seminario de Generación de Formas Plásticas del Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid (1968). Este Centro tuvo un valor importante en ese momento histórico por su contenido y por el alcance posterior de dichas experiencias artísticas que dieron lugar al “Net.art” en nuestro país. 211 III PARTE: LA PERCEPCIÓN SOCIOARTÍSTICA DEL CONCEPTO “MUJER”, A TRAVÉS DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS, EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE LOS AÑOS 80 Y 90 DEL S. XX. Capítulo 13.- LA MUJER EN EL ARTE FRENTE AL RETO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Con La Mujer en el Arte frente al reto de las Nuevas Tecnologías queremos aproximarnos a la influencia de las nuevas tecnologías en el Arte hecho por mujeres desde finales de los años sesenta a la actualidad. A lo largo de los años sesenta, fruto de una labor que se ha ido elaborando en el transcurso del último siglo, surge con mayor fuerza la reivindicación del colectivo de las mujeres, asociado con el movimiento feminista. Su lucha y su grito se une al de otros colectivos en lo que se denomina el movimiento contracultural, que pone en entredicho los cimientos de una cultura establecida, dictada, marcada, fijada y extremadamente normativa. Una de las características de los movimientos contraculturales es el de la provocación mediante la acción y la imagen, utilizando para ello elementos de los medios de comunicación de masas que resultan ser más cercanos al público en general. Otra característica es que también desean llegar a un receptor mucho más amplio, en una época de crisis política y económica 47, poniendo de manifiesto y tomando conciencia de estos momentos y por las sucesivas protestas contra la guerra del Vietnam, las manifestaciones estudiantiles, la lucha de los derechos civiles o las reivindicaciones de grupos hasta ahora relegados, como la población negra (Aliaga: 2004, 61). Además, las estructuras patriarcales que han regido la sociedad occidental desde hace siglos se tambalean con la puesta en cuestión de sus verdades universales, siendo una de ellas la posición de la mujer en la sociedad. Junto a esta expansión del mensaje 47 La pérdida de la hegemonía económica norteamericana que llevó a la crisis del dólar en 1971 y al fin del sistema de Bretton Woods. Los Acuerdos de Bretton Woods son las resoluciones de la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, realizada en el complejo hotelero de Bretton Woods (Nueva Hampshire), entre el 1 y el 22 de julio de 1944, donde se decidió la creación del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional y el uso del dólar como moneda internacional. 212 encontramos otra característica que creemos capital a la hora de plantear la cuestión: la voz de la mujer ya no es solamente la de sus ideólogas, la de aquéllas que han destacado aisladamente en alguno de los campos de las ciencias, las letras o la política, sino que los nombres propios dejan paso al rostro femenino, a la imagen de la mujer, sin olvidar que el movimiento se centra en el entorno urbano nacido de la revolución industrial. La voz común pone en evidencia la marginación sufrida por la mujer en el ámbito público (en la política, en la economía, en la cultura y en el arte) que le relega al área privada, confinándola al cuidado del hogar y a la procreación u otorgándole el único valor laboral fuera del hogar como mera mano de obra poco cualificada. En estos años, la vinculación con la tecnología seguía siendo una cuestión maquinal, casi simbiótica. Mujer y máquina eran entendidas como piezas reproductoras en manos de una cultura patriarcal, dominadora y cerrada. Es cierto que la mujer se vale de la máquina, del progreso tecnológico, como instrumento de ayuda en sus labores, ya sean domésticas o fuera del hogar, pero ambas no son vistas más que como piezas de una cadena de producción: