. 1 . La revista en papel solo por 5 euros en: www.masonica.es CULTURA MASÓNICA Revista de Francmasonería Nº 20 – Enero 2015 Al servicio de la Francmasonería Universal PUBLICA © Editorial MASONICA.ES® www.masonica.es EDITA EntreAcacias, S. L. Apdo. de Correos 32 33010 Oviedo (Asturias) España Teléfono: (+34) 985 79 28 92 DIRECCIONES DE CORREO ELECTRÓNICO Redacción: cm-‐[email protected] Información general: [email protected] Pedidos: [email protected] Administración: [email protected] Relaciones con autores: [email protected] Atención al cliente: [email protected] CULTURA MASÓNICA Nº 20 (ENERO 2015) EDITOR Ignacio Méndez-‐Trelles Díaz COORDINADORES ISSN: 2171-‐1968 Depósito Legal: SE-‐6062-‐2010 © Reservados todos los derechos Joan-‐Francesc Pont Clemente Gabriel Jaraba Molina IMPRIME COLABORADORES Ulzama Impreso en España Cultura Masónica no se adhiere necesaria-‐ mente a las opiniones expresadas por sus colaboradores, de las que ellos son los úni-‐ cos responsables. Antonia Ordoño Muñoz Carmen Serrano Gómez Germán Venegas Díaz Hüseyin Ózgen Mario M. Hospital Rafael Fernández de Castro y Baras Ramón Salas Roig Santiago J. Castellà Surribas Vicenç Molina Oliver Xavier Miranda Sánchez . 4 . Sumario Año VII / Nº 20 / ENERO 2015 7 Cuadro de colaboradores 11 Editorial EL CORAZÓN CÍVICO Y SIMBÓLICO DEL RITO ESCOCÉS LECCIONES DEL QUIJOTE PARA LA ACCIÓN MASÓNICA DE HOY 15 27 61 Xavier Miranda Sánchez EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y AC-‐ TUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA Antonia Ordoño Muñoz RAZÓN, DEBER Y CAMBIO Carmen Serrano Gómez 75 LA LIBERTAD DE PASO 99 LA FRATERNIDAD COMO EXPRESIÓN DEL AMOR REPUBLICANO 103 109 Joan-‐Francesc Pont Clemente Santi Castellà Surribas EL ARQUETIPO DEL CABALLERO EN LA DIDÁCTICA Y EN LA PRAXIS MASÓNICAS Germán Venegas Díaz ROSACRUCISMO SOLIDARIO: ACTIVISMO ALTRUISTA EN EL SI-‐ GLO XXI BAJO EL PARADIGMA CABALLERESCO Mario M. Hospital 125 LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL BLANCO Y EL NEGRO Y LAS HOJAS DE LA ESCALERA Gabriel Jaraba Molina . 5 . 143 EL CAMPAMENTO O LA FUERZA TRANSFORMADORA DEL MI-‐ TO COMO FUENTE DE LA RAZÓN Ramon Salas Roig 153 CERRAR LAS VENTANAS Y ABRIR LA PUERTA DE OCCIDENTE 161 BONUS VIR SEMPER TIRO 169 EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 195 Vicenç Molina Oliver Rafael Fernández de Castro y Baras Hüseyin Özgen CATÁLOGO EDITORIAL DE MASONICA.ES . 6 . Cuadro de colaboradores del presente número (POR ORDEN ALFABÉTICO) ANTONIA ORDOÑO MUÑOZ Filóloga (por la Universidad de Dijon, Francia) y Teóloga (por la Facultad de Teolo-‐ gía de Granada). Su actividad se ha centrado en los campos de la docencia, la tra-‐ ducción y la educación social. Se considera una buscadora, buceando tanto en la Gran Tradición como en los úl-‐ timos descubrimientos científicos, para intentar comprender y tal vez encontrar posibles convergencias entre la ciencia y la espiritualidad, la física y la metafísica. Es grado 9º del Rito Escocés en el Supremo Consejo Masónico de España. CARMEN SERRANO GÓMEZ Licenciada en Ciencias Políticas y Sociología y en Derecho, ha pertenecido al Gran Consejo Simbólico de la Orden en la Gran Logia Simbólica Española, preside la S∴L∴C∴ de P∴ Germinal en Madrid y acaba de ser iniciada al grado 33º del Su-‐ premo Consejo Masónico de España. GABRIEL JARABA MOLINA Periodista y escritor. Profesor de la Cátedra Internacional UNESCO Unitwin Unaoc de Alfabetización Mediática y Diálogo Intercultural, y del Gabinete de Comunica-‐ ción y Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona. Autor de Periodismo en Internet. Cómo escribir y publicar contenidos de calidad en la Red. Ed. Robin-‐ book, Barcelona 2014 y de innumerables piezas periodísticas en prensa, radio y TV durante 45 años de profesión. Francmasón iniciado en la R∴L∴ Minerva-‐Lleialtat, nº 1 de Barcelona el 22 de abril de 1995 (Gran Logia Simbólica Española) es grado 33º del Rito Escocés en el Supremo Consejo Masónico de España. Es editor del blog Masonería cívica. GERMÁN VENEGAS DÍAZ Licenciado en Derecho en la Universidad de Sevilla y Máster en Dirección y Admi-‐ nistración de Empresas por la Fundación Escuela de Negocios de Andalucía (La General de Granada). Abogado en ejercicio desde 1991. Cofundador y Administrador solidario del gabi-‐ nete profesional Sélecon Consultores, SLP. Especializado en delincuencia juvenil desde 2002, ha coordinado diversos semina-‐ rios, actividades, publicado artículos doctrinales e impartido conferencias dedica-‐ das a la reforma penal de menores. . 7 . Iniciado en febrero de 1996, es miembro fundador de la Logia Mediodía nº 66 de Sevilla. En estos últimos años ha asumido diversas responsabilidades tanto en la Gran Logia Simbólica Española (G∴L∴S∴E∴) como en el Consejo Territorial Sur del Supremo Consejo Masónico de España. Actualmente ostenta el grado de Ca-‐ ballero Kadosh (30º). HÜSEYIN ÖZGEN Hüseyin Ózgen es uno de los Francmasones de mayor prestigio en Turquía y CUL-‐ TURA MASÓNICA se siente muy honrada de acoger hoy un artículo suyo en sus páginas. Fue Gran Maestre de la Gran Logia Liberal de Turquía y, en la actualidad, es el Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo para Turquía del Rito Es-‐ cocés Antiguo y Aceptado. Su artículo ha sido traducido al castellano por Murat Soydan, quien también pertenece al Supremo Consejo del Grado 33º. JOAN-‐FRANCESC PONT CLEMENTE Catedrático de Derecho financiero y tributario de la Universidad de Barcelona, Aca-‐ démico de la Real de Ciencias Económicas y Financieras así como de la Reial de Doc-‐ tors, y Vicepresidente Tercero de la Cámara de Comercio de Barcelona, en la que preside su Comisión de Asuntos Jurídicos y Fiscales. Iniciado en la R∴L∴Minerva-‐ Lleialtat nº 1 (GLSE) al Or∴ de Barcelona en 1984, a la que ha pertenecido sin inte-‐ rrupción desde entonces, fue Gran Maestre Adjunto de la Gran Logia Simbólica Es-‐ pañola en 1987-‐1993, 1993-‐1994 y 2000-‐2006 y Venerable Maestro Fundador de la R∴L∴ Pedra Tallada nº 70 (GLSE), al Or∴ de Palafrugell. Es el Soberano Gran Co-‐ mendador del Supremo Consejo Masónico de España (R∴E∴A∴A∴), el presidente de la Fundación Francisco Ferrer y Guardia y el presidente-‐coordinador del think tank masónico europeo COMALACE para el bienio 2014-‐2015. MARIO M. HOSPITAL Mario M. Hospital, 33º, es actualmente Venerable Maestro de la Resp∴L∴ Concòrdia Barcino (GLSE), siendo éste el tercer período en el mencionado oficio, que compagina con el de Presidente del Capítulo Rosa+Cruz Salud, Fuerza y Unión nº 1, de Barcelona, órgano del Supremo Consejo Masónico de España. RAFAEL FERNÁNDEZ DE CASTRO Y BARAS Primer Teniente Gran Comendador del Supremo Consejo Masónico de España (2010-‐17), Grado 33º del Rito Escocés, por tanto, ha sido Venerable Maestro de la R∴L∴ Logos nº 53 (G∴L∴S∴E∴) de Palma de Mallorca, así como miembro fun-‐ dador de la S∴L∴C∴ de Perfección República nº 11 y del S∴C∴R∴C∴ Solo para locos, en la misma Ciudad. RAMÓN SALAS ROIG Profesor Titular de Geología en la Universidad de Barcelona y miembro de núme-‐ ro de la Reial Acadèmia de Doctors. Ha sido Venerable Maestro de la R∴L∴ Mi-‐ nerva-‐Lleialtat, nº 1 de Barcelona, así como miembro fundador de la R∴L∴ Llum i Llibertat del Camp de Tarragona y de la S∴L∴C∴ de P∴ Cossetània en el mismo . 8 . lugar. Fue Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo Masónico de España entre 2007 y 2010, siendo en la actualidad Gran Experto y presidente del Consejo Filosófico Eterno Despertar, nº 1 de Barcelona. SANTIAGO J. CASTELLÀ SURRIBAS Licenciado en Derecho y en Ciencias Políticas. Doctor en Derecho, y actualmente, Profesor Titular de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universitat Rovira i Virgili, donde ha sido Decano de la Facultad de Ciencias Ju-‐ rídicas y Vicerrector. Se inició en Masonería en la R∴L∴ Minerva-‐Lleialtat nº 1 de Barcelona. Fue Gran Orador y Gran Maestre Adjunto de la G∴L∴S∴E∴ y Venerable Maestro de la Lo-‐ gia de Estudios Theorema. Actualmente trabaja en las Logias Llum i Llibertat, del Camp de Tarragona y Iod del Maresme. Es grado 18º en el Supremo Consejo Ma-‐ sónico de España. VICENÇ MOLINA OLIVER Profesor de Ética Empresarial en la Universidad y director de la revista Espai de Llibertat en la Fundación Francisco Ferrer y Guardia. Autor, entre otras obras, de Una democràcia ciutadana —el nervi de la República (2007) y La República en els cors— el cor de la República (2006), ambos en la Fundación Ferrer. Editor y pre-‐ sentador de Entre la política y la pedagogía (escritos políticos y pedagógicos de Ferrer) y La moral científica, una obra que permaneció nueve décadas inédita, es-‐ crita por Francisco Ferrer en la cárcel y cuyo original se conserva en la Universidad de San Diego. Iniciado en la R∴L∴ Minerva-‐Lleialtat, nº 1 (G∴L∴S∴E∴) de Barcelona en 1985, ha sido su Venerable Maestro en dos bienios distintos. Grado 33º del Rito Escocés en el Supremo Consejo Masónico de España en el que hoy es Miembro de Honor. XAVIER MIRANDA SÁNCHEZ Ingeniero de Telecomunicaciones y empresario. Es el Venerable Maestro de la Logia Minerva-‐Lleialtat nº 1 de Barcelona (2013-‐2015), consejero de la Orden (G∴L∴S∴E∴) para el trienio 2012-‐2015 y acaba de ser iniciado al grado 33º y último del Rito Escocés, en el seno del Supremo Consejo Masónico de Espa-‐ ña. . 9 . EDITORIAL EL CORAZÓN CÍVICO Y SIMBÓLICO DEL RITO ESCOCÉS CULTURA MASÓNICA dedicó un número especial, el 9, al bicente-‐ nario (1811-‐2011) del Supremo Consejo Masónico de España, uno de cuyos primeros artículos, escrito por Rafael Fernández de Castro y Baras, llevaba por título «El Rito Escocés, entre el rito y la república». Éste había sido, pre-‐ cisamente, el tema de trabajo de la Gran Logia Capitular de Prima-‐ vera celebrada en Barcelona el 24 de abril de 2010 y durante la cual tomó posesión el actual Gran Comendador, Joan-‐Francesc Pont Clemente, cuyo septenio, dedi-‐ cado, precisamente, al compro-‐ miso de los Altos Grados Escoce-‐ ses con el combate por el progre-‐ so, ha dejado ya atrás el ecuador. Ahora, este número 20 de CUL-‐ TURA MASÓNICA, en perfecta sintonía con aquel número 9, acoge a viejos y nuevos autores del Supremo Consejo bajo el títu-‐ lo que encierra en su brevedad todo un programa: «El corazón cívico y simbólico del Rito Esco-‐ cés». El espíritu de este progra-‐ ma se sintetiza en las palabras que los Soberanos Grandes Ins-‐ pectores Generales escuchan cuando, tras llamar a la puerta del Templo desde dentro, se aprestan a cruzarla para conti-‐ nuar fuera de él sus trabajos: Conscientes de la diversidad fundamental y de las contradic-‐ ciones de la naturaleza huma-‐ na, saben que, en el mundo plu-‐ ral en el que viven, sólo la Ma-‐ sonería es capaz de guiar el progreso de la Humanidad por la triple luz del Trabajo, del Co-‐ nocimiento y del Amor, por la triple luz de la Belleza, de la Sa-‐ biduría y de la Fuerza. Jeremy Bentham diseñó en 1791 un centro penitenciario susceptible de ser vigilado por una sola persona, sin que los in-‐ ternos pudieran descubrir si se hallaban o no bajo control, al que denominó panóptico. Los deteni-‐ dos se supone que acabarían te-‐ niendo un sentimiento de omnis-‐ ciencia invisible. Por analogía, una sociedad de la vigilancia, en la que ha, prácticamente, desa-‐ parecido el derecho a la intimi-‐ dad, ha sido llamada panóptica por Michel Foucault y por otros . 11 . EL CORAZÓN CÍVICO Y SIMBÓLICO DEL RITO ESCOCÉS autores. De una forma o de otra este enfrentamiento entre la au-‐ tonomía emancipadora y el con-‐ trol de los individuos y de los grupos por poderes que no se perciben se halla en el trasfondo de las reflexiones que componen este número. Nótese que, en modo alguno, se trata de acoger teoría de la conspiración alguna y, mucho menos, de tolerar ex-‐ plicaciones deterministas de la conducta humana de las que es-‐ tán en boga entre los directivos empresariales y otros profesiona-‐ les a la búsqueda de la reafirma-‐ ción de su personalidad más o menos lastimada por la combina-‐ ción entre complejos de inferio-‐ ridad y fracasos. Al contrario, la masonería escocesa gira siempre alrededor de la libertad, concebi-‐ da como valor cimero y como principio organizador a la par que como derecho-‐deber del ciuda-‐ dano, razón por la cual contribu-‐ ye a construir la república desde el Derecho, desde la representa-‐ tividad y la honestidad de las ins-‐ tituciones y desde la limitación y la regulación de los poderes, sean éstos los que sean. Precisamente porque la libertad configura al ser humano tras la Ilustración, la Francmasonería se define a sí misma desde Isaac Newton como un espacio de liber-‐ tad, y ello en todas los órdenes: personal, de conciencia, científico, político, actitudinal y filosófico. Dos ilustres masones escoceses, que alcanzaron el grado 32º son recordados en las logias por sus hermanos, más allá de sus posi-‐ cionamientos políticos concretos: Mijail Bakunin (1812-‐1876), cuya conmemoración con motivo del bicentenario de su nacimiento ha ocupado los trabajos de la R∴L∴ Pedra Tallada nº 70 (G∴L∴ S∴E∴) de Palafrugell el 15 de no-‐ viembre de 2014, y Francisco Fe-‐ rrer y Guardia (1859-‐1909), que da nombre a una logia barcelone-‐ sa de la Federación Española del Derecho Humano y a muchos otros talleres en el mundo. El Rito Escocés, verdadero con-‐ servatorio de las iniciaciones, constituye un itinerario progresi-‐ vo, en el que cada uno de los grados, desde el cuarto al trigé-‐ simo tercero, descansa sobre los escalones precedentes. Ésta es la razón por la que los autores reunidos en este volumen, si-‐ guiendo la metodología del Su-‐ premo Consejo Masónico de Es-‐ paña adoptada en 2010, parten en cada uno de sus trabajos de los arcanos del Maestro Secreto, el grado cuarto, el pórtico del Ri-‐ to, una vez recorridos los tres primeros grados universales de Aprendiz, Compañero y Maestro. Desde la libertad de investigación que el francmasón escocés de-‐ fiende con uñas y dientes, su as-‐ censión por los distintos grados le exigirá volver constantemente . 12 . EL CORAZÓN CÍVICO Y SIMBÓLICO DEL RITO ESCOCÉS al inicio y no descansar nunca so-‐ bre un supuesto acervo adquiri-‐ do. El masón escocés es raciona-‐ lista, cívico y crítico, a la par que reconoce el valor de la institu-‐ ción, el significado de la pasión y las razones del amor. Sobre estas convicciones fundamenta su espi-‐ ritualidad apasionada, creativa, libre y abierta. Al describir el corazón cívico y simbólico del Rito Escocés, cada uno de los artículos que siguen parte del grado cuarto y van en-‐ lazando los conceptos de tal mo-‐ do que resaltan la unidad intelec-‐ tual del rito y su capacidad de en-‐ riquecer el análisis del hoy con la sabiduría acumulada por la tradi-‐ ción. Y, sin querer, sin que estu-‐ viera previsto de antemano, des-‐ tacan la condición del francma-‐ són como Caballero, desgranan-‐ do, morosamente, como propone Xavier Miranda en un bello ar-‐ tículo, todos y cada uno de los aspectos de su firme compromiso con el ejercicio de las virtudes. Xavier Miranda, Antonia Ordoño y Carmen Serrano optan por la perspectiva de las Logias de Per-‐ fección. Santiago Castellà, Joan-‐ Francesc Pont, Germán Venegas y Mario M. Hospital, por la de los Capítulos. Gabriel Jaraba se mue-‐ ve como pez en el agua en los Areópagos. Ramón Salas, Vicenç Molina y Rafael Fernández de Cas-‐ tro, en los grados últimos del Su-‐ premo Consejo. El lector podrá apreciar como el francmasón es-‐ cocés no deja nunca de ser Aprendiz, no adquiere nuevos de-‐ rechos, sino que asume deberes cada vez más exigentes y no sólo no se encierra en el cálido refugio de su logia, sino que se compro-‐ mete a ejercer activamente su in-‐ fluencia en la sociedad. Desnudo, casi desnudo, provisto sólo de su mandil de Aprendiz y del amor de sus hermanos. El amor fraternal, que Santiago Castellà en su artículo describe como amor humano de profunda y letal humanidad, amor fraterno donde el hombre deja de ser un lobo para el hombre, e invita al beso que florece como rosa en los labios de la cruz que une nuestras vidas, se vive en el día-‐a-‐día, en las tenidas de las diferentes cá-‐ maras y en los ágapes. Se refuer-‐ za en las dos grandes actividades federales del Supremo Consejo Masónico de España: las Grandes Tenidas de Otoño y las Grandes Tenidas de Primavera. Se intu-‐ yen, de alguna forma, dos semes-‐ tres en los que se organiza el cur-‐ so masónico: el primero está marcado por las Grandes Tenidas de Otoño (decisión sobre las ini-‐ ciaciones del curso, presupuesto, aprobación de cuentas, decisión sobre los temas de estudio de las Logias de Perfección, de los Capí-‐ tulos y de los Areópagos); y el se-‐ gundo, por las Grandes Tenidas de Primavera (seguimiento del . 13 . EL CORAZÓN CÍVICO Y SIMBÓLICO DEL RITO ESCOCÉS trabajo realizado y primeros fru-‐ tos, de instalación, cuando pro-‐ cede, del Gran Comendador). En ambas ocasiones, las Grandes Tenidas (de tres a cuatro días de duración) constituyen una oca-‐ sión de encuentro y de conviven-‐ cia entre los Hermanos y las Hermanas que practican los Altos Grados Escoceses, un momento para la amistad y para la cultura y un reto para la elaboración y la discusión de las ideas nuevas cu-‐ ya búsqueda se halla en la esen-‐ cia misma del Rito Escocés. Las Grandes Tenidas de 2014 — bicentenario del nacimiento del hermano Joan Prim i Prats, liberal y hombre avanzado a su tiempo, una efeméride que el Supremo Consejo celebró en el Ateneo de Madrid en una velada multitudi-‐ naria el 24 de octubre— han sido el marco en el que se han elabo-‐ rado o del que han nacido los trabajos que, debidamente adap-‐ tados, constituyen este número 20 de CULTURA MASÓNICA, coordinado por Gabriel Jaraba y Joan-‐Francesc Pont Clemente. El invitado de honor es el Muy Ilustre y Muy Poderoso Hermano Hüseyin Özgen, Gran Comenda-‐ dor del Supremo Consejo para Turquía, una Jurisdicción herma-‐ nada a la española desde hace más de un siglo. Su documentado artículo tiene el valor de haber sido escrito por el protagonista de los cambios experimentados por su Supremo Consejo en la úl-‐ tima década, de los que da debi-‐ da cuenta tema por tema. Desde la apertura de la Orden y del Rito a la mujer hasta la revisión de los rituales para cohonestar su men-‐ saje con la realidad social. En-‐ tiéndase bien: no para adaptar los primeros a la segunda, sino para clarificar el mensaje escocés en un entorno crecientemente dogmático. Una nota final ha de rendir homenaje al profesor Enrique M. Ureña, Catedrático de la Univer-‐ sidad Pontificia Comillas de Ma-‐ drid, fallecido el 19 de agosto de 2014. Fue el fundador en 1989, junto al profesor Pedro Álvarez Lázaro, del Instituto de Liberalis-‐ mo, Krausismo y Masonería. Sus aportaciones al estudio de estos tres vectores de construcción de la España liberal han ido más allá del ámbito académico, para cons-‐ tituir una reivindicación de una forma de convivencia entrelazada por la tolerancia y por el respeto. Que su recuerdo no se extinga jamás de nuestros corazones.Å . 14 . LECCIONES DEL QUIJOTE PARA LA ACCIÓN MASÓNICA DE HOY XAVIER MIRANDA De la sabiduría antigua, como describe bellamente Jean-‐Claude Mon-‐ det, se desprende que las virtudes atribuidas históricamente al caba-‐ llero eran el honor, la fidelidad, el heroísmo y la cortesía. El honor es un comportamiento tendente al respeto de un código de conducta fundado sobre un sentimiento interior que proceda de elevar la mira-‐ da por encima de las dificultades e inquietudes de la vida cotidiana. El caballero ve en el otro la imagen de sí mismo lo que le evita caer en cualquier bajeza. La fidelidad empieza, desde luego, en el respeto del Caballero a su Dama —que en el Quijote se refleja en la omnipresencia de la ausente Dulcinea del Toboso—, pero es también respeto hacia uno mismo. El Caballero ha de ser fiel a la opción que su corazón ha elegido, lo que implica la lealtad y la constancia, el respeto a la palabra dada y el alejamiento de la mentira y de la traición. El heroísmo es la búsqueda constante de la gloria, no por vanidad o por orgullo, sino como el servicio al objeto de ir más allá de uno mismo. El heroísmo comporta salir victorioso de cuantos combates y pruebas salgan a nuestro paso. La gloria es la defensa de la belleza de la Naturaleza y, por supuesto, de la de la Dama. El Caballero busca la belleza y se con-‐ sagra en preservarla, presto a abandonar ante ella, único caso en que lo hará, toda su fuerza guerrera. La cortesía, en fin, implicaba (y, en mi opinión, implica) que el Caballero aspira a ser amado por todos. En una época caracterizada por la violencia y por la brutalidad, el Caballe-‐ ro, dotado de la Fuerza, no lo olvidemos, buscaba más ser amado que temido (al contrario del consejo que Maquiavelo daría al Príncipe, ins-‐ . 15 . LECCIONES DEL QUIJOTE PARA LA ACCIÓN MASÓNICA DE HOY pirado con gran probabilidad en Fernando II de Aragón). El Caballero se gobierna así por el corazón y de ello es garantía la Dama, en quien radican la Sabiduría y la Belleza. El arquetipo de la Dama, en suma, es el factor humanizador y dulcificador del arquetipo del Caballero. El francmasón hombre o mujer, es llamado a lo largo de su itinerario escocés, al aprendizaje de las virtudes del Caballero, del mismo modo que, en la obra de Miguel de Cervantes, Don Quijote veló una noche sus armas … al servicio de un ideal. 1. Entre el olivo y el laurel El Maestro Secreto en nuestra jurisdicción y en la francesa y en tantas otras no adopta cuando está en pie una postura determinada «de or-‐ den» o «al orden». Se mantiene, simplemente firme, los brazos a lo largo del cuerpo y sólo moverá el derecho o el izquierdo para recalcar el significado del secreto con el signo o con el contrasigno, que vienen a substituir la expresión «he dicho» utilizada en los grados preceden-‐ tes. El Maestro Secreto se pone al orden interiormente y no tiene la necesidad de manifestar esta predisposición mediante un signo exte-‐ rior. El Maestro Secreto, que está sólo empezando su itinerario en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, percibe desde el primer momento la exi-‐ gencia nueva que su iniciación al grado cuarto ha comportado para él. Ya no puede guardar el silencio del Aprendiz, que es muestra del reco-‐ nocimiento de su ignorancia y de su necesidad de instruirse mediante la escucha atenta y crítica de los que dicen sus Hermanos. Ya no viaja como explorador por los distintos Orientes a la búsqueda de la luz, de la vivencia de la tolerancia y del descubrimiento del valor enriquece-‐ dor de la pluralidad y tampoco se halla ahíto de exponer cuanto des-‐ cubre con el uso de las herramientas racionales para que el espíritu prevalezca sobre la materia, al contemplar como el compás cubre a la escuadra. No, de repente ha vuelto a guardar silencio y una llave de marfil ha sellado sus labios para que sea capaz de guardar un secreto, que desconoce, pero que ha de defender con su vida. Porque habrá sido recibido Maestro Secreto bajo el laurel y el olivo, momento en el cual habrá descubierto: § que la razón protege al ser humano de la tiranía de la superstición. § que el Maestro de la Logia ha de enseñar el deber a los obreros, como vía para alcanzar una luz aún muy lejana. . 16 . LECCIONES DEL QUIJOTE PARA LA ACCIÓN MASÓNICA DE HOY § y que el cambio es una característica de la humanidad que el Maes-‐ tro Secreto comprende cuando recibe el laurel, símbolo de la victo-‐ ria sobre las propias pasiones —y el olivo— símbolo de la paz y de la unión que ha de reinar entre los Hermanos. El Maestro Secreto ha aprendido a aceptar los deberes que le ha im-‐ puesto su condición de Francmasón desde el primer día de su inicia-‐ ción como Aprendiz: el deber de meditar las enseñanzas del ritual, los deberes que configuran las promesas realizadas en cada grado, el de-‐ ber de asistir a las Tenidas, de callar ante los profanos y de buscar la justicia en cualquier ocasión, entre otros. El Francmasón acepta los deberes como algo natural en su vida y comprende que los deberes son la única vía para el reconocimiento general de los derechos. Pero el Maestro Secreto va a subir un peldaño en la abstracción y va a tran-‐ sitar desde los deberes en plural hacia el Deber en singular. El Deber, en efecto, es la búsqueda de la luz. Es mediante el cumplimiento del Deber recién evocado que cada uno parte hacia la búsqueda del maestro que trata de ser. Así cuando busca al Arquitecto Hiram está, en realidad, tratando de ser el iniciado perfecto, que, sin embargo, nunca llegará a ser. La ruta del Deber se halla marcada por la exigencia de deberes, que nos hacen buenos ma-‐ sones y buenos ciudadanos, pero no mediante la aceptación de una autoridad moral exterior, sino mediante la búsqueda de la Ética en el interior de nuestro corazón y de nuestra razón. En el siglo XVIII los filósofos propusieron una clasificación de los de-‐ beres; hacia uno mismo, hacia los otros, hacia la patria, hacia Dios…, y ésta es la causa de que aparezcan una serie de preguntas en el testa-‐ mento filosófico que el profano redacta en el gabinete de reflexión. Resulta innegable la influencia de Emmanuel Kant sobre la Francma-‐ sonería especulativa desde el siglo XVIII hasta nuestros días, puesto que el deber masónico se asocia a menudo al imperativo categórico. 2. El significado del deber ¿Cómo puede el Masón descubrir el significado del Deber? En el grado cuarto aprende que el método es el silencio, el silencio que le permite escuchar atentamente a su consciencia, bajo el símbolo de la búsque-‐ da de la palabra perdida, de la verdad y de la luz. Un método nada fá-‐ cil, porque al hallarse el ser humano en la oscuridad, descubrirá ense-‐ guida que es más fácil cumplir el deber que descubrir qué es el deber. . 17 . LECCIONES DEL QUIJOTE PARA LA ACCIÓN MASÓNICA DE HOY ¡Desde luego que es difícil descubrir el contenido del Deber! El moti-‐ vo es sencillo; el Maestro Secreto ha de hallar el Deber desde la Liber-‐ tad y en la Libertad. Para quienes enajenan su libertad a favor de los profesionales, por llamarles de una forma más delicada que como lo hace una conocida canción de Joan Manuel Serrat, de los profesionales de la moral —decía— el Deber ya no es tal, es sólo sumisión. La Francmasonería apuesta por la emancipación y, por tanto, combate la sumisión. La sumisión es el antónimo de la obediencia, porque ésta es voluntaria y aquélla sólo esclavitud. El Deber sólo puede ser cumplido por alguien libre y de buenas costumbres. He hablado al principio del laurel y del olivo, símbolos muy significa-‐ tivos para el Maestro Secreto. El neófito los recibe enlazados forman-‐ do una corona, como en la Antigüedad del mundo mediterráneo al que pertenecemos. El laurel se halla asociado a Apolo o Zeus, el olivo a Atenea o Minerva. El olivo de Minerva representa los atributos de la diosa: razón, medida, ponderación y sabiduría. Los griegos veían como el olivo, que mantiene su verdor a lo largo del año, separaba la luz de las tinieblas como el Sur del Norte. El olivo es un signo solar, portador de la paz, como al finalizar el Diluvio en la Biblia o como el árbol bendi-‐ to que no es ni de Oriente ni de Occidente del Corán. Así, Dante des-‐ cubrirá la aparición de Beatriz en el paraíso como «coronada de oli-‐ vo»… El laurel es símbolo de victoria, como ya he dicho y también de gloria. Se consagró a Apolo, dios de la luz, de la vida y de la armonía. El laurel vincula la sabiduría y el heroísmo. Los frutos del laurel son rojos, símbolo de la fuerza vital y del amor. El cumplimiento del deber merece la recompensa de la corona de olivo y de laurel que, por su parte, no es ostentosa ni implica poder al-‐ guno. Es la corona más simple, círculo -‐que presenta la perfección —y a la vez anillo— que representa la eternidad. La corona está abierta, como está abierto el compás. El iniciado la recibe muchísimo antes de merecerla, como una forma de estímulo y de compromiso. Es una re-‐ compensa por el trabajo iniciático que va a realizar en el futuro, sobre el cimiento de la razón, cumpliendo el deber y dirigiendo el cambio hacia una humanidad mejor. 3. Una nueva caballería Ha escrito Roger DACHEZ, presidente del Instituto Masónico de Fran-‐ cia, que el imaginario caballeresco que forma parte de la cultura ma-‐ sónica no debe tratar de justificarse en los pretendidos orígenes míti-‐ . 18 . LECCIONES DEL QUIJOTE PARA LA ACCIÓN MASÓNICA DE HOY cos de la Orden ni en la ficción de supuestas capillas escocesas o tem-‐ plarias que conservarían los restos de Hiram, sino, al contrario, en la preocupación intelectual y espiritual de la naciente masonería euro-‐ pea del siglo XVIII. Como ha descrito Pierre MOLLIER, mucho antes de que aparecieran los grados 15º ó 18 ó 30º en las liturgias del Rito Es-‐ cocés, la atmósfera —l’air du temps— de la Orden ya se hallaba im-‐ pregnada de interés por las tradiciones de los caballeros, en cuyo es-‐ tudio se concebiría la nueva caballería a la que nos adscribimos. Esta nueva caballería no procede ni de las órdenes militares ni del Temple, no hay un vínculo de filiación entre las órdenes y la Masone-‐ ría, como ya señaló Daniel Béresniak, sino que la Masonería bebe en aquellas fuentes como un elemento de inspiración e incorpora algunas de sus referencias más notables y dramáticas, como el asesinato de Jacques de Molay —trasunto de la muerte de Hiram, al fin y al cabo—, al cuerpo de símbolos llamados a desvelar la capacidad de pensamien-‐ to libre, de imaginación creativa y de autonomía moral de cada uno de los iniciados, de forma progresiva, a lo largo de su itinerario escocés, matriz íntima de cualquier otro de los ritos normalmente practicados, desde la protohistoria constituida por el Rito de Perfección del siglo de las Luces. Contra lo que mucha gente puede pensar, la Caballería no estuvo nunca asociada al nacimiento sino, que, por el contrario, requirió siempre de la demostración de un mérito personal. La de Caballero era una dignidad accidental basada en la virtud y no en la nobleza de los ancestros. Del mismo modo, la Francmasonería ha considerado como una de sus reglas fundacionales la de que cualquier promoción entre los Hermanos proviene, exclusivamente, sobre el valor real y sobre el mérito personal. Muy por encima de las leyendas masónicas nacidas en el Siglo de las Luces y cuyos autores principales fueron Elías Ashmo-‐ le en Inglaterra y el Caballero de Ramsay en Francia, me interesa, so-‐ bre todo, destacar que la evocación del Caballero es un elogio a la vir-‐ tud. Al mismo tiempo, la conmemoración de los Templarios es un re-‐ conocimiento del significado creativo de la herejía y una reivindicación del pensamiento libre. La prueba más fehaciente de esta afirmación nos la han dado las propias obras anti-‐masónicas, ya en el XVIII, pero continuadas hasta hoy, en las que se ha querido ver siempre en la evocación templaria de los altos grados escoceses una de las pruebas de cargo contra la Orden. La insistencia de nuestros enemigos confir-‐ ma nuestra fe masónica en la defensa caballerosa y caballeresca de nuestros ideales de Fraternidad universal. En este sentido, Javier Otao-‐ . 19 . LECCIONES DEL QUIJOTE PARA LA ACCIÓN MASÓNICA DE HOY la ha destacado que lo único cierto y relevante, en su opinión, que comparto, es que el Rito Escocés tiene una inspiración caballeresca, como la tienen la ética heroica, la educación del «gentleman», la nove-‐ la de caballerías, el Quijote, el amor cortés, la equitación, la esgrima, las artes marciales y la deportividad. La Caballería como símbolo —y no como permanencia oculta de ins-‐ tituciones medievales— se refleja con claridad en uno de los grados a los que nuestro Supremo Consejo otorga una importancia pedagógica y militante de primer nivel: el Caballero de Oriente. En sus liturgias más antiguas, que se remontan a 1748, Ciro encomienda a uno de sus generales la enseñanza militar de quienes pretenden ser sólo los obre-‐ ros reconstructores del segundo templo de Jerusalén y los obreros, como consecuencia, son recibidos como Caballeros. En esta doble condición, carentes de un terreno para ello, construirán los templos en su corazón. El Caballero de Oriente o de la Espada fue un grado esencial de la Masonería francesa en el siglo XVIII. Como Tercer Orden del Rito Fran-‐ cés parece que fue practicado en algunos Capítulos hasta mediados del siglo XIX. A partir de 1990 recobra fuerza y vigor tanto en el Rito Francés como en el Rito Escocés. Nuestro Supremo Consejo, desde 1811, ha concedido este grado 15º por comunicación, sin perjuicio de que hay pruebas de su práctica efectiva tras la reforma de los rituales en 1909. Conservado celosamente por el Soberano Colegio de Bélgica desde 1962, en el año 2010 y siguientes vuelve a ser transmitido en España a través de una de las más emotivas ceremonias de iniciación. La caballería masónica, la que aquí analizo desde el horizonte inicial, casi embrionario, de la Gran Logia Capitular de Perfección, en el que sólo puede adivinarse lo que, más adelante se le exigirá al Caballero de Oriente o de la Espada, y, mucho más allá, lo que será el compromiso con una acción irrenunciable con la democracia y la libertad al descu-‐ brir los arcanos del Kadosh en el Grado 30º, no es, en modo alguno, achacable a la fantasía del Caballero de Ramsay ni de nadie más, como propugna valientemente Pierre Mollier, sino que es el intento racional y consciente de exaltar unos valores como paradigma de conducta en la virtud. Quizás sea ésta una característica de la civilización europea, una peculiar combinación entre espiritualidad y acción, entre reflexión y cambio social, entre itinerario iniciático y combate por el progreso de la humanidad. La capacidad de equilibrar serenidad y compromiso es, en efecto, para mí, uno de los cimientos de nuestra Francmasone-‐ ría. Que en la historia bicentenaria de nuestros Altos Grados Escoceses . 20 . LECCIONES DEL QUIJOTE PARA LA ACCIÓN MASÓNICA DE HOY hayan convivido Filosofía y Política, ambos conceptos escritos con ma-‐ yúscula, no es ni una desviación de la concepción primigenia de la Or-‐ den, ni un error accidental, ni mucho menos una instrumentalización de nuestra capacidad de influencia al servicio de intereses espurios. Al contrario, la Francmasonería encarnada por el Supremo Consejo Ma-‐ sónico de España es el espacio de trabajo en el que —como ha descri-‐ to Joan-‐Francesc Pont— los francmasones de la GLSE, o de otras fede-‐ raciones adogmáticas que puedan adscribirse, la masonería del ser, transitan progresivamente hacia la masonería del devenir. El Caballero es una de las representaciones posibles de ese deseo de dirigir el cambio y más que del deseo, del compromiso. 4. Las armas del ideal He mencionado el ritual del Grado 15º en nuestro Supremo Consejo como una prueba de la vitalidad de los Caballeros de Oriente o de la Espada en 1908. Se reunían, en efecto, los Caballeros para ayudar a legislar y hacer felices a las naciones, dos bellos objetivos perfecta-‐ mente congruentes con el artículo 4 de la Constitución de Cádiz de 1812 que obligaba a la Nación a conservar y proteger por leyes sabias y justas la libertad civil, la propiedad y los demás derechos legítimos de todos los individuos que la componen. Aquella fórmula de inspiración masónica, leyes sabias y justas, pervivía un siglo después entre noso-‐ tros mediante el imperativo de ayudar a legislar, iluminado por el ideal de hacer felices a las naciones. El Caballero se comprometía en su juramento del modo siguiente […] voluntariamente me obligo a impedir solo o en unión de mis herma-‐ nos, por cuantos medios me sea posible emplear, que ninguna persona abuse de su autoridad para envilecernos, ni reducirnos a vasallaje o escla-‐ vitud moral, y defender, con las armas de la Razón y de la Justicia, nuestra Libertad y Derechos. El Caballero de Oriente se comprometía en nuestro ritual de 1908 a lo mismo que hoy nos comprometemos como caballeros masones: […] a defender los secretos de la Orden y a no procurarse beneficios para sí ni para la Institución, si éstos han de obtenerse a trueque de la mentira y del engaño. De forma perfectamente congruente con la naturaleza de la Franc-‐ masonería, el primer grado de Caballero en el Rito Escocés busca un origen veterotestamentario, sin vinculación alguna con las Cruzadas o con el Temple. Más parece que nuestros Hermanos franceses, en el . 21 . LECCIONES DEL QUIJOTE PARA LA ACCIÓN MASÓNICA DE HOY XVIII, tuvieran presentes las andanzas de los protagonistas de los li-‐ bros de caballería. Alonso Quijano, tras un exceso de lectura, precisa-‐ mente, de aquel género de libros, se hace ordenar caballero para des-‐ fazer entuertos en una noche invernal de luna llena. En aquella venta de arrieros, entre las chanzas de unos y el temor de otros, vela sus ar-‐ mas Don Quijote de la Mancha, armas que, previamente, ha deposita-‐ do sobre el pozo. Y cuando uno de aquellos asombrados pasajeros quiso usar el pozo y retiró las armas de la pila, les puso en fuga Don Quiote, lo que hizo exclamar a Unamuno: Poned, pues, alma en nues-‐ tras voces, llamad con denuedo y brío canalla a los arrieros que arran-‐ can de su reposadero las armas del ideal para poder abrevar sus recuas, y conseguiréis atemorizarlos. Las armas del ideal, bella expresión del rector de Salamanca, tan adecuada para sintetizar el significado de la caballería masónica que da sus primeros pasos en el grado 15º. Un ideal que Unamuno concibe con un alto nivel de exigencia, como ha destacado Andrés Tra-‐ piello en el prólogo a la edición del Círculo de Lectores. Unamuno le pide a Don Quijote una mayor contundencia con los entuertos humanos: la pereza mental, la hipocresía, la envidia y la fal-‐ ta de fe en un proyecto supranacional. El Rito Escocés nos pide, exactamente, las mismas cosas, nos quiere lanzar a las mismas empresas, en-‐ tendida esta palabra con su sentido primigenio de en-‐ seña o divisa de los Caballeros. El masón-‐caballero no obtiene ningún honor, sino que acepta nuevos de-‐ beres. En mi opinión, no era imprescindible que Unamuno le recriminara nada a Don Quijote, porque la locura de éste es, en reali-‐ dad, el símbolo de la cordura del verdadero caballero andante que él quería ser y que define, con exactitud, nuestro itinerario masónico en los Altos Grados. Quijote está cuerdo en su locura y Alonso Quijano, loco en su cordura. Sancho Panza no está ni loco ni cuerdo, es el sím-‐ bolo del sentido común y del sentido común extraeremos máximas de experiencia francamente útiles para la vida, pero nunca el impulso re-‐ volucionario del que quiere, en efecto, desfazer entuertos, proteger a los débiles, atacar a los poderosos y recuperar para el hombre la dig-‐ nidad perdida. Alonso Quijano es bueno pero su sensatez le lleva, de la . 22 . LECCIONES DEL QUIJOTE PARA LA ACCIÓN MASÓNICA DE HOY mano del pérfido cura y del artero sacamuelas, a negar su vocación de caballero. Don Quijote está sólo aparentemente loco, porque ha abandonado la paz de su hogar para lanzarse a la aventura, pero es el mejor de todos nosotros porque al recuperar la caballería andante se enseña a sí mismo y nos enseña a los francmasones que al empuñar la espada lo hacemos siempre por una causa noble. La caballería masónica bebe de los libros de caballería y del Quijote, es decir de la sublimación del altruismo desinteresado y hasta revolu-‐ cionario, y se aleja de cualquier idea de combate contra el infiel, de búsqueda del santo grial y de la consecución de honores y de recono-‐ cimientos en los mitos del pasado. La Francmasonería no es una nos-‐ talgia de la aristocracia ni un remedo de los monjes soldados, sino la expresión humanista moderna de un sueño de libertad. Caballeros an-‐ dantes somos y debemos ser; y no caballeros al servicio del poder. Al contrario, caballeros dispuestos a arrostrar los peligros de los gigan-‐ tes-‐molinos de viento para seguir después buscando eliminar a los otros enemigos de la humanidad, mucho más que cortesanos del papa o del rey. Caballeros del ideal, por tanto, y no caballeros del poder; buscadores no de la propia gloria sino de la gloria del ser humano que decide ser plenamente consciente de su responsabilidad como tal. Lo que Unamuno le pedía al Quijote es lo que ya el Quijote nos ha enseñado y lo que deseamos conseguir como caballeros masones: desperezar nuestra mente, practicar la virtud, convertir el planeta Tie-‐ rra en nuestra patria. En definitiva, que nada humano nos sea ajeno y que no permitamos jamás el autoengaño de pensar que la aparente placidez del pequeño entorno circundante es la prueba de la concordia universal. La realidad nos demuestra que nos hallamos muy lejos de todo ello, cuando el hambre, las enfermedades y la guerra cabalgan hoy con más brío que nunca generando el horror y el terror. Contra los jinetes del Apocalipsis, los caballeros masones oponen la espada de la paz, la educación, el conocimiento y el universalismo laico. El exceso de lecturas del Quijote, del que el propio Alonso Quijano abjurará en el testamento para su sobrina, ha tenido un abrupto final con la quema de los libros orquestada por el cura y el barbero. Contra todas las interpretaciones que asociaban aquellos libros a las cadenas de la locura del Caballero de la triste figura, la conversión de la imagi-‐ nación en cenizas me sume en un profundo pesar. Todas las quemas de libros han pretendido enajenarnos nuestra capacidad de pensar. Y nosotros, como exigía Unamuno, no pedimos la libertad de pensa-‐ miento, sino que nos ejercitamos en el pensar. . 23 . LECCIONES DEL QUIJOTE PARA LA ACCIÓN MASÓNICA DE HOY El Francmasón que ha entendido el Oficio está siempre enfermo de un exceso de lecturas, porque nadie puede substituirle en su tarea au-‐ toconstructiva. El masón lee para buscar el conocimiento y lo hace, in-‐ cluso, en los tiempos de abandono de la lectura como los que nos ha tocado sufrir. El cura y el barbero, con su descarnado realismo, son los enemigos del ideal, mientras que Don Quijote, aun en la locura de su encantamiento, piensa que los barrotes de la jaula en la que le han encerrado son cosa de magia, pues al hombre le corresponde sólo la libertad. La búsqueda del conocimiento tiene la fuerza de ensanchar la angostura de cualquier jaula hasta que la jaula se haya convertido en el universo. 5. El caballero andante El caballero andante que representa Don Quijote cuanto ya han desa-‐ parecido de la faz de la Tierra los caballeros andantes es el mensaje que un liberal como Cervantes —escondido tras aquel Cide Hamete Benengeli, que el escritor quiso árabe y Unamuno descubre como ju-‐ dío—, transmite al mundo. El reino que busca Sancho Panza será cris-‐ tiano o pagano, en una España que deseaba un día ser abierta y tole-‐ rante, capaz de convertir la libertad de conciencia en una seña de identidad. Sabemos que el sueño cervantino no se cumpliría, ni siquie-‐ ra en aquella Barcelona descrita como archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, ven-‐ ganza de los ofendidos… Pero sabemos también que nuestra labor de caballeros no terminará nunca hasta que del mundo pueda predicarse lo que Cervantes soñaba que era Barcelona. Albergue de extranjeros y perseguidos… la masonería lo será desde que Isaac Newton y sus seguidores en la Royal Society le den fuerza y vigor al concepto de tolerancia a principios del XVIII, como en 1734 re-‐ cogerá Voltaire en sus Cartas Filosóficas. La tolerancia irá poco a poco, no sin dificultades, siendo la levadura de nuestras sociedades moder-‐ nas. La tolerancia que hará desde el principio de la masonería especu-‐ lativa un puerto seguro para los náufragos de todos los dogmas y de todos los totalitarismos. La masonería vive como una riqueza innego-‐ ciable que cada uno de los Cide Hamete Benengeli que la componen, que cada uno de sus caballeros, hombre o mujer, por tanto, sea cris-‐ tiano, judío, musulmán, agnóstico, ateo o de cualquier otra creencia o convicción. Porque sabe que Cide Hamete Benengeli, tras su iniciación, es un ciudadano del mundo. . 24 . LECCIONES DEL QUIJOTE PARA LA ACCIÓN MASÓNICA DE HOY En los Altos Grados Escoceses nos entendemos mediante un lengua-‐ je común que deriva de nuestro juramento de fidelidad a lo que con-‐ cebimos como caballería andante. Leemos, pero a la vez escribimos, la novela que relata cómo nos apoyamos en la sola fuerza de nuestro brazo, como relataba Don Quijote sobre sus predecesores ya extingui-‐ dos y a quienes deseaba emular. Caballeros de la razón y del amor, tendemos puentes en lugar de cavar zanjas, aunque si alguien quiere devolvernos a la sujeción a la tiranía, estamos dispuestos a morir ante las aguas del Gadara para que viva con fuerza la libertad de paso. Ca-‐ balleros de la razón, como decía, rechazamos cualquier planteamiento que substituya al ciudadano por el súbdito, al hombre libre ante el que se abren las grandes alamedas de Salvador Allende por la masa infor-‐ me de los seguidores de cualquier dogma, al autor de la historia con minúsculas por la víctima de la Historia con mayúsculas. Por eso, per-‐ seguimos la conciliación y el acuerdo, la fraternidad y la transacción, el acercamiento y la convivencia. Caballeros de la razón, comprendemos que, en una situación que nos es muy próxima y en otras quizás más lejanas, tiene razón un pensador libre e inteligente, Jordi Gracia, cuan-‐ do coge el toro por los cuernos en un artículo en EL PAÍS publicado el 15 de julio de 2014, al señalar que quien necesita caballeros andantes es, por tanto, la racionalidad democrática que reclama una solución pactada, no el nacionalismo con pulsiones populistas ni de un lado ni del otro. Sea cual sea el lado, sea cual sea el otro, sea cual sea el mo-‐ mento y el lugar, porque nada bueno puede nacer del recuerdo de los agravios y todo es posible desde el reconocimiento de nuestra imper-‐ fección. Así lo vemos los hijos de la Luz.Å ______________________ Este trabajo no se ha escrito de una sola tirada, aunque cada uno de los pasos reco-‐ rridos lo ha sido en el seno del Supremo Consejo Masónico de España. En parte, in-‐ corpora el palustre escrito para las Grandes Tenidas de Primavera de 2014 celebra-‐ das en Barcelona en abril y, en parte, el escrito para las Grandes Tenidas de Otoño del mismo año, en Madrid. El resultado final nace de la relectura de cada párrafo y de la revisión crítica de cuanto había pensado y ahora someto todo ello al juicio amable del lector. . 25 . LECCIONES DEL QUIJOTE PARA LA ACCIÓN MASÓNICA DE HOY Bibliografía consultada Edward Baker: La biblioteca de Don Quijote, Marcial Pons, Madrid, 1997. Daniel Béresniak: De la queste spirituelle a l’œuvre au rouge, Detrad, París, 1991. Miguel de Cervantes: Don Quijote de la Mancha, edición del Instituto Cervantes dirigi-‐ da por Francisco Rico, Barcelona, 1998. Claude Delbos: La quête d’un Maître Franc-‐Maçón, Detrad, París, 2005. Pierre Mollier: La Chevalerie Maçonnique, Dervy, París, 2008 (prólogo de Roger Da-‐ chez). Jean-‐Claude Mondet: Du Chevalier d’Orien… au Chevalier Kadosch, Rocher, Mónaco, 2009. Javier Otaola: «El Rito Escocés y la metáfora caballeresca», en Cultura Masónica, 2011, nº 9, págs. 38-‐51. Joan-‐Francesc Pont Clemente: «Discurso a la Asamblea General del Supremo Consejo Masónico de España», durante las Grandes Tenidas de Primavera, en Barcelona, 26 de abril de 2014, inédito. Carme Riera: El Quijote desde el nacionalismo catalán en torno al Tercer Centenario, Destino, Barcelona, 2005. Miguel de Unamuno: Vida de Don Quijote y Sancho, Círculo de Lectores, 1994 (1ª edi-‐ ción en 1904; 2ª edición, en 1913; 3ª edición en 1928, durante su destierro en Hen-‐ daya). . 26 . El maestro secreto o el arte de ver, oír, callar y actuar en la sociedad panóptica ANTONIA ORDOÑO MUÑOZ Una de las señales del grado cuarto del Rito Es-‐ cocés Antiguo y Aceptado, el «Maestro Secre-‐ to», es el silencio1, dentro de una trilogía que, en el Ritual del grado, se repite constantemente: «Silencio, Obediencia, Fidelidad». Esto parece una incongruencia conociendo los objetivos emancipadores de la Francmasonería, pero en realidad, no lo es, porque este silencio está posibilitando y protegiendo un bien mayor, inapreciable, escurridizo, cercano a la vez que desconocido, y que parece comportarse como una especie de brújula interior; se trata de la propia Consciencia. Pues, «el Maestro Secreto debe encontrar los fundamentos de la Libertad y de la Fraternidad por medio de la Justicia, guiada por la Conciencia»2. Y sabemos que se accede a la Consciencia desde la reflexión, la intros-‐ pección, el silencio. Precisamente uno de los objetivos exotéricos del grado es «el estu-‐ dio del funcionamiento de la consciencia humana»3. Estamos en una sociedad en plena mutación, en la que nunca ha si-‐ do tan fácil comunicarse y acceder a la información. El Internet nos ha cambiado las costumbres y la vida. Las redes sociales se hacen cada 1 Etimológicamente, la palabra «silencio» viene del latín silentium y éste del verbo silere (estar callado). Está relacionada, según Pokorny, con el verbo latino con raíz indoeuro-‐ pea -‐sei-‐ (dejar caer, tirar) que estaría presente también en la palabra «semilla». Habría que interpretar entonces «el silencio» como «la tierra donde germina la semilla» 2 Jean-‐Claude Mondet. La Maîtrise parfaite. Étude des degrés de Perfection du Rite Écossais Ancien et Accepté. Ed. du Rocher, 2008 3 Jean-‐Claude Mondet. Op. cit. . 27 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA vez más extensas y la privacidad parece haberse convertido en una mera palabra. Lo virtual y lo real, parecen haberse superpuesto, y re-‐ quieren ser nuevamente acotados, definidos. ¿Cómo poder situarse entonces, desde ese silencio que sustenta la reflexión y el ejercicio de la responsabilidad, en un mundo como en el que estamos inmersos? Pues, el Maestro Secreto desea, desde ese si-‐ lencio creador, que su actuar en el mundo sea una aventura fecunda, informada por su Consciencia. ¿Es esto posible? Abordaremos pues este tema intentando ahondar en los siguientes aspectos: § ¿Qué es y cómo funciona la realidad? ¿qué función desempeña la información en su configuración? § Nuestra percepción del mundo (ver y oír). § El Silencio iniciático para palabras de poder. § ¿Es posible el actuar «justo» en nuestra sociedad panóptica. Para ello, apoyaremos nuestra argumentación en dos grandes pila-‐ res: la Ciencia (Biología, Matemáticas, Física Cuántica, entre otros) por un lado y la Tradición (Escrituras, Qabalah y Alquimia) por otro; unos pilares que últimamente parecen estar convergiendo en el modo de interpretar el mundo, nuestro mundo. ¿Qué es y cómo funciona la realidad? ¿Qué función desempeña la información en su configuración? TODOS ES INFORMACIÓN, CAMPOS INFORMACIONALES Actualmente la ciencia está reconociendo sus límites. Los físicos están dándose cuenta de que, con la física cuántica, todas las audacias son posibles; tanto la física de Newton como la de Einstein se han quedado anticuadas porque se ha descubierto que «el universo está hecho de patrones4 dinámicos transformándose continuamente en una continua 4 En nanotecnología se está investigando las enormes posibilidades del grafeno. El gra-‐ feno es una sustancia formada de carbono puro, con átomos dispuestos en patrón re-‐ gular hexagonal, similar al grafito. Dicha estructura tendría que ver con la estructura del «vacío», además de con la nuestra (estamos hechos de carbono). Nassim Ha-‐ ramein, científicos, creador de la «Teoría Unificada del Todo», es director de investi-‐ gación de «The Resonance Project Foundation»: http://resonance.is/explore/nassim-‐ haramein/; junto con un grupo de expertos propone una interesante visión de «Es-‐ tructura del vacío». . 28 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA danza de la energía» y que, este mismo universo «donde todo está conectado en una red de patrones interferentes..., se parece más a un gran pensamiento que a una gran máquina»5. Jacqueline Bousquet6, en sus obras Sciences dans la lumière, Intro-‐ duction de la conscience dans la matière, Au coeur du vivant, entre otras, así como en sus numerosos ensayos y conferencias, pone al al-‐ cance de nuestra comprensión una síntesis de los últimos descubri-‐ mientos de la ciencia. Demuestra que lo viviente se caracteriza esen-‐ cialmente por el intercambio de información. «En la célula los mensa-‐ jes circulan entre el núcleo y el citoplasma por medio del ADN7, de los enzimas, de los transportadores. La ejecución del mensaje o la de su no realización vuelve en seguida a viajar hasta el ADN, vía el centriolo mediante un fenómeno de feed-‐back característico de todo lo vivien-‐ te... y se ha demostrado que las células comunican entre ellas median-‐ te los fotones (ver experiencia de Popp8)». Y ¿CÓMO FUNCIONA UN CAMPO INFORMACIONAL? La física hoy confirma que «la realidad está hecha a la vez de ondas y de partículas (ondúsculos) aunque aparentemente estos dos términos parezcan irreconciliables. La onda es inmaterial y deslocalizada, está presente en todos los puntos del universo y se sitúa fuera del tiempo y del espacio. La partícula pertenece a nuestro universo espacio-‐ temporal.9» 5 Fritjof Capra, El Tao de la física, Ed. Sirio, 1983. 6 Jacqueline Bousquet es bióloga, biofísica, ecotoxicóloga e investigadora del CNRS (Centro Nacional de Investigación Científica) en Francia y escritora. Gran conocedora, por otra parte, de la Tradición —cábala y Escrituras—, establece un paralelismo entre esta y los últimos descubrimientos de la física cuántica. Ha colaborado estrechamente con la Escuela rusa de Copenhaga y los científicos gnósticos de Princeton que se dedi-‐ can a la investigación en el campo de la ciencia y de la consciencia. 7 Los científicos Grazyna Fosar y Franz Bludorf confirman que el ADN humano puede ser influenciado y programado por palabras y por frecuencias. http://www.fosar-‐ bludorf.com/. 8 Fritz Albert Popp, biofísico teórico del centro de radiología de Merbourg, descubrió que la energía se transmitía por radiación ultra débil de fotones (UV). Descubrió tam-‐ bién que la información recibida en el cuerpo se transmitía hacia el interior del orga-‐ nismo humano por las células que servían de relevo. 9 Jacqueline Bousquet, Introducción de la consciencia en la materia. Op. Cit. . 29 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA Según J. E. Charon10, «la partícula (en la frontera de un agujero negro) sólo es «la densificación de un campo». Los quarks tendrían entonces su origen en unas partículas, ya no físicas sino psíquicas. Quedaba así de-‐ mostrado que la única realidad en el universo es la del campo. Albert Einstein también había sacado una conclusión similar cuando dijo: «En este nuevo tipo de física, el campo y la materia, no pueden coexistir, porque el campo es la única realidad». Y Ste-‐ ven Weinberg11 añade: «La realidad esencial es que hay un conjun-‐ to de campos sometidos a las reglas de la relatividad restringida y de la mecánica cuántica; todo lo demás sólo es una consecuencia de la dinámica cuántica de estos campos». La partícula siempre viene, pues, acompañada por una onda inmate-‐ rial —que se denominó onda psi— que tiene por misión informar acerca del medioambiente energético. EMILE PINEL Y LOS CAMPOS H1 H2 H3 Emile Pinel12, matemático, biólogo y terapeuta ha construido un modelo matemático del funcionamiento de la célula viva. Sus ecuaciones le han permitido emitir la hipótesis de que existe un campo unitario H U13 y 3 campos: H1, H2, H3. Por otra parte, apoyándose en trabajos de otros científicos que demuestran la existencia de campos intracelulares mag-‐ néticos y eléctricos, presenta estos tres campos y sus características. Esto resulta ser de crucial importancia puesto que aquí se llega a la comprensión intelectual de un hecho considerado, hasta ahora, como perteneciente al campo de los extraño, de lo espiritual y de la fe. Pinel 10 Ingeniero de la Escuela Superior de Física y Química, J. E. Charon se especializó en la investigación nuclear. Posteriormente se orientó hacia la física teórica, desarrollando las ideas de A. Einstein. Le Tout, l’Esprit et la Matière, Albin Michel, Paris, 1987. 11 Físico estadounidense, Steven Weinberg, El sueño de la teoría final: la búsqueda de las leyes fundamentales de la naturaleza, Ed. Crítica, 2003. 12 Emile Pinel, Vie et mort, Ed. Maloine, Presses du Palais Royal, 1978. 13 Esta hipótesis del Campo Unitario Último, aparece en El Kybalión como el sexto Princi-‐ pios del Hermetismo, el Principio de Unidad: «El Absoluto no puede multiplicarse, por-‐ que nada existe fuera de Sí Mismo. Sólo puede dividirse. Se halla infinitamente diversifi-‐ cado en individualidades que se manifiestan separadamente en apariencia, siempre den-‐ tro del Absoluto». «De modo que una Burbuja Universal en sí misma tiene las funciones de una partícula cuántica porque el Todo se divide tanto en infinitas conciencias, como en infinitas Burbujas Universales». «Toda Consciencia individual es reflejo finito de la Consciencia Una. Pero dicho reflejo puede abarcar el Todo y seguir siendo individual.» Gabriel Silva, Los ocho Kybaliones: Tabla de Esmeralda Completa. Principios y Leyes Her-‐ méticas, Ed. www.lulu.com, pág. 126 y 136-‐139. . 30 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA demuestra matemáticamente cómo lo material e inmaterial interac-‐ túan, se combinan y están presente en cada célula, formando entram-‐ bos una única realidad, la célula. Dicho con otras palabras, demuestra que cada partícula está hecha de algo que se ve y de algo que no se ve, siendo la parte intangible la portadora de la información y la parte e n-‐ carnada en el espacio-‐tiempo la ejecutora de esa información. El campo H2 aparece en las ecuaciones bajo una forma que las ma-‐ temáticas denominan «imaginaria», aunque estos número imaginarios tengan aplicaciones muy concretas en muchos ámbitos, como en el de la corriente alterna por ejemplo. Pinel atribuye al campo H2 propieda-‐ des que se salen del mundo de lo tangible, por eso le atribuye la fun-‐ ción de ser un campo de «memoria». El campo H2, inmaterial y magnético, es portador del programa in-‐ tracelular que es el que toma las decisiones. Y estas decisiones, a su vez, se transmiten al campo H1, material y eléctrico, a través del cam-‐ po H3, campo morfo-‐genético14, soluble en lo material y en lo inmate-‐ rial. Si uno de esos campos funciona mal, sea por causas externas o in-‐ ternas, biológicas o psíquicas, entonces la célula deja de funcionar y aparece la enfermedad. H 2 H 3 H 1 Campo de información Inmaterial Campo de memorias, fue-‐ ra del espacio-‐tiempo Archivos Akashicos Magnético Onda (psi) Piezoelectricidad, lugar de paso de la información a la Forma en el mundo físico Soluble en lo inmaterial y en lo material. Campo morfo-‐genético Electromagnético Forma piramidal Neutron Forma en nuestro espacio-‐ tiempo Material Forma en la materia cuya membrana tiene polaridad + en su cara interna y – en su cara externa Eléctrico Neutrino 14 El campo «morfo-‐genético», «campo de resonancia mórfica», o «campo de forma» es un campo de energía y/o de información; no está constituido por materia (átomos, electrones, etc.). Se cree que es un campo determinante para el comportamiento de todo ser viviente que además, almacena y transmite las herencias de las costumbres de la especie por reso-‐ nancia mórfica, influenciando así los llamados «campos de forma». Se trata de la llamada «resonancia shumann, «los latidos de la Tierra» que nos une a todos al planeta al que po-‐ dríamos considerar como «nuestra nodriza». Esta resonancia shumann ha sido de unos 7,8 Hz durante siglos. Ha ido subiendo desde los años 1980 hasta situarse actualmente en torno a los 12 Hz o más. . 