, Gu Ii II. Cómo utilizar un artículo sobre tratamiento o prevención Gordon H. Guyatt. MD, MSc: David L. Sackett, MD, MSc. y Deborah J. Cook. MD. MSc, por el Evidence-Based Medicine Working Group (JAMA 1993; 270: 2.598-2.601) ESCENA clfNICA Usted es un residente de medicina interna que está realizando el período de rotación por reumatologia y visita a uná mujer de !J1 aflos de edad que ha presentado un lu~us eritematoso sisté~diagnosticado por la presentación de ,una ~ci6n {,"t~npa, caracteristica, arthtlS-Y nefropaUa. La~1enaI ha puesto de manifiesto la presencia de nefI!ti~ prnHfer"tiva-difusa. Un año antes, la concentración de creatirúi1a de la paciente era de 140 JlI1lol/l, 6 meses antes era de 180 ~mol/l, y en una muestra de sa~re extraída la semana anterior a esta visita, el vaIor obtenido fue de 220 Jlmol/l:f A la largo del último año, la paciente~a estado tomando Drednisona v en los~illtiInos 6 meses ha tomado también c!~lofosi¡urúd~J ambos fármacos a dosis apropiadas. Le preocupa el aumento de la concentración de creatinina, y la consultora de reumatologra con la que comenta el problema le sugiere que se ponga en contacto con el servicio de hematologia para analizar la posible conveniencia de De los Departm9nts of Medicine y Clinical Epidemio/ogy and Biostatistics, McMaster University, Hamilton, Ontario, En el primer articulo de la serie se incluye una relación complela de los miembros del Evidence-Based Medicine Working Group (y sus correspondientes centros de trabajo) (JAMA 1993: 270 2,093-2095), En la elaboraclOn de este artículo han contribuido los siguientes miembros del grupo' Gordon H, Guyat! (presidencia). MD, MSc: Eric Bass. MD, MPH: Patrick Bril'-Edwards, MD; George Browman. MD. MSc: Deborah Cook, MD. MSc: Michael Farkouh, MD; Hertzel Gersle,n. MD. MSc; Brian Haynes. MD. MSc. PhD; Rober1 Hayward. MD. MPH; Anne Holbrook. MD. PharmD. MSc; Roman Jaeschke. MD. MSc: Eli. zabeth Juniper. MCSP, MSc; Andreas Laupacis, MD. MSc; Hui Lee. MD. MSc: Mitchell Levine. MD, MSc; Virginia Moyer. MD. MPH; Jim Nishikawa, MD: Andrew Oxman. MD, MSc. FACPM; Ameen Patel, MD: John Philbrick, MO: W, Scott Richardson, MD: Stephane Sauve. IviD, MSc; David Sacket!. MD, MSc; Jack Sinclair. MD: K S. Trou\, FRCE; Pe\er Tugwell. MD. MSc: Sean Tunis, MD. MSc; Stephen Waller, PhD: John WilIiams. Jr. MD, MHS. y Mark Wilson. MD. MPH 30 JAMA (ed. esp.), 1997 riesgo de infección2. En la tercera cita, ensayar W1a 12lasmaféresis. La consultora le indica que la plasmaféresis es .eli=- que describe .'un ensayo controlado de caz para reducir el nivel de anticuemos .la plasmaféresis", parece más probable rp.0;pnnc::¡hlp.o; np 1:¡ npfriti.o; y le mencio. que se aborde el tema de interés, que es la eficacia de la plasmaféresis para mejona varios ensayos que han sugerido qtJe .rar resultados clfrúcamente importantes. ese tratamiento es beneficioso. Cuando El artículo en cuestión corresponde a usted le pregW1ta si algW1os de estos estudios han sido W1 ensayo clínico con un ensayo con asignación aieatoria en el que 46 pacientes fueron tratados con asignación aleatoria, reconoce que no una pauta terapéutica estándar de está segura. prednisona y ciclofosfamida, y 40 reciUsted presenta el dilema al médico adjW1to, que le responde sugiriéndole bieron el tratamiento estándar junto con plasmaféresis3. A pesar de que las que, antes de tomar W1a decisión, revicüras de &!ticuemn!: ñi!:rninuy.eron en se la literatura relevante. El adjW1to le recomienda, pues, que indique a la pa1~p:.f~~J!},.t~ plasmaféreciente que vuelva al cabo de 2 semanas, sis , s.u.~6...teDd~~~.~"J1na-"mayor ~r2l2~,~ (20% en compay por entonces podría ofrecerle el trataración con 13%).0 de presentación de miento adecuado. una ~ (25% en comparación con 17% ) en los pacientes trataLA BUSQUEDA dos con plasmaféresis. Ello parece resolver la cuestión de si ofrecer o no a la Usted decide que el artlcuJo de mayor utilidad seria aquel que incluyera a p.a: paciente la plasmaféresis. Sin embargo, cientes con lUDIl.C;ir:lvP ~nn .peligr-O-para.- usted se pregunta si el estudio podría haber utilizado una valoración del rel~ función renal ~que~'ilI}vip1:ln .siendo .. sultado inexacta o se5.1!ada.El resto de IJ:atados ~~S:QJLlármacos irun~-I:~ nuestro artículo está dedicado a pro~QI.es.La ~lasm~f~~p~i~ha de ~omparar~-" porcionarle los instrumentos necesarios ~ .I;.Q.I:} una estrate.L!ia teraQ~gca geI~ para abordar esta cuestión. ~ill, ya los pacientes se les debe haber asignado de manera aleatoria la administración o no de plasmaféresis. INTRciDUCCIÓN Por último, el artículo debe presentar En el primer artfcuJo4 de esta serie yariable~ de evaluación cJínjcamente impresentamos W1 marco de referencia "poñañt:"es, como el geteriorode--l~.~para el uso'de la literatura médica cara ~D-~~~.~!. Está usted fanúliarizado con a resolver los problemas de los pacienel programa informático GraleJid Med, y tes y para prestar W1a mejor asistencia lo utiliza para la búsqueda. El programa clínica. Este segundo artfcuJo se irúcia proporciona un lisk'\do de términos de con Ufl comentario sobre la forma de Medical Subject Headings (MeSH), en utilizar W1 estudio relativo al tratamienel que comprueba rápidamente que "neto o a la prevención. Utilizaremos aqtú fritis lúpica" es un térmil\o incluido y el ténnino "tratamiento" en un sentido "plasmaféresis" también lo es. Añade a amplio. Como hemos indicado en otra ello un t.