L`O S S E RVATOR E ROMANO

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L’OSSERVATORE ROMANO
EDICIÓN SEMANAL
Unicuique suum
Año XLVII, número 7 (2.402)
EN LENGUA ESPAÑOLA
Non praevalebunt
Ciudad del Vaticano
13 de febrero de 2015
Convocado en el Vaticano un consistorio extraordinario sobre la reforma de la Curia romana
Comunión y colegialidad
La cita era a las 9, pero ya media hora antes el Papa Francisco
estaba en el aula del Sínodo. De
pie, delante de la mesa de la
presidencia, dispuesto a acoger a
los cardenales convocados para
el consistorio extraordinario del
jueves 12 y el viernes 13 de febrero para debatir sobre la reforma de la Curia romana, en vísperas de la creación de veinte
nuevos purpurados. El Papa
Francisco los saludó a todos,
uno por uno, intercambiando
con ellos alguna palabra. «Bienvenidos a esta comunión que se
expresa en la colegialidad» dijo
en sus palabras iniciales: y esa
cordial y no formal acogida era
ya la expresión concreta de la
intención de valorizar plenamente la participación personal y colegial. Juntos,
los 165 cardenales cantaron el Veni creator, invocando la asistencia del Espíritu Santo para alcanzar lo que el Pontífice definió «una meta no fácil» que «requiere tiempo, determinación y cola-
boración». La reforma —deseo de las congregaciones generales antes del cónclave y que llevará a la
redacción de una nueva constitución apostólica—
«no es un fin en sí misma» dijo el Papa, sino que
quiere dar siempre una mayor «colaboración y
transparencia» en la Curia «para
dar fuerza al testimonio cristiano, para favorecer una más eficaz evangelización; para promover un más fecundo espíritu ecuménico; para alentar a un diálogo más constructivo con todos».
Al término de la oración de la
hora Tercia, el cardenal Angelo
Sodano, decano del Colegio, saludó al Pontífice y, tras hacer
brevemente referencia a las anteriores reformas de la Curia queridas por Pablo VI y Juan Pablo
II, aseguró al Papa Francisco la
plena colaboración, personal y
colegial, de los cardenales en un
trabajo que quiere responder
adecuadamente a los desafíos
del presente, contando con las
experiencia del pasado.
La creación de veinte nuevos cardenales procedentes de diversas partes del mundo tendrá lugar
el sábado 14 de febrero en la basílica de San Pedro, donde el Papa concelebrará con ellos la misa
el domingo 15, por la mañana.
Octava reunión del Consejo de cardenales
Inició el lunes 9 y se
prolongó
hasta
el
miércoles 11 de febrero, por la tarde, la
reunión de tres días
del Consejo de los
nueve cardenales que
trabajan en la reforma
de la Curia romana
querida por el Papa
Francisco. Los encuentros tuvieron lugar en la Casa Santa
Marta, con la presencia del Pontífice.
Durante estos días
se trabajó en la preparación de la relación presentada por
el secretario durante el consistorio y
se contó con la intervención del
cardenal Ravasi acerca del papel y
ubicación del Consejo pontificio
para la cultura y de monseñor
Tighe, que informó sobre la labor
del Comité para la reforma de los
medios de comunicación vaticanos.
Además, el cardenal O’Malley informó sobre la plenaria apenas concluida de la Comisión para la tutela
de los menores y el cardenal Pell
sobre la actividad y la organización
de la Secretaría del Consejo de
asuntos económicos.
Los purpurados —lo hizo público
el director de la Oficina de prensa
de la Santa Sede, padre Federico
Lombardi, en un encuentro con los
periodistas— se reunirán nuevamente del 13 al 15 de abril. No está prevista —explicó el padre Lombardi—
una publicación en breve de un documento: los tiempos son naturalmente largos dado que se está tra-
En el Ángelus la oración
por las personas esclavizadas
Plenaria de la Comisión
para la tutela de los menores
La trata
es una plaga vergonzosa
Para hacer de la Iglesia
un «hogar seguro»
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bajando en una nueva
constitución y no en
una simple actualización.
La última jornada
de trabajos el Consejo
se centró inicialmente
en la preparación del
consistorio del jueves
12 y en analizar la intervención introductoria del cardenal Rodríguez Maradiaga.
Los encuentros anteriores del Consejo
de cardenales tuvieron
lugar los días 1-3 de
octubre y 3-5 de diciembre de 2013,
17-19 de febrero, 28-30 de abril, 1-4
de julio, 15-17 de septiembre y 9-11
de diciembre de 2014.
Visita a una parroquia romana
¿En qué canal
habla Jesús?
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A los participantes en el encuentro de Scholas Occurrentes
Armonía en las diferencias
En síntesis el mensaje
de «Scholas Ocurrentes» pide a la sociedad
que asuma su responsabilidad
educativa,
evitando delegar a los
profesionales una tarea que corresponde a
todos: padres, mundo
del trabajo y cultura.
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Y
7
L’OSSERVATORE ROMANO
página 2
viernes 13 de febrero de 2015, número 7
Ernst Günter Hansing,
«Pablo VI en oración» (1969, detalle)
Crónica de un malentendido
Montini y España
RICARD O BLÁZQUEZ
l pontificado de Pablo VI está
inseparablemente unido a la
celebración del Concilio Vaticano II y al cumplimiento de los
mandatos conciliares, unos sobre reformas concretas y otros de orientación más amplia. Se le debe reconocer y agradecer tanto la fidelidad a
las orientaciones que había marcado
Juan XXIII, como el pulso firme con
que presidió el Concilio, y el estilo
realmente conciliar, es decir, de tratamiento de las cuestiones planteadas con amplia participación de los
obispos y búsqueda de concordia en
la aceptación de los documentos.
Cuando había un número alto de
votos negativos era remitido el esquema a la comisión correspondiente para su revisión y búsqueda de
acuerdo. De esta manera, el Concilio
es modelo de trabajo compartido y
de aprobación de los documentos
con unanimidad moral, ya que un
Concilio no busca la mayoría democrática, sino la coincidencia mayor
posible. El Espíritu Santo actúa
también en la mutua escucha y en la
generosidad, para coincidir en lo
que se ha ido decantando y pueda
contribuir mejor a la misión de la
Iglesia. La obediencia al Señor y al
Evangelio fue una actitud fundamental en todos los participantes.
Pablo VI, al final del primer periodo conciliar, pronunció en el aula un
extraordinario discurso, que junto
con los de los cardenales Suenes,
Lercaro... abrieron el horizonte de
los trabajos conciliares. Asumió con
obediencia al Espíritu la finalidad
pastoral que el Papa Juan XXIII había señalado al Concilio.
En el primer discurso como Papa
pronunció las siguientes palabras
orientadoras: «Está fuera de toda
duda que es deseo, necesidad y deber de la Iglesia que se dé finalmente una más meditada definición de sí
misma». No se trata de discutir algunos puntos importantes de la doctrina de la Iglesia, sino de buscar
conciliarmente cómo anunciar el
Evangelio en la coyuntura actual de
E
208). El diálogo, que une la verdad
y el amor, es también para el Papa
una calidad de espíritu. Por esto,
podemos comprender cuánto sufrimiento le produjeron la famosa
«contestación» desde el año 1968 y
otros hechos del postconcilio.
Los primeros años del postconcilio fueron de gran esperanza, de realización de las reformas encomendadas por el Concilio, de intensa efervescencia y también de «contestación». Vista esta a distancia nos parece un hecho debido a prisas en la
renovación de la Iglesia, a una pretendida actualización teológica que,
en ocasiones, ponía en peligro la
misma fe, a las posibilidades que
ofrecían los medios de comunicación, al desbordamiento de iniciativas particulares que desatendían las
orientaciones de la autoridad en la
Iglesia y el ritmo razonable de asimilación. En muchos momentos causó frustración, desgaste en la vitalidad de la Iglesia, disensiones internas.
Se puede comprender que para el
Papa Pablo VI, tan sensible él, fuera
la contestación, unas veces con mayor calado y otras con menor incidencia, una fuente de sufrimientos.
¿Fueron la contestación y el desbordamiento teológico, liPapa del diálogo
túrgico y disciplinar
como la ruptura de los
Publicamos casi por completo el prólogo
diques de contención
escrito por el arzobispo de Valladolid
del agua retenida?
y presidente de la Conferencia episcopal
Bastantes años de su
española al libro de Vicente Cárcel Ortí,
pontificado estuvieron
Beato Pablo VI: Papa del diálogo (Madrid,
marcados por este peBAC, 2014, páginas XXXI+487).
so y dolor. Aquí se
El 4 de febrero la Facultad de teología
puede situar el llamade Valencia ha conferido a monseñor Cárcel
do Credo del Pueblo
de Dios, pronunciado
el doctorado honoris causa.
delante de la basílica
de San Pedro el día 30
Permítanme una confidencia. En- de junio del año 1968.
Aquella tarde yo estaba presente
tre las personas que más vivamente
me han impresionado al oírles ha- en la plaza, y a medida que avanzablar de Jesucristo puedo recordar al ba me sobrecogieron tanto el tono
rector del Seminario de Ávila, a solemne como el contenido, como
mons. Ancel y a Pablo VI al soltarse las dimensiones de la profesión de la
de los papeles y hablar de corazón a fe. Ante todos, como Pedro en Cesalos sacerdotes del Colegio Español rea de Filipos, quería profesar autode Roma ordenados el año 1968. Las rizadamente la fe de la Iglesia en
palabras transmitían la fuerza, la medio de las turbulencias y confuconvicción y el gozo de un encuen- siones. Con tal profesión pedía encatro personal con el Señor.
recidamente que toda la Iglesia acoEl diálogo, desarrollado amplia- giera y respetara la revelación que
mente en la encíclica Ecclesiam suam hemos recibido del Señor.
(6-8-1964), caracterizó la vida, la acEl Papa emérito Benedicto XVI retitud y el ministerio de Pablo VI. Es- cordó, en la Carta apostólica Porta
ta forma de afrontar las cuestiones fidei, por la que convocaba un Año
pendientes con otras personas y gru- de la fe a los 50 del comienzo del
pos aparece frecuentemente en los Concilio Vaticano II, cómo Pablo VI
documentos del Concilio. La Consti- proclamó un Año de la fe para contución Gaudium et spes 92 recuerda memorar el XIX centenario del martilos cuatro círculos de interlocutores rio de los apóstoles Pedro y Pablo.
que distinguió la encíclica (nn. 200- Pensaba que de esta manera la Iglela humanidad. Por eso,
la nueva evangelización
tiene su puesta en marcha en el Concilio Vaticano II. La introspección
en el misterio de la Iglesia implica también la
perspectiva misionera.
¡Con qué vigor y belleza reivindicó que Jesucristo, luz del mundo,
fuera el norte del Concilio! La asamblea profesa
la fe en su Señor y desea
anunciarlo al mundo.
«¡Cristo! Cristo, nuestro
principio; Cristo, nuestra vida y
nuestro guía; Cristo, nuestra esperanza y nuestro término... Que no se
cierna sobre esta reunión otra luz si
no es Cristo, luz del mundo; que
ninguna otra verdad atraiga nuestros
ánimos fuera de las palabras del Señor, único Maestro; que ninguna
otra aspiración nos anime si no es el
deseo de serle absolutamente fieles;
que ninguna otra esperanza nos sostenga, sino que conforte, mediante
su palabra, nuestra angustiosa debilidad: Y he aquí que Yo estoy con vosotros todos los días hasta la consumación de los siglos (Mt 28, 20)».
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sia podría adquirir una «exacta conciencia de su fe, para reanimarla, para purificarla, para confirmarla y para confesarla». La solemne profesión
de fe del día 30 de junio de 1968 era
la conclusión de aquel Año de la fe.
Pablo VI fue un genuino confesor
de la fe, rindiendo a Dios el sublime
testimonio y pronunciando los contenidos esenciales que, desde siglos,
constituyen el patrimonio de todos
los creyentes. Pablo VI, ejerciendo su
autoridad apostólica tanto en el
Concilio como en el postconcilio,
fue un testigo del Señor, cargando
con las pruebas, incomprensiones y
críticas que le exigía el cumplimiento fiel de su ministerio.
Me ha parecido un acierto que la
presente biografía, además de una
primera parte dedicada a tratar la
actuación de Pablo VI en la Iglesia e
historia de su tiempo, tenga una segunda que desarrolla la relación de
Pablo VI y España.
Particularmente oportuna me parece esta para los lectores españoles,
ya que en muchas actuaciones no
fue bien entendido; el paso del tiempo político nos ofrece una perspectiva más adecuada, y la situación actual de la Iglesia ha introducido la
serenidad requerida para valorar los
acontecimientos de la ingente obra
conciliar y la terminación de un régimen largo y autoritario. Hubo muchas incomprensiones, susceptibilidades, tergiversaciones, resistencias,
y también aceptación simplemente
leal y obediente de decisiones de la
superior autoridad eclesiástica con
las que había escasa sintonía interior.
