Hacia una sexualidad responsable y feliz. Para ti adolescente.

Hacia una sexualidad
Responsable y Feliz
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PARA TI, ADOLESCENTE
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Edición, realización y diseño: Creativos DEW
La presente publicación ha sido auspiciada y financiada por el Gobierno cubano y el Fondo de
Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el cual ha aportado los fondos requeridos para la
impresión de los materiales previstos en el proyecto “Educación Formal para una Conducta
Sexual Responsable”, que se desarrolla por el Ministerio de Educación como parte del Programa
Nacional de Educación Sexual.
Directora del Proyecto: Dra G. María Antonia Torres Cueto
Coordinadora del Proyecto: Lic. Margarita Mc Pherson Sayú
Ministerio de Educación: 2001
ISBN: 959-13-0600-8
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
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Capítulo Primero
QUE GANE, QUE PERDI
MSC. ANA MARÍA CANO
/9
Capítulo Segundo
¿QUE NOS ESTÁ PASANDO EN NUESTROS HOGARES
DR. PEDRO LUIS CASTRO
/17
Capítulo T
ercero
Tercero
CONFIDENCIAS
DRA. NATIVIDAD GUERRERO
/25
Capítulo Cuarto
UN MUNDO AZUL Y UN MUNDO ROSADO
DRA. ALICIA GONZÁLEZ
/33
Capítulo Quinto
EL AMOR DE PAREJA SE APROXIMA A TU VIDA
MSC. MARÍA ELENA GONZÁLEZ
/43
Capítulo Sexto
LAS PRIMERAS EXPERIENCIAS SEXUALES
DR. PEDRO LUIS CASTRO
/51
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INTRODUCCIÓN
AMIGO
AMIGO,, AMIGA!:
En este momento te encuentras transitando por el camino de la
adolescencia. Un camino lleno de nuevas experiencias y motivaciones. En un abrir y cerrar de ojos todo se transforma; es un
período de tu vida durante el cual experimentas muchos cambios
en tu cuerpo, en tu mente, y en todo lo que te rodea.
Esos cambios te llevarán a verte de manera diferente. En esta
etapa el organismo se vuelve sexualmente maduro. Esta madurez
sexual se caracteriza por la aparición de cambios generales mediante los cuales los dos sexos se diferencian marcadamente. En las
muchachas aparece la menstruación, y en los muchachos la eyaculación.
No hay una edad fija para que estos cambios se produzcan, puede
variar de una persona a otra. Por lo general comienzan en las niñas
sobre los 10-11 años y en los varones sobre los 12-13 años. Muchas
cosas te están ocurriendo, y una de las más importantes es que haz
pasado de la capacidad de no procrear a la capacidad de procrear.
Aceptar tu nuevo cuerpo y estar contento o contenta con todos
los cambios que se producen en él lleva su tiempo. Mientras esto
sucede puede ser que sientas un poco de extrañeza, vergüenza, inseguridad y hasta inconformidad con todo lo que estás experimentando. Es muy natural que esto te suceda, pues son muchas las sorpresas.
Este proceso que estás viviendo hace que te comportes de una
manera distinta. A veces eres rebelde y desafiante porque quieres
buscar independencia y ésta es una de las vías que utilizas para
poder conseguirla. Es así que comienzas a darte cuenta de que las
relaciones en la casa, con tus hermanos y hermanas y sobre todo
con tus padres, han cambiado.
Nos gustaría explicarte que en estos momentos estás pasando
por una etapa única e irrepetible en tu vida, en la que estás construyendo tu propia identidad. Para lograrlo, con frecuencia buscas
un espacio donde satisfacer tus necesidades, inquietudes y deseos,
que permita además analizar tu realidad. Este espacio lo puedes
encontrar en tu grupo de compañeras y compañeros, de amigas y
amigos; aquellas y aquellos que ocupan en tu vida un lugar muy
especial. Con ellas y ellos compartes tus preocupaciones, entre las
que se relaciona la sexualidad.
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En realidad estás en una etapa de muchas interrogantes, algunas
de las cuales puedes responderlas por ti mismo(a) y con tus amigas y
amigos, pero otras requieren de mayor reflexión y valoración.
Este material ha sido redactado por psicólogos y pedagogos que
comprenden lo hermoso y complejo que resulta educar. Fueron
encargados de cada capítulo, Ana María Cano, Pedro Luis Castro,
Natividad Guerrero, Alicia González y María Elena González. Está
encaminado a satisfacer algunas de tus inquietudes y necesidades,
por lo que esperamos te sea útil.
L OS A UTORES
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Capítulo Primero
QUE GANÉ, QUE PERDÍ
¿Cómo sentimos el tránsito por la adolescencia? De alguna manera
nos vamos dando cuenta de los grandes cambios que significa la adolescencia: los observamos en nosotros mismos, los comprobamos en
nuestros amigos y amigas, en nuestras compañeras y compañeros
cercanos; escuchamos los comentarios de las demás personas….
Tantas cosas cambian, en nuestros cuerpos, en nuestra forma
de ver el mundo, en nuestra persona…. En algún momento estas
cosa nos hacen pensar, y podemos hasta sentirnos preocupadas o
preocupados. Es necesario conversar un poco al respecto.
Para comenzar, veamos cómo algunos adolescentes sienten y
piensan acerca de esta etapa.
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Cambios Corporales
Siempre se habla de la adolescencia de una manera distinta, especial, única en la vida; pero me parece que los adultos, los que ya
hace tiempo pasaron por esa etapa, se olvidan de que una vez fueron adolescentes; y nos tratan como si nosotros fuéramos hoy muy
diferentes a lo que ellos fueron cuando tenían nuestra edad. Siempre hablan mal, se horrorizan de lo que hacemos, de lo que nos
gusta, de la moda... ¿Acaso a ellos no los criticaron...? Nunca se
ponen en el lugar de nosotros.
A veces me contradigo porque extraño las caricias de mi papá,
él me cargaba, me sentaba en sus piernas, jugaba conmigo, me
daba besos y me apretaba, me pasaba la mano por la cabeza. Ahora
dice que ya soy un hombre, me saluda dando la mano, a la que besa
es a mi hermana. Me gusta que se de cuenta de que estoy cambiando, que estoy creciendo, pero.... a pesar de todo eso, me falta algo,
extraño esa parte de mi infancia.
Bueno es verdad pero lo único que sé es que dejé atrás las fantasías, los sueños... Antes imaginaba cosas, aventuras, y la pasaba
muy bien. Ahora es diferente. Ya no sueño como hace un tiempo,
sólo pienso en el presente, en lo que me está ocurriendo, en lo que
deseo hacer, y en lo que hago. Tal vez me divertía más cuando era
niño; pero la adolescencia también tiene cosas agradables.
Compartiendo con un grupo de muchachas, en la etapa de la
Escuela al Campo, escuché algunas preocupaciones relacionadas
con sus cuerpos:
Al mirarme en el espejo me veo distinta a mis amigas, hace algún tiempo que tengo la menstruación, desde quinto grado. Como
me parezco a mi mamá me han crecido mucho los senos y sin darme cuenta me jorobo un poco para ocultar su tamaño, pues mis
amiguitas apenas están comenzando a desarrollar.
A mi me pasa lo contrario yo estoy acomplejada porque ya tengo 13 años y no he tenido la menstruación aunque ya tuve mi
primer novio. Yo no me encorvo, al contrario me arqueo para aparentar más de lo que tengo.
Algunos padres se preocupan cuando se hacen evidentes los
cambios en nuestros cuerpos. Al respecto dos muchachas sostuvieron este diálogo:
Yo hace tres meses tuve mi primera menstruación y mi mamá
me dijo que debía tener mucho cuidado con los novios, porque
ahora sí puedo quedar embarazada. Tal vez lo hizo para asustarme,
y lo logró. Ahora no quiero que nadie me hable de noviazgo, tengo
miedo.
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Mira, no es para tanto, no seas dramática. Ella te debe alertar
para que tu abras los ojos; selecciones a un muchacho que te respete y te quiera. Te llama la atención para que sepas lo que haces
con tu pareja y distingas lo que podría ser peligroso por sus consecuencias.
Rosi se burlaba de mi forma de caminar, yo quiero ser original y
tener un caminado propio, que me distinga. ¿Qué hay de malo en
eso?...
Nada tiene de malo, sólo que te ves muy cómica, me da risa tu
originalidad, pero no es por criticarte, yo no me ocupo de mi
caminado porque creo que es algo espontáneo, no hay que ensayarlo.
... Pues he oído que a nuestra edad uno busca su estilo propio
de hablar, caminar, vestir, peinar, en fin, todas estas cosas hacen
que los demás te identifiquen.
Un amigo adolescente nos contó, con gran confianza personal:
Soy el más bajito de mi grupo de amigos, eso me acompleja, y por
eso trato al menos de estudiar bastante, para destacarme en eso. A
Jorge le pasa igual. Pero él no estudia mucho, se dedica a hace
chistes, es el payaso del grupo. Yo comencé a hacer ejercicios, porque mi hermano que está en el Pre se dio cuenta de lo que me
pasaba y me aconsejó porque a él le pasó lo mismo. La verdad es
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que no me gusta mucho el deporte, pero si resuelvo mi problema,
lo seguiré haciendo.
Otra anécdota que podemos citar aquí es la
siguiente:
Mayito no se decidía a salir con nosotros, él se aisló porque de
pronto, en un abrir y cerrar de ojos, se dio cuenta que su voz le
estaba cambiando. A veces se le van gallos, otras veces le sale la
voz de pito o ronca; en fin, ante la risa del grupo, decidió no
compartir más con nosotros. Pero Claudia, la Guía Base, que lo
conoce bien porque ha ido a las acampadas con nosotros, habló
con el y le explicó que a los varones les ocurría eso en la adolescencia, justo en la época en que se van convirtiendo en hombres.
Así fue como se convenció... de que no era ninguna enfermedad
ni nada raro.
El desarrollo físico de todas las muchachas y muchachos no ocurre en la adolescencia a la misma edad, algunos maduran muy temprano y otros se demoran un poco. Ninguna persona es igual a otra,
por eso los cambios no tienen por qué ser iguales. Por lo general nos
parecemos en estos asuntos biológicos a nuestros padres y familiares.
Cambios psicológicos.
Sin embargo, los cambios menos “visibles” son tal vez los más complejos, los que decisivamente nos hacen sentirnos cómo hombres
o mujeres, que ya dejamos atrás la niñez.
