III. MARCO TEÓRICO Dentro de la producción porcina, el verraco o macho reproductor representa una pieza fundamental para el éxito del trabajo de reproducción. Como la cerda o hembra reproductora tiene sus cuidados, este macho también tiene los suyos (Idoyaga de Villalba, 2003). El verraco, en gran medida, determina el progreso que un porcicultor puede obtener en el mejoramiento de su piara. Por este motivo, es importante que el productor realice el máximo esfuerzo para brindar todos los cuidados necesarios al animal, a fin de lograr una máxima eficiencia reproductiva (Idoyaga de Villalba, 2003). Investigaciones demostraron que dietas altas en energía y proteína resultaron muchas más eficaces en producción espermática, volumen de eyaculado, líbido (tiempo de eyaculado), y también tuvieron una mayor concentración plasmática de hormonas que dietas bajas en energía y proteína, durante un periodo de 20 semanas de recolección o extracción (Arrieta, 2008). 3.1. REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES DE LOS VERRACOS 3.1.1. Energía Según el NRC (1989) el aporte diario de energía debe ser alrededor de 6530 Kcal de energía metabolizable. Para esto hay que tomar en cuenta las necesidades diarias de mantenimiento, crecimiento para el caso de cerdos jóvenes y el gasto energético por reproducción. En este sentido, resulta interesante destacar que el costo energético de la actividad reproductora no supera en condiciones normales el 5% de la necesidad energética total (Gómez, 2002). 3.1.2. Proteína Un consumo inadecuado de proteína en verracos jóvenes retrasa la madurez sexual y en adultos disminuye la concentración espermática del eyaculado. El contenido recomendado de proteína en el alimento varía entre un 13 y 16%. En cuanto a los requerimientos diarios de aminoácidos específicos, no existe demasiada información aunque se recomienda que contengan aproximadamente 0,66% de lisina, 0,23% de metionina y 0,42% de aminoácidos azufrados (Gómez, 2002). 3.1.3. L-carnitina La carnitina es un componente del músculo que también se encuentra en el epidídimo, su función es la de estimular la oxidación de ácidos grasos de cadena larga a nivel de las mitocondrias. El hígado es capaz de producir L-carnitina a partir de lisina, pero en pequeñas cantidades por lo que en situación de estrés o incremento de actividad está producción no es suficiente, por lo cual se recomienda una suplementación. Algunas líneas de investigación demostraron que la suplementación con L-carnitina mejoró la producción y motilidad espermáticas (Arrieta, 2008). En el Cuadro 1 se pueden observar los requerimientos diarios de aminoácidos para verracos según lo establecido por la NRC (1989). Cuadro 1. Requerimientos de aminoácidos por día para un verraco Aminoácido Requerimiento Lisina 0,65 – 0,70 % Met + Cistina 0,40 – 0,42 % Treonina 0,38 – 0,40 % Triptofano 0,10 – 0,12 % Histidina 0.20 – 0,22 % Isoleucina 0.33 – 0,37 % Leucina 0,65 – 0,67 % Fenilalanina 0.62 – 0,64 % Tirosina+ val 0,45 – 0,47 % Fuente: NRC (1989). 3.1.4. Fibra El cerdo reproductor adulto necesita una restricción en el consumo de energía con la finalidad de evitar problemas de sobrepeso, falla de los aplomos y disminución de la líbido o apetito sexual. Una restricción física acarrearía problemas de comportamiento, manifestación de estereotipos e intranquilidad del animal, como también exponer a riesgos de estreñimiento, fermentaciones anómalas y producción de toxinas (que al ser el epidídimo muy permeable puede afectar el desarrollo de los espermatozoides). Se recomienda que tengan al menos un 6 a 7% de fibra bruta, esto mejora el tránsito intestinal y reducen problemas como úlceras y colitis inespecíficas. Por ello es conveniente que el alimento para machos contenga un 6 o 7% de FB y un 19% de Fibra Detergente Neutro (FDN) (Arrieta, 2008). En el Cuadro 2 se muestran los requerimientos de energía, proteína cruda y fibra para verracos. Cuadro 2. Requerimientos de energía, proteína y fibra diarios para un verraco Nutriente E.M. P.C. Fibra. Fuente: NRC (1989). Requerimiento 6525 – 6550 Kcal./día 13 – 16 % 6–9 % 3.1.5. Minerales Entre los macrominerales, los requerimientos son relativamente elevados de calcio (0,8%) y fósforo (0,64%), para que se produzca una adecuado desarrollo óseo evitando los temidos problemas de aplomos (Gómez, 2002). Un incorrecto aporte en la relación entre ambos macrominerales reduce la mineralización ósea y aumenta los problemas músculo- esqueléticos. Niveles de 0,8 – 0,95% de calcio y de 0,66 – 0,75% de fósforo total deberían asegurarse en cualquier formulación para verracos de alta selección (Arrieta, 2008). Entre los microminerale el zinc y del selenio son de suma importancia, ya que estimula la espermatogénesis y el desarrollo testicular (Gómez, 2002). En el Cuadro 3 están reflejados los minerales que deben aportarse diariamente para verracos según lo requerimientos establecidos por la NRC (1989). Cuadro 3. Requerimientos de minerales por día para un verraco Mineral Requerimiento Calcio 0.80 – 0,85 % Fósforo 0.62 – 0,65 % Zinc 100 Manganeso 40 - 55 ppm Selenio 2.25 ppm Cobre 8 - 13 ppm Hierro 50 - 70 ppm Iodo Fuente: NRC (1989). 0.2 - 0.5 ppm ppm 3.1.6. Vitaminas Las necesidades vitamínicas del verraco son, en condiciones normales, similares a las de las cerdas reproductoras y juegan un papel determinante en la eficacia reproductiva. Las deficiencias vitamínicas provocan efectos negativos a medio y largo plazo siendo su principal consecuencia un descenso significativo de la líbido (Arrieta, 2008). 3.1.6.1. Vitamina A Tiene gran importancia sobre el apetito sexual de los verracos, y funciones biológicas sobre la síntesis de glico-proteínas que controlan la diferenciación celular del tejido testicular. Algunos estudios demostraron que verracos tratados con dietas altas en vitamina A tuvieron menor porcentaje de atipias que las dietas testigo (Arrieta, 2008). 