La agricultura milpera de Yucatán en el marco general de las políticas neoliberales Jorge Flores Torres 1 EI escandaloso proceso de carteras vencidas que vetaron de los créditos. Por tanto, los milperos yucatecos no tienen como enemigo a la banca y como parcial economía de mercado afrontan en la actualidad peculiares procesos de recomposición en la tecnología tradicionalmente utilizada, en las redes indígenas de las economías locales con los que hoy sufren los pequer'los y medianos productores agropecuarios de México, no existe en la agricultura milpera de Yucatán, precisamente porque desde 1987 las politicas oficiales decretaron la insolvencia económica de este sector campesino al Profesor del Centro Regional Universitario Penlnsula de Yucatán, Universidad Autónoma Chapingo. 107 Revista de Geografla Agricola YUCATAN DIVISION MUNICIPAL Mapa 1. Estudios de caso: Ozitás (30), Sotuta (69), Teabo (75) y Tixcacalcupul (92) . 108 La agricultura milpera de Yucatán existe en la actualidad una zona donde este cultivo no ha permitido la dominancia de la ganadería bovina, la citricultura y otros procesos de tipo comercial. Esta zona milpera se ubica en la parte centro-oriental del estado y aquí se agrupan cerca de 25 municipios: Sotuta, Cantameyec, Mayapán, Kaua, Uayma, Teabo, Tixcacalcupul, Tekom, Chichimilá, Yaxcabá, Dzitás, Calotmul, Chumayel, Quintana Roo, Tinum, Maní, entre otros (mapa 2). recursos del Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol) y Programa del Campo (Procampo), y las resistencias polfticas en la aceptación del nuevo marco jurídico en la tenencia de la tierra. Estos conflictos involucran no sólo tensiones derivadas de las maltrechas economías rurales y de las relaciones de poder político, sino también profundos fenómenós socioculturales. Es el caso de las comunidades étnicas de Yucatán, en particular los ejidos milperos del oriente del estado que se oponen rotundamente a la parcelación de las tierras comunales, Para los mayas yucatecos esta parcelación significa destroncar sus formas antiguas de organización social y el desmembramiento de la base comunal de las economías indígenas. Tales son los resultados que hemos obtenido en los trabajos de campo desarrollados en cuatro co2 munidades del oriente de Yucatán durante 1992 (mapa 1) Esta región milpera tiene como eje económico, social y político a la ciudad de Valladolid y algunos autores la ubican como una micro-región de la Península4 . por el cúmulo de especificidades históricas resultantes: primero, el tipo de abolengo y dominación que establecieron los conquistadores hispanos alll, que impulsaron una "frontera de civilización" durante todo el periodo colonial, pues más allá de Valladolid quedó la zona despoblada, o mejor dicho, el territorio de los mayas libres. En segundo lugar, porque en esta región, se gestó la llamada guerra de castas en 1848, producto del tono específico de las relaciones interétnicas de esta zona yucateca. Panorama general de la agricultura milpera de Yucatán Desde cualquier ángulo sociocultural de estudio, la agricultura milpera de Yucatán representa la tecnología tradicional más diversificada de la región, y en términos sociales, los milperos actuales son el sector agroproductivo más numeroso del estado, compuesto por alrededor de cuarenta mil productores. En la década pasada, la superficie total ' sembrada osciló entre 150 y 180 mil hectáreas, mayormente bajo el sistema de roza-tumbaquema 3 . Esta superficie se incrementa en términos potenciales si se toman en consideración las áreas que obligada mente entran en descanso ar'lo con al'\o. Estamos hablando entonces de una superficie . de 1 200 mil hectáreas dedicadas a la milpa, es decir, la cuarta parte del territorio yucateco. En este siglo, los fenómenos registrados en el oriente milpero no se sujetaron al curso que tomaron otras regiones peninsulares, particularmente el noroeste donde el auge y crisis del henequén dejaron otra historia aparte. De tal modo que después de los setenta y con el despunte de Cancún como centro turístico, la ciudad de Valladolid y sus alrededores se vieron dinamizados por el crecimiento del rápido intercambio mercantil, primero de productos agropecuarios