Gerencia Buscando el centro del liderazgo la habilidad política como factor esencial del éxito Hallar el núcleo del liderazgo no es tarea fácil. Las organizaciones son escenarios políticos dinámicos. Aquí exploramos la dependencia del liderazgo exitoso en la destreza o perspicacia política, tal como lo muestran las nuevas investigaciones. Dwight D. Frink, Profesor Visitante de INCAE Profesor de la Universidad de Mississippi 52 INCAE BUSINESS REVIEW Gerencia E l liderazgo es, tal vez, tema de más documentos, libros y conversaciones que cualquier otro concepto empresarial o de organizaciones. Por generaciones, la gente ha intentado comprender sus matices y, no obstante, la descripción de lo que es y entraña sigue siendo confusa. Por lo general, el par de preguntas que surgen inmediatamente son: ¿por qué no se pierde el interés en el asunto? ¿Por qué lo que comprendemos hasta ahora no basta? Al parecer, tres respuestas sobresalen. Primero, a escala individual, el liderazgo evoca nociones casi románticas de estatus, influencia, capacidades y riqueza superiores, lo cual alimenta el ansia de entenderlo para que más personas disfruten de sus beneficios. Infortunadamente, este es un sueño esquivo para muchos. Por otra parte, las imágenes románticas hacen que las organizaciones busquen a los mejores líderes (o salvadores) que los conduzcan por el camino del éxito y la seguridad, otro sueño escurridizo. Segundo, se trata de un fenómeno muy complejo que contiene algunos elementos generalizables y otros específicos para cada situación: encontrar una combinación que encaje en todo tipo de situaciones es una misión prácticamente imposible. Y la tercera razón es que el liderazgo se presenta en medio de las dinámicas relaciones entre líderes, situaciones, seguidores y una gran variedad de otros participantes, como los grupos de interés. Pese a todo lo que creemos saber acerca del liderazgo, persisten algunas preguntas importantes. Por ejemplo, ¿es posible enseñar a la gente a ser exitosa en escenarios y bajo esquemas diferentes? Quizás una más apremiante sea la siguiente: ¿cómo podemos identificar a quien sería un gran líder en el futuro? O formulada de otra manera, ¿qué diferencia a dos personas igualmente capaces pero con niveles o influencias radicalmente distintas? En esta ocasión, exploraremos la pericia política como elemento fundamental del poder de mando y sugeriremos una respuesta positiva a estas cuestiones. Luego de una breve discusión de lo que es el liderazgo, definiremos la destreza política y exploraremos sus características y cuáles individuos podrían poseerla y desarrollarla, convirtiéndolos y haciéndolos descollar como líderes, no sólo en una situación determinada, sino continuamente, a medida que las circunstancias cambian. La gran cantidad de literatura sobre el liderazgo se basa siempre en uno de cuatro temas. Primero, tratamos de identificar rasgos de los líderes, pero nos dimos cuenta de que no todos son universales. El segundo tema estuvo enfocado en identificar lo que hacen los líderes. Esto tampoco basta, porque la variedad potencial de características situacionales y de subordinación reduce a tal extremo la lista de comportamientos que deja de ser de utilidad. Otro tema fueron los rasgos individuales, en especial, el carisma individual. Después de un esfuerzo sustancial por enlazar el carisma con un liderazgo exitoso, hallamos que los líderes efectivos también pueden ser carismáticos, pero no siempre. De un tiempo para acá, se ha comenzado a hacer énfasis en la relación entre líderes y subordinados, aproximación que nos permite ver con mayor claridad que la efectividad está directamente relacionada con la naturaleza de dicho nexo. Pero esto no es de gran ayuda para comprender el alcance y la magnitud del liderazgo. Lamentablemente, ninguno de los anteriores enfoques logra penetrar la naturaleza dinámica del volumen 1 / Número 7 / enero-abril 2009 53 Gerencia liderazgo. De igual manera, resulta desalentador encontrar que la mayoría de la información disponible es descriptiva y muy poco predictiva. En otras palabras, describe el éxito de alguien en un escenario dado (y convoca a los demás a imitar dicha conducta), pero dice muy poco de cómo mejorar las destrezas, aplicarlas en circunstancias distintas o predecir quién se convertirá en un líder efectivo. Sin embargo, cabe otra posibilidad: ¿podríamos identificar una combinación de características y prácticas que indicaran la tendencia y la capacidad individuales para liderar en escenarios dinámicos diversos? La habilidad política es un concepto con una historia relativamente larga en la literatura organizacional, pero sólo hasta hace poco se ha intentado entenderla en sí misma y sus implicaciones para la oficina. La noción del “juego de la política” evoca imágenes de manipulación, coerción y alteración del sistema, por lo cual resulta desagradable para la mayoría. No obstante, la política es un concepto inherentemente neutro y es, quizás, el rasgo más común y con mayor poder de penetración de las organizaciones. La habilidad en la arena política también es un concepto neutro y una destreza absolutamente esencial. Es imposible ser efectivo en un escenario político sin poseer cierta agudeza política. La habilidad política se define como la capacidad de entender a la gente y sus contextos sociales, y utilizar dicha comprensión para influir en los demás, de tal modo que haya un