UNIVERSIDAD POLITÉCNICA SALESIANA (SEDE QUITO) FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS DE LA EDUCACIÓN CARRERA DE FILOSOFÍA Y PEDAGOGÍA “TESIS PREVIA A LA OBTENCIÓN DEL TÍTULO DE LICENCIATURA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN, ESPECIALIDAD FILOSOFÍA Y PEDAGOGÍA” “LA CENTRALIDAD DEL JOVEN POBRE EN LA ACCIÓN EDUCATIVA JOSEFINA” AUTOR: Franklin Benavides DIRECTOR: Dr. P. Raúl González QUITO, Mayo del 2007 1 DEDICATORIA: • Este trabajo de investigación lo dedico a mis padres, quienes siempre me han apoyado, para que yo conquiste una meta más en mi vida. • A todos los cohermanos y compañeros de la Comunidad Josefina. 2 AGRADECIMIENTO: • A la Congregación de los Padres Josefinos. • A mis maestros que me han acompañado en mi camino formativo y a mi asesor Dr. P. Raúl González. 3 0. INTRODUCCIÓN En este nuevo siglo, el mundo, la sociedad y el hombre presentan nuevas estructuras y nuevos estilos o formas de vida, debido al conjunto de transformaciones económicas, políticas, sociales y culturales que han generado los avances de la ciencia, la tecnología y los medios de comunicación. Pues, el hombre entra en un nuevo proceso de vida socio – cultural, es decir, en un contexto de intereses hegemónicos y globalizantes donde se trata de uniformar los pensamientos, comportamientos y sentimientos del ser humano. Hemos entrado a una época de transición, donde todo va cambiando a un nuevo estilo de ser y obrar. Los que más sienten estos cambios son los niños y los jóvenes porque muchos de ellos presentan problemas psicológicos, éticos, morales y especialmente del afecto familiar. Por eso, hoy nos encontramos con jóvenes que plantean nuevas dificultades e inquietudes al proceso educativo, muchos de ellos han perdido el interés, el sacrificio por conquistar un ideal y los deseos de prepararse para enfrentar al futuro. Ante esta gran realidad por la que atravesamos, la educación hoy juega un papel decisivo para el devenir del hombre. La educación actual pretende centrar su atención en la persona, ya que se quiere llegar a una mayor formación integral, de manera que el joven pueda ser un ente transformador de sí mismo y de la sociedad en la que se desenvuelve. Estos son los grandes retos de la educación actual, la misma que exige al educador poner en práctica todo un potencial pedagógico que responda a las distintas necesidades que el joven de hoy tiene para el proceso de su formación integral, en sus dimensiones culturales, morales y sociales. Frente a este reto que afronta la educación en la que se encuentra inmerso el joven pobre, el estilo educativo josefino que se fundamenta en la Pedagogía del Amor se presenta como una alternativa para mejorar la educación; ya que la 4 pedagogía del amor nos ayuda a reconocer y saber aceptar sus principios, valores, defectos y los distintos comportamientos que presenta este joven pobre. Esta pedagogía josefina que está basada en el amor infinito de Dios, con la cual Murialdo logró responder a las necesidades de los jóvenes de su tiempo, hoy es fundamental tomar como un elemento que responda a las necesidades de esta nueva era juvenil que viven una situación crítica, a nivel psicológico, moral, afectivo y económico. Con esta Pedagogía del Amor Murialdo supo implantar un estilo propio que trasciende todos los tiempos, él, parte de al experiencia del amor de Dios, logrando plasmar en los niños y jóvenes más necesitados de su tiempo esta gran experiencia del amor, y siendo para cada uno de ellos un Padre, Hermano y Amigo, esta es la base que tiene la pedagogía del amor. Pues nosotros también podríamos aplicar este estilo pedagógico para salir al paso de una sociedad que se encuentra invadida por estas tendencias del neoliberalismo, la globalización, del individualismo, entre otras, que están afectando directamente a la existencia de la persona. Toda la acción educativa se basa en la centralidad del joven pobre, porque él es el protagonista de su propio crecimiento y el educador es simplemente un mediador. Poner al joven en el centro, nos obliga a mirar el entorno cultural que influye en la vida del joven, para educarlo y desarrollar el sentido crítico y las respuestas responsables y profesionales adecuadas a las exigencias que presenta este siglo XXI. Nuestro estilo educativo josefino pone siempre al joven pobre al centro de nuestra acción educativa, ya que el fin es formar personas más humanas y profesionales que triunfen en la vida. Luego de conocer la realidad por la que atraviesa la cultura juvenil, especialmente el joven pobre, me pregunto, será que la Pedagogía del Amor, basada en la experiencia del amor de Dios que caracteriza la acción educativa josefina, es capaz de responder a los problemas y desafíos que vive el joven?. Y será que la presencia continua del educador como un padre, hermano y amigo tiene mucho que ver en el proceso formativo del joven?. Cuál vendría a ser el papel fundamental del educador frente a esta dura realidad que vive nuestro país, especialmente nuestros 5 niños y jóvenes que se enfrentan un nuevo mundo que trae consigo nuevos formas de vida fruto del subdesarrollo, la migración y el empobrecimiento creciente. Quizás con la investigación de las diversas fuentes de la Pedagogía josefina me ayude a responder a estas inquietudes, ya que me parece que para educar al joven de hoy, especialmente pobre, se presenta como sistema eficaz la Pedagogía del Amor, que partiendo de la experiencia del amor de Dios, el educador se convierta en un Padre, Hermano y Amigo, que pueda prevenir, animar y orientar el crecimiento integral del joven. Como Objetivo general para este trabajo me propongo: • Analizar la situación y los problemas concretos que tiene el joven de hoy en su contexto socio-cultural, con la pedagogía de San Leonardo Murialdo, para aportar con nuevos principios morales, éticos y humanos a favor de las necesidades del joven pobre, siendo a la vez un padre, hermano y amigo que acompaña en su crecimiento y formación integral. Además trabajaré en los siguientes objetivos específicos: • Conocer los problemas socio – culturales que afectan a los jóvenes de hoy, mediante información actualizada de los últimos hechos sociales que vive el mundo, para ayudar al joven a construir su identidad y a valorar el sentido de su existencia. • Determinar la naturaleza que tiene la acción educativa josefina para desarrollar el sentido crítico y las responsabilidades que exige la sociedad. • Responder a las nuevas exigencias del joven de hoy, aplicando nuevas propuestas educativas y fomentando una nueva identidad del educador. Para la elaboración de esta tesis utilizaré: libros, revistas, folletos; diarios, fuentes de pedagogía josefina y el material bibliográfico específico para este campo de trabajo. 6 En esta investigación me he propuesto conocer las causas y los problemas que acarrean los jóvenes hoy en el ámbito socio-cultural y en especial en lo educativo y proponer una alternativa que mejore sus condiciones de vida, en las cuales se encuentra inmerso el joven, especialmente pobre. Para lograr mejor esta investigación he dividido este trabajo en tres capítulos; en cada uno de ellos se desarrolla las características principales para poder obtener una adecuada alternativa que responda a estas necesidades que el joven presenta en nuestra realidad. En el primer capítulo, se realizará una descripción general del contexto socio-cultural, partiendo de lo internacional tomaremos en cuenta los elementos de la globalización, la ciencia y la tecnología, los cambios culturales que generan nuevos comportamientos. Nos acercaremos a nuestra realidad nacional para conocer algunos elementos principales que están afectando al joven, entre ellos la migración, el trabajo, la situación política y la nueva cultura juvenil. La conformación de estas nuevas estructuras sociales son las que provocan un malestar y generan cambios en lo social y cultural. Frente a esta realidad la educación tiene que buscar alternativas que permitan forman al joven en medio de todas estas nuevas tendencias que afectan directamente a la persona y en especial al niño y joven que van creciendo en medio de estos cambios socio – culturales. En el segundo capítulo, adoptaremos una propuesta educativa Josefina centrada en la dimensión humana y cristiana de la persona; tomando como modelo el carisma de Murialdo, una base espiritual, filosófica, socio-política y antropológica, las mismas que sustenten una comprensión cabal del modelo a seguirse en la práctica educativa. También se desarrollará la finalidad que tiene nuestra educación tomando como elementos fundamentales la centralidad de la persona, la dimensión comunitaria y una espiritualidad Josefina las mismas que se orienten al desarrollo integral de la persona, ya que hoy vemos que el joven vive rodeado de problemas y 7 dificultades que no le permiten crecer y formarse como personas verdaderamente humanas y cristianas, debido al ambiente en el cual nos encontramos. El tercer capítulo, está centrado en la educación que requiere el joven. Básicamente trataremos de la pedagogía josefina que está caracterizada por el amor, una pedagogía que Murialdo vivió y difundió en su tiempo, con la cual se pretende alcanzar una madurez integral del joven pobre. Y con un estilo caracterizado por el prevenir, orientar y animar que lleva al educador a que sea para estos jóvenes un padre, hermano y amigo como expresión de comunión y orientación en medio de los jóvenes. La pedagogía Josefina hace del joven el centro de la Educación, ya que el joven es un sujeto que necesita cariño, afecto y de alguien que lo escuche, lo comprenda y le oriente, pues el educador debe tener la experiencia del amor de Dios para poder ser ante los jóvenes un signo y un modelo de vida que la sociedad necesita para el progreso y el futuro de un mundo mejor. 8 CAPÌTULO PRIMERO 1. NUESTRO CONTEXTO SOCIO – CULTURAL El mundo actual presenta un conjunto de transformaciones económicas, políticas, sociales y culturales. Esta experiencia de grandes y rápidos cambios a los que se enfrenta el hombre afecta la comprensión y la percepción que tiene de sí mismo y de su relación con el nuevo contexto socio-cultural. 1.1. INTERNACIONAL 1.1.1. Globalización La globalización es un proceso de creciente internacionalización del capital financiero, industrial y comercial, nuevas relaciones políticas internacionales y el surgimiento de nuevos procesos productivos, distributivos y de consumo deslocalizados geográficamente, una expansión y uso intensivo de la tecnología sin precedentes. La globalización no es un fenómeno totalmente nuevo para nuestro contexto socio-cultural, porque es un hecho que se ha venido dando a lo largo de nuestra historia, recordemos que sus raíces se remontan a los primeros tiempos en los cuales el hombre empezó a viajar y a comerciar, sea por tierra como por mar. Pero hoy, “en el siglo XXI la globalización llega a constituirse en un torrente infrenable de cambio en lo social y cultural; debido a que toma una nueva forma de capitalismo, cuyo fin es la competitividad, la calidad del producto y la explotación del mercado”1. Entre los efectos que más se destacan están: el crecimiento de la pobreza, desvalorización del trabajo y las injusticias sociales. Ante una sociedad plural y principalmente globalizada que, con su mensaje vil y homogenizador, viene provocando un malestar, y nuevos comportamientos en 1 XXII Congreso Mundial de Filosofía Jurídica y Social, Derecho y Justicia en una Sociedad Global, España, 2005. 9 el ser humano que atentan contra su propia dignidad. La persona hoy se deja arrastrar por estas nuevas estructuras socio-culturales y se limita a vivir manipulado por este sistema que nos imponen los que tienen el poder. La sociedad globalizada es, pues, una sociedad mal estructurada y con efectos perversos sobre un centenar de millones de seres humanos. Este nuevo sistema de relaciones económicas, sociales y culturales demanda un nuevo orden internacional”2. Pues no cabe duda que a partir de esta mala estructuración se producen los grandes desajustes sociales, especialmente la desvalorización del trabajo, movimiento obrero, un aumento de migraciones internacionales, la transformación de las culturas, en cuanto van adquiriendo formas homogéneas en el ser y en el pensar. Auque muchos pensábamos que con la globalización se lograría resolver todas las necesidades humanas a nivel internacional, no ha sido así, ya que más bien ha ocasionado un impacto en las culturas, en sus valores y en la convivencia social; cambiando en gran parte la identidad de las personas y de los pueblos. La globalización no debe ser una nueva versión de colonialismo. Ya que debe respetar la diversidad de culturas que son claves para la interpretación de la vida. La humanidad no puede embarcarse en el proceso de globalización sin un código ético común que forma parte del mismo ser humano3. A partir de esta realidad se podría llegar a deducir que la globalización va generando antivalores éticos y morales dentro del contexto socio-cultural, a esto se agrega, como una gran preocupación internacional el resurgimiento de un mayor número de pobres y excluidos. El empobrecimiento y la carencia de empleo han dado origen a los grandes flujos de inmigración internacional que, empujados por la extrema necesidad tratan de ingresar una y otra vez a países extraños y hostiles, los mismos que ofrecen una posibilidad remota de poder sobrevivir con dignidad, lo que no pueden hacerlo en su propia nación. 2 GARCIA Alan, Modernidad y Política en el siglo XXI: Globalización con Justicia Social, Editorial Matices, p.26. 3 DONCEL Pedro, Orientaciones Fundamentales de la Pedagogía Murialdina, Número 29. 10 Este panorama se presenta crítico en los países del Tercer y Cuarto Mundo, que en vez de propender al desarrollo ha aumentado la miseria en las poblaciones. Tanto en los años 80 pero especialmente en los 90 ha existido una explosión del aumento del narcotráfico internacional, la existencia de un mercado de órganos humanos e infantes, un panorama que se retrotrae a la explotación primitiva4. Frente a esta gran realidad global que vive el mundo entero, nuestro deber está en hacer una llamada a las organizaciones internacionales, a las grandes instituciones globales y principalmente a nuestros gobiernos y ciudadanos que deben tomar en cuenta el respeto a la dignidad humana de sus deberes y derechos. Pues, el gran reto de este siglo está en configurar un orden y una estructura mundial nueva donde los derechos humanos y la diversidad cultural sean los primeros en ser respetados y valorados. Se puede considerar que la globalización tiene como fin formar una única sociedad, es decir, una homogenización socio-cultural; en donde todos tengamos un mismo pensamiento, una misma cultura, un mismo sistema económico, educativo y político. Junto a estos grandes cambios viene de la mano también como ya hemos dicho la revolución científica y técnica, el auge de las comunicaciones, la robotización, la automatización… Por lo tanto, se trata de un conjunto de procesos que conducen a un mundo único y que pretenden al mismo tiempo imponer una modelo de cultura única. La crisis contemporánea constituye el lugar donde se combinan y recrean creencias, actitudes y estilos que darán lugar a una nueva cultura que podrá ser, por primera vez en la historia de la humanidad, global y planetaria. Construcción común de todas las naciones y pueblos. En cualquier caso, las tendencias futuras de la globalización dependerán de los modos de recombinar lo nuevo y lo viejo, lo propio y lo ajeno, lo económico, lo político, lo estético, lo igual y lo diferente. El mundo globalizado dependerá entonces de los modos concretos y específicos en que los individuos y los grupos interactúen, es decir, de los modos en que toleren y promuevan la presencia y acción del otro en la configuración de sus propias 4 Declaración firmada en el XXII Congreso Mundial de Filosofía Jurídica y Social, sobre el tema Derecho y Justicia en una sociedad Global, Celebrado en Granada, 2005. 11 identidades. Se habrá terminado la pesadilla de la homogeneidad, el aniquilamiento de la diferencia. Pero también, renacerá el deseo del otro, el deseo de comunidad. Además de este panorama que trae la globalización, ésta tiene como finalidad el desarrollo y progresos de las sociedades modernas, desde una reestructuración cultural del tiempo y el espacio. Pero uno de los aspectos primordiales que tiene la globalización es la de luchar por preservar el medio ambiente que está ligado a buscar la supervivencia de la especie humana. Además, tiene a su servicio los instrumentos científicos y técnicos para responder a las nuevas tendencias socio-culturales. 1.1.2. Ciencia y Tecnología El avance y el desarrollo de la ciencia y de la tecnología han desatado repercusiones mundiales, en cuanto tiene que ver con la sociedad, la política, la cultura y la economía. Hoy, la ciencia y la tecnología deben situarse como parte de la cultura y de la misma actividad del ser humano. Las transformaciones mundiales debido al acelerado avance científicotecnológico y a la generación de nuevos patrones de producción y organización del trabajo, han dado paso al conocimiento como recurso central de la economía avanzada. Por eso las naciones para ser competitivas y participar de la apertura y globalización de la economía, deben producir cambios e innovaciones profundas en sus sistemas educativos que permitirá competir activamente en nuevas condiciones sociales5. La ciencia y la tecnología en estos últimos tiempos ha tenido un gran impacto significante en nuestro contexto socio-cultural; dado que estas nuevas tendencias ganan espacio con mucha rapidez y para algunas de las sociedades se ha vuelto un problema, una dificultad y confusión por la falta de conocimiento y manejo de las mismas. Esto va despertando el interés por saber sus beneficios para la actividad humana. El hombre contemporáneo como individuo y la humanidad como conjunto total de ellos se posicionan temporalmente en la postmodernidad, cuyas características más importantes son el gigantesco, explosivo o incontenible 5 Varios Autores, Ciencia y Tecnología en Iberoamérica; Artículos y Noticias, p. 10. 12 avance de la tecnología con aspectos tales como la industrialización, la automatización, la mundialización y la globalización, todos ellos muy variables de países a países generando cada vez mayor diferencia entre países desarrollados y subdesarrollados6. Desde la Postmodernidad el hombre empieza a preocuparse por mejorar su forma y calidad de vida inventando productos y maquinaria que le faciliten la vida. Por eso, hoy nosotros vivimos en un mundo que depende de forma creciente de la ciencia y la tecnología; ya que los procesos de producción, las fuentes de alimentación, la medicina, la educación, la comunicación, el transporte, entre otros. Todos estos campos están fuertemente ligados al desarrollo tecnológico y científico que cada vez más viene a ser el medio indispensable para la existencia y sobrevivencia del ser humano. Así mismo la gran revolución y difusión mundial de las nuevas tecnologías que van cada día apareciendo como es el caso de la información y comunicación, están originando nuevas formas comunicativas y se vislumbra ya un panorama diferente en nuestro contexto socio-cultural. Ante este gran impulso tecnológico de las comunicaciones y de la información que tenemos hoy como es el Internet, la telefonía celular, los medios de comunicación, la realidad virtual todas estas han consolidado, amplificado, transformado y han hecho aparecer numerosos problemas éticos y efectos sociales; por ejemplo, la invasión de la privacidad, la piratería intelectual, el acceso público a la información… que están relacionados con la tecnología de punta. La modernidad debe ser la bandera de la política y de la juventud. Ante el inmenso impulso de la tecnología de las comunicaciones, de la sociedad de la información y de la economía de las ideas, muchos conceptos y formas de acción de la política social deben cambiar, hacia la justicia y hacia el desarrollo, siempre, pero con los nuevos contenidos que exige el avance de la ciencia y el nuevo modo de producción global7. Pero, a la juventud, la era de la tecnología con todos estos medios que se encuentran a su alcance le están afectando a su nivel educativo, en cuanto la información tiene como fin el consumo, el empobrecimiento de su capacidad de 6 REYES Nancy, La Comunicación y Tecnologías, p. 10. GARCIA Alan, Modernidad y Política en el Siglo XXI: Globalización con Justicia Social, Editorial Matices, p. 11. 