¿porqué es importante la orientación vocacional y cómo se hace?

¿PORQUÉ ES IMPORTANTE LA ORIENTACIÓN
VOCACIONAL Y CÓMO SE HACE?
INTRODUCCIÓN
La elección de carrera no es una decisión que deba tomarse
a la ligera. Muchos jóvenes se encuentran ante esta
“difícil” situación, recalcando el sentido de la palabra
“difícil” porque la etapa de su vida en la que se
encuentran en el período de sus estudios de secundaria y
preparatoria, ya es de por sí un tiempo de muchos cambios a
nivel tanto físico como emocional, con esto tienen además
que tomar una decisión sobre su futuro profesional, la cual
puede ser tomada por influencia de los amigos, de la
familia, y muchos otros factores, pero no ser la correcta,
esto puede llegar a tener consecuencias muy graves no sólo
en la vida del individuo, sino también para la nación.
Baste mencionar por ejemplo la saturación que hay para
ciertas carreras y la deserción, esta última en algunos
casos es para siempre y en otros es un desperdicio de
tiempo y dinero, entre ensayo y error de la persona que
cambia de carrera una y otra vez, todo esto puede
prevenirse haciendo un balance entre las preferencias y
habilidades que tiene un individuo, además de orientarlo al
respecto de las profesiones que existen, así como sobre
otros temas que causan inquietud en la adolescencia y
brindarle apoyo psicológico si así lo requiere.
Lo ideal es apoyar:
En el conocimiento
individuo.
de
las
potencialidades
de
cada
En la integración de información sobre la realidad
social en cuanto a fuentes de trabajo, necesidades
ocupacionales,
riqueza
y
variedad
de
campos
profesionales, oferta y demanda del mercado profesional,
conveniencia de la expansión en determinadas áreas de
trabajo para el desarrollo del país, etc.
En la motivación de los alumnos hacia una variada gama
de intereses.
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El
objetivo
es
ofrecer un servicio psicopedagógico
especializado y personalizado a los alumnos de nivel
secundaria
y preparatoria, con el fin de que elijan una
profesión que sean capaces de ejercer, se sientan
satisfechos con ella y esto traiga beneficios para todos.
MARCO DE REFERENCIA
Es muy fácil saber lo que nos gusta cuando ya lo hemos
probado, pero decidir antes de comenzar si algo nos gusta o
no, es por el contrario muy difícil. La imaginación es muy
rica, y nuestros mecanismos de defensa ocultos la hacen
trabajar en el sentido que menos nos guste, por lo tanto es
posible que en nuestra mente adornemos las tareas futuras
con cualidades que no se tienen, evitando así pensar en los
peligros o dificultades de la propia realización.
Un joven que por desavenencias entre sus padres, se siente
infeliz en el hogar, tal vez utilice su imaginación para
adornar con todas las virtudes posibles algunas profesiones
(como la de marino o aviador) que le permitirán alejarse
de su casa, y no mirar los esfuerzos que estas ocupaciones
requieren, ni reconozca las aptitudes o los sacrificios
personales que más adelante puedan exigirle. Si un joven
elige una profesión creyendo obrar reflexivamente, y en
cambio ha sido guiado por motivaciones inconscientes ajenas
a su capacidad y verdadero interés, lo más probable es que
se equivoque y tenga una triste desilusión cuando ya se
encuentre embarcado en los estudios o en la ocupación
elegida. Esta desilusión se pondrá de manifiesto cuando por
algún motivo, las defensas inconscientes que lo cegaron en
su elección dejen de serle necesarias y de golpe se
encuentre con la realidad de su verdadera ineptitud para la
carrera que escogió. Es como despertar de un dulce sueño
imposible que termina en frustración. Algunas veces este
despertar es algo tardío y el hombre que en otros tiempos
fue joven, hoy
no puede dar marcha atrás y volver a
elegir. Puede ser que este demasiado avanzado en sus
estudios, o ya trabajando por lo que abandonar el camino
emprendido significaría dejar a la deriva a una familia
dependiente de él.
