¿Cómo ayudar a nuestros niños con TEL a adquirir mejor la lectoescritura? La evidencia apunta a que los niños con trastorno específico del lenguaje (TEL), pueden presentar dificultades durante el proceso de adquisición de habilidades relacionadas con la lectoescritura. La conciencia fonológica es una habilidad metalinguística que se puede definir como una sensibilidad conciente a los sonidos del lenguaje. Tiene distintos niveles e implica el entendimiento de que las palabras pueden descomponerse en partes más pequeñas de distintas formas. La conciencia fonológica es la capacidad de detectar y manipular los sonidos de las palabras, independiente de sus significados. Esta habilidad es uno de los precursores de la lectoescritura que se desarrollan durante la edad preescolar. Se habla de conciencia fonológica en general, ya que se puede dividir en conciencia de palabra, de sílaba, de rimas y de fonemas (o sonidos del lenguaje). La revisión de la literatura demuestra que la conciencia fonológica, en particular la conciencia fonémica, es considerada como el paso más importante para desarrollar las habilidades lectoras y en general, hay consenso de que la conciencia fonológica tiene un fuerte impacto sobre estas habilidades. Si bien es cierto, no es la única habilidad que influye, también podemos encontrar que el vocabulario, el nivel socioeconómico, el lenguaje del niño, entre otros, afectan el proceso de lectoescritura, pero es la conciencia fonológica la que produce un mayor impacto durante este proceso. En algunos estudios se muestra que a pesar que los niños con TEL tienen dificultades con la conciencia fonológica, tienen un buen potencial para desarrollar habilidades previas a la lectoescritura. Es decir, los niños con TEL se benefician de una terapia orientada a la estimulación de habilidades de conciencia fonológica desde etapas preescolares, entre los 3.0 y 5.11 años. Desde el hogar también es posible estimular estas habilidades. Los niños las van desarrollando desde los 3 años aproximadamente, y van teniendo conciencia de unidades más grandes hacia unidades más pequeñas, es decir desde palabras, sílabas, rimas hasta fonemas. Es importante no exigir más a nuestros niños, de lo que su nivel de madurez les permite. La idea es pasar un rato divertido con ellos y jugar con las palabras. A continuación mostramos actividades posibles de realizar en el hogar: Entre 3 y 4 años o juegos de rimas, cantar rimas infantiles, decir palabras que rimen (ratón, jamón, avión, corazón; espejo, conejo, etc) o segmentación silábica, en palabras de dos sílabas (pa-to), de tres (pe-lo-ta), el niño puede saltar 1 vez por cada sílaba de la palabra, aplaudir, tirar una bolita, etc. Si el niño ya sabe contar, pueden contar con los dedos, o con bolitas las sílabas de las palabras o reconocer sílabas iniciales en palabras (¿bota empieza con bo o con ca?, ¿cómo empieza bota? Con bo), se puede alargar la vocal de la primera sílaba para ayudar al niño a darse cuenta, o aumentar el volumen de la primera sílaba ej: BOOOOOOOOOOOOOOta Durante los 5 años: o crear palabras que rimen (¿qué palabra rima con avión?), o decir palabras que empiecen con la misma sílaba (jugar al veo veo: veo algo que empieza con si……silla) o juzgar si dos palabras empiezan con la misma sílaba (¿cama y casa empiezan igual?) o de un trío de palabras el niño debe reconocer cuál no empieza igual (pelo, peso, cama) Es importante recordar que nuestros niños presentan dificultades en la producción y/o comprensión del lenguaje. Los niños con TEL mixto pueden tener más dificultad para entender estos juegos que los niños con TEL expresivo, debido a sus problemas de comprensión. Las tareas de segmentación silábica pueden ser las más fáciles de comprender, seguidas por juegos de rimas y más adelante, cuando ya son capaces de segmentar, es posible que logremos que reconozcan las sílabas iniciales. A veces hay niños de 5 años que aún no logran segmentar sílabas. Lo ideal es acompañar estos juegos con imágenes de las palabras que estamos ocupando, o los objetos reales, si estamos hablando de un auto, tener el autito de juguete para que el niño experimente con él. Recuerden que esta es una forma de estimular desde el hogar las habilidades de conciencia fonológica, de modo de apoyar la terapia fonoaudiológica. Finalmente, cuando los niños están cerca de los 6 años y ya han desarrollado algunas habilidades de conciencia fonológica y están comenzando su proceso de adquisición de la lectoescritura, podemos jugar con los fonemas de las palabras. Estos son las unidades más pequeñas, los sonidos. Por ejemplo: vaso está compuesto de los fonemas v-a-s-o. Podemos jugar a decir las palabras de esta forma y que el niño adivine, ejemplo: que palabra es s-o-l (produciendo los sonidos de cada letra). O al revés, que el diga sonido a sonido la palabra sol. También puede trabajarse que reconozca sonido inicial y final de palabras, ejemplo: ¿cuál es el último sonido de cama? La a; ¿cuál es el primer sonido de sapo? S.
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