7 13 juicio, limita su imaginación y se lo observa en un total facilismo y superficialidad. Es decir, se vive en un mundo donde la ciencia y la tecnología van proporcionando al hombre nuevas formas de vida cómoda, rápida y superficial; también aparecen problemas como: el aumento de la contaminación, el uso de sustancias tóxicas, el deterioro progresivo del medio ambiente, el empobrecimiento de la flora y la fauna, los accidentes, actos infrahumanos y enfermedades relacionados con la tecnología son una parte importante de estos riesgos. Una actitud constructiva nos lleva a asumir el fenómeno tecnológico y científico como un hecho concreto y real que se va dando en nuestros días como lo indica Alonso Gutiérrez: “Es algo con lo que habremos no sólo de vivir, sino de convivir. Su utilización a favor o en contra de una sociedad más justa dependerá en gran parte de la educación de los conocimientos y de la capacidad crítica de los usuarios”8 . 1.1.3. Cambio Cultural El paso de la Modernidad a la Postmodernidad, de una sociedad industrializada a una sociedad del conocimiento y del consumo está incidiendo en la conformación de las nuevas estructuras sociales y en nuevas formas de vida; que nos ponen ante nuevas formas de pensar y vivir la cultura. La nueva cultura de la sociedad global que presenta nuevas formas de organización social se asienta sobre cambios producidos por la postmodernidad puesto que las herramientas culturales influyen directamente en la construcción social de nuestra mente y en acciones, reacciones y sentimientos que emergen de esta cosmovisión de la realidad9. Este cambio cultura está caracterizado principalmente por el presente (el hoy), es por eso que la gente quiere estar al día, quiere poseer lo último, lo nuevo que ha salido al mercado. Vivimos inmersos en programas breves, en el perpetuo cambio de las normas y en el estímulo de vivir el instante; el presente se ha erigido en el eje principal de la temporalidad. De esta manera se conforma un nuevo proyecto humano a partir de una manera de ver la realidad y de actuar dentro de ella. Los individuos están inmersos en una realidad social, donde su desarrollo personal no puede disociarse del intercambio con ella, su personalidad se va 8 9 GUTIERREZ Alonso, Educación Multimedia y Nuevas Tecnologías, p. 73. MARÏ Víctor Manuel, Globalización, Nuevas Tecnologías y Comunicación, p. 14. 14 forjando en su participación, en las creencias, actitudes, comportamientos de los grupos a los que pertenece. Esa realidad colectiva consiste en un modo de sentir, comprender y actuar en el mundo y en formas de vida compartidas, que se expresan en instituciones, comportamientos regulados; en suma, es lo que entendemos por una cultura. La globalización cultural es el aspecto más profundo de la dominación, porque penetra la vida íntima de los espíritus, socavando su originalidad e identidad. Momento culminante de la expropiación cultural es la interiorización, por parte de las personas y de los pueblos sojuzgados de valores y modelos de vida y comportamientos que les vienen impuestos; que conlleva a una homogenización cultural masiva10. A partir del fenómeno de esta globalización planetaria, la cultura va tomando una nueva identidad que tiene efectos opuestos, como los de homogeneización y fragmentación cultural; estos efectos han derrumbado las identidades tradicionales. También debemos comprender que el proceso de globalización, al impulsar el movimiento de desterritorialización hacia fuera de las fronteras nacionales, acelera las condiciones de movilidad. Pues el proceso de mundialización de la cultura engendra, por lo tanto nuevos referentes de identidad. En fin, la globalización impacta en los procesos de identificación de la gente porque pone delante de ella a otros individuos que actúan con nuevas sensibilidades y estilos de vida afectando la dimensión ética. En general nos encontramos inmersos en una cultura que se encuentra caracterizada por el consumo, por la distracción evasora de la mente ante tantos estímulos, por la esclavitud frente a un horario de unas personas, la preocupación frente a las necesidades que no pueden ser satisfechas y el descuido de la atención al hogar, especialmente a los hijos, debido al trabajo y a la necesidad económica. Todas estas realidades son las que están repercutiendo en el desarrollo del ser humano generando desconcierto, incertidumbre, tensión, desesperación y una crisis existencial. 10 SAAVEDRA Alejandro, Nueva Educación, Humanización, Globalización, Inculturalidad, Postmodernidad, Medios de Comunicación Social, p. 71. 15 Pues, vivimos en una cultura donde se favorece preponderadamente el placer hedonista que poco o nada prepara el esfuerzo, más aún para el sacrificio y la abnegación. En una cultura que insinúa fuertemente el individualismo en el modo de pensar y de actuar; ya que sólo cuenta el Yo. Otro elemento fundamental es consumismo, donde los individuos adoptando determinadas formas de comportamientos y modas que adquieren y acumulan bienes para satisfacer sus necesidades pasajeras. 1.1.3.1. Individualismo El individualismo es una forma de actuar o de ser que en este momento se puede observar en todas las personas, mirando alrededor en cada ambiente, desde la misma familia, hasta el ámbito de las relaciones humanas. El individualismo es un sentimiento reflexivo y apacible que induce a cada ciudadano a aislarse de la masa de sus semejantes y a mantenerse aparte con su familia y sus amigos, formando una pequeña sociedad para uso particular, abandonando a sí misma a la grande11. Partiendo de estas connotaciones podemos decir que las personas nos encontramos siempre en búsqueda de nuestra propia identidad, de algo que nos distinga en cierta forma de los que nos rodean. Ahora, para encontrarla, mucha gente se encierra en sí mismo pensando solo en sus cosas y en sus beneficios personales, esto es, lo que llamamos egocentrismo en el cual solo cuenta el yo; pero ante ello nos damos cuenta que para encontrarse a sí mismo hay que verse en el otro. Sin el otro nunca podremos vernos o distinguirnos. Así como tampoco nos podemos darnos cuenta de la falta de originalidad. El individualismo también puede llegar a una forma de escape del mundo que nos rodea; la persona se centra en sí misma y trata de no ver a su alrededor. Termina en un círculo vicioso, en el que no deja de hacer sus tareas cotidianas o laborales. En realidad la sociedad moderna lleva consigo una nueva vivencia y un estilo de vida diferente, en donde el hombre de hoy solo piensa para sí y trata de 11 BEJAR Helena, El Ámbito Íntimo (Privacidad, Individualidad y Modernidad) , p. 58. 16 sobresalir sobre la otra persona: de todos modos pienso que el individualismo pone en cuestión las relaciones humanas y sociales. Tenemos una característica típica, sobre todo, de nuestra sociedad occidental, donde la sociedad capitalista que trajo consigo el afán del ‘tener’ por sobre el del ‘ser’, en una competitividad extrema que amenaza constantemente todas las relaciones, tiende a afirmar el primar del ‘individuo’ por sobre la ‘colectividad’, de lo ‘mío’ por sobre lo ‘nuestro’, del ‘bien privado’ por sobre el ‘bien común’, del individuo y separado del conjunto que lo rodea y del cual inseparablemente es parte12. En nuestra sociedad se vive en gran parte las relaciones centradas en sí mismo, siempre condicionadas a uno mismo y a su utilidad. El Otro es visto casi siempre como una amenaza real al Yo, como alguien que me limita, me coarta, me condiciona, exige algo que me pertenece, requiere mi atención, reclama su existencia y el reconocimiento de sus derechos y espacios. El otro significa, en definitiva, una amenaza, a veces la muerte de mi identidad, de mi personalidad: siempre pienso afirmar mi personalidad sobre los demás, casi en contraposición a los demás, y siempre en comparación con los demás. En nuestros días, el individualismo se presenta como una cultura, como una forma de entender el mundo que entraña una concepción específica de la sociedad, de los otros y del hombre mismo. El individualismo actual es una ideología, un conjunto social de representaciones, de ideas y valores comunes a una sociedad13. Toda esta tendencia individualista que va creciendo cada vez más, conlleva a una minusvaloración de la sociedad, a la caída de la comunitariedad, y, a un debilitamiento de la autoridad en todos los campos: familiar, político, económico, religioso y educativo. 1.1.3.2. Hedonismo El hombre contemporáneo se caracteriza por una pronunciada tendencia al hedonismo. Según los hedonistas, está sujeto a la soberanía del instante, la prevención, el anhelo de un placer futuro lleva siempre consigo cierta inquietud e inseguridad y un vacío existencial enmarcado por los problemas económicos y la 12 13 Cfr. SOTO Simona, El Individualismo y el Hombre Contemporáneo, p. 5. BEJAR Helena, Op. Cit. p. 195. 17 inestabilidad social a la que vivimos sometidos. El hedonismo es la sobrevaloración del poder sensible, conllevando a un debilitamiento de la voluntad, un abandono del servicio y de la autodisciplina y una dificultad para integrarse a una sociedad ordenada y competitiva. Ya que la postmodernidad ha dando lugar al campo de la afectividad y del sentimiento dejando a un lado la racionalidad; pues de la destrucción de la razón moderna y del ser-persona surge una nueva vida del sentimiento, de la afectividad, del culto al cuerpo y del placer inmediato14. En este tiempo donde el trabajo ha perdido su sentido humanizante, la gente no busca sino el placer, la novedad y lo único que hace el individuo es complacer todas sus necesidades biológicas y materiales que es lo propio de las épocas decadentes; mientras el ser fuerte, de costumbres sólidas, comulga con lo que trasciende, con el bien de la especie, con bien de la ciudad, el ser débil no dispone mas que de su pobre yo imponente, cautivado de su propia flaqueza dejándose arrastrar de estas nuevas tendencias del sentimiento. Actualmente el hombre sufre mucho a consecuencia de sus propios defectos, sufre de soledad, problemas económicos, aburrimientos y angustias, estos padecimientos pueden hacerse tan insoportables que la apertura de la propia intimidad se presenta a veces como una liberación y un desfogue. En la vida del hombre el placer se convierte en una necesidad análoga, inconsistente. El hedonismo constituye la atmósfera de la sociedad en que vivimos, una actitud que no tolera ningún tipo de cuestionamiento. La tendencia al hedonismo es la consecuencia más cabal del desarraigo y el vacío que caracterizan al hombre moderno. 1.1.3.3. Consumismo Otra característica del hombre actual es el consumismo, cuando el dinero domina al hombre, la ciudad se convierte en un gran mercado en donde el hombre es un ser productor y consumidor. Recordemos que el ser humano siempre ha sido consumidor; pero mientras en otras épocas procuraba consumir de acuerdo con sus necesidades naturales, en la actualidad las personas tienden a crear una serie de 14 SAAVEDRA Alejandro, Op. Cit. p. 135. 18 hábitos y modos de vida que llevan a consumir por el mero placer de consumir. Surge, de esta manera, la sociedad consumista. El hombre parece ser un nacido para consumir en el gran supermercado de la sociedad occidental. Se vive de la apariencia, del disimulo y del usar y botar. El consumismo nos ofrece un nuevo modo de disfrutar, un nuevo enfoque de ver las relaciones sociales y un nuevo modo de valorar la vida15. Podemos notar que esta era del consumo está liquidando gran parte de los valores y la existencia de las costumbres y tradiciones de nuestra cultura induciendo a una nueva forma de vivir que es inducida por medio de imágenes que conllevan al individuo a optar por nuevos comportamientos y costumbres que tiene como fin la búsqueda del placer. En las últimas décadas existe una particular intensificación de actitudes y comportamientos sociales en torno al consumo de bienes; hablar de una sociedad de consumo implica poner en descubierto que el consumo, es decir, la actitud para el mismo, ha llegado a un nivel paradigmático, afectando, definiendo y perfilando conductas, relaciones y estructuras; en definitiva constituyéndose en un valor esencial de la cultura contemporánea16. Esta cultura contemporánea presenta un hombre Light a quien ya no le interesan más los héroes y los santos, como en otras culturas, sus modelos son los que han triunfado económicamente, gente llena de cosas, los artistas, actrices, futbolistas pero a la intemperie metafísica, en general el bienestar material se incrementa mientras el desarrollo espiritual se reduce. Lo que se consume son signos o imágenes de los objetos, es decir, significaciones que se introducen desde afuera en las cosas reales. La función de estos símbolos será satisfacer y gratificar los deseos personales. Además, podemos decir que esta cultura consumista va modificando la identidad de la sociedad con nuevas costumbres que desplazan a los antiguos hábitos produciendo una constante renovación y continuo cambio de los gustos. 15 SAAVEDRA Alejandro, Formación de la Conciencia en Valores, Desafíos, Crisis y Propuestas, ps. 103 – 104. 16 ANDINO Mario, Ciclo de Síntesis Cultural – Seminario Interdisciplinario “La Sociedad del Consumo”, p. 17. 19 1.2. NACIONAL Nuestro país está atravesando por una serie de modificaciones en su estructura social, económica, cultural y política, debido a las nuevas estructuras que vienen y se imponen desde las grandes potencias mundiales. Con la globalización, la ciencia y tecnología, la deuda externa y la misma dolarización el Ecuador presenta una gran inestabilidad y una crisis estructural en lo económico y social. Ante el fracaso del modelo desarrollista, el ensayo del modelo neoliberal sustentado en la magia del mercado y en un desproporcionado crecimiento del gasto público ha sumido al país en la mayor crisis de nuestra historia, que se expresa en la crisis de la deuda externa, el desequilibrio en la balanza de pagos, la falta de dinamismo de las actividades económicas, el desorden monetario, el deterioro de las condiciones generales de vida de los trabajadores17. Esta situación que enfrenta el país trae como consecuencia seguir siendo dependientes o esclavos de las grandes potencias mundiales, vivir con un desempleo creciente que agudiza a la población en la extrema pobreza y con una política totalmente inestable, llena de incertidumbres creando un malestar a la nación porque no se preocupa de los servicios básicos que necesita la ciudadanía como la educación, la salud y la vivienda. Ante esta realidad la misión de nuestro sistema ecuatoriano debe ser el de un proyecto que proporciona con equidad una educación de calidad, en base al compromiso y participación de los diferentes actores sociales. También una calidad y equidad en la distribución de su servicio participativo, activo, reflexivo y formador de valores con respecto a la convivencia democrática que respondan a las necesidades del desarrollo nacional y que al mismo tiempo contribuyan a mejorar la calidad de vida del pueblo ecuatoriano. 1.2.1. Dependencia extranjera En nuestro país vivimos un capitalismo atrasado con una incipiente industria que no produce nada, nos hemos vuelto una sociedad conformista solo estamos esperando que hagan para acceder y utilizar; es así como seguimos dependiendo económica, técnica, científica y culturalmente de los países del primer mundo. A 17 Varios, Educación y Trabajo una Alternativa del presente con perspectivas al futuro, p. 9. 20 más de ello con una deuda externa y la dolarización que en sí asfixian nuestro desarrollo y progreso social. De esta manera podemos ver como somos explotados, manipulados y estafados por las grandes potencias mundiales, especialmente de Norteamérica, que impone su mercado a costos muy elevados y mientras que nuestro producto se llevan con toda facilidad y a bajo costo. Es decir, estamos siendo esclavos y manipulados por las grandes tendencias sociales que nos imponen su política, su economía y su cultura. Bajo todos estos parámetros e ideologías vivimos atados a las grandes potencias mundiales, porque en nuestro país no hay un sistema de producción competitivo y peor un resurgimiento en el desarrollo económico, cultural y tecnológico. 1.2.2. Falta de trabajo El trabajo es una actividad humana, que permite transformar el mundo y al mismo tiempo es el medio que le permite al ser humano poder existir y satisfacer sus necesidades humanas. En nuestra realidad el trabajo o empleo es uno de los elementos que está ocasionando grandes dificultades para el desarrollo de la persona que busca una estabilidad económica para poder vivir como seres dignos de un bienestar y una felicidad. Pues, con la ciencia y la tecnología la mano de obra va siendo excluida y reemplazada por la máquina, la robótica… por eso es que muchas personas al no tener empleo y ante la desesperación por subsistir se dedican a la delincuencia, el robo, al negocio de la droga, a promocionar sus cuerpos y a trabajar en lugares infrahumanos. La grave crisis económica ha traído consigo una alta tasa de desempleo y subempleo, muchos profesionales bien preparados no pueden acceder a un trabajo cuya remuneración les permita mantener dignamente su familia. A esto se suma la corrupción de los gobiernos y las misma dolarización18. 18 ALTAMIRANO Ramiro, La Pedagogía de Murialdo ante el reto de una realidad juvenil marcada por la migración y la pobreza, en, AUTORES VARIOS, Per tener vivo il pensiero Pedagógico, p.104. 21 La realidad de hoy es muy difícil ya que la misma sociedad exige a la persona una buena preparación (intelectual, humana) y una presentación física para poder entrar en el mundo laboral. Pero hay personas que carecen de recursos para su formación y son quienes verdaderamente viven en la pobreza y hasta en la miseria y nos podemos preguntar cómo podrían vivir y educar a sus hijos? y ¿qué hace el País ante esta realidad? Por eso muchos han tomado la decisión de buscar mejores condiciones de vida en otros países donde sí hay trabajo a pesar de la discriminación y explotación laboral. 1.2.3. Migración y desintegración familiar Vivimos una época muy especial en nuestra Patria ecuatoriana, especialmente en la zona austral, nos hemos dado cuenta que cada día salen miles de compatriotas hacia otros países y regiones en busca de trabajo y sustento. A más de ello, tenemos el fenómeno de la inserción de campesinos en la ciudad; que en medio del peligro, los riesgos, la desesperación y la angustia por buscar el bienestar salen a las calles arriesgando sus vidas a conseguir un medio para subsistir. Al inicio de la década de los 90 el Ecuador ha sufrido una de las crisis más graves en su desarrollo económico en los últimos años. En el año 98 la quiebra de muchos bancos, la devaluación de la moneda y la galopante inflación provocaron un deterioro social y económico sumiendo en la pobreza a gran parte de la clase media. A esto se suma la corrupción de los gobiernos de turno y el interés de los partidos políticos no por el bienestar del pueblo sino por su propio beneficio19. A partir de esta gran realidad la persona empieza a preocuparse por el bienestar de su familia y siente que el sueldo básico de su empleo no le alcanza para cubrir todas sus necesidades básicas de una familia; conociendo esta situación económica muchos padres y madres de familia han optando por migrar a otros países para poder cubrir de mejor manera los requerimientos y necesidades de sus hijos. La situación de un 70% de los ecuatorianos dentro del País, en el marco de la crisis, es conocida de todos y apenas es necesario abundar en descripciones: empobrecimiento, desempleo, alto costo de la vida, inaccesibilidad a los derechos fundamentales de salud, educación, trabajo y vivienda. A ello hay que añadir los efectos negativos de la migración 19 Idem., p. 104. 