Y AMERICANA riJHUIOR DE AÑO. Provinein^ Extranjero.... "5 popetas. 40 id. 50 francos SEMESTRE. IS pesetas. 21 id. 2G francos. S DE RrSCKU'CION, PACiADEUOS ENT ORO. AÑO XLV.-NÚM. XIX. suscr.irciON. TRIMESTRE. 10 pesetas. 11 id. 14 francos. MADRID: Adroinistracióp, Arejal, 18. SEMESTRE. HKDACCKlN Y TALLERES: P A S E O I3E SA.3NJ" V I C E N T E , 3STTJ3V1:. SO. Madrid, 22 de Mayo de 1901. Cuba. Puerto "Rico y Filipinas. \'2 pesos fuertes. 7 pesos fuertes. Demás Estado : de América y Asia 3." francos. 00 francos. PARÍS: 4, r u c de la Micbodiérc. MISA DE CAMPAÑA. MADRID. —LAS MANIOBRAS MILITARES. (De fotografía.) Siguiente LA ILUSTRACIÓN 306 — N.° XIX ESPAÑOLA Y AMERICANA biado de banco los representantes del país. Pondrán el grito en el cielo los vencidos; se harán sordos á la queja los de enfrente, y nosotros esperaremos á que cesen estos pleitos particulares para juzgar por sus actos á la nueva situación. La lucha en Madrid no ha sido muy vehemente, ó mejor dicho, no ha correspondido á la temperatura de las reuniones preparatorias en que hablaron los oradores más resueltos de las opotores ó editores. por C—Anuncios, siciones: y es que no se puede caldear á todo un pueblo desde la estufa de un local cerrado: en éste una frase viva levanta tempestades que se resuelven, al salir á la calle, en unas gotas de agua. pasanuo revista a las -veaueuiias umumo. uii rumuN'in^ipL.'niciando el desllle. S. M D. Alfonso XIII en el campamento. —Bellas En provincias, como escribimos en plena conArtes: La jura <l, lux Fiirnis de Vizmiia par Ixuhi'l 1 dr Castilla, cuadro de Macario Marcoartú. Lux aminas de Jexitx, cuadro de Antonio fusión de noticias, no podemos hacer cálculos: Fillol Granel.- üctrato de Mariette Sully. hay que lamentar en Barcelona y en Bilbao algunas muertes. SUMARIO. CRÓNICA GENERAL. Artagnan á Planchet, en El Vizconde de Bragelonne, la máxima de un artillero árabe que habían conocido ante la Rochela. «Más vale estar sentado que de pie, acostado que sentado, muerto que acostado^, pensamiento que rimó Campoamor en la conocida redondilla De que se está, estoy muy cierto, Mejor que de pie sentado, Mejor que sentado echado, Y mejor que echado muerto. ECORDABA La máxima que sólo es discutible en su final, se confirma en las maniobras militares, donde los designados para simular las bajas dejan de molestarse, son conducidos en camillas y curados, si son heridos, y suponemos que abandonados y libres do servicio si están muertos. De los simulacros de estos días, que, combinados con la fiesta de San Isidro, han alegrado las cercanías de Madrid, lo quo más ha interesado por su aspecto juvenil y porque la instrucción quo resulte tiene en su totalidad condición de permanencia, ha sido la reunión en un solo cuerpo de todas las Academias militares, quo han de constituir la oficialidad futura; el brillante desfilo; el almuerzo de campaña; los vivas al Rey; el almuerzo en los Viveros, dado por el Presidente del Ayuntamiento á los jefes de los cuerpos y á los alumnos, y la pintoresca retreta. Si so llaman funciones do guerra las batallas con todos sus horrores, un combate fingido es necesariamente un gran placer. Y si á las batallas verdaderas se aproximan los periodistas y curiosos, calcúlese la concurrencia que habría en las maniobras de Carabanchel: estos simulacros son á la guerra lo que un problema en el encerado á eso mismo problema ante el enemigo; pero alfines un exnmen público y un tanteo de instrucción, quo si es lucido ante nosotros los profanos, es provechoso para los in: el ¡gentes, que calculan por lo supuesto cómo sería lo real. Los críticos militares dirán lo que les parezca; nosotros, por no entenderlo, creemos que on estas batallas aparentes es lícita cierta inverisimilitud, porque así como se supone el ataque y defensa, puede suponerse que las distancias no son las verdaderas, y que si un cuerpo hace un movimiento, lo verifica en el supuesto de que pudo hacerlo así. Pero nuestra opinión no es facultativa, sino caprichosa, y la damos por retirada desde el momento en que los técnicos la rechacen. En todo esto sólo vemos la sustancia, de que ha habido en estos días un cambio de afectos visible y positivo entre el Rey, las instituciones armadas y el elemento popular. Escribimos en los momentos en que, verificadas las elecciones, todo es confusión en los detalles. Hemos rehuido durante el período electoral lo relativo á la lucha personal, más que política, en los distritos, como conviene á un periódico neutral en esta clase de contiendas: ser neutral á nuestro modo, no es ser indiferentes; es reconocer en todos buenas intenciones por distintos procedimientos, y egoísmos particulares y de partido, de que el hombre y las corporaciones no prescinden; y así como no nos correspondo gloria alguna en los aciertos, tampoco aceptamos la responsabilidad de los errores. Somos historiadores, no personas que influyen activamente en los hechos, que unas veces nos hacen padecer y otras reir. Como sucede en todo cambio do política, la diferencia sensible por de pronto es que han cam- Anterior Debcmos una satisfacción al ministro de Gracia y Justicia, Sr. Marqués de Toverga. Habiéndole atribuido un periódico el propósito de indultar de la pena capital á todos los reos durante su Ministerio, nos pareció mal, no el propósito, quo tenemos tan buen corazón como cualquier filántropo de boquilla, sino el programa, que anulaba casi oficialmente un castigo vigente on el Código penal y quitaba al Trono la más popular de sus prerrogativas, la del perdón. Si en el fondo el Sr. Marqués de Teverga insistió en sus buenos sentimientos, cosa es probable; pero lo cierto es que en el indulto, que nos llena de júbilo, á tres reos de muerte que debían ser ejecutados en Santoña, ha ocultado noblemente su intervención, que hubo do sor muy eficaz, dojando á la Reina todo el valor de aquel acto generoso, tan adecuado á sus sentimientos naturales. 22 MAYO 1901 ción, en que ha ganado en influencia y perdido en significación moral: ó es un negocio ó un fracaso; si lo primero, no se exige al periódico la virtud llevada al sacrificio, sino un pretexto razonable para disculpar sus evoluciones; en el caso presente no sabemos si se trata de hechos ciertos de transmisión de derechos inevitables ó de disidencias personales. En cuanto á la travesura del Conde Lur de Saluces, tendrá la importancia que sus enemigos la concedan; nos parece que los orleanistas abusan de este género de sorpresas, más para entretener, que para conseguir nada formal. En París ha triunfado el andarín blanco y francés, do otro célebre andarín negro y extranjero. Las apuestas fueron grandes, y hubo ganancioso que quiso besar los pies al vencedor, que es hoy el campeón del Universo. Desconozco la insignia con que esta dignidad se representa ¿Un par de botas de honor? ¿Una tibia de oro? ¿Las alas inferiores de Mercurio? La verdad es que esas piernas vencedoras no deben pisar o I barro como las demás piernas vulgares, y no me extrañaría ver estampada en algún periódico, como la mano del gigante, la huella de esos pies. Dan ganas de cantarle: ¡Qué pies tiene ese mozo! ¡Cara vi! ¿Quién se los calzará?, etc. Cuando se tienen pies tan notables y que ganan en una sesión tanto dinero, hay que conservarlos para que duren. No se puede usarlos á diarlo como los de un simple transeúnte. —¿Y qué haría usted si los tuviera? —Andaría de cabeza. Refiéreso estos días que una familia desgraciada compró un colchón escuálido y tan duro, Entre las personas conocidas que han fallecido que hubo necesidad de deshacerle. Y exclamaba en estos días, tenemos que despedir á un amigo la familia: querido, D. Manuel Pérez Seoane, conde de Go— Todo se vuelve duro para el pobre, hasta la mar: ni su edad, ni el estado de su salud, nos ha- lana. cía presentir esta desgracia la última y reciente Y rodaron por el suelo unas monedas, y otras, vez que le encontramos á la puerta del Casino. y otras, hasta la cantidad de seis mil duros. Había sido diputado á Cortes con el partido libeLa prensa divulgó la noticia, y se notó que haral, y parecía indicado por sus condiciones per- bía este año menos mendigos que otros años en sonales á puestos de importancia, que su prema- la pradera de San Isidro. tura muerto lo ha impedido obtener, y su carácEra que todas las familias desgraciadas estaban ter altivo había retardado. Era un buen caballero, deshaciendo sus colchones. de esos quo van faltando ya: reciban nuestro pésame la condesa viuda D.u Angela de Villalobos, su hijo el nuevo Conde de Gomar, sus hermanos Al ir á exhumar los restos de un pariente en el los Condes de Velle y sobrinos, su cuñado don cementerio de una capital de provincia, vio la faJosé de Villalobos y toda su distinguidísima fa- milia con indignación que la caja estaba vacía. milia. — ¡Esta tumba ha sido profanada! — repetían coléricos los parientes del difunto. El conserje, pálido y confuso, pensando en su La Exposición de las pequeñas industrias ma- responsabilidad, no sjibíii qué decir; de pronto drileñas que inició y realizó El Fomento de las volvieron los colores á su rostro y dijo con su Artes, é instaló el distinguido arquitecto Sr. Ca- voz más amable: bello y Lapiedra, es una buena obra y do bas— Tomen ustedes asiento, que pronto ha de tante utilidad. No la hemos visitado aún, porque volver. su inauguración coincide con este escrito, y sólo —¿Quién? podemos hacernos cargo de un hecho que nos pa— El pariente: hoy es día de elecciones, y casi rece interesante. Madrid es un pueblo laborioso todos los de casa salen á votar. que tiene la fama de holgazán, porque vienen á JOSÉ FERNÁNDEZ BREMÓN. recrearse on él los haraganes do toda la Península, y no fue justo Luis Eguílaz cuando dijo en Verdades amargas: NUESTROS GRABADOS. Madrid es una caldera, Pero de inmenso tamaño, En donde el oro do España MADRID: MANIOBRAS MILITARES. — ( V é a n s e IOS Derriten los cortesanos. grabados de las págs. 305, 308 y ,'309, 312 y 313, y Y la verdad es que los madrileños son los que el artículo correspondiente en la 314.) menos disfrutan de Madrid y menos intervienen en los negocios. Por lo demás, la estrofa se ha BELLAS ARTKS. hecho vieja por citar el oro, metal ya imaginario. Valiente escándalo el que están promoviendo en Francia, por un lado, la aparición en París del Conde Lur de Saluces, y por otro, la pugna de los accionistas de El Fígaro entre sí, al disputar si entre ellos se ha dejado penetrar un núcleo de accionistas alemanes. A primera vista parece que no hay inconveniente en que entren á parte on las ganancias del negocio tenedores de esto ó del otro país; pero el copo de las acciones de El Figuro por alemanes haría repulsivo en Francia al periódico más parisiense de aquella capital, y no se explica que hayan divulgado el secreto los interesados en que no padezca el prestigio de la Empresa, sobre todo en una cuestión que han de resolver los accionistas en privado, y siendo de interés común la popularidad de aquel diario. Pero el periodismo ha hecho una evolu- Inicio La jara de lux I-'uero* df Vizcmju pur íx<tbel I de Candila, cuadro de Macario Marcoartú. Página SKI. El cuadro de Macario Marcoartú cuya copia publicamos, pintado por encargo de la Diputación vizcaína, representa el momento en que Isabel I de Castilla, señora de Vizcaya, jura sobre la cruz y los Santos Evangelios, en presencia del Sr. Vicario y sus ministros, ante el alcalde, corregidores, caballeros, damas, soldados y pueblo, guardar, así á la villa como al Señorío de Vizcaya, todos sus fueros, privilegios, libertades, buenos usos y costumbres, según y como guardaron los gloriosos royes sus antecesores. Tuvo lugar esta ceremonia en el llamado Portal de la Tendería, por la parte de la plaza del Mercado, portal próximo á la casa-palacio desde la cual mandó arrojar á la mencionada plaza el Siguiente LA ILUSTRACIÓN 22 MAYO 1901 cadáver del infante D. Juan el rey D. Pedro I de Castilla. Celébrase mucho el cuadro del Sr. Marcoartu, tanto por la acertada disposición de las figuras de tan difícil composición, como por la fidelidad de la indumentaria y el carácter de época que tienen todos sus detalles. Luí a hínox de JCUIÍK, cuadro de Antonio Filtol Granel. Página 317. Publicamos una copia del cuadro de Antonio Fillol, Los amigos de Jesús, que ha obtenido en la actual Exposición de Bellas Artes consideración de medalla do primera clase. Muy justos elogios ha merecido este cuadro por el vigor con que están pintadas las figuras de los humilde*, que fueron siempre los predilectos amigos del Redentor; pero lo verdaderamente asombroso en este lienzo es el efecto de luz que penetra por la puerta en cuyo umbral aparece la mística figura de Cristo. MAUIETTE SULLY. Página 320. En la compañía de opereta francesa que, bajo la dirección del famoso artista parisiense Luis Postier, actúa en el teatro de la Princesa, obtiene grandes aplausos la primera tiple Mariette Sully, cuyo retrato publicamos. Su verdadero esprit, primorosamente educado para el arte, á más de su gracia seductora, la ha granjeado en París el título