érmino metodológico que limite publicación5, pueden aplicarse las mislos resultados a estudios de alta calidad, mas normas para la evaluación de las random.ized controlled trial CPT) CPT indica tipo de publicación). La búsque. intervenciones terapéuticas (destinadas a reducir los síntomas y curar las da, que limjta a los artlculos en lengua enfermedades) y de las intervenciones inglesa, proporciona un total de 3 artícupreventivas (destinadas a reducir el los. Uno de ellos es tm ensayo de predniriesgo de enfermedad o las complicasona y ciclofosfanudal, el segundo analiciones de la misma). za el efecto de la plasmaféresis sobre el II Cómo utilizar un arllculo sobre tratamiento o prevención -Guyatl et al MARCO DE REFERENCIA Al igual que para los artículos Tabla 1. Criterios para la valoración de un artículo sobre Iralamiento relati- vos a otras cuestiones clúúcas, resulta útil plantearse 3 preguntas acerca de un articulo sobre un tratamiento. ¿Son válidos del estudio? los resultados Esta cuestión hace referencia a la validez o exactitud de los resultados y analiza si el efecto del tratanúento que se presenta en el artículo corresponde al verdadero sentido y magnitud del efecto terapéutico. Otra forma de plantear esta pregunta es la siguiente: ¿corresponden estos resultados a una. estiinaci6n no "p~g~cI~-cl~1efectQ. del tratanúent9. .Q.g han visto influj.dos d~ una forma siste.; mática cara conducir !..cun~~C.9~6n-J~. ¿Cuáles han sido los resultados? Si. los resultados son. válidos, y es probable que el estudio proporcione una evaluación no sesgada del efecto del tratanúento, debe pasarse a un análisis más detallado de los resultados. Esta segunda pregunta considera la magnitud y .la precisión del efecto del tratanúentoJ La mejor estimación de dicho efecto serán los propios resultados del estudio. La precisión de la estimaci6n será superiór en los estudios de mayor tamaflo. ¿Me resultarán útiles los resultados para atender a mis pacientes? Esta pregunta tiene dos partes. En primer lugar, ¿~..rlJ!p.1icabl~,loscr.esub .!29os a ~11paciante'1 Deberá dudar en instaurar el tratamiento si su paciente difiere demasiado de los estudiados en el ensayo y tambiéQsi la medidaq~lre..§I.1¡¡¡rlrIque ha n1tJarQdQ~p.-I..~~e.d.e,im: .22[till.I:Jn~n.~Lc~~o de. su pAciente. En segundo lugar, si los resultados son realmente aplicables, },~uái es la in:.-11uencJa 11e.t&-delm~~o? I Ello degende de.1QU.~[1~~iQ§-Y-g~clos rie~gos (efectos secW\darios y erectos tóxicos) del tratamiento, así como de las consecuencias de no aplicarlo. Así, incluso un tratamiento eficaz podría no utilizarse cuando el pronóstico del paciente es ya bueno sin necesidad de tratamiento, en especial en los casos en que este tratamiento se asocie a efectos secundarios ya erectos tóJÓCosimportantes. En la tabla 1 resurnimos nuestra rorma de abordar la evaluaci~n y aplicación de loS resultados de loS artiCuloS que analizan la eficacia terapéutica. Tanto loS residentes como loS médicoS JAMA (ed. esp.), 1997 ¿Son válidos los resultados del estudio? C;!fei~: f~~~~a~ae manera alearoria la asignación de los Iralamienlos a los pacientes? ¿Se han lenido en cuenta adecuadamente todos los pacientes incluidos en el ensayo y se los ha considerado a la conclusión del mismo? ¿Se ha realizado seguimiento complelo? ¿Se han analizado los pacientes en los grupos a los que fueron asignados alealoriamente? C!iIRrin~ ~~"undad2-s ¿se fía mantenídoun diseño "ciego" respecto al tratamiento aplicado. en cuanto a los pacientes. los clfnicos y el personal del estudio? ¿Eran similares los grupos a/Inicio del ensayo? Aparte de la intervención experimental. ¿se ha tratado a los grupos de la misma forma? ¿Cuáles han sido los resultados del estudio? ¿Cuál ha sido la magnitud del efecto del tratamiento? ¿Con que precisión se ha estimado el efecto del mismo? ¿Me resultarán útiles los resultados para la asistencia a los paclentes1 ¿Pueden aplIcarse los resultados a la asistencia de mi paciente? ¿Se han considerado todos los posibles resultados clínlcamente Importantes? ¿Compensan los probebles beneficios del Iratamiento los posibles erectos nocivos y costes del mismo? en ejercicio necesitan un planteamiento que sea eficaz y completo. Hemos denominado pues "primarios" a algunos criterios de validez (unos pocos criterios que pueden ser aplicados rápidamente por lectores que dispongan de un tiempo limitado) y "secundarios" a otros que, aun sien(lo importantes, pueden reservarse para los artículos que superan las guías iniciales y para los lectores que necesitan una revisión más profunda y disponen del tiempo necesario para ello. ¿SON VÁLIDOS LOS RESULTADOS DE ESTE ARTíCULO? Criterios primarios ¿Se ha realizado de manera aleatorta la asignación dc los tratanúentos a los pacientes? Durante los años setenta y comienzosde los ochenta, los cirujanos utilizaron .con una frecuencia creciente las