mejoramiento de la efectividad personal u organizacional o de 54 INCAE BUSINESS REVIEW Las personas políticamente hábiles perciben las sutilezas del contexto social y ajustan lo que hacen y cómo lo hacen a las situaciones cambiantes. los resultados (Ferris, Davidson, & Perrewé, 2005). Así, las personas políticamente hábiles perciben las sutilezas del contexto social y ajustan lo que hacen y cómo lo hacen a las situaciones cambiantes. Se muestran sinceros y, así, reciben el apoyo de los demás. También se perciben como calmados y confiados, lo cual atrae a los demás y les confiere comodidad y confianza. Su actitud no se considera arrogante, sino de genuino interés en los demás y en la organización. Su enfoque es hacia fuera, no hacia dentro. Los individuos políticamente diestros no sólo saben qué hacer, sino cómo hacerlo efectivamente, de tal forma que cualquier motivo ulterior (que puede o no existir) no sería detectado. El resultado es que los demás se acogen a su autoconfianza. La destreza política es diferente de la inteligencia general. En las interacciones sociales se usan habilidades y capacidades muy distintas de las medidas en las pruebas de inteligencia. Asimismo, difiere de la inteligencia emocional, si bien ambos conceptos están relacionados. La inteligencia emocional se concentra en el manejo de las emociones según las exigencias de la situación. Esto es útil en los escenarios políticos, pero las destrezas políticas abarcan un conjunto más amplio de capacidades que incluyen la comprensión de otras dinámicas organizacionales y su efectiva exploración. La habilidad política tiene cuatro dimensiones: sagacidad social, influencia interpersonal, capacidad para trabajar en red y franqueza visible (Ferris, Davidson, & Perrewe, 2005). La sagacidad social es la capacidad y la inclinación a observar, apreciar e Gerencia interpretar situaciones, contextos y conductas sociales con altos niveles de discernimiento y autoconciencia. La influencia interpersonal tiene que ver con un estilo personal sutil y convincente, que influya poderosamente en los demás. La gente con habilidades políticas es muy flexible, se adapta con facilidad y se ajusta para encajar apropiadamente, produciendo tipos específicos de respuestas en los demás. Esto incluye también el enfoque en metas de orden superior, con cierto grado de desapego emocional que permite tener en mente los propósitos globales mientras se evalúa el curso de acción que conducirá al líder y a su grupo a la consecución de los logros. Así, el enfoque excesivo en las personas o la situación es problemático. Los individuos políticamente hábiles pueden ser simultáneamente agradables y productivos, amables y orientados a objetivos específicos. No son obviamente políticos, pero son efectivos sin ser considerados como manipuladores ni impulsados por la agenda. La capacidad para trabajar en red se refiere a la efectividad para construir y usar redes diversas, de personas y grupos diferentes; para identificar a aquellos que poseen un estatus, recursos o fuentes de influencia útiles, o los distintos tipos de contribuciones hechas por individuos diferentes. Quienes tienen esta cualidad hacen conexiones apropiadas y efectivas, cultivan amistades con facilidad y se mueven con fluidez dentro y entre los diversos grupos y circunscripciones. Además, son capaces de establecer intercambios efectivos, negociar y hacer tratos, y manejar conflictos. La gente políticamente diestra cuenta con el respeto y el aprecio de los integrantes de sus redes, gracias a lo cual se benefician de sus consejos, información, oportunidades, ideas, retroalimentación y demás. Los integrantes de estas redes les ofrecen, igualmente, su confianza y cooperación. Por último, la franqueza visible quiere decir que a los individuos políticamente hábiles se los describe 56 INCAE BUSINESS REVIEW como muy íntegros, sinceros, honestos, genuinos y otros calificativos semejantes, que indican su apertura y su actitud directa. A pesar de la generalizada idea de que las tácticas de influencia son egoístas y manipuladoras, los individuos con destrezas políticas no se identifican con ello, debido a su palpable preocupación por los demás y sus manifestaciones frecuentes de franqueza. Estas personas prefieren términos como “civismo” a otros más negativos, como “adular”. Esto, aunado a su capacidad de trabajar en red, les permite gozar de una favorabilidad generalizada. Su fama de transparentes les proporciona un alto nivel de confianza ajena. Curiosamente, la habilidad política es una combinación de características innatas y aprendidas. Esto significa que algunos navegan con mayor naturalidad que otros en los contextos sociales; no obstante, estas destrezas y capacidades también pueden enseñarse y aprenderse. Por tanto, sin importar en qué nivel de habilidad nos encontremos, siempre podremos desarrollarla y mejorarla. Es fácil establecer paralelos entre los principios de la destreza política y el liderazgo, articulando elementos clave de este último y su forma de relacionarse con características de la primera. Aquí nos concentraremos en seis elementos del liderazgo, un sólido conjunto que incluye: 1) visión, 2) manejo de la influencia, 3) manejo de símbolos, 4) discernimiento interpersonal, 5) comunicación y 6) comprensión del panorama. Juntos, apoyan la capacidad general de captar un punto de vista estratégico y comprometer a otros en la búsqueda de estrategias. Gerencia