ruedas, engranajes, motores, teclas, cintas, correas... Todo nos hace pensar en un círculo cerrado, con un sonido ambiental monótono y repetitivo, lo que nos lleva al eterno retorno que aniquila y niega la creación, y la persona. Pero el sistema establecido siente que ya hace suficiente donando al género femenino todos estos objetos: la lavadora, la secadora, la aspiradora, la plancha, la máquina de coser o la máquina de escribir. Al mismo tiempo, en el terreno artístico esta situación social se refleja con el surgimiento, en los años setenta, de un arte de carácter femenino, a través del cual la mujer crea su propio discurso desde una visión personal y comienza sus primeras aproximaciones al uso de la tecnología con nuevas técnicas como el fotomontaje 48. Más tarde, en la década de los ochenta, a la lucha del movimiento posfeminista se le incorporan nuevos colectivos igualmente 48 Técnica gráfica de expresión artística consistente en formar una nueva obra con trozos de fotografías y materiales ya impresos. Como arte nació hacia los años veinte del siglo XX de la mano de los dadaístas. En España, Josep Renau fue uno de sus maestros. 213 minoritarios, lo que vino a denominarse el “arte de género”, en el que muchas de estas artistas hacen ya uso pleno de la fotografía y la vídeo-creación. Desde los noventa hasta la actualidad, la mujer se muestra en su feminidad más “pura” y ya utiliza los nuevos medios que mejor le sirven para establecer su propio lenguaje, el más adecuado con los contenidos que quiere transmitir; y esto ocurre casi a la par con el hombre en el caso del “netart”. De esta forma, podemos distinguir estos tres momentos citados, aunque de una manera flexible, pues podemos encontrar una misma artista coexistiendo en las diferentes etapas. Seguidamente pasaremos a analizar cada uno de los periodos citados. La década de los setenta. El esencialismo. En la década de los setenta las mujeres veían la tecnología como un elemento de emancipación, que les ayudaría a liberarse de sus tareas domésticas e incorporarse al mundo del trabajo. A su vez, el movimiento feminista se centró en la búsqueda de una esencia común de todas las mujeres, destacando su constitución biológica como la que las determina y las hace diferentes, centrándose en su cuerpo y en sus procesos vitales (Martín: 2000, 153-154). Es lo que se llamó una visión “esencialista”. Destacan aquellas artistas que en sus obras plasman temas propios del universo femenino, tanto de su cuerpo y de su sexualidad, así como aquellos temas que se han establecido como roles del mundo femenino (Mayayo: 2003, 109), representándose mediante la utilización del icono y la metáfora en los que el concepto y la idea priman sobre el virtuosismo técnico (Mayayo: 2003, 94-95). Un ejemplo representativo lo constituye la obra de Judy Chicago (1939) que, con The dinner party 49, instala una mesa en forma triangular (símbolo de la igualdad y de la feminidad) de grandes dimensiones, con un total de 39 cubiertos repartidos que están dedicados cada uno a una famosa mujer (de la mitología como las diosas Isis, Artemio o Ishtar; personajes de la literatura como la escritora del siglo XV Christine de Pizan o, del siglo XIX, como Virginia Woolf o Natalie Barney; figuras históricas como la reina egipcia Hatshepsut o la 49 La cena festiva. Instalación, técnica mixta, 1440 x 1290 x 90 cm, de 1974 a 1979. 