Consigna para el trabajo en Círculo de Estudio: ¿Cómo podemos encarnar el mensaje de Swami? “Aham Brahmasmi” “Yo Soy Brahman” Brindavan, 27 de Mayo de 1992 ( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 25 cap. 18 ) [...] “Ustedes son lo que son, y no otra persona. Ya sea un mendigo o un millonario, un pandit o un ignorante, un niño o un anciano, un hombre o una mujer, cuando se presentan, todos usan la palabra “Yo”, “Yo”, “Yo” (Nenu, en telugu). Si las aves y los animales pudieran hablar, ellos se describirían a sí mismos así: “Yo soy un gato, yo soy un mono, yo soy un perro”, y demás. Así, el “Yo” se encuentra en todas partes. El cosmos está basado en la conciencia del “Yo”. “Yo” no es solo la base, es la misma forma del cosmos. ¿Dónde se ha originado este “Yo”? De hecho, no tiene origen. Es un principio que existe en todos los seres, en todos los tiempos. “Yo” es la encarnación del Atma Si analizamos el mundo fenoménico, podemos ver que términos como “tú”, “él” y “nosotros” llegaron a existir solo después del vocablo “Yo”. ¿Qué es este “Yo”? Es la encarnación del Atma. Así, surge naturalmente la pregunta “¿Quién eres tú?”. Esta pregunta ha de ser analizada con profundidad. Uno se separa a sí mismo de todos los objetos físicos. El cosmos entero está formado por dos elementos: “Esto” y “Yo”. “Esto” se refiere a lo que es visto (Dhrisyam). “Yo” es el que ve. Decimos “esto es una mesa”, “esto es un auditorio”. No podemos referirnos a ningún objeto sin usar primero la palabra “esto”. Al usar la palabra “esto”, queda claro cuál es el objeto particular al que se hace referencia. Así, el principio del “Yo” lo penetra todo. Las personas se pueden llamar a sí mismas por diferentes nombres, pero lo que es común a todas ellas es el concepto del “Yo”. La primera palabra en el universo fue “Yo”. Aham (“Yo”) es el primer nombre del Señor. “Aham Brahmasmi”. Aham viene primero, y Brahma, después. Esto significa que Aham es el nombre del Señor. Por lo tanto, en todos, el término “Yo” está siempre presente. Eliminen el Anatma para permitir que brille el Atma Hoy el hombre realiza diversos ejercicios espirituales. Éstos son de nueve clases: escuchar las alabanzas de Dios, cantar las glorias de Dios, recordar el nombre del Señor, adorar los pies del Señor, servicio al Señor, postración, adorar el ídolo del Señor, cultivar amistad con el Señor y entrega completa del ser al Señor. Las personas creen que estas nueve formas de devoción tienen el propósito de realizar el Atma. Esto es un error. El objetivo de estas formas de adoración es eliminar el Anatma (aquello que no es el Atma). Cuando se elimina el Anatma, el Atma brilla por sí misma, así como el carbón encendido se ve cuando se quitan las cenizas y el sol se percibe cuando las nubes se alejan. El Atma es omnipresente. Solo si se la confina a un lugar, tendrán que buscarla. No obstante, el Atma está presente en todas partes. Cuando quieren experimentarla, tienen que librarse del Anatma que la envuelve. ¿Qué son Atma y Anatma? En realidad, no existe algo así como Anatma. Anatma es meramente la incapacidad de percibir al Atma. Por ejemplo, he aquí una luz que brilla. Mientras la luz brille, ustedes no tendrán oscuridad. Cuando apagan la luz, hay oscuridad. ¿De dónde provino la oscuridad? No vino de ninguna parte. La simple ausencia de luz produjo la oscuridad. 1 Cuando hay luz, la oscuridad se va. Por lo tanto, la oscuridad es simplemente la ausencia de luz. Mientras uno no experimente Atmabhava, estará inmerso en Anatma. Cuando se experimenta el Atma, el sentimiento de Anatma desaparece. La mente aleja a los hombres del Atma Como el hombre ha perdido la visión del Atma, se halla atrapado en el Anatma Bhava (los caprichos de la mente). Esto es como depender de la luz de la Luna cuando el Sol no brilla. Al olvidar la refulgencia del Sol (el Atma), el hombre depende de la mente, que es como la Luna que refleja la luz del Sol. Todas las prácticas espirituales que hoy realiza la gente están relacionadas solo con la mente. Esto es incorrecto. Al seguir ciegamente ciertas prácticas de transición, las personas han sucumbido a la falta de paz. Cuando uno indaga en la naturaleza del “Yo”, descubre que el “Yo” es la entidad omnipresente en cada ser viviente. Ésta es la verdad que expresa la declaración Védica “Aham Brahmasmi” (“Yo soy el Ser Supremo”). Algunas personas pueden preguntarse si es suficiente meditar en “Aham Brahmasmi”. Se puede hacer, pero cuando uno medita en esa declaración, tiene que comenzar con la comprensión del “Yo”; luego comprenderá a Brahmán. Órenle a Dios diciendo: “Yo soy Tú y Tú eres yo” Hay una plegaria dirigida a Dios en la que a Dios se lo describe como madre, padre, hermano, amigo y todo lo demás. Ésta no es la forma correcta de adorar a Dios. Este tipo de plegaria ata al hombre a las relaciones mundanas. En lugar de mencionar estas múltiples relaciones, una manera más simple de describir la relación entre el hombre y Dios es decir: “Yo soy Tú y Tú eres yo”. La divinidad inherente en el hombre deber considerarse una sola y no muchas. Toda la variedad de nombres y formas que uno percibe son creaciones de la mente y están destinadas a desaparecer. Si ustedes y la Divinidad son uno, ¿qué necesidad hay de buscar a Dios? Solo un tonto va en busca de sí mismo. Libérense de la identificación con el cuerpo Tienen que comprender que hay dos elementos en un ser humano: uno es el Atma, y el otro es Anatma (uno es el Morador Interno en el cuerpo y el otro es el cuerpo). Uno es el Kshetra (el campo), y el otro es Kshetrajna (el Conocedor del campo). Como en una moledora, una piedra está firme e inamovible, mientras que la otra puede moverse; solo cuando ambas se combinan, puede realizarse algo. El cuerpo debe considerarse un instrumento. Solo entonces uno se podrá librar gradualmente de la identificación con el cuerpo. El hombre está aumentando permanentemente los apegos relacionados con el cuerpo. Debido a estos apegos e ilusiones, el principio del ego se infla. A medida que crece el sentido del ego, las aspiraciones espirituales se debilitan. Sin embargo, el Espíritu no puede declinar. Lo que ocurre es que se desvanece la visión del Espíritu (el Atma). Esto implica que debe realizarse un esfuerzo constante por controlar los impulsos del cuerpo. La Divinidad es solo una. Los nombres que recibe Dios –como Rama y Krishna– no son tan importantes. El nacimiento es un incidente, como darle un nombre a alguien que nace. La vida misma es un interludio. Sin embargo, en este interludio artificial de la vida hay un principio Átmico eterno. Se lo debe convertir en la base de la vida. Solo entonces puede comprenderse la Realidad. [...]” Sri Sathya Sai Baba. 2
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