31 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA Foto 1: los campos de Emile Pinel El campo, que encierra a todos los demás campos morfo-‐genéticos y dentro del cual todo está relacionado, es el campo Unitario, como lo denomina la ciencia; es un campo de Luz. Está constituido por partícu-‐ las girando en sentido contrario (en cinta o lazo de Moebus), proba-‐ blemente formado por neutrinos, a la vez dextrógiros y levógiros1. 1 Foto 2: La cinta o el lazo de moebus Jacqueline Bousquet op. cit. . 32 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA «El Campo Unificado (que algunos llaman Dios) es el único campo de inteligencia2 universal, un océano de inteligencia, un océano de exis-‐ tencia que está a la base de todo, espíritu y materia y todas las fuerzas del universo. Y las mal llamadas «partículas» son solo ondulaciones en este océano de existencia»3. Puesto que no tiene polaridades, está fuera del espacio y del tiempo. Debemos «moldearlo» con la ayuda de nuestro mental a modo de lo que hacemos con el agua cuando vamos a la fuente con vasijas de formas y tamaños diferentes. Este modelo explica el mecanismo involucrado en las terapias de campos muy populares en China y en Rusia desde hace años: reiki, medicina china, acupuntura, sanación espiritual, sanación pránica, etc. LA CONSCIENCIA4 ESTÁ EN TODO, ES GLOBAL En agosto del año 1998, un equipo de investigadores de la Universidad de Princeton, dirigido por el Dr. Roger Nelson, activó un proyecto de investigación llamado «Global Consciousness Project» GCP (Proyecto de Conciencia Global), dedicado a estudiar la consciencia colectiva de la humanidad y su relación con el mundo físico. 2 El cuarto Principio del Kybalión dice así: «Hay una inteligencia inconsciente, como la mineral, y una inteligencia intelectual o mental (como en el hombre); pero hay dife-‐ rentes grados de inteligencia en la Naturaleza, y no hay nada, ni Ser alguno que carez-‐ ca totalmente de ella. Esa Inteligencia es Una Sola, actuando en el Todos los Seres y Co-‐ sas del Universo Eterno»... «La Inteligencia es manifestación y efecto de toda Conciencia. Mientras la Consciencia es una de las Esencias en la Trinidad, la Inteligencia es emana-‐ ción de ella en virtud de las siete Leyes que la componen como Principio.» Gabriel Silva, op. cit. pág. 96. 3 John Hagellin, Profesor de Física cuántica. Investigador en el Laboratorio Europeo pa-‐ ra la física de las Partículas (CERN). La consciencia y la teoría del campo unificado de las supercuerdas http://www.hagelin.org/. 4 «La Consciencia es el conocimiento de todo lo externo e interno en idéntica propor-‐ ción, desde el punto de vista del Ser Manifestado; así como del auto-‐conocimiento, desde el punto de vista del Ser No Manifestado». «Sólo el Absoluto es Omnisciente (lo sabe todo), Omnipotente (lo puede todo, porque todo lo que ocurre está dentro del Absoluto), y Omnipresente (porque el Espíritu y los Principios del Absoluto están en todo lugar, y su Conciencia es testigo de todo). En cambio para cualquier observador individual será ́ imposible observar una verdad -‐ por pequeña que ésta sea -‐ en toda su ́ dimensión, así como será ́ imposible observar todos sus efectos y las infinitas relacio-‐ nes de ellos con los infinitos efectos de tantas otras causas. A su vez, para un observa-‐ dor cualquiera que no sea el Absoluto, es imposible ver la cadena infinita de sucesivos efectos que han derivado en esa verdad como en un efecto más de la cadena.» Ga-‐ briel Silva, op. cit. pág. 78 y 193. . 33 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA La experiencia mostró que existe una «mente del planeta», cons-‐ ciente, la noosfera, a la que están conectadas las mentes humanas y donde la comunicación es posible. Sincrónicamente y al mismo tiem-‐ po, cada vez que en el mundo está por suceder un evento que es de interés global para la humanidad, los ordenadores repartidos por el planeta registran las señales. El grupo ha habilitado una web5 donde se pueden ver en directo las formas geométricas generadas por los «movimientos, sonidos y colo-‐ res» de la Consciencia Global planetaria en el ordenador central del Proyecto. Se han hecho también experimentos con telepatía, con resultados sorprendentes. En una fecha y hora concertadas Lud Mila Puterbrot junto con algu-‐ nos científicos Rusos fueron a Chichen Itza con un bio-‐computador y, dentro de un dodecaedro con espejos cóncavos, colocaron unas imá-‐ genes artísticas convirtiéndolas en sonido; con láser, las proyectaron en imagen y sonido a todo el planeta para que pudieran viajar por la rejilla del planeta tierra y ser captadas por todos los grupos de volun-‐ tarios situados en diversos lugares del mundo, colocados en estado de meditación a esa misma hora. Los resultados fueron asombrosos. En el grupo que se constituyó en Mojácar (Almería) los participantes del grupo lograron, en un 80%, visualizar los mismos tipos de imágenes y, estas formas visualizadas, coincidieron con las propias imágenes en-‐ viadas a la noosfera6. ¿Cómo podemos interpretar esto datos a la luz de los nuevos cono-‐ cimientos de los que disponemos acerca de estos campos que estruc-‐ turan la materia? Hemos visto que los campos Pinel (H1, H2, H3) nos hacen pasar de lo inmaterial del plano de construcción H2, magnético, al material H1, eléctrico. Para pasar de uno a otro, necesitamos un transformador H3 que participe de ambos, y sea electromagnético. Este «transformador es el hombre. «En el hombre, la parte inmaterial de este campo, que es un campo de forma, queda retenida en las inmediaciones del cuerpo por el hie-‐ rro (imán), componente de la hemoglobina. Es el ADAM de la Tradi-‐ 5 http://noosphere.princeton.edu/homepageSpanish.html. 6 Se trataba del 1er Proyecto de Telepatía sincronizada mundial: Noosfera Onda de Ar-‐ te, 2011, http://www.cosmohealer.com/. . 34 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA ción que significa: Aleph, LA UNIDAD (a menudo denominado lo di-‐ vino) en el DAM -‐ sangre7». LA CONSCIENCIA SE MANIFIESTA ES EL ESPACIO-TIEMPO EN FORMAS SEPARADAS Creo que Dios son los hombres y que ellos no lo saben. JACQUES BREL Pero volvamos al campo H3 de Pinel, que «está en el origen de todas las formas, o sea, de todas las ondas electromagnéticas que constitu-‐ yen el espacio-‐tiempo en el que estamos tramados, separados los unos de los otros, de la naturaleza, de las plantas y de los animales por el componente eléctrico, pero unidos de forma íntima e inmediata por el campo magnético»8. El hombre caído, el hombre víctima del error, del pecado (pecado significa fallar en la puntería) no respetó el consejo que recibió en el Edén (paraí-‐ so): «no probarás del fruto del árbol del bien y del mal, de lo contrario s u-‐ 9 frirás un cambio de estado» . 7 J. Bousquet op. cit. 8 J. Bousquet op. cit. 9 El alquimista Patrick Burensteinas, ofrece otra interpretación: «La manzana del Pa-‐ raíso se refiere al tema del Conocimiento. El tema de la manzana no fue así; en Cisjor-‐ dania no había posibilidad de tener manzanas. No era una manzana, era una granada. ¿Por qué? Porque la granada es UNA exteriormente y UNA interiormente con todos sus pequeños compartimentos. Es la burbuja con todo lo que somos en el interior. En realidad estábamos en el paraíso donde todo es maravilloso pero, aunque no lo he-‐ mos perdido de vista, hemos dejado de mirarlo. Se dice que «son expulsados desnu-‐ dos del paraíso». Esto es un error de traducción. En los textos se dice que «los echaron cubiertos de piel». Hemos sido «vestidos de túnicas de ceguera» (esta es la otra tra-‐ ducción del hebreo). Ponerles una túnica de piel, significa darles un cuerpo, enfundar-‐ los en un cuerpo. Ahora que tenemos una piel, estamos obligados a hacer esfuerzos y a aprender paso a paso: este es el árbol del conocimiento. Y es que ahora, debemos tener un motivo para ser feliz; antes éramos felices sin motivo. Hemos dejado de ver para mirarnos sólo a nosotros mismos. Y esto se convirtió en manzana porque en grie-‐ go «todas las frutas» se dice pomon. Llegaron los latinos, que llamaban la manzana, malum. Así es cómo posteriormente se empieza a identificar la manzana con el mal. Pero esta historia no es lo que nos han dicho. Esta manzana también puede ser el fru-‐ to del conocimiento porque lleva dentro una estrella de 5 puntas ... y esto es lo que buscamos: 4 Elementos Naturales, 4 direcciones y el quinto que está por encima de los demás, que es la quintaesencia. El conocimiento es el intento que hace la luz por querer entrar dentro de la materia». (Extracto de conferencias). . 35 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA Pasar de lo magnético a lo eléctrico corresponde a pasar del 1 al 2 y a 10 crear una dualidad , encerrándose en una forma que, no sólo se aísla de los demás, sino que además condiciona a la conciencia limitándola: «Cuando erais 1 habéis engendrado el 2 y ahora ¿qué haréis?» (Evangelio 11 de Tomás).» Albert Einstein ya hablaba de esta ilusión de separación como siendo el origen de los errores que nos mantienen encadenados a un juego mental holográfico. Dirá: «Un ser humano es parte de un todo que llamamos “el Universo”; permanece limitado en el espacio y en el tiempo. Está experimentando su ser, sus pensamientos y sus sensa-‐ ciones como algo separado de todo lo demás, una especie de ilusión óptica de su consciencia. Esta ilusión es, para nosotros, una cárcel que nos limita a nuestros propio deseos personales y a unos afectos reser-‐ vados a nuestros seres más cercanos. Nuestra tarea es la de liberarnos de esta cárcel ampliando nuestro círculo de compasión12 para abarcar a todos los seres vivos y a la naturaleza entera en su e splendor»13. HA NACIDO PUES EL HOLOGRAMA, LA REALIDAD FRACTAL Los campos de forma que nos impulsan, nos dan vida, son como las mu-‐ ñecas rusas hechas del propio campo: de las partículas, de las moléculas, de las células, de los órganos, de los organismos. Estos campos se expre-‐ san por frecuencias siendo la más alta de ellas la que domina sobre las demás y la que impone su información al conjunto (holograma). Los electrones (que son respiración en la luz) nos ponen en contacto con toda las informaciones disponibles, lo cual implica que, si no pensamos por nosotros mismos, es la humanidad —en lo que tiene de menos evolu-‐ 14 cionado— la que pensará por nosotros. 10 «Todo está dividido en pares de opuestos y toda cosa posee su contraparte; todo tiene una orientación virtual doble, que se inclina a lo positivo o a lo negativo. Toda la Naturaleza es dual. En toda la naturaleza se ve la existencia de los pares de opuestos, y todo es cuestión de grado». Gabriel Silva, op. cit. pág. 160. 11 J. Bousquet op. cit. 12 En la Tabla Esmeralda, el Principio del Amor aparece como el primer Principio y fun-‐ damento de todo: «Todos los Universos, ya sean macroscópicos, microscópicos, de vi-‐ braciones infra o ultra en relación al observador, están compuestos de infinitas partes que se relacionan entre si por el conjunto de fuerzas que se denomina AMOR.» Ga-‐ briel Silva, op. cit. pág. 18. 13 Albert Einstein. 14 Jacqueline Bousquet op. cit. . 36 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA EL SECRETO DE LA MANZANA O EL NACIMIENTO DEL TOROIDE La psicogeometría nos aporta igualmente unos interesantes datos: La noción de sujeto que tenemos en Psicogeometría es la noción de un su-‐ jeto como toroide fractal. En esta concepción podemos encontrar cual-‐ quier información en cualquier lugar de los cuerpos de un ser vivo. El to-‐ roide es de vital importancia en la Naturaleza pues en él se resumen las diferentes formas para subir o bajar en la escala de complejidad o de em-‐ 15 bonabilidad. El Kybalión dirá que «la Geometría Sagrada no es otra cosa que la Esencia 16 manifestada numéricamente» . Foto 3: el toroide humano La ciencia dice que el átomo, del que está hecha la materia, está casi vacío pero que el vacío —o lo que aparece como vacío— no es otra cosa que un inmenso campo de anti-‐materia curiosamente bullente de vida. Todo es vibración17. Además, por más que se esté́ buscando el elemento más pequeño de la materia, siempre se acaba detectando algún otro más diminuto.18 ¿Por qué? Porque en mecánica cuántica el 15 Arturo Ponce de León y Ninón Fregoso, El Poder de la Vida en la Geometría Sagrada y la Arquitectura Biológica, Ebook http://www.psicogeometria.com/libros.html. 16 Gabriel Silva, op. cit. pág. 132. 17 Asimismo en el Kybalión leemos: «Todo es vibración, vibración y ritmo. Todo está ́ compuesto de Espíritu vibrando en una determinada frecuencia y con características particulares, pero nada perceptible existe estáticamente. La vibración tiene tres carac-‐ terísticas que son: ORDEN: Que es el tiempo, con relación a un espacio determinado, en que oscila electrónicamente una materia (Ciclos por segundo, longitud de onda, etc.). CALIDAD: Que es la armonía y estabilidad de esa materia según el medio en que se encuentra; y ORIENTACIÓN: la que puede ser descendente o ascendente. Es des-‐ cendente cuando tiende a ser más lenta, produciendo densificación, y ascendente cuando tiende a ser más rápida, produciendo sutilización.» Gabriel Silva, op. cit. pág. 170-‐171. 18 En el acelerador de partículas del CERN -‐cerca de Ginebra-‐, el Laboratorio Europeo de Física de Partículas, estaba buscando el bosón de Higgs, la partícula más diminuta . 37 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA observador influye en lo observado19 mediante la onda psi a la que nos hemos referido anteriormente. ́ A partir de ahí han ido apareciendo varias teorías como la teoría de 20 las cuerdas que demuestra la existencia de universos paralelos, la teoría de las supercuerdas que sugiere que la entidad espacio-‐ temporal no sería más que «una membrana flotante» a través del mul-‐ tiverso... Desde el punto de vista de la Alquimia, el científico y alquimista Pa-‐ trick Burensteinas explica la aventura creadora del siguiente modo: Todo es uno, un océano de luz, ninguna singularidad en su interior y, por alguna razón que ignoramos, nace una vibración. Esta vibración se enros-‐ ca sobre sí misma, forma una burbuja. Desde el punto de vista de la física podríamos llamar esto unas supercuerdas que son una vibración que se enrosca y que empieza a generar las primeras formas. Y el acto creador es el de crear un obstáculo que proyectó una sombra, así que el acto de des-‐creación es el de hacer agujeros en ese obstáculo para que desaparezca la sombra. La transmutación es trabajar sobre el obstáculo, la transformación es tra-‐ bajar sobre la sombra. Satán significa el obstáculo, se le reprocha de haberse desviado de la mi-‐ rada del eterno. En el instante en que se giró, proyectó una sombra y, esa sombra proyectada, es Lucifer; Lucifer es la materia. La búsqueda del alquimista es la búsqueda del revés. Nuestro universo es una burbuja y la luz está al exterior de la burbuja. Dentro de la burbuja es-‐ tá la sombra. La meta del alquimista es la de hacer agujeros en la piel de la burbuja para que la luz que está fuera entre en la burbuja. Cuando la burbuja se llene de luz desaparecerá porque la burbuja sólo existe porque hay sombra del universo, especie de ladrillo primordial de constitución de la materia, que según el modelo estándar de la física es la responsable de dar masa a todo lo conocido. Hace más de dos años que anunciaron haberlo encontrado pero las pruebas parecen dema-‐ siado frágiles y además, se sospecha de que puedan existir otros. «Pero ¿hemos en-‐ contrado el Bosón correcto o se trata de uno de los otros 5 vaticinados por otras teo-‐ rías, como la teoría de la Supersimetría?», se pregunta Pauline Gagnon, una de las físi-‐ cas que participó en el descubrimiento anunciado el 4 de julio 2012 en el CERN. 19 Este problema de la medición fue formulado por primera vez por Heisenberg y Bohr en 1920. 20 Un equipo de físicos ha proporcionado algunas de las pruebas más claras de que nuestro universo, todo lo que vemos y tocamos, podría ser en realidad un enorme h o-‐ lograma, una mera proyección. Texto completo en: http://actualidad.rt.com/ cien-‐ cias/view/113940-‐hallan-‐evidencias-‐universo-‐gran-‐holograma. . 38 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA dentro. La burbuja desaparece puesto que sólo existía en la apariencia. La materia es sólo una sombra proyectada. Los tres estados de la materia para el alquimista son: la sal (la estructura), el azufre (el movimiento) y el mercurio (el espíritu, el sentido y la natura-‐ 21 leza de la información). Para el alquimista, no hay más. Experimentos, ampliamente conocidos en mecánica cuántica condu-‐ cen a una asombrosa evidencia; en «la experiencia de la doble rendija «los átomos tienen un comportamiento extraño, desconocido, e im-‐ previsible, porque se presentan como partículas y ondas a la misma vez. Aparecen como ondas en forma de pequeñas nubes pero, cuando son observados, aparecen como partículas»22; en la paradoja del gato de Schrödinger se demuestra que todas las posibilidades son posibles hasta que la intención de un observador decide del desenlace de una acción. En otros términos la materia es un colapso del campo psi pro-‐ vocado por la intención del observador. Si no interviniera ningún ob-‐ servador toda partícula seguiría siendo una onda. Luego el pensamien-‐ to es el que crea la materia, y quedaría confirmado que el universo es mental. Los físicos de la Escuela de Copenhague, que son los físicos cuánti-‐ cos, dicen que el poder de la oración se basa en ese fenómeno, es de-‐ cir que cuando pedimos por algo o alguien, hacemos un «colapso del psi»23 y obligamos al universo a que nos otorgue lo que le pedimos. «Creyendo haberlo recibido, lo recibimos». LA PIEZOELECTRICIDAD24, EL TRANSMUTADOR UNIVERSAL, PRINCIPAL CARACTERÍSTICA DE TODO LO VIVO. Puesto que la información es inmaterial, el fotón no es buen candidato para ser el soporte del pensamiento... pero sabemos que existe una partícula enigmática, que no tiene ni carga ni masa por ahora, el neu-‐ trino y que siempre acompaña al fotón. «Un análisis minucioso de la luz, fotón a fotón, permite medir por un lado, la energía del fotón, y 21 Patrick Burensteinas, op. Cit. y extracto de entrevista en televisión. Jim Al-‐Khalili, Profesor de física nuclear de la universidad de Surrey en el Reino Uni-‐ do. Fuente: Serie documental sobre física nuclear en 3 episodios emitida por la cadena de TV francesa, France 5. 23 Dra. Thérèse Brosse; Conciencia-‐energía: estructura del hombre y del universo: sus implicaciones científicas, sociales y espirituales. Ed. Taurus, 1981. 24 La piezoelectricidad es la propiedad que presentan ciertos materiales llamados pie-‐ zoeléctricos. Estos generan una tensión eléctrica cuando son golpeados o deformados. La explicación del funcionamiento de este fenómeno es casi íntegramente de Jacque-‐ line Bousquet. 22 . 39 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA por otro, la presencia de una onda vacía capaz, por otra parte, de pro-‐ ducir efectos materiales»25. Los investigadores destacan que el cerebro es sensible a las ondas del espacio —considerado vacío— pero que, en realidad, no lo es. ¿Cómo consiguen, estas informaciones, estructurar la materia de una manera coherente? «Estas ondas vacías o de espacio son capaces de utilizar la principal característica de todo lo vivo: la Piezoelectricidad... Así es como se constituyen los límites de las formas, es decir las membranas exterio-‐ res constituidas de polaridades + (exteriormente) y – (interiormente). Y puesto que el cerebro es sensible a estas ondas, son las neuronas, las células cerebrales las que transforman las vibraciones en corriente eléctrica por mediación del centríolo que es una especie de central energética que genera la energía cinética de la célula (cf. Pinel). Visto desde esta perspectiva «el cerebro es un transcodificador26 que permite la entrada del pensamiento en la materia». Se han hecho es-‐ tudios que han demostrado que el cerebro se comporta como un filtro que sólo deja pasar la información acorde a los conceptos y creencias del portador. Es una protección del sistema inmunitario mental para evitar la desestructuración del individuo, que funciona igual que el sis-‐ tema inmunitario que rechaza toda información no conforme o conside-‐ rada no apta porque podría poner en peligro a su huésped. Teniendo en cuenta todo lo dicho, «no somos lo que creemos ser. De-‐ bemos dejar de identificarnos con nuestro cuerpo material, el cual es solamente el resultado de la manifestación de un campo más comple-‐ jo que engloba todos nuestros conceptos, todo nuestro psiquismo»27. Y, siendo tan necesaria y fundamental la Piezoelectricidad para todo lo viviente ¿dónde más la encontramos? En el agua. 25 Jacqueline Bousquet op. cit Un transcodificador es capaz de transformar un código por otro. 27 Jacqueline Bousquet. Science dans la Lumière. op. cit. «Nuestro mental es la inteli-‐ gencia del cuerpo, mientras que el amor es la del corazón»; dirá el alquimista Patrick Burensteinas. Nuestro mental no quiere de ninguna de las maneras que sigamos la vía iniciática y que desaparezca el cuerpo. Si quieres seguir esta Vía debe acallar la pe-‐ queña vía, la voz que racionaliza, la que nos mantiene dentro de «la realidad». Ella es nuestro propio demonio."La mente no es creativa, es reactiva. Es una acumulación de programas que vamos repitiendo». Patrick Burensteinas, ha escrito numerosas obras: Chartres -‐ la catedral alquímica y masónica. Ed. Trajectoire; De la matière à la Lumière, Ed. Mercure Dauphinois, 2004; Viaje alquímica desde Bruxelas hasta Santiago de Compostela en 7 películas, etc. Ha participado en numerosas Conferencias, programas de radio, televisión... Más detalles en http://www.orifaber.fr. 26 . 40 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA EL AGUA, INTERFAZ DE LA INFORMACIÓN La vida ha nacido en el agua. Se mantiene gracias al agua. Sin agua no hay vida. Un ADN deshidratado ha perdido sus funciones y la deshidratación puede ser mortal. El agua es una antena que hace de enlace entre las informaciones proce-‐ dentes de los soportes inmateriales, como las ondas electromagnéticas, y las que proceden de los soportes vibratorios materiales, como los coloides 28 y las macromoléculas (ADN, proteínas). Toda información pasa pues por el agua: Este campo de la biología de las energías ultra-‐finas ha sido especialmente estudiado por los ru-‐ sos y los alemanes. Sus estudios muestran que «los organismos vivos funcionan con luz (ondas electromagnéticas) y que el paso obligado de esta información es el agua», hasta tal punto que califican el agua de resonador universal. Otros investigadores demuestran que el agua «resuena» con todo tipo de vibraciones: Alexander Lauterwasser estudia el efecto de la vi-‐ bración del sonido del agua y cómo se crea la forma a partir de la «música»29; El Doctor Masaru Emoto, demuestra cómo los pensamien-‐ tos, las palabras, la música y las fotografías afectan la forma y la belle-‐ za de los cristales del agua30. Sabemos que, en todo lo viviente, el agua desempeña un papel funda-‐ mental, como matriz y como memoria. El agua es sensible al medioam-‐ biente electromagnético, siendo capaz de codificar una información en los diferentes estados en los que es capaz de manifestarse (cf. el espectro de Raman-‐laser del agua nunca permanece igual). Estos cambios de forma molecular del agua corresponden obligatoriamen-‐ te a unas informaciones nuevas, unos saberes-‐memoria vehiculados por el agua porque a cada nueva incorporación de información se sigue obliga-‐ 31 toriamente un cambio de forma. Desde el hermetismo se nos ofrecen más datos: «Las moléculas de agua no sólo cumplen funciones mecánicas a nivel orgánico, como di-‐ solvente universal, medio biológico de flujo, bio-‐hidráulico fundamental, etc., sino que además es la molécula encargada de producir «biones» o bolsones de neutrinos. Los neutrinos producen completitud cuántica en los átomos, con infinidad de resultados de ajustes en la organización molecular, pero además forman «protobios básicos» —prácticamente, 28 Jacqueline Bousquet. Op. cit. 29 http://www.wasserklangbilder.de/. 30 Masaru Emoto, Mensajes del agua: la belleza oculta del agua, Ed. La liebre, de marzo, 2012. 31 Jacqueline Bousquet op. cit. . 41 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA enzimas compuestas de partículas cuánticas— que darán lugar, merced a sus «pequeñas» fuerzas de gravedad universal, a la aglomeración mo-‐ lecular necesaria para formar con los átomos del entorno (Hidrógeno, Carbono, Nitrógeno y Oxígeno), protobios propiamente dichos. Estos protobios —ya de nivel atómico y por lo tanto molecular— son los que forman organismos cada vez más complejos hasta llegar a formar bacte-‐ rias... La verdadera molécula de agua está formada por cinco monómeros de H2O, formando una pirámide32 de 51º 51’ 14», o sea la misma proporción que la Gran Pirámide de Gizeh. Es decir que su fórmula real no es la de un único monómero, sino que es (5 [H2O])».33 Estamos tramados en un substrato, llamado Campo Unitario, de ondas electromagnéticas, constituido por la superposición de un campo magné-‐ tico y de un campo eléctrico asociados. Y la onda llamada psi, que siem-‐ pre viene acompañando a la partícula visible, es la base del holograma y el soporte que permite la comunicación informacional. Una comunicación que, según la teoría de bootstrap de Geoffrey Chew34, estipula que todas las partículas están estrechamente enlazadas en «lazo de bota», o en «cinta de moebus». Ha nacido la teoría de las supercuerdas. NUESTRO CEREBRO FUNCIONARÍA COMO UN HOLOGRAMA35 Nuestro cerebro es un holograma que analiza el holograma del universo. 36 DAVID BÖHM ¿Qué es el cerebro? El cerebro es sólo una interfaz entre los campos informacionales inmateriales y el cuerpo físico, es decir que el cerebro se comporta como un cristal líquido que va a transformar las ondas en 32 Gabriel Silva, op. Cit. "Todas las formas son importantes en el Universo y por eso existen, pero la Pirámide es la forma perfecta y absoluta, incluso sobre la esfera y a pesar de su importancia en la dinámica espacial. La esfera representa la quietud, la espera, lo neutro y estable, preparando lugar a la Vida, pero la Pirámide representa la actividad universal, la Vida misma, la Evolución y la Creación". pág. 58. 33 Gabriel Silva, op. cit. pág. 53-‐54. 34 Geoffrey Chew, Físico teórico estadounidense. 35 Otro estudioso de este tema, Michael Talbot desarrolla ampliamente este mismo tema en su libro The Holographic Universe: The Revolutionary Theory of Reality, Ed. Broché, 2011. Asimismo, Mehdi bel Maati, en su libro: El Hombre es un holograma y el hombre no lo sabe, googleBook, 2004 [Categoría Sufismo y física de hoy], dirá «pode-‐ mos decir que el universo holo-‐entrópico remite a la idea de una instancia transcen-‐ dente, que podemos llamar Dios u otra cosa, que es un holograma. Dios es un holo-‐ grama, una especie de hyper-‐computadora que supera cualquier tipo de ordenador que el hombre pueda concebir». 36 K. Wilber, D. Bohm, K. Pribram, S. Keen, M. Ferguson, F. Capra, R. Weber, El para-‐ digma holográfico. Una exploración en las fronteras de la ciencia. Ed. Kairos 1987. . 42 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA corriente eléctrica, y la electricidad es la energía de la forma. Esto sig-‐ nifica que el cerebro sería el instrumento creador. Pero intentemos adentrarnos más en esta compleja y sofisticada máquina. Nuestro cerebro funcionaría exactamente de la misma manera que un holograma, es decir que la información que le llega, bajo forma de ondas previamente seleccionadas en función de los diferentes recep-‐ tores (nuestros sentidos), y que son «despachadas», a los centros cua-‐ lificados para su decodificación, o «transferidas» de célula en célula a todo el cerebro. Así que resulta imposible localizar un centro de la memoria. Pero si nuestro cerebro es el encargado de seleccionar y derivar la información a los respectivos centros encargados de conducirla a ma-‐ nifestación, ¿cómo lo hace y con qué criterios? Lo hace mediante el pensamiento que siempre precede a la intención. EL PENSAMIENTO CREADOR O EL PODER DE LA INTENCIÓN Aprender, es transformarse. H. FERGUSSON «Nuestros cerebros construyen matemáticamente la realidad concreta al interpretar «frecuencias» de otra dimensión, una esfera de realidad primaria significativa, pautada, que trasciende el espacio y el tiem-‐ po»37. Seleccionan esta información a partir de las creencias del suje-‐ to, o a partir de aquellas que el sujeto acepta por válidas. De ahí el inmenso poder de «la educación, que plantará las semi-‐ llas». Nuestras creencias e intenciones configuran nuestras vidas, es con-‐ secuencia de la Ley del Mentalismo: «El Mentalismo de cada uno fun-‐ ciona determinando nuestras propias vidas mucho más que todas las influencias externas, de modo que si vamos armonizándonos emocio-‐ nalmente con la Naturaleza Divina, las mismas fuerzas universales que antes nos obstaculizaban y confundían, serán nuestras invencibles aliadas; y será cada vez más fácil entenderlas y aplicarlas.38». Los científicos, lo expresan casi con idénticas palabras. Existe una Ley inexorable, «una matemática de la consciencia: la Ley de Causa y Efecto» «Siempre que emitimos un sentimiento, un pensamiento, una palabra o un acto, estamos generando causas, las que inexorablemen-‐ 37 K. Wilber, D. Bohm... op. cit. 38 Gabriel Silva, op. cit. pág. 179. . 43 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA te producirán sus efectos, y los primeros efectos se producirán en no-‐ sotros mismos como productores de esas causas. En la economía o «matemática de la conciencia», el efecto siempre es doble: a) Efecto sobre los cuerpos de manifestación, (humanos, vegetales, el mundo todo) por variación vibratoria. Incluso el propio cuerpo es el primero en resultar afectado análogamente por los sentimientos y pensamientos que producimos. b) Efecto «boomerang», por reacción de otras Consciencias, que responden armónicamente a nuestras actitudes armónicas (generosas, amistosas, comprensivas, etc.), y de manera desarmónica a nuestras actitudes desarmónicas (dañinas, maledicentes, etc.). Si estudiamos bien una sucesión de causas y efectos, veremos que si el causante emite un acto bueno (de orientación evolutiva), generará una serie al-‐ ternada de causa-‐efecto, que concluirá luego de un ciclo de longitud variable, en un efecto sobre sí mismo, del mismo signo. Es decir que al final del círculo o ciclo de causas y efectos, si actúa bien, recibe bien; si actúa mal, recibe indefectiblemente mal. Y mientras más tiempo pase hasta recibir el efecto, más mal o más bendiciones recibirá, pues hay una inercia acumulativa en los mentalismos39. «No juzguéis», decía Jacqueline Bousquet en una entrevista. «Es algo de vital importancia» Por ejemplo, «si decimos: son unos imbéciles», nos lo decimos a nosotros mismos. Los hemos excretados [esos imbé-‐ ciles] fuera de nosotros, porque eso es algo que precisamente no nos gusta de nosotros mismos.» (Este es el poder de lo que llamamos el «pensamiento creador» o el «poder de la intención».) Todo lo que no nos gusta de los demás proviene en realidad de nosotros mismos; nuestro mundo sólo es el producto, el reflejo de nuestras tendencias (generalmente subconscientes y no acepadas). De ahí, la importancia del perdón. «El perdón, ¡su importancia es matemática! También lo es la fe o el agradecimiento. Son una virtud evolutiva. Y lo que se suele llamar pecado (que significa no dar en el blanco) sólo es un error co-‐ metido contra uno mismo; así que soy el primero a quién debo perdo-‐ nar. No olvidemos que «esculpimos nuestra propia vida con cada pen-‐ samiento. Y si el pensamiento es el cincel, el sentimiento que lo acom-‐ paña, es el martillo.»40 39 Gabriel Silva, op. cit. pág. 49. 40 Jacqueline Bousquet. Extractos de conferencias. op. cit. . 44 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA PERO, ¿PODEMOS CONFIAR EN LO MENTAL41, EN NUESTRO CEREBRO? Porque entonces tendríamos que preguntarnos ¿en qué cerebro? Puesto que los científicos han descubierto que tenemos tres cerebros; lo cual estaría en consonancia con la constitución tripartita, que re-‐ suelve la dualidad. Platón, en el Fedro o del alma, ya proponía una división tripartita del alma, a través del mito donde compara el alma con un carro alado compuesto por el auriga (situada en la cabeza) y dos caballos, uno blanco (situada en el pecho) y uno negro e indócil (situada en el bajo vientre). ¿Qué dice la ciencia? Los neurocientíficos afirman que el corazón también tiene cerebro. Nos dice así Doc Childre: «El corazón tiene su propio cerebro que es inteligente, intuitivo, consciente. Con sus más de 40.000 neuronas, es un oscilador de cristal líquido... Su campo electromagnético es el más fuerte de nuestro organismo (el corazón crea un campo electromag-‐ nético de 0.0005 mG (milli Gauss), y el cerebro sólo uno de 10-‐6 mG) y existe un sistema de comunicación constante y de doble dirección en-‐ tre el cerebro y el corazón. Observaciones en laboratorio demuestran que, si estamos centrados en nuestro corazón, entonces nuestras emociones son coherentes».42 En la misma línea, Annie Marquier, matemática e investigadora de la conciencia ofrece más datos: Se ha descubierto que el corazón contiene un sistema nervioso indepen-‐ diente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas y una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo. Gracias a esos circuitos tan elaborados, parece que el corazón puede tomar deci-‐ siones y pasar a la acción independientemente del cerebro, y que puede 41 El Mentalismo es el séptimo Principio Hermético: «Todo lo que existe es mental an-‐ tes de ser manifestado. Todo es primeramente, una idea. La Creación Universal es un eterno pensamiento en la mente del Absoluto (pero no una "ilusión") Es el Pensa-‐ miento Perfecto. Todo lo que existe en dicha Creación por voluntad de una Individua-‐ lidad (infrahumana, humana o suprahumana), es primero una idea. Cada Individuali-‐ dad es Co-‐Creadora con el Absoluto, participando de Su Mente Universal, según use sus atributos (Amor, Inteligencia y Poder). No es posible que exista algo que no haya sido primeramente imaginado, visualizado por una mente individual, así como no es posible la existencia del Universo sin un Creador Absoluto. La mente es magnética y es el medio por el cual la Consciencia afecta a la materia.». Gabriel Silva, op. cit. pág. 174. 42 Doc Childre, Howard Martin, Donna Beech; L’intelligence intuitive du cœur: La Solu-‐ tion HeartMath. Ed. Ariane. . 45 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA aprender, recordar e incluso percibir. Existen cuatro tipos de conexiones que parten del corazón y se dirigen hacia el cerebro de la cabeza: -‐ La primera mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, es el único órgano del cuerpo con esa propiedad, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias. -‐ La segunda mediante la información bioquímica, mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF, la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efec-‐ tos es inhibir la producción de la hormona del estrés así como producir y liberar oxitocina, la que se conoce como hormona del amor. -‐ La tercera es una comunicación biofísica mediante ondas de presión. Pa-‐ rece ser que a través del ritmo cardiaco y sus variaciones el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo. -‐ La cuarta es la comunicación energética: el campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Y se ha observado que cambia en función del estado emocional. Cuando tenemos miedo, frustración o estrés se 43 vuelve caótico. Se ordena con las emociones positivas. También tiene cerebro el sistema digestivo. Sus más de cien millones de neuronas ubicadas en las paredes del tubo intestinal inciden en nues-‐ tras emociones. Esta red parece no elaborar pensamientos pero influye en el estado de ánimo y en el sueño. También están presentes en este «cerebro» todos los tipos de neurotransmisores que existen en el cere-‐ bro de la cabeza. Y el 95% de la serotonina, unos de los neurotransmiso-‐ res más importantes del cuerpo, se encuentra en el intestino. Sin embargo, este «cerebro» no es capaz de tomar decisiones, fun-‐ ciona a unos niveles subconscientes. Sin embargo, afirma Gershon: «El sistema nervioso entérico le habla al cerebro y este le responde. El in-‐ testino puede afectar el humor, y la estimulación del nervio principal que conecta al cerebro con el intestino (el vago) puede ayudar a aliviar la depresión, y es usado para tratar la epilepsia»44. Ante esta compleja panorámica de lo que representa el ser humano, optamos por volver a la fuente y retomar la constitución mental de todas las cosas. Y, desde esta realidad virtual, porqué no, plantearnos el enigma de la percepción. 43 Annie Marquier: Le Maître dans le Coeur, Ed. Broché, 2007. 44 Michael Gershon, Presidente del Departamento de Anatomía del Colegio de Médi-‐ cos y Cirujanos de la Universidad de Columbia, The Second Brain: The Scientific Basis of Gut Instinct and a Groundbreaking New Understanding of Nervous Disorders of the Stomach and Intestine, Ed Harper Collins, 1998. . 46 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA NUESTRA PERCEPCIÓN DEL MUNDO – VER Y OÍR La percepción «es la capacidad de la Conciencia, de responder a las vi-‐ braciones de los demás Seres y cosas. Una vez que la Individualidad ha tomado al organismo preparado por él mismo en una primera fase pa-‐ ra manifestarse y evolucionar, comienza a manifestar la segunda fase de su inteligencia individual mediante cualquiera de las formas de per-‐ cepción».45 «Tenemos control sólo sobre los pensamientos; no tenemos control sobre la percepción. La percepción no depende de nuestro deseo o decisión, depende en particular de nuestro estado de consciencia46», dirá Ouspenski. Y nuestro estado de consciencia depende, como hemos visto, de nuestros pensamientos, sentimientos y emociones que son la clave de lo que atraemos a nuestra vida y, en definitivas cuentas, de lo que so-‐ mos. Luego, nuestro saber47 o nuestro nivel de conocimiento48 determina-‐ rá la altura y profundidad de nuestras percepciones, es decir de aque-‐ llas vibraciones en consonancia con lo que nuestro cerebro será capaz de absorber «sin atragantarse», por decirlo de alguna manera. Para que funcione, un sistema debe tener una gran cantidad de informa-‐ ción. Por ejemplo, un ordenador será más eficaz si su base de datos (su saber) es abundante. Del mismo modo, el hombre puede, en función de lo que sabe, es decir en función de la calidad y de la cantidad de informa-‐ ción que ha recibido (memoria genética + educación). Si ponemos más conocimiento a disposición de nuestro pensamiento, nuestra acción se convertirá en una acción más «justa». El verdadero saber es el «conoci-‐ miento» (en su sentido genuino, de «nacer con») porque cambiar su saber es cambiar su ser, es decir volver a nacer. Jesús dijo: «SI NO VOLVÉIS a na-‐ 49 cer de nuevo, no ENTRARÉIS EN EL REINO de los cielos . Además, el Co-‐ 45 Gabriel Silva, op. cit. pág. 96-‐97. 46 P. D. Ouspenski, La Consciencia: Una búsqueda de la verdad, Luís Cárcamo Ed., 2006, pág. 129. 47 La palabra «saber» permite, en francés, desencriptar un nuevo significado si usa-‐ mos lo que los alquimistas denominan «la langue des oiseaux». Ça-‐voir (savoir=saber en francés), significa «eso que ves». 48 «En cuanto se crea la materia se inician unos flujos, unas corrientes dentro. Se habla de corrientes de conocimiento (de flujo que nos lleva). Por eso el conocimiento siem-‐ pre ha existido pero sólo que se viste de los saberes en función de la cultura. Como e s un flujo siempre nos lleva al mismo lugar». Patrick Burensteinas, op. cit. 49 Mt. 13. . 47 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA nocimiento es también amor, pero en el sentido bíblico del término, es 50 decir en el sentido de «penetrar, hacer suyo». LA VISIÓN ABRE LOS PODERES DE LA CONSCIENCIA Y DE LA SUBCONSCIENCIA El paraíso está en el ojo del que lo está mirando. PATRICK BURENSTEINAS La palabra «ver» tiene una interesante etimología. Procede del latín videre y esta, de la raíz indoeuropea —weid— que nos dio la palabra griega eidos [= apariencia, imagen]; de ahí las palabras androide, an-‐ tropoide, asteroide... Nuestro idioma rescata en parte este significado genuino otorgándole doble significado a la palabra visión (la relacio-‐ nada con el sentido de la vista y la que consideramos equivocada y fantasmal) A nivel biológico, sabemos que nuestra visión depende del agua: El efecto piezoeléctrico del agua —relacionado con un cambio de forma de una molécula bajo el efecto de la energía luminosa (fotón-‐neutrino)— tiene su aplicación práctica en infinitos campos de la biología. Si conside-‐ ramos el funcionamiento de la visión, la etapa fundamental es la trans-‐ formación del retinalcis en retinaltrans bajo el efecto de la luz. El cambio de forma del retinal modifica la configuración de una proteína, la Opsina. Como consecuencia se desencadenan toda una serie de reac-‐ ciones psico-‐químicas que transforman el impacto de un fotón contra la retina en una señal que se transmite por vía nerviosa hasta las áreas de la visión en el cerebro, creando una imagen.51 Algunas Escuelas enseñan que «la vista es la que abre los poderes de la consciencia y de la subconsciencia». Y la vista, representada por el Emperador, clave 4 del Tarot52, simboliza la razón. Esto concuerda con una frase de Sabiduría Antigua que dice: «la razón es el ojo de la men-‐ te»53. Y este poder, operando a través de cada uno de nosotros, es el conductor y el armador de nuestro mundo personal y de sus condicio-‐ nes. 50 Jacqueline Bousquet op. cit. 51 Jacqueline Bousquet, Science dans la lumière. L'eau, un intermédiaire de l'informa-‐ tion, op. cit. 52 «El Tarot es considerado como «una computadora gráfica» conteniendo cada carta, una Ley Hermética o un Principio» según Gabriel Silva, op. cit. 53 Giambattista Vico, La antiquísima Sabiduría de los italianos, Ed. Antropos, 2002, pág. 222. . 48 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA No olvidemos que «todas las cosas son manifestación de la acción y de la reacción entre la corriente solar eléctrica y la lunar, magnética. La personalidad es un centro a través del cual se expresa el Espíritu54 o el Yo real del hombre. La autoconsciencia es el transformador y todo lo que nos rodea es la manifestación de distintas fuerzas».55 Annick de Souzenelle56, analiza el fenómeno de la visión apoyándose en la Tradición y en los resultados de la ciencia: La letra Ayin en hebreo, significa El ojo (su misma forma es un ideograma de los dos ojos) y su valor numérico es 70. Es el mismo número que el de la palabra Sod, el Secreto. Ayin significa también la fuente. ¿Por qué? Esta identificación del «ojo» con «la fuente» significa que sólo tendremos la visión total de lo real, de la realidad, cuando hayamos alcanzado la fuente de nosotros mismos donde yace la letra Yod... porque en el corazón de la palabra Ayin hay también una Yod. Así que tenemos que ir hasta la fuente de nosotros mismos para conseguir la información total, la visión total. Veamos en las Escrituras: Jacob se casa dos veces, la primera vez con Lea y sólo se casará con Raquel, la «bien amada» después. Por qué? Porque nuestro femenino interior, la primera capa del femenino interior nunca es gratificante; ahí están todas nuestras pequeñas miserias de cada día, nuestras mentiras, nuestras incapacidades para alcanzar lo divino en nosotros. Y esto hay que limpiarlo. Hay que limpiar las cuadras de Augías. Por eso el nombre de Lea es «la que siempre está cansada»; además tiene los ojos enfermos, lo cual significa que la visión que tiene el hombre antes de esta limpieza no es una visión total, sólo tiene una visión estrecha. Conseguirá la visión total sólo cuando se case con Raquel, la «toda belleza» y cuando vaya hasta las profundidades de sí mismo, es decir a la fuente de sí mismo. Así que sólo tendremos la visión global cuando hayamos llegado a la fuente de noso-‐ tros mismos y cuando hayamos realizado la totalidad de la boda. No es una coincidencia que nuestras capas ópticas, en la parte de atrás del crá-‐ neo, aún son llamadas «las capas nupciales». 54 Los antiguos alquimistas, así como algunos científicos modernos, lo llaman Eter. El Kybalión lo define de la manera siguiente: «El Espíritu como Principio Metafísico, es el “Material no material” Primigenio del Cosmos, la “Substancia” original, primordial, de la cual están hechas todas las cosas, porque es Dios hecho Substancia. El Espíritu es pasivo, no tiene vibración, y toda vibración en Él, produce energía, materia y manifes-‐ tación», Gabriel Silva, op. cit. pág. 122. 55 Jacqueline Bousquet, Conferencias. op. cit. y Annick de Souzenelle, Conferencias. 56 Annick de Souzenelle estudió matemáticas y teología. Gran conocedora de la psico-‐ logía de Carl Jung y de la Qabalah, ha escrito numerosas obras de espiritualidad. Ejer-‐ ció también como enfermera anestesista. Su libro, El simbolismo del cuerpo humano: del Árbol de la Vida al esquema corporal, se ha convertido en un manual de referencia para todo buscador. . 49 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA La visión que tenemos hoy de las cosas es sólo una visión del cascaron de las cosas, de la envoltura y no del corazón de las cosas. Esto corresponde con la glándula pineal, el epífisis, que es como un tercer ojo, y cosa muy muy curiosa, tiene un ritmo solar, lo contrario de la hipófisis que tiene un ritmo lunar. Al tener un ritmo solar, es rica en melanina negra lo mismo que el fondo del ojo. Es la que desempeña un papel muy importante en los trances, aunque sólo sea el trance del sueño, en el que ahí, se empie-‐ zan a ver otras cosas. Por eso el Señor nos habla mucho a través de los sueños. Ayin es la letra de las profundidades, de las grandes profundida-‐ 57 des de uno mismo, de lo divino en nosotros. De hecho, el ciego, el que no ve, Iver en hebreo, es la misma palabra que «túnica de piel», es decir la capa externa de la persona en su as-‐ pecto material: el cuerpo. LA AUDICIÓN ES EL MEDIO POR EL CUAL SE EXPRESA LA CONSCIENCIA La función de la audición está representada por el Hierofante, la clave 5, del Tarot. Se dice que la «capa superior» de la subconsciencia es un registro de la experiencia personal, que los extractos más profundos de la subconsciencia registran la experiencia de la raza y corresponde a lo que Karl Jung llama «el inconsciente colectivo». La audición es el eslabón entre una mente y otra mente y son las palabras las que esta-‐ blecen esta unión. Lo más importante no es la materia sino el plano que lleva dentro. Porque ese plano es vibración, tal vez música, tal vez letras, verbos, palabras... Por consiguiente poseer el verbo creador es tener la vibra-‐ ción que permite construir la forma. El poder del sonido es extraordinario en las lenguas sagradas porque los alfabetos sagrados están más cerca de esta vibración inicial cortada en 22 trozos, y gracias a esta vibración somos capaces de crear. Por esos son sa-‐ 58 grados [sacré -‐ ça créé = sagrado, «eso crea», en francés ]. Al principio de la creación, los dioses crearon las letras: «Bereshit bará Elohim et hasha-‐ máyim ve'et ha'árets» (al principio los dioses crearon desde el Aleph hasta el Tav; es decir todas las letras hebreas). La creación es como un grito en 59 el silencio. 57 Annick de Souzenelle, Le symbolisme du corps humain, Ed. Albin Michel, 2000. 58 En la «Langue des Oiseaux» utilizada en alquimia. 59 Patrick Burensteinas, op. cit. . 50 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA Las palabras son sonido, surgido del Ruah60 inicial. Y esta vibración sonora es la que vincula todos los aspectos de la energía única y es la sustancia elemental de la que emergen esos mismos aspectos. El soni-‐ do es entonces el medio por el cual se expresa la consciencia. Los fun-‐ damentos Qabalísticos son los siguientes: La palabra RUAJ, se escribe en hebreo con tres letras —Resh, Vav, Jeth—, y significan lo siguiente: -‐ Resh: se refiere al sol, la cabeza, el cerebro, la parte que transforma la energía radiante solar en diferentes estados mentales. Esta es una fuerza que nos llega del sol. -‐ Vav: el verbo, Logos, Constructor del Universo. -‐ Jeth: la valla, el campo, una selección de un área para su cultivo. Luego, el Espíritu, Consciencia pura, es el que integra y desintegra las for-‐ mas por medio de la vibración sonora (Vav). Logra esta integración y de-‐ sintegración por medio de las palabras, en todo el ámbito de la manifesta-‐ ción de las apariencias. ¿Qué podríamos decir de las orejas, el instrumento tan extraordina-‐ rio que nos permite captar esos sonidos o, por lo menos su eco? Emparentadas con los pies y los riñones, las orejas tiene forma de germen, y expresan idéntica simbología. Si los pies «escuchan» la tie-‐ rra para destilar los distintos niveles de información procedente de la tierra y elegir las mejores que les permitirán posarse sobre una base sólida y verdadera, si los riñones filtran el agua y la sangre-‐fuego para repartir la energía desde abajo hacia arriba, igualmente la oreja filtran el aire, símbolo del soplo divino. Las orejas, que recapitulan pies y riñones a nivel del campo cinabrio cra-‐ neal, están aquí para asegurar la verticalización del Hombre, para llevarlo desde la multiplicidad a su unidad ligada a la función del verbo. Porque el Hombre sólo habla en la medida en que oye. Sólo crece dentro de los lími-‐ tes de los registros que es capaz de oír. Su palabra es expresión de su evo-‐ 61 lución y la una verifica la otra. Siendo ambas, función de su escucha. El doctor Tomatis, invirtiendo los conceptos clásicos de la ontogéne-‐ sis, que coloca en primer lugar la aparición del sistema nervioso para después atribuirle las funciones sensoriales, hace la siguiente afirma-‐ ción: «Todo ocurre en la Noche uterina como si algo le diera prepon-‐ derancia a la función de la escucha, pues el sistema nervioso sólo apa-‐ rece después. (…) El sistema nervioso depende de las orejas, de la es-‐ 60 Ruah: Espíritu, Aliento creador inicial, Aliento vital. 61 Annick de Souzenelle, op. cit. . 51 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA cucha, y el objetivo es el de poder introducir la función de la palabra.62 Y es alrededor del laberinto, órgano central, energético y primordial, que todo se organiza». Sabemos por otra parte, que de «los huevos de pájaros cantores empollados por pájaros no cantores, salen pájaros no cantores»63. El sonido es fundamental desde el primer momento de la concepción. Si la Consciencia es Una, si aparece constantemente como Fuente, referente y objetivo a reintegrar por derecho de nacimiento, y puesto que todo es vibración a diferentes frecuencias, nos podemos pregun-‐ tar si existen o si es posible acceder a niveles no-‐ordinarios de cons-‐ ciencia. LOS NIVELES NO-ORDINARIOS DE CONSCIENCIA Necesitamos limpiar las puertas de la percepción. WILLIAM BLAKE Lo que nos distingue de los animales, es precisamente nuestra mente: «Cuando el individuo eleva sus pensamientos a planos superiores, al-‐ canza, finalmente, esa esfera de realización que lo liberta de la esclavi-‐ tud de la percepción sensoria. Para el filósofo, pensar es vivir. Las perspectivas que se abren con la educación de la mente, permiten al pensador morar en un universo de ilimitada vastedad. Aunque funda-‐ mentalmente animal, el hombre está separado del reino animal por sus facultades mentales conscientes. Si es incapaz de usar su mente, técnicamente sigue siendo parte del reino animal.»64 La Psicología Transpersonal, rama de la psicología que integra los as-‐ pectos espirituales y trascendentes de la experiencia humana, centra precisamente su investigación en los Estados No Ordinarios de Con-‐ ciencia (ENOC). Uno de sus fundadores, el Dr Stanislav Grof 65, psiquiatra checoslova-‐ co, afirma que se puede acceder a estos ENOC mediante la hipnosis, la meditación, etc. A través de sus experiencias, el Dr Grof propuso un nuevo mapa del inconsciente 66. Los psicólogos transpersonales van 62 A. Tomatis, La Nuit utérine, Ed. Stock, 1993. A. Tomatis, op. cit. 64 Manly Hall, The Culture of the Mind, Editor: The Philosophical Research Society. Los Ángeles, California, 1986. 65 Stanislav Grof, Psicología Transpersonal: nacimiento, muerte y transcendencia en psicoterapia, Ed. Kairos, 1998. 66 Stanislav Grof, La mente holotrópica: los niveles de la conciencia humana, Ed. Kai-‐ ros, 1999. 63 . 52 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA más allá de la investigación freudiana buceando en dos grandes cam-‐ pos: el perinatal (que comprende la memoria de la gestación y el pro-‐ ceso del nacimiento), y el transpersonal (experiencias en que la sensa-‐ ción de identidad —el ego o el yo— se extiende «más allá» del indivi-‐ duo, llegando a abarcar aspectos de la humanidad, de la vida, del psi-‐ quismo y del cosmos, anteriormente experimentados como algo ajeno. MÁS ALLÁ DE NUESTROS ÓRGANOS SENSORIALES: ¿LA PERCEPCIÓN EXTRASENSORIAL? «Cada vez que renunciamos a una expresión «congelada» de nosotros mismos (una estructura, una costumbre), recuperamos la energía de su forma y, por consiguiente, subimos de vibración, ampliamos nues-‐ tra consciencia.» 67 La conclusión práctica de todo esto desemboca inevitablemente en un creciente dominio sobre esta energía tanto en el plano interior como en el plano exterior pues bajamos nuestras vi-‐ braciones perdiendo saberes (involución) y subimos nuestras vibracio-‐ nes adquiriendo o recuperando saber (evolución). ¿Hasta dónde po-‐ demos ampliar nuestra consciencia? En teoría la respuesta parece ser sencilla: hasta donde queramos, puesto que somos nosotros los que ponemos las limitaciones. «El nazareno poseía el Conocimiento. Nunca se definía en función de sí mismo como personalidad sino en función de la Consciencia Global a la que denominaba «Padre» y a la cual anteponía: «Quién me ha visto ha visto el Padre» —«No soy yo quién hace las cosas sino el Padre que está en mí, etc.—»68. ¿Podríamos entonces entender que sus acciones se interpretaran como milagros, que pertenecían a otro mundo, es d e-‐ cir, que sus altas vibraciones le daban acceso a «otro nivel de cons-‐ ciencia» regido por otras leyes, donde la materia tal vez no tuviera la misma consistencia, y por eso podía caminar sobre las aguas? La ciencia hoy acepta la posibilidad de este tipo de fenómenos ener-‐ géticos aunque, al parecer, se esté lejos de poder dominarlos. El escritor francés Bernard Enginger, Satprem, interesado por la gno-‐ sis escribe lo siguiente: Nuestra dependencia respecto de los sentidos es solamente un hábito, milenario es verdad, pero no más ineluctable que el sílex tallado por el hombre paleolítico: Para la mente es posible —y lo sería sólo con que pu-‐ 67 Jacqueline Bousquet op. cit. 68 Jacqueline Bousquet op. cit. . 53 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA diéramos persuadirla de que abandone su consentimiento a ser dominada por la Materia—, es posible llegar a conocer los objetos de los sentidos sin la ayuda de los órganos sensoriales. Podemos ver, podemos sentir de un continente a otro, como si no existiesen las distancias, porque las distan-‐ cias no son un impedimento sino para el cuerpo y para sus órganos, no 69 para la consciencia, si esta ya ha aprendido a expandirse. En relación a este tema, existen noticias y testimonios acerca de «experiencias extrañas», que escapan a las leyes comúnmente admiti-‐ das. Hacer una valoración de las mismas es tarea imposible. Haremos mención de algunas de ellas con la intención de aportar un material para la reflexión personal de cada uno: * Sobre teletransportación: El «Experimento Filadelfia» es el nombre que recibió un supuesto experimento ultrasecreto llevado a cabo por la marina de los Estados Unidos en 1943, en el transcurso del cual un barco se volvió invisible y fue teletransportado de un muelle a otro. * Sobre viajes al pasado: El Cronovisor (o la máquina para viajar hacia el Pasado) del Vaticano: El 3 de mayo de 1972 aparecía en algunos periódicos españoles una sorprendente noticia aparecida el día anterior en el semanario italiano Domenica del Corriere. La noticia decía que un grupo de 12 científicos, cuyas identidades siempre se han mantenido en secreto, encabezados por el padre Pellegrino Alfredo Maria Ernetti, un monje benedictino, habían inventado una máquina capaz de ver el Pasado. * Sobre telepatía: La telepatía sería un posible fenómeno de coherencia cuántica: http://www.tendencias21.net/La-‐telepatia-‐posible-‐fenomeno-‐de-‐ coherencia-‐cuantica_a1057.html * Sobre la Energía del Punto Cero: ¿Descubrió Nicolás Tesla la Energía del Punto Cero, una energía li-‐ bre, limpia y gratuita? * Sobre los elementales de la naturaleza 69 Satprem, Sri Aurobindo o La Aventura de la Consciencia, Ed. Instituto de Investiga-‐ ciones Evolut, pág. 19. . 54 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA ¿Existen otras corrientes de vida paralelas a la humana aunque no se vean? * Sobre mundos paralelos: El hombre que pasó a otra dimensión: Gustav Ferdinand Von Kelps, fue un físico y matemático alemán que disfrutó de una muerte extra-‐ ordinaria. * ¿La personalidad humana se parece a un ordenador? Para entender mejor el funcionamiento de nuestros vehículos, podemos compararnos con esa mala copia de nosotros mismos que nos brinda la tecnología actual, que son los ordenadores. Estos son fabricados con las mismas pautas de relación entre materia física y materia magnética, pues 70 ambas están sujetas a las mismas Leyes Naturales. CUADRO DIDÁCTICO COMPARATIVO71 EN UN SER HUMANO EN UN ORDENADOR Cuerpo Físico Caja, carcasa, hardware, todo lo palpable Cuerpo Vital Sistema electrónico y alimentación eléctrica Cuerpo Físico y Cuerpo Unidad de procesamiento y sus programas Mental Cuerpo Astral y Emo-‐ cional Programas especiales de motivación, imágenes y muchos elementos que no posee una máquina (sentimientos) Alma o Huevo Áurico Programas básicos que ningún ordenador actual posee en tan elevad frecuencia. Pero vale la comparación con los «Zip» o síntesis de información, en su aspecto «memoria», y con un Window o un Apple, cuyos iconos, claves de acceso y de fun-‐ cionamiento, etc. son los «Arquetipos». Cuerpo Krístico El objetivo del usuario de perfeccionar su ordenador. El orde-‐ nador es un entretenimiento psicológico, pero demuestra que el usuario busca trascender, pasar fronteras, llegar a la existencia «más allá». Los juegos, la televisión y toda expec-‐ tación excesiva lo engañan, porque la trascendencia se busca en el Ser, no en el ordenador tecnológico. Divina Presencia y Ego El verdadero usuario y su consciencia. 70 Ramiro de Granada Votivum Hermeticus, La Biblia III -‐ Testamento de Todos los Tiem-‐ pos: psicología Trascendental, génesis y metafísica, Ed. www.lulu.com, 2009, p.193 71 Ramiro de Granada op. Cit. . 