L`O S S E RVATOR E ROMANO

Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00
L’OSSERVATORE ROMANO
EDICIÓN SEMANAL
EN LENGUA ESPAÑOLA
Unicuique suum
Año XLVII, número 10 (2.405)
Non praevalebunt
Ciudad del Vaticano
6 de marzo de 2015
Llamamiento del Pontífice por la paz en Siria e Irak y el fin de las tensiones en Venezuela
Reanudar el camino del bien común
Al término del Ángelus del domingo 1
de marzo, en la plaza de San Pedro,
el Pontífice lanzó un nuevo llamamiento
por la paz en Siria e Irak, y deseó el
fin de las tensiones en Venezuela.
Queridos hermanos y hermanas:
No cesan, lamentablemente, de llegar noticias dramáticas de Siria e
Irak, relacionadas con violencias, secuestros de personas y abusos en
contra de los cristianos y otros grupos. Queremos asegurar a quienes están implicados en estas situaciones
que no les olvidamos, sino que les estamos cercanos y oramos insistentemente para que se ponga fin lo antes
posible a la intolerable brutalidad de
la que son víctimas. Junto con los
Estudiantes participan en una protesta en San Cristóbal, Venezuela (Afp)
El 7 de marzo en recuerdo
de las normas litúrgicas del Vaticano
miembros de la Curia romana ofrecí
según esta intención la última santa
misa de los ejercicios espirituales el
viernes pasado. Al mismo tiempo pido a todos, según sus posibilidades,
que trabajen por aliviar los sufrimientos de quienes atraviesan momentos
de prueba, a menudo sólo por motivo de la fe que profesan. Oremos por
estos hermanos y estas hermanas que
sufren a causa de la fe en Siria y en
Irak... Oremos en silencio...
Deseo recordar también a Venezuela, que está viviendo nuevamente
momentos de grave tensión. Rezo
por las víctimas y, en especial, por el
joven asesinado hace unos días en
San Cristóbal. Exhorto a todos a rechazar la violencia y respetar la dignidad de cada persona y la sacralidad
de la vida humana, y aliento a reanudar un camino común por el bien del
país, reabriendo espacios de encuentro y de diálogo sinceros y constructivos. Encomiendo esa querida nación
a la maternal intercesión de Nuestra
Señora de Coromoto.
Invitación a las cooperativas italianas a comprometerse en favor de una economía de la honradez
II
Cuando uno más uno suma tres
Y Pablo VI
celebró en italiano
PÁGINA 9
A los obispos amigos
del Movimiento de los Focolares
Anclados
en la Eucaristía
PÁGINA 4
«Es admirable la fuerza de las doctrinas cristianas». Las palabras de la
«Rerum novarum», que León XIII
pronunció al bendecir los inicios del
movimiento cooperativo católico italiano, resonaron el sábado 28 de febrero, por la mañana, en el aula Pablo
VI. Esas mismas palabras las volvió a
proponer el Papa Francisco a los siete
mil socios de la Confederación de las
cooperativas italianas, a quienes recibió en audiencia en el septuagésimo
aniversario de su reconstitución.
«Confcooperative», en efecto, había
nacido en 1919 siguiendo los pasos de
la encíclica social del Papa Pecci, pero
fue disuelta durante el fascismo y refundada en 1945.
Tras definir la cooperación como
un «remedio eficaz para el problema
de la desocupación y las diversas formas de malestar social», el Pontífice
relanzó el magisterio de sus predecesores destacando en ello su actualidad
en nuestro tiempo, marcado por la
crisis y por esa «cultura del descarte,
cultivada por los poderes que rigen
las políticas económico-financieras del
mundo globalizado, en las que en el
centro está el dios dinero». Por ello,
en su discurso —enriquecido por diversas consideraciones añadidas espontáneamente— exhortó a mirar «hacia adelante: a las nuevas perspectivas, a las nuevas responsabilidades, a
las nuevas formas de iniciativa».
PÁGINAS 6
Y
7
A los prelados del norte de África en visita «ad limina»
Antídoto contra la violencia
«El antídoto más eficaz contra toda forma de violencia es la educación en el descubrimiento y en la
aceptación de la diferencia». Lo
recomendó el Papa Francisco a los
obispos de la Conferencia episcopal regional del norte de África
(CERNA), a quienes recibió en audiencia el lunes 2 de marzo, por la
mañana, con ocasión de su visita
«ad limina Apostolorum».
PÁGINA 3
L’OSSERVATORE ROMANO
página 2
viernes 6 de marzo de 2015, número 10
En el Ángelus del domingo 1 de marzo el Santo Padre indica la meta del camino cuaresmal
Después de la cruz, la felicidad
Al comentar el pasaje evangélico de la Transfiguración, en el Ángelus del domingo
1 de marzo en la plaza de San Pedro, el Papa indicó la meta del itinerario
cuaresmal de conversión: «la participación en la gloria de Cristo». El camino de
Jesús, dijo, «nos lleva siempre a la felicidad. Habrá siempre una cruz en medio,
pruebas, pero al final nos lleva siempre a la felicidad».
Queridos hermanos
¡buenos días!
y
hermanas,
El domingo pasado la liturgia nos
presentó a Jesús tentado por Satanás
en el desierto, pero victorioso en la
tentación. A la luz de este Evangelio, hemos tomado nuevamente conciencia de nuestra condición de pecadores, pero también de la victoria
sobre el mal donada a quienes inician el camino de conversión y que,
como Jesús, quieren hacer la voluntad del Padre. En este segundo domingo de Cuaresma, la Iglesia nos
indica la meta de este itinerario de
conversión, es decir, la participación
en la gloria de Cristo, que resplandece en el rostro del Siervo obediente,
muerto y resucitado por nosotros.
El pasaje evangélico narra el acontecimiento de la Transfiguración,
Rafael Sanzio «La Transfiguración» (1520)
que se sitúa en la cima del ministerio público de Jesús. Él está en camino hacia Jerusalén, donde se cumplirán las profecías del «Siervo de
Dios» y se consumará su sacrificio
redentor. La multitud no entendía
esto: ante las perspectivas de un Mesías que contrasta con sus expectativas terrenas, lo abandonaron. Pero
ellos pensaban que el Mesías sería
un liberador del dominio de los romanos, un liberador de la patria, y
esta perspectiva de Jesús no les gusta y lo abandonan. Incluso los
Apóstoles no entienden las palabras
con las que Jesús anuncia el cumplimiento de su misión en la pasión
gloriosa, ¡no comprenden! Jesús entonces toma la decisión de mostrar a
Pedro, Santiago y Juan una anticipación de su gloria, la que tendrá después de la resurrección, para confirmarlos en la fe y alentarlos a seguirlo por la senda de la prueba, por el
camino de la Cruz. Y, así, sobre un
monte alto, inmerso en oración, se
transfigura delante de ellos: su rostro
y toda su persona irradian una luz
resplandeciente. Los tres discípulos
están asustados, mientras una nube
los envuelve y desde lo alto resuena
—como en el Bautismo en el Jordán— la voz del Padre: «Este es mi
Hijo amado; escuchadlo» (Mc 9, 7).
Jesús es el Hijo hecho Siervo, enviado al mundo para realizar a través
de la Cruz el proyecto de la salvación, para salvarnos a todos nosotros. Su adhesión plena a la voluntad del Padre hace su humanidad
transparente a la gloria de Dios, que
es el Amor.
Jesús se revela así como el icono
perfecto del Padre, la irradiación de
su gloria. Es el cumplimiento de la
revelación; por eso junto a Él transfigurado aparecen Moisés y Elías,
que representan la Ley y los Profetas, para significar que todo termina
y comienza en Jesús, en su pasión y
en su gloria.
La consigna para los discípulos y
para nosotros es esta: «¡Escuchadlo!». Escuchad a Jesús. Él es el Salvador: seguidlo. Escuchar a Cristo,
en efecto, lleva a asumir la lógica de
su misterio pascual, ponerse en camino con Él para hacer de la propia vida un don de amor para los demás,
en dócil obediencia a la voluntad de
Dios, con una actitud de desapego
de las cosas mundanas y de libertad
interior. Es necesario,
en otras palabras, estar
dispuestos a «perder la
propia vida» (cf. Mc 8,
35), entregándola a fin
de que todos los hombres se salven: así, nos
encontraremos en la felicidad eterna. El camino de Jesús nos lleva
siempre a la felicidad,
¡no lo olvidéis! El camino de Jesús nos lleva siempre a la felicidad. Habrá siempre
una cruz en medio,
pruebas, pero al final
nos lleva siempre a la
felicidad. Jesús no nos
engaña, nos prometió
la felicidad y nos la dará si vamos por sus caminos.
Con Pedro, Santiago y Juan subamos también nosotros hoy al monte
de la Transfiguración y permanezcamos en contemplación del rostro de
Jesús, para acoger su mensaje y traducirlo en nuestra vida; para que
también nosotros podamos ser transfigurados por el Amor. En realidad,
el amor es capaz de transfigurar todo. ¡El amor transfigura todo!
¿Creéis en esto? Que la Virgen María, que ahora invocamos con la oración del Ángelus, nos sostenga en
este camino.
En una carta el testimonio de los cristianos de Irak
No tenemos miedo a nada
El encuentro del Pontífice
con la directora general de la Unesco
El Papa Francisco recibió en audiencia el lunes 2 de marzo, por la
mañana, a la señora Irina Bokova,
directora general de la Organización de las Naciones Unidas para
la educación, la ciencia y la cultura (UNESCO). La señora Bokova
estaba acompañada por el señor
Hao Ping, presidente de la trigesimoséptima sesión de la Conferencia general de la UNESCO, y por el
señor Mohamed Sameh Amr, presidente del Consejo ejecutivo.
L’OSSERVATORE ROMANO
EDICIÓN SEMANAL
Unicuique suum
EN LENGUA ESPAÑOLA
Non praevalebunt
Ciudad del Vaticano
[email protected]
www.osservatoreromano.va
«Nos pusieron ante la opción de
ser cristianos o ser asesinados» y
«tuvimos que escapar de nuestra
tierra con nuestro Cristo, nuestra fe
y nuestros principios. Hemos elegido marchar lejos de nuestras casas
y de nuestro país que amamos, prefiriendo convertirnos en extranjeros
GIOVANNI MARIA VIAN
director
Giuseppe Fiorentino
subdirector
TIPO GRAFIA VATICANA EDITRICE
L’OSSERVATORE ROMANO
don Sergio Pellini S.D.B.
director general
Marta Lago
Servicio fotográfico
[email protected]
redactor jefe de la edición
Publicidad: Il Sole 24 Ore S.p.A.
Redacción
System Comunicazione Pubblicitaria
via del Pellegrino, 00120 Ciudad del Vaticano
Via Monte Rosa 91, 20149 Milano
teléfono 39 06 698 99410
[email protected]
en una tierra extranjera, con todo
el dolor y el sufrimiento que de
ello se desprende, antes que llegar
a formar parte de ese mal y de esa
violencia inhumana contra los inocentes». Es un pasaje de la
SIGUE EN LA PÁGINA 9
Tarifas de suscripción: Italia - Vaticano: € 58.00; Europa (España + IVA): € 100.00 - $ 148.00; América
Latina, África, Asia: € 110.00 - $ 160.00; América del Norte, Oceanía: € 162.00 - $ 240.00.
Administración: 00120 Ciudad del Vaticano, teléfono + 39 06 698 99 480, fax + 39 06 698 85 164,
e-mail: [email protected].
En México: Arquidiócesis primada de México. Dirección de Comunicación Social. San Juan de Dios,
222-C. Col. Villa Lázaro Cárdenas. CP 14370. Del. Tlalpan. México, D.F.; teléfono + 52 55 5594 11 25,
+ 52 55 5518 40 99; e-mail: [email protected], [email protected].
En Argentina: Arzobispado de Mercedes-Luján; calle 24, 735, 6600 Mercedes (B), Argentina; teléfono y fax
+ 2324 428 102/432 412; e-mail: [email protected].
En Perú: Editorial salesiana, Avenida Brasil 220, Lima 5, Perú; teléfono + 51 42 357 82; fax + 51 431 67 82;
e-mail: [email protected].
número 10, viernes 6 de marzo de 2015
L’OSSERVATORE ROMANO
página 3
A los obispos del norte de África en visita «ad limina» el Papa recuerda que la diferencia se ha de aceptar como riqueza
Antídoto contra la violencia
Y rinde homenaje a la valentía y fidelidad de los obispos, sacerdotes, consagrados y laicos en Libia
«El antídoto más eficaz contra toda
forma de violencia es la educación en
el descubrimiento y la aceptación de la
diferencia». Lo recomendó el Papa
Francisco a los prelados de la
Conferencia episcopal regional del norte
de África (Cerna), a quienes recibió en
audiencia el lunes 2 de marzo, por la
mañana, con ocasión de su visita «ad
limina Apostolorum». Publicamos la
traducción del discurso que el Pontífice
entregó en francés.
