Reflexiones sobre Política en CTI Reflexiones sobre Política en CTI – No. 3 – Enero de 2015 No. 3 - Febrero de 2015 Colciencias: una institución que aprendió, desaprendió y aún lucha por consolidarse De vez en cuando vale la pena preguntarse de dónde vienen y para dónde van las instituciones gubernamentales. Al fin y al cabo ellas terminan siendo el reflejo de la historia de las naciones, de los intereses de distintos grupos sociales, y un espacio donde se aprecian las tensiones propias de los acuerdos que benefician o perjudican a los ciudadanos. incipientes. Por eso el Estado debía tomar un papel protagónico en esta materia. La forma como el Estado colombiano ha construido su institucionalidad para la gestión de la política de ciencia y tecnología ha girado en torno a Colciencias. Recientemente, y teniendo en cuenta su evolución como institución, la OCDE resaltó cómo Colciencias había ido acumulando a lo largo de los años una serie de funciones que podrían llevarla a perder el foco de sus actividades en materia de coordinación, diseño y ejecución de la política de CTI. La evolución institucional de Colciencias no escapa a esta lógica. Desde su creación en 1968 hasta nuestros días es una institución que ha aprendido, ha olvidado lecciones importantes y todavía lucha por consolidarse. Pero ¿de dónde salió la idea que se necesitaba en el gobierno colombiano una institución para orientar y gestionar los asuntos relacionados con ciencia, tecnología e innovación (CTI)? Las instituciones no nacen de la nada. Tampoco aparecen en un espacio vacío. Son el producto de la interacción de muchos actores, de la historia y del contexto de cada país. La presente entrega de “Reflexiones sobre Política en CTI” analiza tres aspectos claves de la evolución institucional de Colciencias a lo largo de sus 45 años de historia. La primera se refiere a la existencia de Colciencias como una institución que se transforma y aprende, la segunda a su capacidad para desarrollar y liderar un pensamiento de política en CTI, y la tercera a su contribución para la construcción del denominado Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI). En el caso de Colciencias, la mayoría de los análisis coinciden en que su origen está estrechamente relacionado con la difusión de las ideas sobre planificación y coordinación de la política científica y tecnológica que promovieron organizaciones internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); o la Organización de Estados Americanos (OEA). Este fue un fenómeno típico en toda América Latina. Al revisar la historia, se puede apreciar que entre 1965 y 1970 se crearon organismos de una naturaleza similar a la de Colciencias en países como Argentina, Chile, México, Perú y Venezuela. La coincidencia en los tiempos de aparición y en el tipo de estructura de estas organizaciones ha llevado a algunos autores a hablar de “similitud” o “isomorfismo institucional”. La “escuela” Colciencias: cinco períodos de transformación En términos generales, es aceptado que la historia de Colciencias puede ser dividida en cinco grandes períodos: 1) entre 1968 y 1982, época en la que se construyeron los primeros instrumentos y mecanismos de política; 2) entre 1983 y 1989, cuando se presentó el despegue de la institución con el primer crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la promulgación de la primera ley de ciencia y tecnología, la Ley 29 de 1990; 3) entre 1990 y 1998, período en el que aumentaron los recursos –también gracias al BID- y se introdujo con fuerza el tema de la innovación; 4) entre 1999 y 2008, época en la que se necesitó buscar fuentes alternas de recursos, ya que la institución debía responder a los desafíos planteados por la apertura económica que había iniciado en 1990 y a la disminución del tamaño del gobierno; y, 5) desde 2009 hasta el momento actual, un período de grandes contrastes y de una acentuada transformación debido a la expedición de una nueva ley nacional en CTI y al establecimiento de un nuevo Lo cierto es que organizaciones como Colciencias fueron creadas con la idea moderna de que la ciencia y la tecnología servían para resolver los problemas del desarrollo. Si ello había funcionado en los países desarrollados, con mayor razón funcionaría en los países menos desarrollados, aquellos que no habían experimentado una revolución industrial, y cuyas comunidades organizadas de científicos aún eran 1 Reflexiones sobre Política en CTI – No. 3 – Enero de 2015 sistema de financiación de proyectos de CTI en el marco del Sistema General de Regalías (SGR). 2008 Colciencias pasó de financiar proyectos por un costo promedio de 28 millones, en el período 19691983, a un costo promedio de 140 millones por proyecto, en el período 1984-1988. En 1983 el organigrama de la institución evidenció un cambio significativo: se estableció una diferencia clara entre la gestión de los recursos científicos y tecnológicos (formación, prospectiva, servicios, documentación) y la gestión de un grupo de áreas prioritarias para el fomento científico y tecnológico (ciencias básicas, recursos no renovables, sector agrario, ingeniería e industria, sector marino y desarrollo social). A lo largo de estos períodos se puede apreciar la evolución de una institución que nació bajo la figura de un fondo “que no tenía fondos, ni autonomía administrativa, ni capacidad para diseñar política”, pero que con el tiempo se fue reinventando a partir de su entorno y sus beneficiarios. Un aspecto sí es claro: Colciencias se concibió como una agencia financiadora