55 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA Sin embargo, hablando de CONSCIENCIA, «una computadora, cual-‐ quier máquina o cosa programable puede tener algún atisbo de inteli-‐ gencia pero, el Amor que aparente, será mecánico, programático. Sólo la Consciencia del SER puede dirigir voluntariamente a la Inteligencia. Con el Poder pasa igual, pues una máquina, un robot, puede ser pode-‐ roso, pero sólo el SER dirige voluntariamente el Poder72. EL SILENCIO73 INICIÁTICO PARA PALABRAS DE PODER Todo parece indicar que el silencio Iniciático está ahí para proteger un gran «misterio». Eliphas Levi (Abate Alfonso Luis Constant), en su obra póstuma El Gran Arcano del ocultismo revelado, descorre el velo co-‐ mentando, a la luz de la ciencia y de la razón, algunos de los secretos: Este secreto es el de los misterios. Los antiguos gnósticos, como lo indica su nombre, lo sabían, pero no supieron guardar silencio. Quisieron vulga-‐ rizar la Gnosis; de ahí resultaron doctrinas irrisorias, que la Iglesia con-‐ denó. Pero desgraciadamente, junto con ellos, fue condenada la puerta del santuario oculto y sus llaves lanzadas al abismo. Los Johanitas y los Templarios osaron buscarlas, arriesgándose a la con-‐ denación eterna. [...] La doctrina secreta de Jesús era ésta: Yo, que soy el hijo de Dios, os digo: no busquéis a Dios en el espacio. El es-‐ tá en nuestras conciencias y en nuestros corazones. Mi Padre y Yo somos Uno. Amémonos los unos a los otros, como hermanos. No tengamos más que un corazón y un alma. La ley está hecha para el hombre, y no el hom-‐ bre para la ley. Creed en el bien y el mal nada podrá sobre vosotros. Ninguno de entre vosotros debe juzgarse maestro de los otros, pero todos deben respetar la decisión de la asamblea. Desead la luz, pues ella se hará. Aspirad a la justicia, pues ella vendrá. No pro-‐ curéis la victoria de la espada, pues el asesinato provoca el asesinato. Es por la paciencia y la dulzura que os haréis señores de vosotros mismos y del mundo. Hacer lo que debemos querer, es ejercitar y hacer triunfar, al mismo tiempo, la razón y la voluntad. 72 Gabriel Silva, op. cit. pág. 190. 73 «El que habla no escucha. Antes de llenar la copa debemos vaciarla y para vaciarla, hay que callarse. Si te mueves y hay muchas cosas que se mueven alrededor tuyo, no las puedes atrapar, puesto que tú también te mueves. Si no te mueves, todo lo que aconte-‐ ce, lo puedes atrapar. Para mí, el camino iniciático es una esfera con un único centro. Somos puntos diferentes dentro de esa esfera, y nuestra búsqueda es la búsqueda de su centro. Su punto como-‐un. En ese sentido es fácil, basta con darnos la vuelta y mirar ha-‐ cia dentro de la burbuja en lugar de hacia fuera.» Patrick Burensteinas, op. Cit. . 56 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA [...] EL JUSTO MEDIO Todo poder mágico está en el punto central del equilibrio universal. La sabiduría equilibrante consiste en estos cuatro mandatos: Saber la ver-‐ dad; querer el bien; amar lo bello; hacer lo que es justo. Porque la verdad, el bien, lo bello y lo justo son inseparables, de tal modo, que aquél que sabe la verdad no puede dejar de querer el bien, amarlo porque es bello y hacerlo porque es justo. El punto central en el orden intelectual y moral es el lazo de unión entre la ciencia y la fe. El punto equilibrante de la ciencia y de la fe, es el gran arcano de la filoso-‐ fía. El punto equilibrante entre el orden y la libertad, es el gran arcano de la política. El punto equilibrante del hombre y de la mujer, es el gran ar-‐ cano del amor. El punto equilibrante de la voluntad y de la pasión, de la acción y de la reacción, es el gran arcano del poder». [...] El ejercicio de la inteligencia aplicada a la verdad conduce a la ciencia. El ejercicio de la inteligencia aplicada al bien da el sentimiento de lo bello, que produce la fe. Lo que es falso, deprava la sabiduría; lo que es malo, deprava el querer; lo que es feo, deprava el amor; lo que es injusto, anula y pervierte la acción. Lo que es verdad debe ser bello. Lo que es bello, debe ser verdad, y lo que es bueno es siempre justo. [...] Hay comunión magnética y simpática entre los hijos de la luz, todos se bañan en la misma fuente de vida. La filosofía de la luz, es la filosofía del buen sentido, es la filosofía exacta como los números, rigurosa como las proporciones de la geometría, regulada y ordenada como la naturaleza, evidente como el ser, infalible como las matemáticas eternas. [...] AMOR, he aquí el gran secreto de la Magia, pero hay que saber distinguir entre el amor que inmortaliza y el amor que mata. Saber es ser. Dudar es ignorar. Pues bien, lo que dudamos o ignoramos no existe aún para nosotros. Tales son las consecuencias del dogma filosófico de Hermes. [...] La esfinge representa no sólo al hombre en sus cuatro acepciones, sino que además las cuatro edades del hombre: la infancia, la juventud, la edad ma-‐ dura y la vejez; representa las cuatro fuerzas morales que el hombre puede tener a su disposición y que son sintetizadas en estos cuatro términos: sa-‐ . 57 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA 74 ber, atreverse, querer y callarse ; representa por fin los cuatro puntos car-‐ dinales que rigen al hombre astral, que determinaron la marcha de la estre-‐ lla de los Magos y que se hicieron la llave de todas las tradiciones». Como vemos, estas son unas afirmaciones osadas que, lejos de legi-‐ timar los poderes establecidos, los cuestiona, poniendo en su lugar al Hombre y a la filosofía como piedra angular de todo el «Edificio so-‐ cial»; además ofrece la receta para aquellos que están preparados p a-‐ ra recibirla. Estas son unas afirmaciones tan desconcertantes y re-‐evolucionarias que podían llevar y llevaron a muchos al cadalso. Se imponía pues, el silencio, lo cual las convirtieron en un Secreto. Hoy día no están de moda las hogueras para quemar «brujos y brujas», la libertad de expresión es un Derecho reconocido en «La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano». Pero el Secreto sigue bien guardado y se des-‐vela en su momento: cuando el sujeto está preparado para poder aceptarlo, cuando su razón lo puede aceptar. No dependemos de una censura externa. Hoy día se puede opinar y, con el advenimiento de la sociedad de comunicación que hace de altavoz, nuestras palabras e ideas pueden llegar a cualquier rincón del orbe al instante. La censura mayor es «la censura interna». Esa es la mayor limitación de la cual parecemos depender, visto todo lo expuesto anteriormente. Por eso es necesario saber para comprender y entender para saber para que nuestro actuar sea justo75. ¿ES POSIBLE EL ACTUAR76 «JUSTO» EN NUESTRA SOCIEDAD PANÓPTICA? Hacer lo que debemos querer, es ejercitar y hacer triunfar, al mismo tiempo, la razón y la voluntad. ELIPHAS LEVI No resultará difícil entender ahora que nuestra acción será justa si está informada por el martillo y el cincel, los instrumentos del masón: 74 La palabra «callar» viene del latín chalare (bajar) en sentido de bajar la voz y este del griego khalao = yo suelto, yo hago bajar). Este verbo griego es asociado con la raíz indoeuropea —ghe— (hacer falta, estar vacío, dejar salir, liberar. 75 Pitágoras sostenía que el mejor modo de entrenar la mente era dedicarla, exclusi-‐ vamente, por un definido período de tiempo, a la recepción del conocimiento. Aque-‐ llos que querían ser sus discípulos aceptaban el voto llamado «silencio pitagórico». 76 La palabra «actuar» puede significar «llevar a cabo una acción» o «protagonizar una representación» lo cual, ya es un indicador de por sí. . 58 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA El martillo (la fuerza que movilizamos mediante nuestra voluntad, nuestros sentimientos, nuestras emociones) y el cincel (de nuestra ra-‐ zón, de nuestro pensamiento, de aquellas ideas que hemos hecho nuestras); ambos unidos esculpen el mundo que queremos construir. Y no es casualidad que, en la Lengua de Cervantes, el mismo verbo QUERER exprese a la vez un sentimiento amoroso [introspectivo] y una voluntad de lograr algo [extrospectiva], ambos relacionados con el deseo. Pero nuestro mundo aparece como lleno de trampas, de dualidades y «no es oro todo lo que reluce». Las oportunidades que se nos ofre-‐ cen nos llegan con sus sombras y sus desafíos; la facilidad con la que «corre» la información, puede traer consigo también nuevas esclavi-‐ tudes. ¿Cómo posicionarnos en una sociedad panóptica, en la que la pri-‐ vacidad depende de unas claves de acceso que, «los que saben», tam-‐ bién pueden crackear, en la que casi todo tipo de información está di-‐ gitalizada y «viajando por los aires» hasta llegar al destino oportuno que le hemos asignado? La prudencia, «madre de todas las ciencias», se impone. Pero tan ciego sería el prejuicio por desconocimiento como la adhesión por inercia. Dicen que hay una pequeña voz que nos habla desde el silencio y que es la mejor consejera... ¿Cómo resuena nuestra consciencia? Pero debemos reconocer que el mundo digital, aparte de poder tras-‐ ladar bibliotecas enteras hasta la pantalla de cualquier ordenador per-‐ sonal, también permite poder compartir y poner en común intuiciones particulares o grupales y, desde ahí, ser en potente instrumento que facilite un macro diálogo a nivel planetario. Los think tanks, por ejemplo, [tanques o laboratorios de ideas], apa-‐ recidos a finales del siglo pasado, parecen ser un buen ejemplo de ello. Un think tank puede, por ejemplo, reunir expertos del mundo entero y elaborar estudios y propuestas en el campo de la política pública, de la educación, de la cultura o de la economía... Sumando ideas, poniendo a dialogar especialistas de todo el orbe, ¿no son ya la semilla para po-‐ der hacer de esta «aldea global» un espacio más justo y más solidario. De hecho, las guías telefónicas, han entrado en desuso y están apare-‐ ciendo las guías de los think tanks. También podemos interpretar esta tendencia imparable hacia la globalización como los comienzos del final de una era de polaridades y de separación. El hecho es que la búsqueda de los consensos parece . 59 . EL MAESTRO SECRETO O EL ARTE DE VER, OÍR, CALLAR Y ACTUAR EN LA SOCIEDAD PANÓPTICA estar presidiendo estas tendencias y esto es altamente positivo, pues estamos todos íntimamente tramados dentro y con el planeta tierra, lo sepamos o no, lo queramos o no, es algo matemático y ampliamen-‐ te demostrado. La resonancia shumann de la Tierra y nuestros ritmos cerebrales están unidos. La misma Ionosfera, la capa pensante del Pla-‐ neta, como hemos visto, nos envuelve a todos. Así que tal vez sólo es-‐ temos asistiendo a la visualización de esta realidad o de sus efectos. Y ¿cómo se posiciona el maestro secreto ante este aparente con-‐ flicto: su presencia activa en la sociedad de la comunicación y el se-‐ creto que ha prometido guardar? Al iniciado77 que ha emprendido un camino de vuelta a casa, un ca-‐ mino hacia el interior de sí mismo y que ha descubierto algo, le han crecido unas nuevas alas. Su vida ya no es la misma y eso no puede describirse con palabras, porque tiene que ver con el mundo de las vi-‐ vencias. Sigue utilizando su intelecto pero ahora intenta ponerlo al servicio de esa perla que ha encontrado. Y su mayor alegría es poder compar-‐ tirla con los demás para que crezca, no se pierda e ilumine a algún po-‐ sible otro caminante del sendero. Eso se llama Trasmisión. No puede callar porque en él, todo habla. Y proyectarse en una di-‐ rección acertada se ha convertido en su nuevo destino. Nada le es in-‐ diferente porque sabe que tiene parte en ello; porque de alguna ma-‐ nera él lo ha, cuánticamente, creado. Pero ¿Existe realmente un secreto? No lo creo. Lo que sí existe es una extraordinaria aventura del saber y del vivir, los ingredientes ne-‐ cesarios para hacer de este, nuestro mundo, algo un poco mejor. De todos modos, si secreto hubiera, el mejor lugar para guardarlo se-‐ ría colocarlo a plena luz del día. Todos sabemos que sólo «el que tenga oídos para oír, lo oirá y el que tenga ojos para ver, lo verá». Los demás sólo escucharán ruidos y verán imágenes de su propia fantasía.Å 77 El iniciado es aquél que ha iniciado un camino interior. . 60 . RAZÓN, DEBER, CAMBIO CARMEN SERRANO Razón, deber, cambio: conceptos abstractos de gran densidad y contenido. Pueden ser abordados desde diferentes enfoques y han sido trabajados y meditados por grandes pensadores desde los orígenes de nuestra civilización; están muy presente, implícita o explícitamente en el Ritual del 4º grado del R∴E∴A∴A∴. Os invito a realizar conmigo un breve y sintético recorrido por el devenir de dichos términos a lo largo de la historia, comenzando por la precisión y definición de los conceptos. 1. Razón Dicen que la idea nació en Grecia, ligada a los pensadores que se atre-‐ vieron a prescindir del mito para explicar el mundo. Proviene del latín «ratio», término con el que Cicerón tradujo el griego «logos», y se po-‐ dría definir como la facultad humana por la que se alcanza el conoci-‐ miento (la aprehensión de la realidad) discursivamente, es decir, par-‐ tiendo de premisas para llegar a alguna conclusión o conclusiones que se derivan de aquéllas. . 61 . RAZÓN, DEBER, CAMBIO Concepto estudiado y analizado por pensadores desde tiempos in-‐ memoriales, hubo, sin embargo, tres momentos en la historia de occi-‐ dente que fueron culturalmente dominados por la filosofía de la razón: La antigua Grecia, el Renacimiento, y el siglo XVIII. Entre los presocráticos, el gran Heráclito, considerando el Logos co-‐ mo elemento central en su teoría del Ser, la definía como la Inteligen-‐ cia que dirige, ordena y da armonía al devenir de los cambios que se producen en la continua agitación que es la existencia misma. Se trata de una inteligencia sustancial, presente en todas las cosas. Pero será de la mano de Sócrates como llegaremos a la entronización de la «verdad» en la actividad del pensador, a la universalización de la razón (opuesta a la sensación) plasmada en el famoso «conócete a ti mismo» como el elemento central del ser humano motivado por la búsqueda de la virtud… Si con Platón se entroniza la «idea», la esencia, Aristóte-‐ les dará un giro radical fundando la lógica formal en la que se basan tanto la reflexión analítica como la construcción especulativa e incluso el método empírico. De fuentes aristotélicas se nutrirá el occidente cristiano medieval filtradas por el dogma cristiano y el tomismo omni-‐ presente en las cátedras universitarias, verdaderas islas de cultura y saber del momento… Es el Renacimiento con su descubrimiento de los tesoros filosóficos de la antigüedad clásica, el que va a descubrir también al individuo como sujeto con entidad onto-‐ Será de la mano de Sócrates lógica propia en el mundo y va a como llegaremos a la entronizapermitir el desarrollo y exten-‐ ción de la «verdad» en la activisión de la al principio herética dad del pensador, a la universaidea de libre interpretación de lización de la razón (opuesta a los textos sagrados y luego, la sensación) plasmada en el dando un paso más, el libre famoso «conócete a ti mismo» pensamiento aplicado a todos como el elemento central del los ámbitos del saber humano. ser humano motivado por la Liberados de las cadenas del búsqueda de la virtud… dogma, el «cogito ergo sum» de Descartes se constituye en nue-‐ vo paradigma que, al compás del devenir histórico va a permitir entro-‐ nizar la razón como principio supremo en la búsqueda de la verdad… Son las semillas que luego fructificarían en la Ilustración y en los gran-‐ des filósofos del XVIII… Es curioso que en una época en la que se calcu-‐ la que más del 70% de los europeos eran analfabetos se produjeran monstruos del pensamiento como tantos y tantos filósofos entre los . 62 . RAZÓN, DEBER, CAMBIO que brilla con luz propia I. Kant, el mismo que en su obra Que es la Ilustración? nos decía que «La Ilustración significa el movimiento del hombre al salir de una puerilidad mental de la que él mismo es culpa-‐ ble. Puerilidad es la incapacidad de usar la propia razón sin la guía de otra persona (…) Sapere aude!... Ten valor de servirte de tu propio en-‐ tendimiento! He aquí la divisa de la Ilustración.» Para el gran filósofo prusiano caben dos usos o distinciones de Razón según la finalidad: razón teórica (conocimiento de la realidad), y razón práctica (dirección de la conducta). A partir de ahí, construye un am-‐ plísimo y bien fundamentado edificio en el que caben casi todas las preguntas y que intenta ofrecer casi todas las respuestas… entre ellas, algunas especialmente importantes por sus repercusiones posteriores: ¿Cómo es posible la ciencia? ¿Es posible la metafísica cómo ciencia? Del tratamiento dado a estas preguntas y de las respuestas ofrecidas deriva el giro copernicano que se da a la filosofía occidental a partir de entonces. Él mismo lo dijo. Y lo fue. Fichte, Schelling, Hegel, Schopenauer, entre otros, se nutrieron de Kant ¡y aún hoy nos alimenta! Pero… el sueño de la Ilustración produjo monstruos. No es de extra-‐ ñar que la entronización y dominio casi exclusivo de la razón en el ám-‐ bito del pensamiento, el orden social y la cultura en el occidente de fi-‐ nales del XVIII generara, tal vez por compensar (en el sentido jun-‐ guiano del término) una reacción opuesta, valedora y reivindicadora del sentimiento, la pasión, el sueño, la imaginación, el instinto, la vo-‐ luntad, y surgieron los románticos: Hölderlin, Schiller… ¡y Goethe! Y después Nietzsche, y Rimbaud, y Baudelaire… No es extraño, creo, ese desprecio hacia la razón si asumimos que ob-‐ viar el alma, prescindir de todos aquellos aspectos humanos no someti-‐ dos al logos nos lleva a un mundo frío, mecánico, robótico, desprovisto de vida. Si la lucha contra el dominio del dogma, la irracionalidad, el fa-‐ natismo y la superstición hizo imprescindible reivindicar el librepensa-‐ miento y la razón, erigir esa misma razón en único y último principio que explica y ordena el cosmos es sobrevalorarla, sacarla de su ámbito y contexto. Instituirla como soberana absoluta de la ciencia y la política no significa sino caer en una nueva tiranía, tan peligrosa como la cos-‐ movisión anterior. Pero aquellos rebeldes airados del XIX, en su afán re-‐ volucionario, tiraron el niño, junto con el agua de la bañera. Otra vuelta de tuerca más y quedó el sujeto sólo frente a su propia soledad, en un mundo sin agarraderas ni dioses salvadores, desdibuja-‐ dos ya los límites que la razón imponía, cuestionada la acción humana . 63 . RAZÓN, DEBER, CAMBIO en su objetividad, y hasta el propio proceso del pensamiento y la sub-‐ siguiente búsqueda de la verdad por las pulsiones y demonios del in-‐ consciente, objetadas las bases de la convivencia ciudadana y el orden social por la lucha de clases… Marx, Freud y Sartre, entre otros, acaba-‐ ron con el proceso iconoclasta anunciado por Nietzsche. Por derribar, no quedó títere con cabeza, ni el sujeto pensante, ni el propio ser hu-‐ mano conservó su dimensión ontológica, su peso específico como pro-‐ tagonista del hacer filosófico; a la vez que en el campo de la ciencia se removían los cimientos de la física clásica y de la geometría euclidiana, se desmaterializaba el cosmos y se «volvía» a los presocráticos y las grandes tradiciones gnósticas con principios, -‐expresados con su pro-‐ pia terminología, claro está-‐, como energía, incertidumbre, eternidad… Hasta llegar a hoy, donde grandes exploradores de la conciencia humana, como Carl G. Jung y Ken Wilber, cuál modernos argonautas, nos proponen una salida honrosa del laberinto en el que se ha conver-‐ tido el pensar, el saber: una salida que, integrando los avances en nuestra forma de ver el mundo a lo largo de la historia con el recono-‐ cimiento y la asunción de nuestra sombra, y hundiendo sus raíces en los grandes metafísicos de la antigüedad, nos propone la trascenden-‐ cia desde la racionalidad, la acción desde la responsabilidad y el sen-‐ timiento desde la consciencia. Este viaje rápido y vertiginoso por lo que yo considero algunos de los más significativos hitos del pensamiento occidental sirven para en-‐ marcar o «prologar» mi visión personal… Recapitulando, y prescin-‐ diendo esta vez del enfoque filosófico… RAZÓN… «Facultad del alma», que decían los antiguos, en una calificación no exenta de simbolismo y poesía; sugiere sinónimos, analogías, correspondencias como lógica, control, orden, rectitud, eje vertebrador, límite, análisis, separación, reflexión, juicio… Como todo concepto denso y amplio, se ha emplea-‐ do el término con muchos sentidos y con diversas finalidades: con fre-‐ cuencia cómo sinónimo de inteligencia, comprensión, entendimiento -‐ como método pautado en el proceso del pensar-‐. Pero vayamos un poco más allá. Analicemos qué significado y alcance tiene. Creo que se pueden diferenciar al menos tres tipos de razón, o tres formas de ope-‐ rar de la misma facultad. Una razón práctica, cotidiana, de «andar por casa» si queréis, que ordena y sintetiza el cúmulo de estímulos e improntas sensoriales y que nos permite mantener la vida, cuidar de nuestro cuerpo y nuestra salud, funcionar, operar casi «en automático» en el campo de nuestra cotidiana realidad… Ese tipo de razón, que podríamos denominar . 64 . RAZÓN, DEBER, CAMBIO «sentido común» es la que nos permite responder a los estímulos, de-‐ cidir a pequeña escala, interactuar en nuestro entorno inmediato; existir, en definitiva. Pero aún siendo básica y radical, su alcance es corto, y su enfoque, algo miope. Si escalamos un nivel y buscamos un horizonte más amplio que nos permita abstraer —en el ámbito del pensamiento— y crear, proyectar y planificar en los diversos órdenes de la realidad —campo de la acción humana—, nos encontramos otro tipo de razón, más densa y amplia, con mayor alcance, y muy cercana a los Ese tipo de razón, que procesos intelectivos utilizados en el podríamos denominar método científico como condición sine «sentido común» es la qua non para llegar a conclusiones con-‐ que nos permite restundentes. Este tipo de racionalidad es-‐ ponder a los estímulos, decidir a pequeña escatá muy ligada a la toma de decisiones la, interactuar en nuestendentes a ordenar diversos aspectos tro entorno inmediato; de la vida social, y a proyectar en el fu-‐ existir, en definitiva. turo las consecuencias previsibles de los procesos. Es una razón que prescin-‐ de de grandes verdades reveladas, de mandamientos y dogmas. Esta razón, ampulosamente deificada y entronizada por los ilustrados como único principio que debe regir tanto los procesos de diseño y creación de edificios, como de funcionamiento de instituciones, y el marco de referencia para la comunicación y las relaciones interpersonales… Esta razón hoy tan «pasada de moda», tan denostada y despreciada por al-‐ gunas corrientes new age, tan ausente en los grandes debates políti-‐ cos y en la gestión de los recursos públicos… Esa razón que hay que volver a reivindicar, urgentemente, ahora que asistimos al renacer de corrientes y modas que bajo el paraguas de una supuesta (y a mi jui-‐ cio, falsa) espiritualidad desconfían de la ciencia, de las herramientas y los procesos racionales como fundamento de nuestro obrar. Pero asumamos esa razón en su contexto, con la finalidad que le es propia (permitir el avance de la ciencia, ordenar la convivencia ciuda-‐ dana, entre otras..) e indaguemos sus carencias y limitaciones cuando se pretende extrapolar a otros campos, a otros destinos… y aquí tro-‐ pezamos con el tercer tipo de razón del que quería hablaros,… la Ra-‐ zón nominada por las tradiciones gnósticas inmemoriales como «Inte-‐ ligencia», por las herméticas como «Naturaleza» (ambas, con mayús-‐ culas) y por las religiones como «Sabiduría»… una razón fundante, ra-‐ dical, instantánea, omnicomprensiva, que sopla e inspira dónde y cuándo quiere; que integra, asume y trasciende tanto la razón práctica . 65 . RAZÓN, DEBER, CAMBIO como la razón que vertebra el proceso de actuación sobre el mundo sensorial y social. Una razón cuasimetafísica que, desde las cimas del espíritu, ilumina e inspira el cuerpo (y el alma); una razón que fusiona y sintetiza e integra instinto, lógica, voluntad, intuición, sueño, imagi-‐ nación, deseo, poesía… y locura. Que se puede experimentar, si nos ha tocado esa suerte, como vacuidad total o plenitud absoluta; que su-‐ pera y trasciende la dualidad del mundo manifestado, una razón que conmueve y trastoca todo el ser. Esa razón a la que no queremos re-‐ nunciar y a la que hoy algunos llaman (o llamamos) Consciencia. A destacar, por último, en este punto, que no se nos pide, cuando somos exaltados a Maestros Secretos, un espiritualismo irracional. El propio Ritual nos recuerda que «derrumbar todos los ídolos es una preocupación constante de la Masonería». 2. Deber Podríamos definir el deber como la obligación moral de cumplir las obligaciones. El deber presupone autonomía del individuo, libre elección. A veces, el término se emplea como sinónimo de obediencia. La idea de «deber» ha sido también una constante en la especula-‐ ción filosófica a lo largo de la historia, muy ligada a la construcción teórica de conceptos como «moral», «ética», «justicia» «ley/norma», y más recientemente, «derecho». Si nos remontamos a la antigua Grecia, veremos que para los preso-‐ cráticos, la ética, el deber, podría sintetizarse con la expresión «el Lo-‐ gos en nuestro interior». Si la Razón era el Logos en sí mismo conside-‐ rado, cuando opera en el macrocosmos (la naturaleza) genera orden, harmonía, estructura, manifestado externamente, captado por nues-‐ tros sentidos, como continuo cambio o transformación (nuevamente Heráclito). Esta misma Razón actuando en el microcosmos (el hom-‐ bre), en nuestro interior, genera las moralidad, la ética. Pero en los orígenes de la filosofía griega hay escasa referencias a la moralidad o la ética: Los problemas de la convivencia humana reciben una explica-‐ ción cósmica o naturalista. Ya con Platón, Sócrates y posteriormente con los estoicos encontramos una reflexión específica sobre el Deber y la Ética como objetos de conocimiento y estudio. Tras el período medieval en el que la Ética está indisolublemente li-‐ gada al Dogma, reflejando una realidad social en la que en vez de de-‐ beres existían «mandamientos» por lo que no aparece, de forma des-‐ . 66 . RAZÓN, DEBER, CAMBIO tacada, ninguna elaboración teórica de relevancia, llegamos nueva-‐ mente al genio de Kant como iniciador del estudio de la Ética, objetiva y específicamente considerada. Su enorme mérito consistió en mate-‐ rializar la secularización moral, liberándola del corsé en el que la reli-‐ gión la había constreñido durante siglos. Si en el genial pensador el uso puro de la razón conduce a la metafísica, y la metafísica no es po-‐ sible como ciencia, el uso práctico si es posible, y se constituye en fun-‐ damento y raíz de la Moralidad. Esta moralidad kantiana, concebida como la ley que la voluntad se da a si misma de manera autónoma, se caracteriza, sintéticamente, por ser universal, apriorística, categórica y autónoma. Se profundiza así en el camino iniciado por los estoicos, di-‐ rigiendo la atención no hacia los objetos de la voluntad, sino hacia la voluntad misma; aquello por lo cual una acción se convierte en moral o inmoral no está en la acción, sino en la intención, en el motivo por el que se lleva a cabo. Sólo la autonomía, la capacidad de autodetermi-‐ nación representa una razón «moral» para el sometimiento al deber. Las propuestas kantianas inspiran y fundamentan toda la evolución posterior del pensamiento, abren una nueva perspectiva en el desa-‐ rrollo filosófico del término y han llegado, de una forma más o menos exacta, a ser conocidas por el común de la ciudadanía medianamente culta. Conviene, según algunos autores, revisar la arquitectura de la ética kantiana en sus materiales. Uno de los aspectos más criticados de la misma es la estrecha y asfixiante vinculación que fija entre la vo-‐ luntad y el deber. Pero, a pesar de las aportaciones kantianas, el despojamiento total y radical del lastre religioso que seguía marcando la evolución del «de-‐ ber moral» como soporte supremo de la Ética no tuvo lugar hasta los siglos XIX y XX, con el advenimiento de las éticas individualistas y vo-‐ luntaristas. Otra vez nos encontramos con Schopenhauer, Nietzsche, John Stuart Mill, Rousseau y Sartre. Ellos fueron, entre otros, los pio-‐ neros en el intento de despenalizar y desculpabilizar la voluntad. Para mí, el deber es siempre deber —obligación— de alguien y de-‐ ber de algo, deber que tiene alguien y deber de hacer algo. Se experi-‐ menta en primera persona y vincula a algo objetivo. Se podría caracte-‐ rizar como el hecho de aceptar con plena responsabilidad las propias decisiones y acciones, y sus consecuencias. Creo que la obligación de mantener y realizar nuestras propias promesas es uno de los elemen-‐ tos más importantes en las relaciones humanas justas, elemento que nos facilita una confianza mutua y hace posible la convivencia y la cooperación. . 67 . RAZÓN, DEBER, CAMBIO En cuanto a la tendencia contemporánea tendente a la relativización de los valores universales, que intenta dinamitar el concepto kantiano de «imperativo categórico» kantiano, en provecho de un enfoque con-‐ servador y «pesimista», no está de más recordar como otro relevante filósofo (David Hume) desmontó la falacia del «ser y el deber». En pa-‐ labras de Ignacio Moya: «Hume quiso demostrar que, no se puede de-‐ fender una idea o establecer una norma ética a partir de a una des-‐ cripción de los hechos. Ser no implica deber. Es interesante ver lo que sucede cuando trasladamos esta falacia al ámbito social. Al hacer esto, nos damos cuenta que este es un error común en ciertas corrientes del pensamiento conservador. Es decir, ellos confunden «es» con «de-‐ be». En el ámbito económico hacen lo siguiente: Primero, nos ofrecen una elaborada descripción de la realidad social —siempre con dudosos aires «científicos»—. Nos explican cómo funciona el mercado y los flu-‐ jos de capital; cómo opera el intercambio internacional, las balanzas comerciales, las tasas de interés y otros indicadores económicos. Lue-‐ go, y aquí está el paso fatal, sostienen que dado que la sociedad fun-‐ ciona así como la han descrito, entonces lo «responsable» y lo «serio» es concluir que así «debe» funcionar. Cualquier otra alternativa, dicen, es irresponsable e irreal porque va en contra del orden establecido, en contra de la «realidad económica». Debemos crecer más. Debemos abrir los mercados. Debemos privatizar. En efecto, confunden «ser» con «deber». Lo que caracteriza el deber, la ley moral, y su reflejo en la acción humana es su carácter subjetivo, personal, libre hasta cierto punto —todos estamos condicionados por diversas variables de orden físico, psíquico, histórico, social, cultural—, y su neta distinción de la obliga-‐ ción moral que impone de la obligación «externa» proporcionada por el derecho, las normas. Pero el Deber tiene importancia no sólo en el ámbito de las relaciones interpersonales, sino también —y mucho— en el político-‐social. Dice Habermas que «la moral no responde a la cuestión de «qué soy» o «qué deseo ser», sino a la cuestión de qué norma queremos compartir y cómo pueden ser regulados los conflictos de acción en intereses comunes». El asunto de las relaciones entre la ética personal y la obediencia a las leyes es un inmenso campo de refle-‐ xión y debate ya explorado por pensadores desde hace siglos, asunto que nos debería interesar como masones, como Maestros Secretos, y que nos plantea otros posibles interrogantes (¿qué es la Justicia? Por ejemplo, ¿qué correspondencia hay entre «derechos» —subjetivos— y «deberes»? ¿Quién precede a cuál?) y que sigue ocupando un impor-‐ . 68 . RAZÓN, DEBER, CAMBIO tante lugar entre las materias de reflexión de juristas y pensadores contemporáneos. Y no sólo en el campo de la reflexión: las Lo que caracteriza el deber, la consecuencias prácticas son de ley moral, y su reflejo en la acuna gran trascendencia. Aquí se ción humana es su carácter subjetivo, personal, libre hasta cierto suscitan asuntos como el de la punto —todos estamos condi«obediencia debida», en cuyo cionados por diversas variables nombre se cometieron en el si-‐ de orden físico, psíquico, históriglo pasado los más horrorosos co, social, cultural—, y su neta crímenes contra la Humanidad… distinción de la obligación moral Puede que el ordenamiento ju-‐ que impone de la obligación «exrídico vigente en ciertos lugares terna» proporcionada por el dey momentos no concuerde con recho, las normas. las normas éticas universales, plasmadas hoy en la Declara-‐ ción Universal de Derechos Humanos. ¿Qué hacer, en estos casos? Creo que por nuestra vocación masónica no podemos permanecer in-‐ diferentes… la exigencia de acción es, en estos casos, un imperativo «categórico»… otra cosa serían las modalidades concretas que tomará esa acción, y que dependerá de nuestra elección, personalidad, posibi-‐ lidades… Recordemos, por último, que el Deber es uno de los conceptos más citados en nuestro Ritual. Y a nosotros, Maestros Secretos, el com-‐ promiso que nos vincula con mayor fuerza es el que hacemos con nuestro ser más íntimo cuando decidimos continuar nuestra senda ini-‐ ciática por la vía de los altos grados escoceses; el mismo que nos une a todos los HH situados bajo el laurel y el olivo, por todo el planeta… «Recordad, en conclusión —nos dice el 3x PM una vez recibidos en la logia de Perfección— que habéis contraído el compromiso de ateneros a las enseñanzas iniciáticas de la Francmasonería». A algunos hermanos recién exaltados les sorprenderá, tras una pri-‐ mera lectura del ritual, la reiterada petición de «Obediencia». No se trata, os lo aseguro, de una obediencia sumisa, irracional, tan frecuen-‐ te en estructuras jerárquicas profanas como el ejército. No, ese tipo de obediencia no es la que se puede exigir a un masón… iría en contra de nuestra dignidad!. Se trata, más bien, como se dice también en el Ritual, de la exigencia de «cumplir las obligaciones legítimamente im-‐ puestas» (y, en ocasiones, autoimpuestas). . 69 . RAZÓN, DEBER, CAMBIO 3. Cambio Nos enfrentamos a otro concepto amplísimo, que hace relación al es-‐ tado del objeto y su transformación a lo largo del tiempo. Por partir de una «definición» lo más genérica posible, considerare-‐ mos que es la forma más general del ser de todos los objetos y fenó-‐ menos. El cambio abarca todo movimiento y toda interacción, el paso de un estado a otro. Puede referirse a diversos órdenes de la realidad (el estado de la materia, mundo natural, el orden social, el individuo). El tema de la variabilidad versus permanencia ya fue contemplado por la mirada de los primeros filósofos griegos, y ese antiguo debate entre Heráclito y Parménides se mantiene hasta nuestros días. Fue probablemente de la observación de esos cambios en la naturaleza (los ciclos de las estaciones, la trayectoria de astros y planetas en el cielo nocturno) de donde surgió una primera mirada científica al mun-‐ do. Aun así, ya en antiguas cosmogonías como la hindú se habla y se narran poéticamente los grandes ciclos, el continuo movimiento del Universo, en constante expansión y contracción, como el latido y la respiración de Brahma (mito que tal vez inspiró a Nietzsche su idea del eterno retorno). Aristóteles, autor de referencia en el pensamiento medieval, estudia el fenómeno del cambio desde un enfoque racionalista diferenciando entre cambio sustancial y accidental, mientras que, en la explicación de su origen recurre a cuatro posibles fuentes del mismo: causa mate-‐ rial, eficiente, formal y final. Lo cierto es que, desde la cosmovisión contemporánea, en el mundo fenoménico, el cambio, tal como mantenía Heráclito, parece ser una constante. Si, por un lado, la física moderna ha evolucionado más de acuerdo con las tesis de éste, demostrándose que el estado habitual de la materia y sus «últimos» componentes se basan en la continua transformación y en la relativa inestabilidad; es en el campo de las ciencias sociales, en especial la historia y la política dónde el asunto del cambio y la permanencia ha sido motivo principal de estudio e in-‐ vestigación. Para resumir, y retomando el hilo en nuestra querida Ilus-‐ tración, podemos caracterizar dos posturas ante el cambio: la primera, la «optimista» considera que la historia, las instituciones y las relacio-‐ nes sociales «avanzan» en el tiempo hacia grados mayores de perfec-‐ ción y equilibrio (como no citar aquí a Hegel, a Marx y su materialismo histórico, a Teilhard de Chardin, etc.). Por el contrario los pensadores «pesimistas» (Burke, Toynbee, Spengler) mantienen que en la evolu-‐ . 70 . RAZÓN, DEBER, CAMBIO Desde la cosmovisión contemporánea, en el mundo fenoménico, el cambio, tal como mantenía Heráclito, parece ser una constante. ción del mundo, en un sentido amplio, lo que se constata es una de-‐ gradación progresiva desde los orígenes. Como consecuencia lógica, los mantenedores de una y otra visión se alinearán en tesis y posturas más progresistas o más conservadoras, haciendo hincapié bien en la necesidad de «estabilidad» y «orden» (entendido como «status quo») o bien en la transformación, la mejora y el cambio; como elementos que deben guiar la acción orde-‐ nadora de las relaciones humanas. Creo, con Heráclito, que la realidad es un continuo fluir, que es el cambio la constante que se observa cuando se con-‐ templa el mundo, y también, (no podía ser de otra forma) considero acertado el principio mantenido por nuestra Orden acerca de la idea esencial de la perfectibilidad humana, y del carácter progresivo de la Historia de la Humanidad. Pero ¡ojo! No todo «cambio» es «progresivo»… Aunque a grandes rasgos podemos mantener que la Humanidad avanza, si con-‐ sideramos ciclos de más corta duración constatamos que es posible la regresión, la vuelta atrás, hacia estadios ya en apa-‐ riencias superados. Sin ir más lejos, en nuestra realidad más inmediata nos pretenden hacer pasar por cambios o refor-‐ mas «positivas» lo que no es sino involución, retroceso a es-‐ tados anteriores marcados por la autocracia, la limitación de los derechos, el despojamiento de amplios sectores de la so-‐ ciedad de derechos y recursos duramente logrados tras años e incluso siglos de esfuerzos mantenidos. Considero que el cambio es necesario: mantener una insti-‐ tución, una idea, un grupo, un proceso artificialmente con-‐ denado a repetirse y reproducirse mecánicamente es estan-‐ carlo, ahogarlo, ir contra el flujo de la vida. «Todo concepto nacido del ser humano no puede ser sino relativo, provisional», se nos dice en el Ritual de nuestra exaltación a Maestros Secretos. Pero también creo que hay que conservar… ¡lo que hay que conser-‐ var! Es más, hay que mantener lo más intactas posibles ciertas cosas: el delicado equilibrio de la biosfera, las tradiciones, los usos y costum-‐ bres que «desuniformizan» y enriquecen la cultura de los pueblos (siempre que no contradigan valores humanistas), los Símbolos, las herramientas, los métodos de acción que han demostrado su utilidad para hacer al hombre, a los pueblos, a la Humanidad, más libres, más conscientes, más creativos y felices. La pureza de nuestro Rito. . 71 . RAZÓN, DEBER, CAMBIO Pienso, en definitiva, que hay que forzarse al optimismo, aunque los tiempos parezcan discurrir por otra deriva. Tenemos que creer, como masones activos y consecuentes que somos, «Todo concepto naen la acción positiva (sea micro o macroso-‐ cido del ser humano cial), en la necesidad y urgencia por mante-‐ no puede ser sino ner, defender e incrementar el rico legado de relativo, provisioprogreso que la humanidad ha ido acumu-‐ nal», se nos dice en lando a lo largo de la historia…y trabajar por el Ritual de nuestra este objetivo con pasión y consciencia. Con exaltación a Maesalegría. tros Secretos. Cuando decidimos ingresar en nuestra Or-‐ den debemos ser muy conscientes que algo muy profundo va a cam-‐ biar en nosotros. La iniciación marca. Impronta nuestro ser. Hay que tener la flexibilidad y capacidad de adaptación suficiente para asumir que, aún siendo los mismos, seremos, a la vez, distintos de ese pro-‐ fano expectante que llamaba a las puertas. En el proceso de tallado de la Piedra, las esquirlas que saltan son fragmentos de nuestro pequeño ego que se desprenden, no sin sufrimiento, de nuestro Ser esencial. Continuar comprometidos con la Orden y asumir la senda del escocis-‐ mo nos sigue exigiendo un constante esfuerzo de adaptación e inte-‐ gración de esos cambios —a veces sutiles— que se van generando en nosotros a medida que avanzamos por la escala de los diferentes gra-‐ dos. 4. Conclusión Y llegados a este punto, retomo la pregunta que me hacía al iniciar es-‐ te trabajo: ¿Por qué estos temas de reflexión y trabajo? Y, ahora sí, se me ocurren tres respuestas: 1º) Por amor a la verdad. Porque los masones tenemos algo de filó-‐ sofos y justo es que nos ocupemos de estos grandes asuntos que han estudiado los grandes pensadores a lo largo de la historia y que ocu-‐ pan un destacado lugar en nuestro Ritual de 4º. Es preciso que los abordemos, reflexionemos y saquemos, cómo no. nuestras propias conclusiones. 2º) Porque esas preguntas tan genéricas sobre la razón, el deber y el cambio son la base, la raíz y el fundamento de otras muchas que pue-‐ den derivarse o sugerirse de las mismas… por ejemplo, algunas como: ¿Cabe la trascendencia desde una visión racional del mundo? . 72 . RAZÓN, DEBER, CAMBIO ¿Es posible una espiritualidad laica, despojada totalmente de dogma? ¿Dónde debe «situarse» el masón en el mundo? ¿Cómo un mero espectador de los procesos, las luchas y los cambios so-‐ ciales o cómo protagonista activo? ¿Qué derroteros tomará la ciencia sin consciencia? ¿Qué debemos cambiar —y hasta dónde— en nuestros Ritos, en nuestra práctica masónica para mantener la frescura y la vitalidad sin desvirtuar nuestra Orden? Éstas son sólo un ejemplo de algunas de las posibles… pero caben muchas más. 3º) Si pretendemos cambiar y mejorar a nosotros mismos y al mun-‐ do debemos saber cómo funciona, dónde y porqué surgen los conflic-‐ tos, las desarmonías, y como gestionarlos y resolverlos eficientemen-‐ te, y, a partir de ahí, afinar las herramientas para logarlo. El cuestio-‐ namiento previo, el análisis, debate y reflexión consciente sobre estas (y otras posibles) ideas-‐fuerza nos permitirá actuar con eficacia. El es-‐ cocismo tiene que reflexionar sobre estos asuntos para permitir orien-‐ tar y dirigir nuestra acción concreta y cotidiana: «saber es poder». Ahora que en el ámbito de la convivencia, la relación social y la polí-‐ tica asistimos al renacer de propuestas basadas en el puro instinto, la ética bucanera del robo y el cinismo más abyectos, el sentimentalismo infantilizado, la demagogia. Ahora que por toda la faz de la tierra se exacerba el odio, la intolerancia, la venganza y la irracionalidad más violenta erigida en despóticos sistemas que amenazan la paz y la con-‐ vivencia ciudadana, y el debate ordenado brilla por su ausencia, contra toda lógica, ahora que la barbarie acecha de nuevo, es nuestro DEBER, actuar. Urgentemente. No consentirlo, no tirar por la borda todos los avances que el progreso humano ha ido decantando y logrando en su devenir a lo largo de los siglos. Reivindiquemos, valoricemos, utilice-‐ mos de nuevo esa RAZÓN tan apreciada por ilustrados y librepensado-‐ res, y seamos a la vez capaces de matizarla, de trascenderla de enri-‐ quecerla y ampliarla con ese tipo de Razón o consciencia trascendente de la que hablábamos antes. Para cambiar el mundo, para permitir y permitirnos el CAMBIO, la necesaria evolución, para fundamentar una nueva consciencia, una nueva ética y una nueva forma de construir el mundo. Pero no creo que un masón que ha decidido continuar su camino ini-‐ ciático por las sendas de los altos grados del R∴E∴A∴A∴ quiera con-‐ formarse con eso. Yo, al menos, quiero eso…y más. Esa Razón de las que antes os hablaba y llamaba Consciencia es la meta que los practi-‐ . 73 . RAZÓN, DEBER, CAMBIO cantes y valedores del R∴E∴A∴A∴ y sus altos grados deberíamos plantearnos alcanzar: la Luz, la Palabra perdida, o lo que las tradicio-‐ nes orientales han denominado el Ser. Para que, una vez rescatada tras la inmersión en nuestra propia caverna, una vez iniciado el des-‐ censo de la escala que hemos trepado con esfuerzo y pasión, guíe y alumbre nuestros pasos, nuestra acción en este momento histórico que nos ha tocado vivir, trasformando nuestro entorno y logrando que, ya libres del ego, pero actuando a través de él, hagamos realidad un mundo más justo, más amable, más feliz… Iluminar la sombra. Esa búsqueda, plagada de paradojas, porque es estrictamente íntima e individual, y a la vez, colectiva, es algo a lo que no podemos, no debemos renunciar. Una Ra-‐ zón basada en el Amor, pleno, incondi-‐ cional e incondicionado como forma de comprender y actuar en el mundo.Å . 74 . La libertad de paso Libertad ¿para qué?, la pregunta de Lenin al hermano Fernando de los Ríos en 1920, es respondida por el francmasón escocés como Libertad para pasar, Libertad para pensar, Libertad para actuar, Libertad para conocer, Libertad para amar. La libertad masónica está dotada de un extraordinario contenido, porque más allá de la ausencia de restricciones, auspicia el favorecimiento de las condiciones materiales y espirituales que la hacen posible. No es una libertad retórica ni vacía, es una libertad efectiva, plena, incansable, compartida y universal, que se muestra con perfiles polícromos en el itinerario de las iniciaciones sucesivas. JOAN-‐FRANCESC PONT CLEMENTE No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, pero agota el ámbito de lo posible. Píndaro, citado por ALBERT CAMUS 1. El primer aprendizaje del iniciado es el silencio La denominación del grado de Maestro Secreto confirma la importan-‐ cia de la noción de secreto en la Masonería. Secreto procede del latín secretus, que significa separado y que es el participio del verbo secer-‐ nere, separar. El Maestro Secreto se distingue del Maestro de las lo-‐ gias azules, por la insistencia en proseguir su búsqueda, por la profun-‐ . 75 . LA LIBERTAD DE PASO dización en el acervo ya adquirido mediante el manejo de nuevas cla-‐ ves, es decir, de nuevos códigos de signos convenidos para la transmi-‐ sión de mensajes secretos o privados. En Estados Unidos se usan las letras C y M para expresar clavis ad mysterium. Puede así concebirse que la iniciación en los grados de perfección, cuyo pórtico es el cuarto, tiene el mismo objetivo que el masón ha podido captar en los grados precedentes: vencer sus vicios y pasiones, para vivir con un cuerpo sano de acuerdo con las leyes de la Naturaleza. El grado de Maestro Secreto se ubica bajo la recuperación del significado del silencio. Como ha querido sugerir Ramon Salas, el silencio del Aprendiz es el recono-‐ cimiento de su ignorancia y de su deseo de salir de ella, mientras que el silencio del Maestro Secreto es la práctica de una virtud que encie-‐ rra los valores de la confianza, de la lealtad y de la buena fe. El silencio es uno de los atributos de la intimidad. Ciertamente, como ha descrito M.D.T., no el silencio de quienes no tienen nada que decir-‐ se, visible a menudo en las mesas de los restaurantes En los grados de perfección, ocupadas por dos personas cuyo pórtico es el cuarto, tiene desinteresadas no sólo la una el mismo objetivo que el masón de la otra sino incluso de lo ha podido captar en los grados que comen. No el silencio co-‐ precedentes: vencer sus vicios y mo barrera a la comunicación. pasiones, para vivir con un Al contrario, el silencio conce-‐ cuerpo sano de acuerdo con las leyes de la Naturaleza. bido como virtud, una virtud que permite, a la vez, escu-‐ char, entender y pensar. Éste es el silencio que se da o que se debería dar entre los Hermanos, unidos por la amistad que Diderot y Voltaire concebían como un contrato tácito entre dos personas sensibles y vir-‐ tuosas, pórtico, de alguna manera, de la posibilidad de existencia de una comunidad muy protegida de amigos. Voltaire admiraba el culto griego a la amistad y Diderot distinguía entre la caridad hacia todos y la amistad hacia los más próximos, aquéllos con los que se establece una verdadera relación. Fue, precisamente, la idea de la amistad como unión de almas virtuosas la que se abrió camino en la pedagogía ma-‐ sónica del siglo XVIII. Aunque los filósofos de las Luces restringieron a menudo la amistad a un vínculo esencialmente masculino, no es me-‐ nos cierto que muchas novelas de éxito de aquel tiempo como La nue-‐ va Eloisa de Rousseau giraron en torno a amistades femeninas. Preci-‐ samente, los ritos de paso de las logias de adopción correspondientes al grado 4º o de Maestra Perfecta, se centraban de forma principal en . 76 . LA LIBERTAD DE PASO acentuar el sentido de la amistad fundado sobre la virtud de sus miembros. Tanto el grado 4º del Rito Escocés como el grado 4º del Rito de Adopción, este último estudiado a fondo por M.D.T., auspician el prin-‐ cipio de igualdad y la defensa, por tanto, de la equidignidad de la mu-‐ jer, cuando ambos giran alrededor del concepto de secreto. La aptitud para guardar un secreto se reconoce así no sólo al hombre sino tam-‐ bién a la mujer, superando un arquetipo generador de exclusión que aún pervive en nuestros días. El francmasón, en general, y el Caballe-‐ ro, en particular, será hombre o mujer. Las mujeres, en efecto, fueron honradas con las órdenes de caballería por ejemplo, recibiendo el co-‐ llar (que no el lazo o cualquier otro sucedáneo) de la Orden del Armi-‐ ño, creada en 1379, otorgado por los Duques de Bretaña. El signo del secreto (ya conocido en el Antiguo Egipto, como puede verse en los museos) es descrito desde el siglo XVIII como una duali-‐ dad signo-‐contrasigno, es decir, como una pregunta y una respuesta: el signo consiste en poner los dedos índice y corazón de la mano dere-‐ cha sobre los labios cerrados, indicando prudencia y silencio; el contra-‐ signo, en hacer lo propio con la mano izquierda. El signo destaca la a c-‐ titud que se desea imprimir a quien ha sido iniciado en el grado 4º, la de una serenidad interior racional y reflexiva. Puede decirse que este signo del secreto ennoblece y trasciende el silencio puesto en práctica en el grado de Aprendiz, de tal modo que el Maestro Secreto deja de estar pegado a la superficie de la tierra y puede utilizar su inteligencia, su memoria y su voluntad para salir de los estrechos márgenes de la cotidianeidad. Como he destacado en otras ocasiones, el francmasón que se contente con la literalidad de lo que otros han escrito o que se conforme con el statu quo, pierde la parte más importante del mensa-‐ je de la Orden, que es una invitación a aprender a leer y a escribir para poder, con estas herramientas racionales, pensar, hacerlo libremente y poner el resultado al servicio de los demás. Éste es el significado de la búsqueda incesante de la palabra perdida que el Maestro Secreto ve simbolizada en los cuatro viajes de su iniciación. En palabras de Vi-‐ cenç Molina, el francmasón se ve necesariamente compelido a salir del ensimismamiento para adquirir una determinada sensibilidad, un háli-‐ to de calidad humana y de calidez emocional y, por tanto, para desa-‐ rrollar una voluntad de implicación progresiva en la transformación y mejora del entorno. Así se recogía ya en el viejo ritual del grado 4º de Albert Pike (1809-‐1891): alcanzar la verdad, servir a nuestros conciu-‐ dadanos, a nuestro país y a la humanidad, éste es el más noble destino . 77 . LA LIBERTAD DE PASO del ser humano. El Maestro Secreto se compromete con este esfuerzo y deja atrás a quienes deseen volar más bajo o permanecer a ras de suelo. El dedo corazón simboliza el destino, el índice, el mando, pero tam-‐ bién el equilibrio, el juicio y, nuevamente, el silencio. El índice apoyado sobre la boca no permite extenderse en palabras vanas. Ésta es la acti-‐ tud que favorece la práctica del silencio, si puede hablarse así, lo que permite interiorizar la meditación, pasar de la contemplación a la ac-‐ ción, del dominio de la herramienta al dominio de la palabra, de los principios compartidos por todas las personas de buena voluntad a las soluciones contingentes y siempre provisionales. Entiéndase bien: la contemplación aparece aquí como preámbulo de cualquier acción ra-‐ zonable y el silencio, como esencia de la palabra. El Maestro Secreto tiene los labios sellados. Este sello no es una huella dejada sobre la materia, sino una marca moral, como en el Libro de Daniel, XII, 9: Ve, Daniel, porque estas palabras están ocultas y selladas hasta el tiempo final. Ocurre lo mismo con el Maestro Secreto. En nuestro ritual esa marca moral se efectúa con la llave de marfil, un instrumento, la llave, la llave que cierra, pero que a la vez sirve para abrir. 2. La apertura y el cierre de la puerta Resulta lógico y natural preguntarse cuál es la puerta que abre el Maestro Secreto y de qué forma la utiliza para traspasar un determi-‐ nado umbral. En efecto, la posesión de una llave concede a quien la porta un derecho legítimo a la apertura de una puerta (quizás de un cajón o de un armario, pero el símbolo más utilizado es el de la puerta) y también a hacer suyo lo que halle en el lugar guardado por la puerta y protegido por la llave. La llave puede servir para cerrar el Templo, como se hace ritualmen-‐ te en algunas ceremonias, o puede servir para todo lo contrario, es decir, para permitir la salida al mundo profano que constituye el Tem-‐ plo de la Humanidad, verdadero espacio de trabajo del francmasón. Macrobio, el último intelectual pagano de Roma, escribió en su Sueño de Escipión, que las almas realizaban el viaje de ida y vuelta entre su condición divina y su condición humana a través de la Puerta de los Hombres y de la Puerta de los Dioses. Es el mito eterno del dios que se hace hombre y del hombre que se hace dios, trasunto del combate por salir de la esclavitud y alcanzar la libertad. Pero el Maestro Secreto, sobre todo, abre la llave de la civilidad, de la igualdad entre los seres . 78 . LA LIBERTAD DE PASO humanos, una vez despojados de los falsos ropajes que los convierten en judíos o gentiles, en tirios o troyanos, en blancos o negros, en po-‐ bres o ricos. Busca la igualdad, que en la Ciencia Política llamamos republicana, cuando ridiculiza las guerras El francmasón es libera —con el sentido entre los dioses para que daba a esta palabra Rubén Darío, nuestro gran poeta modernista— y por condenar las guerras eso su ciencia del poder se ocupa, sobre de religión. Auspicia la todo, de la limitación del poder y de la laicidad, por tanto, sujeción al Derecho de los poderosos. que es a la vez respe-‐ to por las creencias y convicciones y una severa limitación a su capacidad para domesticar a las conciencias. Como ya destaqué en «El conocimiento desmitificador de los mitos», resulta pacífica la teoría de que la Francmasonería ha ejercido y aún ejerce como una escuela de formación de ciudadanos: en las logias el francmasón aprende a ejercer el derecho de sufragio, a exponer sus ideas mediante discursos medidos bajo el deseo de que convenzan sin herir, a respetar las diferencias y a aprender de ellas, a actuar confor-‐ me a sus ideas en un marco constitucional sometido a la Ley de la ma-‐ yoría y no a la imposición del príncipe, a reconocer la dignidad de la mujer en la vida privada y en la vida pública y a rechazar cualquier ideología que no respete al ser humano libre como eje sagrado de la construcción de la vida colectiva. No hay ninguna logia en el mundo digna de tal nombre que no realice los esfuerzos necesarios para que sus miembros compartan, practiquen y difundan los elementos recién citados como irrenunciable aspiración al mantenimiento y desarrollo de una sociedad buena. El francmasón es liberal —con el sentido que daba a esta palabra Rubén Darío, nuestro gran poeta modernista— y por eso su ciencia del poder se ocupa, sobre todo, de la limitación del poder y de la sujeción al Derecho de los poderosos. Limitación y sujeción que se ponen al servicio de la extensión paulatinamente universal de la ciudadanía. A fuer de liberal, el francmasón es también demócrata y apuesta, sin lu-‐ gar a dudas, por el régimen representativo basado en la designación de los electos mediante el sufragio universal, directo y secreto. Ello le conduce a respetar a los electores y a los electos y a propugnar el ca-‐ mino de ida y de retorno —como antes a través de las dos puertas de Macrobio— entre la función pública y la vida privada. De ahí nacen los principios de separación entre el cargo y la persona y de alternancia en . 79 . LA LIBERTAD DE PASO el poder. Liberal y demócrata, el francmasón se orientará hacia uno u otro credo político en el ámbito de su actuación profana, pero lo hará siempre desde el respeto a unos principios sobre los que no cabe transacción. Por eso el francmasón está en el corazón de la república y lleva a la república en su corazón, según la dualidad que tan cara es a Vicenç Molina y que puede, quizás, completarse con la metáfora de que el francmasón posee la clave, la llave, republicana: el derecho de cualquier recién nacido a ser igual a sus semejantes, a recibir una edu-‐ cación que le evite la esclavitud a su herencia y le haga capaz, por el contrario, de valorarla en lo que significa para compartir su legado particular con el general de una sociedad buena que aspira a dar a ca-‐ da uno su propia oportunidad, a cada uno lo suyo. Así hablaba el hermano Rubén Darío en A los liberales, el año 1881: Porque cantáis la eterna Marsellesa que maldice el poder de los tiranos; Porque alzáis ardorosos en las manos el pendón de la cruz con entereza; Porque deseáis que caiga la cabeza de la hidra aristocrática, y ufanos dais al pueblo principios soberanos que destruyen del mal la niebla espesa… 3. La construcción inacabada e inacabable Jacques Fontaine denomina grados capitulares en el Rito Escocés a los comprendidos desde el Caballero de Oriente o de la Espada (15º) has-‐ ta el Príncipe del Líbano (22º), aunque la práctica histórica haya cerra-‐ do su progresión en el Caballero Rosa Cruz (18º), correspondiente al IV Orden del Rito Francés de idéntica denominación, lo que quizás aporta una explicación a este corte en el itinerario. Ahora, cuando el Supremo Consejo Masónico de España va a seguir los pasos del Supremo Conse-‐ jo de Portugal y va a reintroducir (aunque en el seno de los Consejos Filosóficos o Areópagos) las tenidas rituales en el grado 20º, Gran Maestro ad vitam, el estudio de esa porción del itinerario escocés re-‐ cupera un interés nuevo y actual. Para el autor recién citado, los grados capitulares son susceptibles de ser observados desde cuatro miradas diferentes: la dualidad cons-‐ trucción/destrucción, la contraposición entre la luz y las tinieblas, la al-‐ . 80 . LA LIBERTAD DE PASO ternancia entre la horizontalidad y la verticalidad o entre el nivel y la plomada, y el mito de Sísifo. En los grados 15º y 20º el francmasón reconstruye el Templo, que habrá sido y que será objeto de destrucción en otros grados. La reite-‐ ración de la metáfora constructiva, eje central de la Francmasonería, no es baladí: constituye el recuerdo de la iniciación del Maestro, abruptamente llamado a descubrir que el Compañero un día reempla-‐ zará al Maestro fallecido. La muerte y la resurrección… un mito univer-‐ sal que nace directamente de la conciencia de nuestros límites, fatal-‐ mente marcados por el nacimiento y por la muerte, de otro lado algo que nos une estrechamente con la Naturaleza. Nuestro humanismo guía el significado de nuestra autoconstrucción y ésta equilibra en pa-‐ rejas dosis la construcción (es decir, el aprendizaje, la reflexión sobre el ser, la influencia sobre el devenir) y la destrucción o, quizás, mejor, deconstrucción (el desaprendizaje de lo inútil, el abandono del lastre que no nos dejaría volar y que nos impediría cantar la eterna marselle-‐ sa de nuestra fraternidad internacionalista y combatiente). Lux e tenebris. La luz que surge de la oscuridad, es decir, la verdad que empieza a descubrirse con la iniciación y que no se alcanzará nun-‐ ca, porque la palabra está irremisiblemente perdida. La iniciación, las iniciaciones a cada uno de los grados del itinerario escocés, son invita-‐ ciones al pensamiento libre que conducen per lumina ad lumina, a un ejercicio de esclarecimiento progresivo, que comprende todos los sig-‐ nificados del término: iluminar, ilustrar, ennoblecer, y hasta el más li-‐ gado a la Naturaleza, símbolo de los demás, rayar el alba, el despertar del día, otro de los momentos que adquirirá significado en algún punto del caminar masónico de quien desea ir más allá… La alternancia entre la horizontalidad y la verticalidad —entre el ni-‐ vel y la plomada, dos herramientas imprescindibles para la construc-‐ ción— significa en psicología social el equilibrio entre la historia per-‐ sonal del sujeto y el proceso que se cumple en el momento presente. Finalmente, el mito de Sísifo se relaciona, como es fácil ver, con la destrucción que inevitablemente sigue a cada construcción del Templo de Jerusalén, la cual es a su vez el objetivo de quienes pugnan por abandonar el vasallaje y devenir Caballeros. Del mismo modo, Sísifo fue condenado por los dioses a empujar incesantemente una roca has-‐ ta la cumbre de una montaña, donde la roca volvería a caer por su propio peso. Albert Camús consideró a Sísifo como una metáfora de la existencia humana, aunque supo advertir una alegría silenciosa del hé-‐ roe en la convicción de que su destino le pertenece, de que es dueño . 