CAPÍTULO VIII BIOTECNOLOGÍA APLICADA A LA FABRICACIÓN DE PULPA Y PAPEL J. Carlos Villar Gutiérrez Colaboradores: Javier González Molina / José Mª Carbajo García 1. Introducción La industria de la celulosa y del papel ha experimentado cambios drásticos en las últimas décadas que, en buena medida, se han dirigido a conseguir una producción sostenible que conserve el medioambiente. En esta situación la biotecnología se ha presentado como una posible solución e investigadores de todo el mundo han buscado la forma de transferir a la industria del papel los procesos de degradación de la madera que se encuentran en la naturaleza. Producción de pulpa (biopulpeo), blanqueo de pulpa kraft (bioblanqueo), eliminación del pitch y de stickies han sido algunas de las aplicaciones que mayor interés han recibido. Algunos de estas aplicaciones, como la eliminación del pitch o el blanqueo mejorado con xilanasas, ya se han probado en la industria. Otras, como el biopulpeo plantean aún dudas sobre su viabilidad. HONGOS DE PUDRICIÓN DE LA MADERA Se sabe que los principales responsables de la pudrición natural de la madera son los hongos. Sus diferentes especies pueden atacar la madera de formas variadas, pero se han identificado tres tipos de pudrición que se conocen como pudrición blanda, parda y blanca. La primera de ellas está producida principalmente por hongos ascomicetos y deuteromicetos; se da en condiciones de elevada humedad y se caracteriza por la aparición en la pared secundaria de la fibra de cavidades cilíndricas. El nombre deriva del reblandecimiento producido en la superficie de la madera. Los hongos degradan la celulosa y hemicelulosas y su modo de actuación es el ataque superficial de las fibras y su penetración hacia el interior una vez destruida la primera capa (diferencia con los otros modos de pudrición). La pudrición parda está causada por hongos de los géneros Lentinus y Phellinus, entre otros. Degradan la celulosa y las hemicelulosas y dejan casi inalterada la lignina o provocan en ella degradaciones como la desmetoxilación de sus anillos fenólicos (González y col., 2005). El enriquecimiento en lignina hace que la madera tome el color pardo que da nombre a esta clase de pudrición. Las hifas de estos hongos se encuentran en el lumen de la fibra desde donde pueden penetrar a otra fibra contigua a través de las punteaduras o por perforaciones causadas por su efecto. El 314 | Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008 modo de ataque es por tanto desde la pared secundaria hacia la primaria y es más frecuente en las especies coníferas. La pudrición blanca, causada principalmente por hongos basidiomicetos, afecta a todos los componentes mayoritarios de la madera: celulosa, hemicelulosas y lignina y con preferencia a las maderas de especies frondosas (angiospermas). Este tipo de pudrición es el que centra el mayor interés del biopulpeo, en especial con aquellos hongos que muestren un comportamiento más selectivo, degradando lignina y dejando lo más inalteradas posibles las cadenas de polisacáridos. Esta selectividad para la degradación de los materiales lignocelulósicos es solo parcial, sin embargo, desde finales del siglo XIX, se conoce que en ciertas zonas de la pluviselva andina del sur de Chile se produce un fenómeno de deslignificación de la madera muy extendido (Phillipi, 1893). La madera degradada por este proceso, denominada “huempe” por los indios mapuches o “palo podrido” por los colonizadores españoles, ya era empleada por los primeros para la alimentación animal. No se conoce bien el porqué de la selectividad de este caso, pero se ha atribuido tanto a factores climatológicos como a la presencia de ciertas especies de hongos, o a la de especies forestales endémicas con relaciones carbono–nitrógeno altas. No obstante, en el “huempe” la celulosa se encuentra parcialmente degradada y el residuo no es útil para su empleo como materia prima papelera. La principal conclusión a extraer de este proceso natural es la posibilidad de que los hongos de pudrición blanca degraden la lignina, aunque se habrá de procurar que el ataque se produzca de forma selectiva para no dañar la estructura de la celulosa y permitir su uso papelero. Por ello conviene diferenciar entre los hongos de podredumbre blanca que degradan a la vez la celulosa y la lignina, como Phanerochaete chrysosporium y aquellos otros que degradan preferentemente lignina. Entre estos últimos se encuentran especies de los géneros Pleurotus, Ganoderma, Phellinus e Inonotus. (González y col., 2005). Este tipo de hongos degrada la lignina a través de reacciones oxidativas cuyo resultado final es la despolimerización. Los productos de bajo peso molecular que se liberan pueden a su vez ser metabolizados hasta el máximo grado de oxidación: CO2 y H2O. Su selectividad para degradar lignina ha despertado el interés de los que buscan un pulpeo o blanqueo por medios biológicos. La primera posibilidad ya fue tenida en cuenta por varios investigadores, si bien hay que esperar a la década de los setenta, en el pasado siglo, para que aparezcan los primeros trabajos sistemáticos en los que se provocaba la pudrición de astillas para reducir el consumo de energía en el pulpeo mecánico. En Phanerochaete chrysosporium, un hongo ligninolítico, se identificaron por primera vez las enzimas Mn peroxidasa y lignina peroxidasa, que juegan un papel protagonista en la degradación natural de la lignina. ENZIMAS QUE DEGRADAN EL MATERIAL LIGNOCELULÓSICO Enzimas de diferentes tipos son las encargadas de la degradación de los componentes de la madera. Así, el comportamiento de los hongos que degradan la Biotecnología aplicada a la fabricación de pulpa y papel | madera, como de pudrición blanca o parda está relacionado con su capacidad para producir distintos tipos de enzimas. La mayor parte de hongos y bacterias con capacidad para degradar la celulosa producen, al menos, tres tipos diferentes de enzimas que, combinadas, provocan la degradación del sustrato celulósico. Las endoglucanasas (endo–1,4–β–D–glucanasa) son capaces de actuar sobre la estructura cristalina de la celulosa fragmentando en dos la cadena mediante un ataque que se puede producir en cualquier posición de la cadena lineal. Las exoglucanasas (exo–1,4–β–D–glucanasa) atacan las cadenas de celulosa pero exclusivamente por uno de sus extremos. Liberan una molécula de celobiosa, por lo que reducen en dos unidades la longitud de la cadena. La acción previa de las endoglucanasas, fragmentando las moléculas de celulosa, hace que las exoglucanasas tengan mas grupos terminales por donde atacar esa cadena de celulosa. Por último, cada molécula de celobiosa liberada por las exoglucanasas se puede romper por las β–1,4–glucosidasas en dos moléculas de glucosa. La producción de celulasas por los microorganismos alcanza su mayor nivel en presencia de celulosa. En algunos microorganismos, sustratos como celobiosa, lactosa y soforosa también elevan la producción de todo o de parte del sistema de enzimas celulolíticas (Bhat y Bhat, 1997). Los microorganismos térmófilos, por su capacidad de producir celulasas termoestables, ha sido objeto de interés en los últimos años. Esta capacidad supone que las celulasas mantienen alta actividad a temperaturas cercanas a 90ºC y a menudo, también a pH alcalino (ambas condiciones se dan en la fabricación de pulpa). Clostridium thermoeellum, Thermomonospora fusca, Thermoascus auarantiacus, Sporotrichum thermophile, Humicola insolens o Chaetomium thermophile son ejemplos de hongos termófilos con actividad celulolítica. Una ventaja añadida es que, al trabajar a altas temperaturas, se reducen las posibilidades de competencia con otros microorganismos no aptos para esas condiciones. Ante un posible uso industrial, esta característica supone importantes ventajas en el coste de esterilización de los sustratos. Las hemicelulosas son los polisacáridos más abundantes tras la celulosa y dentro de ellas, los xilanos son los predominantes aunque su proporción difiere mucho según las especies y en particular si se trata de especies coníferas (del 7 al 12% del peso de la madera) o de latifoliadas (del 15 y el 30%) (Wong y col., 1988). Los xilanos están formados predominantemente por unidades de β–D–xilopiranosa, unidas mediante enlaces entre los carbonos 1 y 4 de dos unidades consecutivas. Añadidos a esta cadena lineal y anclados en los carbonos C2 o C3 se encuentran grupos acetilo, unidades de arabinosa y ácido β–metilglucurónico. La presencia de estos sustituyentes difiere de unas especies a otras. En las angiospermas (glucuronoxilanos) hay abundancia de grupos acetilos, presencia de unidades de ácido β–metilglucurónico pero no se encuentra arabinosa. En las gimnospermas, los xilanos (arabinoglucuronoxilanos) carecen de grupos acetilos pero tienen sustituyentes de arabinosa y ácido β–metilglucurónico. El resultado final es una cadena ramificada con un eje compuesto de unidades de xilosa. 315 316 | Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008 La compleja estructura de los xilanos hace que su degradación enzimática no pueda realizarse por un único tipo de enzimas. Un grupo de ellas realizan una labor sinérgica para llevar estos polisacáridos hasta compuestos de bajo peso molecular. Las endoxilanasas (endo–1,4–β–xilanasa) rompen los enlaces glicosídicos en el interior de la estructura principal del xilano, de forma análoga a como actúan las endoglucanasas sobre las moléculas de celulosa. A diferencia de estas, las endoxilanasas no operan de forma aleatoria sino dependiendo de factores como el grado de ramificación del xilano, su grado de polimerización y la presencia de sustituyentes (Polizeli y col., 2005). Cuando el xilano ha reducido su grado de polimerización, las β–D–xilosidasas pueden actuar, ya sea sobre oligómeros o sobre unidades de xilobiosa, liberando un monómeero de xilosa (β–D–xilopiranosa). Cuanto mayor sea el peso molecular del sustrato mayores serán las dificultades para las xilosidasas, pero si en el medio hay presentes endoxilanasas, las xilosidasas pueden conseguir, aunque indirectamente, la degradación de xilanos de alto peso molecular. Esto es así porque la degradación de los xilanos por las endoxilanasas está inhibida por la presencia de oligómeros bajo peso molecular. Estos últimos, pueden a su vez ser hidrolizados por xilosidasas, activándose entonces la degradación de los xilanos de alto peso molecuar por las endoxilanasas. Los oligómeros que dejan en el medio las endoxilanasas son ya sustratos adecuados para las xilosidasas. Las xilanasas se encuentran en una amplia variedad de organismos: bacterias, hongos, algas marinas y animales, pero los hongos producen xilanasas extracelulares y en mayor proporción que las bacterias. Junto a estos dos tipos de enzimas se han encontrado otras que contribuyen a la degradación de los xilanos. Las acetilxilano–esterasas eliminan los grupos acetilo de la cadena de xilano y facilitan la actuación de las endoxilanasas. Las arabinasas y β–glucuronidasas eliminan respectivamente unidades de L–arabinosa y ácidos glucurónicos del xilano. Además, las ácido ferúlico–esterasa y ácido p–cumárico–esterasa rompen enlaces éster entre estos ácidos y unidades de arabinosa. Los galactoglucomananos son las hemicelulosas más abundantes en maderas coníferas llegando a suponer hasta un 25% de su peso. En su estructura, la manosa y la glucosa están