LA EDUCACIÓN COMO LUGAR TEOLÓGICO: LA PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA COMO APROXIMACIÓN A LA PEDAGOGÍA TEOLÓGICA AUTORA GLORIA HIDALGO MARTINEZ PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE TEOLOGÍA PROGRAMA DE LICENCIATURA EN TEOLOGÍA BOGOTÁ D.C 2011 LA EDUCACIÓN COMO LUGAR TEOLÓGICO: LA PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA COMO APROXIMACIÓN A LA PEDAGOGÍA TEOLÓGICA AUTORA GLORIA HIDALGO MARTINEZ Para optar por el título de Licenciada en Teología DIRECTOR LIBARDO ALIRIO HOYOS PEDRAZA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE TEOLOGÍA PROGRAMA DE LICENCIATURA EN TEOLOGÍA BOGOTÁ D.C 2011 ADVERTENCIA “LA UNIVERSIDAD NO SE HACE RESPONSABLE POR LOS CONCEPTOS EMITIDOS POR LOS ALUMNOS EN SUS TRABAJOS DE GRADO. SOLO VELARÁ PORQUE NO SE PÚBLIQUE NADA CONTRARIO AL DOGMA Y MORAL CATÓLICA Y PORQUE LAS TESIS NO CONTENGAN ATAQUES O POLÉMICAS PURAMENTE PERSONALES, ANTES BIEN, SE VEA EN ELLAS EL ANHELO DE BUSCAR LA VERDAD Y LA JUSTICIA”. REGLAMENTEO GENERAL DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA, ARTICULO 23 DE LA RESOLUCIÓN # 13 DEL 06 DE JUNIO DE 1964 CARTA DE AUTORIZACIÓN DE LOS AUTORES (Licencia de uso) Bogotá, D.C., 13 – 09 - 2011 Señores Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J. Pontificia Universidad Javeriana Cuidad Los suscritos: GLORIA CELIA HIDALGO MARTÍNEZ 59.827.366 , con C.C. No , con C.C. No , con C.C. No En mi (nuestra) calidad de autor (es) exclusivo (s) de la obra titulada: LA EDUCACIÓN COMO LUGAR TEOLÓGICO: La Pedagogía de la Esperanza como aproximación de la Pedagogía Teológica (por favor señale con una “x” las opciones que apliquen) Tesis doctoral Trabajo de grado X Premio o distinción: Si No X cual: presentado y aprobado en el año 2011 , por medio del presente escrito autorizo (autorizamos) a la Pontificia Universidad Javeriana para que, en desarrollo de la presente licencia de uso parcial, pueda ejercer sobre mi (nuestra) obra las atribuciones que se indican a continuación, teniendo en cuenta que en cualquier caso, la finalidad perseguida será facilitar, difundir y promover el aprendizaje, la enseñanza y la investigación. En consecuencia, las atribuciones de usos temporales y parciales que por virtud de la presente licencia se autorizan a la Pontificia Universidad Javeriana, a los usuarios de la Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J., así como a los usuarios de las redes, bases de datos y demás sitios web con los que la Universidad tenga perfeccionado un convenio, son: AUTORIZO (AUTORIZAMOS) 1. La conservación de los ejemplares necesarios en la sala de tesis y trabajos de grado de la Biblioteca. 2. La consulta física o electrónica según corresponda 3. La reproducción por cualquier formato conocido o por conocer 4. La comunicación pública por cualquier procedimiento o medio físico o electrónico, así como su puesta a disposición en Internet 5. La inclusión en bases de datos y en sitios web sean éstos onerosos o gratuitos, existiendo con ellos previo convenio perfeccionado con la Pontificia Universidad Javeriana para efectos de satisfacer los fines previstos. En este evento, tales sitios y sus usuarios tendrán las mismas facultades que las aquí concedidas con las mismas limitaciones y condiciones 6. La inclusión en la Biblioteca Digital PUJ (Sólo para la totalidad de las Tesis Doctorales y de Maestría y para aquellos trabajos de grado que hayan sido laureados o tengan mención de honor.) SI NO X X X X X X BIBLIOTECA ALFONSO BORRERO CABAL, S.J. DESCRIPCIÓN DE LA TESIS O DEL TRABAJO DE GRADO FORMULARIO TÍTULO COMPLETO DE LA TESIS O TRABAJO DE GRADO LA EDUCACIÓN COMO LUGAR TEOLÓGICO: La Pedagogía de la Esperanza como aproximación de la Pedagogía Teológica SUBTÍTULO, SI LO TIENE AUTOR O AUTORES Apellidos Completos Nombres Completos HIDALGO MARTÍNEZ GLORIA CELIA DIRECTOR (ES) TESIS O DEL TRABAJO DE GRADO Apellidos Completos Nombres Completos HOYOS PEDRAZA LIBARDO ALIRIO FACULTAD TEOLOGIA PROGRAMA ACADÉMICO Tipo de programa ( seleccione con “x” ) Pregrado X Especialización Maestría Doctorado Nombre del programa académico LICENCIATURA EN TEOLOGIA Nombres y apellidos del director del programa académico ALBERTO MUNERA DUQUE S.J TRABAJO PARA OPTAR AL TÍTULO DE: LICENCIATURA EN TEOLOGÍA PREMIO O DISTINCIÓN (En caso de ser LAUREADAS o tener una mención especial): CIUDAD AÑO DE PRESENTACIÓN DE LA TESIS O DEL TRABAJO DE GRADO NÚMERO DE PÁGINAS BOGOTÁ D.C. 2011 73 TIPO DE ILUSTRACIONES ( seleccione con “x” ) Dibujos Pinturas Tablas, gráficos y diagramas Planos Mapas Fotografías Partituras SOFTWARE REQUERIDO O ESPECIALIZADO PARA LA LECTURA DEL DOCUMENTO Nota: En caso de que el software (programa especializado requerido) no se encuentre licenciado por la Universidad a través de la Biblioteca (previa consulta al estudiante), el texto de la Tesis o Trabajo de Grado quedará solamente en formato PDF. MATERIAL ACOMPAÑANTE TIPO Vídeo Audio Multimedia DURACIÓN (minutos) FORMATO CANTIDAD CD DVD Otro ¿Cuál? Producción electrónica Otro ¿Cuál? DESCRIPTORES O PALABRAS CLAVE EN ESPAÑOL E INGLÉS Son los términos que definen los temas que identifican el contenido. (En caso de duda para designar estos descriptores, se recomienda consultar con la Sección de Desarrollo de Colecciones de la Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J en el correo [email protected], donde se les orientará). ESPAÑOL INGLÉS Pedagogía Pedagogy Educación Education Teología Theology Praxis Praxis Transformación Transformation RESUMEN DEL CONTENIDO EN ESPAÑOL E INGLÉS (Máximo 250 palabras - 1530 caracteres) Español La educación como lugar teológico plantea que no solamente se trata de conocer o trasmitir el contenido de una disciplina académica o reconocer su entorno y contexto, sino que como hecho social debe traspasar los límites de un enseñar, haciéndose vida, es decir, que todo hombre y toda mujer desde su realidad se deben sentirse llamados y comprometidos en lucha para la transformación de su realidad en torno al plan salvífico de Dios. Dios a través de su encarnación es el misterio del amor y la solidaridad con los excluidos de la tierra y con todos los agobiados por el peso de la opresión. La educación en el seguimiento de Jesús y a ejemplo suyo, es un hecho y un acto de solidaridad e inserción en el mundo de los empobrecidos, especialmente con los abandonados y esclavizados; de esta manera se podrá pensar superar las condiciones de deshumanización presente en el mundo, ser partícipe de las búsquedas y luchas cotidianas por cambiar esa sobrevivencia y la construcción de un vivir digno para todos y todas. English Education as a theological place poses that not only are they aware of or able to transmit the contents of an academic discipline or recognize their environment and context, but as a social fact must go beyond the bounds of a teaching, becoming life, that every man and every woman since their reality should feel called and committed to fight for the transformation of its reality around the God's salvific plan. God through his incarnation is the mystery of love and solidarity with the excluded from the land, and with all burdened by the weight of oppression. Education in the follow-up to Jesus and his example, it is a fact and an act of solidarity, of insertion in the world of the impoverished, in relationship to the other, especially with the abandoned and slaves; in this way can one think about overcoming the conditions of dehumanization present in the world, participate in the searches and struggles to change that survival for the construction of a live worthy for all. AGRADECIMIENTOS Agradezco en primer lugar a l Dios de la vida y de la Historia por todo cuanto me ha donado, sin Él nada es posible. En segundo lugar agradezco a la facultad de teología y a través de ella a la Pontificia Universidad Javeriana, a mis profesores que a lo largo de mi formación teológica me brindaron sus mejores aportes en lo humano, espiritual y profesional. También agradezco a mis padres Matilde Martínez y Pedro Hidalgo por sus enseñanzas en la verdad y honestidad, valores que me inculcaron y hoy inspiran mi actuar diario DEDICATORIA Dedico este trabajo a todos los maestros y maestras que desde su testimonio, su acción pedagógica y su entrega buscan transformar la sociedad, posibilitando en ella prácticas de inclusión, tolerancia y valoración por la dignidad humana. A Libardo Hoyos, maestro compañero de camino y de búsqueda en mi formación humana, espiritual y profesional. Igualmente dedico este esfuerzo a mis profesoras y profesores, a mis compañeros de carrera y amigos que han ayudado e inspirado a la investigación profunda de la teología para desde ella hacer una propuesta fundamentada en la pedagogía de la esperanza que genere nuevos educandos que le aporten otras perspectivas más esperanzadoras a nuestra sociedad. TABLA DE CONTENIDO INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………….7 DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA………………………………………………..12 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA……………………………………………….14 JUSTIFICACIÓN E IMPACTO……………………………………………………..15 OBJETIVOS GENERAL…………………………………………………………….17 OBJETIVOS ESPECIFICOS……………………………………………………….17 MÉTODO……………………………………………………………………………..18 CAPITULO I PRESUPUESTOS DE LA EDUCACION COMO LUGAR TEOLÓGICO 1. LA ANTROPOLOGIA COMO PUNTO DE PARTIDA DE LA EDUCACIÓN Y DE LA TEOLOGÍA…………………………………………………………………20 1.1.Preliminares generales de la educación como hecho social…………….20 1.1.1. La Educación…………………………………………………………………20 1.1.2. La Pedagogía………………………………………………………………...22 2. LA ANTROPOLOGÍA EN LA EDUCACIÓN Y LA TEOLOGÍA……………...24 2.1. La Antropología desde la Filosofía…………………………………………..27 2.2 La Antropología desde la Teología…………………………………………..31 CAPÍTULO II LA EDUCACIÓN Y LA PEDAGOGIA COMO LUGAR TEOLÓGICO 1. LA EDUCACIÓN COMO LUGAR TEOLÓGICO ……………………………36 1.1. La educación como lugar teológico…………………………………………36 1.1.1. El Lugar Teológico………………………………………………………….39 1.1.2. El Conocer Teológico……………………………………………………….42 1.1.3. El Hacer Teológico………………………………………………………….44 2. LA PEDAGOGIA TEOLÓGICA COMO PRAXIS DE LA EDUCACIÓN……47 1.1. El Padre y su pedagogía como fuente de amor……………………………49 1.1. El Hijo como prototipo de amor, vida y esperanza…………………………50 1.2. El Espíritu fuente de nuestro ser y actuar…………………………………...52 CAPITULO III LA PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA COMO APROXIMACIÓN A LA PEDAGOGÍA TEOLÓGICA 1. LA PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA DE PAULO FREIRE……………….54 2. UNA PRAXIS DE LA PEDAGOGÍA TEOLÓGICA…………………………….61 3. LA ESPERANZA EN LA EDUCACIÓN COMO LUGAR TEOLÓGICO……..63 CONCLUSION ................................................................................................ 66 BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................. 70 INTRODUCCIÓN Este trabajo se realizó con el fin de introducirnos desde la teología en la educación como hecho social y hacer una nueva lectura de la educación definida en este proyecto como lugar teológico, así, al adentrarnos desde la mirada teológica se busca abrir nuevos caminos para acceder a la sociedad, donde sea posible ver el tipo de hombre que se está formando y para qué tipo de sociedad se está formando, por consiguiente cómo Dios se está revelando en la sociedad y para qué tipo de hombre y mujer se revela. De esta manera igualmente poder interpretar las nuevas necesidades y los nuevos desafíos que hacen parte del hombre y la mujer del mundo contemporáneo, donde desde esta nueva relectura se busca dar una respuesta a la educación como lugar teológico tanto a nivel social, cultural, político y religioso. Desde esta perspectiva entonces, la educación como hecho social y definida como lugar teológico es un paradigma para la teología, en el sentido de que servida de ciencias tales como la antropología, la filosofía y la pedagogía, sirven como soporte para que a la hora de ponerse en dialogo se promueva una nueva mirada a la educación, que se la pueda entender desde una propuesta que esté orientada siempre a la dignificación y reconocimiento de cada persona, cultura, sociedad según sea su realidad, en la que prevalezca y se haga vida el encuentro con el otro y por su puesto el verdadero encuentro con Dios. No obstante, sabemos que la educación es entendida como la disciplina que tiene como función la formación del hombre y la mujer, por tanto son parte fundamental de la educación como lugar teológico, lo cual es de gran importancia abordar al hombre y a la mujer desde la antropología, por eso se la desarrolla en el capítulo primero, donde nos muestra cómo a lo largo de la historia humana ha estado presente la necesidad de darse una respuesta a la razón de su existencia; el ser 7 humano ha estado en busca de una respuesta que le de sentido a su razón de ser en el mundo y será la filosofía la primera ciencia que desde grandes pensadores ha buscado dar respuesta a ello. La filosofía desde diversos pensadores busca dar respuesta a la naturaleza del ser humano, sostendrá que se debe partir desde su propia auto-comprensión para así poder dar respuesta de su existir, el ser humano como ser pensante, donde es la razón el punto de partida que lleva al conocer humano y dar respuesta de sí mismo para así mismo poder dar razón de todo aquello que lo rodea, pues si se auto-reconoce será posible comprenderse y poder salir a dar razón a los demás del porqué de su existir, qué le da verdadero sentido a su existencia. La razón entonces es el primer elemento en la filosofía para poder acceder al conocimiento humano. Tomando también este interrogante desde la mirada de la antropología teológica sobre el sentido del existir humano, esta da una nueva mirada y una nueva respuesta a esa pregunta que parte primordialmente por traspasar los umbrales de la razón y comprenderlos desde el ser absoluto que se revela en la historia concreta del hombre y la mujer, dando de esta manera un nuevo sentido al existir humano, esto es posible siempre y cuando haya apertura y acogimiento de esa revelación de Dios que se da en nuestra cotidianidad, es decir a partir de la relación que se da con el otro (a), los otros (as) y con todo aquello que hace parte de nuestro existir humano. En el capítulo segundo abordamos la educación, estableciéndola como lugar teológico, es decir, donde sea posible concebir un lugar de encuentro e incorporación, que este acorde según el plan salvífico de Dios revelado a través de su Hijo Jesús, de esta manera no se puede concebir la educación como un simple enseñar o transmitir unos conocimientos a “quienes no saben”1, sino que 1 Cf. Freire, Paulo. Pedagogía de la Esperanza: Un recuentro con la pedagogía del oprimido. Siglo XXI editores, México, 1999. 