12 Ágora PLAZA CULTURAL DE Un marido... que no lo fue De lejos y a mi alrededor Preguntas políticas y consideraciones sociales Don Manuel Sánchez Silva Carlos Caco Ceballos Silva PRIMAVERA 1995. Ya lo he dicho otras veces: los niños y los viejitos somos muy preguntones, y ésa y no otra es la razón por la que me sigo haciendo estas preguntas: ¿Por qué considera el PRI como secreto de confesión hacer público las manifestaciones patrimoniales de los empleados públicos? ¿Por qué cuando un gobernador del PRI entra, siempre encuentra todos los movimientos financieros correctos del anterior? ¿O es que los encargados de las contralorías son tan ciegos o inocentes que siempre encuentran correcto todos los egresos y nunca ven las “desviaciones de fondos” o los gastos superfluos? ¿Por qué razón el presidente dirigimos a los más cargados y dejamos para el último a los arbolitos más escuálidos. Cuando hay fiestas populares las gentes se encaminan a las más vistosas y estruendosas. En las peleas de gallos, los apostadores siempre le van al gallo más erguido y más lustroso y nunca apuestan al gallo flaco y desgarbado, y lo mismo pasa en las carreras de caballos, y así también es cuando vamos a las huertas, escogemos el árbol de mango, de guamúchil o de mameyes más cargado y nunca escogemos el arbolito que tiene dos o tres manzanas, pocas peras o chirimoyas. Así es que siempre o por ley natural, los cortes, los degüellos y las cosechas siempre nos ¿Por qué cuando un gobernador del PRI entra, siempre encuentra todos los movimientos financieros correctos del anterior? ¿O es que los encargados de las contralorías son tan ciegos o inocentes que siempre encuentran correcto todos los egresos y nunca ven las “desviaciones de fondos” o los gastos superfluos? de la República se cree tan sabiondo que no necesita de un consejo consultivo de mexicanos de buena cepa y no de egresados de Yale o de Oxford? ¿Ahora, en tiempos de crisis, por qué nuestros pastores quieren que el sacrificio para salir del atolladero sea a costa de las clases mayoritarias? ¿Acaso quieren nuestros dirigentes gubernamentales que empiezen o se incrementen los estallidos sociales, aumentan los secuestros y se vengan las revoluciones en las que todos perdemos? Hay muchísimo malestar y en todos los tonos, las mayorías se lo han manifestado al señor Presidente de la República y la pregunta obligada sería: ¿Por qué razón el señor Presidente se muestra tan obstinado? ¿Cuál será la razón por la que el señor Presidente no nos da el ejemplo rebajándose el sueldo y sus gastos y el de todos los empleados y funcionarios del primer nivel? ¿Por qué no empieza el sacrificio con las clases minoritarias que por lógica sufrirán muchísimo menos sus participantes? Por ley natural siempre se degüella el animal más gordo y nunca se empieza por los flacos. Cuando vamos a ciruelar, desde luego nos vamos a los que tienen más y nunca a los que tienen casi nada de fruta, de cereales, de carne, de diversión o de prosperidad, y así es también en esta crisis que ha sido obra del gobierno, él debe empezar a arreglarla con los que tienen mucho y de ninguna manera con los que casi no tienen y carecen de todo. En otras palabras, los dirigentes gubernamentales ponen en uso el dicho populachero: “al perro más flaco que se le carguen las pulgas”. Nunca, pero nunca, debemos engañarnos creyendo que la prosperidad se inicia desde abajo, la creación, el aumento o la regeneración de una economía se logra cuando las bases, es decir, las mayorías, viven con sus recursos, que éstos a su vez crean el consumo, esto crea empleos, fuentes de trabajo y nuevas oportunidades. Y así de sencillo es como el gobierno y los capitalistas, necesarios en cualquier sociedad, obtienen sus ganancias que invierten en nuevas fábricas y negocios que a su vez crean más empleos y fuentes de trabajo. La prosperidad nunca se logra aumentando las cargas fiscales a las mayorías, sino rebajándolas, aumentando sus Director General: Armando Martínez de la Rosa salarios y mejorando las prestaciones al jubilado. Así es que cuando aparece un vendaval con rayos y centellas los que tienen con qué taparse deben ayudar por humanidad y conveniencia a los que carecen de paraguas, y así, al final del mal tiempo, los muchos pronto estarán prestos para salir del atolladero, y así, todos, felices y contentos, a seguir bregando para salir airosos en la lucha continua que son nuestras vidas en todos los planos. Otro grave problema que a todos nos aqueja por parejo y que sea en el futuro de gravísimo perjuicio para ricos y pobres, sabios, ignorantes, judíos, cristianos o musulmanes, es la irrefrenada demografía, digo irrefrenada porque nuestras autoridades tan celosas y tan amantes de hacer planes, confeccionar máximas políticas, leyes y reglamentaciones, han cerrado los ojos ante este importantísimo asunto y ni siquiera han puesto taxativas que sean prácticas para disminuir la demografía. Muy prudente sería que los premios, facilidades y prerrogativas para los matrimonios fueran exclusivamente para el primer hijo, así en esta sencilla forma los casados o amancebados se pensarían dos veces para seguirle dando trabajo a la cigüeña, al enterarse que ya no habrá vacaciones, premios, ni ayudas para el segundo parto, y que el DIF, que sirve para que se luzcan las señoras de los altos funcionarios, dedique una gran parte de su presupuesto hacia los ancianos pobres, enfermos desvalidos y discapacitados carentes de recursos. Estas medidas de llevarse a cabo serían bendecidas por los niños actuales y los jóvenes que ya están encaminados a la era de las responsabilidades. Sigo teniendo mucha fe en el entusiasmo y responsabilidad de la juventud estudiosa y trabajadora, por lo que vuelvo a apelar por enésima vez a los grupos estudiantiles de ciencias políticas, económicas y sociales, a fin de que ellos estudien, corrijan, afinen, agreguen o quiten algo o mucho de mis sugerencias sociales, a fin de que ya arregladas las presenten como suyas ante las autoridades, y será muy satisfactorio que dicha sugerencia sea puesta en práctica para ayudar a solucionar males que aquejan a las mayorías, o soluciones que serían en beneficio de nuestro país. Ojalá y mi excitativa llegue a conocimiento de algún profesor con criterio, a fin de que él conduzca a su grupo universitario a empezar a participar en las soluciones que beneficiarán a México y a sus conciudadanos. * Empresario, historiador y narrador. † Coordinador: Julio César Zamora Velasco Imágenes: Fotos de Archivo. Correo: [email protected], [email protected] (24 de junio de 1960) Ágora VIÑETAS DE LA PROVINCIA 6 PLAZA CULTURAL DE Domingo 25 de Enero de 2015 2325 Volcán de Colima, foto de Salvador Jacobo. ESCRIBEN: Pedro Lizarda y Cinthia Mancilla pág.2, Norma Navarrete, Miguel León y Alberto Flores pág.3, Éricka Trejo pág.4, Historia pág.5, Eduardo Mejía pág.7, Enrique Herrera pág.8, Carolina Contreras y Alejandro Méndez pág.9, Javier Chávez, Azul Sevilla y Félix Martínez pág.10, Javier García pág.11 y Carlos Caco Ceballos pág.12 2 Ágora Ágora PLAZA CULTURAL DE PLAZA CULTURAL DE 11 Callejón de Sombrereros Danzar es… El miércoles Cinthia Mancilla Presentación de libro sobre Gregorio Torres Quintero A mis maestros: Israel y Chelo. Julio César Zamora Este próximo miércoles presentarán el libro Yo Gregorio Torres Quintero, de la autoría de María de los Ángeles Rodríguez Álvarez, en el Archivo Histórico y Hemeroteca de la Universidad de Colima, a las 7 de la tarde. Además de la autora, reconocida como Mara, los presentadores son Rogelio Ventura Ramírez, Juan Carlos Yáñez