intervenciones de derivación extracraneal-intracraneal' (es decir , la anastomosis de una rama de la arteria carótida externa, la temporal superficial, con una rama de la carótida interna, la cerebral media). Creían que con ello se preverúan los ictus en los pacientes en los que existía un~ enfermedad cerebrovascular que resultaba II. Cómo utilizar un artIculo sobre ((uirúrgicamente inaccesible por otras vias. Esta convicción se basaba en la comparación de los resultados clúúcos obtenidos en grupos de pacientes, sin asignación aleatoria del tratamiento, que por cualquier razón, habían sido tratados o no con esta intervención. En estos estudios los pacientés tratados evolucionaban mucho mejor que los no tratados. Para sorpresa de muchos e indignación de unos pocos, un amplio ensayo multicéntrico y con asignación aleatoria, en el que se asignó a los pacientes la realización o no de la operaciÓn utilizando un proceso análogo al de la moneda al aire, demostró que el único efecto que terna la cirugía era hacer que los pacientes estuvieran peor en el período postoperatorio inmediato, mientras que los resultados a largo plazO no se modificaband. Otras sorpresas generadas por ensayos con asignación aleatoria en los que se han contradecido los resultados de otros ensayos menos rigurosos en su metodología son la demostraci6n de que los ~icoides pueden~urnentar vez de reducir) la mortalidad de los (en pa- . ~i~ntes con seDs~~, el que las inyecciones de corticoides no reduzcan el dolor articular lurnba¡081 y el que la plasmaféresis no aporte un beneficio en los pacientes con polimiositis? Estas sorpresas pueden producirse cuando los tratamientos se asignan de manera aleatoria. en lugar de por la decisión consciente de clúúcos y pacientes. En pocas palabras, los resllltados clúúcos tienen su origen en muchas causas, y el tratamiento no es más que una de eUas. La gravedad de la e¡úermedad subyacente, la presencia de patología concomitante y multitud de otros factores pronósticos (conocidos o desconocidos) a menudo se sobreponen al posible efecto del tratamiento. Dado que estas caracterfsticas adicionales influyen también en la decisi6n del clínico de ofrecer el tratanúento en cuestión al paciente, los estudios de la eficacia que no utilizan una asignaci6n aleatoria del tratamiento presentan inevitablemente limitaciones en su capacidad de diIerenciar el tratamiento útil del inútil o inciuso del nocivo. Confinna este hecho la observación de que los estudios en los que el tratamiento se asigna por cualquier método que no sea una distribución aleatoria, tienden a mostrar unos efectos del tratamiento mayores (y con frecuencia falsamente positivos) que los de los ensayos con asignaci6n aleatorialO.I:I, La. ventaja de la g¡stribuci6n aleatQ~s que, si el tamaño de la muestra es iosuficientemente amplio, garantiza que los fartnrp~ r!ptpnninJ\ntp~ rlpl-L~I.I1r.ador-tanto conocidas. como descon!:Jr.id~-- e tratamiento o prevención -Guyatt et al ~stribuvar\ DOr i~ual en los ~rupos Q~ las conclusiones se modifican, se debilita la fuerza de la inferencia (es decir, ~~ento~.<!e control. ¿Qué puede hacer el clliuco si nadie los resultados del estudio son menos fiables). ~r!n A~ ..I :lit-~ de ha realizado un ensayo del tratamiento en cuestión con asignación aleatoria? la inferencia dependerá de ~ Deberá tomar de todos modos una deque sea Que los pacientes del g~~eo ~de cisión respecto al tratamiento, y habrá tratami~!lt~~~~que se ha oerdidode basarse para ello en estudios más er~con trol ~volu tiV:Q:J1a váñ-e-v--cltiCloria;~ débiles, En un artículo posterior de -00 mal, mientras que los del grupo de esta serie, dedicado a la determinación ~co~ol hayan evolucionado bien. de si un trataIlÚento o una exposición ¿Se han analizado los pMientes en causa o no un efecto nocivo (una situalos grupos a los que fuerm asignación en la que generalmente no es posidos aleatoriamente? !Como ocun-e en la práctica clfnica habitual, los pacienble W1aasignación aleatoria), analizaremos la manera de evaluar los dise~os tes de ensayos con asignación aleatoria se olvidan a veces de tomar el medicade estudios más débiles. Por el momenmento o rechazan incluso por completo to, habrá que tener en cuenta que los estudios sin asignación aleatoria proel tratamiento. A primera vista, el lecporcionan una evidencia mucho más tor podrla aceptar que los pacientes débil que la de los ensayos aleatorizaque no han recibido en ningún momendos. to el tratamiento que se les había asig¿Se han tenido en cuenta adecuanado deben ser excluidos de los análisis damente todos los pacientes incluide eficacia. Pero no es así. dos en el ensayo y se los ha consiLos motivos por los que una persona derado a la conclusión del mismo? no toma la medicación prescrita están relacionados a menudo con el pronóstiEste criterio tiene dos componentes: co. En numerosos ensayos con asigna.se ha r .do un control evoluti~ ~mpl~?', y 'se han an J ción aleatoria, los pacientes que no han cientesenJos ~pos a los que fueron cumplido el tratamiento han evolucio~<1Q~~ea~ri~~te.?' ¿Se ha. realizado un control evolutivo ~pleto.