22 familias destrozadas, niños y ancianos abandonados, mujeres solas y endeudadas, jóvenes desorientados20. Con la migración muchos compatriotas ponen en juego sus vidas, ya que arriesgan todo para cumplir con sus sueños. Además trae muchas consecuencias la desorganización del hogar debido al abandono de los hijos o esposas; terminan por vender sus bienes o a su vez hipotecarlos; muchos ponen en juego sus vidas y como se conoce terminan en muertes trágicas en alta mar, en un desierto, en la bodega de un barco o en una frontera y los afectados en este caso son las familias. Por otro lado los migrantes allá pierden su libertad y muchos de ellos son explotados y tratados inhumanamente. Como consecuencia de la migración, el núcleo familiar queda totalmente desintegrado; muchos jóvenes y niños tienen uno o los dos padres trabajando fuera del País quedando como cabeza de familia los abuelos, los tíos, algún pariente o amigo. Muchos niños y jóvenes caen en una sensación de abandono y de soledad ese vacío que ellos viven no puede llenar el cariño de sus parientes, ni el dinero que viene desde el exterior. También se producen los trastornos psicológicos, afectivos, depresión y desesperanza tanto, a niños como a jóvenes. El resultado de esta desintegración familiar lo están viviendo los jóvenes quienes se tornan agresivos, apáticos, abandonan el estudio o el trabajo, tienen dinero fácil y al mismo tiempo caen en continuos estados depresivos, son presa fácil para la droga, el alcoholismo, la promiscuidad, el embarazo prematuro y las pandillas. A pesar de todas las consecuencias negativas que produce la migración también tiene algunas oportunidades para la persona; mejorar la situación económica para poder atender las necesidades básicas de la persona como: salud, educación, vestido, alimentación y bienestar que en nuestro país resulta difícil cubrir estas necesidades básicas debido a la inestabilidad económica y al desempleo. “Los sueños de un futuro mejor se ven recompensados en mejores ingresos, en la compra de tierras, casas, carros, vehículos, una mejor educación para 20 CISNEROS Vicente, Migración Riesgos y Oportunidades, en, AUTORES VARIOS, Universitas Revista de la UPS del Ecuador, n. 54, ps. 49-50. 23 sus hijos, en la ropa de marca y de moda21”. Por eso hoy la migración ha adquirido una nueva significación y una alternativa para la realización del hombre. 1.2.4. Política Actual En las dos últimas décadas el Ecuador se ha visto sometido a frecuentes y permanentes reformas políticas, en el ámbito constitucional y legal. Por este motivo el Ecuador está pasando por una gran inestabilidad política de gobernabilidad, con una democracia de desencanto, en donde las decisiones políticas son tomadas desde el poder económico trasnacional. Nuestro país se ha convertido en estos últimos tiempos en un centro de atención mundial debido a la crisis de ingobernabilidad y a los famosos golpes de estados por las rupturas de su Constitución política. La continua crisis e inestabilidad han propiciado cambios continuos en la Presidencia de la República (desde 1996 – 2001 se ha sucedido seis gobiernos), así como el desprestigio del Congreso Nacional y de las Cortes de Justicia, donde la corrupción y los intereses de grupo han primado sobre los demás. Los partidos políticos han perdido su norte y peligrosamente han cedido terreno para ciertos personajes populistas que jueguen con la desesperación del pueblo y persigan bonos en base a discursos eminentemente demagógicos22. Entonces es claro tener una visión muy transparente de un país violento, explosivo, que cambia de presidentes dentro de un clima de inestabilidad, lleno de grandes problemas que no se han logrado resolver y que al final empujan a la inseguridad política, de personas y organizaciones, cada una con sus respectivas consecuencias. Pues la inestabilidad política se ha convertido en una característica endógena del Ecuador. Desde 1996 hasta el 2005 se han sucedido seis gobernantes, cinco de los cuales han sido acusados en su momento de corrupción o abuso de autoridad. Pero, lo que más llama la atención es el abuso de la discrecionalidad del Congreso para aplicar la Constitución y destituir presidentes. La democracia de nuestro país está en crisis, por el hecho de que no hay personas verdaderamente capaces de gobernar; podemos llegar a deducir que nuestros líderes políticos carecen un cierto grado de madurez y de concientización. La crisis de los partidos políticos, es decir de aquellos que hacen política desde los distintos escenarios, desde sus partidos, desde las cámaras de la 21 22 Idem., p. 84. CARRIÓN Giovanni, El Ecuador del mañana desde una visión crítica del Neoliberalismo, p. 162. 24 producción, desde los sindicatos, desde los llamados grupos de sociedad civil y de los movimientos sociales, que en el Ecuador esa ha sido siempre la tónica, hay una crisis total de valores en los protagonistas de la acción política23. Para poder gobernar, hoy se requiere una credencial ética, en la cual el político logre hacerse creer, suscitar confianza y un plan de trabajo que sea eficiente, que responda a las necesidades urgentes de la ciudadanía; pues lo gobiernos deberían estar siempre preocupados por el bien común y por la estabilidad económica, social y política del país. El cambio requiere abandonar los viejos paradigmas y conductas que durante mucho tiempo nos han servido como justificación de la inacción y de la participación crítica. El proceso es difícil pero el futuro que se logre será el de un país diferente con una nueva visión de desarrollo24. En el último levantamiento popular se pudo observar el cambio de participación ciudadana en la que, ciudadanos comunes, especialmente jóvenes sin banderas ni dirigentes políticos salieron a exigir un cambio, reformas constitucionales, una participación más activa y crítica, y una estabilidad de gobierno. Finalmente, nos queda agregar que todas estas reformas deben lograr el desarrollo humano que los ecuatorianos necesitan y que depende básicamente de la disminución de las exclusiones sociales en el acceso a la res pública y una mejor y más equitativa distribución de los ingresos (lo que incluye mejorar las condiciones básicas de vida: salud, educación, vivienda, trabajo y alimentación); de lo contrario, las reformas caerán en el vacío nuevamente. Como vemos, la agenda para los próximos años en el Ecuador está marcada por un proceso de reforma integral de sus instituciones democráticas. En el 2007 se posesionó el nuevo Gobierno y es nuestra esperanza que la preocupación se centre en estas reformas políticas. Ecuador puede retomar su tendencia hacia la institucionalidad, pero ello depende del mejoramiento de sus instituciones que oriente a las fuerzas políticas y sociales hacia una cultura política coherente. 23 Asociación de diplomados del Instituto de Altos Estudios Nacionales, Aspectos de la Realidad Nacional Ecuatoriana, p. 50. 24 CRESPO Miguel, Ecuador un país diverso, que no aprende a gobernarse, en, Revista de Formación y Cultura de la UPS, n. 37, El Valor de la Vida, p. 40. 25 1.3. EL JOVEN INMERSO EN ESTA REALIDAD La juventud vive hoy empujada a la delirante exhibición de las grandes impresiones tecnológicas, sujeto a la fascinación de los violentos cambios sociales que generalmente se encuentran influenciados y afectados por los acontecimientos mundiales. La globalización cultural en el contexto juvenil abre una configuración cualitativamente nueva de experiencias de socialización para los jóvenes que buscan participar y ser protagonistas de esta nueva cultura que el mundo les presenta en las diversas circunstancias de orden familiar, social y económico. Esta nueva configuración libera a los jóvenes, irrevocablemente, del mundo esencialmente local que constituye la familia, la escuela y el entorno del vecindario, y los introduce en un mundo cosmopolita y de autosocialización que, básicamente, han de descubrir y explorar ellos mismos25. Esto da origen a que el joven tome nuevas formas o estilos de vida dentro de la familia, de la sociedad y de la cultura, en donde él se siente independiente capaz de hacerlo todo y pasarla bien. Ante estas situaciones socio-culturales que hemos analizado y podido conocer, la cultura juvenil siente la necesidad de manifestar y protestar su inconformidad e inestabilidad de vivir en un contexto social conflictivo, por medio de sus actos violentos y conductas infrahumanas que distorsiona su personalidad e identidad. La circulación globalizada de imágenes provee de objetos imaginarios en los que se sostienen los comportamientos y las representaciones cuando las relaciones sociales se empobrecen. Esta y el empobrecimiento de los vínculos sociales, y no la sola presencia de las imágenes parece ser la condición de riesgo cuando los jóvenes se orientan hacia nuevas representaciones, algo presente en una subjetividad que se despliega hacia el mundo de los objetos externos, cargados de significaciones26. Sin desconocer la posibilidad de que siempre existan posiciones intermedias entre los extremos, todo apunta a pensar que, al menos para gran parte de los jóvenes que viven en una relación de marginalidad frente a las prácticas 25 Varios Autores, Movimientos Juveniles: de la globalización a la antiglobalización, p. 27 Documento de trabajo. Investigación sobre riesgo en niños, adolescentes y jóvenes. FLACSO Ecuador-Ministerio de Bienestar Social-BID, versión preliminar. 26 26 globalizadas de participación, los riesgos que asuman seguirán siendo los menos deseables socialmente. La mayoría de ellos, difícilmente tendrán acceso a los requisitos de la sociedad global, en términos de productividad y de acceso al conocimiento y a la información que aquélla requiere. El joven cohabita en un nuevo modelo cultural que está marcado por la dimensión de lo personal, lo íntimo y lo privado que promueve el inmediatismo, la ausencia de visiones a largo plazo, y una persona sin sentido histórico que queda replegada sobre sí misma, preocupada del presente y de su vida. Los jóvenes cohabitan en un modelo cultural que los llama al placer, al disfrute hedonista de momentos intensos, a buscar desarrollo personal en la diversión permanente; a luchar por sí y para sí, sin importar lo que pase con los otros, con un modelo mass-mediatizado que le dice que lo bueno, lo verdadero, lo justo, lo bello es lo que a ellos les conviene personalmente27. En realidad, los jóvenes están inmersos en un entorno individualista, el mismo que es efecto del hedonismo y de una cultura consumista de los que son protagonistas. Me parece que el individualismo –en el que los jóvenes no son solamente protagonistas, sino sujetos de los riesgos que éste conlleva- no responde a la cultura del consumismo y de primacía de los objetos como valores universales, sino al fracaso de los lazos que vinculan a los sujetos entre sí, a la flexibilidad de las normas reales que les conferían sentido y permanencia a dichas relaciones. Por otro lado, podemos considerar la creciente proporción de personas, incluso de adolescentes y jóvenes que viven solos, no solamente en Europa sino también en un país latinoamericano como Ecuador, por efectos de la migración o de las transformaciones familiares, no quedan muchas posibilidades de generar sentidos sino a través de vivir los que desde afuera se consideran peligros: las pandillas o bandas juveniles, los espacios públicos de interacción, generalmente en la calle, los bares, discotecas… el recurrir a objetos y marcas con que distinguirse de los otros, el vivir la vida con el cuerpo, más que con los intercambios simbólicos 27 SANDOVAL Mario, Jóvenes del Siglo XXI: sujetos y actores de una sociedad en cambio, p. 58. 27 que son pocos. Reflexiones que nos conducen de la mano a los fenómenos de la transgresión y de la violencia en un contexto globalizado de déficit de sentidos compartidos. Se ubican muchos diagnósticos que hablan de las heridas afectivas y de los desequilibrios psicológicos y de personalidad de los jóvenes. Por muy diversas circunstancias de orden familiar, social o económico, muchos padecen hoy una carencia generalizada de afecto y de relaciones personales, están solos, necesitan amigos, buscan un grupo al cual pertenecer y en cual participar y sentirse protagonistas y un refugio que los libere de la soledad y los haga sentirse acogidos y comprendidos28. Pues, el joven tiene una mayor movilización, diferentes formas de socialización y un nuevo ambiente familiar que conlleva a optar por nuevas conductas humanas que interfieren en la formación y en su realización. Desde esta realidad en la cual se encuentran inmerso nuestros jóvenes, la educación debe responder a esta nueva cultura juvenil que carece de valores éticos y morales, de orientación en el ámbito familiar, educativo y social; especialmente esta debe prepararlos para poder asimilar, comprender y responder a estas nuevas tendencias o estructuras mundiales. Hay que tomar en cuenta también la carencia de identidad por la cual atraviesa el joven de hoy. Pues, la identidad es fundamental para la construcción del sujeto y de la sociedad; pero hoy nos encontramos con un joven falto de ideales, de grandes proyectos, sin líneas de pensamiento que lo identifiquen. La marcada indiferencia y mediocridad frente a las dolorosas realidades temporales no ayudan a realizar una acción transformante, un hombre sin utopías que va perdiendo sus esperanzas. Será entonces que la juventud sin identidad, viene a ser el principio del fin de la historia, o aún hay que seguirle apostando al joven que, orientado con una educación personalizada y reflexiva donde se involucre y comprometa. Una educación que luche y venza a los populismos masificantes, que aprieten el puño y encaren las decisiones que aglutinan los esfuerzos individuales en función de un proyecto de familia, de ciudad y de país. 28 AUTORES VARIOS, Civilización del Amor Tarea y Esperanza, p. 31. 28 Finalmente, los jóvenes postmodernos son particularmente muy sensibles a lo nuevo que está aconteciendo, a pesar que ellos vienen a ser los hijos y constructores de esta nueva realidad cultural que presenta múltiples y diversas manifestaciones socio-culturales, que genera nuevas formas de comprensión, relación y expresión. Conclusión En conclusión, estamos dentro de un contexto de intereses hegemónicos y globalizadores donde se pretende uniformar los comportamientos, pensamientos y sentimientos del ser humano con una dirección de vida caracteriza de la privacidad, la competencia individualista y la felicidad centrada en el consumo. Esta realidad acontece en el ámbito internacional y nacional que al ser involucrados por las grandes transformaciones sociales que arremete violentamente los estilos de vida y esencialmente las formas de ver y entender el mundo, provocan una inestabilidad existencial; generando un ambiente de desencanto que se manifiesta en los distintos aspectos de la vida personal y colectiva. Pero no olvidemos también que estas nuevas tendencias postmodernas tienen como finalidad mejorar las condiciones de vida, para lo cual, el hombre tiene a su alcance todo lo necesario que la misma ciencia y tecnología han creado y desarrollado para responder a las necesidades que tiene el ser humano para su realización. En el contexto socio – cultural los jóvenes son los que deben estar preparados para responder y defender con valor y decisión el derecho de ser sujetos y protagonistas principales de las grandes trasformaciones que vive el mundo. Pero como tenemos una educación que no responde a las exigencias de sus vidas, la masificación de los medios de comunicación social que adormecen su capacidad intelectual y el protagonismo inmediatista que genera un ser incapaz de triunfar y cambiar una mentalidad conformista y sentimentalista que impera en la nueva cultura del joven de hoy. 29 Pues, la educación es una condición necesaria para buscar el bienestar y el crecimiento económico, para mejorar las condiciones de vida de la población ecuatoriana, reducir los niveles de pobreza y los diferentes problemas que atentan contra la dignidad del ser humano. Por eso, necesitamos de una propuesta educativa que articule los diferentes componentes del sistema y formar hombres y mujeres capaces de solucionar problemas individuales y colectivos. 30 CAPITULO SEGUNDO 2. PROPUESTA EDUCATIVA JOSEFINA 2.1. El Carisma de Murialdo El carisma de San Leonardo Murialdo fue madurando progresivamente en las diversas circunstancias y en los acontecimientos providenciales que durante su vida realizó; todo está enraizado en la experiencia existencial de que Dios nos ama personalmente, en todo momento, de un modo infinito, actual y misericordioso. Para Murialdo la fe en Dios Amor se traduce en una actitud de confianza y de abandono en la voluntad de Dios en todas las situaciones de vida. Desde este amor a Dios, Murialdo sacó las fuerzas necesarias para dedicarse a la educación de los jóvenes pobres y abandonados. Ya desde los primeros momentos de su vida sacerdotal, Leonardo Murialdo se dedicó preferentemente a la solución de los problemas religiosos, morales y sociales de las clases más modestas; en particular trabajó por la educación de los jóvenes pobres y abandonados que estaban más expuestos a sufrir las consecuencias de los condicionamientos y desequilibrios de la sociedad29. Podemos ver claramente que Murialdo desde un principio se interesó por atender y trabajar para solucionar los problemas sociales de los jóvenes y de las obras de aquella época, especialmente se preocupó de la juventud que no tenía un núcleo familiar. Murialdo con su acción educativa, a partir de su experiencia del amor de Dios, se dedicó a educar con amor a quienes carecen de amor, de un núcleo familiar y que se muestran con actitudes inhumanas e hizo que muchos jóvenes adquieran una nueva identidad y en especial un nuevo estilo de vida. El carisma que Murialdo nos presenta puede convertirse en una buena estructura educativa para que pueda ser asimilada y también difundida a través de 29 Regla de la Congregación de San José, p. 7. 31 un tiempo y un espacio; sin perder su esencia y sus principios que se encuentran fundamentados en el amor actual, personal e infinito. Aquí “Murialdo se dio cuenta cada vez más que la formación de los jóvenes es fundamental para una eficaz promoción humana y cristiana del pueblo”30. Esto hizo que madurara en él la vocación de una entrega total a la educación de los jóvenes de las clases sociales en riesgos, de los abandonados y más necesitados de enmienda. Su intuición le llevó a comprender que la pobreza y la miseria pueden crear en el corazón de los hombres el resentimiento, la inseguridad y la indiferencia al trabajo; quiso por ello, que los jóvenes se especializaran en una profesión con el fin de ganarse el sustento y una posición honrada en la sociedad31. Murialdo fue verdaderamente un hombre que escuchaba y orientaba a los jóvenes que vivía en medio de los problemas y se preocupaba de los más necesitados. Acogía a jóvenes pobres, huérfanos y abandonados y les proporcionaba una adecuada formación cristiana y profesional, especialmente técnica. Su objetivo era que los jóvenes estén capacitados para enfrentarse a cualquier ambiente laboral. El se distinguió por tener una mentalidad abierta, voluntaria y, sobre todo, un gran amor para con ellos, es por eso que se entregó totalmente a la juventud creando un clima de armonía fraterna. Su carisma está centrado en el amor y en la completa dedicación a ayudar a crecer humanamente y profesionalmente a la juventud, ya que ellos son el futuro de una sociedad que toma nuevas identidades y estructuras para el ser humano. para corresponder al amor de Dios se pone al servicio de los jóvenes que vivían dentro de un mundo conflictivo y violento. Murialdo se convierte en un padre para estos jóvenes, porque los acoge y los ama de corazón, les prodiga cuidados paternos, afectuosos y amables, ya que estaba motivado por el amor infinito, actual y misericordioso de Dios. Pues él estuvo siempre atento a las necesidades de los jóvenes más pobres de su tiempo; a quienes nos ponemos en contacto con su carisma nos invita a mirar la realidad del mundo 30 31 Ibid, p. 7. Ibid. P. 11. 