3.1.6.2. Vitamina C Aunque los cerdos son capaces de sintetizarla, en situaciones de estrés conviene un aporte extra en la dieta. Resulta especialmente beneficiosa en los casos de estrés por calor ya que actúa como cofactor en la síntesis de colágeno y protege a las células sexuales del daño oxidativo (Gómez, 2002). 3.1.6.3. Vitamina D3 Es de gran importancia ya que actúa de manera sinérgica con el Ca y el P favoreciendo su absorción, sobre todo en granjas confinadas en las que los verracos están en ambientes cerrados sin acceso a la luz solar, ya que la misma activa la síntesis de esta vitamina, por lo cual un aporte adecuado es importantísimo para un correcto desarrollo óseo (Arrieta, 2008). 3.1.6.4. Vitamina E Protege de la oxidación evitando el deterioro de la membrana espermática además, influye de forma determinante en la maduración espermática (Gómez, 2002). En el Cuadro 4 se pueden apreciar los requerimientos de vitaminas que deben suministrarse diariamente para un verraco según lo establecido por la NRC (1989). Cuadro 4. Requerimientos de vitaminas por día para un verraco Vitaminas Requerimiento Vitamina A 400.00 UI /Kg. Vitamina D 200.00 UI /Kg. Vitamina E 44.00 UI/Kg. Vitamina K 0,50 – 0,52 ppm Biotina 0,18 – 0,22 ppm Colina 1250 – 1260 ppm. Ac. Fólico 1.25 – 1.35 ppm Niacina 10 – 12 ppm Ac. Pantotéico 12 – 14 ppm Riboflavina Vitamina B12 3,60 – 3,80 ppm 0,015 – 0,020 ppm Fuente: NRC (1989). 3.2. ANATOMÍA DEL APARATO REPRODUCTOR DEL VERRACO El aparato reproductor del verraco está formado por varias partes, donde todas cumplen funciones de gran importancia para lograr un funcionamiento armónico y de alto rendimiento del mismo (Le Coz, 2006). Según Le Coz (2006), el sistema reproductivo del verraco está formado por una serie de estructuras que incluyen: los testículos, el sistema urogenital y las glándulas sexuales accesorias. Estas estructuras se comunican a través de los sistemas endocrino y nervioso para coordinar de esta forma la actividad reproductora de los verracos. Del mismo modo Le Coz (2006), expuso que el aparato reproductor del verraco está formado por las siguientes estructuras, de las cuales se muestra un esquema en la Figura 1: 9 Testículos 9 Epidídimos 9 Canales deferentes 9 Glándula prostática 9 Vesícula seminales 9 Glándulas bulbo uretrales 9 Uretra 9 Pene Fuente: Le Coz, (2006). Figura 1. Anatomía del aparato reproductor del verraco 3.2.1. Testículo Según Piella (2003), el testículo presenta un polo capital relacionado con la cabeza del epidídimo y uno caudal con la cola del epidídimo. La orientación del testículo dentro del escroto varía según las especies y en el cerdo el polo caudal apunta dorsalmente. El epidídimo está situado craneodorsalmente respecto del testículo. A su vez Piella (2003), señaló que los testículos cumplen una doble función las cuales son, la formación de los gametos, que se diferenciarán y desarrollarán hacia espermatozoides, y la formación de hormonas (esteroides), entre ellos, el más importante, la testosterona encargada de inducir las modificaciones físicas características del verraco y a la vez imprescindible para la espermatogénesis (proceso de formación de los espermatozoides). Dentro de los testículos se encuentran los túbulos seminíferos, los cuales se encargan de producir espermatozoides. Sus paredes están cubiertas de espermatogonias, que son las células germinativas que al dividirse, por mitosis y meiosis, generan espermatozoides que se liberan en la luz del túbulo por un proceso denominado espermiación. A partir de la pubertad, los túbulos seminíferos, desarrollan una pared gruesa y compleja llamada epitelio seminífero, compuesta por dos tipos de células: las células germinativas (espermatogonias), que proliferan y se diferencian en espermatozoides; y las células de Sertoli, que sostienen a las células germinativas e intervienen en su nutrición. Una lámina basal separa el epitelio seminífero del tejido conectivo circundante; en dicha lámina se encuentran las células de Leydig que producen testosterona. 3.2.2. Epidídimo Es similar a los túbulos seminíferos, ya que se enrosca sobre sí mismo varias veces diferenciándose en tres secciones que son cabeza, cuerpo y cola. El epidídimo está rodeado por una capa prominente de fibras circulares formadas por un epitelio ciliar pseudo estratificado. Los espermatozoides se encuentran comúnmente a lo largo del lumen, en el interior del epidídimo (Le Coz, 2006). El epidídimo es donde finaliza el desarrollo de los espermatozoides, adquiriendo su poder fecundante. La red testicular entra en los conductos eferentes, qué forman eventualmente un solo conducto doblado llamado epidídimo. La función primaria del epidídimo es la maduración del esperma, su transporte y almacenaje (Le Coz, 2006). 3.2.3. Conductos deferentes Es un tubo grueso y musculoso a través del cual el esperma es transportado desde la cola del epidídimo a la uretra, en este punto convergen las estructuras del sistema genital del verraco con la zona urinaria justo antes de la vejiga y que finalizan en el pene, para el transporte de los espermatozoides (Hafez, 1993). 3.2.4. Glándula prostática Setchell (1993), afirmó que la próstata es una glándula que contiene células que producen parte del líquido seminal que protege y nutre a los espermatozoides contenidos en el semen. Según el mismo autor la glándula prostática aporta: 9 Antígeno específico de la próstata 9 Ácido cítrico 9 Fibrinógeno 9 Espermina 9 Zinc (de propiedades bactericidas) 9 Magnesio (da un aspecto lechoso al semen) 9 Enzimas: 9 Fosfatasas ácidas 9 Fibrinolisina 9 Transglutaminasa (en algunas especies como en los roedores, densifica el semen de manera que genera un tapón vaginal, evitando la salida del semen, así como la cópula por parte de otro macho). 