La visión implica la apreciación global del contexto, que incluye la localización presente de las cosas y hacia dónde se dirigen. Es una perspectiva estratégica, que en forma apropiada y realista capta resultados potenciales y la manera de alcanzarlos. Con la visión se relacionan dos dimensiones de la destreza política: la sagacidad social y la perspicacia interpersonal. La relación más estrecha es con la sagacidad social, que permite la lectura del paisaje social y la comprensión de las oportunidades disponibles, además de tender un puente entre la organización y los ambientes externos. El rol del discernimiento interpersonal, aunque es menos importante, sirve para comunicar la visión a audiencias específicas. El manejo o gestión de la influencia es el proceso de seleccionar y aplicar efectivamente tácticas de influencia, como la complacencia o la adulación, la apelación a autoridades superiores, la coerción, la autopromoción y la construcción de coaliciones. Todas las dimensiones de la habilidad política se relacionan con el manejo exitoso de la influencia. Evidentemente, entender el paisaje social, desarrollar y sostener redes de relaciones, poder relacionarse con otros individuos y presentarse a sí mismo de una manera clara y sin pretensiones son cualidades importantes para manejar y extender nuestra influencia. La naturaleza del liderazgo es muy simbólica. Sus formas más obvias incluyen el papel del líder como figura, los modos de presentación propia que comunican características de la organización, la se- 58 INCAE BUSINESS REVIEW lección de frases publicitarias y otros medios de información resumida sobre la organización, y otras por el estilo. Más aún, la comunicación misma es simbólica. Las palabras, tanto escritas como habladas, son símbolos de conceptos mayores. La expresión o frase comunica un significado que trasciende los conceptos básicos, y las inflexiones vocales y los gestos físicos comunican más que las mismas palabras. Por ejemplo, para comunicar visión, es clave crear imágenes emocionales. Las dimensiones de la habilidad política que más respaldan el manejo del simbolismo incluyen la perspicacia social, el discernimiento interpersonal y, en menor grado, la franqueza palpable. La comprensión de la historia, la dinámica y la cultura del grupo social dota de significado a los símbolos. La perspicacia social ayuda al líder a entender los símbolos y su relevancia, a usarlos apropiadamente y conectarlos al contexto presente. El discernimiento interpersonal y la franqueza visible permiten el uso efectivo de los símbolos y la comunicación simbólica. El discernimiento interpersonal es una dimensión de la destreza política directamente conectada al liderazgo, y se traduce como una competencia de éste para formar relaciones, negociar y otras cosas. El liderazgo carismático subraya la agudeza interpersonal mediante la importancia de la atracción personal y la consideración positiva de la efectividad del líder. Los líderes y gerentes dedican la mitad de su tiempo a comunicarse con los demás, desde los breves intercambios personales, mensajes electrónicos y diálogos en las negociaciones, hasta las comunicaciones públicas orales y escritas. Indiferentemente de cualquier otra competencia de liderazgo que pudiéramos poseer, la habilidad para comunicarse es indispensable. Las cuatro dimensiones de la pericia política apoyan la comunicación efectiva, que mejora con nuestra capacidad de leer el contexto social, hacer conexiones interpersonales, construir redes y promover la comunicación honesta. La comprensión del panorama es una noción algo confusa, que incluye la propia capacidad de sostener una visión global estratégica de la dinámica ambiental que influye sobre el grupo y sus actividades. Varios factores nutren esta comprensión de orden superior, incluyendo el entendimiento de las diversas personas y grupos involucrados, recopilación e intercambio de datos, y fortalecimiento de las relaciones entre las redes que sean fuentes importantes de influencia e información. Estos factores hacen parte igualmente de la destreza política. Así, como también lo demuestran las investigaciones, vemos que las características del liderazgo se encuentran directamente conectadas a la habilidad política. Asimismo, los estudios indican que esta es más importante que la inteligencia o la personalidad. Más todavía, mientras que la mayoría de las disposiciones personales, como la personalidad o la orientación a objetivos específicos son características relativamente estables, rasgos inherentes en esencia, las destrezas políticas pueden aprenderse y mejorarse. Para las organizaciones hay dos mensajes muy claros. Primero, el desarrollo de la destreza política en todos los empleados, especialmente en líderes y gerentes, produce grandes dividendos. Segundo, utilizar un inventario de habilidades con el propósito de medir los niveles de pericia política de los candidatos puede ser un recurso invaluable para seleccionar y colocar a los empleados, principalmente en los puestos de liderazgo y gerencia (ver Ferris, Davidson y Perrewé, 2005, para inventario de destreza política y recursos). La habilidad política es un marcador importante del liderazgo, puede medirse y desarrollarse, es útil en el proceso de selección y la planeación de la sucesión y, potencialmente, es una ventaja competitiva para las firmas.
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