~ Todo paciente que se haya incorporado al ensayo debe ser tenido e~ cuenta a la conclusión del mismo, D~ no ser así, o ~ bav un número .E.-onsid.erable de DacipntP~p"r" It'\~ue se ~a "pérdida par~-~ ~~-0:::-Closs to foUow-up) , la ;y.~el estudio.D.UedesP~p'I..~t"..n.. "([!!"aa.Cuanto mayor es el numero de individuos estudiados para los que se pierde la monitorización de su seguimiento, mavor ses~o puede presentar el ensayo, ya que es frecuente que los pacientes para los que no se dispone de un seguimiento tengan pronósticos diferentes de los de aquellos que permanecen en el estudio, y pueden no continuar en el mismo por presentar resultados adversos (incluso la muerte) o porque evolucionen bien (y por lo tanto no regresen a la consulta para una nueva evaluación). Los lectores pueden decidir por sí mismos en qué casos son excesivas las pérdidas para el control evolutivo, haciendo la suposición, en los ensayos con W1resultado positivo, de que todos. los pacientes para los que se ha perdido.el control en el grupo de seguimiento 'han evolucionado mal, y que todos los del grupo de control han evolucionado bien, y volviendo a calcular entonces los resultados partiendo de estos supuestos, Si las conclusiones del ensayo no se modifican, las pérdidas de seguimiento no han sido excesivas. SI 32 JAMA (ed. esp.), 1997 estrategia preserva el valor de la distribuci6n aleatoria. Los factores pron6sticos que conocemos, y también los que no conocemos, quedan distribuidos por igual en los 2 grupos, y el efecto que observamos se deberá únicamente al tratamiento asignado. Criterios secundarlos .¿Se,ha mantenido un diseño "clego" respecto al tratamiento aplica- do, en cuanto a los paclente9, los clliúcos y el personal del estudio? Los pacientes que saben que se les está administrando un tratamiento riuevo y experimental es probable que tengan una opinión formada respecto a su eficacIa, al igual que ocun-e con los clfnicos y con el resto de personal participante en el estudio que evalúa las respuestas obtenidas. Estas opiniones, tanto si son optinústas como si son pe., sinústas, pueden distorsionar sistemáti.: camente, los demás aspectos del trata.. miento-y también la notificación de los resultados obtenidos, con lo que se reducirá la fiabilidad de las conclusiones del estudio. Además, el personal que nado peor que los que sí han tomado la participa en el estudio sin un diseño ciego, y lleva a cabo mediciones de vamedicación según lo indicado, aun desriables de evaluación; puede realizar inpués de tener en cuenta todos los facterpretaciones diferentes de resultados tores pronósticos conocidos jY ello a marginales o dar un estímulo distinto pesar de que sus medicaciones fueran placebos!14-19Al excluir del análisis a los durante la práctica de pruebas funcioacientes que M cumplen el tratamien::nales, y ambas cosas pueden distorsioto s ra a os e ermos es manar los resultados obtenidos20. ~s a pr.."..nt"r Iln" m"jnr ..vnll~ La mejor forma de evitar todo este sesgo es el diseño a doble ciego (al que S e la com aración no sesgada ~c~orciona la distribuclon ~Iea-~-- a veces se denomina doble enmascaramiento), que se aplica en los ensayos .tBr1a. La situación es similar en los tratade medicamentos mediante laadrninistraciónal ~ruPOd~ control de ~-mientos quirúrgicos. Algunos pacientes a los que se asigna aleatoriamente una intervención no llegan a ser operados porque su estado es demasiado grave o porque ~resentan la variable de valoración del resultado que se está analizando (como un ictus o un infarto de miocardio) antes de ser llevados al quirófano. Si los investigadores incluyen a pacientes de este tipo, que van a evolucionar mal, en el brazo de control del ensayo pero no en el brazo quirúrgico del mismo, incluso una intervención quirúrgica inútil parecerá eficaz. Sin embargo, la aparente eficacia de la intervención no se deberá al beneficio proporcionado a los pacientes operados, sino a la exclusión sistemática de los que presentan peor pronóstico dentro del grupo quirúrgico. Este principio de atribuir todos los. ~rentes al r!ruoo al Que ~e han asigria~ d~ aleatoriamente conduce a un análisis se8ún la intención de tratar-. Esta ~indl~t~~eLtr~ent.o illiY.Q en su asD~ctQ,sabor v textura. ~QY-~-c~r~c-~~!!~SlÓ ingrf:~~ Si en la lectura de un artIculo se-aprecia que no ha podido mantenerse un diseño ciego respecto a los tratamientos aplicados en lo que respecta al CUIÚCO 0 a los pacientes (por ejemplo, en ensayos -de tratamientos quirÚrgicos), deberá comprobar si los investigadores han reducido al núIÚmo el sesgo mediante la aplicación de UfI diseño ciego a quienes evalúan los resultados cl1nicos. ¿Eran sinúlares los grupos al irúcio del ensayo? Para asegurarse de la validez de un estudio, los lectores querrán que se les irúorme de que los-inl.:QQSde tratamiento y de control ~r~J. fnilares-respectoa todos los faetores ~le~ ~! res~~a~Q~~df~ exceDto~Q..es rlP-cjtrel-emf}1.e9c!.~,I--~r~~M.D1mt~.e~J!~ Los. in;. vestigadores. aportan esta irúormación II. Cómo utilizar un articulo sobre tratamiento o prevención -Guyatt el al - al presentar las caracteristicas pronóssos aspectos aparte del tratamiento c~t~.~lJ1ue.se.habia..a.signack>el !