Fernando Villada Paredes “Pasado y presente de la arqueología medieval islámica en Ceuta” Pasado y presente de la arqueología medieval islámica en Ceuta Fernando Villada Paredes Quiero comenzar mi intervención mostrando mi agradecimiento al Centro Asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia por su invitación a participar en este solemne acto de apertura del nuevo año académico y también a todos ustedes por su presencia aquí. El objetivo hoy de mi exposición es doble. De una parte, trazar una semblanza del desarrollo de la investigación arqueológica sobre el periodo medieval islámico en Ceuta. De otra, compartir con ustedes algunas reflexiones sobre su situación actual. Pretendo con ello además rendir un modesto y sincero homenaje a la labor de tantos investigadores que con inteligencia y tenacidad han hecho posible avanzar en el conocimiento de este periodo de la fértil historia ceutí. Dividiré mi exposición en tres apartados. En el primero recordaré los inicios de la investigación sobre las antigüedades islámicas ceutíes. A continuación abordaré los comienzos de la investigación arqueológica entendida en un sentido actual. Por último, me ocuparé del notable desarrollo de esta disciplina en los últimos años. _____________________________________ Podemos definir la arqueología como la ciencia que se ocupa del conocimiento de las sociedades pretéritas a través del estudio de sus vestigios materiales, sean estos elaborados por el hombre o restos orgánicos que revelan detalles de la actividad humana en el pasado o del ambiente en que esta tuvo lugar. El despertar del interés por las antigüedades arábigas (1859-1957) Aunque ya las crónicas árabes y cristianas de la Edad Media y Moderna mencionan edificaciones de otros tiempos, la primera referencia a hallazgos en el subsuelo ceutí data del siglo XVIII. Es Correa da Franca en su Historia de Ceuta quien cita la aparición, al abrir los cimientos de nuevas edificaciones, de “porciones de monedas, alhajas, atavíos de moros de oro y plata, y piedras preciosas muy primorosas. También monedas de oro y otros metales con las efigies de los antiguos emperadores romanos”. Pero es sin duda el estallido de la “Guerra de África” de 1859-1860 el acontecimiento decisivo en el despertar del interés por las antigüedades arábigas existentes en nuestra ciudad. Interés pero también preocupación por el riesgo de destrucción de “inscripciones, monedas y objetos de Ceuta, 16 de octubre de 2014 1 Fernando Villada Paredes “Pasado y presente de la arqueología medieval islámica en Ceuta” antigüedades en algunos lugares donde se desarrolle la guerra que España va a emprender contra Marruecos” manifestado por la Real Academia de la Historia en un escrito dirigido al ministerio de Fomento de 30 de octubre de 1859. Solicita además la Academia que acompañen al ejército “personas aficionadas a los estudios históricos” para que se recojan o adquieran “aquellos objetos útiles para las ciencias y las artes”. Pedro Antonio de Alarcón, que llega a Ceuta a cubrir los acontecimientos bélicos, inicia este camino. En su “Diario de un testigo de la Guerra de África” dedica unos párrafos a describir una “mezquita”, el actual morabito de Sidi Embareq, cuyos epígrafes transcribe, y los restos del antiguo Serrallo ocupado entonces por las fuerzas expedicionarias españolas. También como consecuencia de este conflicto viaja al norte de África el arabista Emilio Lafuente y Alcántara. Obedece su llegada al encargo recibido de localizar en Tetuán obras árabes de interés para la historia de España. Como resultado de su trabajo publica en 1862 su “Catálogo de Códices arábigos adquiridos en Tetuán por el Gobierno de S.M.” en el que incluye, además del catálogo que anuncia el título, algunas descripciones de antigüedades islámicas ceutíes. Menciona en primer lugar los viejos muros del Alcázar en que se encuentra empotrada la lápida que conmemora la muerte de Vasco de Ataide, hoy en el museo de Ceuta. Más adelante, varias construcciones defensivas en el monte Hacho. Pero, sobre todo, realiza una detallada descripción del convento trinitario que conservaba parcialmente la antigua madrasa al-Yadida del siglo XIV. Y es que, no en vano, este edificio se convertirá, a