de actividades científicas y tecnológicas, no tanto como una institución de diseño de política. Por lo tanto sus primeras actividades estuvieron orientadas a estructurar un mecanismo claro de financiación de proyectos de investigación. De esta manera, entre 1983 y 1989 Colciencias afianzó su identidad como organismo de ciencia y tecnología y desarrolló mecanismos de coordinación y gestión. Sus actividades primarias consistieron en la formulación de programas y agendas de investigación concertadas, diseño de lineamientos de política y financiación de proyectos. También fortaleció su capacidad de inteligencia en materia de planificación de la investigación. La creación de la División de Prospectiva y Métodos fue un ejemplo de ello. A pesar de estos avances la institución siguió con una baja visibilidad al interior del gobierno. Entre 1968 y 1982 la institución sentó las bases de su estructura. Uno de los primeros organigramas de Colciencias, publicado en 1972, permite apreciar su adscripción al Ministerio de Educación Nacional y la existencia de las primeras instancias de coordinación y asesoría: el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Consejo Asesor de Investigaciones. Por otra parte, todos los asuntos relacionados con ciencia y tecnología se centraron en una subdirección que no tenía una estructura organizada por sectores o áreas del conocimiento sino más bien por temas gerenciales: evaluación de proyectos, recursos científicos y tecnológicos, estadísticas científicas, desarrollo tecnológico y biblioteca. En 1990 se presentó otro de los grandes hitos de la evolución institucional y de la política de CTI en Colombia: la promulgación de la Ley 29 de 1990. Esta ley no solo significó un reconocimiento del tema por parte del Congreso de la República, sino que facilitó aspectos tan importantes como la contratación directa por parte del Estado colombiano para la realización de actividades de CTI y la promoción de la asociación público-privada para el fomento y desarrollo de estas actividades. La Ley 29 también institucionalizó el concepto de Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SNCyT), el cual se constituyó sin duda en una de las figuras más emblemáticas para articular a todos los actores2. La cooperación internacional fue fundamental en esta etapa de despegue. Los proyectos financiados por UNESCO y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) posicionaron el tema de la política con un evidente énfasis en el aspecto científico y con cierta aversión por los asuntos del desarrollo tecnológico. Simultáneamente los proyectos desarrollados con el apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA) hicieron una especie de contrapeso al rescatar una perspectiva más “latinoamericanista”, basada en la idea de que había que proteger a la industria local de los contratos “leoninos” de transferencia de tecnología promovidos por las empresas multinacionales. Entre 1990 y 1998 se presentaron dos reestructuraciones de Colciencias, las cuales coincidieron con la ejecución de los créditos BID II y III. Al comparar los organigramas de 1991 y 1995 se puede apreciar que las denominadas áreas prioritarias para el fomento científico y tecnológico se convirtieron en Programas Nacionales, los cuales vincularon a la comunidad científica de una manera participativa y establecieron un método propio de gobernanza para recomendar a la Dirección de Colciencias la aprobación proyectos de investigación e innovación. Dicho método también tuvo incidencia en la definición A partir de 1983 ocurrió un cambio de entorno significativo. La suscripción del primer crédito con el BID inyectó una cantidad de recursos que consolidó la relación de Colciencias con los investigadores de universidades y centros de investigación1. A pesos de 1 Para el período 1984-1990 el gobierno de Colombia invirtió 24,5 millones de dólares y el BID 20 millones. Con ello Colciencias buscaba incentivar la demanda de servicios de investigación, financiar proyectos de investigación en sectores prioritarios para el país y estimular la participación de empresas en actividades de ciencia y tecnología. 2 El SNCyT fue la base para el actual Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI). Este último fue institucionalizado con la Ley 1286 de 2009 que reconoció la importancia de la innovación en el sistema. Sin embargo ya desde 1995 Colciencias había reconocido que existía un Sistema Nacional de Innovación (SNI) que convivía con el tradicional SNCyT. 2 Reflexiones sobre Política en CTI – No. 3 – Enero de 2015 de lineamientos y estrategias de política en CTI. La segunda reestructuración dio un mayor énfasis al tema de la innovación y el desarrollo tecnológico. De esta manera, los Programas Nacionales fueron divididos entre aquellos que eran más de corte científico y aquellos que se caracterizaban por tener un perfil más orientado a la innovación. El tema de la innovación logró posicionarse institucionalmente con la creación del Sistema Nacional de Innovación en 1995, y la creación de una serie de instituciones como: centros de desarrollo tecnológico, centros regionales de productividad, centros de servicios tecnológicos e incubadoras de empresas de base tecnológica. Fondo Francisco José de Caldas 3 . Otros cambios relacionados con la gobernanza de la política fueron la mayor participación del sector público en los Consejos de los Programas Nacionales de CTI y un nuevo impulso a los Consejos Departamentales de CTI, más conocidos como Codecti, a partir del papel que les fue