8 va más allá para así mismo dar respuestas coherentes y concretas frente a los diferentes cuestionamientos que le hace permanentemente el mundo contemporáneo. La teología como disciplina al hacer una lectura de la educación desde sus presupuestos teológicos debe por tanto, proporcionar desde cada realidad elementos necesarios para acceder a la eterna revelación de Dios en el mundo, reconociendo y valorando a los otros como esa eterna revelación de Dios en la humanidad, pues sin ese reconocimiento y valoración no es posible alcanzar la plenificación humana ni acceder al plan salvífico de Dios. No debe por tanto, existir espacio alguno para medir a las personas por lo que tienen sino por lo que son, se debe apuntar siempre por acabar una realidad que esta desafortunadamente priorizando el factor lucrativo, que desencadena así toda injusticia, pobreza, marginación y sometimiento; aportando cada día más para que los pobres pasen de ser pobres a ser miserables, los marginados a dejarlos olvidados y los sometidos pasen a ser esclavos; llevándonos de esta manera a ser manejados al antojo de un sistema que únicamente busca sus propios intereses y bienestar sin importar la suerte de quienes son explotados, marginados u olvidados. En el tercer capítulo de lo desarrollado en los dos capítulos anteriores vemos como la pedagogía de la esperanza es aproximación a la pedagogía teológica, puesto que desde estas dos posiciones vemos la urgencia que hay por redimir a quienes de una u otra manera son desconocidos en la sociedad, se desconoce su identidad y por tanto se desconocen sus derechos como seres humanos. Paulo Freire desde su método pedagógico ve que es posible crear conciencia en el pueblo para que dejen de ser esclavos y sometidos al poder político y social, dando así una nueva propuesta que marcaría el hacer y el ser de la educación; de esta manera se establece una educación más abierta, más dinámica, más comprometida con la formación del educando junto con el educador; nace o mejor dicho se da origen a una nueva propuesta educativa logrando de esta manera una 9 adecuada y acorde formación del pueblo, cultura y de la sociedad de acuerdo a los presupuestos pedagógicos del maestro Paulo Freire. Desde esta misma dinámica al hacer la lectura de la educación como lugar teológico, se busca igualmente rescatar al pueblo del sometimiento y la esclavitud, reconociendo en ellos no solo los derechos que se les ha sido negados, sino también darle un nuevo sentido del porque cambiar realidades de pobreza, injusticia, marginación y sometimiento, pues sino se parte desde bases que ayuden a superar todas las adversidades que se presentan no será posible encontrar ese verdadero sentido de lucha y superación, por ello se hace necesario dar a conocer al Dios que se revela en cada persona en cada realidad, presente por medio de una praxis liberadora e histórica que se hizo vida a través de la persona de Jesús, enseñándonos desde su vida que no solamente se trata de reconocer a los demás en el espacio y el tiempo del mundo, sino que es necesario que ese yo y tú trascienda2 para garantizar el auténtico encuentro y reconocimiento con Dios y así hacer posible el pensar una nueva sociedad. En resumen, la verdadera identidad, el verdadero ser del hombre está dado por el encuentro con las personas, el encuentro intersubjetivo que se constituye en yo y en tú. De ahí que ese encuentro intersubjetivo se interpreta como una especie de apertura a Dios, de tal forma, que la relación con el tú está vinculada necesariamente con la relación con el Tú absoluto, en este caso con Dios que se auto-dona a la humanidad entera3. En este orden entonces, al asomarnos a la educación como lugar teológico, por tanto como lugar de formación y desarrollo del hombre y la mujer según sea su realidad, debe partir del reconocimiento de sí, de la aceptación de que su realización plena está en torno a los otros, de igual forma de la capacidad que tiene todo ser humano para comprenderse con Dios, 2 3 Cf. Gevaert, Joseph. El problema del hombre.: Ediciones Salamanca, Sígueme, 2008. pág. 39 Cf. Ibíd. 10 para así hacer vida su propuesta salvífica y no descansar hasta lograr acoger y propiciar una nueva mirada a la realidad donde sea posible ese verdadero compromiso estableciendo el verdadero encuentro del hombre y la mujer dando un nuevo sentido a su existir humano. En este sentido la educación como lugar teológico hoy, debe recurrir para conformar una verdadera educación con el fin de conseguir la comunión con los demás y con Dios Padre que con su gracia de salvación se entrega constantemente al ser humano. Así mismo desde Cristo que es modelo de entrega y de encuentro siendo su única finalidad el dar a conocer a Dios como manifestación única de amor para todo hombre y toda mujer que estén en disposición y concientización de recibir su propuesta de vida. Lo que significa que la propuesta de la de la educación como lugar teológico es lograr humanizar no sólo a la persona, sino también a toda realidad actual para hacer posible el encuentro con Dios y con Jesús. 11 1. TITULO DEL TRABAJO LA EDUCACIÓN COMO LUGAR TEOLÓGICO: LA PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA COMO APROXIMACIÓN A LA PEDAGOGIA TEOLÓGICA 2. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA La aproximación a la educación, nos exige volver la mirada sobre el tipo de hombre y el tipo de sociedad que se quiere construir. La educación es un hecho social, porque el educarse es el conducirse de una determinada manera dentro de una determinada sociedad. Desde mi real saber y entender, si nos acercamos a la escuela constatamos que estamos viviendo y recibiendo una educación que no contribuyen para que la comunidad educativa haga un análisis crítico frente a la realidad social, cultural, religiosa y por supuesto educativa; llevando así al olvido de la esencia propia de la pedagogía, la cual es: la reflexión sistemática de la educación, es decir del tipo de hombres para el tipo de sociedad a la que le apostamos. Las diversas disciplinas del pensar humano tienen que responder a las preguntas que le formula la educación y que exige tanto respuestas como ajustes de las mismas disciplinas o ciencias. Esto es necesario porque se está educando desde una perspectiva que no se permite cuestionar su realidad. La teología como disciplina tiene que responder a esta exigencia de la sociedad que se conduce y espera de este saber una palabra desde su tradición. Para este modesto acercamiento, nuestro trabajo de investigación estudiará la praxis educativa como lugar teológico; partiendo desde la reflexión antropológica que busca fundamentar el tipo de hombre y el tipo de sociedad que deviene de la revelación de Dios en la historia; luego introduciéndonos en la educación desde la 12 mirada teológica, donde sea posible a partir de esta nueva lectura un nuevo reflexionar de la educación como hecho social para proporcionar nuevas alternativas salvíficas que vayan en orden al plan salvífico de Dios, es decir que estén acordes a la igualdad social, justicia y libertad, y que además responda positivamente frente a los desafíos que están presentes en el mundo actual; por último reflexionaremos a partir de la propuesta de educación liberadora del pensador Paulo Freire, porque creemos que su visión arroja luces sobre los grandes problemas del hombre y la educación, a saber, la injusticia, la pobreza, el dolor, la opresión y desigualdad. Consideramos que la propuesta que hace el profesor Freire nos permite contrastarla con la propuesta que deviene de la antropología teológica y por su puesto con la educación leída como lugar teológico, finalmente se concluye desde todo lo realizado, como a partir de esta lectura es posible la formulación de una educación más liberadora acorde a la propuesta salvífica hecha por Dios y revelada por su Hijo Jesús. La teoría de Freire enfatiza lo que él llama, líneas de acción, entendidas como compromiso por restablecer al hombre y a la sociedad, que a través de un proceso educativo, piensen, reflexionen y decidan gracias a los aportes de verdaderas prácticas emancipadoras que a ejemplo de maestros como Paulo Freire, nos invita a realizar una re-lectura de su obra “Pedagogía de la Esperanza”; con esto se busca una nueva alternativa para fomentar en el formando el verdadero sentido y valor de su existencia y de su entorno, así, formar hombres y mujeres capaces de sobreponerse a lo contradictorio de la realización humana en el mundo. La crítica que hace Freire desde su pedagogía de la liberación y pedagogía de la esperanza, se dirige a repensar y a proponer nuevas alternativas de formación total del hombre, de sus múltiples horizontes y perspectivas de vida. Entonces, desde lo dicho anteriormente, se sabe que afrontamos todo un reto académico desde dos perspectivas fundamentales, lo teológico y lo pedagógico, pensar, reflexionar, analizar, investigar y proponer nuevos aportes que desde la 13 teología, nos ayude a posibilitar otras prácticas pedagógicas más humanizandoras y liberadoras porque nuestra sociedad necesita de personas que le apuesten a su integridad, que se pueda hablar de una concientización realista para apostar por nuevas perspectivas de vida donde se haga posible lo imposible. 3. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA La educación es un hecho social que busca transformar y configurar al hombre y a la mujer según sea su necesidad, es decir que cada disciplina “forma” desde su saber especifico a la sociedad, por tanto, por ser gestoras de la formación humana cada disciplina tiene el compromiso, no solamente de dar unos conocimientos, sino que deben ser partícipes principales por procurar “formar” personas que vayan de acuerdo a los diferentes desafíos que demanda el mundo actual; ser personas cuestionadoras y cuestionadas, dando respuestas que lleven a la verdadera dignificación humana, reconociendo así su ser de personas que actualmente se está olvidando, pues el ser humano ha pasado a ser un objeto más para manejar y manipular sin importar las consecuencias de ello; así entonces el transformar y configurar no es otra cosa sino el incorporase en la lucha de trabajar por un mundo más humanizado e igualitario donde a todos y a todas se les reconozca su valor humano y que solo unos pocos gozan de ese reconocimiento y de esos derechos. Ahora bien, sabiendo que la teología hace parte fundamental del mundo de los saberes y busca desde la reflexión la emancipación del hombre que a ejemplo del Dios revelado en Jesucristo, establece nuevas alternativas donde a partir de su pedagogía teológica busca acompañar los procesos de dignificación identificando nuevos paradigmas sociales que sean coherentes según las principales necesidades del ser humano; la teología enfocada desde este hecho social debe ser respuesta frente a las preguntas que el mundo contemporáneo le hace. 14 De esta manera entonces, al tener por hipótesis que la educación es lugar teológico, se busca establecer cómo se está contribuyendo y haciendo posible la formación de una nueva sociedad, que no sólo se limite a responder por los desafíos presentes en el mundo actual, sino a ser protagonista para concretizar estos ideales. Entonces, a partir de lo dicho anteriormente surgirá nuestra pregunta investigativa: ¿Cómo establecer la educación como lugar teológico, y a partir de ello, es posible determinar que la pedagogía de la esperanza es aproximación de la pedagogía teológica? 4. JUSTIFICACIÓN E IMPACTO Las razones y motivaciones que me llevaron a realizar la presente investigación están centradas en la necesidad de promover una educación más liberadora y más crítica que busque otros procesos formativos como el incorporar y seguir haciendo vida la pedagogía propuesta por Jesús de Nazaret, que parte por el reconocimiento y dignidad que cada persona tiene sin importar su condición social, política, cultural o religiosa, llevando así a una novedosa y verdadera propuesta pedagógica. Partiendo desde este hecho real y concreto es posible dar una nueva mirada a la educación como acto educativo que al parecer únicamente se está limitando a un simple teorizar y repetir unas prácticas utilitaristas que no responden a las necesidades humanas que con urgencia claman las nuevas generaciones, los nuevos retos que el mundo del conocimiento, de los saberes, de las tecnologías e informáticas requieren con suma urgencia. Ahora bien, al ser parte de toda esta realidad, me lleva a cuestionarme y a tomar conciencia de que se hace necesario y urgente una nueva lectura de este hecho social, lectura que no esté limitada a enfocarse a unas prácticas educativas, sino que sea leída desde cada realidad presente en el ser humano; por ello y por ser 15 una disciplina presente en la historia humana se hace esa lectura desde la teología ye que a su vez se la establece como lugar teológico en la educación, así entonces, se busca ser respuesta frente a los distintos desafíos que demanda el formar el tipo de hombre y el tipo de mujer según el tipo de sociedad que vayan acordes a las exigencias del Siglo XXI. Pero, frente a esto se puede pensar que al hablar de ser respuesta a todos estos desafíos suena un poco pretencioso e incluso imposible de alcanzar, puesto que aparentemente no se tiene los medios necesarios que lleven a dar respuestas y transformen realidades que están en contra de la dignificación y reconocimiento humano de cada persona, por eso entonces, se hace necesario identificar desde que bases especificas se está haciendo esta lectura, y así mismo podernos orientar según sea necesario para poder alcanzar estos objetivos; tomando la educación desde la teología se explica desde dónde se está partiendo, puesto que al ser una disciplina, como se hace énfasis anteriormente, hace parte de la sociedad, pasando a hacer una base concreta que tiene como compromiso ser respuesta e igualmente ser cuestionadoras desde sus presupuestos a esa sociedad en miras de hacer posible lo que aparentemente pareciera imposible de alcanzar. Es así como la teología se centraliza en el hombre y la sociedad, se introduce en la realidad para dar respuestas fundamentadas en la creación y en la revelación plenificada en la presencia del Jesús revelado; esto permea la historia para transformarla y hacerla acorde al querer del plan salvífico de Dios. De esta manera se concretica la importancia de la teología en la educación como lugar teológico que a través del dato revelado nos da a conocer una nueva pedagogía que da realmente respuesta a todo desafió presente a lo largo de la historia humana. De esta manera entonces, se elaborarán las respuestas y cuestionamientos que posibiliten respuestas que liberen el pensar y el actuar del hombre que lo 16 transforme a testimonio del Dios que se reveló para plenificar así, la existencia histórica del hombre. Pretendemos aportar desde la lectura hecha de la educación como lugar teológico una reflexión y unas líneas de pensamiento en la que se haga vida la presencia del Dios revelado que tiene como centralidad el hombre, la mujer y con ellos la sociedad concretizando su proyecto salvífico a partir de lo testimoniado y enseñado en la persona de Jesús; impulsándolo de esta manera a ser agente transformador y liberador de su propia historia y la historia de los demás hombres. 5. OBJETIVOS GENERAL Establecer la educación como lugar teológico, y a partir de ello, determinar que la pedagogía de la esperanza es aproximación de la pedagogía teológica. 6. OBJETIVOS ESPECÍFICOS 1. Establecer la educación como lugar teológico e identificar sus aportes en miras a alcanzar procesos de liberación acordes al plan salvífico de Dios. 2. Reflexionar la educación como hecho social a la luz de la pedagogía teológica posibilitando así, ser respuesta frente a los desafíos del mundo actual para generar nuevos aportes desde el hacer teológico. 3. Plantear cómo la pedagogía de la esperanza de Paulo Freire es aproximación de la pedagogía teológica y poder asegurar que es posible la construcción de “otro mundo”, para orientar alternativas de inclusión y participación. 17 7. MÉTODO La presente investigación la elaboraremos a partir del método hermenéutico, el cual es un modo de interpretar la realidad para hacer posible su transformación, pero para acceder a ella se hace necesario tener en cuenta sus textos, es decir su tradición; sus contextos que es la situación desde donde se hace esa lectura y su pre-texto que es la liberación, praxis y transformación de dicha realidad. Al preguntarse por los contextos y del responder de los textos no es posible concebir otra finalidad diferente al encaminarse de los sujetos históricos por los rumbos que toman sus vidas y de sus acciones que son cuestionadas desde los contextos y que serán respondidas desde los textos. Finalmente se trata, entonces, de ubicarse a partir de la realidad concreta del ser humano, pues aquello que, en definitiva, muestran los textos y anhelan los contextos es un ser humano y un mundo posible diferente, en una historia menos injusta y menos cruel, en especial, con las víctimas, los derrotados y los pobres4. Con este modo hermenéutico de ver la realidad, lo que se busca es la relación intersubjetiva que se establece en el texto-realidad en el proceso de la hermenéutica, la interpretación se opera cuando el lector-interpreta, aporta algo nuevo al texto-realidad, que ha leído, de modo que este texto adquiere una amplitud de significado para el contexto en el que se ubica en el momento de su comprensión. De esta manera entonces, es entendido el método hermenéutico teológico; el cual consideramos vital en lo que tiene que ver con esta investigación que pretende establecer la educación como lugar teológico a partir de la pedagogía teológica y la pedagogía de la esperanza de Paulo Freire, para aportar en la urgente construcción de nuevos modelos y por ende, de nuevas sociedades. 