partir de este momento, en el núcleo central de interés del arabismo hispano sobre Ceuta. En el Campo Exterior reseña los muros de Ceuta la Vieja, la Mezquita de Sidi Embareq y las ya muy deterioradas ruinas del Serrallo. Transcurren únicamente algunos años hasta que en 1876 llega a nuestra ciudad otro insigne investigador, Rafael Romero Barros, interesado por lo que quedaba en su momento de la antigua madrasa al-Yadida. A pesar del deterioro sufrido por este edificio tras su desacralización el monumento le impacta profundamente. Su preciso inventario de habitaciones, patios y estancias es, aún hoy, un elemento clave para su estudio. Detalla con precisión la fisonomía de su antiguo alminar y reseña minuciosamente la decoración de sus salas interesándose por distinguir sus distintas fases constructivas. Aunque su publicación en el Boletín de la Real Academia de Bellas Artes se demora hasta 1885, sus notas e informes dirigidos a varios amigos arabistas vuelca, como hemos señalado, sobre este monumento la atención de estos eruditos. Influido por estas informaciones el arabista Amador de los Ríos viajó a Ceuta para estudiar sus epígrafes que incluye en su obra “Inscripciones arábigas de España y Portugal” de 1883. Ceuta, 16 de octubre de 2014 2 Fernando Villada Paredes “Pasado y presente de la arqueología medieval islámica en Ceuta” El estado ruinoso del antiguo convento y la necesidad de llevar a cabo nuevos proyectos urbanos propiciaron su demolición en 1891. El encargado de dirigir el proyecto fue José Madrid. Su sensibilidad hacia estos vestigios del pasado reforzada por la presión de la Real Academia de la Historia y de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos obligó al Ayuntamiento a depositar en el Museo Provincial de Cádiz las piezas de mayor relevancia artística (capiteles, basas, collarinos, cimacios, etc. en piedra; vigas, tablas, canecillos y techumbres de madera). No obstante, a pesar de las instrucciones cursadas, no todas tuvieron tal destino. Sabemos que algunas tablas acabaron en manos particulares y otras en las colecciones de varios museos. La consideración en que son tenidas estas piezas se manifiesta en la selección de algunas de ellas para ser exhibidas en la Exposición Histórico-Europea que conmemoraba el cuarto centenario del Descubrimiento de América. Los archivos de la Real Academia de la Historia acreditan la remisión en 1894 de calcos de los epígrafes que son estudiados por arabistas tan reconocidos como Eduardo Saavedra y Francisco Codera. Los intentos de regeneración de la nación tras el “Desastre del 98” tuvieron también sus efectos en el ámbito de la protección de los monumentos. El Ministerio de Instrucción Pública ordena realizar en 1900 un inventario del patrimonio nacional para su mejor conocimiento y defensa. Ordenado por provincias, la de Cádiz correspondió a Enrique Romero Torres. Aunque publicado con décadas de retraso, las labores de inventario se llevan a cabo entre 1907 y 1909. En dos volúmenes de imágenes, recientemente restaurados y digitalizados, se incluyen fotografías de Ceuta. En el primero aparecen cuatro de algunas de las piezas de la madrasa al-Yadida depositadas en Cádiz. En el sexto se muestran treinta y cinco imágenes de Ceuta, seis de ellas de distintas antigüedades árabes (acueducto de Arcos Quebrados, Afrag, torre de la Mora, madrasa al-Yadida y Mezquita de Sidi Embareq). En este tránsito entre los siglos XIX y XX destaca también la figura del primer Cronista Oficial de Ceuta, Antonio Ramos y Espinosa de los Monteros, brillante arabista y entusiasta investigador sobre Ceuta. Dedicó a la madrasa al-Yadida en 1908 un artículo titulado “La Universidad de Ceuta” publicado en el Boletín de la Comisión de Monumentos de Cádiz. Más interés tiene para nuestro propósito su texto incluido en la Guía del norte de África y sur de España de 1917. Allí se hace eco no únicamente de los principales edificios islámicos conservados sino también de la aparición de cerámicas y otros objetos del al abrir zanjas en diferentes lugares. Otro hito destacable es la publicación en la revista África en 1926 del artículo “Arqueología musulmana de Ceuta” de C. Cerdeira. A pesar de su brevedad es un hecho importante pues se trata