asignado en el nuevo Sistema General de Regalías. La Ley 1286 dejó nuevamente a Colciencias con las ganas de convertirse en un ministerio. Esta ha sido una demanda constantemente planteada por la comunidad científica. El estatus final concedido por la Ley, el de “Departamento Administrativo”, generó expectativas de un mayor peso político para la institución en los gobiernos de turno, al depender directamente del Presidente de la República. Pero durante los últimos años la comunidad científica y académica ha percibido todo lo contrario. En su concepto, después de la nueva Ley, Colciencias siguió siendo una institución débil, sin diálogo fluido con los demás ministerios, y sin la capacidad institucional para cumplir con su papel de ente rector del SNCTI. El período comprendido entre 1999 y 2008 se caracterizó por una mayor coordinación de los actores del SNCyT. Fue un período de transición que inició con la dificultad del Gobierno para cumplir con las contrapartidas comprometidas en el tercer crédito suscrito con el BID y posteriormente se caracterizó por un trabajo de búsqueda y articulación de recursos financieros en distintas instituciones del Estado. Como resultado, se logró un acuerdo con el SENA para finalmente dar cumplimiento a la Ley 344 de 1996, la cual permitía a esta insititución aportar recursos para el fomento de actividades de innovación y desarrollo competitivo. También acompañó al Ministerio de Salud en la creación de un Fondo de Investigación para el sector, financiado por el 7% de lo producido por las loterías y los juegos de azar. De esta forma se compensó la disminución del presupuesto de Colciencias, situación que ya se hacía evidente desde 1998. Adicionalmente, en este período se implementaron nuevos sistemas de información (p. ej. ScienTI Colombia, Publindex) como mecanismos para la gestión de las actividades de CTI. En la actualidad, la debilidad institucional de Colciencias se expresa en al menos cinco aspectos. El primero se refiere al ámbito presupuestal. Por un lado, el presupuesto de inversión de la entidad como parte del Presupuesto General de Inversión de la Nación es extremadamente bajo: en lo últimos años ha oscilado entre un 0,6% y un 1,27%. Por otro lado, al revisar la evolución de los presupuestos de funcionamiento e inversión desde 1990 se encuentra, por un lado, que no existe un patrón definido de comportamiento, aunque a partir de 2010 se observa un incremento sostenido anual en el presupuesto de inversión (Ver Gráfica 1). Si bien no existe una regla que determine la proporción ideal entre estos dos presupuestos, lo que sí es claro es que el presupuesto de inversión ha crecido de manera más acelerada que el de funcionamiento. Comparando períodos, entre 1990 y 1999 el presupuesto de funcionamiento equivalía en promedio al 10% del de inversión; mientras que durante la primera década de 2000 esta proporción disminuyó al 8,5% en promedio; para finalmente caer al 3,2% en el período comprendido entre 2010 y 2013. Aunque en términos generales, en una institución de fomento es normal que el presupuesto de inversión sea muy superior al de funcionamiento, las funciones de Colciencias se han ido complejizando y aumentando, y no se ve un respaldo presupuestal de funcionamiento acorde al desafío que ello implica. Finalmente, el último período transitado por la institución, desde 2009 hasta la actualidad, se caracterizó por tres sucesos importantes: la promulgación de una nueva Ley Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Ley 1286 de 2009), la aprobación de un nuevo programa de crédito externo para Colciencias con el BID y el Banco Mundial; y la expedición del Acto Legislativo 05 de 2011 por medio del cual se modificó el Sistema General de Regalías y se creó el Fondo para CTI con el 10% de dichos recursos (Ver Reflexiones de Política No. 2). Algunos analistas han afirmado que en este último período ocurrió un relanzamiento del SNCTI. Los avances de la Ley 1286 así permiten afirmarlo, especialmente porque fue incorporada formalmente la palabra “innovación”, aspecto que puso a tono al país con el concierto internacional. Aunque el sistema que existía previamente no sufrió variaciones profundas, su estructura cambió al crearse dos instancias nuevas: el Consejo Nacional de Beneficios Tributarios y el 3 El objetivo del Fondo Francisco José de Caldas es promover la gestión eficiente de los recursos públicos y privados para la financiación de la CTI. Sin embargo, no le fueron asignados recursos específicos, aparte del presupuesto de inversión de Colciencias, el cual se ha visto que no es una fuente estable de recursos (ver gráfica 1). Por esta razón se le conoce coloquialmente como “el fondo sin fondos”. 