Velazco y Ernesto Terríquez Sámano, mientras que el moderador será Rogelio Pizano Sandoval. El libro, una exhaustiva investigación de María de los Ángeles, ahonda sobre la vida y obra de Torres Quintero, el profesor, pedagogo, cuentista e innovador en sistemas de enseñanza en México. Resistencia Pedro Lizarda Me resisto a ella con la fatiga del hombre viejo porque viene y va nunca estoy contento me hace descansar exhausto sentirme aunque sea por unos instantes un poco iluminado un tanto necesario Amigos Alberto Ocón Mis amigos decadentes Nadie puede con ellos Son desgracia de lo peor Somos desperdicio social Ni una luz ni una estrella Necesitamos fenecer Sin decir adiós ni nada Sólo escuchar la música Las canciones lejanas Los sonidos para desaparecer Un día decidí dedicar mi vida a la danza y no me arrepiento. Gracias a ella he podido sensibilizarme, amanecer tras amanecer, ensayo tras ensayo, he podido amar verdaderamente con el corazón pleno, apasionarme de cada cosa que realizo. A través de ella descubro el mundo cada día. La danza es mi vida porque con ella puedo entregarme sin límites, es la música sin la cual el mundo deja de hablarnos; el movimiento que se convierte en el eco de esa voz interna. Gracias a la danza cambiaron mis costumbres, mis prioridades, mis sueños; me ha enseñado a valorar cada esfuerzo, a trabajar en equipo, a ser tolerante, a ver al otro como mi hermano, a ser mejor ser humano. La danza me ha llevado a encontrarme con nuevos rostros, lugares llenos de magia, experimentar sensaciones únicas. Me ha otorgado el hermoso regalo de plantarme en un escenario, escuchar el ferviente aplauso del público y entender que es un tesoro incomparable. Para el gremio dancístico, abril es un mes especial debido a que el 29 celebramos el Día Internacional de la Danza, establecido así por el Comité de Danza del Instituto Internacional del Teatro de la UNESCO como homenaje al gran bailarín francés Jean Georges Noverre, nacido en esta fecha. Maestros, coreógrafos y bailarines tenemos motivos de sobra para disfrutar y bailar; celebremos nuestro día de la danza alborotando el corazón con cada movimiento, cada aplauso, cada gota de sudor derramada no sólo en el escenario, también en ese salón de ensayos. Sembremos en nuestros pequeños alumnos la sutil chispa de nuestra noble disciplina, sembremos en ellos el amor y pasión por un arte que une y humaniza. Sea cual sea nuestra forma de festejar: algunos bailando, otros dejando toda su energía en una clase o ensayo, algunos más enseñando y corrigiendo posturas corporales a nuevos talentos o aquellos sumergidos en una vida de recuerdos dedicados a este arte. Sea cual sea gritemos al mundo por qué elegimos vivir de la danza y para la danza, porque no sólo se convierte en el medio de expresión que decidimos para decir lo que no podemos con palabras, la danza es nuestra forma de vida. ¿Qué haríamos sin nuestra danza? ¿Qué haríamos sin esa confianza plena que hemos buscado y encontrado para superar los caminos sin salida? Por eso, profesionales de la danza, gritemos que vivimos este arte día a día como un honor, como una nueva oportunidad de remendar nuestros egoísmos, altanerías, egocentrismos. No puedo imaginarme mi vida dedicada a otra profesión. Siento que nunca terminaré de danzar, aun cuando mis piernas explosivas y mis pies gasten su energía, aun cuando mi cuerpo no pueda, mi alma continuará danzando, seguirá expresando. La danza ha sido de lo más fiel que tengo y lo que este hermoso arte ha plantado en mí no me abandonará, tampoco la pertenencia que siento hacia mi danzar, ni mi esencia que le dejé clavada se borrarán, y por esto, por ese regalo invisible y por la constancia al pasar de los años y por regalarle a mi público mi corazón alborotado –que es al fin con lo que bailo y lo único que me queda–, quiero decir feliz día de la Danza, hagamos que cada día sea una nueva coreografía en nuestro cuerpo, en nuestro espíritu. Nunca dejemos de bailar, de mantener la luz prendida. Gritemos, callemos, corramos, bailemos, lloremos, soñemos, tropecemos y bailemos, amemos, odiemos pero bailemos, siempre bailemos. Recuerden que al paso de las lunas podemos perder, podrán quitarnos todo, pero nunca nuestro amor por bailar. Javier García Galiano “El agua y el aceite no se llevan –y parece ser que tampoco los escritores”, escribió Juan García Ponce al principio de “Amaos los unos a los otros”, uno de los textos que conforman su libro Desconsideraciones. Recordaba que en el Siglo de Oro el odio y la infamia eran una práctica común; “la historia de afrentas y venganzas podrían llenar varios manuales bastante menos aburridos que los que en general abruman a los estudiantes con sus monótonas fichas”. Refería que Tolstoi creía firmemente que Dostoievski era un malvado y que Dostoievski se postró de rodillas delante de Turgueniev “con el genial propósito de que el homenajeado se sintiera humillado”. No olvidaba que se ignora “si la reyerta de cantina en la que Marlowe encontró su poco edificante final fue el violento corolario de una discusión literaria” y advertía que la dedicatoria de Moby Dick de Herman Melville a Nathaniel Hawthorne ocultaba la perversa intención de aplastarlo con su genio por la incomprensión que el escritor admirado había demostrado por sus obras. “Y la interminable historia de silencios rencorosos y comentarios rechinantes se propaga hasta nuestros días, sin abandonar la misma pura y delicada tradición en diarios, cartas, biografías y artículos”. Fue, sin embargo, un artilugio oscuro lo que provocó que Cervantes escribiera la segunda parte del libro que llamamos Quijote, impresa hace 500 años. Aunque acaso el infame intentó que su nombre se adivinara, ha permanecido oculto bajo el de Alonso Fernández de Avellaneda, con el cual quizá De la historia de un libro le quiso demostrar su enemistad a don Miguel de Cervantes publicando una segunda parte apócrifa de las aventuras de don Quijote. Don Marcelino Menéndez Pelayo sostenía que se trataba de Alfonso Lamberto, al que le concedía poca importancia “por ser tan desconocido, apenas sacaría al libro de su anonimato”, y consideraba que había servido para que “la baja tendencia de su espíritu” hiciera “inestimable su obra, en cuanto sirve para graduar, por comparación o más bien por contraposición, los méritos de la de Cervantes”. Ignoro si Cervantes sospechaba la identidad de aquel que había perpetrado la infamia de escribir una segunda parte apócrifa, pero su respuesta fue contundente: un libro todavía más admirable que el libro que continúa... Quizá desde antes de la publicación de Pedro Páramo, la difamación ha acechado a Juan Rulfo. En cafés de mala leche, en cantinas asépticas, en cocktails en los que se bebe vino barato, en cenáculos de pretensiosos malogrados, en ferias de vanidades, en fiestas de resentidos, en mentideros tediosos se han repetido cansinamente zafiedades que no han podido denostar a Juan Rulfo, el cual sabía que hablar es una compulsión común en la ciudad y respondía con el silencio. Entre los infundios que se han reiterado fatigosamente, uno de los más ridículamente inverosímiles sostiene que Rulfo entregó al Fondo de Cultura Económica un manuscrito informe de casi mil cuartillas y que los editores, sobre todo Alí Chumacero, le habían dado la forma de Pedro Páramo. Otras versiones le atribuyen a un supuesto amigo Entre los infundios que se han reiterado fatigosamente, uno de los más ridículamente inverosímiles sostiene que Rulfo entregó al Fondo de Cultura Económica un manuscrito informe de casi mil cuartillas y que los editores, sobre