4 El método hermenéutico bajo sospecha –La notificación a Jon Sobrino. Theologica Xaveriana - vol. 57 no. 163 (453-470). julio-septiembre 2007. Bogotá, Colombia. Pág. 458. 18 Debemos tener claro que al hacer referencia al método hermenéutico se lo debe comprender desde la nueva hermenéutica que “señala el esfuerzo por rescatar el presente, al aquí, el ahora, la esencial dimensión de historicidad del ser situado. Historicidad indica el movimiento humano en la historia, o la historia, en su dinámica y procesualidad de siempre. La nueva hermenéutica es, por eso, el correlato interpretativo del ser-ahí, del ser en devenir, del ser siendo, del acontecer del ser”5. Este será el gran aporte de la hermenéutica en cuanto analizar la educación como hecho social y leída como lugar teológico en contextos de alienación, repetición y manipulación de la educación; prácticas que bajo la inspiración del Dios revelado en su hijo Jesucristo, deben ser nuevas, sanadoras, liberadoras y salvadoras para el hombre que en nuestros contextos urge de unos modelos pedagógicos y unos compromisos desde lo teológico que lo ubiquen la posibilidad de consolidar unas estructuras sociales que no sean mediadas por el poder, la corrupción generalizada y la exclusión, sino que al contrario, se solidifiquen modelos de libre pensamiento y prácticas de igualdad de oportunidades para cada ser humano dignificado desde el evangelio, como fue el querer en su práctica, en su testimonio y en sus escritos del maestro Paulo Freire. 5 Parra Mora, Alberto S.J. Textos, contextos y pretextos teología fundamental. Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá D.C, 2005. Pág. 22 y 23. 19 CAPITULO I PRESUPUESTOS TEOLÓGICOS DE LA EDUCACIÓN COMO LUGAR TEOLÓGICO 1. LA ANTROPOLOGIA COMO PUNTO DE PARTIDA DE LA EDUCACIÓN Y DE LA TEOLOGÍA. 1.1. Preliminares generales de la educación como hecho social 1.1.1. La educación Al hacer referencia a la educación sabemos que “…se ha de tomar como un acto educativo que no se centra en propiciar herramientas necesarias para constituir otras herramientas pero con rostros de hombres. La educación, en su acto original,…se constituye como el camino preciso hacia la humanización del hombre, hacia la configuración del rostro humano”6. Así entonces para que todo proceso educativo cumpla con sus objetivos, se hace necesario reconocer que lo fundamental es la persona humana; no se puede hablar de acto educativo, sino no se reconoce a su formando como el centro y el fin de la educación; de esta manera se puede decir que la educación en sí misma es una propuesta antropológica, llevándonos necesariamente a partir desde lo antropológico estableciendo así, un sentido amplio del hombre y la mujer, y no perder vista ese centro y fin de la educación, que es el sujeto, pues constantemente este, pasa a un segundo plano teniendo como consecuencias fracturas que implica a todos los ámbitos dónde se realiza el hombre7. 6 Cf. Barba Cabrales, Christopher. La Fundamentación Antropológica de la Educación. Libro Anual del ISEE 2007. Pág. 242 7 Ibíd. Pág. 243 “…presupuesto antropológico, la educación se puede entender con un sentido amplio y no reducido. Cuando el ejercicio educativo se olvida de esta tarea fundamental, se da una fractura que repercute en todos los ámbitos donde el individuo se realiza: desde construirse una estrecha concepción de la 20 De esta manera entonces, la educación como hecho social, inserta por tanto en la sociedad según sea su realidad, se la constituirá como “…una obra de arte centrada en el sujeto y en su formación como ser personal, así el educador es un artista que acompaña el camino para llegar a la meta que es el hombre educado (formado)”8. Es decir, se confirma que el principio y fin de la educación es el hombre y la mujer con todo lo que hace parte de su historia; la educación entonces vista desde esta realidad es un obra de arte, por lo que debe actuar como tal, haciendo uso adecuado de los medios necesarios, para al final “mostrar” su obra, es decir, haber logrado realmente la formación de hombres y mujeres competentes, críticos, sensibles y auténticos frente a realidades de opresión, marginación, injusticia y pobreza presentes en nuestro mundo actual. Desde lo dicho anteriormente se confirma que para comprender la educación como acto que brinde a la sociedad una renovada y liberadora propuesta, se debe partir del reconocimiento amplio y profundo del educando, es decir, del reconocimiento de la persona humana para así mismo guiar su formación desde un concreto “saber” enseñar y así cumplir con las expectativas que van estrechas con el compromiso de todo educador de la formación del educando según sea su contexto. Acorde a lo expuesto anteriormente, diríamos que la educación por estar inserta en la sociedad debe saber, desde dónde parte, para así mismo no desconocer a su formando como el centro y fin de su propuesta; igualmente sabemos que la historia humana está en constante dinamismo y por tanto, en constante transformación, lo que hace que la educación por ser parte de esa historia debe igualmente insertarse según esas exigencias y necesidades del mundo contemporáneo, teniendo en cuenta por su puesto sus contextos. De esta manera realidad hasta la conformación de toda una cultura alejada de la verdad en cuanto esta distanciada de los fines y por ello de los medios adecuados para realizar con verdad el acto educativo”. 8 Ibíd. 21 entonces la educación debe contar con medios y herramientas necesarias para ser orientada e ilustrada logrando así su propuesta formadora del hombre y la mujer; así, cabe plantear la pedagogía como el medio necesario y reflexivo de la educación para realizar verdaderamente el acto educativo9. 1.1.2. La pedagogía La pedagogía, se convierte en medio de la educación entendida como acto educativo para alcanzar sus objetivos; la pedagogía como complemento de la educación es la que guía e ilustra, contribuyendo así a que todo acto educativo colme y mejore las lagunas y deficiencias que se puedan presentar. Recordemos que la pedagogía a lo largo de su historia ha sufrido grandes cambios y ha pasado por diversas formas de ser asumida, ha sido vista desde el arte, también fue considerada como una disciplina, como una ciencia e incluso como una filosofía de la educación10; pero a pesar de ser pensada desde diferentes ámbitos, siempre ha mantenido su esencia propia, es decir, ser “la reflexión de la educación”, puesto que desde ahí, es orientadora para no repetir errores como por ejemplo, pensar a la educación únicamente desde unos métodos que establecen que y como se debe enseñar. La misión de la pedagogía es ser opción para la educación en cuanto acto educativo y así encaminarse realmente a una transformación que lleve a una verdadera dignificación humana. Otro importante aspecto a tener en cuenta de la pedagogía es, que al igual que la educación debe estar plenamente centrada en el hombre, así lo confirma el autor Luis Fernando Granados: “En el punto central de la pedagogía se encuentra el 9 Granados Ospina, Luís Fernando S.J. ¿Qué se entiende por educación y pedagogía?“Consiste en teorías sobre la forma de concebir la educación…la pedagogía no es la educación, su papel no consiste en sustituir a la práctica, sino en guiarla, en ilustrarla, en ayudarla, en caso necesario, a colmar las lagunas que pueden producirse en ella, y en paliar las deficiencias que en ella se puedan detectar”. pág. 5 10 Cf. Orrego Noreña, Jhon Fredy. La pedagogía como reflexión del ser en la educación. Caldas – Manizales, 2007. Pág. 37 22 hombre: él debe ser educando. La pedagogía, ciencia del espíritu no se dirige al hombre a manera de las ciencias naturales, es decir, como objeto problemático, investigable y básicamente experimental. Si así quisiera proceder, erraría completamente su fin”11. De esta manera se confirma que si la pedagogía no parte desde la realidad humana, no es posible hablar de nuevas alternativas pedagógicas, pues se está olvidando de su razón de ser: El hombre y la mujer. Continuando con esta argumentación conceptual, tenemos que la pedagogía podrá entender, criticar e interpretar para mejorar una práctica humana como es la educación12; siendo el hombre su razón de existir y en la cual se hace necesario que esté en constante renovación y constante estructuración, pues se hace necesario y urgente fomentar que la educación es la que forma; comprendiéndose como formarse aquel hombre y aquella mujer que se reflexionan y cuestionan como seres que puede trascender su existir, es decir que el sentido de sus vidas no se limite a una mera necesidad de sobre-vivir, sino que se encuentre la “necesidad” por vivir y alcanzar su plena felicidad, esto por su puesto en relación con los otros que son parte de nuestra historia. Así, tanto la educación como acto educativo y la pedagogía como mediadora de la educación son las herramientas necesarias que comprenderán cada contexto y realidad para transformarlo. A partir de todo lo dicho anteriormente, queda concluir que tanto la educación como la pedagogía son en sí mismas propuestas antropológicas, desde preguntas como saber qué hombre y mujer educar; para qué educar al hombre y a la mujer; cómo educar a ese hombre y a esa mujer; y dónde educarlos. Siendo así necesario profundizar en lo antropológico por ser punto de partida frente a todo este planteamiento que se hace desde la educación como lugar teológico. 11 12 Cf. Granados Ospina, Luís Fernando S.J. ¿Qué se entiende por educación y pedagogía? Pág. 7 Ibíd. Pág. 8 23 2. LA ANTROPOLOGÍA EN LA EDUCACIÓN Y LA TEOLOGÍA El punto de partida que nos llevará a la educación como lugar teológico es sin lugar a dudas el reconocimiento del hombre y la mujer como sujetos de este lugar teológico; sujetos que están insertos en un hecho social concreto, el cual desde su realidad han estado a lo largo de la historia humana en constantes preguntas por el “ser” de su existencia, por ello entonces, se hace necesario recordar desde diferentes autores la concepción acerca del ser del hombre y por supuesto del ser de la mujer, para así tener claridad y saber desde dónde se educa y para quién se educa; de esta manera hacer una lectura de la revelación de Dios en la sociedad y así establecer nuevas propuestas que estén acordes a las nuevas exigencias que la sociedad busca alcanzar. Vemos que la dimensión antropológica ha de ser de gran importancia en la medida que nos ofrece diversas perspectivas que dan sentido y fundamento no sólo en la lectura que se hace de la educación como lugar teológico, sino también en relación con sus diferentes campos educativos. De tal manera entonces, tanto lo antropológico, lo educativo, y por su puesto lo teológico están relacionados, permitiendo así una visión global respecto a la educación como hecho social y como lugar teológico, permitiendo hacer una nueva lectura que es leída desde la revelación de Dios concretizada a través de la persona de Jesús de Nazaret. De esta manera entonces, al comprender a la educación como lugar teológico se configura como un encuentro que abre posibilidades de releer este acto educativo desde la revelación de Dios, para así desde esa Revelación en la historia humana se sea respuestas frente a todas las preguntas que hacen parte del mundo contemporáneo. Esperando respuestas que le proporcione una verdadera transformación a la sociedad, es decir que esté acorde según la revelación de Dios en la humanidad. 24 Por tal razón, la antropológica se convierte en parte fundamental para la formación de toda sociedad, pues sabemos que la educación como hecho social presente en una determinada sociedad, cultura y contexto, que a su vez son posibles porque están formadas primordialmente por hombres y mujeres que desde su realidad dan vida a estos términos (sociedad, cultura, contexto). La educación como hecho social y leída como lugar teológico, además de no perder de vista al hombre y a la mujer como su principio y fin; debe también no perder de vista para que su propuesta parta siempre por estar acorde según el proyecto de vida que Dios nos ha confiado, proyecto que está enfocado en la unidad y por tanto en realización plena de la humanidad, sin olvidar la singularidad de cada cultura y de cada sociedad. Ahora bien, recordemos que a lo largo de la historia humana siempre el problema del hombre y la mujer ha estado presente, y que solo a partir de esa misma historia se ha ido dando respuesta de ello, aunque como ya lo ha dicho Sócrates “el hombre está en constante búsqueda”, búsqueda que sin lugar a dudas es posible encontrar primero si se está en constante auto-comprensión, para luego si salir de sí y tener la capacidad suficiente de dar una respuesta de manera racional”13, es decir que el hombre si solo auto-razona puede salir de sí para poder darse respuestas respecto al mundo, pero no debemos olvidar también que el hombre y la mujer no solo desde la razón se pueden comprender, sino que se hace necesario sobre pasar esa razón y comprenderse desde una nueva propuesta, propuesta que no se limite solo en el razonar, que lleva únicamente a encontrar una lógica de las cosas, lógica que al no tener ningún fundamento a dejado vacíos e inconformidades que se hacen incompresibles en el mundo actual, debido a que se han buscado respuestas desde nuestra limitada naturaleza, no siendo posible dar una respuesta “conforme” acerca del sentido de la existencia no solo humana, sino también del universo entero, por tanto, el hombre y la mujer siguen en búsqueda de esa respuesta. 13 Cf. Cassirer, Ernst. Antropología Filosófica. Editorial, Fondo de Cultura Económica, México. Pág. 19 25 Es entonces, como a partir de la teología en un hecho social concreto, como es la educación, se busca dar respuestas, ubicándose necesariamente en el comprender el porqué del existir del hombre y la mujer, cuál es el verdadero sentido del ser humano en el mundo; así, dentro de esta compleja realidad Dios se nos revela e invita para que conozcamos su nueva propuesta de vida, pero para ello debe el hombre y la mujer estar en disposición de escuchar y abrirse acogiendo su revelación y así encaminarse según la invitación que Dios nos hace, siempre y cuando se opte libremente de acoger o no esa propuesta. Ahora bien, frente a lo dicho anteriormente de la relectura que se hace desde la teología en la educación como hecho social y viendo los diferentes conocimientos que están presentes en la sociedad se hace necesario “correr las fronteras hacia el conocimiento posible, someter a revisión crítica los conocimientos adquiridos y avanzar hacia unos límites sin límite que bordean el conocimiento del ser infinito y del amor infinito”14, dando respuestas que lleven a la concientización del hombre y la mujer para comprender y acoger su proyecto de vida; así se hace necesario entonces “seguir con búsqueda audaz, crítica y amorosa las huellas de Dios presente en la verdad, bondad y consistencia de sus criaturas”15, esclareciendo de esta manera el tipo de hombre y mujer que se quiere formar y para qué tipo de sociedad se apunta llegar. La constante búsqueda que el hombre hace de sí mismo, va encaminada no solo a dar razón de su existir, sino que además es responderse por su existir, que no esté limitado únicamente en el poder o en la riqueza, sino que vaya más allá, donde a partir del trascendente haya posibilidad de optar por vivir una nueva vida, vida que no se construye si no se está en relación de los que nos rodean y por su 14 Cf. PARRA, Alberto S.J Qué es investigar en Teología. Publicaciones Facultad de Teología. Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá D.C, 2007. Pág. 10 15 Cf. Ibíd. 26 puesto en relación a ese ser trascendente que le da verdadero sentido a nuestro existir desde nuestra realidad. De esta manera entonces y como lo anotaba anteriormente, para comprender la naturaleza humana se hace necesario para este trabajo indagar desde la filosofía, teología el problema del hombre; cuáles son sus propuestas y qué nos aportan para la comprensión de la verdadera esencia del existir humano. 