Unos estudiantes de secundaria conversaban lo siguiente, mientras esperaban el inicio de un Taller de Educación Sexual:
Me han dicho que las niñas comienzan a madurar antes que los
varones, es por eso seguramente que se enamoran de los muchachos más grandes y hasta de los que ya trabajan.
Eso no es justo, nos consideran niños y casi ninguna acepta
ser novia de un varón de su aula, a no ser que sea de los que se
adelantan en su desarrollo.
Pero no es sólo por el físico, el problema es que los varones de
mi aula, están siempre jugando de manos, entretenidos con
muñequitos, jugando bolas, se portan como niños, y por eso no
llaman la atención de las muchachas.
Ellos no piensan en el amor y nosotras nos enamoramos y nos
gusta que nos hablen con romanticismo. La verdad es que no nos
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gusta enseñar sobre estos asuntos, ni tenemos experiencia para
hacerlo. Preferimos que nos enseñen.
La primera vez que me dejaron salir sola, fuimos a Coppelia, me
sentí extraña y hasta un poco nerviosa, porque sabía que yo misma
debería cuidar de mi. Nos reunimos un grupito de niñas y niños,
pero iba la hermana de uno de mis amigos, y estuve todo el tiempo
junto a ella, me sentía insegura sin mi mama.
A mi también me ocurrió algo parecido, salimos un grupo de varones de más o menos la misma edad. Fuimos al cine y cuando salimos
nos entretuvimos y se nos hizo de noche. Yo me asusté un poco, pero
me controlé, porque si hubiera demostrado el susto, los demás se
hubieran reído de mi. Así, poco a poco, me acostumbré.
Mi hermana tiene un año menos que yo. Pero somos muy diferentes, ella todo lo critica, no se conforma con nada, es muy variable,
hoy le gusta una cosa y mañana ya no le interesa. Es muy difícil de
complacer. Nuestros padres tienen paciencia, pero a veces llegan a
molestase con ella. Los dos somos adolescentes, así es que no hay que
culpar siempre a esta edad en que nos encontramos. Ella debe pensar más en los demás, ponerse en el lugar de los otros, de las personas que la quieren, porque a veces piensa que el mundo gira alrededor de sí misma.
Tengo mucha confianza con mi mamá, siempre está al tanto de
mis cosas, hablamos de todo y también de sexo, gracias a ella no
tuve problemas con la primera menstruación. Sin embrago, con
mi papá no es igual, el no quiere participar en estas conversacio13
nes, siempre me dice que hable con mi mamá y yo siento mucho
que él no me ayude, porque sus opiniones como hombre en asuntos de amor me serían muy útiles.
Yo pienso que le da pena, ¿ quién sabe?, los hombre son todavía
machistas, en mi casa ocurre lo contrario, mi padre es el que me
dice algo, no todo lo que yo deseo saber. Yo tengo confianza con
él, pero desearía tener mucha más. Mi mamá no se atreve a decirme nada, siempre me remite a mi papá….. ¿ tú sabes quién me ha
explicado todo?…. mi amigo Carlitos que ya pasó por todo eso, él
tiene 5 años más que yo. A él le debo lo que sé.
Ningún adolescente es igual a otro. Tampoco son idénticos los
adultos. La impulsividad, la variabilidad emocional, el querer ser
diferentes y llamar de alguna manera la atención, son rasgos o
cualidades frecuentes en esta etapa, la ayuda de los adultos siempre será bien recibida, sobre todo si ofrece seguridad, se muestran
comprensivos, solidarios y amistosos.
Masturbación
Hay varios temas que siempre nos han parecido íntimos, pero
requieren también explicación, porque forman parte de los evidentes cambios que estamos experimentando en la adolescencia.
Unos estudiantes conversaron lo siguiente:
Mario me contó que él, cuando está sólo en su cuarto, acaricia
su miembro (pene) y siente una sensación muy agradable, incluso se excita y expulsa semen, si, ese líquido pastoso que sueltan
los hombres cuando se excitan mucho, yo no le quise creer, pero
un día que mis padres salieron y estaba sólo con mi abuela, esperé que ella se acostara y lo hice. Estaba en mi cuarto, sólo y tapado. Desde entonces, siento agrado y placer, lo hago cada vez que
puedo.
Yo leí que eso se llama masturbación y que es natural a nuestra
edad. Cuando aún no tenemos novia estable, o no hemos tenido
ninguna, puede ser que uno se masturbe. Eso de que uno se vuelve loco si lo hace mucho, o de que es dañino, no es cierto.
Juan, mi hermano mayor, me dijo que eso era algo natural en
los muchachos y también en las muchachas, pero que es tan íntimo y personal como la relación con una muchacha; no tiene por
qué practicarse delante de otros, y no trae consigo ningún problema de salud.
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La masturbación es una forma sana de descubrir la propia sexualidad y ayuda a adquirir una mayor seguridad y confianza en relación con los propios genitales y otras partes corporales. Ayuda a
descubrir las partes mas sensibles al tacto y en las que siente más
placer.
Métodos anticonceptivos
Hay quien dice que los adolescentes no se les debe hablar de métodos anticonceptivos, y yo, que ya tengo 20 años, te digo que me
hubiera gustado tener esa información cuando llegué a la secundaria. Saber ayuda a vivir con mayor seguridad. Ni siquiera ahora,
conocer sobre esos métodos me estimula a usarlos sin pensar. Pero
ya los conozco y cuando lo necesite sé donde encontrarlos, conozco cuál es el que me conviene, etc. Si es necesario, busco a quién
pedirle más información.
Mi abuela siempre decía que uno debe saber todo lo que pueda
y lo que sea capaz de aprender, porque saber no ocupa espacio.
Respuesta sexual
Elisa es mi amiga y con frecuencia salimos y vamos a fiesta.
Ella me gusta, pero tengo temor a decírselo porque no quiero perder su confianza y no estoy seguro de gustarle a ella. Cuando estamos bailando he notado que me excito, que el miembro (pene) se
va poniendo duro y no puedo controlarlo. Siempre trato de disimularlo, no se si ella se ha dado cuenta. ...
¡Compadre, eso es así! Dice mi primo Alberto que a él también
le pasaba, y cuando fue creciendo aprendió a controlarse. Pero no
seas pasmado, acaba de hablar con ella, si no te acepta, seguirá
siendo tu amiga, en definitiva tu siempre la has respetado y ella
debe tenerlo en cuenta.
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Capítulo Segundo
¿QUE NOS ESTÁ P
ASANDO
PASANDO
EN NUESTROS HOGARES?
¿Cómo nos tratan en casa? ¿Nos imponen las cosas, o nos dejan
que nosotros decidamos lo que hay que hacer? ¿Nos pelean cuando no hacemos lo que nos han pedido? Son muchas las personas
que parecen más dispuestas a regañar que a comprender cómo
somos y cómo nos sentimos los adolescentes. ¿Por qué esto es
así?
¿Nos respetan nuestros derechos de adolescentes? ¿Que lugar
ocupamos en la familia? ¿Cómo cambiaron las cosas en casa durante los últimos años, a medida que crecimos? Nuestra familia tal
vez cambió mucho desde que éramos pequeños, y no hemos hecho
el balance necesario de todo lo que ha sucedido.
Hay infinidad de preguntas de este tipo entre los adolescentes,
realmente resulta difícil comprender qué es lo que sucede en cada
familia. La vida del hogar es muy compleja, costará un poquito de
esfuerzo y tiempo entenderlo todo; pero lo que sí se necesita de
inmediato es aprender a convivir armónicamente entre todos, comprenderse mejor, respetarse cada uno al otro, ayudarse también;
en fin, ser felices en el hogar.
Estamos cambiando por dentro ¿¡se dan cuenta queridos padres!?
Es que en estos años hemos cambiado mucho, y tal vez los padres no
cambiaron tan rápido como nosotros los adolescentes.
Alcanzamos mayor estatura, y hemos crecido también por dentro,
pero se pudiera decir que los padres no nos dejan crecer: nos siguen
tratando como si fuéramos niños, a pesar que ya estamos en secundaria básica, tenemos más desarrollo físico, y sexual, además, nos sentimos con todos los derechos de los demás seres humanos adultos.
Sin embargo, parece que no somos niños, ni tampoco adultos.
Es verdad que la adolescencia es la tierra de nadie. ¿Hasta cuándo
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durará esto? ¿Y, qué pasará después con nuestros padres, nos entenderán mejor al paso del tiempo, o empeorarán las relaciones?
Podría decirse, sin exagerar, que muchas personas mayores no
nos comprenden, y lo más triste es que a veces ni se dan cuenta de
eso. Además, nos imponen lo que ellos creen que debemos hacer,
sin consultarnos. Nos piden que ordenemos nuestras cosas como a
ellos les parece bien, nos dicen cómo vestirnos o arreglarnos, aunque ellos no saben lo que le gusta a los jóvenes de ahora. Se meten
en nuestro cuarto, o en el lugar donde guardamos nuestras cosas,
quieren imponer su orden; opinan sobre la música que queremos
escuchar, o los libros que deseamos leer. Nos exigen el horario de
regreso cuando salimos con nuestros amigos; y muchas cosas más.
Por lo común sucede que nos quieren imponer las cosas sin oír
nuestros puntos de vista, ni qué decir de nuestros deseos.
A veces nos tratan como a niños, nos imponen el momento en
que tenemos que hacer las cosas, no esperan a que uno pueda. Si
estamos ocupados en lo que nos interesa, nos mandan sin respetar lo que estamos haciendo, y no podemos ni protestar porque lo
nuestro no es tan importante.
Nos dicen y repiten que aún somos niños, que no podemos
decidir nosotros mismos, que tenemos que obedecerlos; nos critican nuestros juegos o diversiones, remachándonos que somos chiquillos, etc. Pero por otra parte quieren que nos portemos como
adultos, que no fallemos en hacer las cosas, que no nos cansemos,
que seamos responsables, y cosas por el estilo.
Uno puede sentir en esta edad de la adolescencia que nos exigen como si fuéramos adultos, pero, cuando hacemos valer nues-
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tros deseos, o reclamamos lo que consideramos nuestros derechos
en muchas cosas, no nos dan independencia, ni poder de decisión; nos recuerdan que aún somos niños. Sin embargo, en nuestros sentimientos amorosos, y las relaciones con nuestros amigos,
en nuestros deseos para el futuro y planes de noviazgo; soñamos y
sentimos la vida muy diferente como en la niñez, ya somos como el
resto de las personas.