de la mayor estrella del género cómico-lírico, y es el alma del teatro del Chátelet. Su repertorio predilecto lo constituyen las obras Rip, :>K jours de Clairette, Pamir ye, Poupee, Orand Moyol, Quatre Filies, Aymon. Veroñique y Les P'tites Michu. CARLOS LUIS DE CUENCA. LETRAS Y ARTES ESPAÑOLAS EN EL SIGLO XIX LA POESÍA LÍRICA Y ÉPICA EX LA ESPAÑA DEL SIGLO XIX (1). VI. Era el año cuarenta, en que yo escribo, De este siglo que llaman positivo, Cuando el que viejo fue por la mañana, En vez de hallarse la cabeza cana Y arrugada la frente, Se encontró de repente Joven al despertar, fuerte y brioso Desde el momento en que ocurre esta rara trasformación del héroe de El Diablo Mundo, hasta algunos años después, supongamos que hasta 1850, hay en España un período de fiebre poética, que se apodera epidémicamente de no pequeña parte de la clase media. Los versos fueron como nunca gustados y aplaudidos. Entraron en la vida real y se combinaron con los más vulgares sucesos, las visiones y los sentimientos exaltados, que aparecían brillantes y seductores Pollos adornos del metro y de la rima. Muchos de los poetas que florecían entonces han vivido y escrito hasta terminar, ó casi hasta terminar aquel siglo. Después han aparecido otros de no menos briosa inspiración, no menos originales, y dotados sin duda de mayor saber y de más juiciosa y elevada crítica. Y sin embargo, la popularidad que alcanzaron los poetas á mediados del siglo xix, el entusiasmo que despertaron, el influjo que ejercieron y la resonancia que tuvieron sus composiciones, hacen, si lo comparamos con la ulterior y fría indiferencia, que la poesía entre nosotros aparezca hoy, si no muer«i» sorda, abatida y desmayada. Bien puede afirmarse que, en el ya marcado decenio, culminó la poesía española como sol espléndido en su fervoroso meridiano. Desde entonces la poesía viene v n i ™ í?a t l• ay d ol edí ? a n d o s u Poder á la prosa. El f°' g e ella, le retira su atención y le tima o le niega su aplauso. Y del seno de la Í dyeec andente, de las canciones, odas, romans q u e a ena „ P s ya se leen, se celebran compran, renace la epopeya pedestre y pro(1) Véase el núm. XVII. Anterior ESPAÑOLA Y AMERICANA saica; la por muchos años descuidada entre nosotros y casi olvidada novela. Tal vez la poesía, en aquel período de exaltación y de triunfo, tuvo aspiraciones más altas de lo que sus fuerzas consentían y del estado de los espíritus en la complicada civilización de la edad presente. En las primitivas edades, Orfeo amansa las fieras y hasta suspende y embelesa á las Furias del infierno; Anfión edifica al son de la lira los muros de las ciudades; Femona; y Manto y las sibilas dan en verso sus pronósticos, los sabios pronuncian en verso sus sentencias, y en verso se dictan leyes y se muestran y abren los caminos de la vida. Todo esto presupone en aquellos antiquísimos vates una infusa, rara y sobrenatural sabiduría. Con la misma pretensión, sino seriamente sentida, expresada al escribir en verso, los poetas del romanticismo se dejan arrebatar del estro con tan extraordinaria violencia, hieren tanto al Pegaso con el acicate y le dejan correr tan á rienda suelta y sin freno, que más bien que guiar, extravían al público que atiende á sus lecciones. Harto sé yo que, como dice Bretón de los Herreros, no deben medirse los raptos líricos con el compás de un yeúmeíra; pero, aun así, queda en pie y persiste sin resolver cierta duda: hasta qué punto el poeta entusiasmado, en un delirio que generosamente calificaremos de divino, puede contradecirse á cada instante, no ser en verso razonable como en prosa lo sería, y aparecer ora progresista, ora retrógrado, ora creyente, ora ateo, ora poniendo todas sus esperanzas en el porvenir, ora alabando lo pasado y lamentando que ya no sea. Para Espronceda, como para muchos otros poetas de aquel período, las más altas creencias religiosas son ilusiones perdidas. Dios, cuya existencia á veces se niega, se enoja otras veces, en opinión del poeta, porque el poeta estudia algo de filosofía, como si Dios no gustase de que filosofásemos, y le castiga haciendo que sólo crea en la paz de los sepulcros, que palpe la realidad y que halle la duda. El concepto de la mujer carece de término medio en la mente del poeta; la ve limpia, radiante, vestida de resplandores celes^ tiales; la toca y la convierte en seguida en podredumbre y en lodo. Para que la mujer sea feliz es indispensable que sea estúpida. Cuando no lo es, es un ángel que tiene que estar llorando siempre. El poeta la quiere, la adora, la ensalza y la insulta ferozmente en la misma composición y á renglón seguido. Véanse, si no, los versos á Jarifa en una orgia y A Teresa, las dos composiciones líricas ó elegiacas más bellas de Espronceda y las que muestran más enérgicamente la desenfrenada inspiración de su genio. Sus contradicciones son pasmosas y se encuentran en sus versos á cada paso. Ya imaginamos que Espronceda es un revolucionario, librepensador, irreligioso y anarquista; ya que es ó quiere ser un santo, embelesado con La fe, la religión, bálsamo suave Que vierte en el espíritu consuelo. En ocasiones desdeña lo que fue, y sueña con abrir nuevos senderos á la errante humanidad; y en ocasiones habla, canta ó llora como pudiera un tradicionalista ó un fraile exclaustrado: ¡Ay! Solitario, entre cenizas frías, Mudas ruinas, aras profanadas, Y antiguos derruidos monumentos, Me sentaré cual nuevo Jeremías, Mis mejillas en lágrimas bañadas, Y romperé en estériles lamentos. Otra de las manías del romanticismo es el aborrecimiento de los estudios: la idea más ó menos terminantemente declarada de que es inútil cuanto en los libros se aprende, y que si no es inútil es nocivo para el poeta. Abrumado con el peso de cuanto lia leído, no puede remontar el vuelo; ocupada su mente con las nociones adquiridas, no puede tener originalidad ni conceptos propios; y, fatigado su entendimiento en la tarea de recoger, ordenar y clasificar las verdades ya descubiertas por otros, pierde la valentía y el vigor convenientes para lanzarse á lo desconocido, y columbrar precientíficamente los más obscuros misterios y el porqué y el cómo de todo. Al lado de Espronceda, si no como discípulos, porque arte tan libre y tan aborrecedor do la enseñanza no consentía que se formase escuela, aparecen, como admiradores entusiastas siguiendo la misma dirección y formando grupo, varios otros poetas menores dignos de conmemoración y de elogio. Es uno de ellos el general D. Antonio Inicio N.° xix — 307 Ros de Olano, cuya vida militar y política y cuyas novelas en prosa han venido á eclipsar la fama de sus versos. Dejándose llevar de la corriente contraria á la poesía no bien empezó á manifestarse, y procurando combinar las alambicadas sutilezas de estilo en los ensueños de Quevedo con la extravagante virtud de Hoffmann para crear personajes misteriosos y para imaginar lances extraños, Ros de Olano compuso El diablo las carga, El ánima de mi madre, y por último, El doctor Lañuela. Otro más fiel y constante cultivador de la poesía lírica, que bien podemos colocar en el mismo grupo, fue el célebre actor I). Julián Romea. Sus versos son elegantes, discretos é inspirados aveces. Tal vez el estruendo de los merecidos aplausos que Romea obtuvo como actor, impidieron que resonasen las justas alabanzas que como á poeta se le deben. Y tal vez la moderación de su lirismo, su juiciosa crítica y su delicado buen gusto, haciéndole esquivar las rarezas y las extravagancias de moda, impidieron que apareciese bastante original é inaudito, y que llegase á ser como poeta lírico muy conocido y estimado del vulgo. Esta desatención y este olvido, si alguna lástima inspiran, no es por Romea, sino por el vulgo en general, cuyo atinado sentimiento de la poesía y cuya capacidad para comprender sus bellezas no quedan en muy buen lugar. Las composiciones de Romea, aunque escritas en pleno romanticismo, tienen la sobriedad, la sencillez, el primor y la tersura de nuestra mejor poesía clásica. Los versos religiosos están impregnados de piedad ferviente y sincera; hay en los de amores la más viva y delicada ternura, y en los dirigidos á Zaragoza entusiasta cariño á la patria, á la libertad y á las acciones heroicas, sin exageraciones ni extravíos. Romea, por último, siente y comprende la hermosura del universo visible, expresándolo con nitidez y profundidad, y casi siempre sin falsa ó vnna palabrería. El más allegado á Espronceda en el mencionado grupo fue D. Miguel de los Santos Alvarez, cuyo natural ingenio, acendrado buen gusto y demás prendas de escritor y de poeta fueron, á mi ver, superiores á los de la mayoría de sus más ilustres y celebrados contemporáneos, pero cuya desidia, abandono, precoz desengaño de lograr como escritor fama y provecho y menosprecio desdeñoso de este provecho y de esta fama, hicieron punto menos que estériles aquellas prendas excelentes con que le había dotado el cielo. Admirador sin reparo de su amigo Espronceda, siguió sus huellas, ó mejor dicho, se le adelantó en lo desordenado y extravagante. A pesar de todo, en lo poco que escribió D. Miguel de los Santos Alvarez, más bien como jugando y á ratos perdidos que con persistencia y seriamente, se advierten la marca ó el sello de un ingenio muy delicado y aristocrático, que sin la carencia de fe en su propio poder hubiera producido los frutos más sazonados y ricos. Tal vez tuvo Alvarez, para disculpar ó justificar su pereza, menos fe aún que en su ingenio, en el atinado criterio y en la afición del público á la buena literatura. La gloria que por la poesía se consigue le pareció tal vez más difícil y más vana que á Leopardi en el discurso tan desconsolador y tan escéptico que escribió sobre esta materia. De todos modos, y sin investigar más la causa, es lo cierto que Alvorez compuso su única obra en verso de alguna extensión, sin trazar, al parecer, plan alguno, casi sin saber dónde iba ni qué se proponía. Imitando á Espronceda, acaso pensó y dijo: Allá van versos donde va mi gusto. Sin reglas ni compás canta mi lira. En el poema María, del que Alvarez escribió solo y nos legó el canto I, la extravagancia va más allá de lo inverisímil y frisa en loa absurdo. En un lupanar, cuya directora es D. Tomasa, vive la más inocente, pura, santa y virginal jovencita que imaginarse puede. Tal es María, sobrina de la mencionada directora, la cual la tiene encerrada, no sabemos cómo, en apartado y único limpio rincón de su inmunda casa: Donde no llega el discordante ruido De las alegres bromas de Cupido. Allí María, ignorante del mal, cultiva las flores, habla con los ángeles, finge y sueña aventuras del cielo y goza de místicos y espirituales amores. Como el poema se para aquí y no pasa adelante, nos quedamos también por averiguar en qué paran los misticismos de María. Y más vale así, porque, al leer lo ya compuesto, el lector menos escamón recela y presiente una catástrofe y está con el alma en un hilo. Como yo tengo Siguiente 308 — N.° xix LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA 22 MAYO 1901 ACADEMIA DE CABALLERÍA. ACADEMIA DE INFANTERÍA. ACADEMIAS DE ARTILLERÍA E INGENIEROS. ACADEMIAS DE LA GUARDIA CIVIL Y CARABINEROS. MADRID. —LAS MANIOBRAS MILITARES.-LOS DESFILES. (De fotografías.) Anterior Inicio Siguiente ALUMNOS DE INFANTERÍA EN LAS TRINCHERAS. S. M. EL REY Y EL ESTADO MAYOR GENERAL. MADRID.