para construir esta torre de babel, había que hacer mucho esfuerzo, había que fabricar los ladrillos, para fabricar los ladrillos había que hacer el barro y traer la paja, y amasar el barro con la paja, después cortarlo en cuadrado, después hacerlo secar, después cocinarlo, y cuando ya estaban cocidos y fríos, subirlos para ir construyendo la torre. L’OSSERVATORE ROMANO El Papa Francisco con los Movimientos populares Si se caía un ladrillo, era muy caro el ladrillo con todo este trabajo, si se caía un ladrillo era casi una tragedia nacional. Al que lo dejaba caer lo castigaban o lo suspendían o no sé lo que le hacían, y si caía un obrero no pasaba nada. Esto es cuando la persona está al servicio del dios dinero y esto lo contaba un rabino judío en el año 1200 explicaba estas cosas horribles. Y respecto al descarte también tenemos que ser un poco atentos a lo que sucede en nuestra sociedad. Estoy repitiendo cosas que he dicho y que están en la Evangelii gaudium. Hoy día, se descartan los chicos porque el nivel de natalidad en muchos países de la tierra ha disminuido o se descartan los chicos por no tener alimentación o porque se les mata antes de nacer, descarte de niños. Se descartan los ancianos, porque, bueno, no sirven, no producen, ni chicos ni ancianos producen, entonces con sistemas más o menos sofisticados se les va abandonando lentamente, y ahora, como es necesario en esta crisis recuperar un cierto equilibrio, estamos asistiendo a un fueron inventando su propio trabajo con todo aquello que parecía no poder dar más de sí mismo… pero ustedes, con su artesanalidad, que les dio Dios… con su búsqueda, con su solidaridad, con su trabajo comunitario, con su economía popular, lo han logrado y lo están logrando…. Y déjenme decírselo, eso además de trabajo, es poesía. Gracias. Desde ya, todo trabajador, esté o no esté en el sistema formal del trabajo asalariado, tiene derecho a una remuneración digna, a la seguridad social y a una cobertura jubilatoria. Aquí hay cartoneros, recicladores, vendedores ambulantes, costureros, artesanos, pescadores, campesinos, constructores, mineros, obreros de empresas recuperadas, todo tipo de cooperativistas y trabajadores de oficios populares que están excluidos de los derechos laborales, que se les niega la posibilidad de sindicalizarse, que no tienen un ingreso adecuado y estable. Hoy quiero unir mi voz a la suya y acompañarlos en su lucha. En este Encuentro, también han hablado de la paz y de ecología. Es tercer descarte muy doloroso, el descarte de los jóvenes. Millones de jóvenes, yo no quiero decir la cifra porque no la sé exactamente y la que leí me parece un poco exagerada, pero millones de jóvenes descartados del trabajo, desocupados. En los países de Europa, y estas si son estadísticas muy claras, acá en Italia, pasó un poquitito del 40% de jóvenes desocupados; ya saben lo que significa 40% de jóvenes, toda una generación, anular a toda una generación para mantener el equilibrio. En otro país de Europa está pasando el 50% y en ese mismo país del 50% en el sur el 60%, son cifras claras, óseas del descarte. Descarte de niños, descarte de ancianos, que no producen, y tenemos que sacrificar una generación de jóvenes, descarte de jóvenes, para poder mantener y reequilibrar un sistema en el cual en el centro está el dios dinero y no la persona humana. Pese a esto, a esta cultura del descarte, a esta cultura de los sobrantes, tantos de ustedes, trabajadores excluidos, sobrantes para este sistema, lógico: no puede haber tierra, no puede haber techo, no puede haber trabajo si no tenemos paz y si destruimos el planeta. Son temas tan importantes que los Pueblos y sus organizaciones de base no pueden dejar de debatir. No pueden quedar sólo en manos de los dirigentes políticos. Todos los pueblos de la tierra, todos los hombres y mujeres de buena voluntad, tenemos que alzar la voz en defensa de estos dos preciosos dones: la paz y la naturaleza. La hermana madre tierra como la llamaba san Francisco de Asís. Hace poco dije, y lo repito, que estamos viviendo la tercera guerra mundial pero en cuotas. Hay sistemas económicos que para sobrevivir deben hacer la guerra. Entonces se fabrican y se venden armas y, con eso los balances de las economías que sacrifican al hombre a los pies del ídolo del dinero, obviamente quedan saneadas. Y no se piensa en los niños hambrientos en los campos de refugiados, no se piensa en los desplazamientos forzosos, no se piensa en las viviendas destruidas, viernes 31 de octubre de 2014, número 44 no se piensa, desde ya, en tantas vidas segadas. Cuánto sufrimiento, cuánta destrucción, cuánto dolor. Hoy, queridos hermanas y hermanos, se levanta en todas las partes de la tierra, en todos los pueblos, en cada corazón y en los movimientos populares, el grito de la paz: ¡Nunca más la guerra! Un sistema económico centrado en el dios dinero necesita también saquear la naturaleza, saquear la naturaleza, para sostener el ritmo frenético de consumo que le es inherente. El cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la deforestación ya están mostrando sus efectos devastadores en los grandes cataclismos que vemos, y los que más sufren son ustedes, los humildes, los que viven cerca de las costas en viviendas precarias o que son tan vulnerables económicamente que frente a un desastre natural lo pierden todo. Hermanos y hermanas: la creación no es una propiedad, de la cual podemos disponer a nuestro gusto; ni mucho menos, es una propiedad sólo de algunos, de pocos: la creación es un don, es un regalo, un don maravilloso que Dios no ha dado para que cuidemos de él y lo utilicemos en beneficio de todos, siempre con respeto y gratitud. Ustedes quizás sepan que estoy preparando una encíclica sobre Ecología: tengan la seguridad que sus preocupaciones estarán presentes en ella. Les agradezco, aprovecho para agradecerles, la carta que me hicieron llegar los integrantes de la Vía Campesina, la Federación de Cartoneros y tantos otros hermanos al respecto. Hablamos de la tierra, de trabajo, de techo… hablamos de trabajar por la paz y cuidar la naturaleza… Pero ¿por qué en vez de eso nos acostumbramos a ver cómo se destruye el trabajo digno, se desahucia a tantas familias, se expulsa a los campesinos, se hace la guerra y se abusa de la naturaleza? Porque en este sistema se ha sacado al hombre, a la persona humana, del centro y se lo ha reemplazado por otra cosa. Porque se rinde un culto idolátrico al dinero. Porque se ha globalizado la indiferencia, se ha globalizado la indiferencia: a mí ¿qué me importa lo que les pasa a otros mientras yo defienda lo mío? Porque el mundo se ha olvidado de Dio, que es Padre; se ha vuelto huérfano porque dejó a Dios de lado. Algunos de ustedes expresaron: Este sistema ya no se aguanta. Tenemos que cambiarlo, tenemos que volver a llevar la dignidad humana al centro y que sobre ese pilar se construyan las estructuras sociales alternativas que necesitamos. Hay que hacerlo con coraje, pero también con inteligencia. Con tenacidad, pero sin fanatismo. Con pasión, pero sin violencia. Y entre todos, enfrentando los conflictos sin quedar atrapados en ellos, buscando siempre resolver las tensiones para alcanzar un plano superior de unidad, de paz y de justicia. Los cristianos tenemos algo muy lindo, una guía de acción, un programa, podríamos decir, revolucionario. Les recomiendo vivamente que lo lean, que lean las bienaventuranzas que están en el capítulo SIGUE EN LA PÁGINA 10 número 44, viernes 31 de octubre de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO página 5 En el encuentro del Pontífice con el movimiento de Schönstatt Cinco preguntas Era prisionero en el campo de concentración de Dachau, padre Josef Kentenich, fundador del movimiento de Schönstatt, cuando compuso la oración de invocación del Espíritu Santo que se cantó a la llegada del Papa Francisco al aula Pablo VI. Una jornada, el sábado 25 de octubre, importante para el movimiento, que en torno al obispo de Roma celebró los cien años de fundación. Y quienes festejaban eran cerca de ocho mil personas procedentes de cincuenta países, acompañados por los cardenales Errázuriz Ossa, Kasper, Ryłko, y por algunos obispos. El padre Heinrich Walter, presidente del consejo general y superior de los padres de Schönstatt, en representación de la presidencia internacional, dirigió al Pontífice un breve saludo, en el que hizo referencia a los pastores que por su cercanía a los hombres deben «tener olor a oveja». «Esperamos —dijo— que con este encuentro podamos transmitirle un poco de nuestra espiritualidad, que nos ha regalado Dios, de modo tal que en usted permanezca un poco el “olor mariano” de Schönstatt». El religioso recorrió luego, a grandes líneas, la historia del movimiento y del fundador, quien «sintió en lo profundo de su alma todos los dolores de su tiempo. Creció sin padre y tuvo que pasar muchos años en un orfanato. Siendo estudiante, atravesó una profunda crisis espiritual e intelectual. Encontró en la Virgen María la respuesta a sus preguntas existenciales y vivió personalmente el significado de “periferia existencial”». El superior recordó también que en este horizonte y «con la preocupación por los jóvenes que le fueron confiados, Dios lo impulsó a sellar una alianza de amor con María en la pequeña capilla del valle de Schönstatt». La fundación del movimiento, continuó, «comenzó durante la prima guerra mundial y muchos de los cofundadores murieron durante la misma. En la segunda guerra mundial, la experiencia original de la alianza de amor se reforzó, sobre todo, en los años en que nuestro fundador fue internado en el campo de concentración de Dachau». Una vez liberado, el padre Kentenich «partió hacia las que eran las periferias del mundo de entonces —Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Sudáfrica— para servir a la Iglesia y fundar en esos países el movimiento apostólico». A continuación, el padre Kentenich y su obra —relató— «sufrieron por malos entendidos e incomprensiones y, por último, sufrieron directamente el rechazo desde el seno de la Iglesia. La apertura al Espíritu Santo que impulsó al Papa Juan XXIII al concilio, hizo posible la acogida de los muchos nuevos carismas en la Iglesia. Así, en 1965, el padre Kentenich fue rehabilitado por el beato Pablo VI». Después de cien años, destacó el religioso, «damos gracias por lo que Dios ha hecho: Él nos condujo hasta los más profundos abismos de la fe y hasta los confines del mundo. Dios nos ha confiado un carisma al servicio del mundo actual y al servicio de los desafíos del hombre contemporáneo. Nos ha mostrado la belleza de María, madre y maestra de la Iglesia». Tras la lectura del pasaje del Evangelio de san Lucas que narra el episodio de la visita de María a Isabel, presentaron al Papa cinco preguntas. En la primera le pidieron orientaciones para acompañar mejor a quienes no se sienten acogidos en la Iglesia, y para ser cercanos a los novios y a las familias, para llegar a ser «propuesta viva y convincente» para quienes buscan un camino de plenitud de vida. En la segunda le pidieron que contara su modo de ver el papel misionero de María en la nueva evangelización y en la renovación de la Iglesia. En la tercera le pidieron algunos consejos para invitar a amigos a compartir una vida más plena con Cristo. Con la cuarta presentaron la petición al Pontífice para que explicara cómo logra man- tener la alegría y la esperanza, a pesar de las dificultades y las guerras de nuestro tiempo, y cómo perseverar en el servicio a los enfermos, a los pobres y a los sin techo. La última tuvo como objeto el modo de ayudar al Papa en la renovación de la Iglesia y la acción evangelizadora del movimiento. Al término, el padre Walter dio las gracias al Pontífice por sus palabras y le expresó la disponibilidad del movimiento para servir y ayudar en la misión de la Iglesia. El Papa rezó luego la oración de consagración a María, al final de la cual depositó un ramo de flores ante la imagen de la Virgen. A continuación tuvo lugar la bendición de las cruces de la misión que cada peregrino llevará consigo como símbolo de compromiso apostólico. Al inicio de la audiencia, habían ingresado en el aula dos símbolos muy importantes de la espiritualidad de Schönstatt: la cruz de la unidad, conocida también como cruz de la misión, y la imagen de la Virgen «peregrina». La cruz de la unidad fue creada y realizada en Santa María, Brasil, por el padre Angelo Vicente Cerró, del instituto secular de los Padres de Schönstatt. En 1960 fue colocada en el santuario de Bellavista en Chile como signo de unidad de la familia local. Sucesivamente se la regalaron al fundador con ocasión de sus 80 años. El 12 de diciembre de 1965 el padre Kentenich la donó al instituto de Nuestra Señora de Schönstatt para el futuro santuario de Stuttgart. Y es allí donde se encuentra actualmente. La tradición de llevar por las casas y la ciudad la imagen de María nació en 1950, cuando un miembro del movimiento la entregó al diácono João Pozzobon, miembro del movimiento en Brasil, y le pidió que la llevase a las familias para rezar el rosario con ellos. Pozzobon acompañó esta misión durante 35 años, hasta el día de su muerte, recorriendo más de 140.000 kilómetros y visitando hogares, hospitales, escuelas y cárceles. El fin de esta iniciativa es expresar el sentido de salida de María de los santuarios para ir al encuentro de los fieles. La imagen la lleva un misionero o una misionera y entra en las casas, donde permanece por uno o dos días. De este modo, cada imagen es recibida por cerca de 15 o 30 familias al mes, para recomenzar luego con las mismas el mes siguiente y así sucesivamente. El movimiento la llama la «nueva visitación». Antes de la llegada del Papa se proyectó también un vídeo que lleva por título Frutos de la alianza de amor con María, que relata experiencias del movimiento en algunos países del mundo, entre ellos Brasil, donde se presentaron dos grandes proyectos apostólicos: por una parte la peregrinatio de la Virgen y por otra el