81 . LA LIBERTAD DE PASO de sus días. Esta convicción humanista se simboliza en el momento de alcanzar la montaña e iniciar el descenso: en ese ligero giro el hombre descubre que ha creado su destino, unido bajo la mirada de su memo-‐ ria y sellado por la muerte. La noche, dice Camus también, no tiene fin, y la roca sigue rodando. El Venerable Maestro de las Logias Regulares o Gran Maestro ad vi-‐ tam, entre otras denominaciones, es el grado 20º del Rito Escocés. En la tradición española, los Caballeros de este grado asumen la obliga-‐ ción de difundir la verdad por todos los ámbitos de la Tierra, desde el convencimiento de que la Historia de la Humanidad puede resumirse en que cada generación que ha suplicado una gracia ha sido substitui-‐ da por otra que ha concebido la conquista de la anterior aspiración como un derecho. El medio para promover el progreso, bien descrito por esta última afirmación, es la educación de las masas que en un tiempo se incardinó en el Templo de lo Absoluto, mediante el control clerical, y que los Francmasones deseamos que se ubique en el Templo de la Razón. El primer paso fue dado con la Reforma de Lutero y el principio del libre examen. El segundo ha de ser la educación en la li-‐ bertad y desde la libertad, suprimiendo las cortapisas que impidieron, han impedido o podrían impedir que los ciudadanos enseñen lo que conocen y lo compartan con los demás. La Francmasonería es enemiga de cualquier Inquisición. El Gran Maestro ad vitam realiza su labor bajo el principio de que es necesario conocer la verdad para difundirla. … porque gritáis que es libre el pensamiento; que no tiene cadenas la conciencia, y proclamáis con fuerza y ardimiento que hoy impera nomás la inteligencia; la muchedumbre criminal y necia, os escupe y os odia, y os desprecia. RUBÉN DARÍO: A los liberales La educación aparece en el grado 20º del Rito Escocés como la ver-‐ dadera constructora de la nación. No hay ni vestigios de nación donde reina el analfabetismo, la ignorancia, la superstición y el vasallaje. La semilla de la nación es la instrucción pública y, como es sabido, en Es-‐ paña ésta no dará sus primeros frutos hasta Godoy. Godoy, sí, Godoy, tan despreciable por otros motivos, pero el personaje que se plantea seriamente la instrucción pública y verá fracasar completamente sus esfuerzos. La nación nace en Cádiz, con la guerra del Francés, y con la . 82 . LA LIBERTAD DE PASO aprobación de la Constitución, en la estela del Estatuto de Bayona. No nace ya hecha, vestida y armada, cual Minerva al salir de la cabeza de Zeus, sino pequeña, inerme y desconcertada, con más enemigos que amigos, poblada por serviles miserables, que cuando crezca la amena-‐ zarán, con la ayuda de los neocatólicos, de los carlistas y de los demás adversarios de la libertad. La nación, en suma, no nace, sino que se hace, originariamente, en el enfrentamiento con el enemigo exterior, desde luego, pero con la animadversión del enemigo interior, el mismo que en cada una de las destrucciones del Templo aparece como el gran protagonista, como vuelve a evocar la leyenda del grado 20º del Rito Escocés. La nación es un combate, pero la plenitud de la nación, como defendió Garibaldi desde sus convicciones masónicas, es la paz. No la victoria, la paz. La paz kantiana, permanente e irrenunciable. El foedus pacificus. La Fede-‐ ración. La nación se hace mediante la educación que es, a la vez, un derecho y un deber, porque el acceso a la ciudadanía no es ni eludible ni re-‐ nunciable. La educación es un deber republicano. Nos hace iguales pa-‐ ra que todos tengamos la oportunidad de ser libres. No hay libertad sin igualdad, no hay igualdad sin educación. No hay educación si exis-‐ ten adoctrinamiento, segregación, odio o miedo. La educación como deber republicano es la única vía para la emancipación y ésta es el cauce para hacer posibles las oportunidades de cada persona confor-‐ me a su mérito y a su capacidad. La educación emancipadora sólo puede ser laica, es decir, ni acomodada a una cosmovisión determina-‐ da ni, todavía menos, estúpidamente neutral. La neutralidad, como decía Jean Jaurès, es la nada. La educación toma partido, es beligeran-‐ te en la causa de los derechos humanos concebidos como la única cul-‐ tura universal y como la atmósfera acogedora de las diferencias capa-‐ ces de convivir entre sí. Cuando a principios del siglo XX los rituales del grado 20º de nuestro Supremo Consejo identificaban al clericalismo como enemigo de la educación no hacían más que responder a la doctrina oficial de la Igle-‐ sia Católica Romana de aquel tiempo que se consideraba a sí misma como opuesta a los derechos humanos. Hoy los Caballeros masones seguimos identificando a cualquier clericalismo cristiano, musulmán, judío, ateo o de cualquier otra convicción como enemigo de la educa-‐ ción y, por tanto, como enemigo de la república. La educación así concebida, al servicio del libre desarrollo de la per-‐ sonalidad, es republicana porque constituye el tránsito a la aceptación . 83 . LA LIBERTAD DE PASO de los deberes cívicos que abren la puerta al ejercicio de los derechos. La república, por su parte, no puede ser más que educativa, una gran escuela, en la que los maestros serán sus ciudadanos más importan-‐ tes, como quería aquel francmasón y ministro de Instrucción Pública que se llamó Marcel.li Domingo. Por eso tres décadas antes de que llegara la esperanza republicana, ya habían matado a Francisco Ferrer. El Gran Maestro ad vitam es recibido como tal mediante la purifica-‐ ción por el hierro y por el fuego. De entre las diversas explicaciones de esta doble alusión, Jean-‐Claude Mondet se inclina, con un sentido muy pedagógico, por entender que se trata de una alusión a la forja, es de-‐ cir al taller donde se trabaja el hierro calentándolo y golpeándolo, lo que enlaza con el mito de Vulcano (o Hefisto para los griegos), cuya fragua se creía situada bajo el Monte Etna en Sicilia. En la Francmaso-‐ nería se corresponde con Tubal-‐Caín o Tubalcaín, citado en el Génesis, IV, 22, de la estirpe de Caín e hijo de Lamec, símbolo del progreso y del avance cultural, padre de la metalurgia por su habilidad para trabajar diversos metales con el fuego. Los colores amarillo y azul de la banda (y, eventualmente, del mandil) de este grado se explican por la refe-‐ rencia a la labor del Maestro de la Logia cuyo compás tiene los brazos de cobre y las puntas de hierro. … y porque sois soldados de la idea; Porque rompéis la tiara y la corona, y vuestra voz la libertad pregona; la libertad que irradia y centellea;… RUBÉN DARÍO: A los liberales Un francmasón que haya entendido bien el sentido del Arte no po-‐ drá nunca compartir la pretendida supremacía de una nación, ni la ido-‐ latría del dinero, ni la cultura reducida a espectáculo ni la glorificación de la violencia. El ideal de libertad individual y de tolerancia que carac-‐ teriza al espíritu masónico le protege de cualquier deriva totalitaria, ideológica o política, de mala o de buena reputación. El marxismo-‐ leninismo de Estado, en tiempos del padrecito Stalin, o algunos una-‐ nimismos actuales han sido o son totalitarismos de buena reputación en amplios sectores sociales, lo que les convierte en más dañinos al generar adhesiones entre gentes de buena fe. El franquismo tenía su público y los archivos del NO-‐DO y de TVE contienen testimonios difíci-‐ les incluso de creer. El Front Nationale en Francia aspira y, desgracia-‐ damente, en parte, ha conseguido, gozar de una cierta buena repu-‐ tación. Como el UKIP en el Reino Unido, que acaba de situar a su se-‐ . 84 . LA LIBERTAD DE PASO gundo diputado en Westminster. O como la extrema derecha xenófo-‐ ba en Suecia, ¡en Suecia! El individualismo a ultranza del ser humano perdido en los mercados es también incompatible con la idea masóni-‐ ca de la fraternidad. En efecto, los francmasones aspiran a ser los constructores de una sociedad más justa y más armoniosa y, por ello, combaten en todas partes —como ha destacado Pierre Vajda— contra las fuerzas oscuras de la entropía que tienden, probablemente, bajo la apariencia falaz del progreso, al restablecimiento de la indiferencia y de la violencia primitivas. 4. La libertad de paso Característica común de los rituales del grado 20º y 15º del Rito Esco-‐ cés es hallar, en algún momento, en la presidencia a Ciro y como ini-‐ ciando a Zorobabel. Esta idéntica dramatis personae une de forma muy estrecha a los dos grados, como lo hace también su perspectiva reconstructora. Ciro concede la libertad pero Zorozabel ni la implora ni la pacta. Del honor y de la dignidad de ambos personajes emana que compartan la razón y la libertad. Liberados, los israelitas emprenden el regreso a Jerusalén hasta que llegan a un obstáculo inesperado. Un ritual del siglo XVIII describe bellamente la presencia del puente y del rio en las logias de los Caballeros de Oriente o de la Espada, como ha traído hasta nosotros Irène Manguy: —Por ventura, ¿no se halla separada vuestra logia? —Disculpadme pero así es: por un gran rio que la atraviesa de Norte a Sur. —¿Qué habéis visto sobre el rio? —Un gran puente de madera sobre el que se hallaban marcadas las tres iniciales L.D.P. —¿Qué significan? —Libertad de Paso para los masones libres. El Caballero de Oriente al acercarse al puente, además de tener que superar a quienes le barran el paso, se apresta a enfrentarse con los ig-‐ notos peligros que le acechan en la otra orilla. Revive, de este modo, su primera iniciación como Aprendiz. El puente simboliza el tránsito de un mundo al otro, de una vida a la otra. De la seguridad de la esclavitud a la incertidumbre de la libertad. La tentación es desandar el camino, como había visto hasta 1989 que hacían muchos días los jubilados de Berlín Este que visitaban el Berlín Oeste y regresaban a dormir a sus casas. El resto de la sociedad no tenía este privilegio, no podían cruzar el muro . 85 . LA LIBERTAD DE PASO con aquel metro sombrío de estaciones fantasmagóricas, y ellos, que sí lo tenían, no lo ejercían más que para darse una vuelta y asomarse a Occidente. Cruzar el puente, en efecto, como recrea Claude Delbos, im-‐ plica el establecimiento de un vínculo con el otro, como trataré de desa-‐ rrollar más adelante en este trabajo. Al cruzar el puente nos mostramos dispuestos al intercambio y a la fraternidad. El combate por la libertad de paso simboliza, de entrada, el combate No hay combate por la lipor la libertad, que es, precisamente, bertad de paso sin maneel combate del francmasón: libertad jo hábil de la espada. La de paso, libertad de pensamiento, li-‐ espada que nos iguala, la bertad de comunicar, libertad de ir espada que nos ampara y la espada que simboliza la hacia lo desconocido. La interpreta-‐ palabra, el arma más poción revolucionaria, Lilia Destrue Pe-‐ derosa en el combate dibus, expresa el sentimiento libera-‐ contra la ignorancia, el dor de quienes veían en los Borbo-‐ mal y la injusticia. nes (en Francia, en España, en Nápo-‐ les), como el general Prim, presiden-‐ te, del Consejo de Ministros y miembro de nuestro Supremo Consejo, el principal obstáculo para el progreso de la sociedad; y simboliza también, ayer como hoy, la pulsión emancipadora que opone a los francmasones contra cualquier tiranía. No hay combate por la libertad de paso sin manejo hábil de la espa-‐ da. La espada que nos iguala, la espada que nos ampara y la espada que simboliza la palabra, el arma más poderosa en el combate contra la ignorancia, el mal y la injusticia. El Caballero de Oriente se libera al cruzar el puente, ejerce plenamente como ciudadano y deviene un combatiente por la libertad. Constructor y defensor del Templo, se au-‐ toconstruye y construye el mundo para que reine sobre la tierra la li-‐ bertad de existir. Todos los días el derecho a la existencia le es negado a las víctimas del Estado Islámico que asesina a las personas bajo la excusa de su no adhesión al credo que ellos preconizan. Parece que la Historia se ven-‐ gue así de Carlomagno y de Isabel y Fernando y de cuantos reyes e in-‐ quisidores cristianos hicieron lo propio no hace tantos siglos. Al Caba-‐ llero de Oriente, que lleva un alfanje como joya de su grado, ningún ciudadano del mundo le es ajeno, y preserva su vida con independen-‐ cia de cuál sea su religión o sus convicciones. Pero usará la espada, la espada del Derecho y aun la espada de la fuerza ejercida desde y en el Derecho, para garantizar la vida, la existencia, de todos. Es consciente, . 86 . LA LIBERTAD DE PASO como el poeta, de que el descuido de la voluntad y el abandono del es-‐ fuerzo permiten el surgimiento del tirano. Un tirano que aplasta la ciencia, el amor y la libertad. Un tirano que aplasta todo lo que hace el genio del hombre. …porque deseáis que el Universo vea como una catedral se desmorona al son del himno que la voz entona del genio de la luz que vida crea;… RUBÉN DARÍO: A los liberales El francmasón defiende la perfectibilidad del ser humano y la de la sociedad, es decir, ni cree detentar un modelo infalible, ni defiende su postura como la única defendible ni se halla jamás satisfecho con lo obtenido. Sólo está de acuerdo en contribuir a que el mundo sea cada vez mejor y, en Política, no renuncia a propugnar, cada día, un go-‐ bierno mejor. Nótese bien: ni el mejor gobierno ni el gobierno de los mejores, sino un gobierno mejor. Que, precisamente, por ser un y no el, será transitorio y un día, substituido. El francmasón al cruzar el puente de Gadara, como he dicho, va al encuentro del otro con el ánimo de compartir con él sus principios que se resumen en diluir la dicotomía nosotros/ellos, los unos y los otros, la gran tentación que nos mantiene salvajes, para avanzar hacia un no-‐ sotros transfronterizo, interreligioso, universal y solidario. El Caballero de Oriente al cruzar el puente, luchando por su libertad, se suma a los soldados de la idea de Rubén Darío, y se apuesta a construir un Tem-‐ plo para todos. El Caballero de Oriente o de la Espada empuña la palabra como ins-‐ trumento de amor y contribuye a que el mundo sea mejor al estrechar sus lazos con quienes ha hallado al otro lado del puente. ¿Quién hay en la otra orilla? Todos aquéllos a los que por una razón u otra podría considerar como extraños: los que hablan otra lengua, son más ricos o más pobres, tienen la piel más oscura o los ojos más rasgados, comen alimentos más cocidos o simplemente vegetales… Al otro lado del río están los que, en principio, podríamos considerar distintos y, al cruzar el puente, ellos y nosotros descubrimos que somos iguales. El franc-‐ masón escocés no temerá ni superar el conflicto ni recurrir a leyes jus-‐ tas que vertebren la igualdad en la diversidad. . 87 . LA LIBERTAD DE PASO 5. El conflicto entre los Hunos y los Hotros ¡Ay de quien, en España, no está ni con tirios ni con troyanos! Será repu-‐ diado por unos y otros. Se rechaza el diálogo, se abomina del pacto, se ri-‐ diculizan las terceras vías, se promueve el alineamiento frentista, se alien-‐ ta la confrontación, se exalta a los nuestros y se denigra al adversario es-‐ carneciéndolo como enemigo… Pudo parecer por un momento que, al es-‐ tar mucho mejor comidos y algo más desasnados, habíamos abandonado nuestra pulsión cainita más profunda. Pero no ha sido así. Esta ha renaci-‐ do para satisfacción de dogmáticos, alivio de frustrados, justificación de cobardes y desahogo de impotentes. En suma: no niego ninguna -‐ ¡ninguna!-‐ salida al contencioso que tenemos, pero sí abomino de las acti-‐ tudes que van cristalizando a uno y otro lado, y que impiden hallarla en paz y concordia. El texto recién transcrito pertenece al artículo «El exilio de un libe-‐ ral» del Notario Juan José López Burniol, publicado en La Vanguardia el 22 de noviembre de 2014, y constituye una bella condena del fratri-‐ cidio a la par que una reivindicación de la fraternidad. Hace años, en uno de los cruces de la vida, López Burniol me escribió que, a pesar de algún tema en el que estábamos en desacuerdo, no por ello dejába-‐ mos de coincidir en las cuatro cosas fundamentales… y que lo demás, era intendencia o marquetería. Ahora, en efecto, coincido con él en el mensaje que transcribe y que pertenece a nuestra mejor tradición li-‐ beral. Ya Miguel de Unamuno había tenido que advertir: En este estado y con lo que sufro al ver este suicidio moral de España, esta locura colectiva, esta epidemia frenopática […] figúrese cómo estaré. En-‐ tre los uno y los otros —o mejor lo hunos y los hotros— están ensangren-‐ 1 tando, desangrando, arruinando, envenenando y entonteciendo España . La Francmasonería, como he dicho, impele a superar cualquier ba-‐ rrera de separación entre los unos y los otros en pos de un nosotros inclusivo y republicano. Desde la moderación, no renuncia a ninguno de los objetivos que serían susceptibles de colmar las ansias de bie-‐ nestar del ser humano, pero sí que renuncia a alcanzar sus fines a cos-‐ ta de que unos se impongan sobre otros, mucho menos de que unos exterminen a los otros. Respeta las ideas, por muy diversas que sean, 1 Esta cita procede de una carta de don Miguel a Quintín de Torre de 13 de diciembre de 1936, recogida en Miguel de Unamuno, EPISTOLARIO INÉDITO. T. 2 (1915-‐1936). Edición de Laureano Robles. Madrid: Espasa-‐Calpe, 1991, pág. 350. . 88 . LA LIBERTAD DE PASO pero respeta, sobre todo a las personas. No mezcla la crítica a las ideas con la crítica de las personas. No se defiende de sus defectos señalan-‐ do los vicios de los demás. La Francmasonería se opone de una forma muy especial a la guerra de exterminio, por usar las palabras tan ilustrativas de Unamuno, en-‐ tre los Hunos y los Hotros. El Huno y el Hotro existen para darse, mutuamente, la fuerza absurda de su delirio de odio. No desean el fin del conflicto sino que se alimentan de él. Cuan-‐ do alguien cae tan bajo como para basar su ideología o sus creencias en el odio al Hotro, es que es un Huno, alguien que ha hecho de la ex-‐ tensión del miedo su razón de vida y del pillaje al Hotro su única indus-‐ tria. El Hotro es el mismo Huno, la misma barbarie, pero con un pelaje, una bandera o unas creencias opuestas. Hunos y Hotros coinciden en creerse que están en el lado de los «buenos» a la par que quienes no están con ellos son los «malos». La Francmasonería aspira a ser el centro de la unión no sólo al reunir a personas que de no existir la Orden jamás se habrían encontrado, sino también al desear que los seres humanos transformen su coexis-‐ tencia en convivencia y las guerras criminales en paz duradera, las di-‐ ferencias de origen, raza, clase o creencias en igualdad civil y republi-‐ cana. La única religión de la masonería estriba en los principios y en los valores «en los que todos están (o deberían estar) de acuerdo». La única política de la masonería es la Ciudad (a la que llamamos repúbli-‐ ca, sin que ello dependa del nombre de las instituciones, sino de la realidad efectiva de los mecanismos de representación y de gobierno) y ello significa que la aspiración de la Orden en el pasado, al construir-‐ se las Naciones-‐Estado, en el presente, al tratar de unir a las naciones en lugar de enfrentarlas, y en el futuro, que ha de ir hacia el horizonte de una federación mundial, se cifra en el reconocimiento pleno de la dignidad de cada persona. La superación de la tribu estriba en la desa-‐ parición de las fronteras y en la extensión universal del concepto de ciudadanía. Éste es el significado de que el Caballero de Oriente o de la Espada concurra a la Corte de Ciro para ayudar a legislar. Contemplo con tristeza el desprestigio de la función legislativa sufri-‐ do durante los últimos quinquenios, perfectamente describible con las palabras de Rubén Darío a finales del siglo XIX: Los unos, en efecto, conservadores o nacionalistas, exponen programas que radicales completos no desaprobarían. Llevados por una manera de respeto humano, hacen concesiones a aquellos mismos cuyos principios rechazan, con tal de lograr los votos. Los otros, los del socialismo, prome-‐ . 89 . LA LIBERTAD DE PASO ten al pueblo, que en el fondo no pide tanto, una libertad tan completa, una justicia tan perfecta, una felicidad tan grande, que no se ve del todo, pues no saben los mismos parlanchines de esas verbales añagazas cómo van a edificar ese paraíso en donde los franceses de mañana van a danzar, en un placer sin límites, un delicioso perpetuo cake-‐walk. Esa falta de sin-‐ ceridad de parte de los candidatos, no va, en último análisis, sin su falta de respeto para el elector. No os diré una novedad si os digo que el respe-‐ to no consiste en muestras exteriores de su deferencia, o en la expresión de fórmulas de urbanidad. Respetar a alguien es, ante todo, suponerle un buen sentido, un juicio por lo menos cercano al nuestro. Es en segundo lugar, tratarle como una personalidad moral a la que no se procura el en-‐ gaño o el daño. De modo que no decir la verdad y nada más que la verdad a los electores, es ya reconocer su falta de inteligencia. Pero decirles ton-‐ 2 terías, es tomarlos por incurables imbéciles . El juramento ritual, ya a principios del siglo XX, del grado 17º, Caba-‐ llero de Oriente y Occidente, comprometía al neófito, por su honor, a evitar el odio al otro y auspiciar la fraternidad universal: …infundir en todos los hombres, mis hermanos, la necesidad de comuni-‐ carse sus ideas y discutirlas para su mutuo progreso, estableciendo como base fundamental de la Libertad el derecho de reunión. Igualmente, pro-‐ meto que he de procurar desterrar la enemistad nacional que produce en el ignorante odio al extranjero, impidiéndole mirar a todos los hombres como hermanos. 6. El Amor por la Humanidad transita por el principio de laicidad Cada vez que oigo la habanera de la Carmen de Bizet no puedo por menos que recuperar el conocimiento del alma humana impregnada en la contradicción permanente del «te amo, pero tú no»/«me amas, pero yo no»… y, en cualquier caso, prends garde à toi! No puede ne-‐ garse que la tragedia de Carmen describe con crudeza el desencuentro entre los seres humanos que nace todos los días de la existencia de malentendidos. No obstante, preciso es distinguir la connatural dificul-‐ tad para la vida en común con la utilización de artimañas que inciten a la intensificación de la dificultad. Hay demasiados profesionales del conflicto, en el sentido de que su oficio es mantener e intensificar los enfrentamientos en lugar de contribuir a su reducción o a su supera-‐ 2 Rubén Darío. OBRAS COMPLETAS. Madrid: Afrodisio Aguado, 1950-‐1955. Vol. II, pág. 710-‐712. . 90 . LA LIBERTAD DE PASO ción. Quienes azuzan los conflictos han hallado en este método una fórmula para conservar su poder, pequeño o grande, pero poder. La cultura del poder —tuve ocasión de exponer en mi discurso de in-‐ greso, el 10 de junio de 2014, en la Real Academia de Doctores, cuyo ámbito de actuación abarca desde Barcelona el conjunto de la Unión Europea— gira alrededor de la sacralización del fratricidio y, por esta razón, la Revolución Francesa descubrirá para la eviternidad el valor de la fraternidad como virtud. Ésta es, en mi opinión, una de las gran-‐ des aportaciones de la Ilustración: la substitución del enemigo por el hermano, de la teología por la filosofía, del dogma por la ciencia, del poder absoluto por el poder limitado. ¡La limitación del poder! El viejo anhelo de los liberales a los que cantaba Rubén Darío en el XIX. El más que actual objetivo de regular el ejercicio de todos los poderes (inclu-‐ so de aquéllos que pretenden existir sólo para acabar con los viejos poderes) para que el ciudadano sea el eje de todas las cosas y no el súbdito de cuantos pretenden arrastrarle a su servicio en nombre de una idea o de la negación de las ideas. El ciudadano que piensa y es-‐ cribe los grandes conceptos con minúsculas y no el pobre tonto a quien han convencido para que deje de pensar y para que escriba los pequeños conceptos con mayúsculas. Los unos contra los otros, los Hunos contra los Hotros. Errores fata-‐ les. Todas las calificaciones o descalificaciones globales de grupos hu-‐ manos (étnicos, raciales, nacionales, lingüísticos, religiosos, sexuales) son esencialmente injustas, como semilla del odio y como pórtico del enfrentamiento. … porque las tablas de la Ley del hombre, mostráis al mundo llenas de verdades, y de la democracia el sacro nombre escribís en la faz de estas edades, tendréis mil bendiciones en la historia y una palma en el templo de la gloria. RUBÉN DARÍO: A los liberales En los rituales de nuestro Supremo Consejo en 1908 se decía que la libertad se halla en peligro (…) Las naciones que, creyéndose señoras del mundo, pretenden imponerse a las otras por el derecho del más fuerte; los monopolios escandalosos; los atentados a la libertad del trabajo; las aberraciones del espíritu de partido y de secta; los antago-‐ nismos de clase, raza y condición que amenazan convertir al siglo XX . 91 . LA LIBERTAD DE PASO en un verdadero infierno, son los adversarios que debemos atacar, sin cesar un momento en la lucha, hasta que sean vencidos. Este programa de hace un siglo mantiene una sorprendente lozanía, mucho más si se añade a la cita anterior la de uno de los párrafos pos-‐ teriores en el que se defendía propagar las verdades útiles al progreso social, proteger al débil y al inocente y considerar como hermanos a los oprimidos y como enemigos a los opresores y desenmascarar la hipo-‐ cresía y la impostura, así como combatir con las armas de la razón, la persuasión y el buen ejemplo al fanatismo, a la superstición, a la tira-‐ nía y a la injusticia. Usar sólo las armas de la razón, de la persuasión y del buen ejemplo constituye el mensaje de la Francmasonería más esencial y permanen-‐ te, cuya realización práctica se consigue en la sociedad mediante la preeminencia del principio de laicidad. El artículo primero de la Consti-‐ tución española de 1978 consagra como valores superiores del orde-‐ namiento jurídico a la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo político, que a mí me gusta evocar, simplemente, como pluralismo. Es-‐ tos valores habían brillado por su ausencia durante la dictadura de Franco y habían tenido una vida lánguida en muchos períodos anterio-‐ res, desde que intentaron asomar con dificultades en el Estatuto de Bayona de 1808 y en la Constitución de Cádiz de 1812. Sin embargo, no es difí-‐ Usar sólo las armas de la cil concebir que deberían informar la razón, de la persuasión y convivencia ciudadana en todos los rin-‐ del buen ejemplo consticones del planeta. Hoy deberían figurar tuye el mensaje de la en el frontis de nuestros edificios públi-‐ Francmasonería más cos, incluidas las escuelas. La vigencia esencial y permanente, de los valores de libertad, igualdad, jus-‐ cuya realización práctica ticia y pluralismo es el único medio por se consigue en la socieel que puede erradicarse el miedo, ese dad mediante la preemimiedo que ha sido siempre el principal nencia del principio de obstáculo para la emancipación de los laicidad. seres humanos. El miedo, el arma que esgrimen los Hunos contra los Hotros, genera sumisión siempre, ante el gobierno o ante el vecino, ante el padre o el clérigo, ante el fascismo y el estalinismo, ante los «ojos y oídos de la revolución» o ante el guardián de las esencias, ante el unanimismo que impone una concepción, una religión o una idea como única, desechando como inadmisibles a las demás. El miedo paraliza y, en ocasiones, impulsa hacia la locura colectiva. La libertad no existe sin . 92 . LA LIBERTAD DE PASO La libertad no existe sin respeto, la igualdad es imposible sin una desigualdad solidaria, la justicia es incompatible con la laxitud y con el linchamiento, el pluralismo se muere si sólo se conlleva la diferencia en lugar de obtener provecho de ella. respeto, la igualdad es imposible sin una desigualdad solidaria, la justi-‐ cia es incompatible con la laxitud y con el linchamiento, el pluralismo se muere si sólo se conlleva la diferencia en lugar de obtener provecho de ella. El miedo puede desaparecer, únicamente, cuando la vida se entrela-‐ za con la laicidad concebida como la estructura espiritual de la Ciudad. La laicidad, que es, como quiere el ritual escocés, el combate con las armas de la razón, de la persuasión y del buen ejemplo, se manifiesta como un principio organizador de la pluralidad y de la tolerancia en una sociedad que ha alcanzado su mayoría de edad y que no interfie-‐ re, de entrada, con el contenido substantivo de las reli-‐ giones o de las ideologías. En la laicidad, por tanto, no puede hallarse elemento alguno de crítica, censura o limitación del ejercicio de la práctica de las religiones o de la vida espiritual de las per-‐ sonas individualmente consideradas o en grupo. Aunque a menudo se oiga esta crítica, razón que obliga a descar-‐ tarla formalmente mediante este razonamiento, la laici-‐ dad como principio organizativo ni comparte la naturale-‐ za de las religiones ni prejuzga negativamente ninguna opción de conciencia. Aunque sí es cierto que la laicidad sitúa a las convicciones y creencias en el seno de un or-‐ denamiento jurídico, si se quiera las sujeta a la ley, algo que no siempre éstas aceptan con agrado, llegando inclu-‐ so a repeler la obediencia a las leyes sin ambages. Por poner un ejemplo cercano, la Iglesia Católica Romana ha encubierto a sus clérigos pederastas, aplicándoles a lo sumo nuevos destinos, hasta el cambio de criterio de Rat-‐ zinger (en 2012) y el definitivo golpe de mano de Bergo-‐ glio, forzando incluso la dimisión de obispos y haciendo públicos los hechos, obligando así a la intervención de las jurisdicciones penales de los Estados. Que Bergoglio tu-‐ viera que recurrir al ardid de filtrar a la prensa una lla-‐ mada suya a una víctima resulta muy ilustrativo de la re-‐ ticencia eclesial ante el asunto. Un segundo ejemplo cer-‐ cano: el incremento de las violaciones en Marruecos y la pervivencia de los malos usos de criminalizar a la víctima y de «redimirla» mediante el matrimonio con el agresor; o la conllevancía en medios musulmanes con los críme-‐ nes a gran escala del Estado Islámico. Y un tercer ejem-‐ . 93 . LA LIBERTAD DE PASO plo: la pretensión de transformar el Estado de Israel, nacido sionista, pero laico, en un Estado confesional, cuya primera víctima sería la ex-‐ presión libre de los sentimientos en las noches de Tel Aviv. El principio de laicidad no es una peculiaridad francesa o europea, sino la emanación de una tensión emancipadora nacida de la cultura de los derechos humanos ¡cómo se resisten las religiones a aceptar la vigencia universal de los derechos humanos! Y con ellas, todas las op-‐ ciones ideológicas y todas las formas absolutistas y dogmáticas de po-‐ der. Las excusas para limitar la vigencia del principio de laicidad es-‐ conden siempre la pretensión de imponer el propio credo (religioso, ateo, político, económico) sobre el libre ejercicio del pensamiento. Y los ciudadanos, ¿para qué quieren pensar si otros, más sabios, más inspirados, más doctos o más osados en su ignorancia y en su estupi-‐ dez, ya piensan por ellos? No hay suficientes ovejas para tantos candi-‐ datos a pastor. En realidad, ¿para qué quiere nadie ser ciudadano si puede ser fiel o súbdito o cliente o consumidor o anónimo levantador de manos en una asamblea? O hooligan de cualquier nacionalidad que cierra los ojos ante las consecuencias, a veces mortales, de la violencia que contribuye a alimentar. La Francmasonería escocesa, que evoca al buen pastor, como aquél que es capaz de mostrar amor por sus seme-‐ jantes, rechaza a la pléyade de falsos pastores, aspirantes a tiranos, sumos sacerdotes, y demás mentecatos con vocación de vivir a costa de los demás. La república laica es el único espacio de igualdad ciuda-‐ dana en la dignidad en el que pueden florecer todas las potencialida-‐ des del corazón humano. Los ciudadanos, sin embargo, expresan de forma creciente su indig-‐ nación ante el deterioro de sus condiciones de vida, el desmantela-‐ miento de las políticas sociales, el prestigio cuestionado de electos y gobernantes y la corrupción que parece haber impregnado a todos los niveles el gobierno y la administración de lo público. La expresión de esta indignación es, en sí misma, un motor de cambio y de progreso, aunque no siempre los argumentos utilizados resulten técnicamente correctos o jurídicamente factibles. Los altos grados escoceses son es-‐ pecialmente sensibles a la defensa de las políticas de igualdad y a las quejas expresadas en sede parlamentaria o mediante explosiones de indignación. A la vez, no obstante, quieren ir más allá de la indignación para comprometerse con la recuperación de los principios básicos de una sociedad democrática. No les compete la solución concreta y con-‐ tingente, pero si la recuperación del prestigio de lo público. . 94 . LA LIBERTAD DE PASO De entre el conjunto de problemas graves que amenazan la vida so-‐ cial, la corrupción ocupa un lugar importante y es un factor muy rele-‐ vante de irritación colectiva. El remedio a la corrupción no transita ni por la generalización de una especie de «justicia popular» o «mediáti-‐ ca», siempre injusta, ni por una sobreabundancia de leyes represoras. La honestidad volverá a ser una virtud pública cuando la conciencia social recupere el vigor necesario para que no haya lugar a dudas. Hay un concepto muy dañino en el discurso político: tolerancia cero ante…, por ejemplo, la corrupción. Primero, porque parece que fuera posible un cierto grado de tolerancia; segundo, porque la tolerancia no admite ser confundida con la laxitud ante el incumplimiento de las leyes; y tercero, porque guardar y hacer guardar las leyes no puede hacerse depender de una decisión política. 7. La propedéutica del Caballero La regla principal del Caballero fue formulada en Roma por Domicio Ulpiano con una claridad meridiana: Honeste vivere, alterum non laedere et suum cuique tribuere Entre los grados 15º y 22º del Rito Escocés empezamos a descubrir al Caballero, al Caballero que, como ha descrito Xavier Miranda, sirve a la razón y al amor y tiende puentes en lugar de cavar zanjas, a la par que rechaza cualquier planteamiento que substituya al ciudadano por el súbdito, al hombre libre por la masa informe de los seguidores de cualquier dogma, al autor de la historia con minúsculas por las vícti-‐ mas de la Historia con mayúsculas. Este descubrimiento no quiere agotarse en un mero culturalismo sino que es propedéutico, como co-‐ rresponde al Aprendiz, a quien se prepara y se adiestra para un día al-‐ canzar el Conocimiento. Este Conocimiento formará parte del esfuerzo que se le exige al iniciado al alcanzar el grado 30º, Caballero Kadosh, multiplicado, si cabe, en el 33º, Soberano Gran Inspector General. El Caballero habrá ya aprendido en este punto que, como señala nuestro ritual del grado 16º, Príncipe de Jerusalén, en 1908: …los intereses generales de la sociedad no pueden ser limitados por las fronteras. He dicho propedéutica y no todavía metodología, porque el Caballe-‐ ro escocés va a hallarse siempre in itinere, va a hacerse mientras reco-‐ rre los caminos para desfazer entuertos. Siguiendo el modelo de bon-‐ . 95 . LA LIBERTAD DE PASO dad de Alonso Quijano, va a ejercer como Don Quijote, a quien quizás dirija, aquella letanía en la que nuestro nicaragüense universal le im-‐ petraba: ¡Ruega por nosotros, que necesitamos las magias rosas, los sublimes ramos de laurel Pro nobis ora, gran señor. ¡Tiembla la floresta de laurel del mundo, y antes que tu hermano vago, Segismundo, el pálido Hamlet te ofrece una flor! RUBÉN DARÍO: Letanía de nuestro señor Don Quijote, fragmento En su aprendizaje de la Caballería, el francmasón sirve a los demás y no se sirve de ellos. En cada uno de los grados capitulares descubre nuevas exigencias de la virtud y, más allá, subiendo y volviendo a bajar los siete escalones del Caballero del Águila Blanca y Negra, creerá en lo íntimo de su ser, vincere aut mori, en cada uno de sus lances, pro-‐ visto tan sólo de lo que corresponde a los soldados de la idea. En este aprendizaje perpetuo, cuya culminación no conseguirá nun-‐ ca, los símbolos y arcanos de cada grado, marcarán los hitos prope-‐ déuticos de la condición exigente del Caballero. Caballero al servicio de la libertad de paso, de la propia y de la ajena, la labor del francmasón escocés es inacabable. Y sí, en efecto, recuer-‐ da a Sísifo. El mito de Sísifo, del que hablaba antes. Sin ninguna conno-‐ tación pesimista, desde el optimismo social de la pequeña victoria ob-‐ tenida cada vez que se alcanza la cumbre, el francmasón escocés re-‐ conoce el deber como guía de su vida incluso, o aún diría más, sobre todo, cuando abandona el Templo blanco en el que se reúnen los Grandes Inspectores Generales, oyendo decir al Maestro de Ceremo-‐ nias: Buscando sin descanso la Palabra Perdida, han llegado a saber que sus obras son efímeras y que siempre deberán volver a empezar.Å ____________________________ El origen de este trabajo se halla en los dos discursos del Gran Comenda-‐ dor pronunciados por el autor durante las Grandes Tenidas de Primavera (25-‐27 de abril de 2014) y de Otoño (24-‐26 de octubre de 2014) del Su-‐ premo Consejo Masónico de España celebradas en Barcelona y en Madrid, como es costumbre, respectivamente. Incluye también algunas referen-‐ cias procedentes de su plancha «Educació republicana i república educati-‐ . 96 . LA LIBERTAD DE PASO va» trazada en la Tenida conjunta de las Logias Iod del Maresme, Descar-‐ tes y Pedra Tallada (G∴L∴S∴E∴) celebrada el 12 de abril de 2014, algu-‐ nos conceptos desarrollados durante los trabajos regulares de la Logia de Perfección República nº 11 de Palma de Mallorca y algunas reflexiones contenidas en una parte de la conferencia «La laicidad en la vida política» pronunciada en el Círculo Ecuestre de Barcelona el 14 de febrero de 2012 ante el grupo catalán del Capítulo español del Club de Roma. Agradezco a M.D.T., en particular, haber compartido conmigo sus reflexiones sobre el silencio. Bibliografía consultada Daniel Béresniak: De la queste spirituelle à l’œuvre au rouge, Detrad, Paris, 1991. Claude Delbos: La quête d’un Maître Franc-‐Maçon, Detrad, París, 2005. Jacques Fontaine: L’élan: la quête du Rose Croix du Chevalier d’Orient au Prince du Li-‐ ban, Detrad, París, 2013. Claude Guérillot: Les degrès de l’exil, Vega, Paris, 2004. Irène Manguy: Symbolique des Grades de Perfection et des Ordres de Sagesse, Dervy, e París, 2003, 2011 (3 édition revue et corrigée). Xavier Miranda: «Lecciones del Quijote para la acción masónica de hoy», en este mis-‐ mo número 20 de Cultura Masónica. Vicenç Molina: «Un decir sobre la palabra perdida… o la desorientación conservadora de una cierta masonería», en Cultura Masónica, nº 13, octubre de 2012, páginas 96-‐ 102. Jean-‐Claude Mondet: Du Chevalier d’Orient… au Chevalier Kadosch, Rocher, Mónaco, 2012. Albert Pike: Liturgies of the Ancient and Accepted Scottish Rite of Freemasonry. Joan-‐Francesc Pont Clemente: «La llave de marfil: un ensayo sobre lo que abre y lo que cierra» (inédito). S∴L∴C∴ de P∴ República nº 11 (S∴C∴M∴E∴), Palma de Mallorca. «El conocimiento desmitificador de los mitos», en Cultura Masónica, 2014, nº 16, págs.. 123-‐136. Mª Àngels Prats: «El R∴E∴A∴A∴, progresión iniciática, pensamiento libre y sociabi-‐ lidad fraternal», en Cultura Masónica, nº 9, diciembre de 2011, páginas 27-‐37. Ramon Salas: «El Maestro Secreto: del silencio como ignorancia al silencio como sabi-‐ duría», en Cultura Masónica, nº 9, diciembre de 2011, páginas 101-‐110. M.D.T.: «Del silencio del Aprendiz al signo del Maestro Secreto y a la mano de justicia» (inédito), S∴L∴C∴ de P∴ República nº 11 (S∴C∴M∴E∴), Palma de Mallorca. Pierre Vajda: Savoir et connaissance – Approche herméneutique du Rite Écossais An-‐ cien et Accepté, Dervy, París, 2009. . 97 . LA FRATERNIDAD COMO EXPRESIÓN DEL AMOR REPUBLICANO Quizás hoy, quizás como siempre, aunque no en todo momento, la Piedra Cúbica suda sangre y agua, porque incluso hoy entendemos que la palabra está perdida. Porque como sabemos, los que osaron emprender la regeneración de la humanidad fueron asesinados en nombre de dogmas y supersticiones por una masa informe armada de ignorancias. Y hemos emprendido, desde siempre, aunque quizás no en todo momento, un viaje de retorno, inacabable e incierto del Septentrión al Mediodía y de Occidente a Oriente. SANTIAGO J. CASTELLÁ SURRIBAS Nuestro punto de inicio ha sido el lugar que se encuentra en el instan-‐ te en el que el Sol se obscureció y en que, desgarrado el velo del tem-‐ plo, se extendieron las tinieblas y la consternación sobre la Tierra. Y contemplamos ahora, como siempre, aunque quizás no en todo mo-‐ mento, nuestras columnas quebradas, y rotas las herramientas de . 99 . LA FRATERNIDAD COMO EXPRESIÓN DE AMOR REPUBLICANO nuestro trabajo, y somos incapaces ya de localizar la estrella flamígera en un firmamento de fuegos de artificio. Porque siempre, siempre, aunque quizás no en todo momento, triunfa el mal, la ignorancia, la mentira, el miedo, el sometimiento y la corrupción. Siempre, aunque quizás no en todo momento, nuestro templo esta destruido, por eso estamos siempre desolados entre las ruinas, pero con la alegría fraterna de la llamada a una nueva cons-‐ trucción, que siempre es reconstrucción. Por eso tiene tanto sentido librar estas batallas, armados con la resuelta valentía que se aleja de la simpleza de la temeridad, con la aceptación de la norma consensuada en el seno del ágora sin aceptar la acrítica condescendencia del servil, alejados de los prejuicios y del orgullo vano. En nuestra dualidad ajedrecística, de un universo de cubos blan-‐ cos y negros que, en geometrías perfectas, emergen en el centro del templo de las entrañas más profundas, telúricas y secretas de la Tierra, encontramos, a cada paso, la agónica desesperación de las tinieblas del templo destruido, junto a la blanca luz de la esperanza reconstructora, que en un eterno retorno cíclico y melódico se re-‐ produce en cada uno de nuestros actos, en cada partícula de la in-‐ creada-‐creación, en todo tiempo y en todo lugar, o lo que es lo mismo, nunca y en ningún lugar. Quizás, la física quántica resuelva el dilema último e irresoluble de entender cómo todo ocurre de todas las formas posibles en que puede ocurrir, en todos los momentos dados, y en cualquier espacio existen-‐ te. Porque el glorioso templo que levantamos a tu gloria arquitectóni-‐ ca por el progreso de la humanidad es al tiempo el templo recién des-‐ truido, y los valles verdes y ricos son al tiempo las desoladas tierras es-‐ tériles de los desiertos, y por que al tiempo que la ignorancia, el dog-‐ ma y la superstición se extienden por la faz de la tierra, más grande es nuestra ansia de conocimiento y más terreno ganamos para la blanca luz de la verdades. Pero hoy sabemos que la palabra esta perdida. Y clámanos con de-‐ sesperación buscando la palabra que devenga en poema, en cántico, en gozo, abandonando el llanto, el grito, el silencio impuesto por el bárbaro y el necio. Por eso, en un universo de incomprensibles formas, yo pido para la palabra el verso; un verso donde articule su soledad abstracta, donde la palabra se articule con otras en la oceánica y poli-‐ sémica republicana plaza de los verbos; un verso donde la palabra se articule con otras en la incitación erótica de los pronombres, salvando . 100 . LA FRATERNIDAD COMO EXPRESIÓN DE AMOR REPUBLICANO así su carencia de rimas y sufijos. Pero nadie puede ya comprender na-‐ da, porque hemos perdido la palabra mientras buscábamos un verso. Y quizás, ese es el secreto del Amor, quizás incluso, la palabra perdi-‐ da, la única palabra perdida, es el Amor. Y por eso, lo buscamos incan-‐ sables, sabiéndonos eternos derrotados —este es el secreto poético del caballero de la triste figura—, y sabiéndonos también eternos triunfadores —como el caballero de la locura—, eternos derrotados y eternos triunfadores, a la búsqueda de la palabra: buscando en la sor-‐ didez de los rincones oscuros que hay en las suntuosas camas de pala-‐ cio y en calidez de los pajares sucios y olorosos, buscando retazos de amor con los que compartir el viaje, retales mal zurcidos de amor re-‐ publicano con los que compartir el mundo. Busquemos pues el amor, también en la republicana plaza de los verbos, compelidos a actuar por amor, enfermos de amor conjugado en mil formas, maneras y pos-‐ turas, como una afirmación humana de lo humano contra todos los dioses todopoderosos que no son de este mundo de claroscuros, bus-‐ quemos el amor como afirmación de nuestra terrible humanidad; el Amor como fractura de nuestra prosaica condena mundana, como re-‐ to contra la vulgar cotidianeidad de un mundo absurdo. Tres armas nos invitan al viaje y al combate, tres columnas sostienen nuestro derruido y reconstruido Templo, tres propuestas de amor re-‐ publicano impulsan nuestro agónico frenesí con la alegría juvenil de nuestro esfuerzo: la Fe, la Esperanza y la Caridad. La Fe que nos invita al amor propio, a la confianza en el triunfo de nuestro mejor yo sobre nosotros mismos, a la confianza en nuestro decadente destino personal: Fe en que nuestra alegría ilumine otros corazones; Fe en que es posible reconstruir el eternamente destruido templo; Fe en encontrar la palabra con la que recitar un verso susu-‐ rrado en tu oído, junto a ese rincón del cuello que estremece; Fe en que juntos seremos más y más mejores que dispersos; Fe en que tu mano, que ha sabido guiarme segura hasta este altar, permanecerá agarrada a ti cuando la distancia nos invite al extravío; Fe en que no hay destino que no podamos vencer con el desprecio. Una insana Fe en mí, que me invite a creer en ti, y poder cerrar los ojos tranquilo ya exhausto junto a otros. Y Esperanza en un triunfo incierto e imposiblemente realizable, en el progreso de la humanidad, en los avances de la luz derrotando las ti-‐ nieblas, en la verdad compartida y construida como sinónimo demiúr-‐ gico de la verdad; Esperanza en que hay un mañana mejor con un yo distinto de mi, más yo si cabe aún, y más cerca de ti si puedo; Esperan-‐ . 101 . LA FRATERNIDAD COMO EXPRESIÓN DE AMOR REPUBLICANO za en un todos que es un yo y un cada uno, sin pueblos, ni Mesías, ni banderas, ni abanderados; un todos sin desfiles ni procesiones, sin al-‐ garabías ni pronunciamientos, un todos donde nadie falte. Y Caridad conmigo y con mi ignorancia, con mi incapacidad innata para ponerme en tu lugar, para compartir tu dolor beodo en tu alegría, para poder amarte sin dejar nunca de ser yo, sin renunciar nunca a mis profanidades, mis habitaciones, mis desiertos y mis playas, invitado a tus laderas en ocasiones y compartiendo salones, recreos, canchas de juego de pelota y mares de fraterna camarería, danzando con todos sin recitar la letra como un salmo, bailando sin ponerme firmes ante himnos, ni levantar mi voz a tu llamada a gritos pues bastará el susu-‐ rro, o el llanto sordo y la mirada triste para descorchar nuevos terre-‐ nos, para invitarnos al beso y al precipicio heroico del placer, a la gue-‐ rra, al fanzine, al twiter y al wasshap. Por eso el Príncipe Rosa+Cruz es el príncipe del Amor en la Repúbli-‐ ca, que eleva una propuesta de fraternidad convivencial con la que re-‐ construir el gran templo eternamente derruido. Amor fraternal repu-‐ blicano que nace de la Fe en cada uno de nosotros, de vosotros y de ellos, la Fe en cada ser humano pero también la Fe en la humanidad, como un coro babélico de ritmos esquizoide que logra un día la armo-‐ nía que marco el compás del universo. Amor fraternal republicano que nace de la Esperanza del triunfo emancipador del hombre contra la ti-‐ ranía, frente a los dogmas y las imposiciones, esperanza en la alegría feliz que presienta el amanecer, el retorno cíclico y la continuidad inIn-‐ terrumpiblemente continua de la vida. Y amor fraternal republicano que nace de la Caridad del compartir el pan de la verdad al tiempo que se clama por la justicia y el reparto, por el fin del privilegio, por la di-‐ versidad de voces, por la pluralidad del gesto y la materia, por la mes-‐ tiza fuente de los besos y la consensuada plaza de los verbos. Por eso, quizás la palabra perdida sea el amor entre tu y yo, y con el y ella, y la fraternidad de los plurales con nosotros, con vosotros y con ellos. Amor republicano, sin imposiciones, sin coacciones, sin miedos, sin mentiras, sin reparos, simple, fresco: amor humano de profunda y letal humanidad, amor fraterno, donde el hombre deja de ser un lobo para el hombre, e invita al beso que florece como rosa en los labios de la cruz que une nuestras vidas.Å . 102 . EL ARQUETIPO DEL CABALLERO EN LA DIDÁCTICA Y EN LA PRAXIS MASÓNICA El rugir de los leones, el aullido de los lobos, la cólera del mar huraca-‐ nado y la espada destructiva, son trozos de eternidad demasiado grandes para el ojo del hombre. El Matrimonio de Cielo e Infierno, WILLIAM BLAKE GERMÁN VENEGAS DÍAZ Hay una imagen que, últimamente, regresa a mi memoria de manera recurrente. Me veo a mí mismo de pequeño, a orillas de unos de esos anchurosos y plácidos ríos de Andalucía, bajo el cálido sol del atarde-‐ cer, arrojando una piedra al agua sólo por el placer de observar las ondas que se provocan, por ver cómo se expanden, multiplican y ale-‐ jan de manera incontrolable, haciéndose más y más grandes hasta desaparecer. En ese momento, ya no importa la piedra, ni siquiera el agua, sino el efecto que se ha provocado: la magia que ese instante produce ante los ojos de un niño. Y es que creo que la Iniciación, toda Iniciación, es algo parecido. So-‐ mos piedras arrojadas a un ritual extraño del cual poco o nada sabe-‐ mos, y quedamos fascinados porque no podemos ni debemos contro-‐ lar sus efectos y, entonces, ese instante mágico nos devuelve al lejano río de nuestra infancia, recuperamos la inocencia perdida, ese instante de serena belleza que la tibia brisa de aquella tarde nos devuelve co-‐ mo una promesa. Promesas sutiles que están alojadas en nuestro inconsciente desde tiempos remotos, que se deslizan astutamente bajo el rigor de las conclusiones doctas, lógicas y razonables, y que sólo pueden ser des-‐ veladas con la íntima humildad de nuestro corazón, que sólo son visi-‐ bles ante las miradas limpias, puras. Arquetipos que se ofrecen al ini-‐ ciado que no pretenda torcer ni amoldar ese instante de discreta be-‐ . 103 . EL ARQUETIPO DEL CABALLERO EN LA DIDÁCTICA Y EN LA PRAXIS MASÓNICA lleza en el crisol de sus propias reinterpretaciones, marchitándola bajo el peso del bagaje que soporta desde el mundo profano. Pues es cierto que, a veces, nos parecemos a aquellas vírgenes Arré-‐ foras, que portaban desde el templo de Palas cestas cuyo contenido desconocían, para depositarlas en las profundas cavernas de Eros y re-‐ coger allí otras, qué tampoco sabían qué podían contener. Como caba-‐ lleros y damas rosacruces —ya que cuando se habla al alma humana, la diferencia es irrelevante— debemos cortar la cuerdas, abrir las «kis-‐ tai» y soportar la visión de Erictonio, «el niño enigmático», sin huir o enloquecer como hicieron las hijas de Cécrope: ésta es la «queste» del iniciado, el misterio que evoca el laberinto de la rosa, pues como recuerda la introducción de nuestro ritual «El hecho de que estéis aquí, nos trae la prueba de que… habéis seguido las tres vías que llevan tradicionalmente a la Iniciación: la vía de la Acción, la vía del Amor y la vía del Conocimento» (Grado XVIII – pág. 66). Nuestro inconsciente puede ocultar fuerzas psicológicas inconvenientes, pulsiones repri-‐ midas, brumas, terrores, daimones e imágenes engañosas que no hemos podido o sabido integrar a nuestras vidas co-‐ tidianas e intuimos que son peligrosas, pero fascinantes, porque con-‐ tienen las llaves que abren las puertas de la vertiginosa aventura del descubrimiento de ese sol negro —oscuro ante la luz, pero brillante en plena noche— que es lo que realmente somos. Por ello, debemos desenmascarar a esos pequeños tiranos, ávidos del «yo y lo mío», que se alojan entre nuestras tinieblas personales, y que nos hacen sufrir disfrazados de autorrealización y vanidad, apa-‐ rentemente modernos pero de edad arcana. Enfrentarnos a ellos y de-‐ rrotarlos finalmente, volviendo a nacer, resurgiendo de sus cenizas. Recordemos las palabras de nuestro ritual: «El ser humano se interroga continuamente sobre el origen, la natu-‐ raleza y el fin de las cosas, y frecuentemente, sólo obtiene respuestas decepcionantes. Quizás, tú también has sentido el duro sufrimiento de la duda, y es que la ignorancia y la duda condicionan la vida del ser humano» (Grado XVIII – pág. 90). Pero no estamos solos en esta aventura, porque muchos han sido los iniciados de todos los tiempos que se nos han adelantado. Sólo tene-‐ mos que seguir el hilo de Ariadna, pues allí donde habíamos pensado encontrar lo abominable, puede que encontremos a un dios; donde . 104 . EL ARQUETIPO DEL CABALLERO EN LA DIDÁCTICA Y EN LA PRAXIS MASÓNICA creíamos que podríamos matar a otro, nos mataremos a nosotros mismos, y cuando estemos convencidos de que salimos del laberinto, es posible que lleguemos al centro de nuestra propia existencia, en comunión con la naturaleza… ondas que se multiplican de manera in-‐ controlable, y paradoja tras paradoja, vuelve a nosotros la mágica bri-‐ sa de aquella tarde. Aparece, aparece, cualquiera que sea tu forma y tu nombre, ¡Qh, Toro de la Montaña, Serpiente de las Cien Cabezas, León de la Llama ardiente! ¡Oh Dios, Bestia, Misterio! ¡Ven! Las Bacantes, 1017 -‐ EURÍPIDES Al iniciarnos, voluntariamente pretendemos separarnos del mundo que conocemos, de los usos habituales, de la seguridad y su monoto-‐ nía. En cierto modo, morimos para el mundo, dejamos de existir como éramos y nos retiramos para emprender una aventura que habrá de transformarnos. Pero antes de comenzar, durante esa necesaria sepa-‐ ración, habremos de purgar nuestras angustias, frustraciones y malos recuerdos: habremos de vaciarnos, para regresar con algunos deste-‐ llos, al menos, de esa gracia que pretendemos alcanzar. Hemos atendido a la llamada de la «queste», nos hemos decidido por el vértigo de asomarnos a nuestros propios abismos, y ya no pue-‐ de haber marcha atrás, ni condena o reinterpretación de la hazaña, cuando la visión que se nos ofrezca sea muy turbadora: «No te corres-‐ ponde a ti terminar la tarea, pero tampoco tienes derecho a apartarte de ella», dice la Mishná. Porque, es posible, que llevemos en nosotros un abismo de oscuri-‐ dad y que nos aterrorice enfrentarnos al más mortal de los enemigos, pero esta empresa no puede desanimarnos pues acabaríamos aferra-‐ dos a los infiernos que hemos vislumbrado. Recordemos que Hermes asesinó a Argos, guardián de Ío, y que los dioses lo absolvieron; recor-‐ demos, igualmente, que en nuestro ritual se proclama: «Al que dijo: «Buscad y hallaréis», los seres humanos no lo comprendieron y lo ma-‐ taron» (Grado XVIII – pág. 102) y que, en cambio, se nos devuelve la limpia luz de la Esperanza. Hemos de cruzar nuestros desiertos más desolados y superar el encantamiento de nuestras propias voces, con las únicas armas de una firme voluntad, con fe en nuestro propósito… de otro modo, podríamos sufrir el triste destino del impaciente Ac-‐ teón, que quiso ver la Verdad desnuda y acabo destrozado por la jau-‐ ría de sus propios demonios. . 105 . EL ARQUETIPO DEL CABALLERO EN LA DIDÁCTICA Y EN LA PRAXIS MASÓNICA Pero quienes buscan con el corazón gentil la vida más allá de la vida, tampoco pueden caer en la ilusión de los sistemas éticos monástico-‐ puritanos que niegan el mundo, que nos aíslan de nuestra propia na-‐ turaleza, que sustituyen mediante dogmas la forma de percibir y per-‐ cibirnos frente a nuestros semejantes, y que demonizan nuestras pul-‐ siones tranfigurándolas en algo maligno, insano, intolerable o absurdo. El caballero es el complemento de la dama, y viceversa, de otro m o-‐ do la aventura está incompleta, y se convierte en aridez y aburrimien-‐ to mortal: una suerte de endogamia espiritual; pues la misión del ini-‐ ciado es descubrir su propio lugar en la existencia, traspasar los muros que le reprimen e impiden unirse a este mundo y ser parte de él. Cuando Psyché hubo llevado a cabo todos los trabajos encomendados por Zeus, éste le concedió el elixir de la inmortalidad y, de este modo, quedó unida para siempre a Eros, su amado, en el paraíso de las formas per-‐ fectas. Recordemos, una vez más, las palabras de nuestro ritual, en el momento en que se in-‐ flama el Pramantha: En todo lugar, en germen y en potencia, padre de los que te engendran, simbolizas a nuestros ojos, el principio de todas la combinaciones que se operan en la naturaleza, la esencia del movimiento, de la vida y del pensamiento; la razón que ilumi-‐ na a todo ser humano que viene al mundo (Grado XVIII-‐ pág. 116). Los que hemos nacido dos veces, mystes pero también Dithyrambos, debemos reunir el calor del cielo y de la tierra, reconciliarnos con nuestros dragones derrotados, actuar con misericordia y ser útiles como guías e iniciadores. Recorrer la senda del equilibrio, el camino de la serenidad, sin excesivas fascinaciones celestiales que podrían des-‐ bocar el alma haciéndonos caer al vacío como le sucedió al impruden-‐ te y soberbio Faetón, ni convirtiendo nuestro propósito en una suerte de interminable eufemismo, de conceptos alienados que sustituyan la idea por la ideología, dejando yerma y vacía nuestra vida en esta tie-‐ rra, madre nutricia. Evitar el caos, es una de las mayores responsabilidades que nos de-‐ bemos a nosotros mismos y a nuestros semejantes, ya que puede es-‐ tar al alcance de la mano imponer certezas de gloria contemplativa o . 