3 Reflexiones sobre Política en CTI – No. 3 – Enero de 2015 El segundo aspecto es la escasez de personal para atender las labores propias de un organismo nacional de CTI. Al asumir la secretaría técnica del OCAD de ciencia y tecnología, la institución evidenció un problema que ya se había manifestado desde el año 2000: no existía una planta de personal suficiente para implementar los objetivos de la organización. Al inicio, las tareas de la secretaría técnica absorbieron la mayoría del personal de Colciencias. Posteriormente, la institución tuvo que crear una “planta paralela” para cumplir con sus obligaciones. En síntesis, cada uno de estos cinco períodos de transformación de Colciencias permite ver a una entidad que responde a su entorno y que se transforma según las coyunturas que afronta el país. También permite apreciar cómo la institución afronta distintas etapas, transformando algunos aspectos, pero dejando varios sin resolver. La capacidad institucional para pensar la política de CTI A lo largo de su historia Colciencias ha tenido que afrontar un dilema en particular: dedicarse a diseñar y ejecutar programas de fomento a la investigación y la innovación o dedicarse a pensar la política nacional de CTI y su correspondiente estrategia. De alguna manera ha cumplido con las dos actividades, aunque la última ha sido la que menos atención ha recibido recientemente. El tercer punto es la demora en concretar una nueva estructura organizativa después de la promulgación de la Ley 1286 de 2009 y del Acto Legislativo de 2011. A pesar que se ha avanzado en propuestas de reorganización, éstas no han podido cristalizarse. El cuarto aspecto se refiere a la insuficiencia de estructura física con que cuenta la institución para ejercer su labor. Además de estar ubicada en una zona alejada geográficamente de las principales instituciones de gobierno, el espacio físico del edificio actual de Colciencias tiene problemas estructurales y no es suficiente para albergar el personal existente. Un ejemplo de ello es el desmonte del centro de información de la institución y el almacenamiento de sus publicaciones en bodegas alquiladas para tal fin. La función de “pensar” la política científica llegó muy temprano a Colciencias, de la mano de un grupo de investigadores y tomadores de decisiones latinoamericanos que tuvieron un fuerte sesgo hacia la práctica. Esta corriente “latinoamericanista” consideraba que los resultados de la investigación debían emplearse directamente para la formulación de estrategias, políticas e instrumentos con el fin de cerrar la brecha entre países desarrollados y países en vía de desarrollo. Los temas que les preocupaban estaban directamente relacionados con el fortalecimiento de una política industrial proteccionista. De ahí que temas como la transferencia de tecnología, las compras estatales como mecanismo de promoción de la I+D, o la desagregación de tecnología para poder negociar en condiciones más equitativas con las multinacionales, figuraran prioritariamente en la agenda del país. Un quinto punto son los cambios frecuentes en la dirección de Colciencias, cargo en el que los directores han durado en promedio año y medio durante los últimos 5 años. Esto no permite construir y proyectar la institución en el mediano plazo, ya que cada persona no solo trae nuevas ideas y formas de hacer las cosas, sino también sus propios equipos de asesores y directores técnicos. 4 Reflexiones sobre Política en CTI – No. 3 – Enero de 2015 Colciencias participó directamente de los espacios de reflexión e investigación y logró hacer coincidir dicho pensamiento con la política pública de ciencia y tecnología en Colombia. Esta participación también se vio potenciada por una decidida interacción con otros sectores de gobierno, especialmente los que definían la política económica, lo cual llevó a la institución a participar del diseño de instrumentos con implicaciones directas en el desarrollo tecnológico. Tal fue el caso de las licencias previas, las tarifas arancelarias y los controles selectivos a las importaciones. a través de la promoción del diseño de programas estratégicos y convocatorias. Esto le permitió a la institución mantener un buen grado de gobernabilidad con la comunidad científica. Finalizando la primera década del nuevo siglo se presentó una crisis de las iniciativas de pensamiento propio en materia de política de CTI, tanto en Colciencias como en el SNCTI. También fue el momento a partir del cual aparecieron nuevos hitos que requieren de mayor análisis para saber cómo impactan una política general de CTI: la nueva Ley de Ciencia y Tecnología en 2009, la modificación del SGR en 2011 o la creación en 2012 de Innpulsa, una nueva institución de gobierno cuyo objetivo es fomentar la innovación y el emprendimiento de alto impacto. La relación de la política científica y tecnológica con el modelo de desarrollo socio-económico del país motivó a hablar de la articulación entre políticas explícitas (aquellas diseñadas directamente para fomentar la investigación científica y el desarrollo tecnológico) y políticas implícitas (aquellas que se toman en otros sectores de gobierno pero que tienen incidencia sobre el desarrollo científico y tecnológico). El vínculo entre políticas implícitas y explícitas continúa vigente, especialmente porque los avances de las políticas sectoriales (agricultura, medio ambiente, o telecomunicaciones, por ejemplo) deben analizarse en relación con el gran objetivo de afianzar el SNCTI. De esta manera, algunos de los conceptos y esquemas de trabajo abordados en el pasado por Colciencias podrían inspirar la reflexión actual. En particular, la modificación del SGR ha planteado un nuevo sistema de financiación de proyectos de I+D+i, paralelo al que ya existía en Colciencias desde sus inicios, lo que ha concentrado la capacidad de la institución en el montaje operativo del nuevo sistema y ha afectado su capacidad para pensar y diseñar políticas. Siguiendo los pasos del Triángulo de Sábato A partir de la Ley 29 de 1990 el país declaró oficialmente su intención de consolidar la figura del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología. Esta decisión se ratificó casi veinte años después al promulgarse la Ley 1286 de 2009. ¿Cómo puede analizarse la evolución de un compromiso de este estilo? Una forma es revisando algunos aspectos de la