-LAS MANIOBRAS MILITARES. (De fotografías.) Anterior Inicio Siguiente 310 — LA ILUSTRACIÓN xix la manga muy ancha, ora presumo que en la vida real todo es posible, ora me explico como simbólico ó alegórico el asunto del poema María, y decido que está bien; pero esto no obsta para que jueces más severos que yo le califiquen do disparate. Y sin embargo, lo mismo que yo, no pueden menos de pensar estos jueces severos, si por dicha sienten y comprenden la poesía, que la poesía se halla difundida y resplandece en no pocas octavas del poema con notable elevación y brío y con gran delicadeza de afectos. En la parte cómica hay en este poema trozos que son modelo y dechado de gracia espontánea, y de originalísimos y naturales chistes. La descripción de doña Tomasa es, en mi sentir, de lo más ameno y urbanamente desenfadado que en verso castellano puede citarse; y las irónicas alabanzas del uni verso visible, do los objetos que en él se ven y de la Providencia que los ha creado y los sostiene, son alabanzas, aunque irónicas, tan graciosas y tan sin hiél, que el más piadoso creyente, no sólo las perdona, sino las aplaude y las ríe, declarando que cuanto Meñstófeles dice á Dios, burlándose do sus obras, en El prólogo en el cielo, no vale un pito y es soso y sin chiste, comparado con lo que Alvarez dice. El interés y el gusto con que por entonces no pequeña parte del público oía ó leía los versos, apenas se concibe ahora. Entonces poco se había estudiado y se sabía poco; pero había una candorosa afición á la ciencia, ya que no al estudio, y un amor y un entusiasmo por el arte que rayaban en frenéticos. ¿Apellidarse socio quién no ansia Y en las listas estar del Ateneo? ¿Y quién, aficionado á la poesía, No asiste á las reuniones del Liceo? Y á la verdad, no sólo en el Ateneo y en el Liceo, sino en tertulias literarias a nativitate, ó que se convertían en literarias, se recitaban versos que se escuchaban con admiración y eran muy celebrados. Lo nebuloso é indistinto de las ideas y la incoercible vaguedad de los conceptos solían prestar á estos versos su mayor hechizo. Cada cual, y sobre todo las mujeres, se los explicaban como les daba la gana; arrullado el oyente por el sonsonete ó la melopeya, imaginaba lo que era más de su agrado y se deleitaba, gozando de ello, en éxtasis ó en arrobo. Tales coplas sugestionante* y llenas de misterios llegaron al colmo de su perfección cuando se escribían para que se recitasen, y luego se recitaban al compás de un vals, de una polca ó de otra sonata por el estilo. Quien puso de moda este consorcio de la poesía y de la música, y quien logró por él triunfos envidiables, fue un joven tan gallardo como discreto, nacido en una familia de notables artistas, y de tan distinguida y hermosa presencia, que se parecía al retrato de Antonio Van Dyck tal como le pintó el pintor mismo y como en nuestro Museo se conserva. Este joven, que sobresalió más tarde como jurisconsulto, sabio conocedor de la ciencia administrativa, arqueólogo y juicioso y erudito crítico de Bellas Artes, recitaba al piano con voz sonora y simpática esta clase de versos musicales de su propia cosecha. Como, según la Condesa Trifaldi, sucedía en Candaya con las seguidillas, «allí era el brincar de las almas, el desasosiego de los cuerpos, y, finalmente, el azogue de todos los sentidos». Floridas estancias, alabastros con cien astros, suspiros, melodías y otros primores, encantaban, deleitaban y fascinaban. El poeta que recitaba así sus composiciones con música, como se dice que Cayo Graco pronunciaba sus arengas, era el ilustre D. Pedro de Madrazo. Así cundió entre las mujeres la afición á la poesía. Muy lindamente recitaban algunas al piano los versos de Madrazo, y más tarde los de D. Francisco Camprodón. Y no contentas las más inspiradas con recitar versos ajenos, se lanzaron á componerlos propios, y llegaron á componerlos muy bonitos. Hubo varias poetisas, y no puedo menos de citar y de encomiar aquí á las dos más egregias. Fue una D.a Carolina Coronado, cuya inocente candidez, combinándose con un vivísimo sentir amoroso, semiterrenal y semimístico, presta pasmoso hechizo á algunas de sus composiciones. Allá en su juventud primera, en el tránsito de niña á mujer, en la esquiva soledad de los campos y á orillas del Gévora, so diría que la musa extremeña evoca al Genio del amor con más virtud teúrgica que le evocó Yáinblico en las fuentes do Gadara. Mi amor de los amores os un idilio suave y lleno do misterios. Su irrellexiva espontaneidad hace que parezca sobrehumano: inspirado por el amor mismo. Fue la otra poetisa D.:i Gertrudis Gómez de Avellaneda. Tal vez se diga que no me incumbe Anterior ESPAÑOLA Y AMERICANA hablar de ella aquí porque no es española peninsular, sino cubana, y porque ha de estar encomendado á otro escritor el tratar de los poetas hispanoamericanos en esta Revista. Difícil, casi imposible, es, con todo, pasar en silencio y no mentar sino el nombre do figura tan clara y tan gloriosa en nuestras letras. Es cierto que olla nació en Cuba, pero también nacieron en América Ventura de la Vega, Juan de la Pezuela, Antonio Ros de Olano, José Ileriberto García de Quovedo, Rafael María Raralt, José Güell y Rentó y otros que florecieron y brillaron en España, y que si los borrásemos del cuadro de nuestra historia literaria, el cuadro quedaría incompleto. De la Avellaneda hay más razón aún para no prescindir. Como novelista, como autora de dramas y, sobre todo, como poetisa lírica, tuvo y tiene capital importancia entre nosotros. No es meramente regional, sino universal y central su gloria. Cuantos son hoy los pueblos ó naciones donde se habla y se escribe la lengua de Castilla, pueden y deben envanecerse de esta mujer, y estudiar y admirar sus escritos. Si exceptuamos á Santa Teresa, jamás hubo en España mujer alguna que compitiese con ella escribiendo. Años há que le dedicó un extenso estudio quien dicta ahora este artículo. Hoy, al leer de nuevo los versos de la Avellaneda, no hallo desmedido el elogio que les di entonces. En la admiración que me le había inspirado me precedieron don Juan Nicasio Gallego, D. Nicomedes Pastor Díaz y otros no menos entendidos y autorizados críticos. Y, por último, D. Marcelino Menéndez y Pelayo, en la hermosa introducción que compuso para la Antología de poetas hispano-amcrieanos, publicada por la Real Academia Española, no contento con citar, aprobar y confirmar mi juicio, encarece y colma el conjunto de mis alabanzas con otras no menores y más elocuentes y fundadas. No considero, pues, exageración repetir lo que entonces dije: que nuestra poetisa no tiene rival, ni aun fuera de España, á no ser que retrocedamos hasta las Safos y Cormas de los más gloriosos tiempos de Grecia, ó busquemos en la Italia del Renacimiento la gentil figura de Victoria Colonna. Y es aún de advertir que los versos de la Avellaneda, como nacidos en edad más reflexiva y de más complicación de ideas, están libres de aquella serenidad etérea, pero algo fría, que tienen los de la Marquesa de Pescara, y mueven más hondamente el alma por la contraposición entre el ideal soñado y la prosaica realidad de las cosas. Tres son las principales fuentes de la inspiración de la Avellaneda: el amor humano, el amor divino y el entusiasmo por el arte de la poesía, que ella profesaba. Hasta el mismo desaliento, la desesperación byroniana y el hastío que á veces la inspiran, nacen de esta pasión mal pagada, de esta sed inextinguible que no halla donde calmarse en la tierra, de esto afán de adoración y de afecto que no descubre objeto adecuado y digno á quien adorar y querer. Desde el amor indeterminado sin objeto aún, hasta el amor ofendido, humillado y escarnecido, que levanta la voz con acentos de inmortal arrogancia mezclados con otros de tierna sumisión enamorada, no hay cuerda del alma que no vibre potente y sonora en las canciones de la excelsa poetisa, que en lo elocuente, fervoroso y sincero de la expresión no cede á ninguno de los románticos, ni á Alfredo de Musset en Francia, ni á Espronceda entre ios nuestros. «Sección riquísima en las poesías de la Avellaneda—dice Menéndez y Pelayo—constituyen sus versos religiosos; de imitación bíblica los de su juventud, en los cuales, no sólo hay extraordinaria pompa de imágenes y grandilocuencia y valentía, sino elevadísimos conceptos teológicos expuestos con rara precisión; místicos ó afines al misticismo los de su vejez, en que su fe, siempre ardiente y robusta, fue tomando carácter más íntimo y abismándose cada vez más en el torrente de la contemplación. La diferencia entro ambos períodos puede reconocerse tomando por tipo del primero el asombroso canto .1 la Cruz, en que el beneficio de la redención humana está considerado principalmente desde el punto do vista social ó histórico; y como tipo del segundo los versos que se titulan Dedicación de la lira, á Dios.» Esta segunda y suprema manifestación del espíritu religioso en las poesías de la Avellaneda, ha sido hasta hoy poco estudiada y menos enaltecida. El P. Rlanco García apenas celebra lo místico, si bien, como es justo, pone por las nubes lo bíblico y lo ascético. Concede á la Avellaneda la sencilla y oculta sublimidad del maestro León, y, prefiriendo los versos religiosos de la poetisa cubana á los de Lamartine y Zorrilla, cuya fiel y Inicio 22 MAYO 1901 constante ortodoxia pone en duda, acaba de esta suerte: «En las imitaciones de la sublime poesía hebrea permanece su espíritu casi intacto; se escuchan la salmodia del Profeta Rey y las lamentaciones del pueblo escogido, y ge respiran los aromas del Sarón y del Carmelo.» Todavía en aquel período de extraordinaria y fecunda animación poética hubo y descolló un vate, quo no fue más que vate, que consagró á la poesía su vida entera, que la tomó por profesión ú oficio á !a manera de los antiguos trovadores, y que, sin sostener aquí que valía más ó menos, fue más popular en lo dramático que García Gutiérrez y Hartzenbusch, más leído y celebrado que el Duque de Rivas en lo legendario, y casi estoy por afirmar que más admirado en lo lírico que Espronceda y la Avellaneda. Su alta reputación y su envidiable fama persistieron sin eclipse hasta que terminó la vida mortal del poeta. Y por cuanto podemos columbrar y ver en el porvenir, su gloria le sobrevivirá sin menoscabo en el presente siglo y acaso en los futuros. Tal consistencia y tal dilatación de su fama, se deben sin duda á que nadie como él logró tener reconcentrada en el alma, por manera no meditada, sino inconsciente y genial, ya que no divina, el alma colectiva de su pueblo, tal como fue en la edad que él vivió, con todas sus creencias, ensueños, aspiraciones vagas, tradicionales fantasías, vanidades y jactancias. No como figura retórica, sino como hecho real, pudo decir y dijo D. José Zorrilla, quo éste es oí poeta de quien hablamos: El (íenio ardiente que en mi pecho habita, La palabra me da que os doy escrita. Hasta en lo incomprensible, alambicado y tenebroso de no pocas de las cosas que dice, cuando se pone á meditar y á expresar lo que medita, hay un poderoso inexplicable hechizo que cautivaba entonces á la muchedumbre. ¿Qué serían ó qué significarían Aquellas horas sin horas En que nuestras horas cesan, Horas que en el alma pesan Como inmensa eternidad; Unas horas sin Oriente, Sin Occidente y sin nombre, En que atosigan al hombre La mentira y la verdad'/ Al presuponer la aparición en su tiempo de un bardo tan colosal como Cervantes, el cual se hubiera quedado absorto, sin comprenderlo y con la boca abierta si le hubiesen llamado bardo, ¿qué nos quiso Zorrilla dar á entender al encargar, no se comprendo bien si á Cervantes ó al bardo nuevo, que en el día del juicio final, Cuando al eco atronador De la funeral trompeta So junto el mundo en un vallo, Mándale al mundo que calle Y di le que era un poeta? Sin afectación, sin farsa, sin posse, como IJnudelaire, corno el mismo Víctor Hugo y otros románticos franceses, sino con asombroso candor y natural sencillez, Zorrilla, no sólo siente y nos hace creer que siente dentro de su propio ser el numen, el demonio, el espíritu que le agita, que le infunde extraños pensamientos y que desata luego su lengua en inauditos y melodiosos cantos, sino que se nos muestra circundado de visiones, fantasmas, vestiglos, ángeles y diablos, que ora le exaltan, ora le atormentan, ora le deleitan, ora le aterran. El poeta aparece, ya como energúmeno ó poseído, ya como obseso. Y en la descripción de estos seres sobrenaturales que, ó bien penetran y se filtran en su espíritu, ó bien le rodean, giran, se mueven y danzan en torno de él, su imaginación enorme y la abundancia y la fuerza de su brillante estilo, tienen tal magia que nos hacen ver, como á él, á esos seres vagos é informes, cuya tenebrosa esencia para él y para nosotros permanece oculta. Sueño, estrella ó espectro, ¿quién eres? ¿Qué buscas, fantasma, qué quieres do mí? ¿No hay sin ti ni dolor ni placeros? ¿No hay lecho, ni tumba, ni mundo sin ti? En la obscuridad de la noche, en el estampido del trueno, en el ruido del viento y en el sonar de la lluvia contra los cristales de su ventana, oye el poeta á los espectros y á los duendes, y en el azulado y rápido fulgor do los relámpagos entrevó sus formas monstruosas, ya de hermosura que seduce, ya de fealdad horrible que amedrenSiguiente LA 22 MAYO 1901 tn v pono grima. En medio de este enjambre tumultuoso de creaciones fantásticas se destaca siempre la principal visión, que no se llega á averiguar quién sea, pero que ejerce raro y decisivo influjo en la vida del vate, el cual exclama dirigiéndose á ella: Quienquier que seas, vano pensamiento, Mujer herniosa que soñando vi, O recuerdo ó tenaz remordimiento, Ni un solo instante viviré sin ti. Si eres recuerdo endulzarás mi vida, Si eres remordimiento te ahogaré, Si eres visión te seguiré perdida, Si eres una mujer yo te amaré. Por más que aspiremos á la concisión y brevedad en estos artículos, poeta tan fecundo, tan inaudito, y en cierto modo tan único, requiero y exige que nos detengamos más en el estudio do sus obras si liemos de acertar á juzgarlas como merecen. Dejamos, pues, para nuevo artículo el proseguir hablando de D. José Zorrilla. JUAN VALERA. LA ORQUESTA FILARMÓNICA DE BERLÍN. L A impresión que las sesiones musicales dadas en el teatro Real por esta notabilísima Sociedad han causado en el público—poco numeroso, por cierto, en las tres primeras —casi raya en asombro y extrañeza de que, teniendo por norma invariable de conducta perfecta ejecución y propósito firme de hacer de muchas voluntades una sola, se logre producir sonoridad intensa y llegar al límite de lo más acabado y concluido. Y, como es natural en estas cosas, viénese á las mientes la comparación, y por tal camino