Fueron años difíciles para el Papa
y el nuncio, para la Conferencia
Episcopal y la Iglesia, para el Gobierno y la sociedad en general. Se
pasó en pocos años de una convivencia quizá demasiado estrecha a
una desavenencia clamorosa. Católicos de toda la vida en poco tiempo
se sintieron incomprendidos y desplazados. La manera de reaccionar
muchos ante la elección del cardenal
Montini como Papa Pablo VI fue expresión sintomática de ese malestar,
a pesar de ser el candidato más probable. Ese día, 21 de junio de 1963,
estaba yo esperando a ser examinado en Ávila de teología moral.
Cuando llegó la noticia de que el
card. Montini había sido elegido Papa, pude constatar que no todas las
reacciones fueron de exaltación.
A Pablo VI le fue penoso que se
mezclaran negativamente su desafección personal y cultural a un régimen no-democrático con su amor al
pueblo español, la estima de su
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número 7, viernes 13 de febrero de 2015
L’OSSERVATORE ROMANO
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El Papa Francisco en la parroquia de San Miguel Arcángel en Pietralata
¿En qué canal habla Jesús?
Es necesario buscar la palabra del Señor en el Evangelio y dejarse curar por Él
«“¿En qué canal de televisión habla
Jesús?”. Te habla en el Evangelio»: en
la misa con la que el domingo 8 de
febrero, por la tarde, concluyó su visita
a la parroquia romana de San Miguel
Arcángel, en Pietralata, el Papa
Francisco invitó a todos a
acostumbrarse a «escuchar la palabra
de Jesús en el Evangelio» y a dejarse
«curar» por Él.
Así era la vida de Jesús: «Recorrió
toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios» (Mc 1, 39). Jesús que predica y
Jesús que cura. Toda la jornada era
así: predica al pueblo, enseña la Ley,
enseña el Evangelio. Y la gente lo
busca para escucharlo y también
porque sana a los enfermos. «Al
anochecer, cuando se puso el sol, le
llevaron a todos los enfermos y endemoniados… Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a
muchos demonios» (Mc 1, 32.34). Y
nosotros estamos delante de Jesús en
esta celebración: Jesús es quien preside esta celebración. Nosotros, sacerdotes, estamos en el nombre de
Jesús, pero es Él quien preside, Él es
el verdadero Sacerdote que ofrece el
sacrificio al Padre. Podemos preguntarnos si yo dejo que Jesús me predique. Cada uno de nosotros: «¿Dejo que Jesús me predique, o yo sé
todo? ¿Escucho a Jesús o prefiero
escuchar cualquier otra cosa, quizá
las habladurías de la gente, o historias…?». Escuchar a Jesús. Escuchar
la predicación de Jesús. «¿Y cómo
puedo hacer esto, padre? ¿En qué
canal de televisión habla Jesús?». Te
habla en el Evangelio. Y esta es una
costumbre que aún no tenemos: ir a
buscar la palabra de Jesús en el
Evangelio. Llevar siempre un Evangelio con nosotros, pequeño, y tenerlo al alcance de la mano. Cinco
minutos, diez minutos. Cuando voy
de viaje, o cuando
tengo que esperar…,
saco el Evangelio del
bolsillo o de la bolsa
y leo algo, o en casa.
Y Jesús me habla, Jesús ahí me predica. Es
la palabra de Jesús. Y
tenemos que acostumbrarnos a esto: oír la
palabra de Jesús, escuchar la palabra de Jesús en el Evangelio.
Leer un pasaje, pensar
un poco en qué dice,
en qué me dice a mí.
Si no oigo que me habla, paso a otro. Pero
tener este contacto
diario con el Evangelio, rezar con el Evangelio; porque así Jesús
me predica, me dice
con el Evangelio lo
que quiere decirme.
Conozco a gente que
siempre lo lleva, y
cuando tiene un poco
de tiempo, lo abre, y
así encuentra siempre
la palabra justa para el momento
que está viviendo. Esta es la primera
cosa que quiero deciros: dejad que el
Señor os predique. Escuchar al Señor.
Y Jesús sanaba: dejaos curar por
Jesús. Todos nosotros tenemos heridas, todos: heridas espirituales, pecados, enemistades, celos; tal vez no
saludamos a alguien: «¡Ah! Me hizo
esto, ya no lo saludo». Pero hay que
En el Ángelus el Pontífice reza por las personas esclavizadas y recuerda la jornada del enfermo
La trata es una plaga vergonzosa
La trata de personas es una «vergonzosa plaga, plaga indigna de una sociedad
civil». Lo afirmó el Papa Francisco al término del Ángelus del domingo 8 de
febrero, que las superioras y los superiores de los institutos religiosos eligieron
como Jornada de reflexión sobre este ignominioso fenómeno. Antes de la oración
mariana con los fieles presentes en la plaza de San Pedro, comentando el
evangelio del día el Pontífice habló del valor del sufrimiento, recordando la
Jornada mundial del enfermo que se celebra el 11 de febrero.
Queridos hermanos y hermanas,
¡buenos días!
El Evangelio de hoy (cf. Mc 1,
29-39) nos presenta a Jesús que,
después de haber predicado el sábado en la sinagoga, cura a muchos
enfermos. Predicar y curar: esta es
la actividad principal de Jesús en su
vida pública. Con la predicación
anuncia el reino de Dios, y con la
curación demuestra que está cerca,
que el reino de Dios está en medio
de nosotros.
Al entrar en la casa de Simón Pedro, Jesús ve que su suegra está en
la cama con fiebre; enseguida le toma la mano, la cura y la levanta.
Después del ocaso, al final del día
sábado, cuando la gente puede salir
y llevarle los enfermos, cura a una
multitud de personas afectadas por
todo tipo de enfermedades: físicas,
psíquicas y espirituales. Jesús, que
vino al mundo para anunciar y realizar la salvación de todo el hombre
y de todos los hombres, muestra
una predilección particular por
quienes están heridos en el cuerpo
y en el espíritu: los pobres, los pecadores, los endemoniados, los enfermos, los marginados. Así, Él se
revela médico, tanto de las almas
como de los cuerpos, buen samaritano del hombre. Es el verdadero
Salvador: Jesús salva, Jesús cura,
Jesús sana.
Tal realidad de la curación de los
enfermos por parte de Cristo nos
invita a reflexionar sobre el sentido
y el valor de la enfermedad. A esto
nos llama también la Jornada mundial del enfermo, que celebraremos
el próximo miércoles 11 de febrero,
memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes.
Bendigo las actividades preparadas
para esta Jornada, en particular, la
vigilia que tendrá lugar en Roma la
noche del 10 de febrero. Recordemos también al presidente del Consejo pontificio para la pastoral de la
salud, monseñor Zygmunt Zimowski, que está muy enfermo en Polonia. Una oración por él, por su salud, porque fue él quien preparó
esta jornada, y nos acompaña con
su sufrimiento en esta jornada. Una
oración por monseñor Zimowski.
La obra salvífica de Cristo no
termina con su persona y en el arco
de su vida terrena; prosigue mediante la Iglesia, sacramento del
amor y de la ternura de Dios por
los hombres. Enviando en misión a
sus discípulos, Jesús les confiere un
doble mandato: anunciar el Evangelio de la salvación y curar a los
enfermos (cf. Mt 10, 7-8). Fiel a esta enseñanza, la Iglesia ha considerado siempre la asistencia a los enfermos parte integrante de su misión.
«Pobres y enfermos tendréis
siempre con vosotros», advierte Jesús (cf. Mt 26, 11), y la Iglesia los
encuentra continuamente en su caSIGUE EN LA PÁGINA 4
curar esto. «¿Y cómo hago?». Reza
y pide a Jesús que lo sane. Es triste
cuando en una familia los hermanos
no se hablan por una estupidez,
porque el diablo toma una estupidez
y hace todo un mundo. Después, las
enemistades van adelante, muchas
veces durante años, y esa familia se
destruye. Los padres sufren porque
los hijos no se hablan, o la mujer de
un hijo no habla con el otro, y así
los celos, las envidas… El diablo
siembra esto. Y el único que expulsa
los demonios es Jesús. El único que
cura estas cosas es Jesús. Por eso, os
digo a cada uno de vosotros: dejaos
curar por Jesús. Cada uno sabe dónde tiene la herida. Cada uno de nosotros tiene una; no sólo tiene una:
dos, tres, cuatro, veinte. Cada uno
sabe. Que Jesús cure esas heridas.
Pero, para esto, tengo que abrir el
corazón, para que Él venga. ¿Y cómo abro el corazón? Rezando. «Pero, Señor, no puedo con esa gente,
la odio, me ha hecho esto, esto y esto…». «Cura esta herida, Señor». Si
le pedimos a Jesús esta gracia, Él
nos la concederá. Déjate curar por
Jesús. Deja que Jesús te cure.
Deja que Jesús te predique y deja
que te cure. Así, yo también puedo
predicar a los demás, enseñar las palabras de Jesús, porque dejo que Él
me predique; y también puedo ayudar a curar tantas heridas, tantas heridas que hay. Pero antes tengo que
hacerlo yo: dejar que Él me predique y Él me cure.
Cuando el obispo va a visitar las
parroquias, se hacen muchas cosas;
también se puede hacer un propósito hermoso, pequeño: el propósito
de leer todos los días un pasaje del
Evangelio, un pasaje breve, para dejar que Jesús me predique. Y el otro
propósito: rezar para que me deje
curar las heridas que tengo. ¿De
acuerdo? ¿Terminamos? ¿De acuerdo? Pero hagámoslo, porque hará
bien a todos. Gracias.
L’OSSERVATORE ROMANO
página 4
«Parece precisamente que cada ciudad,
incluso la que se muestra más
floreciente y ordenada, tenga la
capacidad de generar dentro de sí una
oscura «anti-ciudad»: el Papa
Francisco el sábado 7 de febrero, en la
sala Clementina, al recibir a los
miembros del Consejo pontificio para
los laicos, se detuvo sobre el tema de su
asamblea plenaria que acaba de
concluir. «ante estos tristes escenarios
—dijo—, debemos recordar siempre que
Dios no ha abandonado la ciudad».
Queridos hermanos y hermanas:
Con alegría acojo al Consejo pontificio para los laicos reunido en
asamblea plenaria, y agradezco al
cardenal presidente las palabras que
me ha dirigido.
El tiempo transcurrido desde
vuestra última plenaria ha sido para
vosotros un período de actividad y
realización de iniciativas apostólicas.
En ellas habéis adoptado la exhortación apostólica Evangelii gaudium
como texto programático y brújula
para orientar vuestra reflexión y
vuestra acción. El año que acaba de
comenzar se caracterizará por una
importante celebración: el 50º aniversario de la conclusión del Concilio Vaticano II. Al respecto, sé que
estáis preparando oportunamente un
acto conmemorativo de la publicación del decreto sobre el apostolado
de los laicos Apostolicam actuositatem.
Aliento esta iniciativa, que no sólo
mira al pasado sino también al presente y al futuro de la Iglesia.
El tema que habéis elegido para
esta asamblea plenaria, Encontrar a
Dios en el corazón de la ciudad, se sitúa en la línea de la invitación de la
Evangelii gaudium a entrar en los
«desafíos de las culturas urbanas»
(nn. 71-75). El fenómeno del urbanis-
El Papa al Consejo pontificio para los laicos
Ciudad y anti-ciudad
mo ya ha asumido dimensiones globales: más de la mitad de los hombres del planeta vive en las ciudades.
Y el contexto urbano tiene un fuerte
impacto en la mentalidad, la cultura,
los estilos de vida, las relaciones interpersonales y la religiosidad de las
personas. En tal contexto, tan variado y complejo, la Iglesia ya no es la
única «promotora de sentido», y los
cristianos absorben «lenguajes, símbolos, mensajes y paradigmas que
ofrecen nuevas orientaciones de vida, frecuentemente en contraste con
el Evangelio» (ibídem, n. 73). Las
ciudades presentan grandes oportunidades y grandes riesgos: pueden
ser magníficos espacios de libertad y
realización humana, pero también
terribles espacios de deshumanización e infelicidad. Parece precisamente que cada ciudad, incluso la
que se muestra más floreciente y ordenada, tenga la capacidad de generar dentro de sí una oscura «anticiudad». Parece que junto a los ciudadanos también existen los no-ciu-
dadanos: personas invisibles, pobres
de recursos y calor humano, que habitan en «no-lugares», que viven de
las «no-relaciones». Se trata de personas a las que nadie les dirige una
mirada, una atención, un interés. No
sólo son los «anónimos», son los
«anti-hombres». Y esto es terrible.
Pero ante estos tristes escenarios,
debemos recordar siempre que Dios
no ha abandonado la ciudad; Él vive
en la ciudad. El título de vuestra
plenaria quiere destacar precisamente que es posible encontrar a Dios
en el corazón de la ciudad. Esto es
muy hermoso. Sí, Dios sigue estando presente también en nuestras ciudades, tan frenéticas y distraídas.