todo Alí Chumacero, le habían dado la forma de Pedro Páramo. suyo la configuración esencial de ese libro. Aunque Alí Chumacero negaba haber corregido más que quizá una coma o un punto y coma del texto de Rulfo, no ha faltado quien persevere en ese error malévolo que acaso también ha infamado a Chumacero. En Apulco y en San Gabriel se recuerda a Juan Rulfo como un lector compulsivo; todavía hay en Guadalajara quien habla de su discoteca cuidadosamente ordenada, los becarios del Centro Mexicano de Escritores conocieron su sapiencia y su rigor literarios cuando era tutor. En 2005, al cumplirse el cincuentenario de la publicación de Pedro Páramo, el Instituto Nacional de Bellas Artes editó tres fragmentos de ese libro impresos antes de su primera edición como “Un cuento” en la revista Las Letras Patrias, “Fragmento de la novela Los murmullos” en Revista de la Universidad de México y “Comala” en Dintel, además de algunas páginas del mecanuscrito, que acaba de reeditar la Universidad de México, la Fundación Juan Rulfo y la Editorial RM con el título de Pedro Páramo en 1954 y textos de Jorge Zepeda, Alberto Vital y Víctor Jiménez, que no sólo refutan las malversaciones de su creación, sino que permite, como “Los cuadernos” de Juan Rulfo, como algunas de las “Cartas a Clara”, adivinar el proceso creativo de un escritor riguroso, que corregía obsesivamente hasta encontrar el nombre justo, el verbo esencial, la palabra precisa, que destruía y escribía inexorablemente. Este pequeño volumen certero incita además a la relectura de un libro que parece inagotable como ciertos poemas. 10 Ágora 3 Ágora PLAZA CULTURAL DE PLAZA CULTURAL DE Árbol pájaro Norma Navarrete Complacientes Oh please God, wake me! Javier Chávez Cama Regresar a la inocencia Sólo a través de la música Félix Martínez Nosotros, los de siempre Somos soñadores No quitamos la vista de ella Ni de ninguna otra con falda Con la sonrisa complaciente Con simpatía por el diablo Guerras de silencios y sueños en ti tenemos, en batallas sin cuartel no te das por vencida aunque salgas renga. En tu pequeño llano florece la vida. Ahí entre paredes, estas tú, como paraíso del amor, de la amargura y de la muerte. Adiós Azul Sevilla Aún continuabas dormido cuando me fui, no supiste que me fue anunciado en sueños el adiós… Antes de partir, cerré mis ojos y así, así sentada junto a ti, sobre la orilla de la cama, Nosotros te damos el nombre de niño, de matrimonio o individual, y los años la experiencia. Guardas el secreto que todos conocen, secretos silenciosos que sólo a ti, se te confían. Inerte esperas cada noche a tu alma gemela que en silencio las recibes acurrucándolas, dándoles calor o las haces arder. El tiempo se desprende de tus cuerpos te di un beso de despedida… y tú vacía y desorientada, Así como llegué, o desapareces desmembrada me voy, en silencio, sin poesía… A mi hijo Edwing Amanecer. 7:10 a.m. One, Metallica Los pájaros niños balbucean trinos; Esa noche dios estuvo distraído apagando velas de todas las iglesias del mundo. Entró por la puerta principal, alguien le había dado las llaves del reino. Mi padre corrió –después lo supe– para impedir su fuego. El fuego del infierno es el fuego del amor rechazado. Mi madre, en medio de la noche oscura, debió pensar: “no sabe lo que hace”. Mi hermano fue sus últimos brazos abiertos. Apareció de repente en la puerta de mi cuarto. Alcé la mirada y no sé qué fue primero, si un infarto o una bala, pero disparó en medio de mi pecho ese hombre rubio barbado. Fueron veinte segundos los que seguí escuchando los auriculares que, en volumen máximo, traía puestos: Su estrategia en la vida: Volar y cantar. Cantamos a la hija del flautista tomas uno nuevo como llegaste. Miguel Ángel León Govea Árbol pájaro es abrir los brazos, los ojos. Y despegar tus ilusiones de un libro antiguo Llamado azul tralará. Amanece la vida Cada vez que una rosa nace En un jardín solitaria, con parámetro de artista Y papel de poeta. … Darkness imprisoning me /all that I see /absolute horror /I cannot live /I cannot die /trapped in myself… …body… … my holding… …cell… Y comencé a morir este relato. Árbol pájaro es abrir los brazos, los ojos Y despegar tus ilusiones de un libro antiguo Llamado tristeza Activando mis tonos de ave. Limpio mi nariz. Descubro el autobús que me traslada Con ruta del mar vestida de blanco. En la mano un reloj dorado, Recordemos Alberto Flores Calvario Da cada hora palpitando como niño. Revivamos nuestras noches Se viaja con un boleto a donde sea, Pensaremos en el pasado Con el mismo rostro. En tus uñas pintadas de negro No lo puedo suplir. En tu exquisito vestido beige En el vino tinto derramado Intento escribir un poema. Repetiremos lo que deseamos Mi hijo duerme. Lo que llevamos en el pensamiento Sonríe con la boca del sueño. Para robarte la vida y el cielo Es árbol pájaro. Ser la historia que nunca nos olvida La vida que siempre quise para mí 4 Ágora 9 Ágora PLAZA CULTURAL DE PLAZA CULTURAL DE Después de la goleada Erika Margarita Trejo Eso de ser mediocampista sabía que era la peor posición; era como cargar un estigma por el largo de tu vida. Todo podría haber sido fácil si las cosas quedaran en el terreno de juego y no se prolongaran y extendieran a tus días. Quizás había sido que era tanta la pasión futbolera, que todo el mundo te mira siempre como el de en medio, claro, sin saber siquiera cuán importante es tu posición: pa’ atrás y pa’ delante, pero siempre en medio, como el mediocre. LA FINAL Les dijimos que sacaran pa’ las chelas, y nadie mencionó nada. Se quedaron callados. Sólo El Marro, El Pingas y yo pusimos varo. Pinches coleros, dije para mis adentros. Y nos fuimos caminando por el campo de futbol. Eran las dos de la tarde. Nos habían metido una goleada Los Chigüilines del Río; 5-0 fue el marcador. Éramos los campeones y nos arrebataron el título de las manos. La pinche defensa no hizo nada, pero la delantera, ni qué decir. El Tuercas dijo que la borrachera de ayer fue la culpable; yo también pensé eso, pero la verdad es que el cuadro que traíamos iba de mal en peor; desde que Betillo se fue pa’ “el otro lado” y a El Franelas lo metieron a la cárcel, no habíamos tenido buenos goleadores; además, a partir de que El Muelas, nuestro DT, se había accidentado hace un año, cuando cayó de aquel edifico mientras lo pintaba y se fracturó la columna, se casó con su silla de ruedas y con la tristeza también. Nuestro equipo ya no daba para más. Alcanzamos a escuchar a El Burras que venía corriendo hacia nosotros mientras se secaba el sudor con su camisa azul con blanco y más sucia que la conciencia: “En la mochila traigo unos Sabritones y media cajetilla de cigarros; la neta, no traigo lana”. Nosotros reímos y le dijimos que le compraríamos una caguama, nomás porque era banda. El Marro seguía enojado, dijo que no hubo quién lo cuidara, y de nada le sirvieron los guantes que el Ayuntamiento le regaló hace un año por el título de El Mejor Portero. Nos detuvimos por la casa de láminas negras, donde una vez vivió el diputado de nuestro distrito. El día que ganó las elecciones, se olvidó de su apodo y de nosotros también. El Pingas dijo que lo esperáramos mientras se quitaba las espinilleras y nos comentó que Joel había bautizado a su hijo, que si le caíamos a la coleada. La verdad es que ya no estábamos unidos todos los jugadores, y entre los tres, juntamos nomás 130 varos y preferimos irnos a casa de Joel. La rechifla nomás se escuchaba, las porras enemigas hacían que los cánticos del ¡puuuuto! se escondieran debajo de la camiseta. Nada de pleitos ni reyertas, fue la advertencia