32 juvenil desde la óptica del amor y el deseo de transformar con amor esta realidad conflictiva. El carisma de Murialdo que se define a partir del amor de Dios y centrado en el joven pobre; confía en que el joven, cualquiera que sea su situación de miseria tiene energías y muchas ganas de superarse, educarse y hacerse responsable de su crecimiento y formación integral y, para ello, necesita ser amado, escuchado acompañado por alguien que transmita confianza y seguridad. 2.2. Naturaleza de la educación josefina La naturaleza educativa josefina se centra en los niños y jóvenes, sobre todo en los más necesitados, en aquellos que carecen de amor, dando una respuesta a sus deseos más concretos; afecto familiar, acogida y acompañamiento en su proceso de realización, es decir, educarles desde una formación holística a nuestros niños y jóvenes. Este tipo de educación tendría un criterio de totalidad, que interrelacione: la promoción humana con la evangelización, que integre lo humano, lo científico y lo espiritual. Una nueva promoción humana que vea en el trabajo productivo un medio para crecer en su dignidad de persona. 2.2.1. Base espiritual En una cultura donde se está dando más privilegio a los planteamientos científicos-técnicos y con una preponderancia al sentimiento, muchos de los jóvenes exploran en esta realidad una amplia gama posible de emociones y valoran sus experiencias espirituales y desde allí buscan vivir y expresar un marcado sentido espiritual en su actuar diario en una sociedad con crisis de proyectos históricos; y es por eso que muchos jóvenes tienen dificultades para poder asumir un proyecto de vida y de realizarse como verdaderas personas. La falta de sentido de la vida producida por la crisis de las ideologías y por la absolutización del modelo materialista-consumista, ha llevado a los jóvenes a buscar ese sentido en lo trascendente. Cuando los jóvenes descubren que Dios 33 los ama primero y tiene la iniciativa del encuentro mutuo, sienten la gran necesidad de conocer en la historia de las personas32. Al descubrir que Dios los quiere y que, por amor, les comunica su vida les va revelando progresivamente un proyecto original de vida cristiana; desde este amor de Dios los jóvenes aprenden a vivir un nuevo modo de ser y van organizando sus vidas en torno a criterios de fe, opciones de valores y actitudes evangélicas. La espiritualidad no viene a ser un mero conjunto de prácticas espirituales sino una irrupción insospechada y transformadora de Dios que se hace presente en la vida de toda persona, con amor personal y misericordioso. En nuestro contexto, muchos jóvenes que se encuentran desorientados, viviendo una vida sin sentido y lo que es más preocupante la desintegración familiar se presenta difícil inculcar una espiritualidad que motive a la superación de vida, y, especialmente, infundirles un espíritu de amor que Murialdo transmitía e inculcaba a sus jóvenes. Entonces lo primero que los educadores debemos captar es sus preguntas, necesidades y cómo Leonardo Murialdo saber responder a sus necesidades primarias y a través de ello llevarles al amor de Dios. A partir de esta situación entender que la educación murialdina es un proyecto de Dios para salvar a los jóvenes descarriados y más necesitados. “Como Murialdo debemos anticiparnos a las necesidades de los jóvenes, y saber estar dónde se nos necesita y con los que más nos necesitan”33. La espiritualidad es la vida interior de la relación del hombre con Dios, un concepto que engloba toda experiencia que nos hace gustar el Amor de Dios y que debe ser el motor en la que unifica y da sentido a la vida. Esta espiritualidad y el amor de Dios se debe vivir en el propio tiempo y espacio. Como educadores nos toca ser en la sociedad signos visibles, afrontando los desafíos de nuestro tiempo, es decir, ser las manos de Dios para cumplir su plan, de acuerdo a la lectura de los signos de los tiempos. Para eso es necesario saber leer la historia y abandonarnos en la Divina Providencia. 32 33 AUTORES VARIOS, Civilización del Amor Tarea y Esperanza, ps. 322-323. AUTORES VARIOS, Espiritualidad Juvenil Murialdina, p. 58. 34 Para Murialdo la fe en Dios-Amor se traduce en una actitud de confianza y abandono en la Divina Providencia en todas las situaciones de la vida y, del amor de Dios sacó sus fuerzas para dedicarse a la educación de los jóvenes pobres y abandonados. La convicción que Murialdo sostuvo durante toda su vida: “Le fe nos dice que Dios nos ama, que él no nos olvida jamás, que nos acompaña y nos cuida siempre, por lo cual todo viene de Dios, entonces todo va bien”34. Toda esta convicción de Murialdo, de haber descubierto ese amor que nos tiene Dios a cada uno de nosotros, le llevó a la convicción profunda de que Dios nos ama con un amor: eterno, infinito, gratuito, personal, misericordioso y actual. La clave o el centro de la espiritualidad en la educación josefina es el amor misericordioso de Dios, como una base para educar al joven que vive inmerso en un contexto socio-cultural violento, conflictivo y difícil de adaptarse a las nuevas estructuras sociales. El foco central de la espiritualidad de Murialdo está en resaltar el amor infinito de Dios en cuanto es personal y sobre todo actual. Y la consecuente convicción, más vivida que teorizada, que, con el mismo amor, infinito, personal y actual se debe, como respuesta, amar a Dios y a los hermanos35. Este amor de Dios, porque es infinito alcanza al hombre en lo profundo de su ser, es decir de su persona individual inmersa en su actualidad. Este amor como una gran respuesta debe llevar al hombre de hoy a encontrar a Dios como persona. El don de Dios hace de sí mismo que este amor infinito se done en su totalidad, con gratitud y fidelidad absoluta. Porque está presente y operante en todas las circunstancias de tiempo y lugar en el cual se encuentran todas las personas. Pues desde esta perspectiva el estilo educativo de Murialdo se basa en la construcción de una espiritualidad propia que otorga significación a las acciones y al mismo tiempo determina las decisiones pedagógicas contextualizadas en un tiempo y lugar determinado que define la dimensión integral y trascendente del hombre. Al hablar de espiritualidad Murialdina entendemos el conjunto de principios, ideas, sentimientos y modelos de comportamiento a los discípulos 34 35 FOSSATI Giuseppe, Orar para ser, p. 17. SALVATI Roberto, Espiritualidad de Murialdo, p. 3. 35 de San Leonardo Murialdo en su deseo de ser fieles al Espíritu Santo en la acción educativa36. En un sentido amplio, la espiritualidad es todo un estilo de vivir la existencia, guiada por los valores fundamentales del ser. Esto exige un gran compromiso a nosotros como educadores de sentirnos parte activa de la sociedad, abiertos a todos y atender a la nueva cultura juvenil que se manifiesta con unos nuevos comportamientos que desvalorizan su condición humana y su espiritualidad que debe ser la base para la realización de la persona. Por eso, muchos jóvenes buscan a veces, el calor en un pequeño grupo y, otras veces, la energía de los grandes encuentros, es así que los jóvenes siempre necesitarán ser acompañados por un guía capaz y experimentado, que ayude a desarrollar todas sus potencialidades. Si nos sentimos amados y perdonados por Dios, en camino, llamados a ser la luz, y sabemos vivir nuestra fe con confianza y alegría, viviendo en familia, entonces seremos capaces de transmitir a los jóvenes más necesitados el amor inmenso de Dios con nuestro ejemplo, trabajo y sevicio37. Ante la situación actual que atraviesa el continente exige la búsqueda de alternativas para poder alcanzar una verdadera promoción humana y una nueva cultura de comunión y participación, pero para ello necesitamos jóvenes nuevos con una nueva espiritualidad donde sean capaces de asumir sus funciones, roles, necesidades, comportamientos y actitudes en su existencia y en la convivencia social. 2.2.2. Base filosófica La necesidad de ubicar la educación en una experiencia acorde a la evolución general del saber y de la sociedad otorga un lugar preponderante a la enseñanza de la tecnología y su ubicación en el conjunto del saber. Esta situación conlleva a la necesidad de incorporar una adecuada comprensión de las transformaciones socioculturales que el uso y difusión de la tecnología traen aparejados. En esta tarea cobra especial importancia la Filosofía la cual permite comprender el mundo y la vida, descubrir con mayor seguridad la verdad del conocimiento para así poder hallar fines prudentemente asignables a la existencia. 36 DONCEL Pedro, Fundamentos Espirituales de la Pedagogía, en, AUTORES VARIOS, Per tener vivo il pensiero Pedagógico, p.215. 37 AUTORES VARIOS, Una spritualitá per educare, p. 63. 36 Múltiples son las razones que hablan de la importancia que la Filosofía adquiere en la educación de los jóvenes y adolescentes. Esta puede contextualizarse en el marco de la transformación educativa que verdaderamente necesita nuestro país y así mejorar las condiciones de vida de muchas personas que no encuentran sentido a su existencia. Muy variadas, y no siempre adecuadas, son las formas de concebir e interpretar a la filosofía de la educación en el transcurso de su larga historia. Entre ellas podemos encontrar su comprensión como la enseñanza del pensamiento filosófico en el contexto de la educación en general o en los cursos que preparan a profesores, como sistema teórico o escuela de pensamiento que reflexiona acerca de las bases o significados formativos y/o existenciales de la educación, como modo de vida o comportamiento al interior de la escuela o del proceso docente, como disciplina sobre la apreciación de valores en la educación38. La filosofía así entendida conlleva la perspectiva de la activa relación del hombre con la realidad; que su objeto de estudio se encuentra conformado por el análisis de la universalidad de la interrelación humana con el mundo en su doble determinación material e ideal a la vez objetiva y subjetiva. Finalmente, podemos considerar que la Filosofía cumple con la función de contribuir a la formación de un espíritu crítico en los alumnos, que les permite observar la realidad desde diferentes perspectivas, contribuyendo a través de la educación a la formación de una sociedad más tolerante y justa. Dentro de esta fundamentación filosófica se debe tener en cuenta la parte ontológica la realidad que se manifiesta al sujeto, la misma que se vuelve difícil de comprender y asimilar la realidad, pues esta existe fuera de la mente del sujeto cognoscente porque está en una continua transformación; por eso es que las verdades científicas no son absolutas y definitivas, sino perfectibles y relativas. Pues con esta tendencia al joven se le vuelve difícil comprender su entorno sociocultural. Para ello el joven debe aprender a conocer e interpretar la realidad que se va manifestando en su vida. Pues, epistemológicamente hablando, el conocer no debe 38 CARLA, Cittón. Filosofía y educación : ¿Cuál es la expectativa?, 2000. en http://www.didacticahistoria.com/didacticos/did02.htm 37 quedarse en una simple información o transmisión de datos, sino en una interrelación entre el sujeto y el objeto, en una forma dialéctica, porque la realidad acciona en la mente para construir pensamientos, y los pensamientos reaccionan para cambiar la realidades y, conocer es transformar al objeto y al sujeto, y se lo hace con un criterio de totalidad concreta. Porque para comprender los fenómenos hay que interrelacionar factores sociales, políticos, económicos, culturales que intervienen en el proceso de la investigación. Es un proceso de permanente interrelación, el hombre que conoce y la realidad conocida se influyen mutuamente, trasformándose en la medida en la que el hombre aprehende la esencia de la realidad y dicha realidad se hace más objetiva y clara en sus diversas dimensiones39. La educación debe fortalecer el conocimiento que favorece el desarrollo de las potencialidades mentales de los individuos en su contexto y de esta manera puedan estar preparados para afrontar a una realidad globalizante, única y totalizante que ya se va presentando al hombre como tal. La finalidad de la educación no es simplemente producir ciencia, sino que se preocupa también por formar personas en sentido integral, que sean capaces de cuestionar y aportar con ideas; y de esta manera buscar la transformación de la sociedad, el mejoramiento y la calidad de vida. Y por lo tanto, debe ser una educación que impulse el desarrollo de la persona desde la práctica de valores; y de esta manera el joven pueda prepararse para insertarse, adaptarse y contribuir a los cambios significativos que se va produciendo en la sociedad. La educación, que tiene como fin alcanzar una formación integral de la persona, debe tomar en cuenta todos sus aspectos y dimensiones que conforman al ser humano, esto permitirá al ser humano desarrollarse en un plano de equidad y en una sociedad donde puedan realizarse como personas, únicas y responsables de su propia vida. 2.2.3. Base socio-política Una base socio-política donde la educación enseñe como ser sujeto de la historia y así deje de ser un instrumento mecánico de las clases hegemónicas, que 39 AUTORES VARIOS, Educación y trabajo, una alternativa del presente con perspectivas al futuro, p. 30. 38 busque un humanismo cosmopolita, que sepa romper las ataduras de la dependencia socio-políticas, y que más bien sea un agente que contribuya significativamente en la construcción de una sociedad pluralista, solidaria, tolerante y fundada en el reconocimiento del otro, de las ideas alternativas y de la aceptación de las diferencias, para lograr un ser humano que tenga conciencia social, en la comprensión de que la ecuación es una práctica, cuya finalidad es la formación integral del ser humano y la transformación social. La educación hoy más que nunca tiene que asumir la gran responsabilidad de educar a esta nueva cultura juvenil desde una verdadera formación integral donde contemple la parte académica, lo social, lo económico, lo político y cultural, de tal manera que el joven vaya asumiendo desde ahora el reto de ser responsable de los cambios fundamentales que requiere la sociedad y el mismo país. Se entiende como formación integral, cuando el saber pensar, el saber ser, el saber hacer y el saber vivir con los demás, den como resultado el crecimiento y desarrollo de la persona, con la consecución de una ciudadanía crítica y capaz de participar en las estructuras más amplias de poder que conforman la vida pública. También el Estado es responsable de que los jóvenes tengan una educación pública de calidad, que sea gratuita sin discriminación con el fin de que todos tengan la oportunidad de educarse y poder sobresalir en su vida. Pero su finalidad está en formar personas conscientes y con un pensamiento de que la sociedad necesita de nuevas reformas políticas que promuevan la justicia y la equidad social. Así, el sujeto tenga más participación democrática en los distintos elementos constitutivos o en las mismas estructuras sociales que se presentan y que nos toca vivir en un país democrático. Por eso es necesario que el joven hoy tenga conocimientos generales sobre los asuntos socio-políticos de su país para promover su desarrollo y el bien común, esto es importante porque hay muchos jóvenes que desconocen las leyes que promueven y protegen sus derechos de ciudadanía. Ante todo resulta indispensable el protagonismo del movimiento social, como eje convocante en los trabajadores y trabajadoras de la educación, para que estas políticas puedan consolidarse y, a la vez, abrir paso a las propuestas que 39 comiencen a concretar un nuevo modelo de educación, que garantice plenamente los derechos de los principales sujetos involucrados en la práctica educativa. A los alumnos y alumnas, a tener las condiciones adecuadas para un aprendizaje para la vida y la libertad plena. La formación política debe proporcionar los instrumentos necesarios a toda la ciudadanía para ser miembro activo, participativo y comprometido con la sociedad. La formación política debe facilitar los instrumentos para entender las bases organizativas y el funcionamiento de la sociedad democrática, con sus luces y sombras y, también debe preparar a los ciudadanos para el compromiso social y la participación política40. En definitiva, la finalidad básica de una educación política es que esta debe conducir a que los jóvenes comprendan y asuman que un sistema político democrático que se basa en la igualdad de derechos de todos los hombres y mujeres sin ningún tipo de discriminación y, concienciar de que debemos participar de una manera consciente, coherente y responsable en una sociedad democrática. De esta manera lograremos que los niños y los jóvenes de hoy puedan comprender y entender el mundo, a su forma de ser y a su manera de actuar. La educación como un proceso social y vital que facilita al alumno los recursos para aproximarse al conocimiento científico, las estrategias para activar todas sus capacidades de comprensión, de razonamiento, de valoración crítica y de relación, y la capacidad de desarrollar actitudes y valores basados en los principios de igualdad, de justicia y de la libertad que constituyen los pilares fundamentales de un sociedad democrática41. Actualmente, se necesita una educación socio-política que se centre en la formación de ciudadanos comprometidos, responsables, autónomos; con la capacidad de adquirir compromisos sociales, personales y colectivos para mejorar el futuro y así contribuir a la formación de una sociedad más justa y libre. Pues, hoy a la educación le corresponde capacitar al alumnado para ayudar a situarse en el complejo mundo globalizado, en el que se han roto las fronteras de la información, de la comunicación y del aprendizaje. 40 CORRAL Botella, La Democracia y sus retos en el siglo XXI: elementos para la formación democrática de los jóvenes, p. 157. 41 Idem., p. 104. 