unidas por enlaces β–1,4 y en una proporción de 3:1 (Stoll y col., 1999). Las unidades de galactosa se unen a la posición 6 de las unidades de manosa, mientras que en las posiciones 2 y 3, tanto de manosa como de glucosa, se pueden encontrar grupos acetilo. Cuando el contenido en unidades galactosa es reducido, se habla entonces de glucomananos. En la descomposición enzimática de los galactoglucomananos interviene un grupo de enzimas, donde las endo–β–mananasas rompen los enlaces β–1,4 entre las unidades de manosa para dar lugar a fragmentos de menor tamaño. Sobre estos fragmentos actúan las β–manosidasas, que retiran unidades de manosa a partir del extremo no reductor de los oligosacáridos. Las β–glucosidasas liberan unidades de glucosa, mientras que las β–galactosidasas y las acetil esterasas retiran, respectivamente, unidades de galactosa y grupos actetilos de la hemicelulosa. Biotecnología aplicada a la fabricación de pulpa y papel | Para la degradación de la lignina, un polímero aromático, tridimensional y sin una orientación preferente, los grupos de enzimas involucrados son diferentes a los que provocan la degradación de las cadenas de polisacáridos. Peroxidasas y lacasas juegan un papel protagonista en esta degradación. Las lacasas (Lac), enzimas de tipo fenol oxidasa, usan el oxígeno molecular como sustrato y lo reducen hasta agua. En cambio, las peroxidasas: lignina peroxidasa (LiP) y manganeso peroxidasa (MnP) emplean el peróxido de hidrógeno como aceptor final de electrones. En la degradación de la lignina por peroxidasas es por tanto esencial la presencia en el medio de peróxido de hidrógeno, que a su vez es generado por la actividad de enzimas glioxal oxidasa, glucosa oxidasa y aril alcohol oxidasa (Leonowicz y col., 1999). Estos autores apoyan la tesis de que hay un gran número de enzimas involucradas en la degradación de la lignina, asignando también un papel clave a ciertas enzimas reductoras como celobiosa deshidrogenasa y celobiosa quinona oxidoreductasa, que contribuirían a estabilizar los radicales formados por las enzimas oxidativas impidiendo la repolimerización de la lignina. La LiP fue descubierta en 1983 en Phanerochaete chrysosporium (Glenn y col., 1983; Tien y Kirk, 1983). Es un oxidante inespecífico que cataliza la oxidación de compuestos aromáticos fenólicos y no fenólicos. En la lignina provoca la oxidación del anillo bencénico, que continúa con la evolución de la forma oxidada hacia la rotura de enlaces C–C, apertura del anillo aromático, desmetilación o la formación de quinonas. La MnP fue descubierta también en Phanerochaete chrysosporium y tiene un efecto similar al de la LiP, pero se trata de un oxidante más suave que solo actúa sobre unidades fenólicas. En principio se consideró que jugaba un papel secundario en la degradación de la lignina, pero tiene sin embargo una ventaja añadida ya que el oxidante que entra en contacto con la lignina es el manganeso en su forma oxidada, que puede llegar hasta zonas inaccesibles para las enzimas. Las lacasas (p–difenol oxígeno reductasa) son enzimas de tipo fenoloxidasa, que contienen generalmente cuatro átomos de cobre en su estructura. Fue descubierta en el látex de la planta Rhus vemicifera por Yoshida (1883). Posteriormente, se describió en los hongos (Bertrand, 1896; Laborde, 1896) y, dentro de ellos, es particularmente abundante en los hongos de podredumbre blanca. También se han descrito lacasas en procariotas. Las lacasas se incluyen dentro del grupo de las “oxidasas azules” (el cobre les confiere un color azul intenso) que incluye, además de la lacasa, la ascorbato oxidasa y la ceruloplasmina (Reinhammar y Malstrom, 1981). De entre las más de doscientas enzimas (oxigenasas y oxidasas) que usan oxígeno molecular como sustrato, solo seis son capaces de reducir el O2 a agua, entre las que se incluya la lacasa (Call y Mücke, 1997). La oxidación de sustratos por parte de las lacasas es un proceso en el que se toman, secuencialmente, cuatro electrones para reducir una molécula de O2 a agua. La enzima toma esos electrones de una amplia variedad de compuestos fenólicos, e 317 318 | Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008 incluso no fenólicos. Los distintos átomos de cobre de la enzima son los aceptores intermediarios de los electrones en su paso desde el sustrato hacia la molécula de oxígeno. Se produce, además, un complejo intercambio de electrones entre los distintos tipos de cobre (denominados I, II y III). El volumen de la enzima es un condicionante para su ataque sobre la madera. Se ha supuesto entonces que dicho ataque solo tiene lugar en la superficie de las fibras, la única zona accesible a la enzima. En la degradación natural, este ataque ocurre además en la superficie del lumen de las fibras, ya que esta región es la vía de avance de los hongos de pudrición blanca. Otro modo de actuación propuesto es la cooperación de la enzima con mediadores, compuestos de bajo peso molecular que accederían y oxidarían la lignina fuera del alcance de la enzima. La presencia de estos mediadores puede ser el resultado de procesos metabólicos del hongo o proceder del exterior del sistema tal y como ocurre en el proceso de bioblanqueo conocido como LMS (laccase mediator system), propuesto por vez primera por Bourbonnais y col. (1995). Entre los mediadores naturales cabe citar el alcohol veratrílico, oxalato, malato o fumarato, entre el segundo grupo se ha probado con éxito el uso de 2–hidroxibenzotriazol (HBT) o el del ácido 2,2–azinobis–3–etilbenzotiazolin sulfónico (ABTS). HONGOS Y ENZIMAS EN LA INDUSTRIA PAPELERA No obstante, la primera enzima empleada en la industria papelera no fue ninguna de las enzimas directamente responsables de la degradación de la madera. La primera aplicación biotecnológica fue el empleo de amilasas para la modificación del almidón, usado en el tratamiento superficial del papel. Hoy en día, en que aún se cuestiona la aplicación directa de microorganismos en aplicaciones como el biopulpeo, el empleo de enzimas se ha ido extendiendo y cubre diferentes etapas de la producción de pulpa y papel. La industria de pulpa de celulosa las emplea para reducir el pitch, disminuir el gasto energético en el defibrado o para mejorar el blanqueo. En la fabricación de papel pueden usarse para facilitar el destintado, favorecer el refinado, eliminar stickies o en la ya mencionada modificación del almidón. La FIGURA 1. Mecanismo catalítico de las lacasas propuesto por Malmström (1982). Biotecnología aplicada a la fabricación de pulpa y papel | Tabla 1 recoge las enzimas comerciales de la casa Novozymes con aplicación papelera. Las ventajas de su aplicación son económicas, medioabientales y de calidad. Tabla 1. Aplicación de enzimas en la industria papelera Nombre comercial Clase de enzima Uso Ventajas Pulpzyme HC Xilanasa Blanqueo de pulpa kraft Aumento de blancura, menor consumo de reactivos, menor contaminación Resinase Lipasa Reducción del pitch Mejora de la resistencia, eliminación de defectos en el papel Aquazym amilasa Destintado Aumento de blancura, eliminación de tintas. Modificación del almidón Ahorro, control del proceso. BAN Amilasa Modificación del almidón Ahorro, control del proceso. Fungamyl Amilasa Modificación del almidón Ahorro, control del proceso. Novozym 342 Celulasa Destintado Aumento de blancura, mejora del destintado. Novozym 476 Celulasa Modificación de fibras Mejora de la resistencia, mejora del drenaje, menor energía de refino. Novozym 51003 Lacasa Modificación de la lignina Mejora de la resistencia. Eliminación del peróxido Evita corrosión, evita daños medioambientales. Catalasa Catalasa Fuente de la información y nombres comerciales en www.novozymes.com. 2. Biopulpeo BIOPULPEO MECÁNICO La producción de pulpa mecánica supone el 21% de la producción total de pulpas (con tendencia a disminuir), dominada por la pulpa kraft. Las características más valoradas de estas pulpas son su elevado rendimiento y su aptitud para la impresión. En contra: su fabricación a partir de un número muy reducido de especies forestales y el elevado consumo de energía que se precisa para producirla, lo que hace que su producción se concentre en un reducido número de países con especies adecuadas y costes energéticos bajos. Así pues, la necesidad de reducir el consumo de energía ha estado siempre presente en la producción de esta clase de pulpas y, actualmente, la firma del protocolo de Kyoto ha supuesto mayor presión para que disminuya. El biopulpeo se presenta entonces como una alternativa para conseguirlo. Tabla 2. Producción mundial de pulpas Año Producción Mundial (millones de Tm) 2002 2003 2004 2005 Pulpa Mecánica 34,946 35,406 36,134 35,563 Pulpa Semiquímica 8,494 8,537 8,702 8,801 Pulpa Química 121,776 124,165 126,845 126,493 Total 165,216 168,108 171,681 170,067 319 320 | Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008 Los pioneros en la búsqueda de soluciones biológicas a los problemas de la industria de pulpa fueron los laboratorios del FPL (Madison) y STFI (Estocolmo). En la década de los 70 del pasado siglo, Kirk y Kringstad, en el FPL, demostraron que el pretratamiento de astillas de álamo con Rigidoporus ulmarius reducía el consumo de energía en el pulpeo mecánico. En esa misma época, Ander y Eriksson, en el STFI, publican por primera vez resultados sobre biopulpeo mecánico en los que se muestran los ahorros de energía que se consiguen con el pretratamiento fúngico de las astillas. Posteriormente se presenta en Estados Unidos la primera patente sobre biopulpeo por el grupo de Eriksson. Uno de los hongos estudiados en estos comienzos es Phanerochaete chrysosporium, un hongo de pudrición blanca que mostró selectividad y facilidad para el crecimiento. De esta especie, los laboratorios del FPL aislaron por primera vez, en 1983, la enzima lignina peroxidasa, una de las involucradas en la degradación de la lignina. Sobre este mismo hongo trabajaron los investigadores del STFI buscando mutantes sin actividad celulolítica para producir degradaciones selectivas de la lignina (Johnsrud y Eriksson, 1985). En la década de los ochenta, en Estados Unidos se aborda el estudio sistemático del biopulpeo mecánico, para lo que crea el Biopulping Consortium, en el que participan compañias de pulpa y papel junto al Forest Product Laboratory y las Universidades de Wisconsin y Minnesota. Uno de los trabajos fue la elección de hongos adecuados, que dejó a un lado la especie Phanerochaete chrysosporium, que no había dado buenos resultados con maderas de especies coníferas, y se recurre a Ceriporiopsis subvermispora, igualmente apto con ambos tipos de maderas. Akhtar y col. (1992a) inician su estudio sobre astillas de álamo biotratadas que someten después a pulpeo mecánico. Obtienen un 47% de ahorro energético tras cuatro semanas de tratamiento. Tratamientos más cortos mostraron también su eficacia. Tras dos semanas de tratamiento con astillas de Pinus taeda se obtuvieron ahorros del 36% (Akhtar y col., 1997a). Ahorros algo menores (24%) se obtuvieron con el tratamiento de madera de picea por Scott y col. (1998) pero consiguen con éxito aplicar el tratamiento a escala de hasta 40 t. El hongo Phebia subserialis se incorpora después, al descubrirse que proporciona ahorros similares pero con la ventaja de admitir un mayor intervalo de temperatura que C. subvermispora y la de dejar una astilla menos compresible. Una