3.2.5. Vesículas seminales Se localizan al lado de la porción terminal del conducto deferente. En el verraco, son grandes, lobuladas y relativamente difusas. Aparecen a menudo con un color anaranjado. Las mismas son las responsables de aportar la mayoría del volumen del semen. Además, secretan grandes cantidades de fructosa y de ácido cítrico así como inositol, ergotionina, varios aminoácidos y glicerilfosforilcolina. La mayoría de estos compuestos son utilizados como substratos de energía por los espermatozoides del eyaculado (Hafez, 1993). 3.2.6. Glándulas bulbo uretrales Tienen forma alargada y cilíndrica, y en el verraco se localizan en cualquier lado de la uretra pélvica cerca del arco isquiático de la pelvis. Las glándulas bulbo uretrales secretan la fracción de gel o tapioca característica del eyaculado del verraco (Setchell, 1993). 3.2.7. Uretra En el verraco la uretra sirve de canal excretor de orina y de evacuación de esperma. Se inicia en el cuello de la vejiga y termina en la extremidad anterior del pene en el meato urinario, se dirige hacia atrás sobre el piso de la cavidad pelviana y luego hacia abajo y adelante y se coloca entre las raíces del cuerpo cavernoso del pene (Hafez, 1993). 3.2.8. Pene Según Mellizo (2007), el pene es un órgano eréctil con un extremo libre o terminal llamado glande, el mismo funciona en el animal como órgano de copula y a su vez vía para el transporte de semen y orina. 3.3. EFECTO DE LA TEMPERATURA AMBIENTAL SOBRE LOS VERRACOS. Aunque en el trópico los machos y hembras de especies domésticas se aparean y procrean durante todo el año, la eficiencia reproductiva se altera por efectos de la temperatura ambiental elevada, debido a que la misma produce estrés térmico y limita la capacidad de termorregulación testicular necesaria para el desarrollo normal de la espermatogénesis. Se ha documentado suficientemente la alteración de la eficiencia reproductiva de las hembras por efectos del estrés calórico, representada en retardo de la pubertad, prolongado intervalo destete celo, reducción de la tasa de partos, disminución del tamaño de las camadas (Weitze, 2000). En los machos, los efectos de la temperatura ambiente elevada se manifiesta a través de alteraciones en la libido y en las características de los eyaculados, en los que se observa menor volumen, disminución de la movilidad y aumento de las anormalidades espermáticas (Nääs et al., 2002). 3.4. FISIOLOGÍA DEL SISTEMA REPRODUCTIVO El sistema reproductivo del verraco está formado por una serie de estructuras que incluyen: los testículos, el sistema urogenital, las glándulas sexuales accesorias, la glándula pituitaria y el hipotálamo (Flowers, 2004). Estas estructuras se comunican a través del sistema endocrino y nervioso para coordinar de esta forma la actividad reproductora de los verracos. Cualquier alteración patológica o funcional de algunas de estas estructuras puede dar lugar a problemas reproductivos (Flowers, 2004). El hipotálamo del cerebro secreta la hormona gonadotropina (GnRH) que controla la producción y la secreción de la hormona luteinizante (LH) y de la hormona folículo estimulante (FSH) de la glándula pituitaria (Hafez, 1993). Muchas de las funciones de las partes del sistema reproductor del verraco para producir espermatozoides fértiles están controladas por el balance preciso de las hormonas mencionadas anteriormente (Hafez, 1993). Valencia (1986), señaló que la hormona folículo estimulante (FSH), durante la pubertad es necesaria para el inicio de la espermatogénesis, entre otras funciones probables, también estimula la actividad mitótica de las espermatogonias, además de estimular en las células de Sertolli la producción de una proteína transportadora de andrógenos conocida como (ABP) e inhibina, donde la ABP captura la testosterona con la finalidad de impedir que salga en grandes cantidades desde los túbulos y prolongar su vida media. A su vez la hormona luteinizante (LH), tiene una acción estimulante sobre las células de Leydig para la secreción de andrógenos y para el correcto funcionamiento de la esteroidogénesis testicular, así las células de Leydig, estimulan la síntesis y secreción de testosterona. En la Figura 2 se puede observar el funcionamiento del sistema hipotálamo – hipófisis – gonada del verraco. En la Figura 3 se aprecia la regulación hormonal de la actividad testicular del verraco según los descrito por Le Coz (2006). Hipotalamo GnRH Hipófisis LH y FSH Células de laydig Testosterona células de sertoli Inhibina / Activina Tubulos seminiferos Espermatogonias espermatozoides Figura 2. Fisiología del verraco (sistema hipotálamo - hipófisis – gónada) Figura 3. Regulación hormonal de la actividad testicular del verraco. 3.5. CARACTERÍSTICAS DEL SEMEN DEL VERRACO Y SU EVALUACIÓN EN EL LABORATORIO Al determinar la frecuencia de recolección de semen se tiene en cuenta la edad del animal y la producción, siendo evidente que una recolección diaria o muy seguida afecta principalmente la cantidad de mismo (Fuentes, 1993). 3.5.1. Definición de semen El semen se forma durante el proceso de eyaculación, es una suspensión liquida o semigelatinosa que proviene tanto de los testículos, que producen las células germinativas, como de las glándulas accesorias. Los gametos masculinos son únicos en su forma, funcionamiento y densidad. Una vez maduros son una célula terminal (ver Figura 4), el producto final de un complejo proceso de desarrollo y no pueden experimentar posteriores divisiones celulares o diferenciaciones (Hafez, 2000). En la Figura 4 se puede apreciar un esquema del espermatozoide del verraco, según Le Coz (2006). Las secreciones de los órganos accesorios del aparato reproductor masculino; y la porción líquida que se forma durante la eyaculación, se conoce como plasma seminal, el cual tiene como función diluir, nutrir y proteger a los espermatozoides y de este modo forma una fracción importante en el eyaculado (Holy, 1987). Fuente (Le Coz, 2006). Figura 4. Espermatozoide de un verraco. En el Cuadro 5 se puede observar las sustancias presentes y sus respectivas cantidades promedios por cada fracción de eyaculado de un verraco. Cuadro 5. Contenido del plasma seminal de un verraco Elemento Sodio Cantidad (mM.) 125-252 Potasio 17-46 Calcio 1,5-4,6 Magnesio 2,5-2,4 Cloro 85-105 Fosfato 0,4 Fructosa 0,5 Glucosa 0,06-0,3 Sorbitol 0,4 Inositol 28 Acido láctico 2,2 Acido cítrico 2,6-10,4 Acido glutámico 2 Glicerofosfocolina 4 Glicerofosfoinocitol 0,26 Arginina 0,01 Ergotioneina 0,7 Creatina 0,03 Proteina (mg/ml) 30 Fuente Le Coz, (2006). 