rosario de los hombres, en el que participan más de un millón de personas que cada mañana se reúnen para rezar el rosario. Otro proyecto se realiza en Chile, donde se abrió la obra social «María ayuda». Se trata del apoyo a las niñas y a las familias que viven en situaciones de violencia y abuso y de favorecer la acogida familiar para permitir a los participantes que sanen sus heridas causadas por el maltrato y el abandono. En Paraguay y también en Argentina se realizan las «misiones familiares», en las que participan las familias, con niños y jóvenes que durante una semana van a pueblos o ciudades para anunciar el Evangelio y compartir momentos de espiritualidad y comunión con las personas del lugar. En Burundi se trató de poner de relieve el papel de María para favorecer la reconciliación y la paz tras la guerra civil. En Alemania y en Austria, en cambio, se presentó el proyecto «Academia de familias» y se destacó la importancia del «santuario focolar», lugar especial y privilegiado donde la familia se reúne en torno a María. L’OSSERVATORE ROMANO página 6 viernes 31 de octubre de 2014, número 44 El próximo viaje apostólico a Turquía Al servicio de la unidad Durante el próximo viaje a Turquía el Papa se encontrará con el patriarca Bartolomé para testimoniar el «profundo vínculo que une a las sedes de Roma y de Constantinopla» y reafirmar la voluntad de «superar, en el amor y en la verdad, los obstáculos que aún nos separan». Lo confirmó el Pontífice mismo en el discurso que dirigió a los miembros de la fundación «Orientale lumen», a quienes recibió en audiencia el viernes 24 de octubre, por la mañana, en la sala de los Papas. Queridos hermanos en Cristo: Saludo con afecto a todos los participantes en la peregrinación ecuménica, promovida por la Orientale Lumen Foundation y guiada por el metropolita Kállistos de Diokleia, Camilian Demetrescu, «Ut unum sint» (2009) a quien agradezco sus palabras. En estos días vosotros hacéis una etapa aquí en Roma. Gracias por vuestra presencia. Toda peregrinación cristiana no es sólo un itinerario geográfico, sino sobre todo la ocasión de un camino de renovación interior para ir cada vez más hacia Cristo Señor, «el que inició y completa nuestra fe» (Hb 12, 2). Estas dimensiones son absolutamente esenciales para avanzar también a lo largo del camino que lleva a la reconciliación y a la plena comunión entre todos los creyentes en Cristo. No existe un auténtico diálogo ecuménico sin la disponibilidad a una renovación interior y a la búsqueda de una mayor fidelidad a Cristo y a su voluntad. Me complace saber que en esta peregrinación vuestra habéis elegido recordar a los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II, que fueron canonizados el pasado mes de abril. Esta elección destaca sus grandes aportaciones al desarrollo de las relaciones cada vez más estrechas entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas. El ejemplo de estos dos santos es seguramente iluminador para todos nosotros, porque ellos han testimoniado siempre una pasión ardiente por la unidad de los cristianos, que brota de la escucha dócil de la voluntad del Señor, que en la última Cena rezó al Padre para que sus discípulos «sean uno» (Jn 17, 21). En este momento, deseo recordar solamente, entre las muchas cosas que se podrían mencionar, que san Juan XXIII, en el momento en que anunció la convocación del Concilio Vaticano II, indicó entre sus finalidades precisamente la unidad de los cristianos, y que san Juan Pablo II dio un notable impulso al compromiso ecuménico de la Iglesia católica con su carta encíclica Ut Unum Sint. Durante vuestra peregrinación a Roma, queridos hermanos, quisiera pediros que recéis también por mí, a fin de que, con la intercesión de estos dos santos predecesores míos, pueda desempeñar mi ministerio de obispo de Roma al servicio de la comunión y de la unidad de la Iglesia, siguiendo en todo la voluntad del Señor. En los próximos días, vuestra peregrinación realizará una etapa en El Fanar, donde encontraréis al Patriarca ecuménico, Su Santidad Bartolomé I. Os pido que le transmitáis mis cordiales y fraternales saludos asegurando mi afecto y mi estima. Como sabéis, yo también me estoy preparando para visitar el Patriarcado ecuménico en noviembre próximo con ocasión de la fiesta del apóstol san Andrés, respondiendo a la amable invitación de Su Santidad Bartolomé I. La visita del obispo de Roma al Patriarcado ecuménico y el nuevo encuentro entre el Patriarca Bartolomé y mi persona serán signos del profundo vínculo que une a las sedes de Roma y de Constantinopla y del deseo de superar, en el amor y la verdad, lo obstáculos que aún nos separan. Deseándoos una buena continuación en vuestra peregrinación con abundantes dones espirituales, os pido por favor que recéis por mí y de corazón os imparto mi bendición. El Papa sobre jóvenes y trabajo Fuera de las arenas movedizas de la precariedad «El Evangelio viene de Jesucristo que se hizo solidario con cada una de nuestras precariedades». He aquí por qué es necesario volver a él para «no dejarse robar la esperanza en las “arenas movedizas” de la precariedad». Lo escribe el Papa Francisco a los jóvenes reunidos en Salerno del 24 al 26 de octubre con ocasión del congreso nacional organizado por la Conferencia episcopal italiana sobre el tema: «En la precariedad, la esperanza». Queridos jóvenes: Os saludo cordialmente con ocasión del Congreso nacional, organizado por la Conferencia episcopal italiana en Salerno sobre el tema: «En la precariedad, la esperanza». La Audiencia al presidente de la República de Uganda El lunes 27 de octubre, por la mañana, el Papa Francisco recibió en audiencia, en el Palacio apostólico vaticano, al presidente de la República de Uganda, Yoweri Kaguta Museveni, quien se reunió sucesivamente con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, acompañado por el arzobispo Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados. Durante los cordiales coloquios se trataron algunos aspectos de la vida del país y se evocaron las buenas relaciones existentes entre la Santa Sede y la República de Uganda, con particular referencia a la fundamental contribución de la Iglesia católica y a la colaboración con sus instituciones de carácter educativo, social y sanitario. Además, se destacó la importancia de la convivencia pacífica entre los diversos componentes sociales y religiosos del país. Por último, se analizaron algunas cuestiones de carácter internacional, especialmente los conflictos que interesan a algunas zonas de África. finalidad de estas jornadas de reflexión es ofrecer perspectivas de esperanza, especialmente a las jóvenes generaciones, en un tiempo marcado por incertezas, desconcierto y grandes cambios. En las visitas realizadas en Italia, así como en los encuentros con las personas, he podido tocar con la mano la situación de muchos jóvenes desempleados, con subsidios de ayuda o precarios. Pero esto no es sólo un problema económico, es un problema de dignidad. Donde no hay trabajo, falta la dignidad, la experiencia de la dignidad de llevar el pan a casa. Y lamentablemente en Italia son muchísimos los jóvenes sin trabajo. Trabajar quiere decir poder proyectar el propio futuro, decidir formar una familia. Verdaderamente se tiene la sensación de que el momento que estamos viviendo represente «la pasión de los jóvenes». Es fuerte la «cultura del descarte»: todo lo que no sirve para producir ganancia se descarta. Se descartan a los jóvenes porque no tienen trabajo. Pero así se descarta el futuro de un pueblo, porque los jóvenes representan el futuro de un pueblo. Y nosotros debemos decir «no» a esta «cultura del descarte». Esta es la «precariedad». Pero también existe otra palabra: esperanza. En la precariedad, la esperanza. ¿Cómo hacer para no dejarse robar la esperanza en las «arenas movedizas» de la precariedad? Con la fuerza del Evangelio. El Evangelio es fuente de esperanza, porque viene de Dios, porque viene de Jesucristo que se hizo solidario con cada una de nuestras precariedades. Vosotros sois jóvenes que pertenecéis a la Iglesia, y por ello tenéis el don y la responsabilidad de poner la fuerza del Evangelio en esta situación social y cultural. ¿Y qué hace el Evangelio? El Evangelio genera atención hacia el otro, cultura del encuentro, solidaridad. Así, con la fuerza del Evangelio seréis testigos de esperanza en la precariedad. Que el Señor bendiga los trabajos de este Congreso. Os pido que recéis por mí. También yo rezaré por vosotros. Vaticano, 16 de octubre de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO número 44, viernes 31 de octubre de 2014 página 7 El Santo Padre inaugura en la sede de la Pontificia Academia de ciencias un busto en honor de Benedicto XVI Espíritu grande y poderoso Y recuerda que la evolución en la naturaleza no contradice la noción de creación «Este busto recuerda a los ojos de todos la persona y el rostro del querido Papa Ratzinger. Recuerda también su espíritu: sus enseñanzas, sus ejemplos, sus obras, su devoción. Este espíritu, lejos de disgregarse con el paso del tiempo, se presentará de generación en generación cada vez más grande y poderoso». Así recordó el Papa Francisco a su predecesor el lunes 27 de octubre, por la mañana, al inaugurar un busto de bronce en honor de Señores cardenales, queridos hermanos en el episcopado y en el sacerdocio, ilustres señoras y señores: Mientras caía el velo del busto, que los académicos quisieron colocar en la sede de la Pontificia Academia de ciencias como signo de reconocimiento y gratitud, una emoción gozosa se hizo presente en mi alma. Este busto de Benedicto XVI recuerda a los ojos de todos la persona y el rostro del querido Papa Ratzinger. Recuerda también su espíritu: sus enseñanzas, sus ejemplos, sus obras, su devoción a la Iglesia, su actual vida «monástica». Este espíritu, lejos de disgregarse con el paso del tiempo, se presentará de generación en generación cada vez más grande y poderoso. Benedicto XVI: un gran Papa. Grande por la fuerza y penetración de su inteligencia, grande por su relevante aportación a la teología, grande por su amor a la Iglesia y a los seres humanos, grande por su virtud y su religiosidad. Como vosotros bien lo sabéis, su amor a la verdad no se limita a la teología y a la filosofía, sino que se abre a las ciencias. Su amor a la ciencia se extiende en la solicitud por los científicos, sin distinción de raza, nacionalidad, civilización, religión; solicitud por la Academia, desde que san Juan Pablo II lo nombró miembro. Él supo honrar a la Academia con su presencia y con su palabra, y ha nombrado a muchos de sus miembros, comprendido el actual presidente Werner Arber. Benedicto XVI, consciente de la importancia de la ciencia en la cultura moderna, invitó, por primera vez, a un presidente de esta Academia a participar en el Sínodo sobre la nueva evangelización. Cierto, de él no se podrá jamás decir que el estudio y la ciencia hayan vuelto árida su persona y su amor a Dios y al prójimo, sino al contrario, que la ciencia, la sabiduría y la oración han dilatado su corazón y su espíritu. Demos gracias a Dios por el don que hizo a la Iglesia y al mundo con la existencia y el pontificado del Papa Benedicto. Agradezco a todos aquellos que, generosamente, han hecho posible esta obra y este acto, de modo particular al autor del busto, el escultor Fernando Delia, a la familia Tua, y a todos los académicos. Deseo dar las gracias a todos vosotros que estáis aquí presentes para honrar a este gran Papa. En la conclusión de vuestra sesión plenaria, queridos académicos, estoy feliz de poder expresar mi profunda estima y mi caluroso aliento para llevar adelante el progreso científico y Benedicto XVI en la Casina Pío IV, sede de la Pontificia Academia de ciencias. La ceremonia tuvo lugar con ocasión de la sesión plenaria de la Academia, dedicada al tema de la evolución del concepto de naturaleza. Estuvieron presentes, entre otros, los cardenales Sodano, decano del Colegio, Cottier, Farina y Lajolo; los arzobispos Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado, la mejora de las condiciones de vida de la gente, especialmente de los más pobres. Estáis afrontando el tema altamente complejo de la evolución del concepto de naturaleza. No entraré en absoluto, lo entendéis bien, en la complejidad científica de esta importante y decisiva cuestión. Quiero sólo destacar que Dios y Cristo caminan con nosotros y están presentes también en la naturaleza, como lo afirmó el apóstol Pablo en el discurso en el areópago: «Pues en Él vivimos, nos movemos y existimos» (Hch 17, 28). Cuando leemos en el Génesis el relato de la creación corremos el riesgo de imaginar que Dios haya sido un mago, con una varita mágica capaz de hacer todas las cosas. Pero no es así. Él creó los seres humanos y los dejó desarrollarse según las leyes internas que Él dio a cada uno, para que se desarrollase, para que llegase a la propia plenitud. Él dio autonomía a los seres del universo al mismo tiempo que les aseguró su presencia continua, dando el ser a cada realidad. Y así la creación si- Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados, y Gänswein, prefecto de la Casa pontificia y secretario particular del Papa emérito; el obispo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de ciencias, con el presidente Arber (que dirigió un breve saludo), el artista que realizó la obra y la familia que la promovió. Al término se entregaron los distintivos a los nuevos académicos Ada E. Yonath e Yves Coppens. guió su ritmo durante siglos y siglos, milenios y milenios hasta que se convirtió en lo que conocemos hoy, precisamente porque Dios no es un demiurgo o un mago, sino el Creador que da el ser a todas las cosas. El inicio del mundo no es obra del Encuentro con una delegación de la Unión mundial de educadores católicos El viernes 24 de octubre, por la mañana, el Papa Francisco recibió en audiencia, en la sala del Consistorio, a una delegación de la Unión mundial de educadores católicos. caos que debe a otro