&.ata -, ticas il1iciales o basales de los grupos de investigado, y las diferencias existen-ir, y todos los demás fuetratanúento y de control. Aunque no sa- . tes en la asistencia en cuestiones disron analizados en el grupo al que se habremos nunca si existe una semejanza tintas de la que está siendo estudiada b[an asignado inicialmente. Por lo que respecto a los factores pronósticos no pueden debilitar o distorsionar los reatañe a los criterios s~ el esconocidos. podremos aseguramos de sultados. Si en un grupo se ha realizatU(ÜO ~~-1!p~"li~e~¡;-~~. los que los que sí se conocen estén adecuado un control evolutivo más estricto, ~.LCWl~M~!Ll~~..~.t~ , damente equilibrados. podría ser más probable la notifica~ón~@~j~-9~-l~-1 c losaJJtWs La distribución aleatoria no siempre ción de determinados hechos y los paa.~ [)"~~ nI=!!' ACi6c!J..CeS!lei:t !)-a..Japroduce grupos bien equilibrados en cientes podrían recibir un tratamiento C;~~~ftJJiD!Q.~.Qt~ cuanto a los factores pronósticos Gonomás intenso con otras medidas que no .¡:¡tQ&.. lJ1le cidos; cuando los grupos son p~queños. sean las investigadas. Así, por ejemEn el artículo de introductión de esta serie, describimos el concepto deJ;jJ.e¡;.. . el azar puede hacer que se incluyan en plo, en ensayos de nuevas formas de un grupo pacientes con pronósticos tratamiento de la artritis rewnatoide za de 1¡ !Dfprpnrja. La evaluación 1'iñáT aparentemente mejores¡ A medida que resistente, un tratanuento compleae-~üaez no es-í1iJnca una de¡:isión awnenta el tamaño de la muestra. esta mentario con corticoides sistémicos de "s{" o "no" y ha de ser, en cierta me, posibilidad va siendo cada vez menos (que son extraordinariamente eficaces dida, subjetiva. Nosotros consideramos , probable (de manera análoga allanzapara el alivio de los síntomas) .si se que lOS m~dos utilizados en este enmiento al aire de una moneda muchas administrara con más frecuencia en el sayo son, en general, potentes, y proveces; no seria demasiado extraño engrupo de control que en el de trataporcionan un punto de partida válido cqntrar 7 caras al lanzar 10 veces la miento, podría ocultar un efecto terapara decidir si conviene o no aplicar la moneda. pero sí sorprendería mucho péutico real de un fármaco experiplasmaféresis a nuestra paciente con observar 70 caras al lanzarla 100 vemental (a no ser que la exacerb~n una nefritis lúpica grave. ~ exi~i.era el ~mDleo de corticoides ces). Así pues, en la parte A de este ensaLa cuestión importante en este caso -~!)..siderara de por sí una medida yo de 2 partes hemos descrito la maneno es si existen dUerencias estadísticade evaluación del resultado). ra de responder a la pregunta: ¿son vámente significativas en los factores ~intervenciOñes distiñtas del tralidos los resultados del estudio? En la pronósticos de los 2 grupos de trata-tami~en~-$tu~~.cüañdo se agliC-aiI: parte B indicaremos de qué manera miento (en un ensayo con .asigna~ a~~a~~¡ ~stinta. a ~os ~POs ~etrapuede .responderse a la segunda y ter¡ aleatoria se sabe de antemano que tamiento y de control, se denornman a cera preguntas: ¿cuáles son los resulta~diferencia ~yr9.i.da se h~ d~b!d--aar menuao-;lcO1ntervenclOn@s~.,La cointerdos del ensayo'? , y ¿me resultarán útiles ~. sino más bien la magnitud de es-¡ veñC13n-"iónstituye ~e~a ~is.10$ resultados para la asistenciá del pagrav~-c-uando no s@Iltili7" "n -i..~Q.atas dUerencias. ~on 9.randes pllerterl -ciente? O la validez estudiO'~ ,.CO~Drometer CJJanto más intensa es la del relacl6n en- . áóbre-cie.lto o C!!~go seallto!:i-~~ elusQde"1í-at' .entos mu eficaces, ue no tr los fa ores pron sticos y la variasOñío$ .v st' ados , ble de valoraclón~el ~do~ BiblIografía d1c~'L~s clínicos pueden confiar más I Levey AS, Lan SP, CONin HL ct al. Progrese[{ íos resultados presentados cuando ~~á~ cP~U~~"'?~ns~ s¡on and remiss¡on of renal ilisease in the Luroa or edl debilitarán las dile en el apartado de "Métodos" del estudio pus Nephritis CoUaborativeStudy: results of se de~-~n la!-coint@rvpn~ionp~ ;Jcepias~ent~ ent~ treatment with prednisone and short.tcm\ ora! t~~s resultados se indica QIiPc cycl()phosphallúde. AJm Intern ~Ied 1992; 116: ~~~~~d~ 11.¡.123. a:cer~~ ~ncacla. es~~s-m~cI¡qas-~~!:! sLdQ-!1\La-P-li~~~~2. Pohl MA, Lan SP, Berl T. Plasmapheres¡sdoes , --srios grupos de-tratamiento no son 12QC,ofrecuente. not increase the risk for Infectlon in inununosirnilarcs en la situación basal, no todo; Los 5 criterioS indicados (2 primarios suppressed patients with severe lupus nephri) está perdido; Las técnicas estadísticas t¡s: the Lupus Nephrit¡s CoUaborative Study y 3 secundarios), si se aplican de maneOroup. Ann Intem Med 1991; 114: 92.¡-929. permiten aplicar un ajuste a los resulra secuencial, ayudarán al lector a de3. Lewis EJ, Hunsicker LO, Lan SP, Rohde RD, c tados del estudio para tener en cuenta ten'ninar si es probable o no que los Lachln .1}1.A controUed tria! of plasmapheresis lali difcrencias basales. En consecuenresultados de un artículo sobre el tratatherapy in severe lupus nephritls. N Engl J , cla, los lectores deben c9mprobar que Med 1992;326: 1.373-1.379. miento sean válidoS. Si lo son, el lector .