después de la madrina que se armó en semifinales. La verdad es que ese día anduve desconcentrado todo el tiempo, antes y durante el juego. Por más que buscaba en la tribuna a Rosita, no la veía. Subí mis mejores fotos al Face y hasta eliminé los comentarios corrientes de mis amigos. No quería que pensara que soy un mal tipo ni que del barrio no saldré; pero por más que la busqué, sin que se dieran cuenta ni el viento, no la pude ver. Joel, cuando nos observó en la puerta de su casa, nomás bajó la cabeza con la risa sostenida, y nos dijo: ¡Pinches maletas, pa’ nada sirven!; nosotros reímos, y cuando nos dimos cuenta, ya estábamos sentados en una mesa con una cerveza en la mano. Le pregunté que cómo se había enterado que habíamos perdido, y con esa simpatía que le caracteriza, pronunció: “Tengo Face, guey…”, y los cuatro brindamos a salud de su hijo. La verdad es que cuando el equipo gana, todos nos vamos a festejar; también había veces que perdíamos e igualmente nos largábamos por unas frías. Pero como dije, ya no era lo mismo. Tenía días que no veía a Rosita conectada, pensé que el ciber de la vuelta de su casa estaba cerrado, pero tampoco contestó mis mensajes al celular. Mi cuñado Paco, que fue en aquellos ayeres el goleador de nuestro cuadro, me dijo que a las mujeres hay que darles tiempo, que siempre son tan difíciles y raras, que más valía no hacerles tanto caso, que así hizo con mi hermana y solita cayó entre sus garras. Pero es que a mí me dolía no verla ni saber nada de ella, como si la tierra se la haya tragado en un respiro. Sólo de pensar que pudiera cambiarme por otro, una rabia de perro me recorría la piel. Los invitados vestían sencillamente pero se notaban elegantes, pero si no nos importó que anduviéramos mugrosos y sudados cuando llegamos al bautizo, menos cuando ya llevábamos más de cinco cervezas en la panza. La esposa de Joel nos atendía esmeradamente como si fuéramos parte de su familia y hasta una botella de tequila nos colocó en la mesa, dizque para animarnos por la derrota. Joel se veía feliz cargando a su primer hijo varón, pues puras mujercitas le había mandado Dios. No se parecía en nada al diputadillo que había salido de la colonia; Joel era abogado, y de los buenos, de los derechos, entregado a su familia, sencillo a más no poder. Así yo aspiraba a una vida: cómoda, sencilla, con casita y carro, mi Rosita a un lado y como cinco hijos. No pedía más. Ya tenía rato que a El Marro se le había quitado el coraje por haber perdido el partido y el campeonato, pero ya con varias chelas y tequilas, la revoltura le cayó mal, y mientras bailaba con una sobrina de Joel, se fue corriendo al baño a vomitar. El Pingas, horas después, dijo que El Burras le mandó un mensaje que decía: ¡Chinguen a su madre!, por haberlo dejado, y por la risa y tener la boca llena de cerveza, bañé a una señora que estaba al lado mío. Eran las 7 y la noche cubrió la fiesta que se hacía a cada minuto más agradable. Yo no recordaba ya la derrota, en lo único que podía pensar era en dónde estaría mi novia en esos momentos, y esperaba me extrañara como yo a ella. Fue la primera vez que sentí que la tristeza me ahogaba. Me encontraba solo en la mesa, quizás tenía cara de afligido, porque Joel se sentó a mi lado a platicar. “Cabrón, no te agüites, para el otro campeonato verás que ganarán. ¿O es que traes mal de amores? Nooo, vale, eso déjalo para los viejos como yo; a tu edad era feliz. Supuse que Joel ya andaba bebido y las palabras me las regalaba como consejos. “¿Sabes, cabrón?, hace una semana estuve platicando con Mauricio, sí, el diputado, seguido nos encontramos en asuntos, él con su política y yo con mis casos. Me había llamado ya unos días atrás a casa, porque no tenía mi número de celular, y nos encontramos en un café. Aquí en confianza, para que después no digas que ando de chismoso y porque la verdad tú me caes muy bien, el muy cabrón, que se las da de muy recto, pues me platicó que tenía a una muchachita embarazada y que necesitaba le echara la mano, ya ves, para desaparecer el problemita”. Escuchaba a Joel con mucha atención y al mismo tiempo me brotaba una sonrisa que fingía en cada segundo, por saber que el diputado ese no era tan serio y legal como uno creía. “Le comenté a Mauricio que se había pasado de nango, y que eso de darle gusto por nomás al cuerpo, nunca dejaba nada bueno. Le di una información de una clínica en Guadalajara donde trabaja mi cuñado, el hermano de mi vieja, y nos despedimos”. A mí sólo se me ocurrió pronunciar: “Pues qué nango, ¿no?”. Y Joel regresó con sus invitados y con su mujer a seguir bailando. Ya la señora a la que le había escupido la cerveza hasta brindaba conmigo desde su mesa y yo le respondía el brindis un tanto apenado. No encontraba ya la razón de seguir en ese convivio, porque quería estar solo, o al menos ver a mi Rosita y decirle que lo mío iba en serio, que me hacía falta, porque sin ella los pies se hacían torpes con el balón. Joel siguió bailando y se notaba cansado, pero fue hasta mi lugar y me extendió la mano para sacarme a bailar. Gritos y burla se escuchaban entre los alegres danzantes que parecían muñecos que les daban cuerda y que reían por el mínimo motivo. Le di mi mano y comencé a moverme entre el círculo que hasta bohemio era ya. “No, no, no, el coco no, el coco no; no te me subas al coco no; no te me subas al coco no… nena no, nena nooooo”… y la cumbia hacía que el festín se hiciera más agradable. -Cabrón, ¿conoces a doña Chona? –me preguntó Joel–. -Cómo no, ella… -Pues Mauricio embarazó a la más chica de sus hijas. Creo se llama Rosa. “No te me subas al coco no; nena nooooo”… La canción dentro de mí se apagó y el cuerpo se me entumió por unos segundos. -¿Estás seguro? -Claro que sí, sigue la pobre muchacha en Guadalajara; de hecho, el día de la semifinal fue todo el desmadre. ¿A poco la conoces? -No, guey, nomás pregunto. Sin más, regresé a sentarme en la mesa donde ya estaba El Pingas platicando con los padrinos del bautizado. Pero algo desconcertado, volví a pararme, y cuando menos esperé, ya estaba caminando rumbo a mi barrio. Con los pensamientos revueltos y el corazón también, recordé que traía en mi mochila la cooperación de las caguamas, y sin más, llegué al lado de la casa de El Muelas, a comprarme unas. Él se encontraba en su silla, en la banqueta, mirando algo que yo no podía ver y afligido quizás como yo me encontraba en esos momentos. Me senté a su lado, en pleno suelo, y abrí la primera de dos cervezas. -¿Te traigo un vaso, Muelas, pa’ que me acompañes? Y él seguía observando a la nada y me dijo: -Duele que te dejen como un perro. -Dímelo a mí, querido Muelitas. -Perdieron, ¿verdad? -Más que eso. Lo malo de ser mediocampista no es que seamos olvidados, sino que nadie sabe de nosotros. Como si recuperar el balón y establecer una jugada de gol se crearan solas. La velocidad se hace nada si no llevas el estandarte de goleador o ser gladiador defensivo, con el pecho de hierro y los pies pluma. El Muelas ya poco hablaba, y yo lo que menos deseaba en ese momento era pronunciar palabra alguna. Y seguimos mirando, juntos, al mismo rumbo, pero seguro volando nuestros pensamientos, sueños y dolores en otras direcciones, tocando nuevamente con nuestras soledades, aquellas cosas que jamás se hicieron y que caminaron acompañadas fuera de nuestros pies. Ahí estábamos, solos, como perros. Se terminaron las chelas y el dinero también; Muelas me tomó de la mano y dijo que lo metiera a su casa junto con su compañero Santo, el perro que siempre le cuidaba el sueño. Era tanto mi dolor que se hizo