2.1. LA ANTROPOLOGÍA DESDE LA FILOSOFIA La historia de la antropología filosófica, como hace referencia Cassirer está cargada con las pasiones y emociones humanas más profundas. No se ocupa de un problema teórico singular, por muy general que sea su alcance, sino que se halla en cuestión el destino entero del hombre y reclama una decisión última. Desde este trabajo se tomará los aspectos más relevantes que pese a muchas contradicciones, ha sido importante el aporte que nos han brindado para comprender que el sentido del existir del hombre y la mujer se dan solo a partir de la huella que se deja en la historia humana. Partiendo de pensadores como Sócrates cuando hace referencia al problema del hombre, aunque no hizo una definición concreta a la pregunta ¿Qué es el hombre?, si nos da grandes aportes, pues para Sócrates es claro que para acceder al conocimiento del hombre solo se hace a partir de su propio ser, de su propia razón, por tanto el hombre es un ser que está en constante búsqueda y dialogo para dar respuesta a su existencia “Sólo por la vía del pensamiento dialogal o dialectico podemos acercarnos al conocimiento de la naturaleza humana”16. Para este filósofo entonces, solo la razón del hombre podía dar verdaderas respuestas a su existir, ya que si él no razonaba respecto a su 16 Cf. Cassirer, Ernst. Antropología Filosófica. Editorial, Fondo de Cultura Económica, México. 1976. Pág. 21 27 naturaleza no era posible dar razón de lo que lo rodeaba, ni tampoco era posible dar razón a quienes lo rodeaban de manera racional y responsable. Citando a Ernst Cassier en su obra Antropológica filosófica, este considera que Sócrates entendía al hombre como un ser que poseía muchas cualidades y virtudes que lo hacían humano; cualidades y virtudes que para Sócrates están definidas en la bondad, la justicia, la templanza, el valor, etc.,17 y si el hombre era consciente de ello, entonces serían herramientas necesarias para llegar a la verdad de su naturaleza. Para Sócrates entonces, era claro que se llegaba a esa verdad a través del pensamiento y su razón. Ahora bien, otro aspecto importante que hace referencia este autor y que sería complemento para dar razón de ese existir humano, fue la relación que debe tener en torno a los demás seres humanos para así entrar en diálogo reciproco, puesto que si este no existe, difícilmente se encontraran respuestas, pues, el hombre al ser una creatura que está en constante búsqueda y reflexión de sí mismo, únicamente al dar razón de su existir, y tener la capacidad suficiente de dar una respuesta racional, tanto para sí mismo como para los demás, se podría decir que entendió y llego a la verdad de la naturaleza humana, es decir que el hombre al dar una respuesta resulta un ser responsable, por tanto un ser moral18, porque para Sócrates el hombre solo a partir de la concientización y desarrollo de sus cualidades, podría llegar al verdadero sentido de su existir que además se realizaba en relación a los otros hombres, pero todo alcanzado desde la autonomía de su razón. Lo que este gran filósofo nos aporta es saber que el verdadero conocimiento que el hombre debe hacer de sí mismo, parte desde su autoconocimiento, a partir de allí podrá entrar en relación y dialogo con los otros para comprender su existir. Definir al hombre no se trata de buscar respuestas fuera de su realidad sino desde 17 18 Cf. Ibíd. Pág. 20 Cf. Ibíd. Pág. 21 28 su propia realidad y de abrirse en el trato con los otros, mirarlo y reconocer al otro “la verdad es, por su naturaleza, la criatura del pensamiento dialéctico; no puede ser obtenida, por lo tanto, sino en la constante cooperación de los sujetos en una interrogación y réplica recíprocas”19, es entonces que se debe entender la verdad del hombre no desde lo externo como la riqueza, la posición social, lo intelectual, etc., no desde lo “empírico sino que se debe entender desde el acto social” 20 así pues, desde esta perspectiva se entiende al hombre como aquel que es posible conocer a partir de la constante reflexión y auto-reflexión que se debe dar en cooperación entre los sujetos. Por otro lado, pensadores como los estoicos al referirse al problema del hombre, lo presentan como el ser que está en “profundo sentimiento de su armonía con la naturaleza y, al mismo tiempo, de su independencia de ella”21; al encontrarse en completa armonía no se entraría en conflicto, ya que el hombre era ubicado en el centro del universo y al estar en ese “centro” se encuentra en un completo equilibrio, que no sería interrumpido por ninguna fuerza exterior, esto se alcanzaría únicamente a través del mismo hombre, es decir a partir del “yo”, cuando ese yo haya dominado su interior, entonces será posible entrar en esa completa armonía y equilibrio que se da cuando a la vida, se le ha encontrado su verdadero valor, pero para ello hay que buscarlo en un orden eterno que no admite cambios.22 Así entonces, los estoicos ven que el sentido de la vida no se da desde lo externo, sino que está dentro, es decir parte de lo profundo del hombre que es eterno y que no es posible hacerle cambios, pues no hace parte del mundo de nuestros sentidos; este movimiento al igual que Sócrates, da respuesta a la naturaleza 19 Cf. Cassirer, Ernst. Antropología Filosófica. Editorial, Fondo de Cultura Económica, México. 1976. Pág. 21 Cf. Ibíd. Pág. 21 21 Cf Ibíd. Pág. 25 22 Cf. Ibíd. Pág. 25 20 29 humana también desde la razón, aunque hay otros elementos importantes, pero no se aparta de concebir la existencia humana como propia de la razón humana. Por tal motivo, la filosofía medieval rechazaría esta posición, pues la razón era como el supremo poder del hombre, desconociendo así que ésta constituye una de las cosas más dudosas y equivocadas del mundo, por tanto no puede salir del misterio que la rodea. Para San Agustín “ese misterio es resuelto a partir de la revelación que se hizo mediante Cristo, únicamente a través de la revelación cristiana es posible acceder a la verdad y a la sabiduría”23. A través de la posición agustiniana, se dan grandes aportes al problema del hombre, pero al mismo tiempo el hombre caería en un absolutismo total, pues, todo lo que devenía de lo trascendental en la humanidad, pasarían a condenar lo primordial en el hombre; es decir su alma, por eso así como el hombre es un ser de luz también pasaría a ser un ser de gran oscuridad24. Es así entonces, como a lo largo de la historia humana, se ha buscado dar la mejor respuesta acerca del problema del hombre; filósofos como Descartes, Nietzche, Freud, entre otros, han hecho grandes aportes pero, ninguna de sus respuestas ha definido claramente este problema; lo que sí ha surgido claramente es la división de pensamientos, no solo en tiempos anteriores, sino que aún estamos en este dilema; como lo dirá Cassier no ha sido posible encontrar el método para organizar y unificar este material a pesar de tantos avances que se ha tenido en todos los campos de la ciencia como lo es la filosofía, la psicología, la biología, incluso la misma teología, para encontrar realmente una respuesta al complejo ser del hombre. Después de haber hecho un rápido acercamiento a la antropología desde estas importantes posiciones es fundamental tener en cuenta que el hombre se debe reconocer como “…una criatura constantemente en busca de sí misma, que en 23 24 http://es.wikipedia.org/wiki/Antropolog%C3%ADa. Consultada 17 de mayo http://es.wikipedia.org/wiki/Antropolog%C3%ADa. Consultada 21 de mayo 30 todo momento de su existencia tiene que examinar y hacer el escrutinio de las condiciones de la misma, en esta actitud crítica respecto a la vida humana radica el valor de la vida”.25 El hombre debe identificarse como creatura finita que siempre está en constante búsqueda de respuestas de sí mismo, que solamente puede encontrar esas respuestas mediante los que están a su alrededor y en comprensión de la revelación del ser trascendental, es decir con Dios, dándole así respuestas a muchas preguntas que estaban sumergidas en el misterio y la no comprensión del hombre desde su razón. 2.3 LA ANTROPOLOGÍA DESDE LA TEOLOGÍA Al hablar de la teología como antropología, no es solamente hacer referencia del paso de un determinado sistema a otro, sino que va más allá; de esta manera se trata de entender a Dios desde la dimensión del hombre, ya que la realidad de Dios está en relación a la realidad del hombre, es decir que “la teología entonces se moverá en el ámbito de una develación del sentido del hombre que integre su trascendencia hacia el Absoluto en la concreticidad de su inmanencia histórica” 26. Esto lleva a que el hombre necesariamente debe estar en disposición para que Dios se manifieste en él, haciéndolo parte de su historia, Dios no se revela en la inmediatez, Él se revela mediante los acontecimientos de la historia y del mundo. Como lo dice igualmente el Vaticano II: “las Escrituras ya no son limitadas a una especie de verdades doctrinales, que son enseñadas en la iglesia, sino que se las presenta como la auto-revelación de Dios al hombre”27“…una auto-manifestación de Dios, es decir, como el acto por el cual Dios se da a conocer a sí mismo a 25 Cf. Cassirer, Ernst. Antropología Filosófica. Editorial, Fondo de Cultura Económica, México. Pág. 21 Cf. Theologica Xaveriana. Teología como antropología. Nos. 68 y 69. Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Teología, Bogotá D.C, 1983. Pág. 261 27 Concilio Vaticano II. Dei Verbum # 8. Ediciones Paulinas, Madrid, 1969 26 31 través de su acción salvífica histórica”28, no es el hombre entonces quien hace que Dios se le revele, sino que es Dios a partir de su amor absoluto quien se da a conocer, pero para que el hombre perciba esta revelación debe tener conciencia de ello, es decir que solo si hay una interiorización humana, en la que se comprende y acepta como un ser finito, necesitado por tanto de ese Dios que le da sentido a su vida, y que solo a partir de su fe que se manifieste en él y en su historia, será posible acceder a esa revelación divina. Ahora bien, sabemos que Dios no se revela fuera de la historia humana, Dios está presente en ella, es por ello que para comprender su verdadera revelación se hace necesario partir de la Sagradas Escrituras, pues en ellas podemos ver claramente la manifestación de Dios a través de su acción y el testimonio de fe de quien ha recibido esa revelación, revelación que hoy por hoy se hace presente gracias a estos testimonios de fe que ayudan al creyente contemporáneo para que al releerlos descubra un nuevo sentido de dar respuesta a esa revelación desde su propia historia de vida. De esta manera, podemos decir que a Dios se le conoce a partir de su acción creadora que es el universo y en el término de su acción histórica que es el acontecer humano29, el conocimiento de Dios no se lo puede limitar o concebir como algo que se puede cuestionar, Dios es más bien el ser que da respuestas a toda pregunta, es la explicación a toda cuestión acerca del hombre y del mundo, es decir a Dios no se le puede “conocer sino a través de nosotros mismos, de nuestra propia realidad”,30es decir, que no debemos pretender ver a Dios en lo abstracto y desconocido, sino que Dios se manifiesta en cada hombre y en cada mujer que hacen parte de nuestra existencia y nuestra historia. 28 Cf. Theologica Xaveriana. Teología como antropología. Nos. 68 y 69. Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Teología, Bogotá D.C, 1983. Pág. 264 29 Cf. Ibíd. 30 Cf. Ibíd. 32 Dios para cumplir su promesa, lo hace través de su hijo Jesús, quien se encarna en la historia revelándose y permitiendo desde nuestra condición humana conocer todos los rasgos divinos y humanos de Dios, donde se experimenta el verdadero ser humano. Esta experiencia de Jesús nos posibilita dimensionar la condición humana y a qué estamos llamados desde una opción de fe en el Dios de Jesucristo, como lo dice Gustavo Baena “Jesús de Nazaret es un ser humano que piensa más en todo aquel que encuentra a su paso, que en sí mismo” 31; para Jesús sin lugar a dudas el ser humano es manifestación de Dios, es manifestación de su Padre, por ello se siente llamado y comprometido a ayudarlos y rescatarlos del estado de miseria y olvido en los que estos hombres y mujeres de su época se encontraban. Así entonces, “la decisión y la radicalidad de ser abierto a todos los que encontramos y sensibles a sus necesidades y carencias”32 lleva a lo que el autor llama solidaridad. Desde la persona de Jesús es posible pensar en un verdadero ser humano, que desea identificar a qué ha sido llamado; para saber, descubrir cuál es su misión desde una experiencia de fe en el acontecer histórico del mundo actual. Para Jesús de Nazaret es fundamental revelar al padre, es decir, darlo a conocer desde su propia vida a través de su amor, de su perdón, de su opción por los marginados del sistema; esto quiere decir que Dios se deja ver en la persona de Jesús, revelándose y haciéndose historia en la historia de los seres humanos; “Dios se hace presente en lo cotidiano de la vida del ser humano, él no prepara grandes eventos para acontecer, sino que lo hace a partir de lo más simple y sencillo”33. Jesús es la posibilidad de conocer a Dios, y entendió cuál era su misión a partir de hacerse hombre entre los hombres. Dios en su Hijo se acerca al condición humana para levantarla, y elevarla a la dignidad de hijos para hacerse 31 Cf.Baena Gustavo. Un ser tan humano como Jesús, pág. 2. Cf. Ibíd. 33 Cf. Ibíd. 32 33 participes de la gloria del Padre amoroso. De esta manera entonces Jesús, comprende a Dios, como el Padre "que se vacía de sí mismo en función de sus creaturas, a pesar de las estrecheces de la creatura y de las consecuencias a las que se expone por esto”34. El hecho de que Jesús haya comprendido la revelación de Dios como la comprendió hizo que su actuar sea distinto frente a los demás hombres y mujeres de su tiempo. Por lo cual, Jesús no llega a imponer una nueva ley o a cambiar costumbres de su pueblo, Él sabe cómo debe actuar, para no violentar a las personas y así partir desde cada realidad en la que actúa “percibiendo a su Dios en los otros”;35 de esta manera entonces Jesús se hace parte del pueblo, comprendiéndolo y dando a conocer una nueva propuesta de vida, que lo hace mediante su propia experiencia de vida, se " vacía de sí" para ser coherente con lo que su mismo Dios hace en todos36, así pues, vemos que la propuesta que Jesús va encaminada a un único fin que es llegar a la felicidad plena de todo hombre y de toda mujer, en torno a su creador y a todos aquellos que hacen parte de su realidad. Por consiguiente, la propuesta hecha por Dios al hombre y a la mujer, radica como lo decía anteriormente, en la búsqueda de su felicidad, dando de esta manera respuestas a las preguntas del porqué de su existencia. Es entonces que a partir de la persona de Jesús, los hombres de fe tenemos la alternativa de creer y aceptar la presencia de Dios en su Hijo; y esa presencia es la que Jesús el Hijo nos testimonia, nos revela y nos invita a aceptar en una totalidad disponibilidad y apertura a su mensaje y a su plan salvífico. Es entonces, que para hacer posible el plan salvífico del Padre, Jesús penetra en la vida de los que están necesitados de su presencia, es decir de todos aquellos que tocan su vida, generando sentimientos que no son otros que el compromiso 34 Cf. Ibid Cf. Ibíd. 36 Cf. Ibíd. 35 34 que tiene por los demás; Jesús entonces a través de su testimonio de vida y enseñanzas nos comunica que todo ser humano hace parte del proyecto de Dios, para Dios según el testimonio de Jesús todos somos sus hijos, por tanto todos somos hermanos y esa hermandad hace que automáticamente todos seamos llamados hacer parte de su proyecto, lo cual significa que por ser hijos de Dios debemos responder a ese llamado, encontrando de esta manera el verdadero sentido del existir humano. Los hombres que se acercan a la experiencia de Jesús, al alimentarse de esta espiritualidad están llamados a optar por la construcción de un mundo más justo, en el cual todos tengan cabida en el plan salvífico del Padre y así posibilitar un nuevo orden de cosas acorde al querer de Dios por lo tanto al querer de Jesucristo su Hijo. Se debe entonces de acuerdo con Gustavo Baena, tomar decisiones cueste lo que cueste y obrar responsablemente. De esta manera se pondrá en función el valor, valor que será el que desata sentimientos y los sentimientos mueven y mueven a obrar y a darme por esa criatura”37. De esta manera, se clarifica que al hablar de antropología no se trata de identificar que es una ciencia que trata acerca del hombre y su historia, sino que va más allá, que hace parte de la vida de cada ser humano, y que para dar verdaderas respuestas respecto de la realidad del ser humano se hace necesario que haya un vínculo estrecho con los demás. Como dice Baena: Dios desde el principio supo que para poder entender al hombre debía hacerse “igual” que ellos, por eso se revela en su hijo para culminar su plan de salvación; Jesús tiene claro cuál es su misión, por eso se adentra en la vida concreta de su gente, interactúo con los ellos, sufrió, compartió todo cuanto pudo con cada uno, pues tenía muy claro que solo ahí era posible enseñar y dar respuestas convincentes a tantos cuestionamientos que hacían parte de esa realidad. 