Queridos hermanos en el episcopado:
Os acojo con alegría durante estos
días que realizáis vuestra visita ad limina. Deseo que la peregrinación a
las tumbas de los Apóstoles fortalezca vuestra fe y consolide vuestra esperanza, para que prosigáis el ministerio que se os ha confiado en cada
uno de vuestros países. Doy las gracias a monseñor Vincent Landel, arzobispo de Rabat y presidente de
vuestra Conferencia, que en nombre
de todos vosotros ha expresado sentimientos de comunión con el Sucesor de Pedro. A través de vosotros,
me uno a los fieles de vuestras diócesis del norte de África. Llevadles
el afecto del Papa y la certeza de
que permanece cercano a ellos y los
alienta mientras dan generoso testimonio del Evangelio de paz y amor
de Jesús. Mi saludo cordial también
se dirige a todos los habitantes de
vuestros países, en particular a las
personas que sufren.
Desde hace algunos años, vuestra
región experimenta desarrollos significativos que han permitido esperar
ver realizadas ciertas aspiraciones a
una mayor libertad y a la dignidad,
y favorecer una libertad de conciencia más grande. Pero a veces este desarrollo ha llevado a explosiones de
violencia. En particular, quiero rendir homenaje a la valentía, a la fidelidad y a la perseverancia de los
obispos en Libia, así como de los sacerdotes, las personas consagradas y
los laicos que permanecen en el país
a pesar de los numerosos peligros.
Son auténticos testigos del Evangelio. Les doy las gracias de corazón, y
os aliento a todos a proseguir vuestros esfuerzos para contribuir a la
paz y a la reconciliación en toda
vuestra región.
Vuestra Conferencia episcopal,
que reúne regularmente a los pastores de Marruecos, Argelia, Túnez y
Libia, es un importante lugar de intercambio y diálogo, pero también
ha de ser un instrumento de comunión que permita profundizar relaciones fraternas y confiadas entre vosotros. Vuestra peregrinación a Roma es una feliz ocasión para renovar
vuestro compromiso común al servicio de la misión de la Iglesia en cada uno de vuestros países. Realizáis
esta misión con los sacerdotes, vuestros colaboradores directos, que a
veces, al ser originarios de numerosos países, tienen dificultades para
adaptarse a situaciones muy nuevas
para ellos. Por lo tanto, es particularmente necesario que estéis cerca
de cada uno de ellos y atentos a su
formación permanente, para que
puedan vivir su ministerio plena y
serenamente. A cada uno de ellos les
dirijo mi más cordial saludo, y les
aseguro a todos mi oración.
Las religiosas y los religiosos también tienen un papel importante en
la vida y en la misión de vuestras
Iglesias. Les agradezco el testimonio
de vida fraterna y el compromiso tan
generoso al servicio de sus propios
hermanos y hermanas. En este Año
de la vida consagrada, los invito a tomar renovada conciencia de la importancia de la contemplación en su
vida y hacer resplandecer de este
modo la belleza y la santidad de su
vocación.
En el centro de vuestra misión y
en la fuente de vuestra esperanza están, ante todo, el encuentro personal
con Jesucristo y la certeza de que Él
actúa en el mundo al que habéis sido enviados en su nombre. Así pues,
la vitalidad evangélica de vuestras
diócesis depende de la calidad de la
vida espiritual y sacramental de cada
uno. La historia de vuestra región se
ha caracterizado por numerosas figuras de santidad, desde Cipriano y
Agustín, patrimonio espiritual de toda la Iglesia, hasta el beato Carlos
de Foucauld, de quien el próximo
año celebraremos el centenario de su
muerte; y, más cercanos a nosotros,
por los religiosos y las religiosas que
entregaron todo a Dios y a sus hermanos, hasta el sacrificio de su vida.
Os corresponde a vosotros desarrollar esta herencia espiritual, ante todo entre vuestros fieles, pero también abriéndola a todos. Además,
me alegra saber que durante estos
últimos años ha sido posible restaurar diversos santuarios cristianos en
Argelia. Acogiendo a cada uno tal
como es, con benevolencia y sin proselitismo,
vuestras
comunidades
muestran que quieren ser una Iglesia
de puertas abiertas, siempre «en salida» (cf. Evangelii gaudium, 46-47).
En las situaciones a veces difíciles
que vive vuestra región, vuestro ministerio de pastores experimenta muchas alegrías. Así, la acogida de nuevos discípulos que se unen a voso-
Padre Carlos de Foucauld
tros, tras descubrir el amor de Dios
manifestado en Jesús, es un hermoso
signo que da el Señor. Al compartir
con sus compatriotas la preocupación por la edificación de una sociedad cada vez más fraterna y abierta,
muestran que todos son hijos de un
mismo Padre. Los saludo de modo
particular y les aseguro mi afecto,
deseando que ocupen plenamente su
lugar en la vida de vuestras diócesis.
También la universalidad es una
característica de vuestras Iglesias, cuyos fieles provienen de numerosas
naciones para formar comunidades
muy vivas. Los invito a manifestar
en su rostro la alegría del Evangelio,
la alegría de haber encontrado a
Cristo, que los hace vivir. También
para vosotros es una ocasión para
maravillaros ante la obra de Dios,
que se difunde entre todos los pueblos y en todas las culturas. Quiero
expresar mi aliento a los numerosos
jóvenes estudiantes provenientes del
África subsahariana, que forman una
parte importante de vuestras comunidades. Manteniéndose firmes en la
fe, serán capaces de establecer con
todos vínculos de amistad, confianza
y respeto, y así contribuirán a la edificación de un mundo más fraterno.
El diálogo interreligioso es una
parte importante de la vida de vuestras Iglesias. También en este ámbito, la fantasía de la caridad abre innumerables caminos para llevar el
soplo evangélico a la culturas y a los
ámbitos sociales más diversos (cf.
Carta apostólica a todos los consagrados con ocasión del Año de la vida
consagrada, 28 de noviembre de
2014). Sabéis hasta qué punto el escaso conocimiento recíproco es motivo de tantas incomprensiones y, a
veces, incluso de enfrentamientos.
Sin embargo, como escribió Benedicto XVI en la exhortación apostólica Africae munus, «si todos nosotros,
creyentes en Dios, deseamos servir a
la reconciliación, la justicia y la paz,
hemos de trabajar juntos para impedir toda forma de discriminación, intolerancia y fundamentalismo confesional» (n. 94). El antídoto más eficaz contra toda forma de violencia
es la educación en el descubrimiento
y en la aceptación de la diferencia
como riqueza y fecundidad. Además,
es indispensable que en vuestras dió-
cesis sacerdotes, religiosas y laicos se
formen en este ámbito. Al respecto,
me alegra observar que el Pontificio
instituto de estudios árabes e islámicos (PISAI), que celebra este año su
quincuagésimo aniversario, nació en
vuestra región, en Túnez. Apoyar y
utilizar este instituto tan necesario
para impregnarse de la lengua y de
la cultura, permitirá profundizar un
diálogo en la verdad y en el amor
entre cristianos y musulmanes. También vivís día a día el diálogo con
los cristianos de diferentes confesiones. Que el Instituto ecuménico Al
Mowafaqa, fundado en Marruecos
para promover el diálogo ecuménico
e interreligioso en el contexto que le
es propio, contribuya a su vez a un
mejor conocimiento recíproco.
Iglesia del encuentro y del diálogo, también queréis estar al servicio
de todos, sin distinción. Con medios
a menudo humildes, manifestáis la
caridad de Cristo y de la Iglesia entre los más pobres, los enfermos, las
personas ancianas, las mujeres necesitadas y los detenidos. Os agradezco de corazón el papel que desempeñáis cuando acudís en ayuda de
los numerosos inmigrantes originarios de África que buscan en vuestros países un lugar de paso o de
acogida. Reconociendo su dignidad
humana y esforzándoos por despertar las conciencias ante tantos dramas humanos, mostráis el amor que
Dios siente por cada uno de ellos.
Queridos hermanos en el episcopado: Por último, quiero aseguraros
el apoyo de toda la Iglesia a vuestra
misión. Estáis «en las periferias»,
con el servicio especial de manifestar
la presencia de Cristo en su Iglesia
en esta región. Vuestro testimonio
de vida, con sencillez y pobreza, es
un signo importante para toda la
Iglesia. Estad seguros de que el Sucesor de Pedro os acompaña en
vuestro duro camino y os alienta a
ser siempre hombres de esperanza.
Os encomiendo a la protección de
Nuestra Señora de África, que vela
sobre todo el continente, y a la intercesión de san Agustín, del beato
Carlos de Foucauld y de todos los
santos de África. De todo corazón
os imparto una afectuosa bendición
apostólica a vosotros y a todos vuestros diocesanos.
L’OSSERVATORE ROMANO
página 4
viernes 6 de marzo de 2015, número 10
Como habla Jorge Mario Bergoglio
Es un «cuento chino»
JORGE MILIA
Gino Severini, «Boceto para la Última Cena» (1927)
Audiencia a los obispos amigos del movimiento de los Focolares
Anclados en la Eucaristía
Un agradecimiento «especial» a los obispos provenientes «de las tierras
ensangrentadas de Siria e Irak, así como de Ucrania» dirigió el Papa Francisco,
durante el encuentro con los sesenta obispos amigos del movimiento de los Focolares,
que tuvo lugar en el aula Pablo VI el miércoles 4 de marzo, por la mañana, antes
de la audiencia general. «En el sufrimiento que estáis viviendo con vuestra gente
—aseguró—, vosotros experimentáis la fuerza que viene de Jesús Eucaristía,
la fuerza de seguir adelante unidos en la fe y en la esperanza».
Queridos hermanos:
Os doy la bienvenida y agradezco
al cardenal Kovithavanij su introducción. Agradezco también a la presidenta y al co-presidente del Movimiento de los Focolares su presencia.
Os ha reunido en Roma la amistad
con este Movimiento y el interés por
la «espiritualidad de comunión». En
estos días, en especial, vuestra reflexión se centra en el tema «Eucaristía,
misterio de comunión».
En efecto, el carisma de la unidad
propio de la Obra de María está
fuertemente anclado en la Eucaristía,
que le confiere su carácter cristiano y
eclesial. Sin la Eucaristía la unidad
perdería su polo de atracción divina
y se reduciría a un sentimiento y a
una dinámica solamente humana,
psicológica, sociológica. En cambio,
la Eucaristía garantiza que en el centro esté Cristo, y que sea su Espíritu,
el Espíritu Santo, quien mueva nuestros pasos y nuestras iniciativas de
encuentro y comunión.
El apóstol Pablo escribe: «Porque
el pan es uno, nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues
todos comemos del mismo pan» (1
Cor 10, 17). Como obispos, reunimos
a las comunidades en torno a la Eucaristía, a la doble mesa de la Palabra
y del Pan de vida. Este es nuestro
servicio, y es fundamental. El obispo
es principio de unidad en la Iglesia,
pero esto no se lleva a cabo sin la
Eucaristía: el obispo no reúne al pueblo alrededor de su persona o de las
propias ideas, sino en torno a Cristo
presente en su Palabra y en el Sacramento de su Cuerpo y Sangre. Y, en
la escuela de Jesús, buen Pastor, Cordero inmolado y resucitado, el obispo reúne a las ovejas a él confiadas
con la entrega de su vida, asumiendo
él mismo una forma de existencia eucarística. Así, pues, el obispo, al conformarse con Cristo, se convierte en
Evangelio vivo, se convierte en Pan
partido para la vida de muchos con
su predicación y su testimonio.
Quien se nutre con fe de Cristo Pan
vivo su amor lo impulsa a dar la vida
por los hermanos, a salir, a ir al encuentro de quien es marginado y despreciado.
Os doy las gracias en especial a
vosotros, hermanos, que venís de las
tierras ensangrentadas de Siria e Irak,
así como de Ucrania. En el sufrimiento que estáis viviendo con vuestra gente, vosotros experimentáis la
fuerza que viene de Jesús Eucaristía,
la fuerza de seguir adelante unidos
en la fe y en la esperanza.
En la celebración diaria de la misa
nosotros estamos unidos a vosotros,
rezamos por vosotros ofreciendo el
Sacrificio de Cristo; y allí encuentran
fuerza y significado también las múltiples iniciativas de solidaridad en favor de vuestras Iglesias.
Queridos hermanos, os aliento a
seguir adelante con vuestro compromiso en favor del camino ecuménico
y del diálogo interreligioso. Y os
agradezco la aportación que hacéis
para una mayor comunión entre los
diversos movimientos eclesiales.
Que el Señor os bendiga y la Virgen os proteja. Recemos unos por
otros. Os agradezco vuestras oraciones.
Hablaba de la condición de tantas
personas explotadas clandestinamente cuando se lo escuché decir.
O quizás fue porque me llamó la
atención el contexto en el cual usó
la frase. «Cuando les cuentan que
en 1813 fue abolida la esclavitud
en nuestro país, no lo crean, son
“cuentos chinos”. La esclavitud
aún existe. En los talleres clandestinos donde encierran a los inmigrantes para que trabajen horas y
horas, donde comen y duermen
sin poder salir. Allí, cada máquina,
cada jergón, cada baño sucio es
un instrumento de tortura». Era el
23 de setiembre de 2011, durante la
jornada internacional contra la explotación sexual y la trata de personas. A su alrededor había una
pequeña multitud en la Plaza Once de Buenos Aires, todos estaban
muy atentos a lo que decía, mientras otros pasaban distraídos por
la avenida Rivadavia. Allí fue que
le salió del alma esta expresión del
«cuento chino» referida a la supuesta abolición de la esclavitud.