fiesta, y me fui bailando, como buen perdedor, como un buen mediocampista, rumbo a casa: “No, no, no, no te me subas al coco no, no te me subas al coco no: no, Rosita no, al coco noooooooooo”… Feroz Carolina Contreras Y hoy, siendo las 6 de la mañana, he descubierto que te odio, que te odio dolorosa y venenosamente, con mis ojos diciéndote mentiras. Te odio cuando son las 2 y recorres mi cuerpo, sin ataduras, con garras y dientes violentos que me dejan más viva que nunca; te odio con mis dientes que arrancan de tus labios mentiras; con mis manos rasgando tu espalda, queriendo quedarme tu piel entre mis uñas, tu espalda que me cubre del frío y que ha soportado ataques enemigos; con mis piernas asfixiando tus caderas prohibidas, con mis cabellos, que no hacen más que traicionar mi necesidad de alejarme. Te odio con cada sonido doloroso que sale desde mi garganta cuando nos odiamos en voz alta cuando apenas tomas tu camino y te grito que no eres mío, y no soy tuya, como tu enojo, cuando te reduzco a compañero de cama como mi dolor, cuando aceptas la oferta de no quedarte conmigo. Pero es que, es tanto mi odio, que apenas se desdibujan mis lágrimas regreso a verte protestar y sonrío, imaginando los abrazos que me das cuando me molesto por tu libertad descarada, cuando en un intento inútil de demostrarme que esto no es superficial me das besos de azúcar, repletos de veneno condimentados con una esencia de libertad que sabe -pero sólo sabe- a amor. Finalmente admito que esto que tenemos es algo que ni las metáforas pueden explicar “complicidad pura”, dicen algunos, “dolor innecesario”, dicen otros, “arranques unidos por frivolidades”, dicen los demás… Pero ingenuamente me atrevo a decir que somos los que se acuestan a enfrentarse feroz y tiernamente en esta línea delgada, en esta trinchera donde las balas rozan nuestros cuerpos en este lugar lleno de miedos sin sol ni sombra, sin frío y sin calor. Llueve, Justino, sobre ti llueve Alejandro Méndez Trujillo “Parece que va a llover”, fue lo último que escuché salir de la boca de Justino. Después murió, y aunque hubiera querido escuchar más, no hubiera podido de todas maneras, porque mientras las palabras se le iban escapando de la boca sus manos dejaban de jalar el cuello de mi camisa. “Sí, Justino, parece que va a llover”, fue lo último que alcancé a contestar, y ni siquiera estoy seguro de que haya escuchado mi respuesta. Y tenía razón, como la había venido teniendo toda su vida atrás, todo aquel tiempo en que yo había conocido a Justino, al Justino muerto que ahora empezaba a mojarse con las gotas de aquella anunciada lluvia. Olía a tierra mojada, pastura verde, agua corriendo de lluvia, golpeando el lodoso suelo y Justino seguía impasible, quieto, como mi recuerdo de él: bajo las nubes, sobre el agua que convertía el arenoso suelo en una masa lodosa, en la cual reposaba Justino, con los ojos abiertos y observando el cielo. Con una mano sujetaba la solapa de mi camisa y con la otra mi propia mano que aún sujetaba el mango del verduguillo que atravesaba su vientre. Una vez más Xavier Paredes Magaña ¿Por qué será que siempre te recuerdo? Que una y otras mujeres llegan y se van Como si jamás pudiera enamorarme ¿Dónde estás alma mía? Sigo incompleto Los años no hacen olvidar, sólo te confirman Ni trescientos años más serían suficientes No puedo decir adiós, no puedo ni quiero Lo que deseo es ver tu pelo en el viento Una vez más la inolvidable caricia de tus ojos No sé cuándo ni dónde, pero sé que volverás 8 Ágora Ágora PLAZA CULTURAL DE PLAZA CULTURAL DE 5 Proyectos Enrique Herrera González Dios no te hubiera dado la capacidad de soñar sin darte también la posibilidad de convertir tus sueños en realidad. Hector Tassinari El ser humano dispone en su interior todo aquello que le es necesario para cumplir cabalmente con el proyecto de su existencia terrenal, entender y descubrir esta realidad dinámica, constituye el brinco cuántico que transforma el destino y conocimiento del lugar que ocupa en la creación misma. Y aunque parezca fantástico, en el proyecto están incluidas todas las condiciones que rodean a la persona, desde la familia donde nace, país, personas con las que se encuentra en su camino, circunstancias. Sin embargo, la realización del proyecto personal exige conocimiento, pues en el transcurrir de la vida es necesario intentar descifrar ese misterio que la constituye. Cuando se vive sin ver los chispazos fugaces con que la vida nos señala rumbos es muy fácil perderse en ese submundo de falsedad, que hoy en día existe en abundancia, alimentado principalmente por la televisión, amén de los otros medios de comunicación, el consumismo, los fanatismos de toda índole, que proyectan la mirada de los atorados hacia la fantasía que hace perder la ruta real de la vida. Esos señuelos de falsa alegría, de “éxito”, derroche, glamour, poder, son los espejismos con que las nuevas generaciones están abstraídas y justamente la razón de su pérdida total. Pero el recurso para reorientar la existencia está ahí, a la vuelta de la mirada hacia el interior humano, hacia su corazón, que es la salida y meta al mismo tiempo del destino personal. ¿Conocía Obama, o su mamá, su papá, abuelos, que ese niño, hijo de divorciados y de origen étnico distinto sería Presidente del país más poderoso del mundo? Y era su proyecto el serlo. Un proyecto personal (tal cual el de cada quien) sin duda, pero de origen infinito o divino, en donde para su realización tiene que participar el individuo con su decisión exacta en los momentos claves de su existencia. Pero si se está distraído, entonces tal proyecto se perderá irremediablemente. Al revelar la maravilla que somos por ser creaturas producto de la creación misma, empezamos a sentir la vida a experimentarla intensamente, entonces podemos estar seguros que la vida ha entrado en uno, que somos más abiertos y más vulnerables, que sentimos más, que percibimos más. Apreciamos en nuestro rededor cosas pequeñas maravillosas, somos como niños que en jardín juega con orugas, mariposas, huele las flores, en un asombro continuo y divertido, y lo divino le acaricia el alma. El vivir bajo ese encanto, nos permite maravillarnos de continuo, aprendiendo y conociendo, pero sin abstraernos en ese conocimiento, sino en un asombro continuo que no deja lugar para el ostracismo. Nadie sabemos lo que es la vida, pero sí todos podemos vivirla y en ese encuentro maravilloso darnos cuenta de lo afortunados que podemos ser cuando simplemente vivimos, de maravilla en maravilla, como si una sorpresa fuera nuestra compañera de vida permanente, dándonos cuenta que cada instante es nuevo y en ese entorno se comprende que la vida es buena, dándole vuelta a la hoja del sufrimiento a la que muchos En la historia del arte… religiosos nos han querido encadenar. Cuando se voltea hacia el interior humano entendemos que poseemos semillas de creación y que el futuro radica en esas semillas, y no en la necesidad a donde se enfocan todas las teorías y filosofías del conocimiento humano. Cuando tenemos una dificultad o problemas, al buscar en el interior vamos a descubrir el potencial enorme de posibilidades para su solución, y entonces, a partir de ese momento todo el enfoque deberá ser solamente a su solución, desprendiéndonos del problema por completo. Muchos problemas que el ser humano confronta en un momento dado, son consecuencia sin duda de haber tomado malas decisiones, previas a la dificultad y suceden por no haber puesto atención a las conse- descubre que posee la capacidad de generar bienes que son necesarios para los demás, que