106 . EL ARQUETIPO DEL CABALLERO EN LA DIDÁCTICA Y EN LA PRAXIS MASÓNICA bien de árida negación de todo atisbo de lo sagrado. Cuando el Evan-‐ gelio de San Juan toma comienzo proclamando que «Al principio ya existía el Verbo, el Verbo existía junto a Dios, y el Verbo era Dios» está aludiendo, simultáneamente, a dos conceptos: por un lado, al semítico «dabar Yahvéh», la palabra-‐luz, trascendente y creadora de Dios, que evoca lo de arriba; por otro lado, al griego «logos» que supone lo in-‐ manente, la razón, el orden, la estructura misma de la realidad, lo de abajo… ambas evocaciones, ambas indisolublemente unidas, son la ra-‐ zones esenciales por las cuales «somos, nos movemos y existimos» (Hechos de Pablo 17, 28). No olvidemos que la esencia del tiempo es el cambio, esto es, la di-‐ solución de la existencia momentánea. Que, a su vez, la esencia de la vida es el tiempo y que debemos amar las diferentes formas del tiem-‐ po, de la creación, con misericordia y plena conciencia de lo que ha-‐ cemos. El dos veces nacido ha de limpiar su propio corazón, el fanático trata de limpiar el mundo. Aquí yace Faetón; viajó en el carro de Febo, y aunque su fracaso fue grande, más grande fue su atrevimiento. Metamorfosis, II -‐ Ovidio) Y es que el mundo en que vivimos está afectado por la acción de bandos que pugnan sin descanso: los que rinden culto a los ídolos que se pueden ver y cierran los ojos a los que no se ven, los ávidos de po-‐ der, los adoradores de la bandera, del partido, del artificio... El sentido de las enseñanzas iniciáticas no es curar al individuo para adaptarlo al engaño general, sino apartarlo de ese engaño y, para ello, debemos conquistar el deseo y la hostilidad: dejar la mente en descanso para que el pensamiento fluya, y pueda encontrarse con nuestro íntimo sol negro. Sólo en paz con uno mismo y con nuestros semejantes, nacerá la compasión y será posible comprender las implicaciones finales de las palabras y símbolos redentores del mundo; entonces entenderemos que el objetivo a alcanzar, siempre ha estado alojado en nosotros. El caballero muere como hombre moderno y renace como hombre eterno; no sólo ha vencido a demonios y a dragones, sino también al propio sentido de la «queste», de la aventura iniciática, que ya es irre-‐ levante. Ese encuentro con el Uno —para algunos con Dios, para otros con niveles sublimes de desarrollo de capacidades netamente humanas— nos ha de liberar incluso de ambos conceptos: difícil y absurda tarea es . 107 . EL ARQUETIPO DEL CABALLERO EN LA DIDÁCTICA Y EN LA PRAXIS MASÓNICA calificar lo que no tiene nombre, pues al denominarlo lo convertimos en un tótem, en un objeto de pasión y sumisión alienada. La naturale-‐ za ya no será un objeto opuesto al iniciado que deba ser transformada, sino el medio por el cual descubra más profundamente su propia realidad y la del mundo. Libres, al fin, y responsables, no por el concepto de deber a una au-‐ toridad suprema, sino por lealtad a un profundo sentido del Bien que habrá de brillar calentándonos el corazón. Pero hay que regresar, y reconciliar las dimensiones del mundo, pues sólo el iniciado puede cruzar el umbral en ambos sentidos sin contami-‐ nar los principios de una, con los de la otra, permitiendo a la mente mantener la perspectiva desde cada lado del umbral. Pues ha vivido plenamente la paradoja de las dos visiones del mundo en una sola exis-‐ tencia, en una experiencia única e indescriptible, y se ha visto bendecido por certezas que trascienden el alcance del destino de muchos de sus semejantes. Ante el caballero, ante la dama —que ya son sólo uno— no se desvela su destino personal, sino el auténtico sentido de la especie humana, y del lugar que ocupa o debe ocupar en el mundo. La Fe y la Esperanza, guiaron sus pasos por la aventura iniciática… ahora hay que compartir con los hombres y mujeres que quedaron atrás, la copa con las escasas gotas de la gracia recibida, con Caridad y Misericordia. No es posible el Bien ni la Justicia, si no va dedicada a nuestros semejantes, y carece de todo sentido retener los dones otor-‐ gados para el dragón de la mismidad, pues la saciedad y la náusea se-‐ rían imposibles de contener. Habrá de actuar el iniciado como el derviche semazen, con una pal-‐ ma de la mano hacia arriba y la otra hacia abajo: «todo lo que del Cielo recibo, al Hombre lo entrego; nada queda para mí» y transformar la materia, con el poder de su ingenio y la destreza de sus manos. Trai-‐ gamos aquí, una última vez, las palabras de nuestro ritual: «Que tu inteligencia pueda penetrar en las leyes del mundo. Que la Justicia pueda exaltar a tu alma. Sé libre. Sé feliz en tus acciones, en tus empresas, sé feliz con tus hijos. Obra de manera que la Francma-‐ sonería esté orgullosa de ti» (Grado XVIII – pág. 122). Y es que la Palabra no se encuentra perdida, somos nosotros los que estamos desorientados.Å . 108 . ROSACRUCISMO SOLIDARIO ACTIVISMO ALTRUISTA EN EL SIGLO XXI BAJO EL PARADIGMA CABALLERESCO (UNA INTERPRETACIÓN A TRAVÉS DEL RITUAL) MARIO M. HOSPITAL Introducción El tema de esta exposición nos lleva a realizar conside-‐ raciones tanto de tipo Iniciático como de orden social, bajo el prisma del grado de Soberano Príncipe Ro-‐ sa✠Cruz, o Caballero del Águila y del Pelícano, décimo-‐ octavo grado del REAA. Iniciaremos nuestra andadura comentando algunas de las corrientes más representativas de opinión y pensamiento, de diferentes tendencias e ideologías, y organizacionesque a lo largo de la historia de la humanidad han hecho patente la dominación abusiva del ser humano, porel ser humano y la necesidad de una sociedad que enmiende tal injusticia y dignifique la condición perdida. Mediante el análisis de los elementos simbólicos más representativos del grado que hallamos en su ritual, descubriremos la aplicación social de sus enseñan-‐ zas las cuales tienen como finalidad: la consecución de una sociedad al-‐ truista. Nos ceñiremos al grado décimo-‐octavo lo cual no significa que es-‐ ta vocación no la hallemos en el resto de grados del Escocismo. Es necesario tener presente que junto a la espiritualidad, inherente a todos los Altos Grados, cabalga pareja la racionalidad que nos ha de conducir a la puesta en práctica de lo interiorizado, una vez participe-‐ . 109 . ROSACRUCISMO SOLIDARIO mos como ciudadanos de la república. De la Res pública. La cosa públi-‐ ca. Nuestra cosa. Daniel Beresniak, en su obra Los Oficios y los Oficiales de la Logia, en referencia a lo expuesto y a una Ciencia Tradicional en concreto, aunque totalmente extensible al resto de aportaciones de contenido espiritual existente en las enseñanzas masónicas del nivel mencionado, dice: Vemos pues que la Kábbala le sirve mucho a los masones llamados "místi-‐ cos" que se distinguen de los masones llamados "racionalistas". Estas dos corrientes, que en mi opinión deberían complementarse, en los hechos se oponen y eso es lamentable pues su hostilidad recíproca las hace degene-‐ rar, tanto a la una como a la otra. El racionalismo degenera en un positi-‐ vismo estrecho, limitado y sectario. Por su parte, el impulso místico mal dirigido conduce a un esoterismo de pacotilla. Aunque diferentes en apariencia, espiritualidad —mejor que misti-‐ cismo—, y racionalidad, son dos aspectos de una misma realidad que debieran coexistir y coexisten en perfecta armonía durante la forma-‐ ción del Masón Escocista. Desde que el ser humano, en su camino evolutivo, pasara del perío-‐ do Paleolítico caracterizado por un estilo de vida nómada, (hombre ca-‐ zador, indiferenciado con la naturaleza, compartiendo aunque en re-‐ ducidos grupos su vida con otros seres humanos, sin apenas planifica-‐ ción sobre su futuro, y en el que la diferencia entre conducta indivi-‐ dual y organización social era mínima), al Neolítico, caracterizado por un estado de estabilidad, propia del sedentarismo, (hombre agricultor, planificando sus cosechas, formando parte de agrupaciones más nu-‐ merosas, germen de la futura sociedad etc.), se vio inmerso en el jue-‐ go de lo social. El paso del concepto de tiempo puntual al de tiempo extendido, el uso del lenguaje, crearon y articularon la nueva socie-‐ dad. ¿No nos recuerda el poder creador de la Palabra algo que conoce-‐ mos perfectamente? Símbolo y realidad nos acompañarán en este es-‐ crito. Dirigentes y dirigidos conformaron la sociedad. La historia de la hu-‐ manidad, desde la disolución del régimen primitivo de propiedad co-‐ mún de la tierra, ha sido una historia interminable de lucha de clases: la explotadora y la explotada, la dominante y la dominada. Paso a paso se ha ido evolucionando, aparentemente mucho más de lo que realmente ha sido, en el camino de la participación del ciuda-‐ dano en la vida pública. Pero si recordamos algunas de las palabras de V. I. Lenin: «Los hombres han sido siempre, víctimas necias del engaño . 110 . ROSACRUCISMO SOLIDARIO ajeno o propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, las declaraciones y promesas religiosas, po-‐ líticas y sociales, los intereses de una u otra clase», hallaremos en ellas, independientemente de la ideología política, un claro mensaje de acción personal, y también colectiva, del despertar de una verdade-‐ ra y activa conciencia social y participación en la polis, la ciudad. Valo-‐ res y actitudes que en las Enseñanzas sociales delos Altos Grados se expresan con una claridad diáfana a todo aquel que quiera descorrer el Velo de Isis. La sociedad actual ha recibido como legado del pasado siglo XX la guerra, el exterminio organizado, el fanatismo etc., y como conse-‐ cuencia de ello, una racionalización prepotente que no conoce más que la frialdad del cálculo. Ignorando a los individuos como personas, los utiliza como peones en una carrera desenfrenada hacia un consumismo no razonado ni ajustado a sus verdaderas necesidades materiales; la inmediatez y la plenitud de satisfacción de los sentidos es el objetivo deseado. Dentro de una aparente libertad de elección el ciudadano, y espe-‐ cialmente el occidental, es esclavo de ella misma. Los medios de co-‐ municación, en especial los televisivos, en lugar de cumplir con su mi-‐ sión instructiva y educativa dentro de la pluralidad, se han encargado de convertir al ser humano actual, en alguien para quien la única reali-‐ dad que conoce y reconoce es la que la pantalla le suministra. Perdida su capacidad de abstraer y de conceptuar, el individuo se convierte en fácil objeto de la manipulación. Quizás tenga razón Jean-‐François Revel cuando en el año 1988, en su libro La Connaisance Inutile afirmaba: «La primera de todas las fuerzas que dirige el mundo es la mentira.» El siglo XXI se nos presenta, según Edgar Morin, con las característi-‐ cas siguientes: a) La ceguera propia de un modo de conocimiento que, al compartir los saberes, desintegra los problemas fundamentales y globales que exigen un conocimiento interdisciplinar. Los desarrollos disciplinarios de las ciencias no han aportado solamente las ventajas de la división del trabajo; también han aportado la súper especializa-‐ ción, la separación y la parcelación del saber. En tales circunstancias, el ciudadano pierde el derecho al conocimiento porque está desprovisto de cualquier punto de vista global y pertinente. b)El centralismo occi-‐ dental, que nos coloca en el trono de la racionalidad y nos da la ilusión de poseer lo universal. c) No es sólo nuestra ignorancia, también es nuestro conocimiento lo que nos ciega. . 111 . ROSACRUCISMO SOLIDARIO Ante esta situación, que no ha cambiado demasiado desde los orí-‐ genes de la sociedad articulada, nos hallamos caminando una vez más sobre nuestro conocido pavimento ajedrezado. Por un lado, con la destrucción de nuestro entorno, tanto ecológico como social. Lo cual, no es una percepción exclusiva de la Masonería. Es algo que resulta obvio a cualquiera. Y por otro, y esto sí que lo es, con la esperanza de conseguir una ciudadanía responsable que, inspirada en los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad, evite la exponencial destrucción eco-‐ lógica, se resista a la primacía del consumo estandarizado, luche con-‐ tra la tiranía del dinero y un desgraciadamente sinfín de etcéteras. En relación a esta situación de desigualdad, con característica de la-‐ mentable constante histórica, ha habido pensadores y movimientos espirituales que, desde sus respectivos ámbitos de acción, han inten-‐ tado exponer y denunciar el hecho, y articular sistemas que dignifi-‐ quen la condición humana. Veamos algunos de ellos que, en relación a la Masonería, nos han inspirado con sus ideas. Platón, en el Mito de la Caverna, y la Fraternidad Rosacruz (inspira-‐ dora en buena parte del décimo-‐octavo grado del REAA), plasmaron por un lado la realidad ilusoria en la cual los opresores hacen vivir a los oprimidos y por otro, el modelo de sociedad —quizás utópica—, basa-‐ do en el dominio de la ciencia, el arte y la religión para conseguir la realidad de su propuesta. Francis Bacon, promotor activo del movimiento Rosacruz, en su obra inacabada La Nueva Atlántida nos sumerge en un proyecto de ciudad donde la razón social, política y científica, además del orden, hacen que reinen la concordia y la felicidad. No tan solo en Occidente ha habido iniciativas en este sentido. Kung Fu-‐Tse (Confucio), en la antigua China, nos ofrece un sistema moral basado en el altruismo, la tolerancia, el respeto mutuo, la armonía so-‐ cial y el cumplimiento del deber. Vayámonos introduciendo en el contenido simbólico, lenguaje con el que de una manera velada se introducen las ideas arquetípicas pues una vez aprehendidas, nos permitirá trasladarlas al mundo que nos rodea. Los seres humanos nos interrelacionamos en base al significado de nuestras acciones y no de manera fortuita, o meramente física. La in-‐ teracción simbólica trasladó lo social al campo del significado de tal manera que el comportamiento social humano no puede concebirse sin esta característica: los seres humanos nos relacionamos en base al . 112 . ROSACRUCISMO SOLIDARIO mundo de significados que se han ido forjando en torno a nosotros mismos. No somos tan solo animales sociales. Sobre todo somos animales simbólicos. Por ello, no olvidemos el componente de introspección que la masonería inicialmente contiene en sus grados azules. Así pues: El grado de Aprendiz tiene como objeto sembrar la duda filosófica en el espíritu del Iniciado acerca de todas las ideas o conceptos que le han sido dadas y que él no ha analizado ni reflexionado por sí mismo. O no les ha prestado la suficiente atención. La diferencia que existe entre el bien y el mal, la virtud y el vicio, la humildad y la soberbia, la justicia y la injusticia, así como la necesidad de su constante depuración con la finalidad de que se esfuerce en salir de la dependencia unidireccional de las sombras entre las que vive y reconquiste su propia dignidad, profundizando en torno a sus respon-‐ sabilidades con respecto a lo que él entienda como principio creador, a sus semejantes y a sí mismo… La búsqueda de la verdad. Su verdad, será su principal objetivo. El grado de Compañero, considerado a veces como grado tan sólo de «tránsito», alberga en sí un importante cúmulo de enseñanzas que el futuro Maestro deberá haber asimilado: la belleza de la arquitectura, que le ayudará a ver y comprender la importancia que esta tiene en todas las actuaciones que lleve a cabo; el mejor uso de los sentidos corporales en la adquisición del conocimiento, de la interpretación de la realidad; el mensaje de todos aquellos legisladores de la Antigüedad que concibieron esquemas de sociedades justas etc. La finalidad de es-‐ te grado es sugerir al Compañero que profundice en todas y cada una de las facultades inherentes a su condición de ser humano y el modo de utilizarlas, desarrollarlas y perfeccionarlas hasta el máximo nivel. Su máximo. Recordemos al Hombre de Vitrubio dibujado según la propor-‐ ción áurea. Viajamos a muchos sitios, pero muy poco a nuestro inte-‐ rior. El tercer grado, el de Maestro, corresponde a la etapa de la deduc-‐ ción o de síntesis. Resumiendo los grados anteriores, el Tercero repre-‐ senta la puesta en práctica de todo lo aprendido y aprehendido. En la etapa inicial de los Altos Grados, la denominada Masonería Ro-‐ ja, aprendemos que el hombre no vive solo ni aislado del mundo. Es un ser social que forma parte de un sistema mucho más complejo: la sociedad. Suministra explícitamente a los Maestros Masones que em-‐ prenden el camino del Escocismo los elementos de reflexión necesa-‐ rios en el ámbito social, así como aquellos dimanados de las Ciencias . 113 . ROSACRUCISMO SOLIDARIO Tradicionales de los cuales, la Francmasonería, en su componente es-‐ piritual, es heredera. Aunque no continuadora, ya que no somos los actuales, si los hubiera, Templarios ni de los Rosacruces, entre otros. La consecución de la realidad de la República, la cosa pública sea verdaderamente eso: la cosa de todos; no regalada, sino conseguida, es el objetivo perseguido en esta etapa del sistema Escocista. LA FILOSOFÍA ROSACRUZ Ante todo es preciso remarcar que la palabra Rosa-‐ Cruz se utiliza para designar un grado Iniciático efecti-‐ vo, real e individual. Es decir, de un determinado esta-‐ do espiritual cuya posesión no está relacionada nece-‐ sariamente al hecho de pertenecer a una determinada organización. Por ello, se debe tener presente que Ro-‐ sa-‐Cruz, no es ni representa lo mismo que rosacrucismo o rosacrucia-‐ nismo. Según René Guénon, lo que desde el S. XIV se ha llamado Rosa-‐Cruz en Occidente y las diferentes denominaciones que en otros tiempos y lugares, no es una asociación cualquiera, sino el conjunto de personas que han llegado a un mismo estado de evolución superior al común de la humanidad ordinaria. A un mismo grado de Iniciación efectiva. Según la filosofía Rosacruz el hombre posee dos polaridades: la ra-‐ cional del intelecto, (positiva y creadora), y la del corazón (la del sen-‐ timiento y del amor). Y para alcanzar su desarrollo último, como ser dual que es en este sentido, deberá desarrollar al máximo ambos as-‐ pectos buscando así su equilibrio. Tanto el ser humano intelectual como el espiritual utilizan ambas polaridades de manera desigual ya que normalmente se sitúan más en una que en la otra. Las Enseñanzas de la Filosofía Rosacruz, caracterizadas por un sin-‐ cretismo que adopta símbolos e ideas de fuentes diversas, intentan desarrollar de manera paralela y simétrica corazón e intelecto, senti-‐ miento y racionalidad, proporcionando a la religión explicaciones ra-‐ cionales, y fundamentos religiosos a la ciencia. Se entiende como reli-‐ gión en su sentido etimológico: volver a unir. Cada uno de nosotros debe hallar el sentido de unión. Unión, ¿con qué, con quién… para qué? En cierto sentido, Francis Bacon, en su obra La nueva Atlántida sigue la línea de las utopías clásicas: la ficción de un Estado ideal en el que . 114 . ROSACRUCISMO SOLIDARIO sus ciudadanos son felices debido a la perfecta organización social reinante. Al menos, allí, los males sociales se han reducido al mínimo. El título mismo remite de manera clara a Platón quién en algunas de sus obras, como El Timeo y Critias, nos habla de la existencia de un reino, en su momento próspero y modelo de perfección, situado en una isla de repente hundida bajo la profundidad del océano. Critias, El Timeo, La Nueva Atlántida, son todas ellas obras inacaba-‐ das (Timeo, en lo referente a la Atlántida), que describen un modelo de sociedad perfectamente organizado. Si recurrimos a la simbología del grado decimoctavo, ¿acaso explicaría esta no finalización de las obras el hecho de que simbólicamente los Trabajos no se cierren nun-‐ ca? EL IDEAL CABALLERESCO Teniendo presentes las injusticias sociales que a lo largo de la historia se han ido produciendo, considerando el mensaje y esquemas sociales propuestos, en aras de corregirlas con su ejemplo altruista y lucha va-‐ lerosa, veremos ahora quiénes han llevado a la práctica de una mane-‐ ra u otra ese cometido: los Caballeros. El ideal caballeresco es aquel concepto que sobrepone lo refinado a lo vulgar, lo heroico a lo cobarde. Hace referencia a su lucha, su triun-‐ fo y recompensa. Fue éste un ideal que perduró desde los primeros Cantares de gesta hasta el declive del Renacimiento y en el que se di-‐ ferencia claramente entre lo popular, o juglaresco con lo cortesano o trovadoresco siendo el trovador quién nos hable del Ideal caballeres-‐ co. En los libros de caballerías, la acción y virtudes del honor se ideali-‐ zan, así como el amor platónico y sentimientos cristianos de aquella época. No tan sólo en el contexto mencionado se destaca la imagen d el Ca-‐ ballero, sino también en diferentes modelos organizativos de gobierno de la sociedad como el que menciona Platón en el Libro VII de La Re-‐ pública, o el que contempla el modelo de castas hindús, por citar al-‐ gunos de los más representativos. El kshatriya es el término sánscrito utilizado en la sociedad Védica cuyos miembros se organizaban en cuatro clases o castas diferentes: Brahmánica, Kshatrya, Vaisya y Sudra. La casta de los Kshatriyas se constituyó como la élite gobernante y militar. Su papel era proteger a la sociedad luchando en tiempos de . 115 . ROSACRUCISMO SOLIDARIO guerra y al Gobierno en tiempos de paz. Kshata significa dolor. Y Ksha-‐ triya o guerrero es aquel que lucha por salvar a los hombres del dolor. El sistema de gobierno de la sociedad ideado por Platón se articula a través de gobernantes, guerreros y gobernados. A través de un poder ejecutivo detentado por los mejores ciudadanos, los más preparados, reyes y filósofos se consigue la creación de un régimen político ideal capaz de generar felicidad a la polis, la ciudad. Desde su punto de vista, el gobernante debe tener conocimientos respecto a la Justicia y también debe conocer el significado de la bon-‐ dad en sí para poder llevar a cabo su actividad con la mayor perfección posible. Por el mismo motivo consi-‐ dera que: «(…) Son filósofos aquellos que pueden alcanzar lo que siempre se mantiene igual a sí mismo y no lo son los que andan errando por una multitud de cosas dife-‐ rentes». Los encargados de velar por el mantenimiento de la virtud en la ciudad son los guardia-‐ nes o guerreros a través de su valentía y templanza. Dejando de lado el sentido de monarquía clasista que una lectura literal del texto podría reflejar, es convenien-‐ te observarlo desde una ópti-‐ ca simbólica; se desprende un sentido de orden. Recordemos nuestra divisa, Ordo ab Chao… En el ámbito de la Rosacruz podemos leer en Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz el siguiente pasaje: Después fuimos armados Caballeros con la solemnidad acostumbrada; junto con otros privilegios se nos concedió poder actuar contra la igno-‐ rancia, la pobreza y la enfermedad. Vemos pues que el ideal caballeresco ha cabalgado, valga la redun-‐ dancia, con diferentes ropajes y monturas a lo largo de toda la histo-‐ ria, y también que el grado décimo-‐octavo del REAA, como heredero, . 116 . ROSACRUCISMO SOLIDARIO no como continuador de las diferentes tradiciones comentadas, acoge en su seno al mismo. LA ESPIRITUALIDAD DEL GRADO 18º Una vez descritos los parámetros en los cuales se desarrolla la filosofía Rosacruz, así como las características del ideal caballerescos, veremos ahora cómo la espiritualidad del grado decimoctavo se incardina con re-‐ ciprocidad con su contenido racionalista de una manera caballeresca. Para comenzar decir que nos hallamos ante del grado místico por excelencia del REAA que marca la mitad del camino que culmina en el grado trigésimo-‐tercero. La variedad de símbolos individuales (la rosa, la cruz, el pelícano, el águila, los bastones de los peregrinos, etc.), la simbología conjunta de los mismos, la simbología de los diferentes colores (el blanco, el verde, el rojo, el negro), la simbología gestual (el signo, el contra signo, la transmisión del fuego, etc.) y finalmente las denominaciones simbóli-‐ cas de los oficiales del Capítulo, hacen de este grado el nec plus ultra de la expresión simbólica empleada en los Altos Grados; constituye la sublimación del simbolismo. En este grado abandonamos el desarrollo simbólico masónico de es-‐ tricto sensu para incorporar otra forma de Tradición, síntesis ella mis-‐ ma de una vasta tradición hermética en la cual se incorporan la filoso-‐ fía Rosacruz y los principios de la Caballería. Obviamente la interpretación de los símbolos y ceremonias de este grado es personal. Tal como debe ser la interpretación del símbolo y el ritual. Cada uno, según su sensibilidad, extraerá las conclusiones que estime oportunas. Obviamente no hay nada que decir al respecto. Algunos verán representada la pasión, muerte y resurrección de Je-‐ sús el Cristo, otros la muerte de Jacobo de Molay. Otros la muerte del hijo de Jacobo I, el Rey Carlos I que reinó entre 1625 y 1648 muriendo decapitado por mandato de Cromwell. Y otros el descenso anual del Sol a la oscuridad en el Solsticio de Invierno (base filosófica de otros mitos y leyendas antiguas, en especial de aquellas sociedades ligadas a la agricultura). Así las ceremonias de este grado reciben diferentes ex-‐ plicaciones, interpretándolas cada uno según sea su sensibilidad sin cuestionar nada, en ningún caso, delante la interpretación personal y diferente de otro; esta es la nota distintiva de universalidad que tiene el pensamiento masónico. Armonía, no complementariedad. . 117 . ROSACRUCISMO SOLIDARIO Adaptación de un esquema del libro de P. Naudon, Histoire, Rituels et Tuiler des Hauts Grades Maçonniques. Dejando a un lado interpretaciones que ven en el ritual del grado un cierto componente religioso confesional, es oportuno recordar lo que el M∴S∴M∴comunica a los recipiendarios durante la Ceremonia de Iniciación: «(…) Hay, sin embargo, masones que no tienen verdadero apego a la Francmasonería porque no la comprenden y no han inten-‐ tado nunca comprenderla». Difícilmente aquél o aquélla que no hayan comprendido debidamen-‐ te el lenguaje simbólico podrán extraer obtener un contenido racio-‐ nal/social de las enseñanzas del décimo-‐octavo grado. Todo el ritual está repleto de alusiones simbólicas al comportamien-‐ to en la sociedad del Iniciado. Destacaremos algunas de las más significativos a nuestro entender. Los Trabajos no se cierran nunca. Sólo se suspenden a la espera de que la injusticia, la no solidaridad, el fanatismo, la manipulación, el abuso, la discriminación por sexo, color, idioma, etc. vuelvan a apare-‐ cer. Por ello nos atreveríamos a decir que realmente los Trabajos del Grado 18º están siempre en acción. . 118 . ROSACRUCISMO SOLIDARIO El comienzo del ritual siempre enuncia la siguiente sentencia: «El instante en que el Sol se obscurece, en que el velo del Templo se ha desgarrado, en que las tinieblas y la consternación se han extendido sobre la Tierra, en que las columnas y las herramientas de la Masone-‐ ría se han roto, en que la Estrella Flamígera ha desaparecido, en que la piedra cúbica suda sangre y agua, en que la Palabra se ha perdido». La correspondencia, tal como podemos ver, símbolo-‐realidad es ma-‐ nifiesta. La consecución de una sociedad en consonancia con la dignidad del ser humano no es labor aislada de uno solo. La correspondencia sim-‐ bólica es clara. La referencia a la Palabra co-‐ mo elemento creador de vida es manifiesta. La Palabra crea, no destruye o deforma: «Hermanos míos, laboremos para encontrar la Palabra Perdida y, para ello, pongámonos a trabajar para que, juntos todos para uno y uno para todos, lleguemos a encontrarla. Empleemos todas nuestras fuerzas para me-‐ jorar el destino de los seres humanos». El peregrinaje durante los viajes que se rea-‐ lizan en el transcurso de la Tenida tienen como elemento central las tres Columnas de la Fe, la Esperanza y la Caridad. Las cuales han substituido aparentemente a la Sabiduría, Fuerza y Belleza de las logias azules, aunque se sustentan en ellas: La Fuerza en la Fe de nuestras convicciones, la Sabiduría de la Esperanza y la Belleza del Amor/Caridad. Belleza, Amor, sabiduría, Verdad sería el recorrido propuesto. La Palabra está perdida. Queremos volver a encontrarla. ¿Cómo la encontraremos? Por la Fe, la Esperanza y la Caridad. La imagen que acompaña a estas líneas se corresponde a la de un mandil del siglo XVIII. En él se ven representadas la Fe, la Esperanza y la Caridad situadas encima de un puente. ¿No nos recuerda ese puen-‐ te aquel que el Caballero de Oriente o de la Espada atraviesa…? Liber-‐ tad de paso, libertad de pensamiento animado por las mencionadas virtudes. Veamos el significado de Fe, Esperanza y Caridad: en este Grado, el Maestro masón, debe acometer una labor introspectiva reflexionando sobre la prudencia, la justicia, la templanza y la fortaleza que han de acompañarle en su camino, así como en las virtudes teologales de fe, . 119 . ROSACRUCISMO SOLIDARIO esperanza y caridad a las cuales se les otorga en nuestras torres (una denominación de los Templos RosaCruz), una especial atención, en virtud de que el hombre que ha llegado a ser fuerte confiando en la fe y en la esperanza tiene conciencia de que puede y debe ser libre; comprendiendo que solo a través del amor puede llegar la sociedad a recuperar la dignidad que le corresponde. Deshagamos el equívoco, con todo el respeto, que la palabra teolo-‐ gal pueda conllevar. La palabra teologal implica tener a Dios como o b-‐ jeto, en nuestro caso nuestro objeto este Dios es la Humanidad. Este grado no es ni cristiano ni anticristiano. Empleando palabras que aparentemente puedan tener cierta connotación confesional, el grado nos abre el camino hacia una sabiduría que incluyendo al inte-‐ lecto lo trasciende. § La Fe es la creencia en la existencia de algo, a través de la razón y la inteligencia. Es la creencia en la existencia de una cosa demostrada y reconoci-‐ da por los sentidos, por la inteligencia y por la razón. Con el senti-‐ miento y el juicio el hombre fortifica su creencia su fe, porque le ayudan a discernir lo justo, de lo injusto, lo verdadero de lo falso, el bien del mal. Recordemos las palabras de Agustín de Hipona: ergo intellige ut credas, crede ut intelligas, entiende para que puedas creer, cree para que puedas entender. § La Esperanza es un estado del espíritu, un sentimiento que nos pro-‐ porciona la confianza necesaria para lograr o realizar un objetivo que se desea alcanzar y que se presenta con características de posi-‐ bilidad, en la medida que nuestra coherencia, trabajo, esfuerzo y dedicación sean inseparables compañeros nuestros. § La Caridad es el amor al ser humano, es un sentimiento desprovisto de interés con la única finalidad de practicar el bien. La Caridad no ha sido nunca monopolio de ninguna agrupación re-‐ ligiosa; en el corazón del hombre es un sentimiento innato que no depende de las coordenadas del espacio y tiempo que se conside-‐ ren. Su objetivo es el de procurar la felicidad del género humano. Su misión es consolar, pacificar, unir a los hombres. Es sinónimo de Fraternidad. Virtud eminentemente masónica. Por todo ello, el ser humano forta-‐ lecido en su fe y animado en la es-‐ peranza hace suya la libertad com-‐ prendiendo además, que sólo por . 120 . ROSACRUCISMO SOLIDARIO medio del amor podrá la humanidad alcanzar un estado en el cual el ser humano recupere la dignidad sustraída por la intolerancia ci-‐ vil y religiosa, por el fanatismo y por qué no decirlo, por el hombre que no merece ser llamado así. Este es el significado que entendemos tienen la mencionadas vir-‐ tudes que podríamos denominar, con el debido permiso lingüístico, humalogales. Fe, Esperanza y Amor en la Humanidad y para la Hu-‐ manidad. La vocación altruista y desinteresada en aras a trabajar por la mejora de la condición humana, preguntando y no imponiendo, se refleja en el siguiente pasaje del ritual: «Viajemos del Septentrión al Mediodía, de Occidente a Oriente, recorreremos la tierra entera. Interrogaremos a los seres humanos, a las religiones y a las cosas.» La Esperanza, basada en nuestro esfuerzo individual y colectivo, ha de ser la luz que nos ilumine y empuje en nuestro camino. ¿Qué nos motiva a empezar el peregrinaje? Una vez más el ritual nos ilustra. Cuando los peregrinos van apagando los cirios encendidos del candelabro de siete brazos tenemos, una vez más, los motivos que los impelen a realizarlo. «A los que emprendieron la regeneración de la Humanidad, los seres humanos —cegados por la ignorancia— los mataron.» La lucha contra la ignorancia que impide la evolución digna de la so-‐ ciedad. «Al que dijo: “Sed una sola familia de hermanos”, los seres humanos no lo reconocieron y lo mataron.» La lucha contra el individualismo egoísta que impide, manteniendo las peculiaridades, reconocer que todos formamos partes de Todo. «Al que dijo: “No hay esclavos”, los mismos esclavos no lo creyeron y lo mataron.» La lucha contra la asunción de la esclavitud mental, contra la falta de convicciones. «Al que dijo: “Buscad y hallareis”, los seres humanos no lo compren-‐ dieron y lo mataron.» La lucha en contra el conformismo en la realidad que nos toca vivir, en contra a la abulia, y la pereza en descubrir los maravillosos tesoros que en nuestro interior se alojan. «Al que expulsó a los mercaderes del Templo, los seres humanos co-‐ diciosos lo mataron.» La lucha en contra a aquellos que hacen de las apariencias la reali-‐ dad. . 121 . ROSACRUCISMO SOLIDARIO «Al que denunció la mentira de los fariseos, los seres humanos no lo escucharon y lo mataron.» La lucha en contra a aquellos, que siendo manipulados se complacen en la manipulación que se les hace. «Al que desafió la tiranía de los grandes y el fanatismo de la muche-‐ dumbre, fue insultado y clavado en una cruz.» El empleo de la palabra lucha entiende a ésta en el sentido de la ra-‐ zón, es decir: Nada con la fuerza, todo con la razón De una manera en absoluto simbólica, se nos dice explícitamente que seamos libres. Que el débil y el oprimido hallen en nosotros un re-‐ suelto defensor. Que la justicia exalte nuestro espíritu. Que contribu-‐ yamos a desterrar la tiranía de cualquier tipo y que la inteligencia pe-‐ netre en las leyes del mundo. La puesta en práctica de todo lo dicho será la labor que le corres-‐ ponderá a cada caballero que detente el décimo-‐octavo grado y que desee ser partícipe activo del tránsito de la las tinieblas a la luz y del caos al orden. EL ROSACRUCISMO CABALLERESCO Y SOLIDARIO, SU COMPORTAMIENTO ALTRUISTA EN LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI Hemos intentado exponer que el ritual de este grado y las enseñanzas que se desprenden de su ejecución, no permanecen dormidas en el recuerdo —cuando se tiene—, de bellas Ceremonias que se suceden unas pocas veces al año, para todo aquel que coherentemente con el título de Caballero lleva a cabo la acción que ese nombre comporta. No ha sido nuestra vocación dar un prontuario de las acciones al-‐ truistas y solidarias llevadas a cabo por los caballeros del Águila y el Pelícano, ello sería sistematizar algo que es personal e individual, a la vez que intransferible. Pero sí destacar que la puesta en práctica del mensaje simbólico contenido en las enseñanzas del grado puede con-‐ tribuir a un modelo de sociedad mucho mejor. Lux e Tenebris, la lucha de la luz contra las tinieblas: las tinieblas del error, del fanatismo, de la marginación, de la discriminación, del es-‐ carnio del poderoso, etc. son los objetivos que el Caballero del Águila y del Pelícano, ayudado por su esfuerzo y las enseñanzas del contenido . 122 . ROSACRUCISMO SOLIDARIO tanto espiritual como racional que lleva en las alforjas de su caballo, intentará vencer cumpliendo de esta manera su destino, no luchará contra los molinos de viento. Los faldones de su montura irán adorna-‐ dos de la trulla y la espada, construirá y defenderá de manera altruista los valores que la libertad de pensamiento promueve. La labor del Caballero del Águila y el Pelícano, consagrada al triunfo de la sabiduría sobre la ignorancia, con el respeto a todas las ideas, opiniones y creencias, no será una utopía si, coherentemente con lo que ha aprendido, aprehendido o recordado en la ejecución del ritual y en el entendimiento de lo que la simbología del mismo transmite, en su vida dentro de la sociedad que lo envuelve no ceja en el ánimo de reconstruir las columnas que sustentan el templo de la razón. La ra-‐ zón, el diálogo, los mejores medios para construir. La idea de una sociedad donde los hombres vivan felices puede pa-‐ recer irrealizable, utópica. Pero todo lo que es posible puede llegar a ser realizado. Queramos o no, las utopías pueden convertirse en pla-‐ nes de acción y la Francmasonería, concretamente en el grado déci-‐ mo-‐octavo, nos brinda uno. ¡Adelante pues, Caballeros! Sed buenos Caballeros del Águila y sobre todo del Pelícano…Å . 123 . Las dualidades del Kadosh: el simbolismo esotérico de una militancia cívica GABRIEL JARABA L’aigle, c’est le génie ! Oiseau de la tempête, Qui des monts les plus hauts cherche le plus haut faîte ; Dont le cri fier, du jour chante l’ardent réveil ; Qui ne souille jamais sa serre dans la fange, Et dont l’œil flamboyant incessamment échange Des éclairs avec le soleil. Victor Hugo, Odes et Ballades, 1822, citado por ANTONIA ORDOÑO I. Introducción. Una posible puerta de entrada a la simbología Kadosh: el mito de Batman Aquellos que consideramos la masonería como inseparable del com-‐ promiso social vemos en el grado 30º del R∴E∴A∴A∴ la expresión más depurada de tal cualidad. El simbolismo de las tareas del caballero Kadosh, que apunta al rechazo del fanatismo religioso, la opresión po-‐ lítica y económica y la dominación militar y policial, junto con la natu-‐ raleza del juramento que el candidato debe pronunciar para asumir tal condición, descarta la pretensión de mantener a la masonería en un ámbito separado de cualquier connotación sociopolítica. Trataremos, en este palustre, de interpretar lo que se encuentra tras los elementos simbólicos constitutivos del grado 30º para poder ver en ellos la razón de ser del Caballero del Águila Blanca y Negra o Caba-‐ . 125 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA llero Kadosh. Y no solamente mediante una aproximación hermenéu-‐ tica a tales símbolos sino a su inscripción en la realidad social. En contra de lo que podría indicar una lectura superficial de los sig-‐ nos en que se expresan los símbolos, el caballero Kadosh no es un vengador justiciero; no le reduzcamos a la categoría de héroe de co-‐ mic. Bien es cierto que tras algunos de esos personajes de la cultura popular de masas subsiste una visión, aunque parcial, del ideal caba-‐ lleresco, e incluso en uno de ellos por lo menos –El Zorro-‐ anteceden-‐ tes que parecen ser masónicos. Un análisis de los cómics de superhé-‐ roes nos muestra algo que aparece en la superficie del Rito y que, al hallarlo también en el Mito, podemos sospechar por tanto que perte-‐ nece a algún elemento profundo y constitutivo de la condición huma-‐ na inscrita en la historia. Me refiero a la dualidad, o mejor dicho, a un encadenamiento de dualidades, que no solamente definen al sujeto m í-‐ tico sino que señalan las condiciones en que se desarrollan sus tareas. Quizás el más inquietante de esos mitos con respecto al Kadosh sea el relato de Batman, personaje arquetípico surgido de un deseo de venganza vinculado a la tarea de impartir justicia (y radicado, por cier-‐ to, en la figura del sanador herido, representada por el centauro Qui-‐ rón). Nuestro héroe está dotado de alas, pero no innatas sino cons-‐ truidas a base de la tecnología, entrenamiento físico y mental y la apli-‐ cación del conocimiento a una y a otro. El Batman volador no es un superhombre, no nace sino que se hace, y se hace a partir de un pro-‐ pósito; se autoconstruye para poder construir, y al empeñarse en la tarea de la autoconstrucción personal y la construcción social se con-‐ vierte en personificación del viejo ideal caballeresco. Pues no hay que olvidar la etimología del nombre arquetípico del caballero occidental, encarnado por San Jorge: George, Georg, Geo-‐orgós: el organizador y articulador de la tierra. Geo-‐orgós es un civilizador, alguien que cons-‐ truye tomando decisiones que afectan al devenir colectivo de la socie-‐ dad. El caballero no es un idealista soñador sino un organizador prag-‐ mático que responde a un propósito basado en un ideal: un mundo humano digno de ser vivido por los humanos. Y así, si desea devenir tal, ha de conocer, comprender y aceptar que el mundo humano es un mundo de dualidades. Por eso las exhibe en su simbología emblemáti-‐ ca, convirtiéndose en el Caballero del Águila Blanca y Negra. El símbolo del Kadosh es el Águila Blanca y Negra, un águila bicéfala y bicolor, en una demostración rotundamente dual, y he aquí que el murciélago es una figura voladora a la que asimismo puede atribuírse-‐ . 126 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA le dualidad: considerado maligno por la superstición popular, el qui-‐ róptero es en cambio un animal benéfico que nos libra de un exceso de insectos y de ciertas alimañas. Dual en lo que es y en el modo como es visto, dual en su condición biológica: es el único mamífero que a la vez vuela; el único animal volador que no es un ave. Reclámense del murciélago muchos de quienes aspiran a ser caballeros oscuros (véase la capa y el yelmo de Darth Vader en La guerra de las galaxias) pues consideran al quiróptero el águila de la noche; asimilan ambos a una representación del poder ejercido por la violencia. Pero no es su hábi-‐ tat oscuro signo de adhesión al mal sino a la sabiduría: el murciélago, gracias a su sistema biológico de ecolocación ve lo que los demás no ven. Es, pues, alguien que ve en la noche, y nuevamente ahí hallamos una dualidad significativa. Murciélago aquilino a causa de su ejercicio de la acción tendente al poder y la justicia, consideremos el simbolismo del héroe de Gotham como la dual águila blanca y negra, pues transcurre de la oscuridad a la luz y viceversa para realizar su labor; es valorado de modos contra-‐ puestos por la mirada superficial, y esa apariencia paradójica incluso es indicativa de la incomprensión con que se le considera desde el ex-‐ terior. El millonario Bruce Wayne, que en sus horas diurnas no es más que Batman de paisano, debe convertirse en el Batman acrobática-‐ mente justiciero al caer la noche para poder cumplir su destino: el fi-‐ lántropo solar no se justificaría sin el justiciero lunar. He ahí la razón de ser del Águila Blanca y Negra: su apariencia dual apunta a la integración. Si el grado 30º es (en cierto modo) la culmina-‐ ción de la maestría, en él se muestra con rotundidad la integración de las dualidades que a lo largo del discurso de la metáfora masónica han ido apareciendo ante la mirada constructiva del aprendiz, el compañe-‐ ro y el maestro. Porque la dualidad recurrente de la narración masóni-‐ ca no se refiere a una escisión o un dualismo que desemboca en un escepticismo estéril en el intelecto y en la acción sino en una integra-‐ ción, una síntesis de opuestos y contrapuestos; es decir, la expresión y realidad del ser humano realizado. El hombre escindido y herido por la injusticia y la vulneración inmerecida, sea Quirón o Batman, sana su escisión y cicatriza su herida integrándose en sí, para sí y para la hu-‐ manidad. La dualidad expresada en su panoplia simbólica es el em-‐ blema refulgente de esa tarea cumplida. El Águila Blanca y Negra nos muestra un caballero realizado y por tanto real, es decir, integrado y operativo. . 127 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA II. El esoterismo necesario, o porqué nunca deberíamos ser miembros de un club que admitiera a personas como nosotros Explicaremos acto seguido el origen y la necesidad de las dualidades y porqué es ineludible atender a ellas si deseamos emprender la tarea de autoconstrucción personal y construcción social propia del ideal caballeresco. Vivir en la condición humana representa hacerlo instalados en la pa-‐ radoja. Esa paradoja surge de la misma pregunta filosófica fundacio-‐ nal: por qué hay algo en vez de nada. Implícita o explícitamente, toda vida humana encierra una inquietud que responde a ese interrogante. Toda respuesta humana, sea científica o artística, es un intento de respuesta, vital y personal, a ella. Porque la mera existencia de «algo» frente a la posibilidad del «nada» es de por sí paradójica, inevitable-‐ mente provocativa y dramáticamente interrogante. Dijo Einstein: «Lo incomprensible del mundo es que pueda ser comprensible». El llamado animal político es también un animal epistemológico. Y en última instancia, la tensión paradójica no puede ser resuelta por la lógica discursiva sino por un salto cognitivo en el vacío. Ese salto cog-‐ nitivo es el humor, un estilo de respuesta vital instantánea, que se complace en la paradoja y va más allá de ella. Podemos hallar un ves-‐ tigio de ese conocimiento en el rito del Risus Paschalis o en la obra del sociólogo alemán Peter L. Berger y su concepto de risa redentora. De ahí el núcleo argumental de la novela El nombre de la rosa, de Umberto Eco, que se refiere a la risa y la sospecha que ella levanta a n-‐ te la mirada dogmática y autoritaria. La risa desenmascara e inquieta a los enemigos de la paradoja, que suelen ser los enemigos del humor y de la libertad. La risa es una acción humana que no tiene sentido aparente, con-‐ templada desde una lógica racional. Es, digámoslo así, una conducta inútil, en el sentido estrictamente utilitario del término (de ahí lo paté-‐ tica que resulta la explicación fisiologista de la risibilidad y la forzada utilitarización que supone la «risoterapia»). Reír no sirve para nada salvo para reír, pero la risa, lo que la suscita y el contexto en que se produce quizás sea, bien mirado, una de las cosas más reveladoras que pueden darse en una situación cualquiera. Dime de qué te ríes, cómo te ríes y con quién te ríes y te diré quién eres. . 128 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA La apariencia paradójica de la experiencia de las cosas y de la vida va pareja a la búsqueda del sentido de la experiencia. La explosión risoria es un modo exclusivamente humano de conocer e integrar lo conocido. Es una expresión metalingüística que no puede ser reducida a signo alguno. No reímos para comunicar una idea o una intención, reímos como consecuencia de una conmoción cognitiva cuando al no poder integrar lo paradójico mediante la lógica lo hace-‐ mos mediante un salto al vacío que consiste en la aceptación de un metasignificado favorecido por la ironía y el humor, mediante el cual producimos su integración. La risa es la conclusión feliz de la acepta-‐ ción y la integración de la paradoja ineludible, y es por tanto la culmi-‐ nación de la razón humana, que de este modo no queda limitada por la lógica de lo utilitario, lo conveniente o lo necesario, sino que apunta directamente al corazón de lo cognoscible oculto. Ese salto cognitivo trasciende los contrarios integrándolos, confiere sentido a lo que pa-‐ rece ser irreconciliable y surge en momentos de cierta tensión mental y emocional en los que el espíritu se aboca a un abismo que el cogito ergo sum no puede salvar. La exigencia que la realidad le plantea al hombre no es (únicamente) la que apela a sus instintos, principalmente al de supervivencia, sino la que lo hace a su razón. Pues lo que hace humano al hombre es la estructura fundamental de su mente, que es a la vez lingüística y simbólica. El hombre no es solamente un ser pensante; lo que hace humano al hom-‐ bre es el lenguaje, la construcción simbólica, la comunica-‐ ción y la asignación de sentido a la experiencia. Y cuando el ser humano es capaz de asignar sentido a la eclosión para-‐ dójica, de ello resulta una expansión de su conciencia. Una expansión de conciencia significa la potenciación de la capacidad inclusiva de la misma. Mayor percepción de mati-‐ ces, dimensiones, consecuencias, implicaciones. Mayor in-‐ clusión de las razones de los otros, de las necesidades de los otros, de todo lo que no responde a nuestro interés o instin-‐ to. Mayor orientación hacia las necesidades colectivas, tanto de las del grupo de pertenencia como las de los grupos aje-‐ nos al propio, mayor polarización en torno a las tareas que tiene planteado el género humano en tanto que tal. Mayor atención hacia la dimensión ecológica de la vida humana y por tanto hacia la vida del planeta y en el planeta. La risa y el humor nos hacen humanos y nos previenen contra la culminación de la seriedad falsamente solemne, . 129 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA que es la falacia de la unidad. La unidad imperativa de las personas en torno a una propuesta que no es superadora sino negadora de la ne-‐ cesaria dualidad plural, de la naturaleza paradójica de lo cognoscible y de la necesidad del pluralismo como escenario de la convivencia hu-‐ mana y su devenir. Si la risa y el humor son caminos que nos hacen más humanos, ha-‐ gamos caso, pues, al gran Groucho Marx y reconozcamos lo razonable de la paradoja que plantea en su famosa declaración: «Yo nunca for-‐ maría parte de un club que admitiera a personas como yo». Solemos repetirla medio en broma medio en serio, pero no siempre caemos en la cuenta de que esa es precisamente la situación en que nos encon-‐ tramos cuando pedimos ser iniciados a la masonería. Creemos que vamos a ser admitidos en un emporio de personas esclarecidas que gozan de una perspectiva privilegiada sobre la razón de ser de la vida y de las cosas cuando en realidad no nos mostraríamos tan entusiasma-‐ dos de saber que lo que encontraremos al traspasar el umbral de la lo-‐ gia es un hatajo de personajes que son exactamente igual que noso-‐ tros, para bien y para mal. Por más que creamos saberlo en aquel La iniciación masómomento, ignoramos completamente en nica arranca de una qué consiste exactamente ese «club» en el paradoja central en que solicitamos la admisión. Y la gracia que su desarrollo, y es tiene la condición en que la masonería pro-‐ de esta paradoja de pone ese paso adelante se basa, justamen-‐ lo que cuelga, precite, en una paradoja descomunal: situar al sa y justamente, el postulante ante una grave decisión sin pro-‐ carácter iniciático porcionarle elementos racionales suficientes de nuestra orden. que le permitan tomarla basándose en da-‐ tos, informaciones y elementos objetivos que vayan más allá de prejuicios; es decir, de juicios previos basados en impresiones y valoraciones subjetivas efectuados antes de conocer fehacientemente la materia. Así pues, la iniciación masónica arranca de una paradoja central en su desarrollo, y es de esta paradoja de lo que cuelga, precisa y justa-‐ mente, el carácter iniciático de nuestra orden. Iniciático no quiere de-‐ cir únicamente algo transmitido en el marco de una tradición; ni si-‐ quiera lo que se comunica y se aprehende mediante la experiencia di-‐ recta; tampoco únicamente aquello que resulta vivo para nosotros porque lo hemos vivido intensamente. Lo que es verdaderamente ini-‐ . 130 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA ciático, y por ende, esotérico, es lo que nos sitúa de lleno en el centro de una paradoja y nos pone en situación de escarbar en nuestro cora-‐ zón para hallar lo que de verdadero, bueno y bello tiene el hecho de vivir en un punto concreto del espacio y un momento determinado del tiempo. Lo iniciático y esotérico pende de la paradoja, y es justamente el camino iniciático de carácter interno, íntimo y secreto lo que constitu-‐ ye la respuesta humana, en busca de un conocimiento para lo cual se aplica a la construcción de un sentido, ante el reto que supone la pa-‐ radoja inherente a la realidad y la necesidad de integrarla y trascen-‐ derla. Lo iniciático y esotérico es un tipo de acción humana constructi-‐ va que nos permite ser consecuentes con el descubrimiento de la inevitabilidad de lo paradójico y la oportunidad que la acción humana, racional y consciente, halla en ello para construirse a sí mismo y cons-‐ truir el mundo. Esa paradoja nos dice que las cosas no son lo que parecen ser, que lo esencial permanece oculto a la simple vista y que el mundo subsiste por el misterio. Tal principio del esoterismo no ha sido pronunciado por un maestro de lo oculto sino por alguien bien conocido: el perso-‐ naje del Principito, de Antoine de Saint-‐Exupery, por cierto un caballe-‐ ro aviador cuyo ojo estaba entrenado en el vuelo nocturno y el silencio celeste, tal como si fuera un Maestro Secreto o un murciélago que trabaja de noche y ve lo que otros no ven. Es así como las dualidades del Kadosh surgen de la raíz misma de la narración masónica y expresan la complejidad de la realidad y la natu-‐ raleza del abordaje epistemológico característico de la masonería. El Caballero del Águila Blanca y Negra es el que ha comprendido que to-‐ das las tensiones entre el tener y el ser, entre lo conveniente y lo inevitable, entre la libertad y la opresión, se producen en el campo de la paradoja y se expresan mediante ella. El Caballero Kadosh es, pues, un epistemólogo de la complejidad. III. Primeros pasos en la dualidad: buscar la luz donde se supone que no se encuentra Cuando el neófito empieza a descubrir el tejido simbólico del templo masónico —y todavía no se ha dado cuenta de cuál es la ralea del club al que ha sido admitido— puede contemplar que ante él se despliegan . 131 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA series de dualidades y triplicidades. Su primera tarea será ir descu-‐ briéndolas y relacionándolas. Pronto advertirá que algunas de las dua-‐ lidades están relacionadas con la luz y la oscuridad. Para empezar, en la propia cámara de reflexión, donde en medio del ámbito oscuro que corresponde al interior de la Tierra visitado por quien desea hallar la piedra oculta del Sentido aparece el gallo solar que proclama la nece-‐ sidad de vigilar y perseverar: el ámbito esotérico, interno, oculto, si-‐ lencioso y oscuro es un lugar de búsqueda y labor vigilante; nos vol-‐ vemos hacia el interior no para cerrar los ojos a lo exterior sino para ver mejor y para laborar en consecuencia. El pavimento mosaico que el neófito pisará luego es, sucesivamente, la expresión mundana de esa realidad primordial marcada por la dua-‐ lidad. No podemos escoger nuestro camino pisando exclusivamente las baldosas blancas, necesariamente hemos de aceptar que el camino de la libertad implica admitir la plura-‐ lidad de tonos. Las dualidades del simboLos dogmáticos autoritarios llaman lismo masónico en toda su a esa aceptación relativismo. La reli-‐ variedad constituyen una gión exotérica opta en exclusiva por el vía alternativa y opuesta al camino de la luz —o de lo que consi-‐ dogmatismo religioso y fidera luz— y rechaza el de la oscuri-‐ losófico, que pone el acendad. Ese dogmatismo puede ser tanto to en una luz pretendidareligioso como filosófico. El final de mente iluminativa para toese camino es bien conocido, según dos y en todo lugar y cirenseña la experiencia histórica: domi-‐ cunstancia. nación. El dogmatismo transcurre por el rechazo a los matices, los matizados tonos de gris, las dimensiones plurales de la condición humana que son necesarias para que exista la libertad. Las dualidades del simbolismo masónico en toda su variedad constituyen una vía alternativa y opuesta al dogmatismo religioso y filo-‐ sófico, que pone el acento en una luz pretendidamente iluminativa para todos y en todo lugar y circunstancia. Todos conocemos aquel cuento sufí atribuido al mulá Nasrudin, en el que se encuentra buscando una llave que ha perdido no en el lugar en el que cayó sino bajo un farol, porque era allí donde había luz. El error de Nasrudin consiste en haber olvidado la naturaleza y razón de ser del esoterismo; por eso el desenlace del chiste mueve a la risa. Las religiones buscan la luz en el campo de lo luminoso, pero el alma de las cosas reside en lo numinoso, que es necesariamente oscuro y ocul-‐ . 132 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA to. En algunos textos que circulan en los medios de nuestra masonería simbólica se afirma que la masonería es esotérica simple y exclusiva-‐ mente porque su lenguaje es un código de expertos, extraño a quien lo desconoce, igual que cualquier otro léxico técnico. En mi humilde opinión, eso puede ser cierto a nivel superficial pero en el fondo es falso y peligrosamente equívoco: la masonería es esotérica porque re-‐ conoce que lo esencial se esconde siempre a la simple vista, porque sabe que la paradoja es la expresión provocativa de la realidad inaprehensible en última instancia y porque es consciente de que la raíz de los dogmatismos religiosos y filosóficos es la búsqueda apolí-‐ nea de la luz, que deviene pasión ascética y dinámica excluyente que concluye en la propia atribución en exclusiva del papel mediador res-‐ pecto a la luz. Esa vía alternativa propia del esoterismo masónico discurre de modo ascendente desde ese pavimento mosaico blanco y negro hasta el águila blanquinegra del Caballero Kadosh. En ella, esa ascensión se ex-‐ presa en el apogeo del vuelo del ave real: la puesta en manifestación y acción de la conciencia expandida que es necesariamente inclusiva. El águila kadoshiana es así el símbolo de la libertad, y no de una libertad soñada a la cual se aspira sino una libertad posible por la que se lucha. El águila es, bajo representación humana, un animal político. El mur-‐ ciélago vuela en la noche y comprende lo que se halla oculto a simple vista; el águila es el ave que más alto vuela y a vista de pájaro tiene una visión total y comprehensiva de lo que sucede en el mundo. Mur-‐ ciélago y águila son pues dualidades complementarias para una acción humana esclarecida. El águila bicéfala mira a un lado y a otro: com-‐ prende pues la diversidad y sabe atender a las legítimas razones de unos y otros. Preside y simboliza, pues, el Santo Imperio, es decir, el imperio de la ley, del respeto al derecho y por tanto el respeto y la in-‐ clusión e integración de la diversidad. Muestra emblemática y orgullo-‐ samente la dualidad integradora frente a la propuesta falsaria de la unidad, sobre cuya fascinación se ejerce la opresión, la uniformización y la deshumanización. El esoterismo es el regreso a la sensatez pluralista y tolerante, la aceptación de la dualidad inherente a todo lo manifestado, lo cual es la raíz del verdadero pluralismo y por tanto la actitud madre de la tole-‐ rancia; es el esfuerzo de la mente humana por emplear su capacidad lingüística y simbólica para ir más allá de las apariencias superficial-‐ . 133 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA mente significativas y adentrarse en la búsqueda de un sentido cons-‐ truido y conferido. La realidad a la que el símbolo apunta no es una idea, un concepto o un campo semántico alusivo o descriptivo; la realidad simbólica es un significado atribuido, y por ende, ese significado es necesariamente plural, inaprehensible conceptualmente y por tanto libre de la utilitari-‐ zación por parte de la actitud dogmática. El símbolo es una puerta a la libertad, es decir, al hallazgo del significado vital que arranca a la men-‐ te de su adhesión unívoca a los conceptos, adhesión que la hace apro-‐ piable por parte de la lógica de la dominación, que es textual, literalis-‐ ta y engañosa en su opción exclusivamente luminosa. El águila bicéfala y bicolor del Caballero Kadosh es el emblema de la libertad, de la liber-‐ tad de pensamiento, de la libertad cívica y política, de la labor de su búsqueda, de la tarea de su defensa y de la exigencia de su imperio. Pero el Kadosh no es únicamente un hombre de acción sino, como hemos dicho, un epistemólogo; un epistemólogo con iniciativa, alguien que no se conforma con interpretar el mundo sino que aspira a trans-‐ formarlo. IV. La doble escalera como expresión del pluralismo necesario en las sociedades humanas libres Para poder avanzar por este camino que estamos describiendo con-‐ viene recordar que la perspectiva en la que nos basamos es aquella parte del ritual que conduce a la consagración como Caballero del Sol. Para poder acceder a ese ámbito luminoso, el 3 V∴P∴G∴M∴ re-‐ cuerda al postulante que «Según la antigua Tradición, los secretos más profundos de la Naturaleza están formulados en axiomas que consti-‐ tuyen las siete Grandes Verdades, a saber: § El ser humano presiente lo absoluto tomando consciencia de su propia relatividad. § Sólo el símbolo permite aproximarse a lo absoluto. § Lo visible es la figuración de lo invisible. § El Principio Primero está fuera de todo conocimiento y de toda ex-‐ plicación. § La vida humana, como toda cosa conocible, es un punto de cristali-‐ zación en el espacio y en el tiempo. § El mal y sus manifestaciones tienen su lugar en la armonía universal. . 