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Desafortunadamente, este tipo de profesional es bastante
común, se da en todos los oficios y profesiones, aunque las
formas en que manifiesta su frustración, dependen de la
estructura de personalidad de cada uno, siempre tiene
rasgos que lo denuncian.
A continuación señalamos sus características:
Una de las manifestaciones más comunes de quien no está
satisfecho con su profesión o trabajo es el hastío. Según
el tipo de labor que desempeñe, el profesional mostrará
desgano, indiferencia por los asuntos de su profesión,
aislamiento de sus colegas o agresividad, y a
menudo
llegará tarde a su trabajo o faltará a él con la
menor
excusa.
Si
se
trata
de
un
estudiante
de
la
carrera
independientemente de cual sea esta, generalmente se
convierte en un alumno crónico; esto es, que
transforma
toda su actividad, y a veces su agresividad, en acciones
estudiantiles de corte político, convirtiéndose incluso tal
vez en un líder rebelde. Otras
veces se dedica con
excesivo ímpetu
a actividades colaterales; es decir,
pasatiempos o aficiones como la pintura, la fotografía, la
pesca o el teatro, sobresaliendo en éstas mucho más que en
su profesión. Cuando oímos que alguien comenta “fotografía
es lo que el doctor fulano hace bien”, podemos pensar que
dicho señor no es muy feliz en su profesión de médico, pero
esta no es ciertamente, la peor manera de dar expresión a
sus intereses, en algunas ocasiones, la frustración sólo
halla escape en un cambio hacia los juegos de azar, o en
algún tipo de vicio, y hay que entender estos casos
extremos, que naturalmente no pueden explicarse sólo por un
fracaso en la elección
vocacional, sino que son el
resultado de un profundo desajuste personal, en donde es
necesario intervenir con una ayuda psicológica.
Debemos tener en cuenta que un profesional que necesita
ganarse la vida con su trabajo, debe dedicarle por lo menos
de seis a ocho horas diarias. Si una persona dedica siete u
ocho horas
a dormir y el resto a estar con su
familia
durante las comidas y en ratos de descanso, en realidad la
vida profesional le lleva alrededor de la tercera parte de
su vida. Tal realidad nos da una idea de la importancia de
una buena elección, de aquí la importancia de que los
jóvenes cuenten con la ayuda profesional de psicólogas para
orientarlo vocacionalmente.
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Quienes nos sentimos conformes con la elección que hemos
tomado profesionalmente, no podemos imaginar siquiera la
tristeza, la decepción, ni la angustia de quien trabaja en
algo que le desagrada, le repugna o no entiende, le hastía
o lo hace sentirse incapaz para efectuar tal actividad, sin
embargo en la escuela es muy común enfrentarse a
actividades que nos desagradan (como las clases de
matemáticas por ejemplo), y el acercarnos a estos recuerdos
nos permite entender y ser empáticos con el que necesita
orientación, además que requerimos de un proceso para tomar
la decisión, y en muchos de los casos también de apoyo.
El que vive angustiado, en tensión, hace algo mal porque no
lo entiende, o a disgusto porque no es su verdadera
vocación, obligado por la necesidad económica o porque no
puede dar marcha atrás, transmite todos estos sentimientos
a quienes le rodean, y esto puede repercutir en fracasos en
otras áreas de su vida, como las relaciones interpersonales
con su familia, amigos y la gente que trabaja con él.
Es posible que después profesionales insatisfechos suelan
ser
abogados
poco
escrupulosos,
médicos
incapaces,
ingenieros
irresponsables,
profesores
ineptos,
trabajadores que sufren y provocan accidentes, educadores
que desprecian a los niños, y en su proceso de formación
académica malos estudiantes, etc.,
todas estas personas
son aquellos que ven su trabajo sólo como una manera de
satisfacer sus necesidades económicas, más no como una
fuente de bienestar social.