Como puede verse, el Papa no
ha empezado a crear sus «bergoglismos» después del 13 de marzo
de 2013. Es una capacidad expresiva y lexical bien suya. Son parte
de él. ¿Desde cuándo? No podría
decir desde siempre, pero tal vez
empezaron a formar parte de su
manera de expresarse desde la
época en la que era el maestrillo
que todos conocimos.
Seguramente podríamos encontrar muchos de ellos a lo largo de
su vida. Algunas son expresiones
inventadas por él, que no existen
en el diccionario de la Real Academia, inventadas en el momento
para describir con mayor claridad
lo que tenía la intención de transmitir. Técnicamente son considerados verdaderos neologismos. Otras
son expresiones populares muy comunes que usaba para hacer entender conceptos complejos o profundos en forma simple y directa.
De este modo, una vez que las había dicho en un determinado contexto, también nosotros empezábamos a usarlas con la «vuelta de
tuerca» que él les había dado. Para nosotros, sus alumnos, era normal escucharlo hablar así. Nunca
ha dejado de inventarse neologismos y siempre ha recurrido a expresiones populares. Es una forma
de hacerle saber a la gente sencilla
que el pastor también sabe hablar
como ellos. «A la gente hay que
hablarle para que entienda», fue
siempre una de sus premisas.
«La Asamblea del Año 13» es
un hito en la educación argentina.
En 1813 las entonces Provincias
Unidas del Río de la Plata se reunieron y enunciaron una serie de
medidas tales como el fin de la esclavitud, la abolición de los títulos
nobiliarios y la abolición y quema
de los instrumentos de tortura.
Una página que ha repicado a través de los años desde los alumnos
de primaria en adelante. Todos los
argentinos la conocen. A su vez,
saben también que existe prácticamente un ejército de inmigrantes
ilegales que desde las provincias
más pobres o desde los países limítrofes se vuelcan a la capital en
busca de trabajo, los cuales, la mayor parte de las veces, son esclavizados por connacionales que llegaron antes que ellos y consiguieron
la condición de «residentes» o algún otro status legal. Dos temas
que todos conocen: la abolición
de la esclavitud y la explotación
—que Francisco llama con todas
las letras «esclavización»— de tantos inmigrantes. Una contradicción por demás evidente. Es por
esto que cuando el entonces arzobispo de Buenos Aires pronunció
esa frase tan contundente —«no
crean en el cuento chino de la abolición de la esclavitud— todo el
mundo comprendió inmediatamente lo que estaba diciendo.
Por mi parte, puedo llegar a entender que a algunos, pocos, europeos les cueste apreciar este modo
de comunicacion «popular» del
Papa. Se los podría justificar por
el hecho de que no conocen la
realidad latinoamericana y que
han solo escuchado hablar de la
religiosidad popular y de las villas
miseria llenas de delincuentes y de
narcotraficantes. Lo cual es verdad. Pero seguramente nunca se
han enterado —o nadie les ha contado— que en estos lugares infernales, aun en medio de tantos delincuentes hay muchísima gente
pobre de dinero pero riquísima de
fe y de humildad. Es un mundo
que no se conoce, o que conocen
pocos, y donde la Iglesia —gracias
también a Bergoglio— ha echado
raíces, donde la fe está presente de
un modo diferente al que se puede ver en las ciudades europeas,
por ejemplo.
De todos modos no hace falta ir
tan lejos. En la misma Buenos Aires conviven dos realidades, dos
países completamente diferentes.
Y muchas veces una parte no sabe
o no quiere saber nada de la otra.
De aquí nace el concepto de que,
en la realidad de hoy, la histórica
abolición por decreto de la esclavitud no puede ser más que un
«cuento chino». Porque realmente
es así. La expresión usada por el
arzobispo ha sido clarísima. En el
lenguaje cotidiano de los habitantes de Buenos Aires, y de toda la
Argentina en general, un «cuento
chino» es algo que no puede ser
verdad. China, un país tan lejano
y desconocido, siempre ha estimulado la fantasía.
Es muy probable que la expresión haya nacido en el puerto de
la capital donde los marineros
asombraban a los oyentes con historias increíbles, describiendo cosas que habían visto o vivido en
esas tierras tan enigmáticas. Y nadie les creía.
Pero no hay que creer que el arte de contar fábulas haya pertenecido solo a los viejos marineros
del puerto de Buenos Aires. Hoy
en día tenemos políticos y gobernantes que lo practican a diario.
número 10, viernes 6 de marzo de 2015
L’OSSERVATORE ROMANO
página 5
Misa del Pontífice en Santa Marta
Vergüenza
y misericordia
La capacidad de avergonzarse y acusarse a sí mismo, sin descargar la
culpa siempre en los demás para juzgarlos y condenarlos, es el primer
paso en el camino de la vida cristiana que conduce a pedir al Señor el
don la misericordia. Es este el examen de conciencia sugerido por el
Papa en la misa que celebró el lunes
2 de marzo, en la capilla de la Casa
Santa Marta.
Para su reflexión el Papa Francisco partió de la primera lectura, tomada del libro de Daniel (9, 4-10).
Está, explicó, «el pueblo de Dios»
que «pide perdón, pero no es un
perdón de palabra: este pedir perdón es un perdón que viene del corazón porque el pueblo se siente pecador». Y el pueblo «no se siente
pecador en teoría —porque todos nosotros podemos decir “somos todos
pecadores”, es verdad, es una verdad: ¡todos aquí!— pero ante el Señor dice las cosas malas que hizo y
lo que no hizo de bueno». Se lee, en
efecto, en la Escritura: «Hemos pecado, hemos cometido crímenes y
delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos.
No hicimos caso a tus siervos los
profetas, que hablaban en tu nombre
a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el
pueblo de la tierra».
En esencia, hizo notar el Papa
Francisco, en estas palabras del pueblo está «la descripción de todo lo
malo que hicieron». Y, así, «el pueblo de Dios, en este momento, se
acusa a sí mismo». Y no se descarga
con «los que nos persiguen», con
los «enemigos». Más bien se mira a
sí mismo y dice: «Me acuso a mí
mismo ante ti, Señor, y me avergüenzo». Palabras claras, que encontramos también en el pasaje de Daniel: «Señor, a nosotros nos abruma
la vergüenza».
«Este pasaje de la Biblia —sugirió
el Papa— nos hace reflexionar sobre
una virtud cristiana, es más, en más
de una virtud». En efecto, «la capacidad de acusarse a sí mismo, la acusación de sí mismo» es «el primer
paso para encaminarse como cristiano». En cambio, «todos nosotros somos maestros, somos doctores en
justificarnos a nosotros mismos» con
expresiones como: «Yo no fui, no,
no es culpa mía; pues sí, pero no era
tanto... Las cosas no son así...».
En definitiva, dijo el Papa Francisco, «todos encontramos una excusa» para justificarnos «de nuestras
faltas, de nuestros pecados». Es más,
añadió, «muchas veces somos capaces de poner esa cara de “¡yo no lo
sé!”, cara de “yo no lo hice, tal vez
será otro”». En pocas palabras, estamos siempre listos para «pasar por
inocente». Pero así, advirtió el Papa,
«no se avanza en la vida cristiana».
Por lo tanto, reafirmó, «el primer
paso» es la capacidad de acusarse a
sí mismo. Y es ciertamente «bueno»
hacerlo con el sacerdote en la confesión. Pero, preguntó el Papa Francisco, «antes y después de la confesión,
en tu vida, en tu oración, ¿eres capaz de acusarte a tí mismo? ¿O es
más fácil acusar a los demás?».
Esta experiencia, destacó el obispo de Roma, suscita «algo un poco
extraño pero que, al final, nos da
paz y salud». En efecto, «cuando
comenzamos a mirar todo aquello
de lo que somos capaces, nos sentimos mal, sentimos repugnancia» y
llegamos a preguntarnos: «¿Pero yo
soy capaz de hacer esto?». Por ejemplo, «cuando encuentro en mi corazón una envidia y sé que esa envidia
es capaz de hablar mal del otro y
matarlo moralmente», me tengo que
preguntar: «¿Soy capaz de ello? Sí,
yo soy capaz». Y precisamente «así
comienza esta sabiduría, esta sabiduría de acusarse a sí mismo».
Por consiguiente, «si no aprendemos este primer paso de la vida
—afirmó el Papa Francisco— jamás
daremos pasos hacia adelante por el
camino de la vida cristiana, de la vida espiritual». Porque, precisamente,
«el primer paso» es siempre el de
«acusarse a sí mismo», incluso «sin
decirlo: yo y mi conciencia».
Al respecto el Papa propuso un
ejemplo concreto. Cuando vamos
por la calle y pasamos ante una prisión, dijo, podríamos pensar que los
cialmente al pasaje de la liturgia de
san Lucas (6, 36-38). Jesús «es claro:
sed misericordiosos como vuestro
Padre es misericordioso». Por lo demás, explicó el Papa Francisco,
«cuando uno aprende a acusarse a sí
mismo es misericordioso con los demás». Y puede decir: «¿Pero quién
soy yo para juzgarlo, si soy capaz de
hacer cosas peores?». Es una frase
importante: «¿quién soy yo para juzgar al otro?». Esto se comprende a
la luz de la palabra de Jesús «sed
misericordiosos como vuestro Padre
es misericordioso» y con su invitación a «no juzgar». En cambio, reconoció el Pontífice, «cómo nos gusta juzgar a los demás, hablar mal de
ellos». Sin embargo, el Señor es claro: «no juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados». Es un camino ciertamente «no
fácil», que «inicia con la acusación
de uno mismo, inicia con esa vergüenza delante de Dios y con la petición de perdón a Él: pedir misericordia». Precisamente «de ese primer paso se llega a esto que el Señor nos pide: ser misericordiosos, no
detenidos «se lo merecen». Pero
—invitó a considerar— «¿sabes que si
no hubiese sido por la gracia de
Dios, tú estarías allí? ¿Has pensado
que eres capaz de hacer las cosas
que ellos hicieron, incluso peores?».
Esto, precisamente, «es acusarse a sí
mismo, no esconder a uno mismo
las raíces de pecado que están en
nosotros, las tantas cosas que somos
capaces de hacer, aunque no se
vean».
Es una actitud, prosiguió el Papa
Francisco, que «nos lleva a la vergüenza delante de Dios, y esta es
una virtud: la vergüenza delante de
Dios». Para «avergonzarse» hay que
decir: «Mira, Señor, siento repugnancia de mí mismo, pero tú eres
grande: a mí la vergüenza, a ti —y la
pido— la misericordia». Precisamente como dice la Escritura: «Señor,
nos abruma la vergüenza, porque
hemos pecado contra ti». Y lo «podemos decir, porque soy capaz de
pecar y hacer muchas cosas malas:
“A ti, Señor, nuestro Dios, la misericordia y el perdón. La vergüenza para mí y a ti la misericordia y el perdón”». Es un «diálogo con el Señor» que «nos hará bien en esta
Cuaresma: la acusación de nosotros
mismos».
«Pidamos misericordia» volvió a
proponer el Papa refiriéndose espe-
juzgar a nadie, no condenar a nadie,
ser generosos con los demás».
En este perspectiva, el Papa invitó
a orar para que «el Señor, en esta
Cuaresma, nos dé la gracia de
aprender a acusarnos a nosotros mismos, cada uno en su soledad», preguntándose: «¿Soy capaz de hacer
esto? ¿Con este sentimiento soy capaz de hacer esto? ¿Con este sentir
que tengo en mi interior soy capaz
de las cosas más perversas?». Y
orando así: «ten piedad de mí, Señor, ayúdame a avergonzarme y dame misericordia, así podré ser misericordioso con los demás».
Cuando
el Señor exagera
Continúan —siguiendo la liturgia
diaria de la Palabra— las reflexiones
del Papa Francisco sobre el tema de
la conversión. Tras la invitación del
lunes «a acusarnos a nosotros mismos, a decirnos la verdad sobre nosotros mismos, a no maquillarnos el
alma para convencernos que somos
más buenos de lo que realmente somos», en la misa que celebró el martes 3 de marzo en Santa Marta, el
Pontífice profundizó «el mensaje de
la Iglesia» que «hoy se puede resumir en tres palabras: la invitación, el
don y el “fingimiento”». Una invitación que, como se lee en el libro del
profeta Isaías (1, 10.16) se refiere precisamente a la conversión: «Oíd la
palabra del Señor. Lavaos, purificaos», o sea: «Lo que tenéis dentro
y que no es bueno, lo que es malo,
lo que está sucio, debe ser purificado».
Ante la petición del profeta:
«Apartad de mi vista vuestras malas
acciones», «dejad de hacer el mal,
aprended a hacer el bien», está
quien dice: «Pero, Señor, yo no hago el mal; voy a misa todos los domingos, soy un buen cristiano, doy
muchos donativos». A estas personas el Papa Francisco les preguntó
idealmente: «¿Tú has entrado en tu
corazón? ¿Eres capaz de acusarte a
ti mismo por las cosas que encuentras allí?». Y en el momento que se
advierte la necesidad de la conversión, nos podemos también preguntar: «¿Cómo puedo convertirme?».
La respuesta nos la da la Escritura:
«Aprended a hacer el bien».