3.5.2. Extracción de semen Para Hernández (1976), la extracción de semen se efectúa mediante la técnica de la mano enguantada, que se caracteriza por utilizar un guante desechable con el fin de impedir al máximo que se presente algún tipo de contaminación por contacto directo del operario con la fracción seminal. A los verracos previamente adaptados al maniquí, se les realiza la colecta con una frecuencia de una vez a la semana en el caso de los animales jóvenes y cada cuatro días en los adultos. La valoración de las características seminales es fundamental, ya que de ello depende el éxito de los resultados obtenidos al utilizar el semen para inseminación artificial. 3.5.3. Sanidad en la recolección del semen La implementación de un protocolo de limpieza y sanidad durante la ejecución de todos los pasos para la obtension de dosis de semen puede reducir significativamente los riesgos de contaminación de eyaculados (Magapor, 2005). Es recomendable implementar prácticas durante la colección como: 9 "Ordeño" del saco prepucial y limpieza del orificio prepucial con material limpio y desechable antes de cada colecta. 9 Uso de la técnica de la mano enguantada o del "doble guante"; en caso de no hacerlo, asegurar el lavado y/o uso de un desinfectante entre una colección y otra (evitar contaminación de otros sementales) 9 Uso preferente de material nuevo, limpio y desechable para la colección. 9 Preparar material de colección de manera limpia. 9 Mantener el pene paralelo al vientre del cerdo para reducir la posibilidad de que el eyaculado se contamine con fluido prepucial escurriendo por el pene. 9 Desechar las fracciones pre-ovulatorias (gel y líquida) y la fracción postovulatoria gelatinosa. 9 No introducir el material utilizado para la colección al laboratorio. 9 Hacer cultivos bacteriológicos mensuales o trimestrales en distintos puntos del proceso. 9 Evitar el uso de sementales que tengan signos aparentes de un problema infeccioso. 9 De igual manera, la reducción de la carga microbiana en el ambiente del área de colección es recomendable. Esto implica: 9 Colectar preferentemente sobre potro. 9 Tener potros de material de fácil lavado y desinfección. 9 Mantener una superficie de piso y construcción que sea de fácil limpiado y desinfección. 9 Para "tracción" del semental, utilizar preferentemente tapetes de hule de fácil limpiado. 9 Evitar dejar sucio el corral de colección entre sementales. 9 Lo anterior va en contra de las prácticas comunes de guardar un "olor" en el área de colección para la mejor estimulación de los sementales. Sin embargo, con sementales que ya montan potro, este tipo de estímulos no es necesario. Otras prácticas de manejo de los sementales y su ambiente ayudan a reducir la posibilidad de contaminación de los eyaculados: 9 Lavado prepucial programado y constante. 9 Mantener corto el pelo que rodea el divertículo prepucial. 9 Preferentemente no tener pisos sólidos en los alojamientos de machos. Si esto no es posible, mantener seco y limpio el área. Las heces, humedad y orina propician la contaminación del prepucio. 9 Procurar el alojamiento individual de machos jóvenes. Esto reduce la actividad homosexual entre estos, práctica que puede lacerar el pene y propiciar contaminación. 3.5.4. Características del eyaculado La eyaculación en los cerdos es de larga duración, de 10-15 minutos. Durante el proceso, el total del eyaculado se divide en tres fracciones bien determinadas (Magapor, 2005). 3.5.4.1. Fracción pre-espermática Esta fracción es transparente sin espermatozoides, con alto contenido de bacterias y tiene un volumen aproximado de 10 ml (Magapor, 2005). 3.5.4.2. Fracción espermática También se le llama fracción rica en espermatozoides, es de color blanco lechoso, constituida principalmente de espermatozoides y secreciones de las vesículas seminales y de la próstata. Su volumen está entre 30-40 a 90-100 ml. dependiendo de factores como: estación del año, duración del día, temperatura ambiente, medio ambiente social, nutrición, raza, edad y tamaño de los testículos (Magapor, 2005). 3.5.4.3. Fracción post-espermática A esta fracción también se la llamado fracción pobre en espermatozoides, está constituida por las secreciones de la próstata y glándulas de Cowper (tapioca), principalmente al final de la fracción. Es de color blanquecino transparente con abundantes grumos de tapioca, con volumen de 200 ml. o más. Esta fracción puede estar intercalada de fracciones ricas en espermatozoides, sobre todo cuando se presentan interrupciones en la eyaculación (Magapor, 2005). 3.5.4.4. Evaluación práctica del semen La evaluación seminal es fundamental y ayuda a evitar problemas de fertilidad en los verracos; las características de volumen del eyaculado, color, concentración de espermatozoides (número/ml), motilidad y morfología espermática deben ser analizadas de manera rutinaria y práctica, inmediatamente después de la recolección (Magapor, 2005). A su vez Magapor (2005), señaló la valoración del semen puede hacerse para propósitos descriptivos por los siguientes métodos: 9 Examen macroscópico 9 Examen microscópico 9 Pruebas especiales 3.5.6. Características macroscópicas del semen 3.5.6.1. Volumen El volumen del eyaculado de un verraco depende de factores, tales como: edad, raza, frecuencia de uso y condiciones ambientales (Velázquez, 2005). Se mide el volumen utilizando para ello probetas o bolsas plásticas graduadas. 