Por eso es necesario no abandonarse
jamás al pesimismo y al derrotismo,
sino tener una mirada de fe sobre la
ciudad, una mirada contemplativa
«que descubra al Dios que habita en
sus hogares, en sus calles, en sus
plazas» (ibídem, n. 71). Y Dios nunca
está ausente de la ciudad, porque
nunca está ausente del corazón del
Ángelus del 8 de febrero
VIENE DE LA PÁGINA 3
mino, considerando a las personas enfermas una vía
privilegiada para encontrar a Cristo, acogerlo y servirlo. Curar a un enfermo, acogerlo, servirlo, es servir a
Cristo: el enfermo es la carne de Cristo.
Esto sucede también en nuestro tiempo, cuando, no
obstante las múltiples conquistas de la ciencia, el sufrimiento interior y físico de las personas suscita fuertes
interrogantes sobre el sentido de la enfermedad y del
dolor y sobre el porqué de la muerte. Se trata de preguntas existenciales, a las que la acción pastoral de la
Iglesia debe responder a la luz de la fe, teniendo ante
sus ojos al Crucificado, en el que se manifiesta todo el
misterio salvífico de Dios Padre que, por amor a los
hombres, no perdonó ni a su propio Hijo (cf. Rm 8,
32). Por lo tanto, cada uno de nosotros está llamado a
llevar la luz de la palabra de Dios y la fuerza de la gracia a quienes sufren y a cuantos los asisten, familiares,
médicos y enfermeros, para que el servicio al enfermo
se preste cada vez más con humanidad, con entrega generosa, con amor evangélico y con ternura. La Iglesia
madre, mediante nuestras manos, acaricia nuestros sufrimientos y cura nuestras heridas, y lo hace con ternura de madre.
Pidamos a María, Salud de los enfermos, que toda
persona experimente en la enfermedad, gracias a la solicitud de quien está a su lado, la fuerza del amor de
Dios y el consuelo de su ternura materna.
Al término de la oración mariana
el Pontífice hizo un llamamiento por la Jornada contra
la trata de personas y saludó a los diversos
grupos presentes.
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy, 8 de febrero, memoria litúrgica de santa Josefina Bakhita, la religiosa sudanesa que de niña vivió la
dramática experiencia de ser víctima de la trata, las
Uniones de superiores y superioras generales de los
institutos religiosos han organizado la Jornada de oración y reflexión contra la trata de personas. Aliento a
cuantos están comprometidos a ayudar a hombres, mujeres y niños esclavizados, explotados y abusados como
instrumentos de trabajo o placer, y a menudo torturados y mutilados. Deseo que cuantos tienen responsabilidades de gobierno tomen decisiones para remover las
causas de esta vergonzosa plaga, plaga indigna de una
sociedad civil. Que cada uno de nosotros se sienta
comprometido a ser portavoz de estos hermanos y hermanas nuestros, humillados en su dignidad. Invoquemos todos juntos a la Virgen, por ellos y por sus familiares. (Dios te salve…).
Saludo a todos los peregrinos presentes, a las familias, los grupos parroquiales y las asociaciones. En particular, saludo a los fieles de Caravaca de la Cruz (España), de Anagni, Marcon, Quartirolo y Corato; a las
corales de la archidiócesis de Módena-Nonántola, y a
los jóvenes de Buccinasco, así como a los provenientes
de Letonia y Brasil.
A todos os deseo un feliz domingo. Por favor, no os
olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta la
vista!
viernes 13 de febrero de 2015, número 7
hombre. En efecto, «la presencia de
Dios acompaña las búsquedas sinceras que personas y grupos realizan
para encontrar apoyo y sentido a sus
vidas» (ibídem). La Iglesia quiere estar al servicio de esta búsqueda sincera que existe en muchos corazones
y los abre a Dios. Los fieles laicos,
sobre todo, están llamados a salir sin
temor para ir al encuentro de los
hombres de las ciudades: en las actividades diarias, en el trabajo, como
particulares o como familias, junto
con la parroquia o en los movimientos eclesiales de los que forman parte, pueden derribar el muro de anonimato e indiferencia que a menudo
reina indiscutiblemente en las ciudades. Se trata de encontrar la valentía
de dar el primer paso de acercamiento a los demás, para ser apóstoles en
el barrio.
Al convertirse en anunciadores felices del Evangelio a sus conciudadanos, los fieles laicos descubren
que hay muchos corazones que el
Espíritu Santo ya ha preparado para
acoger su testimonio, su cercanía, su
atención. En la ciudad existe a menudo un terreno de apostolado mucho más fértil de lo que muchos se
imaginan. Por consiguiente, es importante cuidar la formación de los
laicos: educarlos para que tengan esa
mirada de fe, llena de esperanza,
que sepa ver la ciudad con los ojos
de Dios. Ver la ciudad con los ojos
de Dios. Animarlos a vivir el Evangelio, sabiendo que toda vida cristianamente vivida tiene siempre un
fuerte impacto social. Al mismo
tiempo, es necesario alimentar su deseo de testimonio, para que puedan
dar con amor a los demás el don de
la fe que han recibido, acompañando con afecto a sus hermanos que
dan los primeros pasos en la vida de
fe. En una palabra, los laicos están
llamados a vivir un protagonismo
humilde en la Iglesia y convertirse
en fermento de vida cristiana para toda la ciudad.
Es importante, además, que en este renovado impulso misionero hacia
la ciudad los fieles laicos, en comunión con sus pastores, propongan el
corazón del Evangelio, no sus
«apéndices». También el entonces
obispo Montini, a los participantes
en la gran misión ciudadana de Milán, les hablaba de la «búsqueda de
lo esencial», e invitaba a ser, ante todo nosotros mismos, «esenciales», es
decir, auténticos, genuinos, y a vivir
lo que cuenta verdaderamente (cf.
Discorsi e scritti milanesi 1954-1963,
Instituto Pablo VI, Brescia-Roma,
1997-1998, p. 1483). Sólo así se puede
proponer con su fuerza, su belleza y
su sencillez, el anuncio liberador del
amor de Dios y de la salvación que
Cristo nos ofrece. Sólo así se va con
actitud de respeto hacia las personas; se ofrece lo esencial del Evangelio.
Encomiendo vuestro trabajo y
vuestros proyectos a la protección
maternal de la Virgen María, peregrina junto a su Hijo en el anuncio
del Evangelio de aldea en aldea, de
ciudad en ciudad, y os imparto de
corazón mi bendición a todos vosotros y a vuestros seres queridos. Y,
por favor, no os olvidéis de rezar
por mí. Gracias.
número 7, viernes 13 de febrero de 2015
L’OSSERVATORE ROMANO
página 5
Reunión plenaria de la Comisión pontificia para la tutela de los menores
Para hacer de la Iglesia un «hogar seguro»
Los miembros de la Comisión pontificia para la tutela de los menores se
reunieron en asamblea plenaria en
Roma del 6 al 8 de febrero. Lo hizo
público un comunicado del organismo difundido el lunes 9. Los miembros que participaron en la asamblea
son: el cardenal capuchino Seán
O’Malley (Estados Unidos), presidente; monseñor Robert Oliver (Estados Unidos), secretario; presbítero
Luis Manuel Ali Herrera (Colombia); Catherine Bonnet (Francia);
Marie Collins (Irlanda); Gabriel DyLiacco (Filipinas); Sheila Hollins
(Inglaterra); Bill Kilgallon (Nueva
Zelanda); hermana Kayula Lesa,
M.S.C. (Zambia); hermana Hermenegild Makoro, C.P.S. (Zimbabue);
Kathleen McCormack (Australia);
Claudio Papale (Italia); Peter Saunders (Inglaterra); Hanna Suchocka
(Polonia); Krysten Winter-green
(Estados Unidos); padre Humberto
Miguel Yáñez, S.J. (Argentina), y padre Hans Zollner, S.J. (Alemania).
El encuentro fue la primera ocasión para los 17 miembros de la Comisión, ampliada recientemente, de
reunirse y dar a conocer los progresos realizados en la tarea que el Papa les encomendó, o sea, aconsejarlo
en la salvaguardia y protección de
los menores en la Iglesia.
Durante los encuentros, los miembros presentaron las relaciones de
sus grupos de trabajo de expertos
preparadas durante el año pasado.
La Comisión completó después sus
recomendaciones relativas a su estructura formal y aprobó diversas
propuestas para someter a la consideración del Papa.
Los grupos de trabajo son una
parte de la estructura operativa de la
Comisión. Entre una y otra sesión
plenaria, los mismos promueven investigaciones y proyectos en ámbitos
centrales para la misión de hacer de
la Iglesia un «hogar seguro» para
los niños, adolescentes y adultos vulnerables. Entre estos están: la atención pastoral a las víctimas y sus familias, la educación, las directrices
de buenas prácticas, la formación de
sacerdotes y religiosos, las normas
eclesiales y civiles que regulan las
acusaciones de abusos y la responsabilidad de las personas con cargos
de responsabilidad en la Iglesia
cuando se trata de acusaciones de
abuso.
La Comisión es muy consciente
de que la cuestión de la responsabilidad tiene una gran importancia.
Durante la asamblea, los miembros
aprobaron una propuesta inicial para
presentar a la consideración del Papa Francisco. Además, la Comisión
está desarrollando procesos para asegurar la responsabilidad de todos los
que en la Iglesia —clero, religiosos y
laicos— trabajan con menores.
Para asegurar dicha responsabilidad, es necesario suscitar la conciencia y comprensión en todos los niveles de la Iglesia con respecto a la
gravedad y urgencia de realizar procedimientos correctos de salvaguardia. Con este fin, la Comisión acordó también elaborar seminarios para
educar a los líderes eclesiásticos en
el ámbito de la protección de los
menores.
A raíz de la carta del Papa a los
presidentes de las Conferencias episcopales y superiores de los institutos
Nuevas duchas para los pobres
bajo la columnata de San Pedro
Se concluyeron, bajo la columnata de la plaza de San Pedro, los trabajos de
construcción de nuevas duchas a disposición de los pobres de la ciudad.
En la reestructuración completa de una sección de los baños que ya estaban bajo la columnata de la parte derecha, se hicieron tres duchas y un pequeño sitio para el peluquero, trabajo que estuvo a cargo de los empleados
de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. «La obra —informa la Limosnería apostólica guiada por el arzobispo Konrad Krajewski— se
hizo con gran sobriedad y dignidad, utilizando técnicas modernas». Las duchas estarán disponibles todos los días, excepto el miércoles, con motivo de
la audiencia general, y los días de celebraciones en San Pedro o en la plaza.
El lunes, el jueves y el sábado los servicios estarán coordinados por los voluntarios de UNITALSI de Roma. Gracias a las donaciones de diversas empresas y de algunos privados, los peregrinos necesitados recibirán un conjunto
de ropa interior y un kit con toalla, jabón, dentífrico, maquinilla de afeitar,
espuma para la barba y desodorante. El servicio de peluquería estará disponible el lunes de las 9 a las 15 gracias a diversos profesionales voluntarios
que renunciarán al acostumbrado día de descanso y a los estudiantes de la
academia de peluqueros de Roma.
de vida consagrada y las sociedades
de vida apostólica con fecha del 2
de febrero, la Comisión espera gustosamente colaborar con las Iglesias
a nivel local, poniendo a disposición
los conocimientos para asegurar las
mejores prácticas en las directrices
para la protección de los menores.
La Comisión está preparando además el material para una Jornada de
oración para quienes han sido heridos por abusos sexuales. Esto pondrá en evidencia la responsabilidad
de los miembros de la Comisión en
trabajar por la sanación espiritual y
ayudará a hacer conciencia en la comunidad católica acerca de la plaga
de los abusos hacia los menores.
El Papa Francisco en su carta a
los superiores de la Iglesia escribe:
«las familias deben saber que la
Iglesia no escatima esfuerzo alguno
para proteger a sus hijos». Conscientes de la importancia de la tarea de
aconsejar al Papa en esta labor, los
miembros de la Comisión piden que
su trabajo sea sostenido con la oración de todos.
Crónica de un malentendido
VIENE DE LA PÁGINA 2
historia católica y la obligación
pastoral después de un Concilio
ecuménico, que no emitió precisamente en la misma longitud de onda que el Gobierno español en lo
que se refería a la libertad religiosa,
política y social. Me parecen clarificadoras las palabras del autor escritas en la introducción a la segunda parte: «Pablo VI mantuvo
siempre serias reservas sobre el Régimen político, pero manifestó públicamente su admiración y amor
al pueblo español, y para este tuvo
siempre numerosos gestos de afecto
y simpatía».