su origen, sino que se deriva directamente de un Principio supremo que crea por amor. El Big-Bang, que hoy se sitúa en el origen del mundo, no contradice la intervención de un creador divino, sino que la requiere. La evolución de la naturaleza no se contrapone a la noción de creación, porque la evolución presupone la creación de los seres que evolucionan. Respecto al hombre, hay un cambio y una novedad. Cuando, el sexto día del relato del Génesis, llega la creación del hombre, Dios da al ser humano otra autonomía, una autonomía distinta a la autonomía de la naturaleza, que es la libertad. Y dice al hombre que ponga nombre a todas las cosas y que siga adelante a lo largo de la historia. Lo hace responsable de la creación, para que domine la creación, para que la desarrolle y así hasta el fin de los tiempos. Así, pues, al científico, y sobre todo al científico cristiano, le corresponde la actitud de interrogarse acerca del futuro de la humanidad y de la tierra, y, como ser libre y responsable, cooperar a prepararlo, preservarlo, y a eliminar los riesgos del medio ambiente tanto naturales como humanos. Pero, al mismo tiempo, el científico debe estar movido por la confianza de que la naturaleza oculte, en sus mecanismos evolutivos, las potencialidades que corresponde a la inteligencia y a la libertad descubrir y poner en práctica para llegar al desarrollo que está en el designio del Creador. Entonces, por muy limitada que sea, la acción del hombre participa en el poder de Dios y es capaz de construir un mundo adecuado a su doble vida corpórea y espiritual; construir un mundo humano para todos los seres humanos y no para un grupo o una clase de privilegiados. Esta esperanza y confianza en Dios, autor de la naturaleza, y en la capacidad del espíritu humano son capaces de dar al investigador una energía nueva y una serenidad profunda. Pero es también verdad que la acción del hombre, cuando su libertad se convierte en autonomía —que no es libertad, sino autonomía— destruye la creación y el hombre ocupa el sitio del Creador. Y este es el grave pecado contra Dios Creador. Os aliento a seguir vuestros trabajos y a realizar las felices iniciativas teóricas y prácticas en favor de los seres humanos que en todo ello os honran. Entrego ahora con alegría el distintivo, que monseñor Sánchez Sorondo dará a los nuevos miembros. Gracias. L’OSSERVATORE ROMANO número 44, viernes 31 de octubre de 2014 páginas 8/9 A la Asociación internacional de derecho penal el Papa reafirma el primado y la dignidad de la persona humana La cadena perpetua es una pena de muerte oculta «Todos los cristianos y los hombres de buena voluntad están llamados hoy a luchar no sólo por la abolición de la pena de muerte, sino también con el fin de mejorar las condiciones carcelarias, en el respeto de la dignidad humana de las personas privadas de libertad». Es el deseo del Papa, expresado al recibir en audiencia, el jueves 23 de octubre, por la mañana, en la sala de los Papas, a una delegación de la Asociación internacional de derecho penal. Ilustres señores y señoras: Os saludo a todos cordialmente y deseo expresaros mi agradecimiento personal por vuestro servicio a la sociedad y la valiosa aportación que dais al desarrollo de una justicia que respete la dignidad y los derechos de la persona humana, sin discriminaciones. Quisiera compartir con vosotros algunos puntos sobre ciertas cuestiones que, incluso siendo en parte opinables —¡en parte!— tocan directamente la dig- nidad de la persona humana y, por lo tanto, interpelan a la Iglesia en su misión de evangelización, de promoción humana, de servicio a la justicia y a la paz. Lo haré de forma sinóptica y por capítulos, con un estilo más bien expositivo y sintético. Introducción Ante todo quisiera plantear dos premisas de naturaleza sociológica que se refieren a la incitación a la venganza y al populismo penal. a) Incitación a la venganza En la mitología, como en las sociedades primitivas, la multitud descubre los poderes maléficos de sus víctimas sacrificiales, acusadas de las desgracias que afectan a la comunidad. Esta dinámica tampoco está ausente en las sociedades modernas. La realidad muestra que la existencia de instrumentos legales y políticos necesarios para afrontar y resolver conflictos no ofrece garantías suficientes para evitar que algunos individuos sean culpados por los problemas de todos. La vida en común, estructurada en torno a comunidades organizadas, necesita normas de convivencia cuya libre violación requiere una respuesta adecuada. Sin embargo, vivimos en tiempos en los que, tanto por parte de algunos sectores de la política como por parte de algunos medios de comunicación, se incita algunas veces a la violencia y a la venganza, pública y privada, no sólo contra quienes son responsables de haber cometido delitos, sino también contra quienes cae la sospecha, fundada o no, de no haber cumplido la ley. b) Populismo penal En este contexto, en las últimas décadas se difundió la convicción de que a través de la pena pública se pueden resolver los más disparatados problemas sociales, como si para las más diversas enfermedades se nos recomendaría la misma medicina. No se trata de confianza en alguna función social tradicionalmente atribuida a la pena pública, sino más bien en la creencia de que mediante tal pena se pueden obtener los beneficios que requerirían la implementación de otro tipo de política social, económica y de inclusión social. No se buscan sólo chivos expiatorios que paguen con su libertad y con su vida por todos los males sociales, como era típico en las sociedades primitivas, pero además de esto algunas veces existe la tendencia a construir deliberadamente enemigos: figuras estereotipadas, que concentran en sí mismas todas las características que la sociedad percibe o interpreta como peligrosas. Los mecanismos de formación de estas imágenes son los mismos que, en su momento, permitieron la expansión de las ideas racistas. I. Sistemas penales fuera de control y la misión de los juristas El principio guía de la cautela in poenam Estando así las cosas, el sistema penal va más allá de su función propiamente sancionatoria y se sitúa en el terreno de las libertades y de los derechos de las personas, sobre todo de las más vulnerables, en nombre de una finalidad preventiva cuya eficacia, hasta ahora, no se pudo verificar, ni siquiera para las penas más graves, como la pena de muerte. Existe el riesgo de no conservar ni siquiera la proporcionalidad de las penas, que históricamente refleja la escala de valores amparados por el Estado. Se ha debilitado la concepción del derecho penal como ultima ratio, como último recurso a la sanción, limitado a los hechos más graves contra los intereses individuales y colectivos más dignos de protección. Se ha debili- tado también el debate sobre la sustitu- tanto, a luchar no sólo por la abolición ción de la cárcel con otras sanciones de la pena de muerte, legal o ilegal que penales alternativas. sea, y en todas sus formas, sino tamEn este contexto, la misión de los ju- bién con el fin de mejorar las condicioristas no puede ser otra más que la de nes carcelarias, en el respeto de la diglimitar y contener tales tendencias. Es nidad humana de las personas privadas una tarea difícil, en tiempos en los que de libertad. Y esto yo lo relaciono con muchos jueces y agentes del sistema la cadena perpetua. En el Vaticano, penal deben desempeñar su cargo bajo desde hace poco tiempo, en el Código la presión de los medios masivos de co- penal vaticano, ya no existe la cadena municación, de algunos políticos sin escrúpulos y de los impulsos de venganza El sistema penal va más allá que crece en la sociedad. Quienes tienen una responde su función propiamente sancionatoria sabilidad tan grande están y se sitúa en el terreno de las libertades llamados a cumplir su deber, desde el momento que y de los derechos de las personas, el no hacerlo pone en pelisobre todo de las más vulnerables gro vidas humanas, que necesitan ser cuidadas con mayor empeño del que a veces se pone en el cumplimiento de las pro- perpetua. La cadena perpetua es una pias funciones. pena de muerte oculta. II. Acerca del primado de la vida y la dignidad de la persona humana. Primatus principii pro homine a) Acerca de la pena de muerte Es imposible imaginar que hoy los Estados no puedan disponer de otro medio que no sea la pena capital para defender la vida de otras personas del agresor injusto. San Juan Pablo II condenó la pena de muerte (cf. Carta enc. Evangelium vitae, 56), como lo hace también el Catecismo de la Iglesia católica (n. 2267). Sin embargo, puede verificarse que los Estados quitan la vida no sólo con la pena de muerte y con las guerras, sino también cuando oficiales públicos se refugian bajo la sombra de los poderes estatales para justificar sus crímenes. Las así llamadas ejecuciones extrajudiciales o extralegales son homicidios deliberados cometidos por algunos Estados o por sus agentes, que a menudo se hacen pasar como enfrentamientos con delincuentes o son presentados como consecuencias no deseadas del uso razonable, necesario y proporcional de la fuerza para hacer aplicar la ley. De este modo, incluso si entre los 60 países que mantienen la pena de muerte, 35 no lo aplicaron en los últimos diez años, la pena de muerte, ilegalmente y en diversos grados, se aplica en todo el planeta. Las ejecuciones extrajudiciales mismas son perpetradas de forma sistemática no sólo por los Estados de la comunidad internacional, sino también por entidades no reconocidas como tales, y representan auténticos crímenes. Los argumentos contrarios a la pena de muerte son muchos y bien conocidos. La Iglesia ha oportunamente destacado algunos de ellos, como la posibilidad de la existencia del error judicial y el uso que hacen de ello los regímenes totalitarios y dictatoriales, que la utilizan como instrumento de supresión de la disidencia política o de persecución de las minorías religiosas y culturales, todas víctimas que para sus respectivas legislaciones son «delincuentes». Todos los cristianos y los hombres de buena voluntad están llamados, por lo b) Acerca de las condiciones de la prisión, los presos sin condena y los condenados sin juicio Estas no son películas, vosotros lo sabéis bien. La prisión preventiva —cuando de forma abusiva procura un anticipo de la pena, previa a la condena, o como medida que se aplica ante la sospecha más o menos fundada de un delito cometido— constituye otra forma contemporánea de pena ilícita oculta, más allá de un barniz de legalidad. Esta situación es particularmente grave en algunos países y regiones del mundo, donde el número de detenidos sin condena supera el 50 por ciento del total. Este fenómeno contribuye al deterioro aún mayor de las condiciones de detención, situaciones que la construcción de nuevas cárceles no logra jamás resolver, desde el momento que cada nueva cárcel completa su capacidad ya antes de ser inaugurada. Además es causa de un uso indebido de destacamentos de policía y militares como lugares de detención. La cuestión de los detenidos sin condena se debe afrontar con la debida cautela, desde el momento que se corre el riesgo de crear otro problema tan grave como el primero, si no peor: el de los reclusos sin juicio, condenados sin que se respeten las normas del proceso. Las deplorables condiciones de detención que se verifican en diversas partes del planeta, constituyen a menudo un auténtico rasgo inhumano y degradante, muchas veces producto de las deficiencias del sistema penal, otras veces de la carencia de infraestructuras y de planificación, mientras que en no pocos casos no son más que el resultado del ejercicio arbitrario y despiadado del poder sobre las personas privadas de libertad. ca también en otros tipos de centros penitenciarios, junto a otras formas de tortura física y psíquica cuya práctica se ha extendido. Las torturas ya no son aplicadas solamente como medio para obtener un determinado fin, como la confesión o la delación —prácticas características de la doctrina de seguridad nacional— sino que constituyen un auténtico plus de dolor que se suma a los males propios de la detención. De este modo, se tortura no sólo en centros clandestinos de detención o en modernos campos de concentración, sino también en cárceles, institutos para menores, hospitales psiquiátricos, comisarías y otros centros e instituciones de detención y pena. La doctrina penal misma tiene una c) Acerca de la tortura y otras medidas importante responsabilidad en esto al y penas crueles, inhumanas y haber consentido en ciertos casos la ledegradantes gitimación de la tortura con ciertas El adjetivo «cruel»; bajo estas figuras condiciones, abriendo el camino a ulteque he mencionado está siempre esa riores y más amplios abusos. raíz: la capacidad humana de crueldad. Muchos Estados son también resEs una pasión, una verdadera pasión. Una forma de tortura es a veces la que ponsables por haber personalmente se aplica mediante la reclusión en cár- practicado o tolerado el secuestro en el celes de máxima seguridad. Con el mo- propio territorio, incluso el de ciudadativo de ofrecer una mayor seguridad a nos de sus respectivos países, o por hala sociedad o un trato especial para ber autorizado el uso de su espacio aéciertas categorías de detenidos, su prin- reo para el transporte ilegal hacia cencipal característica no es otra que el ais- tros de detención en los que se practica lamiento externo. Como demuestran la tortura. los estudios realizados por diversos orEstos abusos se podrán detener únicamente con el firme compromiso de la comunidad internacional en reconocer el primado Las deplorables condiciones de detención del principio pro homine, lo que quiere decir de la dignidad de que se verifican en diversas partes del la persona humana sobre todas planeta, constituyen a menudo un auténtico las cosas. rasgo inhumano y degradante, producto de las deficiencias del sistema penal ganismos de defensa de los derechos humanos, la falta de estímulos