3.5.6.2. pH La evaluación de la acidez o alcalinidad del eyaculado es de gran importancia y debe realizarse inmediatamente después de la extracción, ya que pueden presentarse variaciones amplias en poco tiempo (Roberts, 1971). El mismo autor señaló que el pH en el verraco varía de 7 a 7,8 con media de 7,4 (ligeramente alcalino). La medición del pH se debe realizar con un peachímetro o con cinta de azul de bromotimol, siendo más preciso el peachimetro. 3.5.6.3. Olor El olor del semen de verraco es sui generis; en caso de contaminación con orina, presentará modificaciones características, mayor volumen, escasa concentración y un pH alto (Roberts, 1971). 3.5.7. Características microscópicas del semen 3.5.7.1. Concentración del semen Según Tardif et al. citados por Henao et al. (2004), la concentración de espermatozoides en un eyaculado es un indicador de la capacidad productora de gametos en los túbulos seminíferos y, aunque no parece estar relacionada con la fertilidad, afecta la tasa de dilución seminal y el número de dosis procesables de un eyaculado. La concentración espermática es una de las pruebas de análisis seminales más importantes. Existe una variabilidad muy grande entre la concentración de un eyaculado a otro, siendo importante conocer el número de espermatozoides por eyaculado, ya que este parámetro influye en el número de hembras a inseminar. La concentración puede calcularse por varios métodos a partir de una muestra de semen. Entre estos métodos destaca la espectrofotometría, la colorimetría, la citometría de flujo y el uso de cámaras de recuento celular como la de Burker, o la de Newbauer (Quintero, 2003). Según Quinter (2003), para calcular el número de dosis para IA por eyaculado se siguen los siguientes pasos: (La concentración de esp/ml) = 1/5 Donde: 1/5.- Superficie contada en la cámara. 1/10.- Altura de la cámara. No. * promedio 1/10 * de 1/100 espermatozoides ó 200 * 10 1/200 ó 100.- Grado de dilución del semen con la solución fijadora de espermatozoides. 10.- factor. 3.5.7.2. Motilidad o movilidad Paparella (1986), Indicó que la capacidad de movimiento de los espermatozoides se valora como motilidad individual. Esta evaluación es cuanti-cualitativa, es decir, se valora el porcentaje de espermatozoides en movimiento 0 al 100%) y la calidad se determina en una escala de 0 a 5, siendo 0 el valor mas bajo y 5 al máximo para evaluar el tipo de movimiento. Por su parte Derivaux (1982), señalo que entre las pruebas realizadas para determinar la calidad seminal, se cuenta con la de motilidad que se convierte en una ayuda importante en su apreciación, siempre que se tenga en cuenta las condiciones óptimas, puesto que hay factores internos como la edad, la estación y el reposo sexual; este último como manejo influye presentando baja motilidad por el proceso de hipermaduración espermática y por los procesos degenerativos que sufren las células envejecidas. 3.5.7.3. Morfología (Atipias) La evaluación morfológica de los espermatozoides a través del microscopio es considerada como una excelente contribución a la predicción de la fertilidad de los verracos (Fuentes, 1989). Según (Fuentes, 1989), un eyaculado normal no debe contener más del 10% de espermatozoides con alguna anormalidad, lo cual debe ser valorado rutinariamente después de la recolección y antes de preparar las dosis para IA; para ello se emplean técnicas de tinción totales que permiten observar el aspecto general de los espermatozoides. Una característica importante en la calidad seminal, es el porcentaje de atipias presentes en un eyaculado ya que las dos funciones principales del espermatozoide maduro, la motilidad y poder de fertilización depende de la estructura de la cabeza y del flagelo (Derivaux, 1982; Paparella, 1996). Según Derivaux (1982) la anomalía de cola se constituye en una de las primeras manifestaciones de la degeneración seminal, la cual es normalmente debida a causas climáticas, nutricionales e infecciosas. El porcentaje de atipias presentes logra una disminución considerable a medida que el reproductor alcanza su madurez (Fuentes, 1989). La prueba de identificación de anomalías se realiza en condiciones similares de evaluación, evitando la presencia de errores reconociendo que esta práctica se lleva a cabo en forma directa por identificación, hay o no hay una atipia especifica; no obstante, no se cambia el evaluador, puesto que al ser diferentes evaluadores los errores que se pueden presentar son de carácter subjetivo (Derivaux, 1982). 3.5.8. Anomalías espermáticas Las anomalías que con mayor frecuencia suelen aparecer son las correspondientes a la presencia de gotas citoplasmáticas tanto proximales como distales, así como las colas en látigo. En ambos casos se trata de malformaciones de tipo secundario que se producen durante la maduración de los espermatozoides en el epidídimo (Magapor, 2005). Puede darse la circunstancia que un mismo espermatozoide presente varias morfoanomalías a la vez, en este caso se procederá contando cada una por separado y el espermatozoide como una sola célula. De esta manera podría ocurrir (en casos muy extremos) que el resultado del contaje de formas anormales fuera superior al 100%. De todas formas, para considerar que un eyaculado es de óptima calidad, se recomienda que el número total de formas anormales no exceda del 20% (Magapor, 2005). Quintero (2003), reportó que existen diversos tipos de anomalías presentes en espermatozoides de cerdo: 9 Espermatozoides con anomalías de cabeza. 