tiene talentos únicos, en ocasiones muy distintos a los que le hicieron creer en las instituciones educativas o la televisión y el fanatismo que tenía, entonces una auténtica liberación sucede en su existencia y la vida se torna en un fluir armonioso, pues ahora sí es la sabiduría la que toma el control de su devenir. En 1944, Borges escribió El jardín de los senderos que se bifurcan, que es un ensayo maravilloso que nos describe cómo la sutileza de la vida nos va presentando a cada paso de la misma múltiples opciones de desarrollo y el papel que juegan las decisiones que, inteligente o torpemente, va tomando cada quien con los resultados a tales acciones. Y es que este ciego feliz supo caminar No existen escuelas donde se tenga como propósito formar seres humanos felices, bondadosos o creativos en términos de alegría, sino lo más ajustado posible a un robot eficiente al que se le chantajea, para que crea que fuera del sistema de producción al que pertenece no puede subsistir de una manera decorosa. cuencias de acciones realizadas superficialmente, e inconscientemente. El individuo vive etapas más o menos secuenciales y son los primeros 30 años de vida de aprendizaje y los siguiente 30 de producción, lo razonable fuera que la vida a partir de entonces ya tuviera los cimientos exactos para que su continuidad fuera serena, equilibrada en paz, pero desafortunadamente en un porcentaje muy elevado de seres no es así, sino que justamente entonces es cuando muchos atraviesan por grandes crisis existenciales de múltiples órdenes, producto de su falta de planeación de manera objetiva hacia el futuro. Pero, ¿quién prevé lo que ha de venir si ni siquiera se conoce cuándo será el final del camino humano? Precisamente, por esa razón debemos aprender a estar atentos siempre, para observar en la medida de lo posible las consecuencias de los actos que vamos realizando, y cuando se obra así, entonces la vida puede ejecutar realmente el proyecto que planeamos previamente, aunque para ello se necesitan tener cimientos de conocimientos sobre qué somos y cómo funciona la vida, pues por desgracia no existe hoy en día quién los proporcione. Las actuales instituciones de enseñanza académica están enfocadas a producir entes productivos y útiles necesarios para la maquinaria generadora de capital económico en beneficio de unos pocos, olvidando por completo a la persona humana. No existen escuelas donde se tenga como propósito formar seres humanos felices, bondadosos o creativos en términos de alegría, sino lo más ajustado posible a un robot eficiente al que se le chantajea, para que crea que fuera del sistema de producción al que pertenece no puede subsistir de una manera decorosa, pero cuando Ágora 25 de enero 1882.- Nació Virginia Woolf, novelista, ensayista, editora, feminista y escritora de cuentos británica, considerada como una de las más destacadas figuras del modernismo literario del siglo XX. Sus obras más famosas incluyen las novelas La señora Dalloway (1925), Al faro (1927), Orlando: una biografía (1928), Las olas (1931), y su largo ensayo Una habitación propia (1929), con su famosa sentencia “Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción”. Fue redescubierta durante la década de 1970, gracias a este ensayo, uno de los textos más citados del movimiento feminista, que expone las dificultades de las mujeres para consagrarse a la escritura en un mundo dominado por los hombres. 1920.- Murió el escultor y pintor Amedeo Modigliani, perteneciente a la Escuela de París, donde convergieron un grupo heterodoxo de artistas en el periodo de entreguerras (1915-1940), vinculados a diversos estilos artísticos como el posimpresionismo, el expresionismo y el surrealismo. La rapidez de ejecución en sus obras le hace famoso, además de que nunca retocaba sus cuadros, sin embargo, quienes posaron para él decían que era como si hubiesen desnudado su alma. Tanto sus estatuas como sus retratos se reconocen por los ojos almendrados, de memoria, existir una vida donde la decisión máxima fue justamente la de ser feliz, pues su mayor anhelo no era el ser reconocido o admirado, sino el de saber estar en el mundo sin más anhelo que el de ser recibido en su condición humana. El descubrimiento de si mismo lleva a comprender que se puede resolver toda dificultad que la vida conlleva, sabiendo ver anticipadamente y elegir el sendero que ha de tener la consecuencia exacta a tal elección, y comprender que se poseen las herramientas y recursos necesarios en el interior humano para tal fin. El capital más valioso que todos poseemos se produce al descubrir esa fuente inagotable de bienes que surge de ese campo vasto e infinito del cual procedemos y del que sólo nos alejamos cuando no entendemos esa unidad perfecta, que está ahí, a la vuelta de nuestra mirada hacia lo auténtico, lo real que radica en ese interior del que tanto hablo y para muchos (la gran mayoría) de ciegos materialistas no alcanzan a percibir por tener su mirada ausente en lo falso, en lo externo e ilusorio, como es en el poseer y el tener poder, y eso son sólo las sombras de esa luz que procede de fuente de todo lo visible y lo invisible. Eclesiastés 15:11 No digas: “Fue el Señor el que me hizo claudicar”, porque él no hace nunca lo que detesta. 12 No digas: "El me hizo extraviar”, porque él no necesita de un hombre pecador. 13 El Señor detesta toda abominación, y nada abominable es amado por los que lo temen. 14 Él hizo al hombre en el principio y lo dejó librado a su propio albedrío. [email protected] las bocas pequeñas, las narices torcidas y los cuellos alargados. 1990.- Falleció la actriz Ava Gardner, considerada una de las grandes estrellas del siglo XX y como uno de los mitos del Séptimo Arte. Su gran oportunidad en el cine llegó en 1946 con dos títulos: el thriller Whistle stop, en el que tiene un papel principal junto al mítico -y hoy olvidado- George Raft; y el drama negro basado en una historia de Ernest Hemingway, Los asesinos, donde se lucía junto a un también jovencísimo Burt Lancaster y al siempre excelente Edmond O'Brien. Esta última película será la que la ponga en el mapa dentro de la industria de Hollywood. La noche de la iguana (1964), basada en la obra teatral de Tennessee Williams, es considerada una de sus mejores actuaciones, compartiendo créditos con Richard Burton y Deborah Kerr. 26 de enero 1992.- Murió José Ferrer, actor y director de cine puertorriqueño. Participó en más de 60 películas y muchas obras teatrales a lo largo de su carrera. Sabía hablar cuatro idiomas: castellano, inglés, francés e italiano. Obtuvo tres nominaciones a los Óscar, consiguiendo la preciada estatuilla por su papel en Cyrano de Bergerac (1950). Sus otras dos nominaciones le llegaron de la mano de Juana de Arco (1948) y Moulin Rouge (1952) en la que daba vida a Henri de Toulouse-Lautrec. Debutó como director y productor en la película The Shrike (1955). 27 de enero 1979.- Falleció Victoria Ocampo (1891-1979), una escritora, intelectual, ensayista, traductora, editora y mecenas argentina. Publicó diversos libros como La laguna de los nenúfares (1926), diez tomos de Testimonios o Tagore en las barrancas de San Isidro (1961). 28 de enero 1853.- Nació el escritor y político cubano, José Martí, héroe de la independencia de Cuba y poeta precursor del modernismo. En el campo de la poesía sus obras más conocidas son: Ismaelillo (1882), Versos sencillos (1891) y Versos libres Flores del destierro. Sus ensayos más populares son: El presidio político en Cuba (1871) y Nuestra América (1891). Cabe también destacar su obra epistolar, por lo general bien apreciada literaria y conceptualmente. 