de una de las primeras publicaciones españolas dedicada a la “arqueología musulmana” en un momento en el que aún se cuestionaba abiertamente la posibilidad de que tal especialidad pudiese ser de interés. En este trabajo se da noticia del descubrimiento de un Ceuta, 16 de octubre de 2014 3 Fernando Villada Paredes “Pasado y presente de la arqueología medieval islámica en Ceuta” brocal de pozo en el denominado Llano de las Damas y de otros materiales islámicos que no detalla. No es pues muy distinta la situación en esta fase en Ceuta a la del resto del territorio español: interés por los restos de mayor monumentalidad y valoración de ciertos objetos, especialmente significativos por su valor artístico, rareza o elevado precio. 2. El nacimiento de la arqueología medieval islámica en Ceuta Los inicios de la investigación arqueológica en Ceuta están ligados a la llegada en 1954 de C. Posac a nuestra ciudad. Sólo tres años después, en 1957, es nombrado Delegado Local de Excavaciones Arqueológicas puesto desde el que impulsó de forma decisiva la arqueología ceutí. Durante los años que permanece en Ceuta Posac realiza una meritoria labor de recuperación de restos arqueológicos (“arqueología de salvamento”) con gran atención, consecuencia de la amplitud de sus intereses científicos, a la salvaguarda de vestigios de cualquier época. Es interesante destacar dos hechos relevantes respecto a su labor. En primer lugar, lo avanzado del planteamiento con que Posac abordó su investigación histórica. Efectivamente, cuando la situación en el resto de España era en general distinta, se aprecia en sus trabajos un interés por analizar globalmente la evolución urbana de Ceuta ejemplificado en su Estudio arqueológico de Ceuta (1962), en el que aborda el estudio de la Ciudad desde la perspectiva de una fructífera utilización de fuentes escritas y arqueológicas. En este sentido, los hallazgos arqueológicos islámicos, incluso los modestos trozos de cerámicas recuperados, son integrados en su exposición de manera coherente y en igualdad de consideración que el resto de las fuentes. En segundo lugar, en línea con lo anterior, ha de destacarse lo temprano de la aparición de las primeras publicaciones sobre arqueología islámica ceutí. Al precedente de Cerdeira en 1926 se unen, en la década de los 60, además del Estudio arqueológico ya mencionado, tres artículos de Posac curiosamente todos ellos publicados fuera de España. Estos trabajos, en un momento en los que las referencias bibliográficas de la arqueología islámica eran aún escasas, convirtieron Ceuta en un referente para esta disciplina. Pero la labor de Posac no se limitó a la investigación. A inicios de los 70 se inaugura, tras largos años de espera, la Sala Municipal de Arqueología de Ceuta que culmina una vieja aspiración de que la ciudad tuviese un Museo propio. Aunque de modestas dimensiones, la exposición recogía un interesante muestrario de piezas arqueológicas en el que, no podía ser de otro modo, el papel de las cerámicas Ceuta, 16 de octubre de 2014 4 Fernando Villada Paredes “Pasado y presente de la arqueología medieval islámica en Ceuta” medievales, mayoritarias en la colección y por regla general en un excelente estado de conservación, estaban justamente representadas. No debe olvidarse que son estos también los años en que la investigación arqueológica submarina ceutí, impulsada por J. Bravo, se convierte en punto de referencia nacional. No obstante, por sorprendente que pueda parecer, la mayoría de hallazgos de procedencia submarina son ánforas y anclas púnicas y romanas. Es preciso recordar también que en 1962, coincidiendo con la aparición del Estudio arqueológico de Ceuta de Posac, ven la luz otros tres trabajos de gran interés. El primero es la traducción de al-Ansari realizada por Vallvé que, aunque no puede considerarse un estudio arqueológico, aporta una información esencial que ha servido de guía a todos los arqueólogos que hemos trabajado en la ciudad. Los otros dos corresponden a H. Terrase. En el primero estudia alguno de los monumentos descritos por al Ansari en tanto que en el segundo identifica por primera vez los restos de la cerca omeya. También debe señalarse el interés que siguen despertando las piezas