«La suciedad del corazón», en
efecto, destacó el Papa, «no se quita
como se quita una mancha: vamos a
la tintorería y salimos limpios. Se
quita con el obrar». La conversión
es «hacer un camino distinto, otro
camino distinto al del mal». Otra
pregunta: «¿Y cómo hago el bien?».
La respuesta la da también el profeta Isaías: «Buscad la justicia, socorred al oprimido, proteged el derecho del huérfano, defended a la viuda». Indicaciones que, como explicó
el Papa Francisco, se comprenden
bien en una realidad como la de
Israel, donde «los más pobres y los
más necesitados eran los huérfanos y
las viudas». Para cada uno de nosotros significa: ve «donde están las
llagas de la humanidad, donde hay
mucho dolor; y así, haciendo el
bien, lavarás tu corazón. Tú serás
purificado. Esta es la invitación del
Señor».
Conversión significa, por lo tanto,
que estamos llamados a hacer el
bien «a los más necesitados: la viuda, el huérfano, los enfermos, los ancianos abandonados, de los que nadie se acuerda»; pero también «los
niños que no pueden ir a la escuela»
o los niños «que no saben hacer la
señal de la cruz». Porque, puso de
relieve con amargura el Pontífice,
«en una ciudad católica, en una familia católica hay niños que no saben rezar, que no saben hacer la señal de la cruz». Y, entonces, hay que
«ir a ellos» a llevarles «el amor del
Señor».
Si hacemos esto, se preguntó el
Papa, «¿cuál será el don del Señor?». Él «nos cambiará», dijo retomando la frase con la que el profeta
Isaías afirma: «Aunque vuestros pecados sean como escarlata, quedarán
blancos como nieve; aunque sean rojos como la púrpura, quedarán como
lana». Incluso ante nuestro miedo y
titubeo —«Pero, padre, tengo muchos pecados. He cometido muchos,
muchos, muchos, muchos»— el Señor nos confirma: «Si tú vienes por
este camino, por el que yo te invito,
incluso si vuestros pecados fueran
como escarlata, quedarán blancos
SIGUE EN LA PÁGINA 11
L’OSSERVATORE ROMANO
número 10, viernes 6 de marzo de 2015
páginas 6/7
El Papa invita a las cooperativas italianas a comprometerse en favor de una economía de la honradez
El sábado 28 de febrero, por la mañana,
el Papa Francisco recibió en el aula Pablo
VI a siete mil miembros de la
Confederación de cooperativas italianas.
Publicamos la traducción de su discurso.
Cuando uno más uno suma tres
Es necesario dar un gran salto hacia adelante en la solidaridad
Hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Esta última [se refiere al coro] ha sido la «cooperativa» más melodiosa.
¡Enhorabuena!
Gracias por este encuentro con vosotros y con la realidad que representáis,
la cooperación. Las cooperativas desafían todo, desafían incluso a la matemática, porque en la cooperativa uno
más uno suma tres. Y en la cooperativa, un fracaso es medio fracaso. Esta es
la belleza de las cooperativas.
Vosotros sois, ante todo, la memoria
viva de un gran tesoro de la Iglesia italiana. En efecto, sabemos que en el origen del movimiento cooperativista italiano, muchas cooperativas agrícolas y
de crédito, ya en el siglo XIX, fueron sabiamente fundadas y promovidas por
sacerdotes y párrocos. Todavía ahora,
en diversas diócesis italianas, se recurre
al cooperativismo como remedio al problema de la desocupación y a las diversas formas de malestar social. Hoy es
una regla, no digo normal, habitual...
pero que se ve con mucha frecuencia:
«¿Buscas trabajo? Ven, ven a esta empresa». 11 horas, 10 horas de trabajo,
600 euros. «¿Te gusta? ¿No? Regresa a
casa». ¿Qué hacer en este mundo que
funciona así? Porque hay una serie, una
fila de gente que busca trabajo: si a ti
no te gusta, a aquel otro le gustará. Es
el hambre, el hambre nos hace aceptar
lo que nos dan, el trabajo en negro...
Podría preguntar, para poner un ejemplo, sobre el personal doméstico:
¿cuántos hombres y mujeres que trabajan como personal doméstico tienen
ahorro social para la pensión?
Todo esto es muy conocido. La Iglesia siempre ha reconocido, apreciado y
alentado la experiencia de cooperativismo. Lo leemos en los documentos del
Magisterio. Recordemos el grito lanzado en 1891, con la Rerum novarum, por
el Papa León XIII: «Todos propietarios
y no todos proletarios». Y son ciertamente también conocidas las páginas
de la encíclica Caritas in veritate, donde
Benedicto XVI se expresa a favor de la
cooperación en el crédito y en el consumo (cf. nn. 65-66), destacando la importancia de la economía de comunión
y del sector non profit (cf. n. 41), para
afirmar que el dios-beneficio no es una
divinidad, sino que es sólo una brújula
y un metro de valoración de la actividad empresarial. El Papa Benedicto nos
explicó también cómo nuestro mundo
necesita una economía del don (cf. nn.
34-39), es decir, una economía capaz de
dar vida a empresas inspiradas en el
principio de la solidaridad y capaces de
«crear iniciativas». Así, pues, resuena a
través de vosotros la exclamación pronunciada por León XIII al bendecir los
inicios del movimiento cooperativo católico italiano, cuando dijo que, para
hacer esto, «es admirable la fuerza de
las doctrinas cristianas. En primer lugar, toda la doctrina de la religión cristiana» (Enc. Rerum novarum, 15).
Estas, y muchas otras afirmaciones
de reconocimiento y de aliento dirigidas a los miembros de las cooperativas
por parte de la Iglesia son válidas y actuales. Pienso también en el extraordinario magisterio social del beato Pablo
VI. Tales afirmaciones las podemos con-
firmar y reforzar. No es necesario, por
ello, repetirlas o hacer amplia referencia
a ellas.
Hoy quisiera que nuestro diálogo no
mire sólo al pasado, sino que se dirija
sobre todo hacia adelante: a las nuevas
perspectivas, a las nuevas responsabilidades, a las nuevas formas de iniciativa de
las empresas cooperativas. Es una auténtica misión que nos pide fantasía creativa para encontrar formas, métodos, actitudes e instrumentos, para combatir la
«cultura del descarte», la que hoy vivimos, la «cultura del descarte» cultivada
por los poderes que rigen las políticas
económico-financieras del mundo globalizado, donde en el centro está el
dios dinero.
Globalizar la solidaridad —¡esto se
debe globalizar, la solidaridad!— hoy
significa pensar en el aumento vertiginoso de los desempleados, las lágrimas
incesantes de los pobres, la necesidad
de retomar un desarrollo que sea un
verdadero progreso integral de la persona que necesita ciertamente un ingreso,
pero no sólo el ingreso. Pensemos en
las necesidades de la salud, que los sistemas de bienestar tradicional ya no logran satisfacer; en las exigencias apremiantes de la solidaridad, poniendo de
nuevo en el centro de la economía
mundial la dignidad de la persona humana, como lo habéis dicho vosotros.
Como diría también hoy el Papa León
XIII: para globalizar la solidaridad «es
admirable y varia la fuerza de las doctrinas cristianas».
Por lo tanto, no os detengáis a mirar
sólo lo que habéis sabido hacer. Seguid
perfeccionando, reforzando y actualizando las buenas y sólidas realidades
que ya habéis construido. Pero tened
también el valor de salir de ello, llenos
de experiencia y de buenos métodos,
para llevar el cooperativismo hacia las
nuevas fronteras del cambio, hasta las
periferias existenciales donde necesita
surgir la esperanza y donde, lamentablemente, el sistema socio-político actual parece, en cambio, fatalmente destinado a sofocar la esperanza, a robar
la esperanza, aumentando riesgos y
amenazas.
Este gran salto hacia adelante que
nos proponemos que realice el cooperativismo, os confirmará que todo lo que
ya habéis hecho no sólo es positivo y
vital, sino que sigue siendo profético. Por
ello tenéis que seguir inventando —esta
es la palabra: inventar— nuevas formas
de cooperación, porque también para
las cooperativas es válida la consideración: cuando el árbol da nuevas ramas,
las raíces están vivas y el tronco es fuerte.
Aquí, hoy, vosotros representáis válidas experiencias en múltiples sectores:
desde la valorización de la agricultura,
a la promoción de la construcción de
nuevas casas para quien no tiene casa,
desde las cooperativas sociales hasta el
crédito cooperativo, aquí ampliamente
representado, desde la pesca hasta la
industria, las empresas, las comunidades, el consumo, la distribución y muchos otros tipos de servicios. Sé bien
de incorporarse al mundo del trabajo.
No descuidemos a los adultos que con
frecuencia quedan prematuramente sin
trabajo. «Tú, ¿qué eres?» — «Soy ingeniero» — «Ah, qué bueno, qué bueno.
¿Cuántos años tiene?» — «49» — «No
sirve, se puede marchar». Esto sucede
todos los días. Además de las nuevas
empresas, miremos también a las empresas que pasan por un momento de
dificultad, a las que a los viejos dueños
les conviene dejarlas morir y que, en
cambio, podrían revivir con las iniciativas que vosotros llamáis «Workers buy
out», «empresas recuperadas», en mi lengua, empresas salvadas. Y yo, como he
dicho a sus representantes, soy un aficionado de las empresas recuperadas.
Un segundo aliento —no por importancia— es el de activaros como protagonisTenéis que seguir inventando nuevas formas de
tas para realizar nuevas
soluciones de bienestar,
cooperación, porque también para las
en especial en el camcooperativas es válida la consideración:
po de la salud, un
campo delicado donde
cuando el árbol da nuevas ramas,
mucha gente pobre ya
las raíces están vivas y el tronco es fuerte
no encuentra respuestas adecuadas a sus
que esta lista está incompleta, pero es necesidades. Conozco lo que hacéis
bastante útil para comprender cuán desde hace años con corazón y con paprecioso es el método cooperativo, que sión, en las periferias de las ciudades y
debe seguir adelante, creativo. Se mos- de nuestra sociedad, por las familias,
tró de este modo ante muchos desafíos. los niños, los ancianos, los enfermos y
Y lo seguirá siendo. Todo aprecio y to- las personas desfavorecidas y que atrado aliento corren el riesgo de permane- viesan dificultades por diversas razones,
cer genéricos. Quisiera ofreceros, en llevando a las casas corazón y asistencambio, algunos puntos de aliento concre- cia. La caridad es un don. No es un simple gesto para tranquilizar el corazón, es
tos.
El primero es este: las cooperativas un don. Cuando hago un gesto de caritienen que seguir siendo el motor que le- dad me entrego yo mismo. Si no soy
capaz de donarme eso no es caridad.
vanta y desarrolla la parte más débil de
Un don sin el cual no se puede entrar
nuestras comunidades locales y de la socieen la casa de quien sufre. En el lenguadad civil. De esto no es capaz el sentije de la doctrina social de la Iglesia esmiento. Para ello es necesario poner en
to significa servirse de la subsidiariedad
primer lugar la fundación de nuevas
con fuerza y coherencia: significa unir
empresas cooperativas, junto al desarro- las fuerzas. Qué hermoso sería si, parllo ulterior de las que ya existen, para tiendo de Roma, entre las cooperativas,
crear sobre todo nuevas posibilidades las parroquias y los hospitales, pienso
de trabajo que hoy no existen.
en el «Bambin Gesù» en especial, puEl pensamiento se dirige ante todo a diese nacer una red eficaz de asistencia
los jóvenes, porque sabemos que la de- y solidaridad. Y la gente, partiendo de
socupación juvenil, dramáticamente ele- los más necesitados, fuese puesta en el
vada —pensemos que, en algunos países centro de todo este movimiento solidade Europa, es del 40, 50 por ciento— rio: la gente en el centro, los más necedestruye en ellos la esperanza. Pero sitados en el centro. ¡Esta es la misión
pensemos también en las numerosas que nos proponemos! A vosotros os comujeres que tienen necesidad y voluntad rresponde la tarea de inventar solucio-
nes prácticas, de hacer funcionar esta
red en las situaciones concretas de
vuestras comunidades locales, partiendo precisamente de vuestra historia,
con vuestro patrimonio de conocimientos para conjugar el ser empresa y al
mismo tiempo no olvidar que en el centro de todo está la persona.
Habéis hecho mucho, y todavía queda mucho por hacer. ¡Sigamos adelante!
El tercer aliento se refiere a la economía, su relación con la justicia social, la
dignidad y el valor de las personas. Se
sabe que un cierto liberalismo cree que
sea necesario antes producir riqueza, y
no importa cómo, para luego promover
alguna política redistributiva por parte
del Estado. Primero llenar el vaso y
luego dar a los demás. Otros piensan
que es la misma empresa quien debe
dar las migajas de la riqueza acumulada, absolviendo de este modo la propia
y así llamada «responsabilidad social».
Se corre el riesgo de ilusionarse con hacer el bien mientras que, lamentablemente, se sigue sólo haciendo marketing, sin salir del circuito fatal del
egoísmo de las personas y de las empresas que tienen como centro el dios
dinero.