40 2.2.4. Base antropológica Una antropología educativa que indague sobre el ser humano como educable y educando, que se preocupa acerca de cómo se educan los seres humanos en una cultura concreta, es decir, cómo la civilización se van transmitiendo de generación en generación. Pero debemos considerar que la antropología contemporánea ha hecho grandes méritos por recuperar la dignidad y sentido de la persona humana. Frente a la naturaleza, a la cultura, a una conciencia de mundialidad que ve al sujeto un ser capaz del progreso, de la relación interpersonal, de la creación de una cultura justa, de paz, de solidaridad, de atención a los más pobres que buscan ser ayudados para superarse. Una base antropológica que nos permita conocer las diversas condiciones en las que se va desarrollando el ser humano; una antropología que tome como centro el significado del hombre, esto es, el sentido de su existencia y la dirección en la que tiene que realizarse. Desde esta concepción la educación debe proyectar al joven hacia el ser hombre, el ser persona porque el ser humano debe estar siempre orientado al desarrollo integral. Ante la gran realidad por la que atraviesa la juventud, con sus nuevas actitudes y comportamientos que degradan la condición humana, la educación debe tomar en cuenta que el joven se va formando dentro de la gigantesca expansión de la cultura técnico-científica y de un mundo completamente globalizado. Por eso urge a la educación hacerse la pregunta qué tipo de ser humano queremos transformar para mejorar las condiciones de vida?, un ser humano que va perdiendo su identidad, sus principios y valores, un hombre influenciado por la cultura Light que incide directamente en el comportamiento de la persona. De ahí la necesidad de una antropología educativa que nos permita poseer los elementos indispensables para orientar con acierto, de un modo plenamente humano, conforme a nuestro verdadero ser, el quehacer educativo. Puesto que se busca mejorar nuestra visión de ser humano, que para ello debemos esforzarnos de modo continuo, infatigable y permanente en nuestra forma de educar. Es así que la 41 antropología ayudaría a comprender la complejidad de los comportamientos humanos y al mismo tiempo proporcionar los medios o instrumentos necesarios y utilizables para regular la vida del hombre. A este propósito, resulta central adoptar una visión del ser humano equilibrada, a partir de sus diversas dimensiones y de su realidad. Existe una íntima vinculación entre la propia concepción filosófica o antropológica y la forma de educar. Cuanto más honda, certera y fecunda sea nuestra visión del ser humano, mejor podremos orientar y desarrollar nuestra labor educativa. Esto, dado que tendremos entonces la capacidad de proponer un horizonte, para la educación, más ajustado a la realidad del ser humano42.. Al interior de esta mencionada vuelta antropológica que se ha venido dando a lo largo de la historia, el pensamiento pedagógico está empezando a ofrecer nuevas modalidades de encuentro y de diálogo entre los individuos, nuevos lenguajes que permitan comprender y reconocer al otro y aplicar estrategias que permitan valorar la dignidad que tiene el hombre. Lo que hoy se requiere es educar al hombre en la recuperación de verdaderos y altos ideales que le hagan más digno, libre, comprometido, útil, inteligente, capaz de discernir lo que es bueno y lo que es malo, tanto para él como para los demás. En definitiva, lo que se trata es de educar al hombre para que luche por sus ideales nobles e imperecederos, porque son estos valores los que otorgarán una verdadera felicidad que requiere de mucho esfuerzo, trabajo e ilusión, es lo que está faltando a esta nueva generación. En efecto, nunca ha sido tan amplio y tan especializado como hoy el desarrollo de las ciencias del hombre: biología, medicina, psicología, sociología, economía, política, etc., que intentan aclarar la enorme complejidad del comportamiento humano y proporcionar los instrumentos necesarios y utilizables para regular la vida del hombre43. Desde todas estas perspectivas que se van nombrando podemos ver que el joven se enfrenta cada día a un mundo de problemas y decisiones que debe tomar y al problema de la ausencia de sentido, a una existencia sin esperanza, que le impide sobresalir de sus condiciones de vida. Al vivir en medio de un mundo tecnificado y 42 43 BARRACA Javier, Una Antropología Educativa Fundada en el Amor, p. 21. GEVAERT Joseph, El Problema del Hombre, Introducción a la Antropología filosófica. p. 11. 42 globalizado que le ofrece una elevación fascinante de superación del nivel de vida, pero al mismo tiempo estas grandes tendencias en parte deshumanizan y despersonalizan al hombre. También se puede presenciar que los excesos de miseria y pobreza humana han llevado a una deformación de la imagen del hombre. Nuestro modelo educativo josefino está centrado en la persona humana, redimida y liberada por Cristo, llamada a reconstruir al hombre, creado a imagen y semejanza de Dios y a responder a su amor. Por ello nuestro estilo educativo no puede buscar otra cosa que no sea el progreso humano, moral, espiritual, técnico y científico del niño y del joven. Con el fin de impulsar la formación humana del joven, donde éste se acepte a sí mismo y sea capaz de aceptar a su entorno social. Así, como Murialdo enseñó al joven a caminar hacia su verdadero destino de hombre y de cristiano, en medio y a través de la sociedad en la que le tocaba vivir y de un joven desheredado hasta de sus mismo padres y excluido de la sociedad, es capaz de construir un hombre libre y un ciudadano que colabora con los demás. Este sería el gran desafío que la educación tiene para con el joven que hoy se presenta desorientado, atado a muchas cosas que le presenta el mundo y especialmente sus problemas psicológicos, afectivos y sociológicos. 2.3. Finalidad de nuestra educación La educación tiene la finalidad de capacitar al sujeto para que alcance su fin último, su realización como persona, mediante acciones libres y moralmente rectas. De esta forma le permita alcanzar a la persona o al joven una madurez más humana en todos sus aspectos, formando como decía Leonardo Murialdo, honestos ciudadanos y buenos cristianos, integrados en un mundo donde luchen por la justicia y los derechos que tiene toda persona. 2.3.1. Centralidad de la persona Esta centralidad de la persona y de su dignidad debe ser tomada muy en cuenta en la acción educativa. Porque cada persona está llamada a vivir una vida plenamente humana y para alcanzar esta plenitud humana no puede prescindir de Dios y de los otros. 43 La acción educativa debe aportar en la transformación de los criterios de juicio, de las líneas de pensamiento y de los modelos de vida de la humanidad, desde una concepción que postule la centralidad de la persona. Para ello hay que afirmar la calidad de educación que logre responder a las nuevas exigencias que presenta esta nueva cultura juvenil. Dentro de los procesos que tiene la pedagogía y la metodología primero tomamos en cuenta al ser humano, es decir, la parte humana, el cual vive una serie de conflictos que necesitan un tratamiento para generar una nueva forma de relacionarnos hacia la construcción de personas que sean capaces de mirar al futuro y vivir en forma ética e integrada y así generar procesos de sensibilización humana. Dado que el ser humano es persona, posee un valor incomparable. Este valor arranca de su ser único e irrepetible, de su inimitable ser propio. Debido a esto no es reemplazable, como una cosa por otra. Todo ello en su más hondo sentido, procede del hecho de que en el origen de la persona se halla un amor incondicional44. Además, la persona participa de la naturaleza racional que alberga la potencia de su inteligencia, del sentimiento y de la voluntad, por ello debe ser respetada su dignidad, libertad y sus Derechos Humanos y no ser instrumentalizada o manipulada. Esto, porque la persona es un fin y no un instrumento. Por este motivo el futuro de la educación debe conceder en lo posible a cada persona una atención especial, adecuada a su ser único. El joven, con su propia libertad y como un ser único e irrepetible está siempre al centro de nuestro interés educativo. Por eso, para Murialdo el fundamento de su experiencia educativa, tiene como punto de partida la persona humana, considerada en todas sus dimensiones. Pues, trató de centrar su atención y su obra de educar en la persona, por lo tanto, su sistema pedagógico que utilizó es actual, desde esta perspectiva la pedagogía de nuestros días también debe estar centrada en el hombre, especialmente en el joven de hoy, cuyo valor reside en su ser persona. Pero hoy con el conocimiento de las ciencias humanas, de las metodologías, de las técnicas que nos ayudan a conocer más profundamente al joven y al mismo 44 BARRACA Javier, Op.Cit. p.34. 44 tiempo para operar educativamente; en un patrimonio de conciencia que los educadores tienen que poseer, el cual tiene que ser puesto al servicio de nuestra juventud. Todo joven tiene siempre la potencialidad de crecimiento y el educador es quien descubre y ayuda a desarrollar estas potencialidades en sintonía con sus exigencias; para lo cual es necesario que el educador tenga una gran cercanía y amistad con el educando. Esto permitirá que el joven tenga una mentalidad abierta a su realidad y por sí mismo sea capaz de superarse y auto-realizarse. La acción de Murialdo se funda sobre un profundo respeto y apreciación de la personalidad del joven. Esto lo lleva a la valorización de las potencialidades que expresa y acrece en la educación como posibilidad de crecimiento total del joven45. Lo que hoy se busca es que la parte educativa trate de responder a las exigencias concretas del joven, con un proyecto que se funda a partir de sus potencialidades, el mismo que tiene como objetivo responder a lo que los jóvenes esperan haciéndoles madurar y buscando siempre una orientación que esté encaminada a la valoración de la persona como un fin. Así pues, la educación debe ir engendrando una actitud de esperanza fundada sobre los resultados posibles y sobre todo tomando en cuenta la pedagogía del amor que Murialdo la practicaba, por eso conocer y amar a una persona es conocer y amar sus promesas, posibilidades y capacidades. El educador entonces mira al joven desde el punto de vista del futuro, ve en él lo que podrá llegar a ser. El secreto de la pedagogía Murialdina consiste en colocar en el centro de la atención a la persona del joven y la joven como tal. Ni las actividades, ni las estructuras, sino la persona tal como es y como viene. “Y alrededor de ella conjugar con el corazón verbos tan sencillos como “estar” (acogida) “crear lazos” (socializar), “recrear la vida” (educar), “Implicar” (comprometer) y “proponer” (Interrogar-evangelizar)”46. 45 AURORES VARIOS, Una spiritualità per educare, p., 25. DONCEL Pedro, Orientaciones fundamentales del futuro de la Pedagogía Murialdina, en, AUTORES VARIOS, Per tener vivo il pensiero Pedagógico, p. 390. 46 45 Todo ello se va construyendo a partir de una estrategia del encuentro personal y de la relación interpersonal. Una de las estrategias educativas sería el contar con los jóvenes para todo, creando un espacio y un ambiente joven que sea positivo donde todos sean protagonistas de los procesos como pensar, programar, idear…; de las intervenciones en actividades, reuniones, campañas… y de las responsabilidades que les comprometa. Esto debería ser uno de los retos para la educación del siglo XXI. 2.3.2. Dimensión comunitaria La persona por su misma naturaleza humana está encaminada a vivir dentro de un ámbito comunitario (familia, educación escolar, trabajo, sociedad) porque el ser humano siempre estará en contacto con sus semejantes. De esta manera, la persona adquiere esta dimensión comunitaria, en cuanto es un sujeto de relación, es decir, de comunicación y de encuentro. Pues, el ser humano siempre va a necesitar de los demás, alguien con quien comunicarse, relacionarse y especialmente de alguien que le ayude a alcanzar su perfección, realización y su propia felicidad como verdadera persona; ya que los seres humanos estamos hechos para vivir en comunión con los otros. La naturaleza racional humana nos mueve también a la relación con los otros, de un modo muy especial. Esto porque nuestra naturaleza contingente, el que constituyamos una persona finita y no perfecta, nos impulsa a buscar la perfección, el desarrollo o realización, la felicidad, en relación o colaboración con otras personas, que coadyuven a este fin47. La capacidad de encontrarse con el otro, hacerse cargo del otro y compartir la experiencia reconociendo en el otro como un compañero de viaje de la vida, esto viene a ser una experiencia vivencial muy directa que conjuga la sensibilidad para desde allí percibir las necesidades y disponibilidades de saber actuar. Así la práctica comunitaria viene a ser un servicio social en cuanto tiende a velar por el bien común de este ser humano. Sabemos que este bien común, que está perseguido por la sociedad, debe integrar siempre el bien personal. 47 BARRACA Javier, Op.Cit. ps. 41-42. 46 Esto nos debe llevar a considerar que el ser humano está siempre en camino hacia la plenitud de su existencia en todas las dimensiones en una historia concreta, en un ambiente socio-cultural concreto, y que es aquí donde el bien común se hace presente en condiciones que promueve el desarrollo de la persona (relaciones, condiciones, sistemas, estructuras…) que se encuentra dentro de la sociedad. La persona busca comunicar su bien o perfección a otras; desde esta perspectiva la educación no posee sólo un sentido puramente personal sino también social, la misma que debe tener como objetivo trascendente facilitar el desarrollo, espiritual y material, de sus miembros, su felicidad como parte central de la formación humana. Pero la persona crece ya desde pequeño en un ambiente comunitario, empieza por la familia quienes vienen a ser la primera comunidad educativa donde el niño o el joven empieza a adquirir valores y principios que van a orientar su vida, luego está la comunidad educativa que se interesa por la formación intelectual y el desarrollo de sus potencialidades y, finalmente, la comunidad social donde es un testimonio de vida ante los demás. De esta manera la educación tiene que valorar la dimensión comunitaria porque el joven hoy necesita el acompañamiento y la acogida de sus semejantes para su formación integral, especialmente para construir su personalidad. Nuestra acción educativa tiene una profunda dimensión comunitaria en realidad está confiada a la comunidad josefina, que está llamada a desarrollar siempre más el apostolado en unidad de pensamiento, de acción y de amistad para formar una familia educativa comprometida con los jóvenes48. La acción educativa debe ser más comunitaria, más participativa de las vicisitudes humanas, más atenta a la delicadeza de las relaciones con el fin de servir a los jóvenes en un clima de fraternidad, acogida y un acompañamiento continuo y de esta manera superar en gran parte el individualismo y la indiferencia que impera en nuestra realidad juvenil. También lograr que el joven sienta gusto, amor de educarse dentro de dicha institución y no opte por otros lugares donde se pisotee su dignidad. 48 AURORES VARIOS, Op. Cit., p., 27 47 En realidad, los jóvenes buscan muchas veces el calor del pequeño grupo y el de los amigos; es allí donde encuentran la ocasión propicia para construir su personalidad confrontándose con sus coetáneos. Encuentra un ambiente de amistad, de confianza, de escucha y de ser libre para expresar sus situaciones de vida. Al contacto con los propios compañeros, el joven encuentra criterios de vida y orientaciones prácticas, desde hechos y experiencias ya vividas. Siempre, para el joven, el grupo representa un camino para recomponer la fragmentación que amenaza continuamente su vida. De esta manera el joven de hoy busca superar los momentos tos de soledad, angustia y fracaso, que es parte del desarrollo personal, dentro de una institución educativa, o en pequeños grupos. Nuestra acción educativa parte desde una visión comunitaria, en cuanto nos preocupamos por el otro; por este joven, especialmente pobre quien necesita ser parte de la sociedad, salir de sus esquemas mentales que no le permiten sobresalir de sus condiciones de vida. Por eso nuestra educación tiene presente que el pobre muchas veces no participa en la gestión del bien común no porque no quiera, sino porque le falta los instrumentos fundamentales para llegar a ser sujeto social. Desde nuestro proyecto educativo josefino que tiene una visión comunitaria en la que todos debemos ser los protagonistas, responsables y actores de la gran tarea o labor educativa, que es la de ayudar, orientar y formar a la juventud que se presenta con nuevos problemas y dificultades para su realización y su formación integral. 2.3.3. Espiritualidad Josefina La espiritualidad josefina está fundamentada en la espiritualidad bíblica y la de Murialdo que consiste en el amor misericordioso de Dios y el abandono a la Divina Providencia que son las bases primordiales que sostienen y orientan la acción educativa y la fuerza para llevar adelante la gran tarea de ser testimonios del amor misericordioso de Dios a los más humildes y necesitados. El josefino por esta espiritualidad heredada de Murialdo está llamado a hacer presente, en medio de los jóvenes pobres y abandonados, a Cristo que ama y se interesa por ellos. 48 Desde los orígenes de la Congregación de San José tuvo en la Iglesia la misión específica de dedicarse a los jóvenes pobres, abandonados y más necesitados de ayuda y educación cristiana. Fieles a este carisma, los hermanos siguen haciendo presente en la Iglesia el misterio de Cristo que ama a los pobres y bendice a los niños, prestando toda su atención y sus fuerzas sin reserva alguna49. Al igual que la experiencia del amor misericordioso de Dios que tenía Murialdo para educar, el josefino tiene su origen y su realidad en esta certeza de saberse amado por Dios y a tener un amor misericordioso y acogedor para los jóvenes, de preferencia los más pobres y abandonados. Por ello el josefino se entrega a la formación y a la promoción de la juventud y, sobre todo, a luchar contra la mediocridad, la superficialidad, la desilusión y la desvalorización de lo humano. De la experiencia del amor misericordioso de Dios, Murialdo enseña al josefino a saber amar verdaderamente a los jóvenes que más necesitan del amor, la acogida y la comprensión. Esto provocará que el joven pueda tener más confianza, saber que tiene un amigo que le escucha y orienta su vida. El josefino se inserta entre los jóvenes de hoy, vive su experiencia con el mismo espíritu que Murialdo vivió, se siente uno más de ellos para poder sacar de la difícil situación en la que ellos viven, convirtiéndose así en sus mejores amigos bajo el signo de un gran amor que Murialdo nos enseñó, amar desinteresadamente e infinitamente50. Toda esta realidad nos lleva a una verdadera opción de amor por el joven pobre y marginado, lo que exige hacer un verdadero esfuerzo para descubrir sus valores, valorizar sus intereses y esperanzas, poder estar al tanto del acontecer de su vida concreta, saber asumir sus límites (personales y culturales), estar en la capacidad de responder a sus necesidades fundamentales, de asumir sus lenguajes, etc. esto permite conocer su realidad y tener un punto de partida para encaminar al joven hacia un nuevo estilo de vida. Dentro del ámbito educativo el josefino debe manifestarse y al mismo tiempo ser un apóstol transparente del amor misericordioso, tierno y paciente de Dios. Pues, en el josefino el carisma espiritual y el apostólico están estrechamente relacionados con el amor misericordioso de Dios, ya que Dios es quien obra en el corazón de cada persona y nosotros estamos llamados a colaborar con El. 49 50 Constituciones, 45. PAREDES John, Tesis de Licenciatura, El Perfil del Educador Josefino, p. 53. 49 Debemos estar convencidos, además, de que el Señor es el que obra en el corazón del hombre, por ello debemos estar animados y sostenidos por una gran confianza en El. Confianza que no elimina nuestra responsabilidad ni nuestro empeño para perfeccionar nuestros métodos educativos y valorizar todos lo medios idóneos51. Murialdo nos invita a que vivamos la espiritualidad como un estilo evangélico de vida, que implica todas las dimensiones de la persona y de la vida cotidiana. Hoy es necesario que esta espiritualidad josefina vaya encarnándose en la realidad juvenil, especialmente en la realidad del joven pobre que carece de afecto, de orientación y en particular de identidad y personalidad. Una característica específica que debe resaltar en nuestra educación es la capacidad de poder intervenir en las causas de la pobreza de los jóvenes de nuestro tiempo y también tener la suficiente capacidad y eficacia para intervenir en el mundo que hoy vivimos, esencialmente de la nueva cultura de la cual somos parte. En realidad lo que hoy hace falta es una formación humana partiendo de lo espiritual, porque ésta asume toda su corporeidad, sus conductas, sus actitudes, sus relaciones y que les de un sentido de respeto y valoración de su vida. De ahí que, educar desde una espiritualidad es educar en valores y virtudes. Conclusión Es necesario tomar en cuenta que los jóvenes necesitan de una formación cristiana y espiritual, valorizando siempre en ellos lo más fundamental que es la dignidad humana, por cuanto son imágenes vivas de Dios. Y así, el joven especialmente pobre, pueda asumir plenamente su vida y viva convencido de que la verdadera humanidad se encuentra centrada en la vida misma de Cristo. El estilo educativo josefino se encamina a la formación integral del joven, tomando como modelo la experiencia pedagógica de Murialdo que se fundamenta en el amor misericordioso de Dios y en el abandono a la Divina Providencia, ya que este joven de hoy que se muestra con varias dificultades en todas sus dimensiones 51 FOSSATI Giuseppe, Tras la huellas de Cristo, p. 228. 