37 Cf.Baena Gustavo. Un ser tan humano como Jesús, pág. 7. 35 CAPITULO II LA EDUCACION Y LA PEDAGOGIA COMO LUGAR TEOLÓGICO 1. LA EDUCACIÓN COMO LUGAR TEOLÓGICO Así entonces, la educación es un acto “educativo que permite construir, configurar, formar un sujeto individual único e irrepetible”38 que esté acorde según sea su realidad; introduciéndonos en la educación desde la teología se hace necesario, repensar cómo se están dando respuestas a estos contextos tan complejos, inestables y llenos de vacíos; por eso es necesario no solo conocer esa realidad, sino que se hace prioritario comprender esa realidad y desde allí partir para alimentar la esperanza y la fe de las personas, especialmente de aquellas que viven en una realidad de sometimiento, pobreza y marginación. No obstante, se hace necesario saber acompañar sus luchas y esfuerzos, donde al igual que Jesús, que nos reveló al Dios cercano que acompaña, que actúa en favor de los más necesitados, también se debe llegar a estas personas desde esa propuesta de Dios para así, crear en ellos conciencia de que son sujetos capaces de comprender que desde su realidad son llamados igualmente a vivir dignamente y no solo conformarse con estar en el mundo sobre viviendo, sino ser protagonistas de él. Ahora bien, sabemos, que la educación es un proceso dinámico que busca formar a la sociedad, por eso debe estar en constantes cambios, puesto que “la educación esencialmente es un acto inacabado. El proceso educativo es permanente y para toda la vida...de modo que pueda integrar las transformaciones, los adelantos científicos y las nuevas necesidades culturales y humanas”39. Estas necesidades deben estar acordes a los cambios de los 38 39 Ibíd. Pág. 2. Cf. Granados Ospina, Luís Fernando S.J. ¿Qué se entiende por educación y pedagogía? Pág. 3. 36 tiempos, a los nuevos retos que ante los avances científicos y tecnológicos se van imponiendo al hombre posmoderno; es en este contexto histórico en el que la educación como hecho social juega un papel protagónico, siendo necesario conocer y comprender su realidad para así formar nuevos individuos que le apuesten a ser sujetos más humanizados, críticos coherentes y libres, dando respuestas a las diferentes exigencias del mundo actual. Por lo cual, tanto el hombre como la mujer que se realizan, en torno a los otros, es decir que como sujeto individual e irrepetible “…que se relaciona con los miembros del grupo al que pertenece y al que el modelo de interacción con su entorno permite una progresión consciente y ética”40 donde únicamente se da a medida que se reconozca la necesidad de “estar” con los otros y las otras, de esta manera entonces podemos concebir que “La humanidad es un diálogo entre la naturaleza y la cultura”,41 y un dialogo también con el trascendental, es decir con Dios, que inserta a ella “No podemos entenderla sin esa articulación”42. La educación. Desde esta perspectiva, el aprendizaje modifica la conducta, pues a partir de esas experiencias, busca aprendizajes significativos acordes a la humanización y por su puesto a la realización plena de la vocación humana, es decir, entendida como aquella que va en torno a la fidelidad de su yo autentico, siendo así respuesta al llamado para una verdadera y autentica existencia. De tal manera, que la educación como lugar teológico no es aquella que se la limita simplemente a impartir o llenar de saberes a quienes no los tienen43, es más bien aquella que debe hacer una mirada crítica frente a la realidad social; para luego entrar a laborar constantemente desde la cotidianidad la transformación de una nueva sociedad que esté acorde según es el hecho salvífico de Dios, quien se nos revela, manifiesta en la cotidianidad, descubriéndolo únicamente a medida que 40 Ibíd. Pág. 2. Ibíd. 42 Ibíd. 43 Cf. http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm. Consultada el 10 de junio. 41 37 estemos plenamente en disposición de recibir y acoger su nueva propuesta de vida que nos ha donado y hecho conocer través de su Hijo encarnado. Ampliando los postulados anteriores, debemos afirmar que la educación como lugar teológico no se la puede comprender como teoría, sino es más bien un acto educativo pues al partir del dinamismo concreto de la historia humana “La realidad con la que trabaja la teología es con la historia real, vivida antes que escrita, en cuanto es manifestativa de la presencia y de la acción salvadora y reveladora de Dios, leída siempre a la luz del Evangelio eterno”44. Esto es el actuar de Dios, es el actuar en el hombre, en su historia real y concreta y que ese hombre está llamado a superarse en todas las dimensiones de su existencia y una de esas dimensiones es el hecho educativo. De esta manera, al concebir, a la educación como lugar teológico se busca hacer una nueva lectura de este hecho social, y descubrir como la revelación de Dios se manifiesta en esta realidad, de esta manera ver como se está siendo historia con el mundo y para el mundo como posibilidad de ser vida en el horizonte de lo revelado y salvífico45; por ello, se hace necesario partir de tres grandes presupuestos de la teología que son el lugar teológico, el saber teológico y el hacer teológico; puesto que al partir de la educación como lugar teológico se contextualiza en una realidad concreta y desde ella determinar al hombre para su acompañamiento transformador y liberador según el plan salvífico del Dios revelado y encarnado. 44 45 Cf. PARRA, Alberto S.J Qué es investigar en Teología. Pág. 12 Ibíd. 38 1.1. El lugar teológico Al hablar de lugar teológico, se hace necesario recordar a Melchor Cano un autor del Siglo XVI, que haría referencia a los lugares teológicos; según este autor los lugares teológicos son los diferentes ámbitos o espacios en los que se pueden encontrar argumentos que se basan las discusiones, para demostrar las propias posiciones o bien para refutar las posiciones de los adversarios;46 Melchor Cano habla de diez lugares teológicos: la Sagrada Escritura; la Tradición; la Iglesia Católica, los Concilios; el Papado, los Santos Padres, los Teólogos y Canonistas, la Razón Natural, los Filósofos y Juristas y la Historia Humana; a su vez los clasifica en dos grandes partes; “los siete primeros son lugares propios de la teología y se basan en la autoridad, mientras que los tres últimos son lugares ajenos a la teología y se basan en la razón”47. Hoy ante discusiones que nos plantea la teología moderna es necesario enfatizar que concebimos otros lugares teológicos propios del acontecer humano, del devenir histórico y la trasformaciones posmodernas. En la presente investigación, cuando nos referimos al lugar teológico decimos que “todo lugar es lugar de Dios, lugar donde se manifiesta y nos revela su proyecto salvífico de amor”48 y sobre todo en aquellos lugares donde a lo largo de la historia se han visto por diferentes realidades sociales privados de libertad e igualdad, es decir aquellos (as) que actualmente están oprimidos, abandonados y marginados, desconociéndoles no solo su identidad, sino también su derechos como personas. Entonces, el hecho educativo como proceso de humanización o plenificación del hombre es un lugar privilegiado desde donde Dios se nos revela hoy , buscando dar repuesta desde su opción formativa a estos nuevos retos propios de la 46 Cf. MARTINEZ, Francisco José. Melchor Cano, un colóquense ilustre. Araucaria, Vol. 12, Núm. 23. Universidad de Sevilla España, 2010. Pág. 159. 47 Cf. Ibíd. 48 www.salesianoslitoral.org.ar/.../hecho-educativo-como-lugar-teologico.doc. Consultada 25 de mayo de 2011 39 modernidad, porque una auténtica educación será aquella que conduzca al hombre de hoy, a descubrir un sentido de su vida y un sentido para vivir y morir. Sabemos por medio de la Sagrada Escritura que Dios creó a la humanidad y por ser sus creaturas nos llama constantemente hacia Él. Entonces, el estar en comunión con él es la aspiración máxima y última de toda persona. San Agustín decía “tú mismo le incitas a ello (ensalzar), haciendo que encuentre sus delicias en tu alabanza, porque nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto mientras no descansa en ti”49. Dios también desea que el hombre llegue a esa meta, su invitación la hace a cada uno, pero solo un corazón generoso y con una conducta recta lo encontrará y así alcanzará su vida plena. Así entonces, desde la creación del mundo Dios ha estado presente, en un contexto y lugar concretos, gracias a los testimonios de fe que hemos tenido a través de la Tradición, podemos confirmar el actuar constante que Dios ha hecho a lo largo de la historia humana. En el A.T Dios se da a conocer a través de los profetas, presente en el pueblo de Israel, Dios se hace presente en un lugar concreto, en una realidad humana, que clama su salvación, Dios escucha sus clamores y acude para liberar a su pueblo50; pueblo que luchaba día a día por sus derechos, derechos que eran negados por los poderosos de este tiempo; Dios se hace presente, lo acompaña y guía, buscando así la libertad y la paz en su pueblo. A partir entonces, de la historia de salvación Dios nos muestra su infinito amor por la humanidad, por eso, sigue actuando, pese a que la corrupción, alejamiento y destrucción aumentan, perdiendo la razón del existir humano, Dios sigue en su búsqueda; por eso, decide personificarse y se encarna en su Hijo Jesús para nuevamente redimirlo, pues ama tanto al mundo que entrega a su propio Hijo al 49 Agustín, Santo, Obispo de Hipona. Confesiones de san Agustín libro I, cap. 1,1. Ediciones Espasa-Calpe, Buenos Aires, 1954. 50 Concilio Vaticano II. Dei Verbum # 1. Ediciones Paulinas, Madrid, 1969 40 mundo para que sea Él quien a partir de sus enseñanzas y testimonio de vida nos revele ese plan salvífico de Dios en el mundo. Por ello, tomada la educación como lugar teológico se tiene como primer desafío ser propuesta para conducir al hombre de hoy, a descubrir el sentido de su vida que esté acorde según el plan de salvación de Dios. Por lo cual, Dios a partir de su infinito amor sigue presente en la historia humana, nos impulsa siempre a seguir aprendiendo a desaprender para realmente aprender y seguir en constante búsqueda y construcción de un mundo más justo y equitativo; que las hostilidades, divisiones, conflictos dejen de existir, dando un nuevo sentido a la vida, siendo caminos y acciones concretas junto a Dios para educar, humanizar y dignificar nuestra existir humano. Al comprender la educación como lugar teológico, establecemos que Dios simultáneamente con el hombre es acción, pues, así lo vemos en la historia de salvación, Dios actúa en esa historia a partir de la apertura y disposición de cada persona, es redimido y liberado quien realmente comprenda ese plan de salvación. A lo largo de las Sagradas Escrituras vemos como el texto sólo cobra vida, si suscita una experiencia de fe real que se vivió únicamente a partir de la revelación de Dios a su pueblo y a través de ser parte de su plan salvífico, que es dado en lo cotidiano de cada persona; Dios estuvo presente, Dios se hace presente en la historia de aquellas personas que aún son “desarrapados del mundo”51. Vemos así, porque es necesario partir desde un lugar teológico, ya que Dios se manifiesta únicamente en la historia concreta y la historia se da en lugares y contextos concretos del ser humano de lo contrario no se podría hablar de teología y tampoco habría campo para hablar de lugares teológicos. 51 Cf. http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm. Consultada 15 de Junio. 41 1.2. El Conocer teológico Desde lo dicho anteriormente se confirma que para Dios lo más amado de su creación es el ser humano, Dios está siempre dispuesto a entregarlo todo, (esto se confirma a partir de la entrega que hizo de su propio hijo) para junto a él buscar su plena felicidad, pero para que esto se concretice se hace necesario que el hombre esté dispuesto a recibir y luchar por ese proyecto de vida que Dios le entrega, por tanto, se hace necesario conocer a Dios, puesto que si no se lo conoce no es posible ser participe realmente de ese plan de salvación. “…conocer a Yahweh o hacer experiencia cognoscitiva de Él es acceder a su proyecto de salvación liberadora en el mundo y en la historia…el proceso de conocer tiene como objeto inmediato el plan histórico de lo que el Señor quiere ser para nosotros, pero el punto mediato y sin embargo último y terminal es la experiencia de Dios y el conocimiento mismo de Dios”52 Solo a partir de una verdadera experiencia de Dios en la historia humana lleva a una realización concreta de la promesa de salvación hecha por Yahvé a su pueblo, solo a partir de esa realización se conoce y se sabe,53 el sentido de su existir. Ahora bien, al hablar del conocer, se debe hacer referencia al término investigar que nos lleva al “ejercicio más elevado y más propio del entendimiento humano” 54 es decir, “Investigar, a partir de los datos del conocimiento disponible, es correr las fronteras hacia el conocimiento posible, someter a revisión crítica los 52 Cf. PARRA, Alberto S.J Qué es investigar en Teología. Pág. 10 Ibíd. “…la realización histórica de la promesa para que se vea y se crea que Yahweh guarda su palabra y es fiel a su alianza. De ahí que la verdad en Israel no se comprenda en términos de índole intelectual, es decir, sino de índole realizativa, es decir dabar, que no se sabe sino que se realiza y que cuando se realiza entonces se conoce y se sabe”. Pág.10 54 Ibíd. 53 42 conocimientos adquiridos y avanzar hacia unos límites sin límite que bordean el conocimiento del ser infinito y del amor infinito”55. De esta manera entonces, no solo se trata de conocer el contexto en el que se está viviendo, sino de saber interpretarlo, pues la investigación teológica debe traspasar esos límites, para así acercarse realmente al conocer de Dios, que nos invita permanentemente a “seguir con búsqueda audaz, crítica y amorosa las huellas de Dios presente en la verdad, bondad y consistencia de sus criaturas” 56, así entonces, es posible conocer de otra forma, es decir, si conocemos realmente a Dios solo así seremos parte de su plan salvífico, pues seremos participes activos de la salvación liberadora de la historia humana y del mundo. Sin embargo, solo a través de las experiencias de vida, del ser partícipes del plan salvífico de Dios “El dinamismo del conocer por experiencia las transformaciones históricas del mundo y de la existencia es vehículo mediacional para conocer a Dios, según el testimonio de Israel”.57 Partir de realidades específicas, es decir, que ese conocer traspase los límites de lo abstracto y desconocido para que sea posible un descubrir que parta de la vida concreta del ser humano, donde se descubra igualmente a Dios Padre, en el testimonio dado a través de su Hijo. De esta manera, la teología es, en lo cotidiano de la humanidad; Dios se encarna en Jesús, que es el modelo del acontecer salvífico de Dios en la historia del pueblo de Israel en el A.T y para toda la humanidad en el N.T. El pueblo de Israel conoce a Yahvé a través de su acompañamiento fiel a lo largo de su historia, el pueblo debe seguirle, y ese seguirle es comprometerse con su plan salvífico, es decir que a partir de su obrar, se debe mantener el vínculo de hermandad que se tiene por haber sido creados por el mismo Dios y que a partir de Jesús de Nazaret 55 Ibíd. Ibíd. 57 PARRA, Alberto S.J Qué es investigar en Teología. Pág. 10 56 43 nos confirmaría que somos su hijos “…objeto mediato y terminal del conocimiento y de la verdad es la acción amorosa de Dios inscrita en la realidad de nuestra propia historia”58. Así, caminar respecto a su plan salvífico es proponer nuevas alternativas que vayan en contra de la injusticias, de la marginación, explotación, irrespeto, abuso, etc. que ha estado presente en toda la historia de la humanidad, por tanto, el conocimiento y encuentro con el Padre, se da en lugares específicos, con realidades concretas, donde solo a partir del absoluto “amor del Padre (YAHVE) para con su pueblo (Israel)”, es posible alcanzar. Dios entonces acontece en la vida diaria de cada persona, de cada cultura, de cada sociedad y del mundo entero, Él a partir de su infinito amor por la humanidad vive en ella y vive por ella en el acontecer del mundo. Por tanto, a Dios no se “…lo conoce en la inmediatez de la visión, sino en la mediación simbólica del acontecer histórico: cuando Yo te rescaté, pueblo mío, cuando Yo confunda al faraón, cuando Yo te reúna de la dispersión y del exilio: en eso conocerás que Yo soy (Ex 6,6; 7,5; 7,17; 11,4 l Re 20,13. Ez 39,28; 12,16; 37,12)”59. Entonces al hablar de conocer teológico al igual que el lugar teológico su razón de ser es el hombre, Dios se revela en ella, pues su creación privilegiada es el hombre y su historia. 