En cambio, nosotros sabemos que
realizando una calidad nueva de economía se crea la capacidad de hacer crecer
a las personas en todas sus potencialidades. Por ejemplo: el socio de la cooperativa no debe ser sólo un abastecedor, un trabajador, un usuario bien tratado, debe ser siempre el protagonista,
debe crecer, a través de la cooperativa,
crecer como persona, socialmente y
profesionalmente, en la responsabilidad, en hacer realidad la esperanza, en
construir juntos. No digo que no se deba crecer en las ganancias, pero eso no
es suficiente: es necesario que la empresa
gestionada por la cooperativa crezca de
verdad de modo cooperativo, es decir, implicando a todos. ¡Uno más uno es tres!
Esta es la lógica.
«Co-operari», en la etimología latina,
significa obrar juntos, cooperar, y, por
lo tanto, trabajar, ayudar, contribuir a
alcanzar un fin. No os conforméis nunca
con la palabra «cooperativa» sin ser conscientes de la auténtica esencia y del espíritu de la cooperación.
La cuarta sugerencia es esta: si miramos a nuestro alrededor nunca sucede
que la economía se renueve en una sociedad que envejece, en lugar de crecer.
El movimiento cooperativo puede ejercer un papel importante para sostener,
facilitar y también alentar la vida de las
familias. Realizar la conciliación, o tal
vez mejor la armonización entre trabajo y
familia, es un tarea que habéis ya iniciado y que debéis realizar cada vez más.
Hacer esto significa también ayudar a
las mujeres a realizarse plenamente en
la propia vocación y a fructificar sus
propios talentos. Mujeres libres de ser
cada vez más protagonistas, tanto en
las empresas como en las familias. Sé
bien que las cooperativas ya proponen
muchos servicios y muchas fórmulas organizativas, como la mutual; que salen
al encuentro de las exigencias de todos,
de los niños y los ancianos en especial,
desde las guarderías hasta la asistencia
la gente con fines de lucro contrarios a
los de la verdadera y auténtica cooperación. Hacéis bien, os lo digo, porque,
en el campo en el que actuáis, asumir
una fachada honorable y perseguir en
cambio fines despreciables e inmorales,
a menudo dirigidos a la explotación del
trabajo, o incluso a las manipulaciones
de mercado, y hasta escandalosos tráficos de corrupción, es una vergonzosa y
gravísima mentira que no se puede
aceptar de ninguna manera. ¡Luchad
contra esto! ¿Pero cómo luchar? ¿Sólo
con las palabras? ¿Con las ideas? Luchad con la cooperación justa, la verdadera, la que siempre vence.
La economía cooperativa, si es auténtica, si quiere desempeñar una función social fuerte, si quiere ser protagonista del futuro de una nación y cada
una de las comunidades locales, debe
perseguir finalidades transparentes y
claras. Debe promover la economía de la
honradez. Una economía saneada en el
mar insidioso de la economía global.
Una verdadera economía promovida
en los domicilios. Este es nuestro modo
de gestionar los bienes comunes, esos bienes
que no deben ser sólo la propiedad de pocos y no deben perseguir fines especulativos.
El quinto aliento tal vez os sorprenderá.
Para hacer todas estas cosas se necesita
dinero. Las cooperativas, en general, no
fueron fundadas por grandes capitalistas, es más, se dice a menudo que las
mismas están estructuralmente subcapitalizadas. En cambio, el Papa os dice:
debéis invertir, y debéis invertir bien. En
Italia ciertamente, pero no sólo, es difícil obtener dinero público para cubrir
la escasez de recursos. La solución que
os propongo es esta: unid con determinación los medios buenos para realizar
obras buenas. Colaborad más entre cooperativas bancarias y empresas, organizad los recursos para hacer vivir con
dignidad y serenidad a las
familias; pagad salarios jusNo os conforméis nunca con la palabra
tos a los trabajadores, invirtiendo sobre todo en las ini«cooperativa» sin ser conscientes de la
ciativas que sean verdaderaauténtica esencia y del espíritu de la
mente necesarias.
cooperación
No es fácil hablar de dinero. Decía Basilio de Cesarea,
Padre de la Iglesia del siglo
IV, citado luego por san Francisco de
por personas que tienen en el corazón
Asís, que «el dinero es el estiércol del y en la mente sólo el bien común.
diablo». Lo repite ahora también el PaLas cooperativas tienen una tradición
pa: «el dinero es el estiércol del diablo». internacional fuerte. También en esto
Cuando el dinero se convierte en un habéis sido auténticos pioneros. Vuesídolo, dirige las opciones del hombre. tras asociaciones internacionales nacieY entonces arruina al hombre y lo conron con gran anticipación respecto a las
dena. Lo hace un esclavo. El dinero al
servicio de la vida puede ser gestionado que crearon otras empresas en tiempos
en la forma justa por la cooperativa, si muy posteriores. Ahora está la nueva
es una cooperativa auténtica, verdade- gran globalización, que reduce algunos
ra, donde no manda el capital sobre los desequilibrios pero crea muchos otros.
El movimiento cooperativo, por lo tanhombres, sino los hombres sobre el capital.
to, no puede permanecer ajeno a la
Por esto os digo que hacéis bien —y
os digo también de hacerlo cada vez globalización económica y social, cuyos
más— en oponeros y combatir las falsas efectos llegan a todos los países, inclucooperativas, las que prostituyen el pro- so hasta dentro de nuestras casas.
¿Las cooperativas participan en la
pio nombre de cooperativa, es decir, de
una realidad tan buena, para engañar a globalización como las demás empre-
sas? ¿Existe un modo original que permita a las cooperativas afrontar los
nuevos desafíos del mercado global?
¿Cómo pueden las cooperativas participar en el desarrollo de la cooperación
salvaguardando los principios de la solidaridad y la justicia? Lo digo a vosotros para decirlo a todas las cooperativas del mundo: las cooperativas no pueden permanecer cerradas en casa, pero
tampoco salir de casa como si no fuesen
cooperativas. Este es el doble principio:
no pueden permanecer cerradas en casa, pero tampoco salir de casa como si
no fuesen cooperativas. No, no se puede pensar una cooperativa con doble
cara. Hay que tener el valor y la creatividad de construir la senda justa para
integrar, en el mundo, el desarrollo, la
justicia y la paz.
Por último, no dejéis que viva sólo
en la memoria la colaboración del movimiento cooperativo con vuestras parroquias
y vuestras diócesis. Las formas de colaboración tienen que ser distintas, respecto a las de los orígenes, pero el camino debe ser siempre el mismo. Donde están las viejas y nuevas periferias
existenciales, donde haya personas desfavorecidas, personas solas y descartadas, personas no respetadas, tendedles
la mano. Colaborad entre vosotros, en
el respeto de la identidad vocacional de
cada uno, dándoos una mano.
Sé que desde hace algunos años vosotros estáis colaborando con otras asociaciones cooperativas —incluso si no
están vinculadas con nuestra historia y
nuestras tradiciones— para crear una
alianza de cooperativas y de cooperativistas italianos. Por ahora es una Alianza en potencia, pero vosotros confiáis
en llegar a ser una asociación única,
una alianza cada vez más vasta entre
cooperativistas y cooperativas. El movimiento cooperativo italiano tiene una
gran tradición, respetada en el mundo
cooperativista internacional. La misión
cooperativa en Italia ha estado muy relacionada desde los orígenes a la identidad, los valores y las fuerzas sociales
presentes en el país. Esta identidad,
por favor, respetadla. Sin embargo, a
menudo las opciones que distinguían y
dividían fueron durante largo tiempo
más fuertes que las opciones que, en
cambio, congregaban y unían los esfuerzos de todos. Ahora vosotros pensáis poner en primer lugar lo que os
une. Y precisamente alrededor de lo
que os une, que es la parte más auténtica, más profunda y más viva de las
cooperativas italianas, queréis construir
vuestra nueva forma asociativa.
Hacéis bien en proyectar así, y así
dais un salto hacia adelante. Cierto,
existen cooperativas católicas y cooperativas no católicas. ¿Pero la fe se salva
permaneciendo encerrados en sí mismos? Pregunto: ¿la fe se salva permaneciendo encerrados en sí mismos?
¿Permaneciendo sólo entre nosotros?
Vivid vuestra alianza como cristianos,
como respuesta a vuestra fe y a vuestra
identidad sin miedo. Fe e identidad son
la base. Seguid adelante, y caminad
juntos con todas las personas de buena
voluntad. Y esto es también una llamada cristiana, una llamada cristiana a todos. Los valores cristianos no son sólo
para nosotros, son para compartirlos. Y
compartirlos con los demás, con quienes no piensan como nosotros pero
quieren las mismas cosas que queremos
nosotros. ¡Seguid adelante, ánimo! Sed
creadores, «poetas», ¡adelante!
L’OSSERVATORE ROMANO
página 8
viernes 6 de marzo de 2015, número 10
COMUNICACIONES
Colegio episcopal
Audiencias pontificias
Monseñor Fidencio López, obispo de San Andrés Tuxtla (México)
Monseñor Jorge Cuapio Bautista, auxiliar de Tlalnepantla (México)
RENUNCIAS:
El Papa ha aceptado la renuncia al
gobierno pastoral de la archidiócesis de Malabo (Guinea Ecuatorial)
que monseñor ILDEFONSO OBAMA
OBONO le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del
Código de derecho canónico.
Ildefonso Obama Obono nació
en Kogo, diócesis de Bata, el 6 de
mayo de 1938. Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de
1964. Juan Pablo II le nombró obispo de Ebebiyin el 15 de octubre de
1982; recibió la ordenación episcopal el 6 de enero de 1983. El mismo
Papa le promovió a arzobispo de
Malabo el 9 de julio de 1991.
El Papa ha aceptado la renuncia al
gobierno pastoral de la diócesis de
Lichinga (Mozambique) que monseñor ELIO GRESELIN, S.C.J., le había presentado en conformidad con
el canon 401 § 1 del Código de derecho canónico.
Elio Greselin, S.C.J., nació en
Tretto di Venza, diócesis de Vicenza
(Italia), el 15 de noviembre de 1938.
Recibió la ordenación sacerdotal el
25 de junio de 1965. Benedicto XVI
le nombró obispo de Lichinga el 30
de diciembre de 2008; recibió la ordenación episcopal el 22 de marzo
de 2009.
El Papa ha aceptado la renuncia al
gobierno pastoral de la diócesis de
Lisala (República democrática del
Congo) que monseñor LOUIS
NKINGA BONDALA, C.I.C.M., le había presentado en conformidad con
el canon 401 § 1 del Código de derecho canónico.
Louis Nkinga Bondala, C.I.C.M.,
nació en Mankanza, diócesis de
Budjala, el 20 de junio de 1937. Recibió la ordenación sacerdotal el 7
de agosto de 1966. Juan Pablo II le
nombró obispo de Kole el 28 de
enero de 1980; recibió la ordenación
episcopal el 4 de mayo del mismo
año. El Santo Padre le nombró
obispo coadjutor de Lisala el 13 de
Erección de provincia
eclesiástica
El Santo Padre ha dispuesto la
unión formal de la sede metropolitana de Cashel con la antigua diócesis de Emly en la nueva
archidiócesis metropolitana denominada
«archidiócesis
de
CASHEL Y EMLY (Irlanda).
marzo de 1996. Pasó a ser obispo de
dicha sede el 6 de julio de 1997.
El Papa ha aceptado la renuncia al
gobierno pastoral de la diócesis de
Cassano all’Jonio (Italia) presentada por monseñor NUNZIO GALANTINO, secretario general de la Conferencia episcopal italiana.
—Monseñor
Vincent
Landel,
arzobispo de Rabat (Marruecos).
EL SANTO PADRE
S.C.I.,
HA RECIBID O EN AUDIENCIA:
Sábado 28 de febrero
—Al cardenal Crescenzio Sepe,
arzobispo de Nápoles (Italia).
Lunes 2 de marzo
—A monseñor Janusz Urbańczyk,
observador permanente de la Santa
Sede ante las organizaciones internacionales gubernativas en Viena.
El Papa ha aceptado la renuncia a
la función de auxiliar de la arquidiócesis de Tlalnepantla (México)
que monseñor FRANCISCO RAMÍREZ
NAVARRO, obispo titular de Tlos, le
había presentado en conformidad
con los cánones 411 y 401 § 1 del
Código de derecho canónico.
—Monseñor
Claude
Rault,
obispo de Laghouat (Argelia).
EL PAPA
HA NOMBRAD O:
—Arzobispo de Malabo (Guinea
ecuatorial) a monseñor JUAN NSUE
EDJANG MAYÉ, hasta ahora obispo
de Ebebiyin.
Juan Nsue Edjang Mayé nació en
Akok Yebinveiń, diócesis de Ebebiyin, el 9 de noviembre de 1957.
Recibió la ordenación sacerdotal el
25 de marzo de 1995. Benedicto XVI
le nombró obispo de Ebebiyin el 19
de febrero de 2011; recibió la ordenación episcopal el 7 de mayo del
mismo año.
—Arzobispo metropolitano de la
nueva archidiócesis de Cashel y
Emly (Irlanda) a monseñor KIERAN
O’REILLY, S.M.A., hasta ahora arzobispo de Cashel y administrador
apostólico de Emly.
Kieran O’Reilly, S.M.A., nació en
Cork, diócesis de Cork y Ross, el 8
de agosto de 1952. Recibió la ordenación sacerdotal el 17 de junio de
SIGUE EN LA PÁGINA 10
—Al presidente del Consejo de
ministros del Gobierno regional del
Kurdistán iraquí, Nechirvan Barzani.