50 (personales, familiares, sociales y culturales) que no le facilita poder realizarse completamente como persona capaz de transformar la realidad, de impulsar el desarrollo de la sociedad y de mejorar sus condiciones de vida, esencialmente su personalidad e identidad; se nos presenta como una alternativa este estilo pedagógico josefino. 51 CAPITULO TERCERO 3. LA EDUCACIÓN ACTUAL Y EL JOVEN POBRE 3.1. Importancia de la educación para el joven La educación es totalmente un hecho inherente en la persona humana. Es una actividad que tiene por fin formar, dirigir y desarrollar la vida humana para que logre llegar a su plenitud. Partamos de la definición etimológica que se da a la educación: viene del latín educare: criar, alimentar, nutrir; y educere: conducir, llevar, sacar fuera. Por lo tanto, la educación en una concepción actual, es la formación y desarrollo de las capacidades intelectuales, físicas, espirituales de la personalidad del hombre; es decir, educar es formar un hombre culto, libre, apto, para vivir y participar activa y conscientemente en la formación de una sociedad igualitaria y justa. El objetivo de la educación es mover al individuo de una situación heterónoma a una autónoma, con el fin de formar hombres libres, conscientes y responsables de sí mismos, con una conciencia moral capaz de asumir sus propias determinaciones, y discernir entre el bien y el mal52. La educación es el ámbito apropiado para favorecer su pleno desarrollo y realización de la nueva cultura juvenil, así como de ayudar a prevenir las situaciones de indignidad y esclavitud que avocan las diferencias, egoísmos e injusticias sociales. Pues, el fin de la educación siempre debe estar encaminado a la formación y al pleno desarrollo e integral de la personalidad del joven, y en todas sus dimensiones que le configuran como persona y le ayudan a la apertura y la relación con los otros y con la misma sociedad. La educación a más de ser transmisora de saber, de cultura y de socialización, también se presenta como un lugar de vida, y, por la misma razón, debe estar 52 PAREDES John, Tesis de licenciatura: El Perfil del Educador Josefino, p. 2. 52 orientada y preparada para vivir y para convivir, de forma que al joven se le entrene para la vida, para desarrollar su propio proyecto de vida y se le capacite para convivir construyendo unas relaciones con mayor densidad y calidad humana. La educación es el proceso por la cual el hombre va adquiriendo las capacidades necesarias, para alcanzar su finalidad, pues la educación tiene la gran tarea de perfeccionar las potencialidades específicamente humanas; también sus dones y cualidades que el joven debe aflorar para el crecimiento de su autoestima, su aceptación y valoración personal, especialmente el sentido de responsabilidad y de la toma de decisiones. El joven pobre vive su realidad en un cúmulo de exclusiones, que genera una persona que poco a poco se va encerrando en sí mismo, se va aislando, se dispersa, es así que a este joven su pobreza le afecta a nivel psicológico, afectivo, cultural, social, político… originando un estilo de irresponsabilidad, porque su experiencia cotidiana lo reduce a la pasividad, a la falta de compromiso e incluso se ve caído en la pobreza de iniciativa, de proyecto de vida, de sentido, de identidad y de superación. Este joven pobre es quien tiene carencias de tipo moral, ético y espiritual. Pues, pobres son los jóvenes que han perdido su esperanza, los hijos de familias separadas o de los que han emigrado, excluidos de la sociedad, los que viven en ambientes infrahumanos, los que carecen de una buena personalidad y de un alto espíritu de superación. Hay que ayudar a los niños y jóvenes teniendo en cuenta el progreso de la psicología, pedagogía y didáctica, a desarrollar armónicamente sus condiciones físicas, morales, éticas e intelectuales, a fin de que adquiera gradualmente un sentido más perfecto de la responsabilidad en el recto y continuo desarrollo de la propia vida. Hay que prepararlos además, para participar en la vida social de modo que queden bien instruidos con los modos necesarios y oportunos, puedan adscribirse activamente a los diversos grupos de la sociedad humana53. De esta forma podemos decir que la verdadera educación se vincula a la formación de la persona humana en orden a un fin último y al bien de las 53 ORQUERA Víctor, MOYA Martha, Propuesta Pedagógica de Jesús, p. 11 53 sociedades, de las que el hombre es miembro y responsable del desarrollo y progreso. En nuestro país se necesita una educación donde se promueva y se cultive no solamente conocimientos, sino principalmente los valores, éticos y morales, la cultura y la dignidad humana. Partir de la realidad y del contexto socio-cultural en el que viven la mayoría de los jóvenes que presentan problemas y dificultades en su proceso formativo que está encaminado a la formación integral de la persona. Es el gran reto que hoy tiene la educación. Ante la realidad que hoy se nos presenta, la educación debe tomar en cuenta uno de los aspectos primordiales que son necesarios ante los mismos cambios socioculturales que la sociedad viene sufriendo, especialmente a nivel cultural; por eso es importante que exista en la educación una relación entre el joven que se está educando y la cultura que toca y penetra a la persona, a los pueblos y a la misma sociedad. Es necesario que la educación sea de calidad en cuanto forme ciudadanos honestos y responsables y envíe a la sociedad sujetos capaces de lanzarse y manejarse en este mundo globalizado, pluralista, individualista, materialista… y que pueda entrelazar las corrientes participativas. Lanzando una mirada hacia la realidad y futuro en esta era de la globalización, se puede decir que la educación no sólo es buena para esta época, pues la ecuación sirve para que tanto la persona como los pueblos tengan un sentido más crítico y racional. Hay que favorecer una relación con el mundo cultural, hay que producir un producto humano capaz de afrontar la complejidad, el pluralismo, la confrontación libre, sin desarraigarse, sin desorientarse, ni tampoco ceder en aquello que ha visto de bueno, de valor, de honesto, que tiene condiciones futuras y que construye acorde a los interrogantes que emergen de la cultura actual54. En efecto, si la educación tiene como finalidad la formación integral de la persona, no debe evadir el ámbito cultural; pues, el educador y la comunidad educativa deben ser buenos observadores y críticos de la cultura en la cual se está 54 SAAVEDRA Alejandro, Nueva Eduacion: humanización, globalización, interculturalidad, postmodernidad, medios de comunicación social, p. 182. 54 viviendo, es decir, conocer y comprender para luego saber aplicar los métodos y técnicas para una eficaz enseñanza y aprendizaje de los educandos. Por lo cual a la educación se le concibe como una tarea personal y al mismo tiempo comunitaria, que está orientada al desarrollo integral de la persona, teniendo como principal meta educativa a la educación del corazón, que fue concebida por Murialdo en el sentido bíblico una educación vital de la persona, es decir, de la conciencia por medio de una adhesión libre y personal encaminada a los valores humanos, descubiertos en Cristo y vividos dentro de una fe y una cultura. Para concluir, quiero considerar que la educación debe poseer el estilo y forma específica que mejor se adapte a las necesidades vitales del individuo, cuya vitalidad sea en lo humano y cultural; pues la personalidad cultural de una persona no llega a una madurez fecunda y constructiva si no se encuentra un tipo de educación que corresponda a su momento educativo, cultural e histórico. Verdaderamente la educación es un sistema muy importante en al vida del ser humano, porque esta funciona como motor ante el mejoramiento de una sociedad que está en vía de desarrollo; la educación siempre debe mantener un paso delante de la sociedad para que ésta vaya progresando continuamente y no verse implicados en un estancamiento de conocimiento y en consecuencia estancamiento social. 3.2. Visión Pedagógica La pedagogía es el arte y ciencia de enseñar y educar. Viene del griego: pais = Niño; ago = Conducir. Etimológicamente, la palabra pedagogía es la guía o conducción del niño. Recordemos también otra definición en la que tiene relación con el ámbito social, porque el ser humano se va desarrollando dentro de ese ámbito. La Pedagogía es un conjunto de saberes que se ocupan de la educación como fenómeno típicamente social y específicamente humano. Es por tanto 55 una ciencia de carácter psicosocial que tiene por objeto el estudio de la educación con el fin de conocerlo y perfeccionarlo55. En un principio se concibió a la pedagogía como el arte se enseñar, en la actualidad se la tiene como una ciencia particular, social o del hombre, que tiene por objeto el descubrimiento, apropiación cognoscitiva y aplicación adecuada y correcta de las leyes y regularidades que rigen y condicionan los procesos de aprendizaje, conocimiento, educación y capacitación. Se ocupa, en su esencia, del ordenamiento en el tiempo y en el espacio de las acciones imprescindibles y necesarias que han de realizarse para que tales procesos resulten a la postre eficientes y eficaces, tanto para el educando como para el educador. En su devenir evolutivo, histórico y concreto, la pedagogía ha estado influida por condiciones económicas, políticas, culturales y sociales, las cuales han intervenido, con mayor o menor fuerza, en el desarrollo del nuevo conocimiento pedagógico, o lo que es igual, en el surgimiento y aplicación de los procedimientos dirigidos a favorecer el hecho de la apropiación, por parte del hombre, de la información requerida para el enfrentamiento exitoso de las situaciones cambiantes de su entorno material y social, en consecuencia con sus propios intereses y en correspondencia con el beneficio de los demás. Las tendencias pedagógicas, de ser lógicas, deben recorrer el camino conducente a la toma de una plena conciencia de la relación obligada entre la unidad didáctica y la interacción del contenido de la conciencia con las condiciones sociales, económicas, culturales, históricas y de los factores personales, sobre los cuales ejerce su influencia determinante la práctica histórico-social en el desarrollo de tal relación. Entonces, el hombre llega a conocer su entorno material y social, del cual es parte o elemento inseparable, mediante un complejo proceso de aprendizaje el cual lo educa y capacita, que equivale a decir, lo faculta para interactuar con ellos de manera lógica y dialéctica, sustentadora de su necesario desarrollo sostenido y sostenible. 55 Autores Varios, Diccionario de Pedagogía y Psicología, p. 254. 56 La existencia de continuos cambios, de nuevos horizontes dentro del espectro mundial en que debe sobrevivir la especie humana, obliga: a adquirir unas nuevas posturas educativas, a innovar nuestras estrategias didácticas, a preguntarnos sobre los problemas diarios que la práctica pedagógica nos plantea, a buscar y obtener respuestas enriquecedoras durante el quehacer educativo, permitiendo que los individuos tomen conciencia y se acoplen con el mundo que les rodea y así puedan discernir sobre los conflictos que les afectan. El compromiso y el cumplimiento de estos frentes, permiten que la labor docente tenga sentido y actualidad. Para llegar a una transformación pedagógica necesitamos una revolución copernicana de una transformación mental, de un cambio radical en las interrelaciones que establecemos con nosotros mismos, con el espacio geográficos en el cual habitamos, con la sociedad a la cual pertenecemos y con el saber que éste posee de sí mismo y de su relación con la naturaleza y otras sociedades. Tenemos que saltar de una concepción diferente del papel de la vida humana, de nuestro rol en el mundo56. El aprendizaje es un proceso humano y se debe ayudar al alumno a descubrir los verdaderos valores, se debe dar singular importancia a los objetivos humanísticos en la preparación del hombre del futuro, contribuyendo a que de veras sean ellos mismos. Para que estos objetivos sean alcanzados, se necesita un correcto proyecto pedagógico que oriente al alumno a desempeñarse en el seno de la comunidad escolar y social, asegurándole una vida verdaderamente más humana y social. 3.3. La pedagogía del amor como crecimiento y desarrollo humano Esta pedagogía del amor no se trata de una doctrina nueva, no es una teoría propiamente dicha; es, más bien, un estilo educativo, una actitud que todo educador debe encarnar, para sí mismo y en la de los demás. Pues, la pedagogía del amor exige reconocer y aceptar al educando tal cual es y no como nos gustaría que fuera, porque solo conociendo y aceptando sus principios, valores, sus defectos, sus aptitudes y sus carencias propenderemos a potenciar y desarrollar sus potencialidades, destrezas y cualidades. 56 PAREDES John, Op. Cit. p. 11. 57 El eje fundamental de la pedagogía del amor está centrada en el amor porque el constituye uno de los pilares básicos en los que ha de sustentarse la educación, ya que este amor provoca en el educador una actitud adecuada para comprender los sentimientos del educando y en cierto modo, prever su comportamiento. “El niño y el joven no pueden resistir al amor, porque se sienten necesitados de cuidado, de afecto, de acogida y de protección”57. Con este estilo educativo se busca establecer una plena y armónica formación de la personalidad de los jóvenes, educándolos para la verdad, el compromiso, la honestidad y la responsabilidad en sus dimensiones culturales, morales, éticas y sociales. Esta pedagogía es totalmente diferente a las tradicionales porque éstas solo se preocupan de buscar los métodos y la técnicas adecuadas para la enseñanza y el aprendizaje. Pues, la pedagogía del amor viene a ser sumamente comprensiva, experiencial porque reconoce las necesidades e intereses del educando, parte desde su problemática, sabe que la efectividad es un punto relevante y necesario en la vida del joven, especialmente del joven pobre. Por ello los educadores están llamados a ofrecer una imagen de equilibrio emocional y, armados del amor y la paciencia puedan comprender la situación socio-cultural en la que vive este joven. La pedagogía en general tiene como finalidad orientar y guiar al niño y al joven durante su proceso de formación, es decir, enseñar y educar. Pero con esta nueva cultura juvenil con la que hoy nos encontramos se nos hace difícil poder enseñar y educar ya que presentan nuevos comportamientos y un nuevo estilo en su manera de ser; por el mismo ámbito en le que van creciendo y desarrollándose. Ante las distintas pedagogías existentes en el contexto educativo que se toman para ir mejorando la enseñanza y el aprendizaje a los educandos de las distintas realidades y condiciones de vida; la pedagogía del amor se nos presenta como una alternativa para educar y formar al joven pobre de nuestros tiempos. 57 ORQUERA Víctor, MOYA Martha, Op. Cit., p. 24. 58 El estilo educativo que desarrolló Murialdo en su trabajo con los niños y jóvenes más necesitados está fundamentado en la Pedagogía del Amor la misma que nos enseña a amar, educar con amor, es decir, hacer del amor el eje transversal y organizador de todo círculo formativo que cada persona requiere para su realización. Es evidente que en la experiencia de Murialdo no hay un gran desarrollo teórico acerca de dicha pedagogía, él simplemente hizo lo esencial: descubrió el Amor de Dios, se dejó amar por Él, lo amó apasionadamente y se puso por amor a su servicio en los niños y jóvenes pobres, amándolos fuertemente y dejándose amar por ellos.58. Todas estas consideraciones nos llevan a pensar en que Dios hizo un constante y gradual proceso de educación del corazón de su pueblo. Es así que nosotros debemos seguir su ejemplo y saber Educar el Corazón de los niños y jóvenes, con paciencia y constancia, a aquellos que presentan muchas dificultades en su proceso de aprendizaje debido a las mismas condiciones de vida y también a sus problemas psicológicos, económicos, sociológicos, culturales… Pues, de esta manera el valor pedagógico tiene que impulsar con mayor fuerza la realización plena de la persona en todas sus dimensiones. En las líneas pedagógicas Murialdinas se acentúa una educación personalizada partiendo como base de la singularidad del amor de Dios. Puesto que Murialdo siendo testigo del amor personal de Dios establece pautas para que sus colaboradores y educadores en especial sepan reconocer en la singularidad de cada uno de sus alumnos el punto de partida de su formación. La experiencia del amor misericordioso de Dios que caracterizó toda la misión de San Leonardo Murialdo, así mismo, la misión del josefino tiene su origen en esta certeza real de saberse amado por Dios para luego poder educar a los jóvenes que se presentan con muchos problemas y dificultades. Descubriendo el amor misericordioso, paciente y tierno de Dios, a cada uno de nosotros nos lleva a amar a los jóvenes con un específico estilo centrado en la 58 BARRA C. y BAZÁN A., La Pedagogía del Amor, en, AUTORES VARIOS, Per tener vivo il pensiero Pedagógico, p.215. 59 dulzura, la paciencia y la familiaridad; todo ello realizado desde un corazón abierto y entregado a los demás, el mismo que tiene su origen en el amor de Dios. Un Dios que ama con un corazón tierno como el de una madre, un Dios paciente que no se cansa de amar, perdonar, buscar, esperar; un Dios que no Abandona al hombre aunque sea un pecador59. Esta pedagogía centrada en el amor conduce a la responsabilidad de conducir y orientar al joven de hoy a un crecimiento más humano en su totalidad, es decir, el aspecto material y espiritual. Y así, el joven que se ha educado desde su parte humana, y ha logrado alcanzar mayores destrezas y habilidades para afrontar sus problemas que se le van presentando a lo largo de su vida es capaz de superarse. La pedagogía tiene que aportar con nuevos métodos y técnicas para la enseñanza y aprendizaje de los educandos con el fin de que la educación impulse el crecimiento y el desarrollo de la persona. Hoy, las tendencias pedagógicas más modernas se comienzan a construir sobre los nuevos conocimientos de la mente humana y encaminada hacia la valoración de los sentimientos, de lo emotivo como eje de la formación integral de las personas. Este es el gran reto que tenemos los educadores que somos parte de este Siglo XXI que se vuelve cada vez más crítico y compulsivo. La educación de hoy, implica una reforma, pero desde las bases de la sociedad misma. Porque la educación, a la luz de nuevos paradigmas en adopción, implica una reforma, y es el docente quien debe crear el mecanismo para que esos cambios sean representativos. Los nuevos paradigmas educativos son el reto. El docente debe comprenderlos, comprometerse con ellos y aplicarlos con la mayor honestidad posible. Educar es sembrar en el alumno semillas que deben generar con el transcurrir del tiempo, un hombre nuevo, propiciador de la paz, de la no-violencia y del desarrollo. 59 FOSSATI Guiseppe, Todo viene de Dios, p. 76. 