Es doloroso sentir que los padres no lo comprenden a uno. Hay
jóvenes que sienten que les critican tanto, con tal frecuencia, que
eso los lleva a sentirse malos, o incapaces. La persona sufre mucho
si cree que no alcanza a ser lo que amigos y familiares esperaban
de uno.
Muchas personas mayores no los comprenden, y lo más triste
es que a veces ni se dan cuenta de eso.
Los padres nos piden por una parte que tengamos la seriedad
de los adultos, pero por la otra no toman en serio nuestros sentimientos y deseos, que ya son como los de cualquier persona mayor. Por fin ¿para ellos somos ya adultos, o todavía niños? ¿Podremos convencerles, demostrarles, que ya crecimos?
Tenemos que hacerles ver a los padres que sentimos como ellos,
y también demostrarles lo responsables que podemos llegar a ser
en las cosas que de verdad nos interesan. Si ponemos de nuestra
parte, seguramente ayudaremos a que las cosas mejoren. Tenemos
que saber bien lo que queremos en el presente, y para el futuro; ya
no somos los chiquillos de antes.
Nosotros podemos demostrar que actuamos sin que nos presionen, que sabemos perfectamente lo que está bien y lo que está mal
en cada momento. También tenemos que saber expresar que no
nos gustan las imposiciones, ni que nos falten el respeto ¿lo podremos reclamar de una forma respetuosa, o perderemos el control y actuaremos como muchachos enfurecidos?
A veces no tienen confianza en nosotros
Todos necesitamos que las personas cercanas tengan en nosotros
una tremenda confianza. Confianza en cómo actuamos, qué deseamos, con quién andamos, qué pensamos de la vida. En fin, que
confíen que nosotros somos buenos, y que deseamos hacer las cosas bien.
También necesitamos que nos perdonen lo que ellos consideran que fue un error nuestro. No nos gusta que nos lo recuerden a
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cada cinco minutos. Pero es que sucede que algunas personas
mayores, dentro de nuestros propios hogares, están regañándonos continuamente, y diciendo que hacemos las cosas mal, que no
cumplimos nuestras obligaciones, o que no las hacemos nunca bien.
La confianza no se reclama, sino que se gana cuando nos mantenemos en nuestra forma de ser, y demostramos que no somos
tan malos como ellos pensaban.
Muchas veces los adolescentes prefieren al amigo para intercambiar sobre cualquier tema del sexo que desconocen o que los
inquieta. Pero lo bueno sería tener la confianza de algún familiar
para tocar estos temas en el hogar.
Realmente nadie debería perder la confianza en sí mismo, por
mucho que le criticaran, o por muy grandes que fueran las cosas
que considera le salieron mal.. Bien pensado, las cosas no les salen
tan mal, nosotros estamos seguros de eso. Además, en definitiva se
está aprendiendo, tan sólo necesitan tiempo para demostrar a los
demás de lo que son capaces. Todos tenemos de bueno, por lo
menos, el deseo de vivir y de ser mejores.
¿Conversamos lo necesario en el hogar?
La comunicación es una de las cosas más importantes, y complicadas, de la vida con nuestros padres. ¿Podemos conversar con ellos
de lo que queramos y en el preciso momento en que lo necesitamos? Pero además, ¿están cerca de nosotros cuando necesitamos
pedirles un consejo, o aclararnos una duda sobre el sexo? ¿Nos
gusta que nos pregunten por nuestras cosas íntimas, por nuestros
gustos de pareja, o nuestras relaciones de noviazgo?
Parece que en la mayoría de las familias estas conversaciones
sobre temas tan íntimos no se producen como los adolescentes
desean. Se conversa poco, y es muchas veces para pedir, ordenar o
requerir al adolescente, para indicarle lo que debe hacer o para
comentarle lo que hizo mal. Si hay buena comunicación en las
cosas que hace uno, lo primero que se trata es de los deberes.
Nos preguntan más por nuestros estudios, por la escuela, nos
hablan más del futuro, que de nuestras emociones actuales, nuestros enamoramientos, romances, o decepciones amorosas, las experiencias que nos produjeron excitación sexual, etc. Tal parece
que se evita hablar de una parte esencial de cada ser humano: su
vida emocional y sexual. Cuesta más trabajo entrar en materia, en
confianza, para tratar estas cosas.
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Incluso a algunos varones nos ha sucedido que mamá esté encima de nosotros por las manifestaciones de nuestra actividad sexual,
y les alarma que permanezcamos mucho tiempo en el baño, o que
podamos conversar de ciertos temas con otros amigos.
Entonces, en lugar de buscar el espacio, el tiempo, para conversar el tema «difícil», lo que hacen en casa es mostrar gran preocupación por nuestro desarrollo, por nuestra salud, y hasta llegan las advertencias de que nos cuidemos.
A veces nos dicen que los padres están muy ocupados para
atendernos en las conversaciones que nos interesan. Puede que
exista una cierta distancia entre ellos y nosotros, que nos dificulta a ambas partes conversar de nuestras cosas íntimas, y también
de las preocupaciones que ellos puedan tener por nuestro comportamiento.
Los primeros romances son algo difíciles de conversar con los
padres. Se trata de experiencias muy íntimas, uno ni sabe darle
palabras a lo que ha sentido y vivido. Si tenemos una familia muy
preocupada, que se alarma por cualquier cosa, que no nos ha
dejado crecer, o no se da cuenta lo que somos, entonces nos será
más difícil que conozcan nuestro noviazgo, que se enteren de los
detalles.
También es cierto que no sabemos buscar el momento apropiado para conversar con los padres. No es posible hacerlo en cualquier momento, sino cuando todos estamos dispuestos, es decir,
sin prisas, tranquilos, descansados, en fin, cuando hay más posibi21
lidades de que nos sintamos todos con comodidad para abordar
los temas.
Dicen que la vida moderna es tan agitada que no hay tiempo
para estar juntos en el hogar. A veces ni siquiera coincidimos en la
mesa a la hora de comer, o en el descanso del fin de semana, o tan
siquiera frente al televisor. Eso sí es un problema serio, que es
necesario resolver: si dejamos las cosas así, parecerá que se ha
acabado todo, sentiremos que no hay familia si no tenemos algunas horas en común, para pasarla bien entre todos.
Comunicarse es también intercambiar cariño. No podemos olvidar que la vida tiene muchas alegrías y que a veces nos pasan
cosas muy divertidas. Por eso sería bueno que pongamos un poco
de humor en las relaciones entre los padres y nosotros los adolescentes.
A veces sentimos que nos faltan palabras para responderle a un
padre que nos pregunta por nuestros asuntos más personales, o
para plantear nosotros mismos lo que nos preocupa. Eso es bien
natural, nos ha pasado a todos... Si hubiera buena confianza de
padres a hijos y además de hijos a padres, todo sería más fácil.
Conversar es también «negociar». Hay cosas en las que una familia no se pone de acuerdo, y sería muy saludable negociarlo,, en
lugar de ir a la guerra. Es de sabios aprender a conversar las diferencias sin disgustarse, y sin obligar al otro a que llegue a pensar
como nosotros. Es que los gustos de los padres, sus intereses, no
pueden ser iguales que los nuestros, no tenemos las mismas edades ni los mismos compañeros. Pero nos tiene que respetar nuestras opiniones al igual que nosotros tenemos que entenderlos a
ellos.
Muchas veces los adolescentes no entienden lo que piensan y
dicen los padres, no saben ponerse en su lugar. Es que los padres
tienen una responsabilidad por los adolescentes que no es comparable a lo que sienten por ellos. Los tuvieron como hijos, los criaron desde pequeños, los cuidaron y educaron lo mejor que pudieron, y sienten que tienen la obligación como padres de seguir al
tanto de ellos para hacerlos hombres y mujeres de bien.
Qué les preocupa a los padres
Debemos tratar de comprender a nuestros padres. Ellos pueden
tener una gran preocupación con nosotros, y no están muy tranquilos si creen que no saben, o no pueden controlar lo que ocurre
con nosotros. Les inquieta que lleguemos tarde, que nos ponga22
mos en peligro de noche, en la calle, Con toda razón hay algunos
peligros fuera de la casa, que pueden convertirse en una fuente de
inquietud, de angustia, para los padres.
Ellos no están seguros de que no nos vaya a suceder nada, cuando no nos acompañan, temen que no sepamos evitar riesgos. Se
trata de una inquietud muy humana, tal vez en el futuro nosotros
la sintamos también por los hijos que seremos responsables traer
al mundo y cuidar.
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Capítulo T
ercero
Tercero
“CONFIDENCIAS”
Nunca quieras sentirte mayor, cuando a tu lado una persona
quiera tener relaciones sexuales contigo.
No te apures, una vida te queda por delante
“Mis compañeros y yo muchas veces hablamos sobre la sexualidad, ya
que este tema es verdaderamente interesante. Un día estábamos en la
escuela conversando y una amiga mía me llamó aparte para decirme
que había tenido relaciones sexuales y estaba arrepentida. En ese
momento, no supe qué hacer, me sentí muy insegura para dar un
consejo, pero le dije: “Habla con tú mamá, que ella te comprenderá y
piénsalo bien antes de decidir entregarte a una persona por ansiedad, ni por embullo porque como mismo tú piensas que pudo ser el
momento más feliz de tu vida también pudo ser el más desagradable”.
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Muchos adolescentes piensan que hablar de sexualidad es
hablar de relaciones sexuales íntimas. Sin embargo, la sexualidad es una dimensión humana que abarca todo nuestro ser. Todo
lo que hacemos en la vida tiene que ver con la forma en que
expresamos nuestra sexualidad. Las relaciones sexuales son una
expresión de ella, pero no es la única. Expresamos nuestra sexualidad cuando tocamos, cuando acariciamos, cuando besamos,
pero también expresamos nuestra sexualidad cuando hablamos,
cuando bailamos o cuando soñamos, porque en todos nuestros
comportamientos la sexualidad está presente. Somos muchachas
o muchachos y en dependencia de nuestro sexo nos relacionamos de una manera o de otra; pero lo cierto es que siempre
manifestamos la sexualidad de mil formas diferentes; pues es la
manera de cómo vivimos nuestra vida y cómo la compartimos
con los demás.
Nosotros podemos descubrir otras formas de expresar la
sexualidad que también son muy placenteras.