1.3. El hacer teológico a través de la historia Ahora bien, al referirnos al hacer, decimos que es la concretización de todo aquello que se ha identificado y se ha conocido; es la praxis liberadoratransformadora de la realidad desde un lugar específico como es la educación, que al ser establecida y leída como lugar teológico, se identifica como Dios se revela en este hecho social, pues, al hablar del hacer teológico es hacer espacio a 58 59 Ibíd. Cf. PARRA, Alberto S.J Qué es investigar en Teología. Pág. 10 44 la Palabra para que sea dada a luz en la historia de la humanidad, de nuestras vidas. Decir algo de Dios es posible únicamente si nos hemos dejado invadir de su amor, al estar dispuestos para encontrarnos con El, nos suscitará nuevas palabras, para poder hacer teología es decir, palabras de y desde la Palabra60. Así entonces, queda claro que el “conocer en el sentido profundamente histórico que es propio de la tradición veterotestamentaria es un dinamismo que supone, primero, la radical experiencia histórica del hombre”61, por tanto la acción concreta del plan salvífico de Dios se lleva a cabo a partir de la persona de Jesús, desde su praxis todas las promesas dadas por Dios a lo largo de la historia de Israel se cumplen; Dios se da a conocer por medio de su Hijo y desde la realización concreta de su promesa, es decir “dabar, que no se sabe sino que se realiza y que cuando se realiza entonces se conoce y se sabe… la verdad no es en primer término de carácter enunciativo ni explicativo, sino trasformadora del hombre y de su realidad”.62 Por tal motivo, la promesa de salvación hecha durante toda la historia del pueblo de Israel se concretiza, se cumple solamente en la encarnación de Dios en Jesús de Nazaret, Jesús a partir de su testimonio de vida da a conocer al Padre, Él viene y concretiza la promesa de salvación para la humanidad, confirmando así lo planteado en el evangelio de San Juan, quien nos conduce a la reflexión del amor de Dios al mundo, porque se entrega totalmente a él y lo hace a partir de la persona de Jesús “La realidad histórica y contextual del Señor Jesús es el único y el sólo argumento comprobatorio del amor, de la palabra, de la acción, del ser del Padre: “El que me ve a Mí, ve a mi Padre (Jn 14,9). Si me conocieran a Mí, 60 Cf. PARRA, Alberto S.J Qué es investigar en Teología. Pág. 10 Ibíd. 62 Ibíd. 61 45 conocerían también a mi Padre (Jn 8,19). Porque el conocimiento de la gloria de Dios (Padre) está en el rostro (histórico) de Cristo (2Cor 4,6)”63. Luego de plantear el hacer teológico a través de la historia, se hace necesario proyectarnos nuevamente en el quehacer educativo como lugar teológico, no solamente es conocer y trasmitir el contenido de una disciplina académica o reconocer su entorno y contexto, sino que como hecho social debe traspasar los límites de un enseñar, haciéndose vida, es decir, que todo hombre y toda mujer desde su realidad se deben sentir llamados y comprometidos por luchar por la transformación de su realidad en torno al plan salvífico de Dios. De este modo, decimos entonces, que es comprensible el compromiso que la teología tiene frente a la educación, pues debe saberse integrar con las demás ramas del saber estableciendo así nuevas alternativas respecto a las exigencias que hay en la sociedad, clarificando cómo el discurso de Dios se hace comprensible en el hombre y su historia, para ello, se hace necesario que esa integración se haga por medio del diálogo interdisciplinar, para no verse limitada ante las exigencias que están presentes en el mundo actual. “Hoy por hoy, es clarificar las condiciones que hacen legítimo su discurso sobre Dios y sobre el hombre, y por tanto que pueda ser admitido al diálogo interdisciplinar con las restantes ramas del saber. Diálogo interdisciplinar necesarísimo para la teología, porque se verá enriquecida con todos los enfoques de las otras disciplinas: la teología necesita escuchar y aprender de otras ciencias para poder ofrecer al mundo una actualizada interpretación de su mensaje revelado”64. 63 Biblia de Jerusalén. Editorial Desclée de Brower, Bilbao, España, 2009 Cf. Seba L., Hernando. Theologica Xaveriana: Teología y Universidad: debate abierto, Bogotá, 2000. No. 136. Pág. 494 64 46 No obstante, al integrar la teología a las otras disciplinas, abrirá caminos para que el saber interdisciplinar comprenda ciertas realidades a las que normalmente no llegan en virtud de sus propios métodos y principios. De esta manera podemos decir que “la auténtica educación es, pues, expresión de plan salvífico de Dios. Los educadores somos colaboradores de ese plan65. Estar en búsqueda del mejoramiento de la calidad educativa y pedagógica…se tiene el compromiso de realizar la “inteligencia de la fe”, esto es, de hacer reflexión teológica; y en todos ellos, en estos compromisos, se hace realidad una teología educativa 66. 2. LA PEDAGOGÍA TEOLÓGICA COMO PRAXIS DE LA EDUCATIVA ORIENTADA HACIA LA CONCRETIZACIÓN DE LA PROPUESTA SALVÍFICA DE DIOS Cuando hacemos referencia a la pedagogía teológica, es volver la mirada hacia la propuesta pedagógica, que el Dios de Israel nos da a conocer y que sin lugar a dudas parte del amor infinito que tiene por su pueblo; Él se revela, dando así origen a lo que hoy llamamos historia de salvación, que es enseñada desde las Sagradas Escrituras, nos revela el misterio de Dios que se hace presente en su pueblo. Por tal motivo, se hace necesario, comprender el acontecer de Dios en la historia, para así mismo hacer posible la revelación que es acción salvadora concretizada en Jesús; de esta manera la educación en su acto educativo debe ir en relación a la praxis que es la reflexión y acción de la teoría, por lo cual, no se limita a dar o transmitir unos datos, desconociendo la parte humana del hombre y la mujer; ya lo dice Paulo Freire, haciendo una fuerte crítica a la educación que se imparte en su 65 Ibíd. Dios es el primer y gran educador de su pueblo…La obra educadora de Dios se revela y cumple en Jesús, el Maestro, y toca desde dentro del corazón de cada hombre gracias a la presencia dinámica del Espíritu. La Iglesia madre está llamada a tomar parte en la acción educadora divina, bien en sí misma, bien es sus distintas articulaciones y manifestaciones. No 61. 66 Ibíd. Pág. 496 47 contexto, ya que es una educación que aún permanece en un sentido vertical,67 desconociendo de esta manera la humanidad del educando, pues al parecer se busca únicamente que “El educando reciba pasivamente los conocimientos y es un depósito que hace el educador. Se educa para archivar lo que deposita” 68 siguiendo así con una realidad de subordinación, esclavitud, marginación, pues no hay una enseñanza que traspase los límites del puro conocer y liberar al hombre y a la mujer de concebirlos como un simple objeto en el que se archiva cosas;69 de ahí la necesidad de retomar la educación desde una nueva propuesta que busque liberar y reconocer al hombre para ser redimidos e igualmente que se sientan llamados a actuar según el plan salvífico de Dios. De este modo, y desde la perspectiva del autor Freire diremos que, al ser consciente de los grandes vacíos que están presente en la educación se siente comprometido a denunciarla, pues esta educación es tradicionalista y alienadora que nada aporta a la sociedad para salir del sometimiento en el que se encuentra, así ve la urgencia de dar una nueva propuesta pedagógica que esté basada principalmente en “…crear y transformar el mundo siendo sujeto de su acción”,70 y es a ello a lo que Dios nos invita, a manifestar desde la pedagogía teológica su proyecto de salvación que nos sintamos comprometidos y responsables, exigiendo respuestas frente a una realidad que está bajo la manipulación y el olvido de sí mismo, de los demás y de Dios, sobreviviendo únicamente según sea la propuesta del mundo actual. Así entonces, se hace necesario reconocer y comprender que mediante la propuesta de vida que nos brinda Dios, revelada a través de su Hijo y presente en el Espíritu Santo, es posible concebir a la educación como un lugar que brinde a la humanidad la acción concreta del plan salvífico que esté acorde a las enseñanzas 67 Cf. Freire, Paulo. Educación y cambio. Ediciones Búsqueda, Buenos Aires, 1976. Pág. 34 Ibíd. 69 Ibíd. 70 Ibíd. 68 48 de su Hijo en la instauración de una nueva sociedad; esto es un nuevo orden de cosas donde tenga cabida la igualdad, la tolerancia y la inclusión, constituyendo así nuevas sociedades que proyecten el reinado de Dios en la humanidad. 2.1. El Padre y su pedagogía como fuente de amor A través de los escritos bíblicos, por medio de testimonios de fe se nos revela a Dios como el Dios Creador, siendo igualmente el Dios de la Alianza, el Dios liberador y el Dios de la promesa La actitud entonces que se debe tomar frente a la educación es que vaya según la dinámica de Dios, debe ser por tanto una educación que este inserta en el pueblo, que no sea indiferente frente a las necesidades que oprimen y esclavizan, la educación como lugar teológico es entonces, aquella que está encaminada a escuchar, para comprometerse en liberación de lo que oprime a la sociedad, al igual cómo Yahvé (Dios) escuchó, se comprometió y liberó a su pueblo71 “Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha,…”.72 Continuando lo planteado, estamos en la condición de manifestar que Dios desciende dándose a conocer, desde su presencia en su pueblo, para redimirlo, rescatarlo y liberarlo de toda opresión, su actuar lo hace gratuitamente, pues Dios amó tanto al mundo que lo entrega todo, para que el hombre y la mujer sean constructores de su felicidad; este el plan de salvación para el cual todos y todas estamos llamados a ser parte de ese plan de Dios. 71 Cf. Alaña, Fabricio S.J. primer encuentro latinoamericano de pastoral. Aportes para una teología del hecho educativo. Conocoto –Quito, 2002. Pág. 05 72 Cf. Biblia en español Reina Valera. Libro del éxodo. Cap. 3, 7-8. Editorial Sociedad Bíblica colombiana, 1995 49 Desde esta perspectiva se busca ser partícipes para el cambio de toda realidad de opresión e injusticia que está presente en el mundo actual; fomentando el cuidado del ser y del mundo en general; una verdadera educación liberadora que emancipe al pobre, al marginado, al olvidado de las opresiones personales y sociales esclavizadoras y limitadoras. Así, a lo que se apunta a través de la educación como lugar teológico es que mediante su pedagogía teológica se debe acompañar, orientar al hombre y a la mujer, para que se concienticen de cómo son gestores por cambiar una realidad que no está acorde según el plan de salvación que Dios a través de su hijo Jesús no dio a conocer73. En otras palabras, diríamos que al igual como lo hizo Dios; pues Él actúa desde el absoluto amor que todo lo envuelve, que está presente en la historia humana y en el corazón de cada uno, dándonos ese impulso vital y necesitado de libertad de sí mismo y de los demás, Dios está presente, pero debemos reconocerlo y acrecentar nuestro amor, fe y esperanza, para entender al igual que su Hijo Jesús, que fue el prototipo de vida que supo entender realmente cuál es la propuesta salvadora de Dios, que nos lleva a nuestra plena realización como hombres y mujeres en relación a los demás y a Dios. 2.2. El Hijo como prototipo de amor, vida y esperanza Jesús “tiene una pedagogía preciosa, del amor, del encuentro de la verdadera dignificación humana”74. Sin lugar a dudas a través de las diferentes expresiones de fe dadas a lo largo del Nuevo Testamento en torno a la vida y a los hechos de Jesús se puede identificar como Él, llena a todo el que lo escucha de esperanza y a través de su acciones nos revela su proyecto y su manera de entender a Dios haciéndonos ver que es posible acceder a él. 73 Cf. Alaña, Fabricio S.J. primer encuentro latinoamericano de pastoral. Aportes para una teología del hecho educativo. Conocoto –Quito, 2002. Pág. 05 74 Ibíd. 50 Claramente lo confirmamos en relatos de Marcos (10,47), cuando se encuentra con el ciego de Jericó, este se llena de esperanza al saber que Jesús lo ayudará y salvará de la oscuridad que ha estado presente toda su vida; Juan (4, 7) con su relato de la samaritana, hace ver la misericordia infinita de su Padre, dándole así una nueva propuesta de vida; Lucas (10,29) a través el relato del buen samaritano, Jesús muestra quien es realmente el hermano prójimo; nos muestra Jesús así como una verdadera pedagogía parte del diálogo, de la cercanía profunda con el otro, con los otros, para ello se hace necesario tener actitudes y hechos que se transformen en “palabra acción”75, pero estas palabras siguen sobreponiéndose a los conflictos y estar con aquellos que sufren, dando esperanza a todo aquel que se siente olvidado y mutilado para seguir viviendo. Y es que el hombre y la mujer seres que a través de la esperanza sienten que es posible encaminarse en busca de su realización plena. Buscando su felicidad plena; la esperanza es pues, una realidad que esta incrustada en cada individuo, que es parte fundamental de la vida de cada persona y mientras se tenga este sentimiento vivo, se hace más real y concreto la aspiración por mejorar la situación de “los desarrapados del mundo”.76 Esto nos plantea el reto como educadores y educandos de la sociedad se debe permanentemente mantener esa esperanza siempre viva, ya que “una educación sin esperanza no es educación. Quien no tiene esperanza en la educación de los campesinos, deberá buscar trabajo en otra parte77. Esto genera en el hombre y la mujer una experiencia de resurrección junto a Jesús, para predicar la buena nueva de Dios, que no es la muerte su última palabra, sino que sigue presente de generación en generación en la humanidad y nos invita para seguir siendo gestores de esa transformación en la que prime la libertad, justicia, solidaridad, igualdad, alegría, tolerancia, paciencia y audacia, que todo lo que produce el 75 Cf. Freire, Paulo. Pedagogía de la Esperanza: Un reencuentro con la pedagogía del oprimido. Editores Siglo XXI, México, 1999. 76 Cf. http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm. Consultada 05 de Julio. 77 Cf. Freire, Paulo. Educación y cambio. Ediciones Búsqueda, Buenos Aires, 1976. Pág. 34 51 esperar se convierta en acciones gestoras de vida, siguiendo las enseñanzas de Jesús que no fueron meras predicaciones, sino que transformaron vidas de quienes ya no tenían esperanza de su ser de persona, de su libertad plena en comunión con los otros y con Dios mismo. 