menor compactación en las pilas de astillas ahorraría costes de aireación. El tratamiento de astillas con C. subvermispora para biopulpeo mecánico está patentado en Estados Unidos (Blanchette y col., 1991). Junto al ahorro de energía se consigue, en muchos casos, la mejora en las propiedades mecánicas de las pulpas como consecuencia de una mayor calidad en el desfibrado mecánico. Un estudio de la composición fibrosa de la pulpa muestra que el tratamiento biológico previo al desfibrado reduce el número de haces de fibras y el porcentaje de finos en la pulpa. La Tabla 3 resume las ventajas e inconvenientes del biopulpeo aplicado a la producción de pulpa mecánica. El mayor inconveniente encontrado hasta ahora ha sido el descenso de la blancura de la pulpa, que pudiera Biotecnología aplicada a la fabricación de pulpa y papel | ser el resultado de la presencia, por causa del hongo, de sustancias coloreadas que rebajan la blancura final. La disminución de blancura es siempre reducida de 2 a 5% ISO y no siempre resulta un serio inconveniente, pues tras una etapa de blanqueo con peróxido de hidrógeno, la blancura de la pulpa biotratada puede ser incluso superior a la de la pulpa no tratada. Dejando aparte los posibles mermas de calidad en la pulpa, el inconveniente mayor que se presenta en el pretratamiento de la madera con hongos es mantener durante días las condiciones adecuadas para que la acción del hongo sea eficaz. Esto implica mantener unas condiciones de temperatura, humedad y aireación y evitar que otros microorganismos más adaptables al medio desplacen al hongo elegido. Este incoveniente es común al biopulpeo mecánico y químico, pero en este último caso, por la mayor producción de las fábricas, el problema se hace más acusado. Tabla 3. Biopulpeo aplicado a la producción de pulpa mecánica Especies: Phanerochaete chrysosporium, Coriolus versicolor, Ceriporiopsis subvermispora, Phebia subserialis... Ahorros de energía: 20–40% Propiedades físico mecánicas Índice de tracción: 10% 60% Índice de rasgado: –10% +150% Blancura: –10% –2% BIOPULPEO QUÍMICO En la producción de pulpa química, donde las fibras se separan disolviendo la lignina con reactivos químicos que se recuperan después, puede parecer sin interés provocar la deslignificación parcial (o total) por hongos. Tampoco es fácil conseguir la elevada tasa de deslignificación que requieren las pulpas químicas por la mera acción de hongos de pudrición blanca. La causa es que la degradación de la lignina va acompañada, en mayor o menor medida, por la degradación de la celulosa y de las hemicelulosas que iría en detrimento de la resistencia mecánica de las pulpas. Intentos como el ya mencionado de obtener mutantes de hongos ligninolíticos sin actividad celulasa (Johnsrud y Eriksson, 1985) condujeron a cepas sin capacidad ligninolítica destacable. Después se ha seguido tabajando en la obtención de especies de elevada selectividad hacia la lignina. Así, se destaca el trabajo de Blanchette (Blanchette y col., 1992), en el que se eligieron las cepas más selectivas de entre un conjunto de hongos ligninolíticos con el que trataron maderas frondosas (Betula papyrifera, Populus tremuloides) y coníferas (Pinus taeda). Solo con maderas frondosas y cepas de Ceriporiopsis subvermispora fue posible degradar la mayor parte de la lignina (50–80%) sin causar excesiva degradación en la celulosa. Con la madera de Pinus taeda la degradación de lignina no sobrepasó el 42%, aunque con mayores pérdidas de polisacáridos. No obstante, incluso en los casos más favorables, el tiempo de incubación fue largo (12 semanas). 321 322 | Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008 Mantener la incubación de las astillas durante tiempos tan largos en las condiciones que precisa el hongo elegido es un nuevo inconveniente. Una alternativa razonable es recurrir a tiempos cortos que provoquen una degradación selectiva de la lignina que, aunque menor, mantiene la integridad de las fibras. En esta situación el tratamiento con hongos extraería solo una fracción de la lignina pero dejaría la madera más accesible a la acción de los reactivos de la cocción. Se favorece así la transferencia de materia en el interior de las astillas con lo que debe mejorar la eficacia de la cocción y reducirse el tiempo. El correspondiente aumento en la producción puede justificar por sí solo el pretratamiento biológico. En relación a esta suposición cabe citar un trabajo (Jacobs–Young y col., 1998) en el que aplicaron enzimas celulolíticas y hemicelulolíticas a astillas de pino. El resultado fue un aumento de la difusión en el interior de las astillas, tanto en la dirección longitudinal como en la tangencial. Como causa de este aumento se identificó la rotura de las membranas de las punteaduras. Aparte de la mejora en la transferencia de materia, se produce otro efecto positivo en el tratamiento de la madera con microorganismos ligninolíticos: la eliminación de componentes minoritarios de la madera. Esto repercute de dos formas: se eliminan problemas de pitch, que se tratarán más adelante, y se mejora la deslignificación, pues los componentes minoritarios también reaccionan con los reactivos químicos deslignificantes. Ambos efectos: la mejor difusión de los reactivos y su uso más eficaz sobre la lignina parecen ser los responsables de la mejora en la cocción que se produce en las astillas biotratadas, ya que en muchos casos, la pérdida de rendimiento y/o de lignina no parece lo suficientemente importante como para explicar la mayor rapidez en la cocción. La Tabla 4 resume las ventajas e inconvenientes de la aplicación del biopulpeo a la producción de pulpa kraft. Los datos de rendimiento, kappa y tiempo de cocción que se recogen se han extraídos de trabajos de investigación. Parece evidente que el pretratamiento con hongos ligninolíticos acorta el tiempo de cocción necesario para alcanzar un determinado nivel de deslignificación o, equivalentemente, para el mismo tiempo de cocción, la lignina residual en la pulpa y el consumo de reactivos es menor en las astillas pretratadas. Este comportamiento se ha observado para cualquier proceso químico de cocción y tanto en especies de maderas frondosas, como coníferas o en plantas anuales. Como posible inconveniente se opone que la madera pretratada con hongos da menor rendimiento en pulpa. No obstante, esta observación debe ser matizada y si la comparación del rendimientos se establece a un número kappa fijado (que será el objetivo del fabricante), en lugar de a igual tiempo de cocción, las diferencias son poco importantes. Otro posible problema es la integridad de las cadenas de celulosa, que podría verse afectada por la acción del hongo. En tiempos cortos de tratamiento se ha comprobado que las propiedades mecánicas de las pulpas no se han visto perjudicadas. Biotecnología aplicada a la fabricación de pulpa y papel | La consecuencia que se derivaría del tratamiento fúngico de las astillas, para la producción de pulpa química es un aumento muy importante en la capacidad de producción de la fábrica como resultado del acortamiento del tiempo de cocción. De concretarse esta posibilidad (y si lo permite la capacidad de la caldera de recuperación) sus repercusiones sobre la competitividad del proceso serían muy importantes. Tabla 4: Biopulpeo aplicado a la producción de pulpa kraft. Especies: Phanerochaete chrysosporium, Coriolus versicolor, Ceriporiopsis subvermispora,… Reducción del Kappa: 15–35% Reducción del rendimiento: 2–8% Reducción del tiempo de cocción: 15–30% ELIMINACIÓN DE PITCH Los problemas de pitch, causados por los extractos lipófilos de la madera, son especialmente graves en maderas resinosas y son la causa de roturas en la fabricación de papel, problemas de suciedad y defectos en el producto. Estos inconvenientes se han solucionado con el almacenamiento prolongado de la madera o con adición de dispersantes a las aguas de proceso. En una de las aplicaciones biotecnológicas más exitosas en la industria papelera, Farell (Hoffmann y col.,1992) mediante la aplicación del hongo Ophiostoma piliferum (una especie sin actividad ligninolítica) a las astillas consiguió eliminar el pitch y elevar la blancura de la pulpa producida. Esta solución se ha comercializado bajo el nombre de Cartapip y se ofrece como tratamiento eficaz para eliminar problemas de pitch. La aplicación de enzimas también ha tenido éxito en este campo. Las lipasas son capaces de hidrolizar los triglicéridos del pitch para dar lugar a ácidos grasos y glicerol. Esta aplicación, que permite el uso de madera fresca en el pulpeo, está comercializada y fue primeramente probada en Nippon Paper (Irie y col., 1990). Tal y como se ha mencionado en el apartado anterior, las soluciones biotecnológicas para la eliminación del pitch también han probado ser eficaces para mejorar el pulpeo químico. Los compuestos que componen el pitch consumen también reactivos de cocción y así cuando Wall y col. (1995) trataron mezclas de astillas de especies frondosas (álamo, arce y abedul) con Ophiostoma piliferum observaron resultados similares a los que producen los hongos ligninolíticos: reducción del número kappa en la pulpa kraft (–29%) y mejora de la viscosidad. Esto prueba que la mejora en la cocción que provocan los hongos puede lograrse bien eliminando lignina o bien favoreciendo su ataque posterior por los reactivos de la cocción. ESTADO ACTUAL DE LOS CONOCIMIENTOS El desarrollo del biopulpeo ha hecho necesario dar solución a algunas cuestiones, tanto técnicas como económicas, de las que depende su éxito. En ocasiones, 323 324 | Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008 estas cuestiones son comunes tanto al biopulpeo mecánico como al químico y lo que aquí se describe no es necesariamente exclusivo de uno de ellos. Los aspectos más importantes en el biopulpeo han sido los de encontrar microorganismos eficaces y selectivos, el modo de inoculación en la madera y la forma de hacer progresar la deslignificación biológica. Siguen apareciendo trabajos en los que se evaluan la capacidad de un conjunto de hongos para degradar eficazmente la madera (Wolfaardt y col., 2004; Terhi y col., 2004; Levin y col., 2007). Algunas de las especies más eficaces ya se han mencionado con anterioridad, Ceriporiopsis subvermispora y Phebia subserialis se emplearon por el Biopulping Consortium por su buena respuesta con especies frondosas y coníferas. En este grupo de trabajo se han realizado quizá los trabajos más extensos sobre biopulpeo mecánico, ellos han estimado que, en función del microorganismo escogido y de las condiciones de fermentación, se pueden lograr ahorros de energía en torno a un 30% en el pulpeo mecánico con la mejora de algunas propiedades de las pulpas (Akhtar y col. 1992b). Similares cifras de ahorro energético fueron ofrecidas por Eriksson y Vallander (1982), que también encuentran que la magnitud del ahorro depende del grado de refinado de la pulpa, siendo tanto mayor cuanto menos refinada está la pulpa. En general, la magnitud del ahorro energético que se consigue con el tratamiento con microorganismos depende de la especie forestal sobre la que se aplique. Con maderas de especies frondosas se encontraron ahorros de hasta un 66%, mientras que en maderas de especies coníferas el ahorro de energía oscila entre el 30 y 35%. Paralelamente a este ahorro de energía las resistencias mecánicas de la pulpa