estructura de gobierno de dicho sistema. Entre 1980 y 1990 el pensamiento sobre la política en CTI se ve muy influenciado por el ejemplo de los países del sudeste asiático. Este fue uno de los motivos para iniciar la Misión de Ciencia y Tecnología en 1987. La preocupación del momento se basaba en que casi 20 años después de la creación de Colciencias, el compromiso del Estado y del sector productivo seguía siendo débil. La Misión recomendó mejorar la coordinación de las investigaciones que se financiaban con el presupuesto de la nación y articular dos elementos de la política: la política para la ciencia (conjunto de mecanismos y medios para impulsar el desarrollo científico y tecnológico) y la política de la ciencia (utilización de los desarrollos científicos y tecnológicos como herramientas para el desarrollo socio-económico). En desarrollo del trabajo de investigación realizado para el libro “Colciencias cuarenta años. Entre la legitimidad, la normatividad y la práctica”, publicado por el OCyT en 2013, se logró hacer un análisis profundo sobre el papel de los Consejos de los Programas Nacionales de Ciencia y Tecnología. Estos Consejos han sido parte importante de la gobernanza del SNCTI y de alguna forma han cristalizado el modelo del “Triángulo de Sábato” que tanto ha inspirado a los formuladores de política latinoamericanos. Aunque la década de 1990 fue rica en ideas para la gobernanza de la ciencia y la tecnología, el enfoque de “sistemas de innovación” fue probablemente uno de los avances más significativos. Dicho enfoque trajo consigo el interés por diseñar políticas públicas que se centraran en las interacciones de los distintos actores de la investigación y la innovación, en una economía caracterizada por la apertura económica y la competencia abierta de mercados. De esta manera se enfatizó el comportamiento innovador y competitivo empresarial. Pero al mismo tiempo, en esta década, Colciencias avanzó como eje articulador de la política El Triángulo de Sábato, propuesto en 1968 por los investigadores argentinos Jorge Sábato y Natalio Botana, es un mecanismo simple de representación que sirve para describir los tres grupos de actores que históricamente han sido fundamentales en el desarrollo de la CTI. Dichos actores son: gobierno, estructura productiva y estructura científica y tecnológica. Cada vértice del triángulo representa un punto de encuentro de múltiples instituciones o agentes. Durante muchos años el Triángulo ha servido de guía para las discusiones de política, especialmente en América Latina. Sin embargo, a partir de la década 5 Reflexiones sobre Política en CTI – No. 3 – Enero de 2015 de 1990 ha tenido la competencia de otros modelos que buscan también entender cómo se produce el conocimiento, como es el caso del Modo 2 propuesto por Gibbons en 1994, o el modelo de la Triple Hélice, expuesto en 2000 por Etzkowitz y Leydesdorff. Aprendizajes, desaprendizajes y recomendaciones En las secciones anteriores se han ilustrado los puntos más relevantes de la transformación institucional de Colciencias desde su creación. Para ello se ha hecho un recuento histórico de cinco períodos de la institución que permiten catalogarla como una “escuela”, y se ha profundizado sobre su labor de pensar la política nacional de CTI y sus esfuerzos por consolidar el SNCTI siguiendo la filosofía del Triángulo de Sábato. La constitución de Programas Nacionales fue una de las tareas en la que Colciencias concentró sus esfuerzos. Dichos Programas hicieron parte de las primeras representaciones del SNCTI colombiano y a partir de 1991 fueron coordinados por una instancia denominada “Consejos de Programa”. Aunque la composición de estos Consejos ha cambiado a lo largo del tiempo, se ha mantenido la representación de los tres sectores del Triángulo de Sábato, por lo cual son un escenario interesante para observar cómo se articulan los tres vértices y cómo lo hacen los actores en cada vértice o al interior de cada sector. Si se tratara de hacer un balance general de los aprendizajes logrados por Colciencias en 45 años, se podría afirmar que la institución aprendió a: Las principales tareas de los Consejos de Programa han sido la definición de planes y políticas de su sector, la selección de proyectos de investigación e innovación y la consecución y coordinación de recursos financieros de diversas fuentes para apoyar sus áreas respectivas. Una encuesta aplicada en julio de 2010, a un grupo de 220 personas que habían participado como consejeros entre 1991 y 2010, reveló que al interior de los Consejos de Programa co-existían intereses particulares que eventualmente podían generar conflictos. Sin embargo, los consejeros manifestaron no haber sido cooptados por alguna comunidad, institución, región o sector específico. La encuesta también reveló que los consejeros aprovecharon sus posiciones para difundir la información que recibían y fortalecieron la comunicación entre los vértices del triángulo, consolidando de esta forma la gobernabilidad del sistema. En materia de formulación de políticas en CTI, las opiniones de los consejeros fueron más heterogéneas. Algunos afirmaron que los Consejos contribuían a formular dichas políticas, mientras que otros se quejaron de no haber tenido suficiente tiempo para desarrollar esta labor y que cuando realizaron propuestas de algún tipo, éstas no fueron tenidas en cuenta ya que no existía un nivel de comunicación y coordinación adecuado con la Dirección General de Colciencias, ni con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Fomentar