El autor repasa todos los acontecimientos y cuestiones que provocaron o expresaron desavenencias:
nombramientos
episcopales,
la
Asamblea Conjunta Obispos-Sacerdotes, «Caso Añoveros», visitas y
cartas, etc. Es muy útil para todos
leer detenidamente la presentación
de estos diferentes motivos de discordia; a unos servirá de recordatorio y a los más jóvenes les ayudará
a comprender unos años difíciles
de la Iglesia, de la sociedad y de
las relaciones Iglesia-Estado en España. El autor presenta los datos
históricos con objetividad, aduciendo los documentos necesarios, y
los enjuicia con serenidad y sin
apasionamientos; a distancia de los
sentimientos agitados del tiempo
expone sin polémica el desarrollo
de las relaciones. Los años transcurridos muestran claramente cómo
no se podía detener el dinamismo
conciliar ni la marcha hacia el ocaso del Régimen. También se entiende que cuando los ánimos estan caldeados aparezcan salidas de
tono. Es obvio que el contexto his-
tórico y las limitaciones humanas
actúan siempre y particularmente
en tales situaciones. Recuerdo un
hecho que me ocurrió personalmente. El 27 de septiembre de 1975
fueron ejecutados cinco terroristas
que días anteriores habían sido
condenados a muerte, y para los
cuales había pedido clemencia Pablo VI. Conocida la noticia de la
ejecución, el Papa condenó de inmediato y enérgicamente el terrorismo y las ejecuciones. Pocos días
después viajé de Roma a Madrid;
pero solo en un tercer intento pude
facturar las maletas en el aeropuerto, ya que en dos mostradores se
negaron con la justificación: «Io
non lavoro per un paese fascista».
Al final, una persona que había
visto mi peregrinaje me atendió correctamente. Esta anécdota se entiende en aquella situación tensa y
exacerbada.
El autor de este libro, mons. Vicente Carcel Ortí, ha unido en su
trabajo de historiador intensa dedicación, laboriosidad paciente y perseverante, información de primera
mano, la oportunidad de su estancia prolongada en Roma y un juicio equilibrado sobre las cuestiones
tratadas. Me hago eco hoy de la
gratitud compartida entre numerosos lectores por su larga trayectoria
tan fecunda. Convivimos el autor y
un servidor en el palacio Altemps,
cuando era sede del Colegio Español, los tres últimos años, desde
1967 hasta 1970. Estas páginas quieren ser memoria de aquel tiempo y
felicitación al autor por la imponente obra llevada a cabo en el
campo de la historia contemporánea de la Iglesia, y concretamente
por este libro valioso y oportuno.
L’OSSERVATORE ROMANO
número 7, viernes 13 de febrero de 2015
páginas 6/7
En el discurso conclusivo a los participantes en el encuentro de Scholas Occurrentes
Armonía en las diferencias
No cambiaremos el mundo si no cambiamos la educación
Una invitación a aceptar y valorizar las
diferencias en la armonía dirigió el Papa
Francisco a los participantes en el cuarto
congreso mundial de «Scholas
Occurrentes» durante el encuentro que
tuvo lugar el jueves 5 de febrero, por la
tarde, en el aula del Sínodo en el
Vaticano. Publicamos las palabras del
discurso que el Pontífice pronunció en
español.
En primer lugar, les agradezco el esfuerzo que han hecho ustedes para participar de este IV Congreso. Les agradezco los aportes, que nacen de la experiencia.
Una cosa que me preocupa a mí mucho es lograr armonías, que no es simplemente lograr compromisos, lograr
arreglos, lograr entendimientos parciales. Armonía es, de alguna manera,
crear entendimiento de diferencias,
aceptar las diferencias, valorar las dife-
rencias y dejar que se armonicen, que
no se fragmenten.
El mensaje que escuchamos de parte
de la Lumsa recordaba una frase mía:
No vamos a cambiar el mundo si no
cambiamos la educación. Y hay algo
que está totalmente desarmonizado. Yo
pensaba que era solamente en América
Latina, o en algunos países de América
Latina, que era lo que más conocía. En
el mundo. Es el pacto educativo, pacto
educativo que se da entre la familia, la
escuela, la patria, la cultura. Está roto y
muy roto, y no se puede pegar. El pacto educativo roto significa que sea la
sociedad, sea la familia, sean las instituciones diversas delegan la educación en
los agentes educativos, en los docentes,
que —generalmente mal pagados— tienen que llevar sobre sus espaldas esta
responsabilidad y, si no logran un éxito, se les recrimina, pero nadie recrimina a las diversas instituciones que han
claudicado del pacto educativo, lo han do, en todos los continentes, esta intedelegado a la profesionalidad de un racción, este entendimiento.
docente. Quiero rendir homenaje a los
Pero además lo que busca Scholas es
docentes, porque se han encontrado armonizar la misma educación de la
con esta papa caliente en la mano y se persona del chico, del muchacho, del
han animado a seguir adelante.
educando. No es solamente buscar inScholas quiere, de alguna manera, formación, el lenguaje de la cabeza. No
reintegrar el esfuerzo de todos por la basta. Scholas quiere armonizar el leneducación, quiere rehacer armónica- guaje de la cabeza con el lenguaje del
mente el pacto educativo, porque sola- corazón y el lenguaje de las manos, que
mente así, si todos los responsables de una persona, que un chico, que un mula educación de nuestros chicos y jóve- chacho piense lo que siente y lo que
nes nos armonizamos,
podrá cambiar la educación. Y, para eso,
Scholas busca la cultuVideomensaje a los niños
ra, el deporte, la ciencia; para eso, Scholas
busca los puentes, sale
del «chiquitaje» y va a
buscarlos más allá. Y
Publicamos el mensaje que el Papa Francisco
hoy día está manejandirigió a los niños en español.
hace, sienta lo que piensa y lo que hace, haga lo que siente y lo que piensa.
Esa armonía en la misma persona, en el
educando, y esa armonía universal, de
tal manera que el pacto educativo lo
asumimos todos y, de esa manera, salimos de esta crisis de la civilización que
nos toca vivir, y damos el paso que la
misma civilización nos exige.
Cada uno de los pueblos que integran Scholas tiene que buscar en su tradición —su tradición histórica, su tradi-
El cofre y el tesoro
Todos ustedes tienen un cofre, una caja, y adentro
hay un tesoro. Y el trabajo de ustedes es abrir la caja,
sacar el tesoro, hacerlo crecer y darlo a los demás, y
recibir de los demás el tesoro de los demás. Cada uno
de nosotros tiene un tesoro adentro. Si lo guardamos
encerrado, queda ahí encerrado; si lo compartimos
con los demás, el tesoro se multiplica con los tesoros
que vienen de los demás.
Lo que les quiero decir es que no escondan el tesoro que cada uno tiene. A veces se encuentra enseguida; a veces hay que hacer como el juego de la búsqueda del tesoro: no se encuentra enseguida, pero,
una vez que lo encontraste, compartilo, porque al
compartirlo recibís del otro y se multiplica. Eso es lo
que les quiero decir a ustedes, chicos. ¡Adelante! Lo
que ustedes hacen desde el sitio en que están nos
ayuda también a todos nosotros a comprender que la
vida es un lindo tesoro, pero solamente tiene sentido
si la damos. ¡Muchas gracias!
ción popular— las cosas fundacionales,
cuáles son las cosas que culturalmente
son fundacionales a la patria. Y, desde
eso que le dio sentido a esa patria, a
esa nación, sacar la universalidad que
armoniza. La cultura italiana, por ejemplo, no puede renegar de Dante como
fundacional; la cultura Argentina, que
es la que conozco, no puede renegar
del Martín Fierro, nuestro poema fundacional. Me vienen las ganas de preguntar —pero no lo voy a hacer— cuántos argentinos aquí presentes han estudiado, leído, meditado a
Martín Fierro. Volver a las
cosas culturales que nos dieron sentido, que nos dieron
la primera unidad de la cultura nacional de los pueblos, recuperar lo que es
más nuestro cada uno de los
pueblos para compartirlo
con los demás y armonizar
lo más grande: eso es educar para la cultura.
Además, hay que ir a
buscar lo fundacional de la
persona, la sanidad fundacional, la capacidad lúdica,
la capacidad creativa del
juego. El libro de la Sabiduría dice que Dios jugaba,
la sabiduría de Dios jugaba.
Redescubrir el juego como
camino educativo, como expresión educativa. Entonces,
ya la educación no es meramente información; es creatividad en el juego, esa dimensión lúdica que nos hace crecer en la creatividad y
en el trabajo en conjunto.
Finalmente, buscar en ca-
da uno de nosotros y en nuestros pueblos la belleza, la belleza que nos funda con nuestro arte, con nuestra música, con nuestra pintura, con nuestra escultura, con nuestras literaturas. Lo bello. Educar en la belleza porque armonía dice a belleza y no podemos lograr
la armonía del sistema educativo si no
tenemos esa percepción de la belleza.
Yo les agradezco todo lo que ustedes
hacen y cómo colaboran en este desafío
que es creativo: creativo del pacto educativo —recrearlo porque así recreamos
la educación—; creativo de la armonía
de la persona entre los tres lenguajes, el
de las manos, el del corazón y el de la
mente; creativo en la dimensión lúdica
de una persona, ese sano perder el
tiempo en el trabajo conjunto del juego; creativo en la belleza, que ya encontramos en los fundamentos de las
identidades nacionales, que estamos todos juntos. Éste es el desafío. ¿Quién
inventó esto? No se sabe, pero se dio.
¿Hay problemas? Muchos, muchos to-
cemos solos. Por lo tanto, “Scholas”
puede ayudaros en esto: en la comunicación». Por último, Bautista, de 14
años, autista, contó acerca de su pasión
por la fotografía cultivada gracias a la
tablet, que le permite componer collage
de imágenes con programas específicos.
El Papa le contó que no tiene una tablet y le felicitó por su actividad.
A continuación, los representantes de
los patrocinadores y de las empresas
que sostienen a «Scholas occurrentes»
firmaron su compromiso formal ante el
Papa. Último en orden de tiempo, el
acuerdo firmado con el «Football Club
Barcelona», que se encargará de formar
profesores de diversas naciones. Estuvieron presentes también representantes
de periódicos de diversos países del
mundo, sobre todo de América central
y del sur, que publicarán un encarte de
«Scholas», repitiendo la misma iniciativa realizada en Argentina con «Clarín».
Se leyó luego el texto del «pacto
educativo», al cual se adhirió la Libre
Universidad María Santísima Asunta
(LUMSA) de Roma. Y siguió una nueva
conexión a través de internet con Mo-
zambique, donde «Scholas» está llevando adelante un proyecto de apoyo e
innovación tecnológica para los estudiantes que no pueden adquirir un ordenador. Gracias a esta iniciativa, lo jóvenes no sólo podrán conectarse con
sus coetáneos de todo el mundo, sino
también incluir a los jóvenes de los diferentes barrios y darles la posibilidad
de acceder al a red. El encuentro se
concluyó con el mensaje a los niños y
la intervención final del Papa Francisco. Entre los casi 260 presentes —estudiantes, profesores, pedagogos, expertos en informática, artistas, empresarios— estaban los dos directores mundiales de «Scholas», José del Corral y
Enrique Palmeyro, los arzobispos Marcelo Sànchez Sorondo y Vincenzo Zani,
y monseñor Guillermo Javier Karcher.
Con ocasión del congreso mundial se
lanzó también «Scholas Labs». Se trata
de un programa para acelerar proyectos
educativos y apoyar a empresarios comprometidos con la tecnología y la innovación para promover la integración. Se
trata de una iniciativa abierta a las personas y a las iniciativas que presentan
proyectos relacionados con la educa-
davía que solucionar en la organización
de esto. ¿Que somos tentados? Sí. Toda obra que empieza es tentada; es tentada de frenarse, de corromperse, de
desviarse. Por eso es necesario el trabajo conjunto y la vigilancia de todos, para que esta chispa que nació siga extendiéndose en un fuego que ayude a reconstruir, a armonizar el pacto educativo. Los que ganan en todo esto son los
chicos. Así que les agradezco por lo
que hacen por el futuro, porque decir
chicos es decir futuro. Muchas gracias.
Después de la escuela hay más
Después de la escuela hay más. No es
un simple eslogan, sino un programa
para construir puentes de diálogo, para
integrar niños de todas las religiones,
culturas y razas a través de la educación. Es un forma de pedir a la sociedad que asuma su responsabilidad en
ámbito educativo, evitando delegar a
los profesionales, a menudo mal pagados, esta tarea que corresponde a todos, comenzando por los padres, el
mundo del trabajo y de la cultura. Este
es, en síntesis, el mensaje de «Scholas
occurrentes» —realidad de la que ya
forman parte 400.000 escuelas públicas
y privadas de todo nivel y grado dispersas por el mundo— que volvió a reunirse con el Papa Francisco el jueves 5
de febrero, por la tarde, en el aula del
Sínodo en el Vaticano. La ocasión de
esta asamblea de la institución fue la
celebración del cuarto congreso mundial sobre el tema «Responsabilidad
social e inclusión», que el Papa concluyó. Lo hizo primero conectándose vía
web con varios países del mundo y dialogando con algunos chicos discapacitados que le contaron su experiencia.
La primera fue Isabel, de 13 años,
discapacitada visual, que se conectó
desde Madrid y explicó cómo logra
leer gracias a un teclado con el método
Braille. El Papa le expresó su deseo de
progresar en el camino de la vida utilizando las tecnologías y dedicando
tiempo a la actividad deportiva. Desde
San Pablo, en Brasil, habló Pedro, de
12 años, que padece una malformación
genética. Amante del fútbol, confesó
que está siempre contento cuando juega, incluso si no gana, porque tiene la
posibilidad de estar con los amigos.
«Lo que importa no es ganar, lo que
importa es jugar y estar con los amigos», dijo el Papa Francisco.