Al preguntarle a una adolescente qué era para ella la sexualidad, respondió lo siguiente:
“Para mí la sexualidad es un sentimiento que se desarrolla en
una pareja y si este es sincero se disfruta más, yo pienso que la
sexualidad se debe realizar por alguna razón y no en edades
tempranas”.
Entre otras cosas la sexualidad nos permite expresar nuestros
sentimientos hacia otras personas, como bien dice una estudiante
de secundaria, sin embargo al hablar de que la sexualidad se debe
realizar por alguna razón se está refiriendo a las relaciones sexuales. Por supuesto, algunos adolescentes deciden tener relaciones
sexuales en edades tempranas y otros no; pero lo importante es
que cuando tomemos esta decisión lo hagamos con responsabilidad teniendo en cuenta que en cada relación sexual es muy probable que embaracemos a nuestra pareja o que quedemos embarazadas si no utilizamos algún método anticonceptivo. Otra cosa que
nos pudiera suceder es que nos contagiemos con alguna infección
de transmisión sexual o en el peor de los casos con el virus de la
inmuno deficiencia humana (VIH). Es por eso que te propongo
que busques información y valores muy bien tu decisión.
Muchas son las experiencias vividas relacionadas con la sexualidad; pero en ocasiones nos sentimos confundidos cuando no tenemos claro este concepto.
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Varios adolescentes opinan acerca de la sexualidad:
“Para mí la sexualidad es un sentimiento muy íntimo que se
desarrolla en una pareja y se puede expresar de diferentes maneras”.
“Para mí la sexualidad es la manera de expresar los sentimientos a la pareja mediante una mirada profunda”.
“Para mí la sexualidad es la relación que tiene un hombre con
una mujer, la cual se expresa mediante un beso, una mirada, un
piropo o un poema de amor. En fin, la sexualidad se manifiesta
cuando amamos a alguien”.
“La sexualidad es hacer el sexo”
“Para mí la sexualidad es una forma de comunicar quienes somos, es una forma de amar. La sexualidad es como una flor, en sus
pétalos expresa el amor, el cariño, la amistad y otros lindos sentimientos”.
Es importante que se tenga en cuenta qué es el sexo y qué es
la sexualidad porque al parecer para muchos adolescentes se trata de lo mismo. Sin embargo, el sexo es una cosa y la sexualidad
es otra.
El sexo es el conjunto de características biológicas que definen
a los seres humanos en dos grupos: masculino y femenino. La sexualidad abarca las manifestaciones psicológicas y sociales que permiten la identidad como persona de uno u otro género, comprende
todo su comportamiento hacia sí mismo y hacia los demás.
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Desde que nacemos somos sexuados. La sexualidad no es algo que
nos podamos quitar o poner porque nuestro cuerpo es, todo él, sexuado.
En todas las edades tenemos intereses y comportamientos sexuales. Cada edad es diferente y se vive de forma distinta, pero en todas
ellas es importante la sexualidad.
A través de la sexualidad sentimos placer. Este se puede lograr
mediante la autocomplacencia (masturbación) o relacionándonos
con otras personas (caricias, besos, abrazos, coito...)
¿La sexualidad es sólo reproducción?
La relación sexual no se reduce solamente al acto sexual. Los besos, las caricias, los abrazos... también forman parte de la relación sexual
y son tan importantes y satisfactorios como lo puede ser el coito.
Cada persona tiene sus preferencias cuando establece una relación amorosa, pero siempre debe tener en cuenta las necesidades
de la otra persona.
La reproducción es una de las muchas posibilidades que ofrece
la sexualidad. Sin embargo, es necesario distinguir una de la otra:
saber qué queremos y en que momento podemos hacerlo. Relacionarnos, comunicarnos, intercambiar afecto y placer, es importante y hermoso, tener un hijo o una hija también lo es.
Cada persona debe decidir cuándo lo desea y cuándo tiene las
condiciones creadas para ello.
La vida sexual no termina nunca, pues seguimos siendo
sexuados durante toda la vida.
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¿Qué es entonces la sexualidad?
La sexualidad es diálogo, la sexualidad es amor y comprensión, en fin la sexualidad es compartir.
La sexualidad constituye todo un mundo de posibilidades que
enriquecen al ser humano. Conocer sus particularidades en el hombre y en la mujer, vivirla libre y responsablemente, es saludable y
necesario para nuestro equilibrio personal
En el taller de Educación Sexual escuchamos esta experiencia:
“Algunos adolescentes quieren ser mayores o son tan inmaduros
que esa es su forma de expresarse. Tengo una amiga que tiene 12
años y siente así. No es una adolescente común sino una adolescente sin infancia, sin sueños y sin fantasías, lo único que le interesa es crecer y sentirse adulta.
Tan es así que decidió tener relaciones sexuales y la sorprendió
una mala noticia: “el embarazo”. Cuando el médico le comunicó
que estaba embarazada no supo que hacer. Decírselo a sus padres
no podía pues nunca había existido la más mínima confianza entre
ellos para hablar de este tema.
Ella se acercó a mí y me contó todo lo que le había pasado. Yo le
dije que no tuviera pena, que hablara con sus padres, y aunque fuera
duro y pasara un mal rato ellos terminarían comprendiéndola pues
quien mejor que los padres para contarles nuestros problemas.
Como soy su amiga le pedí que cambiara, que no es un error
tener amigos y sueños, lo que si es un error dejarse presionar y
continuar por un camino equivocado”.
Cuando arribas a la adolescencia, todo se transforma en una
abrir y cerrar de ojos, es un periodo de tu vida durante el cual
experimentas muchos cambios en tu cuerpo, en tu mente y en
todo lo que te rodea.
Puede ser que sientas confusión e inseguridad y empieces a cambiar los conceptos que tienes sobre las cosas y las personas que te
rodean.
Este proceso que estás viviendo hace que te comportes de una
manera distinta. A veces eres rebelde y desafiante porque quieres
buscar independencia y ésta es la vía que utilizas para poder conseguirla.
Otras veces decides tener relaciones sexuales para demostrar a
los demás que haz crecido, que ya eres grande y te puedes comportar como los adultos.
29
Es necesario que tengamos claro que el hecho de tener relaciones sexuales no significa que hayamos crecido.
Es importante que consideres que, para poder crecer y encontrar el camino de la autonomía y la libertad que tanto buscas, es
necesario que poquito a poco consigas despedirte de algunas cosas que tanto te gustaban en la infancia y asumas con valentía las
nuevas responsabilidades que te exige esta nueva etapa a la que
has llegado.
“Desde los 12 años me enamoré profundamente estaba muy
alegre. Siempre entre nosotros hubo mucho respeto, amor y ternura. Todo ocurría durante las vacaciones. Tuvimos aventuras
inolvidables, sinceras y agradables. Me sentía como una mujer
con derechos propios. Pasaron los días y se terminaron las vacaciones. Me marché a mi provincia y hoy en día seguimos juntos
pero ha sido difícil mantener una relación seria. Para ser feliz
con una persona tienes que tener confianza en ti y en él, mantener los recuerdos y amar cada vez más con mucho respeto”.
Con la adolescencia nuestras emociones y sentimientos se
transforman. La sexualidad tiende a provocar ternura, comu30
nicación y amor entre las personas que se relacionan. Es así, que
en esta etapa de la vida descubrimos que sentimos una especial
atracción por alguien que nos gusta y que comparte con nosotros
nuestro tiempo e intereses. Esto quiere decir que estamos enamorados. Se trata de compartir las mismas sensaciones y emociones.
Todo se convierte en algo único y especial. Son momentos que
disfrutamos con mucha intensidad. El tiempo nos parece corto
cuando compartimos con la persona que amamos. Constantemente soñamos despiertos y todo nos llena de ilusión. Es una de
las cosas más bonitas que podemos experimentar en esta etapa de
la vida.
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32
Capítulo Cuarto
UN MUNDO AZUL
Y UN MUNDO ROSADO
Te invitamos a hacer un viaje hacia el pasado más remoto para
descubrir cómo era la sexualidad desde los orígenes de los seres
humanos en las etapas más primitivas hasta la actualidad, y comprender así cómo surgen algunas de las falsas diferencias que entre los sexos aún se suelen destacar y que conforman lo que se
acostumbra a llamar el mundo «azul” o masculino y el mundo «rosado» o femenino.
Recordarás de tus estudios de historia cómo hace miles de siglos, en las comunidades primitivas, en que aún estábamos muy
cercanos a nuestros antepasados, los monos antropoides, fue que
las tareas y responsabilidades en la tribu se dividieron por vez primera según el sexo biológico. La mujer se dedicaba a atender a los
hijos e hijas y ancianos y también a las tareas sociales de dirección
de la tribu, tareas que no le impedían sus funciones de madre,
33
mientras que el hombre se dedica a las actividades referidas a la
caza de grandes animales a fin de obtener la carne que ayudaba a
la alimentación, y para lo cual se veía en la necesidad de ausentarse de la comunidad por largos períodos.
¿Cuáles fueron las causas de la división natural de las actividades laborales y familiares entre en el hombre y la mujer?
Como te contamos, en esas etapas iniciales del desarrollo humano la mujer se mantenía en la tribu al cuidado de los menores y
ancianos ya que por su condición biológica de ser la única que
tiene la capacidad para gestar, llevar en su seno y lactar a sus hijos,
debía dedicarse, además de otras tareas laborales de gran importancia, al cuidado de la familia.
Las tareas relacionadas con la maternidad no le impedían a la
mujer que a la vez dirigiera y administrara el trabajo de los miembros de la comunidad y otras actividades sociales muy importantes
como la pesca, la recolección de semillas, frutos, etc. que daban
alimento diario a todos en ausencia de los hombres cazadores. En
estas sociedades primitivas, las mujeres solían hacer importantes
aportes al cuidado y alimentación y atención de los miembros de
la tribu, por lo que recibían gran reconocimiento de ellos y esto
determinó que dichas sociedades eran denominadas matriarcales.
En estas etapas ellas eran muy estimadas y no se les consideraba como el sexo débil, todo lo contrario, sin ellas y las valiosas
funciones sociales y familiares que desempeñaban no hubieran
podido subsistir los restantes miembros de la comunidad.
¿Qué es un estereotipo sexual y cómo surge?