La satisfacción o insatisfacción de un profesional depende
del acoplamiento entre lo que la profesión exige y lo que
el hombre puede dar de sí. Algunos combaten este concepto y
dicen por un lado: ¿Quién puede estar contento siendo
basurero?, o por otro, ¿Quién podría escribir poesía por
obligación?, en estos casos parecería que la satisfacción
o insatisfacción de quienes realizan estás tareas, está
directamente
ligada a sus oficio. Sin
embargo, aun
dentro de las ocupaciones menos agradables hay personas más
o menos conformes con su trabajo.
Una tarea en sí puede ser desagradable, pero no el fin con
que se realiza ni el sentido social que envuelve, ya que
para algunos esto resulta tan importante como la tarea
misma, y compensa el desagrado momentáneo. No hay duda de
que varias de las tareas que debe realizar una enfermera
son poco agradables, pero si los valores sociales y la
caridad de una persona son agradables, estas tareas pueden
elevar el sentimiento del deber y ser realizadas con amor y
responsabilidad.
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Si el hastío es el ánimo más común de quienes están poco
satisfechos con su profesión, el entusiasmo es el sello de
los bien orientados. El profesional satisfecho con su
trabajo se destaca inmediatamente por un entusiasmo
contagioso acerca de todo lo relacionado con su profesión.
La gente suele administrar a este tipo de personas, y a
menudo comenta de ellas: “su vida es el trabajo”, etc., tal
entusiasmo nunca significa conformismo, muchas veces
representa crítica positiva y severa sobre la marcha o los
fines de la propia profesión. Los reformadores, los
rebeldes, los que producen nuevas teorías, en cualquier
disciplina, son los que más los honran, pues las hacen
avanzar y además, estimulan con ello a sus colegas.
Otro rasgo del profesional bien orientado es su serenidad;
es el hombre que no piensa lograr el éxito en un minuto,
sino que sabe esperar y de manera productiva no se apresura
ni se desalienta fácilmente. Los investigadores que aman su
labor (si no es así ya no pueden llamarse investigadores)
suelen demostrar una paciencia inagotable para repetir sus
expresiones, para vigilar sus cultivos, para persistir en
sus esfuerzos, sin otro aliciente que la plena convicción
de
hallarse en presencia de un trozo de verdad sobre la
naturaleza. El profesional bien orientado no hace alarde de
sus esfuerzos, porque le resultan naturales.
Cuando alguien no es feliz en su profesión u ocupación, tal
circunstancia puede obedecer a varias razones: quizá no
haya sido bien orientado y sus intereses o aptitudes no
concuerden con lo indispensable para el desempeño de su
ocupación o profesión; sin embargo hay quien nunca está
satisfecho, cualquiera que sea la ocupación que tenga, pues
su insatisfacción es un rasgo neurótico propio de su
personalidad.
Sea cual sea el caso, todo individuo debe tener derecho a
la oportunidad de contar con una orientación vocacional
especializada y personalizada.
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METODOLOGÍA
El procedimiento para brindar orientación vocacional es el
siguiente:
1. Entrevista inicial; en donde se abordan varias áreas
como son: económica, personal, cultural, etc., con el
fin de conocer al alumno y así determinar cuales son sus
expectativas, para formar un perfil psicológico.
2. Aplicación de la batería que incluye:
a) Test de inteligencia,
b) Test de personalidad,
c) Test de interés vocacional.
3. Segunda entrevista; en la cual se da información del
área en donde las capacidades del alumno se pueden
desarrollar con éxito, se le informa de la profesión
específica para la cual es apto, las materias de la
carrera, la duración, forma de vida, oportunidad de
empleo, remuneración aproximada, dificultades, así como
la
preparación
y
formación
que
requieren
los
profesionistas.
VENTAJAS
Habrá jóvenes mejor orientados para elegir su carrera,
con lo cual tomarán una decisión correcta en su futuro
profesional.
Se podrá prevenir la saturación inútil de carreras, así
como la deserción de alumnos al mostrarles la realidad
sobre la profesión de su agrado.
El alumno conocerá más opciones de carrera.
Jóvenes más entusiastas y satisfechos con su profesión y
por lo tanto más productivos para la sociedad.
ELABORO: PSIC. MARÍA DEL CARMEN GONZÁLEZ ROBLEDO
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