Alicia, de 17 años, con síndrome de
Down, también de Madrid, le preguntó
al Pontífice si le gusta hacer fotos con
la tableta y descargarlas en el ordenador. El Pontífice confesó que no tiene
familiaridad con los aparatos fotográficos y electrónicos, y añadió: «¡Qué vergüenza!». De nuevo desde la capital española, Elvira, de 11 años, también ella
con síndrome de Down, le confesó que
es admiradora de la argentina Violeta.
El Papa la alentó a cultivar la pasión
por el canto.
Enfermo de hipotiroidismo congénito, el estadounidense Isaiah, de 17 años,
conectado desde Nebraska, habló de su
experiencia de programador. El Papa
Francisco le recomendó que no perdiera la esperanza ante las dificultades:
«Nosotros —dijo— somos capaces de
superarlas todas, sólo necesitamos tiempo para comprender; inteligencia para
encontrar el camino y valor para seguir
adelante, para no asustarnos jamás».
Manoj, de 13 años, sordo, dijo que es
fans de Bruce Lee, y explicó cómo a
través del ordenador y la tecnología lo-
gra superar la discapacidad. El Pontífice le recordó la importancia de la comunicación, explicando que «cuando
no comunicamos, permanecemos solos
con nuestros límites y esto nos hace
mal. Cuando comunicamos, lo que es
más importante es la comunicación, dar
y recibir nos hace bien y no permane-
ción y la tecnología. Un comité de expertos reconocido a nivel mundial evaluará y seleccionará las mejores propuestas que accederán a la etapa de
«aceleración», con la duración de cuatro meses, y lo sostendrán a través de
financiaciones y publicidad. El primer
proyecto de «Scholas Labs» será
«Scholas Ciudadanía», que tiene como
objetivo crear un espacio online para
compartir las problemáticas de los estudiantes secundarios, promoviendo su
participación y el compromiso social,
civil y político. (nicola gori)
L’OSSERVATORE ROMANO
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viernes 13 de febrero de 2015, número 7
COMUNICACIONES
Colegio episcopal
RENUNCIA:
El Papa ha aceptado la renuncia al
gobierno pastoral de la diócesis de
Faenza-Modigliana
(Italia)
que
monseñor CLAUDIO STAGNI le había
presentado en conformidad con el
canon 401 § 1 del Código de derecho canónico.
Claudio Stagni nació en Medicina, archidiócesis de Bolonia, el 9 de
junio de 1939. Recibió la ordenación
sacerdotal el 25 de julio de 1963.
Juan Pablo II le nombró obispo titular de Dardano y auxiliar de la archidiócesis de Bolonia el 6 de diciembre de 1990; recibió la ordenación episcopal el 13 de enero de
1991. El mismo Papa le nombró
obispo de Faenza-Modigliana el 26
de abril de 2004.
EL PAPA
HA NOMBRAD O:
—Arzobispo de Hamburgo (Alemania) a monseñor STEFAN HEßE.
Stefan Heße nació en Colonia,
Alemania, el 7 de agosto de 1966.
Recibió la ordenación sacerdotal el
17 de junio de 1993. Obtuvo el doctorado en teología dogmática en el
Instituto teológico palotino de Vallendar, en su país de origen. En su
ministerio ha sido vicario parroquial,
director de la sección «cura de almas - personal» de la curia arzobispal de Colonia, administrador diocesano, canónigo del cabildo de la
catedral y vicario general de la sede
de Colonia.
—Arzobispo metropolitano de la
nueva archieparquía de Asmara (Eritrea) a monseñor MENGHESTEAB
TESFAMARIAM, M.C.C.J., hasta ahora
obispo eparquial de dicha sede.
Menghesteab
Tesfamariam,
nació en Berakit, eparquía
de Asmara, el 24 de diciembre de
M.C.C.J.,
Erección de eparquía
El Papa ha erigido la eparquía de
BAHIR DAR - DESSIE (Etiopía), con
territorio desmembrado de la archieparquía metropolitana de Addis
Abeba y con sede en Bahir Dar, y la
ha hecho sufragánea de la misma
circunscripción metropolitana.
La nueva eparquía tiene una extensión de 221.776,23 km² y cuenta
con una población de 16.215.850 habitantes, de los cuales 17.544 son católicos y 3.090 catecúmenos. Pastoralmente están distribuidos en 24
parroquias y son atendidos por 3 sacerdotes diocesanos y 21 sacerdotes
religiosos. Desempeñan su misión
en esa circunscripción eclesiástica 4
religiosos y 43 religiosas.
1948. Ingresó en la congregación de
los Misioneros Combonianos del
Corazón de Jesús, donde recibió la
ordenación sacerdotal el 18 de febrero de 1979. Juan Pablo II le nombró
obispo de la eparquía de Asmara el
25 de junio de 2001; recibió la ordenación episcopal el 16 de septiembre
del mismo año.
—Obispo de Faenza-Modigliana
(Italia) a monseñor MARIO TOSO,
S.D.B., hasta ahora obispo titular de
Bisarcio y secretario del Consejo
pontificio Justicia y paz.
Mario Toso, S.D.B., nació en Mogliano Véneto, diócesis de Treviso,
el 2 de julio de 1950. Ingresó en la
Sociedad Salesiana de San Juan
Bosco, donde recibió la ordenación
sacerdotal el 22 de julio de 1978. Benedicto XVI le nombró obispo titular
de Bisarcio y secretario del Consejo
pontificio Justicia y paz el 22 de octubre de 2009; recibió la ordenación
episcopal el 12 de diciembre sucesivo.
—Obispo de la nueva eparquía de
Bahir Dar - Dessie (Etiopía) a monseñor LISANE-CHRISTOS MATHEOS
SEMAHUN, hasta ahora obispo titular de Matara de Numidia y auxiliar
de Addis Abeba.
Lisane-Christos Matheos Semahun nació Gurage, archieparquía de
Addis Abeba, el 19 de diciembre de
1959. Recibió la ordenación sacerdotal el 8 de mayo de 1988. Benedicto
XVI le nombró obispo titular de Matara de Numidia y auxiliar de Addis
Erección de Iglesia
«sui iuris»
El Papa ha erigido la Iglesia metropolitana «sui iuris» de Eritrea,
desmembrándola de la archieparquía metropolitana de Addis
Abeba. La sede de la nueva Iglesia metropolitana es ASMARA, y
ha sido elevada a la categoría de
archieparquía metropolitana.
Audiencias pontificias
Abeba el 5 de enero de 2010; recibió
la ordenación episcopal el 18 de
abril del mismo año.
—Obispo titular Usula y auxiliar de
Radom (Polonia) a monseñor PIOTR
TURZYŃSKI.
Piotr Turzyński nació en Radom
el 28 de septiembre de 1964. Recibió
la ordenación sacerdotal el 28 de
mayo de 1988. Se licenció en teología y ciencias patrísticas en el Instituto Patrístico «Augustinianum» de
Roma y se doctoró en teología en la
Pontificia Universidad Gregoriana.
Ha desempeñado su ministerio como vicario parroquial, formador y
vicerrector del seminario mayor diocesano, docente en diversas instituciones, miembro del consejo presbiteral, director del consejo diocesano
para la formación y del consejo para
la vida consagrada.
Guardia Suiza
pontificia
El Santo Padre ha nombrado comandante de la Guardia Suiza
pontificia, con el grado de coronel, al señor teniente coronel
CHRISTOPH GRAF.
Christoph Graf es el trigésimo
quinto comandante de la Guardia
Suiza pontificia. Hasta ahora desempeñaba el cargo de subcomandante y, como tal, era jefe del
estado mayor del Cuerpo y oficial de las relaciones con las demás fuerzas armadas. Originario
de Pfaffnau, en el cantón de Lucerna, donde nació el 5 de septiembre de 1961, inició su servicio
como alabardero el 2 de marzo
de 1987. Ha sido luego instructor
y desempeñó también la función
de sargento mayor y responsable
de la planificación y la organización de los servicios. Como oficial dirigió una de las tres secciones del Cuerpo antes de ser vicecomandante. Está casado y tiene
dos hijos.
EL SANTO PADRE
HA RECIBID O EN AUDIENCIA:
Jueves 5 de febrero
—Al presidente de la República
de Kiribati, Anote Tong, con el
séquito.
—Al cardenal George Pell, prefecto de la Secretaría de asuntos
económicos.
—A monseñor Charles Joseph
Chaput, O.F.M.CAP., arzobispo de
Filadelfia.
—A monseñor Giambattista Diquattro, arzobispo titular de Giromonte, nuncio apostólico en Bolivia.
A los obispos de la Conferencia
episcopal de Grecia, en visita «ad
limina Apostolorum»:
—Monseñor Sevastianos Rossolàtos, arzobispo de Atenas; administrador apostólico «sede vacante
et ad nutum Sanctae Sedis», de
Rodas, con el arzobispo emérito:
monseñor Nikolaos Foskolos.
—Monseñor Ioannis Spiteris, arzobispo de Corfú, Zante y Cefalonia; administrador apostólico «ad
nutum Sanctae Sedis» del vicariato apostólico de Tesalónica.
—Monseñor Nikolaos Printezis,
obispo de Naxos, Andros, Tinos y
Mykonos; administrador apostólico «sede vacante» de Chios.
—Monseñor Petros Stefanou,
obispo de Siros, Milos, y de Santorini con el obispo emérito: monseñor Frangkiskos Papamanolis.
—Monseñor Dimitrios Salachas,
obispo titular de Grazianopoli,
exarca apostólico para los católicos de rito bizantino residentes en
Grecia.
—Monseñor Neshan Karakéhéyan, arzobispo titular de Adana de
los armenios, administrador apostólico del Ordinariato para los católicos de rito armenio residentes
en Grecia.
Viernes, día 6
—Al cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán (Italia).
Nombramiento pontificio
El Santo Padre ha nombrado observador permanente de la Santa Sede
ante las organizaciones y los organismos de las Naciones Unidas para la
alimentación y la agricultura (F.A.O., I.F.A.D. y P.A.M.) a monseñor FERNAND O CHICA ARELLANO, consejero de nunciatura.
Fernando Chica Arellano nació en Mengíbar (España) el 24 de junio
de 1963. Recibió la ordenación sacerdotal el 19 de abril de 1987, incardinado en la diócesis de Jaén. Es doctor en teología dogmática. Entró en
el servicio diplomático de la Santa Sede el 1 de julio de 2002, y desempeñó su misión en la nunciatura apostólica en Colombia, en la representación pontificia ante la O.N.U. en Ginebra y en la Sección para los Asuntos generales de la Secretaría de Estado.
—Al cardenal Béchara Boutros
Raï, patriarca de Antioquía de los
maronitas (Líbano).
—Al cardenal Juan Luis Cipriani
Thorne, arzobispo de Lima (Perú).
—A monseñor Heinz Wilhelm
Steckling, O.M.I., obispo de Ciudad del Este (Paraguay).
Sábado, día 7
—Al cardenal Marc Oullet,
prefecto de la Congregación
para los obispos.
P.S.S.,
número 7, viernes 13 de febrero de 2015
L’OSSERVATORE ROMANO
página 9
Misa del Pontífice en Santa Marta
Yo cuidaré
de ti
La verdadera misión de la Iglesia no
es poner en funcionamiento una eficiente máquina de ayudas, siguiendo
el modelo de una ONG. El perfil del
apóstol —que anuncia con sencillez y
pobreza el Evangelio con el único
auténtico poder que viene de Dios—
se reconoce, en cambio, en la clara
expresión de Jesús a los discípulos
que volvían felices de la misión: «somos siervos inútiles». Y, así, el Papa
—en la misa celebrada el jueves 5 de
febrero, en la capilla de la Casa Santa Marta— reafirmó que la verdadera
«misión de la Iglesia es curar las heridas del corazón, abrir puertas, liberar, decir que Dios es bueno, perdona todo, es padre, Dios es afectuoso
y nos espera siempre».
En el pasaje evangélico de Marcos
(6, 7-13) propuesto por la liturgia, recordó el Pontífice, «hemos escuchado cómo Jesús llama a sus discípulos» y los envía a «llevar el Evangelio: es Él quien llama». El Evangelio
dice «que los llamó, los envió y les
dio autoridad: en la vocación de los
discípulos, el Señor da el poder: el
poder de expulsar los espíritus impuros para liberar, para curar. Este
es el poder que da Jesús». Él, en
efecto, «no da el poder de proyectar
o hacer grandes empresas»; sino «el
poder, el mismo poder que tenía Él,
el poder que Él había recibido del
Padre, se lo entrega». Y lo hace con
un «consejo claro: id en comunidad,
pero para el viaje no llevéis nada
más que un bastón, ni pan, ni alforja, ni dinero: ¡siendo pobres!».
«El Evangelio —afirmó el Papa
Francisco— es tan rico y tan poderoso que no necesita formar grandes
compañías, grandes empresas para
ser anunciado». Porque el Evangelio
«se debe anunciar siendo pobres, y
el verdadero pastor es el que va como Jesús: pobre, a anunciar el Evangelio, con ese poder». Y «cuando el
Evangelio se custodia con esta sencillez, con esta pobreza, se ve claramente que la salvación no es una
teología de la prosperidad» sino que
«es un don, el mismo don que Jesús
había recibido para darlo».