y después con los procesos migratorios del campo a los polos de crecimiento urbano en el Caribe5 . Sin embargo, la permanencia de numerosos núcleos indígenas en el ámbito rural y urbano, aseguró hasta hoy los cultivos tradicionales de la milpa, el solar, la apicul- Por otra parte, aunque la milpa está presente en todo el estado (a excepción de los litorales) 2 La investigación desarrollada en la región milpera de Yucatán se presentó en un informe final que servirá como tesis de Maestría en Antropología Social en la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán . Los financiamientos fueron obtenidos del Comité de Servicio de la UACh y otros recursos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT). 3 Jorge Duch Gary, . "Racionalidad técnica y debilidad productiva de la agricultura milpera en el estado de Yucatán". Revista de Geografía Agrícola núm. 18, UACh 19~3 . 4 Ella F. Quintal A., "Control y descontrol cultural en las comunidades del oriente tradicional". Boletín de la Escuela de Ciencias Antropológicas de la Universidad de Yucatán . Ene. 1992-Feb. 1994, núm. 112. 5 Ibid. 109 Revista de Geografla Agrícola YUCATAN OIVISION MUNICIPAL 8. _ CALOT MUL 66._QUINTANA ROO 10._ CANTAMAYEC 69._ SOTUTA 1 4. _ C U NC U N U L 75._ TEABO 17 . _ CHANKOM 80 . _ TEKIT 19._ CHEMAX 21 ._ CHICHIMILA 81._ TEKOM 85 . _ TEMOZON 22._ CHIKINDZONOT· 91._ TlNUM 24. _ CHUMAYEL 92. _ TIXCACALCUPU L 30._ DZITAS 97 . _ TUNKAS 43 . _ KAUA 99._ UAYMA 46._ MAMA 102._ VALLADOLID 47. _ MANI 104. _ YAXC ABA 49. _ MAYA PAN Mapa 2. Zona milpera de Yucatán 1992. 110 La agricultura mllpera de YuCélÜn tura y sus peculiares modos de organización económica y sociocultural. de tipo tecnológico y la segunda de naturaleza económica. En el plano tecnológico, la milpa es cada vez menos productiva, menos diversificada y más dependiente de los insumos industriales. En el plano económico destaca la supremacía del costo sobre el valor de la producción y la sangría que sufren los productores de los excedentes que obtienen en el ingreso global de sus economías que van a parar a manos de agentes exteriores a la comunidad o en grupos de poder interlocales. Si revisamos la configuración histórica de los núcleos ejidales en la región referida, el número o porcentaje mayor de dotaciones y ampliaciones se realizó durante los gobiernos de Cárdenas y Avila Camacho y éstos a niveles de dotación fueron cada vez menores en los sexenios posteriores (cuadro 1). De modo que en la actualidad, la región mil pera se compone por 25 municipios en los cuales arriba del 65% es tenencia ejidal y más del 30% es superficie no ejidal (cuadro 2). En conjunto, esta región oriental de Yucatán donde predomina la milpa reúne a más de 180 ejidos con una suma aproximada de 38 mil productores maiceros (cuadro 3). Es preciso aclarar que la crisis tecnológica y económica de la milpa fue agravada por las pollticas neoliberales, pero no fue originada por dichas pollticas. El problema tecnológico de baja productividad se originó cuando la ganadería bovina colonizó violentamente extensos territorios milperos desde los cincuenta.6 Asimismo, el crecimiento poblacional de los ejidos multiplicó el uso consecutivo de los montes, lo que se tradujo en montes bajos y cansados, con pocos al'los d!! descanso. En estimaciones de los propios maiceros, el monte ya usado requiere de un mínimo de veinte al'los de descanso para obtener una mediana cosecha estimada en 800 o 900 kg de maíz por hectárea. No obstante, los montes milperos de Yucatán no rebasan hoy los diez al'los de descanso. El hecho es que ahora se impone el uso de fertilizantes y en estos montes no regenerados por la vía natural, el incremento de malezas obligó también al uso de herbicidas que son incompatibles con las otras especies asociadas al maíz como los ibes, calabazas y un sinfín de semillas que ya no prosperan. En síntesis, la crisis ecológica ha llevado a la milpa hacia el unicultivo y a la dependencia de insumos modernos. Cuadro 1. dotaciones y ampliaciones ejidales en el oriente de Yucatán durante los gobiernos presidenciales que van desde 1921 a 1988 (Obregón hasta M. De la Madrid). Nombre de los presidentes Periodo de gobiemo Núm. de dotaciones y