Es con el surgimiento de las sociedades patriarcales, divididas injustamente entre ricos y pobres, que los hombres se convierten en
dueños de la propiedad privada, es decir, de las tierras, el ganado,
las herramientas y comienzan a ser considerados erróneamente el
sexo fuerte; y las mujeres, dedicadas desde entonces sólo al cuidado
de la familia, se convierten en mal llamado sexo débil. Para poder
garantizar este orden de desigualdad entre los sexos y discriminación de la mujer, todas las estructuras sociales han educado al hombre y la mujer de manera que ellos aprendan, desde las edades tempranas, a reproducir los estereotipos sexuales, modelos sociales que
reglamentan cómo se debe comportar el hombre “fuerte» y «poderoso» y la mujer «débil” y «sumisa» en toda situación de la vida.
El estereotipo sexual femenino está conformado por un conjunto de rasgos erróneamente llamados «femeninos» que la obligan, durante toda su vida, a dedicarse ella sola y de manera sumisa
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al, cuidado M esposo y la atención de los hijos e hijas y de toda la
familia y la apartan de manera injusta de las tareas y laborales en las
que hasta entonces se había desempeñado de forma destacada. Este
estereotipo ha sido llamado simbólicamente el mundo rosado.
¿Sabes por qué se denomina mundo rosado? Se denomina mundo Rosado al estereotipo femenino a partir del color con que se
viste la niña cuando nace y que describe como símbolo de la debilidad, la ternura, la delicadeza y otras cualidades de personalidad
que la deben caracterizar y no le permite prepararse para desempeñarse con éxito en las tareas sociales y laborales futuras de todo
tipo.
Se denomina mundo azul al estereotipo sexual masculino, por
el color con el que se viste al varo n desde que nace y que simboliza
la masculinidad. Este estereotipo lo obliga, cuando sea mayor, a
desempeñarse social y laboralmente de manera muy exitosa, fuerte, enérgico, aún cuando, al ser pobre o en el caso de que como
todo ser humano, se enferma o sufre ante determinados problemas, se vea obligado a comportarse como un ser fuerte y poderoso, poco sensible ante las situaciones difíciles de la vida.
El estereotipo sexual masculino obliga al varón, desde que nace,
a prepararse para asumir su función de proveedor, es decir, de la
persona encargada de satisfacer, él sólo, las necesidades materiales, de alimentación, ropa, vivienda, etc., de toda la familia. Este
estereotipo sexual masculino también es llamado mundo azul.
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¿Recuerdas la frase “los hombres no lloran”? ¿Sabes qué simboliza? La frase “los hombres no lloran” simboliza y refleja cómo el
hombre debe siempre, para ser aceptado por los que le rodean, ser
una persona necesariamente “fuerte”, sin sentimientos, que no
puede, en ninguna circunstancia, expresar sus emociones, ni flaquear o mostrarse afectado o afligido ante problema alguno, por
muy grave que éste sea.
Pongamos algunos ejemplos de conductas estereotipadas. Seguramente habrás escuchado con frecuencia que los adultos regañan al niño diciéndole “los varones no lloran”, o que los juegos de
muñecas y casitas son únicamente de niñas o de «mariquitas”; o
también cuando se regaña a las niñas afirmando que los juegos
fuertes o de manos son sólo para el varón o de «marimachas”.
Si lo analizas un poco te percatarás que estos rasgos y cualidades que se adjudican al hombre o a la mujer no son inherentes a
un solo sexo, sino que pueden formar parte de la personalidad
tanto de uno como de la otra, en dependencia de sus características personales y que todos esos rasgos los pueden ser indispensables tanto al varón como a la niña para prepararse para una vida
plena y feliz.
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En todas las sociedades patriarcales se han educado siempre a
los hombres y mujeres, desde las edades más tempranas, para que
aprendan, primero en la familia y después en la escuela y en toda
la sociedad, a reproducir estos modelos sociales estereotipados que
representan la sexualidad masculina (el mundo azul) y la sexualidad femenina (el mundo rosado). Tales modelos se convierten en
estereotipos sexuales por ser rígidos y de obligatorio cumplimiento, aun cuando no se corresponden con las características y necesidades reales del hombre o la mujer.
¿Somos siempre auténticos al expresarnos
sexualmente?
En la vida cotidiana, con frecuencia los varones y las muchachas nos comportamos de manera diferente a como nos gustarla
ser. ¿Por qué no expresamos en ocasiones de manera auténtica nuestra sexualidad masculina o femenina?
Los niños y niñas, adolescentes y jóvenes y también los adultos, en muchos casos, para poder recibir el aprecio y reconocimiento de las personas que nos rodean, nos vemos obligados a
asumir comportamientos impuestos que no deseamos, aún al precio de sacrificar nuestras necesidades más importantes, por lo que
dejamos de ser auténticos, es decir, dejamos de ser nosotros mismos para convertirnos en reproductores de ese modelo sexual
masculino o femenino estereotipado que puede ser con frecuencia
muy inadecuado e injusto fuente de angustias y frustraciones para
la persona.
¿Cómo se van conformando la masculinidad y
feminidad a partir de los estereotipos sexuales?
Desde muy pequeños y pequeñas toda conducta del varón o de la
niña que reproduzca el estereotipo sexual (mundo azul o rosado)
será estimulada por los padres, las madres y los adultos en general,
a través de diversas formas de reconocimientos o premios, mientras que las conductas que no cumplan con las exigencias y los
rasgos del estereotipo correspondiente a su sexo, serán rechazados, sancionados y, a veces, castigados duramente. Así aprendemos, desde edades tempranas, aún cuando nos guste o no, a reproducir los modelos estereotipados de masculinidad o feminidad
establecidos en las sociedades patriarcales.
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En tu opinión, ¿son esos rasgos y cualidades
que establecen los estereotipos sexuales sólo propios de varón o de la mujer?
Por ejemplo, ¿crees que un joven deja de ser masculino si es delicado, tierno y cariñoso con su pareja o su familia, si está bien preparado y puede compartir con ella o con su madre las tareas domésticas?
O, en el caso de una muchacha, si es decidida, enérgica en sus decisiones, o si su desenvolvimiento escolar o laboral es directivo o si se
convierte en una ingeniera u otra profesión técnica. En estos casos,
¿crees que se puede ver afectada su feminidad?
Seguramente coincidirás con nosotros en que ni el hombre
ni la mujer dejan de ser masculinos o femeninos respectivamente, sólo por no cumplir con esos rasgos y cualidades
estereotipados que dañan la sexualidad toda al no permitir que
cada persona, según sus posibilidades y sus necesidades particulares, desarrolle aquellas cualidades que le son propias de
manera auténtica al armonizar con su personalidad, y que no
tienen que estar ligadas obligatoriamente a un sexo u al otro.
¿Opinas tú que cada hombre o mujer debe tener la libertad de determinar cómo construir y
expresar su sexualidad masculina o femenina?
Seguramente piensas, al igual que nosotros, que cada ser humano, no importa sea hombre o mujer, debe tener la libertad
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de escoger libremente cuáles son sus modos de conducta y las
cualidades que se correspondan con su personalidad, con su
verdadera forma de ser v de sentir, sin que se limite su desenvolvimiento por falsos modelos estereotipados que nada tienen que ver con su forma real de expresarse.
Lo fundamental es que cada persona asuma su sexualidad
de manera plena y responsable, es decir, que sus comportamientos y manifestaciones sexuales sean auténticos y no lo
dañen a sí mismo o a las personas que le rodean.
Todos debemos aprender de todos y ser cada día más plenos y responsables, es decir, desarrollando modos de comportamientos auténticos fuente de dicha, en tanto nos enriquezcan
a nosotros y nosotras mismas y a las demás personas con las
que nos relacionamos en la familia, la pareja y otras esferas de
la vida social.
¿Crees tú que deben ser una parte de las profesiones y funciones o tareas, propias sólo de un
sexo y prohibidas al otro?
Seguramente recordarás de tus estudios de historia que la división
de las actividades y tareas del hogar, laborales y sociales, así como
los oficios y las profesiones por sexos, es el resultado de intereses
económicos propios de las sociedades patriarcales, y dañan el desarrollo pleno del hombre y la mujer al impedirles, tanto al varón
como a la niña, tener la posibilidad de prepararse para ser útiles y
capaces en el desempeño de cualquier tarea que prefieran, o que
se les presente a lo largo de su vida.
Ambos sexos deben ser educados y preparados para asumir cualquier actividad o tarea, ya sea del hogar, de la vida social o laboral
y tratar de ser auténticos y de poder desenvolverse de manera lo
más efectiva posible en cualquier situación que deba enfrentar.
¿Como nos solemos sentir cuando no sabemos
enfrentar una tarea concuerda «propia del otro
sexo” ?
Quizá has experimentado alguna vez que suele resultar muy frustrante y angustioso - para una mujer o un hombre - cuando debe
acometer una situación enmarcada casi siempre erróneamente
dentro del terreno del otro sexo, ya sea el masculino o femenino, y
para la cual no se les ha preparado.
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Por ejemplo, cuando una mujer, en determinadas circunstancias, no sabe cómo resolver una rotura eléctrica o de plomería del
hogar u otra tarea tradicionalmente considerada masculina y para
cuya realización no se le capacitó.
Al igual que puede resultar también muy angustiante o frustrante cuando el varón tiene la necesidad y es incapaz de coser una
pieza de ropa o preparar los alimentos, lavar su ropa o atender un
hijo enfermo y realizar este tipo de tareas consideradas de manera
falsa «femeninas», las que forman parte inevitablemente de su vida.
¿T
e gustaría saber cómo las niñas y los niños
¿Te
aprenden a comportarse según los modelos femeninos y masculinos?
La educación de la sexualidad basada en estos falsos estereotipos
ha recibido el nombre de educación «sexista» por su carácter dañino y discriminatorio, ya que su objetivo es enseñar a través de
estímulos y castigos al niño y la niña, desde que nacen y durante
toda la vida, a reproducir los mencionados estereotipos sexuales e
impide así a la persona una adecuada preparación para realizar
con éxito cualquier actividad personal y social.
40
La educación sexista y discriminatoria, obliga a la niña y al niño
y a los adolescentes como tú, a reproducir muchas conductas que
con frecuencia no se avienen con su personalidad y a renunciar a
otras que en muchos momentos le serán indispensables para poder enfrentar los problemas y situaciones que en la vida cotidiana
toda persona, no importa cuál sea su sexo, debe estar capacitada
para saber cómo actuar con éxito.