134 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA § Toda armonía se renueva sin cesar por el juego de fuerzas contra-‐ rias». Cuando, conferido ya el grado 29º, el postulante es encaminado ha-‐ cia el grado siguiente, el ritual le sitúa frente al símbolo de la escalera misteriosa. Los relatos que, en clave sapiencial, dan cuenta de la lucha de la humanidad por alcanzar la humanización, están plagados de es-‐ caleras simbólicas. El simbolismo de la escalera es remotamente pri-‐ migenio: corresponde al árbol que, en la cosmografía chamánica, une y comunica los mundos de arriba, de abajo y de en medio. La escalera, a diferencia del árbol, que es un ser natural, es un elemento técnico construido por el ser: es por tanto un símbolo social y político, pues la acción humana que se realiza por medio de la técnica, la construcción y el saber es necesariamente política y social. El mito de la torre de Babel da cuenta de las implicaciones de esa condición sociopolítica; una construcción humana erigida en gradas cuya «escaleridad» provo-‐ ca la confusión de lenguas y la dificultad para entenderse, y ahí tene-‐ mos la coherencia entre la actividad humana tecnológica y constructiva, el lenguaje como dimensión constitutiva de la mente y como medio de construcción social y política, y las relaciones humanas, interpersonales y sociales, como ámbito en el que se produce el significado. Si en los relatos bíblicos las gradas ascendentes de la torre de Babel representan la confusión —o lo que el autor del relato entiende por tal— lo que pone en escena en aquella narrativa mítica la aspiración a la iluminación es la escalera de Jacob. En un sueño revelador, ese pa-‐ triarca vio una escalera por la cual descendían y ascendían los ángeles en un recorrido celeste-‐terrestre: otra vez el axis mundi chamánico. El dogmatismo luminiscente ha hecho multitud de interpretaciones de tal escalera, algunas de ellas escandalosamente abusivas respecto a implicaciones dogmáticas que a veces avergüenza leer y escuchar. La escalera del Caballero Kadosh, sin embargo, tiene una particularidad que la distingue de esas escaleras «divinas»: es una escalera humana, por tanto sensata, por tanto expresiva de la dualidad. Pues «no es en el cielo ni en las nubes donde deberéis obrar durante vuestra vida co-‐ mo Caballero Kadosh sino en la Tierra», citando de nuevo el ritual. El recorrido iniciático de ascenso y descenso que el Kadosh debe hacer por esa escalera —una escalera por la que no discurren ángeles sino aspiraciones, ideales y pasiones— le instala de lleno en la inevitabili-‐ dad de los dualismos pero también en la consideración dualística co-‐ mo perspectiva privilegiada de la realidad. . 135 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA El Caballero del Águila Blanca y Negra no sueña una escalera por la que circulan ángeles; en estado de vigilia, es él quien asume la tarea de ascender y descender él mismo por las dos hojas de la escala, una escalera a la medida humana, que no conduce a un cielo ni comunica con él sino que da pie a la experiencia humana; una escalera laica, po-‐ dríamos decir. En eso consiste su iniciación: transcurrir del estado oní-‐ rico, en el que todo es posible y en el que los hombres dialogan con los ángeles y los dioses, al estado vigilante, el estado de conciencia en el que se produce el diálogo, es decir, la conversación entre dos o varios. El gallo solar que nos llamaba a vigilar y perseverar cumple aquí su destino, un destino de hombre entre los hombres, dotado con sus re-‐ cursos, capacidades y determinaciones para llevar a cabo el imperativo geo-‐organizador propio de la caballería, que solamente se puede con-‐ cretar en un entorno humano plural donde sea posible el diálogo: la pluralidad concurrente de voces diversas. ¿Qué hallamos en la experiencia iniciática de la escalera de doble hoja? Dimensiones del conocimiento y herramientas propias de la ra-‐ zón y la acción humana. En el tramo ascendente, ciencia y tecnología, en el sentido más amplio. En el descendente, virtudes y sabiduría. Ambas conducen a la expansión de la conciencia, es decir, una expe-‐ riencia inclusiva, en la que se da la integración del conocimiento de las razones de los demás. El caballero liberador tiene vocación democráti-‐ ca, responde a un espíritu de comprensión de las razones de unos y otros, de la razón que asiste a quien plantea sus motivaciones justas: «Suum cuique ius», a cada cual el derecho que le corresponde, tal co-‐ mo reza el lema de nuestro Supremo Consejo. De nuevo hallamos en el escocismo la expresión de sucesivas revela-‐ ciones simbólicas en octavas superiores: el constructivismo masónico, simbolizado en los tres primeros grados por los útiles propios de la técnica se expresa ahora en esa doble escalera que representa ella misma una visión más compleja y articulada del mismo. El caballero que se propone en este grado no es un alma idealista que desea as-‐ cender hacia la luz al encuentro de una verdad unívoca, única, general y cierta para todos. La escalera de doble hoja conduce a una iniciación que sitúa a la persona con ideales y valores explícitamente en el cam-‐ po democrático. Esa es la naturaleza del fundamento iniciático del Kadosh, y es necesario hacer hincapié en ella y su simbolización por la escalera de doble hoja si no queremos asumir una concepción erró-‐ nea, diríase que pervertida, del ideal caballeresco. . 136 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA El Caballero Kadosh no es una leyenda del pasado a recordar o reproducir sino una tarea presente a cumplir. Existe cierta concepción del ideal caballeresco que es retrógrada, si no reaccionaria. A pesar de que cualquier tiempo pasado fue peor, hay quien pretende recuperar ese ideal como si fuera posible abrir una brecha en el tiempo y trazar un círculo en el espacio actual en el que pudiera existir un lugar a cubierto de la supuesta degradación que el mundo ha experimentado desde «los buenos viejos tiempos». Quien desee hacer tal cosa olvida que el templo masónico carece de techo que lo resguarde (y ahí está el panteón de Agripa con su apertura cenital para recordarnos lo antiguo de esa intemperie consustancial al esoterismo). El Caballero Kadosh no es una leyenda del pasado a recordar o reproducir sino una tarea presente a cumplir. Y esa tarea se da en lo que se ha dado en llamar sociedad compleja, que es la plasmación actual de la sociedad democrática, una sociedad que, para ser tal, debe ser plural, garante y promotora del pluralismo e integradora de dualidades que no solamente son inevitables sino deseables e imprescindibles. De nada nos sirve aludir a que el origen del grado 30º es templario o que responde a la decantación de lo mejor del espíritu caballeresco, si no creemos realmente que el esoterismo es una cosa muy dis-‐ tinta a un diletantismo estetizante. Si nada es lo que parece, si el iniciado en los misterios y privilegios d e la masonería no asume las consecuencias del punto de vista esotérico, la ac-‐ ción masónica puede desembocar en un punto muy distinto al cual apunta el constructivismo pluralista, abierto y demo-‐ crático. Nuestro Caballero Kadosh no puede ser tal si se descabalga de las dualidades que le son propias. Y todas las dualidades del Kadosh se sintetizan en un lugar: la punta de su espada. La interrogación bi-‐ zantina sobre cuántos ángeles caben en la punta de un alfiler tiene una respuesta rotunda desde el escocismo caballeresco: todo el cono-‐ cimiento humano reside y se sintetiza en la punta de una espada. No quisiéramos decirlo de la manera grosera como lo afirmó Mao Zedong, cuando declaró que el poder reside en la punta de las bayonetas, no es a eso a lo que nos referimos. El caballero es alguien que realiza su tarea mediante el uso de una espada que apunta a unos objetivos, responde a unos propósitos y materializa unas opciones. De nuevo las dualidades obligadas propias del devenir humano. . 137 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA La dualidad y la síntesis: hacia dónde apunta la espada El ideal caballeresco sumergido en la imaginación febril es peligroso. De hecho, estuvo en el centro de la aventura nazi, que devino un pro-‐ yecto de abolición de la humanidad. El movimiento nacionalsocialista alemán abrió un frente de batalla en lo simbólico, no poco importante por cierto, y quiso practicar una profunda cesura en los arquetipos co-‐ lectivos europeos al tratar de sustituir el ideal caballeresco basado en la compasión y la defensa de los débiles por una nueva perspectiva, que introdujese una nueva tradición de caballería orientada a la domi-‐ nación y el sometimiento. Ese «herrenvolk» o pueblo de señores en que deseaba convertir a los alemanes debía estar basado en una legi-‐ timidad caballeresca alternativa. El ideal nazi se expresó en una caba-‐ llería «de señores» desprovistos de compasión (es decir, de la capaci-‐ dad de padecer con, o comprender el padecimiento de los otros) suje-‐ ta a un supuesto ideal superior, el recurrente fantasma de la unidad. Unidad nacional y unidad racial; aspiraciones a la unidad que siempre conducen a la imposición y a la dominación. La espada del Kadosh, que se sostiene en las dualidades en las que el caballero se constituye, apunta directamente a la destrucción de ese fantasma pseudounitario que resurge una y otra vez. Porque no infra-‐ valora la concepción perversa de la caballería y el fundamento de su ideal en el servicio a la humanidad. La leyenda artúrica, mito fundador de la concepción caballeresca oc-‐ cidental, gira en torno a una espada, un símbolo ampliamente expan-‐ dido en gran número de civilizaciones, cuyas connotaciones masónicas e iniciáticas son sobradamente conocidas. La espada como símbolo de poder es asimismo símbolo de conocimiento, y ese es el aspecto omi-‐ tido en muchos abordajes simbólicos. La espada, miniaturizada en pu-‐ ñal, del Kadosh pertenece a esa concreción simbólica: conocimiento, decisión, opción, acción deliberada y elaborada en la sabiduría. La pa-‐ labra inglesa sword, sin la s, es Word, palabra, ejemplificación del co-‐ nocimiento y de la estructura lingüística de la mente humana. Pero también verbo, es decir razón, es decir sentido. El caballero es pues un hombre de palabra y de juicio, además de un hombre de acción: de la acción tendente a conferir sentido. En la simbología budista hallamos al buda Mañjusri, ejemplo de la sabiduría, el único de su panteón que . 138 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA esgrime una espada en una mano y un libro en la otra: es en su con-‐ texto signo del intelectual en acción inspirado por la sabiduría. La síntesis de la razón y el ser del Caballero del Águila Blanca y Ne-‐ gra, la integración de las dualidades, tiene lugar en la punta de su es-‐ pada: hombre de palabra, hombre de juicio, «Suum cuique ius». Las miríadas de ángeles que caben en la punta de un alfiler no son nada ante la luminosidad de la espada esgrimida por la razón humana en busca de sentido, el cual, según Viktor Frankl, reside en la acción cons-‐ tructiva basada en lo Verdadero, lo Bueno y lo Bello y la lucha por ese ideal. Debemos decir, llegados a este punto, que la espada tiene mala prensa en las mentalidades con una concepción de la democracia te-‐ ñida por una visión digamos buenista de la vida civil. La espada suele ser asociada a la dominación, la agresión, el militarismo o la imposi-‐ ción de unos hombres sobre otros. Y en cambio, el puñal Kadosh es la antítesis de todo ello. Véase el juramento iniciático definitivo del gra-‐ do 30º: el compromiso de «adquisición del conocimiento que conduce a la Sabiduría, iluminada por la Ciencia y santificada por la Conciencia» y consiguientemente, del rechazo de toda dictadura y el emprendi-‐ miento de oposición a ella, la resistencia al avasallamiento de la per-‐ sona, el repudio de la voluntad de poder que es causa de guerra y do-‐ minación, y la acción reparadora de los abusos de poder. La aspiración a lo Verdadero, lo Bueno y lo Bello que preside la concepción del cons-‐ tructivismo masónico no titubea ante la personificación y la manifes-‐ tación del mal: atropello, dominación, poder opresivo y guerra, por medios políticos, económicos, intelectuales y militares. Las dualidades del Kadosh le han conducido, de modo tanto simbólico como operati-‐ vo, hasta la punta de su puñal. La punta del puñal Kadosh señala inequívocamente a un lugar de-‐ terminado: la sociedad plural democrática. Como hemos dicho, el plu-‐ ralismo reside en la aceptación de las dualidades, no como mal menor sino como ideal superior. El filo de la espada de la sabiduría escinde en dos el velo del templo del totalitarismo –y empleo el símil deliberada-‐ mente. Por eso el Kadosh no es un agente vengador sino un caballero constructor, pues sabe que el totalitarismo apela siempre a una ima-‐ ginaria y nunca vista «unidad» en la que desaparecen las diferencias y todos los espíritus se aúnan. Los lemas han sido tan diversos como los regímenes opresivos: una cristiandad unida bajo la ley de Dios; una nación de señores unida en un solo pueblo, un solo imperio y un solo . 139 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA guía; una unidad de destino en lo universal; una «armonía» que expre-‐ sa la unidad del pueblo propuesta por los actuales líderes políticomili-‐ tares del neocapitalismo comunitarista emergente en Asia; una exi-‐ gencia única del mercado unificador que se impone a la sociedad glo-‐ balizada. La inspiración kadoshiana, sustentada en el esoterismo epis-‐ temológico que sabe que nada es lo que aparenta ser, es capaz de de-‐ tectar ese peligro en todas las propuestas de unidad, unitarismo, unifi-‐ cación y uniformización. No porque sea partidario de la separación o la fragmentación sino porque entiende que la verdadera unidad reside en la síntesis de las dualidades. Toda unidad que no sea esto es una vía directa a la opresión mediante la supresión de la diferencia, es decir, el derecho a diferir, a tomar otras opciones. Podemos decir pues que el Caballero del Águila Blanca y Negra no solamente es un luchador por la justicia sino un campeón del pluralis-‐ mo. Enraizado en las dualidades propias del ser humano que resultan integradas en su realización, el Kadosh reconoce que es en las duali-‐ dades propias de la vida civil en las que se sostiene la democracia, es decir, el imperio de la libertad. Citaré al M:. Q:. H:. Joan-‐Francesc Pont apelando a que me permita obviar su modestia para decir, con él, que «la cultura del poder gira en torno a la sacralización del fratricidio y, por eso, la revolución francesa descubrirá para la eviternidad el valor de la fraternidad como virtud (…) una de las grandes aportaciones de la ilustración: la substitución del enemigo por el hermano, de la teolo-‐ gía por la filosofía, del dogma por la ciencia, del poder absoluto por un poder limitado». Tal constatación hace encajar las piezas de nuestro constructo sim-‐ bólico-‐ritual: el caballero que gana la justicia para el establecimiento de la fraternidad; el constructor organizador de la civilización plural erigida mediante el diálogo; el militante contra la opresión y la domi-‐ nación del hombre por el hombre y el sometimiento a la razón del es-‐ tado, del poder y del dinero; el sostenedor de la autonomía intelectual y moral de la razón; el hermeneuta que desvela la impostura del nihi-‐ lismo y el unitarismo y revela la necesidad de la construcción del signi-‐ ficado a partir de la razón propia de lo humano; el ciudadano que re-‐ corre el camino de la autoconstrucción consciente de sí mismo y la erección voluntaria y cooperativa de un mundo humano para los hu-‐ manos. En última instancia, llegado a los límites de la cuestión, el Caballero Kadosh debe situarse en la realidad atendiendo a la esencia simbólica . 140 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA de su ser: las dualidades que jalonan su autoconstrucción, su campo de actuación y su visión penetrante de la realidad y las cosas. Si el Kadosh es el campeón de la justicia, la libertad y el pluralismo, debe necesariamente ser el garante de la fraternidad. La sustitución del enemigo por el hermano y la creación de las condiciones que lo hacen posible tiene nombre, y ese nombre, en sus diversas expresiones, con-‐ siste en la tarea del Caballero del Águila Blanca y Negra, que desem-‐ boca en: § El imperio de la ley y la justicia. Lo que conlleva el derecho a la desobediencia civil. § El respeto a los deberes y el ejercicio de los derechos como marco de la condición ciudadana. § El gobierno de las mayorías, que integra y articula el respeto de las minorías y garantiza su participación en la toma de decisiones. § El pluralismo en las ideas, las posiciones sociopolíticas y las formas de vida cotidiana. Como oposición al pensamiento único uniformi-‐ zador producido por los totalitarismos, confiésense estos como ta-‐ les o no. § El civismo activo y la participación política, el activismo social y la di-‐ fusión de la cultura, como maneras de ejercer la ciudadanía no úni-‐ camente mediante el voto. § La promoción de la educación, la cultura y la creatividad en multitud de microentornos, como tarea de enrolamiento democrático. § La defensa y promoción de las humanidades como inseparables del conocimiento científicotécnico para que este esté al servicio de las personas. § El apoyo al avance de la ciencia y la filosofía, al de la ciencia y la técnica, y al del conocimiento propio de la creación artística (enten-‐ dida esta en un sentido que va más allá de lo plástico o estético) por considerar que estas tres dimensiones del conocimiento expresan la substancia de la mente humana. § La lucha contra la degradación de la democracia, la disminución o limitación de los derechos civiles, la corrupción política, la degrada-‐ ción o ineficacia de las instituciones. § La lucha contra la extensión de la economía de mercado hasta la «sociedad de mercado» tal como teorizó Karl Polanyi cuando advir-‐ tió tempranamente de lo que más tarde sería la globalización. § La sustitución del liberalismo democrático progresista por el llama-‐ do neoliberalismo que no es más que el conservadurismo reaccio-‐ nario al que el liberalismo originario combatió. . 141 . LAS DUALIDADES DEL KADOSH: EL SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE UNA MILITANCIA CÍVICA § La resolución de las contradicciones entre persona y grupo, entre trabajo y capital y entre desarrollo y planeta mediante el respeto al pluralismo, la defensa y compensación del más débil y la articula-‐ ción de los equilibrios necesarios para preservar los legítimos in-‐ tereses personales y los grupales. § La extensión de todas estas tareas e imperativos democráticos a to-‐ dos los rincones de la Tierra. En los matices que implican estas propuestas se puede advertir lo necesaria que es la mirada del Caballero Kadosh entrenada en la apre-‐ ciación de las dualidades. Pues, como dijo Daniel Beresniak, el masón es el que va más allá, es el que es capaz de ver entre las contradiccio-‐ nes, de sacar algo de la contradicción, y de trabajar con la suma de contrarios. Ese es el sentido del esoterismo iniciático y la tarea suma-‐ ria del Caballero Kadosh.Å . 142 . El campamento o la fuerza transformadora del mito como fuente de la razón RAMÓN SALAS ROIG El 32º Grado, Sublime Príncipe del Real Secreto, es el segundo de los grados blancos o últimos del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, y se ocupa principalmente del estudio de la Organización del Rito y de la custodia y defensa del Sistema Masónico. De la síntesis de este Grado, que re-‐ capitula los anteriores, se obtiene el conoci-‐ miento del Real Secreto, puesto que según Por-‐ ciatti (1981) el Real Secreto enseña que el futu-‐ ro de la Masonería está incluido en el futuro de la Humanidad. El cuadro del Grado 32º o Campamento de los Príncipes del Rito Es-‐ cocés Antiguo y Aceptado representa un ejército compuesto de todos los Grados, perfectamente ordenado alrededor de los Soberanos Grandes Inspectores Generales del Grado 33º, de los cuales surge el Supremo Consejo, al que se le ha confiado la Dirección del Rito y al Soberano Gran Comendador, Gran Maestro, cuya tienda está en el centro del Campamento, en la intersección de los brazos de la Cruz de San Andrés. Los Sublimes Príncipes del Real Secreto, guiados por su Luz Interior (Lux Inens Agit Nos) organizan esta cruzada con el reagrupamiento de todos los Grados. Esta hueste tiene como finalidad coordinar la cruza-‐ da que guían los Masones Libres para instruir e iluminar a la Humani-‐ dad, con el fin de crear un Reino de Justicia, Libertad y Amor. Se trata-‐ ría del compromiso caballeresco deliberado de asumir la defensa del Santo Imperio, lo que hoy podríamos llamar la legalidad democrática de la Res Publica y de los principios éticos de los Derechos Humanos (Otaola, 2011). . 143 . EL CAMPAMENTO O LA FUERZA TRANSFORMADORA DEL MITO COMO FUENTE DE LA RAZÓN I. El programa iconográfico del Campamento El programa iconográfico del Campamento consta de un gran polí-‐ gono regular de nueve lados, eneágono, que limita al Campo de los Príncipes, en el cual se inscriben un heptágono, un pentágono, un triángulo y un círculo. Sobre los lados del eneágono se levantan las nueve tiendas de campaña en las que acampan los cuerpos del ejército de la O rden, formados por los grados que van del 1º al 18º. Cada una de las tiendas se designa por una letra y sus estandartes distintivos por un número. Las letras forman dos conjuntos, los cua-‐ les leídos en sentido horario dicen: SALIX y NONI. Inscrito en el eneágono hay un segundo recinto de forma hepta-‐ gonal sin ningún atributo, que circunscribe el cuerpo central que forma un pentágono. En cada uno de sus ángulos ondean los estan-‐ dartes de los cinco Príncipes jefes de los cinco cuerpos de ejército, comprendiendo los grados del 19º al 29º. Cada uno se designa con una letra. Las letras leídas en sentido horario dicen: TENGU. De la unión de estas tres palabras se obtiene la frase misteriosa del Grado 32º: SALIX NONI TENGU (+S). De acuerdo con Poggi (2002) una interpretación de esta frase sería el anagrama: LUX INEN (S) AGIT NOS, cuya traducción sería: La Luz que está entre no-‐ sotros nos guía. El centro del campamento está formado por un triángulo equilá-‐ tero en el que, distribuidos en sentido anti horario, acampan los Caballeros Kadosh (30º), los Grandes Inspectores Inquisidores Co-‐ mendadores (31º), los Príncipes del Real Secreto (32º) y los Sobe-‐ ranos Grandes Inspectores Generales (33º), todos ellos al mando del S∴G∴C∴ en persona. En el triángulo equilátero va inscrito un círculo en cuyo centro resplandece el nombre del G∴ A∴ D∴ U∴ escrito en caracteres hebraicos. En los vértices del triángulo, empe-‐ zando por el inferior de la derecha, se sitúan las figuras de un cuer-‐ vo negro, una paloma blanca y un ave fénix roja. Los tres colores son una típica alegoría alquímica, se trata de los tres pasos que conducen a la culminación de la Gran Obra, representada por el co-‐ lor rojo del ave fénix, que resucita persistentemente de sus propias cenizas. . 144 . EL CAMPAMENTO O LA FUERZA TRANSFORMADORA DEL MITO COMO FUENTE DE LA RAZÓN II. La interpretación simbólica masónica La razón simbólica por la que se eligieron las figuras geométricas refe-‐ ridas podría parecer clara en Masonería. El círculo es la unidad y junto con las otras figuras representan los cinco números masónicos 1, 3, 5, 7 y 9 = 25, reducción 7; además 25 es el cuadrado de 5, que corres-‐ ponde al valor de la hipotenusa de un triángulo rectángulo que tenga los dos catetos de valores 3 y 4, los tres números pitagóricos por exce-‐ lencia. Pero el conjunto bien podría representar un programa icono-‐ gráfico y simbólico muy diferente al que muestra su contenido mani-‐ fiesto más inmediato. Así, bajo la configuración del campamento de un gran ejército masónico se ocultaría el mensaje reservado a ser desve-‐ lado por los iniciados en los misterios de los Hijos de la Viuda. Para lo-‐ grar este fin se requiere ser muy paciente y constante, descender a las entrañas de la Tierra, descubrir la piedra oculta, destilar, disolver y coagular sin cesar. Es el proceso alquímico simbólico del perfecciona-‐ miento personal que se nos brinda desde la primera iniciación. Volviendo nuevamente al programa iconográfico, lo que no queda demasiado claro en la distribución y relación de figuras geométricas, estandartes y tiendas, es el papel simbólico que juega la figura del heptágono, pues no tiene asociado ningún tipo de atributo concreto, como ocurre con el resto de figuras geométricas del cuadro. Para poder responder a esta cuestión, y ser capaces de hacer la in-‐ terpretación simbólica masónica del conjunto de emblemas y figuras geométricas que componen el cuadro del Grado 32º, se debe retroce-‐ der más allá de las Grandes Constituciones del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de 1786. Antes de 1786 había existido el Rito de Perfección, también llamado Escocés Primitivo o Rito de Heredom. Este rito, que fue creado en Pa-‐ rís en 1758, deriva del Capítulo de Clermont (1754-‐1758), estaba for-‐ mado por sólo veinticinco grados y se convertiría en el padre del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Según las Constituciones y Reglamentos del Rito de Perfección de 1762 (Cassard, 1861), los primeros dieciocho grados eran los mismos que ahora. Los grados actuales 19 y 20 componían antiguamente un grado único. Nuestro grado 21 era el 20 y el 20 era entonces el 22, el actual 28 era el 23, el actual 30 —o un grado parecido— era el 24, y el actual 32 era el 25, y no había más grados después de este. Nuestros grados actuales 23, 24, 25, 26 y 33 eran grados desconocidos en aque-‐ . 145 . EL CAMPAMENTO O LA FUERZA TRANSFORMADORA DEL MITO COMO FUENTE DE LA RAZÓN lla época. El 27 era un grado aparte y el grado 29 era parte de otro sis-‐ tema. Las antiguas Constituciones y Reglamentos del Rito de Perfección de 1762 dan la lista de estos 25 grados, que requerían 81 meses (≅ 7 años) para ser alcanzados (81 = 9x9). Estos grados se agrupan en siete clases, formadas por 3, 5, 3, 3, 4, 4 y 3 (=25) grados, respectivamente. Para obtener los grados de cada clase se necesitaban los 81 meses dis-‐ tribuidos de la forma: 15, 21, 7, 5, 6, 12 y 15. Dichos reglamentos dan a estos números el nombre de misteriosos y dicen que todos estos grados en que es necesario ser iniciado en un número misterioso de meses para alcanzar cada uno de ellos componen el número 81, el cual por reducción es igual 9; dado que 8 + 1 = 9, ambas cifras son conside-‐ radas como números perfectos. El 8 y el 1, en este orden, son números perfectos y, en cambio, serían muy diferentes del 1 y el 8, que compo-‐ nen el número 18 = 2x9, la cual es una combinación que se considera imperfecta. Por otra parte, si se toma el número que da la suma de los lados de las figuras geométricas del cuadro del Grado 32º: triángulo (3), pentá-‐ gono (5), heptágono (7), eneágono (9) y asignando el valor 1 al círculo central, obtenemos la cifra 25 (1 + 3 + 5 + 7 + 9 = 25), que es el número de los grados que existían en 1762. Si se sitúan los Comendadores del Gran Secreto (antiguo grado 25º) en el centro del círculo, queda libre un lado de cada figura geométrica del cuadro para cada uno de los 24 grados restantes. De esta manera toma sentido la existencia de la inexplicable figura vacía del heptágono actual, el cual se habría con-‐ servado después de la adaptación a los 33 grados actuales, pero habría perdido su contenido original simbólico. Con la nueva adaptación a los 33 grados de la actualidad, las figuras geométricas del antiguo cuadro de antes 1786 no tenían el número su-‐ ficiente de lados para acomodarlos, por lo que fue necesario volver a arreglar los grados y distribuirlos en los campos. Esto produjo el des-‐ barajuste de las letras, dedicándose una misma letra a más de un gra-‐ do, y la vez que movió de sus puntos originales los estandartes y oca-‐ sionó el desuso del heptágono. Todo ello hizo inexplicable y dejó fuera de sentido el programa simbólico original del cuadro del grado 32º. Antiguamente, el eneágono con sus nueve lados daba lugar a los nueve primeros grados, empezando por el de aprendiz y terminando con el de Elegido de los Nueve. Mientras que el heptágono, cuyos la-‐ dos completan el número 16, admiten desde el grado 10º (Ilustre Ele-‐ . 146 . EL CAMPAMENTO O LA FUERZA TRANSFORMADORA DEL MITO COMO FUENTE DE LA RAZÓN gido de los Quince) hasta el 16º o Príncipe de Jerusalén, incluido. Esta distribución se reflejaría de alguna manera en los antiguos Reglamen-‐ tos de 1762 que declara a estos príncipes Jefes Valerosísimos de la Masonería Reformada y los pone a la cabeza de los masones de los dieciséis primeros grados, dándoles el mando de todas las Logias de Perfección Real y los Consejos de Caballeros de Oriente. Los cinco lados del pentágono admiten los cinco antiguos grados desde el 17º al 21º, inclusive, los que serían: § 17º: Caballero de Oriente y de Occidente § 18º: Soberano Príncipe Rosa + Cruz § 19º: Gran Pontífice y Grano Maestro ad vitam § 20º: Gran Patriarca Noaquita § 21º: Gran Maestro de la Llave de la Masonería Los tres lados del triángulo corresponderían a los tres antiguos gra-‐ dos que van desde el 22 º al 24 º, las que eran: § 22º: Príncipe del Líbano o Caballero de la Real Hacha § 23º: Soberano Príncipe Adepto o Caballero del Sol § 24º: Gran Comendador del Águila Negra En el centro del círculo habría el antiguo grado 25º con los Príncipes del Real Secreto, grado que equivaldría al actual Caballero de la Ser-‐ piente de Bronce (25º del REAA). Esta interpretación parece muy plausible y encaja muy bien con los contenidos de las Constituciones y Reglamentos del Rito de Perfección de 1762, al tiempo que da sentido simbólico masónico al enigmático polígono regular de siete lados actualmente desprovisto de todo atri-‐ buto. III. El programa simbólico oculto Pero aun así, es necesario intentar ir aun más lejos en la interpretación del programa simbólico del Campamento. La geometría de los círculos y polígonos regulares inscritos nos recuerda a los rosetones de las ca-‐ tedrales góticas. Y sobre todo, el conjunto del cuadro del grado 32 º del REAA, presenta un programa iconográfico y simbólico de tipo mandala. Literalmente, mandala es una palabra hindú que significa círculo. Según Cammann los mandalas fueron introducidos en el Tíbet desde la India por el gran gurú Padmasambhava. Según Gómez de Lia-‐ ño (1998) tendrían un origen que hay que ir ha buscar en la Grecia del . 147 . EL CAMPAMENTO O LA FUERZA TRANSFORMADORA DEL MITO COMO FUENTE DE LA RAZÓN siglo I aC. Los diagramas sapienciales gnósticos, o diagramas del cono-‐ cimiento, en el mitraísmo, el gnosticismo, el cristianismo y el mani-‐ queísmo, tuvieron que realizar un largo viaje a través de los siglos y la geografía hasta dar origen al mandala budista. El simbolismo del mandala es complejo, pero en esencia se trata de una forma que describe un grupo coherente de deidades o atributos dispuestos simétricamente en torno de una figura central dentro del plano de una mansión divina. Eliade, dice que los mandalas serían co-‐ mo una imagen del mundo y Jung, dice que actuarían como una pro-‐ yección de la mente, intentando efectuar una reconstrucción integra-‐ da del psiquismo y sus contenidos. En resumen, el mandala es ante todo una imagen sintética del dualismo entre diferenciación y unifica-‐ ción, variedad y unidad, exterioridad e interioridad, diversidad y con-‐ centración. Jung, nos dice también que en todo mandala que domine el elemen-‐ to numérico, el simbolismo de los números es el que mejor puede ex-‐ plorar su sentido. En nuestro caso, la contraposición del círculo, el triángulo, el pentágono, el heptágono y el eneágono (numéricamente del 1, 3, 5, 7 y 9) cumplen el papel fundamental de los mejores y más clásicos mandalas orientales. El mandala presenta siempre su idea de centro, aunque no sea representado de forma explícita, y presenta también los obstáculos periféricos de las otras figuras para su conse-‐ cución y asimilación. Estos mandalas numéricos deben leerse considerando como la parte superior o principal la más próxima al centro. El círculo dentro del triángulo hace este papel principal en torno a un punto central, punto metafísico e irradiante de la energía primordial no manifestada y que, por esta causa, no figura en el dibujo del mandala. El cinco y el siete periféricos del pentágono y el heptágono serían la imagen de la exte-‐ rioridad ordenada. El eneágono exterior, a modo de gran círculo exte-‐ rior, tiene una función unificadora para resumir con la idea de movi-‐ miento casi circular las contradicciones y diversidades de los ángulos y lados de las figuras más interiores. También los mandalas, sobre todo los de gran tamaño y pintados de muchos colores en el suelo, menos que ser utilizados para la contem-‐ plación, sirven a la función ritual de penetrar en su interior gradual-‐ mente, identificándose con sus etapas y zonas. Este rito sería análogo al de la penetración en el laberinto y la búsqueda del centro, un ca-‐ mino con un marcado carácter psicológico y espiritual. . 148 . EL CAMPAMENTO O LA FUERZA TRANSFORMADORA DEL MITO COMO FUENTE DE LA RAZÓN Dice Kerényi (2006) que en el laberinto da vueltas la cultura occiden-‐ tal. El laberinto conserva los orígenes mismos de la cultura, sus imáge-‐ nes de identidad y alteridad, los símbolos de su manera de buscarse, encontrarse, perderse y reencontrarse nuevamente y los mitos que condensan esta aventura ideológica. Ser y moverse en el laberinto su-‐ pone una condición de existencia y un proyecto de supervivencia. Éste proceso se convierte en un tipo de proyección simbólica, al que la idea de laberinto proporciona una estructura de soporte mítico. Encontrar-‐ se en el laberinto, movernos siguiendo el recorrido, alcanzar el centro, para poder resolver el problema, e inmediatamente buscar un camino de salida, para así poder escapar de la lógica de la búsqueda. Éste ca-‐ mino recorriendo la dualidad es el mitologema fundamental de las ci-‐ vilizaciones mediterráneas más antiguas, manifestado en múltiples va-‐ riantes a lo largo de las mitologías de todos los tiempos. Según Ke-‐ rényi, el mitologema es el modelo arquetípico que, enriquecido con elementos propios de una cultura, da origen al mito. IV. La fuerza del mito como fuente de la razón El antagonismo entre mito y razón tiene raíces muy profundas en el pensamiento occidental. Puede decirse que la razón nace y toma con-‐ ciencia de sí misma en contraposición al mito. Si bien sería excesivo considerar que el objeto de la razón ha sido siempre el de oponerse al mito, sí parece más plausible señalar que muchas veces la razón no ha podido cumplir su misión de explicar la realidad sin entrar en conflicto con el mito (Vives, 1966). El largo proceso de transición del mito al logos tuvo un papel catali-‐ zador en el origen de la evolución de la civilización de la antigua Gre-‐ cia. Los primeros intentos de interpretación mitológica del universo, a través de la teogonía (origen de los dioses) y de la cosmogonía (origen del cosmos), aparecen por primera vez en los cantos homéricos y en la obras de Hesíodo. Estos textos poéticos explican, a partir del mito, el mundo mediante una organización y una concepción teológicas. En el siglo VI aC tiene lugar la transición desde las creencias cosmogónicas de las representaciones míticas de los textos poéticos a los conceptos cosmológicos de las teorías presocráticas. El pensamiento filosófico y científico se va configurando como una percepción y un orden abstrac-‐ to del todo. Se produce una transición que va de la imagen y la metá-‐ . 149 . EL CAMPAMENTO O LA FUERZA TRANSFORMADORA DEL MITO COMO FUENTE DE LA RAZÓN fora del mito a un concepto y, finalmente, a la formulación de leyes fí-‐ sicas para la interpretación del cosmos. Pero esta transición ideológica no se produce descontextualizada, sino que está directamente rela-‐ cionada con cambios importantes que se producen en la sociedad de la época (Andreadaki-‐Vlazaki, 2014). Según Campbell (2013) el mito sería una metáfora de la realidad. El examen sin prejuicios de las tradiciones de la humanidad descubre ciertos motivos míticos comunes a todas ellas, aunque se entienden y desarrollan de diferente manera en las distintas tradiciones, por ejemplo la idea de la vida tras la muerte. A los motivos míticos ele-‐ mentales y comunes Jung (2002) los denominó arquetipos del incons-‐ ciente colectivo. El concepto de arquetipo intenta explicar las imáge-‐ nes y fantasías que correlacionan con especial similitud motivos uni-‐ versales pertenecientes a religiones, mitos, leyendas, etc. De este mo-‐ do se traslada el énfasis de la esfera de la idea mental racional al oscu-‐ ro abismo subliminal del que surgen los sueños. Así pues, tanto los mitos como los sueños provienen de una misma fuente psicofisiológica, que sería la imaginación humana movida por los órganos corporales. De la misma manera que las imágenes oníricas son una metáfora de la psicología del soñador, las que se expresan en la mitología lo son de la actitud psicológica del colectivo humano al que el soñador pertenece (Campbell, 2013). Spengler (1991) identifico ocho grandes actitudes psicológicas que han configurado la historia de la humanidad, desde el IV milenio aC hasta nuestros días, a las cuales denominó mónadas culturales: 1) la sumerio-‐babilónica, 2) la egipcia, 3) la greco-‐romana, 4) la ario-‐védica de la india, 5) la china, 6) la maya-‐azteca-‐india, 7) la mágica (persa-‐ árabe y judeo-‐cristiana-‐islámica), 8) la fáustica (de la gótico-‐cristiana a la europea norteamericana moderna). A las cuales habría que añadir una novena: la ruso-‐cristiana, actualmente en proceso de gestación. De acuerdo con Campbell (2013), el estudio de la mitología va de la importancia de sus metáforas al descubrimiento de la estructura y la influencia de la mónada aglutinante que infunde sentido a cada ele-‐ mento de su cultura. De ella nacen las manifestaciones artísticas, los ritos, las normas sociales y las formas de relación entre las personas. La Francmasonería, como una forma de sociabilidad creada en el siglo XVIII, sería uno de estos elementos culturales y que junto a los ritos que practica se circunscribe a la mónada cultural fáustica, que com-‐ prende la actitud psicológica que va de la gótico-‐cristiana a la europea . 150 . EL CAMPAMENTO O LA FUERZA TRANSFORMADORA DEL MITO COMO FUENTE DE LA RAZÓN norteamericana moderna. No obstante, el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, y especialmente en aquellos grados en que acude a la tradi-‐ ción veterotestamentaria, también se inscribe en la mónada mágica, persa-‐árabe y judeo-‐cristiana-‐islámica, a la que recurre estableciendo puentes con los mitos antiguos. De la misma manera que también lo hace, en ocasiones, con la mónada cultural greco-‐romana. Estas recu-‐ rrencias a mónadas culturales más antiguas configuran lo que se de-‐ nomina en Masonería la Tradición. El rito constituye el elemento central y la estructura básica del mé-‐ todo de formación que utiliza la Francmasonería. En los ritos interac-‐ túan siempre los tres sistemas propios de la vida humana: el simbóli-‐ co, el mítico y el social. El Rito Escocés Antiguo y Aceptado contiene las esencias de todos los Ritos, los cuales no son más que una expre-‐ sión más o menos acentuada, en uno u otro sentido, de la enseñanza masónica. Está abierto a todas las corrientes filosóficas y herméticas, del simbolismo y de la mística de todos los Ritos. En resumen, a todo aquello que se designa bajo la denominación de Masonería antigua, moderna o rectificada. El Rito Escocés Antiguo y Aceptado es el más generalizado en el mundo, puesto que es la síntesis de todas las for-‐ mas de la Tradición. Su objetivo tiende hacia el Conocimiento y hacia la Unidad. Mediante la progresión de sus grados, permite a los seres humanos, por su conciencia y su voluntad, elevarse hacia las fuentes de sus orígenes y de sus relaciones con el Universo (Bongard, 1979). En palabras de Alain de Keghel, el Rito Escocés Antiguo y Aceptado es una bella vía para una exigente compresión de la condición humana. V. A modo de conclusión La peregrinación iniciática a seguir a lo largo de la vida masónica con-‐ sistiría en seguir las etapas y zonas de los 33 grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, para poder llegar finalmente al centro del manda-‐ la del Campamento. El punto metafísico e irradiante de la energía pri-‐ mordial, universal y cósmica, representado por el símbolo del G∴ A∴ D∴ U∴. Pero una vez alcanzado el centro hay que saber encontrar el camino de salida. El proceso completo radicaría en entrar en el laberinto, moverse si-‐ guiendo el recorrido, alcanzar el centro, para poder resolver el pro-‐ blema, e inmediatamente buscar un camino de salida, para así poder escapar de la lógica de la búsqueda. Es la imagen del viaje iniciático, . 151 . EL CAMPAMENTO O LA FUERZA TRANSFORMADORA DEL MITO COMO FUENTE DE LA RAZÓN una experiencia en la que el iniciado se encuentra en situaciones hos-‐ tiles o adversas que harán que se produzcan cambios en su persona, de que tome conciencia de sí mismo, y que vea modificado su carác-‐ ter, espíritu o experiencia para lograr una mejora personal, después de haber logrado superar una serie de situaciones difíciles. Esta dualidad continuada de la búsqueda iniciática tendría como fin primordial conseguir un nuevo hombre completo y perfeccionado en las dimensiones individuales y sociales. Éste sería el gran mensaje ve-‐ lado del mito del Campamento, reservado sólo a aquellos iniciados que habrían sido capaces de comprender y practicar el camino dual del laberinto de los valores de la Masonería Universal.Å Referencias Andreadaki-‐Vlazaki, M. (2014).-‐ Presentación, en: Mediterráneo, del mito a la razón. Obra Social La caixa/Editorial Tenor S.L. Barcelona. Bongard, R. (1979): Manuel Maçonnique du Rite Écossais Ancien et Accepté. Dervy-‐Livres. Paris. Campbell, J. (2013).-‐ Las extensiones interiores del espacio interior. Ed. Ata-‐ lanta. Girona. Cassard, A. (1861).-‐ Manual de la masonería ó sea el tejador de los ritos Anti-‐ guo Escocés, Francés y de Adopción. Segunda edición, Macoy & Sickles, Nueva York. Gómez de Liaño (1998).-‐ El Círculo de la Sabiduría, Ed. Siruela. Madrid. Jung, C. G. (2002).-‐ Obra Completa volumen 9/I: Los arquetipos y lo incons-‐ ciente colectivo. Editorial Trotta. Madrid. Kerényi, K. (2006).-‐ En el laberinto. El Árbol del Paraíso. Ediciones Siruela. Madrid. Otaola, (2011).-‐ «El Rito Escocés y la metáfora caballeresca, en: El Rito Esco-‐ cés Antiguo y aceptado», Cultura Masónica, n. 9. Poggi (2002).-‐ Alla Ricerca del Sacro, Edimai, vol. I y II, Italia. Porciatti (1981).-‐ Simbologia Massonica – Gradi Scozzesi, Ed. Atanòr. Spengler, O. (1991).-‐The Decline of the West. Ed. Arthur Helps and Helmut Werner. Traducción de Charles F. Atkinson. New York, Oxford UP. Vives, J. (1966).-‐ Mito y razón. Universitat de Barcelona. . 152 . Cerrar las ventanas y abrir la puerta de occidente VICENÇ MOLINA OLIVER Da el hombre a su labor, sin ningún miedo, las horas situades. FRAY LUIS DE LEÓN En una excelente plancha de mi muy querida her-‐ mana Maria Dolors To-‐ rregrosa —«La Francma-‐ sonería: del pensamiento libre al librepensamiento»— se instaba, con ahínco, al desarrollo de la confianza, como antídoto a cualquier posible prevención o reserva, como una de las líneas de fuerza del trabajo en logia. Como una de las grandes aportaciones que, desde la práctica efectiva que el método ritual admite, prescribe y exige, deberían hacer posible —y, de hecho, en buena medida, así lo hacen— la superación de temores, la eliminación de cualquier resto de profanidad que pudiera traducirse en miedo, entendido como restricción a un método discursi-‐ vo que posibilita el libre y fecundo intercambio de perspectivas que, desde la diferencia intelectual, desde la rica pluralidad de trasfondos emocionales distintos, se resuelven en la reunión de lo que estaba dis-‐ perso, se llevan a la confraternización en el centro de la unión. Porque el nexo metodológico que nos reúne, el ámbito en el que se vive, precisamente, nos invita, ya en su sencilla –que no simple-‐ con-‐ creción física, a concentrar nuestros esfuerzos, a interiorizar nuestras posibles respuestas ante los retos a los que nos enfrentamos, antes de comunicarlas en el seno de los trabajos, a resguardo de toda interfe-‐ rencia «exterior», de manera ajena a las siempre presentes y ruidosas cacofonías que, demasiado a menudo, podrían pervertir el sentido que pretendemos dar a las conclusiones de nuestros trabajos. De ahí que, en logia, estén cerradas las ventanas. . 153 . CERRAR LAS VENTANAS Y ABRIR LA PUERTA DE OCCIDENTE No por casualidad. La elegancia espiritual y el lenguaje estético del Rito pueden tener, evidentemente —y siempre— diversas búsquedas de sentido que nos remitan a explicaciones no necesariamente coinci-‐ dentes ni unívocas. Pero las ventanas cerradas imprimen, de entrada, un carácter de contención ante los ritmos impuestos por la profani-‐ dad, y constituyen una permanente invitación a la libre búsqueda en nuestro mundo interior, a la cómplice búsqueda de aquella confianza que se manifiesta en el camino compartido de aprendizaje que deseamos llevar a cabo y que, manteniéndonos a resguardo del ruido exterior, nos permite profundizar, sin ningún miedo, en nuestra más íntima conciencia, para podernos comunicar, también así, sin ningún miedo, con nuestros hermanos y hermanas en el discurso creativo del trabajo en logia. Que, por ser trabajo constructor, requiere de una la-‐ bor previa de conceptualización de aquello que pretende ser construi-‐ do. Labor que no puede concretarse sin ese inicial y fundacional requi-‐ sito: primero, cerremos las ventanas. Para trabajar en silencio. Para superar profanidades. Para eliminar cualquier resquicio de pesados metales. Para clarificar dónde estamos, sabiendo por qué y buscando cómo llevar dicho trabajo a su mayor concreción. Damos una mirada a nuestro alrededor. Las ventanas están cerra-‐ das. Abrimos y cerramos mirando a Oriente. De ahí, recibimos aquella luz que buscamos. Y salimos, una vez cerrados los trabajos, por Occi-‐ dente. No hay más remedio, entonces, que abrir la puerta. Y abrirla siendo coherentes con el mensaje que debiera inscribirse en su fron-‐ tispicio: Llevad fuera la luz recibida. Ventanas cerradas, puerta abierta a Occidente. He ahí una de las claves del método que nos reúne. He ahí uno de los más explícitos mensajes del Rito. Si no el que más. Porque que en Francmasonería se pretende, al menos se pretende, «construir», es algo fundamentalmente presente en el conjunto de la práctica rituálica de las tenidas. Y en nuestro lenguaje, en el uso simbó-‐ lico de un mandil con el que nos protegemos de las esquirlas producidas por la tarea de desbastar y pulir la piedra, del esfuerzo del oficio de edi-‐ ficación del Templo. Concepto obviamente presente, en fin, en la raíz etimológica de la palabra que nos damos para identificarnos. Con la que se nos «conoce» —o quizás, «desconoce»…— en el mundo exterior. Y se encuentra su primordial expresión simbólica en el uso de las fórmulas con que da comienzo una tenida. Así, el Venerable Maestro pronuncia: «Que la Sabiduría presida la construcción de nuestro Edifi-‐ cio», mientras enciende la luz de la columna jónica. Como sabemos, le . 154 . CERRAR LAS VENTANAS Y ABRIR LA PUERTA DE OCCIDENTE sigue el Primer Vigilante, encendiendo su correspondiente columna, dórica, diciendo: «Que la Fuerza lo sostenga», y, a continuación, el Se-‐ gundo Vigilante, procede a encender la tercera —corintia— mientras dice: «Que la Belleza lo adorne». La disposición del resto de los símbo-‐ los utilizados en el Templo tiene, también, un fuerte componente con-‐ ceptual referido a la tradición constructora, arquitectónica, y también a la tradición solar, astral, relacionada con la propia disposición física del Templo. Templo orientado de Oriente a Occidente, en una disposi-‐ ción de cariz universal que tiene como techo el único que puede existir por encima de la mente y del espíritu de los hombres y mujeres libres: el firmamento, el firmamento abierto y libre, las estrellas, sin límite, sin explicación única y finalista. Hay otra reafirmación, además, de esta misma idea, en el simbolismo de las dos columnas salomónicas situadas a ambos lados de la puerta de Occidente: «Jakin», «Booz»… Establecerás con fuerza. Entendiendo por establecer el hecho de consolidar firmemente aquello que se estaba construyendo o pretendiendo construir. No es preciso, además, añadir el sentido primigenio, desde este punto de vista, de las piedras bruta y cúbica, o de los compases, escuadras, niveles y plomadas. Simbólica-‐ mente parece que puede quedar claro cuál es el sentido del trabajo de los masones y masonas reunidos en los Talleres simbólicos: «construir». Los trabajos adquieren, así, toda su fuerza y vigor, una vez encendi-‐ das las columnas, iluminado el Templo y abiertos por las palabras del Venerable Maestro, cuando se ha pronunciado el lema distintivo de la Orden —en la masonería no dogmática—: Libertad, Igualdad, Frater-‐ nidad, tras afirmarlo con la expresión, de origen hebraico, que viene a significar: «Esta es mi fuerza»… Una vez efectuada dicha apelación, comienza a ser indispensable con-‐ cretar qué es lo que se quiere construir. Coexistirán, ineludiblemente — y afortunadamente— diferentes interpretaciones sobre cómo puede canalizarse el trabajo —y el compromiso— para hacer posibles en el te-‐ rreno de los hechos los ideales antes citados —Libertad, Igualdad, Fra-‐ ternidad—. Interpretaciones que a menudo pueden resultar contradic-‐ torias. Pero en los Talleres se trata de profundizar en los objetivos que puedan unir y no en lo que pueda separar —uno de los mayores logros del Rito— y, por tanto, se tratará de llegar a la mayor concreción posible dentro de un planteamiento general de carácter humanista, tolerante, radicalmente democrático y de espíritu progresivo. Podría concluirse que la construcción a la que aspiran masones y masonas es la de un mundo más libre, más igual y más fraterno. Si en-‐ . 155 . CERRAR LAS VENTANAS Y ABRIR LA PUERTA DE OCCIDENTE tendemos por «más libre» como más capaz de superar las limitaciones impuestas por la ignorancia y por la miseria, más respetuoso con las decisiones y las opciones personales en busca de los caminos hacia la felicidad —hacia la de cada cual— que no interfieran ni impidan las de los demás; «más igual» como más garante de la igualdad de oportuni-‐ dades, de las mínimas bases de partida capaces de equilibrar las de-‐ sigualdades, más alejado de privilegios para minorías que impidan el acceso a la satisfacción de las necesidades de vida y de libre búsqueda de la felicidad para las mayorías; y «más fraterno» como más solidario, menos competitivo, más abierto a la cooperación, a la amistad libre-‐ mente buscada entre aquellos que somos distintos por nuestras carac-‐ terísticas pero podemos y debemos ser iguales por nuestros derechos —y deberes—. Una sociedad, entonces, más capaz de posibilitar el ac-‐ ceso a la búsqueda de la felicidad para más personas que libremente viven responsablemente. He ahí, pues, una de las claves para dar concreción al sentido de nues-‐ tros trabajos. Clave y condición de posible concreción de sentido que, también, se hallan insertadas en la misma raíz metodológica del Rito. Es así en la medida en que los Oficiales proceden a la clausura de los traba-‐ jos invocando la paz —«Que la paz se extienda sobre la Tierra»—, el amor —«Que el amor reine entre las personas»—, y la alegría –«Que la alegría esté en los corazones»-‐. Que se extiendan la paz, el amor y la alegría entre las personas expresa el deseo de haber contribuido a reali-‐ zar una Obra construida para satisfacer la esperanza de los seres huma-‐ nos en la paz, a través del amor, obteniendo alegría como resultado. Ahora, sería preciso intentar aclarar cuál es la concreción práctica de dicho trabajo y cuáles sus objetivos. Y faltaría, evidentemente, lo que puede resultar más difícil y que más esfuerzos podría reportar: ¿Có-‐ mo? ¿Cómo proceder, abriendo la puerta de Occidente, es decir, más allá de las puertas del Templo, a la construcción de nuestro Edificio? ¿Cómo contribuir a hacer del mundo un lugar más habitable, un ámbi-‐ to de convivencia con más libertad, más igualdad, más fraternidad, en el cual obtener paz, amor y alegría? No existe masonería simbólica sin dar el máximo contenido práctico posible a dicho interrogante. Y a sus posibles respuestas. ¿Dónde han de conducir las discusiones, los deba-‐ tes, el espíritu de reflexión y de crítica, el deseo de profundización en el conocimiento y en la práctica de los símbolos que constituyen nues-‐ tra semiótica? Tal es el trabajo simbólico —que no simbológico— cuya vertiente constructora trasciende las puertas del Templo. Traspasa la puerta de Occidente. . 156 . CERRAR LAS VENTANAS Y ABRIR LA PUERTA DE OCCIDENTE El Templo es, en su aspecto más entrañable y auténtico, Taller. Y el Taller es el lugar donde se experimenta, con unas herramientas de-‐ terminadas que tenemos a nuestro alcance y que proceden de la tra-‐ dición arquitectónica de los gremios de constructores operativos, con los materiales destinados a edificar siguiendo un esquema y un plan previamente concebidos. El plan, conscientemente, debe elaborarse a resguardo. Es decir, con las ventanas cerradas. La construcción reverti-‐ rá más allá del taller, cruzando la puerta de Occidente, recogiendo, an-‐ tes de traspasarla, su espíritu y su mensaje. Su doble mensaje: «Esta-‐ blecerás con fuerza» y «Llevad fuera la luz recibida». Desde ese mo-‐ mento será necesario plantearse la concreción del «¿Cómo?» que an-‐ tes nos interpelaba. Esta Francmasonería está abierta a todo tipo de sugerencias por par-‐ te de sus miembros, siempre que no pretendan fundamentarse en ca-‐ tegorías mentales excluyentes o dogmáticas o que no pretendan servir para impulsar opciones proselitistas. Este es, probablemente, el secre-‐ to masónico auténtico —el único existente—, contra toda desinforma-‐ ción más o menos interesada. El secreto de su apertura y receptividad: esta Francmasonería ha sido y es lo que sus miembros han querido y, por tanto, ha intentado llevar a cabo aquello que estos han propuesto, contando con el apoyo del conjunto del Taller. Es hora de hacerse car-‐ go de aquel imperativo del «¿Cómo?» y de que, cada cual, habiendo viajado hacia su interior —habiendo aprendido—, teniendo bien ce-‐ rradas las ventanas, intente trascender, llevando su mensaje y su compromiso, más allá de Occidente. Porque, si aceptamos la virtualidad metodológica del Rito, si acep-‐ tamos el inacabable camino de aprendizaje por el que, libremente, op-‐ tamos, ¿Podemos concebir masones y masonas no comprometidos? ¿Podemos concebir a quien no aspire a trabajar en el sentido del men-‐ saje que se oye —¿se escucha?— en cada apertura y clausura de los trabajos de logia? Quizás sea necesario, todavía, vencer ciertas tenta-‐ ciones «secretistas», lógicamente explicables en función del pasado inmediato, que, a menudo, han ocasionado que la Francmasonería contemporánea tenga, en algunos ambientes intelectuales y sociales que podrían resultarnos cercanos por sus claras connotaciones huma-‐ nistas, una imagen ahistórica, de pesada carga retórica, un hálito de antigualla arqueológica, de falta de adaptación al medio social y cultu-‐ ral que le sería propio. Imagen, en realidad, alejadísima de lo que se ha propuesto y de lo que ha sido esta Francmasonería a lo largo de su historia. . 157 . CERRAR LAS VENTANAS Y ABRIR LA PUERTA DE OCCIDENTE Una Francmasonería comprometida con el progreso de la Humani-‐ dad, con el esfuerzo por expandir la luz contra toda tiniebla, la ilustra-‐ ción frente a la ignorancia y la superstición, tiene que mostrarse como una entidad cuyos miembros actúan de forma activa en su contexto social concreto. Que, en dicho contexto, se comprometen con la de-‐ fensa del impulso hacia la profundización de la democracia y con la ra-‐ dicalidad primigenia de los derechos humanos como alternativa viable, como utopía sostenible. Un compromiso que es parte del aprendizaje del camino hacia la luz —espiritual y «física», es decir, política y so-‐ cial—, ante el cual no podemos quedarnos únicamente como obser-‐ vadores interesados o como meditadores contemplativos, que, des-‐ pués de esperar —como cantaba Raimon, en palabras de Salvador Es-‐ priu— «…un alçament de llum en la tenebra», se extasían ante la ma-‐ ravilla de un proceso que aspira a cumplir la sentencia Ignis Natura Renovatur Integra, y que le dedican, tal vez, análisis estrictamente poéticos y algunos brindis —evidentemente, al sol—. Esta Francmasonería —es decir, sus miembros, pues uno de los aprendizajes con mayor sentido es la ausencia de consignas o de direc-‐ trices unívocas, lo cual es, también, una de sus mayores virtudes— puede intentar hacer, de sus compromisos por la luz —del anhelo fun-‐ dacional («Pueblo masónico, ¿qué pedís para él (o ella)?: ¡Luz!»)— verdadero iluminismo, es decir, ilustración. Ilustración en aquel sentido que quiso transmitir uno de los más va-‐ lorados y sinceros precursores de esta Francmasonería, Rossend Arús Arderiu, fundador y primer Serenísimo Gran Maestre de la Gran Logia Regional Catalano-‐Balear (embrión de la primitiva —y liberal— GLE del primer tercio del siglo XX), cuando dejó grabada en las paredes de la Biblioteca que legó a la ciudad de Barcelona la frase: «Cuanta más ilus-‐ tración tiene un pueblo, más lejos se encuentra del absolutismo»… ¡Cuánta falta nos hace, todavía, dar concreción a esa aspiración, sin la cual una parte de la opinión pública es, por desgracia, fácilmente manipulable por los egoísmos economicistas y los repliegues identita-‐ rios y comunitaristas! Ahí, por ejemplo, el necesario compromiso con el carácter público, transparente, democrático y no sometido a las administraciones de los medios de comunicación de todo tipo. Ahí, también, el compromiso con una visión enérgica, dinámica, coherente y coordinada del carác-‐ ter universalista de la Orden. ¿O es que, quizás, las apelaciones son tan sólo retóricas, y el símbolo, simple fraseología? Los recursos limi-‐ tados de los miembros de un Taller —de una federación de Talleres— . 