refinada mejoran por regla general y los efectos son tanto más acusados cuanto más prolongado ha sido el tratamiento fúngico. También se han aplicado pretratamientos fúngicos en la obtención de pulpas mecánicas a partir de fibras no madereras. En uno de estos trabajos, Sabharwal y col. (1994), trataron durante dos semanas las fibras corticales de kenaf con Ceriporiopsis subvermispora, registrándose una reducción del 27% en el consumo energético y una mejora en las propiedades mecánicas de la pulpa. En un trabajo posterior (Sabharwal y col. 1995) tratan yute con esta misma cepa y obtienen ahorros de energía similares (30%) tras dos semanas de tratamiento. Idárraga y col. (2001) estudian el biopulpeo mecánico de sisal. Mejoraron las resistencias mecánicas entre un 22% y un 66% con reducciones del consumo de energía del 40%. El hongo Ceriporiopsis subvermispora proporcionó los mejores resultados. Carbajo y col. (2003a) producen pulpa mecánica a partir de cardo (Cynara cardunculus L.) tratado con una especie del genero Trametes. No encontraron diferencias en el consumo energético durante el desfibrado, pero durante el refinado posterior los ahorros estuvieron cercanos al 20%. En el aprovechamiento de bagazo, Ramos y col. (2004) probaron el pretratamiento con los hongos Ceriporiopsis subvermispora y Phanerochaete chrysosporium durante dos semanas y después produjeron pulpas TMP y CTMP. Los ahorros de energía fueron más importantes en el caso de las pulpas bioTMP (30% vs 20%). Biotecnología aplicada a la fabricación de pulpa y papel | Aunque habitualmente los trabajos sobre biopulpeo emplean hongos ligninolíticos para degradar la madera, se encuentran algunas experiencias en las que se emplean bacterias para este fin. Hernández y col. (2005) han presentado un trabajo en el que se emplea la especie Streptomyces cyaneus para deslignificar madera de picea. Tras dos semanas de incubación, las astillas perdieron entre un 2% y un 3% de su peso y se observó una pérdida de lignina, mayor en la parte próxima al lumen de las fibras. En cuanto al consumo de energía en el desfibrado y refinado posterior, este se redujo en un 24%, siendo más importante el ahorro en la etapa de desfibrado. La resistencia mecánica de las pulpas también se vió mejorada. Los valores son similares a los que se pueden conseguir con el tratamiento con hongos ligninolíticos en periodos de incubación equivalentes. A pesar de los numerosos avances producidos en los últimos años, el modo de actuación de los hongos degradadores de la madera y las rutas de degradación de la lignocelulosa siguen aún sin ser bien comprendidas. Un caso particular se puede encontrar en la información, aparentemente contradictoria, existente referente a la función de los taninos de las plantas. Se considera que los taninos y los polifenoles presentes en la corteza de los árboles poseen propiedades antifúngicas. No obstante, en ocasiones, se ha observado que el crecimiento de los hongos y el resultado de experimentos de biopulpeo es más favorable cuando el hongo está en contacto con la corteza del árbol o con algunos de sus componentes. Un ejemplo de este hecho se muestra en un trabajo de Morita y col. (2001). Utilizan los extractos acuosos de la corteza de pino radiata que añaden a cultivos de hongos de pudrición blanca (Perenniporia tephropora) y de pudrición parda (Gloeophyllum abietinum). En los cultivos donde se añadió el extracto, se observó un aumento en la cantidad de micelio producido con respecto al control y que era más destacado en el caso de hongo de pudrición blanca. Carbajo y col. (2003b) han puesto de manifiesto la importancia de los componentes minoritarios de la madera en el biopulpeo. Astillas de pino radiata extraídas con acetona, con agua o sin extraer fueron después incubadas con el hongo Trametes sp. Se observaron importantes diferencias en el crecimiento del microorganismo y en la cantidad de enzima lacasa producida por el hongo. La ausencia de extractos mejoró la colonización fúngica de las astillas y la producción de lacasa se manifiesta como una respuesta a la presencia de dichos extractos. Otro modo de aplicar el biopulpeo a la producción de pulpas mecánicas es partir de pulpa mecánica sin refinar en lugar de las astillas. La ventaja que se espera conseguir es un ahorro de energía en el refinado posterior. La principal diferencia con respecto al empleo directo del hongo sobre las astillas es la superficie expuesta, mayor en el caso de la pulpa sin refinar y que puede acelerar el ataque de los hongos. Algunas de las experiencias encaminadas a estudiar este efecto no han encontrado diferencias sensibles en el ataque fúngico de astillas y pulpa sin refinar. Cuando la pulpa sin refinar fue sometida al ataque de hongos ligninolíticos se observó que se reducía significativamente la cantidad de energía necesaria en el refinado posterior con respecto a una pulpa que no había tenido tratamiento alguno. 325 326 | Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008 También se ha probado la aplicación directa de las enzimas producidas por hongos ligninolíticos a la mejora de pulpas mecánicas. Trabajos sobre lignina peroxidasa aplicada a pulpas termomecánicas de maderas coníferas mostraron resultados similares a los obtenidos con el hongo aplicado directamente a las astillas de madera. Un ligero aumento de la resistencia a la tracción y un ligero descenso del índice de desgarro. Nuevamente se observó que el tratamiento biológico, en este caso directamente con la enzima, redujo el valor de la blancura en la pulpa tratada respecto a la no tratada. El blanqueo posterior hace que la blancura casi se iguale en ambas pulpas. En experiencias con pulpas mecánicas de maderas frondosas a las que se aplicó un caldo concentrado en MnP el resultado es similar (Sigoillot y col. 2001). Mejoras de la resistencia a la tracción en torno al 10% y una ligera caída (15%) del valor de la resistencia al desgarro. Este hecho, que se repite siempre, se ha explicado por la acción de la enzima, que provoca un debilitamiento de la pared celular y con la consecuente merma de la resistencia al desgarro. Se repite nuevamente el descenso de la blancura con el tratamiento enzimático pero se observó también una dependencia con la consistencia de la pulpa. Así cuando la consistencia se aumentó hasta el 10%, la blancura de la pulpa tratada supera ahora a la correspondiente a la pulpa sin tratamiento biológico. Cuando la pulpa tratada con la enzima se refina, el ahorro energético alcanzó el 25% y el acortamiento de las fibras a causa del refinado fue menor que en el caso de la pulpa no tratada biológicamente. Los resultados se han explicado como consecuencia de un aumento de la fibrilación en la pulpa. La MnP retira el material situado entre las microfibrillas de las fibras de celulosa, liberando estas; se consigue aumentar la fibrilación y, en consecuencia, se producirá un aumento de la capacidad de enlace de unas fibras con otras. Además de las observaciones al microscopio donde se puede apreciar este efecto, los resultados, que muestran un aumento de la resistencia a la tracción y al estallido así como de la densidad del papel formado con la pulpa, son coherentes con esta explicación. Cuando en los procesos mecánicos de pulpeo se introduce una etapa química de impregnación se obtiene una mejora en la calidad de la pulpa, acompañada por un descenso del rendimiento y de la opacidad, que es función de la intensidad del tratamiento. Análogamente, en todos los casos estudiados la aplicación de un pretratamiento biológico mejora las propiedades de la pulpa final, pero también reduce el rendimiento y la opacidad. Estos cambios son tanto más grandes cuanto más tiempo se ha mantenido el tratamiento biológico. No es de extrañar esta coincidencia entre ambos tipos de tratamientos, ya que los tratamientos con hongos ligninolíticos producen despolimerización en la lignina y en general, un aumento de su grado de oxidación, efectos análogos a los que inducen en ella reactivos químicos de impregnación como el peróxido de hidrógeno o el sulfito sódico. Un estudio de cómo afecta el biopulpeo a los cambios en la madera lo realizaron Guerra y col. (2002), que mencionan que los cambios estructurales, la pérdida de extractos y las reacciones de degradación de la lignina que producen los microorganismo pueden Biotecnología aplicada a la fabricación de pulpa y papel | ser la causa del distinto comportamiento de la madera biotratada. Observaron rotura de enlaces aril–éter de la lignina causados por el hongo y relacionaron este fenómeno (más que una deslignificación extensiva que no llega a producirse) con el comportamiento de la madera biotratada durante el pulpeo. En cuanto a la aplicación de hongos ligninolíticos al pulpeo kraft se han encontrado una gran variedad de estudios que incluyen tanto a las especies forestales de uso común en la producción de pulpa como, en menor cantidad, a algunas plantas anuales. Así, Ahmed y col. (1998) trataron el tallo completo y las fibras corticales de kenaf con los hongos Ceriporiopsis subvermispora y Phlebia subserialis y sometieron a la materia prima a cocción kraft y blanqueo ECF. No observaron cambios en las propiedades mecánicas de la pulpa con el tratamiento fúngico, mientras que la blancura de la denominada pulpa biokraft blanqueada fue mayor que la de sus respectivos controles (86–88% vs. 78–81%). Mohiuddin y col. (2001) han tratado yute con cepas de Ceriporiopsis subvermispora, Phanerochaete chrysosporium y Fomes lignosum durante 14 días y posteriormente produjeron pulpa por el procedimiento a la sosa. El resultado ha sido una reducción considerable, hasta del 30%, del número kappa y mejores resistencias mecánicas. Por otra parte, Mendoça y col. (2001) trataron astillas de Pinus taeda con Ceriporiopsis subvermispora en un tiempo corto (15 días). El tiempo de cocción se redujo en un 29%, manteniéndose las propiedades de las pulpas. Atribuyeron aproximadamente la mitad de esta reducción a la eliminación de los extractos por la acción del hongo, ya que astillas previamente extraídas necesitaron un 12% menos de tiempo de cocción. Wolfaardt y col. (2004) trataron mezclas de Pinus patula, Pinus elliottii y Pinus taeda con una amplia variedad de hongos ligninolíticos y después sometieron a las astillas a cocción kraft. En algunos casos se obtuvieron reducciones en el número kappa de hasta el 18%. González, Donoso y Gómez, en la Universidad de Chile, demostraron que la pulpa kraft de pino radiata obtenida a partir de astillas tratadas con Pleurotus and Polystictus tenían entre 3 y 5% más de rendimiento, poseían más hemicelulosas (12%) y se refinaban más fácilmente. En la aplicación a especies frondosas, Bajpay y col. (2001) estudiaron el efecto del pretratamiento con varias cepas de hongos ligninolíticos (Ceriporiopsis subvermispora, Phanerochaete chrysosporium, Phebia tremellosa, Phebia subserialis e Hyphodontia setulosa) sobre la cocción kraft de madera de eucalipto. Tras dos semanas de tratamiento, el contenido en lignina de las astillas se redujo considerablemente (27–28%), lo que se manifiestó en un menor tiempo de cocción (–33%). Las pulpas fueron más blancas y resistentes y más fáciles de blanquear y de refinar. El pretratamiento con hongos ligninolíticos también se ha propuesto para la mejora del proceso al sulfito. Scott y col. (1995) emplean dos cepas de