60 3.4. Hacia una madurez integral del joven pobre Al hablar de una madurez integral del ser humano nos referimos a un hecho que afecta la totalidad de la persona. Pero esto se alcaza cuando la persona goza de un autocontrol, tiene el sentido de responsabilidad y todas sus acciones están de acuerdo a su personalidad. Pues la persona que ha llegado a su madurez es capaz de afirmarse con una plena personalidad, de perseverar en la idea de perfección o plenitud y cuando ha desarrollado las potencialidades y sus facultades esenciales (razón, conciencia, voluntad, afectividad, una receptividad a los valores). La madurez del joven tiene la finalidad de incidir positivamente en el desarrollo de las facultades humanas, de manera que le joven que crece es capaz de optar por sus decisiones libres y personales. Tomemos en cuenta también que el joven se encuentra en una etapa muy importante de su vida, porque a esa edad se realiza una cierta estabilización de su personalidad; por eso la educación tiene que impartir valores religiosos que deberán ser integrados en el proceso humanizador del joven. De esta forma el joven se va orientando adecuadamente hacia una maduración integral en la medida en que su experiencia humana adquiera una mayor integración en la vida social. La acción educativa Josefina tiene como centro y punto de mira la persona del joven pobre, vista siempre desde la totalidad de sus dimensiones. Con la formación intelectual, profesional, social y cristiana, la Congregación desea y busca ayudar a los jóvenes, fuerza viva para la transformación de la sociedad, a afrontar con responsabilidad y garantía su porvenir60. La formación del joven pobre hace posible obtener nuevas actitudes de vida y nuevas capacidades que le permitan clarificar sus proyectos de vida, vivir en comunidad y lo esencial ser un protagonista en la transformación de la realidad. Se viene recalcando que la educación es un proceso teórico-práctico que tiene como punto de partida la vida del joven y que vuelve a la vida para proyectarse en nuevas actitudes y capacidades, entonces si el centro de la formación parte de las situaciones de vida del joven, los planes de formación deberán 60 Constituciones, n. 48. 61 responder a las diversas dimensiones que la conforman. “Para que la formación sea integral, hay que procurara abarcar a todo el joven y ayudarlo a integrar su persona en una unidad que le vaya facilitando la realización de su proyecto de vida”61. Para que este joven pobre pueda alcanzar una madurez integral es necesario tomar en cuenta algunos elementos que tienen mucha importancia en este proceso que el joven tiene que ir desarrollando para poder perfeccionar su propia personalidad: La relación del joven consigo mismo, la misma que responde a la realidad psicoafectiva y al proceso de personalización que vive el joven. En esta dimensión el joven va desarrollando procesos de conocimiento continuo de sí mismo, tanto de sus aptitudes como de sus cualidades y de sus sentimientos e intereses en relación a los demás; también procesos de superación de crisis y conflictos, de descubrimiento de su dignidad personal, de un crecimiento de su autoestima y de una apertura a los demás para poder amar y ser amado. La educación tiene que valorar y preocuparse de esta dimensión ya que el joven necesita ser ayudado en su dimensión psicoafectiva. En esta dimensión es donde el joven debe tener la capacidad de ser un sujeto responsable de su propio crecimiento y de saber optar por unos valores y principios que le servirán de base para su existencia y el desenvolvimiento dentro de su estructura social, especialmente, para superar el vacío afectivo que lleva o lo vive interiormente. La relación con el grupo, esta dimensión le permite al joven ser capaz de integrarse a una comunidad y de tener el espacio donde vaya descubriendo la necesidad de realizarse como persona en relación con el otro. En esta dimensión el joven madura en cuanto construye relaciones de compañerismo, de amistad y de fraternidad desde una comunidad, la misma que le servirá para toda su vida. También irá desarrollando la capacidad para trabajar en equipo y saber vivir en actitud de servicio. Esto ayudará a que el joven pueda crecer en la responsabilidad de su propia vida y por la situaciones del grupo. 61 AUTORES VARIOS, Civilización del Amor: tarea y esperanza, p. 201. 62 El joven aprenderá a vivir en grupo aceptando y valorando a cada persona, reconociendo sus valores y haciéndose capaz de renunciar a los intereses personales para asumir los de la comunidad62. La relación con la sociedad, por el hecho de que el joven tiene que socializarse e insertarse en la sociedad está en la obligación de ser una persona sociable porque tiene que relacionarse con los otros. Aquí el joven tiene la posibilidad de formarse para ser capaz de proyectarse en su comunidad sea esta nacional o internacional. También esta dimensión le dará elementos y lo capacitará para crear y participar en todo tipo de proyectos sean estos económicos, políticos, educativos, etc. que fortalezcan el proceso de lucha por las estructuras humanas y por la construcción de un mundo mejor. Esta es una delicada tarea que tiene la educación de preocuparse por la madurez social y afectiva de la nueva generación juvenil. Es indispensable para su crecimiento que el joven se acepte así mismo, con las cualidades y límites personales, que adquiera sentido de su propia identidad. Esta sería una de las bases auténticas para la adaptación e inserción activa en la sociedad. Por lo tanto el educador josefino se propone ayudar a los jóvenes para que crezcan en la apertura hacia los demás, en la facilidad de diálogo, en el aprecio y recíproco aprecio, en el trabajo comunitario y en la ayuda mutua63. En nuestra acción educativa josefina el joven pobre está siempre al centro de nuestro interés como educadores. Pues, el joven es el sujeto de la propia formación que necesita ayuda y apoyo en su proceso formativo, interviene activamente de acuerdo a las exigencias propias de edad y de la cultura por la cual está atravesando. La educación, que tiene como objetivo formar al joven, para que sea parte de los acontecimientos existenciales tomando en cuenta la familia y el medio del cual proviene, y de esta forma, responder a las necesidades y exigencias del joven pobre. Murialdo se centró también en la educación del joven, y en especial del joven pobre, como un sujeto que es capaz de transformar su vida desde sus mismas condiciones; creando un clima de moralidad y armonía, dando una formación humana, cristiana y una disciplina familiar fundamentada por el amor. Por eso, el fundamento de su experiencia educativa se basa en la persona humana en todas sus 62 63 AUTORES VARIOS, OP. CIT. p. 203. CATAPANO Arcangelo, Proyecto Educativo: en las huellas de San Leonardo Murialdo, p. 21. 63 dimensiones, en su totalidad. Por lo tanto, la educación que usa Murialdo es una educación de nuestro tiempo, actual, ya que lo que pretende la educación actual, es formar a la persona en todas sus dimensiones sean estas: intelectuales, afectivas, psicomotrices y espirituales. Murialdo decía que es un deber suyo y el de sus colaboradores conocer al joven, en los varios comportamientos de su personalidad, para poder conocer su realidad y acercarse con más confianza y seguridad, y desde ahí poder tratar pedagógicamente de una manera más acertada. Educar es ayudar a cambiar la mentalidad para mejorar las condiciones de vida. Es signo de madurez personal cuando la persona es capaz de adaptarse a situaciones nuevas de vida. 3.5. Estilo josefino caracterizado por: Prevenir, Orientar y Animar Uno de los aspectos del estilo educativo de Murialdo radica en lo Preventivo, entendido como el arte de educar en positivo proponiendo el bien en vivencias adecuadas y envolventes, capaces de atraer por su nobleza y hermosura el arte de hacer que los jóvenes crezcan desde dentro, apoyándose en su libertad interior, venciendo condicionamientos y formalismos exteriores; el arte de ganar el corazón de los jóvenes de modo que caminen con alegría y satisfacción hacia el bien, corrigiendo desviaciones y preparando el mañana por medio de una sólida formación de su carácter. Prevenir es sembrar gérmenes de vida, estar en la cotidianidad creciendo en la niñez y en la adolescencia por el camino correcto. Individuando algunas prioridades en el ámbito de la pedagogía preventiva exigidas por la cultura actual, se podría enfocar la atención hacia tres pistas: la ética consistente en la orientación de los valores; la familiar, el énfasis en lo positivo. Prevenir también a partir de la familia, volver al núcleo familiar es decir no son los sistemas educativos los primeros protagonistas de los educandos sino la familia y su unidad como primer componente64. Otra instancia del sistema preventivo de Murialdo es la de fundamentar su trabajo en los jóvenes a través de la transmisión del bien y de las experiencias positivas, sobre la verdad, la bondad, la honestidad, y sobre experiencias 64 CATAPANO Arcagelo, Proyecto Educativo: en las huellas de San Leonardo Murialdo, p. 39. 64 pedagógicas positivas. Un educador josefino está convencido de que cualquier joven por más marginado que sea, tiene energías de bien y de superación, que si se las cultiva lo ha de llevar a la fe y honradez. Una de las cosas que más llama la atención del sistema preventivo es su calidad humana, todo el método respira un clima de armonía, sin excesos emotivos, alejado de posiciones extremas, conscientes de sanear la sociedad partiendo de la educación. El sistema se basa fundamentalmente en la formación de Buenos cristianos y honestos ciudadanos, todo ello conlleva a la mentalidad del formando para plasmarse en valores como solidaridad, y colaboración con los demás. El proyecto de humanismo - pedagógico - cristiano de Murialdo y su sistema preventivo tienen entre sí interacción, la finalidad que persigue este proyecto es el de hacer pasar a Dios al corazón de los jóvenes, no solo por la Iglesia sino por la puerta de la escuela, los talleres, las aulas y la oficina. La educación josefina se caracteriza entonces por una fusión entre lo que es el desarrollo humano y el anuncio evangélico cristiano (dentro de una institución escolar). Murialdo fue un pedagogo práctico, uno de los grandes educadores de la historia. Si educar es cosa de corazón, pocos han llegado al corazón de los jóvenes, sobre todo, de las clases populares, clases humildes y abandonadas, como lo consiguió Murialdo. El estilo educativo josefino motiva al educador a estar en medio de los jóvenes, compartiendo con ellos momentos alegres y tristes de su existencia. Es decir, tenemos que adentrarnos en la vida del joven, interesarnos por conocer su realidad y poder ayudar a construir su identidad como persona verdaderamente capaz de construir su propio proyecto de vida. Este estilo josefino que está caracterizado por estos tres elementos fundamentales del prevenir, orientar y animar al joven en su proceso de formación y desarrollo, tiene como finalidad ayudarle al joven a encontrar los medios y el camino más apropiado para alcanzar los objetivos propuestos y sobresalir honradamente en la vida. 65 El prevenir consiste en estar presente entre los jóvenes, acompaña su crecimiento en todas sus dimensiones. Estar siempre atentos a los diversos comportamientos psicológicos, afectivos y cognitivos que se van produciendo en el joven. El estar con alegría en medio de los jóvenes y compartir su vida, no exime al educador josefino del conocer y asumir toda la responsabilidad que su presencia educativa requiere. Pero lo que no debe nunca faltar es la vigilante atención por el bien de los jóvenes65. En realidad, hoy no es fácil acompañar y estar con los jóvenes en las dificultades, en los diversos peligros que están a su entorno y vigilar con delicadeza y constancia porque no se dejan ayudar, más bien hay un cierto rechazo porque se muestran con una indiferencia, un egocentrismo, y un individualismo total. Estar con los jóvenes, especialmente con los pobres con los que más necesitan de ayuda, nos lleva a sumergirnos en su problemática, a nivel personal, familiar y social; y conociendo su situación buscar por medio del método preventivo que la persona que se está formando o educándose no caiga en el fracaso y en la desilusión. En el campo educativo sería fundamental que el educador tome en cuenta esta característica al momento de educar al joven. Pues hoy se habla mucho de prevenir en los diversos campos socio-culturales procurando rescatar el sentido mismo de la existencia y de la vida. Por eso, a nivel educativo, debemos valorar la presencia del educador como el guía y orientador que forma a cada persona para la vida y el desempeño en su medio social. Esto comporta un acercamiento a la realidad educativa dentro de un estilo positivo que favorezca nuevas iniciativas que permita madurar y facilitar una adecuada formación integral del joven. De esta forma hay que ofrecer a los jóvenes oportunidades de participación y de autonomía creciente, apoyándose sobre la dignidad y la responsabilidad personal para que aprendan a enfrentar la vida también con sus fracasos. 65 CATAPANO Arcagelo, Op. Cit., p. 38. 66 La educación tiene una de las grandes responsabilidades ya que tiene que orientar en lo posible al joven que muestra interés por superarse y llegar a ser un sujeto útil para la sociedad y así pueda asumir un rol que les permita ser los protagonistas del cambio. La orientación en una dimensión del educador, es una categoría que acompaña a la acción educativa, para que, mientras se enseña el arte de ser persona vaya al mismo tiempo adquiriendo una identidad que configure su existencia en la historia. Orientar es ayudar a dirigir el esfuerzo, es dar el sentido a cada uno de los pasos del joven en el vivir. Es ayudar a encontrar el hilo conductor de cada minuto de nuestra vida, que nos acerca o no, a nuestro pleno crecimiento como hombres y cristianos66. En nuestra educación josefina la orientación tiene que abarcar un significado global y transversal, que permita acompañar a la persona en la planificación de su carrera a lo largo de toda su vida, sea esta en lo académico y profesional. Dotar a las personas de unas competencias que aplicarán de forma natural en las decisiones que deben tomar a lo largo de su vida académica y profesional. Es importante que las personas que reciben la orientación, logren interiorizar y adquirir las herramientas que les permitirán ser autónomas en sus decisiones. Definir qué tipo de orientación necesita un joven, especialmente el de nuestros tiempos resulta muy difícil para el educador, pero, está claro que es importante orientar al joven sin caer en el paternalismo y el asistencialismo. Una persona joven necesita un orientador que hable su mismo lenguaje, que lo trate como una persona capaz de tomar sus propias decisiones y que le ofrezca todas las herramientas para que, por si mismo, pueda enfrentarse a las decisiones que debe tomar En este empeño, debemos conducir a los jóvenes en el pleno conocimiento de sí mismos, evaluando y redimensionando por medio del contacto de la realidad, hasta llegar a una promoción de una aceptación de sí mismos en el marco de una personalidad cargada de valores que estén encaminadas a dignificar la vida de la persona desde su propia situación de vida. 66 IDEARIO, Al centro de la Comunidad Educativa un grupo generador de mística, p. 16. 67 La educación no es una tarea fácil, porque estamos viviendo en un mundo globalizado y bombardeado por los medios de comunicación, especialmente con el avance de la ciencia y de la tecnología que trae consigo nuevos actitudes y comportamientos en el ser humano. Nuestra juventud está ya viviendo una realidad que confunde, distancia al joven de sí mismo y lo encamina a salidas fáciles y alienantes. Pues, el futuro del joven se ve comprometido cuando en la búsqueda de la felicidad termina vacío y sin bases necesarias para enfrentarse a la vida. Animar es una tarea de fondo del educador, de amor a la vida, de pasión educativa para el pleno desarrollo del ser humano No basta saber a dónde queremos conducir al alumno, es necesario acompañarlo y animarlo constantemente. Animar para el docente, significa ponerse siempre y de continuo en situación de presencia, atención, vigilancia y prevención. Saber dar al alumno las indicaciones necesarias, adaptarse a su ritmo de crecimiento y favorecer su desarrollo en todos los aspectos, acompañarlo en el desarrollo cultural y en la maduración interior. Este estilo josefino siempre se preocupará del acompañamiento que exige una presencia asidua que acompañe cada uno de los momentos del crecimiento y maduración del educando. 3.6. Perfil del educador Josefino El perfil del educador josefino tiene como característica fundamental la madurez humana centrada en el joven, especialmente pobre, que partiendo de la experiencia del amor misericordioso de Dios, el educador se convierte para el educando en un verdadero padre, amigo y hermano que promueve su plena realización y salvación ante la gran problemática realidad de la cual es parte. La regla de la Congregación señal eficazmente este estilo: Los josefinos quieren vivir entre los jóvenes como amigos, hermanos y padres, participando en sus vidas, compartiendo sus alegrías, sufrimientos y creando con ellos un clima de confianza y de optimismo; movidos por la caridad de Cristo, se abren a sus exigencias con espíritu de iniciativa y creatividad, 68 dejándose guiar siempre por la cordialidad sencilla y respetuosa, por la paciencia, la dulzura y por la bondad67. El educador consciente de la realidad por la cual atraviesa la nueva generación, especialmente los jóvenes que acarrean consigo una diversidad de problemas, busca una alternativa para mejorar la calidad educativa y la forma para educar, a través de nuevos métodos y técnicas que permitan llevar adelante una educación de calidad que sea eficiente. Hoy puede ser necesario tomar en cuenta algunos elementos del educador josefino, ya que el joven vive en un mundo donde carece de afecto y calor familiar y el educador vendría a ser un sujeto que en gran parte sea para ellos un amigo un hermano y un padre, creando un ambiente de confianza y de familiaridad. Pues, la característica de nuestro estilo educativo es la presencia continua del educador como padre, hermano y amigo, como expresión de comunión y orientación de la vida de los jóvenes. 3.6.1. Padre Ante la realidad que vive el joven de hoy se necesita ser un padre, Murialdo, desde su experiencia del amor de Dios, supo educar siendo un verdadero padre para sus alumnos, especialmente para los huérfanos y abandonados; y así busca la felicidad y la superación de cada uno de ellos con su afecto paternal. Esta paternidad del educador es tanto más necesaria, cuanto más va dirigida a los jóvenes con padres ausentes que por distintas situaciones se han alejado de ellos o por situaciones económicas han tenido que migrar y no pueden asumir el rol de padre y madre. Ante esta realidad el educador viene a ser un padre para ellos brindándoles el apoyo y la confianza en todos los momentos y circunstancias que muchas de las veces les toca vivir. Una meta en la vida del educador es llegar a la autonomía o sea a ser responsable por sí mismo de su vida. El verdadero padre parece vivir en una continua contradicción ya que se requiere constante presencia y preocupación sin opresión o sobreprotección. Por esto el maestro será padre sin represión y sin paternalismo. Porque ambos extremos dificultan el pleno desarrollo de la vida y son actitudes contrarias a la paternidad68. 67 68 Constituciones, n. 51. Documenti, Lettere Giuseppine, Congregazione di San Giuseppe, n. 8, p. 393. 69 La calificación del educador como padre, junto con el afecto, evoca una cierta firmeza para poder llevar adelante su tarea educativa. Educar es servir a la vida humana en todos sus aspectos con toda dulzura y firmeza. Podemos darnos cuenta que la imagen o la presencia paterna y materna ya no existe en las familias, porque muchos han tenido que migrar para mejorar sus condiciones de vida, y es por eso que muchos jóvenes crecen sin el afecto y el cariño de un padre o de una madre. Como consecuencia de esta desintegración familiar el joven se encuentra con una gama de dificultades y deficiencias al momento de relacionarse en los distintos campos, especialmente escolares y sociales. El educador josefino que se encuentra en contacto diario con los niños y jóvenes se muestra ante ellos como un verdadero padre, como un guía con responsabilidad que orienta y forma a los jóvenes que buscan un apoyo y un amigo en quien confiar. Por eso el educador requiere una preparación especial para hacer las veces de un padre para muchos de sus alumnos que acuden en busca de ayuda psicológica y moral. Por ello, cada educador asume el desafío de una acción que es a la vez, manifestación de paternidad y maternidad, realizada con una recta conciencia profesional. Lo específico del educador josefino, el núcleo de su estilo josefino, está en la figura de Murialdo quien después de la experiencia de amor infinito, misericordioso y paternal de Dios vivió y compartió con sus jóvenes esta gran experiencia y así fue para cada uno de ellos un verdadero padre. 