a lo largo de los años la comunicación y relacionamiento de diversos actores que conforman el SNCTI. Conseguir fondos, tanto nacionales como internacionales, para garantizar la continuidad de sus actividades. Ganarse un espacio legítimo y de reconocimiento por parte de la comunidad académica y científica colombiana. Gestionar programas estratégicos: formación de recursos humanos (ver Reflexiones de Política No. 1), regionalización, internacionalización, apropiación social de la ciencia y la tecnología. Esta actividad superó el papel de la institución como simple financiadora de proyectos de investigación. Incursionar de una manera decidida, en ciertos períodos, en el pensamiento sobre el diseño de política de CTI. Diseñar mecanismos de financiación para fomentar proyectos de investigación e innovación. Hacer “política para la ciencia” a través de la distribución de recursos para proyectos de investigación. Trabajar con organizaciones internacionales y establecer mecanismos de negociación más equitativos. Por otra parte, si se tratara de identificar los desaprendizajes de la institución, ésta ha olvidado en tiempos recientes: Finalmente, en cuanto a la articulación de los tres vértices del triángulo, los consejeros encuestados coincidieron en su importancia, afirmando que dicha articulación generaba un buen ambiente para alcanzar consensos y sugerir recomendaciones, y que si dicha articulación se lograra con toda la eficiencia posible podría tener una mayor relevancia e impacto nacional. 6 Establecer procesos de diálogo con la comunidad científica local y llegar a acuerdos para su articulación con las nuevas actividades propuestas por la institución. Reflexionar de una forma sistemática y amplia sobre nuevas ideas para el diseño de la política de CTI del país. Reflexiones sobre Política en CTI – No. 3 – Enero de 2015 Acumular pensamiento y sistematizar lecciones para inspirar nuevas acciones de política. Relacionar la política de CTI con el modelo de desarrollo del país, de manera que se pudiera responder preguntas más contemporáneas como: ¿Cuál es la relación de la política de CTI con un sistema económico abierto basado en la explotación de recursos naturales no renovables y en el libre comercio? Utilizar mecanismos de la política económica para estimular el desarrollo de CTI. los investigadores paguen por el error o los errores cometidos por unos pocos. Recomendación 2. Separar las funciones de Colciencias como entidad encargada del diseño de política y aquellas derivadas de su carácter como agencia de fomento Varios informes y estudios han señalado que la intervención y acción de Colciencias en diversos niveles es problemática. Un ejemplo de ello es que esté a cargo de la definición de la estrategia y la política nacional, como parte de su función de diseñador de política, y a su vez realice la implementación o ejecución de los programas e instrumentos de política, en su carácter de ente financiador. Ante un entorno escaso de recursos, esto implica que no todas las funciones se pueden desarrollar adecuadamente, priorizando unas sobre otras, particularmente las que tienen que ver con el desarrollo de programas y ejecución de presupuestos. Adicionalmente, el que Colciencias sea juez y parte en la definición y ejecución de la política, no le permite asumir plenamente su calidad de entidad rectora del SNCTI, y articular y coordinar las acciones de los diversos actores que lo componen. Basados en este breve análisis y en estos aprendizajes y desaprendizajes, a continuación se plantean algunas recomendaciones que debería contemplar la institución para proyectarse hacia el futuro: Recomendación 1: Recuperar la confianza de los interlocutores tradicionales Para nadie es un secreto que el Fondo de CTI del Sistema General de Regalías (SGR) generó gran controversia en la comunidad científica, tanto por su sistema de distribución de recursos, como por el hecho de no haber contado con la participación de Colciencias ni de los investigadores en su diseño. El SGR sigue en construcción (ver Reflexiones de Política No. 2) y el aporte de los interlocutores más tradicionales puede resultar en el mejoramiento de la calidad de los proyectos que se presentan, problema que es un verdadero dolor de cabeza para el gobierno actual. Recomendación 3: Fortalecer la capacidad de pensamiento y sistematización en materia de política de CTI La investigación y el análisis sobre las políticas de CTI han tenido avances importantes en los últimos 20 años y han introducido nuevos conceptos que a su vez inspiran el diseño de políticas novedosas. Los arreglos institucionales evolucionan conjuntamente con la gobernanza de las instituciones, generando nuevas versiones de los sistemas de innovación. Conocer la dinámica de la evolución institucional de Colciencias durante los últimos 45 años requirió de un esfuerzo descomunal para conseguir información que debería estar disponible para la institución y el país de una manera más abierta. Es probable que muchos aprendizajes se hayan perdido debido a esta falta de memoria y capacidad de análisis. De ahí que se necesite promover la investigación y el análisis en temas de política de CTI. El antiguo Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, o el actual Consejo Asesor de Ciencia, Tecnología e Innovación fueron creados para orientar el diseño de políticas. Sin embargo, estas son unas instancias de consejería; su carácter ad-hoc las hace débiles para sostener una capacidad analítica robusta a lo largo del tiempo. Pensar