Ceriporiopsis subvermispora con las que trataron madera de Pinus taeda durante dos semanas. Obtuvieron reducciones drásticas en el índice kappa de las pulpas que alcanzó el 27% y el 48% en las pulpas de los procesos al sulfito sódico y cálcico, respectiva- 327 328 | Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008 mente. El pronunciado descenso del índice kappa apenas tiene reflejo en el rendimiento, que se mantiene ligeramente por debajo del correspondiente a la pulpa control. Mosai y col. (1999) trataron astillas de Eucalyptus grandis con esta misma especie de hongo antes de la cocción al bisulfito cálcico. Consiguieron igualmente descensos del número kappa que llegaron al 29% tras 10 días de incubación con una pérdida de rendimiento en pulpa del 5%. Las perspectivas actuales sobre el desarrollo del biopulpeo son esperanzadoras. Los resultados obtenidos en los laboratorios muestran grandes ventajas en la utilización de hongos o de sus enzimas tanto en su aplicación a pulpas químicas, como a pulpas mecánicas. El biopulpeo no solo se ha aplicado a maderas, también se han logrado resultados exitosos en el biopulpeo de plantas anuales como el kenaf o el sisal. Uno de los mayores inconvenientes del biopulpeo consistía en que los inóculos del microorganismo habían de ser masivos para que la fermentación resultara eficaz y se evitaran contaminaciones. Esto suponía inconvenientes tanto económicos como operacionales. En los últimos años se ha conseguido rebajar de modo considerable el inóculo al añadir un residuo de la industria del maíz denominado “corn steep liquor” (Akhtar y col. 1997b). La presencia de esta sustancia facilita el crecimiento del microorganismo en las etapas iniciales de la fermentación. Además de disminuir la cantidad de inóculo a añadir, los autores destacan otras ventajas: tiempos más cortos de fermentación, homogeneidad y disminución de la contaminación por microorganismos oportunistas. El segundo inconveniente práctico que hay que resolver en la impregnación es cómo mantener las astillas en las condiciones que precisa el hongo seleccionado. Producciones tan elevadas como las de las modernas plantas kraft (unas 106 t/año) complican el problema del proceso biokraft. La esterilización de las astillas se considera necesaria para asegurar su colonización posterior por el microorganismo seleccionado. A este coste, habría que añadir después el de mantener sistemas de aireación en la pila de astillas para evitar temperaturas demasiado elevadas en su interior que paralicen el crecimiento del hongo. En este sentido, disponer de especies que trabajen a temperaturas elevadas (50–65ºC) podría no solo ahorrar costes de aireación sino incluso la necesidad de esterilizar las astillas pues a esas temperaturas, la competencia con los microorganismo del entorno sería favorable a la especie elegida. Aunque el biopulpeo siempre se ha presentado como el tratamiento de las astillas con microorganismos, en la Universidad de Chile se han aplicado tratamientos fúngicos directamente sobre trozas de maderas coníferas y frondosas. La trascendencia de este trabajo radica en que, de demostrarse su viabilidad, simplificaría enormemente los costes de mantener impregnadas pilas de astillas. Los trabajos se aplicaron a trozas de pino y de eucalipto, que fueron tratadas con los hongos: Phlebia sp., Coriolus sp., Peniophora sp., Pleurotus sp., Ceriporiopsis sp.y Thrametes sp. (0,5–0,6%) y después sometidas a pulpeo kraft, blanqueo y refinado. En el caso de trozas, 80 días para Pino y 40 días para Eucalyptus. Los Biotecnología aplicada a la fabricación de pulpa y papel | resultados dieron una ganancia en rendimiento (1,8%–2,8%), reducción del índice kappa (9%–12%) y aumento de la viscosidad (18%–23%). Las mejoras se extendieron al blanqueo, con rendimientos superiores (3,7%–5,4%) y blancuras mejoradas (3%–4,1%). Las pulpas biotratadas tambien refinaron más fácilmente y alcanzaron mayores resistencias mecánicas. De confirmarse estos resultados a escalas mayores, supondría sin duda realizar el biopulpeo de una forma sencilla y posiblemente más económica que las que se han propuesto a partir de las astillas. Akhtar y col. (2000) hacen una estimación económica de los ahorros que podría suponer el biopulpeo, así como de los costes de su implantación. Reconocen que sus costes de implantación podrían variar mucho de unas plantas a otras, pero dan una estimación de entorno a 6–8 millones de dólares, para una planta TMP con una producción de 250 toneladas/día. Para esta misma fábrica estiman que los ahorros en el proceso podrían suponer cerca de 5 millones de dólares al año. En la aplicación a pulpas químicas, parece asegurada la rebaja de la lignina residual de la pulpa y el acortamiento del tiempo de cocción. Una selección de cepas selectivas para degradar lignina permitirá mantener la integridad de la celulosa y producir pulpas resistentes. En la producción de pulpa mecánica los primeros intentos de llevar el biopulpeo a mayor escala han tenido éxito. Los laboratorios de FPL pudieron tratar hasta 40 t de astillas con el hongo Ceriporiopsis subvermispora. Los resultados confirmaron nuevamente que la madera tratada consume menos energía (–31%) y produce pulpas mecánicas de mejor calidad. El proceso consistió en el tratamiento en continuo de astillas de picea que fueron sometidas a tratamiento con vapor, enfriamiento e inoculación, previamente a un tratamiento de dos semanas en una pila de astillas con aireación. Recientemente, se han desarrollado en Brasil pruebas industriales para implantar el biopulpeo mecánico. Guerra y col. (2006) trataron de astillas de Eucalyptus grandis con Ceriporiopsis subvermispora y produjeron después pulpas industriales TMP que consumieron un 18% menos de energía. Las pastas biotratadas tuvieron sin embargo, menor blacura, aunque tras un tratamiento de blanqueo, esas diferencias desaparecieron, lo que sugieren que una fracción de los cromóforos presentes en las biopulpas se extraen con facilidad. 3. Bioblanqueo La pulpa de celulosa contiene cantidades variables de lignina que en los procesos de blanqueo se extrae o modifica para aumentar la blancura. La pulpa mecánica, con casi toda la lignina inicial de la madera, emplea reactivos que modifican los grupos cromóforos (peróxido de hidrógeno e hidrosulfito sódico, entre otros). Más enérgico es el blanqueo de pulpa kraft que disuelve la lignina por la acción de compuestos de cloro (Cl2, NaClO, ClO2) o de oxígeno (O2, O3, H2O2). La eficacia y selectividad de los compuestos clorados es elevada pero generan cloroligninas perjudiciales. El cierre del circuito de blanqueo no es posible en su totalidad pues se acelerarían los 329 330 | Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008 procesos de corrosión. La tecnología actual recurre a blanqueos ECF (elemental chlorine free) sin empleo de cloro molecular en las secuencias de blanqueo y a blanqueos TCF (totally chlorine free) que prescinden de cualquier blanqueante clorado. De cualquier forma, el recurso de blanqueantes oxigenados no resulta tan selectivo por el ataque a las cadenas de celulosa. En el caso de algunos reactivos, como el peróxido de hidrógeno, se añade además su coste e inestabilidad. Los inconvenientes medioambientales o de baja selectividad se han tratado de solucionar con la aplicación de enzimas de distinta naturaleza. La aplicación directa de hongos ligninolíticos se descarta pues degradarían igualmente la celulosa. La eficacia de los tratamientos enzimáticos es, hoy día, limitada y el objetivo actual no es tanto sustituir completamente el blanqueo químico, sino reducir su uso para limitar la contaminación hasta niveles asumibles. El coste de las enzimas se ha ido reduciendo a medida que el bioblanqueo se extendía y no parece suponer un impedimento para el futuro. BIOBLANQUEO CON XILANASAS Puede parecer paradójico que las primeras enzimas utilizadas en el blanqueo de pulpa kraft fueran las xilanasas. En 1986, investigadores del VTT de Finlandia hiceron públicos los resultados de la aplicación de xilanasas al blanqueo de pulpa kraft de especies frondosas (Viikari y col., 1986) y poco después, en 1988, tenía lugar la primera aplicación industrial en una fábrica finlandesa. La aplicación de las xilanasas, previamente al blanqueo, conseguía alcanzar el nivel deseado de blancura con un ahorro de reactivos de blanqueo. Se podía así reducir la contaminación por cloroligninas. En años posteriores, otros trabajos confirmaron la capacidad de las xilanasas para mejorar los efectos de las etapas de blanqueo (Paice y col., 1988; Senior y Hamilton, 1992; Tolan y Vega Canovas, 1992; Yang y col., 1992). No obstante, si en la disolución de xilanasas hay presentes celulasas, el tratamiento ocasiona también pérdidas en las resistencias mecánicas de las pulpas. Hoy en día, el empleo de xilanasas antes de la etapa de dióxido de cloro es frecuente. En su aplicación, las variables de mayor importancia son el pH, la temperatura y el tiempo del tratamiento, la dosis de enzima, la consistencia de la pulpa y el tipo de pulpa. Por la naturaleza de la pulpa, son deseables enzimas que actúen a pH alcalino y a temperaturas lo más próximas posibles a las de las etapas de blanqueo, para reducir costes de refrigeración. El resto de variables debe ser establecido para cada caso particular, si bien la posible presencia de celulasas junto a las xilanasas, limita el tiempo del tratamiento. La Tabla 5 recoge ventajas e inconvenientes del blanqueo con xilanasas, así como los intervalos más usuales de las variables del tratamiento. El tiempo de aplicación se puede prolongar durante varias horas si la estabilidad de las xilanasas lo permite y, en teoría, la única limitación (aparte de la económica) viene impuesta por la presencia de celulasas, que obliga a acortar la duración del tratamiento para no perjudicar la calidad de la pulpa. Biotecnología aplicada a la fabricación de pulpa y papel | La dosis de enzima debe buscarse para cada caso particular, aunque suele estar dentro del intervalo de 1 a 5 UI (unidades internacionales) por gramo de pulpa. Consistencias de la pulpa en torno al 10% son habituales y debe asegurarse una mezcla eficaz de las pulpas con los reactivos. Si bien las xilanasas se han aplicado a todo tipo de pulpas químicas, el blanqueo de pulpa kraft de especies frondosas es, con diferencia, el más importante. Para este caso particular, hay que mencionar la importancia de la deslignificación con oxígeno, etapa que se aplica para rebajar la cantidad de lignina que llega a las secuencias de blanqueo. Aunque esta etapa se aplica cada vez más, no todas las fábricas la incorporan y hay que tenerlo en cuenta si se va a aplicar un pretratamiento con xilanasas. La acción del oxígeno hace que los xilanos sean más accesibles y se precise menor cantidad de enzima. Tabla 5. Bioblanqueo con Xilanasas Ventajas Inconvenientes Aumento de blancura Degradación de celulosa* Menor consumo de reactivos Pérdida de rendimiento Menos contaminación Menor resistencia mecánica* Condiciones Temperatura: 40–60ºC pH: 6–9 Tiempo: 1–3 horas Dosis: 1–5 UI/g pulpa *Causado por la presencia de celulasas en las preparaciones de hemicelulasas. Estado actual de los conocimientos en el bioblanqueo con xilanasas Para explicar cómo actúan las xilanasas en el blanqueo de pulpa kraft se han propuesto dos posibilidades. Una de ellas supone que