158 . CERRAR LAS VENTANAS Y ABRIR LA PUERTA DE OCCIDENTE se superarían, sin dificultad, agrupándonos en un sentido plenamente federal en el ámbito más universal posible. Es hora de la Gran Logia Universal o, como mínimo, de Europa, en este caso. ¿O es que sólo debe globalizarse el capital financiero, sus poderes y sus privilegios? ¿O es que el Rito no insiste, también, en el componente internaciona-‐ lista de esta Francmasonería? Y, de ahí, el ineludible compromiso de llevar el anhelo metodológico al compromiso efectivo, superando lími-‐ tes, barreras territoriales y denominaciones de origen, para, saliendo por la puerta de Occidente, reunir el conjunto de las luces de Oriente en una entidad que agrupe a las federaciones de logias de una misma sensibilidad, y que, así, les permita emitir un mensaje mucho más con-‐ tundente, más eficaz y capaz de llegar a muchos más receptores. La suma de nuestras voces constituye una más —no la única, pero sí una más— de las opciones para generar opinión en el combate contra el racismo, el fascismo, la discriminación o cualquier tipo de atentado a los derechos civiles o de restricción de los derechos sociales. Com-‐ promisos que, fuera del Templo, nos llevarían a coincidir con entida-‐ des ajenas a nuestro método, fraternas en sus aspiraciones, en línea con el espíritu de colaboración mantenido ya por algunos Talleres con entidades de carácter humanista y solidario. Podría, incluso, considerarse como un ejemplo posible de contun-‐ dente actuación ilustrada, «iluminadora», la posición defendida y ex-‐ presada en ocasiones, por ejemplo, por los Grandes Orientes de Fran-‐ cia y de Bélgica, que han emitido nítidas declaraciones antifascistas ante determinados procesos electorales, declaraciones públicas en las cuales nunca se solicita el voto para opciones partidistas concretas pe-‐ ro sí se hace un llamamiento, en nombre de la Humanidad, a impedir el avance de la extrema derecha. Compromiso, por desgracia, más ur-‐ gente que nunca en estos últimos tiempos de desafección y desespe-‐ ración. Compromiso que no puede resultar factible sin, al mismo tiempo, impulsar el trabajo por una vida digna contra la pobreza y la desigualdad crecientes en nuestras sociedades. La miseria y la explo-‐ tación impiden el acceso de cualquiera a cualquier invocación a la luz. Esta Francmasonería de pleno siglo XXI, en esta profunda crisis so-‐ cial, económica y moral (en sentido orteguiano, por esa falta de alien-‐ to vital, esa desmoralización casi física en buena medida), puede inspi-‐ rarse, en parte, en la función que muchos miembros de los Talleres tu-‐ vieron a finales del siglo XVIII. Más allá de las puertas del Templo, mu-‐ chos de ellos se comprometieron a trabajar por expandir las luces, en todos sus ámbitos de actuación. . 159 . CERRAR LAS VENTANAS Y ABRIR LA PUERTA DE OCCIDENTE Fracasadas algunas esquematizaciones ideológicas pretendidamente alternativas, fracasada la tradición teológica deshumanizada, habiendo perdido impulso ciertos misticismos más o menos ocultistas, superada una visión de la ciencia estrictamente positivista y mecanicista, tal vez nuestros compromisos puedan permitirnos contribuir a impulsar algu-‐ na renovación del espíritu humanista, enraizado en la defensa de la educación pública y laica, universal, y de la ciencia creadora al servicio de los hombres y de las mujeres y de su derecho a la búsqueda de la felicidad. Como dice Bertrand Russell en «Religión y Ciencia»: «Nadie piensa que sea impío evitar pestes y epidemias mediante la sanidad y la higiene y aunque algunos mantienen que las enfermedades son en-‐ viadas por Dios, no argumentan que es, por consiguiente, impío tratar de evitarlas. La mejora constante de la salud y el aumento de la longe-‐ vidad son algunas de las características más notables y admirables de nuestra época. Incluso si la ciencia no ha hecho nada más para la feli-‐ cidad humana, sólo por esto merece nuestra gratitud. A quienes creen en la utilidad de las creencias teológicas les sería difícil señalar algún beneficio comparable». La involución padecida en estos inicios de siglo, el auge de los fun-‐ damentalismos, la pérdida de calidad de vida en muchos casos, el re-‐ troceso de los derechos sociales como consecuencia de la estafa eco-‐ nómica que recibe la denominación de crisis y, por tanto, la dificultad para enfrentar las vicisitudes de la vida con plena libertad y derecho a la igualdad de acceso a las oportunidades, hacen que, tal vez, la ante-‐ rior afirmación de Bertrand Russell no pudiera transcribirse con el mismo ímpetu. Ese «Nadie piensa…» inicial, quizás se perciba, hoy, ba-‐ jo el prisma de «muchos no piensan…» Ahí, otra vez, nuestra opción por el compromiso ciudadano. En el interior del Rito, además, ese compromiso se vive, pese a todo, como una afirmación de optimismo. Es por ello que, a pesar del oscu-‐ recimiento parcial de la perspectiva, en nuestro compromiso afirmati-‐ vo radica la opción por romper toda tiniebla, por aspirar a la supera-‐ ción del límite. Cerrando previamente las ventanas. Abriendo, luego, aquella puerta. Veo la sombra en la sustancia roja del crepúsculo Cierro los ojos Y Arden los límites ANTONIO GAMONEDAÅ . 160 . Bonus vir semper tiro LA FRASE QUE DA TÍTULO AL ARTÍCULO ES LA ESCUETA SENTENCIA NACIDA DE UN EPIGRAMA DE MARCIAL 1 QUE REZA TEXTUALMENTE «SEMPER HOMO BONUS TIRO EST» Y QUE SE PUEDE TRADUCIR POR UN HOMBRE BUENO SIEMPRE ES UN NOVATO. RAFAEL FERNÁNDEZ DE CASTRO Y BARAS Marco Valerio Marcial fue un divertido, sensible y des-‐ vergonzado poeta romano de la Hispania del siglo I, que encaja en la máxima del persa Nizami «bajo la len-‐ gua del poeta se esconde la llave del tesoro»; porque el fino Marcial acierta ahora como en tantas otras ocasiones, y da con esta frase en el centro de un principio que no es de su invención, del que sólo se hace eco, que únicamente recrea, y que no sólo está en la base del mejor sentido común sino también en la de todas las escuelas iniciáticas. Construyamos una teoría a la manera griega antigua, dando un pa-‐ seo. En Masonería nos gusta repetir, a veces con un cierto grado de falsa humildad teñida de prepotencia, que un masón es un eterno aprendiz. Pero esta idea, que puede insinuar que el voluntarioso masón, ávido de conocimiento, acumula saberes diversos durante toda su progre-‐ sión masónica, no es sin embargo la que propone nuestro avisado pai-‐ sano Marcial. El poeta sugiere una verdad enunciada desde la metafí-‐ sica más tradicional, una condición inexcusable para llegar al término 1 Marco Valerio Marcial, Epigramas XII 51,2. . 161 . BONUS VIR SEMPER TIRO feliz de la vida: el misterio consiste, no en acumular equipaje vital ex-‐ perimental, sino en deshacerse de él. Cualquier peregrino del Camino de Santiago, trabajador experimentado, asentirá y validará racional-‐ mente la propuesta porque traducirá en términos reales de peso, de estorbo y de cansancio, el esotérico mensaje. La idea de abandonar una pesada carga innecesaria es bien recibida cuando lo que se pretende es correr ligeros, libres de prejuicios y de confusiones, hacia la claridad de la visión, hacia la comprensión de las personas y de las cosas, hacia la verdad. Otro poeta, también nuestro, volvía sobre el asunto casi veinte siglos después de Marcial: Y cuando llegue el día del último viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, 2 casi desnudo, como los hijos de la mar. EL SABIO LENGUAJE DE CADA DÍA Resulta curioso que los sinónimos que en castellano tienen una signifi-‐ cación muy cercana a la del sustantivo latino del enunciado, tiro, o sea novato, van por el camino liberatorio que sugerimos: aprendiz, bona-‐ chón, cándido, crédulo, incauto, infantil, ingenuo, inocente, neófito, novato, novel, novicio, pardillo, primo, principiante, recluta, sencillo, simple, sincero, tirón… Y también, asociados a la idea básica de inocencia, encontramos los conceptos de alma de cántaro, bendito, loco, orate, pánfilo, pirado, pollino, tonto. Una vez más la Real Academia Española —la que nos guiña sugeren-‐ te con su emblema que dice que limpia, fija y da esplendor en medio de un crisol en llamas—, así como la sabiduría popular, conectan con verdades esotéricas a las que nunca pretendieron conscientemente asociarse. Porque la mayoría de los sinónimos nombrados hablan de personas desprovistas de cargas, de prejuicios, sin prevenciones, sen-‐ cillas, confiadas, espontáneas, ingenuas, inocentes… El sustantivo y adjetivo bendito, en castellano, se refiere a alguien sencillo y de pocos alcances, lo que podría parecer que no es nada in-‐ teresante; pero también nombra a un santo o a un bienaventurado, algo que ya puede comenzar a llamar la atención. En catalán, siguien-‐ do el mismo hilo fonético, al tonto, al simple, se le llama beneit (de fo-‐ 2 Antonio Machado, Campos de Castilla, «Retrato». . 162 . BONUS VIR SEMPER TIRO nética benéit), y al bendito se le llama beneït (de fonética beneít); un simple cambio en la acentuación y se reconoce que el tonto y el bendi-‐ to tienen mucho en común. Pero no se trata de un único ejemplo; es la manifestación de la popularización de un concepto que se repite en otras ocasiones, y siempre en el mismo sentido. Un orate es, directa-‐ mente, un loco; pero sabemos que el sustantivo orate procede del verbo griego οραω, que también significa comprender o entender. Pánfilo es otro sustantivo y adjetivo oportuno; a quien se define como lento, tardo y flojo en obrar, se le califica atendiendo a su origen grie-‐ go (παν y φιλος y su crasis παµφιλος) como amigo de todo, o querido por todos, es decir un beatífico personaje. A la persona simple, igno-‐ rante o ruda, se le llama en castellano pollino; sin embargo, su etimo-‐ 3 logía (πολυς y νοος) le reconoce el valor de quien es muy inteligente . A quien llamamos alma de cántaro porque es una persona sumamente ingenua, pasmada o insensible, le reconocemos a la vez la capacidad nada común de tener un alma dispuesta a ser llenada de agua refres-‐ cante. Un pirado, a quien el diccionario de la RAE adjudica la definición de alocado, es también alguien tocado por el fuego (πυρ – πυρος, fuego), de la misma manera que niño, en latín puer, deriva de puritas, porque todavía es puro4. LAS APORTACIONES DE LAS DIVERSAS ESCUELAS Las personas son desiguales como también sus circunstancias espacia-‐ les y temporales, tan distintas, tan distantes. Las respuestas que se dan en cada caso a las propuestas de explicación del mundo, de la vi-‐ da, son igualmente diversas. Y por eso llama poderosamente la aten-‐ ción que a las preguntas más trascendentales la respuesta suele ser atractivamente parecida. Lo que Marcial, Machado o el lenguaje del pueblo muestran, se ve refrendado por las diversas escuelas, que coinciden pese a su diversidad de planteamientos, planes y circuns-‐ tancias. La escuela esotérica cristiana, tan cercana a nuestra cultura históri-‐ ca, no difiere en absoluto del concepto que tratamos. El evangelista Mateo pone en boca de Jesús de Nazaret las siguientes palabras: 3 Catalina Marqués, Letanía hermética de María, (Obelisco, Barcelona 2003) pág. 91. 4 Isidoro de Sevilla, Etimologías, XI 2,10, (BAC. Madrid 1983). . 163 . BONUS VIR SEMPER TIRO Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.5 Y afina más la puntería: Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cie-‐ 6 los. Marcos recrea la misma idea, poniendo en palabras de Jesús: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios co-‐ 7 mo un niño, no entrará en él. La tradición cristiana bebe, entre otras, de la judaica, donde las refe-‐ rencias a este asunto son del mismo calibre: 8 Jehová guarda a los sencillos. o como dice el salmista dirigiéndose a Jehová: 9 De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza. A propósito de los Sufíes, una corriente filosófica especial y delica-‐ damente antisistema, nuestro Robert Graves —vecino mallorquín del precioso Deià—, primero avisa: 10 Los sufíes forman una antigua masonería espiritual. Y después, describe el ideal sufí que, como no parece que pudiera ser de otra manera, conecta con la idea que estamos desarrollando: El sufismo ha adquirido cierto aroma oriental a causa de la larga protec-‐ ción que le dispensó el Islam, pero el sufí es tan corriente en Occidente como en Oriente, y lo mismo puede ir vestido de general que de campe-‐ sino, ser mercader, abogado, maestro, ama de casa o desarrollar cualquier otra actividad. «Estar en el mundo pero no ser del mundo», liberarse de ambiciones, codicias, jactancias intelectuales, ciegas obediencias a usos y 11 costumbre o temor a personas de más alto rango, tal es el ideal sufí. La limpieza de corazón como condición necesaria para acometer de manera triunfante las etapas sucesivas de la existencia, tal cual vemos, parece un requisito inexcusable. Pero lo que parece una necesidad de orden moral, aunque así lo sea, obedece a una exigencia natural que se reclama también en los procesos físicos de preparación de la tierra destinados a conseguir la perfección de la cosecha. Desde siempre se 5 Mateo 5,3. Biblia, versión de Cipriano de Valera y Casiodoro de la Reina. Mateo, 18,3. 7 Marcos, 10, 14-‐15. 8 Salmos, 116,6. 9 Salmos, 8,2. 10 Robert Graves, Introducción a Idries Shah, Los Sufis (Kairós, Barcelona 2008) pág 9. 11 Robert Graves, op. cit. pág. 10. 6 . 164 . BONUS VIR SEMPER TIRO ha sabido que lo que sucede en el mundo material tiene su correspon-‐ dencia en el mundo espiritual y viceversa. Lo que está abajo es como lo que está arriba, y lo que está arriba es como lo que está abajo. Por estas cosas se realizan los milagros de una sola co-‐ sa. Y como todas las cosas son y proceden de Uno, así todas las cosas han 12 nacido de esta cosa única por adaptación. La alquimia, la ciencia de Hermes, disciplina experimental donde las haya, requiere el cumplimiento de unas condiciones sin las que su programa de constataciones naturales no podría verificarse en la prác-‐ tica. Fruto de esta circunstancia real son las palabras de maestros en este arte sobre la actitud del estudiante ante el trabajo a realizar: Reflexionad, apelad a la analogía y, sobre todo, no os apartéis jamás de la 13 sencillez natural. La Naturaleza, nuestra madre común, se manifiesta siguiendo unas leyes de las que sus hijos, nosotros, no parece que podamos abstraer-‐ nos. Sólo hay que saber leerlas y seguirlas. Para conocerlas, contamos con herramientas que los antiguos masones operativos pusieron a la disposición de quien quisiera reconocerlas. Tradicionalmente, donde se han reproducido y fijado esas enseñanzas es en la iconografía y la simbología de las catedrales góticas, en los libros lapidarios. Más claros que sus hermanos menores —manuscritos e impresos—, po-‐ seen sobre éstos la ventaja de traducir un sentido único, absoluto, de ex-‐ presión sencilla, de interpretación ingenua y pintoresca, un sentido ex-‐ 14 purgado de sutilezas, de alusiones, de equívocos literarios. El mensaje es claro, remachado una y otra vez: la clave está aquí. Esa simplicidad innata que poseen los niños y que la ciencia exige a los sa-‐ 15 bios. Y ello porque, a pesar de las complicaciones a las que somos tan da-‐ dos, la realidad marca el camino como las líneas iluminadas marcan en el suelo de los aviones las salidas de emergencia. La simplicidad es, sobre todo, propia de la Naturaleza, como el primero y 16 más importante de sus patrimonios. No parece caber otro camino: 12 Hermes Trismegisto, Tabla Esmeralda. 13 Fulcanelli, El Misterio de las Catedrales, (Plaza y Janés, «Rotativa», Esplugues de Llobregat, 1976) pág. 104. 14 Fulcanelli, op. cit. pág. 46. 15 Fulcanelli, Las Moradas Filosofales, (Plaza y Janés. «Otros Mundos», Esplugues de Llobregat, 1969) pág. 258. 16 Fulcanelli, Moradas, pág. 438. . 165 . BONUS VIR SEMPER TIRO 17 Debe buscarse la verdad con simplicidad. Se la encontrará en la Naturaleza. Pero dejemos ya a los viejos maestros de alquimia, tan desprestigia-‐ dos por quienes no se han tomado la molestia de intentar entender-‐ los, y acudamos a prestigiosos artistas reconocidos en nuestro univer-‐ so, del que Don Antonio Gaudí era un gran arquitecto. Sin embargo, a pesar del cambio de personajes, el criterio parece no variar. Originalidad es volver al origen; de modo que original lo es aquel que con 18 los nuevos medios vuelve a la simplicidad de las primeras soluciones. ¿Volver al origen? ¿Volver a casa en Navidad? ¿Para celebrar un Na-‐ cimiento, quizás? LAS APORTACIONES DE NUESTRA ESCUELA Nuestra escuela, que combina el legado esotérico con la experiencia real del arte de la construcción, que concierta la operación y la espe-‐ culación, y que además tiene la ventaja de haber podido beber en to-‐ das las fuentes anteriores porque las respeta todas y de todas sabe ex-‐ traer las enseñanzas que son útiles para entender la presencia de todo cuanto puebla el mundo, también tiene cosas que aportar en este re-‐ corrido. Tratar de ser siempre un novato, de ser siempre un aprendiz, no es una vana intención; es la realidad necesaria y posible. Pulir la piedra — que constituye el centro del trabajo de un masón—, desbastar la pie-‐ dra es, física, mental, y también literalmente, desechar lo que sobra. Y quitar lo que tapa es, precisamente, descubrir. Entonces recordamos a Hermes: 19 Separa lo sutil de lo espeso, con gran industria. Volvemos ahora a nuestro paisano Marcial y consideramos que la construcción de un buen hombre, de una buena persona, puede ser que requiera una des-‐educación previa: quitar dogmas, manías, tics, pesos lastrantes de concepciones fiadas en otras personas más que en los pensamientos propios. Se trataría de la recuperación del libre pen-‐ samiento, de la adquisición por conquista del autogobierno. 17 Bernardin de Saint-‐Pierre, Chaumière Indienne, citado por Fulcanelli en Moradas, pág. 471. 18 Joan Bergós, Conversaciones de Gaudí con Joan Bergós, (separata de la revista «Ho-‐ gar y Arquitectura», número 112, mes mayo-‐junio, Madrid 1974), frase nº 25. 19 Hermes Trismegisto, op. cit. . 166 . BONUS VIR SEMPER TIRO Cuánto nos costó salir de la educación religiosa de niños. Y de mayo-‐ res, cuánto nos ha costado volver a entrar en una iglesia sin estar con-‐ dicionados por el dogma moral y la represión de la libertad de pensa-‐ miento. Ahora, habiendo experimentado la historia incuestionable, sabemos apreciar con total serenidad las maravillas escondidas detrás de la impostura de los intermediarios, de los secuestradores de verda-‐ des que establecen códigos de instrucciones perversas. Fue un primer paso de rejuvenecimiento, y lo dimos: Es el primer paso dado en la práctica, el descubrimiento del agente capaz de producir la reducción del cuerpo fijo, de recrudecerlo, según la expre-‐ sión empleada, hasta darle una forma análoga a la de su sustancia prima. Los alquimistas aluden a esta operación cuando nos hablan de reanimar 20 las materializaciones, es decir, dar vida a los metales muertos. Pero no nos creamos que los únicos impostores son los ajenos. Un oportuno recordatorio siempre viene bien, sobre todo si es de tan finí-‐ simo filósofo natural del sugerente siglo XVII inglés. …los hombres, inflados de orgullo por sus artes y su vasto conocimiento, con frecuencia intentan someter incluso la sabiduría divina a los sentidos y a la razón, de lo cual sin duda se sigue una permanente laceración y una estimulación incesante de la mente. Por ello, con mente sobria y humilde 21 han de distinguirse las cosas humanas de las divinas. Sir Francis Bacon fue machacón en muchos de sus escritos y solía re-‐ petir: 22 El creerse rico es una de las causas principales de la propia pobreza. Si se trata de desproveerse de lo inútil y volver a la pureza de la ni-‐ ñez, nuestra escuela lo borda porque el primer paso consiste en un nacimiento, en una regresión del profano hasta el punto de volver a encontrarse en un útero materno, oscuro y silencioso, desprovisto de metales que relucen con brillo engañoso, y obligado a sufrir un tiempo de gestación imprescindible. A continuación se escenifica la entrada por la puerta estrecha en un mundo nuevo, ciego y casi desnudo —como los hijos de la mar—, y tras tres viajes que duran tres años, accede a la nueva luz y es decorado con un sencillo y cándido mandil de novato. Así, el nuevo aprendiz continúa en el mundo pero ya no es del mun-‐ do, como enunciaban los sufíes. Y esa nueva condición le transforma; sólo debe recordar las condiciones para la transformación: no resistir-‐ 20 Fulcanelli, Misterio, pág. 118. 21 Francis Bacon, La sabiduría de los antiguos, (Tecnos, «Clásicos del pensamiento», Madrid 2014) pág. 102. 22 Francis Bacon, op. cit., pág. 96. . 167 . BONUS VIR SEMPER TIRO se al cambio y dejar que la porosidad invada dulcemente su estructu-‐ ra. Y al final, cuando haya recorrido todos los rincones de esta escuela de 33 cursos, volverá a colocarse su inmaculado mandil de aprendiz y saldrá al mundo, a devolver a sus hermanos humanos todo cuanto ha recibido y más. Por último, cuando el éxito haya consagrado tantos años de labor, cuando sus deseos se hayan cumplido, el Sabio, despreciando las vanidades del mundo, se aproximará a los humildes, a los desheredados, a todos los que trabajan, sufren, luchan, desesperan y lloran aquí abajo. Discípulo anóni-‐ mo y mudo de la Naturaleza eterna, apóstol de la eterna Caridad, perma-‐ 23 necerá fiel a su voto de silencio. La vida es muy simple y nuestra vida, muy complicada. ¿Sabremos elegir bien?Å 23 Fulcanelli, Misterio, pág. 204. . 168 . El Rito Escocés en la Turquía de 2014 HÜSEYIN ÖZGEN Texto traducido al español por MURAT SOYDAN y revisado por VICENÇ MOLINA I. Introducción El término «Rito Escocés», en masonería, es un sistema progresivo y tradicional que permite al masón su perfeccionamiento individual. El avance en la perfección no se puede obtener trabajando en la soledad, sino que conviene incardinarlo en los tra-‐ bajos organizados, con la participación de todos los hermanos que comparten las mismas ideas. La perfección individual tendrá un valor importante en el caso de que se oriente hacia una misión no sólo centrada en nuestra paz y amistad, sino también hacia el beneficio de toda la humanidad. En el sistema del Rito Escocés, el masón que camina con sacrificio hacia la sabiduría, solo, o colaborando con sus hermanos, transmite los valores de la masonería a todos los hombres. Mediante proyectos de respon-‐ sabilidad a nivel institucional que generan una solidaridad nacional e internacional, y que no se conciben sin el fin de realizar el sueño de un mundo mejor, más justo, pacífico y feliz. Los conceptos que utiliza la masonería son los que han sido escogi-‐ dos por los masones y que han podido llegar hasta nuestro tiempo atravesando miles de años. Estos conceptos se formaron con la evolu-‐ ción de la humanidad, y gracias a los trabajos hechos en nuestros Ta-‐ . 169 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 Las potencias masónicas, aunque comparten los mismos objetivos, no tienen la obligación de tener exactamente los mismos principios. lleres. El fruto de dichos trabajos —sus valores— constituye la base de nuestro Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Las virtudes que la masonería acepta como importantes llegaron también hasta nuestro tiempo y han permanecido vivas en la concien-‐ cia de la humanidad. Estas virtudes, que conocieron una evolución considerable en distintas geografías del mundo, iluminan nuestras vi-‐ das y caminos y nos sitúan en armonía con los valores universales. Los símbolos que utiliza la masonería son muy antiguos. Estos sím-‐ bolos, que las enseñanzas esotéricas como el ocultismo, la astrología, la alquimia y las religiones utilizaban como método de educación, lle-‐ garon hasta nuestro tiempo por medio de una interpretación evoluti-‐ va. El idioma de los símbolos es el idioma común de los masones, o sea que es la llave que abre todas las puertas de las potencias masónicas que adoptan el sistema del REAA. El Rito se refiere a todo acto ceremonial, o conjunto de símbolos vivientes, reglados y desarrollados bajo formas de-‐ finidas, que tienen como fin conducir, a quienes participan en él, a un medio iniciático, estimulando la imaginación y elevando el espíritu. El objetivo común del REAA es dar al masón la ocasión de desarrollarse a sí mismo buscando la verdad y realizando propuestas para el progreso de la huma-‐ nidad. Ésta es una de las causas de la existencia de diferentes ritos en la historia de la masonería universal. Los ritos que tienen unos principios parecidos pueden trabajar con métodos dis-‐ tintos, y gracias a estos métodos distintos de trabajo cada ri-‐ to ha desarrollado su riqueza masónica. En este trabajo in-‐ tentaremos estudiar la búsqueda de la evolución de la hu-‐ manidad en el sistema del REAA. ¿Quién es el creador del REAA? ¿Quién es el intérprete de este sistema del REAA? ¿Puede ser este creador o intérprete una superpotencia, una jurisdicción privilegiada? La respues-‐ ta es muy clara: El REAA pertenece a la humanidad. Su siste-‐ ma de valores, su riqueza de virtudes, símbolos y conceptos no son monopolio de un país, de una institución, o de un grupo de personas. La misión del REAA es construir siempre. Construir el mo-‐ numento supremo de una orden iniciática, construir la hu-‐ manidad y construir su fraternidad, en resumen, hacer mejo-‐ res masones, todo ello dentro de la unidad armoniosa en ca-‐ . 170 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 da uno de los órganos de las Jurisdicciones de los Supremos Consejos. Aunque los lugares geográficos de REAA son distintos, todos los prin-‐ cipios de la enseñanza de este rito tienen las señales de los valores universales de la humanidad. Una planta que debe su vida al sol, al agua, a la tierra, pero estando esta planta en diversos lugares del mundo ya podemos decir que es una planta universal. En este sentido, la masonería gana también su identidad universal gracias a la evolución social, económica y filosófica de la humanidad a través del tiempo. El REAA compromete su ideal, cuando menos desde hace 60 años, en las reuniones internacionales, defendiendo el espíritu característico de las Jurisdicciones basadas en costumbres, tradiciones, usos regiona-‐ les o modalidades aceptadas. A causa de estas características, el REAA no sólo es el rito más practicado, más novedoso y abierto a la evolu-‐ ción, sino que también es un rito fácil de aprender y de aplicar. Las primeras organizaciones esotéricas surgen en el combate contra la represión y en el compromiso por la búsqueda de la verdad. Este es el principal fundamento de los ritos masónicos y especialmente el del REAA En las épocas autoritarias y oscurantistas, quienes trabajaban en los campos de la física, la química, y la astronomía sufrían todo tipo de represiones. En estas organizaciones herméticas, las informaciones se compartían sólo con quien era capaz de entenderlas, y también con las personas que nunca podrían ser un peligro para la organización. Estas informa-‐ ciones incluían secretos tradicionales, y había que protegerlos y transmitirlos a las nuevas generaciones. Por lo que el hermetismo es una referencia en la masonería, como lo es también Pitágoras y la geometría. Por otra parte, dichas corrientes de pensamiento derivan, a través de Grecia, Roma y Alejandría, del Egipto más remoto, y, como en última instancia ocurre en toda organi-‐ zación iniciática, pretenden religar al hombre con su origen. Las nue-‐ vas informaciones que surgían desde Alejandría hacia el Mediterráneo, por una parte provocaban nuevas búsquedas de verdades, y por otra se transformaban en sistemas religiosos en el caos de Oriente Medio. La riqueza mitológica del Panteón de la Grecia antigua ha proporcio-‐ nado, sin ninguna duda, muchos signos a la masonería actual. Las dos religiones de inspiración divina como el Judaísmo y el Cristianismo tie-‐ nen un efecto muy importante en la masonería. En la formación del REAA, además del Hermetismo, tiene también su influencia la cultura Judeo-‐Helénica-‐Cristiana. . 171 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 Las Cruzadas facilitaron el contacto de la Cultura Occidental y la Oriental. Un intenso movimiento de personas devolvió al Medite-‐ rráneo un papel relevante en las comunicaciones, la cultura mixta de Oriente Medio se trasladó hacia Europa y, de esta forma, la cul-‐ tura de Los Caballeros ha sido otra inspiración para el REAA. El Renacimiento dio lugar a muchos cambios significativos. Dio lugar a la transición de la Edad Media a la Edad Moderna. Este movimiento cultural fue el comienzo del nuevo espíritu científico, que hasta enton-‐ ces estaba reprimido, al igual que la libertad de expresión. El comienzo de la formación masónica es un producto muy claro de la Ilustración. Además, esta época ayudó mucho al desarrollo del humanismo. Los temas del Tratado de Burdeos de 1862, las Constituciones de Federico de Prusia de 1876, la Formación de Charleston en 1801 y el Supremo Consejo de Francia no son pertinentes en este estudio y ne-‐ cesitarán otro trabajo distinto. El Escocismo ha resistido siempre contra todo tipo de represión. Así, llegamos al año 1875, fecha en que el REAA obtuvo su Constitución Universal con la Convención de Lausana. En la actualidad, pensamos que el REAA debe buscar una respuesta válida a dos cuestiones importantes: A. ¿En los países de culturas diferentes se pueden aplicar los símbo-‐ los masónicos, el idioma esotérico y las alegorías de una manera co-‐ mún o necesitamos una interpretación nueva en función de la cultura del país? B. ¿Cómo podemos armonizar nuestros valores, los objetivos univer-‐ sales y el concepto de un «Tiempo» que todo lo transforma? Podemos constatar fácilmente la influencia de la Cultura Europea y la de Oriente Medio en nuestros símbolos. La cuestión estriba en si es-‐ tos símbolos se pueden entender fácilmente por un africano o por una persona del lejano Oriente. Un masón de la India, por ejemplo, que tiene el hinduismo como religión sobre la cual va a prestar su juramen-‐ to… ¿Un intelectual japonés y un intelectual europeo defienden siem-‐ pre los mismos valores? ¿Un masón musulmán puede compartir los mismos sentimientos que un masón católico durante la ceremonia del Grado de Caballero de Rosa Cruz? ¿Los masones de América del Sur deben tener la misma interpretación con respecto al mismo símbolo masónico? ¿Qué sentido puede tener para un chino el hecho de que un pelícano alimente a sus crías con su propia sangre? . 172 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 Podemos plantearnos muchísimas más preguntas sobre este tema. Pensamos que lo que es importante es tener una solución universal, que permita a los masones de diferentes países y de diferentes cultu-‐ ras poder comentar de la misma manera el lenguaje esotérico de la masonería sin cambiar los fundamentos del REAA. Porque cambiando estos fundamentos y añadiendo nuestros sentimientos y esperanzas personales correremos el peligro de perder las raíces del REAA y de perder, también, nuestra regularidad masónica. Sabemos que, para un masón, defender la pureza del REAA no sólo es una obligación importante, sino un deber vital. Lo más importante, en este sentido, es tener una terminología co-‐ mún para enseñar, educar, instruir, formar a todos los masones del mundo sin apartarnos de los fundamentos de nuestro REAA y sin per-‐ der nuestra regularidad. Sabemos que la masonería es un sistema pe-‐ culiar de moral, que se aprende bajo el velo de alegorías y mediante símbolos. También existen muchos valores que deben ser vividos bajo el halo de la nueva luz que vamos descubrien-‐ Existen muchos vado en nuestro interior, que nos aleja de los vi-‐ lores que deben ser cios que dificultan el camino hacia la sabiduría. vividos bajo el halo En este sentido, lo primero que debemos ha-‐ de la nueva luz que cer es que la explicación de nuestros rituales vamos descubriensea fácilmente entendida por todos nuestros do en nuestro intehermanos. Para llegar a este fin, nuestros ri-‐ rior, que nos aleja tuales pueden ser interpretados bajo la luz de de los vicios que dila cultura nacional de cada país. ficultan el camino Otro aspecto importante es la necesidad de hacia la sabiduría. adaptación a los cambios a los que el tiempo nos obliga. Sobre todo, durante los últimos 25 años, vivimos en un mundo totalmente distinto. El uso del ordenador está muy extendido e internet nos abre las puertas de un mundo muy vasto. Los teléfonos móviles son indispensables para nuestra vida cotidiana. Los medios de comunicación nos controlan y están definiendo nuestros comporta-‐ mientos y razonamientos. Todos somos esclavos de la economía na-‐ cional e internacional. Vivimos una erosión muy importante de valores humanos. Los jóvenes entran en la vida social de sus países teniendo graves problemas con la droga, la violencia y el paro. No hay justicia a nivel mundial. Millones de personas pasan hambre y piensan que esta situación es su destino. Los recursos naturales de nuestro mundo se están agotando sin pensar en el futuro de la humanidad. El fanatismo . 173 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 y la injusticia son la causa principal de las guerras en una buena parte del planeta. La intolerancia y la ignorancia limitan el desarrollo de muchos países. En muchos lugares del mundo, la mujer no tiene nombre. La represión económica y religiosa, la grosería, el egoísmo y las diferencias econó-‐ micas, sociales, raciales, religiosas y de sexo no facilitan el camino para tener, en el futuro, un mundo más justo, más feliz, más igual. La masonería debe plantear una solución válida para estas dificulta-‐ des que atraviesa la humanidad. Por eso tiene que abrir sus puertas de sabiduría a todos los que quieren trabajar voluntariamente para lograr este objetivo. Tiene que mantener siempre vivo el ambiente de las li-‐ bertades, pero, sobre todo, el de la libertad de expresión. Para realizar todo esto es indispensable reestructurar nuestros rituales según las necesidades de los tiempos modernos, para garantizar la seguridad de nuestro camino hacia la sabiduría. El REAA es un medio, un método que nos permite conocer el «ser», lo permanente en el ser humano, y quiere armonizar con la universalidad, por lo cual sus mensajes deben ser un reflejo de la vida real. Si nuestra organización masónica está compuesta por hermanos que repiten siempre lo mismo y lo antiguo, que son incapaces de traer so-‐ luciones a los problemas actuales del hombre, que están cerrados a tener contacto con la juventud, esta organización no podrá aportar ninguna solución a los problemas actuales de la humanidad. Los masones deben progresar a nivel de conciencia y, para ello, de-‐ ben tener muy claro el objetivo a lograr, sólo así podrán proponer los medios necesarios para conseguirlo. Estos medios nos los facilitan nuestros rituales, con sus palabras, sus gestos, símbolos y alegorías; nos dan herramientas de trabajo para potenciarlos y usarlos. Por esta razón, si no queremos perder el contacto con nuestras sociedades, si no queremos quedar fuera del tiempo y de las realidades, debemos aportar una nueva visión, una nueva sangre fresca a los rituales del REAA. Sabemos, también, que realizar tal cambio no es nada fácil, porque debemos dar confianza al ser humano y esperanza a la sociedad. Es di-‐ fícil, porque tenemos que actualizar y dar fuerza a los valores tradicio-‐ nales de nuestro REAA conservando su originalidad. Pensamos que só-‐ lo así podemos ser una esperanza de futuro para la humanidad. . 174 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 El Supremo Consejo de Turquía del REAA empezó, por estos motivos, la reforma de sus rituales en el año 2011, y ese mismo año se llevaron a cabo grandes cambios en los rituales de los grados 33º, 32º y 31º. En el año 2012 finalizó la reforma de los rituales de los grados 30º, 28º y 22º; y, por último, en 2013 terminamos con los cambios de los rituales de los grados 18º, 15º, 14º, 9º y 4º. Así los rituales de los gra-‐ dos del 4º al 33º, denominados grados filosóficos o escocistas, han ob-‐ tenido nueva fuerza. Antes de pasar a los detalles de este importante cambio de nuestros rituales, queremos explicar la historia de la maso-‐ nería en Turquía. II. Historia del escocismo en Turquía En el Imperio Otomano, las primeras informaciones sobre la masone-‐ ría empiezan a partir del año 1739. Las primeras actividades masónicas fueron encuentros entre hermanos y, a continuación, hubo la apari-‐ ción de logias masónicas, que dependían de las obediencias extranje-‐ ras, especialmente europeas. Estas logias, en principio, sólo eran frecuentadas por extranjeros que residían en territorio otomano por motivos comerciales, políticos, etc. A lo largo de los años, tanto judíos, ortodoxos, católicos, como intelec-‐ tuales otomanos, se interesaron por la masonería. En poco tiempo, sobre todo en Estambul, Esmirna y Salónica aparecieron varias logias extranjeras y regulares que tenían también muchos miembros musul-‐ manes. La gran mayoría de estas logias pertenecían a las obediencias que practicaban la masonería escocesa. Así que los 3 primeros grados simbólicos se agruparon administrativamente bajo los auspicios de las Grandes Logias Europeas. En general, podemos decir que inicialmente los trabajos masónicos en el territorio otomano tuvieron carácter algo confuso, porque se realizaban en las logias de distintas obediencias, en distintas lenguas, aplicando cada uno distintos rituales, hasta tal punto que existían logias que tenían hermanos griegos, armenios, judíos, turcos, árabes y europeos que utilizaban varios idiomas para realizar sus trabajos masónicos. Dicha situación era señal de un ambiente muy tolerante por una parte, y de una estructura muy frágil por otra. A partir de 1740, durante más de 100 años, el poder ejecutivo del Imperio Otomano fue muy tolerante con la masonería, y más tarde muy restrictivo, prohibiendo todas las actividades masónicas. Los ma-‐ sones musulmanes nunca tuvieron buenas relaciones con la Adminis-‐ tración otomana, sin embargo, según la respetabilidad y prestigio de . 175 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 su país de origen tuvieron una situación privilegiada. En las épocas du-‐ ras, tanto económica como políticamente, muchos países europeos tuvieron privilegios importantes, teniendo en Estambul, la capital otomana, embajadores masones. Hacia el año 1850, en el Imperio Otomano, existían 48 logias masónicas de diferentes obediencias y es-‐ ta situación, en otras palabras, hacía del Imperio Otomano el eje cen-‐ tral de la masonería en el mundo islámico. A lo largo de los años, todas estas logias que trabajaban en los 3 primeros grados simbólicos, perdieron la armonía que tuvieron siem-‐ pre y empezaron a tener problemas y desacuerdos. Cada logia preten-‐ día proteger los intereses de su obediencia y los de su país de origen, por lo que los masones musulmanes estaban cada vez más ocupados con los problemas políticos existentes en sus talleres. Como sabemos, el siglo XIX, en Europa, es el tiempo de la aparición de la identidad nacional y del concepto de independencia. Este perío-‐ do es, al mismo tiempo, la época de la expansión de los principios de la Revolución Francesa. En el Imperio Otomano este período es una época marcada por el aumento del concepto de las libertades. Todos los principios defendidos por la masonería escocista eran muy atracti-‐ vos para la juventud otomana, y los valores de la masonería escocista abrían nuevos horizontes de pensamiento al pueblo turco. Durante la década de 1850 a 1860 los masones turcos ya estaban pensando, de una manera seria, que era el momento de agrupar ad-‐ ministrativamente los 3 primeros grados simbólicos bajo la dirección de una Gran Logia Nacional. Para formar esta Gran Logia hicieron va-‐ rias tentativas, pero todas las veces tuvieron problemas con las obe-‐ diencias europeas, que no querían dar su conformidad a la masonería nacional turca. La búsqueda de una solución a este problema llevó a los masones turcos a plantear un método distinto. Querían que el viaje masónico, que empieza con los grados simbólicos y continúa con los grados filo-‐ sóficos, llegase hasta el grado 33º del REAA. Lo que era normal y habi-‐ tual era tener una Gran Logia Nacional y, con el tiempo, llegar a la ma-‐ durez para fundar un Supremo Consejo también nacional. Muchos tur-‐ cos que vivían en distintos países de Europa, perteneciendo a distintos supremos consejos del escocismo, conocían los altos grados del REAA y estaban de acuerdo con la idea de formar una masonería nacional en el territorio otomano. Como el camino para organizar su propia Gran Logia Nacional estaba bloqueado, los masones turcos tomaron entonces una decisión dife-‐ . 176 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 rente. Empezaron a buscar la ocasión de formar directamente un Con-‐ sejo Supremo Nacional. La luz y el apoyo que necesitaban para realizar este sueño vino del Supremo Consejo de Francia, que trabajaba en el REAA. En esta época, el actual Egipto estaba dentro del territorio otomano y el sobrino del gobernador otomano de Egipto era un miembro del Supremo Consejo de Francia: era el príncipe Abdülhalim Pacha. Los franceses habían concedido al príncipe Abdülhalim Pacha el grado 33º del REAA y dieron una Patente Masónica a su nombre para que pudie-‐ se formar el Supremo Consejo Otomano en el REAA. El príncipe Ab-‐ dülhalim Pacha, a su llegada a Estambul, mandó una carta de invita-‐ ción a todos los masones turcos residentes en el territorio otomano o en los países extranjeros, para darles a conocer los preparativos de un Supremo Consejo Nacional. Una vez reunidos 9 masones del grado 33º, los trabajos de formación del Supremo Consejo Otomano finalizan en el año 1861. A partir de entonces habría que trabajar para la crea-‐ ción de nuevas logias, nuevos talleres. Ese mismo año, en Egipto hubo un cambio de gobierno, y un primo del príncipe Abdülhalim Pacha, So-‐ berano Gran Comendador del Supremo Consejo Otomano, fue elegido como el nuevo gobernador de Egipto. Con la presión de algunos países europeos y algunos políticos otomanos, el príncipe Abdülhalim Pacha dejó el Supremo Consejo Otomano y regresó a Egipto para organizar la oposición contra su primo. En 1864, nuestro hermano Hyde CLARK fue elegido como el nuevo Soberano Gran Comendador. Hyde CLARK, tras obtener los 3 primeros grados en Inglaterra, llegó a Francia y obtuvo el grado 33º en el Su-‐ premo Consejo de este país. Tenía una empresa de comercio exterior, por lo cual pasaba la mayor parte del tiempo en Esmirna, en las costas del Mar Egeo, y por esta razón llevó el centro administrativo del Su-‐ premo Consejo de Estambul a Esmirna. Bajo la administración de los hermanos Hyde CLARK y Joseph LANG-‐ DON el Supremo Consejo Otomano estaba formado por Capítulos Rosa Cruz del 4º al 18º, por Capítulos de Caballeros Kadosch (Areópagos) del 22º al 30º, por un Tribunal del Grado 31º, por un Consistorio del Grado 32º y por un Supremo Consejo del Grado 33º del REAA. A los ta-‐ lleres, y a los grados administrativos, ingresaban también muchos hermanos de obediencias extranjeras. Con la formación de 3 logias, el Supremo Consejo Otomano tenía en total, 8 logias y talleres y 3 grados administrativos compuestos de los grados 31º, 32º y 33º. . 177 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 El nuevo Supremo Consejo, para probar su regularidad y su respeta-‐ bilidad, necesitaba tener contactos masónicos con los Supremos Con-‐ sejos extranjeros existentes. En esta época, el Consejo Supremo de Charleston estaba considerado como el centro de las potencias masó-‐ nicas que adoptaban el sistema del REAA. El Supremo Consejo Otomano hizo un recurso para que el de Char-‐ leston lo reconociera como un Supremo Consejo regular del REAA. Dos hermanos del grado 33º de Charleston llegaron a Estambul para con-‐ trolar los trabajos de nuestro Supremo Consejo, y en el año 1868 se admitió y se documentó la regularidad del Supremo Consejo Otomano con un convenio firmado por ambas partes. Los documentos de este convenio constan en los registros de Charleston con fecha de 1869. A partir de entonces, el Supremo Consejo Otomano tuvo contactos y acuerdos con otros Supremos Consejos extranjeros, y hay copias de todos estos documentos en nuestro libro publicado en 2011 para el 150 aniversario de nuestro Supremo Consejo. Después de 1861, las logias extranjeras Durante los años de siguieron trabajando en el territorio expansión de la masootomano mientras que nuestro Supremo nería en el Imperio Consejo realizaba trabajos de expansión. Otomano, la influyente La masonería, aumentando su influencia comunidad cristiana del en Estambul, llegó a entrar hasta en el país, junto con algún Palacio Otomano y algunos príncipes, teólogo islámico, precomo el príncipe Murat, aceptaron la sionaron a los sultanes propuesta de ser masones. Al cabo de otomanos para que los años, el príncipe Murat, con el nom-‐ prohibiesen la masonebre de Murat V, llegó al trono y fue el ría bajo la acusación de primer emperador musulmán y masón ateísmo. del mundo. Los masones otomanos es-‐ taban muy contentos de tener un Sultán otomano como hermano. El tiempo que Murat V pasó en el trono no fue largo, y su hermano Ab-‐ dulhamit II, con motivo de que tenía una enfermedad grave, lo desti-‐ tuyó y lo obligó a vivir en el Palacio de Çiragan, al lado del Bósforo en Estambul. Durante los años de expansión de la masonería en el Imperio Oto-‐ mano, la influyente comunidad cristiana del país, junto con algún teó-‐ logo islámico, presionaron a los sultanes otomanos para que prohibie-‐ sen la masonería bajo la acusación de ateísmo. A partir de entonces, la masonería se convirtió en todo el Imperio Otomano en sinónimo de la falta de fe en Dios, y a lo largo de la historia masónica, en el Imperio . 178 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 Otomano algunos sultanes que se acercaban a la definición de dicta-‐ dores o totalitarios, reprimieron a la masonería. El sultán Abdulhamit II, durante su mandato, que duró unos 40 años, fue Califa del Islam y Guardián de las Sagradas Tierras de La Meca y Medina. Cuando sufrió un golpe de estado en 1908, se acusó a los gol-‐ pistas de ser masones. Sin embargo, el sultán mantuvo dos compor-‐ tamientos bien distintos con los masones y con la masonería. Con las actividades de las logias extranjeras existentes en el imperio, siempre fue muy tolerante y protector, hasta tal punto que protegía económi-‐ camente algunas organizaciones de estos cuerpos masónicos. Por dar un ejemplo, en una fiesta organizada por una logia extranjera de Es-‐ tambul, envió un anillo de muy alto valor como apoyo personal. Pero con los masones turcos y musulmanes fue siempre muy duro y des-‐ piadado. Temiendo que hubiese un golpe de estado contra su persona con la ayuda y el liderazgo de los masones turcos, se convirtió en un verdadero enemigo de éstos. Con el comienzo del movimiento político del Grupo de la Unidad y el Progreso de los «Jóvenes Turcos», la represión de Abdulhamit II se in-‐ tensificó y el Supremo Consejo Otomano entró en letargo. Sin embar-‐ go, las logias extranjeras, durante este mismo período, realizaron sus actividades sin ningún problema. En 1908, Abdulhamit II abandonó su trono debido a un golpe de estado, y el nuevo sultán aceptó la crea-‐ ción de una Cámara de los Diputados con algunas libertades importan-‐ tes. En 1909, el Supremo Consejo Otomano retomó sus actividades y un pariente del príncipe Abdülhalim Pacha (primer Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo Otomano), un general del Ejército Otomano, el príncipe Aziz Hasan Pacha fue ascendido al Grado 33º. Con su consejero, Sr. Joseph Sakakini, también del Grado 33º, fueron ascendidos 12 masones al Grado 33º, y así las actividades de nuestro Supremo Consejo comenzaron de nuevo. La prueba de las dificultades que vivieron los masones turcos duran-‐ te el gobierno de Abdulhamit II es una carta de reprobación enviada al Supremo Consejo de Egipto después de 1909. En esta carta, se comen-‐ tan los dolorosos sucesos contra los masones turcos y, sobre todo, se denuncia como primer responsable al ministro de Interior de aquel momento, Sr. İzzet Halo Pacha. Este señor tuvo que abandonar Es-‐ tambul en barco para poder refugiarse en Egipto tras la caída de Ab-‐ dulhamit II. Y para tener una vida más confortable y tranquila, İzzet Halo, pagó una fortuna con el fin de obtener la condición de masón en Egipto. . 179 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 Mustafá Kemal Atatürk El Supremo Consejo Otomano, con su comunicación nº 1, hizo una llamada a los masones del imperio para la creación de una Gran Logia Nacional, garantizando su ayuda. En el mes de junio de 1909, con la participación de 8 logias, se formó el Gran Oriente del Imperio Oto-‐ mano. Justo después de la formación del Gran Oriente Otomano, el Supremo Consejo firmó un acuerdo muy detallado con esta institu-‐ ción, que más adelante tendría el nombre de Gran Logia de Turquía. Según este acuerdo (que nosotros llamamos Concordato), los 3 gra-‐ dos simbólicos del REAA administrativamente pasaban bajo la direc-‐ ción de la Gran Logia de Turquía, y la administración de los grados 4º al 33º y la soberanía de todo el rito quedaba bajo el control del Su-‐ premo Consejo Otomano. El año 1909 fue el año de la estructuración del Supremo Consejo, y los rituales del Supremo Consejo de Bélgica fueron traducidos al turco y se empezó a trabajar con ellos. En 1923, la proclamación de la Repú-‐ blica de Turquía gracias a los esfuerzos de Mustafá Kemal Atatürk, lle-‐ vó un gran entusiasmo a la masonería turca. La joven República dejó totalmente libres a los masones en sus actividades. En 1930 el Con-‐ vento de AMİ (Association Maçonnique İnternational) tuvo lugar en Estambul, con los mensajes de buenos deseos de los masones de 27 países, y Atatürk, como presidente de la República de Turquía respon-‐ dió de la misma manera a estos mensajes. La Segunda Guerra Mundial provocó una importante disminución de la tolerancia en los pueblos europeos y, así, un empeoramiento en las condiciones de trabajo de los masones. El reflejo de esta situación en la masonería turca también fue negativo y, a causa de la coyuntura nacional e internacional, la Gran Logia de Turquía detuvo su actividad desde 1935 hasta 1948. Durante este período el Supremo Consejo de Turquía (cambio de nombre después de la proclamación de la Repúbli-‐ ca) logró no detener sus trabajos masónicos. . 180 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 La Segunda Guerra Mundial golpeó con dureza a la masonería euro-‐ pea. Muchas obediencias y jurisdicciones perdieron sus edificios, sus archivos y una buena parte de los masones perdieron también sus vi-‐ das durante esta guerra tan sangrienta. Con la gran suerte de que la República de Turquía no intervino en es-‐ ta guerra, el Supremo Consejo de Turquía no tuvo ningún daño mate-‐ rial, pudiendo proteger totalmente sus documentos y sus archivos. Hoy en día, en Europa, hay muy pocas jurisdicciones con archivos completos y nuestro Supremo Consejo tiene muchos documentos que la mayor parte de los Supremos Consejos europeos perdieron desgra-‐ ciadamente durante la Segunda Guerra Mundial. Durante los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, una parte de los masones turcos se situaron bajo la influencia de la maso-‐ nería anglosajona, a pesar de los esfuerzos realizados a favor de la vi-‐ sión de la masonería escocesa por el Supremo Consejo de Turquía. En 1965 la Gran Logia de Turquía aceptó el sistema y los métodos de la masonería anglosajona, mediante una ceremonia de consagración. Después de esto, aparecieron problemas importantes entre el Supre-‐ mo Consejo de Turquía y la Gran Logia de Turquía desde el punto de vista de los métodos y los principios del Rito Escocés. Este desacuerdo importante que, a su vez, provocó otro tipo de desencuentros, causó finalmente la ruptura definitiva de las relaciones existentes entre las dos instituciones masónicas del país. El Supremo Consejo de Turquía tiene, en sus archivos, todos los documentos escritos y los registros orales de las reuniones mantenidas durante esta época. En este traba-‐ jo no entraremos en detalles sobre estos sucesos, pensando que algún día los investigadores profundizarán en ello. Los masones que dejaron la Gran Logia de Turquía, que adoptó los principios y los métodos de la masonería anglosajona, defendieron que eran los únicos representantes de la masonería regular en Tur-‐ quía, formando, en 1966, la Gran Logia de los Masones Libres para se-‐ guir el camino tradicional. Estos hermanos indicaron que iban a traba-‐ jar según los principios del REAA y pactaron un nuevo acuerdo con el Supremo Consejo de Turquía. Por otra parte, 8 hermanos del Grado 33º, que perdieron sus regularidades con el Supremo Consejo de Tur-‐ quía, obtuvieron un permiso especial (Patente) para formar sus pro-‐ pios Supremos Consejos en 1967. Así, aparecieron en Turquía dos Grandes Logias Nacionales, una bajo la influencia anglosajona y la otra trabajando según los principios del REAA. . 181 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 El Supremo Consejo de Turquía del REAA mantuvo su existencia, de una manera honrada, a lo largo de 154 años, teniendo la conciencia de representar una jurisdicción muy respetable en nombre de la masone-‐ ría nacional turca. En el año 1988 los hermanos de la Gran Logia de los Masones Libres comenzaron a trabajar para la instalación de la masonería femenina en el país. Para llegar a este fin, se formó una plataforma en la cual las personas cercanas a nuestros hermanos trabajaban intelectualmente. En 1991, en una gran sala de un hotel en Estambul, transformada en Templo masónico, se realizó la ceremonia de iniciación de nuestras primeras hermanas. En poco tiempo, estas iniciadas obtuvieron el Grado de Compañero y también de Maestro, para formar rápidamente nuevas logias femeninas. Así, teniendo 3 logias en Estambul y una en Esmirna, en total 4 logias, nuestras hermanas formaron su propia Gran Logia Femenina de Turquía en 1991. En 1995 el Supremo Consejo de Turquía del REAA, para facilitar el paso de nuestras hermanas a los grados filosóficos de la masonería es-‐ cocesa, formó un Capítulo de Perfección bajo la dirección de los her-‐ manos del grado 33º. En poco tiempo, las provincias de Esmirna, An-‐ kara y Adana, tuvieron también sus Capítulos de Perfección, trabajan-‐ do del grado 4º al 14º. Hoy en día, tanto Estambul como Esmirna tie-‐ nen sus Consejos de Caballeros Kadosch femeninos. En los grados filo-‐ sóficos, unas 500 hermanas siguen trabajando, y el Consejo Supremo de Turquía ha conferido el grado 32º a 30 hermanas. Dentro de poco, las hermanas que obtendrán el grado 33º podrán formar sus propios Supremos Consejos y eso sería, sin ninguna duda, un gran orgullo para nosotros. Por el momento, estas hermanas son miembros del Supre-‐ mo Consejo de Turquía y, para participar en nuestros trabajos masóni-‐ cos, necesitan un permiso del Consejo de Administración de nuestro Supremo Consejo. Desde el año 2014 el Supremo Consejo de Turquía del REAA, sigue su actividad en las provincias de Estambul, Esmirna, Ankara, Adana y Antalya, con la participación de unos 2000 hermanos. En Estambul, tenemos 3 Consejos de Caballeros Kadosch (Areópagos), 3 Capítulos Rosa Cruz , 5 Capítulos de Perfección, un Consejo de Gran Inspector Inquisidor Comendador, un Consejo de Sublime y Valiente Príncipe del Real Secreto y el Soberano Gran Inspector General del Supremo Con-‐ sejo del grado 33º. En Esmirna, 2 Consejos de Caballeros de Kadosch (Areópagos), 2 Capítulos Rosa Cruz y 3 Capítulos de Perfección. En An-‐ kara, 1 Consejo de Caballeros Kadosch (Areópago), 1 Capítulo Rosa . 182 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 Cruz y 1 Capítulo de Perfección. En Adana, 1 Capítulo Rosa Cruz, 2 Ca-‐ pítulos de Perfección y, por último, en Antalya, 1 Capítulo Rosa Cruz, y 1 Capítulo de Perfección. Los trabajos para formar 1 Consejo de Caba-‐ lleros Kadosch en Adana y 1 Capítulo de Perfección en Bursa están en su última fase y pensamos encender la luz de estos talleres en 2015. En los talleres del Supremo Consejo de Turquía, en algunos Grados capitulares y en algunos grados filosóficos, a los candidatos se les con-‐ cede el grado con una ceremonia masónica. Un hermano, para subir de un grado al otro, tiene que esperar, como mínimo, un año y debe presentar un trabajo escrito sobre el contenido del grado. Además, tiene que ser regular en su logia simbólica y es necesario que siga el 50% de los trabajos de su taller y, por último, debe haber realizado el pago anual. En los Capítulos de Perfección, un hermano que llegue al grado 4º cumpliendo las normas arriba mencionadas, puede alcanzar primero el grado 9º y luego el grado 14º. En los Capítulos Rosa Cruz, el hermano que llega al grado 15º, cum-‐ pliendo las condiciones necesarias, puede subir al grado 18º. En los Consejos de Caballeros Kadosch, existen ceremonias en el grado 22º, 28º y en el grado 30º. En los talleres de nuestro Supremo Consejo, ca-‐ da 14 días tenemos una reunión y, cuando no hay una ceremonia, siempre hay una conferencia de un hermano sobre el contenido del grado. El descanso del verano es siempre entre el 15 de junio y el 15 de septiembre. Después del trabajo masónico que realizamos en nuestros talleres, compartimos cena con nuestros hermanos en nuestros edificios. Du-‐ rante la cena, seguimos hablando del tema del día presentado en nuestros talleres por un hermano. Muchos hermanos toman la palabra para compartir sus ideas con los otros hermanos. Nuestros trabajos masónicos empiezan en nuestros talleres a las 18,30 h. y duran nor-‐ malmente hasta las 20,30 h. Después pasamos a la cena, que dura has-‐ ta las 22,30 h. en la que las conversaciones giran siempre alrededor del tema del taller. Las ceremonias de los grados 31º, 32º y 33º se celebran sólo en Es-‐ tambul, en la sede de nuestro Supremo Consejo. El Supremo Consejo del grado 33º de la Orden se reúne cada 2 ó 3 meses, igualmente en Estambul, pero el Consejo de Administración del Supremo Consejo se reúne cada miércoles entre las 11,00 h. de la mañana y las 17,00 h. de la tarde. . 183 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 Los trabajos de la masonería escocesa turca, desde el punto de vista de su experiencia, de las relaciones con sus hermanos, de sus trabajos y de sus actividades masónicas, merecen un estudio más detallado. III. La evolución de los rituales del Supremo Consejo de Turquía del R∴E∴A∴A∴ Es muy natural que nuestro Supremo Consejo esté utilizando los ritua-‐ les del Supremo Consejo de Francia, debido a las relaciones históricas mantenidas con este Supremo Consejo. Estos rituales están en armo-‐ nía con los principios adoptados en el Tratado de Lausana en el año 1875. El año 1875 es un año muy difícil en la historia de la masonería turca, porque las presiones ejercidas por parte del gobierno otomano sobre el Supremo Consejo alcanzaron su máximo nivel. El Supremo Consejo tuvo que enfrentar dificultades alarmantes tanto en el interior como en el exterior del imperio. Sosteniendo dicha situación hasta después de 1881, fecha en que el Supremo Consejo entró definitivamente en letargo. Hay que admitir que, durante los 20 años que transcurrieron entre 1861 y 1881, los rituales adoptados por el Supremo Consejo de Francia no sufrieron ningún cambio. En 1907 se celebró en Bruselas una conferencia de los altos grados, durante la cual algunos participantes apoyaron la iniciativa de reacti-‐ var la masonería turca, confiando en la atmósfera liberal que se respi-‐ raba en el Imperio Otomano. El Supremo Consejo de Bélgica dio un apoyo directo a dicha iniciativa, con la participación de las jurisdiccio-‐ nes de Luxemburgo y de Grecia. En la primera reunión del «Nuevo Despertar» en el año 1909, el Lu-‐ garteniente Gran Comendador, nuestro hermano Joseph Sakakini, del grado 33º, propuso formar un consejo para renovar todos los rituales, incluidos los de los grados simbólicos, teniendo como referencia deci-‐ siones tomadas en el Convento de Lausana en el año 1875. Al final de los trabajos realizados se admitió el uso de los rituales del Supremo Consejo de Bélgica. Los rituales de este Supremo Consejo no tenían sentido, en función de las realidades tradicionales, sociales y económicas del Imperio Otomano y se notaba en ellos la influencia de la tradición cristiana. . 