3.6.2. Hermano A pesar de que todas las personas somos diferentes, sea en edad, carácter, cultura, mentalidad, etc., estamos llamados a vivir en comunión con otras personas que las consideramos nuestros hermanos. Por ello, el educador josefino toma al joven como un hermano entre nosotros, lo recibe y lo acoge tal cual es con aquellas cosas que lo hace diferente. 70 Saber acoger al otro como un verdadero hermano es un gesto positivo de apertura, de escucha y de un total acercamiento a la realidad del joven, en sí, tenemos que abrir nuestra vida para que los jóvenes se conviertan en parte de nuestra existencia. En el amor está la base fundamental para llegar a las personas y con ese mismo amor nos dedicamos a educar al joven en todas sus dimensiones, esencialmente la parte humana y cristiana. El educador josefino vive y comparte con los demás un amor paterno y fraterno siguiendo el ejemplo de cómo Murialdo lo vivió y lo puso en práctica con aquellos jóvenes difíciles de tratarlos y comprenderlos al momento de educarlos. Ser hermano para el joven de hoy requiere decir acercarse, conocerle, brindarle confianza y compartir sus experiencias, a fin de que no nos limitemos a la parte instructiva (lo teórico). Un hermano tiene que ayudar a madurar a los demás hermanos no solo con palabras sabias, sino con el ejemplo de vida; es lo que Murialdo lo practicaba en medio de los muchachos y asistentes. En un tiempo en el cual estamos marcados por tendencias individualistas y egoístas, donde reina la discriminación y la injusticia, causa de ello existe un difuso temor al compromiso y al sacrificio y simplemente nos limitamos a buscar ventajas personales y satisfacciones inmediatas; por eso creo, que la experiencia del amor de Dios y la vivencia madura como auténticos hermanos trascienda a la propia persona. En la incertidumbre de nuestro tiempo que empuja a cada uno a buscar y construir el sentido de la vida en base a las propias opiniones, creemos que el significado de nuestra existencia de josefinos sea responder al don confiado por Dios para vivir y difundir el carisma de S. L. Murialdo compartiendo la vida con otros hermanos69. La misma situación socio-cultural por la cual estamos atravesando en la que se va perdiendo el sentido de hermandad y fraternidad en las familias y establecimientos educativos es necesario ser en el mundo testigos de la fraternidad. 69 Deliberaciones del XIX capitulo general, Llamados a renacer para una evangelización, p. 5. 71 3.6.3. Amigo El joven busca que el educador sea un amigo más que un instructor o maestro, una persona que brinde confianza, seguridad y también tenga la capacidad para acoger y valorar la amistad hasta del más pequeño e indigente que se presenta en el proceso educativo. Por eso el educador como amigo está dispuesto a reconocer que la amistad es un valor fundamental en el ámbito educativo, porque hoy se requiere primero hacerse amigo del joven para que exista una reciproca relación durante el proceso de la enseñanza y aprendizaje. La sabiduría popular nos dice que quien encuentra un amigo verdadero encuentra un tesoro, esto es lo que suelen decir muchas personas, pero encontrar hoy un verdadero amigo, resulta difícil. Puesto que nuestra sociedad produce cada día seres más individualistas, egocéntricos, preocupados solo en su progreso, buscando el beneficio personal, mientras que al otro, al amigo lo utilizamos y después le humillamos o le aplastamos. Es indispensable crear en la conciencia del joven la convicción de que tener un amigo y hacerse amigo es tener un compañero de viaje. El josefino es el amigo que está disponible en cualquier momento, para acoger y dar una mano a quien lo necesite, además tiene que ser un guía y un orientador para sus jóvenes. Es por eso que el educador josefino se entrega totalmente a los jóvenes, su ocupación principal son ellos y no solo un momento, sino todo el tiempo disponible que así lo amerite el chico, como un amigo que se encuentra siempre al lado del que más lo necesita70. No basta ser maestro, educador, formador… hay que saber ser amigo del joven. Para llevar esta relación con el joven hay que alimentar o reforzar nuestro corazón con el amor, a fin de que nos acerquemos a los jóvenes como personas que aman al otro en la profundidad de su ser. Dice Murialdo: “hay que fortalecernos en la oración, en la reflexión y el encuentro personal con Dios, sentir su amor, un amor 70 PAREDES John, Op. Cit. p. 76. 72 que descanse entre los jóvenes como amigo”71. Un amor que descansa entre los jóvenes y en medio de los jóvenes como amigo, hermano y padre, que primero ama y escucha, y después con el ejemplo de una vida vivida con autenticidad y coherencia se muestran como maestro y educador de la vida. El educador auténtico participa en la vida de los jóvenes, se interesa por sus problemas, procura entender cómo ven ellos las cosas, toma parte en sus actividades deportivas y culturales, en sus conversaciones; como amigo maduro y responsable, ofrece caminos y metas de bien, está pronto a intervenir para esclarecer problemas, criterios y corregir con prudencia y amable firmeza valoraciones y comportamientos censurables. En tal clima de presencia pedagógica el educador no es visto como superior, sino como un padre, hermano y amigo. Conclusión El ser humano es una realización imperfecta que puede mejorar con el transcurso de la vida y por el mismo hecho de ser un ser racional tiende a su plena realización; pues, la educación viene a ser un medio y un elemento necesario para que el ser humano pueda alcanzar su perfecta realización. La educación actual tiene que educar, formar y preparar al joven partiendo de la realidad social en la que se vive y la que se vivirá a un futuro no muy lejano. Por eso, la educación apunta hacia la formación integral de este joven pobre, compartiendo con él sus experiencias, sueños y metas a alcanzar en su vida. Este joven que hoy se forma tiene que estar preparado para asumir con gran responsabilidad el futuro y el progreso de una nación, un país o un pueblo. La dificultad que encuentra la educación para llevar adelante esta tarea es que el joven de hoy ha perdido el sentido del sacrificio, el esfuerzo y la responsabilidad; porque vive en un mundo individualista, egocéntrico e indiferente y también trae consigo un cúmulo de problemas, especialmente la desintegración familiar que trae como consecuencias la rebeldía, el desprecio, la soledad y la carencia afectiva. 71 SALVATI Roberto, Espiritualidad de Murialdo, p. 50. 73 Frente a esta gran realidad que afronta la educación y el joven la Pedagogía del Amor se presenta como una valiosa alternativa para mejorar la educación, con la cual Murialdo logró responder a las necesidades de los jóvenes de su tiempo; y hoy sería fundamental tomar como un elemento que responde a las necesidades de estos jóvenes que viven una situación crítica, que en su mayoría carecen de afecto, cariño y de alguien quien les comprenda y escuche. Para ello proponemos un estilo educativo que ayude a prevenir, animar y orientar al joven creando un clima de familiaridad donde el educador sea para los jóvenes un padre, un hermano y un amigo. 74 CONCLUSIONES Una vez que se ha concluido el trabajo investigativo, consideramos que la pedagogía josefina tiene los elementos necesarios para responder a las nuevas estructuras , puesto que es una pedagogía personalizada, activa y creadora donde el joven, en un clima de libertad, respeto y confianza, puede desarrollarse como artífice de su educación y de su futuro; ya que el joven es el sujeto de la propia formación que necesita ayuda y apoyo en su proceso formativo en todos los aspectos de su personalidad. Con esta pedagogía que parte de la experiencia del amor actual, infinito, misericordioso y personal que Dios tiene a cada ser humano y con la cual Murialdo educó y formó a los jóvenes de su tiempo. Hoy queremos aplicar a nuestra educación. Esta pedagogía de Murialdo exige a los educadores ser los portadores de búsqueda de sentido, acogida del otro y de compartir, pero entre las principal característica que tiene nuestra acción educativa es la atención a los signos de los tiempos, la personalización de la intervención, la cercanía en la relación y la escucha y la tentativa de hacer que los jóvenes hagan experiencia de Dios. Eso facilitar ser amigos, hermanos y padres entre los jóvenes, especialmente de los más pobres y pequeños, necesitados de ayuda y de educadores que los acojan y no solamente se limiten a impartir técnicas y conocimientos sino que verdaderamente lo hagan con amor, a fin de que estos jóvenes puedan crecer y madurar en la dinámica de amar y ser amados. Se ha comprobado que para educar al joven de hoy, especialmente pobre, se presenta como una alternativa eficaz la Pedagogía del Amor, que partiendo de la experiencia del amor de Dios, el educador se convierta en un Padre, Hermano y Amigo, que pueda prevenir, animar y orientar el crecimiento integral del joven. A lo largo de este trabajo investigativo, modestamente, creo haber alcanzado los objetivos, tanto el general, como los específicos que me he planteado al inicio de esta tesis, quedando claramente explicado que la Pedagogía del Amor se nos 75 presenta como una valiosa alternativa para mejorar la educación y la formación integral del joven. También queda en evidencia que el educador tiene que ser un padre, hermano y amigo para sus educandos y así ser un agente de cambio del mundo actual. En un contexto socio-cultural que presenta un conjunto de transformaciones a nivel social, cultural, económico, político… que ha ocasionado una serie de problemas que afectan directamente a nuestra niñez y juventud en su formación como producto de la globalización, la ciencia y la tecnología y de una nueva cultura que va creando sujetos egocéntricos e individualistas; considero pues que la Pedagogía del Amor sea una propuesta valiosa y una alternativa para enfrentar estas tendencias que afectan directamente al ser humano, porque los jóvenes necesitan estar preparados para responder y defender con valor el derecho de ser sujetos y protagonistas principales de las grandes transformaciones que vive el mundo y nuestro país. El joven está siempre al centro de nuestro interés como educadores, esto supone acercarse a los jóvenes como amigos que están en medio de los jóvenes con alegría, implicándose en su vida cotidiana, como hermanos compartiendo dolores, sufrimientos y alegrías, y como padres, poniéndonos a disposición de los jóvenes de nuestro tiempo y el deseo de ayudarles a ser personas honestas y justas. El carisma de Murialdo que está enraizada en la experiencia existencial del amor misericordioso de Dios nos invita a saber mirar la realidad del mundo juvenil desde la óptica del amor y con el deseo de transformar con amor esta realidad conflictiva en la cual está inmerso el joven. Es por eso que nuestro estilo educativo tiene la finalidad de formar al joven en su totalidad, tomando como modelo la experiencia pedagógica de Murialdo y de esta forma impulsar el desarrollo de la sociedad y especialmente mejorar sus condiciones de vida, esencialmente su personalidad e identidad. Es importante destacar que el secreto fundamental del éxito de la práctica educativa Murialdina consiste en construirse en el amor. Sobre este sentimiento se 76 edifica la pedagogía de Murialdo que en definitiva, le otorga la plasticidad de adaptarse a cualquier tendencia pedagógica que busque construir el camino de la persona hacia la superación individual. Ya que hoy se camina hacia la valoración de los sentimientos, de lo emotivo como eje de la transformación integral de las personas. Es decir, como educadores, hoy tenemos que saber educar el sentimento, el corazón del joven, para que después sea una persona capaz de amar y servir. La pedagogía josefina al centrarse en el joven, especialmente pobre, intenta crear un clima de armonía, moralidad y confianza para ayudar a superar sus problemas y dificultades con las que vive el muchacho, y proporcionar una formación centrada en la parte humana y cristiana, creando, de esta manera, jóvenes honestos, honrados, participativos y buenos ciudadanos que respeten y valoren su propia vida y la de los demás. Los educadores están al servicio del niño y del joven, de aquellos que viven en medio de una estructura socio-económica-política corrupta e injusta y junto a la degradación cultural y ética que presenta la sociedad, consecuencia de esto tenemos la migración, desintegración familiar, la falta de trabajo que produce cada vez más pobres y necesitados en nuestro país; por eso como educadores es necesario ponernos al servicio de los jóvenes con sencillez, amor y con la confianza de que alcanzará una madurez y un crecimiento total. Al tomar conciencia de mi vocación de educador, surge la pregunta ¿verdaderamente necesita el joven de mi, hoy?. En este tiempo tan difícil en la que el joven va perdiendo el sentido de su vida y su rumbo, hoy lo notamos indiferente, asilado, solo y escéptico frente al futuro será porque necesitan de alguien quien le lleve un signo de esperanza y de un amigo que comparta el entusiasmo y la alegría de triunfar. El objetivo del educador es lograr que el joven de hoy sea una persona, con criterio formado, sea una persona madura en todos sus actos; es decir que este joven que se presenta hoy sea un ente transformador de sí mismo y de la sociedad en la que se mueve y se desarrolla. Creando, de esta manera, un sujeto reflexivo, 77 hábil, creativo, que sea capaz de dar una respuesta positiva a su entrono sociocultural. Si depende de la educación, una mejor preparación y un nuevo estilo de vida, sus contenidos tienen que estar acordes a los contenidos de la realidad y de esta forma estaremos preparando a los jóvenes para un futuro que trae consigo muchas expectativas y gran preocupación para la humanidad. Es así que, a través de la acción educativa josefina, el educador testimonia los signos nuevos de la sociedad presente y futura. Ser educador hoy implica sacrificio, esfuerzo y especialmente mucha paciencia y comprensión, ya que en nuestro país se habla de la pérdida de valores, desintegración familiar, el gran flujo migratorio; el bombardeo de los medios de comunicación, especialmente la era del celular, que conducen al facilismo y al consumo. Entonces el joven hoy más que nunca se siente tentado a descubrir cosas nuevas muchas de la cuales conducen a una pérdida de identidad y a una desvalorización de la persona. Ante esta gran realidad muchos jóvenes buscan educadores dignos de crédito y capaces de formar nuevos profesionales auténticos y no mediocres, este es el reto que hoy tiene el educador, ser un modelo y un buen profesional. En sí, la Pedagogía del Amor se presenta como una ayuda para mejorar la educación y atender a las necesidades de muchos jóvenes que viven en situaciones críticas sean familiares y morales y al mismo tiempo lograr que el joven se sienta amado y pueda estar convencido de que la pedagogía del amor es el mejor medio para llegar a formarse como persona y sentirse un sujeto con especial predilección. Con este estilo educativo se pretende prevenir, orientar, animar al joven creando un clima de familiaridad donde el educador sea para los jóvenes un verdadero padre, hermano y amigo. Esta es una pedagogía que vale la pena acogerla y vivirla no sólo por los educadores josefinos, sino por los educadores que quieran ser protagonistas del cambio y formar buenos cristianos y honestos ciudadanos para el cambio y el desarrollo del mundo de hoy. 78 BIBLIOGRAFÍA 1. ANDINO Mario, Ciclo de Síntesis Cultural – Seminario Interdisciplinario “La Sociedad del Consumo”, Editorial Alianza, 1993. 2. Asociación de diplomados del Instituto de Altos Estudios Nacionales, Aspectos de la Realidad Nacional Ecuatoriana, Quito, 1999. 3. BARRACA Javier, Una Antropología Educativa fundada en el Amor, Editorial CCS, Madrid, 2005. 4. BEJAR Helena, El Ámbito Íntimo (Privacidad, Individualidad y Modernidad) Editorial Alianza, Madrid, 1995. 5. Boletín de Forper, Orientaciones Fundamentales de la Pedagogía Murialdina, Editorial M.D. Impresores, Número 29, 2005. 6. CATAPANO Arcangelo, Proyecto Educativo: en a huelas de San Leonardo Murialdo, Editorial M.D. Santiago, 1995. 7. 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INTRODUCCIÓN ------------------------------------------------------ 1 CAPÌTULO PRIMERO 1. NUESTRO CONTEXTO SOCIO – CULTURAL -------------- 6 1.1. INTERNACIONAL --------------------------------------------------- 6 1.1.1. Globalización ------------------------------------------------------------ 6 1.1.2. Ciencia y Tecnología --------------------------------------------------- 9 1.1.3. Cambio Cultural ------------------------------------------------------- 11 1.1.3.1 Individualismo --------------------------------------------------------- 13 1.1.3.2 Hedonismo -------------------------------------------------------------- 14 1.1.3.3 Consumismo ----------------------------------------------------------- 15 1.2. NACIONAL ------------------------------------------------------------ 18 1.2.1. Dependencia Extranjera ---------------------------------------------- 18 1.2.2. Falta de Trabajo ------------------------------------------------------- 18 1.2.3. Migración y desintegración familiar ------------------------------- 19 1.2.4. Política Actual ----------------------------------------------------------- 21 1.3. EL JOVEN INMERSO EN ESTA REALIDAD ------------------ Conclusión ---------------------------------------------------------------------- 82 23 26 CAPITULO SEGUNDO 2. PROPUESTA EDUCATIVA JOSEFINA -------------------------------- 28 2.1. El Carisma de Murialdo------------------------------------------------------ 28 2.2. Naturaleza de la educación josefina --------------------------------------- 30 2.2.1. Base Espiritual ----------------------------------------------------------------- 30 2.2.2. Base Filosófica ------------------------------------------------------------------ 33 2.2.3. Base Socio-política ------------------------------------------------------------- 35 2.2.4. Base Antropológica ------------------------------------------------------------ 38 2.3. Finalidad de nuestra educación --------------------------------------------- 40 2.3.1. Centralidad de la persona --------------------------------------------------- 2.3.2. Dimensión comunitaria ------------------------------------------------------- 43 2.3.3. Espiritualidad Josefina -------------------------------------------------------- 45 40 Conclusión ------------------------------------------------------------------------ 47 CAPÍTULO TERCERO 3. LA EDUCACIÓN Y EL JOVEN POBRE -------------------------------- 49 3.2. Importancia de la educación ------------------------------------------------ 49 3.3. Visión Pedagógica ------------------------------------------------------------- 3.4. La pedagogía del amor como crecimiento y desarrollo humano ----- 54 3.5. Hacia una madurez integral del joven pobre ---------------------------- 58 3.6. Estilo josefino caracterizado por: Prevenir, Orientar y Animar ---- 61 3.7. Perfil del educador Josefino -------------------------------------------------- 65 3.7.1. Padre ------------------------------------------------------------------------------- 66 3.7.2. Hermano -------------------------------------------------------------------------- 67 3.7.3. Amigo ------------------------------------------------------------------------------ 69 52 Conclusión ---------------------------------------------------------------------- 70 CONCLUSIONES --------------------------------------------------------------- 72 BIBLIOGRAFÍA ---------------------------------------------------------------- 83 76 84
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