ampliaciones ejidales % A. Obregón 1921-1924 3 2.1 E. Calles 1925-1928 13 9.2 E. Portes G. 1929-1930 16 11.3 P. Ortiz R. 1931-1932 4 2.8 A.L. Rodríguez 1933-1934 8 5.7 L. Cárdenas 1935-1940 20 14.2 M.A . Camacho 1941-1946 39 27.7 M.A. Velazco 1947-1952 3 2.1 A.R. Cortines 1953-1958 8 5.7 A.L. Mateos 1959-1964 3 2.1 G.D.Ordaz 1965-1970 10 7.1 L. Echeverrfa 1971-1976 2 1.4 J.L. Portillo 1977-1982 8 5.7 M.D,b-Madfid 1983-1988 4 2.8 X 141 100 TOTAL En el plano económico, la milpa entró en colapso desde los al'los de alta inflación nacional, particularmente en 1985, 1986 Y 1987, cuando miles de productores cayeron en carteras vencidas y abultados débitos con Banco de Crédito Rural (BANRURAL). En este proceso y cuando ya estaban disel'ladas las pollticas neoliberales, BANRURAL exigió la devolución de los empréstitos y los milperos declararon la moratoria en 1987. Ese mismo al'lo, las protestas campesinas obligaron a BANRURAL a Nota: La región oriente de Yucatán cuenta actualmente con 188 ejidos aproximadamente y como se observará sólo se consignan 141 ejidos. En los restantes 47 ejidos no se encontró el periodo gubernamental de dotación y ampliación. En estas extensas comunidades ejidales hemos encontrado dos situaciones críticas: la primera 6 Jorge Flores T., Montes de lucro; milpas de hambre. Inédito, 1989. 111 Revista de Geografía Agrícola congelar los intereses moratorias y al otorgamiento de nuevos créditos, y en 1988, el paso del ciclón Gilberlo arrasó las milpas obligando a Aseguradora Nacional Agrlcola Ganadera S. A. (Anagsa) al último pago por los siniestros. Después de aquel al'lo, el Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol) ha intentado suplir al BANRURAL sin lograrlo. 7 El análisis comparativo entre costos y valor de la producción hecho por nosotros en varias comunidades durante 1992, revela claramente el nudo más critico de la economia milpera: mientras que el costo del cultivo para una hectárea era superior a los 1 300 nuevos pesos, el valor de la producción obtenida en la misma superficie es de Cuadro 2. Superficies ejidales y no ejidales en 25 municipios del oriente de Yucatán Nombre del municipio Supo del municipio (Ha) S~ no ~idal en el municipio Supoejidal en el municipio (Ha) (%) (Ha) (%) 1. Calotmul 36150 17 347 48.0 18803 52.0 2. Cantamayec 50202 28308 56.4 21894 43.6 3. Cuncunul 31552 20175 63.9 11377 36.1 4. Chankom 13795 13795 100.0 O 5. Chichimilá 63359 27220 43.0 36139 57.0 6. Chikindzonot 35261 26683 75.7 8578 24.3 109856 91693 83.5 18163 , 16.5 7. Chemax O 4599 5639 122.6 ---- --- 9. Kaua 21460 7251 33.8 14209 66.2 10. Tinum 39344 20816 52.9 18528 47.1 116498 47290 40.5 69208 72.3 8. Chumayel 11. Tixcacalcupul - - 12. Tekom 20183 20183 100.0 13. Tixmeuac 25165 26418 105.0 ---"" -- 14. Tunkás 51479 23395 45.4 28084 54 15.Uayma 19672 6415 32.6 13257 67.4 16. Mama 11 752 6624 56.4 5128 43.6 17. Maní 8559 2269 30.7 6290 69.3 18. Q. Roo 13929 5756 41.3 8173 58.7 19.5otuta 61 315 21232 34.6 40083 65.4 20.0zitás 45603 21704 47.6 23899 52.4 21. Chacsikín 15840 7737 48.8 8103 51.2 22. Valladolid 94 522 90389 95.6 4133 4.4 23. Mayapán 10747 6681 62.2 4066 37.8 24. Teabo 26187 9995 38.2 16192 61.8 107940 102781 95.4 5159 4.6 1034 969 674168 65.2 379823 36.7 25. Yaxcabá TOTAL Nota: En este cuadro puede apreciarse que los municipios de Chankom, Chumayel, Tekom y Tixmeuac, tienen superficies ejidales que superan el 100% de las superficies municipales, es decir, que estadísticamente no tienen propiedades privadas, lo cual no es as!, y la explicación es que hay ejidos que están registrados en determinado municipio, pero las dotaciones asignadas abarcan a otros municipios. 7 Jorge Flores T., "Los milperos de Yucatán ante Banrural: 30 allos de contradicciones". Revista de Geograffa Agrícola, núm. 18, diciembre de 1993. UACh, Méx. 112 La agricultura mllpera de Yucatán Cuadro 3. Ejidos y número de ejidatarios totales en 25 municipios del Oriente de Yucatán. Nombre del municipio 1. Calotmul Superficie ejidal total en el municipio. Miles de ha Núm. total de ejidos en el municipio 17347 4 Núm. total de eiidatarios ~or municipio Beneficiarios iniciales y de post. amp o Beneficiarios estimados actualmente 628 1067 2. Cantamayec 28308 9 648 1 101 3. Cuncunul 20175* 7* 947* 1610* 4. Chankom 13795* 16* 592* 1006* 5. Chichimilá 27220 8 874 1485 6. Chikindzonot 26683 2 763 1297 7. Chemax 91693 20 2750 4675 8. Chumayel 5639 1 353 600 9. Kaua 7251 2 255 433 2166 10. Tinum 20816 8 1274 11 . Tixcacalcupul 47290* 7 729* 1239 12. Tekom 20183 6 949* 1 613* 13. Tixmeuac 26418 9 915 1555 14. Tunkás 23395 7 979 , 1664 15. Uayma 6415 3 333 566 16. Mama 6624 1 276 469 17. Manf 2269 2 574 976 18. Q . Roo 5756 2 266 452 19. 