El Papa Francisco volvió a proponer «esa escena tan hermosa de la sinagoga, cuando Jesús se presenta a
los suyos: “He sido enviado para
traer la salvación, para traer la buena noticia a los pobres, a los presos
la liberación, a los ciegos el don de
la vista. La liberación a todos los
que están oprimidos y para anunciar
el año de gracia, el año de alegría”».
Precisamente este, dijo, «es el objetivo del anuncio evangélico, sin muchas cosas extrañas, mundanas». Jesús «envía así».
Y —se preguntó— «¿qué manda
hacer» a los discípulos? ¿Cuál es su
programa pastoral?». Sencillamente
el de «atender, curar, levantar, liberar, expulsar los demonios: este es el
programa sencillo». Que coincide,
destacó el Papa Francisco, con «la
misión de la Iglesia: la Iglesia que
atiende, que cura». Tanto es así, recordó, que «algunas veces hablé de
la Iglesia como de un hospital de
campaña: ¡es verdad! ¡Cuántos heridos hay, cuántos heridos! ¡Cuánta
la vida y de la muerte de Jesucrisgente necesita que sus heridas sean
to».
curadas!».
La
noche
oscura
El Papa siguió reflexionando soPor lo tanto, continuó el Papa,
bre estos caminos paralelos a lo lar«esta es la misión de la Iglesia: curar
del más grande
go de los cuales «el grande» sufre
las heridas del corazón, abrir puertas, liberar, decir que Dios es bueno, Un hombre, Juan, es un camino, «muchas pruebas y llega a ser peque Dios perdona todo, que Dios es que es el camino de Jesús, indicado queño, pequeño, pequeño, pequeño
padre, que Dios es afectuoso, que por el Bautista, pero es también el hasta el desprecio». Juan, como Jenuestro, en el cual todos estamos lla- sús, «se abaja, conoce el camino del
Dios nos espera siempre».
abajamiento. Juan con toda esa auDe su misión, destacó el Pontífice mados en el momento de la prueba.
Parte de la figura de Juan —«el toridad, pensando en su vida, comrefiriéndose al Evangelio de Lucas
(10, 17-20), «los discípulos volvieron grande Juan: al decir Jesús que fue parándola con la de Jesús, dice a la
felices» porque «no creían ser capa- “el hombre más grande nacido de gente quién es él, como será su vida:
ces de poder lograrlo». Y «decían al mujer”»— la reflexión del Papa Fran- “Conviene que Él crezca, yo en camSeñor: “Señor, hasta los demonios se cisco en la misa celebrada en Santa bio debo disminuir”». Es esta, destanos someten en tu nombre”». Esta- Marta el viernes 6 de febrero. El có el Papa, «la vida de Juan: dismiban justamente «felices porque este Evangelio de san Marcos (6, 14-29) nuir ante Cristo, para que Cristo
poder de Jesús, realizado con senci- relata la prisión y el martirio de este crezca». Es «la vida del siervo que
llez, con pobreza, con amor, daba «hombre fiel a su misión; el hombre deja sitio, abre camino, para que
que sufrió muchas tentaciones» y venga el Señor».
buen resultado».
La vida de Juan «no fue fácil»: en
Precisamente la frase que los dis- que «nunca, nunca traicionó su vocípulos felices dirigieron a Jesús, se- cación». Un hombre «fiel» y «de efecto, «cuando Jesús comenzó su
gún lo relatado en el Evangelio, gran autoridad, respetado por todos: vida pública», él era «cercano a los
esenios, es decir, a los observantes
«nos explica todo». Ellos decían: el grande de ese tiempo».
El Papa Francisco se detuvo a de la ley, pero también de las oracio«Hemos hecho esto, y esto, y esto, y
esto...». Así, después de escucharlos, analizar su figura: «Lo que salía de nes, de las penitencias». Así, a un
Jesús cerró los ojos y dijo: «Estaba su boca era justo. Su corazón era cierto punto, en el período en el que
viendo a Satanás caer del cieestaba en la cárcel, «sufrió
lo». Un frase que revela cuál
la prueba de la oscuridad,
es «la guerra de la Iglesia: es
de la noche en su alma».
verdad, tenemos que recoger
Y esa escena, comentó el
ayudas y formar organizacioPapa Francisco, «conmuenes que ayuden porque el Seve: el grande, el más granñor nos da los dones para esde manda al encuentro de
to»; pero, advirtió el Papa,
Jesús a dos discípulos para
«cuando olvidamos esta mipreguntarle: “Juan te presión, olvidamos la pobreza,
gunta: ¿eres tú o me he
olvidamos el celo apostólico
equivocado y tenemos que
y ponemos la esperanza en
esperar a otro?”». A lo larestos medios, la Iglesia lentago del camino de Juan se
mente cae hacia una ONG y
asomó «la oscuridad del
se convierte en una hermosa
error, la oscuridad de una
organización: poderosa pero
vida consumida en el
no evangélica, porque falta
error. Y esto fue para él
ese espíritu, esa pobreza, esa
una cruz».
fuerza de sanar».
Ante la pregunta de
Hay algo más: al regresar,
Juan «Jesús responde con
Jesús lleva consigo a los dislas palabras de Isaías»: el
cípulos «a descansar un poBautista «comprende, pero
co, a pasar un día en el camsu corazón permanece en
po, a comer bocadillos con
la oscuridad». Todo esto
un refresco». En definitiva, el
incluso estando disponible
Señor quería «pasar juntos
ante las peticiones del rey,
un poco de tiempo para fes- Juan Fdez. de Navarrete «Juan Bautista en la prisión» (1565-1570) «a quien le gustaba escutejar». Y juntos hablan de la
charlo, a quien le gustaba
misión que acababan de realiconducir una vida adúltezar. Pero Jesús no les dice: «Sois ge- justo». Era tan grande que «Jesús ra», y «casi se convierte en un prediniales. En la próxima salida, ahora, dirá también de él que “era Elías cador de corte, de ese rey perplejo».
organizad mejor las cosas». Se limita que regresó, para limpiar la casa, pa- Pero «él se humillaba» porque
a recomendar: «Cuando hayáis he- ra preparar el camino”». Y Juan «pensaba convertir a ese hombre».
Por último, dijo el Papa, «después
cho todo lo que se os ha mandado, «era consciente de que su deber era
decid: “somos siervos inútiles”» (Lc sólo anunciar: anunciar la proximi- de esta purificación, después de este
dad del Mesías. Él era consciente, continuo caer en el anonadamiento,
17, 10).
En estas palabras del Señor, desta- como nos hace reflexionar san Agus- dando lugar al abajamiento de Jesús,
có el Papa Francisco, está el perfil tín, que él sólo era la voz, la Palabra termina su vida». El rey, perplejo,
del apóstol. Y, en efecto, «¿cuál se- era otro». Incluso cuando «se vio «es capaz de tomar una decisión,
ría la alabanza más bella para un tentado de “robar” esta verdad, él si- pero no porque su corazón se haya
apóstol?». He aquí la respuesta: guió siendo justo: “Yo no soy, viene convertido»; sino más bien «porque
«Ha sido un obrero del reino, un detrás de mí, pero yo no soy: yo soy el vino le da valor».
De esta manera Juan termina su
trabajador del reino». Precisamente el siervo; yo soy el servidor; yo soy
vida «bajo la autoridad de un rey
«esta es la alabanza más grande, el que abre las puertas para que Él
mediocre, ebrio y corrupto, por el
porque va por este camino del anun- venga».
capricho de una bailarina y el odio
cio de Jesús, va a curar, a custodiar,
En este punto el Pontífice introvengativo de una adúltera». Así,
a proclamar esta buena noticia y este dujo el concepto de camino, porque,
«termina un grande, el hombre más
año de gracia. A hacer que el pueblo recordó: «Juan es el precursor: pre- grande nacido de mujer», comentó
vuelva a encontrar al Padre, a llevar cursor no sólo de la entrada del Se- el Papa Francisco que confesó:
la paz al corazón de la gente».
ñor en la vida pública, sino de toda «Cuando leo este pasaje, me conComo conclusión, el Papa invitó a la vida del Señor». El Bautista «si- muevo». Y añadió una consideraleer este pasaje del Evangelio, subra- gue adelante en el camino del Se- ción útil para la vida espiritual de
yando «cuáles son las cosas más im- ñor; da testimonio del Señor no sólo todo cristiano: «Pienso en dos cosas:
portantes para Jesús, para el anuncio mostrándolo —“¡Es éste!”— sino tam- primero, pienso en nuestros mártires,
del Evangelio: son estas, estas pe- bién llevando la vida hasta las últi- en los mártires de nuestros días, esos
queñas virtudes». Y «luego es Él, es mas consecuencias como la condujo hombres, mujeres y niños que son
el Espíritu Santo quien lo hace to- el Señor». Y terminando su vida
SIGUE EN LA PÁGINA 10
do».
«con el martirio» fue «precursor de
L’OSSERVATORE ROMANO
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perseguidos, odiados, expulsados de
sus casas, torturados, masacrados».
Esto, destacó, «no es algo del pasado: hoy sucede esto. Nuestros mártires, que terminan su vida bajo la autoridad corrupta de gente que odia a
Jesucristo». Por eso «nos hará bien
pensar en nuestros mártires. Hoy
pensamos en Paolo Miki, pero eso
sucedió en 1600. Pensemos en los de
hoy, de 2015».
El Pontífice prosiguió añadiendo
que este pasaje lo impulsa también a
reflexionar sobre sí mismo: «Yo también moriré. Todos nosotros moriremos. Nadie tiene la vida “comprada”. También nosotros, queriéndolo
o no, vamos por el camino del abajamiento existencial de la vida». Y
esto, dijo, le impulsa «a rezar para
que este abajamiento se asemeje lo
más posible al de Jesucristo, a su
abajamiento».
Así se cierra el círculo de la meditación del Papa Francisco: «Juan, el
grande, que disminuye continuamente hasta la nada; los mártires,
que se abajan hoy, en nuestra Iglesia
de hoy, hasta la nada; y nosotros,
que estamos en este camino y vamos
hacia la tierra, donde todos acabaremos». En este sentido la oración final del Papa: «Que el Señor nos ilumine, nos haga entender este camino
de Juan, el precursor del camino de
Jesús; y el camino de Jesús, que nos
enseña cómo debe ser el nuestro».
Misa en Santa Marta
nos hace decir una hermosa oración:
“Oh Dios tú que maravillosamente
creaste el universo, y más maravillosamente lo recreaste en la redención”». Por lo tanto, «esta “segunda
creación” es más maravillosa que la
primera, este segundo trabajo es más
maravilloso».
Está también, prosiguió el Papa
Francisco, «otro trabajo: el trabajo
de la perseverancia en la fe, que Jesús dice que lo realiza el Espíritu
Santo: “Yo os enviaré al Paráclito y
Él os enseñará y os recordará, os hará recordar lo que os he dicho”». Es
«el trabajo del Espíritu dentro de
nosotros, para hacer viva la palabra
de Jesús, para conservar la creación,
para garantizar que esta creación no
muera». Por lo tanto «la presencia
del Espíritu ahí, que hace viva la
primera y la segunda creación».
En definitiva «Dios trabaja, sigue
trabajando y nosotros podemos preguntarnos cómo debemos responder
a esta creación de Dios, que nace
del amor porque Él trabaja por
amor». Así, «a la “primera creación”
debemos responder con la responsabilidad que el Señor nos da: “la tierra es vuestra, llevadla adelante, ha-
nuamente por el camino de la reconciliación interior, de la reconciliación
comunitaria, porque la reconciliación es obra de Cristo». Y Pablo dice también: «Dios ha reconciliado al
mundo en Cristo». Y «esta es la segunda respuesta». Por lo tanto «a la
“segunda creación” decimos: “Sí, debemos dejarnos reconciliar con el
Señor”».
El Papa Francisco propuso después otra cuestión: «Y ¿cómo respondemos al trabajo que hace el Espíritu Santo en nosotros, de recordarnos las palabras de Jesús, de explicarnos, de hacernos entender lo
que Jesús dijo?». Fue precisamente
«Pablo quien dijo» que no entristeciéramos «al Espíritu Santo que está
en vosotros: estad atentos, es vuestro
huesped, está dentro de vosotros,
trabaja dentro de vosotros. No entristezcáis al Espíritu Santo». Y esto
«porque creemos en un Dios personal. Dios es persona: es persona Padre, persona Hijo y persona Espíritu
Santo». Por lo demás, «los tres están implicados en estra creación, en
esta recreación, en esta perseverancia
en la re-creación». Así, «a los tres
respondemos: custodiar y hacer cre-
cedla crecer”». Por eso, «también
para nosotros está la responsabilidad
de hacer crecer la tierra, de hacer
crecer la creación, de custodiarla y
hacerla crecer según sus leyes: somos
señores de la creación, no dueños».
Y no debemos «adueñarnos de la
creación, sino llevarla adelante, fiel a
sus leyes». Precisamente «esta es la
primera respuesta al trabajo de Dios:
trabajar para custodiar la creación,
para hacerla fructificar».