1887.- Se colocó la primera piedra de la torre Eiffel, símbolo de París. Retrato de Jeanne Hébuterne (1917), pintura de Amedeo Modigliani. Colección privada, Washington. 29 de enero 1860.- Nació Anton Chéjov, médico, escritor y dramaturgo ruso. Encuadrable en la corriente naturalista, fue maestro del relato corto, siendo considerado como uno de los más importantes escritores de cuentos de la historia de la literatura. En 1886 se había convertido ya en un escritor de renombre. Ese mismo año publicó su primer libro de relatos, Cuen- Ava Gardner, una de las actrices más emblemáticas de Hollywood que nunca recibió el premio Óscar. tos de Melpómene; al año siguiente ganó el Premio Pushkin gracias a la colección de relatos cortos Al anochecer. En teatro, El jardín de los cerezos (1904) ha sido una de las obras más interpretadas a lo largo de los años. 30 de enero 1933.- Se emitió el primer episodio de El Llanero Solitario, un personaje creado por el escritor Fran Striker. Es un ranger de Texas enmascarado del viejo oeste de USA, interpretado originalmente por Paul Halliwell (voz en la radio). La primera aparición del Llanero fue en un programa de radio estadounidense que permaneció mucho tiempo en antena, creado por el productor George W. Trendle. 31 de enero 1908.- Nació Roberto Chavero, quien utilizó el seudónimo de "Atahualpa Yupanqui" (en quechua, el que viene de lejanas tierras para decir algo), fue cantautor, guitarrista, poeta y escritor argentino. Se le considera el más importante músico de folclore. De las 325 canciones de su autoría registradas oficialmente, pueden citarse La alabanza, La añera, El arriero, Basta ya, Cachilo dormido, Camino del indio, Los ejes de mi carreta, Le tengo rabia al silencio, Milonga del solitario, El poeta, entre muchas otras. 6 Ágora Ágora PLAZA CULTURAL DE PLAZA CULTURAL DE Librero VIÑETAS DE LA PROVINCIA Un marido... que no lo fue Don Manuel Sánchez Silva Concha Campuzano, que aún vive radicada desde hace muchos años en la capital del país, fue indudablemente en su juventud la muchacha más bonita de Colima. Alta y bien formada, blanca, de ojos negros aterciopelados, pelo oscuro rizado y sedoso, boca de labios voluntariosos fácilmente contraíbles en mohínes caprichosos y despectivos, cejas que por lo perfecto de su arco parecían dibujadas a pincel, y, desprendiéndose de su atractivo físico, cierta personalidad cautivante que bien hubiera podido recordar la "Gratia Plena" de Amado Nervo: "Quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar". Fueron sus padres don Ezequiel Campuzano, originario de Zamora, Michoacán, artista de zarzuela y destacado tenor, y doña Rosario Guerra, descendiente de una antigua familia de Colima. A raíz de su matrimonio fundaron el hotel Carabanchel, que primeramente estuvo donde ahora se encuentra el hotel Casino y posteriormente, hasta su clausura, en la casa de dos pisos de la última calle de 5 de Mayo, donde se hospedó Benito Juárez de paso por Colima, y en la actualidad ocupa un colegio católico. Doña Chayo, como general y cariñosamente se le llamaba a la señora, fue una mujer inteligente, dinámica y organizadora, que a base de energía y buena administración hizo de su establecimiento el mejor de la ciudad. En lo íntimo, era terriblemente pasional y apegada a los suyos. Adoraba a su marido, del que siempre vivió celosa, con o sin motivo, e idolatraba a sus hijas: Rosa, la mayor, y Concha, tema central de este relato. Gracias a la generosidad ilimitada de su madre, las dos hermanas disfrutaron desde niñas de una vida privilegiada. Telas de lo más fino, alhajas, perfumes, paseos y todo género de halagos, que doña Chayo proporcionaba con prodigalidad que en ocasiones le implicaba sacrificios y descalabros económicos, pero que, a través de su desmedido amor por las muchachas, se convertían en inigualables satisfacciones. Sin embargo, en contraste con sus condescendencias maternales, doña Chayo fue intransigente en cuanto a separarse de sus hijas. Con gusto hubiera vendido el hotel y aceptado la más negra pobreza por complacerlas en un deseo, pero no permitir, ni a precio de su sangre, que alguna de ellas, especialmente Concha, se apartara de su lado. Las quería con fanatismo. Concha conoció al general Lázaro Cárdenas cuando fue traído a esta ciudad en febrero de 1924, después de que el general Rafael Buelna lo derrotó en Teocuitatlán. Era, por aquel entonces, uno de tantos generales, oscuro y pobre. La "Güera Plaza", que ha conquistado justificada fama de caritativa, se interesó por el militar en desgracia y costeó su curación. Al fracasar la revuelta delahuertista y triunfar el obregonismo, en abril del mismo año, Cárdenas fue ascendido y, de un día para otro, el cautiverio y la carencia de dinero y de significación se transformaron en poder, brillo e importancia. Concha vivió un romance con él, que le significó una discriminación social. Las gentes de aquel tiempo, quizás más escrupulosas y excesi- vamente intolerantes, le aplicaron la ley del hielo, y la hermosa muchacha, más que nunca fascinadora, se sintió aislada en su cuarto privado del hotel de sus padres, donde nadaba en la abundancia y vivía regiamente, pero siempre sola. De vez en cuando se hospedaba en el Carabanchel algún viajero joven, que durante su permanencia en Colima constituía para Concha una oportunidad de distracción, y eso era todo. Así fueron pasando los años, sin que doña Chayo aceptara la perspectiva de que sus hijas viajaran y se desaburrieran en otras partes. Aquí, junto a la vigilante mirada materna, todo lo que desearan, pero fuera de ella, nada... Tres o cuatro amigos, viejos y desinteresados, visitaban a Concha de tarde en tarde y ella les hacía sus confidencias: –Estoy harta. Vivo en una prisión. Mi pieza podrá ser una jaula de oro, pero jaula al fin y al cabo... Para mi madre no ha corrido el tiempo y sigue pensando en nosotras como si tuviéramos quince años. En enero de 1930 arribó a Colima una compañía de drama y comedia. Sus componentes eran artistas modestos y el primer actor, llamado Francisco Muñoz, se alojó en el Carabanchel. Después de dos o tres semanas de representar en el antiguo teatro Hidalgo, la empresa anunció la función de despedida con "El asombro de Damasco". Y en la tarde de ese último día, Concha, desesperada por el género de vida que llevaba, optó por un recurso extremo. Buscó a Muñoz y le dijo: –Voy a hacerle una proposición. Mírela usted como un negocio en que los dos podremos ganar. Yo me asfixio en Colima, pero no puedo emanciparme sin provocar un escándalo familiar de consecuencias imprevisibles. Mi madre es capaz de todo. Ustedes trabajarán ahora por última vez, ¿no es así? –Así es. Ya liquidé el hotel. Mañana saldremos por el tren de Guadalajara. –¿Y a dónde irán? –Al norte. Hay programada una gira por Sinaloa, Sonora, Nuevo León y Tamaulipas. –Perfectamente. El negocio es éste: usted se casa conmigo hoy mismo... –¿Que yo qué...? –¡Espere! Déjeme hablar. Usted se casa conmigo ahora mismo y, en su condición de marido, mañana me tendrá que llevar como su mujer legítima. Pero llegando a la primera ciudad en que vaya a actuar, nos divorciamos inmediatamente... Muñoz era hombre de mundo. Comprendió la situación y sonrió interesado. Le gustaba la aventura. –Perfectamente, pero hasta ahora no veo sino la parte de usted en el negocio. La mía, ¿cuál será?, ¿qué ventaja obtendré por meterme en ese lío de casarme y divorciarme al hilo? –Dos mil pesos que le entregaré inmediatamente después de firmar el acta. Dos mil pesos en oro... Y mire