sensoriales, la completa imposibilidad de comunicación y la falta de contactos con otros seres humanos, provocan sufrimientos psíquicos y físicos como la paranoia, la ansiedad, la depresión y la pérdida de peso, y aumentan sensiblemente la tendencia al suicidio. Este fenómeno, característico de las cárceles de máxima seguridad, se verifi- d) Acerca de la aplicación de las sanciones penales a niños y ancianos y respecto a otras personas especialmente vulnerables Los Estados deben abstenerse de castigar penalmente a los niños que aún no han completado su desarrollo hacia la madurez, y por tal motivo no pueden ser imputables. Ellos, en cambio, deben ser los destinatarios de todos los privilegios que el Estado puede ofrecer, tanto en lo que se refiere a políticas de inclusión como a prácticas orientadas a hacer crecer en ellos el respeto por la vida y por los derechos de los demás. Los ancianos, por su parte, son quienes, a partir de los propios errores, pueden ofrecer enseñanzas al resto de la sociedad. No se aprende únicamente de las virtudes de los santos, sino también de las faltas y de los errores de los pecadores y, entre ellos, de los que, por cualquier razón, hayan caído y cometido delitos. Además, razones humanitarias imponen que, como se debe excluir o limitar el castigo a quien padece enfermedades graves o terminales, a mujeres embarazadas, a personas discapacitadas, a madres y padres que son los únicos responsables de menores o de discapacitados, de igual modo merecen tratamientos especiales los adultos de edad avanzada. III. Consideraciones sobre algunas formas de criminalidad que menoscaban gravemente la dignidad de la persona y el bien común Algunas formas de criminalidad, perpetradas por privados, menoscacaban gravemente la dignidad de las personas y el bien común. Muchas de tales formas de criminalidad jamas podrían ser cometidas sin la complicidad, activa o de omisión, de las autoridades públicas. a) Acerca del delito de la trata de personas La esclavitud, incluida la trata de personas, es reconocida como crimen contra la humanidad y como crimen de guerra, tanto por el derecho internacional como por muchas legislaciones nacionales. Es un delito de lesa humanidad. Y, desde el momento que no es posible cometer un delito tan complejo como la trata de personas sin la complicidad, con acción y omisión, de los Estados, es evidente que, cuando los esfuerzos para prevenir y combatir este fenómeno no son suficientes, estamos nuevamente ante un crimen contra la humanidad. Más áun, si sucede que quien está para proteger a las personas y garantizar su libertad, en cambio se hace cómplice de quienes practican el comercio de seres humanos, entonces, en tales casos, los Estados son responsables ante sus ciudadanos y ante la comunidad internacional. Se puede hablar de mil millones de personas atrapadas en la pobreza absoluta. Mil millones y medio no tienen acceso a los servicios higiénicos, al agua potable, a la electricidad, a la educación elemental o al sistema sanitario y deben soportar privaciones económicas incompatibles con una vida digna (2014 Human Development Report, UNPD). Incluso si el número total de personas en esta situación ha disminuido en estos últimos años, ha aumentado su vulnerabilidad, a causa de las crecientes dificultades que deben afrontar para salir de tal situación. Esto se debe a la siempre creciente cantidad de personas que viven en países en conflicto. Cuarenta y cinco millones de personas fueron obligadas a huir a causa de situaciones de violencia o persecuciones sólo en 2012; de estas, quince millones son refugiados, la cifra más alta en dieciocho años. El 70 por ciento de estas personas son mujeres. Además, se estima que en el mundo, siete sobre diez de los que mueren de hambre, son mujeres y niñas (Fondo de las Naciones Unidas para las mujeres, UNIFEM). b) Acerca del delito de corrupción La escandalosa concentración de la riqueza global es posible por la connivencia de responsables del ámbito público con los poderes fuertes. La corrupción es ella misma también un proceso de muerte: cuando la vida muere, hay corrupción. Hay pocas cosas más difíciles que abrir una brecha en un corazón corrupto: «Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios» (Lc 12, 21). Cuando la situación personal del corrupto llega a ser complicada, él conoce todas las salidas para escapar de ello como hizo el administrador deshonesto del Evangelio (cf. Lc 16, 1-8). El corrupto atraviesa la vida con los atajos del oportunismo, con el aire de quien dice: «No he sido yo», llegando a interiorizar su máscara de hombre honesto. Es un proceso de interiorización. El corrupto no puede aceptar la crítica, descalifica a quien lo hace, trata de disminuir cualquier autoridad moral que pueda ponerlo en tela de juicio, no valora a los demás y ataca con el insulto a quien piensa de modo diverso. Si las relaciones de fuerza lo permiten, persiSIGUE EN LA PÁGINA 10 L’OSSERVATORE ROMANO página 10 Discurso a la Asociación internacional de derecho penal VIENE DE LA PÁGINA 9 gue a quien lo contradiga. La corrupción se expresa en una atmósfera de triunfalismo porque el corrupto se cree un vencedor. En ese ambiente se pavonea para rebajar a los demás. El corrupto no conoce la fraternidad o la amistad, sino la complicidad y la enemistad. El corrupto no percibe su corrupción. Se da en cierto sentido lo que sucede con el mal aliento: difícilmente quien lo tiene se da cuenta de ello; son los demás quienes se dan cuenta y se lo deben decir. Por tal motivo difícilmente el corrupto podrá salir de su estado por remordimiento interior de la conciencia. La corrupción es un mal más grande que el pecado. Más que perdonado, este mal debe ser curado. La corrupción se ha convertido en algo natural, hasta el punto de llegar a constituir un estado personal y social relacionado con la costumbre, una práctica habitual en las transacciones comerciales y financieras, en los contratos públicos, en toda negociación que implique agentes del Estado. Es la victoria de las apariencias sobre la realidad y de la desfachatez impúdica sobre la discreción respetable. Sin embargo, el Señor no se cansa de llamar a la puerta de los corruptos. La corrupción nada puede contra la esperanza. ¿Qué puede hacer el derecho penal contra la corrupción? Son ya muchas las convenciones y los tratados internacionales en la materia y han proliferado las hipótesis de delito orientadas a proteger no tanto a los ciudadanos, que en definitiva son las víctimas últimas —en particular los más vulnerables—, sino a proteger los intereses de los agentes de los mercados económicos y financieros. La sanción penal es selectiva. Es como una red que captura sólo los peces pequeños, mientras que deja a los grandes libres en el mar. Las formas de corrupción que hay que perseguir con la mayor severidad son las que causan graves daños sociales, tanto en materia económica y social —como por ejemplo graves fraudes contra la administración pública o el ejercicio desleal de la administración— como en cualquier tipo de obstáculo interpuesto en el funcionamiento de la justicia con la intención de procurar la impunidad para las propias malas acciones o para las de terceros. Conclusión La cautela en la aplicación de la pena debe ser el principio que rija los sistemas penales, y la plena vigencia y operatividad del principio pro homine debe garantizar que los Estados no sean habilitados, jurídicamente o de hecho, a subordinar el respeto de la dignidad de la persona humana a cualquier otra finalidad, incluso cuando se logre alcanzar una especie de utilidad social. El respeto de la dignidad humana no sólo debe actuar como límite de la arbitrariedad y los excesos de los agentes del Estado, sino como crite- viernes 31 de octubre de 2014, número 44 Tierra, casa y trabajo derechos para todos rio de orientación para perseguir y reprimir las conductas que representan los ataques más graves a la dignidad e integridad de la persona humana. Queridos amigos, os doy nuevamente las gracias por este encuentro, y os aseguro que seguiré estando cerca de vuestro arduo trabajo al servicio del hombre en el ámbito de la justicia. No cabe duda de que, para quienes entre vosotros están llamados a vivir la vocación cristiana del propio Bautismo, este es un campo privilegiado de animación evangélica del mundo. Para todos, también para quienes entre vosotros no son cristianos, en cualquier caso, se necesita la ayuda de Dios, fuente de toda razón y justicia. Invoco, por lo tanto, para cada uno de vosotros, con la intercesión de la Virgen Madre, la luz y la fuerza del Espíritu Santo. Os bendigo de corazón y, por favor, os pido que recéis por mí. Gracias. VIENE DE LA PÁGINA 4 5 de San Mateo y 6 de San Lucas (cf. Mt 5, 3 y Lc 6, 20), y que lean el pasaje de Mateo 25. Se los dije a los jóvenes en Río de Janeiro, con esas dos cosas tiene el programa de acción. Sé que entre ustedes hay personas de distintas religiones, oficios, ideas, culturas, países, continentes. Hoy están practicando aquí la cultura del encuentro, tan distinta a la xenofobia, la discriminación y la intolerancia que tantas veces vemos. Entre los excluidos se da ese encuentro de culturas donde el conjunto no anula la particularidad, el conjunto no anula la particularidad. Por eso a mí me gusta la imagen del poliedro, una figura geométrica con muchas caras distintas. El poliedro refleja la confluencia de todas las parcialidades que en él conservan la originalidad. Nada se disuelve, nada se destruye, nada se domina, todo se integra, todo se integra. Hoy también están buscando esa síntesis entre lo local y lo global. Sé que trabajan día tras día en lo cercano, en lo concreto, en su territorio, su barrio, su lugar de trabajo: los invito también a continuar buscando esa perspectiva más amplia, que nuestros sueños vuelen alto y abarquen el todo. De ahí que me parece importante esa propuesta que algunos me han compartido de que estos movimientos, estas experiencias de solidaridad que crecen desde abajo, desde el subsuelo del planeta, confluyan, estén más coordinadas, se vayan encontrando, como lo han hecho ustedes en estos días. Atención, nunca es bueno encorsetar el movimiento en estructuras rígidas, por eso dije encontrarse, mucho menos es bueno intentar absorberlo, dirigirlo o dominarlo; movimientos libres tiene su dinámica propia, pero sí, debemos intentar caminar juntos. Estamos en este salón, que es el salón del Síno- do viejo, ahora hay uno nuevo, y sínodo quiere decir precisamente «caminar juntos»: que éste sea un símbolo del proceso que ustedes han iniciado y que están llevando adelante. Los movimientos populares expresan la necesidad urgente de revitalizar nuestras democracias, tantas veces secuestradas por innumerables factores. Es imposible imaginar un futuro para la sociedad sin la participación protagónica de las grandes mayorías y ese protagonismo excede los procedimientos lógicos de la democracia formal. La perspectiva de un mundo de paz y justicia duraderas nos reclama superar el asistencialismo paternalista, nos exige crear nuevas formas de participación que incluya a los movimientos populares y anime las estructuras de gobierno locales, nacionales e internacionales con ese torrente de energía moral que surge de la incorporación de los excluidos en la construcción del destino común. Y esto con ánimo constructivo, sin resentimiento, con amor. Yo los acompaño de corazón en ese camino. Digamos juntos desde el corazón: Ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ninguna persona sin la dignidad que da el trabajo. Queridos hermanas y hermanos: sigan con su lucha, nos hacen bien a todos. Es como una bendición de humanidad. Les dejo de recuerdo, de regalo y con mi bendición, unos rosarios que fabricaron artesanos, cartoneros y trabajadores de la economía popular de América Latina. Y en este acompañamiento rezo por ustedes, rezo con ustedes y quiero pedirle a nuestro Padre Dios que los acompañe y los bendiga, que los colme de su amor y los acompañe en el camino dándoles abundantemente esa fuerza que nos mantiene en pie: esa fuerza es la esperanza, la esperanza que no defrauda, gracias. Ángelus del 26 de octubre VIENE DE LA PÁGINA 1 En medio de la tupida selva de preceptos y prescripciones —a los legalismos de ayer y de hoy— Jesús abre una brecha que permite distinguir dos rostros: el rostro del Padre y el del hermano. No nos entrega dos fórmulas o dos preceptos: no son preceptos y fórmulas; nos entrega dos rostros, es más, un solo rostro, el de Dios que se refleja en muchos rostros, porque en el rostro de cada hermano, especialmente en el más pequeño, frágil, indefenso y necesitado, está presente la imagen misma de Dios. Y deberíamos preguntarnos, cuando encontramos a uno de estos hermanos, si somos capaces de reconocer en él el rostro de Dios: ¿somos capaces de hacer esto? De este modo Jesús ofrece a cada hombre el criterio fundamental sobre el cual edificar la propia vida. Pero Él, sobre todo, nos donó el Espíritu Santo, que nos permite amar a Dios y al prójimo como Él, con corazón libre y generoso. Por intercesión de María, nuestra Madre, abrámonos para acoger este don del amor, para caminar siempre en esta ley de los dos rostros, que son un rostro solo: la ley del amor. Al término de la oración mariana el Pontífice recordó el ejemplo de la madre Asunta Marchetti, cofundadora de las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo - Escalabrinianas, beatificada el sábado 25 de octubre en San Pablo, Brasil. Queridos hermanos y hermanas: Ayer, en San Pablo, Brasil, ha sido proclamada beata la madre Asunta Marchetti, nacida en Italia, cofundadora de las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo - Escalabrinianas. Era una religiosa ejemplar en el servicio a los huérfanos de los emigrantes italianos; ella veía a Jesús presente en los pobres, en los enfermos, en los emigrantes. Demos gracias al Señor por esta mujer, modelo de incansable misionariedad y valiente entrega al servicio de la caridad. Y esto es una llamada