Nunca seremos personas totalmente independientes, auténticas y verdaderamente realizadas mientras exista esta injusta forma
de educación sexista que nos impide ser hombres y mujeres totalmente capaces de asumir y realizar con éxito cualquier actividad
que la vida nos depare. Por eso resulta importante que aprendamos a evitar comportamientos discriminatorios, donde se resalte
la superioridad de un sexo sobre otro y estimulemos formas de
educación que fomenten las relaciones de igualdad y equidad entre el hombre y la mujer.
¿No crees que debes comenzar ya a reflexionar sobre todo lo
relativo a la educación de la sexualidad? Si aún no lo has hecho, es
importante que seas capaz de iniciar tu preparación para poder
desempeñarte con éxito y responsabilidad en cualquier situación
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dentro de estas esferas relativas a las relaciones de pareja, familiar
y social.
Ya eres casi un joven o una joven o estás muy próximo a serio y,
por tanto, te encuentras en el umbral de la vida adulta, por lo que
posiblemente ya piensas en el amor, en la pareja y te proyectas
hacia un futuro en cual con certeza constituirás una familia, tendrás hijos y te- verás en la necesidad de enfrentar todo tipo de
tareas que la vida te imponga o que tu elijas. Por tanto, ya debes
también comenzar a prepararte para tu futura vida en pareja y para,
cuando seas adulto y tengas tus propios hijos, estés bien capacitado para ejercer una paternidad o una maternidad plena, feliz y
responsable.
Para lograr una vida personal, de pareja, familiar y social más
plena y feliz, ante todo, es necesario que, además de rechazar toda
manifestación de sexismo y estereotipación o discriminación en
tu propia vida sexual, la asumas de manera auténtica y responsable. A la vez, es importante que puedas aprender a desempeñar tu
futuro rol de educador o educadora de la sexualidad de tus hijos e
hijas, de manera que seas capaz de ayudarlos a crecer como hombres y mujeres plenos, activos, creativos, libres de las ataduras y
limitaciones que implican una educación basada en la discriminación sexual.
La educación de nuestra sexualidad masculina y femenina nos
ayuda a comprender cuáles son las formas de comportamientos
personales, de pareja y familiares más efectivos que nos ayudan a
enfrentar con éxito cada situación de la vida por muy difícil que
pueda ser, y de esta forma abrirnos los caminos que nos conducirán a construir una vida cada día más dichosa y feliz.
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Capítulo Quinto
EL AMOR DE P
AREJ
A
PAREJ
AREJA
SE APROXIMA A TU VIDA
El desarrollo de las personas es un proceso largo que pasa por diferentes etapas, durante las cuales se van produciendo cambios en el
cuerpo, en la forma de pensar, sentir y de relacionarse con los demás.
Una de las etapas de gran importancia en la vida de las personas es la
que tú estas viviendo, llamada adolescencia. Cada vez más te estás
aproximando al momento de iniciar la vida amorosa de pareja en la
que descubrirás vivencias y sensaciones maravillosas, si logras prepararte para transitar por este importante momento de manera satisfactoria.
En tu grupo, podrás observar que no todos tus compañeros y
compañeras tienen el mismo nivel de desarrollo físico ni los mismos sentimientos ni necesidades relacionadas con los aspectos de
la sexualidad; pero no te preocupes, todos van a pasar por esta
etapa lo que no necesariamente al mismo tiempo.
Suele ocurrir que algunos adolescentes desarrollan temprano y
otros tarde. Imagínate un rosal, hay rosas que abren antes que
43
otras, sin embargo, las últimas en abrir son tan bellas y perfumadas como las primeras. Así es la adolescencia, unos desarrollan
muy temprano, otros después, pero siempre llega el cambio, lo que
hay que saber esperar, sin premura ni angustia.
Aspectos eróticos y afectivos de la vida sexual
Con los cambios ocurridos en la adolescencia se hace intenso el
impulso o deseo sexual, lo que incrementa el erotismo y desarrolla una gran necesidad de experimentación sexual; de experimentar emociones, sentimientos, vivencias y sensaciones sexuales;
primero solitarias a través del autoerotismo y posteriormente con
la pareja.
El erotismo es la capacidad de la persona para disfrutar el goce,
el placer sexual; ya sea solitario o en pareja. Cuando este goce o
placer se lo proporciona la propia persona en solitario, se denomina autoerotismo.
Durante siglos el erotismo, y aún más el autoerotismo, ha sido
considerado como una práctica vergonzosa, sucia e indecente, sin
tener en cuenta que es fundamental para el desarrollo pleno de la
persona y de la relación de pareja, en tanto es una de las vivencias
más placentera y enriquecedora que pueden experimentar el hombre y la mujer.
Debes saber que el erotismo puede darse como un deseo sin un
objeto preciso que lo satisfaga; sin embargo, generalmente lo desencadena un estímulo sexual efectivo, es decir, que responde a los
gustos y motivaciones de la persona. Estos estímulos suelen ser
ocasionados por otra persona o por el propio cuerpo; entre ellos
pueden citar: las fantasías, los sueños, las caricias, el contacto físico, entre otros.
Las prácticas autoeróticas son íntimas y privadas. Incluyen el
juego con el cuerpo y los genitales propios; autocaricias, masturbación y las fantasías eróticas. Se puede experimentar el
autoerotísmo con tantas cosas como la imaginación pueda inventar.
La actividad autoerótica, a tu edad, puede aparecer con más o
menos intensidad, en la búsqueda de satisfacción y placer sexual.
Insistimos que aunque tradicionalmente ha estado asociada con
una práctica sucia, en realidad es parte necesaria, natural y enriquecedora de tu desarrollo sano y te ayudará a conocerte mejor a
ti mismo, a tu cuerpo en sus sensaciones placenteras y preferencias sexuales y a prepararte para que te sientas más seguro o segu44
ra en una relación futura de pareja. Permite, además, Canalizar
tensiones y relajarse, por ejemplo en las etapas o momentos en
que se experimenta el deseo o excitación sexual y no existe la posibilidad de la satisfacción en la relación con la pareja. Estas prácticas autoeróticas son comunes a hombres y mujeres.
Por todo lo anteriormente expuesto, te percatarás de que no
tienes que sentirte avergonzado(a) ni culpable por realizar estas
prácticas, porque el erotismo, en cualquiera de las formas que se
manifiesta; ya sea en, solitario o en pareja, si es fuente de placer,
goce, dicha, felicidad y no daña a otras personas, es saludable y
por tanto no es, en modo alguno, sancionable.
La masturbación, como práctica autoerótica, es el acto de excitarse uno mismo, es toda forma de autoplacer sexual obtenido
mediante cualquier tipo de estimulación física directa sobre los
genitales. Por lo general, se lleva a cabo frotando, acariciando u
oprimiendo los genitales; pero también, mediante la estimulación
por uno mismo de otras partes del cuerpo que generen placer
sexual.
Se consideran también prácticas autoeróticas las fantasías sexuales, la polución o eyaculación nocturna en el hombre y el orgasmo
femenino durante el sueño, generalmente asociados a sueños eró-
45
ticos. A continuación te ofrecemos una breve información acerca
de ellas.
Las fantasías sexuales pueden ser una forma de autoerotismo
mental, pensamientos eróticos, imaginarse cosas eróticas, situaciones en la que se representan caricias sexuales etc., y generalmente acompañan a la masturbación u otras actividades sexuales
solitarias y de pareja.
Un por ciento considerable de varones tienen en alguna ocasión eyaculaciones nocturnas o emisiones de semen durante las
horas de sueño, también llamadas poluciones; fenómeno que es
más frecuente a tu edad y constituye un escape de tensión sexual.
Las mujeres ocasionalmente pueden experimentar orgasmos
durante el sueño, generalmente asociados a representaciones eróticas construidas en los propios sueños.
Es normal que sientas gran curiosidad sexual, curiosidad que
está presente desde las edades tempranas y se hace más profunda
en la adolescencia, la que expresarás en interés por películas y
revistas eróticas y literatura científica, así como por el lenguaje y
los chistes sexuales. Gustarás de los bailes y del coqueteo; todo lo
que te conduce a buscar información sobre la sexualidad con amigos, familiares, profesores y adultos en general.
En los primeros años de la adolescencia sentirás la necesidad de la amistad intima con alguien del mismo sexo y edad, por
quien puedes experimentar celos, fidelidad y lealtad. Poco a poco
te irás orientando hacia los compañeros del otro sexo e irá apareciendo una atracción, a veces temerosa, lo que puede
acompañarse de una gran duda entre ésta y el gran sentimiento
hacia el o la amiga íntima. No te preocupes, se está desarrollando en ti la necesidad de una forma diferente de amor vinculado
a la pareja, que va más allá de la amistad y llega hasta el anhelo
de la cercanía física.
Con el tiempo irás desarrollando esa ansiada y tantas veces sonada capacidad de amar. El deseo sexual se asocia a una persona
que provoca una tendencia a la aproximación y conquista, es decir
una atracción. ¡Estás enamorado o enamorada!
Cuando nos enamoramos esa persona de la cual estamos enamorados provoca un intenso deseo y sentimientos de unión, es
una atracción muy fuerte hacia el otro u otra que se convierte en
único(a) e irrepetible. Cuando somos correspondidos por la persona sentimos una intensa felicidad, de lo contrario, nos embarga
un sentimiento inmenso de tormento, dolor y tristeza. Pensamos
intensamente en el ser amado, indagamos acerca de él o ella,
fantaseamos y nos olvidamos de las preocupaciones y los proble46
mas que no estén relacionados con el ser amado. Necesitamos y
buscamos su compañía y le ofrecemos ayuda y atención esmerada.
Este enamoramiento puede ser platónico o idealizado, es decir
que puedes atribuirle una serie de cualidades a determinada persona y enamorarte de ella. Generalmente esta persona es inaccesible; puede ser un actor de cine, una persona de más edad, un maestro, u otro adolescente igual que tu, en fin, alguien con quien en
silencio comienzas a crear una relación, es un contacto a distancia, imaginario. Este enamoramiento, suele ser correspondido,
inclusive la persona de quien te has enamorado puede no saberlo y
ni tan siquiera imaginárselo, generalmente ocurre en los primeros
años de la adolescencia. Poco a poco irás estableciendo contactos
más reales, con personas menos idealizadas generalmente de tu
edad, y mediante insinuaciones o provocaciones se harán notar
mutuamente que se agradan.