en que Colciencias puede formular política solamente con base en consultorías externas, y sin consolidar un espacio propio que sirva de reflexión y memoria al SNCTI, parece ser una opción poco efectiva. La pérdida de confianza entre Colciencias y la comunidad científica y académica tiene varias dimensiones. Por un lado, es una pérdida de legitimidad de Colciencias frente a los investigadores, ya que al entrar nuevos actores en los procesos de negociación y asignación de recursos, no se sabe bien “quién manda la parada”. Por otro lado, Colciencias, ante casos particulares de fraude en el proceso de medición de grupos, ha adoptado posiciones extremas como la de exigir el aval y la certificación de todos los documentos que se le presenten. Es decir que las solicitudes presentadas ante Colciencias son como un asunto notarial, donde las entidades beneficiarias deben garantizar la legitimidad de los documentos y la publicaciones. Como en cualquier otra relación, el recuperar la confianza es un acto de fe entre las partes, para lo cual los dos interlocutores tienen que dialogar y ponerse de acuerdo en las condiciones para superar los problemas identificados, y no que dichas condiciones sean impuestas desde una sola orilla. De esta manera, no es justo, ni conveniente, que todos 7 Reflexiones sobre Política en CTI – No. 3 – Enero de 2015 El fortalecimiento de la capacidad de pensamiento en política de CTI fue una recomendación expresada en el informe de la OCDE 2014 y es un aspecto al que cada vez se le presta más atención en los gobiernos. Ello contribuiría a la formulación de política basada en evidencia, como un proceso racional y propio de los gobiernos modernos, y a comprender mejor la toma de decisiones desde un punto de vista estratégico, teniendo en cuenta los factores políticos que la caracterizan. nacional debe revisarse la articulación de instancias generales de coordinación de la política como el Consejo Nacional de Competitividad e Innovación, o el Consejo de Política Económica y Social, entre otros. Precisamente sobre este último tema, Colciencias debe clarificar cómo articulará la gobernanza del SNCTI que ha venido construyendo a lo largo de su existencia, con el nuevo esquema del SGR. Particularmente debe tomarse una decisión sobre el alcance de los Programas Nacionales de CTI y las funciones y composición de sus respectivos Consejos. Dicho modelo debe ser articulado al nuevo sistema que se superpone con la gestión de las gobernaciones, los Codecti y el Órgano Colegiado de Administración y Decisión (OCAD), donde a través de la selección y asignación de recursos también se está influenciando la política de CTI. La propuesta de crear al interior de Colciencias la Unidad de Pensamiento sobre Política es un avance al respecto. Sin embargo el despegue de dicha unidad ha sido incierto y es necesario que otros actores del SNCTI fortalezcan su capacidad como tanques de pensamiento en la materia y contribuyan al desarrollo de la política con sus investigaciones y análisis, aspecto que exige que el conocimiento sea usado en la formulación, implementación y evaluación de políticas y programas. De esta forma, Colciencias podría recuperar la tradición de pensamiento y reflexión que la caracterizó en sus inicios. Más allá de una visión nostálgica del pasado, se trata de rescatar la capacidad de formulación de política en una institución que promueve el conocimiento, de manera que pueda visualizar su futuro y relacionarlo con el modelo de desarrollo socio-económico del país. Recomendación 5. Rediseñar la cooperación con organizaciones internacionales Después de 45 años Colciencias ha acumulado una larga tradición de relacionamiento con instituciones internacionales. En la actualidad ya no existe una relación tan jerárquica con dichas organizaciones. La experiencia colombiana cuenta y puede ser aprovechada para negociar programas de cooperación basados en relaciones más horizontales. También debe apuntarse a una participación más activa de Colciencias para contribuir al diseño de los programas de cooperación científica de dichas organizaciones, actividad que implica un esfuerzo más allá de la tradicional recepción de asistencia técnica. El trabajo ya adelantado por Colciencias, con el fin tener una mayor influencia en el diseño de los programas de cooperación de la Unión Europea (Séptimo Programa Marco y Horizonte 2020) marca una pauta importante al respecto. En el ámbito internacional pueden identificarse experiencias en distintos formatos que servirían de referencia para fortalecer esta capacidad de pensamiento, prospectiva y asesoría en materia de política de CTI. Tal es el caso de la Oficina de Política de Ciencia y Tecnología (OSTP) de la Casa Blanca en Estados Unidos; la Oficina Parlamentaria de Ciencia y Tecnología (POST) del Reino Unido; el Instituto Nacional de Política Científica y Tecnológica (NISTEP) en Japón; el Instituto de Política de Ciencia y Tecnología (STEPI) en Corea; y, el Centro de Gestión y Estudios Estratégicos (CGEE) en Brasil. Igualmente, la institución debe diseñar conjuntamente con los organismos internacionales una agenda de trabajo que vaya más allá de las convocatorias de movilidad internacional de investigadores. Los resultados de las alianzas para fortalecer la política de formación de recursos humanos para la investigación pueden indicar un camino a seguir (ver Reflexiones de Política No. 1). Se deben aprovechar avances en temas como eficiencia en el manejo de los recursos financieros, mecanismos de retorno de los