y sobre todo una confirmación de lo que hemos dicho antes, respecto a buscar el rostro de Dios en el hermano y en la hermana necesitados. Un saludo especial dirijo a la comunidad peruana de Roma, aquí presente con la sagrada imagen —que estoy viendo— del Señor de los Milagros. Saludo también a los peregrinos de Schönstatt: estoy contemplando desde aquí el icono de la Madre. Agradezco y saludo a todos con afecto. Por favor, rezad por mí, no lo olvidéis. Os deseo un feliz domingo y buen almuerzo. ¡Hasta la vista! número 44, viernes 31 de octubre de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO página 11 Misa del Pontífice en Santa Marta Horizonte infinito La «experiencia mística» que Pablo tiene de Jesús nos recuerda que no se puede ser cristianos por sí solos, amando a Dios y al prójimo «sin la fuerza y la gracia del Espíritu Santo». Y es precisamente la experiencia del Apóstol la que volvió a proponer el Papa Francisco, relanzando su actualidad espiritual como oración de adoración y de alabanza, en la misa celebrada el jueves 23 de octubre en Santa Marta. «Pablo tiene una experiencia de Jesucristo, una experiencia del Señor que lo llevó a dejar todo», hasta llegar a decir «dejé todo y tengo todo por basura para ganar a Cristo y ser hallado en Él». En efecto, «había visto a Cristo, había conocido a Cristo, estaba enamorado de Cristo». Y «progresa en este misterio». Así, observó el Pontífice, «en la primera lectura —Efesios 3, 14-21— hemos escuchado el acto de adoración que Pablo hace en presencia de Dios: “Hermanos: doblo mis rodillas ante el Padre”». Este es, pues, su acto de adoración al Padre. Pero «después nos explica por qué» lo hace. El pasaje propuesto por la liturgia de hoy, afirmó el Papa, «es original por el lenguaje que usa Pablo». De hecho, se trata de «un lenguaje sin límites, un lenguaje grandioso, amplio: habla de la riqueza de su gloria; habla de comprender la anchura, la longitud, la altura y la profundidad; conocer a Cristo que supera, a Cristo que nos colma de toda plenitud». Es precisamente «un lenguaje sin límites, que no se puede comprender en el sentido de abarcar», porque es «casi sin horizonte». Pablo «adora a este Dios que tiene el poder de hacer mucho más de lo que podamos pedir o pensar, según el poder que tiene incluso en el tiempo, para todas las generaciones, por los siglos de los siglos». Se trata de un auténtico «acto de adoración, una experiencia ante este Dios que es como un mar sin playas, sin límites, un mar inmenso». Y «ante este Dios, Pablo dobla las rodillas de su corazón, de su alma». «En este acto de adoración —afirmó el Papa— Pablo nos habla del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». Y «¿qué pide Pablo para él, para la Iglesia —la Iglesia de Éfeso, en este caso— y para todos nosotros?». Dirigiéndose «al Padre, en quien tiene origen toda descendencia en el cielo y en la tierra», Pablo le pide ante todo «ser fortalecido en el hombre interior mediante su Espíritu». También le pide «al Padre que el Espíritu venga a fortalecernos, a darnos fuerza». Sabe muy bien que «no se puede ir adelante sin la fuerza del Espíritu. Nuestras fuerzas son débiles. No se puede ser cristiano sin la gracia del Espíritu». En realidad, «es precisamente el Espíritu quien nos transforma el corazón, quien nos hace progresar en la virtud para cumplir los mandamientos». Además, Pablo le «pide otra gracia al Padre, pero por medio de Cristo: “Que Cristo habite por la fe en vuestros corazones”, para que estéis arraigados y cimentados en la caridad». En esencia, le «pide la presencia de Cristo para que nos haga crecer en la caridad, pero arraigados en el amor, cimentados en el amor». Así mismo, le «pide al Padre conocer este amor de Cristo que supera todo conocimiento, que no se puede comprender». Pero entonces, «¿cómo puedo conocer lo que no se puede comprender?». La respuesta de Pablo es clara: «Por medio de este acto de adoración de esa gran inmensidad». En el pasaje de la carta a los Efesios, Pablo sigue hablando «a los fieles del Padre: ha comenzado con el Padre y termina con el Padre». Por lo tanto, habla directamente a los fieles de «Aquel que tiene poder para realizar todas las cosas». El apóstol afirma que el Padre puede hacer «mucho más de lo que podemos pedir o pensar». Incluso milagros. «Pero no podemos imaginar qué puede hacer el Padre, según el poder que obra en nosotros». Así pues, Pablo termina esta adoración con una alabanza: «A Él la gloria, por los siglos de los siglos». El Pontífice explicó que nos hallamos ante «una experiencia mística de Pablo, que nos enseña la oración de alabanza y la oración de adoración». Así, «ante nuestras pequeñeces, ante nuestros intereses egoístas —¡tantos!—, Pablo realiza esta alabanza, este acto de adoración». Y le «pide al Padre que nos envíe al Espíritu para que nos dé fuerza y podamos ir adelante; para que nos haga comprender el amor de Cristo y que Cristo nos consolide en el amor». Y le dice al Padre: «Gracias, porque eres capaz de hacer lo que ni siquiera nos animamos a pensar». El Papa destacó que esta oración de Pablo «es una hermosa oración». Y «con esta vida interior se puede comprender que Pablo haya dejado todo y tuviera todo por basura para ganar a Cristo y ser hallado en él». Sus palabras valen también para nosotros, porque «nos hace bien pensar así, nos hace bien adorar también nosotros a Dios». Sí, «nos hace bien alabar a Dios, entrar en este mundo de amplitud, grandiosidad, generosidad y amor». Y, concluyó Francisco, «nos hace bien porque así podemos progresar en el gran mandamiento —el único mandamiento que es el fundamento de todos los demás— que es el amor: amar a Dios y amar al prójimo». La piedra y los ladrillos Es el Espíritu Santo quien construye la Iglesia y consolida su unidad teniendo como base la piedra angular que es Jesús. Para orientarnos a colaborar en esta construcción, tenemos entre las manos una «plantita» que se llama esperanza. Con una advertencia: para ser fuertes es necesario ser débiles. Son las sugerencias espirituales de san Pablo, que el Papa Francisco volvió a proponer en la misa el viernes 24 de octubre. La palabra más repetida por el apóstol Pablo en este pasaje de la Carta a los Efesios» (4, 1-6) propuesto por la liturgia es «solos», destacó enseguida el Papa. Ahí se lee: «Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Un Dios, Padre de todos». Se repite muchas veces la palabra «solo». Y precisamente en esta perspectiva Pablo escribe expresamente: «Yo el prisionero, os exhorto a construir la unidad de la Iglesia». La exhortación de Pablo, explicó el Papa, está orientada a construir «la Iglesia unida, con un bautismo, una fe, un Señor, un Padre». Y «construir la unidad de la Iglesia es el trabajo de la Iglesia y de todo cristiano en la historia». En particular, afirmó el Pontífice, cuando «el apóstol Pedro habla de la Iglesia, habla de un templo hecho de piedras vivas que somos nosotros». En concreto, propone «lo contrario de ese otro templo de la soberbia como lo fue la torre de Babel». En efecto, «este templo lleva a la unidad», mientras que el de Babel «es el símbolo de la desunión, de no entendernos, de la diversidad de lenguas». Por lo tanto, afirmó el Papa, «construir la unidad de la Iglesia, es la tarea de cada cristiano, de cada uno de nosotros». Y «cuando se debe construir un templo, un edificio, se busca una zona edificable preparada para esto». Pero «la primera cosa que se hace es buscar la piedra fundamental: la piedra angular, dice la Biblia». Y «la piedra angular de la Iglesia es Jesús», mientras que «la piedra angular de la unidad de la Iglesia es la oración de Jesús en la última cena: Padre, que sean uno». Precisamente esta «es la fuerza» —dijo el obispo de Roma—, es «la piedra sobre la cual edificamos la unidad de la Iglesia. Sin esta piedra no se puede. No hay unidad sin Jesucristo en la base: es nuestra seguridad». Pero «¿quién construye esta unidad?», se preguntó el Papa Francisco. Nosotros no, ciertamente, porque —puntualizó— «este es el trabajo del Espíritu Santo: el único capaz de construir la unidad de la Iglesia». Jesús, en efecto, «lo envió para hacer crecer a la Iglesia, para hacerla fuerte, para hacerla una». Es «el Espíritu vivo que todos nosotros tenemos dentro: él hace la unidad de la Iglesia, en la diversidad de los pueblos, de las culturas, de las personas». Precisamente «en esta diversidad Él sabe cómo construir la unidad. Pero sólo Él puede construirla, ninguno de nostros puede hacerlo». Y el Papa Francisco propuso otra pregunta: «¿Cómo se construye este templo?». Al respecto, el apóstol Pedro «decía que éramos piedras vivas en esta construcción». Pero «aquí el apóstol Pablo», resaltó el Pontífice, «nos aconseja no ser tanto piedras, sino sobre todo ladrillos, débiles». Por consiguiente, «los consejos que da Pablo para ayudar al Espíritu Santo en la construcción de esta unidad son consejos de debilidad, según el pensamiento humano». Y, en efecto, «humildad, dulzura, magnanimidad, son cosas débiles, porque el humilde parece que no sirve para nada; la dulzura, la mansedumbe parecen no servir; la magnanimidad, el estar abierto a todos, tener el corazón grande...». Además, Pablo añade: «sobrellevaos mutuamente con amor», pero «esforzándoos por mantener la unidad» Y es exactamente «el mismo camino» realizado por Jesús, quien «no retuvo ávidamente el ser igual a Dios: se abajó, se despojó de sí mismo, haciéndose débil, débil, débil hasta la cruz, y se hizo fuerte». El Papa recordó que estamos llamados a hacer «lo mismo: cuanto más somos ladrillos, así con estas virtudes, más seremos útiles al Espíritu Santo para construir la unidad de la Iglesia». Al contrario, «el orgullo, la suficiencia no sirven». Al final se puede decir —acentuó el Papa— que «es el Espíritu quien lleva a cabo esta construcción, este templo que es la Iglesia viva, sobre la piedra fundamental que es Jesús, que es una; sobre la piedra fundamental que es la oración de Jesús por la unidad». Pero hay otra cosa que Pablo añade: «un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados». Porque «cuando se lleva a cabo una construcción es necesario que el arquitecto haga los planos». Y «¿cuáles son los planos de la unidad de la Iglesia? La esperanza a la que hemos sido llamados: la esperanza de ir hacia el Señor, la esperanza de vivir en una Iglesia viva, hecha de piedras vivas, con la fuerza del Espíritu Santo». Por eso, «sólo sobre los planos de la esperanza podemos seguir adelante en la unidad de la Iglesia». El Papa Francisco concluyó recordando que «hemos sido llamados a una gran esperanza»; y exhortó: «dirijámonos allí». Pero hagámoslo «con la fuerza que nos da la oración de Jesús por la unidad y con la docilidad al Espíritu Santo, que es capaz de transformar los ladrillos en piedras vivas». L’OSSERVATORE ROMANO página 12 viernes 31 de octubre de 2014, número 44 COMUNICACIONES Colegio episcopal Audiencias pontificias Monseñor Richard Daniel Alarcón Urrutia, arzobispo de Cuzco (Perú) RENUNCIAS: El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la arquidiócesis de Cuzco (Perú) que monseñor JUAN ANTONIO UGARTE PÉREZ, le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del Código de derecho canónico. Juan Antonio Ugarte Pérez, del clero de la prelatura personal del Opus Dei, nació en Lima el 23 de septiembre de 1938. Recibió la ordenación sacerdotal el 27 de agosto de 1967. Juan Pablo II le nombró obispo titular de Castro y auxiliar de la diócesis de Abancay el 18 de agosto de 1983; recibió la ordenación episcopal el 2 de octubre sucesivo. En 1986 fue trasladado como obispo auxiliar a la arquidiócesis de Cuzco, y en 1991 a la prelatura territorial de Yauyos, de la que fue también administrador apostólico. El Santo Padre le nombró obispo-prelado de dicha circunscripción eclesiástica el 15 de marzo de 1997; y le promovió a arzobispo de Cuzco el 29 de noviembre de 2003. El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis metropolitana de Malta que monseñor PAUL CREMONA, O.P., le había presentado en conformidad con el canon 401 § 2 del Código de derecho canónico. Paul Cremona, O.P., nació en La Valletta, archidiócesis de Malta, el 25 de enero de 1946. Recibió la ordenación sacerdotal el 22 de marzo de 1969. Benedicto XVI le nombró arzobispo de Malta el 2 de diciembre de 2006; recibió la ordenación episcopal el 26 de enero de 2007. EL PAPA HA NOMBRAD O: —Arzobispo metropolitano de Cuzco (Perú) a monseñor RICHARD DANIEL ALARCÓN URRUTIA, hasta ahora obispo de Tarma. Nombramientos pontificios El Papa ha nombrado miembros ordinarios de la Academia pontificia de ciencias al profesor YVES COPPENS, docente de paleoantropología y prehistoria en el Colegio de Francia de París (Francia), y a la profesora ADA E. YONATH, docente de bioquímica y directora del «Helen and Milton A. Kimmelman Center for biomolecular structure and Assembly del Weizmann Institute of science» de Rehovot (Israel). Yves Coppens nació en Vannes (Francia) el 9 de agosto de 1934. Estudió física, química, geología, zoología y botánica en la Universidad de Rennes y se doctoró en paleontología en la Universidad La Soborna de París. Inició su carrera docente en diversas instituciones de París en 1956, sucesivamente en el Centro nacional de investigación científica (en francés CNRS), en el Museo de historia natural, donde ocupó la cátedra de antropología biológica, y en el Colegio de Francia, donde desde 1983 es catedrático de paleoantropología y prehistoria. El profesor Coppens ha organizado, dirigido o codirigido muchas expediciones en África tropical, en Asia, en el norte y sur de África, así como excavaciones en Francia. Como resultado de sus investigaciones en este campo, ha recogido toneladas de fósiles, cientos de homínidos, logrando una considerable cantidad de datos. Su investigación se ha centrado en los vertebrados fósiles, su conjunto y su significado, en paleoambientes, pa- leoclimas y biocronología, así como sobre homínidos fósiles. Es autor y coautor de más de mil publicaciones