5otuta 21232 4 843 1433 20. 0zitás 21704 3 483 821 21. Chacsikin 7737 2 372 632 22. Valladolid 90389 24 3047 5180 23. Mayapán 6681 1 209 355 24. Teabo 9995 1 400 680 25. Yaxcabá 102781 37 3156 5365 Total 658156 186 22615 38445 Nota: En los municipios sei'lalados con un asterisco, la estadística de la SRA sei'lala el nombre de algunos ejidos, pero no superficie ni el número de ejidatarios y las cifras fueron estimadas mediante cotejo de campo directo. Por otra parte, para estimar el número actual de ejidatarios por municipio, se multiplicó por un 70% a los beneficiarios iniciales. apenas 600 nuevos pesos;8 dicho en otras palabras: los milperos de Yucatán no alcanzarían a reponer ni el 50% de los costos por hectárea cultivada si es que orientaran sus cosechas totales al mercado de productos (cuadro 4). peros que hoy utilizan las comunidades indígenas, los obligan a la compra de fertilizantes y herbicidas caros que antaño no representaban un costo. Segundo, que estas comunidades perdieron sus tradicionales medios de transporte rural, como caballos, mulas y carretas, durante la década de los ochenta ante la imposibilidad de su mantenimiento y reposición. Esto dio lugar a que se multi- Estos altos costos de producción tienen su explicación en fenómenos aparecidos recientemente. Primero, que los desgastados montes mil8 El valor de la producción se estimó con base en la llamada "cosecha regular" que los propios productores estiman en 800 kg por hectárea y a razón de 750 nuevos pesos por tonelada de maíz. 113 Revista de Geografla Agricola Cuadro 4. Costos de producción en una hectárea de maíz para 1992. Actividad v/o usos de insumos Costo/unidad (N$ almud) (N$ en 25 mecates) 1.00/mecate 25.003 Tumba del monte 10.00/mecate 250.00 Siembra 15.00/almud Medición y brechado Chapeo (ch) o Roceo (R) 45.00 (3 almudes/hal I (ch) 10.00/mecate), (r) 15.00/dia trabajo I (ch) 250.00 (r) 60.00 (4 días/ha) Fertilización 15.00/día de trabajo 45.00 (3 días/ha) Dobla 2.00/mecate 50.00 Cosecha 4.00/saco cosecho 140.00 (35 sacos/ha) Acarreo 4.00/saco transp. 140.00 (35 saco trans.) Semilla utilizada 1.001kilo de maiz 12.00 (4 k1ha) Fertilizante 50.001litro 40.00 (2 ItIha) Instrumentos de trabajo Limas de afilar coa TOTAL = N$ 1 364.00/ha Observaciones: Son costos estimados por los productores milperos de Teabo, Sotuta y Dzitás, Yucatán en 1992. Es preciso aclarar las unidades de peso y medidas que usan los productores: 1) el "mecate" consta de una superficie de 400 m (20 m de largo x 20 de anchO) y una hectárea consta de 25 mecates; 2) el "almud" es una medida de aproximadamente 4 k de peso cuando se trata de semillas de maiz y 3) el "saco" es el costal de henequén con capacidad para 50 k de maíz ya desgranado, aunque aqui se refiere al saco lleno • de maiz en mazorca y con holoch. Por último, el costo total que aparece en el cuadro habria que añadirle el costo de los instrumentos de trabajo desgastados en una hectárea de terreno, lo cual no hicimos por imprecisiones en la información recabada. El solar, en cambio, administrado por las mujeres indígenas, está más expuesto a la voracidad de los com~rciantes, cuando éstos llegan a las comunidades una vez agotadas las reservas del grano (meses de mayo-septiembre) y los cerdos y aves ya no pueden mantenerse dentro de la unidad. Cosa parecida ocurre con el urdido de hipiles y hamacas, donde las mujeres jóvenes son superexplotadas a domicilio por el proveedor de los hilos y tejidos. plicaran los transportistas rurales que cobran hoy en día de 4 a 5 nuevos pesos por cada saco de maíz transportado de las parcelas a los poblados. Por último, hay que considerar que en numerosos ejidos milperos, gran cantidad de productores al~ quilan