A los obispos de la Conferencia
episcopal regional del Norte de
África (C.E.R.N.A.), en visita «ad limina Apostolorum»:
M.AFR.,
—Monseñor Ghaleb Moussa Abdalla Bader, arzobispo de Argel
(Argelia).
—Monseñor Paul Desfarges, S.J.,
obispo de Constantine (Argelia)
—Monseñor Jean-Paul Vesco,
obispo de Orán (Argelia).
—Padre Mario León Dorado,
prefecto apostólico del Sahara Occidental.
O.M.I.,
—A la directora general de la
UNESCO, Irina Bokova, con el séquito.
Nunzio Galantino nació en Cerignola, diócesis de Cerignola-Ascoli Satriano, el 16 de agosto de 1948.
Recibió la ordenación sacerdotal el
23 de diciembre de 1972. Benedicto
XVI le nombró obispo de Cassano
all’Jonio el 9 de diciembre de 2011;
recibió la ordenación episcopal el 25
de febrero de 2012. El Papa Francisco le nombró, por un quinquenio,
secretario general de la Conferencia
episcopal italiana el 25 de marzo de
2014.
Francisco Ramírez Navarro nació
en Tepatitlán, diócesis de San Juan
de los Lagos (México), el 24 de julio de 1939. Recibió la ordenación
sacerdotal el 15 de agosto de 1969.
Juan Pablo II le nombró obispo titular de Tlos y auxiliar de Tlalnepantla el 27 de diciembre de 2000;
recibió la ordenación episcopal el
22 de febrero de 2001.
—Monseñor
Santiago
Agrelo
Martínez, O.F.M., arzobispo de Tanger (Marruecos).
O.P.,
—Monseñor Sylvester Carmel
Magro, O.F.M., obispo titular de Salde, vicario apostólico de Bengasi
(Libia).
—Monseñor Giovanni Innocenzo
Martinelli, O.F.M., obispo titular de
Tabuda, vicario apostólico de Trípoli (Libia).
Representación
pontificia
El Santo Padre ha nombrado nuncio apostólico en Mozambique a
monseñor ED GAR PEÑA PARRA, arzobispo titular de Telepte, hasta
ahora nuncio apostólico en Pakistán.
Edgar Peña Parra nació en Maracaibo (Venezuela) el 6 de marzo de
1960. Recibió la ordenación sacerdotal el 23 de agosto de 1985. Es
doctor en derecho canónico. Benedicto XVI le nombró arzobispo titular de Telepte, encomendándole al
mismo tiempo el cargo de nuncio
apostólico, el 8 de enero de 2011; recibió la ordenación episcopal el 5
de febrero del mismo año. El Papa
le nombró nuncio apostólico en Pakistán el 2 de febrero de 2011.
—Monseñor Ilario Antoniazzi, arzobispo de Túnez.
Lutos
en el episcopado
—Monseñor VINCENT VALENTINE
EGWUCHUKWU
EZEONYIA,
C.S.SP., obispo de Aba (Nigeria),
falleció el 8 de febrero, tras una
breve enfermedad. Había nacido
en Uke, diócesis de Nnewi, el 5
de abril de 1941. Era sacerdote
desde el 3 de agosto de 1968. El
Papa Juan Pablo II le nombró
obispo de la recién creada diócesis de Aba el 2 de abril de 1990;
recibió la ordenación episcopal el
1 de julio del mismo año.
—Monseñor ABEL COSTAS MONTAÑO, obispo emérito de Tarija
(Bolivia), falleció el 11 de febrero
en Cochabamba. Había nacido
en Pocoma, arquidiócesis de Cochabamba, el 25 de mayo de
1920. Era sacerdote desde el 22
de septiembre de 1945. El Papa
Pablo VI le nombró obispo titular de Novi y auxiliar de la arquidiócesis de Cochabamba el 11
de noviembre de 1968; recibió la
ordenación episcopal el 6 de enero de 1969. El mismo Papa le
nombró obispo de la diócesis de
Tarija el 11 de diciembre de 1974;
y aceptó su renuncia a dicha sede el 20 de octubre de 1995.
—Monseñor THOMAS BHALERAO,
S.J., obispo emérito de Nashik
(India), falleció el 13 de febrero.
Había nacido en Sangamner,
diócesis de Nashik, el 1 de febrero de 1933. Era sacerdote desde
el 27 de marzo de 1965. Juan Pablo II le nombró obispo de Nashik el 15 de mayo de 1987; recibió la ordenación episcopal el 23
de agosto del mismo año. Benedicto XVI aceptó su renuncia al
gobierno pastoral de dicha circunscripción eclesiásatica el 31 de
marzo de 2007.
—Monseñor MAGNUS MWALUNYUNGU, obispo emérito de Tunduru-Masasi (Tanzania), falleció
el 13 de febrero. Había nacido en
Nsengilindete, diócesis de Iringa,
el 25 de agosto de 1930. Era saSIGUE EN LA PÁGINA 10
L’OSSERVATORE ROMANO
número 10, viernes 6 de marzo de 2015
página 9
El Papa en la iglesia romana de Todos los Santos para recordar la inauguración de las nuevas normas litúrgicas del Vaticano
II
Y Pablo VI celebró en italiano
El sábado 7 de marzo a las 18.00, el
Papa celebrará la misa en la parroquia
romana de Todos los Santos en la vía
Apia Nueva. El Pontífice recordará de
este modo, en la misma iglesia y exactamente a cincuenta años de distancia,
la misa que el Papa Pablo VI celebró
por primera vez en italiano según las
renovadas normas litúrgicas establecidas por el Concilio Vaticano II. Publicamos a continuación un pasaje de la
homilía que el Pontífice pronunció el 7
de marzo de 1965.
¿Qué estamos haciendo? Este es el
momento de las reflexiones y se introduce en el sagrado Rito para suscitar los pensamientos que lo deben
acompañar. Nosotros estamos actuando una realidad, la cual, ya de
por sí, se presenta solemne y cuenta
con dos aspectos: uno extraordinario, el otro habitual y ordinario. Extraordinaria es la nueva forma actual
de rezar, de celebrar la santa misa.
Se inaugura, hoy, la nueva forma de
la Liturgia en todas las parroquias e
iglesias del mundo, para todas las
misas con participación del pueblo.
Es un gran acontecimiento que se
tendrá que recordar como principio
de una lozana vida espiritual,
como
un
compromiso nuevo en
la correspondencia al
gran diálogo entre
Dios y el hombre.
Norma fundamental
es, de ahora en adelante, rezar comprendiendo cada una de
las frases y palabras,
completarlas
con
nuestros sentimientos
personales y conformarlos al alma de la
comunidad, que forma
un coro con nosotros.
En la edición italiana del 10 de marzo de 1965 «L’Osservatore
Existe también otra
circunstancia que hace
especial la solemnidad de hoy: la
Y antes: ¿qué es el Rito que estapresencia del Papa, que, de por sí, mos celebrando? Es un encuentro de
autoriza a poner de relieve todo lo quien ofrece el Sacrificio divino con
que puede llegar a ser útil para el pueblo que participa.
Ese encuentro debe ser, por ello,
nuestra vida cristiana.
Por lo demás, incluso queriendo pleno y cordial. No es, por lo tanto,
considerar el segundo aspecto, es algo fuera de sitio que el celebrante
decir, lo que es habitual en estas —en este caso el Papa— dirija muasambleas, todo —lo sabemos— pre- chas veces a los presentes el saludo
senta un carácter valioso y digno de característico: El Señor esté con vosotros.
nuestra reflexión.
No tenemos miedo a nada
VIENE DE LA PÁGINA 2
conmovedora carta enviada al Papa
por algunas familias cristianas iraquíes que desde hace algunos meses
están refugiadas en la parroquia de
Naour en Jordania. La entregó en
manos del Papa Francisco —después
de la misa en Santa Marta del jueves 5 de marzo— el padre Rifat Bader, director del «Catholic Center
for Studies and Media» de Amán y
párroco en Naour. El padre Rifat
regaló también al Pontífice la copia
de una pintura realizada por uno de
estos refugiados: «No puedo revelar
el nombre —nos dijo el religioso—
porque teme por su vida, pero en el
cuadro representó todo el drama vivido por la comunidad cristiana de
Mosul». La obra representa una caravana que deja atrás las murallas
de la ciudad (a la izquierda se ve
también una estatua de «Lammasu», uno de los símbolos de la civilización asiria que fueron destruidos
por los terroristas). En la parte superior la Sagrada Familia («también
ellos fueron refugiados») y un ángel
custodio que acompaña el camino
de un pueblo completo: sacerdotes,
religiosas, hombres, mujeres, ancianos, niños, algunos llevan vestimenta típica de las ciudades de Mosul y
Qaraqosh. «En estos meses —nos
dice el padre Rifat— recibí de estas
personas, perseguidas precisamente
por ser cristianas, un gran testimonio: ya no tienen nada, su única riqueza es la fe». Lo escriben ellos
mismos al Papa: «Nuestra fe hoy es
mucho más fuerte que antes. No tenemos miedo a nada porque estamos convencidos de que Dios está
con nosotros».
VI
Así, pues, el Papa repite el gran
deseo no sólo dirigiéndose con afectuoso gesto a los presentes, sino expresando el propósito de llegar a toda la población cristiana de esta ciudad, de la santa diócesis de Pedro y
Pablo, la diócesis de Roma.
Por ello, con todo el corazón, con
toda la fuerza que Dios pone en su
voz, en su ministerio, el Santo Padre
exclama al pueblo romano: ¡Que
Dios esté contigo!
Presentación en Roma de la Red eclesial panamazónica
Apaguemos los motores y detengámonos
En 2013 en Río de Janeiro, con ocasión de la Jornada mundial de la
juventud, el Papa Francisco al hablar con los obispos brasileños dijo
que «la Amazonia es un banco de
pruebas para la Iglesia y la sociedad» e hizo «un rigoroso llamamiento al respeto y la custodia de
toda la creación que Dios ha confiado al hombre no para explotarla
salvajemente, sino para que la convierta en un jardín». La Iglesia latinoamericana —ya desde hace años
comprometida en responder a los
desafíos regionales que presenta el
contexto amazónico— aceptó esta
invitación y el pasado septiembre
dio vida al proyecto de la Red eclesial panamazónica (REPAM). La red
tuvo en Roma, el 2 y 3 de marzo,
En la catedral de Bogotá
El cardenal Pimiento Rodríguez recibió la púrpura
Recibió la púrpura en su país, Colombia, el
pasado sábado 28 de febrero, el cardenal de 96
años José de Jesús Pimiento Rodríguez. La ceremonia, que no tiene precedentes en la historia de la Iglesia colombiana, se llevó a cabo en
la catedral primada de Bogotá, presidida por
el nuncio apostólico, el arzobispo Ettore Balestrero. El cardenal Rubén Salazar Gómez,
arzobispo de Bogotá, le impuso la birreta y le
entregó el anillo, símbolo de la dignidad cardenalicia, al nuevo purpurado creado junto a
otros 19 eclesiásticos por el Papa Francisco en
el consistorio del pasado 14 de febrero. A causa de su edad avanzada el arzobispo emérito
de Manizales no había podido participar en
dicho consistorio.
Romano» publicaba la homilía de Pablo
un encuentro de coordinación y, para la ocasión, fue presentada en una
conferencia que tuvo lugar el lunes
2 de marzo, por la mañana, en la
Oficina de prensa de la Santa Sede.
El encuentro lo dirigió el subdirector, padre Ciro Benedettini.
La cita se quiso tener en Roma
—explicó el cardenal Peter Kodwo
Appiah Turkson, presidente del
Consejo pontificio Justicia y paz
que patrocina el proyecto— como
testimonio del impacto transnacional de la problemática y la implicación de toda la Iglesia que quiere
dar la más amplia visibilidad a este
modelo operativo, un modelo que
podrá llegar a ser útil en diversos y
fundamentales ambientes como la
justicia, la legalidad, la promoción y
la tutela de los derechos humanos,
el desarrollo inclusivo y equitativo,
el uso responsable y solidario de los
recursos naturales.
¿Qué es el REPAM? Lo explicó en
una intervención de audio el cardenal Cláudio Hummes, presidente de
la Comisión para la Amazonia de la
Conferencia episcopal brasileña:
«En los nueve países latinoamericanos que forman el territorio amazónico, la Red quiere unir los esfuerzos de la Iglesia en favor de la custodia responsable y sostenible de
toda la región, con el fin de promover el bien integral, los derechos
humanos, la evangelización, el desarrollo cultural, social y económico
de su pueblo, especialmente de las
poblaciones indígenas». La Iglesia
en la Amazonia, dijo el purpurado,
«quiere “formar red”, para unir los
esfuerzos, para alentarse recíprocamente y tener una voz profética más
significativa a nivel internacional».
página 10
L’OSSERVATORE ROMANO
viernes 6 de marzo de 2015, número 10
COMUNICACIONES
Colegio episcopal
VIENE DE LA PÁGINA 8
1978. Benedicto XVI le nombró obispo de Killaloe el 18 de mayo de
2010; recibió la ordenación episcopal
el 29 de agosto del mismo año. El
Papa Francisco le promovió a arzobispo de Cashel y administrador
apostólico de Emly el 22 de noviembre de 2014.
