¿Qué aportan los cuentos a mi hijo/a? • Los cuentos infantiles satisfacen y enriquecen la vida interna de los niños: esto es debido a que los cuentos se desarrollan en el mismo plano en el que se encuentra el niño, respecto a aspectos psicológicos y emocionales, lo que le ayuda a estimular su imaginación, desarrollar su inteligencia y clarificar sus emociones; le ayuda también a reconocer sus conflictos y le aporta soluciones a los problemas que le inquietan. • Los cuentos aportan a la imaginación del niño nuevas dimensiones a las que le sería imposible llegar por sí solo: el niño necesita que le demos la oportunidad de comprenderse a sí mismo. Los cuentos generalmente proporcionan seguridad al niño porque le dan esperanzas respecto al futuro por cuanto mantienen la promesa de un final feliz. Al mismo tiempo, ofrecen soluciones a los conflictos del niño, ya que sus contradicciones internas son representadas y expresadas mediante los personajes y las acciones de la historia. • Los cuentos ayudan al niño a vencer presiones internas que lo dominan: el niño podrá empezar a aceptar y comprender sus ideas y sentimientos contradictorios cuando, por ejemplo, todos sus pensamientos llenos de buenos deseos se expresen a través de un hada buena; sus impulsos negativos a través de una bruja maléfica; sus miedos a través de un lobo; sus celos a través de unas hermanastras crueles, etc. Al identificarse con los personajes empiezan a experimentar sentimientos de justicia, fidelidad, amor, valentía, etc. • Los cuentos favorecen las relaciones interpersonales: esto sucede cuando “contamos” y no cuando “leemos” un cuento. Es preferible que contemos cuentos a nuestro hijo en vez de leérselos porque así podemos intervenir como narradores en la historia y nuestro hijo como oyente. Además se fortalece el vínculo padre-hijo. • Los cuentos transmiten mensajes educativos y valores morales importantes y ayudan a los niños a superar las dificultades con las que se encuentran. De ahí que a veces el niño insista en la repetición del mismo cuento, porque necesita acabar de captar el mensaje que ese cuento le transmite y la solución que ofrece a su propia problemática. • Los cuentos proporcionan confianza: los cuentos tradicionales (Caperucita, los Tres Cerditos, Blancanieves, etc.) hacen surgir en el niño la esperanza de que los episodios más o menos desafortunados o desgraciados de su vida irán disminuyendo de intensidad y acabarán por desaparecer. Es precisamente su final feliz lo que hace de estos cuentos una narración muy adecuada para ser contada por la noche, pues ayuda a nuestro hijo a dormir apaciblemente, ya que parece prometerle que el sueño que está próximo, al igual que el cuento, acabará bien. JUNTA DE EXTREMADURA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN CIENCIA Y TECNOLOGÍA Dirección Provincial de Badajoz Equipos de Atención Temprana Cómo contar un cuento Grupo de trabajo EATs - Curso 2005/06 C.P.R. Mérida Algunos consejos a la hora de contar un cuento: “Cogemos el cuento. Lo abrimos. Primera página. "Érase una vez...". Segunda página. Seguimos leyendo. Un poco más deprisa porque ya es tarde y queremos acabar pronto. Última página. "Ya está. Se ha acabado". Cerramos el cuento y nos disponemos a dar un beso de "buenas noches" a nuestro hijo. Con un mohín en su cara nos dice: "Así no se cuenta". "¿Cómo que así no se cuenta?". Pues no. Francamente, deberíamos esmerarnos un poco. ¿Y si envolvemos la narración con algunos recursos expresivos? ¿Por qué no nos sumergimos en la historia y dejamos fascinado a nuestro hijo con las aventuras que le contemos? ¿Sabemos hacerlo?” Contar un cuento a nuestro hijo es como poner en funcionamiento cientos de piezas de un precioso mecanismo. Somos incapaces de explicar cómo o por qué funciona pero nos maravilla. Del mismo modo, la conexión que se establece entre un adulto que cuenta un cuento y un niño que lo escucha tiene algo de mágica, pero es difícil explicar cuál es el misterio de esa unión que se establece entre ambos. Muchos de nosotros somos narradores en potencia y, sin embargo, nos limitamos a leer una y otra vez aquellos cuentos de los que va haciendo acopio nuestro hijo, con un entusiasmo e interés que va decayendo por las dos partes. Posiblemente esto ocurre porque nos faltan recursos, principalmente expresivos. Porque intuimos que hay algo que va más allá del relato, pero no sabemos qué es ni cómo presentárselo a ese niño que nos mira con la cabeza ladeada, agrandando los ojos y dibujando una inmensa sonrisa, dispuesto a convertirse en héroe, aventurero o mago y esperando que seamos nosotros los que le mostremos cómo hacerlo. En ese caso, aquí van algunos consejos que, cuando menos, mantendrán viva la ilusión y la atención de vuestro hijo. Para que la próxima vez que os pida "¿me cuentas un cuento?", sintáis que se