¡. Oxman AD, Sackett DL, Ouyatt OH, for the .se haya docllmenrartn la ~~mpianzaae . puede pasar a ~~l~ ma~ud--de.L ~DQS en cuanto -~c~~~ct~lEvidence.Based Medicine Working Oroup. User.s guides to the li1edica! Uterature, I: !/eI:IIu:J--~li('"hilinag~~~ e1L$lJs1 ~!sales relevantes ~~-e:ñ::::eLc.-aso::ae pacientes. how to get started. JA~l" 1993; 210. 2.093,-. 2.095. I que existan. diferencias ia.les. 5. Sackctt DL, Haynes RB, Ouyatt 011,Tugwcll P. , e en compro ar que os inve,~!jg!J;.Q9..: Clirúcal Epidemiology: A Basic Science for Cli¿SON VALIDOS LOS RESULTADOS I rE..!l!Y-.ap-re¡nzaoo ~art~-~-~l rúcal Medicine. 2nd ed. Boston, Mass: Little DEL ESTUDIO? EL ENSAYO , qu~bI.Ya incluido U1Ul~~s-l Brown&Co;1991. DE LA PLASMAFÉRESIS 6. Haynes RB, Mukherjee J, Sackett DL, Taylor ~erenciU. cuandoen-lOSanilisis DW, Bamett fUM, PeerlessSJ. Functional starealizados con y sin ajuste se llega a la Tal vez los lectores estén interesados tus changes foUowing medical or surgical tremisma conclusión. está justificado que en saber si el ensayo de la plasmaféreatment for cerebral Ischenúa:results in the el lector atribuya una mayor fiabilidad EcnC Bypass Study. JAz.L\ 1981; 25;: 2.0.¡3sis en pacientes con una nefritis lúpica 2.0.¡6. a la validez de las conclusiones del escumplía los criterios de validez. Por lo 7. Bone RC, FIsher CJ, Clemrner TP et al. Contudio. que respecta a los criterios primarios, la trolled trial of hlgh-dose methylprednisolone Aparte de la intervención expedistribución aleatoria se llevó a cabo de in the treatment of severe sepsb and sept¡c shock. N Engl J Med 1987;317: 653-658. rimental, ¿se ha tratado a los gru~m"eS'fñCfa~esto que el trata8. CareLte S, Marcoux S, Truchon R et al. A conpos de la misma forma? La asistenmiento se asignó mediante una llamada trollcd trial of corticosterold lnjectins lnto fa. c ! cia prestada a los grupos experimental telefórúca al centro de métodos del escet jolnts for chrorúc low back pain. N Engl J tudio..~ Se perdió para el control a un y de control puede diferir en nwnero~Ied 1991;325: 1.002-1.001. c"--pa. JAMA (ed. esp.), 1997 II. Cómo utilizar un artIculo sobre tratamlenlo o prevención -Guyatt et al 33 !). MiIJer FW. ~Itm:lll SF. Crollill ME et :II. ControlJed tri:ll or pl:lsn!:I exch:1l1ge :llId lellknpheresis in polymyositis :llId denn:ltolnyositis. N Engl J Med 1!)!)2; 326: 1.38IJ-I.3g.¡. 10. ~:lcks HS. Ch:lllners TC. Smlth H Jr. R:lllrtomized versus hJstortc:l1 :lssigllment In contro. IJed clinical tri:lls. Aln J Merl 1983; 309: 1.353.1.361. 1I. Ch:llmers TC. Cel:lno p. Sacks HS. Smlth H Jr. Bias in treatment assigrunent in controUed cU. nlca1 tria\s. N Engl J Med 1989; 309: 1.358. 1.361. 12. Coldltz GA. MUJe JN. MosteIJer F'. 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Cook, MD, MSc, por el Evidence-Based Medicine Working Group (.JAi\¡[A 1994; 271: 59-63) ESCENA CLÍNICA ~ LA BÚSQUEDA El artículo ideal que abordase este .Es usted un internista general al que piden que visite a un varón de -65 años problema clínico debería 4tcluira ~aci~ntesson fibrilación auricular ~ cle edad con una higertensión control~ ~ una historia de fi~dlaci6n ~llrirllla.r ~~~~t~~~cl:~~)a ~t~nte a la cardioyerciñn rlP A mp!;ps- , warfarina con el c!p IIn tr"t"D:'1~!lta-d~ ~a poder ser un placebo, ~ ~ evolución-,- Aunque no presenta sig~IiesQo de embolias(incluvendo el icnos de cardiopatía valvular o coronaria, tus ernbólico) v también ~chr'. ,.1 ri'."gn el médico de familia ha solicitado su consejo respecto a si los posibles benecre-coiriDlica~iQD~sQe la~ticDaiulaficios de un tratamiento a largo "plazo ~Los ~ ~gnaci~ alea-t~ serían con ~ticoagulantes ~ los que aportatian las evidencias más riesgo-de ictus embólico) comoensan ge~p P!;I:P-I:r.-t"mipnl:n (bpmQ: fuertes. En el programa informático GR.o\TErra .causad or e tratami anFUL r..IED, se selecciona un término de tJ-~~agulante .El paciente comparte Medical Subject Headino (MeSH) que esta preocupa¿i6n y no desea que se le identifique a la población de interés, admirústre un tratamiento que pueda atrial jibrillatian (fibrilación auricuhacerle más mal que bien. Usted sabe lar), otro que especifique la intervenque se han realizado ensayos con asigción en cuestión, waifarin, y un tercenación aleatoria de la warfarina en la firo que indique el resultado que se brilación auricular no valvular y decide pretende evaluar, stroke (ictus) (que el que es mejor revisar uno de estos enprograma convierte automáticamente sayos. en explore cerebrova.scular disorders, con lo que todos los artículos indexados :\ " \ . bajo las denominaciones de trastornos vasculares cerebrales o sus subapartaDe los Departmenls of Medicine y Clinical Epi. dos pasan a ser posibles objetivos de la demiology and Bioslalislics. McMaster Unlver. Slly, Hamllton. Ontario. búsqueda). Se limita la búsqueda a los En el primer articulo de la serie (JAMA 1993; artículos en lengua inglesa. Para garan270: 2093-2.095) se incluye una relación com. tizar que, al menos en la primera búsplela de los miembros del Evidence-Based Me. queda, se identifiquen tan sólo los estudicIne Worklng Group (y sus correspondienles centros de trabajo). En