científicas y libros de investigación o divulgación y miembro de diversas instituciones científicas en todo el mundo. Ada E. Yonath nació en Jerusalén el 22 de junio de 1939. Se doctoró en química en 1962, especializándose en bioquímica en la Universidad Hebrea de Jerusalén en 1964, y en cristalografía en el Instituto Weizmann de ciencias de Rehovot en Israel en 1968. Es titular de la cátedra de biología estructural Martin S. y Helen Kimmel y directora del Centro Helen y Milton A. Kimmelman para la estructura biomolecular del Instituto Weizmann de ciencias. La profesora Yonath está especializada en la traducción del código genético, estructura y función de los ribosomas, modalidades de acción, selectividad y resistencia de los antibióticos. Ha sido galardonada con varios premios y reconocimientos y ha recibido el Premio Nobel de química en 2009 por sus estudios sobre la estructura y la función de los ribosomas. Es también miembro de varias academias científicas internacionales, entre ellas, la Academia nacional de ciencias de Estados Unidos, la Academia israelí de ciencias y letras, la Academia europea de ciencias y arte, la Academia internacional de astronáutica (AIA) y la Academia internacional de microbiología. Richard Daniel Alarcón Urrutia nació en Lima el 10 de abril de 1952. Recibió la ordenación sacerdotal el 8 de diciembre de 1976. El Papa Juan Pablo II le nombró obispo de la diócesis de Tarma el 13 de junio de 2001; recibió la ordenación episcopal el 21 de julio del mismo año. —Obispo de Itumbiara (Brasil) a FERNAND O monseñor ANTÔNIO BRO CHINI, C.S.S., hasta ahora obispo de Jaboticabal Antônio Fernando Brochini, C.S.S., nació en Río Claro, diócesis de Piracicaba, el 10 de noviembre de 1946. Recibió la ordenación sacerdotal el 8 de diciembre de 1973. Juan Pablo II le nombró obispo coadjutor de Jaboticabal el 12 de diciembre de 2001; recibió la ordenación episcopal el 3 de marzo de 2002. Pasó a ser obispo residencial de dicha circunscripción eclesiástica el 25 de junio de 2003. —Obispo de Fort-Liberté (Haití) a ALPHONSE, monseñor QUESNEL S.M.M., hasta ahora obispo titular de Dionisiana y auxiliar de Puerto Príncipe. Quesnel Alphonse nació en Puerto Príncipe el 1 de diciembre de 1949. Ingresó en la congregación de los padres monfortianos, donde recibió la ordenación sacerdotal el 16 de julio de 1977. Benedicto XVI le nombró obispo titular de Dionisiana y auxiliar de Puerto Príncipe el 10 de noviembre de 2012; recibió la ordenación episcopal el 22 de diciembre del mismo año. EL SANTO PADRE HA RECIBID O EN AUDIENCIA: Miércoles 22 de octubre —A monseñor Nunzio Galantino, obispo de Cassano all'Jonio, secretario general de la Conferencia episcopal italiana. Jueves, día 23 —Al primer ministro de Granada, Keith Mitchell, con su esposa y el séquito. —Al cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la evangelización de los pueblos. —A monseñor Luigi Ventura, arzobispo titular de Equilio, nuncio apostólico en Francia. Viernes, día 24 —Al cardenal George Pell, prefecto de la Secretaría de asuntos económicos. —A monseñor Augustine Kasujja, arzobispo titular de Cesarea de Numidia, nuncio apostólico en Nigeria; observador permanente de la Santa Sede ante la comunidad económica de los Estados de África occidental. Lunes, día 27 —Al presidente de la República de Uganda, Yoweri Kaguta Museveni, con su esposa y el séquito. —A monseñor Luis M. Montemayor, arzobispo titular de Illici, nuncio apostólico en Senegal, Cabo Verde y Guinea Bissau y delegado apostólico en Mauritania. Lutos en el episcopado —Monseñor CARLO CURIS, arzobispo titular de Medeli, nuncio apostólico, falleció el 29 de septiembre. Había nacido en La Maddalena (Sassari, Italia) el 2 de noviembre de 1923. Era sacerdote desde el 13 de julio de 1947. Se doctoró en derecho canónico. Entró en el servicio diplomático de la Santa Sede en 1956. Pablo VI le nombró arzobispo titular de Medeli y delegado apostólico en Sri Lanka el 14 de julio de 1971; recibió la ordenación episcopal el 3 de octubre sucesivo. El mismo Papa le nombró pro-nuncio apostólico en Sri Lanka el 16 de febrero de 1976 y le trasladó como pro-nuncio apostólico a Nigeria el 30 de marzo de 1978. Juan Pablo II le nombró delegado apostólico en Jerusalén y pronuncio apostólico en Chipre el 4 de febrero de 1984; y le trasladó como pro-nuncio apostólico a Canadá el 28 de marzo de 1990, donde fue nombrado nuncio apostólico el 1 de septiembre de 1994. Concluyó su servicio diplomático el 4 de febrero de 1999. —Monseñor ANGELO MOTTOLA, arzobispo titular de Cercina, nuncio apostólico, falleció el 8 de octubre. Había nacido en Aversa (Italia) el 10 de enero de 1935. Era sacerdote desde el 2 de abril de 1960. Se doctoró en teología. Había sido oficial de la Congregación para las Iglesias orientales de 1963 a 1986, año en el que fue nombrado delegado de la administración de la Congregación para la evangelización de los pueblos. Juan Pablo II le nombró arzobispo titular de Cercina y nuncio apostólico en Irán el 16 de julio de 1999; recibió la ordenación episcopal el 21 de septiembre sucesivo. Benedicto XVI le nombró nuncio apostólico en Montenegro el 25 de enero de 2007. Concluyó su servicio diplomático el 10 de enero de 2010. número 44, viernes 31 de octubre de 2014 Cristianos de color gris El examen de conciencia sobre nuestras palabras, así como lo propone san Pablo, nos ayudará a responder a una pregunta crucial sobre nosotros mismos: ¿somos cristianos de la luz, de las tinieblas, o, peor, de la mediocridad? Es el interrogante que el Papa Francisco planteó en la misa del lunes 27 de octubre. Para proponer este esencial examen de conciencia el Papa Francisco se inspiró en el pasaje de la Carta a los Efesios (4, 32-5, 8): «San Pablo dice a los cristianos que debemos comportarnos como hijos de la luz y no como hijos de las tinieblas, como éramos antes». Y «para explicar esto —tanto él como el Evangelio (Lucas 13, 10-17)— hace una catequesis sobre la palabra: cómo es la palabra de un hijo de la luz y cómo es la palabra de un hijo de las tinieblas». Así, pues, explicó el Papa relanzando la catequesis paulina, «la palabra de un hijo que no es de la luz puede ser una palabra obscena, una palabra vulgar». Dice de hecho el apóstol: «De la fornicación, la impureza, indecencia o afán de dinero, ni hablar». De este modo, hizo notar el Papa Francisco, «un hijo de la luz luz no tiene este lenguaje vulgar, este lenguaje sucio». Existe, sin embargo, «una segunda palabra, la palabra mundana». Y Pablo sugiere que no se hable tampoco «de vulgaridad, futilidades, trivialidades». Y «la mundanidad es vulgar y trivial», destacó. Por su parte, «un hijo de la luz no es mundano y no debe hablar de mundanidad, de vulgaridad». Pero san Pablo va más allá y dice: «Estad atentos, que nadie os engañe con palabras vacías». Un mensaje que no pierde su actualidad, por lo que el Pontífice añadió que hoy «escuchamos muchas» palabras vacías. Y algunas son incluso «bellas, bien dichas, pero vacías, sin nada por dentro». Por ello «tampoco esta es la palabra del hijo de la luz». Y también, afirmó el Papa , «existe otra palabra en el Evangelio» y es precisamente «la que Jesús dice a los doctores de la ley: “hipócritas”». Sí, es precisamente «la palabra “hipócrita”». Y así, sugirió, también nosotros «podemos pensar cómo es nuestra palabra: ¿es hipócrita? ¿Es un poco de aquí y un poco de allá, para estar bien con todos? ¿Es una palabra vacía, sin esencia, llena de superficialidad? ¿Es una palabra vulgar, trivial, o sea, mundana? ¿Es una palabra sucia, obscena?». No es propio de los hijos de la luz «este modo de hablar, hablar siempre de cosas sucias o de mundanidad o de superficialidad o hipócritamente». En cambio «¿cuál es la palabra de los santos, es decir, la palabra del hijo de la luz?». También san Pablo nos da la respuesta: «Sed imitadores de Dios: caminad en la caridad; caminad en la bondad; caminad en la mansedumbre». Quien camina así, es precisamente, un hijo de la luz. «Hoy la Iglesia nos hace reflexionar sobre el modo de hablar y esto nos ayudará a entender si somos hijos de la luz o hijos de las tinieblas», precisó el Papa. Y propuso puntos de referencia concretos para orientarse diciendo: «Acordaos: palabras obscenas, ¡nada! Palabras vul- L’OSSERVATORE ROMANO Misa en Santa Marta gares y mundanas, ¡nada! Palabras vacías, ¡nada! Palabras hipócritas, ¡nada!». Estas palabras, en efecto, «no son de Dios, no son del Señor, sino que son del maligno». Es verdad, observó el Pontífice, que se pueden entender y reconocer bien las diferencias entre los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas. «Los hijos de la luz brillan» como Jesús dice a sus discípulos: «Que vuestras obras brillen y den gloria al Padre». Es un hecho evidente que «la luz brilla e ilumina a los demás en el camino». Y «hay cristianos luminosos, llenos de luz, que buscan servir al Señor con esta luz». Así como, por otra parte, «hay cristianos tenebrosos, que no quieren nada del Señor y llevan una vida de pecado, una vida lejos del Señor». Sin embargo, no siempre todo es así claro y reconocible: por una parte los hijos de las tinieblas, y por otra, los hijos de la luz. «Existe un tercer grupo de cristianos —explicó— que es el más difícil y complejo de todos: los cristianos ni luminosos ni oscuros». Y estos «son los cristianos de color gris», que «en una ocasión Hay cristianos que se detienen en la «reception» de la Iglesia y permanecen inmóviles en la puerta, para no comprometerse. Es la actitud de quien se declara «católico, pero no demasiado», de ello el Papa Francisco habló durante la misa del martes 28 de octubre. El día de la fiesta de los santos apóstoles Simón y Judas, destacó el Pontífice, «la Iglesia nos hace reflexionar sobre sí misma», invitándonos a considerar «cómo es la Iglesia, qué es la Iglesia». En la carta a los Efesios (2.19-22) «lo primero que nos dice Pablo es que nosotros no somos extranjeros ni forasteros: no estamos de paso, en esta ciudad que es la Iglesia, sino que somos conciudadanos». Por lo tanto, «el Señor nos llama a su Iglesia con el derecho de un ciudadano: no estamos de paso, estamos arraigados allí. Nuestra vida está allí». están de esta parte, y en otra de aquella». Son cristianos que están «siempre en la mediocridad: son los tibios». Se lee en el Apocalipsis cuando «el Señor a estos cristianos de la mediocridad les dice: “¡tú no eres ni caliente ni frío! ¡Ojalá fueras caliente o frío! Pero porque eres tibio —gris— ¡te vomitaré de mi boca!”». Por lo tanto, dijo el Papa, «el Señor es duro con los cristianos de color gris». Y no sirve de nada justificarse para autodefenderse: «yo soy cristiano, pero sin exagerar». Estas personas mediocres «hacen mucho mal, porque su testimonio cristiano es un testimonio que, al final, siembra confusión». El pasaje de san Pablo, concluyó el Papa Francisco, es un buen termómetro para reconsiderar bien «nuestro lenguaje». Y puede ser útil responder a estas preguntas: «¿Cómo hablamos? ¿Con cuáles de estas cuatro palabras hablamos? ¿Palabras obscenas, palabras mundanas, vulgares, palabras vacías, palabras hipócritas?». Y la respuesta a estos interrogantes, añadió el Papa, debe sugerirnos otra pregunta: «¿Soy un cristiano de la luz? ¿Soy un cristiano de la oscuridad? ¿Soy un cristiano de color gris?». Este examen concreto de conciencia nos ayudará a «dar un paso adelante, para encontrar al Señor». Y Pablo «presenta la imagen del palacio o del templo» al escribir: «Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular» (v. 20). Exactamente «esta es la Iglesia», confirmó el Papa. Porque «estamos edificados sobre las columnas de los apóstoles: la piedra angular, la base, es Cristo mismo, y nosotros estamos dentro». San Pablo sigue explicando que en Cristo «todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado. Por Él también vosotros entráis con ellos en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu» (vv. 21-22). He aquí, pues, «la definición de la Iglesia que hoy nos da Pablo: un templo edificado». Y así «también nosotros somos edificados para convertirnos en morada del Espíritu». Esta misma visión de la Iglesia, continuó el Pontífice, «podemos verla también un poco más desarrollada en el pasaje del Evangelio» de san Lucas (6, 12-19) que relata cómo eligió Jesús a los apóstoles. El evangelista «dice que Jesús fue al monte a rezar. Y luego llamó a los doce, los eligió». Así, pues, Jesús bajó juntamente con ellos del monte, encontrando que en la llanura lo esperaba «una gran muchedumbre de sus dis- Católicos pero no demasiado página 13 cípulos, a los que enviará», y «una gran multitud de gente que trataba de tocarlo» para ser curada. En resumen, explicó el Papa, «Jesús ora, Jesús llama, Jesús elige, Jesús envía a los discípulos, Jesús cura a la muchedumbre». Y «dentro de este templo Jesús, que es la piedra angular, hace todo este trabajo: es Él quien, de este modo, lleva adelante a la Iglesia». Precisamente como escribe Pablo, «esta Iglesia está edificada sobre el cimiento de los apóstoles que Él eligió». Lo confirma el pasaje evangélico cuando recuerda que el Señor «eligió a doce: todos pecadores, todos». Judas —indicó el obispo de Roma— «no era el más pecador» y «no sé quien haya sido el más pecador». Pero «Judas, pobrecillo, es quien se cerró al amor y por ello se convirtió en traidor». Es un hecho que «todos los apóstoles escaparon en el momento difícil de la pasión y dejaron solo a Jesús: todos son pecadores». Y a pesar de ello, Jesús mismo los eligió. Así, continuó el Papa Francisco, «a la Iglesia la edifica Jesús con su oración; con la elección de los apóstoles; con la elección de los discípulos que luego envía; con el encuentro con la gente». Jesús nunca está «separado de la gente: está siempre en medio de la multitud que trataba de tocarlo, porque de Él salía una fuerza que curaba a todos», como destaca san Lucas en su Evangelio. «Nosotros somos ciudadanos, conciudadanos, de esta Iglesia», dijo el Pontífice. Por ello, «si no entramos en este