montes privados aledaños y establecen contratos anuales con sus poseedores en la siembra de pasturas una vez levantada la cosecha, pagando determinadas cargas de maíz según la superficie usufructuada o, de plano, la retribución en dinero aún malograda la cosecha. El útimo recurso económico de estas comunidades es la migración de la población joven a centros urbanos como Mérida, Valladolid y Cancún. L~s contratistas cuentan con camiones y camionetas para el transporte de estos contingentes obreros y cobran un porcentaje semanal por el transporte y el contrato obtenido. En síntesis: las comunidades milperas tienen como característica fundamental la multiproductividad de sus unidades, pero también, los excedentes campesinos son expoliados por múltiples vías. No obstante, las redes sociales interiores de las comunidades indlgenas que preservan cierta articulación autónoma aún permiten alguna negociación con el mercado, particularmente reflejado con los contratos de eco nomla moral que se establecen interlocalmente. El análisis económico anterior sería parcial si no tomamos en cuenta que estas comunidades son multiproductivas, es decir, que además de la milpa existen otros procesos merca'1tiles y semimercantiles como la apicultura, la agricultura de solar, la extracción de leña, elaboración de huipiles y hamacas y el trabajo asalariado extralocal. En el caso de la apicultura, los compradores locales tienen que admitir contratos con el apicultor con fuertes nexos de economia moral, dando adelantos de dinero por las cosechas de miel cuando el productor requiere comprar azúcar para alimentar los enjambres en épocas críticas o solventar algunas necesidades familiares como enfermedades o festividades religiosas. 114 La agricultura mllpera de Yucatán Dinámica sociocultural y conflictos con el nuevo 27 constitucional El rechazo a la parcelación individual no tiene como sustento una mera ideología preservacionis'" ta; su sustento primario descansa en las peculiares formas de organización económica y la distribución de 105 recursos naturales. En principio, que 105 suelos yucatecos de aquella región están configurados por pequeñas hondonadas donde hay menor pedregosidad y más tierra, y 105 llamados altillos donde sucede lo contrario. Lo mismo ocurre con 105 cenotes que sirven para regar sembrad íos localizados y dotan de agua para 105 jarabes usados en la alimentación de 105 enjambres apícolas durante los meses de no floración melifera que van de junio a octubre. En estas condiciones, la parcelación crearía áreas más beneficiadas que otras donde las hondonadas y cenotes escasean. Asimismo, las redes de caminos comunales por donde se cargan las cosechas quedarían cerrados. Otras preocupaciones ante tal medida de parcelación giran en torno a las lejanías o cercanías de las parcelas, la forma de conseguir la leña y el gual'lo para los techos de las casas. Todo esto nos revela, el cómo se embonan las particularidades del medio natural con el modo de organización sociocultural. 9 Para redondear este diagnóstico técnico y económico sobre los milperos, es preciso adentrarnos en los ámbitos socioculturales de estas comuI")idades. Es aquí donde se advierte la magnitud de la agresión contra la etnia maya, cuando desde el año pasado se han intentado aplicar los preceptos del reformulado artículo 27 constitucional. Como respuesta, existe un rotundo rechazo de las asambleas ejidales a Jos intentos por la parcelación individual de los ejidos milperos. Para entender esta postura del campesinado milpero, es preciso aclarar dos cosas: 1) que a diferencia de otros núcleos ejidales como los henequeneros, ganaderos y fruticultores, los milperos nunca han parcelado sus ejidos y prevalece un usufructo comunal de los recursos, donde cada ejidatario, hijo o pariente de éste, tiene la posibilidad real de establecer la milpa en el rumbo que más le convenga y 2) que el modo de organización social de tipo antiguo y la cosmovisión sociocultural prevaleciente en los pobladores de estas comunidades, distan mucho del lucro y la rentabilidad comercial; del individualismo productivo y la competencia económica sobre la que descansa la visión neoliberal. Pronasol y Procampo: entre la