—Arzobispo de Samarinda (Indonesia) a monseñor YUSTINUS HARJOSUSANTO, M.S.F., hasta ahora obispo
de Tanjung Selor.
Yustinus Harjosusanto, M.S.F., nació en Muntilan, archidiócesis de Semarang, el 5 de septiembre de 1953.
Recibió la ordenación sacerdotal el 6
de enero de 1982. Juan Pablo II le
nombró obispo de Tanjung Selor el
22 de diciembre de 2001; recibió la
ordenación episcopal el 14 de abril
de 2002.
—Obispo de Lichinga (Mozambique) al presbítero ATANASIO AMISSE
CANIRA.
Atanasio Amisse Canira nació en
Mossoril, diócesis de Nacala, el 2 de
mayo de 1962. Recibió la ordenación
sacerdotal el 12 de diciembre de
1993. Obtuvo la licenciatura en teología moral y espiritualidad en la
Academia Alfonsiana de Roma. Ha
desempeñado su ministerio como
párroco en diversas parroquias, formador en el seminario mayor, vicario
general diocesano, vicario episcopal
para la familia y director nacional de
las Obras misionales pontificias en
Mozambique.
—Obispo de Lisala (República democrática del Congo) al padre ERNEST NGBOKO NGOMBE, C.I.C.M.
Ernest Ngboko Ngombe, C.I.C.M.,
nació en Kanya Mbonda, diócesis
de Lisala, el 25 de mayo de 1964. Ingresó en la Congregación del Corazón Inmaculado de María, donde
recibió la ordenación sacerdotal el
20 de junio de 1996. Obtuvo la licenciatura en teología en la Catholic
Theological Union de Estados Unidos.
Inició su ministerio como misionero
en Senegal, donde fue superior del
distrito autónomo de su congregación en esa nación; luego, en su
país, ha sido rector del seminario
teológico, coordinador de su congregación para la región de África y vicario general de su congregación.
—Obispo de San Andrés Tuxtla
(México) al presbítero FIDENCIO
LÓPEZ PLAZA.
Fidencio López Plaza nació en
Capullín, diócesis de Querétaro, el
28 de abril de 1950. Recibió la ordenación sacerdotal el 19 de febrero de
1982. Obtuvo una especialización en
pastoral y catequesis en el Instituto
teológico pastoral del CELAM en Medellín. En su ministerio ha sido, entre otras cosas, coordinador de la secretaría diocesana para la evangelización y la catequesis, docente en el
seminario, párroco en diversas parroquias, delegado de un decanato,
miembro del consejo presbiteral y
del colegio de consultores. En el último período era vicario episcopal
de pastoral y párroco.
—Obispo de Le Puy-en-Velay (Francia) al padre LUC CRÉPY, C.J.M.
Luc Crépy, C.J.M., nació en Lille
el 12 de mayo de 1958. Ingresó en la
Congregación de Jesús y María (eudistas), donde recibió la ordenación
sacerdotal el 21 de mayo de 1989. Se
licenció en teología moral en el Instituto católico de París. En su ministerio ha sido, entre otras cosas, rector del seminario interdiocesano de
Orléans, superior de la provincia
Francia-África de su congregación,
presidente de la Conferencia de los
superiores mayores de Francia y procurador general de los eudistas en
Roma.
—Obispo de Dassa-Zoumé (Benín)
al padre FRANÇOIS GNONHOSSOU,
S.M.A.
François Gnonhossou, S.M.A., nació en Dassa-Zoumé el 3 de diciembre de 1961. Ingresó en la Sociedad
de Misiones Africanas, donde recibió la ordenación sacerdotal el 26 de
julio de 1997. Obtuvo la licenciatura
en derecho civil en la Universidad
estatal de Cotonú. Ha desempeñado
su ministerio en Nigeria, París, Canadá y Roma, donde sucesivamente
ha sido vicario parroquial, párroco,
superior de un distrito en su congregación en África, colaborador parroquial y, en el último período, consejero general de la Sociedad misionera.
—Obispo titular de Bisarcio y auxiliar de Tlalnepantla (México) al
presbítero JORGE CUAPIO BAUTISTA.
Jorge Cuapio Bautista nació en
Santa Ana Chiauhteman, Tlaxcala,
el 6 de abril de 1967. Recibió la ordenación sacerdotal el 15 de agosto
de 1992, incardinado en la diócesis
de Texcoco. Obtuvo la licenciatura
en filosofía en la Universidad popular autónoma del Estado de Puebla,
y en ciencias de la familia en el Instituto Juan Pablo II de Roma. En su
ministerio ha sido vicario parroquial,
párroco en diversas parroquias, profesor en el seminario, vicario episcopal y miembro del colegio de consultores.
—Obispo titular de Case di Numidia
y auxiliar de London (Canadá) al
A.
DĄBROWSKI,
padre
JÓZEF
C.S.M.A.
Józef A. Dąbrowski, C.S.M.A., nació en Wysoka Strzyżowska, diócesis
de Przemyśl (Polonia), el 17 de julio
de 1964. Ingresó en la Congregación
de San Miguel Arcángel, donde recibió la ordenación sacerdotal el 4 de
mayo de 1991. Obtuvo el máster en
teología en en Instituto teológico
San Pedro de Viterbo, Italia. Inició
su ministerio en Canadá como capellán, párroco, director espiritual adjunto en el seminario diocesano de
London y miembro del consejo presbiteral. En el último período era superior de la reción formada viceprovincia de América del norte de su
congregación.
Audiencia al presidente
del Consejo de ministros del Gobierno
regional del Kurdistán iraquí
—Obispo de Cassano all’Jonio (Italia) al presbítero FRANCESCO SAVINO.
Francesco Savino nació en Bitonto, provincia de Bari, el 13 de noviembre de 1954. Recibió la ordenación sacerdotal el 24 de agosto de
1978, incardinado en la archidiócesis
de Bari-Bitonto. Obtuvo la licenciatura en teología en el Instituto teológico pugliese. En su ministerio ha
sido, entre otras cosas, vicario parroquial, párroco en diversas parroquias, miembro del colegio de consultores y del consejo presbiteral
diocesano. Además es fundador de
la fundación Opera Santi Medici Cosma e Damiano en Bitonto.
El Pontífice recibió en audiencia el lunes 2 de marzo, por la mañana, al
señor Nechirvan Barzani, presidente del Consejo de ministros del Gobierno regional del Kurdistán iraquí.
Lutos
en el episcopado
VIENE DE LA PÁGINA 8
cerdote desde el 23 de agosto de
1959. Juan Pablo II le nombró
obispo de Tunduru-Masasi el 30
de marzo de 1992; recibió la ordenación episcopal el 25 de junio
sucesivo. Benedicto XVI aceptó su
renuncia al gobierno pastoral de
dicha diócesis el 25 de agosto de
2005.
—Monseñor JOSEPH DEVELLEREZ
THAUNG SHWE, obispo emérito
de Pyay (Myanmar), falleció el 17
de febrero. Había nacido en Pike
Kyone, archidiócesis de Mandalay, el 10 de octubre de 1935. Era
sacerdote desde el 10 de enero de
1961. Pablo VI le nombró obispo
de Pyay el 2 de octubre de 1975;
recibió la ordenación episcopal el
2 de febrero de 1976. Benedicto
XVI aceptó su renuncia al gobierno pastoral de dicha sede el 3 de
diciembre de 2010.
—Monseñor ANTONIO LANFRANarzobispo de Módena-Nonántola (Italia), falleció el 17 de
febrero. Había nacido en Grondone di Ferriere, diócesis de Piacenza-Bobbio, el 17 de mayo de
1946. Era sacerdote desde el 4 de
noviembre de 1971. Juan Pablo II
le nombró obispo de Cesena-Sarsina el 3 de diciembre de 2003;
recibió la ordenación episcopal el
11 de enero de 2004. Benedicto
XVI le promovió a arzobispo de
Modena-Nonantola el 27 de enero de 2010.
CHI,
—Monseñor BERNARD O ENRIQUE
WITTE, O.M.I., obispo emérito de
Concepción (Argentina), falleció
el 21 de febrero. Había nacido en
Vardingholt, diócesis de Münster
(Alemania), el 27 de julio de 1926.
Era sacerdote desde el 11 de abril
de 1954. Pablo VI le nombró obispo de La Rioja (Argentina) el 14
de abril de 1977; recibió la ordenación episcopal el 20 de mayo
del mismo año. Juan Pablo II le
trasladó a la diócesis de Concepción el 8 de julio de 1992, y aceptó su renuncia al gobierno pastoral de dicha sede e 28 de julio de
2001.
—Monseñor FRANCIS NÉMÉ BAÏSSARI, obispo titular de Arado y
auxiliar emérito de Joubbé, Sarba
y Jounieh de los maronitas (Líbano), falleció el 24 de febrero. Había nacido en Knat, eparquía de
Batrun de los maronitas, el 18 de
septiembre de 1933. Era sacerdote
desde el 8 de abril de 1962. El Papa Juan Pablo II le nombró obispo titular de Arado y auxiliar de
Joubbé, Batrum y Sarba de los
maronitas el 7 de junio de 1991;
recibió la ordenación episcopal el
3 de agosto sucesivo. Benedicto
XVI, el 11 de junio de 2011, aceptó
su renuncia a la función de auxiliar de la sede que desde el 5 de
junio de 1999 —con la separación
de Batrum y la unión de Jounieh— había asumido la nueva denominación de Joubbé, Sarba y
Jounieh de los maronitas.
L’OSSERVATORE ROMANO
número 10, viernes 6 de marzo de 2015
página 11
La invitación del Pontífice a apostar por los jóvenes y el recuerdo del testimonio de caridad junto a las víctimas del ébola
Para no ceder a la nueva colonización
Existen hoy «nuevas y desaprensivas
formas de colonización» que amenazan
el futuro del continente africano. Por
esto el Papa Francisco pidió a los
participantes en el simposio de las
Conferencias episcopales de África y
Magadascar —a quienes recibió en
audiencia el sábado 7 de febrero, en la
sala del Consistorio— a apostar sobre
todo en la formación de los jóvenes
e intensificar las iniciativas para
sostener a la familia y testimoniar la
caridad hacia los más necesitados.
Queridos hermanos:
Este encuentro con vosotros, que
representáis al simposio de las Conferencias episcopales de África y Madagascar (SECAM), me ofrece la oportunidad de alentar a esta institución,
concebida y promovida después del
Concilio Vaticano II para prestar un
servicio a las Iglesias locales en África. Tal servicio tiene el objetivo de
dar respuestas comunes a los nuevos
desafíos del continente, para que la
Iglesia pueda hablar al unísono, testimoniando su vocación de ser signo
e instrumento de salvación, de paz,
de diálogo y reconciliación. Para
cumplir esta misión, es muy importante que el simposio permanezca
fiel a su propia identidad, es decir,
que sea una experiencia viva de comunión y servicio, especialmente a
los más pobres.
Este camino requiere que los pastores estén libres de cualquier preocupación mundana y política y fortalezcan los vínculos de comunión
con el Papa mediante la colabora-
ción con las nunciaturas apostólicas
y una comunicación «fluida» y directa con las demás instancias de la
Iglesia. Al mismo tiempo, es necesario tener experiencias eclesiales sencillas, al alcance de todos, así como
estructuras pastorales sobrias. La experiencia enseña que las grandes estructuras burocráticas analizan abstractamente los problemas y corren
el riesgo de mantener alejada la Iglesia de la gente. Por eso es importante la concreción: lo concreto, que se
pueda palpar la realidad.
Las jóvenes generaciones necesitan, sobre todo, vuestro testimonio:
los jóvenes nos miran. En África, el
futuro está en las manos de los jóvenes, y hoy están llamados a defenderse de nuevas y desaprensivas formas de «colonización», como el éxito, la riqueza, el poder a toda costa,
pero también el fundamentalismo y
el uso distorsionado de la religión, e
ideologías nuevas que destruyen la
identidad de las personas y las familias. El camino más eficaz para superar la tentación de ceder a estos estilos de vida tan peligrosos es invertir
en el campo de la educación. La
misma también será útil para contrastar la difundida mentalidad de
vejación y violencia, así como las divisiones sociales, étnicas o religiosas.
Hay que preocuparse, sobre todo,
por ofrecer una propuesta educativa
que enseñe a los jóvenes a pensar
críticamente y les indique un itinerario de maduración en los valores (cf.
Exhortación apostólica Evangelii
gaudium, 64). En este itinerario educativo, un instrumento importante es
la pastoral escolar: tanto en las escuelas católicas como en las públicas, es preciso conjugar la tarea educativa con el anuncio explícito del
Evangelio (ibídem, nn. 132-134).
Por varias causas, también en
África se está produciendo cierta disgregación familiar; por lo tanto, la
Iglesia está llamada a valorar e incentivar todas las iniciativas en favor
de la familia como fuente privilegiada de toda fraternidad y fundamento y camino primordial de la paz (cf.
Juan Pablo II, Mensaje para la XXVII
Jornada mundial de la paz, 1 de enero de 1994). En estos últimos tiempos muchos sacerdotes, religiosos y
laicos han emprendido encomiables
Misa en Santa Marta
VIENE DE LA PÁGINA 5
como nieve».