las xilanasas eliminan los xilanos precipitados, depositados sobre las fibras, y que dificultan el acceso de los reactivos de blanqueo. Una vez eliminada esta barrera, la acción de los reactivos sería mucho más eficaz (Kantelinen y col., 1993). La otra explicación supone que las hemicelulosas están unidas a la lignina por enlaces covalentes y que la acción de la enzima libera estos compuestos permitiendo su extracción del medio. La primera hipótesis fue cuestionada cuando Pedersen y col. (1992) extrajeron los xilanos de las pulpas con dimetilsulfóxido sin observar después mejoras en su blanqueabilidad. Trabajos posteriores (Wong y col. 1996; Suurnäkki y col., 1996) apoyaron la hipótesis del enlace químico hemicelulosas–lignina. Hoy en días se tienen las evidencias de que parte de los grupos cromóforos proceden de la degradación de hemicelulosas (Zibrio, 1990a; Zibrio, 1990b). El ácido metil glucurónico y otros grupos se degradan en el transcurso de la cocción kraft dando sustancias coloreadas como el ácido hexenurónico. Estas sustancias quedan unidas a las hemicelulosas y son liberadas una vez que se rompe su unión por la acción de las xilanasas. Una vez demostrada la eficacia de las xilanasas en el blanqueo de pulpa, se han sucedido los estudios que buscan obtener xilanasas que actúen en las condiciones más ventajosas para el blanqueo. Se ha mencionado ya la importancia de conseguir 331 332 | Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008 que trabajen a pH alcalino y temperaturas altas (próximas a la del blanqueo). Si bien tanto las xilanasas procedentes de hongos como las producidas por bacterias han mostrado eficacia en el blanqueo, dentro de las xilanasas bacterianas es más frecuente encontrar enzimas que trabajan a pH alcalino. Techapun y col. (2003) recogen los intervalos de pH para una aplicación óptima de las xilanasas de un amplio conjunto de microorganimos productores. Mientras que en las xilanasas procedentes de hongos este intervalo se sitúa entre 4 y 7, las procedentes de bacterias tienen un pH óptimo mayor, entre 5,5 y 9. Las temperaturas más frecuentes a la que actúan las xilanasas son moderadas (entre 40 y 60ºC). Temperaturas algo mayores, próximas a la del blanqueo de pulpa, evitarían tener que refrigerar la pulpa. Por esto se investigan microorganismos termófilos que produzcan xilanasas termoestables. En algunos casos, las xilanasas permanecen estables durante varias horas a temperaturas próximas a 90ºC (Techapun y col. 2003; Mathrani y Ahring, 1992; Dalhberg y col., 1993 Zverlov y col., 1996). Tomando nuevamente como referencia la relación de hongos y bacterias recogida por Techapun y col. (2003) se observa que entre el grupo de las bacterias es más frecuente la producción de xilanasas termófilas. Aunque la mayor parte de los trabajos sobre el blanqueo de pulpas por xilanasas se han centrado en xilanasas fúngicas, se encuentra también información sobre el uso de xilanasas bacterianas. Gübitz y col. (1997a) trabajando con mananasas y xilanasas purificadas procedentes de hongos y de bacterias encontraron que tanto xilanasas como mananasas aumentaban la blancura de las pulpas sin importar el microorganismo de procedencia. Antonopoulos y col. (2001) aplicaron xilanasas y peroxidasas de Streptomyces albus al bioblanqueo de una pulpa kraft de eucalipto. Obtuvieron ligeras reducciones de kappa sin mermas en la viscosidad de la pulpa. Pfabingan y col. (2002) emplearon xilanasas termoestables de la bacteria Rhodothermus marinus en el blanqueo de pulpas kraft de mezclas de especies frondosas y de mezclas de coníferas. Los tratamientos enzimáticos mejoraron la blancura, incluso en pulpas de coníferas, sin alterar la viscosidad. Un aspecto interesante de su trabajo fue determinar si la presencia de dominios (unidad estructural que cumple una determinada función) adicionales en la xilanasa mejoraba el efecto blanqueante. En su caso, dominios adicionales que están relacionados con el aumento de la producción de azúcares reductores no causaron mejoras en la blancura. Explicaron este hecho por el mayor tamaño de la enzima, que dificultaría su acceso al sustrato, o porque la formación de azúcares reductores no guarde, necesariamente, relación con el aumento en la blancura. Por otra parte, cuando se eliminaba parte de la enzima, el efecto blanqueante disminuía drásticamente a causa de una pérdida de estabilidad. Plantean entonces que debe existir un compromiso en el tamaño de la enzima, que mantenga la estabilidad sin impedir el acceso al sustrato. Un examen del tipo de pulpas en las que se ha aplicado el bioblanqueo con xilanasas muestra que casi siempre se ha tratado de pulpas químicas del proceso kraft. También se encuentran estudios con pulpas a la sosa procedentes, en su Biotecnología aplicada a la fabricación de pulpa y papel | mayoría, de plantas anuales o de residuos agrícolas. Dentro de las pulpas kraft predomina la aplicación a especies frondosas, más fáciles de blanquear, y son varias las aplicaciones al blanqueo de pulpas de eucalipto. Así, Vicuña y col. (1997) aplicaron tres diferentes xilanasas comerciales al blanqueo de Eucaliptus globulus y Eucaliptus nitens; consiguieron importantes ahorros de reactivos (12 al 40% de ClO2 para 90% ISO) manteniendo las resistencias mecánicas de las pulpas. Observaron, no obstante, que la energía de refinado se incrementaba ligeramente. Máximo y col. (1998) encontraron menores aumentos de blancura en el tratamiento de una pulpa de eucalipto con un caldo de xilanasas (Aspergillus niger) y sometida, posteriormente, a un blanqueo ECF. La viscosidad de la pulpa y sus resistencias mecánicas se mantuvieron, lo que está conforme con la ausencia de actividad celulasa. Salles y col. (2005) aplicaron crudos enzimáticos y enzimas purificadas procedentes de Acrophialophora nainiana y Humicola grisea a pulpas kraft de eucalipto. Las xilanasas liberaron cromóforos y provocaron cambios morfológicos sobre la superficie de las fibras. Estos cambios han sido también mencionados por Roncero y col. (2005), que describen la superficie de las fibras kraft de eucalipto tratadas con xilanasas como más áspera y abierta que en las fibras no tratadas. Relacionan este hecho con la eliminación de los xilanos, precipitados durante la cocción kraft sobre las fibras. Su eliminación por las xilanasas abriría el paso a los agentes de blanqueo. En general es deseable que las pulpas a blanquear con xilanasas tengan un bajo contenido de lignina y esto supone que se apliquen con más frecuencia a pulpas de maderas frondosas, como el eucalipto, que a las procedentes de coníferas. Por otra parte, hay que tener presente que el volumen de producción de pulpas blanqueadas de frondosas es significativamente más importante. El bioblanqueo con xilanasas de pulpas de plantas anuales y de residuos agrícolas ha sido también objeto de varios estudios que consiguen fácilmente aumentos en la blancura próximos a los diez puntos o incluso superiores. Un extenso estudio sobre el bioblanqueo de pulpas de paja de trigo ha sido desarrollado por Jiménez y col. (1994; 1999; 2000). Blanquearon pulpas con secuencias ECF y TCF, introduciendo un pretratamiento previo con xilanasas comerciales. Las xilanasas proporcionaron mayor blancura y ahorros en el consumo de reactivos. En contrapartida, las resistencias mecánicas disminuyeron o se mantuvieron. De acuerdo a estas experiencias, parece inevitable tener un descenso importante en el rendimiento en pulpa si se quieren obtener aumentos considerables de la blancura. Realizan también la optimización de las condiciones del pretratamiento para la enzima comercial Cartazyme en secuencias: XP y XOP (Jiménez y col. 1999; Jiménez y col. 2000). La aplicación de xilanasas purificadas del hongo termófilo Thermomyces lanuginosus a pulpas de paja de trigo (Li y col., 2005) ha permitido trabajar a 70ºC y a pH 10 y aumentar la blancura de 2 a 8 puntos, con ahorros de cloro del 28%. Crudos de xilanasas de este mismo hongo y xilanasas comerciales fueron aplicados por Madlala y col. (2001) al blanqueo de pulpas de diferentes procedencias: bagazo 333 334 | Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008 (sosa–AQ), frondosa (sosa–AQ) y conífera (kraft). Las xilanasas eliminaron grupos cromóforos y redujeron el índice kappa de las pulpas. Otras experiencias similares se aplicaron a pulpas kraft de bambú (Bajpai y Bajpai, 1996), con aumentos de hasta dos puntos en la blancura con xilanasas comerciales e importantes ahorros de reactivos de blanqueo (20% de Cl2 y hasta 45% de ClO2). Una xilanasa bacteriana sin actividad celulasa se aplicó al blanqueo de fibras de ramio (Zheng y col., 2000) consiguiendo aumentar cinco puntos la blancura de la pulpa en un blanqueo con peróxido de hidrógeno. Mucho menos frecuentes son los trabajos que tratan sobre la aplicación de las xilanasas a otras pulpas, diferentes de las kraft o “a la sosa”, Christov y col. (2000) aplicaron endo–xilanasas purificadas y acetil xilano esterasas al tratamiento de celulosa para disolver pulpas al sulfito de Eucalyptus grandis. Estas pulpas, precisan estar libres de lignina y hemicelulosas para no afectar al proceso de producción de la viscosa y tienen características diferentes a las pulpas kraft pues las hemicelulosas no reprecipitan sobre las fibras sino que se hallan en su interior. La acción conjunta de xilanasas con otras enzimas tales como mananasas o endoglucanasas mejora la eliminación de hemicelulosas debido, probablemente, a la apertura de la estructura de la fibra que facilita la posterior acción de xilanasas y mananasas (Gübitz y col., 1997b). Tras la aplicación con éxito de las xilanasas, las mananasas fueron asimismo objeto de estudio para mejorar el blanqueo de pulpas de especies coníferas. No obstante, las xilanasas han mostrado ser más efectivas para aumentar la blancura de las pulpas y esta ventaja se da incluso con pulpa de especies coníferas. No obstante, la adición de otras enzimas como mananasas, lipasas y α–galactosidasas ha mejorado el blanqueo de pulpas kraft (Gübitz y col., 1997a, Wong y Saddler, 1992; Elegir y col., 1995; Clarke y col., 1997). Hoy en día, las xilanasas ya se han aplicado comercialmente al blanqueo de pulpas kraft. Su éxito pasa por que se puedan producir en concentraciones altas y a un coste asumible. Además hay tres criterios importantes a la hora de buscar microorganismos para la producción de xilanasas y que orientan buena parte de las investigaciones actuales: actividad celulasa, pH y temperatura. Las xilanasas que se utilicen en el blanqueo de pulpas kraft deben estar libres de actividad celulasa para no perjudiar el rendimiento en pulpa, las resistencias mecánicas y el nivel de la DBO en los efluentes. Por otra parte, las características de las pulpas kraft (alcalinas) y de las condiciones de blanqueo (temperatura 80–90ºC) hacen deseables xilanasas que actúen en condiciones alcalinas y que sean termoestables. En su conjunto, las xilanasas bacterianas trabajan a mayor pH, si bien se pueden encontrar casos particulares de xilanasas, tanto de hongos como de bacterias, eficaces a pH 9–10. También pueden encontrarse xilanasas que se mantienen estables durante varias horas a 80ºC y que evitarían costes de refrigeranción. Sin embargo, lo usual es que la temperatura óptima de aplicación se halle entre 35 y 60°C. Biotecnología aplicada a la fabricación de pulpa y