En esta perspectiva, afirmó el Papa, «cuando escuchamos que la gente organiza reuniones para pensar en
cómo custodiar la creación, podemos decir: “Pero no, son los verdes”». En cambio, observó, «no son
los verdes: esto es cristiano». Y «es
nuestra respuesta a la “primera creación” de Dios, es nuestra responsabilidad». De hecho, «un cristiano
que no custodia la creación, que no
la hacer crecer, es un cristiano que
no le importa el trabajo de Dios, ese
trabajo nacido del amor de Dios por
nosotros». Y «esta es la primera respuesta a la primera creación: custodiar la creación, hacerla crecer».
Pero «¿cómo respondemos “a la
segunda creación”»? Se preguntó el
Papa Francisco, destacando que, al
respecto, «el apóstol Pablo nos dice
una palabra justa, que es la verdadera respuesta: “dejaos reconciliar con
D ios”». Se trata, explicó, de «esa actitud interior abierta para ir conti-
cer la creación, dejarnos reconciliar
con Jesús, con Dios en Jesús, en
Cristo, todos los días, y no entristecer al Espíritu Santo, no expulsarlo:
es el huesped de nuestro corazón, el
que nos acompaña, nos hace crecer».
Como conclusión el Papa rezó para que «el Señor nos dé la gracia de
entender que Él está obrando; y nos
dé la gracia de responder justamente
a este trabajo de amor».
Trabajando
con Dios
Dios está siempre obrando por amor
y nos corresponde a nosotros responderle con responsabilidad y espíritu de reconciliación, dejando lugar
al Espíritu Santo. Es la invitación
que el Papa dirigió en la misa celebrada el lunes 9 de febrero, por la
mañana, en la capilla de la Casa
Santa Marta.
«La liturgia de la Palabra de hoy
—explicó inmediatamente el Papa
Francisco refiriéndose al pasaje del
Génesis (1, 1-19)— nos lleva a pensar,
a meditar sobre los trabajos de Dios:
Dios trabaja». Tanto que «Jesús
mismo dijo: “Mi padre sigue trabajando, sigue actuando; yo también”». Y, así, recordó el Papa, «algunos teólogos medievales explicaban: primero Dios, el creador, crea
el universo, crea los cielos, la tierra,
los seres vivos. Él crea. El trabajo de
creación» Sin embargo, «la creación
no termina: Él continuamente sostiene lo que ha creado, obra para sostener lo que ha creado para que siga
adelante».
Precisamente en el Evangelio de
san Marcos (6, 53-56), hizo notar el
Papa, «vemos “la otra creación” de
Dios», o sea, «la de Jesús que viene
a “re-crear” lo que había sido destruido por el pecado». Y «vemos a
Jesús entre la gente». Escribe en
efecto san Marcos: «Apenas desembarcaron, lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca;
cuando se enteraba la gente dónde
estaba Jesús, le llevaba los enfermos
en camillas; y los que lo tocaban se
curaban». Es «la “re-creación”», y
precisamente «la liturgia expresa el
alma de la Iglesia en esto, cuando
Dos carnets
de identidad
Para conocer nuestra verdadera identidad no podemos ser «cristianos
que están sentados» sino que debemos tener el «valor de ponernos
siempre en camino para buscar el
rostro del Señor», porque somos
«imagen de Dios». En la misa celebrada en Santa Marta, el martes 10
de febrero, el Papa Francisco, comentando la primera lectura de la liturgia —el relato de la creación en el
libro del Génesis (1, 20 - 2, 4)— reflexionó sobre una pregunta esencial
para toda persona: «¿Quién soy
yo?».
Nuestro «carné de identidad»,
dijo el Papa, se encuentra en el he-
viernes 13 de febrero de 2015, número 7
cho de que los hombres fueron creados «a imagen y semejanza de
Dios». Pero entonces, añadió, «la
pregunta que nos podemos hacer es:
¿Cómo conozco, yo, la imagen de
Dios? ¿Cómo llego a saber cómo es
Él para saber cómo soy yo? ¿Dónde
encuentro la imagen de Dios?». La
respuesta se encuentra «no ciertamente en la computadora, en las enciclopedias, tampoco en los libros»,
porque «no hay un catálogo que
contenga la imagen de Dios». Existe
sólo un modo «para encontrar la
imagen de Dios, que es mi identidad» y consiste en ponerse en camino: «Si no nos ponemos en camino,
jamás podremos conocer el rostro de
D ios».
Este deseo de conocimiento se encuentra también en el Antiguo testamento. Los salmistas, hizo notar el
Papa Francisco, «muchas veces dicen: quiero conocer tu rostro»; y
«Moisés también una vez le dijo al
Señor». Pero en realidad «no es fácil, porque ponerse en camino significa dejar muchas seguridades, muchas opiniones de cómo es la imagen de Dios, y buscarlo». Significa,
en otros términos, «dejar que Dios,
la vida nos ponga a prueba», significa «arriesgar», porque «solamente
así se puede llegar a conocer el rostro de Dios, la imagen de Dios: poniéndose en camino».
El Papa se remitió de nuevo al
Antiguo testamento para recordar
que «así hizo el pueblo de Dios, así
hicieron los profetas». Por ejemplo
«el gran Elías: tras vencer y purificar
la fe de Israel, siente la amenaza de
la reina y tiene miedo y no sabe qué
hacer. Se pone en camino. Y en cierto momento, prefiere morir». Pero
Dios «lo llama, le da de comer, de
beber y le dice: sigue caminando».
Así, Elías «llega al monte y allí encuentra a Dios». Su recorrido fue,
por lo tanto, «un largo camino, un
camino penoso, un camino difícil»,
pero nos enseña que «quien no se
pone en camino, jamás conocerá la
imagen de Dios, jamás encontrará el
rostro de Dios». Es una lección para
todos nosotros: «los cristianos sentados, los cristianos inmóviles —afirmó
el Pontífice— no conocerán el rostro
de Dios». Tienen la presunción de
decir: «Dios es así, así...», pero en
realidad «no lo conocen».
Para caminar, en cambio, «se necesita esa inquietud que Dios mismo
puso en nuestro corazón y que te
lleva adelante a buscarlo». Lo mismo, explicó el Pontífice, sucedió a
«Job que, con su prueba, comenzó a
pensar: pero ¿cómo es Dios, que
permite que esto me suceda?». Incluso sus amigos «después de un
gran silencio durante días, comenzaron a hablar, a discutir con él». Pero
todo eso fue inútil: «con estos argumentos, Job no conoció a Dios». En
cambio, «cuando él se dejó interpelar por el Señor en la prueba, encontró a Dios». Y precisamente de Job
se puede escuchar «esa palabra que
nos ayudará mucho en este camino
de búsqueda de nuestra identidad:
“yo te conocía de oídas, pero ahora
mis ojos te han visto”». Es este el
núcleo de la cuestión según el Papa
Francisco: «El encuentro con Dios»
que puede darse «solamente poniéndose en camino».
Cierto, continuó, «Job se puso en
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número 7, viernes 13 de febrero de 2015
L’OSSERVATORE ROMANO
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A los obispos griegos en visita «ad limina Apostolorum»
Solidaridad contra la crisis
«El espíritu de solidaridad, que cada cristiano está llamado a testimoniar
en la vida cotidiana concreta, constituye una levadura de esperanza».
Refiriéndose al período de grave crisis económica y financiera que aflige a Grecia,
el Papa se dirigiró de este modo a los prelados de la Conferencia episcopal
del país, a quienes recibió en audiencia el jueves 5 de febrero, por la mañana,
con ocasión de la visita «ad limina Apostolorum».
Queridos hermanos obispos:
Os saludo a todos con afecto con
ocasión de vuestra visita ad limina.
Esta peregrinación vuestra a las tumbas de los Apóstoles es siempre ocasión privilegiada para reforzar los
vínculos de comunión con el Sucesor de Pedro y con todo el Colegio
episcopal disperso por todo el mundo. Esta unidad favorece entre vosotros la comunión fraterna: ella es indispensable también para el crecimiento de la Iglesia en Grecia, así
como para el progreso de toda la sociedad. Esto es aún más verdadero
en vuestro país, que en este momento tiene más necesidad que nunca de
diálogo entre sus diversas componentes políticas y culturales, para la
salvaguardia y la promoción del bien
común. Por lo tanto, no dejéis de
estimular a las personas confiadas a
vuestra atención episcopal a dar por
doquier un valiente testimonio de
fraternidad.
Esa diaconía de la fraternidad,
por una parte, pide la custodia y el
refuerzo de las tradiciones culturales
y de las raíces cristianas de la sociedad helénica y, por otra, pide apertura hacia los valores culturales y espirituales de los que son portadores
los numerosos inmigrantes, con espíritu de sincera acogida hacia estos
hermanos y hermanas, sin distinción
de raza, lengua o credo religioso.
Vuestras comunidades cristianas,
mostrándose verdaderamente unidas
entre sí y al mismo tiempo abiertas
al encuentro y a la acogida, especialmente hacia los más desfavorecidos,
pueden contribuir realmente a transformar la sociedad, con el fin de hacerla más conforme al ideal evangélico. Me alegra saber que estáis comprometidos en esta acción pastoral y
caritativa, sobre todo en favor de los
inmigrantes, incluso irregulares, muchos de los cuales son católicos. Os
aliento de todo corazón a continuar
con un renovado impulso evangelizador, implicando en esta obra especialmente a los jóvenes, ellos son el
futuro de la nación.
Ante la persistencia de la crisis
económico-financiera, que afectó de
modo particularmente duro también
a vuestro país, no os canséis de exhortar a todos a la confianza en el
futuro, contrastando la así llamada
cultura del pesimismo. El espíritu de
solidaridad, que cada cristiano está
llamado a testimoniar en la vida cotidiana concreta, constituye una levadura de esperanza. Es importante
que mantengáis relaciones constructivas con los diversos componentes
de la sociedad, para difundir esta
perspectiva de solidaridad, con una
actitud de diálogo y de colaboración
también con los demás países europeos.
Con este mismo espíritu, os aliento a continuar el diálogo interpersonal con los hermanos ortodoxos, con
el fin de alimentar el necesario camino ecuménico, imprescindible perspectiva para un futuro de serenidad
y de fecundidad espiritual para toda
vuestra nación.
Para llevar adelante la misión de
evangelización y de promoción humana a la que está llamada la Iglesia
en Grecia, es irrenunciable la presencia de un clero generoso y motivado.
Por lo tanto, os exhorto a aumentar,
con adecuados instrumentos, la pastoral vocacional para hacer frente a
la insuficiencia numérica del clero.
Al respecto, os pido que transmitáis
a los sacerdotes de vuestras diócesis,
muchos de los cuales son ancianos,
todo mi afecto y mi aprecio por su
celo apostólico, a pesar de la escasez
de medios.
Una aportación necesaria y valiosa
para el anuncio del Evangelio lo
ofrecen los institutos de vida consagrada, a los cuales os invito a dedicar la justa atención, para que conti-
Misa con el Santo Padre
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camino con una maldición», incluso «tuvo el valor de maldecir la vida y su historia: “maldito el día en
que nací...”». En efecto, reflexionó
el Papa, «a veces, en el camino de
la vida, no encontramos un sentido
a las cosas». Esta misma experiencia vivió el profeta Jeremías, quien,
«tras ser seducido por el Señor,
percibe la maldición: “¿por qué a
mí?”». Él quería «quedarse sentado
tranquilo» y en cambio, «el Señor
quería hacerle ver su rostro».
Esto es válido para cada uno de
nosotros: «para conocer nuestra
identidad y conocer la imagen de
Dios es necesario ponerse en camino», permanecer «inquietos, no
quietos». Precisamente esto «es
buscar el rostro de Dios».
El Papa Francisco se refirió también al pasaje del Evangelio de san
Marcos (7, 1-13), en el cual «Jesús
encuentra gente que tiene miedo de
ponerse en camino» y que construye una especie de «caricatura de
Dios». Pero eso «es un carné de
identidad falso» porque, explicó el
Pontífice, «estos no-inquietos han
silenciado la inquietud del corazón:
dibujan a Dios con los mandamientos» pero haciendo así «se olvidan
de Dios» para observar sólo «la tradición de los hombres». Y, «cuando tienen una inseguridad, inventan
o crean otro mandamiento». Jesús
dice a los escribas y fariseos que se
llenan de mandamientos: «Anuláis
la Palabra de Dios con la tradición
que habéis transmitido, y de cosas
como estas hacéis muchas». Esto
precisamente «es el falso carné de
identidad, el que podemos tener sin
ponernos en camino, quietos, sin la
inquietud del corazón».