Comentó el Pontífice: «¡Es una
exageración! El Señor exagera; pero
es la verdad», porque Dios, ante
nuestra conversión, «nos da el don
de su perdón» y «perdona generosamente». Dios no se limita a decir:
«Yo te perdono hasta aquí, luego
veremos lo demás...». Al contrario,
«el Señor perdona siempre todo,
todo». Pero, puntualizó el Papa
Francisco concluyendo su razonamiento, «si quieres ser perdonado»
tienes que encaminarte por la «senda de hacer el bien».
Tras el análisis de las primeras
dos palabras propuestas al inicio de
la homilía —la «invitación», o sea:
ponte en camino para convertirte,
para hacer el bien; y el «don», es
decir: «te daré el perdón más grande, te cambiaré, te purificaré»— el
Papa pasó a la tercera palabra, el
«fingimiento». Al releer el pasaje
del Evangelio de san Mateo (23, 112) donde Jesús habla de los escribas y fariseos, el Papa Francisco hizo notar que «también nosotros somos astutos», como pecadores:
«siempre encontramos un camino
que no es el justo, para aparentar
ser más justos de lo que somos: es
el camino de la hipocresía».
Precisamente a esto se refiere Jesús en el pasaje propuesto por la liturgia. Él habla «de los hombres a
los que les gusta alardear de justos:
Rembrandt
«El regreso del hijo pródigo» (1662)
los fariseos, los doctores de la ley,
que dicen las cosas justas, pero hacen lo contrario». A estos «astutos», explicó el Pontífice, les gusta
«la vanidad, el orgullo, el poder, el
dinero». Y son «hipócritas» porque
«fingen convertirse, pero su cora-
zón es una mentira: son mentirosos». En efecto, «su corazón no
pertenece al Señor; pertenece al padre de todas las mentiras, a Satanás. Y este es el “fingimiento” de la
santidad».
Es una actitud contra la cual Jesús usó siempre palabras muy claras. Él, de hecho, prefería «mil veces» a los pecadores en vez de los
hipócritas. Al menos «los pecadores
decían la verdad sobre sí mismos:
“apártate de mí Señor que soy un
pecador”» (Lc 5, 8). Así, recordó el
Pontífice, había hecho «Pedro, una
vez». Un reconocimiento que, en
cambio, no está jamás en la boca
de los hipócritas, quienes dicen:
«Te agradezco, Señor, porque no
soy pecador, porque soy justo» (Lc
18, 11).
Estas son las tres palabras sobre
las que hay que «meditar» en esta
segunda semana de Cuaresma: «la
invitación a la conversión; el don
que nos dará el Señor, es decir, un
gran perdón»; y «la “trampa”, es
decir, “fingir” convertirse y tomar la
dirección de la hipocresía». Con estas tres palabras en el corazón se
puede participar en la Eucaristía,
«nuestra acción de gracias», en la
cual se oye «la invitación del Señor: “Ven hacia mí, cómeme. Yo
cambiaré tu vida. Sé justo, haz el
bien pero, por favor, cuídate de la
levadura de los fariseos, de la hipocresía».
obras en apoyo de la familia, dedicando especial atención a los ancianos, a los enfermos y a los discapacitados. Sobre todo en las regiones
más aisladas y remotas vuestras Iglesias han proclamado el Evangelio de
la vida y, a ejemplo del buen samaritano, han socorrido a los más necesitados. También se ha dado un estupendo testimonio de caridad durante
la reciente emergencia del virus del
ébola, que afectó a tantas comunidades, parroquias y centros hospitalarios. Numerosos misioneros africanos han ofrecido generosamente su
vida para permanecer junto a los enfermos. Este es un camino que se ha
de recorrer siempre con renovado ardor apostólico. Nosotros, los discípulos de Cristo, no podemos dejar
de preocuparnos por el bien de las
personas más débiles; y también debemos llamar la atención de la sociedad y de las autoridades públicas sobre sus condiciones de vida.
Queridos hermanos: Deseo expresar mi aprecio por la valiosa contribución de tantos sacerdotes, religiosos y fieles laicos al anuncio del
Evangelio y al progreso social de
vuestras poblaciones. Vuestro simposio es también un lugar de promoción de la legalidad, para sanar las
plagas de la corrupción y del fatalismo y favorecer el compromiso de los
cristianos en las realidades seculares,
con vistas al bien común. En efecto,
la gran tarea de la evangelización
consiste en lograr que el Evangelio
impregne nuestra vida de modo que,
por nuestra parte, podamos llevarlo
a los demás. Por eso es importante
recordar que la evangelización comporta la conversión, es decir, la
transformación interior. El proceso
de purificación inherente a la evangelización significa aceptar la llamada de Cristo a «convertirse y creer
en el Evangelio» (cf. Mc 1, 15). Como resultado de esta conversión a la
salvación, no sólo la persona, sino
también toda la comunidad eclesial
se transforma, se convierte cada vez
más en una expresión viva de fe y
caridad.
Que la luz y la fuerza del Espíritu
Santo sostengan vuestros esfuerzos
pastorales. Que la Virgen María os
proteja, interceda por vosotros y por
todo el continente africano. Que os
acompañe también mi bendición.
Por favor, rezad por mí.
L’OSSERVATORE ROMANO
página 12
viernes 6 de marzo de 2015, número 10
En la audiencia general del miércoles 4 de marzo el Papa habla de los abuelos
Los ancianos somos nosotros
La atención reservada a ellos habla de la calidad de una civilización
«La atención a los ancianos habla de la calidad de una civilización»: el Papa
Francisco dedicó a los abuelos la catequesis del miércoles 4 de marzo, durante la
audiencia general en la plaza de San Pedro. El Pontífice se centró, sobre todo,
en la «problemática condición actual de los ancianos» y, frente a tantas
situaciones de abandono e indiferencia, recordó que «el anciano somos nosotros»
y que «una sociedad sin proximidad» es «una sociedad perversa».
Queridos hermanos
¡buenos días!
y
hermanas,
del envejecimiento: los hijos disminuyen, los ancianos aumentan. Este deLa catequesis de hoy y la del sequilibrio nos interpela, es más, es
miércoles próximo están dedicadas a un gran desafío para la sociedad
los ancianos, que, en el ámbito de la contemporánea. Sin embargo, una
familia, son los abuelos, los tíos. Hoy cultura de la ganancia insiste en prereflexionamos sobre la problemática sentar a los ancianos como un peso,
condición actual de los ancianos, y un «estorbo». No sólo no producen,
la próxima vez, es decir el próximo piensa esta cultura, sino que son una
miércoles, más en positivo, sobre la carga: en definitiva, ¿cuál es el resulvocación contenida en esta edad de tado de pensar así? Se descartan. Es
feo ver a los ancianos descartados, es
la vida.
Gracias a los progresos de la me- algo feo, es pecado. No se dice
dicina la vida se ha alargado: pero la abiertamente, pero se hace. Hay alsociedad no se ha «abierto» a la vi- go de cobardía en ese habituarse a la
da. El número de ancianos se ha cultura del descarte, pero estamos
multiplicado, pero nuestras socieda- acostumbrados a descartar gente.
des no se han organizado lo sufi- Queremos borrar nuestro ya crecido
ciente para hacerles espacio, con jus- miedo a la debilidad y a la vulnerato respeto y concreta consideración a bilidad; pero actuando así aumentasu fragilidad y dignidad. Mientras mos en los ancianos la angustia de
ser mal soportados y
abandonados.
Ya en mi ministerio lidad se deja dormir la conciencia
en Buenos Aires toqué cuando no hay amor!» (Sólo el amor
con la mano esta reali- nos puede salvar, Ciudad del Vaticadad con sus problemas: no 2013, p. 83). Y esto sucede.
«Los ancianos son aban- Cuando visitaba las residencias de
donados, y no sólo en la ancianos, recuerdo que hablaba con
28 FEB [12.00 PM] Jesús intercede por nosoprecariedad
material. cada uno y muchas veces escuché estros, cada día. Oremos: Señor, ten piedad de
Son abandonados en la to: «¿Cómo está usted? ¿Y sus
mí; intercede por mí
egoísta incapacidad de hijos? Bien, bien. ¿Cuántos hijos tieaceptar sus límites que ne? Muchos. ¿Y vienen a visitarla?
3 MAR [10.00 AM] El corazón se endurece
reflejan nuestros límites, Sí, sí, siempre, sí, vienen. ¿Cuándo
cuando no ama. Señor, danos un corazón que
en las numerosas dificul- vinieron por última vez?». Recuerdo
sepa amar
tades que hoy deben su- que una anciana me decía: «Ah, por
perar para sobrevivir en Navidad». Y estábamos en agosto.
una civilización que no Ocho meses sin recibir la visita de
somos jóvenes, somos propensos a les permite participar, dar su parecer, los hijos, ocho meses abandonada.
ignorar la vejez, como si fuese una ni ser referentes según el modelo de Esto se llama pecado mortal, ¿entenenfermedad que hay que mantener consumo donde “sólo los jóvenes dido? En una ocasión, siendo niño,
alejada; cuando luego llegamos a an- pueden ser útiles y pueden gozar”. mi abuela nos contaba una historia
cianos, especialmente si somos po- Estos ancianos, en cambio, deberían de un abuelo anciano que al comer
bres, si estamos enfermos y solos, ser, para toda la sociedad, la reserva se manchaba porque no podía llevar
experimentamos las lagunas de una de sabiduría de nuestro pueblo. Los bien la cuchara con la sopa a la bosociedad programada a partir de la ancianos son la reserva de sabiduría ca. Y el hijo, o sea el padre de la faeficiencia, que, como consecuencia, de nuestro pueblo. ¡Con cuánta faci- milia, había decidido cambiarlo de
ignora a los ancianos. Y los ancianos
la mesa común e hizo hacer una meson una riqueza, no se pueden ignosita en la cocina, donde no se veía,
rar.
para que comiese solo. Y así no haBenedicto XVI, al visitar una casa
para ancianos, usó palabras claras y
proféticas, decía así: «La calidad de
una sociedad, quisiera decir de una
civilización, se juzga también por
cómo se trata a los ancianos y por el
lugar que se les reserva en la vida en
común» (12 de noviembre de 2012).
Es verdad, la atención a los ancianos
habla de la calidad de una civilización. ¿Se presta atención al anciano
en una civilización? ¿Hay sitio para
el anciano? Esta civilización seguirá
adelante si sabe respetar la sabiduría, la sabiduría de los ancianos. En
una civilización en la que no hay sitio para los ancianos o se los descarta porque crean problemas, esta sociedad lleva consigo el virus de la
muerte.
En Occidente, los estudiosos preLuis Egidio Meléndez, «La Sagrada Familia con los santos Joaquín y Ana» (1768)
sentan el siglo actual como el siglo
Los tuits en
@Pontifex_es
ría un mal papel cuando
vinieran los amigos a comer o a cenar. Pocos días
después, al llegar a casa,
encontró a su hijo más
pequeño jugando con la
madera, el martillo y los
clavos, haciendo algo, y
le dijo: «¿Qué haces?
Hago una mesa, papá.
Una mesa, ¿para qué?
Para tenerla cuando tú
seas anciano, así tú podrás comer allí». Los niños tienen más conciencia que nosotros.
En la tradición de la
Iglesia existe un bagaje
de sabiduría que siempre
sostuvo una cultura de
cercanía a los ancianos,
una disposición al acompañamiento afectuoso y
solidario en esta parte final de la vida. Esa tradición tiene su raíz en la
Sagrada Escritura, como
lo atestiguan, por ejemplo, estas expresiones del
Libro del Sirácides: «No
desprecies los discursos
de los ancianos, que también ellos aprendieron de sus padres;
porque de ellos aprenderás inteligencia y a responder cuando sea necesario» (Sir 8, 9).
La Iglesia no puede y no quiere
conformarse a una mentalidad de intolerancia, y mucho menos de indiferencia y desprecio, respecto a la
vejez. Debemos despertar el sentido
colectivo de gratitud, de aprecio, de
hospitalidad, que hagan sentir al anciano parte viva de su comunidad.
Los ancianos son hombres y mujeres, padres y madres que estuvieron
antes que nosotros en el mismo camino, en nuestra misma casa, en
nuestra diaria batalla por una vida
digna. Son hombres y mujeres de
quienes recibimos mucho. El anciano no es un enemigo. El anciano somos nosotros: dentro de poco, dentro de mucho, inevitablemente de todos modos, incluso si no lo pensamos. Y si no aprendemos a tratar
bien a los ancianos, así nos tratarán
a nosotros.
Un poco frágiles somos todos los
ancianos. Algunos, sin embargo, son
especialmente débiles, muchos están
solos y con el peso de la enfermedad. Algunos dependen de tratamientos indispensables y de la atención de los demás. ¿Daremos por esto un paso hacia atrás? ¿Los abandonaremos a su destino? Una sociedad sin proximidad, donde la gratuidad y el afecto sin contrapartida
—incluso entre desconocidos— van
desapareciendo, es una sociedad perversa. La Iglesia, fiel a la Palabra de
Dios, no puede tolerar estas degeneraciones. Una comunidad cristiana
en la que proximidad y gratuidad ya
no fuesen consideradas indispensables, perdería con ellas su alma.
Donde no hay consideración hacia
los ancianos, no hay futuro para los
jóvenes.