184 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 Los primeros rituales usaban el alfabeto árabe, aunque el idioma ofi-‐ cial del país era el turco. A partir del año 1923, con la proclamación de la República, una de las reformas más importantes fue la admisión del alfabeto latino y, de este modo, los rituales han cambiado de idioma, salvaguardando sus orígenes. Hasta el año 1966, o sea, hasta la división de la masonería nacional, no hubo cambios importantes en los rituales adoptados en 1909. El único cambio en este sentido ha sido la eliminación de las palabras de origen árabe, colocando las palabras de origen turco. A principios de los años 70, se realizaron algunos cambios en nues-‐ tros rituales, como la simplificación de su aplicación, o la abolición de algunas aplicaciones. Se suspendió también la comida sagrada que te-‐ nía un sentido especial en el Grado Rosa Cruz. Se suprimieron las ex-‐ presiones judeo-‐cristianas que existían en algunos rituales, para impe-‐ dir posibles protestas en un país donde la mayoría es musulmana. El reflejo de las reformas hechas por Mustafá Kemal Atatürk en la sociedad turca ha sido muy importante. La calificación de la Nueva Constitución del Estado Turco como laico, democrático y de derechos sociales, ayudó mucho a los masones turcos para que pudieran reali-‐ zar cambios en este sentido en sus rituales. En los años 80, la masonería turca vivió una reforma muy importan-‐ te. Se recomendó la expresión «DEUS MEUMQUE JUS» , como indis-‐ pensable para la realización de «ORDO AB CHAO» y que está presente en los emblemas de los Supremos Consejos. Se dio importancia al hu-‐ manismo como concepto que complementa el laicismo y que lo abre a la evolución de la humanidad. Para reforzar los conceptos de laicismo y humanismo contra los dogmas, habría que completar lo antedicho con otro concepto, el con-‐ cepto científico que dirige nuestra mirada hacia la vida, suprimiendo la expresión Deus Meumque Jus y asumiendo «LAİCUS-‐HUMANİTAS-‐ SCİENTİ» como la nueva identidad del Supremo Consejo de Turquía. Para explicar la razón de este cambio importante, podemos decir que el Supremo Consejo de Turquía aceptó como referencia la refle-‐ xión de Mustafá Kemal Atatürk: «En la vida, lo único que nos muestra nuestro camino es la ciencia.» Cuando llegamos al año 1989, en los rituales del Supremo Consejo de Turquía las referencias religiosas son mínimas. Como reflejo directo de esta situación podemos citar: . 185 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 § El abandono de los tres libros sagrados de las tres religiones mono-‐ teístas y, en su lugar, la colocación de un «libro en blanco» que re-‐ presenta la conciencia del hombre. § Empezar los trabajos masónicos «Con el Símbolo del Gran Arquitec-‐ to del Universo» y no «a la Gloria del Gran Arquitecto del Univer-‐ so.» Nuestros rituales han sufrido interpretaciones de diversa índole a partir de 1990, para reforzar la asimilación del laicismo y, en los grados filosóficos como el 4º, 9º, 14º, 15º, 18º, 22º, 27º, 29º, 30º y en el 31º, 32º y 33º, en los que se celebra una ceremonia ritualista de ascenso, se ha intentado eliminar todos los dogmas que podrían suponer un obstáculo para la evolución de la sociedad. También se abandonaron los trabajos masónicos en el grado 29º, a causa de su contenido religioso, y se empezó a trabajar en el Grado 28º, que presenta conceptualmente alegorías del Mitraismo. Teniendo en cuenta que, en los grados superiores del escocismo, se prevé que la evolución de las sociedades humanas depende mu-‐ cho de la liberalización de la razón, los rituales de nuestro Supremo Consejo deben ser el reflejo del respeto y del amor hacia nuestros semejantes. El Supremo Consejo de Turquía aboga por la comprensión masónica basada en los principios contemporáneos humanos, libres, evolutivos y universales, de modo que quiere acentuar, en sus rituales, la impor-‐ tancia de una visión científica para huir de la oscuridad de los dogmas. Por esta razón se puede constatar, de una manera muy clara en nues-‐ tros rituales, un método científico que favorece el pensamiento dialéc-‐ tico y no el pensamiento idealista. Durante los 25 últimos años, la aplicación de nuestros rituales se ha realizado con los cambios que hemos citado. Con el paso del tiempo, ha habido necesidad de hacer algunas modificaciones más, según las nuevas realidades históricas o según las necesidades de la sociedad turca. El cambio de administración en el año 2011 ha sido una oportunidad para realizar unos cambios importantes dentro del Supremo Consejo de Turquía, y ello facilitó también la planificación de las nuevas refor-‐ mas en nuestros rituales. Sabemos todos que en el siglo XX, nuestro mundo ha conocido una transformación bastante radical. Las dos Gue-‐ rras Mundiales han originado, en muchos lugares del planeta, unas . 186 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 fronteras artificiales que están causando también muchos conflictos políticos, económicos, étnicos y religiosos, en los Balcanes, en Europa del Este, en Oriente Medio, en África del Norte, en el Cáucaso, etc… Es totalmente imposible ofrecer soluciones a los problemas actuales te-‐ niendo una mentalidad del siglo XIX o XX. La era de la comunicación, en los últimos años, aporta a nuestra vida una libertad mayor, con el uso de los ordenadores, los teléfonos móvi-‐ les, internet, etc. Por supuesto que estas facilidades tecnológicas con-‐ llevan, también, el uso de esta tecnología con mala intención. La ma-‐ sonería escocesa debe facilitar el uso de esta tecnología moderna en su administración, asegurando el cambio de sus rituales en función de la evolución del hombre y de la humanidad. Así fue en Turquía. Antes de realizar las reformas en sus rituales, el Supremo Consejo de Turquía del REAA, tomó decisiones básicas. Pri-‐ mero, nuestros rituales deberían de estar en total armonía con los principios de la masonería escocesa y ésta era una condición primor-‐ dial. Para un análisis y comentario en profundidad de la masonería es-‐ cocesa, tendríamos que estudiar, por lo menos, los libros de cinco au-‐ tores masónicos y tendríamos que valorar sus comentarios para todos los grados de la masonería del REAA. También tendríamos que estu-‐ diar todos los rituales de diferentes jurisdicciones vigentes durante los últimos cien años. Así, podríamos plasmar la evolución del espíritu humano a través del tiempo. Nuestros nuevos rituales deberían tener una compatibilidad con los principios masónicos, con las declaraciones y con la visión de nuestro Supremo Consejo. Por esta razón, nuestros principios masónicos nece-‐ sitaban un nuevo enfoque bajo la luz del fundamento de nuestro Su-‐ premo Consejo que es LAİCUS-‐HUMANİTAS-‐SCİENTİ. En nuestros rituales no tendríamos que tener opiniones absolutas y constantes, dejando siempre las puertas abiertas para los comentarios libres de nuestros hermanos. Tendríamos que proteger la riqueza de las alegorías y eliminar temas que pierdan su importancia con el tiem-‐ po. En nuestros rituales debemos mostrar el respeto y el amor no sólo a nuestros hermanos sino a toda la humanidad, respetando su honor, sus libertades y sus derechos sin hablar de diferencias de raza, de idioma, de religión, de sexo… Tendremos que insistir en que estas di-‐ ferencias son la verdadera riqueza del ser humano en el camino del desarrollo evolutivo. Para la humanidad, el sueño de vivir en un mun-‐ do más justo, más pacífico y más libre tendría que ser uno de los obje-‐ tivos principales, y las palabras que se utilizan en nuestros rituales . 187 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 tendrían que estar elegidas con simplicidad, para facilitar el entendi-‐ miento de nuestros hermanos. Así, conocemos los tres principios a tener en cuenta durante los tra-‐ bajos de reforma de nuestros rituales: § Las necesidades del Rito Escocés. § Los principios del Supremo Consejo de Turquía. § El honor, los derechos y las libertades de todos los seres humanos. Para empezar, se constituyó un Consejo de Rituales formado por los hermanos que trabajan en la masonería turca durante un mínimo de años, con mucha experiencia y asumiendo cargos masónicos en nues-‐ tra institución. Este Consejo se reúne siempre bajo la presidencia del Muy Poderoso Soberano Gran Comendador, y las propuestas de los miembros del Consejo de Rituales se envían a todos los hermanos del grado 33º de nuestra Orden para tener sus valoraciones y sus opinio-‐ nes, sin tener en cuenta que sean grado 33º en activo, agregado u ho-‐ norario. Al final, se hace un bosquejo que entra en el orden del día del Con-‐ sejo de Administración y, una vez aprobado, entra en el orden del día de nuestro Supremo Consejo para la aprobación final. Esta es la histo-‐ ria de nuestros esfuerzos para integrar el principio de LAİCUS-‐ HUMANİTAS y SCİENTİ en nuestros rituales. La laicidad, como concepto, es la separación entre la sociedad civil y la religiosa y la estricta neutralidad del Estado en materia religiosa. Tendríamos que desarrollar y enriquecer este concepto, añadiendo los conceptos de la libertad absoluta de conciencia, el derecho de creer o no creer, tener un respeto de la misma manera a todas las creencias, igualdad entre hombres y mujeres, igualdad de oportunidades, el de-‐ recho a tener una educación correcta y no aceptar la fuerza de los dogmas que tengan una influencia negativa en el devenir de la huma-‐ nidad. Podríamos definir el humanismo, en su sentido más amplio, como una valoración del ser humano, como amor hacia la humanidad. Ten-‐ dríamos que ensanchar esta definición añadiéndole que la vida social, que es un producto del hombre, debería transformarse para asegurar a todos un ambiente de paz y de felicidad, poniendo siempre al hom-‐ bre en el centro de la vida social, defendiendo su derecho de vivir en paz. Todas las diferencias existentes entre los seres humanos tendrían que ser vistas como una riqueza y no como una razón discriminatoria. Nuestros rituales deberían ser un reflejo perfecto de todas estas ideas, asumiendo que la masonería es un camino hacia la perfección. . 188 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 La aplicabilidad universal del método científico y la idea de que la ciencia empírica constituye la parte más valiosa del conocimiento hu-‐ mano no debe hacernos olvidar que las verdades científicas pueden cambiar también con el tiempo. La masonería no es, y no debe ser, como una academia que produce informa-‐ ción científica. En la masonería tenemos que En la masonería utilizar el método científico como un proceso tenemos que utilidestinado a explicar los fenómenos que van a zar el método cienproducir conocimientos útiles para el hom-‐ tífico como un bre. Estos conocimientos científicos deben proceso destinado ocupar en nuestros rituales el lugar de las a explicar los fealegorías que no tienen mucho sentido en es-‐ nómenos que van tos tiempos. Y por último, en los rituales de a producir cononuestro Supremo Consejo no tendríamos que cimientos útiles patener explicaciones puramente científicas, ra el hombre. porque nuestro objetivo final no es tener en nuestra institución masones científicos, sino masones sabios. Desde este punto de vista, los principios apropiados para nuestro Supremo Consejo son LAİCUS-‐HUMANİTAS-‐SCİENTİ y deben ser consi-‐ derados de una manera evolutiva, siguiendo nuestro camino sin poner un punto final. Por esta razón, los rituales del Supremo Consejo de Turquía siempre evolucionan y, aunque se guarde respeto a la com-‐ prensión tradicional masónica que tiene una interpretación clásica desde hace cientos de años, nosotros tenemos la responsabilidad de llevar la masonería escocesa hacia el futuro, estando a la vanguardia del evolucionismo. Por ello, empezamos a trabajar para reformar los rituales del grado 4º al 33º que estaban bajo la soberanía del Supremo Consejo de Tur-‐ quía. En los Capítulos de Perfección teníamos ceremonia ritualista en los grados 4º, 9º y 14º, en el Capítulo Rosa Cruz, sólo los grados 15º y 18º tenían ceremonia ritualista. Nuestro Supremo Consejo, en el Con-‐ sistorio, decidió tener tres ceremonias ritualistas en vez de cuatro, porque en nuestras reuniones de cada 15 días, estas ceremonias nos ocupaban la mayor parte del tiempo y no nos quedaba el suficiente para trabajos filosóficos que son muy importantes para el desarrollo intelectual de los hermanos. Al final, suprimimos la ceremonia ritualis-‐ ta del grado 27º, añadiendo sus mensajes al contenido del grado 28º. Hasta este momento, los grados masónicos que no tenían una cere-‐ monia ritualista se denominaban grados intermedios, y se hablaba un . 189 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 poco de sus contenidos en el grado superior. Desde entonces, en cada ceremonia ritualista decidimos reservar más tiempo para estos grados. Una vez terminada la reforma de todos nuestros rituales, decidimos realizar también su traducción al francés y al inglés para mandarlos a todas las jurisdicciones del REAA. Un Consejo de Traducción sigue tra-‐ bajando para el cumplimiento de dicho objetivo. Desde el año 1909, en el que tuvimos el acuerdo con la Gran Logia de Turquía, el derecho de reformar los rituales de los tres primeros grados simbólicos pertenecía a esta institución. Pensamos que, una vez terminada y examinada la reforma de nuestros rituales por los responsables de la Gran Logia, ellos también realizarán sus reformas y cambios en armonía con los nuestros. En las reformas de los rituales podríamos comenzar desde el grado 4º, avanzando hacia el último grado. Como nuestro objetivo principal para reformar nuestros rituales era el de asegurar la integridad de to-‐ dos los grados masónicos, tendríamos que determinar cuál sería nues-‐ tro punto de llegada. Una vez definido este punto, sería más fácil completar el rito bajando los escalones uno por uno. Así que empeza-‐ mos primero con el grado 33º, después el 32º y 31º, llegando al final al ritual del grado 4º. El sistema escocés es como la columna vertebral de un barco. Debe ser muy fuerte y no se debe jugar nunca con su estruc-‐ tura tradicional. La regularidad de la masonería escocesa reside en la fuerza y la solidez de esta columna vertebral. Los brazos que salen de esta columna forman el esqueleto del REAA. Jugar con la formación de este esqueleto es deteriorar la integridad del rito, que es un sistema iniciático de enseñanza de treinta y tres grados que debe ser celosa-‐ mente protegido. El Supremo Consejo de Turquía, desde este punto de vista, se sentía obligado a defender la fuerza de la columna vertebral y la pureza del rito, asegurando que los hermanos que en él trabajan aprendiesen co-‐ rrectamente sus enseñanzas. Así continuó la reforma de los rituales empezando por el grado 33º. A finales del año 2011, se terminaron los trabajos en los grados 33º, 32º y 31º y entraron en vigor tras la con-‐ firmación de nuestro Supremo Consejo. A finales del 2012 entraron en vigor los nuevos rituales de los grados 30º, 28º y 22º, y en el Consistorio, trabajando nuevamente sólo en tres grados, los hermanos tuvieron más tiempo para percibir mejor la masonería escocesa. Por último, a finales del año 2013, los rituales de los grados 18º, 15º, 14º, 9º y 4º entraron en vigor, una vez confirma-‐ dos por el Supremo Consejo de Turquía. . 190 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 La impresión de nuestros rituales reformados se ha realizado en pe-‐ queño tamaño, para que nuestros hermanos puedan llevarlos en sus bolsillos durante los días de ceremonias ritualistas, y su distribución ha sido gratuita. Así, los antiguos rituales que estaban en vigor durante los 25 últimos años, han sido reformados, protegiendo los principios esenciales y la regularidad del REAA. IV. Conclusión Según nuestros conceptos masónicos, todos los rituales ya son anti-‐ guos a partir del día de su impresión. Las conferencias dadas por los hermanos, las propuestas y las críticas aportadas a estas conferencias también por nuestros hermanos son una participación muy importan-‐ te que ilumina nuestro viaje masónico. Los rituales masónicos no son un objeto de decoración de nuestras bibliotecas. Totalmente al con-‐ trario, son documentos para leer y para reflexionar de manera muy atenta. Así, el hermano masón tiene la posibilidad de acceder al mun-‐ do de los símbolos, de las virtudes, y a los conceptos universales de la masonería escocesa, para realizar su desarrollo personal hacia la sabi-‐ duría. Este procedimiento será, sin ninguna duda, la infraestructura in-‐ telectual necesaria para las nuevas reformas de los rituales. Los hermanos siempre deben comentar los rituales, teniendo en cuenta los conceptos de la sociedad en la que viven. A veces, pueden encontrar viejos comentarios que están lejos de la realidad, informa-‐ ciones sin validez, conceptos gastados. Tal será un útil recordatorio para las nuevas valoraciones. Algún día tendrán que reinterpretarse de nuevo los rituales, y los hermanos que vayan a trabajar en este proceso de reforma serán, sin ninguna duda, los que han pasado muchos años en la masonería escocesa, teniendo una experiencia suficiente, capaces de reflejar la luz de su institución a todos sus hermanos. El Supremo Consejo de Turquía del REAA es un Supremo Consejo re-‐ gular, adogmático y experimentado. Tiene una experiencia de unos 154 años. Aun así, no podemos cerrar los ojos a los cambios del tiem-‐ po en el que vivimos. Nosotros llamamos a nuestra masonería, maso-‐ nería de «tipo evolucionista» y si no queremos quedar atrasados en el tiempo, tenemos que percibir muy bien a dónde y cómo va la evolu-‐ ción de la humanidad. . 191 . EL RITO ESCOCÉS EN LA TURQUÍA DE 2014 Las tres instituciones fundamentales de la masonería evolucionista, la Gran Logia Femenina de Turquía, la Gran Logia Liberal de Turquía y El Supremo Consejo de Turquía, tienen la conciencia suficiente para guardar la valiosa herencia masónica. Sabemos todos que nuestra comprensión y colaboración es nuestra riqueza. Estamos dispuestos a seguir trabajando para perfeccionar la maso-‐ nería evolucionista turca con conciencia y responsabilidad fraterna-‐ les.Å . 192 . Catálogo editorial 2015 AUTORES CONTEMPORÁNEOS [serie Roja] El m étodo m asónico Autor: J osé L uis C obos ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐940950-‐4-‐7 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐940950-‐5-‐4 / D L: A S-‐03998-‐2012 1ª e dición, 2 013 -‐ P ágs.: 1 66 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 1,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) Cómo n o s er m asón Autor: A bunnur A bdel B asit ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐938704-‐7-‐8 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐938704-‐8-‐5 / D L: A S-‐01329-‐2013 1ª e dición, 2 013 -‐ P ágs.: 2 78 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/6,99 € ( digital) Filosofía ( desmitificada) d e l a m asonería Autor: A dolfo A lonso C arvajal ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐941390-‐8-‐6 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐941390-‐9-‐3 / D L: A S-‐01331-‐2013 1ª e dición, 2 013 -‐ P ágs.: 4 70 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/6,99 € ( digital) Textos F undamentales d e l a M asonería Autor: I gnacio M éndez-‐Trelles D íaz ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐936941-‐0-‐4 / I SBN ( digital): 9 78-84-937078-7-3 / DL: S E-‐3079-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 3 88 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 7,99 € ( papel)/5,99 € ( digital) Nosotros, l os m asones Autor: A mando H urtado ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐942888-‐9-‐0 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐943072-‐4-‐9 / D L: A S-‐02299-‐2014 1ª e dición, 2 014 -‐ P ágs.: 3 54 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) Historia d el G ran P riorato d e l as G alias Autor: Jean-‐Marc Vivenza -‐ Traductor: Ramón Martí Blanco ISBN (papel): 978-‐84-‐943304-‐0-‐7 / ISBN (digital): 978-‐84-‐943304-‐1-‐4 / DL: AS 03543-‐2014 1ª edición, 2014 -‐ Págs.: 248 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 15,99 € (papel)/5,99 € (digital) El M isticismo d e l a M asonería Autor: R euben S winburne C lymer ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐936941-‐1-‐1 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937392-‐4-‐9 / D L: M -‐26314-‐2009 1ª e dición, 2 008 -‐ P ágs.: 1 36 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 9 ,99 € ( papel)/2,99 € ( digital) La M asonería. U na p erspectiva g eopolítica Autor: A lain d e K eghel ISBN (papel): 9 78-‐84-‐941827-‐0-‐9 / ISBN (digital): 978-‐84-‐937078-‐5-‐9 / DL: AS-‐01333-‐2013 1ª edición, 2013 -‐ Págs.: 226 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 11,99 € (papel)/4,99 € (digital) Viaje m asónico a b ordo d el N autilus Autor: G uillermo d e M iguel A mieva ISBN (papel): 978-‐84-‐942692-‐5-‐7 / ISBN (digital): 978-‐84-‐942692-‐6-‐4 / DL: AS-‐00365-‐2014 1ª edición, 2014 -‐ Págs.: 326 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 14,99 € (papel)/4,99 € (digital) . 195 . Por q ué m asones Autor: G uillermo A . S ánchez P rieto. P rólogo: P edro Á lvarez L ázaro ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐942692-‐2-‐6 / I SBN ( digital): 7 8-‐84-‐942692-‐4-‐0 / D L: A S-‐00364-‐2014 1ª e dición, 2 014 -‐ P ágs.: 1 40 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 1,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) Fragmentos d e u n d iscurso m asónico Autor: J avier O taola ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐937078-‐4-‐2 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937078-‐5-‐9 / D L: S E-‐3039-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 2 22 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/8,99 € ( digital) El d esencanto. E logio y r efutación d e l a masonería Autor: R oberto G arcía Á lvarez ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐943304-‐4-‐5 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐943304-‐5-‐2 / D L: A S 0 3547-‐2014 1ª e dición, 2 014 -‐ P ágs.: 2 72 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 2,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) Un v uelo m ágico e n b uscad d e l a l uz Autor: F austino M erchán G abaldón ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐86-‐2 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐87-‐9 / D L: A S-‐02120-‐2012 1ª e dición, 2 012 -‐ P ágs.: 2 66 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/8,99 € ( digital) Rito F rancés: h istoria, r eflexiones y d esarrollo Coordinador d e l a o bra: V íctor G uerra ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐14-‐5 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐15-‐2 / D L: M -‐25428-‐2010 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 4 18 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 8,99 € ( papel)/8,99 € ( digital) En O ro y A zur Autor: J oaquim V illalta ISBN (papel): 978-‐84-‐92984-‐24-‐4 / ISBN (digital): 978-‐84-‐92984-‐25-‐1 / DL: SE-‐6395-‐2010 1ª edición, 2010 -‐ Págs.: 260 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 14,99 € (papel)/8,99 € (digital) Rito M oderno: u na m irada d esde e l s iglo X XI Autor: V íctor G uerra ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐943072-‐3-‐2 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐943072-‐4-‐9 / D L: A S-‐02301-‐2014 1ª e dición, 2 014 -‐ P ágs.: 3 36 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) El E scocismo M asónico Autor: I ván H errera M ichel ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐937078-‐7-‐3 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937078-‐9-‐8 / D L: S E-‐3580-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 1 76 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/8,99 € ( digital) Masonería c uestionada Autor: V icente R ocamora M orales ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐03-‐9 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐06-‐0 / D L: S E-‐598-‐2010 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 1 66 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/8,99 € ( digital) La m asonería e n p ersona(s) Autores: J avier O taola y V alentín D íaz ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐00-‐8 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937392-‐01-‐5 / D L: B -‐9693-‐2010 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 4 00 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 2 0,99 € ( papel)/10,99 € ( digital) En C olumnas d e i gualdad Autor: M arina E speranza L ópez S epúlveda ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐942354-‐5-‐0 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐942354-‐6-‐7 / D L: A S 0 0359-‐2014 1ª e dición, 2 014 -‐ P ágs.: 1 54 -‐ 2 10x140 m m-‐ P VP: 1 1,99 € ( papel)/3,99 € ( digital) Respuesta m asónica ( edición r evisada) Autor: A mando H urtado ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐10-‐7 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐11-‐4 / D L: S E-‐2933-‐2010 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 3 84 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 8,99 € ( papel)/9,99 € ( digital) . 196 . Historia o culta d e l a m asonería I ( Carne, p iedra y f uego) Autor: N icola L ococo ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐942354-‐0-‐5 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐942354-‐1-‐2 / D L: A S-‐00355-‐2014 1ª e dición, 2 014 -‐ P ágs.: 2 64 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) Historia o culta d e l a m asonería I I ( Tumbas, t emplos y p alacios) Autor: N icola L ococo ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐943304-‐2-‐1 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐943304-‐3-‐8 / D L: A S-‐03545-‐2014 1ª e dición, 2 014 -‐ P ágs.: 2 68 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) La M asonería d el O riente d e A sturias Autor: V íctor G uerra ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐937392-‐0-‐1 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937392-‐3-‐2 / D L: S E-‐4247-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 4 16 -‐ 2 10x140 m m-‐ P VP: 1 8,99 € ( papel)/8,99 € ( digital) La m etáfora m asónica Autor: J avier O taola ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐16-‐9 / D L: M -‐92984-‐2010 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 2 74 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel) 7 S emblanzas m asónicas Autor: N icolás B rihuega ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐29-‐9/ISBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐30-‐5 / D L: S E-‐6870-‐2010 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 1 68 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 1,99 € ( papel)/7,99 € ( digital) Masonería. T reinta y t res p reguntas b uscando r espuesta Autor: V íctor R odríguez-‐Gachs G arrido ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐941390-‐0-‐0 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐941390-‐1-‐7/ D L: A S-‐01326-‐2013 1ª e dición, 2 013 -‐ P ágs.: 2 00 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 1,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) El C ompás y l a P luma Autor: R icardo S erna ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐22-‐0 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐23-‐7 / D L: S E-‐7642-‐2010 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 2 74 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/8,99 € ( digital) La m asonería e n l a c onstrucción d e s ociedades Autor: D iego G onzález R odríguez ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐36-‐7 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐37-‐4 / D L: M -‐3913-‐2011 1ª e dición, 2 011 -‐ P ágs.: 2 24 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/8,99 € ( digital) El R ito F rancés o M oderno: l a m asonería d el T ercer M ilenio Autor: S upremo C onselho d o R ito M oderno d e B rasil ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐51-‐0 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐52-‐7 / D L: S E-‐4186-‐2011 1ª e dición, 2 011 -‐ P ágs.: 2 48 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) El T oque y l a P alabra Autor: I ván H errera M ichel ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐62-‐6 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937392-‐63-‐3 / D L: S E-‐7990-‐2011 1ª e dición, 2 011 -‐ P ágs.: 2 84 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/9,99 € ( digital) En l a C olumna N orte Autor: J uan A ntonio E speso G onzález ISBN (papel): 978-‐84-‐92984-‐41-‐1 / ISBN (digital): 978-‐84-‐937392-‐42-‐8 / DL: SE-‐1491-‐2012 1ª edición, 2012 -‐ Págs.: 162 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 11,99 € (papel)/5,99 € (digital) Conversaciones c on u n m asón Autor: J ulio C ésar I zquierdo P ascua ISBN (papel): 978-‐84-‐942888-‐0-‐7 / ISBN (digital): 978-‐84-‐942888-‐1-‐4 / DL: AS-‐02295-‐2014 1ª edición, 2014 -‐ Págs.: 222 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 11,99 € (papel)/4,99 € (digital) . 197 . TEXTOS HISTÓRICOS Y CLÁSICOS [serie Azul] El S ignificado d e l a M asonería Autor: W alter L eslie W ilmshurst -‐ T raductor: A lberto M oreno M oreno ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐07-‐7 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐08-‐4 / D L: S E-‐1370-‐2010 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 2 40 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 5,99 € ( papel)/9,99 € ( digital) La I niciación M asónica Autor: W alter L eslie W ilmshurst -‐ T raductor: A lberto M oreno M oreno ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐68-‐8 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐69-‐5 / D L: S E-‐8525-‐2011 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 2 56 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 5,99 € ( papel)/9,99 € ( digital) El S anto A rco R eal d e J erusalén Autor: W alter L eslie W ilmshurst -‐ T raductor: A lberto M oreno M oreno ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐937392-‐1-‐8 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937392-‐2-‐5 / D L: S E-‐4185-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 1 12 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 1,99 € ( papel)/9,99 € ( digital) Pársifal Autor: W alter L eslie W ilmshurst -‐ T raductor: A lberto M oreno M oreno ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐941390-‐2-‐4/ I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐941390-‐3-‐1 / D L: A S-‐01328-‐2013 1ª e dición, 2 013 -‐ P ágs.: 7 8 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 7 ,99 € ( papel)/2,99 € ( digital) Moral y D ogma d el R ito E scocés A ntiguo y A ceptado ( Grados d e A prendiz, Compañero y M aestro) Autor: A lbert P ike -‐ T raductor: A lberto M oreno M oreno ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐937078-‐2-‐8 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937078-‐3-‐5 / D L: S E-‐3032-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 1 70 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/9,99 € ( digital) Moral y D ogma d el R ito E scocés A ntiguo y A ceptado ( Logia d e P erfección) Autor: A lbert P ike -‐ T raductor: A lberto M oreno M oreno ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐937392-‐7-‐0 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937392-‐6-‐3 / D L: S E-‐5441-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 2 12 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/9,99 € ( digital) Moral y D ogma d el R ito E scocés A ntiguo y A ceptado ( Capítulo R osacruz) Autor: A lbert P ike -‐ T raductor: A lberto M oreno M oreno ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐17-‐6 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐19-‐0 / D L: S E-‐5658-‐2010 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 1 70 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 1,99 € ( papel)/8,99 € ( digital) Moral y D ogma d el R ito E scocés A ntiguo y A ceptado ( Príncipe d el T abernáculo) Autor: A lbert P ike -‐ T raductor: A lberto M oreno M oreno ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐33-‐6 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐34-‐3 / D L: M -‐1217-‐2011 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 2 22 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/9,99 € ( digital) Moral y D ogma d el R ito E scocés A ntiguo y A ceptado ( Príncipe d e M erced) Autor: Albert Pike -‐ Traductor: Alberto Moreno Moreno ISBN (papel): 978-‐84-‐92984-‐88-‐6 / ISBN (digital): 978-‐84-‐92984-‐89-‐3 / DL: AS-‐02121-‐2012 1ª edición, 2012 -‐ Págs.: 252 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 14,99 € (papel)/9,99 € (digital) Moral y D ogma d el R ito E scocés A ntiguo y A ceptado ( Caballero d el S ol) Autor: Albert Pike -‐ Traductor: Alberto Moreno Moreno ISBN (papel): 978-‐84-‐942692-‐1-‐9 / ISBN (digital): 978-‐84-‐942692-‐2-‐6 / AS 00363-‐2014 1ª edición, 2014 -‐ Págs.: 322 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 14,99 € (papel)/9,99 € (digital) Moral y D ogma d el R ito E scocés A ntiguo y A ceptado ( Caballero K adosh) Autor: Albert Pike -‐ Traductor: Alberto Moreno Moreno ISBN (papel): 978-‐84-‐941390-‐6-‐2 / ISBN (digital): 978-‐84-‐941390-‐7-‐9 / AS-‐01330-‐2013 1ª edición, 2014 -‐ Págs.: 120 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 11,99 € (papel)/8,99 € (digital) . 198 . La F rancmasonería. M emoria i nédita a l D uque d e B runswick Autor: J oseph d e M aîstre -‐ T raductor: R amón M artí B lanco ISBN (papel): 978-‐84-‐941827-‐2-‐3 / ISBN (digital): 978-‐84-‐941827-‐3-‐0 / DL: AS-‐01337-‐2013 1ª edición, 2013 -‐ Págs.: 132 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 7,99 € (papel)/2,99 € (digital) Los C onventos F undacionales d el R égimen E scocés R ectificado Autor: J ean-‐François V ar -‐ T raductor: R amón M artí B lanco ISBN (papel): 978-‐84-‐942888-‐7-‐6 / ISBN (digital): 978-‐84-‐942888-‐8-‐3 / DL: AS-‐02298-‐2014 1ª edición, 2014 -‐ Págs.: 314 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 14,99 € (papel)/4,99 € (digital) Cuadernos d e c ultura -‐ L a m asonería Autor: P edro G onzález-‐Blanco ISBN (papel): 978-‐84-‐94095-‐00-‐9 / ISBN (digital): 978-‐84-‐94095-‐01-‐6 / DL: AS-‐03995-‐2012 1ª edición, 2012 -‐ Págs.: 118 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 10,99 € (papel)/5,99 € (digital) Los o rígenes d el R itual e n l a I glesia y e n l a M asonería Autor: H elena P etrovna B lavatsky ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐936941-‐7-‐3 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937392-‐9-‐4 / D L: S E-‐3780-‐2009 1ª e dición, 2 008 -‐ P ágs.: 9 4 -‐ 210x140 m m -‐ P VP: 4 ,99 € ( papel)/2,99 € ( digital) Constituciones d e A nderson ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐936941-‐6-‐6 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐26-‐8 / D L: M -‐23462-‐2009 1ª e dición, 2 008 -‐ P ágs.: 6 8 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 4 ,99 € ( papel)/2,99 € ( digital) Estatutos d e l os C anteros d e B olonia ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐936941-‐2-‐8 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐04-‐6 / D L: S E-‐6358-‐2009 1ª e dición, 2 008 -‐ P ágs.: 7 0 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 4 ,99 € ( papel)/0,99 € ( digital) Manuscrito R egius ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐936941-‐3-‐5 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937565-‐0-‐5 / D L: S E-‐3861-‐2009 1ª e dición, 2 008 -‐ P ágs.: 6 8 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 4 ,99 € ( papel)/0,99 € ( digital) Manuscrito C ooke Colección: S erie A zul ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐936941-‐4-‐2 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937392-‐5-‐6 / D L: A S-‐1520-‐2009 1ª e dición, 2 008 -‐ P ágs.: 6 8 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 4 ,99 € ( papel)/0,99 € ( digital) Manuscrito D umfries N º 4 ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐936941-‐5-‐9 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937392-‐6-‐3 / D L: S E-‐3863-‐2009 1ª e dición, 2 008 -‐ P ágs.: 7 2 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 4 ,99 € ( papel)/0,99 € ( digital) LIBROS PRÁCTICOS [serie Verde] Libro d e e stilo m asónico Autor: I gnacio M éndez-‐Trelles D íaz ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐05-‐3 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐09-‐1 / D L: M -‐26307-‐2010 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 4 02 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 7,99 € ( papel)/9,99 € ( digital) La C ocina M asónica Autor: P epe I glesias ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐937078-‐6-‐6 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐27-‐5 / D L: S E-‐3199-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 4 80 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 2 3,99 € ( papel)/9,99 € ( digital) A M ediodía e n P unto Autor: E duardo R omera M artín ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐941390-‐4-‐8 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐941390-‐5-‐5 / D L: A S-‐01327-‐2013 1ª e dición, 2 013 -‐ P ágs.: 1 80 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 9 ,99 € ( papel)/3,99 € ( digital) . 199 . Columna d e l a a rmonía Autor: H onorio M arcial ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐942692-‐7-‐1/ I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐942692-‐8-‐8 / D L: A S-‐02292-‐2014 1ª e dición, 2 014 -‐ P ágs.: 1 42 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 1,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) Términos S imbólicos d e l a M asonería Autor: A lbert F argas -‐ T raductora: C ristina C abrera ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐937565-‐9-‐8 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐02-‐2 / D L: S E-‐563-‐2010 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 2 52 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/9,99 € ( digital) Los R itos M asónicos Autor: M anuel R odríguez C astillejos ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐937565-‐3-‐6 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937565-‐4-‐3 / D L: S E-‐6482-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 2 70 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 6,99 € ( papel)/9,99 € ( digital) La S imbólica M asónica Autor: A dolf C olom M iralles ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐82-‐4 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐83-‐1 / D L: A S-‐02114-‐2012 1ª e dición, 2 012 -‐ P ágs.: 2 48 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/8,99 € ( digital) Mi p rimer p aso r egular e n E mulación Autor: F ernando L amarca ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐12-‐1 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐13-‐8 / D L: M -‐28021-‐2010 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 1 54 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/9,99 € ( digital) Un análisis del ritual masónico Autor: George Meredith Sanderson -‐Traducción y presentación: Manuel Corral Baciero ISBN (papel): 978-‐84-‐92984-‐55-‐8 / ISBN (digital): 978-‐84-‐92984-‐56-‐5 / DL: SE-‐6340-‐2011 1ª edición, septiembre 2011 -‐ Págs.: 142 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 11,99 € (papel)/5,99 € (digital) Las enseñanzas morales de la masonería Autor: JSM Ward -‐Traducción y presentación: Manuel Corral Baciero ISBN (papel): 978-‐84-‐92984-‐60-‐2 / ISBN (digital): 978-‐84-‐92984-‐61-‐9 / DL: SE-‐7224-‐2011 1ª edición, septiembre 2011 -‐ Págs.: 100 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 9,99 € (papel)/5,99 € (digital) Cuaderno d e I nstrucción M asónica I . G rado d e A prendiz ( Rito E scocés A ntiguo y Aceptado) ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐38-‐1 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐39-‐8 / D L: M -‐8470-‐2011 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 1 07 -‐ 1 76x116 m m -‐ P VP: 5 ,99 € ( papel)/3,99 € ( digital) Cuaderno d e I nstrucción M asónica I I. G rado d e A prendiz ( Rito E scocés A ntiguo y Aceptado) ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐76-‐3 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐77-‐0 / D L: A S-‐02113-‐2012 1ª e dición, 2 012 -‐ P ágs.: 1 18 -‐ 1 76x116 m m -‐ P VP: 5 ,99 € ( papel)/3,99 € ( digital) Catecismo M asónico d e I nstrucción. G rado d e A prendiz ( Rito E mulación) ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐937565-‐5-‐0 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937565-‐6-‐7 / D L: S E-‐6650-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 1 30 -‐ 1 76x116 m m -‐ P VP: 5 ,99 € ( papel)/3,99 € ( digital) Manual del Aprendiz Entrado (Ritual de Emulación) Autor: JSM Ward -‐ Traducción y presentación: Manuel Corral Baciero ISBN (papel): 978-‐84-‐92984-‐43-‐5 / ISBN (digital): 978-‐84-‐92984-‐44-‐2 / DL: SE-‐3715-‐2011 1ª edición, mayo 2011 -‐ Págs.: 140 -‐ 176x116 mm -‐ PVP: 7,99 € (papel)/4,99 € (digital) Manual del Compañero (Ritual de Emulación) Autor: JSM Ward -‐ Traducción y presentación: Manuel Corral Baciero ISBN (papel): 978-‐84-‐92984-‐45-‐9 / ISBN (digital): 978-‐84-‐92984-‐46-‐6 / DL: SE-‐3731-‐2011 1ª edición, mayo 2011 -‐ Págs.: 134 -‐ 176x116 mm -‐ PVP: 7,99 € (papel)/4,99 € (digital) . 200 . Manual del Maestro Masón (Ritual de Emulación) Autor: JSM Ward -‐ Traducción y presentación: Manuel Corral Baciero ISBN (papel): 978-‐84-‐92984-‐47-‐3 / ISBN (digital): 978-‐84-‐92984-‐48-‐0 / DL: SE-‐3711-‐2011 1ª edición, mayo 2011 -‐ Págs.: 172 -‐ 176x116 mm -‐ PVP: 7,99 € (papel)/4,99 € (digital) Manual de los Grados Superiores (Ritual de Emulación) Autor: JSM Ward -‐ Traducción y presentación: Manuel Corral Baciero ISBN (papel): 978-‐84-‐92984-‐49-‐7 / ISBN (digital): 978-‐84-‐92984-‐50-‐3 / DL: SE-‐3730-‐2011 1ª edición, mayo 2011 -‐ Págs.: 138 -‐ 176x116 mm -‐ PVP: 7,99 € (papel)/4,99 € (digital) RITUALES [serie Blanca] Ritual d el R ito E scocés A ntiguo y A ceptado -‐ P rimer G rado Rituales y C eremonias O ficiales d el R ito E scocés A ntiguo y A ceptado ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐18-‐3 / D L: M -‐26306-‐2010 1ª edición, 2009 -‐Págs.: 204 -‐ 176x116 mm -‐ PVP: 17,99 € (papel) Ritual d el R ito E scocés A ntiguo y A ceptado -‐ S egundo G rado Rituales y C eremonias O ficiales d el R ito E scocés A ntiguo y A ceptado ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐53-‐4 / D L: M -‐22139-‐2011 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 1 72 -‐ 176x116 m m -‐ P VP: 1 7,99 € ( papel) Ritual d el R ito E scocés A ntiguo y A ceptado -‐ T ercer G rado Rituales y C eremonias O ficiales d el R ito E scocés A ntiguo y A ceptado ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐54-‐1 / D L: M -‐22140-‐2011 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 2 34 -‐ 1 76x116 m m -‐ P VP: 1 7,99 € ( papel) Ritual d e E mulación -‐ P rimer G rado Rituales y C eremonias O ficiales d el R ito E mulación DL: S E-‐4581-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 1 64 -‐ 1 76x116 m m -‐ P VP: 1 7,99 € ( papel) Ritual d e E mulación -‐ S egundo G rado Rituales y C eremonias O ficiales d el R ito E mulación DL: S E-‐4612-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 1 40 -‐ 1 76x116 m m -‐ P VP: 1 7,99 € ( papel) Ritual d e E mulación -‐ T ercer G rado Rituales y C eremonias O ficiales d el R ito E mulación DL: S E-‐4581-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 1 44 -‐ 1 76x116 m m -‐ P VP: 1 7,99 € ( papel) Ritual d el R ito F rancés -‐ P rimer G rado Rituales y C eremonias O ficiales d el R ito F rancés ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐937565-‐7-‐4 / D L: S E-‐30-‐2010 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 1 60 -‐ 1 76x116 m m -‐ P VP: 1 7,99 € ( papel) Ritual d el R ito F rancés -‐ S egundo G rado Rituales y C eremonias O ficiales d el R ito F rancés ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐35-‐0 / D L: S E-‐757-‐2011 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 1 60 -‐ 1 76x116 m m -‐ P VP: 1 7,99 € ( papel) Ritual d el R ito F rancés – T ercer G rado Rituales y C eremonias O ficiales d el R ito F rancés ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐70-‐1 / D L: S E-‐895-‐2012 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 1 56 -‐ 1 76x116 m m -‐ P VP: 1 7,99 € ( papel) . 201 . Trabajos d e B anquete -‐ R ito F rancés M oderno ISBN ( papel): 8 4-‐937565-‐8-‐1 / D L: S E-‐32-‐2009 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 1 00 -‐ 1 76 x 1 16 m m -‐ P VP: 1 1,99 € ( papel) Ceremonia d e H onras F únebres y C eremonia d el R ecuerdo Ritos y C eremonias O ficiales DL: S E-‐4975-‐2009 1ª e dición, 2 010 -‐ P ágs.: 7 2 -‐ 1 76x116 m m -‐ P VP: 1 1,99 € ( papel) Ritual d e T enidas B lancas Ritos y C eremonias O ficiales ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐40-‐4 / D L: M -‐11806-‐2011 1ª EDICIÓN, 2009 -‐ PÁGS.: 104 -‐ 176 X 116 MM -‐ PVP: 11,99 € (papel) BIOGRAFÍAS [serie Negra] Cantinflas, el majo filantrópico Autor: Ángel R. Medina ISBN (papel): 978-‐84-‐943072-‐0-‐1/ ISBN (digital): 978-‐84-‐943072-‐1-‐8 / DL: AS 02300-‐2014 1ª edición, 2014 -‐ Págs.: 228 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 11,99 € (papel)/4,99 € (digital) Napoleón III: Emperador, revolucionario y masón Autor: Miguel Córdoba ISBN (papel): 978-‐84-‐92984-‐57-‐2/ ISBN (digital): 978-‐84-‐92984-‐58-‐9 / DL: SE-‐6931-‐2011 1ª edición, 2011 -‐ Págs.: 324 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 12,99 € (papel)/4,99 € (digital) ¿Quién fue Hiram Abif? Autor: JSM Ward -‐ Traductor: Manuel Corral Baciero ISBN (papel): 978-‐84-‐943072-‐7-‐0 / ISBN (digital): 978-‐84-‐943072-‐8-‐7 / AS 03542-‐2014 1ª edición, 2014 -‐ Págs.: 422 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 14,99 € (papel)/5,99 € (digital) Jean-‐Baptiste Willermoz, su obra Autor: Jean-‐François Var -‐ Traductor: Ramón Martí Blanco ISBN (papel): 978-‐84-‐941827-‐4-‐7 / ISBN (digital): 978-‐84-‐941827-‐5-‐4 / AS-‐01340-‐2013 1ª edición, 2013 -‐ Págs.: 139 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 11,99 € (papel)/4,99 € (digital) MASONERÍA VISUAL [serie Sepia] Una mirada a la Logia Textos: Javier Otaola – Ilustraciones: Sebastián Utreras ISBN (papel): 978-‐84-‐92984-‐64-‐0 / DL: SE-‐595-‐2012 1ª ed., enero 2012 -‐ Págs.: 180 -‐ 230x200 mm -‐ PVP: 24,99 € (papel, tapa dura) )/9,99 € (digital) LITERATURA [serie Amarilla] La I niciación d e M owgli Autor: G uillermo d e M iguel A mieva ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐941827-‐8-‐5 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐941827-‐9-‐2 / D L: A S-‐00351-‐2014 1ª e dición, 2 014 – P ágs.: 2 00 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 1,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) HAIKUS. P iedra y c incel Autor: E duardo R omera M artín ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐941827-‐6-‐1 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐941827-‐7-‐8 / D L: A S-‐01341-‐2013 1ª e dición, 2 013 – P ágs.: 1 72 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 9 ,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) . 202 . Sombras d e A cacia Autor: I lia G alán ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐62-‐6 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐63-‐3 / D L: S E-‐1337-‐2012 1ª e dición, 2 012 -‐ P ágs.: 1 78 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 9 ,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) El h ombre q ue p udo r einar Autor: R udyard K ipling – T raductor: J uan A ntonio E speso G onzález ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐942354-‐9-‐8 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐942629-‐0-‐2 / D L: A S-‐00362-‐2014 1ª e dición, 2 014 – P ágs.: 1 02 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 9 ,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) La c orona d orada Autor: R icardo S erna ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐942354-‐3-‐6 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐942354-‐4-‐3 / D L: A S 0 0357-‐2014 1ª e dición, 2 014 -‐ P ágs.: 2 64 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 2,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) Antología d e P oetas M asones Autores: J ohann W olfgang v on G oethe, R udyard K ipling, R ubén D arío y O scar W ilde ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐936941-‐9-‐7 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐28-‐2 / D L: S E-‐3879-‐2009 1ª e dición, 2 008 -‐ P ágs.: 1 98 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 7 ,99 € ( papel)/3,99 € ( digital) Alquimia o toñal Autor: G uillermo B own ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐62-‐6 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐85-‐5 / D L: A S-‐02116-‐2012 1ª e dición, 2 012 -‐ P ágs.: 1 02 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 8 ,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) El hombre que pudo reinar Autor: Rudyard Kipling. Prólogo y traducción: Juan Antonio Espeso González ISBN (papel): 978-‐84-‐942354-‐9-‐8 / ISBN (digital): 978-‐84-‐942692-‐0-‐2 / DL: AS 00362-‐2014 1ª edición, 2014 -‐ Págs.: 102 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 9,99 € (papel)/4,99 € (digital) Teatro en el Templo de Salomón Autor: Ilia Galán ISBN (papel): 978-‐84-‐940950-‐2-‐3 / ISBN (digital): 978-‐84-‐940950-‐3-‐0/ DL: AS-‐03997-‐2012 1ª edición, 2012 -‐ Págs.: 282 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 11,99 € (papel)/4,99 € (digital) La v ía d orada Autor: M anuel A rduino P avón ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐78-‐7 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐79-‐4 / D L: A S-‐02117-‐2012 1ª e dición, 2 012 -‐ P ágs.: 1 26 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 9 ,99 € ( papel)/5,99 € ( digital) El M uro d e P iedra Autor: A nselmo V ega J unquera ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐937078-‐0-‐4 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937078-‐1-‐1 / D L: S E-‐2364-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 2 28 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 2,99 € ( papel)/5,99 € ( digital) Diarios. La palabra perdida (Italia) Autor: Ilia Galán ISBN (papel): 978-‐84-‐92984-‐91-‐6 / ISBN (digital): 978-‐84-‐92984-‐92-‐3 / DL: AS-‐03990-‐2012 1ª edición, 2012 -‐ Págs.: 282 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 11,99 € (papel)/4,99 € (digital) Los m asones d e S an B las Autor: A nselmo V ega J unquera ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐937565-‐1-‐2 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937565-‐2-‐9 / D L: S E-‐5562-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 1 92 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 2,99 € ( papel)/5,99 € ( digital) El s ecreto d e A mparo Autor: A nselmo V ega J unquera ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐31-‐2 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐32-‐9 / D L: S E-‐6996-‐2009 1ª e dición, 2 009 -‐ P ágs.: 2 88 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 2,99 € ( papel)/5,99 € ( digital) . 203 . Pintar el crimen de los símbolos Autor: Ilia Galán ISBN (papel): 978-‐84-‐941899-‐7-‐5 / ISBN (digital): 978-‐84-‐941899-‐8-‐2 / DL: AS-‐01339-‐2013 1ª edición, 2013 -‐ Págs.: 130 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 9,99 € (papel)/3,99 € (digital) OTRAS PERSPECTIVAS [serie Púrpura] Holos. Interpretación oculta y holística de símbolos sagrados y cotidianos Autor: M anuel A rduino P avón ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐942354-‐7-‐4 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐942354-‐8-‐1 / D L: A S 0 0360-‐2014 1ª e dición, 2 014 -‐ P ágs.: 1 44 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 9 ,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) Los c anteros d e l as e strellas Autor: V íctor R odríguez-‐Gachs G arrido ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐942227-‐1-‐9 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐942227-‐2-‐6 / D L: A S-‐01343-‐2013 1ª e dición, 2 014 -‐ P ágs.: 1 84 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 1,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) Una l ámpara e n l a c ripta Autor: M anuel A rduino P avón ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐98-‐5 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐92984-‐99-‐2 / D L: A S-‐03993-‐2012 1ª e dición, 2 012 -‐ P ágs.: 1 16 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 9 ,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) El O ctavo M aestro Autores: J osé M aría S ánchez A lcón y E steban C ortijo P arralejo ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐942915-‐2-‐4 / I SBN ( digital): A S 0 3541-‐2014-‐7 / D L: A S 0 3541-‐2014 1ª e dición, 2 014 -‐ P ágs.: 2 96 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 4,99 € ( papel)/5,99 € ( digital) Raíces p aganas d el c ristianismo Autor: N icolás B rihuega B arba ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐942915-‐5-‐5 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐942915-‐6-‐2 / D L: A S 0 3546-‐2014 1ª e dición, 2 014 -‐ P ágs.: 1 54 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 1,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) Los T emplarios e n e l N uevo M undo Autor: W alter H uambachano I caza ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐80-‐0 / I SBN ( digital): 9 78-‐84-‐937392-‐81-‐7 / D L: A S-‐02118-‐2012 1ª e dición, 2 012 -‐ P ágs.: 6 8 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 6 ,99 € ( papel)/2,99 € ( digital) El Protector Autor: Ricardo E. Polo ISBN (papel): 978-‐84-‐92984-‐20-‐6 / ISBN (digital): 978-‐84-‐92984-‐21-‐3 / DL: SE-‐6112-‐2010 1ª edición, 2010 -‐ Págs.: 360 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 12,99 € (papel)/3,99 € (digital) OBRAS FACSIMILARES [serie Marrón] La F rancmasonería E spañola. E nsayo h istórico-‐crítico d e l a O rden d e l os F ranc-‐ masones e n E spaña d esde s u o rigen h asta n uestros d ías Autor: N icolás D íaz y P érez Edición f acsimilar d e M anuel C orral B aciero ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐942354-‐2-‐9 / D L: A S-‐00354-‐2014 1ª e dición, 2 014 -‐ P ágs.: 6 32 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 9,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) Libro d e O ro d e l a R espetable L ogia d e B eneficencia d e J osefina Estudio p reliminar: M anuel C orral B aciero ISBN ( papel): 9 78-‐84-‐92984-‐95-‐4 / D L: A S-‐03991-‐2012 1ª e dición, 2 012 -‐ P ágs.: 2 02 -‐ 2 10x140 m m -‐ P VP: 1 7,99 € ( papel)/4,99 € ( digital) . 204 . OBRAS INSTITUCIONALES [serie Naranja] ACTAS 2011 de la Respetable Logia de Estudios THEOREMA Autor: Logia de Estudios Theorema (Gran Logia Simbólica Española) ISBN (papel): 978-‐84-‐92984-‐59-‐6 / DL: SE-‐7109-‐2011 1ª edición, 2011 -‐ Págs.: 94 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 6,99 € (papel)/3,99 € (digital) CIMAS Libro de Aniversario 2002-‐2012 Autor: C# I# M# A# S# DL: AS-‐02119-‐2012 1ª edición, 2012 -‐ Págs.: 156 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 6,99 € (papel)/3,99 € (digital) OBRAS COLECTIVAS [serie Gris] Trabajos masónicos de referencia I. Aspectos generales de la masonería: 18 trabajos de Arquitectura Autor: Varios ISBN (papel): 978-‐84-‐92984-‐96-‐1 / ISBN (digital): 978-‐84-‐92984-‐97-‐8 / DL: AS-‐03994-‐2012 1ª edición, 2011 -‐ Págs.: 200 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 11,99 € (papel)/4,99 € (digital) Trabajos masónicos de referencia II. De la era de Newton al filosofismo masónico ac-‐ tual: cuatro siglos de Cadena de Unión. Autor: Varios. Coordinación: Adolfo Alonso Carvajal ISBN (papel): 978-‐84-‐943072-‐5-‐6 / ISBN (digital): 978-‐84-‐943072-‐6-‐3-‐8 / DL: AS 03540-‐2014 1ª edición, 2014 -‐ Págs.: 276 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 11,99 € (papel)/4,99 € (digital) De egipciaca [serie TURQUESA] Secreta Scala Artis. Las enseñanzas de Knum I Textos: José Miguel Jato Agüera ISBN (papel): 978-‐84-‐942888-‐5-‐2 / ISBN (digital): 978-‐84-‐942888-‐6-‐9 / DL: AS 02297-‐2014 1ª edición, 2014 -‐ Págs.: 202 -‐ 210x140 mm -‐ PVP: 11,99 € (papel)/4,99 € (digital) El cuadrante del despertar. Una práctica incoherista Textos: Rémi Boyer. Traductor: José Miguel Jato Agüera ISBN (papel): 978-‐84-‐942692-‐9-‐5 / ISBN (digital): 978-‐84-‐942888-‐2-‐1 / DL: AS-‐02294-‐2014 1ª edición, 2014 -‐ Págs.: 116 -‐ 160x160 mm -‐ PVP: 9,99 € (papel)/4,99 € (digital) . 205 . REVISTA CULTURA MASÓNICA [ISSN: 2171-1968 / DL: SE-‐6062-‐2009] CULTURA M ASÓNICA N º 1 Los documentos antimasóni-‐ cos Año I -‐ Noviembre 2009 Págs.: 86 -‐ PVP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 4 Masonería y l iteratura Año II – Julio 2010 Págs.: 130 -‐ PVP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 7 El D erecho H umano Año I II – A bril 2 011 Págs.: 8 4 -‐ P VP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 2 El R ito F rancés e n e l m undo Año II – Enero 2010 Págs.: 132 -‐ PVP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 5 Masonería y m ujer Año I I – O ctubre 2 010 Págs.: 1 64 -‐ P VP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 3 Masones y c ristianos Año II – Abril 2010 Págs.: 142 -‐ PVP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 1 4 Masonería y p olítica Año V – E nero 2 013 Págs.: 2 14 -‐ P VP: 7 € CULTURA M ASÓNICA N º 6 Masonería y f ilosofía Año I II – E nero 2 011 Págs.: 1 26 -‐ P VP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 9 El R ito E scocés A ntiguo y Aceptado Año I II – O ctubre 2 011 Págs.: 1 44 -‐ P VP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 1 2 La F rancmasonería y l a Constitución d e C ádiz Año I V – J ulio 2 012 Págs.: 1 38 -‐ P VP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 1 5 El G ran O riente d e F rancia Año V – J ulio 2 013 Págs.: 1 52 -‐ P VP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 1 6 Especial D aniel B eresniak Año V I – E nero 2 014 Págs.: 1 82 -‐ P VP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 1 7 El R ito d e E mulación Año V I – A bril 2 014 Págs.: 1 86 -‐ P VP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 1 8 Masonería E gipciaca Año V I – J ulio 2 014 Págs.: 1 46 -‐ P VP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 1 9 II R epública E spañol y m a-‐ sonería Año V I – O ctubre 2 014 Págs.: 2 08 -‐ P VP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 2 0 El c orazón c ívico y s imbólico del R ito E scocés Año V II – E nero 2 015 Págs.: 2 08 -‐ P VP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 1 0 Masonería y n uevas t ecno-‐ logías Año I V – E nero 2 012 Págs.: 1 24 -‐ P VP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 1 3 El m étodo m asónico Año I V – O ctubre 2 012 Págs.: 1 14 -‐ P VP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 8 Masonería y M úsica Año I II – J ulio 2 011 Págs.: 1 38 -‐ P VP: 5 € CULTURA M ASÓNICA N º 1 1 Masonería y R eligión Año I V – A bril 2 012 Págs.: 1 66 -‐ P VP: 5 € . 206 . . 208 .
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