214 emperatriz bizantina Teodora...) y 999 nombres de mujeres (artistas y escritoras como Romaine Brooks, Radclyffe Hall o Gertrude Stein…) escritos en el suelo (Heritage floor), en unos azulejos en los que se apoya dicha mesa. Es esta una obra tremendamente simbólica que denuncia el papel asignado a la mujer de preparar la comida y servirla en la mesa, haciendo una analogía entre lo femenino y la comida, siendo esto lo único que, en definitiva, la representa sin valorar las grandes aportaciones realizadas por muchas de ellas. Este trabajo se expuso por primera vez en el San Francisco Museum of Art (1979) con gran éxito y se seguiría mostrando más tarde dentro de U.S.A., en Houston, Brooklyn, Boston, Cleveland, Chicago y, en el extranjero, en Australia y en Gran Bretaña, de 1988 a 1996 donde permaneció sin ser exhibida. Esta obra se inspiró en el ensayo, Una habitación propia (1929), de Virginia Woolf, en el que ya se reivi ndicaba la necesidad de crear un espacio propio y referencial para la mujer (Mayayo: 2003, 72-77). Otra muestra significativa es el proyecto artístico colectivo de la escuela CarlArts50, denominado Womanhouse51, que gira en torno a la relación entre la biología y los roles sociales (Martín: 2000, 157). En él, las artistas acondicionan una casa abandonada (limpiándola, pintándola, decorándola...), como parte del proceso creativo y realizan diversas actividades y performances: The cock and cunt play52, en la que se recreaba las discusiones entre las parejas, hombremujer; y Waiting53, donde se plasma la pasividad asignada al rol femenino... También desarrolla instalaciones como Natural Kitchen54, en la que se plantea el tema de la alimentación en la cocina y se muestra cómo la madre da de 50 La California Institute of the Arts de Valencia, Los Ángeles, U.S.A. Se crea por las artistas Judy Chicago y Miriam Schapiro entre 1971 y 1975 y proviene del programa feminista de arte de la Universidad de Fresno, aunque se traslada a la Universidad de Los Ángeles por tener más infraestructura. 51 Consistente en una serie de instalaciones, celebradas del 30 de enero al 28 de febrero de 1972 en Los Ángeles. 52 Su titulo literalmente traducido es, por burdo que parezca, La obra de la polla y el coño (1972), de Judy Chicago. 53 Esperando (1972), de Faith Wilding. 54 Cocina nutricia (1972), de técnica mixta, es realizada por Susan Frazier, Vicki Hodgetts y Robin Weltsch. 215 comer, y como The Menstruation Bathroom55, en la que se reflexiona sobre la cuestión de la menstruación... Todas estas obras reflejan la finalidad exclusiva de la mujer: el hogar y la reproducción (Aliaga: 2004, 55). Otra característica de esta época es que las artistas hacen alusión a las formas artesanales tradicionales femeninas, realizadas con materiales y técnicas que han sido infravalorados por entenderlos propios de sus labores, como es el bordado, el macramé... arte que vino a denominarse “Pattern and Decoration” y que puso en entredicho los conceptos de Arte y artesanía (Aliaga: 2004, 59). Entre sus representantes destacan, entre otras, Miriam Schapiro (1923), Jackie Winsor (1941), Louise Bourgeois (1919) y otras artistas de décadas sucesivas como Rosemarie Trockel (1952), Paula Santiago (1969), Silvia Gai (1959) y Regina Frank (1965). También en este periodo hay mujeres que forman colectivos artísticos como WCA (Women´s Caucus for Art) (1972), WIA (Women in the Arts) (1972) o FAW (Feminist Art Workers) (1973), que denuncian, a través de su trabajo, la situación que sufren y su exclusión en el arte. Además, las artistas empiezan a experimentar y a trabajar con los nuevos soportes que van a formar parte del arte, a través de los cuales se realiza una crítica política que reflexiona sobre el papel asignado a la mujer en la cultura patriarcal. Es el caso de las artistas que realizan performances destinadas a ser plasmadas exclusivamente en fotografía o en vídeo, como la acción de Ulrike Rosenbach (1943) ¿No pensará que soy una amazona?56, que plasma los roles y comportamientos asignados a la mujer en la sociedad patriarcal; o Baile para una mujer57, en el que se ve cómo la artista, vestida con grandes faldas blancas, gira alrededor de sí misma al ritmo del vals Ich tanze mit Dir in den Himmel hinein (“Me dedico de cielo para adentro”) hasta caerse por perder el equilibrio; o el fotomontaje Tron 55 El cuarto de baño de la menstruación (1972), instalación con técnica mixta realizada por Judy Chicago. 