de la Madrasa al-Yadida conservadas en el Museo de Cádiz, con trabajos como el de Terrasse sobre las maderas y su epigrafía, aparecido en 1969. Por último cabe destacar también la aparición de un extenso artículo de Pavón en 1970 en el que abordaba el estudio de diversos monumentos islámicos de Ceuta, Beliunes y Tetuán que incluye además noticias de la cerámica aparecida hasta ese momento. El testigo de la investigación es recogido en los años 80 por E. Fernández Sotelo, nuevo director de la Sala de Arqueología. Su interés por la arqueología islámica le llevó a emprender una ardua y no siempre suficientemente valorada labor de catalogación de las colecciones del Museo que fueron incrementadas notablemente en diversas excavaciones arqueológicas dirigidas por él. Entre su amplia bibliografía destaca sobre todo su tesis doctoral dedicada al estudio de las cerámicas islámicas ceutíes. Profusamente ilustrada, esta obra presenta un amplio elenco de las piezas depositadas en el Museo, que destacaba tanto por su variedad tipológica y cronológica como por su buen estado de conservación. Desde su aparición se convirtió en cita obligada y, a pesar del tiempo transcurrido, sigue siendo ampliamente utilizada. Ceuta, 16 de octubre de 2014 5 Fernando Villada Paredes “Pasado y presente de la arqueología medieval islámica en Ceuta” La excavación de la basílica tardo-romana de Ceuta trasladó su interés a la investigación de este monumento en sus últimos años de estancia en Ceuta. No obstante, la producción bibliográfica de Fernández Sotelo sobre arqueología islámica ha continuado hasta nuestros días, dando a conocer materiales de gran interés recuperados en las excavaciones que dirigió entre 1980 y 1993. En estos años se celebran en Ceuta los dos Congresos Internacionales sobre el Estrecho de Gibraltar que renovaron profundamente la investigación sobre la historia local. Desgraciadamente, la presencia de trabajos sobre el tema que nos ocupa fue discreta. Debemos reseñar también en este periodo la abundante producción bibliográfica de Enrique y Carlos Gozalbes Cravioto, mayoritariamente centrada, en el caso de Carlos, en el periodo medieval. En ella ha abordado el estudio de la topografía de la ciudad, de algunos de sus más destacados edificios, del abastecimiento de aguas, etc., combinando las distintas fuentes de información, también la arqueológica, disponibles. Mencionemos también para concluir la aparición en estos años de un excelente trabajo sobre numismática islámica de Tawfiq Ibrahim y Rodríguez Lorente sobre la ceca de Ceuta si bien la mayor parte de las monedas estudiadas no fueron halladas en la ciudad. A comienzos de la década de los 90 todos estos trabajos reseñados habían puesto las bases para la consolidación de la investigación arqueológica ceutí que había adquirido, especialmente en el ámbito de los estudios andalusíes, un prestigio notable. 3. La eclosión de la arqueología urbana (1996-2011) La década de los 80 supuso la irrupción con fuerza del fenómeno de la arqueología urbana en España alentado tanto por el incremento de la actividad edificatoria como por la mayor cercanía en la gestión que supuso el desarrollo del estado autonómico. En Ceuta asistimos a un proceso similar aunque con algunos años de retraso. El número de excavaciones urbanas se multiplica a partir de la década de los 90, incorporándose la técnica estratigráfica de forma paulatina. Además, si la arqueología local se había vinculado hasta ese momento a investigadores individuales, se da a partir de este momento un aumento en el número de arqueólogos que trabajan en Ceuta, habitualmente formando equipos. Ceuta, 16 de octubre de 2014 6 Fernando Villada Paredes “Pasado y presente de la arqueología medieval islámica en Ceuta” Otro hecho a destacar es el desarrollo de instrumentos de protección. La Carta Arqueológica Terrestre dirigida en 2000 por D. Bernal, centrada fundamentalmente en la prospección del Campo Exterior, localizó un buen número de emplazamientos desconocidos hasta ese momento, datados mayoritariamente en época medieval. Paradójicamente, los resultados referidos a este periodo de la Carta Arqueológica Submarina han sido menos fructíferos aunque propiciaron la reciente realización de una