unos van á la amarga censura de lo propio y otros al desconsuelo que motiva ver cuan superior es lo ajeno. Ambos extremos son erróneos en tesis general, pues que los dos, el que toca á las imperfecciones de lo nuestro y el que atañe á la susodicha más grande valía, tienen su explicación lógica en algo que coge por entero —preciso es confesarlo aunque nos duela - á todos los que sienten, piensan y quieren en esta patria nuestra. Las obras del espíritu, á quien empuja y espolea el trabajo, necesitan para adquirir su grado máximo de esplendor desarrollarse dentro de ciertas condiciones que pudiéramos llamar internas y externas: son las primeras idea concreta y sucesiva siempre hacia un mismo tin; amor entrañable á esta idea; persuasión consciente de que se cumple un deber realizándola, y pulimento constante de los medios que habremos do emplear para obtener tal resultado; y las externas, estímulo que nazca del aplauso, ya lo origine un goce de la sensibilidad, ya lo promueva el bienestar material que proporcione el invento, y amplia atmósfera de benevolencia y cariño formada por una gran masa de gentes que á la par admire y premie con premio eficaz. Y estas condiciones generales en cuanto signifiquen energía genial en las múltiples esferas de la actividad humana, ciñóndose al arte hácense más estrechas y precisas, pues la influencia de la obra artística únicamente se ejerce sobre un limitado círculo de personas, que, por serlo así, hállanse obligadas á darla el realce que merece, porque representa su propio sentido estético, y por ende un paso de avance en la cultura nacional. De semejante compenetración de deberes, entre el que crea y el que contempla, nace el común empuje y el afán de adelanto; y así comprendida la vida conjunta de un pueblo en el arte, en la ciencia, en la política, tanto por los de arriba como por los de abajo, cada capa social marcha por su comente en pos del límite que su ambición le traza, se forma un pensamiento serio de Progreso, y la suma de estas actividades deter1111 na su característica en el mundo. Por tan llana manera, y generalizando un poco la teoría, se expncan ciertas decadencias que parecen imposipies allí donde existen facultades equipotentes de inteligencia é imaginación, y se comprende cómo en unas partes se llega á hacer sensible lo ideal I en ^ r a s se estanca el espíritu en un estado de «certidumbre perezoso y dejativo, que es precursor de la más completa anulación. Pp ? S m u s ¡ c o s que hemos aplaudido en el teatro wfr. • I ° n cd ue a ul nl a p a í s e n <l ue e l a r t e s e enaltece y wnsidera prueba más legítima é innegas ^ genio. Allí no se exalta como en otros ai „ «compás de la moda que colma las medidas del Pintor, verbigracia, y olvida al músico y al lite- Anterior ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA rato; allí se rinde culto al que consagra su existencia al perfeccionamiento de una modesta aptitud, si ella ha de servir para que la totalidad de la obra resulte más grandiosa; allí se sabe sacrificar todo pujo de independencia y toda insana comezón de amor propio en aras de la verdad, por donde se gana la virtud de la disciplina, sin cuyo bien no hay triunfo posible, y allí, en fin, encuentra el arte ambiente donde moverse con holgura y fervorosas multitudes que por igual le otorgan admiración y recompensa. Hechos de este modo y vaciados en el molde que da la peculiar estructura del pueblo á que pertenecen, los individuos de la Sociedad Filarmónica de Berlín tocan por convencimiento, con el interés que pone el que ejecuta un deber que tiene raíz en el alma, y entregan sus facultades á la dirección del que proclaman jefe, que con tales elementos hace de su orquesta un instrumento de precisión. No hay, pues, que exagerar el asombro, ni menos convertirlo en demérito de nadie, pues por lo dicho se cae en la cuenta de la exacta consistencia de los términos comparativos, caso de que se establecieran. ¡Términos comparativos! En ese juicio de universal residencia que se llama común saber y pensar del mundo, siempre salimos perdidosos; y si alguna vez un destello sobresaliente en un arte determinado parece como que nos da derecho á ocupar puesto de honor al lado de los más altos, al volver luego los ojos á lo que detrás queda viénense al suelo las ilusiones, y con ellas las leyendas que nosotros mismos nos hemos fabricado y á las que somos tan propensos. ¿Pero acaso panoramas imaginativos y pobreza de invención fecunda no obedecen á causas que vienen de muy lejos y cuya influencia ejercítase sobre nosotros los actuales sin culpa nuestra? ¿No es cierto que esas condiciones generales de que antes hablaba, aquí casi se desconocen por falta de orientación fija en los diferentes órdenes de la voluntad y del pensamiento? Yo creo, con firme creer, que en aquellos países cuya cultura les coloca en primera fila, existe un misterioso coeficiente de propulsión que es debido á la unidad en la tendencia, la cual toma su vigor en la fe en sí mismos y en la confianza de su propio destino, que trasciende de abajo arriba y forma un medio social fuerte y serio y adecuado, sobre todo, para que en él fructifique la obra humana. Los que no encajan en un marco de esta especie habrán de conformarse con su poquedad, pensando en la manera de alcanzar lo que otros han conseguido y alcanzado. Sea como sea, y huyendo de reflexiones tristes, ello es que la orquesta berlinesa nos ha dejado la gratísima huella de lo verdaderamente hermoso, por sus dos cualidades esenciales de claridad y justeza. Los individuos que la forman son maestros consumados, desde el primer violín hasta el timbalero; se saben de memoria el repertorio que ejecutan, reciben constantemente el mismo impulso directivo, cada uno de ellos domina el instrumento que le está confiado, y así les es fácil esa suprema variedad de matices que hacen notar á un tiempo diferentes temas sin que el uno excluya á los demás. Para ello se armonizan con exactitud matemática los componentes de la orquesta; pues si la cuerda llena su cometido en punto á homogeneidad y entonación, sin que ninguno de sus instrumentos discrepe ni disuene del resto de la masa, permitiéndose filigranas de diseño y pianísimos graduales que parecen medidos con un compás, el metal, que es maravilloso, desafía los pasajes más difíciles, ataca, con la evidencia del que nunca yerra, las notas agudas, difunde el sonido por modo amplísimo, y luego la flauta, el oboe y el clarinete intervienen con la mayor delicadeza y perfección para dar al conjunto los acentos que al compositor le plugo poner en su partitura. Ninguno do los profesores descompone el cuadro, y ni por asomo se percibe un descuido. Van pendientes de la batuta de Nikisch, y se nota en ellos esa obediencia pasiva y disciplinaria que es prenda de acierto en la obra orquestal. Nadie pone á nadie el pie adelante; el que más sabe funde su saber en la entidad orquesta; tocan como unidos por un resorte que á la par tuviese la marcha regular de su función mecánica y las ondulaciones expresivas del pensamiento; y tal es el efecto útil de su potencia, que no queda una sola energía sin aprovechar hasta parecer centuplicado el sonido. Y si oslo se produce con un escaso número de ejecutantes, ¿qué sonoridades tan admirables conseguirá Weingartner, Nikisch, Zumpe, ó cualquiera de esos maestros que causan nuestra envidia, cuando dispongan de una orquesta nutrida de ele- Inicio N.° XIX — 311 mentos iguales á los que acabamos de aplaudir? Arturo Nikisch completa la orquesta filarmónica de Berlín. Es, sin duda alguna, un excelente director, la parte más principal de aquélla; pero como no le conocemos desprovisto de sus valiosos auxiliares, solo y á brazo partido con otros menos ligados á él que de antemano tuvieran juicio propio acerca de las obras que ejecutasen, necesario es avalorar su mérito tomándole como personificación genuína de los dirigidos, sin decidir si la soberbia arquitectura del edificio musical que levanta es la resultante de su iniciativa, ó si él resulta grande porque grandes son los que le rodean. La Filarmónica de Berlín aparece hecha de una sola pieza, sin resquicios por donde entre la censura, y lo mucho bueno que de ella se diga es como decírselo á su director, que representa la cúspide de una pirámide formada por la gracia, la galanura, la fuerza armónica y el más exquisito buen gusto. La fama, no obstante, de que viene precedido, sus brillantes campañas en Leipzig y Berlín, y los ruidosos triunfos que ha logrado, le confieren lugar preeminente entre los músicos europeos, que nosotros confirmamos con toda sinceridad. De las obras que Arturo Nikisch ha hecho oir en sus cinco sesiones, Beethoven y Wagner se han llevado la preferencia; y merced al conocimiento que de ellas tiene el público madrileño, le ha sido fácil apreciar la labor artística de la orquesta alemana. Alguien ha dicho en un periódico que jamás se ha tocado en Madrid la quinta sinfonía del gran maestro como en la ocasión presente; y aun cuando la afirmación parezca hiperbólica, hay que declarar, por lo menos, que tanto ésta como la séptima y la heroica, han alcanzado un límite tan justo y lleno de perfiles primorosos, que ningún inteligente, por dado á poner tachas que sea, puede quejarse. Lo mismo debe decirse de la música de Wagner, en algunas de cuyas piezas se han percibido efectos de robustez armónica — como, por ejemplo, en la overtura de Tannh'iuser, en la despedida de Wotan en el Buque fantasma y en la marcha fúnebre del Ocaso de ¡os Dioses—que produjeron en el auditorio casi la sensación de lo ignorado. Con impaciencia esperábase conocer cómo los berlineses comprendían á Wagner, pues que los alemanes pretenden ser sus más fieles traductores, y, sin embargo, aparte de las perfecciones antes apuntadas y de sus causas, no está muy lejos nuestro entender las obras de Wagner del modo con que Nikisch las interpreta. Por lo referente á Berlioz y á Tschaikowsky, aquél en la Condenación de Fausto (minuetto— baile de las silfides — marcha húngara), y éste en su magnífica sinfonía en mi menor, la orquesta de Nikisch hizo verdaderos prodigios. Es Berlioz un músico poco manoseado en España, á pesar de su brillante historia, y Tschaikowsky la personalidad más saliente del arte en Rusia. Ambos tienen puntos de contacto, si no en la forma de sus composiciones, que en nada se asemejan, en la dirección de sus ideales, pues que el primero aspiró á crear escuela y el segundo aspira también á crearla y quizás lo consiga. La Filarmónica de Berlín, al realzar la originalidad del uno y la frescura de motivos y la abundancia técnica del otro, ha demostrado cuan dúctil es y por qué manera sabe identificarse en todos los estilos por disparejos que sean. Cuento de nunca acabar haría del análisis detenido de cada uno de los números ejecutados por la Sociedad que dirige Arturo Nikisch, si á fijarme fuera en las bellezas de que alardeó en todas las partes de su repertorio, bastando con lo expuesto para darse clara razón del alcance de su extraordinario mérito artístico. ¿Se repetirán sus sesiones en la primavera próxima, como ya se dice? Muy de desear es para bien de la música y de sus adoradores; y si por semejante camino se llega á la mayor cultura musical y á la enseñanza que el estímulo alienta y el ejemplo excita, habremos de consagrar imperecedero recuerdo al vitoreado maestro Nikisch. También se susurra que en algún círculo aristocrático ha nacido el propósito de hacer una derrama mensual, á modo de suscripción, entre los verdaderos entusiastas de la música, con objeto de traer á Madrid, de vez en cuando, notabilidades artísticas de la altura y valer de la Filarmónica de Berlín. Dios quiera que la idea prospere, y que el afán legítimo de admirar lo de fuera haga pensar un poco en Jo de casa. E. GUTIÉRREZ-GAMERO. Siguiente 312 — N.° xix LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA S. M. E L R E Y . D . A L F O N S O 22 MAYO 1901 XIII. S. M. EL REY Y SU PROFESOR D. JUAN LORIGA. MADRID. —LAS MANIOBRAS MILITARES. (De fotografías del distinguido aficionado D. Antonio Cánovas del Castillo.; Anterior Inicio Siguiente S. M. LA REINA PASANDO REVISTA Á LAS ACADEMIAS MILITARES. S. M. D. ALFONSO XIII EN EL CAMPAMENTO. LA FAMILIA REAL PRESENCIANDO EL DESFILE. MADRID.