56 ¿No pensará que soy una amazona? (1975), es una performance en cinta de vídeo, en blanco y negro, con sonido, de 15 minutos de duración. 57 Baile para una mujer (1975), es un vídeo en blanco y negro con sonido, de 12 minutos. 216 (Amputee)58 de Martha Rosler (1947), que pertenece a una serie en la que se contraponen imágenes de la guerra del Vietnam de la revista “life” con las casas típicas del estilo americano; y, finalmente, la vídeo creación, Semiotic of the kitchen59, de esta última artista -cuyo trabajo se desarrollará plenamente en la siguiente década-, en la que se da otro significado a los utensilios de cocina transformándolos en elementos de liberación para la mujer (Mayayo: 2003, 134-135); o SOS Starification object series60, de Hannah Wilke (1943-1993), que muestra las exigencias de belleza a la que la mujer debe estar sometida, posando la propia artista desnuda de cintura para arriba, cubierta de chicle y adoptando formas femeninas como escarificaciones (Aliaga: 2004, 61). La década de los ochenta. El construccionismo En la época de los ochenta nos encontramos ante el pensamiento “posestructuralista” que revisa la idea de sujeto. Al feminismo le preocupan las estrategias de representación y se centra en los conceptos que conlleva el ser mujer como resultado de un proceso constructivo social en constante redefinición. Se toma como referencia a pensadores posetructuralistas tales como Michel Foucault 61 o Jacques Lacan62. Este último afirma que la diferencia sexual depende de lo social y no del género, haciendo suya la afirmación de Simone de Beauvoir, expresada en su obra El segundo sexo, de que “la mujer 58 Tron (amputada), es un fotomontaje de 72 x 60cm, perteneciente a la serie Bringing the war back home (Trayendo la guerra a casa), (1969-72). 59 Semiótica de la cocina (1975), vídeo. 60 Serie de objetos sobre la escarificación y el estrellato, 28 fotografías en blanco y negro, entre 1974-1979. 61 Michel Foucault (1926- 1984), psicólogo. En su obra, La historia de la sexualidad. La voluntada del Saber v.1 de 1976, en relación a la sexualidad, concibe el discurso sexual y la libertad sexual "lograda" en las últimas décadas (o sencillamente deseada por aquellos que defienden la libertad) como un dispositivo falso que pretende distraer de lo que debe ser verdaderamente objeto de lucha en nuestra sociedad: el control sobre nuestros propios cuerpos, sobre nuestros deseos y pasiones: la destrucción del bio-poder. 62 Jacques Lacan (1901-1981), psicoanalista. En su obra, Los escritos de 1966, que recoge los seminarios que ofreció desde 1953 a 1963 en el hospital Saint-Anne, hablan de sexualidad y teoriza sobre la constitución del sujeto sexuado a través de los mecanismos de socialización y adquisición del lenguaje. 217 no nace, se hace” (Beauvoir: 1998, 13). Así, dentro del pensamiento feminista se inscribe la corriente denominada “construccionismo”, que incide en el elemento cultural. Las artistas muestran esta nueva visión principalmente a través de dos recursos: la ironía, que permite imitar con humor situaciones de la realidad que son estereotipadas, de modo que “a través de la utilización de la imagen femenina se ironizan estereotipos, máscaras y corsés, y se vive el cuerpo desde su experiencia como mujeres” (Cao: 2000, 41); y la apropiación o simulación, que utiliza como objeto artístico elementos descontextualizados de la vida cotidiana (Aliaga: 2003, 81). Además, realizan su denuncia social deconstruyendo los roles tradicionales que son reforzados por las estrategias de la cultura de masas. Entre otras artistas destacaron Mary Kelly (1941), con su obra Post Partum Document63, que plasma la idea de la maternidad como una representación más social y no biológica, que muestra la evolución de los primeros años