papel | BIOBLANQUEO CON PEROXIDASAS Y LACASAS Con posterioridad al uso de xilanasas en el blanqueo de pulpas, se comienza a prestar atención al uso de las enzimas ligninolíticas: lacasas y peroxidasas, las responsables de la degradación de la lignina por microorganismos. En los hongos de pudrición blanca, estas clases de enzimas trabajan juntas para eliminar el impedimento que supone la lignina para que el microorganismo tenga acceso a los hidratos de carbono que constituyen una fuente de energía fácil de asimilar. No obstante, lacasas y peroxidasas no siempre se encuentran juntas en los hongos de pudrición blanca. Según Geng y Li (2002) un 40% de los hongos de este tipo que se han estudiado producen una combinación de LiP y MnP (Eggert y col., 1996a). Por el contrario, los hongos Dichomitus squalens y Ceriporiopsis subvermispora degradan lignina sin producir LiP (Périé y Gold, 1991; Jensen y col., 1996) y Pycnoporus cinnabarinus solo produce lacasa aunque degrada eficazmente la lignina (Eggert y col., 1996a; Eggert y col., 1996b; Bermek y col., 1998). Tal y como se ha descrito, las peroxidasas utilizan H2O2 como aceptor final de electrones en los procesos de oxidación de la lignina. En los hongos que las producen, el H2O2 se aporta al medio por otro tipo de enzimas: glioxal oxidasa, glucosa oxidasa y aril alcohol oxidasa (Leonowicz y col., 1999). Por el contrario, las lacasas emplean oxígeno molecular como aceptor de electrones. Aunque la descripción de las lacasas es muy anterior a la de las peroxidasas (fue descubierta en 1883) su estudio, en relación a la biodegradación de la lignina, estuvo relegado a un segundo plano por dos razones. En primer lugar porque el Phanerochaete chrysosporium, el organismo tomado en los comienzos como modelo de la degradación de la lignina, degrada eficientemente este polímero en ausencia de lacasas. Por otro lado, se pensaba que los sustratos sobre los cuales actuaban las lacasas se restringían a compuestos de tipo fenólico. Hoy ha quedado demostrado que las lacasas, en presencia de mediadores redox apropiados, pueden oxidar compuestos no fenólicos (Bourbonnais, y Paice, 1996; Eggert y col., 1996c; Bourbonnais y col., 1998; Johannes y Majcherczyk, 2000). Las investigaciones para implementar procesos de blanqueo utilizando enzimas ligninolíticas muestran un desarrollo mucho menor que el uso de las xilanasas y, de momento, no está comercializado su uso. En la bibliografía se encuentra también un importante número de trabajos realizados con la enzima ligninolítica MnP (en menor medida con LiP) con resultados más o menos efectivos (Paice y col, 1993; Kaneko y col, 1994; Kondo y col., 1994; Hirai y col., 1994; Iimori y col., 1998; Sasaki y col., 2001). Las aplicaciones de la MnP al blanqueo de pulpas kraft han logrado reducir el índice kappa hasta en un 13% y los aumentos de blancura han llegado al 10%. No obstante, no se dispone de información tan pormenorizada como en el caso del blanqueo con xilanasas y aspectos como el ahorro de reactivos de blanqueo no se recogen en la información recopilada. En comparación con las peroxidasas, la aplicación del Sistema Lacasa Mediador (SLM) parece ser mucho más prometedor (ver Figura 2). Los trabajos se han 335 336 | Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008 centrado en pulpas kraft de maderas, donde, para la especie Eucaliptus globulus, Silva y col. (2002) consiguen reducir el índice kappa hasta un 35% y las dosis de peróxido de hidrógeno en el blanqueo en un 18%. A su vez, la lignina residual es casi la mitad, mientras que la blancura aumenta 20 puntos. Las propiedades mecánicas de las pulpas no se vieron mermadas por el tratamiento. En la Tabla 6 se presentan las ventajas, incovenientes y condiciones de operación de las enzimas MnP y lacasa. Las condiciones de operación que se aplican al blanqueo de pulpa kraft con MnP son ligeramente ácidas, pH 4,5 y con temperatura suave, entre 25 y 30ºC. Las dosis de enzima utilizadas han variado entre 50 y 100 U/ g de pulpa. Los tiempos de tratamiento se prolongan durante 24 horas, a veces sin que la deslignificación sea demasiado importante. Estas condiciones se encuentran lejos de las deseables para un proceso económicamente interesante: temperatura próxima a 80ºC y pH alcalino. En el caso de las lacasas, la temperatura de tratamiento es más elevada que en la MnP, aproximadamente 20ºC, mientras que el pH óptimo de tratamiento sigue siendo ligermante ácido. Tabla 6. Bioblanqueo con Mn Peroxidasa y Lacasa. Ventajas Inconvenientes Aumento de blancura Necesidad de mediadores Menor consumo de reactivos Baja deslignificación (MnP) Menos contaminación Condiciones Generales Mn P Temperatura: 25–30ºC pH: 4,5 Tiempo: 3–24 horas Dosis: 50–100 U/g pulpa Lac Temperatura: 45–50ºC pH: 3,5–5,8 Tiempo: 2–4 horas ESTADO ACTUAL DE LOS CONOCIMIENTOS EN EL BIOBLANQUEO CON MNPEROXIDASAS Y LACASAS Hoy en día se ha avanzado bastante en el conocimiento del modo de actuación de las peroxidasas. La enzima MnP provoca la degradación de la lignina mediante la acción del manganeso, al que oxida de Mn2+ a Mn3+, siendo este último el oxidante de la lignina, aunque solo actúa sobre unidades fenólicas (Wariishi y col., 1988). No obstante, en presencia de glutation se ha mostrado eficaz para oxidar compuestos modelo de lignina no fenólicos (Wariishi y col., 1989). En un caso similar, se ha de- FIGURA 2. Esquema de actuación del sistema lacasa– mediador. Biotecnología aplicada a la fabricación de pulpa y papel | 337 mostrado que en presencia de Tween 80, un producto que contiene una cadena de ácido graso insaturado, la MnP oxida compuestos modelo de lignina no fenólicos (Bao y col., 1994). Se ha sugerido que la MnP oxida el doble enlace C=C a un radical peróxido, que es el oxidante de las estructuras no fenólicas tipo lignina. Es decir, este radical realiza ahora la función que el Mn3+ hacía en la oxidación con MnP sin mediador. En función de estos resultados, Bermek y col., (2002) buscaron nuevos mediadores para la oxidación de la lignina por MnP. Los compuestos con un grupo tiol que probaron no mostraron eficacia. Por el contrario, ácidos grasos no saturados aumentaron la capacidad blanqueante de la MnP como sugería la experiencia anterior (Bao y col., 1994). En su aplicación al blanqueo de pulpas kraft, las MnP han mostrado capacidad para degradar la lignina residual tanto en pulpas de frondosas como de coníferas. No obstante, la blancura se comporta de manera diferente y mientras aumenta en el tratamiento de pulpas de frondosas, cuando se aplica a pulpas de coníferas hay un descenso inicial de la blancura que luego se recupera. Aunque las razones de este comportamiento no están claras, parece existir una relación con el contenido en lignina no condensada. La oxidación de estas unidades, más abundantes en pulpas crudas de coníferas, conduciría a la formación de o–quinonas y a un oscurecimiento de las pulpas que desaparecía en sucesivos tratamientos con MnP (Ehara y col., 1998). Una limitación de las lacasas parecía ser también la imposibilidad de oxidar sustratos no fenólicos. De hecho parecía establecido que las lacasas fúngicas catalizaban fácilmente la oxidación de fenoles en presencia de oxígeno, pero no la de los sustratos no fenólicos. Posteriormente se ha demostrado que, en presencia de compuestos apropiados de bajo peso molecular (mediadores), las lacasas son capaces de oxidar una amplia variedad de compuestos modelo de lignina aromáticos (comportamiento análogo al de las MnP). Estos mediadores actuarían como transportadores de electrones, inhibiendo además la repolimerización de los radicales oxidados. El llamado SLM, esquematizado en la Figura 2, fue descrito primeramente por Bourbonnais y Paice (1990), quienes lograron la oxidación de sustratos no fenólicos empleando la sal de diamonio del ácido 2,2’–azinobis–3–etilbenzotiazolina sulfónico (ABTS) como mediador (Figura 3). Estos mismos autores describen la deslignificación selectiva de pulpas kraft, tanto de coníferas como de frondosas, empleando lacasa y ABTS como mediador (Bourbonnais y Paice, 1992). FIGURA 3. Molécula del ácido 2,2’-azinobis-3etilbenzotiazolina sulfónico (ABTS). 338 | Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008 En un primer momento, la lacasa sería activada por una molécula de oxígeno. A su vez, la lacasa activada oxidaría al mediador y recuperaría su estado inicial. La secuencia prosigue con el mediador activado que se difunde hacia la lignina y es, en realidad, el oxidante. Hay que mencionar que la actividad del SLM hacia la lignina depende de la combinación de dos factores principales: el potencial redox de la enzima y la estabilidad y reactividad del radical generado por la oxidación del mediador. La principal consecuencia de este modo de actuar de la lacasa es que ahora el impedimento del volumen de la enzima desaparece. La molécula de mediador, de mucho menor tamaño que la lacasa, puede ahora difundirse en los poros de las fibras y alcanzar la lignina que se encuentra en el interior de la pared secundaria. Es entonces cuando se pone de manifiesto la importancia de la estabilidad del mediador activado, que debe ser lo suficientemente estable para tener tiempo de difundirse y alcanzar y oxidar a la lignina. El acceso a la lignina de las fibras por sistemas lacasa–mediador se ha tratado de mejorar con el empleo previo de xilanasas, con la intención de que estas abran caminos a la acción de la lacasa (Surma–Slusarska, y Leks–Stepien, 2001); en el blanqueo de pulpas kraft de especies frondosas y coníferas, se concluye que el pretratamiento de las pulpas con xilanasa mejora el acceso de la lacasa a la lignina. A raíz del hallazgo del SLM empiezan a introducirse nuevas sustancias que se proponen como mediadores. Así Call (1994a) introduce el 1–hidroxibenzotriazol (HBT) que, añadido a la lacasa, demuestra alta capacidad y selectividad para deslignificar pulpas kraft (Figura 4). El mediador no es necesariamente un producto extraño al hongo; mediadores naturales como el ácido 3-hidroxiantranílico (3–HAA), el primer mediador natural que se descubre, es producido por el hongo de podredumbre blanca Pycnoporus cinnabarinus y es igualmente eficaz para que la lacasa oxide compuestos modelo de lignina no fenólicos (Eggert y col., 1996c). Comienza entonces a tomar cuerpo la hipótesis de que esto sea lo que sucede en la degradación natural de la lignina por los hongos y que el SLM se encuentra en la naturaleza. El papel de mediador lo pueden desempeñar sustancias de bajo peso molecular como el alcohol veratrílico, oxalatos y el ácido 3–hidroxi antranílico, que son productos del metabolismo del hongo y cuya presencia ha sido detectada en cultivos de hongos (Leonowicz y col., 2001). FIGURA 4. Molécula del 1-hidroxibenzotriazol (HBT). Biotecnología aplicada a la fabricación de pulpa y papel | En años posteriores el SLM ha generado gran interés en la industria de pulpa por su potencial aplicación en procesos de blanqueo limpios (Call, 1994b; Amann, 1997) y hay muchos estudios dedicados a buscar nuevos mediadores económicos y no tóxicos que reemplacen a los empleados en el laboratorio. Los resultados de este sistema eran deslignificaciones superiores al 55%. Para ello se trataba la pulpa kraft con lacasa y HBT (o con ABTS) y a continuación se realizaba una extracción alcalina, análoga a las que se aplican en las secuencias de blanqueo químico (Call, 1994a; Bourbonnais y Paice, 1996). Esta fase de lavado alcalino ha demostrado ser imprescindible para la eliminación de la lignina (Silva y col., 2001). La aplicación del SLM a pulpas de materias primas no leñosas es muy reducida. Se pueden encontrar algunos casos que lo aplican a pulpa kraft de paja de trigo con la secuencia: Xilanasa/Lacasa–HBT/extracción con álcali (Sigoillot y col., 2004). Lograron eliminar un 75% de la lignina, empleando lacasas procedentes de Pycnoporus cinnabarinus y de Aspergillus niger. Un posterior blanqueo de la pulpa con hipoclorito redujo el consumo de este reactivo y aumentó la blancura y la resistencia de las pulpas. Camarero y col.