El enamoramiento por lo general es un estado temporal que no
perdura mucho tiempo para transformarse en una relación más sólida y tranquila, se convierte en amor, o cuando se agota, en desamor.
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El amor es un sentimiento más estable que el enamoramiento;
cuando ames la imagen del otro u otra se hará más realista. Es
diferente en cada persona, pareja y etapa de la vida: no es igual el
amor a tu edad que el amor de los abuelos. La forma en que se
siente y expresa depende de las características personales de cada
miembro de la pareja así como de otros factores, por ejemplo la
comunicación con los amigos y amigas comunes, las respectivas
familias, etc.
El amor no se mantiene inmutable, cambia con el tiempo, se
puede hacer más profundo o marchitarse. Para que el amor crezca
cada persona debe transmitir y conocer las necesidades de erotismo, espirituales y de otra índole de su pareja. El afecto, cariño y el
interés son componentes esenciales del amor. Los miembros de la
pareja comparten muchas cosas; se pueden compartir gustos, deseos, opiniones, formas de pensar, pero no debes olvidar que cada
pareja se forma a partir de la unión de dos personas, cada una con
necesidades, aspiraciones, preferencias, cualidades diferentes del
otro.
Es decir, pueden existir cualidades afines y otras muchas no lo
son, por lo que es importante en la relación de pareja el respeto al
otro; a sus gustos, opiniones, formas de pensar y actuar. No puedes intentar convertir a la persona amada en otra persona diferente, en la que tu quisieras que fuera, debes aceptarla como es y juntos irán cultivando una relación sobre la base de la colaboración.
Cada pareja es diferente a las demás, con una forma de relación
diferente, entre otras razones porque las personas que la integran
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son distintas a los demás, han vivido y viven en lugares disímiles y
con otras personas, etc. Por lo que no es conveniente hacer comparaciones entre parejas ni tomar una como modelo ideal, o como
la mejor pareja.
En la relación de pareja los tipos de comportamiento sexual
más frecuentes pueden ser caricias o contactos físicos para lograr
la excitación erótica; preferentemente en la cara, posteriormente
también en la parte superior del cuerpo y finalmente, ya en edades
mayores, abarcan todo el cuerpo. Este proceso de acercamiento
erótico o físico debe ser lento y gradual, no debes apresurarte y
quemar etapas que te pueden conducir a frustraciones o fracasos
en la vida amorosa que luego lamentarás.
Seguramente que tus primeras experiencias sexuales te prepararán para cuando, en un futuro, ya te sientas seguro y con la
madurez suficiente puedas establecer una relación coital satisfactoria y disfrutar plenamente tu vida personal, y de pareja.
49
50
Capítulo Sexto
LAS PRIMERAS EXPERIENCIAS
SEXU
ALES
SEXUALES
Los adolescentes siempre estamos necesitados de intercambiar y
aclararnos sobre la vida sexual, pues en la familia ciertos temas los
tienen como reservados a las personas mayores.
Acerquémonos a las inquietudes sobre el amor y la sexualidad,
que se están manifestando a nuestro alrededor. Escuchemos, opinemos, y pensemos con detenimiento sobre estas cosas.
Silvio Rodríguez canta que sólo el amor engendra la maravilla.
Expresa el poeta que hace falta trabajar, mucho, duro, para obtener algo hermoso como el amor.
El descubrimiento de los cambios corporales, las relaciones
afectivas de la pareja, las experiencias sexuales y sus consecuencias, son siempre asuntos que nos interesan, que es bueno conocer para evitar problemas, para resolver inquietudes, o simplemente
para estar preparados cuando nos haga falta.
Tal vez algunos piensen que las muchachas y los muchachos de
hoy, en plena secundaria, estamos muy metidos en nuestro mundo
para ir a buscar esos consejos; parece como si no los necesitáramos. Quizás cuando tenemos una pareja su cálida compañía es
todo nuestro mundo, y no se nos ocurre solicitar consejo sobre lo
que deberíamos hacer.... simplemente lo hacemos a nuestro entender, sin valorar profundamente su alcance.
Curiosamente la edad de la primera relación sexual varía mucho de un lugar a otro. Las características de las familias donde se
ha crecido, del grupo en donde los adolescentes se mueven, el
lugar en donde se desarrollan, influyen mucho en esas relaciones,
en su inicio, desarrollo y desenlace.
Se afirma que en nuestro país se ha adelantado la fecha en que
muchachas y muchachos tienen sus primeras experiencias sexuales de contacto genital (intercurso), o como alguien aclaró
expresivamente «relaciones sexuales completas». Ese adelanto de
51
la vida sexual tan acelerado se produce a una edad tan temprana, que llevó a los especialistas a declarar: una persona tan
joven con esas conductas sexuales no sabe muy bien lo
que está haciendo, ni las consecuencias que le puede
traer
traer..
¿Por qué se ha adelantado la edad de la primera experiencia?
¿Será que nosotros, las y los adolescentes de hoy en día estamos
menos preparadas o preparados? ¿Somos más irresponsables, o
no sabemos calcular las consecuencias?
Tal vez sea que las y los jóvenes de hoy tenemos más oportunidades que los de antes. Al llegar a la secundaria nos vamos a la
escuela al campo, o hacemos caminatas y acampadas como pioneros exploradores, y otras actividades que nos alejan de la casa,
de las prohibiciones de los padres.
Los fines de semana, o en el verano, se quiere ir al cine, a la
playa, salir solos a fiestas, etc. Se pasea en grupo, y el que no va porque la mamá se lo prohíbe - queda mal con sus compañeros.
Cuando uno se siente más libre se cree mayor de edad, e intenta
probar las experiencias que han marcado tradicionalmente el paso
a la adultez.
Se diría que nos hacemos grandes cada día más rápido, quizás
antes de tiempo. Para la sociedad ya somos personas responsables de lo que hacemos, dejamos atrás la niñez de pocas responsabilidades. Si miramos alrededor y comprendemos todo lo que
nos piden a los adolescentes, nos tendremos que empinar, debemos crecer, para comportarnos como se espera de nosotros (aunque en casa nuestra familia nos mantenga como presos en una
infancia estirada más de la cuenta)
Lo cierto es que las y los adolescentes de hoy son más independientes de sus familias que en el pasado. Todo esto llevó a que se
adelantara la edad de la primera relación sexual. Pero también ha
ocasionado que mucha gente joven no lo piense bien, no use métodos anticonceptivos en esas experiencias, y que el número de
muchachas que se embarazan sea grande.
Las consecuencias que no hemos pensado
Algunos resultados de las relaciones sexuales nos inquietan mucho, nos «asustan»; no sólo porque desconocemos algunas cosas,
sino principalmente porque nos preocupan las consecuencias que,
lo más seguro, cambiarían nuestras vidas.
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Inquieta que una relación sexual conduzca a un embarazo.
Ese embarazo en una madre tan joven pondría en peligro - como
todos hemos escuchado - a ella y al posible hijo. Decimos así
porque muchas veces se piensa en el aborto. Pero entonces angustia mucho lo que puede significar un aborto provocado, se
dice que implica un riesgo grande para la salud. Más bien debemos reconocer que el aborto es un mal rato, muy desagradable,
que se sufre bastante en lo físico, pero mucho más en lo emocional.
Por otra parte, tenemos muchos ejemplos de muchachas de
secundaria que no abortaron y se convirtieron en madres adolescentes. Entonces debieron interrumpir sus estudios, alejarse
de sus amistades y de las distracciones que tanto deseamos y
necesitamos en estas edades.
Un buen día somos papás inesperados ¿Cómo nos sentimos?
Hasta el presente ninguna muchacha se ha embarazado ella sola,
sin la participación del papá. Entonces, a los varones nos culpan también; aunque de distinta manera. No parece que tenga
sentido discutir de quién fue la culpa..., ambos somos responsables.
Sepan que el papá adolescente tampoco se siente bien: el hijo
no es un regalo esperado, sino la incertidumbre de un futuro
con muchas complicaciones, que limita sorpresivamente la libertad de los recién estrenados padres. Aunque hay quienes
parecen desentenderse y no quieren reconocer la nueva vida
que ellos mismos han engendrado.
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Algo ocurre que las parejas de novios que sin quererlo ni saberlo llegan a este momento: les resulta muy difícil superar esta etapa.
Por lo común se enfrentan a tantas dificultades que se amarga un
amor inicialmente tan dulce y maravilloso. Algunas parejas se
desintegran cuando tienen que enfrentar estos problemas. Otros
se casan precipitadamente, pero se divorciarán más tarde. Es muy
raro que los padres adolescentes se mantengan en matrimonio
durante muchos años, cuidando al hijo que han tenido, ayudándolo a crecer, a educarse hasta convertirse en una persona responsable y feliz.
¿Desear una relación sexual significa que ya somos adolescentes maduros? ¿Tener una relación, «hacer el amor», como
dicen algunas canciones, indica que ya llegamos a la mayoría de
edad?
¿Cuándo las y los jóvenes somos maduros? ¿Cuándo una pareja
está preparada para tener relaciones sexuales completas? Surge
otra pregunta: ¿quién decide si somos maduros?
Bueno, eso no es fácil contestarlo desde afuera. Hay que meterse muy adentro en lo que piensan los adolescentes de hoy antes de
afirmar que unos están preparados y que otros no lo están.
Las y los adolescentes de hoy no se comparan ellos mismos con
los de hace, digamos, 15 ó 20 años. Ellas y ellos, desde su punto de
vista, desde su comprensión del mundo, hacen lo que a su buen
entender está bien hacer. Cuando conversamos con grupos de adolescentes de una escuela, y les interrogamos sobre las primeras
relaciones coitales, nos contestan que muchos ya lo hacen a su
edad, entonces está bien que así sea. Argumentan: cada cual es
responsable de lo que hace. Sienten como si existiera un permiso,
como si tuvieran un derecho. El razonamiento es directo: cuando
otros lo hacen, es que ya está permitido a nuestra edad.
¿Cuándo llega el amor?
Ocurre en la realidad que muchas y muchos adolescentes de secundaria no estamos tan apuradas o apurados por el sexo: estamos
más preocupados por el estudio, o descubriendo el mundo del cine
y el video, quizás aprendiendo de otras cosas, haciéndonos buenos
deportistas, ampliando nuestras amistades, en fin, tal vez lo que
buscamos es afirmarnos, reconocernos como personas.