la elaboración de este ar. dios de mayor calidad, se incluye el Ifculo han contribuido loa alguionlos miombroa ténIÚno mctodológi(:o randmnized del grupo: Gordon H, Guyatt (presidencia), MD. cantroUed trial (?'1') (PT hace referenMSc: Eric Bass, MD. MPH: Palrick Bril\-Edwards. MD: George Browman. MD. MSc: Deborah Cook. cia a tipo de publicación). La. búsqueMD. MSc: Michael Farkouh, MD; Hertzel Gers. da proporciona 9 artículos. Se trata de tein, MD. MSc: Brian Haynes. MD. MSc, PhD: Ro3 editoriales o comentarios. un artículo bert Hayward, MD. MPH; Anne Holbrook. MD. que aborda el pronóstico y otro que se PharmD. MSc; Roman Jaeschke. MD, MSc: EIIzabelh Juniper. MCSP. MSc; Andreas Laupacis. centra en la calidad de vida de los paMD, MSc: Hui Lee. MD, MSc; Milchell Levine. cientes tratados con anticoagulantes. MD, MSc; Virginia Moyer. MD. MPH: Jim NishikaUsted decide leer el más reciente de los wa. MD: Andrew Oxman, MD. MSc. FACPM: 4 ensayos clínicos con asignación aleaAmeen Palel, MD: John Philbrick, MD; W. Scott Richardson, MD; Stephane Sauve. MD. MSc: Datoria que ha identificadol. vid Sacket!, MD, MSc: Jack Slnclair. MD: K. S. Al leer el estudio, comprueba que. Trou!, FRCE; Peter Tugwel\. MD. MSc; Sean Tucumple los criterios de validez que se..¡ nis. MD. MSc: Stephen Walter. PhD John Wi. han presentado en un artículo anterior I\lams Jr, MD. MHS. y Mark Wl\son. MD. MPH. JAMA (ed. esp.), 1997 de esta serie~. Sin embargo, para poder responder a la preocupación de su paciente y del médico que lo envía, deberá profundizar más en la relación existente entre beneficios y riesgos. INTRODUCCIÓN En el artículo anterior de esta serie se ha analizado si un estudio de eficacia del trataItÚento es o no válido (tabla I). En el presente artículo le indicaremos de qué forma actuar para comprender y Tabla 1. Criteriosparala valoración de un artIculosobretratamiento ~~¿Son válIdos los resultados del estudio? Criterios primarios ¿Se ha realizado de manera aleatoria la asignación de los tralamientos a los pacientes? ¿Se han tenido en cuenta adecuadamente todos los pacientes incluidos en el ensayo y se los ha considerado a la conclusión del mismo? tSe ha realizado un control evolutivo completo? ¿Se han analizado los pacientes en los grupos a los que fueron asignados aleatoriamente? Criterios secundarios ¿Se ha mantenido un dlse~o "ciego. respecto al tratamiento aplicado. en cuanto a los pacientes. los cllnicos y el personal del estudio? ¿Eran similares los grupos al inicio del ensayo? Aparte de la Intervención experimental. ¿se ha tratado a los grupos de la misma forma? ¿Cuáles han sido los resultados del estudl07 ¿Cuál ha sido la magnitud del efecto del tratamiento? ¿Cuál ha sido la precisión de la estimación del electo del tratamiento? ¿Me resultarán útiles los resultados para la asistencia a los paclentes7 ¿Pueden aplIcarse los resultados a la asistencia de m I paciente? ¿Se han considerado todas las variables de evaluación del resultado cllnicamente importantes? ¿Compensan los probables beneficios del tratamiento los posibles efectos nocivos y costes del mismo? II. Cómo utilizar un artIculo sobre tratamiento o prevención -Guyatt et al 35 Tabla 2. Presenlación de algunas Riesgo sin el tratamiento (riesgo basal): X 20/100=0.20 O 20% de las medidas Riesgo con el tratamiento: V Reducción absoluta del riesgo (dllerencla d, riesgo): X-V 15/100=0015015% utilizar los resuJtados de los estudios válidos sobre intervenciones terapéutlcas. Para facilitar la referencia hemos resumido los cálcuJos en las tablas. ¿Cuáles de los efectos del Iratamienlo han sIdo loS resultados? ¿Cuál es la magnitud del efecto del tratam1ento7 Lo más frecuente es 0,20-0,15:0,05 Riesgo relatIvo V/X Reducción del riesgo relatIvo (RRR): [1-{V/X))] x 100"1. Intervalo de conllanza o [(X-Y)/X] x 100"1. para la RRR: 0,15/0.20-0,75 ración con el exislente en los pacientes del grupo de control. Cuanto mayor es el RRR. más eficaz es el tratamiento. ¿Cuá.l ha sIdo la precIsIón de la estimación del efecto del tratalIúento7 Nunc'a puede llegar a conocerse la reducción real del riesgo. Lo único [1-0,751)( lOO%a25% [0.05/0.20] )( IOO"/.c25"/. -38% a +59% probabilidad de muerte un 38% superior al de los pacientes de control) como con una RRR de casi un 59% (es decIr, que tras la aplicación del nuevo tratamiento los pacientes tuvieran un riesgo de muerte lrúerior en casi un 60% al de los pacientes no tratados). que podemos obtener es la ~ En otras palabras, eJ&deI95~Ae--e-sta que no~roporciQnan e!!~ayos coJ1!;r-9.a-- ~e -~8a 5~v cn rea)l~~l ~ -- que en los ensayos clínicos con asigna~un diseno dgUIillIQ,y-.11l-InejQr ensayo no nos ha ayudado a decld1r si ción aleatoria se realice una yjgilancia est~~~íón del efecto teraDéutico reM debe ofrecerse o no a los pacientes el ~uidadosa- de la fre~uencia con la Que éS1a que se observa en el ensayo. Esta .nuevo tratamiento. ¿Qué tipo de estulos acientes ex erimentan dete .estimacióQ se denomina '~. dio resuJtaria de mayor utilidad? gQ! e12isodios o resultados adversos, ~!I para recordarnos qüe, aunque Veamos el caso de que el ensayo inComo ejemplos de ~ariabjes-dico.". ~ real se encuentra en algún puncluyera no a 100 pacientes por, grupo, ~e evaluación del resuJtado to próximo al mismo, es improbable que sino a 1.000 pacientes por grupo,. y que (resultados de tipo si o no, que, o bien la estimación sea precisamente la cola proporción de episodios observados tienen lugar o no lo tienen) cabe citar rrecta. Los investi adores nos indican la fuera la misma que antes, es decir, que la recidiva del cáncer, el írúarto de rniozona en la ue es se produjeran 200 muertes en el grupo cardio, o la muerte. Los pacientes preijiiintre el efe&t~leal. m~rli:1.Dt~Jm~-e,j.