9 Espermatozoides con anomalías de cola. 9 Espermatozoides con gota citoplasmática proximal. 9 Espermatozoides con gota citoplasmática distal. También Quintero (2003), señaló que las diversas malformaciones presentes en el eyaculado pueden ser clasificadas, en función del lugar donde se han originado, en primarias y secundarias. 3.5.8.1. Malformaciones primarias Quintero (2003), señaló aquellas desarrolladas en el testículo a lo largo de la espermatogénesis o la espermiogénesis. Corresponden a anomalías de la cabeza, pieza intermedia o inserción de la cola. 3.5.8.1.1. Anomalías del acrosoma El acrosoma juega un papel fundamental en la fecundación y esta importancia hace que convenga realizar una valoración específica del mismo. En un espermatozoide que tenga el acrosoma en perfectas condiciones se pueden distinguir tres regiones claramente diferenciadas en la cabeza: la zona acrosomal, con un borde apical, la zona post-acrosomal y el segmento ecuatorial entre ambas. Las muestras seminales con alta proporción de acrosomas alterados o ausentes suelen tener una fertilidad baja. Para determinar el estado del acrosoma se han usado desde hace mucho tiempo diferentes tinciones. Entre éstas se pueden señalar la tinción de eosina/verde rápido, Giemsa y la de eosina/nigrosina (Hidalgo et al., 2009). Si un espermatozoide tiene el acrosoma dañado, este no será fértil, por lo tanto no importa que tenga una buena motilidad si igual no va poder fertilizar el óvulo. Los daños del acrosoma (ver Figura) pueden ser por diversos factores, estos pueden ser genéticos, por edad, por estrés térmico entre otros. Lo que hace que esta anomalía sea un carácter de descarte para el verraco (Iñigo de Lanzagorta y López, 2007). Figura 5. Acrosoma normal Figura 7. Separación del acrosoma Figura 6. Acrosoma con membrana irregular. Figura 8. Acrosoma reventado 3.5.8.1.2. Espermatozoides con cola en látigo Iñigo de Lanzagorta y López (2007), señalaron que aunque se producen en su mayoría en el eyaculado, cuando aparecen en gran número es preocupante ya que su motilidad es casi nula y se asocia con la aglutinación, generalmente este gran número de cola en látigo (Figura 9), se produce por golpes de calor, estados infeccioso, tratamientos agresivos y vacunaciones con Aujezky. Figura 9. Espermatozoide con cola de látigo 3.5.8.2. Malformaciones secundarias Quintero (2003), afirmo que aquellas malformaciones desarrolladas en el epidídimo a lo largo del proceso de maduración espermática, suelen corresponder a presencia de gotas citoplasmáticas. 3.5.8.2.1 Espermatozoides con gota citoplasmática Los espermatozoides inmaduros con gota citoplasmática proximal se originan en el testículo y, a lo largo de su trayecto por el epidídimo, la gota citoplasmática se desplaza hasta el anillo de Jensen. Una vez que los espermatozoides con gota citoplasmática distal llegan la cola del epidídimo pierden la gota citoplasmática y toman el aspecto de un espermatozoide maduro. Así pues, la mayor o menor presencia en el eyaculado de las diversas tipologías de espermatozoides inmaduros permite conocer el grado en que se ha satisfecho la maduración epididimaria del esperma; por ello, tendrán mejor pronóstico de cara a la viabilidad de los espermatozoides y su capacidad fecundante aquellos que presenten gotas distales que los que las posean proximales, pues son células que han desarrollado en mayor grado su proceso de maduración (Magapor, 2005). Por otra parte, Iñigo de Lanzagorta y López, (2007) expusieron que ambos tipos de gotas ya sea proximal o distal, indican que hay cierto grado de inmadurez por parte del espermatozoide. Las gotas proximales situadas en el cuello, suelen ser asociadas a menor motilidad y en muchos casos a problemas de aglutinación. Las gotas distales están más cerca de su madurez completa y por ello no afecta la motilidad a menos que su número sea excesivo. El espermatozoide inmaduro suele ser más frágil que el espermatozoide maduro, de manera que se pueden observar fracturas cefálicas transversales, longitudinales y de cola (Magapor, 2005). En cuanto a las gotas citoplasmáticas, se pueden observar formas anómalas (gotas citoplasmáticas muy voluminosas), posiciones ectópicas (gotas al final de la pieza principal) y anomalías numéricas (dos gotas, una proximal y otra distal). El origen de las anomalías morfológicas, sobre todo las de tipo secundario y la falta de maduración de los espermatozoides, suele ser una reducción del flujo de testosterona a nivel testicular, teniendo esta su causa más habitual en situaciones de estrés o ritmos de extracción inadecuados, tanto por exceso como por defecto (Magapor, 2005). En los las figuras 10 y 11 se muestran los dos tipos de gota citoplasmática que pueden presentar en el espermatozoide del verraco. Figura 10. Gota C. proximal 3.5.8.3. Aglutinación Figura 11. Gota c. distal Este fenómeno puede darse como defecto propio del semen indicando una mala maduración epididímica pero a menudo se encuentra relacionado con la presencia de cuerpos extraños (ver Figura 12). Se produce por alteraciones de la membrana espermática las cual se adhiere a la de otro espermatozoide. Esta adhesión también se da entre gotas por ende es muy frecuente en gotas proximales (Iñigo de Lanzagorta y López, 2007). Figura 12. Espermatozoides aglutinados. 