2.3. El Espíritu fuente de nuestro ser y actuar "Y yo pediré al Padre que os envíe otro Defensor, el Espíritu de la verdad, para que esté siempre con vosotros. Los que son del mundo no lo pueden recibir, porque no lo ven ni lo conocen; pero vosotros lo conocéis, porque él está con vosotros y permanecerá siempre en vosotros. No voy a dejaros abandonados: volveré para estar con vosotros." (Juan 14:16-18) Por medio de nuestro testimonio de fe, sabemos que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y todas las cualidades divinas atribuidas al Padre y al Hijo, son igualmente atribuidas al Espíritu Santo. Cuando una persona nace de nuevo por creer y recibir a Jesús (Juan 1,12-13; Juan 3,3-21), Dios habita en esa persona a través del Espíritu Santo (1 Corintios 3,16). Espíritu Santo, es testimonio de Jesús (Juan 15,26; 16,14). Él habla a los corazones de la gente la verdad de Jesús. El Espíritu Santo es el maestro que acompaña a los cristianos (1 Corintios 2, 9-14). Él revela la voluntad y la verdad de Dios Padre: "Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todo lo que yo os he dicho." (Juan 14,26). El Espíritu Santo nos lo ha sido donado a través de Dios Padre y para que habite dentro de nuestros corazones y así ser reflejo de Dios. De tal manera que no actuemos según nuestra voluntad, sino que a través de Él seamos fuente de amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio (Gálatas 5:22-23). Es entonces, el Espíritu Santo quien nos da las fuerza para 52 cumplir la voluntad de Dios Padre, en donde reconocemos su acción, descubriendo su presencia y voluntad en nuestras vidas, en nuestra historia y en nuestra sociedad; dejar actuar a Dios, es dejar a Dios ser Dios, no pretendamos que Dios actúe según nuestra voluntad, pues Dios es espíritu personal y libre, misterio y amor. “Donde está el espíritu allí está Dios”, donde no lo encerramos en conceptos ni formulas estereotipadas, pues “el espíritu sopla donde quieres y cuando quiere”78; el espíritu es fuente de nuestro ser y actuar, dándonos la fuerza necesaria para ser testigos y para proclamar su reino de vida y esperanza. La teología nos muestra que para lograr en la educación nuevos caminos y proponer nuevos paradigmas hacia una educación de liberación, esperanza, compromiso, responsabilidad, etc. Es necesario reconocer al educando como artífice primordial de la enseñanza, debe cada disciplina propiciar nuevos diálogos interdisciplinares en los cuales sea el educando en toda su dimensión, tanto psicológica, antropológica, cultural, religiosa, y social forjador critico frente a un nuevo redescubrirse y así propiciar nuevos caminos para trabajar por un mundo más justo, más humanizado, más igualitario y reciproco, especialmente para la población más vulnerable y abandonada por el sistema tradicional. 78 Cf. Alaña, Fabricio S.J. primer encuentro latinoamericano de pastoral. Aportes para una teología del hecho educativo. Conocoto –Quito, 2002. Pág. 05 53 CAPITULO III LA PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA COMO APROXIMACIÓN A LA PEDAGOGÍA TEOLÓGICA 1. LA PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA DE PAULO FREIRE A lo largo de este trabajo, hemos realizado una lectura de la educación como lugar teológico, que inserta en la historia humana busca ser repuesta a las exigencias del mundo actual. A través del hecho educativo como praxis, que es “reflexión y acción”79, donde Dios a través de su pedagogía de amor está presente en la humanidad y lo hace de una manera cercana, de acompañamiento y encuentro, que está en favor de la vida, un Dios que cumple su promesa, por eso, decide enviar a su Hijo para a través de Él, concretizar esa promesa; así Jesús desde su pedagogía nos revela al Padre amoroso, que sale al encuentro, que da vida, que hace suyo el sufrimiento del pobre, el enfermo, el marginado y que sigue presente a lo largo de la historia humana. Así entonces, tomada la educación como lugar teológico debe ser formadora, gestadora, por tanto, transformadora del mundo, acorde a la propuesta salvífica de Dios. Por consiguiente, Dios a través de su encarnación es el misterio del amor y la solidaridad con los excluidos de la tierra y con todos los agobiados por el peso de la opresión. La educación en relación al seguimiento de Jesús, que a partir de su pedagogía nos propone una nueva manera de actuar, haciendo posible una nueva propuesta de solidaridad e inclusión en el mundo de los empobrecidos; somos llamados a hacer parte de esa propuesta, para alivianar la carga de sufrimientos y dolor, superando las condiciones de deshumanización en que viven, ser partícipes de sus búsquedas y luchas cotidianas, construyendo nuevas alternativas de vida para alcanzar un mundo más digno para todos. 79 http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm. Consultada el 18 de julio. 54 Así pues, vemos como la “Pedagogía de la Esperanza” de Paulo Freire es aproximación de la pedagogía teológica, ya que a través de esta nueva propuesta se reflexiona y analiza el contexto y la realidad de opresión e injusticia que está presente. Desde toda, una serie de interrogantes que le suscita la realidad deshumanizante, opresora con los más “débiles”, sumergidos en una completa desesperanza, llevándolos a una conformación insólita, al parecer desde muy niños se “educan” para estar siempre sometidos en este círculo vicioso. Desde estas realidades y partiendo desde su propia realidad, Paulo Freire ve la necesidad urgente de transformar estas condiciones de vida. Para llevar a cabo esta nueva propuesta pedagógica, sabe que debe buscar la manera de que el pueblo sea consciente de su sometido y abandono e igualmente llenar de esperanza a quienes la han perdido; concientizándolos de que es posible un verdadero cambio, pero todo está en sus manos. Todas estas realidades deben ser una especie de impulso para todo educador, donde a través del análisis se descubra posibilidades, sin importar los obstáculos, que se presente en su caminar, deben ser siempre esperanza de aquellos que no tienen un sentido verdadero de ella, ya que todas las realidades sociales han terminado hablando de una falsa justicia de sus críticos80, llevando de esta manera a quedarse sin esperanza. La pedagogía de la esperanza, nos muestra como la realidad de la educación como hecho social es posible cambiarla a través de nuevas propuestas pedagógicas que integren y reconozcan en el educando su ser de personas; de esta manera formar a hombres y mujeres que esten acordes a la exigencia de sus realidades; no dejarse llevar por una falsa educación, se debe crear conciencia y capacidad crítica frente a los que están viviendo e igualmente acrecentar la necesidad real de actuar, dando así, esperanza a quienes la han perdido de seguir 80 Cf. Freire, Paulo. Pedagogía de la Esperanza. Un reencuentro con la pedagogía del oprimido. Siglo XXI editores, México, 1999. Pág. 9 55 en la lucha constante por la transformación de un mundo sin sentido a un mundo con sentido por la vida, la justicia y la libertad de la sociedad. Sin embargo, la esperanza necesariamente, para que de un sentido a la búsqueda constante de alcanzar esa transformación, debe necesariamente estarse cuestionando, preguntando y analizando, para que no haya campo hacia la desesperanza, es decir, a la falta de sentido por rehacer un mundo lleno de adversidades e incoherencias. Así será posible actuar en vista a esa transformación de la realidad “como al obrero no le basta con tener en la cabeza la idea del objeto que desea producir. Es preciso hacerlo” 81, para no decaer ante la primera adversidad que se presente. Desde el actuar entonces la esperanza seguirá acrecentándose “la esperanza de producir el objeto es tan fundamental para el obrero como indispensable es la esperanza de rehacer el mundo en la lucha de los oprimidos y las oprimidas”82 y así seguir siendo impulso en la búsqueda de una nueva propuesta de vida, especialmente para todos aquellos que han sido olvidados, marginados, explotados y abandonados. Esta nueva lectura de la realidad entonces, nos bridaría una nueva pedagogía, que busca un cambio al que hacer educativo. La educación es la base para orientarse hacia un verdadero cambio, pues, por ser un hecho social inserta en la historia humana tiene como compromiso proceder desde los diferentes ámbitos sociales83; se debe formar personas que se encaminen efectivamente a un cambio acorde a las exigencias del mundo contemporáneo, que haya espacio para todos aquellos pueblos que se encuentran sumergidos en el abandono, esclavitud y opresión, no solo presente en latinoamericana, sino también presente a nivel mundial; por ello, es de gran importancia esta nueva propuesta pedagógica; desde este método fue posible dar un giro a la educación y hacer una nueva lectura, 81 Ibíd. Cf. Freire, Paulo. Pedagogía de la Esperanza. Un reencuentro con la pedagogía del oprimido. Siglo XXI editores, México, 1999. Pág. 29 83 Ibíd. 82 56 confirmando que es posible pensar en la alcanzar un nuevo mundo, donde todos tenemos posibilidades de ser partícipes desde nuestra opción de vida y por tanto desde nuestro contexto y realidad. Ahora bien, la pedagogía de la esperanza nos muestra como las experiencias de vida de Paulo Freire, fueron fundamentales en su inspiración para sus diferentes escritos. En este caso La Pedagogía de la Esperanza. Esta obra da cuenta de la absoluta división e injusticia por la que atraviesa la sociedad, ya que la educación no formaba al educando para ser respuestas, sino que simplemente lo llena de conocimientos, que poco ayudaban a las nuevas generaciones para proponer nuevos dinamismo de vida frente a toda la realidad de abandono que se estaba viviendo, llevando de esta manera a graves consecuencias que en relación al plano político-social (dictadura-autoridad o democracia-libertad)84. Esta nueva propuesta pedagógica nos exige la necesidad de conocer el contexto desde donde y para quien se educa. “…y me preguntó: Dr. Paulo, ¿Usted sabe dónde vivimos nosotros? ¿Usted ya ha estado en la casa de alguno de nosotros?” Comenzó entonces a describir la geografía precaria de sus casas” 85 Es de gran importancia estar inmersos en cada realidad para descubrir cómo proceder y no violentar al educando, excluyendo no solo su realidad, sino también sus conocimientos, que tiene cada pueblo, cultura o sociedad puesto que de cada realidad humana se aprende, también tienen qué enseñar y dar a conocer al educador. De esta manera entonces, se da paso a una nueva pedagógica para ser nueva propuesta en la educación, pues no solo es “educar al pueblo, sino más bien de educarse con él”86; esto quiere decir que la relevancia estaría en que la educación, 84 Ibíd. Ibíd. 86 Ibíd. Pág 25 85 57 no solo se trata de dar conocimientos, donde no hay campo para el estudiante, pues, se ignora su realidad considerando que el estudiante nada puede aportar, y del único que se puede aprender es del profesor; la pedagogía de la esperanza muestra que esto no es así, ya que si se hace una auténtica lectura de la educación, esta debe partir necesariamente del mundo, es decir, del lenguaje presente en cada contexto. Al analizar los contextos en que se vive, es posible su lectura, comprendiendo cada realidad, de esta manera, recobra sentido el respeto y reconocimiento de cada contexto, evitando así, la invasión cultural y el desconocimiento del educando. El educando debe ser posibilidad de aprendizaje, puesto que también tiene sus propios conocimientos y por ende, aportar no solo a su formación, sino enseñar recíprocamente con su formador. De esta manera, se debe entender la educación, desde una perspectiva liberadora, no desde una posición mercantil monetaria, ya que si realmente se busca un verdadero cambio no se trata de leerles nuestro mundo sino de favorecer el que ellos puedan leer el suyo para transformarlo87. Sin lugar a dudas, que la pedagogía Freiranea ha sido de gran influencia, tanto en su contexto como en el nuestro: “plantea nuevas alternativas educativas frente a la crisis social que se está viviendo en su época, se destaca el movimiento CIRE, en el cual Chile ganaría una gran organización en cuanto a lo pedagógico y lo político,…En la noche esas escuelas se llenarían de alfabetizados que aprendían a leer la palabra a través del mundo. La población de Nueva Habana tenía un futuro incierto, por ello el clima que la envolvía y la pedagogía que en ella se experimentaba eran los de la esperanza”88. 87 88 Ibíd. Ibíd. 58 Desde este nuevo planteamiento pedagógico, que nos arroja luces para ver, que es posible una verdadera transformación de la realidad humana, pues como lo dice el mismo autor “soñar otra realidad es posible, sin caer en el idealismo”89. La pedagogía de la esperanza reconoce y señala la gran importancia que tiene la relación dialéctica que hay entre “lenguaje-mundo-pensamiento”. Para ser conscientes de esto, es necesario ser actores de estas realidades “…a Freire no se lo puede interpretar sin antes haber conocido todas sus experiencias de vida”90. De esta manera, se contribuye a un nuevo “acto educativo” orientado siempre por una nueva propuesta pedagógica que parta desde la constante reflexión y acción. Sin duda, vemos como esta nueva propuesta pedagógica aportaría no solo grandes cambios a la historia de la educación, sino que se establecería una nueva alternativa para transformar la realidad educativa, ya que la educación propuesta era únicamente para responder a las necesidad de unos pocos y a las necesidades de toda una sociedad; se puede decir entonces, que esta educación era manipuladora de sus educandos limitándose a "domesticar"91, llevando a consecuencias como el rechazo y resistencia de los educandos frente a lo que se les enseñaba; los métodos propuestos no funcionaban, no daban respuestas eficaces a las exigencias de sus realidades; ante esto, se ve como la sociedad necesitaba grandes cambios, que propongan nuevas alternativas y así corregir tantos errores que se presentan en estas sociedades porque "no es posible inventar sin corregir, tampoco es posible servir sin corregir, ni es posible ser sin corregir"92, pues el corregir, es dar respuesta a la búsqueda del pensar en la 89 Ibíd. 90 Cf. Ordoñez p, Jacinto. La pedagogía de la esperanza latinoamericana Homenaje a Paulo Freire y su pensamiento. “Freire propuso alternativas -prospectivas y visionarias- que han tenido su impacto en todos los ángulos de la educación formal y no formal. El pensamiento de Freire no se puede interpretar sin comprender su vida, al Freire que nació en Recife, ciudad que le dio la formación básica, y que murió en Sao Paulo, ciudad que lo recibió como uno de sus hijos después de volver del exilio (1980) y de ser tenido como "ciudadano del mundo". Pág. 1 91 Freire, Paulo. Pedagogía de la Esperanza 92 Cf. Art. Ordoñez p, Jacinto. La pedagogía de la esperanza latinoamericana Homenaje a Paulo Freire y su pensamiento. 59 educación como acto educativo y a su vez como posibilidad de avanzar hacia una educación entendida "práctica de libertad" y liberación del oprimido: “una educación democrática no debía concebirse en sentido vertical, como si el educador estuviera por encima de los estudiantes, sino en horizontalidad, "con" los estudiantes. La educación debía provocar colaboración, participación, poder de decisión y responsabilidad, virtudes necesariamente sociales y políticas, además de individuales. Por eso, una sociedad cerrada" y conservadora buscaría la "domesticación" y manipulación - educación "bancaria"-, una sociedad abierta buscaría una educación de los seres humanos libres -el sueño de todos los pueblo…, su propuesta tiene repercusiones en todo el continente”93. A partir entonces, del nuevo Método de Freire la educación busca, que el educando comprenda la situación a la que está sometido, la opresión que está viviendo, por ello, se hace necesario que la pedagogía se la comprenda “de y desde – no para - el oprimido. Se debe educar para detectar en el proceso de una sociedad "transitiva"- "situaciones límite" para superarlas, acción donde surge la "concientización…”94; la palabra concientización es fórmula para que se la comprenda como un esfuerzo dialéctico de comprensión" que "no puede existir fuera de la praxis humana", fuera de la acción y reflexión sobre el mundo de opresión que habrá de transformarse. Esa transformación no se puede dar sólo en la conciencia teórica e individual sino que tiene que ser práctica social95. La concientización es pues, reflexión que guía hacia una labor real que contribuye al cambio de tantos contextos llenos de injusticia, pobreza, abandono y opresión, pero para que ese cambio sea posible, solamente se lograra a partir del trabajo 93 Cf.Ordoñez p, Jacinto. La pedagogía de la esperanza latinoamericana Homenaje a Paulo Freire y su pensamiento. Pág. 3 94 Ibíd. 95 Ibíd. 60 con los demás, es decir, el trabajo en comunidad, para que así todos se beneficien de ello; se necesita una acción solidaria que se arriesgue y sea capaz de transformar toda deshumanización, solo a partir de una verdadera concientización es posible dar comienzo a un nuevo proceso en el que estén implicados, el amor, la justicia, la libertad y por su puesto la esperanza que esté implicada hacia el encuentro de la vida plena que todo ser humano debe conseguir.96 Es así entonces, que el método que Freire propuso consistió en educar para que el educando se “despierte”, y este en capacidad de tomar decisiones reales para un verdadero cambio, que este en capacidad para ser voz de su pueblo, para que tenga voz de participación política, y así haya decisión en todo aquello que significa la propia realización y el cumplimiento de su propia responsabilidad. 