beneficiarios, y negociación selectiva de áreas de formación que sean de mutuo interés. Finalmente, aunque el BID y el Banco Mundial siguen siendo organizaciones claves de cooperación financiera y de asesoría en política pública de CTI, también podría pensarse en ellas como plataformas que faciliten la cooperación sur-sur, modalidad que cada vez es más promovida en el país, y en la cual Colciencias y otros actores del SNCTI tienen mucho por aportar. La existencia de estos organismos orientados a la investigación y el análisis de las políticas de CTI complementan y fortalecen la capacidad de los ministerios o agencias encargadas de la formulación y la ejecución de la política en dichos países. Recomendación 4. Estudiar y fomentar los mecanismos de articulación y asesoría de la política Es una realidad que figuras como el Consejo Asesor de CTI no han cumplido con el papel para el cual fueron diseñadas o no han alcanzado el peso institucional que se esperaba de ellas. Este tipo de instancias, que son de consejería para el diseño de la política nacional de CTI, necesitan ser estudiadas para aprender cómo se integran en el nivel nacional y cómo se articulan al nivel local o regional. En el nivel 8 Reflexiones sobre Política en CTI – No. 3 – Enero de 2015 Recomendación 6. Replantear organizacional de la institución la cultura En cuanto a la marginalidad, dado el poco peso que históricamente ha tenido la CTI en la agenda política del país -aún hoy se ven señales contradictorias- es difícil hacer apuestas grandes y de largo plazo ante la incertidumbre de si se va a obtener o no el apoyo necesario del gobierno, los legisladores y los tomadores de decisión. Teniendo en cuenta las condiciones históricas de la CTI en Colombia, es posible que Colciencias se haya acostumbrado a trabajar dentro de lo que podría denominarse una “cultura de la escasez y la marginalidad”. Esto se refiere principalmente a que los funcionarios se hayan acostumbrado a trabajar sin los medios necesarios (financieros, humanos, tecnológicos, de infraestructura física, etc.) para inducir a una transformación como la que se necesita en la actualidad. Si bien trabajar en ambientes de escasez de recursos puede llegar a estimular la creatividad de las personas, también genera grandes limitaciones, y puede influir sobre la dimensión de lo que creen que pueden transformar. Pensar en CTI requiere imaginar metas a largo plazo y contar con un personal que crea en ellas para que así mismo diseñe y ejecute programas que permitan alcanzarlas. Se debe dejar atrás el temor a la frustración, arriesgando recursos, y creyendo que sí se puede aportar a la resolución de grandes desafíos nacionales e internacionales. Reflexiones sobre Política en CTI La serie de “Reflexiones sobre Política en CTI” es un ejercicio realizado por el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología (OCyT) para difundir y hacer más accesible el conocimiento y las lecciones de política aprendidas en el marco de sus proyectos de investigación. El presente número se ha elaborado a partir del Proyecto “Colciencias: entre la normatividad, la legitimidad y la práctica. Historia y evolución de un organismo nacional de ciencia y tecnología – ONCYT”. El producto final de dicho proyecto fue la publicación “Colciencias cuarenta años. Entre la legitimidad, la normatividad y la práctica” editado por el OCyT, la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad del Rosario. El material recopilado durante el proyecto, así como la versión digital de la publicación pueden ser descargados en la página: http://historiadecolciencias.org/. Para la realización de este número, se tomaron como referencia los siguientes capítulos de la publicación: Jaramillo, H., Villaveces, J., & Cantor, N. (2013). El pensamiento. Eje de legitimidad y gobernabilidad de Colciencias. En M. Salazar (Ed.), Colciencias cuarenta años: entre la legitimidad, la normatividad y la práctica (pp. 178–253). Bogotá: Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología - OCyT. Nupia, C. M. (2013). Origen de la política científica y tecnológica en Colombia. Colciencias y su papel en la transferencia del modelo internacional de “política científica.” En M. Salazar (Ed.), Colciencias cuarenta años: entre la legitimidad, la normatividad y la práctica (pp. 120–177). Bogotá: Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología - OCyT. Plata, J. J. (2013). Colciencias cuarenta años. Aprendizajes organizacionales y retos en las sociedades del conocimiento. En M. Salazar (Ed.), Colciencias cuarenta años: entre la legitimidad, la normatividad y la práctica (pp. 62–119). Bogotá: Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología - OCyT. Salazar, M.(2013). Gobernabilidad del SNCyT. El papel de los consejos de programas nacionales de ciencia y tecnología. En M. Salazar (Ed.), Colciencias cuarenta años: entre la legitimidad, la normatividad y la práctica (pp. 588–633). Bogotá: Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología - OCyT. Salazar, M., & Fog, L. (2013). Colciencias hoy. La gobernabilidad debilitada y la pérdida de legitimidad. En M. Salazar (Ed.), Colciencias cuarenta años: entre la legitimidad, la normatividad y la práctica (pp. 734–767). Bogotá: Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología - OCyT. Si usted tiene algún comentario o le gustaría obtener mayor información sobre el tema tratado en este número de Reflexiones sobre Política en CTI puede escribir a [email protected] 9
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