3.9. ANTECEDENTES Según Serrano et al. (1989), en investigaciones realizadas sobre el estudio de anomalías espermáticas de verracos en relación a la raza y época, encontraron diferencias significativas para raza (P<0,05), tipo (P<0,01) y la interacción raza por tipo (P<0,05) entre épocas. En relación con las épocas, se presentó un mayor número de anormalidades durante el invierno (3531%) y menor en verano (2677%). Las razas Yorkshire y Landrace presentaron el más alto nivel de anormalidades (P<0,05) en comparación a las otras razas estudiadas. Igualmente, en relación con el tipo de anormalidad con respecto al total, el mayor valor fue para cuello y pieza intermedia (P<0,01). Fuentes et al. (1992), afirmaron que la humedad relativa tiene un efecto mayor (P<0,05) sobre las variables espermáticas al compararse con la temperatura que sólo afectó a espermatozoides totales y al tiempo de eyaculación. Sin embargo, se pueden observar efectos no significativos de ambas, sobre las demás características. Es de hacer notar que las variables ambientales presentan un efecto negativo, aunque no significativo, sobre la motilidad y la vitalidad. Los valores promedio ajustados de las variables espermáticas distribuidas por trimestres presentaron diferencias significativas (P<0,05) para el volumen. El mayor volumen (259,8 ± 14,5 ml) fue obtenido en el primer trimestre (febrero, marzo, abril) que se caracteriza por las temperaturas más altas. El volumen más bajo (206,8 ± 10,9 ml) fue obtenido en el segundo trimestre (m, j, j) que corresponden la época lluviosa. Rooke et al. (2001), probaron la incorporación de un 3% de aceite de atún a la dieta de verracos. La proporción de DHA (ácido docosahexanoico) en el semen no se incrementó hasta pasadas 5 o 6 semanas del comienzo del experimento. La incorporación de aceite de atún aumentó la proporción de espermatozoides con motilidad progresiva y con acrosoma normal, al tiempo que redujo la proporción de células con morfología espermática anormal. En cuanto al estudio comparativo de los fotoperiodos ambientales estacionales se ha observado un incremento significativo del pH del eyaculado en los machos (P>0,01), mientras que el volumen seminal se mantiene en animales expuestos al periodo de otoño con valores similares en ambos tratamientos (P=0,165). La concentración espermática, la producción espermática y el número de dosis seminales que se pueden preparar a partir de un eyaculado se duplican en los verracos sometidos al fotoperiodo de primavera (P<0,01). La vitalidad y la motilidad espermáticas no experimentan cambios significativos entre tratamientos (P=0,3440 y P=0,9220, respectivamente). La resistencia osmótica de los acrosomas desciende únicamente en los machos expuestos a condiciones estacionales de otoño (P<0,01). En referencia a la morfología espermática aunque no se observan diferencias entre primavera y otoño (P>0,05), sí se detectó un incremento de los porcentajes de espermatozoides inmaduros y aberrantes en ambos fotoperiodos estacionales, y en especial en los machos expuestos a condiciones fotoperiódicas de otoño. Según estos resultados, la calidad seminal de los verracos es inferior en el fotoperiodo de otoño debido a un descenso de la concentración y la producción espermáticas, un aumento del pH seminal, una disminución de la resistencia de la membrana acrosómica y a un incremento en la frecuencia de espermatozoides inmaduros y aberrantes (Sancho, 2002). A su vez Sancho (2002), afirmó que en relación a los resultados obtenidos en el estudio de los diferentes fotoperiodos artificiales se observa que la iluminación contínua provoca un aumento significativo del volumen del eyaculado en el primer y segundo mes de tratamiento (P>0,01), disminuyendo en el tercer mes. La oscuridad absoluta no modificó este parámetro (P>0,05). En cuanto al pH seminal la iluminación continua provocó un incremento progresivo del valor del pH a lo largo del periodo experimental (P<0,0001), mientras que la oscuridad absoluta tiene un efecto más irregular. La exposición de los machos a iluminación continua y a oscuridad absoluta se manifiesta en un descenso de la concentración y la producción espermáticas que se mantiene hasta el segundo mes de tratamiento (P<0,01), observándose un incremento en el tercer mes de exposición de los machos a oscuridad absoluta (P=0,1010). Este descenso es más severo en los machos sometidos a iluminación continua ya que no presentan recuperación. La vitalidad y la motilidad espermáticas no se ven alteradas por la iluminación continua y la oscuridad absoluta, ni tampoco el contenido de los azúcares que se encuentran en mayor cantidad en el plasma seminal (P>0,05). La glucosa aparece como un azúcar en menor cantidad y el mismo presenta concentraciones inferiores en los tratamientos experimentales de luz continua y de oscuridad absoluta (P<0,0001 y P=0,0002), respectivamente. Rivera (2003), evaluó el efecto de la luz natural y de dos regímenes de luz artificial sobre la calidad seminal del verraco. Las muestras de semen se obtuvieron de un total de 30 verracos. De éstos, 14 estaban sometidos a un régimen de luz natural y 16 a un régimen de luz artificial. Los verracos del grupo de luz natural fueron sometidos, durante la primera mitad del estudio, a un fotoperiodo creciente y a un fotoperiodo decreciente durante la segunda. Los verracos del grupo de luz fueron sometidos, durante la primera mitad del estudio, a un total de 9 horas de luz diarias y en la segunda mitad a un total de 16 horas de luz diarias. El resto de condiciones de estabulación se mantuvieron constantes durante todo el estudio para todos los animales. En el análisis de resultados se observaron pocas diferencias significativas entre los diferentes tratamientos lumínicos. Las diferencias estadísticamente significativas (P<0,05) se observaron, casi exclusivamente, en los porcentajes de distribución de las subpoblaciones espermáticas. Tampoco se observaron diferencias significativas entre semen fresco diluido y semen conservado, excepto en los porcentajes de distribución de las subpoblaciones. Sulabo et al. (2003), determinaron el efecto de dos regímenes de alimentación diferentes sobre el crecimiento, la producción de semen y su calidad y la longevidad de los verracos en un centro de IA comercial. Para ello se utilizaron un total de 30 machos seleccionados al azar y distribuidos