templo y formamos parte de esta construcción para que el Espíritu Santo more en nosotros, no estamos en la Iglesia». Más bien «estamos en la puerta y miramos», tal vez diciendo: «Es hermoso, sí, esto es hermoso». Y así terminamos siendo «cristianos que no van más allá de la “reception” de la Iglesia. Estoy allí, en la puerta», con la actitud propia de quien piensa: «Sí, soy católico, sí, pero demasiado no, así». Según el Papa Francisco, «la cosa tal vez más hermosa que se pueda decir acerca de cómo se construye la Iglesia es la primera y la última palabra del pasaje del Evangelio: “Jesús reza”, “salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios”». Por lo tanto, «Jesús reza y Jesús cura», porque «salía de Él una fuerza que curaba a todos». Precisamente «en este marco —Jesús que reza y Jesús que cura— está todo lo que se puede decir de la Iglesia: Jesús que reza por los suyos, por los fundamentos, por los discípulos, por el pueblo; y Jesús que cura, que soluciona los problemas de la gente, que da la salud del alma y del cuerpo». La realidad de «Jesús que reza y Jesús que cura» es actual también hoy para todos nosotros. Porque «nosotros —reafirmó el Papa— no podemos entender a la Iglesia sin este Jesús que ora y este Jesús que cura». El Papa Francisco concluyó su meditación con la oración al Espíritu Santo, para que «nos haga comprender a todos nosotros esta Iglesia que tiene su fuerza en la oración de Jesús por nosotros y que es capaz de curarnos a todos». página 14 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 31 de octubre de 2014, número 44 Documento de la Pontificia Comisión Bíblica Inspiración y verdad KLEMENS STO CK* La Pontificia Comisión Bíblica publicó un documento sobre Inspiración y verdad de la Sagrada Escritura. La Palabra que viene de Dios y habla de Dios para salvar al mundo (Ciudad del Vaticano, Librería Editora Vaticana, 2014, 254 páginas). En la asamblea sinodal de 2008 sobre la Sagrada Escritura en la vida y en la misión de la Iglesia se sugirió un estudio profundo de las dos características principales de la Biblia, o sea, su inspiración y su verdad. La Comisión, aceptando esta sugerencia, comenzó su reflexión basándose en la enseñanza del Vaticano II, que encontramos en la constitución dogmática Dei Verbum. A partir de esta pista, el documento de la Comisión considera, ante todo, la naturaleza de los libros sagrados. La primera parte está dedicada a verificar qué testimonian sobre su proveniencia de Dios. La segunda parte investiga cómo se presenta la verdad que Dios quiere comunicarnos. Sigue la tercera parte, que se ocupa de algunos pasajes de la Biblia que parecen cuestionar su verdad y, en consecuencia, su inspiración. Según cuanto testimonian los mismos textos sagrados, su proveniencia de Dios se presenta de diferentes modos. Se indican algunos ejemplos. Moisés es llamado por Dios, se convierte en mediador entre Dios y el pueblo de Israel y debe comunicar a su pueblo, oralmente o por escrito (cf. Éxodo 24, 4; 34, 27; Deuteronomio 31, 9), las instrucciones recibidas de Dios. Es parecido el caso de los profetas que, después de haber sido llamados por Dios (por ejemplo, Isaías 6, 1-13), reciben las palabras de Dios para comunicarlas al pueblo, a veces con el mandato explícito de ponerlas por escrito (cf. Jeremías 36, 2). Para el autor del libro del Sirácida, la lectura meditativa y creyente «de la Ley, de los Profetas y de los demás libros de nuestros padres» se convierte en fuente de la sabiduría que «viene del Señor» (Sirácida 1, 1) y lo impulsa a escribir su obra. Es característico de todos los escritos del Nuevo Testamento que la persona de Jesús medie toda relación de los autores con Dios. El apóstol Pablo reafirma su relación inmediata con Jesús resucitado (1 Corintios 9, 1; 15, 8) y la considera don recibido de Dios Padre (cf. Gálatas 1, 15-16; también Gálatas 1, 12). El autor del cuarto evangelio testimonia su contemplación de la gloria del Hijo unigénito (Juan 1, 14) y se presenta como testigo ocular de lo que relata y cómo es instruido y guiado por el Espíritu de verdad mandado por Jesús glorificado. Es diferente el caso del autor del Evangelio de Lucas y del de la carta a los Hebreos. El primero basa su relato «de todo lo que Jesús hizo y enseñó» (Hechos 1, 1) en «testigos oculares y servidores de la Palabra» (Lucas 1, 2); el segundo se refiere a testigos oyentes del anuncio del Señor para su exposición de «semejante salvación» (Hebreos 2, 3). Los datos bíblicos recogidos de esta manera no tizarse así: Dios es per- hizo cercano y llama a la conversión, fecta comunión en sí y a «signos» les da el carácter de remismo y Dios ofrece la velaciones de la identidad de Jesús comunión de vida consi- que llaman a la fe en Él. Las numego a todos los seres hu- rosas divergencias en los detalles de manos por medio de su los relatos pascuales pueden dirigir Hijo (cf. también Dei la atención al «perenne valor teolóVerbum, 2). gico de los evangelios» (instrucción Entre los textos que Sancta Mater Ecclesia), es decir, a la parecen problemáticos posibilidad de encontrar un comendesde el punto de vista tario teológico expresado de modo de lo que sucedió efectinarrativo que indique la relación de vamente, el documento los hechos narrados con Dios. se ocupa de los relatos Ejemplos de prácticas escandalodel ciclo de Abraham (especialmente Génesis 15) sas y contrarias a la enseñanza de Jey del paso del mar (Éxo- sús son la oración a Dios que pide do 14), de los libros de venganza (por ejemplo, en el Salmo Tobías y Jonás, de los 109), o dedicarse al exterminio de evangelios de la infancia los habitantes de Canáan (Deuterono(Mateo 1-2; Lucas 1-2), de mio 7, 1-2; Josué 6-11). Colocarlos en los relatos de milagros y su contexto histórico y literario sirve de los relatos pascuales. para comprender mejor su significaAludimos a estas explica- do original, pero para los cristianos únicamente el ejemplo y la enseñanciones. Con respecto a Abra- za de Jesús son válidos. ham, se pone de relieve El estudio de los libros bíblicos en el carácter normativo de referencia a su auto-testimonio sobre su comportamiento; en la proveniencia de Dios y a la vercuanto al paso del mar, dad que nos transmiten pone de rela salvación realizada lieve los diversos modos de la relaEvangeliario de Godescalco (siglo VIII) completamente por el Se- ción de sus autores con Dios y de la ñor; se muestra el carác- expresión de la verdad, que sigue esconstituyen una doctrina integral so- ter sapiencial y edificante del libro tando orientada al conocimiento de bre la inspiración bíblica, pero dicha de Tobías y se indican algunos te- Dios y de su salvación. mas teológicos del libro de Jonás. doctrina debe tenerlos en cuenta. Se llega al culmen en la persona La salvación humana es el fin de Los evangelios de la infancia sirven de Jesús, en quien se verifica la revela revelación de Dios. Según la Dei como introducciones a los dos evan- lación plena de la verdad. La comVerbum, los libros bíblicos comuni- gelios y establecen las características prensión adecuada de la inspiración can la verdad por cuanto está rela- de la persona y la obra de Jesús ya y de la verdad bíblica debe basarse cionada con esta salvación (n. 11). en sus orígenes. Las acciones extraordinarias de Je- en el papel de la persona y obra de Según esta misma constitución, la Jesús. verdad que se encuentra en el centro sús constituyen una parte esencial de de la revelación se refiere a Dios su ministerio. Los términos «obras mismo y a la salvación humana, y con poder» las califican como mani- *Secretario de la Pontificia Comisión alcanza su revelación plena en la festaciones del reino de Dios que se Bíblica persona de Jesús (n. 2). En consecuencia, se deben tener en cuenta dos aspectos. Primero: la lectura que corresponde a la finalidad de la Sagrada Escritura es la que busca en ella el conocimiento de Dios y de su salvación. Segundo: la venida de Jesús, y con ella el culmen de la revelación, es preparada por una larga «economía» de la revelación divina. Los libros bíblicos no solo testimonian la meta (Nuevo Testamento), sino también el camino de preparación (Antiguo Testamento). Por eso la verdad plena sobre Dios y sobre su salvación no se encuentra en una lectura reducida a libros individuales y aislados, sino solamente en una lectura «canónica», a la luz que viene de la persona de Jesús. El documento refiere la verdad que se manifiesta en distintos libros bíblicos. El culmen de la revelación sobre Dios y la salvación traída por Jesús puede expresarse en referencia a Mateo (28, 19-20): Jesús revela a Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, a Dios que es y vive en sí El jueves 23 de octubre por la mañana, en el palacio apostólico vaticano, mismo una comunión perfecta. Jesús el Papa Francisco recibió en audiencia al Primer ministro de Granada, el llama a sus discípulos al seguimiento señor Keith Mitchell, quien sucesivamente se reunió con el secretario de (Mateo 4, 18-22), a la comunión de Estado, el cardenal Pietro Parolin, acompañado por el arzobispo Dominivida con Él, y les manda hacer discíque Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados. Durante pulos a todos los pueblos (Mateo 28, las cordiales conversaciones se centraron en las buenas relaciones que 19), es decir, introducirlos en la misexisten entre la Santa Sede y Granada, además de la importante contribuma comunión de vida con Él. Jesús ción que la Iglesia católica realiza en el campo educativo, social y caritatitambién expresa en Juan (17, 24) su vo ante los desafíos del país, sobre todo en lo que concierne a la juvendeseo más elevado. La verdad sobre tud. Al respecto, se afirmó también la necesidad de una cooperación enDios y sobre la salvación humana, tre todas las fuerzas sociales con vistas a la promoción del bien común y del desarrollo del país. revelada por y en Jesús, puede sinte- Audiencia al primer ministro de Granada número 44, viernes 31 de octubre de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO página 15 Estela de Licinia Amias (siglo II-III, Museo nacional romano) Prehistoria de la epigrafía y falsas atribuciones El pez de los vivientes minos en que fue formulada— en la realidad de la documentación. Pero l contrario de una inveterada esto no impidió que una parte consiy aún no desaparecida co- derable de la investigación se dedirriente de estudios, la praxis cara a buscar rastros de una genuina epigráfica de los orígenes cristianos y reconocible especificidad cristiana sólo puede observarse desde la pers- que, aunque con formas voluntariapectiva cultural y conceptual de la mente ocultas, podían descubrirse unidad epigráfica romana, sin des- incluso en el período de los orígenes cuidar o reducir la progresiva in- en sentido estricto. A excepción de fluencia de aspectos calificadores di- poquísimos ejemplares auténticarectamente inducidos por la apari- mente protocristianos, como por ción y consolidación del fenómeno ejemplo la estela de Abercio o las cristiano. En esta dirección, los ele- inscripciones de la familia de los Anmentos que legitiman un encargo cotii en el pequeño sepulcro de una cristiano siempre deben insertarse y zona de vía Appia, la documentaobservarse en el ámbito de las diver- ción citada como apoyo de un hiposas tipologías funcionales previstas tético Urchristentum epigráfico se en la praxis epigráfica romana, latina identificaba, en definitiva, con la lectura «cristiana» de elementos epigráy griega. La sencilla expresión mortis me- ficos de la época medio-imperial, tuenda potestas (Ed 21, 8), escrita por que sólo presentan la característica un cristiano (Dámaso) en la segunda de ser inscripciones funerarias romamitad del siglo IV, podía colocarse, nas. En este clima ideológico sucediesin contradicción alguna, tanto en la tumba de un pagano como en la de ron deplorables episodios de interun cristiano, puesto que sólo desig- venciones posteriores, con manipulanaba un compartido sentimiento ciones de materiales antiguos plega«primario» radicado en el terreno dos forzosamente en favor de la que impropiamente se consideraba una «causa jusLa praxis epigráfica de los orígenes ta». Es lo que ocurrió en la catacumba de Santa cristianos sólo puede observarse Catalina en Chiusi —un desde la perspectiva cultural y conceptual hipogeo mixto donde estaban enterrados juntos de la unidad epigráfica romana paganos y cristianos—, en la que por iniciativa común de la esfera antropológica. A de algunos estudiosos locales, en lo largo de la historia secular de la 1854 algunas estelas paganas fueron epigrafía cristiana, la diferente con- privadas, mediante cincelado, de su cepción de la muerte que caracteriza signo de identificación, la adprecatio a los Christi fideles y los distingue en a los dioses Mani, «a fin de no dar la sociedad romana, no inmediata- —como se escribió— a nuestros cenmente y no siempre se señala paten- sores [los protestantes] ningún pretemente en las expresiones dedicadas texto para pensar mal» (Antonio Fea la muerte. En los albores de los rrua, Documenti sullo scavo e pubbliprimeros testimonios —entre finales cazione della catacomba di s. Caterina del siglo II y comienzos del siglo III– di Chiusi, en: «Rivista di archeologia y antes de la realización de lugares cristiana» 60, 1984, p. 94, doc. n. de sepultura queridos por la comu- 14). También en Roma se verificaron nidad, no parece haber, si no episódicamente, signos explícitos de iden- episodios de este tipo, aunque no «firmados»: si en Chiusi se cincelatidad y pertenencia. Desde principios del siglo pasado ba, en la Urbe —como parece— se no pocos estudiosos, incluso autori- procedía a añadir. Es muy conocida, zados, habían removido de hecho es- más aún, famosísima, la así llamada ta realidad objetiva, sobre todo en el estela funeraria de Licinia Amias, inperíodo más acalorado de la disputa dicada por la Vulgata historiográfica antimodernista, que también implicó como testimonio protocristiano, pretotalmente los estudios de arqueolo- cursor del uso del