usted: no hay para que esperar; se los daré enseguida. suya. Un héroe casi desconocido Eduardo Mejía (24 de junio de 1960) El hombre pensó unos cuantos segundos... –¡Hecho!... -y alargó la mano. –¡Hecho!... -contestó Concha, extendiendo la Y en un apretón quedó sellado el convenio. Dos de sus amigos, Heliodoro Fuentes Álvarez y Gabriel Hinojosa, impuestos del plan, fueron a pedirle al presidente municipal la dispensa de publicaciones y, con el oficio en mano, la pareja se presentó en el Juzgado del Registro Civil, donde se consumó el matrimonio. Por la noche, doña Chayo y sus dos hijas ocuparon una platea en el teatro Hidalgo. Concha se presentó bellísima. La ilusión de romper las cadenas y vivir su vida acentuaba su hermosura. Terminó el último acto de "El Asombro de Damasco" y las tres mujeres regresaron a su casa, donde ya esperaba a doña Chayo la noticia de lo acontecido. ¡Y aquello fue Troya! La discusión, intercalada con gritos iracundos y sollozos enternecedores, despertó a todos. Uno de los huéspedes, abogado de profesión, se presentó en la escena familiar. –¿Ocurre algo? ¿Puedo ser útil? Doña Chayo, recordando en su pena que el intempestivo interlocutor era hombre de leyes, le expuso el caso: –Sí puede sernos útil, licenciado. Pase usted. Imagínese que Concha se casó con un cómico, para divorciarse luego... Le dio no sé cuánto para que se presentara... ¿Qué le parece a usted? –Pues me parece que no podrá divorciarse "luego". La situación fue mal planteada. Conforme al Código Civil, ningún juez podrá declarar disuelto el vínculo matrimonial, sino después de un año de haberse celebrado el matrimonio. Es el término mínimo... –¿Un año, dice usted? -prorrumpieron a un tiempo mismo, aun cuando con diferente entonación, la madre y la hija... –¡Un año! -ratificó el abogado-. Durante ese lapso, usted, señorita -dirigiéndose a Concha-, será la mujer legítima de su marido, quien tendrá sobre usted todos los derechos que la ley le concede... –¡Un año! -repitieron doña Chayo, consternada, y Concha, sorprendida... En ese momento, alguien avisó que el señor Muñoz había llegado al hotel. –¡Que suba inmediatamente! -ordenó doña Chayo-. Que suba ese comiquete... ¡Lo que va a oír de mi boca...! Y el cronista no sabe, en verdad, qué escuchara el señor Muñoz de boca de doña Chayo ni qué factores económicos o sentimentales hayan intervenido para solucionar el problema. Lo cierto fue que al día siguiente, el flamante esposo tomó el tren, como todos sus compañeros de teatro, y dejó Colima, mientras Concha quedaba en su torre de marfil... a la vista de doña Chayo... * Periodista, escritor y fundador de Diario de Colima.† Título: Gonzalo Robles: Una utopía sepultada Autora: Marcela Dávalos Editorial: El Tucán de Virginia/INAH Las generaciones que nacieron entre los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX vivieron etapas de desconcierto, cambios drásticos, tuvieron que elegir entre cierta comodidad y bienestar que recibían algunos estratos socioeconómicos, o ponerse del lado de quienes exigían cambios políticos y sociales; ellos dieron el respaldo que necesitaban los revolucionarios para ofrecer estabilidad y para hacer realidades sus promesas. Esas generaciones, muy ligadas entre sí, tuvieron plena conciencia de su importancia; Alfonso Reyes habló de sus contemporáneos en Pasado inmediato. Jaime Torres Bodet las retrató en Años contra el tiempo, los Contemporáneos resaltaron su calidad en la Poesía mexicana moderna; sobre todo, Manuel Gómez Morín, en un breve libro titulado 1915 define y fusiona fronteras; Enrique Krauze, en diversos libros, resalta las simpatías y diferencias y hace ver todos sus logros: la creación de instituciones que fueron, y son, indispensables para el desarrollo del país: el Banco de México, la Casa de España, el Fondo de Cultura Económica (FCE), además de las asociaciones políticas que devinieron en los partidos de oposición más representativos durante mucho tiempo, entre otras. Uno de los integrantes de la generación 1915 no era mexicano, pero el país le debe tanto como a los nacidos en él, el costarricense Gonzalo Robles, biografiado por Marcela Dávalos, quien sigue su travesía desde que abandona su pueblo y su país para venir a México, de donde no salió más que para representarlo en congresos, o con tareas cercanas a la diplomacia o a los estudios para mejorar la nación en diferentes aspectos; él fundó escuelas agrícolas en una época en la que la agricultura era fundamental y suficiente, dirigió el Banco de México, del que salió por causa del rompimiento entre Calles y Cárdenas, fundó el Banco de Crédito Agrícola y fue uno de los iniciadores del FCE, al que perteneció hasta su fallecimiento. La biografía es sobria, no se desborda ni pierde ecuanimidad, resalta, aunque a veces a trompicones, las tareas en las que destacó Robles, aunque no cuenta más que algunas líneas de su vida privada y sólo en una es indiscreta; se detiene en las creencias y desilusiones políticas del personaje, pero omite aspectos que podrían enriquecer el texto. Como la de muchos historiadores, la prosa de Dávalos es escueta, sin aristas ni adornos. Lo que vale es el rescate de alguien como Robles. Palabrología Autor: Virgilio Ortega Editorial: Crítica Editor de más de 5 mil libros, Ortega no sabe qué hacer con tantos conocimientos y decidió compartirlos con los lectores; como sabe mucho de etimologías (la verdad de las palabras), y como no podemos cargar el Corominas (sólo el abreviado, o el Corripio, concreto y contundente), nos ayuda contando la historia de la humanidad, y explica el origen de cada vocablo que usa; como muchos editores, carece de agilidad, no de pedantería (alarde de enseñanza); es pudibundo (no maneja palabrotas), y no incluye estas palabras. La magia de la canción... Autor: Roger A. Martínez Peniche Editorial: Conaculta Como indican nombre y apellido, el autor es yucateco, y elogia la en verdad excelente canción producida por sus paisanos durante gran parte del siglo XX; aunque a veces se hace bolas con qué parte de las obras son de ese estado. Piezas como “Mar”, tienen letra yucateca y música tapatía; hay esbozos biográficos que indican parentescos y afinidades, añade una explicación de las diferencias entre géneros, y una mínima antología, que asombra a ratos: en “Beso asesino” no dice “pica”, como canta el autor, sino “liba”, más erótico. Dodo Autor: Karen Villeda Editorial: Tierra Adentro Como título, este libro usa el nombre de un pájaro que no volaba y que se extinguió hace siglos, y en cada fragmento, o texto independiente que se comunica con todos los demás, la autora usa una fórmula que en matemáticas tiene un resultado exacto pero que en la Biblia significa el infinito; el ámbito es de piratas, tan salvajes como los de Stevenson aunque no tan crueles como el doctor civilizado; va de un terreno de aventuras como al erotismo forzado; buen manejo del ritmo aunque da la sensación de inconcluso. mica Las manos de Juliette Autor: Jaherer Mafi Editorial: Fondo de Cultura Econó- Después de llegar a Punto Omega, Juliette necesita aprender a controlar su poder para enfrentarse a Warner y vencer al Restablecimiento, sólo que no puede concentrarse, siente que todos le tienen miedo, y Adam, la única persona que la puede tocar, está distante, raro. Además no puede apartar de su mente el hecho de que Warner la besó ni el hecho de que también puede tocarla. La segunda parte de una historia interesante, que mantiene el interés, es fácil de leer y deja al lector a la espera de la continuación. 7
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