excavación en la dársena del puerto que ha confirmado la existencia de un fondeadero y la posible presencia de un pecio de época almohade o mariní. Las excavaciones arqueológicas en estos últimos años han sido especialmente afortunadas en lo que afecta a la arqueología del periodo islámico, fase documentada en la mayor parte de las intervenciones efectuadas. Esto se explica por tres factores. En primer lugar, por la importancia de la Ciudad en este periodo. En segundo lugar, por la dinámica de las intervenciones, la mayoría en la Almina y en el Istmo lugar ocupado por la ciudad islámica. Por último, por la evolución histórica de Ceuta. Conquistada en 1415 por los portugueses, su población disminuyó considerablemente abandonándose sectores de la ciudad islámica que sólo tardíamente (a partir del siglo XVIII) han sido reocupados. Esto ha hecho posible la conservación de estos niveles de ocupación, especialmente aquellos más próximos al momento de la conquista. Las características que definen esta etapa son pues el incremento en el número de intervenciones realizadas, el desarrollo de instrumentos de protección y tutela, una mayor atención a la difusión, la generalización del método estratigráfico y la utilización de una amplia batería de analíticas (dataciones absolutas, estudios osteológicos, faunísticos, etc.) que ha permitido interrogar el registro arqueológico desde nuevas perspectivas. En síntesis, los temas que han merecido mayor atención son los siguientes: - Desde el punto de vista cronológico dos han sido los momentos más estudiados. De una parte, se ha continuado avanzando en la investigación de la última centuria de presencia islámica en Ceuta, concretamente bajo el dominio mariní, pues sigue siendo éste el momento más y mejor representado. Pero paralelamente, en los últimos años, se han empezado a dar pasos en el conocimiento de los siglos iniciales del periodo islámico, hasta ahora prácticamente una incógnita desde el punto de vista arqueológico, y en la etapa de Ceuta, 16 de octubre de 2014 7 Fernando Villada Paredes “Pasado y presente de la arqueología medieval islámica en Ceuta” dominio omeya. Respecto al periodo pre-califal los hallazgos se limitan a una serie de fosas colmatadas con materiales cerámicos. Son datos aún escasos pero que permiten plantear nuevas hipótesis acerca de las características de la ciudad en esos momentos. De época califal, además de restos muebles, son los vestigios de la fortificación omeya los más relevantes. Han sido estudiadas sus principales características (situación, aparejo, materiales empleados, etc.) y ha sido posible valorar el gran interés que para los califas cordobeses tuvo la posesión de Ceuta. Una atención que justificó el enorme esfuerzo realizado para dotarla de una sólida cerca que, a su función estrictamente defensiva, añadía una dimensión propagandística del poder omeya en el conflictivo escenario norteafricano. La intervención en la puerta Califal ha sido sin duda la más destacada. - La atención al estudio de las defensas ceutíes no se ha limitado al recinto omeya sino que ha avanzado también de forma notable en lo que se refiere al Afrag, un recinto conocido y publicado desde tiempo atrás, pero del que ahora conocemos su trazado aproximado gracias a la identificación de nuevas torres y lienzos. Se han identificado también en los últimos años la estructura original y los principales momentos de la construcción del principal elemento conservado, la puerta de Fez. - Siguiendo una línea de investigación de larga tradición ha seguido avanzándose en el conocimiento de algunos edificios de la Ceuta islámica. Concretamente de la madrasa al-Yadida, de la que Virgilio Martínez Enamorado ha estudiado y traducido sus epígrafes y J. Luis Gómez Barceló ha recopilado documentación gráfica fundamental para reconstruir su planta. También se conocen mejor otras edificaciones como el baño de la plaza de la Paz en el que se han identificado con precisión sus principales fases evolutivas y la funcionalidad de las salas conservadas. Además recientemente han sido localizados los primeros restos de un edificio de culto, el oratorio de Pasaje Fernández, que viene a ilustrar cómo eran este tipo de edificaciones desconocidas hasta