-LAS MANIOBRAS MILITARES. (De fotografías.) Anterior Inicio Siguiente el 1Re\> en las maniobras militares. A continuación el Colegio de Carabineros jóvenes y el de oficiales del AS maniobras militares celebradas en Madrid han venido á constituir una actualidad realmente interesante. Aparte de la importancia quo mismo cuerpo. Con esto terminó el desfile de las Academias, y empezó el de la guarnipara la instrucción militar de oficiales y soldados tiene la práctica de estas marchas y simulacros, han dado esta vez ocasión á que se manifiesten las ción en el orden siguiente: El regimiento de lanceros de la Reina núm. 2, al galope, en columna de simpatías del elemento civil hacia el Ejército, y el interés que todo buen ciudadano debe sentir siempre por el mejoramiento de la institución á la honor. Los lanceros del Príncipe núm. 3, en la misma forma. que está encomendada la defensa de la patria. Húsares de Pavía, en igual formación. A estas circunstancias, que han dado gran relieve é importancia indudaSegundo regimiento montado, cuarto ligero y quinto montado, mandable á dichas maniobras, hay que añadir la muy principal de la asistencia do dos por el general Aguilar, comandante general de artillería. naestro joven Monarca, que, precisamente al entrar en el último año de Infantería: regimientos del Rey núm. 1, zapadores-minadores, León núsu menor edad, ha intervenido personalmente en los militares ejercicios de los alumnos de las Academias, cuyo modesto uniforme tuvo siempre á mero 88, Ceriñola núm. 42 y Vad-Ras núm. 50. Batallón de ferrocarriles. gala vestir en los actos públicos y oficiales á que ha concurrido dentro y Regimiento de San Fernando. fuera del real Alcázar. Cazadores de Barbastro y de las Navas, y regimientos de Asturias y Ya el lunes 13 acudió S. M. en carruaje al campamento de Carabanchel, acompañado de sus profesores, para presenciar las operaciones de las tro- Covadonga. Al terminar el desfile, las tropas vivaquearon en las inmediaciones del pas; y el día siguiente á la llegada de las Academias, se presentó en el campamento S. M. montando gallardamente á caballo, y revistó las tropas y los reducto llamado Muley Abbas, y S. M. el Rey so dignó honrar con su asisalumnos, los cuales desfilaron en su presencia, y mandó y dirigió en per- tencia el almuerzo de los alumnos y ocupó una de las cabeceras de la mesasona una carga del escuadrón do caballería; pero el día verdaderamente trinchera de jefes y oficiales. Al lado del Roy se hallaban las demás persosolemne fue el 16, en el que D. Alfonso XIII, con guerrera gris, pantalón nas de la Familia Real, y enfrento el general Woyler, agregados militares rojo y bota de montar, y cubierto ol ros con funda blanca, acudió al simu- extranjeros y generales del Estado Mayor de S. M. El numeroso público, al ver al Roy de España sentado en el suelo entre lacro de batalla entre la división mandada por el general Bernal, que emprendió el ataque al campamento, y la del general Sánchez Gómez quo lo los futuros oficiales de nuestro Ejército, prorrumpió en entusiásticas defendía, una de cuyas brigadas la formaban los alumnos de las Academias iiclainacionos, á lasque S. M. contestó poniéndose en pie y saludando militarincntc. y los colegios de guardias y carabineros jóvenes. Entonces, la infanta D.a Isabel dio un viva á España, al que respondió Presenció el Rey el combato al frente do su Estado Mayor, en el quo figuraban, además del Príncipe de Asturias y duque de Calabria, los capitanes ];\ multiiud con frenético entusiasmo. Los alumnos de las Academias militares demostraron con sus aclamaciogenerales Primo de Rivera y López Domínguez; tenientes genéralos Azcárraga, Coello, Salcedo y otros muchos; el Ministro de la Guerra, el capitán nes la alta estima en quo tenían el honor que el Roy de España les dispensara, y seguramente guardarán recuerdo inolvidable de este día. Del propio general Moltó, y agregados militares de las Embajadas extranjeras. Al terminar el combate, la Real Familia se dirigió al sitio donde se había modo deseó Su Majestad conservar esta grata memoria y pidió una nota de todos los alumnos quo han tomado parte en las maniobras, habiéndose instalado el altar para la celebración de la misa de campaña. Pocos espectáculos más grandiosos pueden contemplarse que el que concedido por su regia iniciativa cruces de primera clase del Mérito Militar ofrecían la Corte, el Ejército y un público que no bajaría de 12.000 almas, á los alumnos que tienen el núm. 1 en las respectivas secciones de las Acaen el que aparecían ¡confundidas todas las clases sociales, presenciando el demias, á los cuales colocó él mismo las insignias en la recepción especial Santo Sacrificio, y muy especialmente cuando el sacerdote elevó en sus que en el Real Palacio ofreció á los alumnos. El pueblo de Madrid y el grandísimo número de forasteros que en estos manos la Sagrada Forma, y en homenaje al Dios de los Ejércitos resonaron los clarines, batieron marcha las músicas é hicieron los cañones resonante días se hallan en la corte, deseosos de conocer de cerca al joven Monarca que hasta ahora ha vivido consagrado á sus estudios y apartado de toda salva. Terminada la misa, que celebró el Sr. Obispo de Sión,-dirigiéronse Sus ostentación pública, se han visto satisfechos al ver al joven Monarca que Majestades y Real Familia á la parte alta del campamento á presenciar el dentro de unos meses ha de comenzar á ejercer su soberana investidura, y so han complacido grandemente en que esta su primera presentación en la desfile, que resultó muy brillante. " Marcharon delante las Academias al mando del general Orozco, que vida pública haya tenido efecto en la patriótica ocasión de las recientes arrancaron entusiásticos aplausos por la marcialidad y gallardía con que maniobras militares. La misa do campaña, las maniobras del día l(i con el desfile de las Acadesfilaron. demias, y varios retratos de S. M. en los distintos momentos que los resLas Academias llevaron el orden siguiente: Primero la de Caballería, al trote; después la de Infantería formada por pectivos epígrafes determinan, componen los doce grabados que á la inforcompañías en columna de honor, y á continuación las de Artillería, Ingenie- mación gráfica de este acontecimiento dedica el presente número. La fotografía instantánea ha registrado con su minuciosa exactitud los ros, Administración militar y Sanidad. Luego el Colegio de Guardias civiles jóvenes, admirablemente alinea- asuntos de los mismos, y un primoroso dibujo á pluma de Eduardo Banda dos, y que arrancó infinidad de aplausos, sobre todo los gastadores y pri- encabeza estos ligeros apuntes. C. L. DE C. meras compañías, por ser casi unos niños. Anterior Inicio Siguiente 22 MAYO LA ILUSTRACIÓN 1901 EXPOSICIÓN NACIONAL DE BELLAS ARTES. CARTA TERCERA. Querido maestro: V^RF-O que esté usted en terreno firme al negar que á la pintura tan sólo hay que pedirle formas, colores y luz, como negando también que el arte en general, y singularmente el pictórico, deba de ser trascendente; que lo que hay que pedirle al pintor, como al novelista, es que su obra encarne un sentimiento, despiértelo la contemplación de la Naturaleza, un drama ó un idilio, sean de ayer ó de hoy, una idea, un estado del espíritu, lo que quiera que sea, en fin, pero no que se limite á reproducir lo externo á secas, pues en ese cqso la pintura morirá tan pronto como á la fidelidad con que reproduce hoy un gran angular líneas y formas, se una la reproducción exacta del color. Además de que las actuales generaciones, por razón del refinamiento intelectual que han adquirido ya—con no ser muy grande todavía—y que— aun cuando se niegue este extremo — va para'elo al desarrollo de un afectivismo cada vez más exquisito, han comenzado á dejar de ver solamente la Naturaleza para adivinarla, según Blanc, ó para sentirla, según usted piensa. De ahí que, sin ser trascedente la obra pictórica, necesite, para conmover de un modo perdurable nuestro espíritu, que la anime algo que yo llamo corazón, de cuya falta veo que se lamenta un notable crítico francés, diciendo que hoij lo* artistas no aman. Y porque, si es cierta la afirmativa de Kant,y yo así lo creo, «la belleza en su doble aspecto no reside tanto en el objeto como en o! que lo contempla». De acuerdo con usted, y ¡d punto voy á describirle cuadros q:e, recordando el espíritu de una frase de nuestro Núñez Ai cuas, nos muestran y expresan afectos ó ideas, valiéndose en una justa medida do los colores, que son las palabras con que nos habla la Naturaleza. Seis lienzos, de pequeñas dimensiones casi todos, ha presentado Gonzalo Bilbao (aquel artista de quien recuerda usted siempre con elogio el lienzo La vuelta al hato); seis cuadros que son otros tantos aspectos do su temperamento de artista observador y de pintor colorista. Alguien cree ver en la factura — todavía nos preocupamos de esto—y en la gama general de la paleta de Bilbao reminiscencias de la manera y personalidad de un pintor francés que, al presente, elogia mucho Ja crítica parisiense. Por mi parte no advierto tal reminiscencia, y puede usted creerme sin que se lo jure, que Bilbao es ahora tan personal como lo ha sido siempre, y que primero se confundirán los cuadros de todos nuestros pintores antes que los suyos. Por lo demás, la vida, el espíritu, la alegría que hay en su cuadrito El puente de Triana en una tarde de verano, como la fuerza plástica de la gitanilla del otro lienzo titulado La buenaventura, son condiciones de belleza que t olamente un gran observador de la verdad en sus aspectos sujetivo y objetivo — más claro y para que usted no me tilde de pedante—en sus aspectos espiritual y plástico, puede poeer y expresar. El último recurso es otro cuadro en el cual el pintor se pone á merced, incondicionalmente, del pensador y del poeta, sin que por eso deje de admirarse al técnico. Una pobre mujer espera sentada con dos pequeñuolos en la sala de una triste casa de préstamos á que le toque el turno para empeñar las únicas y últimas ropas que posee, üil mayorcito de los niños, quizá adivinando en el rostro angustiado y ho.-co de la madre que sigo muy triste, muy amargo acontece, se vuelve ae espaldas al espectador y esconde la cara entre ios pliegues de la falda maternal; el otro, mamonciüo, duerme en el regazo de la desdichada, ^a nota de color de este cuadro es un tanto sorda, pero realísima. Quisiera tener espacio para decirle algo de I03 aemas lienzos de Bilbao; de Las cigarreras, de ^annen morena sonriente, sensualísima, provo-aiiva, sólidamente pintada; pero otros pintores cía v p m i a t e i l c i ó n - entre los cuales está Gary Kamos, con un pequeño cuadro que titula: bien sabe, querido maestro, que así me las betuminosas producciones de Muñeco mo las desesperantes coloraciones de u n; que así me abstraigo contemplando las , armónicas y admirables notas de Knaus jas místicas del pintor de Santa de AÍm ' V ^ U e a S Í a d m i r o ^as griegas y romanas la em Jean R d a , como las amigas y paisanas de a n Bera ud; por lo tanto, nadt tendría que dei Anterior ESPAÑOLA Y AMERICANA cir de tan distinguido pintor como García y Ramos, si éste, dentro de la gama de su paleta, no se repitiese un tanto en los asuntos; porque Hermanos, ¡sálvese el que pueda! recuerda algo su famoso Rosario de la aurora y su manera personalísima en mover las figuras y presentar los escorzos. Claro está que hay gracia en la escena, que son cómicos aquel los rostros asustados, llenos de terror ante el peligro que ofrece á sus beatas personas la acometida del escapado toro; en una palabra, el cuadro de García y Ramos es cuadro que dice algo; expresa, nos hace sonreír; por mi parte, aseguro á usted que de tarde en tarde me gustaría ver aquellas caras casi caricaturescas; pero lo que me encocora es que un pintor como Martínez Ruiz se marche á estudiar á Munich para enviarnos unos estudios de caballos percherones, negros, que tienen por fondo una calle nevada, diciéndonos que tal es el invierno en la capital bávara. También nieva por aquí, y también hay aquí percherones. Para ese viaje Ricardo Brugada es un pintor frío, friísimo de paleta, y además un tanto monótono dentro de esa frialdad. La retina de este artista es dura. Tales defectos le explicarán á usted la casi indiferencia con que le miran sus colegas; pero ¡qué diablo! ya quisieran muchos de los pintores que alardean de maestros por haber ganado segundas y aun primeras medallas á trompazo limpio — digo — á brochazo limpio, con el sol y los segadores y gañanes al uso, sentir y dibujar como Brugada. Cierto que el motivo del cuadro está muy diluido, que el lienzo es demasiado grande, pero en cambio hay en él figuras observadas y sentidas con verdad irreprochable. Y ya que de dibujo hablo, el lienzo decorativo Nube de verano, de García Mencia, debe apuntarse como obra en la cual esa condición sobresale lo bastante para que felicitemos calurosamente á su autor. Si los rumbos estéticos ahora en auge entre nosotros han dado de baja y arrumbado cosas, modos é ideas que impusieran á su vez orientaciones pasadas, es preciso convenir en que dichos novísimos rumbos arrollaron también muchos modos de expresar la belleza, que ni en los países más revolucionarios, artísticamente hablando, se han considerado como fuera de los modernos ideales. Así, pues, el desnudo sigue estudiándose y sintiéndose aun por pintores de tan saliente personalidad como Besnard, de quien elogian hoy artistas y críticos su Ferie intime, que exhibe en el Salón del Campo de Marte. Pero aquí el desnudo ¡guarda, Pablo! Es mucho más sencillo pintar pantalones y enaguas, y mucho más destripaterrones. ¡Santa fotografía nos valga! Donde no vale, aunque se pinten bien arropadas las figuras, es en expresar la vida en su más alta, en su más enérgica manifestación; en el afecto amoroso, en sus fases del amor del hombre á la mujer, y en el de la madre por sus hijos. Matices mil tienen ambos sentimientos, derivados de una sola causa, eterna, inmutable, y el acierto en expresar uno solo de esos matices es un triunfo. Por eso encuentro que en el cuadro El niño enfermo, aun cuando el asunto se haya pintado hasta la saciedad, el Sr. Zaragoza logró un éxito, pese á lo negruzco del tono general, por el exquisito acierto en dar vida sentida, enérgica, á aquella figura de aldeana, joven y robusta, que se inclina sobre la cuna del niño enfermo y le contempla con ansia materna!, pintada en el rostro velado por una tristeza inlinica que parece respirarse dentro de la habitación, uno de esos sobrados que forman los pisos altos de las casas de aquellos labriegos de Asturias y de Galicia que viven con relativo desahogo. El contraste de ese sentimiento nos lo ofrecen Sorolla, en el ya citado cuadrito IMS novios, y Vázquez —á quien conoce usted hace años—en uno de sus lienzos, Idilio flamenco. ¿Quiere usted que le diga sinceramente lo que pienso de la obra toda (me refiero á la actual) de este pintor? Pues pienso que en fuerza de su empeño por conseguir esprit, que no es lo mismo que espíritu aunque lo aseguren los diccionarios, aplicada la palabra á este caso concreto, relega á secundario lugar aquellas condiciones de técnica de la paleta que son precisas para que cosas, objetos y figuras tengan la apariencia de verdad, que es ó debe de ser parte de la finalidad indeclinable de la obra de arte pictórica. Tendencia es ésa á que lleva actualmente á muchos pintores extranjeros el afán de expresar con notas simples de color lo que no es ni debe ser tal, sino luz, ambiente y jornia. Abarzuza ha casado los novios del Velatorio que en la última Exposición presentó, con aplauso de todos. Arrullábanse allí, á pesar del muerto que en la habitación inmediata parecía invitarles Inicio N.