de un bebé (su hijo) y la angustia de una mujer (ella) durante el período de destete, a través de una serie de imágenes y de documentos como pañales, papeles, un diario y sonidos de balbuceo, hasta los primeros seis años del niño (Patricia Mayayo: 2003, 113-115). Cindy Sherman (1954), por su parte, pone de manifiesto, con Untitled # 93 64, el papel social femenino asociado a las imágenes de los mass-media y las estrategias de representación (Rocío de la Villa: 2002, 99). Barbara Kruger (1945) y Jenny Holzer (1950) dominan lo textual y los recursos publicitarios, si bien con diferencias. Si la primera utiliza la confrontación de textos e imágenes fotográficas, como sucede en la obra Untitled (Your body is a battleground)65, la segunda, sirviéndose de las estrategias propias de los soportes publicitarios urbanos, realiza su denuncia 63 Documento post-parto. Proyecto dividido en 6 secciones, desarrollado entre 1973 y 1979, muy ligado al arte minimal. 64 Sin título nº 9 (1991), es una fotografía, perteneciente a su serie Centerfolds (Páginas centrales ), (1991). 65 Sin titulo (Tu cuerpo es un campo de batalla), serigrafía sobre vinilo, 61 x 61 cm, 1989. Obra que fue utilizada como cartel para la manifestación proabortista (1989) en el mandato de Bush padre que quiso abolir, sin éxito, dicho derecho de las mujeres. 218 con listas de frases, muchas de ellas alusivas a la mujer, situados en paneles electrónicos luminiscentes, lo que ocurre por ejemplo en Expiring for love is beautiful but stupid66 o en Torture is barbaric67. Catherine Opie (1961), a través de sus series fotográficas dedicadas a drag king, exhibe travestis y transexuales, destacando su autorretrato Pervent. Nan Goldin (1953), mediante su trabajo The ballad of sexual dependency68, muestra su bisexualidad sin reparos y la importancia de lo emocional, tanto en las mujeres como en los hombres, rompiendo los limites entre lo público y lo privado (Juan Vicente Aliaga: 2003, 81-84). El colectivo de mujeres artistas Guerrilla Girls (1985), utiliza todo tipo de medios y cuestiona al mundo del arte, en especial su sexismo, racismo y tráfico de influencias. Finalmente, otras artistas importantes y que fueron ya precursoras en los setenta en la utilización del vídeo, junto a otros medios creativos, se asientan en este periodo convirtiéndose en el mejor soporte para sus obras. Estos son los casos de los trabajos de Dara Birnbaum (1946) que, con Tecnology Transformation: Wonder Woman69, pone en evidencia el modo de representación de la mujer, y que, con Pop-pop vídeo: Kojak/Wang70, a través del collage de distintas imágenes de series populares de televisión muestra los estereotipos de la sociedad patriarcal. Igualmente es lo que sucede con Marie-Jo Lafontaine (1950) que, con Sicilian Opening71, filma tres historias distintas, una lucha de gallos, una partida de ajedrez y un entierro, en las que se enfrentan la vida y la muerte –fuerzas opuestas- con una gran tensión. En esta década de los ochenta se evidencia igualmente la imposibilidad de poder construir una única e íntegra identidad, lo que en términos generales conduce a la crisis del sujeto que se manifiesta en el cuerpo. Además, todo esto está unido a una sociedad donde cada vez más se imponen la ciencia y 66 Esperar al amor verdadero es hermoso pero estúpido, de la serie Truisms (Truismos), (1994). 67 La tortura es una barbarie, de la serie Truisms (Truismos), (1994). 68 Cardenales forma de corazón (1980), fotografía en color, que forma parte de una instalación compuesta también por diapositivas y temas musicales. 69 Transformación tecnológica: lo deseado por la mujer. Vídeo en color con sonido de 2,37 min. 70 Pop-pop video: Kojak/Wang (1980), vídeo en color con sonido, 4 minutos. 71 La abertura siciliana (1986-1992) , en vídeo. 219 Anterior Inicio Siguiente
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