administración política oficial y la autonomía étnica Desde 1988, último año que BANRURAL destinó recursos a los maiceros de Yucatán, los millonarios débitos campesinos quedaron en el olvido. En 1989, Pronasol hizo presencia por primera vez otorgando recursos que fueron manejados directamente por las presidencias municipales. Este microcontrol polltico de los recursos no pasó desapercibido, en particular porque la efervescencia polltica que levantó el panismo urbano de Yucatán llegó hasta los rincones más apartados del estado, y las numerosas denuncias sobre el manejo polltico del Pronasol crearon un ambiente de crítica generalizada contra dicho programa. Los conflictos que se están viviendo en el interior de los ejidos milperos oponen a dos bandos en pugna: los milperos jóvenes, cuya desestructuración étnica aboga por el repartimiento individual de la tierra para rentar o vender sus predios una vez delimitados, y 105 viejos milperos y sus seguidores, que se oponen tajantemente a las parcelaciones ejidales. En el bando que está a favor del nuevo 27, destacan lideres y cacicazgos intracomunitarios que en varios ejidos ocupan las administraciones ejidales. A pesar de ello, la mayoría de las asambleas ejidales se han pronunciado por preservar la organización y el usufructo comunal de 105 recursos. 9 En efecto, el hecho de que las administraciones municipales estuvieran encimadas sobre las directivas ejidales, rompía de tajo viejas alianzas gremiales en las decisiones para otorgar los recur- Para ver mayores detalles sobre el conflicto con el nuevo 27 constitucional en la zona oriente y el cómo se organizan los recursos productivos en los ejidos de esta región, consultar de quien esto escribe el siguiente articulo: "El neoliberalismo agrario en Yucatán; los milperos del oriente ante el nuevo 27 constitucional". En: Rodrlguez Canto, A. y Flores T. Jorge: La agricultrua de Yucatán ante el tratado de libre comercio. UACh, pp. 85-91. 115 Revista de Geografia Agrícola sos. En el seno de las localidades indlgenas se registraron exclusiones de sectores campesinos particularmente rebeldes en el aspecto electoral en relación al partido oficial. En contrapartida, hubo sectores favorecidos que recibieron los recursos del Pronasol aún cuando el oficio o actividad predominante no era la agricultura. ques públicos han sido construidas o reconstruidas con recursos devueltos de Pronasol, con materiales de la comunidad y fuerza de trabajo locales en el oriente de Yucatán. No obstante estos avances, la estructura órganica-operativa de Pronasol en Yucatán , sigue expuesta al manejo politico de figuras y grupos de poder locales que se infiltran o se mimetizan en los procesos internos. Ello se evidencia en la frecuente y constante deserción de productores que se rehúsan al pago y devolución de los recursos, particularmente cuando las cosechas se pierden y los recursos otorgados por Pronasol se destinan no a la unidad productiva sino para consumo de las necesidades apremiantes o de tipo francamente improductivo, socialmente hablando. De m9doq~e en su primer año, Pronasol creó un ambiente generalizado de desconfianza que tuvo que ver con la raqultica devolución .de estos recursos para obras comunales. Pocas comunidades y grupos de maiceros fueron los que acataron el modo de organización de Pronasollo que obligó a este programa a un cambio en las estrategias de otorgamiento y devolución de los recursos para 1990. En este sentido, los recursos de Pronasol pasaron directamente a la administración dellnstituto Nacional Indigenista (INI), el cual se hizo cargo de organizar los comités de solidaridad, de obras y supervisión general en el estado. De modo que Pronasol, a diferencia de BANha creado espacios'de autogestión comunisocial, taria, como son las obras de mejoramiento , las cajas de ahorro rural , la adquisición de insumos temporalmente, y, más importante, la posibilidad de formar sus propios cuadros de dirigencia natural dentro del grupo étnico.10 RURAL, La nueva estructura operativa de Pronasol, si bien no excluyó a las administraciones municipales en el manejo de los recursos si las relegó a un segundo plano, dando con ello preeminencia en las decisiones a los