° xix — 315 á discurrir sobre Ja brevedad de la vida. El azahar de la novia es i:n:i escena bien vista, pero deficiente en su expresión, en el dibujo, ¡ay!, y tan deficiente. Por lo que atañe al color, la parte alta del cuadro resulta agradable, y acertados varios efectos de luz. En este punto el maestro es Graner. El comité rojo lo atestigua; mas por esta vez, el notable artista catalán ha probado que no son únicamente los contrastes luminosos los que le subyugan, sino sentimientos de otro género. La vuelta del trabajo es una escena realísima y sentida de la vida obrera. La noche se echa encima á todo andar, y acompáñanla el viento y la próxima lluvia, de que amenazan con desprenderse negras nubes. Un grupo de hombres y mujeres marclia á buen paso hacia sus hogares respectivos , denunciando al p/opio tiempo en el modo de marchar el cansancio de la ruda tarea del día. Poro, en mi juicio, y pese á reminiscencias que atisbo, y á ciertas vacilaciones en el dibujo y aun desproporciones, y á cierta monotonía de la entonación general, el cuadro más completo y sentido del actual certamen es el del Sr. López Mezquita. Titúlase Ija cuerda, y lo os de presos de distintas clases sociales, pero que hacen de una la desgracia, el vicio, quizá el crimen. Marchan entre guardias civiles, y pasan por un paseo público en el momento en que la afluencia de gentes es mayor: al anochecer. Al lado de uno de los guardias, con un niño de pecho en los brazos, va en actitud que no puedo describirse por lo espiritual, por lo sentida de olla, una gitana hermosa, jovencita; y va mirando á su hombre, c;ue, cubierto con un sombrero cordobés, vuelve hacia olla el rostro para mirarla también por detrás de su pareja de cuerda, un individuo mitad obrero, mitad cualquier cosa, pero no buena, que desafía, irguiendo la cabeza, á los paseantes que se detienen para ver la extraña y triste comitiva. Entre los espectadores, una pareja de gomosos, ella y él, contemplan con estúpida y distinguida indiferencia la escena. Tal es el cuadro. No; no es eso tan sólo; falta lo principal, la fuerza dramática que tiene el conjunto, y que no fé describir; falta ver cómo el artista—y el jovencito López Mezquita lo es grande — ha expresado los distintos sentimientos que so advierten en los protagonistas de la escena; falta, en fin, decir á usted, querido maestro, cómo vive, cómo siente, cómo anda la gitairlla, figura que es el alma del cuadro, pues sin ella sería éste una casi vulgaridad. Otros varios pintores me hacen guiños para que les felicite por sus aciertos; Mejía, Bertodano, Romero de Torres, Alcalá Galiano, que avanza rápidamente en su carrera, como lo prueba su cuadro Sobre cubierta, cuadro de gran color local; Teixidor; pero necesito acabar esta carta, que ya va resultando larga. Aun cuando á usted, mi viejo amigo, le parezca extraño, dada la fuerza de las tendencias dominan'es y de las ideas en boga, la pintura religiosa tiono nutrida representación en este Cermen. Pero no vaya usted á figurarse que el sentimiento místico, hondamente religioso, ha informado estos lienzos. Garnelo, además de una repetición con ligeras variantes de su conocido cuadro de Lourdes, esta vez en menor tamaño, presenta una gran pintura místico simbólica, que titula Manantial de amor. Como usted habrá apreciado en la lectura de estas cartas, las tendencias técnicas, como los ideales, son muy varios en la actual Exposición. Y á patentizar este fenómeno he dirigido mis esfuerzos antes que á hacer crítica singular de cada obra; y cuando he descrito alguna señalando, según mi juicio, sus defectos y bellezas, lo he hecho para determinar los inherentes á la tendencia en general, y á las condiciones de nuestra raza para el cultivo del arte. Por estas razones me limito á decirle que Manantial de amor es un motivo de alto valor filosóficoreligioso. En medio de un campo limitado por ligeras ondulaciones de lejanías se ve á Jesús, de cuyos pies parte un arroyo. Cerca de Cristo y á ambos lados, representados por un grupo de jovencitas vestidas de blanco, se ve el amor místico; por una madre con el pequeñuelo en brazos, el maternal; por frailes, por nombres que predican, por mujeres desnudas, reclinadas en el fango, en fin, los demás amores. Yo quisiera que el Sr. Garnelo, volviendo sobre el motivo, lo desarrollase con más grandeza. El asunto lo merece, y es verdadera lástima que no tenga el desarrollo que debe tener. Y pues se trata de un pintor de mérito indudable, puede esperarse que, recordando la fuerza espiritual con que los místicos prerrafaelistas, que él tanto Siguiente 316 — N.° XIX LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA 22 MAYO 1901 o w Q W m m w p o M ü M O fin W Q I—I LA JURA DE LOS FUEROS DE VIZCAYA POR ISABEL I DE CASTILLA. CUADRO DE MACARIO MARCOARTÚ. Anterior Inicio Siguiente LOS AMIGOS DE JESÚS. CUADRO DE ANTONIO F I L L O L GRANEL. (CONSIDERACIÓN DE MEDALLA DE ORO.) Anterior Inicio Siguiente LA ILUSTRACIÓN 318 — N.° xix conoce, expresaban el sentimiento religioso, y el masculino vigor con que Tiziano y Rubens han pintado el amor de la carne, nos ofrezca un cuadro verdaderamente sugestivo. Al presente, el distinguido pintor no hace más, ó no ha pretendido hacer más que bonito. Aliquando bonus, etc.. Delicado, fino también, pero dentro de otra nota más real, más tangible — permítaseme la paabra,— Sáenz pintó un lienzo inspirado en los inmediatos predecesores de Botticelli. Titúlase Stella matutina, y está compuesta la escena con vistas á aquel realismo sincero, inocente, pero sentidísimo, de los maestros de quienes el gran Ruskin llevó el espíritu á su obra del prerrafaelismo. De arqueológica quizá pueda tildarse la obra de Sáenz; mas con eso es preciso admitir, conociendo su manera minuciosa y sus gustos estéticos, no muy conformes con los reinantes, que á pesar de ciertas durezas, hijas del deseo de escribir todo detalle, que un sentimiento de inefable dulzura inunda la obra. Y aquí hago punto, querido maestro, prometiéndole ocuparme en la primera carta de algunos otros cuadros de este género y del paisaje, dándole al propio tiempo noticia de los escasísimos trozos escultóricos que merecen especial mención. R. BALSA DE LA VEGA. SOLAB. LA interés entrañan en el día los problemas relativos á la evolución del astro central de nuestro sistema, como lo prueba el hecho de que astrónomos y físicos eminentes consagren su talento á estos estudios, resultando do la suma do energías dirigidas al mismo objetivo el avance incesante y prodigioso observado en el camino de la verdad que á dicho particular se contrae, y los enigmas que á cada momento surgen en el campo de la investigación á medida que se dilatan más y más sus inmensos horizontes. En el Almanaque del presente año se dio somera idea de la teoría que, para explicar el origen y el mecanismo de la vida físico-química del gran luminar, propuso, á raíz del último eclipse total de sol observado en España, el joven astrónomo francés abate Teófilo Moreux; teoría que constituye un progreso considerable, pues ha dado la clave del génesis y segmentación de las manchas, de las variaciones morfológicas periódicas que afecta la atmósfera coronal, y, en resumen, do los fenómenos más culminantes que la gigantesca hoguera ofrece á nuestro examen. Desdo ahora han pasado, por lo tanto, á la historia las complicadas hipótesis que durante largo tiempo han venido proponiéndose para dar razón de los hechos, sin conseguirlo nunca á satisfacción de todos. Pero con ser tan instructivo y digno de encomio el trabajo de mi sabio amigo, como que formará época en los anales de la ciencia, hay que convenir en que no era más que el prólogo de un libro apenas entreabierto, toda vez que á la sazón subsistían arduos problemas que no han tenido solución satisfactoria hasta fecha muy reciente, aparte de descubrimientos y leyes cuyo estudio y discusión revisten en los actuales momentos nuevo atractivo. Entre aquellos problemas, la temperatura del Sol figura en primer término, no sólo por su importancia capital, sino por la enorme discrepancia entre las cifras obtenidas para expresarla; pues en tanto que el Padre Secchi deducía cinco millones de grados, Mr. Vicaire la reduce á mil setecientos solamente, y ya se comprende que ante tales extremos se avive el empeño en averiguar de qué lado está la razón, ó si no está de lado alguno, al monos para que no resulte confirmado lo de el mentir de las estrellas Para ello ha habido que abandonar los antiguos métodos y dar nuevo giro á la cuestión, empezando por apoyarse en los resultados que el ilustre astrónomo americano Langley ha obtenido en su estudio de las radiaciones del espectro solar, llevado á término de modo incomparable con el instrumento llamado bolónietro, cuya sensibilidad es tal que permite apreciar hasta una millonésima de grado. Y con esto, y con la aplicación de la ley descubierta por el físico austríaco Stefan, que se formula así: «la energía de la radiación es proporcional á la cuarta potencia de la temperatura absoluta del manantial de donde RECIENTE Anterior ESPAÑOLA Y AMERICANA procede»,ha quedado la solución encerrada entre dos límites racionales, concluyéndose que la temperatura de las capas superficiales del astro del día se halla comprendida entre 5.800 y 6.700 grados. Lo asombroso del caso consiste en que el rigor de la deducción estriba en el supuesto de ser las aludidas capas ¡perfectamente negras!, cuando precisamente ostentan un brillo deslumbrador. Arcano de la ciencia, cuya explicación omito porque el razonamiento matemático que exige sería impropio de este lugar. Otro de los hechos de actualidad que merece sor consignado, es la existencia de protuberancias ó lenguas de fuego blancas en la cromosfera ó segunda atmósfera del Sol, atestiguada por la observación que durante la totalidad del eclipse del 28 de Mayo de 1900 ha hecho Tachini, director del Observatorio del Colegio Romano; pues aunque el aspecto que ofrecían las primeras protuberancias examinadas en los eclipses de 1851, 18(30 y 1870 dio motivo á sospechar su existencia, la cuestión no ha quedado definitivamente resuelta hasta estos últimos tiempos. Opina el sabio astrónomo italiano que la capa rosada de la cromosfera, de donde arrancan las protuberancias rojas, que son las más frecuentes, rota, levantada y proyectada al exterior por las corrientes ascendentes, se compone de materiales sólidos, cuya envoltura ofrece el aspecto blanco de plata observado por efecto del enfriamiento á que se hallan sometidos al ser lanzados á alturas considerables. No menos que los hechos apuntados es digna de ser conocida la nueva confirmación de la ley relativa á la concomitancia entre las fluctuaciones de la actividad solar y los inviernos rigurosos, asunto al que mi querido amigo Flammarion dedica atención preferente. Del estudio comparativo que acaba de hacer entre las temperaturas de los meses de Febrero, Marzo y Abril y la actividad del Sol manifestada por el número y extensión de sus manchas durante el período de 1884 á 1900, se desprende una concordancia completa, que se hace gráficamente visible en dos curvas cuyas inflexiones guardan perfecto paralelismo. El mínimo de manchas que en la actualidad se observa ha coincidido exactamente con la estación extraordinariamente fría que acaba de trascurrir, pues es sabido que las nieves han alcanzado este invierno inusitado desarrollo en Asia y en Europa. Según Newcomb, la duración media de dos máximos ó de dos mínimos consecutivos de manchas es de 11,132 años; por manera que los próximos máximos han de ocurrir en 1905, 191(5, 1927, y los mínimos, ó sea los inviernos más fríos, en 1911, 192Ü y 1934. Observe el lector que ninguno de los descubrimientos de que se hace mérito en esta rápida reseña es de origen español; y sin que esto signifique que falten entre nosotros inteligencias cultivadas, hay motivo para condolerse de que nuestro país no ocupe todavía puesto envidiable en el concierto de universal progreso que á las ciencias se retí ere. Una vez más hay que confosar que la mole pirenaica continúa siendo muro de separación que nos aisla de un mundo superior en aquel orden de ideas, y por eso no nacieron aquí ni locomotora, ni mecánica celeste, ni análisis espectral, ni doctrina microbiana, ni teléfono, ni rayos Roentgen, ni nada de lo que durante el siglo xix ha transformado la faz del planeta. Nunca, pues, como ahora se ofreció ocasión para hacer votos por que termine pronto tanta decadencia y pueda España conseguir honroso lugar entre los pueblos civilizados. JOSÉ J. LANDERER. POR AMBOS MUNDOS. NARRACIONES COSMOPOLITAS. La Exposición de Buffalo.