Ichthys (pez) y de gía y epigrafía. Era preponderante el la combinación figurativa pez-ancla preconcepto de que, incluso a través en clave cristiana. Se trata de una del medium epigráfico, los cristianos estela funeraria con acroteras de fihabían declarado desde los orígenes, nales del siglo II e inicios del siglo casi por necesidad, su pertenencia, III. Las informaciones sobre su prorecurriendo a códigos simbólicos veniencia se limitan a la indicación —textuales y/o figurativos— relativos genérica «área vaticana», pero no se a aspectos calificadores de su identi- conoce el contexto monumental oridad. ginario de pertenencia, aunque la De estas investigaciones se derivó morfología del soporte (una estela una imagen del todo autorreferen- marmórea) sólo puede suponer su cial: una praxis epigráfica definida empleo en un cementerio sudiale, es desde los comienzos con una identi- decir, a cielo descubierto. Se podría dad propia, fundada en una matriz pensar —pero es mera hipótesis— en «bíblica» que impregnaría sus for- la necrópolis bajo la basílica de San mas y sus contenidos. Sólo una re- Pedro, o sea en el extenso sepulcro construcción virtual, que no tiene hallado bajo el aparcamiento vaticaconfirmación —al menos en los tér- no. El texto grabado es este: d(is) CARLO CARLETTI A M(anibus) / ichthys zonton / (ancla, je famoso del De baptismo (1, 3), de pez, ancla) / Liciniae Amiati be|neme- Tertuliano. Así pues, se trata de una renti vixit | (Inscriptiones Christianae inserción fortasse novicia, lo cual, por Urbis Romae II, n. 4246). otra parte —proféticamente—, había La inserción de la secuencia ver- intuido ex ingenio Víctor Schultze en bal griega entre la adprecatio a los las postrimerías del siglo XIX (Ardioses Mani y los elementos figurati- chäologische Studien über altchristliche vos (dos anclas afrontadas a un pez) Monumente, Viena, 1880, pp. 229-231, parece objetivamente una anomalía 274). en una lápida que, sin duda, tiene En su estado actual —salvo pocos una manufactura de alta calidad. y muy identificables focos de resisPor otra parte, la misma locución tencia—, la crítica epigráfica ha acoichthys zonton («pez de los vivien- gido fundamentalmente la ya consotes») se presenta como un unicum lidada lección de dos maestros como absoluto en el conjunto de la pro- Franz Joseph Dölger y Antonio Feducción epigráfica de encargo cris- rrua (ambos sacerdotes católicos), tiano, tanto occidental como orien- que emprendieron una verdadera detal. puración, devolviendo las inscripcioEn realidad, como demostró Gior- nes tendenciosamente consideradas gio Filippi mediante un cuidadosísi- cristianas a su respectivo ámbito de mo examen, a lo largo de su historia pertenencia: in partibus infidelium, la estela vaticana tuvo una serie de como habría dicho Giovanni Battista sucesivas manipulaciones y usos de Rossi, medio en broma, medio en (véase, bajo la dirección de Ivan Di serio. Las líneas directrices y el inicio Stefano Manzella, Le iscrizioni dei cristiani in Vaticano. Materiali e con- concreto de este proceso de revisión tributi scientifici per una mostra epigra- están sólidamente arraigados en el fica, Ciudad del Vaticano, 1977, concepto historiográfico de la AuseiScheda n. 3.2.2, pp. 218-220). nandersetzung zwischen Antike und A la redacción originaria, consti- Christentum (la «dialéctica entre tuida por la dedicatoria dis Manibus, mundo antiguo y cristianismo») de por dos peces afrontados a un ancla Dölger y en las experiencias realizay por la mención de un fallecido das por Ferrua durante su militancia también desconocido, siguieron dos intervencioEs muy conocida, la así llamada estela nes sucesivas. En un primer momento —previa funeraria de Licinia Amias que a lo abrasión y consecuente largo de su historia tuvo una serie de descenso del nivel de la escritura— se canceló la sucesivas manipulaciones y usos primera dedicatoria y en el mismo espacio se la sustituyó con la de Licinia Amias; epigráfica, que le permitieron elaboluego, debajo del dis Manibus se in- rar el principio según el cual había sertó ichthys zonton. Los dos primeros que suponer que un epígrafe era pausos debieron hacerse entre la mitad gano hasta que se dispusiera de ardel siglo II y el comienzo del siglo gumentos «positivos» para consideIII; el tercero en edad imprecisa, que rarlo cristiano: ante la duda —añanada impone circunscribir al mundo día— era mejor renunciar a una elecantiguo, incluso porque suscita más ción definitiva. de una duda la presencia simultánea Al respecto —como recuerdo perdel latín y del griego en un mismo sonal—, vuelvo a proponer lo que contexto; de modo análogo, parece Ferrua repetía muchas veces durante incoherente el evidente y cuidadosísus lecciones de epigrafía en el Ponsimo corte —por cierto no al azar— de la parte inferior de la estela, lo tificio Instituto de arqueología criscual habría impedido —en la anti- tiana: el justo enfoque laico de la ingüedad— su colocación en el terreno vestigación no sólo puede beneficiar como signo de una sepultura excava- el conocimiento histórico, sino también la causa y la credibilidad de la da. En definitiva, la sorprendente in- Iglesia, sobre todo cuando es un esserción «pez de los vivientes» puede tudioso creyente quien se confronta considerarse, con toda probabilidad, con los testimonios a menudo inuna expresión posterior, muy difícil- completos y no fácilmente desciframente atribuible a la antigüedad, y bles relativos a la antigüedad cristiaprobablemente inspirada en un pasa- na. L’OSSERVATORE ROMANO página 16 viernes 31 de octubre de 2014, número 44 En la audiencia general el Papa habla de la relación entre la realidad visible y espiritual de la Iglesia Si el cristiano es motivo de escándalo Con su «mal ejemplo» el cristiano puede ser «motivo de escándalo» para los demás. De este riesgo alertó el Papa Francisco a los fieles durante la audiencia general del miércoles 29 de octubre, dedicada a la relación entre realidad visible y realidad espiritual de la Iglesia. Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! En las catequesis anteriores tuvimos ocasión de destacar cómo la Iglesia tiene una naturaleza espiritual: es el cuerpo de Cristo, edificado en el Espíritu Santo. Cuando nos referimos a la Iglesia, sin embargo, inmediatamente el pensamiento se dirige a nuestras comunidades, nuestras parroquias, nuestras diócesis, a las estructuras en las que a menudo nos reunimos y, obviamente, también a los miembros y a las figuras más institucionales que la dirigen, que la gobiernan. Es esta la realidad visible de la Iglesia. Entonces, debemos preguntarnos: ¿se trata de dos cosas distintas o de la única Iglesia? Y, si es siempre la única Iglesia, ¿cómo podemos entender la relación entre su realidad visible y su realidad espiritual? Ante todo, cuando hablamos de la realidad visible de la Iglesia, no debemos pensar sólo en el Papa, los obispos, los sacerdotes, las religiosas y todas las personas consagradas. La realidad visible de la Iglesia está constituida por muchos hermanos y hermanas bautizados que en el mundo creen, esperan y aman. Pero muchas veces escuchamos que se dice: «La Iglesia no hace esto, la Iglesia no hace esto otro...» – «Pero, dime, ¿quién es la Iglesia?» – «Son los sacerdotes, los obispos, el Papa...» – La Iglesia somos todos, nosotros. Todos los bautizados somos la Iglesia, la Iglesia de Jesús. Todos aquellos que siguen al Señor Jesús y que, en su nombre, se hacen cercanos a los últimos y a los que sufren, tratando de ofrecer un poco de alivio, de consuelo y de paz. Todos los que hacen lo que el Señor nos ha mandado son la Iglesia. Comprendemos, entonces, que incluso la realidad visible de la Iglesia no es mensurable, no es posible conocer en toda su amplitud: ¿cómo se hace para conocer todo el bien que se hace? Muchas obras de amor, numerosas fidelidades en las familias, tanto trabajo para educar a los hijos, para transmitir la fe, tanto sufrimiento en los enfermos que ofrecen sus sufrimientos al Señor... Esto no se puede medir y es muy grande. ¿Cómo se hace para conocer todas las maravillas que, a través de nosotros, Cristo logra obrar en el corazón y en la vida de cada persona? Mirad: también la realidad visible de la Iglesia va más allá de nuestro control, va más allá de nuestras fuerzas, y es una realidad misteriosa, porque viene de D ios. Llamamiento a la comunidad internacional Para derrotar el virus del ébola Un llamamiento a la comunidad internacional para derrotar el virus del ébola lanzó el Papa al término de la audiencia general. En el momento de los saludos en lengua española, el Pontífice se dirigió con estas palabras al pueblo mexicano. Ante el avance de la epidemia del ébola, deseo expresar mi viva preocupación por esta implacable enfermedad que se está extendiendo especialmente en el continente africano, sobre todo entre las poblaciones más desfavorecidas. Estoy cercano con el afecto y la oración a las personas afectadas, así como a los médicos, a los enfermeros, a los voluntarios, a los institutos religiosos y a las asociaciones que trabajan heroicamente para socorrer a estos hermanos y hermanas nuestros enfermos. Renuevo mi llamamiento, a fin de que la comunidad internacional ponga en acción todo el esfuerzo necesario para derrotar este virus, aliviando concretamente las dificultades y los sufrimientos de quienes son tan duramente probados. Os invito a rezar por ellos y por quienes han perdido la vida. Quisiera hoy elevar una oración y traer cerca de nuestro corazón al pueblo mexicano, que sufre por la desaparición de sus estudiantes, y por tantos problemas parecidos. Que nuestro corazón de hermanos esté cerca de ellos orando en este momento. A los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, haciendo referencia a la ya próxima festividad de Todos los santos, les dijo: Nos acercamos a la solemnidad de Todos los santos. Queridos jóvenes, mirad a los santos como modelos de vida; queridos enfermos, ofreced vuestro sufrimiento por quienes tienen necesidad de conversión; y vosotros, queridos recién casados, cuidad el crecimiento en la fe de vuestra casa matrimonial. Para comprender la relación, en la Iglesia, la relación entre su realidad visible y su realidad espiritual, no hay otro camino más que mirar a Cristo, de quien la Iglesia constituye el cuerpo y de quien ella nace, en un acto de infinito amor. También en Cristo, en efecto, en virtud del misterio de la Encarnación, reconocemos una naturaleza humana y una naturaleza divina, unidas en la misma persona de modo admirable e indisoluble. Esto vale de modo análogo también para la Iglesia. Y como en Cristo la naturaleza humana secunda plenamente la naturaleza divina y se pone a su servicio, en función de la realización de la salvación, así sucede, en la Iglesia, por su realidad visible, respecto a la naturaleza espiritual. También la Iglesia, por lo tanto, es un misterio, en el cual lo que no se ve es más importante que aquello que se ve, y sólo se puede reconocer con los ojos de la fe (cf. Const. dogm. sobre la Iglesia Lumen gentium, 8). Así, pues, en el caso de la Iglesia, debemos preguntarnos: ¿cómo es que la realidad visible puede ponerse al servicio de la realidad espiritual? Una vez más, podemos comprenderlo mirando a Cristo. Cristo es el modelo de la Iglesia, porque la Iglesia es su cuerpo. Es el modelo de todos los cristianos, de todos nosotros. Cuando se mira a Cristo no hay lugar a error. En el Evangelio de san Lucas se relata cómo Jesús, al volver a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga y leyó, refiriéndolo a sí mismo, el pasaje del profeta Isaías donde está escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque Él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor» (4, 18-19). He aquí: como Cristo se valió de su humanidad —porque también era hombre— para anunciar y realizar el designio divino de redención y de salvación —porque era Dios—, así debe ser también para la Iglesia. A través de su realidad visible, de todo lo que se ve, los sacramentos y el testimonio de todos nosotros cristianos, la Iglesia está llamada cada día a hacerse cercana a cada hombre, comenzando por quien es pobre, por quien sufre y está marginado, de modo que siga haciendo sentir en todos la mirada compasiva y misericordiosa de Jesús. Queridos hermanos y hermanas, a menudo como Iglesia experimentamos nuestra fragilidad y nuestros límites. Todos los tenemos. Todos somos pecadores. Nadie de nosotros puede decir: «Yo no soy pecador». Pero si alguno de nosotros siente que no es pecador, que levante la mano. Veamos cuántos... ¡No se puede! Todos lo somos. Y esta fragilidad, estos límites, estos pecados nuestros, es justo que nos causen un profundo dolor, sobre todo cuando damos mal ejemplo y nos damos cuenta de que nos convertimos en motivo de escándalo. Cuántas veces, en el barrio, hemos escuchado: «Pero, esa persona que está allá, va siempre a la iglesia pero habla mal de todos, critica a todos...». Esto no es cristiano, es un mal ejemplo: es un pecado. De este modo damos un mal ejemplo: «Y, en definitiva, si este o esta es cristiano, yo me hago ateo». Nuestro testimonio es hacer comprender lo que significa ser cristiano. Pidamos no ser motivo de escándalo. Pidamos el don de la fe, para que podamos comprender cómo, a pesar de nuestra miseria y nuestra pobreza, el Señor nos hizo verdaderamente instrumento de gracia y signo visible de su amor para toda la humanidad. Podemos convertirnos en motivo de escándalo, sí. Pero podemos llegar a ser también motivo de testimonio, diciendo con nuestra vida lo que Jesús quiere de nosotros. Los tuits en @Pontifex_es 25 O CT [9.25 AM] En la cruz de Jesús se puede ver toda la fuerza del mal, pero también toda la omnipotencia de la misericordia de Dios 28 O CT [9.50 AM] Ayudemos a los demás a descubrir la alegría del mensaje cristiano: un mensaje de amor y de misericordia 30 O CT [10.00 AM] La misión principal de la Iglesia es evangelizar: llevar la Buena Noticia a todos
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