el momento. - Resulta también significativo el notable impulso realizado en el estudio de las necrópolis ceutíes. Su análisis no sólo ayuda a conocer la evolución urbana sino también ha permitido, gracias a los estudios antropológicos, conocer mejor las características de la población que habitó en Ceuta. Por otra parte, la identificación de un ritual específico, la aportación de conchas fragmentadas a las tierras utilizadas en las inhumaciones, abre un nuevo campo de estudio que cobra aún mayor interés por la aparición de este mismo ritual en Ceuta, 16 de octubre de 2014 8 Fernando Villada Paredes “Pasado y presente de la arqueología medieval islámica en Ceuta” otros lugares en las orillas del Estrecho de Gibraltar en los que la presencia mariní fue muy significativa. - La arquitectura doméstica y el entramado viario en el que se inscribe ha sido también uno de los puntos centrales de la investigación gracias a la localización de conjuntos de viviendas en excelente estado de conservación. Muchas de ellas se datan en el siglo XIV y están construidas ex novo lo que ilustra el proceso de expansión urbana que tuvo lugar en dicha centuria. - Mayoritarias en el registro recuperado, las cerámicas continúan siendo objeto de atención preferente. Además de los ejemplares de cronología pre-califal y califal ya mencionados, el conjunto de piezas recuperadas de los siglos XI-XIII comienza a ser significativo. Pero sin duda son las cerámicas del periodo mariní las más abundantes y en mejor estado de conservación. Si las recuperaciones en contextos secundarios, “silos”, han continuado proporcionando datos de gran interés no debe olvidarse que la excavación de viviendas ha permitido obtener una información esencial sobre su uso. - Paralelamente han podido comenzar a ser identificadas producciones de carácter local, fundamentalmente gracias a la excavación del alfar del Llano de las Damas. También han sido estudiadas las importaciones de cerámicas de transporte y de consumo, especialmente significativas para atestiguar el mantenimiento de un comercio en el siglo XIV sin reflejo en las fuentes escritas. Estas cerámicas unidas a los análisis del registro arqueozoológico comienzan a aportar elementos de juicio para un mejor conocimiento de la dieta de la población y de los procesos culinarios y de consumo de alimentos. En un reciente balance sobre la situación de la arqueología del islámica del norte de África, Cressier señala que Ceuta es el establecimiento mejor conocido hoy día del septentrión norteafricano. Es justo añadir que la mayor responsabilidad en esta situación se debe a la investigación arqueológica que ha aportado información esencial sobre periodos y aspectos de la Ceuta medieval islámica desconocidos completamente o muy mal conocidos. Hoy la arqueología islámica de Ceuta que, como les mostré a lo largo de mi exposición, tiene una larga tradición, goza de notable consideración en el ámbito de la investigación. Por otra parte, el esfuerzo realizado en la difusión ha sido también notable. Los monumentos más significativos llegados a nuestros días son estudiados, conservados y adecuados para su visita pública, a pesar de las dificultades que ello supone en una ciudad de las características Ceuta, 16 de octubre de 2014 9 Fernando Villada Paredes “Pasado y presente de la arqueología medieval islámica en Ceuta” de Ceuta. También se ha potenciado la difusión de estos hallazgos a través de programas específicos enfocados a los escolares (“Ceuta te enseña”), jóvenes (campo de trabajo “Arqueología frente al mar”) y público en general (exposiciones, publicaciones, talleres, conferencias, etc.) Además, las piezas ceutíes son seleccionadas para ser mostradas en exposiciones nacionales e internacionales como la que mañana abrirá sus puertas en el museo del Louvre en París. Pero este reconocimiento no puede ser una excusa para la autocomplacencia. Al contrario los retos que el futuro nos plantea son difíciles y requerirán una gran dosis de compromiso, trabajo e inteligencia. Tengo la confianza de que todos, cada uno desde nuestras respectivas responsabilidades, sepamos afrontarlos. Muchas gracias Ceuta, 16 de octubre de 2014 10
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