—El pananit'i-icmiixmo visto por los sajones y por los latinos.— Concurrencia de las repúblicas hispano-americanas.— El tnixt de las criadas. — Una máquina que sustituye á la criada.— La música paj iril en la iglesia. NTEAYER se inauguró en Buffalo, á orillas del lago Erie, la Exposición panamericana. Este pan, dejándonos de la etimología griega y tomándolo así como suena en castellano, es un pan de munición que los yanquis fabrican en los hornos explotadores de Nueva York para alimentarlas ilusiones de los entusiastas del predominio sajón en el continente occidental, y para ofrecérselo como regalo á las repúblicas hispano-americanasy mantenerlas hartas y satisfechas, cual si necesitaran de semejante ración en su vida y desarrollo. Los Inicio 22 MAYO 1901 congresos, los proyectos de leyes de relaciones, los certámenes, las obras públicas, las vías de comunicación, los arreglos diplomáticos internacionales, la educación, los empréstitos, la ciencia y el periodismo, todo ha de ser, según el deseo de los idólatras de Mac-Kinley: todo ha de ser panamericano. Es la fórmula del día. Atraer y asimilarse y explotar á la América latina, tal es el ideal de la América sajona. A las múltiples manifestaciones realizadas con el lema del panamericanismo, viene hoy á sumarse la de la Exposición de Buffalo. Casi todas las repúblicas de origen ibérico concurren á ella. Pero ¿es porque van convencidas de que les conviene contribuir al propósito panamericano que proclaman y sostienen los Estados Unidos? De ninguna manera. Los pueblos hispano-americanos coacurren á Buffalo como van todos á las ferias y grandes mercados, impelidos por el utilitarismo propio de los productores, que necesita el anuncio constante, la exhibición de sus productos. La conglomerada nación del Norte es gran consumidora de primeras materias, y las demás naciones de aquel continente grandes productoras de ellas. Ninguna quiere perder su puesto en el mercado, ábra-e éste en Buffalo, en Chicago ó en Filadelfia, en París ó en Viena. ¿Significa esa concurrencia identidad de miras con la República estrellada, sumisión á su política absorbente, apartamiento sistemático de la Europa, base de una liga ó alianza de intereses, en la que el pueblo más poderoso concluiría por comprometer y explotar á los menos poblados, ricos y fuertes? Nada de eso. Las repúblicas latinas tienen cada día más despierto el espíritu de propia conservación y más educado el sentido de la conveniencia práctica, y van ahora á Buffalo á anunciarse y á exhibirse una vez más, á vender, á cambiar, á instituir los fundamentos de nuevos negocios, pero no á pactar nada, ni á ceder en nada su libérrima autonomía, ni á admitir otro panamericanismo que el mercantil. Invitadas por el Gobierno de Washington han acudido á Buffalo con sus productos las siguientes repúblicas: Méjico.—Ha invertido 5.000 pesos, oro, en el pabellón de su minería, y además ocupa 3.000 pies cuadrados con la sección de Agricultura, 3.000 con la de Industria manufacturera, 2.000 con la de Horticultura, 2.000 con la de Selvicultura, y 2.000 con la de Etnología y Arqueología. Dirigen las comisiones D. Alberto N. Nuncio, D.a Laura S. de Mariscal y D.a María C. de Limantour. Guatemala.—~Ño tiene instalación propia, pero llena grandes galerías en los ediíicios de Minas, Agricultura y Etnología, siendo muy notables las instalaciones de los señores Engueta,a Pierson y Niquet. Son gerentes las señoras D. Concepción Z. de Cirión y D.a Irene Olivero. Honduras. — Su pabellón ha costado 6.000 pesos. Están al frente de las instalaciones los señores Bolet Peraza, cónsul general de la República en Nueva York, monseñor Canayagua, Leonardo y el ministro de Fomento, Altschul. Salvador. — Ocupa en la Exposición un espacio de 2.000 pies cuadrados. Preside la Comisión el Dr. D. Darío González; es su delegado representante D. Ernesto Shernikow, y son gerentes la Sra. D.a Gertrudis E. de Mejía y D." Eva Duque. Nicaragua.— Se ha instalado en diversos edificios ó pabellones, que miden 1.500 pies, para los productos agrícolas, mineros, etnológicos y de floricultura. Dirigen la Exposición los Sres. Corea, A. Bermúdez, Broome, Melhoff y el general Bresler. Costa Rica.—Sus grupos están distribuidos en 1.660 pies. Dirige la Comisión en San José el señor Aragón, y en Buffalo el cónsul general señor J. J. Ulloa. Cuba.—Por inspiración yanqui, y con el dinero del país, ha levantado un edificio de 160 por 270 pies, cuyo coste es de 25.000 pesos, oro. Preside la Comisión desde la Habana el señor Lacoste. Puerto Rico. — Destinó su Gobierno (?) 10.000 pesos á la Exposición. En el edificio «rancho» portorriqueño, de 42 por 78 pies, se han invertido 2.000. Están al frente de la Comisión los señores J. T. Silva, Dr. Gómez Brioso, general Fisher y el ingeniero A. Morales. Santo Domini/o. — Ocupa 3.500 pies cuadrados y ha gastado 4.Ó00 pesos. Tiene pabellón propio e instalaciones en los generales. Los comisionados especiales son los Sres. Leonte Vázquez, Ruttlinger y Wos, y señoras gerentes del certamen doña Antera M. de Royes y D." Luisa Ozema Pellerano. Venezuela. —Destinó 100.000 pesos á la Exposición, pero motivos de orden político han impedido que concurra. Siguiente LA ILUSTRACIÓN 22 MAYO 1901 ESPAÑOLA Y AMERICANA xix — 319 del hombre, y de la criada, por el trabajo de las ceta de juventud que los falsificadores se afanan queriendo sin conseguirlo. Envíese el importe del pedido en máquinas, todas tan dóciles, tan incansables, tan imitarla sellos de correo. económicas y tan individualistas? La sonrisa de una mujer es verdaderamente seductora Lo que ocurre en Monnett se repite en otros cuando descubre una soberbia sarta de perlas. El Elixir, muchos pueblos, donde el sen-icio, como dicen las los Polvos y la l ' a s t a dentífrica de los H K . 1*1». Bedel Ilonle llajella son productos esencialseñoras, está cada día peor. En Knoxville, Ten- nedictinos mente higiénicos, cuyas propiedades antisépticas evitan la nessee, Estado vecino del de Misuri, los señores caries de los dientes, su descarnamiento, y los conservan de Leck se quedaron sin criada, precisamente dándoles blancura y comunicando á la boca una agradable y al aliento un perfume delicado. El depósito está en los días más crudos de este último invierno. frescura casa de M. E. Senet, administrador, .?;>, ruérfuQuatreEra necesario madrugar para encender lumbre y en Septembre, Parí.'.—DUQUESA ANA. hacer el café, y todas las mañanas se armaba gran pelotera, porque ni Mr. Lock ni su señora se queEl mejor tónico contra la anemia y la rían levantar para encender el fogón. Ella repetía DA IADCTC debilidad. —Borrell, Puerta del Sol,5. que hacía mucho frío y que su esposo debía encargarse de ese trabajo, y él bramaba diciendo Exíjase de color verdoso el K á l s a m o que semejante faena es cosa propia de las mujea n t i r r e i m i á l i e o d e O r i v e , y con la 7"<ir»iai'ía de Orive, Bilbao. res. Sonaban palabras fuertes, chillaba y lloraba en vidrio y cápsula; 2 pesetasinscripción frasco farmacias. Depósito: G. García. la dama, llegábase á los empujones y arañazos, y hubo día en que decidieron divorciarse. Y á todo PRIMERA MARCA ESPAÑOLA. esto, el fogón apagado y el café á remojo. PIAMOS ORTIZ 8 GÜSSÓ LAKXl'OürAClON - BARCELONA. Mr. Leck pensó mucho en el conflicto que se le venía encima, y apeló ¡á la ciencia, á la mecánica! ¿Qué mejor juez de paz? Unió la rueda del despertador, que tenía sobre la cocinilla, á una siempre palanquita de alambre grueso, terminada en dos fuerte, limpia y el aliento perfumado dtendrá el nr - ANDREU. especies de manivelas, una que lleva una cerilla el que use la WIENTHOLINA que frota con un asperón, y la otra con un gan- Cura el dolor de muelas. Lihritos grntis. Kn I.TS boticas.' cho que abre la llave del mechero del gas. La ceEnviando 6 pesetas rerilla, una vez encendida, se inclina hasta encenmite el Gran Catálogo der el mechero colocado debajo de un sostén, soArtístico , útil á consVallflee;tl>i-e», Valencia. bre el que descansaba la vasija metálica del café, rruetores y decoradoras, Onolrivertido en el agua con el azúcar correspondiente la noche anterior, al acostarse el matrimonio. Por POLVOS DENTÍFRICOS de la S" HIGIÉNICA medio de una cuerda que va desde el soporte Para evitir las falsificaciones exíjase la nueva ctihasta la cama, se arrastra hasta ella soporte, ca- queta negra j roja j el sello de garantía con la írma fetera y dos tazas (colocadas en una especie de COTTAN et O". 55, Rué Oe Rivoli, París. *~ caja con cuatro ruedas i, por la superficie de una 0«»« de EMILE PINQAT), 30, rué tabla que fijó á la pared con varias palomillas. tki A I LI LC OQ CAntlgua Louij-íí-Grand, París.—TRAJES Y ABRIGOS Al desaparecer la cafetera, baja á ocupar su lugar LaVTcasaHqueL viste «las señoras con más elegancia, riqueza y buen gusto un cestito de red de alambre lleno de cok, que muy pronto queda encendido y que suministra mu yapr^iadaparaeltoascuas para el fogón. Tomado el café en paz y cador y para los baños gracia de Dios, preparada la lumbre, el matrimo- Moubig-ant, perfumista, Paris, 19, Faubourg S' Honoré. nio, servido tan admirablemente por el despertador-cafetero y fogonero, se levanta y utiliza el cok encendido para que el hogar de la cocinilla, cargado de víspera, empiece á funcionar y temple el ambiente. EN 2O DÍAS Dice an diario que la Asociación de Casadas de Tennessee perpetuará el mérito de Mr. Leck eriI ELIXIR de SAN VICENTE DE PAUL giéndole un monumento; pero añade que el ColePara informes dirigirse á las gio de Abogados del Estado federal está furioso, ?I05RSDominiqae Paris Í HERMANASdelaCARIDAD porque desde que funciona á domicilio el desperGUINET, Farmacéutico-Químioo, 1 ,Pas<* Saulnier, París. Los Estados Unidos realizarán un nuevo alarde tador-cafetero, no se ha presentado á los tribu- DEPÓSITO GENERAL EN ESPAÑA : HIJO de VIDAL y RIBAS, Barcelona de su poderío ante los hispanoamericanos, asom- nales ninguna demanda de divorcio. brados y estupefactos, al mismo tiempo que hacen el reclamo mercantil para que sigan siendo tributarios y ñeles parroquianos de sus indusreceta para Blanquear el Cutis, sana y benéfica. — Basta un» trias. No deben desperdiciar la ocasión de enseAl progreso social de suprimir las criadas y Importante jequeSftima cantidad para aclarar el culis más obscuro y darle la blancura suave J ñarles un poco de moral social yanqui, poniendo que evite las reyertas domésticas, puede añadirse nacarada del marfil. J . D U S S E R , 1, Rué J.