2. UNA PRAXIS DE LA PEDAGOGÍA TEOLÓGICA Al hacer referencia a la praxis de la pedagogía teológica, es necesario hacer referencia al proyecto pedagógico que Jesús orientó durante su vida, centrado en el mensaje y realización del Reino de Dios. Toda la experiencia de vida de Jesús, trasluce una misión muy clara: la instauración aquí y ahora del Reinado de Dios. En el centro de su misión evangelizadora está su propia práctica, sus hechos como signos históricos de vida y misericordia que liberan, que curan, que acogen a las personas (Lc 7,18-23; Mt 11,2-6)97. Jesús presenta, además, las obras que realiza como el criterio fundamental de la verdad y autenticidad de su enseñanza: 96 Ibíd. “La concientización es el proceso que se inicia en la opresión y busca libertad, va de una conciencia ingenua a una conciencia crítica, es acción de compromiso que implica amor al prójimo y esperanza de una vida plena, que supera las condiciones que hacen imposible vivir en forma humana, es acción crítica, liberadora, amorosa, alegre, humilde y de esperanza. La concientización no es un pasatiempo ni una especulación, tampoco es un instrumento de represión para el control de los que no piensan igual, tampoco es manipulación. Concientización es praxis, acción y reflexión para crear un mundo más libre y más humano” Pág. 5 97 Cf. Peresson Tonelli, Mario L. O.P. La educación para la liberación en Colombia balances y perspectivas. Editorial Kimpres, Bogotá D.C, 1991. p. 237s. 61 “Pero, yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado” (Jn 5,36). La pedagogía de Jesús se fundamenta principalmente en la coherencia entre lo que enseña y lo que hace, es inseparable la relación entre palabra y vida, palabra y testimonio, o como el mismo Freire definiría la Pedagogía de Jesús: como la “palabra-acción”, porque en él no era posible concebir la palabra separada de la práctica. La práctica fundamenta su palabra y su palabra fue a su vez la que explicó su práctica; por eso Jesús se sentía con toda la autoridad, para invitar a sus seguidores a que aprendieran de él (Mt 11,29); Jesús tal, como lo manifiestan los evangelios es el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14,10), él se entrega a la humanidad mostrando que es posible cambiar la realidad de marginación, injusticia y pobreza presente en su pueblo. Jesús entonces enseña lo que vive y hace: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida” (Jn 8,12). Así la pedagogía de Jesús sólo tiene sentido en torno a la propuesta histórica del Reino de Dios. Es un enseñar a vivir y buscar la vida eterna en el existir histórico hacia el Reino definitivo. Jesús a través de su testimonio de vida da igualmente a conocer a sus discípulos cuál es realmente la propuesta salvífica de Dios, ayudándolos a comprender ese Reinado de Dios, sintiéndose comprometidos y llamados para seguir desde sus realidades las enseñanzas dadas por su Maestro. A partir de la disposición que los discípulos tienen sobre esa propuesta salvífica se concientizan de cuanta injusticia, marginación, exclusión, pobreza y esclavitud existente en la sociedad, por tanto, la urgencia que requiere hacerse parte de este llamado, para ello se hace necesario tener un corazón abierto, sensible y comprometido, tomando así una actitud de misericordia, que lleven a traslucir las 62 enseñanzas y acciones liberadoras que Jesús les entregó, pues para Jesús la práctica de la misericordia y el amor eficaz son el criterio definitivo y universal para entrar a formar parte del Proyecto salvífico de Dios (Mt 25,31-46; Lc 10,25-37)98, pues si el amor y la misericordia no están presentes en esas enseñanzas y acciones no será posible pensarse como manifestación o revelación de Dios en el mundo. 3. LA ESPERANZA EN LA EDUCACIÓN COMO LUGAR TEOLÓGICO De esta manera, entonces y partir de lo expuesto anteriormente podemos ver que la esperanza “constituye el fundamento y el resorte del pensar teológico en general, e introducir la perspectiva escatológica en los enunciados de la teología que hablan de la revelación de Dios, la resurrección de Cristo, la misión de la fe, y la historia”99. La esperanza entonces, se manifiesta en la humanidad impulsando al hombre y a la mujer para encaminarse hacia la construcción de una nueva sociedad; haciendo una relectura del mundo y ver que es posible hablar, pensar, proponer y transformar. Rompiendo ataduras en las que se encuentran aprisionados100, de esta manera pasar de un sobrevivir en el mundo a un vivir en el mundo, como lo diría Freire. Es verdad, que en muchas ocasiones se considera a la esperanza como algo utópico, fantasioso, incierto, y hasta inexistente; siendo un reto para la teología, porque se puede correr el riesgo que la esperanza esté fundamentada únicamente en la razón humana, y no podemos confiarnos en esa esperanza, pues ella puede fallar y equivocarse, llevándonos así a la desesperanza, por ello a la esperanza que debemos esperar es aquella que está basada en la fe y la confianza en Dios, “aunque en nuestra realidad no es fácil creer en Dios o, no es fácil entender lo que implica creer en Dios”101; relacionamos a Dios con aquellos que sufren, pues 98 Idem, op., cit. 237-244. cf. MOLTMAN, Jürgen. Teología de la esperanza. Salamanca Sígueme, 1965 100 Cf. FREIRE, Paulo. Pedagogía de la Esperanza. Editorial, Siglo XXI, México D.F., 1993. Pág. 169 101 Cf. NOLAN, Albert. Esperanza en una época de desesperanza. Editorial Sal Terrae, 2010. Pág. 28 99 63 muchas veces se considera que es cosa de Dios que la humanidad sufra, pero igualmente al abrirnos y así comprenderlo, entendemos que Dios sufre con los que sufren, que Dios está presente y se manifiesta en ese sufrimiento. Definitivamente un riesgo que corre la humanidad es el confiarse en su propio esperar, es decir, confiar en sí mismo, sino que debe esperar, con confianza, en su Dios, que es el único que puede hacer su libertad capaz de amar; 102 la esperanza fundamentalmente debe estar enraizada en la fe y en la confianza, para extenderse hacia el futuro y levantar su dinamismo de toda la vida del creyente. Por consiguiente, encontramos a Dios haciendo parte de ese sufrimiento, de las injusticias, la opresión, social, la discriminación; así nos lo demostró Jesús a partir de su crucifixión, nos deja ver cómo Dios está presente en su vida, pues no es la muerte su última palabra, sino que a través de su resurrección muestra que es el principio de su soberanía, soberanía que nos da conocer por medio de su gran amor y compasión por la humanidad; experiencia pospascual vivida para alimentar toda esperanza, posibilitando nuevas alternativas y opciones que conduzcan al hombre a un mejor vivir. De esta manera entonces, hablar de esperanza es hablar de una esperanza “que aun cuando no haya signos visibles de esperanza. Reconocemos la oscuridad y la aparente desesperanza de la situación actual y ponemos toda nuestra confianza en Dios”103 vemos como Dios se hace presente por medio de su infinita misericordia llevándonos nuevamente en comunión con su ser trascendental. Esto será posible si realmente creemos que Dios actúa en nuestra vida y en nuestro mundo, cuando comprendemos y estamos en apertura para que Dios acontezca en nosotros y así estar siempre en actitud de esperanza. 102 103 Cf. LEON-Dufor, Xavier. Vocabulario de teología Bíblica. Editorial Herder, Barcelona, 1990. Pág. 291 Cf. Nolan, Albert. Esperanza en una época de desesperanza. Editorial Sal Terrae, 2010. Pág. 29 64 Si la esperanza es puesta en Dios no hay campo para que“la persona se sumerge en sí misma perdiendo toda esperanza sus ganas de luchar se ven mermadas o desaparecen”104 Por tal razón, si la persona está sumergida en el “cansancio existencial” sin lugar a dudas que perderá toda esperanza; Dios no solo nos pide que tengamos esperanza, sino que actuemos con esperanza en virtud de nuestra fe, con esperanza, y en ser de este modo un estímulo para quienes han perdido toda esperanza. 104 Cf. Freire, Paulo. Pedagogía de la esperanza: Un reencuentro con la pedagogía del oprimido. 65 CONCLUSION La educación como lugar teológico es entendida como el encuentro de Dios en la humanidad, en un espacio y tiempo concretos, que busca proporcionar nuevas alternativas de liberación frente al mundo que se está viviendo; un mundo que al parecer a olvidado la esencia de ese hombre y de esa mujer que Dios creo a su imagen y semejanza, los creo para que gobernaran sobre todo lo creado, manteniendo siempre el orden de las cosas; pero al parecer todo se ha invertido, pues no se gobierna únicamente sino que se está abusando y explotando de todo aquello que Dios confió al hombre y a la mujer, convirtiendo todo en simples objetos que se utiliza para satisfacer todas sus ambiciones humanas, sin importar las consecuencias que ello atrae, por eso la misma humanidad es objeto y esclava de su ambición, desconociendo totalmente su razón de ser y de existir. Por esta razón, se ha llegado a que unos pocos se apoderen de lo que a todos pertenece, llevándonos así a guerras que únicamente han dejado muerte, pobreza, desplazamiento, marginación y destrucción; ante esto se hace necesario ser partícipes de todas estas realidades para dar una nueva propuesta de vida, siendo así gestores de una nueva sociedad, una sociedad que camine en comunidad, pues el fin de la educación como lugar teológico debe tener como sentido fundamental la relación con el Otro, que dicho de otro modo, es una relación que libera y salva tanto a nivel personal como comunitario. En este punto la educación como lugar teológico debe buscar por hacer una verdadera Teología, es decir, su actuar según la propuesta salvífica de Dios, que su horizonte es el sentido y concreción en la acción, según sea su contexto, cultural o sociedad. Así entonces, se puede concluir, que antes de relacionarse con el mundo, el sujeto para su realización plena parte desde la relaciona con el otro. Relación que está caracterizada por la inmediatez, es decir, el otro (a) que está inmediatamente presente; de este modo, en el encuentro con el otro, el sujeto 66 se convierte auténticamente en yo y el otro también auténticamente se convierte en tú105. De ahí que este encuentro con el otro tiene como fin, el reconocimiento y valoración por el otro buscando de esta manera nuevas alternativas de vida para la realización como seres humanos, no como objetos; estar encaminados según la propuesta salvífica de Dios y revelada a través de su Hijo Jesús, presente por medio del Espíritu Santo. Dios a través de su encarnación es el misterio del amor y la solidaridad con los excluidos de la tierra y con todos los agobiados por el peso de la opresión. La educación en el seguimiento de Jesús y a ejemplo suyo, es un hecho y un acto de solidaridad, de inserción en el mundo de los empobrecidos, de relación con los otros, especialmente con los abandonados y esclavizados; de esta manera se podrá pensar superar las condiciones de deshumanización presente en el mundo, ser partícipe de las búsquedas y luchas cotidianas por cambiar esa sobrevivencia y la construcción de un vivir digno para todos y todas. Por eso, no podemos olvidar, que ser con los demás y para los demás se da sentido al existir humano; es decir la relación con los demás sujetos construye y forma parte de lo que es realmente el ser humano. De esta manera su existir está siempre orientado hacia los demás, que a su vez está vinculada con los demás, en comunión con los demás y con Dios. En este sentido, la existencia está ligada a la incorporación del otro que quiere ser parte de mí, o que me invita a ser alguien ante él, amándonos y construyendo un mundo más humano y más justo106. Es así como la educación como lugar teológico debe a partir del reconocimiento del otro, superar por una parte, lo anquilosado que no cuestiona el objeto del conocimiento, ni los procesos de aprendizaje, propio de una tendencia pedagógica conservadora y restrictiva que acentúa la sumisión, asumiendo así una actitud del 105 106 Cf. Gevaert, El problema del hombre, pág. 38 Cf. Ibíd. 67 silencio característicos de la educación bancaria y tradicionalista y por otra parte, una educación en la cual el sujeto educativo fundamenta su aprendizaje en el uso reflexivo de la pregunta, siendo constructor y gestor de sus propios conocimientos en interacción con los demás para que se sienten igualmente afectadas sin ser propuesta a los problemas que el mundo de hoy exige soluciones que dignifiquen a la persona humana según la propuesta salvadora y liberadora de Dios. Reafirmando el compromiso que la educación tiene frente a la formación de la sociedad, se hace necesario a través de la educación tanto hombres y mujeres se forman para ser autocríticos y críticos frente a una sociedad que simplemente se está dejando llevar por el factor lucrativo, en el cual no hay espacio sino para el sometimiento e injusticia desconociendo de esta manera la esencia propia de cada persona, así se aporta cada día más que los pobres pasen a de ser pobres a ser miserables y sometidos a un sistema que únicamente busca su bienestar propio, sin importar la suerte de quien es explotado. Entendiendo la educación como lugar teológico, en perspectiva de la pedagogía teológica y la pedagogía de la esperanza de Paulo Freire, alimentamos la esperanza de una práctica pedagógica que verdaderamente libere al hombre, lo incluya, lo posesione ante la vida, ante la sociedad y ante toda estructura, que lo valore y lo reconozca como miembro fundamental en la historia en la construcción de una nueva sociedad. A manera conclusiva, digamos, que la teología como punto de partida en la educación como lugar teológico para proponer nuevas alternativas de vida, donde sea el otro parte vital y existencial de su práctica y por lo cual, Dios a través de Jesucristo, nos revela cómo es posible a través de sus enseñanzas fluidas por su propia experiencia de vida el encuentro hacia una sociedad que este fundamentada en la justicia, en la libertad, en la igualdad, en la esperanza. 68 De esta manera la revelación de Dios al ser humano, a través de la educación como lugar teológico debe contener carácter tanto revelatorio como liberador, lo cual significa que la educación como hecho social, será principalmente un lugar de esperanza, transformación y liberación, especialmente con aquellos que son excluidos, esclavizados, discriminados y abandonados en la sociedad. En este sentido la teología, como pedagogía será aquella que mediante su praxis, ante todo tendrá un carácter revelador y profético, siendo el otro (a) su razón de ser, buscando así la dignificación y armonía con todas las formas de vida sobre la tierra, en comunión consigo mismo con la comunidad, y por supuesto la comunión con Dios Padre. 69 BIBLIOGRAFÍA ALAÑA BARBA, Christopher. La Fundamentación Antropológica de la educación. Libro Anual del ISEE 2007. BAENA, Gustavo, S.J. Artículo. "El auténtico educador cristiano sabe qué tipo de persona está ayudando a construir desde su acompañamiento académico en una institución educativa: Un ser tan humano como Jesús”. BAENA, Gustavo, S.J. Dar razón de nuestra esperanza. Setenta años de la facultad de Teología. Editorial Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, D.C, 2009. BIBLIA DE JERUSALÉN. Editorial Desclée de Brower, Bilbao, España, 2009 BIBLIA EN ESPAÑOL REINA VALERA. Libro del éxodo. 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