grupos ejidales, asambleas y líderes campesinos más identificados con los grupos sociales involucrados en este programa nacional. En este proceso de democratización, la visión autonomista de la etnia maya tuvo un gran peso. Esto es comprensible si no desconocemos que los milperos yucatecos nunca han sido corporativizados en algún aparato de Estado, como sí lo fueron los mayas henequeneros, los fruticultores del sur del estado y los ejidatarios ganaderos del oriente de Yucatán. Los milperos en cambio, revelaron el dominio que siempre han tenido sobre sus ámbitos y recursos productivos, cuando declararon la moratoria o desertaron de BANRURAL en 1987 ante la exigencia para la devolución de los recursos otorgados durante muchos años. Un aspecto de gran importancia de la milpa actual, es la necesidad que tiene el proceso productivo de integrar los insumos industrial.es, particularmente los fertilizantes que permiten elevar de forma sustancial los rendimientos por hectárea. Precisamente, fue BANRURAL el que integró en la antigua cuota de crédito estos insumos llegándose en 1983 a 1984 a fertilizar arriba de 95 mil hectáreas de maíz en Yucatán y beneficiándose cerca de 22 mil productores. Con el retiro de BANRURAl en 1987 y la aparición de Pronasol en 1988, las superficies fertilizadas del campo milpero se abatieron, regresándose a las altas siniestralidades de las cosechas que ya estaban presentes en los tiempos anteriores a la aparición de los fertilizantes en la milpa. En términos tecnológicos, si BANRURAL incitó cierta modernidad en el proceso milpero, Pronasol no retomó las pocas virtudes que tuvo la estructura crediticia de BANRURAL, porque a diferencia de éste, El hecho fue que desde 1990, los nuevos comités de solidaridad contaron con el aval mayoritario de los grupos ejidales y numerosas obras rurales como calles, templos, casas ejidales y par10 "Entre las conclusiones más importantes a que llegaron los alcaldes de ayuntamientos gobernados por la oposición (como parte de los trabajos de evaluación del Porgrama Nacional de Solidaridad) destaca el manejo político que se ejerce sobre los recursos". Diario de Yucatán, Sección "Interior del Estado", 26 de agosto de 1993, p. 1. 116 la agricultura mllpera de Yucatán Pronasol sólo ha canalizado recursos monetarios sin operar en directo insumos de tipo industrial que hoy requiere la milpa. De este modo y con el dinero en la mano, los maiceros se enfrentan a prioridades cotidianas que los obligan de inmediato al gasto de los recursos y con escasas posibilidades de invertir en los fertilizantes y herbicidas. En última instancia, las unidades familiares indígenas buscan asegurar algún provecho productivo, adquiriendo cerdos pequeños para la engorda o alhajas que puedan vender llegado el momento de devolver alguna parte de los recursos provenientes del Pronasol. Los primeros conflictos que ha provocado Procampo en la agricultura milpera están, en efecto, estrechamente ligados a las escasas y deterioradas áreas de montes ejidales. Por un lado, los mil peros que ar'io a ar'io alquilan montes privados han regresado al núcleo ejidal, ante el problema que resulta conseguir los documentos avalatorios de las propiedades donde se desarrollan las milpas, y por otro, el masivo retorno de aquella población que emigra al trabajo urbano, pero que nunca ha renunciado a su participación dentro del ejido. 11 En ambos casos, las administraciones ejidales no pudieron oponerse a la readmisión de estos productores, precisamente por los fuertes lazos de parentesco y los sistemas colectivos de organización social. Con la reciente aparición de Procampo, no sólo se retrocede en los logros tecnológicos habidos con BANRURAL, sino que desecha la estructura participativa semiautónoma que Pronasol ha logrado crear en el interior de los núcleos étnicos. Por otra parte, si BANRURAL primero y Pronasol después, operaron con nivel grupos y comunidades fuertemente ligadas a las redes sociales de parentesco y a la economía moral-politica, Procampo tiende a operar a nivel de individuos en la canalización de los recursos, uso y destino de éstos. Las posibilidades de evitar mayores conflictos intercampesinos en la competencia por los escasos recursos, y por ende, de un mayor desgaste ecológico de los montes, podría ser a trav.