en dos tratamientos experimentales. El tratamiento 1 (T1) consistió en un programa de alimentación de 3 kg/d para las 8 primeras semanas y luego la alimentación fue ajustada de acuerdo a la condición corporal individual. En el tratamiento 2 (T2), los machos fueron alimentados con 2,6 kg/d durante las 4 primeras semanas hasta llegar a un PV alrededor de los 180 kg. De aquí en adelante los verracos fueron alimentados con 2,7 kg/d durante el resto de período experimental. Los animales se pesaron periódicamente para determinar la GMD periódica y global. Una vez a la semana durante 16 semanas se recogieron muestras de semen de cada macho para evaluar la producción y la calidad del semen en cada eyaculado. Se observó que al final del período experimental, los machos del grupo T2 pesaban 14,5 kg más (P<0,15) que los machos del grupo T1. Una mayor proporción de verracos del grupo T2 (73 vs 42%) estaban activos al final del período experimental, lo cual aumentó numéricamente (P>0,35) el promedio de días productivos (345 vs 279 días), las colectas de semen (58 vs 49) y el número de dosis producidas (1238 vs 1077). No se observó ningún efecto sobre las características ni la calidad del semen para ambos grupos. De La Vega y Cruz (2004), afirmaron que la adición en forma separada de cafeína y de lactato al diluyente del semen produjo un rápido y notable incremento, tanto en la impulsión flagelar como en la proporción de espermatozoides móviles. La respuesta de los espermatozoides diluidos en diluyente base con cafeína o lactato es inmediata y concuerda con trabajos previos realizados con semen de otras especies. La motilidad, expresada en porcentaje de espermatozoides móviles, decayó en los tres tratamientos a lo largo del periodo de conservación a 5°C, pero manteniendo una diferencia favorable en los almacenados con aditivos (T1 y T3), la cafeína (T3) fue superior al lactato (T1) únicamente a las 72 h. El agregado de lactato y cafeína a un semen que se está aparentemente agotando luego de una conservación a 5°C por 48 h (T4 y T5), permite una recuperación de la motilidad de manera casi instantánea; en el transcurso del tiempo resulta más efectiva la cafeína (T5). Ésta conservaba, a las 72 h, un 25% de formas móviles con una buena proporción de espermatozoides avanzando vigorosamente, mientras que el tratamiento con lactato (T4) presentaba un 21% de motilidad con movimiento oscilatorio y escaso movimiento progresivo. El tratamiento testigo (T1) no tenía formas móviles o contenía muy pocas con movimientos oscilatorios. Un total de 30 verracos adultos de línea genética terminal, de un centro de inseminación artificial del estado de Jalisco, fueron evaluados por Rocha et al. (2005). Los verracos fueron distribuidos al azar en dos grupos experimentales: Grupo A, verracos alimentados una sola vez al día con 2,75 kg de una dieta comercial con 12% de proteína, con 50 ml de aceite refinado de atún. El grupo B (testigo), 15 verracos alimentados con 2,75kg de la misma dieta comercial en igualdad de condiciones, con 50 ml de aceite acidulado. Los sementales fueron mantenidos en el régimen alimenticio durante 16 semanas y fueron colectados en la semana 8 después de iniciado el tratamiento. El semen fue evaluado inmediatamente después de la colección para determinar su volumen, motilidad, concentración espermática y morfología. No se observó ninguna diferencia estadística significativa en cuanto a la calidad del semen fresco de los dos tratamientos después de la suplementación con el aceite de atún (P>0,05). Sin embargo, en los estudios de motilidad e integridad acrosomal postdescongelamiento, se observó un incremento de 11,4 ± 3,2 % en la motilidad de semen proveniente de cerdos tratados en relación a los no tratados. Para Ferrero y Ortiz (2008), la suplementación de la dieta de verracos con ácidos grasos omega 3 puede ser beneficiosa por que el semen de cerdo es rico en DHA (acido decosahexaenoico), y porque, en otras especies, se han correlacionado disminuciones en ácidos grasos de cadena larga con una menor producción y calidad del semen. Añadido a esto, Hernández y Alemán (2008), afirmaron que al realizar el análisis de los diferentes indicadores espermáticos, se pudo observar diferencias significativas (P<0,01) entre las épocas en estudio, observándose un mejor comportamiento en la época seca. Strzezek et al. (2009), evaluaron el efecto de proporcionar un suplemento que contiene ácidos grasos poli-insaturados y antioxidantes (PROSPERM) sobre la bioquímica de las características del semen de verracos. Dos verracos sexualmente maduros fueron alimentados con una dieta estándar (PROSPERM, 250 g diarios) durante un período de 24 semanas. Los eyaculados recogidos antes de la administración de suplementos se utilizaron como control. Se analizaron la calidad del semen y los parámetros bioquímicos. El suplemento dietético mejora las características espermáticas, incluido el porcentaje de espermatozoides con membrana plasmática intacta osmótica y la resistencia de la membrana acrosomal. Una mayor producción de malondialdehido era coincidente con el aumento de la actividad de la superóxido dismutasa en el plasma seminal y los espermatozoides después de 8 semanas de suplementación. Estos cambios fueron acompañados por un alto contenido de proteínas totales y de bajo molecular antioxidantes del plasma seminal. Se observó que la administración de suplementos provocó mayor supervivencia de los espermatozoides de los verracos durante el almacenamiento de la esperma. Estos resultados indican que la administración de suplementos de PROSPERM en verracos tuvo un efecto beneficioso sobre las características biológicas de los espermatozoides, lo que podría ser útil para la preservación de semen a diferentes temperaturas.
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