acerca ese momento maravilloso que estabais esperando. ••• C C o n o o p n d u n o m Co on no occceeerrr o o aaap prrreeen nd deeerrrssseee eeelll cccu ueeen nttto o::: aaannnttteeesss dddeee qqquuueee nnnuuueeessstttrrrooo hhhiiijjjooo nnnooosss pppiiidddaaa qqquuueee lle lee eeexxxpppllliiiqqquuueeem mooosss aaaqqquuueeelll cccuuueeennntttooo dddeee nnnuuueeessstttrrraaa iiinnnfffaaannnccciiiaaa qqquuueee cccaaasssiii nnnooo rrreeecccooorrrdddaaam m m m mooosss,,, ooo eeelll qqquuueee lle lee cccooom mppprrraaam mooosss hhhaaaccceee uuunnnooosss dddíííaaasss yyy qqquuueee aaaúúúnnn nnnooo hhheeem m m p o u p o n n o d p o E mooosss lle leeííídddooo,,, ttteeennneeem mooosss qqquuueee p prrro occcu urrraaarrr p po on neeerrrn no osss aaalll d díííaaa yyy rrreeep paaasssaaarrrlllo osss... E Esss n n o n m u n p o u n d o o n o m n o d u n o n o n u m p n ó n neeeccceeesssaaarrriiio o tttrrraaan nsssm miiitttiiirrr u un np prrro offfu un nd do o ccco on no occciiim miiieeen nttto od deeelll cccu ueeen nttto o yyy n no o iiin nttteeerrrrrru um mp piiirrr lllaaa n naaarrrrrraaaccciiió ón n... ••• U U u n n g u d u d o Utttiiillliiizzzaaarrr u un n llleeen ng gu uaaajjjeee aaad deeecccu uaaad do o,,, aaadddaaappptttaaadddooo aaa lllaaa eeedddaaaddd dddeee nnnuuueeessstttrrrooo hhhiiijjjooo,,, qqquuueee ssseeeaaa sssiim im mpppllleee yyy ccclllaaarrrooo... E E m m m Essstttooo fffaaaccciiilliliitttaaarrrááá qqquuueee nnnuuueeessstttrrrooo hhhiiijjjooo cccooom mppprrreeennndddaaa m meeejjo joorrr lllaaa hhhiis isstttooorrriiiaaa yyy eeevvviiitttaaarrreeem mooosss eeelll cccaaannnsssaaannnccciiiooo ooo aaabbbuuurrrrrriim im miiieeennntttooo pppooorrr pppaaarrrttteee dddeee ééélll... ••• N N o n u m p d o o d ó n No o iiin nttteeerrrrrru um mp piiirrr eeelll d deeesssaaarrrrrro ollllllo od deee lllaaa aaacccccciiió ón n::: cuando disfrutamos de la narración tanto o más que nuestro hijo corremos el riesgo de recrearnos en ella. Esto supone que en vez de presentar los acontecimientos unos detrás de otros, lo que da un ritmo ágil y rápido a la historia, podemos caer en la tentación de interrumpir la acción lineal o de introducir descripciones detalladas de algún aspecto o personaje no relevante en la historia. Es preferible seguir el ritmo de la narración, porque solo así evitaremos aburrir a nuestro hijo. ••• T T n m n u m o Trrraaan nsssm miiitttiiirrr eeen ntttu usssiiiaaasssm mo o::: es cierto que a veces nos decimos “¿y ahora tengo que contar un cuento, que ya he repetido mil veces, después de estar todo el día trabajando y llegar a casa agotado?” pero también lo es que nuestro hijo note ese cansancio y fastidio si no intentamos superar esa situación con un poco de ánimo. ¿Qué hacer entonces? Podemos simular que el cuento nos interesa. Seguramente no nos daremos cuenta, pero llegará un momento en que el interés simulado se convertirá en auténtico interés y nuestro esfuerzo inicial nos facilitará la disposición de ánimo que tanto buscábamos. ••• D D p n Deeesssp peeerrrtttaaarrr iiin nttteeerrrééésss::: generalmente los niños escuchan mucho más atentamente un cuento contado que un cuento leído. Narrar un cuento permite mucha más espontaneidad que leerlo. Nuestros ojos se encuentran con los de nuestro hijo, su expresión responde a la nuestra y la relación se estrecha enormemente. Una forma de despertar el interés de nuestro hijo es por ejemplo incluyendo su nombre en el relato y darle un papel especial en la historia: “”el lobo dejó a Caperucita en el bosque y se fue corriendo a casa de a abuela, pero por el camino se encontró con Guillermo y se dio un susto tremendo, porque Guillermo era un niño que...”. ••• R R p m m o u n o m m Reeep peeetttiiirrr eeelll m miiisssm mo o cccu ueeen nttto o::: sssiii tttuuu hhhiiijjo joo qqquuuiie ieerrreee qqquuueee llleee rrreeepppiiitttaaasss uuunnnaaa yyy oootttrrraaa vvveeezzz eeelll m miis issm mooo cccuuueeennntttooo,,, hhhaaazzzlllooo... A A A vvveeeccceeesss lllooosss nnniiiñññooosss pppiiidddeeennn qqquuueee ssseee llleeesss cccuuueeennnttteee uuunnn cccuuueeennntttooo cccooonnncccrrreeetttooo pppooorrrqqquuueee ppprrreeessseeennntttaaa uuunnn cccooonnnfffllliiiccctttooo,,, uuunnn ppprrroootttaaagggooonnniis m isstttaaa,,, uuunnnaaa sssiiitttuuuaaaccciió ióónnn iiidddeeeaaalll,,, eeetttccc...,,, qqquuueee eeelll nnniiiñññooo tttiiieeennneee m muuuyyy ppprrreeessseeennnttteee eeennn eeessseee m o m e n t o , p o r e s o a c o n s e j a m o s r e s p e t a r l a e l e c c i ó n q u e h a g a r e s p e c t o m o m e n t o , p o r e s o a c o n s e j a m o s r e s p e t a r l a e l e c c i ó n q u e h a g a r e s p e c t o momento, por eso aconsejamos respetar la elección que haga respecto aaalll cccuuueeennntttooo qqquuueee qqquuuiiieeerrreee eeessscccuuuccchhhaaarrr...
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