(2001a;2001b) y García y col. (2003) han trabajado en el blanqueo de pulpa de lino obtenida por el proceso sosa–AQ con la secuencia Lacasa–HBT/H2O2 y lacasa procedente de Pycnoporus cinnabarinus. García y col. (2003) han conseguido una blancura máxima del 75% (si bien en 24 horas) y del 62% en tan solo una hora. Para concluir se ha de mencionar que uno de los aspectos sobre los que se está trabajando más intensamente en el sistema lacasa–mediador, es encontrar mediadores eficaces y selectivos para degradar la lignina en las pulpas. ABTS y HBT son los mediadores más utilizados si bien hay que precisar que su uso está limitado a la experimentación. La deslignificación industrial por lacasas hará necesario encontrar sustancias no tóxicas que actúen como mediadores y que puedan ser producidas fácil y económicamente. Deben también tener una estabilidad suficiente para alcanzar la lignina residual que se concentra en el interior de la pared secundaria de la fibra. El hallazgo de estas sustancias va a condicionar el futuro del blanqueo con SLM. Las condiciones para el blanqueo de pulpa kraft con lacasas no son muy diferentes a las del tratamiento con MnP, aunque el pH varía en un intervalo más amplio y las temperaturas son ligeramente superiores, entre 45 y 50ºC. Como en el caso de las xilanasas, se hace necesario encontrar hongos termófilos que eleven estos valores en un futuro tratamiento enzimático. 4. Aplicación a la fabricación de papel El reciclado de papel constituye, en países como España, la primera fuente de fibras celulósicas para la industria papelera. Las ventajas son bien conocidas: menos gasto energético que la fabricación de papel con fibra virgen y evita el vertido de un residuo que además revaloriza. No obstante, y pese a estas ventajas, el reciclado de papel no puede mantenerse sin el aporte de fibra virgen porque, aparte del papel 339 340 | Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008 no reciclado por diversas razones, las fibras pierden calidad en los sucesivos ciclos de reciclado. La causa son cambios irreversibles en la estructura de las fibras que acontecen durante el secado del papel y menor medida en la desintegración en el pulper. El secado hasta contenidos en humedad entre el 5 y el 10% ocasiona el cierre de los poros en las fibras, que se traduce en pérdidas en su capacidad de hidratación y en su conformabilidad, con la consiguiente merma de su capacidad de enlace. El fenómeno se conoce como hornificación y está más acentuado en las pulpas químicas, donde la mayor deslignificación da lugar a poros internos de mayor tamaño. Todas las propiedades físicas que dependen de la capacidad de enlace fibra–fibra (tracción, estallido) se ven mermadas a causa de la hornificación. El proceso de refinado se ha mostrado incapaz de recuperar por completo la capacidad de hinchamiento de las fibras. Se ha demostrado que ello se debe a que el refinado solo es capaz de reabrir los poros externos de las fibras y no así los internos. A esto hay que añadir que el refinado consume energía y reduce la capacidad de desgote de la supensión fibrosa. Por lo tanto, se han propuesto otras soluciones para revertir la hornificación: tratamientos con “bulking agents” como sacarosa o glicerol, tratamiento con álcali a alta presión y biorrefinado con celulasas. La biotecnología en este campo se ha aplicado a la recuperación de las propiedades papeleras de las fibras pero también se ha utilizado en la mejora del reciclado del papel y muy especialmente en el destintado (Viesturs y col., 1999; Pèlach y col., 2003; Leea y col., 2007). En este último proceso, aún se encuentran dificultades para eliminar tintas de difícil tratamiento como son las tintas toner o las flexográficas (en aquellas fábricas que destintan por flotación). Las enzimas de mayor uso en el reciclado y destintado de papel son de tipo celulasa. En el destintado de papel, el tratamiento con celulasas ayuda a romper los aglomerados fibra–tinta en el papel y a facilitar el desprendimiento de tintas. El efecto observado es un mejor destintado posterior y el aumento de la blancura de la pasta. Otras enzimas se pueden emplear para degradar la tinta o las fibras, así las lipasas y esterasas degradan los aceites que forman el vehículos de las tintas offset. Pectinasas, celulasas y hemicellulasas atacan la superficie de las fibras favoreciendo el despegue y eliminación de las partículas de tinta. En el caso de tintas de difícil separación como las tintas toner, las celulasas despegan las partículas de toner de la superficie de las fibras y facilitan su dispersión para una extracción posterior. La recuperación de las propiedades papeleras mediante enzimas de tipo celulasas también se ha dado en llamar biorrefinado ya que el efecto observado en las fibras se asemeja al producido por el refinado mecánico. El efecto de las celulasas es el de mejorar el drenaje de la pulpa, disminuyendo el contenido en finos, y el de disminuir la hornificación al “abrir” las fibras de celulosa mediante una degradación controlada. No se conocen demasiados trabajos sobre esta aplicación de las celulasas, todavía reciente (Oksanen y col., 2000; García y col., 2002), pero una posible explicación a la mejora del drenaje que provocan las celulasas es que atacarían pre- Biotecnología aplicada a la fabricación de pulpa y papel | ferentemente a los finos, de mayor superficie específica que las fibras, mejorando así del drenaje de la pulpa. Esta explicación es coherente con el hecho observado de que tiempos de tratamiento largos deterioran las fibras. A esos tiempos ya empezarían a ser apreciables los efectos de la degradación sobre las fibras, poco apreciables a tiempos cortos de tratamiento (de alrededor de una hora). La mejora del drenaje de las fibras permite recuperar (parcialmente) las propiedades papeleras que han perdido tras la hornificación, puesto que las fibras pueden ahora ser refinadas para mejorar su flexibilidad, sin que el drenaje se resienta en exceso. No obstante, la recuperación de la capacidad de las fibras hornificadas para rehidratarse tras el tratamiento con celulasas (solas o en combinación con hemicelulasas) parece ser tan solo parcial (análogamente a lo que sucede con el refinado). La experiencia de Oksanen y col. (2000) confirman este aspecto. Otro tipo de enzimas, como las amilasas, pueden facilitar la desintegración de papeles encolados con almidón (muchos de los destinados a impresión y escritura). Mediante el uso de estas enzimas, las primeras en emplearse en la industria del papel para las preparaciones de almidón, se puede logran un desintegrado más eficaz y ahorrar energia y tiempo de residencia en el pulper. Las amilasas también han sido empleadas tras la etapa de desintegrado, para ayudar al destintado, ya que en los papeles impresos que llevan almidón, muchas de las uniones de las tintas al soporte se realizarán a través del almidón. Degradando éste se favorece por tanto la eliminación de las tintas. 5. Grupos ibero americanos de investigación en biotecnología papelera En Ibero América son cada vez más los trabajos que se desarrollan sobre biotecnología aplicada a la industria de pulpa y papel. Como en el resto del mundo, abundan las aplicaciones que tratan sobre: biopulpeo, bioblanqueo y fabricación y reciclado de papel, aunque es el bioblanqueo enzimático de pulpa kraft el tema en el que se cuentan más grupos de investigación. Argentina, Brasil, Chile, España y Portugal son los países que tienen más grupos trabajando en este desarrollo en la RIADICYP. Fuera de ella, también hay identificados equipos de nuestra área geográfica que trabajan en esta parte de la biotecnología. En la siguiente relación se recogen los grupos de trabajo que forman parte de la RIADICYP y de los que el redactor ha recibido información. Del resto de grupos Ibero Americanos que no forman parte de la RIADICYP hay información sobre algunos de sus trabajos en el texto de este capítulo, si bien esta información no pretende ser exhaustiva. La información se ha estructurado en los ítems: Centro/Investigador de contacto (correo electrónico)/temas de investigación. 341 342 | Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008 ARGENTINA • ProCyP. Universidad Nacional de Misiones Laura Villalba ([email protected]) Biopulpado Kraft • Universidad Nacional del Litoral Miguel A. Zanuttini ([email protected]) Bioblanqueo de pulpa con lacasas Tratamiento de efluentes papeleros CHILE • Universidad de Chile. Santiago de Chile Javier González ([email protected]) Biopulpado Kraft CUBA • Dpto. Ingeniería Química; Universidad Central de Las Villas Agustín García Rodríguez ([email protected]) Obtención de celulosa bacteriana y su aplicación como aditivo en las pulpas ESPAÑA • Dpto. de Microbiología; Universidad de Barcelona F. I. Javier Pastor ([email protected]) Bioblanqueo de pulpa kraft con xilanasas Mejora del papel reciclado con celulasas • Dpto. Textil y Papelero. E.T. Ing. Industriales; Universidad Politécnica de Cataluña Josep F. Colom Pastor ([email protected]) Bioblanqueo de pulpa kraft con xilanasas Mejora del reciclado del papel mediante aplicación de enzimas • CIFOR–INIA J. Carlos Villar ([email protected]) Biopulpeo con hongos ligninolíticos Bioblanqueo de pulpa kraft con lacasas • CIB–CSIC Aldo González ([email protected]) Biopulpeo con hongos ligninolíticos Bioblanqueo de pulpa kraft con lacasas Biotecnología aplicada a la fabricación de pulpa y papel | • Universidad de Gerona Angels Pelach ([email protected]) Mejora del reciclado del papel mediante aplicación de enzimas • Universidad de Córdoba Luis Jiménez ([email protected]) Bioblanqueo de pulpa kraft con xilanasas PORTUGAL • U. de Investigação de Materiais Têxteis e Papeleiros. Universidade da Beira Interior Ana Paula Duarte ([email protected]) Biobranqueamento de pulpa kraft com xilanases Biobranqueamento de pulpa kraft com lacases Reciclagem com xilanases e celulases Refinação com xilanases e celulases • Centro de Engenharia Biológica – Universidade do Minho Miguel Gama ([email protected]) Aplicações biotecnológicas de enzimas e Domínios de Ligação a Celulose no tratamento de pulpas de papel Referencias bibliográficas 1. Ahmed, A.; Scott, G. M.: Akhtar, M.; Myers, G. C. North American Nonwood fiber symposium 1998. Atlanta, pp.231–238. 2. Akhtar, M.; Attrige, M. C.; Myers, G.C.; Kirk, T. K.; Blanchette, R. A.; Tappi J. 75:105(1992). 3. Akhtar, M.; Attridge, M. C.; Blanchette, R. A.; Myers, G. C.; Wall, M. B.; Sykes, M. S.; Koning, J. W.; Burgess, R. R.; Wegner, T.H.; Kirk, T. K. Proceedings of 5th International Conference on Biotechnology in Pulp Paper Industry 1992, Japan, pp.3–8. 4. 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