Por ejemplo, si uno no ha podido resolver los problemas de
la dependencia, porque los padres son muy dominantes y no
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nos han dejado crecer: ¡eso es lo primero que interesa solucionar!
Crecemos, y algún día nos preguntamos, como un asunto
decisivo para nuestras vidas: ¿Cuándo encontraremos una pareja? ¿Qué experiencias sexuales tendremos con esa pareja soñada? ¿Será una relación sexual «completa» lo que deseamos tener? Tal vez lo más importante para nosotros consista en descubrir que podemos querer y que nos quieran; que también nosotros sabemos buscar y mantener una pareja.
¿Qué buscamos en las primeras experiencias? ¿Cómo nos sentiremos después de la primera experiencia sexual?
Los muchachos piensan un poco distinto que las muchachas en
esto de «la primera vez». Se dice que los varones están más apurados que las muchachas por llegar a las primeras experiencias sexuales, mientras más íntimas, mejor. ¿por qué es así?
Realmente, en una misma época de la vida, digamos, en la secundaria básica, las muchachas manifiestan un interés grande por
el enamoramiento, el romanticismo, la belleza del amor. Pero curiosamente les atraen los muchachos de mayor edad, por ejemplo,
del preuniversitario.
No desarrollan en el mismo momento las muchachas y los muchachos; por eso es frecuente observar las diferencias en sus cuerpos; así como en sus intereses en esta etapa de la vida.
Cómo nos acercamos a estas primeras expe¿Cómo
riencias?
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Primeras experiencias sexuales no quiere decir verdaderamente
primera experiencia coital; es decir, la relación genital con
intercurso, excitación y orgasmo. Puede ser una hermosa experiencia el primer enamoramiento, desde ese momento incierto en
que uno no es correspondido (o completamente ignorado por el
«ser amado», ella, él, no sabe de nuestros sentimientos) Una experiencia inolvidable es el primer beso de amor.
Primeras experiencias son esos encuentros con ella, o con él, donde
se intercambian abrazos, caricias, besos... Estas experiencias, tan impresionantes por la presencia cercana del otro, su cuerpo tibio, su
olor, pero también tan peculiares por la angustia o el temor inicial
que se convierte luego en tranquilidad, seguridad en los brazos de la
pareja; esos primeros pasos por un mundo desconocido, pero muy
bonito cuando es descubierto; son tan naturales que las tuvimos como
todos, antes que nosotros; o las tendremos en cualquier momento,
tal vez sea temprano todavía, hay bastante tiempo por delante.
Cada uno lo descubre en su momento, nadie tiene escrito cuándo
se encuentra con el amor. Si ya estuviera escrito el día, la hora y con
quién, o de qué forma; no sería tan emocionante.
Antes de llegar a una experiencia íntima somos amigos, estamos cercanos a nuestros compañeros y compañeras de grupo, y
hasta conversamos mucho del amor. Es un tema que nunca termina de ser interesante. Nunca ha pasado de moda hablar del amor.
Así, entre los que nos rodean, y nos quieren como amigos, se
incuba muchas veces el amor, hasta que sin esperarlo nos sorprende, lo descubrimos. ¡Lástima de los que no saben descubrirlo porque sólo están pensando en probarse sexualmente!
Las primeras experiencias tal vez se producen en una fiesta, una
noche en un baile, o en un paseo entre amigos, o en la playa. Casi
cualquier lugar puede ser hermoso para la gente que se quiere.
¡Qué bonito es entonces el noviazgo con esta buena muchacha,
o este buen muchacho con quien estudiar, compartir un secreto,
una alegría, o recibir un apoyo cuando pasamos por mal momento! ¡Qué necesario es tener esa ayuda cuando las cosas son difíciles
en el hogar!
El novio, la novia, nos ama, y lo, la queremos con el corazón.
Podemos sentir una necesidad que nos excita de alguna forma extraña, en algún lugar de nuestro interior, pero nadie diría que nos
atrajo sólo eso: Nos gustaron muchas cosas, y tanto hemos compartido o compartiremos juntos, que nos entendemos casi sin palabras.
No se trata de que busquemos a toda costa una experiencia
sexual íntima, que nos desesperemos si no la logramos. Esa expe56
riencia no es la prueba decisiva del amor, ni asegura que estaremos más unidos en lo adelante.
Se trata de sentimientos pero también de decisiones que no
podemos imponer a nuestro ser querido. No es justo presionar a la
novia, y decirle: «si no me complaces con la relación sexual es que
no me quieres de verdad». Aquí cabe muy bien la frase “muchas
veces te dije que antes de hacerlo había que pensarlo muy bien”.
Pablito
ablito,, gracias por la canción inolvidable. De acuerdo
por completo.
Aunque aquí pensar es complicado: no se trata de pensar un
poco hasta resolver un problema de física o de matemática. Tampoco es pensar en algo tan filosófico como el lugar que ocupa la
humanidad en este mundo.
En esto del amor, más que pensarlo, más que actuar como seres
racionales, la verdad es que nos comportamos como seres humanos que tenemos mucho corazón y emociones. ¡Qué bueno que
todavía no somos robots! Cuando sentimos el amor, nos impulsa
algo por dentro, no sabemos cómo decirlo en palabras, pero nos
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parece que no podemos vivir sin nuestra pareja. Hay que vivir,
amar, sin olvidar que el más bello romance es también preocupación por el otro, por su bienestar y su felicidad.
¿Este amor de nosotros le hará falta carne y deseo también?
Las primeras caricias sentir el temblor del otro, su aliento, palpar
su nerviosismo, pero también en su deseo, su inmensa felicidad,
nos causa una excitación desconocida en nuestras vidas. Esto es
precisamente la excitación sexual que nos lleva al erotismo. El
muchacho la experimenta muy adentro, y la asocia con tener una
erección. La muchacha se agita, respira de manera acelerada, tal
vez se ruboriza, y hasta lubrica sus genitales (aunque a veces no
nos damos cuenta)
¡Qué bochorno, qué pena si se descubre que nos excitamos
sexualmente de esa manera...! Pero algún día nos convenceremos
que estas manifestaciones de nuestra sexualidad son lo más natural del mundo, y le sucedió igual a muchísima gente antes que a
nosotros.
Estas son experiencias que las disfruta cada uno, que cada cual
la siente a su manera. No es posible narrarlas. Es muy difícil poner
en palabras tanta emoción.
Tal vez hacemos algunas cosas porque nos
presionan
Hemos escuchado ejemplos de muchas maneras de «empujar», sobre todo observamos presiones en los grupos de amigas o amigos.
Cuando conversamos con muchachos y muchachas nos dicen que
en el grupo algunos amigos les insisten para que se decidan a la
relación sexual íntima. A los varones, entre amigos, les alentamos
a que aproveche cuando tienen una enamorada. Hablamos de que
hay que hacerle el amor, para demostrarle a la mujer lo que somos.
Entre amigas también se dan estas presiones, o influencias, si
le preferimos llamar así, pues dentro de algunos grupos de jóvenes
tener la relación sexual es como haber crecido, haber demostrado
algo a las demás.
Entre grupos de amigos, los más «experimentados» a veces
alardean de lo que han hecho con las muchachas (¿estamos seguros que lo hicieron como dicen?) Luego, si otro compañero
del grupo inicia una relación, tal vez le de pena reconocer que
«todavía» no ha tenido relaciones íntimas. Y así, presionan al
menos experimentado a que lo haga. Por cierto, dicen por ahí
que el que empuja no se da golpes....
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Orientarnos y tomar decisiones en la vida
sexual y de pareja
Tal vez nosotros actuamos más por las sensaciones placenteras del
momento, que por el frío cálculo de las consecuencias. Quizás nos
dejamos llevar por un impulso, y no tomamos una decisión meditada.
Sería bueno que en un rato de tranquilidad revisáramos nuestras ideas, o nuestras opiniones sobre determinados temas del amor,
de la vida en pareja; en fin, lo que pensamos sobre las relaciones
sexuales. Si hiciéramos un análisis de lo que pensamos, (también
de lo que sentimos y deseamos), entonces no actuaríamos tanto
por impulsos, sino por la seguridad de que hacemos lo que más
nos conviene.
Realmente tomar una decisión en cuestiones del amor es difícil. Una decisión puede ser comprometernos, pero otra es pelearnos. También se decide cuándo tener las relaciones íntimas. Esto
no es una cosa sencilla, no se puede comparar con decidirse a
abrir una lata de refresco, para beber enseguida hasta que se nos
quite la sed, y luego arrojarla lejos.
La decisión de iniciar relaciones sexuales es mucho más importante, por todo lo que significó hasta ese día nuestra relación de
pareja, pero también por todo lo que podrá significar para el futuro la experiencia sexual que vamos a tener. Nadie, o casi nadie,
olvida sus primeras experiencias sexuales. Durante muchos años
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la persona joven rememora aquellas vivencias, tanto si le agradaron como si se asustó, sufrió por algo, o le desagradó la experiencia.
Estas primeras experiencias seguramente están por delante para
una parte de nosotros, quizás todavía lejos; pero es bueno saber
que algún día nos llegan.
EL
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AMOR NO TIENE METAS
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1.
Ares, Patricia. Mi Familia es así. Editorial Pueblo y Educación. La Habana 1996.
2.
Amador Martínez, Amelia y otros: El Adolescente cubano:
una aproximación al estudio de su personalidad. Editorial Pueblo
y Educación, La Habana, 1995.
3.
Castro Espín, Mariela y otros: Crecer en la adolescencia.
CENESEX, La Habana, 1994.
4.
Colectivo de autores: ¿De quién es la responsabilidad? Editorial Pueblo y Educación, Ciudad de La Habana, 1989.
5.
________: Y ya son adolescentes. Editorial Pueblo y Educación, Ciudad de La Habana, 1991.
6.
Guerrero, Natividad y Romero, Hortensia. Los jóvenes y
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1989.
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López Mérida; Cano, Ana María: El embarazo en la Adolescencia. Resultado de Dos. La Habana. Editorial Pueblo y Educación, 1996.
8.
Martí,José. Obras Completas. Imprenta Nacional de Cuba.
La Habana 1961.
9.
Menéndez del Dago, Hemenegildo: La Adolescencia. Sus conflictos. Editorial Científico - Técnica, Editorial Academia, La Habana, 1989.
10. Mónica S, Zocolsky: Padres e Hijos: ¿Amigos o Adversarios?.
Editorial Ciencias Sociales. La Habana, 1990.
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