és de una reorganización los modos en los que se lleva a cabo el usufructo comunal, cuya meta sería poner tope máximo al número de hectáreas de cultivo. Esta será sin duda, la mayor prueba que pasarán los grupos étnicos si quieren preservar sus expectativas de vida comunal, sin acudir al carácter excluyente al que los obligan las políticas de Procampo y de las nuevas leyes agrarias. En Procampo, la idea de otorgar subsidios anuales por hectárea profundizará seguramente la competencia generalizada sobre los recursos ejidales. Esto quiere decir, para el campo milpero, un mayor sobreuso en los deteriorados montes milperos del oriente del Estado. En este subsidio individual se complicarán los conflictos intracomunitarios ante el obligado usufructo comunal de los montes, y también , con el sústrato sociocultural prevaleciente hasta hoy en la organización, las redes del mercado indígena y el tipo de consumo étnico. Alternativas para las comunidades ejidales que viven de la milpa El desgajamiento cultural que ocasiona la aplicación del neoliberalismo en Yucatán, no sólo al descomponer la economía moral, sino también de organización, puede evitarse si somos capaces de sensibilizar a las burocracias mandantes de diser'iar en un plazo inmediato un programa de reconstrucción de los ejidos milperos, henequeneros, fruticultores y ganaderos de Yucatán. Tal programa de reconstrucción con respecto a los milperos fue presentado hace dos ar'ios a varias instituciones del estado. Aunque no hubo respuesta favorable, sí creó una preocupación fundamental: auscultar y analizar los recursos e infra- Las bases operativas de Procampo en la milpa no toman en cuenta más que un sólo ámbito en el mercado, el del dinero. Estos recursos monetarios canalizados a cada hectárea y por productor, tienden a promover milpas fantasmas o áreas que aun siendo totalmente improductivas, por el nulo periodo de descanso dado, se establezcan en forma de "milpas permanentes" asegurando los recursos monetarios sin esperanza de cosecha alguna. 11 "Campesinos de Xcatzin . comisaría de Valladolid. piden que se investigue a funcionarios de la SARH que tienen a su cargo el PROCAMPO. quienes discriminan a los ejidatarios que son de la oposición. registrándoles únicamente dos hectáreas (de maíz). mientras que a los priístas les aceptan hasta 20 ha. En esta comisaría se ha perjudicado a 534 ejidatarios e hijos de estos". Diario de Yucatán, Sección "Interior del Estado". 25 de mayo de 1994, p. 2. 117 Revista de Geografía Agricola estructura disponible en cada ejido, las redes del mercado indígena y los liderazgos y grupos de trabajo interiores. Así surgió el proyecto que nos permitió escribir estos avances de la investigación. Este programa de reconstrucción debe diseñarse a escala comunitaria, e incluso ejidal, comenzando desde las mismas bases agrotecnológicas y calendarios agrícolas. Después, penetrar a situaciones prevalecientes en las redes de mercado rural ya establecido por los propios productores, sin romper los vínculos del intermediarismo reinante desde el inicio de las acciones interinstitucionales. Asimismo y de mayor complejidad, estarían las acciones encaminadas a reforzar la organización sociocultural hoy agredida por los agentes extemos a las comunidades, por la vía de reducir los conflictos entre grupos interiores y reducir las fugas de los excedentes comunitarios. Una de nuestras hipótesis es que las comunidades indígenas milperas tienen y preservan múltiples cauces autogestivos, precisamente, porque a diferencia de lo que ocurrió con los henequeneros, los maiceros nunca perdieron el control de sus recursos ni están desarticulados en sus expresiones sociocult\Jrales. El hecho es que en Yucatán, el mismo INI que maneja los recursos de Pronasol, ha ensayado con cajas de ahorro campesino, bodegas campesinas y otras acciones que han dejado regulares experiencias. BIBLIOGRAFíA Duch G., J. 1993. "Racionalidad técnica y debilidad productiva de la agricultura milpera en dad Autónoma Chapi'ngo, Chapingo, México. el estado de Yucatán". 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