Al respecto el Papa puso en evidencia un detalle «curioso»: el Señor, en efecto, «los alaba pero los
reprende en el punto que más duele. Los alaba: “sois en verdad hábiles en rechazar el mandamiento de
Dios para observar vuestra tradición”», pero luego «los reprende
allí donde está el punto más fuerte
de los mandamientos hacia el prójimo». Jesús recuerda, en efecto, que
Moisés dijo: «Honra a tu padre y a
tu madre, y el que maldiga a su padre o a su madre es reo de muerte». Y prosigue: «vosotros en cambio, decís: si uno le dice al padre o
a la madre: los bienes con que podría ayudarte son corbán, es decir,
ofrenda sagrada, ya no le permitís
hacer nada por su padre o por su
madre». Al hacer así «se lavan las
manos con el mandamiento más
tierno, más fuerte, el único que tiene una promesa de bendición». Y,
así, «están tranquilos, están quietos,
no se ponen en camino». Esta por
consiguiente «es la imagen de Dios
que ellos tienen». En realidad su
recorrido es un camino «entre comillas»: es decir, «un camino que
no camina, un camino quieto. Reniegan de sus padres, pero cumplen
las leyes de la tradición que ellos
han creado».
Al concluir su reflexión el obispo
de Roma volvió a proponer el sentido de los dos textos litúrgicos como «dos carnets de identidad». El
primero es «el que todos tenemos,
porque el Señor nos hizo así», y es
«el que nos dice: ponte en camino
y conocerás tu identidad, porque tú
eres imagen de Dios, estás hecho a
semejanza de Dios. Ponte en camino y busca a Dios». El otro, en
cambio, nos asegura: «No, quédate
tranquilo: cumple todos estos mandamientos y esto es Dios. Este es el
rostro de Dios». De aquí el deseo
de que el Señor nos «dé a todos la
gracia de la valentía para ponernos
siempre en camino, para buscar el
rostro del Señor, ese rostro que un
día veremos pero que aquí, en la
tierra, debemos buscar».
núen, a pesar de las numerosas dificultades, la propia misión en el país.
Pienso sobre todo en el ámbito de la
formación escolar, en la cual ellos
realizan un trabajo notable. Con el
fin de revitalizar las comunidades
cristianas, estáis llamados a valorizar
el papel de los fieles laicos. Su cooperación en el ministerio de los obispos y de los presbíteros es indispensable para afrontar los desafíos actuales y los del futuro. Se trata de
cuidar adecuadamente su formación,
incluso incrementando la presencia
de los movimientos y de las asociaciones eclesiales. Estos, allí donde
están bien guiados por los Pastores,
suscitan por doquier aprecio por su
compromiso misionero y por la alegría cristiana que difunden, trabajando siempre en sintonía con las líneas
pastorales de las Iglesias particulares
y bien incorporados en las diócesis y
en las parroquias.
El debilitamiento de la familia,
causado también por el proceso de
secularización, requiere el compromiso de la Iglesia en perseverar en
los programas de formación al matrimonio, sin olvidar el trabajo indispensable con las nuevas generaciones en su formación cristiana. Que
las personas ancianas no estén ausentes de vuestras preocupaciones;
muchas de ellas están solas o abandonadas, porque la cultura del descarte lamentablemente se está difundiendo un poco por todas partes.
No os canséis de poner de relieve
con la palabra y con las acciones
que la presencia y la participación
de los mayores en la vida social es
indispensable para el buen camino
de un pueblo.
Queridos hermanos obispos, deseo expresaros mi aprecio por el trabajo de evangelización que, a pesar
de la múltiples dificultades, lleváis
adelante en Grecia. El reconocimiento jurídico de la Iglesia católica por
parte de las autoridades competentes
es un hecho de gran relieve, que os
ayuda a mirar con mayor serenidad
al futuro, comprometiéndoos en el
hoy con un confiado dinamismo y
con el entusiasmo de quienes son
testigos del Señor muerto y resucitado. Os aliento a perseverar con alegría evangélica en vuestra misión.
Os encomiendo a vosotros, a los sacerdotes, las personas consagradas y
a todos los fieles laicos de vuestras
diócesis a la intercesión de la Virgen
santa y, mientras os pido que recéis
por mí y por mi ministerio, de corazón os imparto la bendición apostólica.
L’OSSERVATORE ROMANO
página 12
viernes 13 de febrero de 2015, número 7
En la audiencia general del 11 de febrero el Papa Francisco habla de los hijos
Como los dedos de la mano
Todos son míos, pero todos son diferentes, decía mi madre
Una sociedad que considera a los hijos
«una preocupación, un peso, un riesgo,
es una sociedad deprimida»: lo dijo el
Papa Francisco el miércoles 11 de
febrero durante la audiencia general en
la plaza de San Pedro, continuando su
catequesis sobre la familia. Los hijos,
destacó, «no son un problema de
biología reproductiva, ni uno de los
tantos modos de realizarse. Y mucho
menos, son una posesión de los padres.
Los hijos son un don».
Queridos hermanos
¡buenos días!
y
hermanas,
Después de haber reflexionado sobre las figuras de la madre y del padre, en esta catequesis sobre la familia quiero hablar del hijo o, mejor
dicho, de los hijos. Me inspiro en
una hermosa imagen de Isaías. El
profeta escribe: «Tus hijos se reúnen
y vienen hacia ti. Vienen tus hijos
desde lejos, a tus hijas las traen en
brazos. Entonces lo verás y estarás
radiante; tu corazón se asombrará,
se ensanchará» (60, 4-5a). Es una espléndida imagen, una imagen de la
felicidad que se realiza en el reencuentro entre padres e hijos, que caminan juntos hacia el futuro de libertad y paz, tras un largo período
de privaciones y separación, cuando
el pueblo judío se hallaba lejos de
su patria.
En efecto, existe un estrecho vínculo entre la esperanza de un pueblo
y la armonía entre las generaciones.
Debemos pensar bien en esto. Existe
un vínculo estrecho entre la esperanza de un pueblo y la armonía entre
las generaciones. La alegría de los
hijos estremece el corazón de los padres y vuelve a abrir el futuro. Los
hijos son la alegría de la familia y de
la sociedad. No son un problema de
biología reproductiva, ni uno de los
tantos modos de realizarse. Y mucho
menos son una posesión de los padres… No. Los hijos son un don,
son un regalo, ¿habéis entendido?
Los hijos son un don. Cada uno es
único e irrepetible y, al mismo tiempo, está inconfundiblemente unido a
sus raíces. De hecho, ser hijo e hija,
según el designio de Dios, significa
llevar en sí la memoria y la esperanza de un amor que se ha realizado
precisamente dando la vida a otro
ser humano, original y nuevo. Y para los padres cada hijo es él mismo,
es diferente, es diverso. Permitidme
un recuerdo de familia. Recuerdo
que mi madre decía de nosotros
—éramos cinco—: «Tengo cinco
hijos». Cuando le preguntaban:
«¿Cuál es tu preferido?», respondía:
«Tengo cinco hijos, como cinco dedos. [Muestra los dedos de la mano]
Si me golpean este, me duele; si me
golpean este otro, me duele. Me
duelen los cinco. Todos son hijos
míos, pero todos son diferentes, como los dedos de una mano». Y así
es la familia. Los hijos son diferentes, pero todos hijos.
Se ama a un hijo porque es hijo,
no porque es hermoso o porque es
de una o de otra manera; no, porque
es hijo. No porque piensa como yo
o encarna mis deseos. Un hijo es un
hijo: una vida engendrada por noso-
tros, pero destinada a él, a su bien,
al bien de la familia, de la sociedad,
de toda la humanidad.
De ahí viene también la profundidad de la experiencia humana de ser
hijo e hija, que nos permite descubrir la dimensión más gratuita del
amor, que jamás deja de sorprendernos. Es la belleza de ser amados antes: los hijos son amados antes de
que lleguen. Cuántas veces encuentro en la plaza a madres que me
muestran la panza y me piden la
bendición..., esos niños son amados
antes de venir al mundo. Esto es
gratuidad, esto es amor; son amados
antes del nacimiento, como el amor
de Dios, que siempre nos ama antes.
Son amados antes de haber hecho
algo para merecerlo, antes de saber
hablar o pensar, incluso antes de venir al mundo. Ser hijos es la condición fundamental para conocer el
amor de Dios, que es la fuente última de este auténtico milagro. En el
alma de cada hijo, aunque sea vulne-
Llamamiento del Pontífice
Solidaridad
con Lampedusa
Al término de la audiencia,
durante el saludo a los diversos
grupos, el Papa Francisco
aseguró su oración por las
víctimas de la reciente tragedia
de la inmigración e invitó a
todos a la solidaridad.
Sigo con preocupación las noticias que llegan de Lampedusa, donde se suman otros
muertos entre los inmigrantes
a causa del frío a lo largo de la
travesía del Mediterráneo. Deseo asegurar mi oración por las
víctimas y alentar nuevamente
a la solidaridad para que a nadie le falte la ayuda necesaria.
rable, Dios pone el sello de este
amor, que es el fundamento de su
dignidad personal, una dignidad
que nada ni nadie podrá destruir.
Hoy parece más difícil para los
hijos imaginar su futuro. Los padres
—aludí a ello en las catequesis anteriores— han dado, quizá, un paso
atrás, y los hijos son más inseguros
al dar pasos hacia adelante. Podemos aprender la buena relación en-
tre las generaciones de nuestro Padre
celestial, que nos deja libres a cada
uno de nosotros, pero nunca nos deja solos. Y si nos equivocamos, Él
continúa siguiéndonos con paciencia, sin disminuir su amor por nosotros. El Padre celestial no da pasos
atrás en su amor por nosotros, ¡jamás! Va siempre adelante, y si no
puede ir delante, nos espera, pero
nunca va para atrás; quiere que sus
hijos sean intrépidos y den pasos hacia adelante.
Por su parte, los hijos no deben
tener miedo del compromiso de
construir un mundo nuevo: es justo
que deseen que sea mejor que el que
han recibido. Pero hay que hacerlo
sin arrogancia, sin presunción. Hay
que saber reconocer el valor de los
hijos, y se debe honrar siempre a los
padres.
El cuarto mandamiento pide a los
hijos —y todos los somos— que honren al padre y a la madre (cf. Ex 20,
12). Este mandamiento viene inmediatamente después de los que se refieren a Dios mismo. En efecto, encierra algo sagrado, algo divino, algo
que está en la raíz de cualquier otro
tipo de respeto entre los hombres. Y
en la formulación bíblica del cuarto
mandamiento se añade: «Para que se
prolonguen tus días en la tierra que
el Señor, tu Dios, te va a dar». El
vínculo virtuoso entre las generaciones es garantía de futuro, y es garantía de una historia verdaderamente
humana. Una sociedad de hijos que
no honran a sus padres es una sociedad sin honor; cuando no se honra
a los padres, se pierde el propio honor. Es una sociedad destinada a poblarse de jóvenes desapacibles y ávidos. Pero también una sociedad avara de procreación, a la que no le
gusta rodearse de hijos que conside-
Los tuits en @Pontifex_es
6 FEB [09.06 AM] Tener fe no quiere decir que no tengamos dificultades en la vida, sino que somos capaces de afrontarlas sabiendo que no
estamos solos
8 FEB [10.08 AM] Jesús no es un personaje del pasado: también hoy sigue iluminando el camino del hombre
ra, sobre todo, una preocupación,
un peso, un riesgo, es una sociedad
deprimida. Pensemos en las numerosas sociedades que conocemos aquí,
en Europa: son sociedades deprimidas, porque no quieren hijos, no tienen hijos; la tasa de nacimientos no
llega al uno por ciento. ¿Por qué?
Cada uno de nosotros debe de pensar y responder. Si a una familia numerosa la miran como si fuera un
peso, hay algo que está mal. La procreación de los hijos debe ser responsable, tal como enseña la encíclica Humanae vitae del beato Pablo
VI, pero tener más hijos no puede
considerarse automáticamente una
elección irresponsable. No tener
hijos es una elección egoísta. La vida
se rejuvenece y adquiere energías
multiplicándose: se enriquece, no se
empobrece. Los hijos aprenden a
ocuparse de su familia, maduran al
compartir sus sacrificios, crecen en el
aprecio de sus dones. La experiencia
feliz de la fraternidad favorece el
respeto y el cuidado de los padres, a
quienes debemos agradecimiento.
Muchos de vosotros presentes aquí
tienen hijos, y todos somos hijos.
Hagamos algo, un minuto de silencio. Que cada uno de nosotros piense en su corazón en sus propios
hijos —si los tiene—; piense en silencio. Y todos nosotros pensemos en
nuestros padres, y demos gracias a
Dios por el don de la vida. En silencio, quienes tienen hijos, piensen en
ellos, y todos pensemos en nuestros
padres. [Silencio] Que el Señor bendiga a nuestros padres y bendiga a
vuestros hijos.
Que Jesús, el Hijo eterno, convertido en hijo en el tiempo, nos ayude
a encontrar el camino de una nueva
irradiación de esta experiencia humana tan sencilla y tan grande que
es ser hijo. En la multiplicación de
la generación hay un misterio de enriquecimiento de la vida de todos,
que viene de Dios mismo. Debemos
redescubrirlo, desafiando el prejuicio; y vivirlo en la fe con plena alegría. Y os digo: qué hermoso es
cuando paso entre vosotros y veo a
los papás y a las mamás que alzan a
sus hijos para que los bendiga; este
un gesto casi divino. Gracias por hacerlo.