-J. Rousseau, PARÍS. ante sus ojos los últimos progresos realizados en otro: el de la supresión de los músicos en las aquel país, respecto á la organización y gobierno iglesias. ¡Maravillas yanquis! Al celebrarse este Nuevo Perfume extra uno del hogar. Estos, que se retieren al servicio do- año las fiestas de Pascua en la iglesia metodista VIOLET, 29,B"dt$ Italiens, París. lie • ¿J*JO - u r a u méstico, son, por ejemplo, la organización de los de la Trinidad, en Atlanta, Georgia, la organista, trust de criadas y el arte de pasarse sin ellas. señorita Rose White Stigechen, concibió una idea En efecto, en la población de Monnett, Estado originalísima, que, sometida al pastor rector, fue POII flQ R f l f n t e n diferentes nomhres. Exigir la Marca'llO'l OT, Y SEÑAS ' 17. Ruó da la Palx. Parla. de Misuri, las Menegildas han constituido una aprobada. Dirigiéronse ambos á las casas de sus t t t l l U B U U I U I asociación ó gremio defensivo y ofensivo, auto- correligionarios y recogieron cuantos mirlos, canómico, sinalagmático y bilateral, para emanci- narios y jilgueros hallaron, llevándoselos con sus % i \ o i t i i»ií¿i:va av<¡> jueras%w»B\«¿.:¡oañosde parse de la tiranía de lao amas de casa; y tan correspondientes jaulas, aunque sin revelar á sus éxito contra las enfermedades del aparato digestivo (dispepfuertemente están unidas para sostener sus pre- dueños el objeto de semejante leva, pero garanti- sias, inapetencia, pérdida de fuerzas. París, e, Avenue Victoria. tensiones y exigencias, que es imposible que nin- zándoles la pronta devolución de las aves. Al peguna familia encuentre una criada si no se so- netrar en el templo los fieles el domingo de Pasmete a ellas. El feminismo emancipador impone cua, quedaron sorprendidos al hallar pendientes en las casas las siguientes condiciones para tomar de la bóveda 201 jaulas con 65 mirlos, 54 canarios CURIÓOS por loi CIGARRILLOS e c p i C -Í)T\ y 82 jilgueros. Los pájaros, al ver entrar al púparte en el servicio: \ Ó el P O L V O BO~IW 3n\ m n mo OPRESIONES. TOS, REUMAS, NEURALGIAS ..KfisJ a'° ^ ^ de 2 pesos 25 centavos por blico, parecían temerosos, y enmudecieron; pero " Bl Fumigator Pectoral Eiplc e« el mas eficaz da todoi \¿5Tl| 7 a semana. 2. En los días de labor, desde las siete y en cuanto la señorita hizo sonar el órgano, rom^=^ los remedios para combatir las Enfermedad*! de las ^|L/ admitido en loa Hospitales Franceses y Eltrangeros. mema de la noche en adelante, salida libre a para pieron á cantar y armaron la armonía más deli- /las respiratoria».Está TODVS BUKWÍS FA*M*CIA* E* FRANCU T AL EXTUAHOBRO. que la doméstica vaya adonde le plazca. 3. Los ciosa que puede imaginarse. En vano quiso predi- Por Mayor: 20, Rué St-Laiare, Parí». Exigir «lía firma tobro ctdi Oiítrrlllo. car poco después el pastor, porque su voz se eclipbertr^ 0 8a rSa a l iUd a al i b r e d e . s d e e l m e d i o día> 4>a L i " só ante la algarabía de los trinos, cánticos y reda ni e üPa 1 ? cualquiera hora del día la cria- dobles de los músicos de pluma. El concierto fue P recibir visitas, femeninas ó masculinas, de a muy celebrado, y si los metodistas aprueban la d recho como el ama». 5. Los días de ta e n i n ° Cr e sSas P o n d e r á á l a campanilla de la puer- innovación, ya no volverá á cantar nadie en la vienfo ffa pu a n donde no haya más que una sir- iglesia más que los artistas naturales, á quienes dirá Ó ', T ^ a do una criada sea despedida acu- basta como retribución un puñado de cañamones, PARÍS, JO, Boul J d e S t r a s b o u r g del remi sus m, • g ° . donde será oída; y si de alpiste, de mijo, algunas moscas ó picadillo de sus quejas son aprobadas en votación, la Junta corazón y un dedal de agua. nuevrTvf • I,aapme na av dl ae obligará á admitirla de RICARDO BECERRO DE BENGOA. volverá á T e r Hue> d e n o hacerlo, no El mayor éxito del día es incontestablemente la P E B marchar G, a m criada. Si ésta tuvo razón para T U I S I M E (2 medallas de oro). Este producto higiénico, rías na™ qUG a daadreáz cl aa s explicaciones necesacuyo efecto saludable y eficaz asegura el retoño del cabetica v Vi ?e n"i e°g aP á el crédito de la domésllo á toda edad y detiene su caída en algunos días. Envío SEINTORAS. franco, á quien lo pide, del folleto que contiene los atestaserViHn r, darlas, tampoco volverá á l a mn Kl más dulce sueño que pudiera realizar una mujer, sería dos anteriores, con datos fotográficos, de muy ilustres perY guna. permanecer siempre joven y bella. Este sueño es, sin emsonalidades y eminencias médicas. bargo, una realidad únicamente por el empleo sencillo de Precios: frasco grande, 16 francos; medio, 8,50; especial P r °grama a ¡| Ora ' n ° ñ £ u . r a n m á s artículos en el la Verdadera Eau de \lnoii, que da á la tez una frescura, frasco grande, 20; medio, 10,50; extra nuevo, 24; mesoc a stas una trasparencia ideal por la cantidad mínima de 6 francos, dio, 12,50; extra doble, 24; medio, 12,50; fricción, medio ¿Para qué i• ^ ^ de fregadero. Mas mediante envío de 6,50 francos á la Perfumería Ninon, 31, rué frasco, 12; cuarto, 6,50.—Sociedad de la l'crluisine, rué de 11 in enio du Qtuttre-Septembre, Paris, propietaria de esta preciosa rela cionr^ • 8 y los grandes adelantos Vivienne, 53, Paris. Añádase 1,25 para el porte. ncia Slno ' Para ir sustituyendo el trabajo Ecuador.—Ha construido edificio propio, y su nnstp así como el do las instalaciones en los generales ha sido de 16.000 pesos. Preside la Exposición de esta República el cónsul general don F Mora Silva. Peni.—Sus instalaciones ocupan 2.000 pies. La Comisión directiva la componen los Sres. Blume, Pardo, Garland y Pezet, y son señoras gerentes D.a Emilia G. Dubois y D.a Juana A. de Dammort. Solivia.—Aparecen sus productos en diferentes pabellones generales; 2.400 pies. Dirigen la exhibición D. Ramón Pando, hijo del Presidente de la República, y el comisionado especial en la Paz es D. Manuel V. Vallivián. Brasil.— Su instalación propia la «Hacienda», con la exhibición del cultivo del café y caucho, ocupa 400 pies, y las instalaciones particulares 500. El Gobierno encomendó á los Estados de la Federación el trabajo y arreglo del certamen, y cada uno de ellos designó varios individuos para componer la Comisión especial y ejecutora. Argentina, —lía invertido cerca de 40.000 pesos y ocupa 5.300 pies. Además de los ricos y especiales productos de lanas, manganesos, mármoles y otras primeras materias, que en cantidad de cuarenta toneladas ha exhibido en Buffalo, figuran en la Exposición los innumerables ejemplares de la riqueza del suelo argentino que forman parte del Museo Comercial de Filadelfia. El representante director de la Comisión es el teniente de navio D. Juan S. Attwell. Chile. — La suma destinada ha sido de 170.000 pesos, oro, con lo que esta República ha dejado atrás á todas sus hermanas. Su edificio propio, de acero y cristal, mide 160 por 150, por 38 pies de altura, y ha costado 28.000 pesos. El espacio que ocupan los productos chilenos es de 9.000 pies cuadrados. El gran pabellón-palacio puede ser desmontado y trasportado. Es comisario general en la Exposición D. Enrique Budge. Además de Venezuela han dejado de concurrir á Buffalo las repúblicas del Uruguay y del Paraguay, por más que no deje de haber instalaciones particulares de ellas. A su debido tiempo concretaremos la indicación de lo más notable que en este concurso panamericano se haya presentado, y que para la gente latina no es sino el preludio de la próxima Exposición, que ha de hacer de su valía y de sus progresos, en la ciudad de Méjico. REUMA LA BOCA SANA AZULEJOS CREMA DE LA MEGA AMBRE ROVAL ASMA Y CATARRO ¡HECHOS Y PRÚEÍ5AS! L Anterior Inicio Siguiente 320 — N." xix LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA LIBROS PRESENTADOS Á ESTA REDACCIÓN I*ar<icion<*s de herencia.—Tratado teórico-práetico conforme al Código civil, concordado con el derecho común antiguo y legislación hipotecaria v notarial, con aplicaciones prácticas en sus correí pondientes formularios, por el notario D. Valerio Villalobos López.—Madrid, 1901. Esbozo de u n a Tecnog-cnia. — Curioso estudio acerca de la generación del sentimiento estético por el ])r. D. Pedro González García. — Valladolid' 1901. — Precio del ejemplar: una peseta. ' I*iien(r ile la l'rineesa de Asturias. — Descrinción del proyecto del nuevo puente que va á construirse sobre el Manzanares, por el ingeniero don Vicente Machimbarrona.- Madrid, 1901. l.o irciiri de Hossén An¡>el. — Drama catalán en tres actes y en prosa, original de D. J. Vidal y Juinbert. — Barcelona, 1901.—Precio del ejemplar: 2 pesetas. l>a Administración Militar. — Conceptos y notas por ol comisario de guerra D. Augusto C. de Santiago y Gadea. Coruña, 1901.—Precio del ejemplar: 1,50 peseta. imnía de la conversación csuaiiola-árahc-marroqni. -Interesante obra, de gran utilidad para cuantos quieran comenzar el estudio del árabe hablado en Marruecos, escrito por D. Reginaldo Ruis Orsatti. — Tánger, 1901. — Precio del ejemplar: 5 pesetas. •tcyiaiuciiio del Congreso Naval de Sociedades Económicas convocado en Madrid por la de Almería.— Almería, 1901. 1.a invcNtiyación ile lo alisolulo.—La casa barcelonesa de Luis Tasso ha puesto á la venta, al precio de una peseta ejemplar, una nueva edición de esta bellísima novela, original del insigne Balzac. — Barcelona, 1901. E'.ictancii) mercenaria. — Memoria escrita por el Dr. Segalá y Estalella, y laureada en público concurso por la Academia del Cuerpo Médico Municipal de Barcelona. 1901. l-a tuberculosis pulmonar. — Notable estudio médico-social acerca de la tuberculosis y de su tratam:ento en los sanatorios, por el Dr. Fetzer, traducido del alemán por D. Ruperto Aguirre y prologado por D. Antonio Espina y Capo.—Madrid, 1901. — Precio del ejemplar: 1,50 peseta. ¿Cuándo empezó el siglo?, por D. Pedro Pablo Blanco. La cuestión de la entrada del siglo xx fue tratada en la Revista Contemporánea en el año anterior por el distinguido escritor D. Pedro Pablo Blanco en dos interesantes artículos. A los siete meses de publicado el primero apareció una impugnación de éste en la misma Revista, y cuando el Sr. Blanco trató de contestarle se le dijo que había pasado la oportunidad. En vista de esto, y no queriendo pasar á los ojos del impugnador por descortés ni por convencido, ha publicado en un folleto su respuesta. No hay que decir, tratándose del Sr. Blanco, si en su trabajo resplandecerán su clarísimo juicio al apreciar el fondo del asunto, y su excelente gusto en la elegante corrección de la forma. Véndese el folleto al precio de 50 céntimos de peseta.—C. POR AUTORHK Ó EDITORES. g-o ilustrado ilc líi Imposición ponera 1 lio Bellas Artes é Industrias artísticas, celebrada en esta corte en el présenle afío. — Esta obra, aparte de su indiscutible utilidad para el estudio de la actual Exposición, resulta un bonito álbum en el que aparecen reproducidos muchos de los trabajos expuestos. La casa Mateu, al editar el Catálogo, ee ha hecho acreedora al aplauso de cuantos se interesan por la cultura artística nacional.— Madrid, 1901.— Precio del ejemplar: una peseta. Andróminas. Con este título acaba de publicar la casa editorial barcelonesa de Luis Tasso una colección de cuentos originales de nuestro querido colaborador, ol reputado literato 1). Emilio Gutiérrez-Gamero. Muchos de los cuentos que forman esta colección han visto la luz en las columnas de LA II.USTI!ACK')X ESVASOT.A. Y AMERICANA, y en ellos, como en todos los de este distinguido escritor, nótase la delicada percepción, la galanura de estilo y la amenidad narrativa que han dado justo renombre al autor de Sililla y El ilustre MuiKjnindoii. —Barcelona, 1901. — Preció del e j e m p l a r : una peseta. l*or .lladrid. — Colección de los trabajos parlamentarios directamente relacionados con los intereses do Madrid, del diputado á Cortes por esta circunscripción, U. Joaquín Ruiz Jiménez.—Madrid, 1901. Anuario de la ••X|II>II;IIÍOII. — Acaba de ponerse á la venta este importante libro, que responde á satisfacer una aspiración de los comerciantes y de los industriales, siempre menesterosos do informes y de direcciones. Este Almario, editado por la Sociodad Barcelonesa de Publicidad, A. Casasus, es indudablemente la mejor colección de señas comerciales de Kuropa y de América. En un voluminoso tomo de 2.600 páginas en 4." mayor, contiene el nombre y dirección de 500.000 industriales, comerciantes, médicos, abogados, banqueros, etc., de todas las naciones de Europa y de las Repúblicas de la América latina. Al frente del capítulo dedicado á cada nación figura una información comercial, sistema monetario, de pesas y medidas y líneas de navegación, unido esto al contenido de la segunda parte, en la que aparecen Aranceles de Aduanas y otros datos de gran utiliiad, compréndese muy bien que el Aiii'c.io es libro indispensable para todo hombre de negocios y es elemento valioso para el desarrollo de Jas transacciones comerciales de importación y de exportación. La obra, encuadernada y servida á domicilio, se vende al precio de 15 pesetas ejemplar. Ensayo acciTa de la ima¡;iiia«-ióii freidora.— La Biblioteca Científico-Filosófica se ha enriquecido con ura nueva obra de Ribot, cuyo título antecede. A la larga serie de obrasjpublicadas en español de este eminente ülósofo, hay que añadir esta nueva recientemente publicada en francés, cuya esmerada traducción está hecha por D. Vicente Colorado. Va precedida de un estudio crítico de Ribot debido á la pluma del ilustre escritor D. Urbano González Serrano. Sulfurosos Artificiales con privilegios por veinte años. duchas y ¿años de agua dulce. Apas y Baños naturales antiescrofulosos .!<• l l i : i > l \ % del i A1IIM» Abierto el establecimiento todo el año y con calefacción en invierno. Servicio MÉDICO permanente MARIETTE SULLY. MADPJD. —TEATRO DE LA PRINCESA. Forma la obra un grueso volumen en 4.°, y se halla de venta en todas las librerías al precio de 0 pesetas. Torneo nacional do Esgrima.—Reglamento de la fiesta organizada por la Sala de armas del Círculo de Labradores de Sevilla para el 25 del corriente mes. 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