-., de control (X=200/1.000=0,20) y 150 sentan o no estos episodios y el artfcuJo .trateP.ia estarl(~tic~ QII" "n~muertes en el grupo de tratamiento indica la proporción de pacientes que ~~arJosint~rv:1.lg~rI" "Q1;1~~a (lC)3. (y= 150/1.000=0,15). Nuevamente, la los pressntan. Consideremos, por ejemGeneralmente (aunque de manera estimación puntual de la RRR es de un plo, un est~dio en el que el 20% (0,20) arbitra~a), se utiliza ~I LC d~l~~~,que 25%:[1-(Y/X)) x 100%=[1-(0,15/0,20)) x de los pacientes del grupo de control puede mterpretarse sunpTe-mente como x 100%=25%. En este ensayo más amhayan fallecido, mientras que sólo hauna defInición de los .Y!1:YtesQue inclu. , plio, cabria pensar que la reducción yan muerto un 15% (0,15) de aquellos y~n el RRR real e un 95% d areal del riesgo esté mucho más pró,(!ma a los que se ha administrado un nuevo s ones. va or real del RRR rara vez se" al 25% , y nuevamente tendría usted ratratarniento. ¿Cómo podrían expresarse eñCóñtrará en los extremos de este inzón. El Ndel.9.5.%. p~~ III RRR rI~ esQsestos resultados? En la tabla 2 se pretervalo, y tan sólo en un 5% de las ocaresult"idos se sitúa en su ~2.~~~, senta un resumen de las fom\as en las siones se situará por fuera de los extreraao-positivo y es~ ~1%. , que se observan los erectos del tratamiento. Una fom\a podría ser la~ ..ebsoluta (denominada reducc~ alJso.; 1üia"'""<18lriesgo o ~rencia ~~ entre la proporción de paci'éñtes ue ~an falleciao en el grupo ae co~tI9J í~) ~proporción de los que nan mu~ ~el8rugo de tratarni~!!~(y), es decIr X-Y=0,20-0,15=0,05. Otra forma de ex. presar lo efecto del tratamiento sena ~~rela~~ (RR), es ec1r, e J;ie~o~e-?~.:an~~,~nacientesQUe --:!!-cilI.e!!--el n~~v-D t~, en- com~n ~el é~n~~-ar--~s ~trolLQ séa Y7Y:=0,~2~5. ~ -~~~ mos indicados. Esta propiedad del IC se ~-~~-rJa-mumQ-'e:1.gr,!!gQ...Q~:sj~r.a.ciQn.~ convencional de ~. Ilustraremos el empleo de los IC en los siguientes ejemplos. Si en un ensayo se hubiera asignado aleatoriamente a 100 pacientes el grupo de tratamiento ya otros 100 el de control, y se produjeran 20 muertes en el grupo de control y 15 en el grupo de tratarlÚento, los autores calcuJarian una estimación puntual del-RRR del-~: X=20/100o 0,20, y=15/100 0 0,15 y [1-(Y/X)) x 100%=[1-0, 75) x 100=25%. Sin embargo, cabria pensar que la RRR real pudiera ser muy inferior o muy superior a este 25% en función de una di- ~-r;stOs~'ejempTosponen de manifIesto que cuanto más Slrande es el tamaño de la muestra utilizada en un ensa o mayor es e número de epISodios de valor3clóñ Que se oroducen y suoerior la co~~~Jc.1?~~~~ RRR verdadera (o cualquier otra medióa--aeeficác1'á'5" esté próxima a lo que hemos observado. En el segundo ejeil\pwClt,ado, el valor más bajo plausible de la RRRera del 9% y el valor máximo del 41%. La estimación puntual (en este caso de un 25%) es el valor que es más probable que corresponda a la RRR real. &Jr cnn~irlprll~do valo~es-cada v~ej:1.dns. de !a est.imación Dun~l. és~o.$van sie~~o .:~~a v~z men~s La media que se utiliza con más frecuencia para evaluar los efectos de.!:!!., ~tarniento dicot6micQ~ el complementario de este RR, que se denomina ferencia de tan sólo 5 muertes. De hecho, cabría pensar que el tratamiento pudiera no aportar beneficio alguno (una RRR de 0% ) o que fuera incluso c~atibles con I! tiRR 9..pM.¡::yaaa. ~do se su~~~~ I~~,.!!m!t~~~r o írúerior del IC del 95% resulta extraor nte im robable que os v - ';~~'w!:ti4l ~re~~v~(RRR). Se expresa ae la siguieñfe fOrma, en porcentaje: l-CYfX) x 100%=[1-0,75) x rrJO%=25%, UnRRR de un 25% ~ que el nuevo trai~ento hareaucido el n-esgoae muerte enun25%éñiómj;a:- nocivo (una RRR negativa). Y tendría usted razón, puesto que, de hecho, es. tos resuJtados son compatibles tanto con una RRR de -.'38% (es decir, con que los pacientes a los que se administrara el nllevo tratamiento tuvieran ~a ores correspondan a a .~~.,"J~ ~~¡¡..puntual (es decir, la RRR observada). En la r¡gura 1 se presentan los IC de la estimación puntual de una RRR del 25% en estos 2 ejemplos, de tal manera JAMA (ed. esp.), 1997 II. Cómo utilizar un articulo sobre tratamiento o prevención -Guyatt et al d I. que una reducción del riesgo de O indica una ausencia de efecto del tratamiento. En ambas mación puntual de:situaciones, la RRR es ladeestili~ ' del ríes o la. atib e con los resultados del estudio cOñfíIi:úa siendo imnortantp " ",..Iíni,..~:::::;:.-~-~: :. -", ., -~---;;;--m~~va'. ,~~ r!~'..i...H.IG..s¡,¡ñ~~rand~ (,'..m'.. p:lr:l qIIP.U5-ted desee ofrecerla a i e1.. ~Odemos cons)der~r a~!~ )os i~~estig,,--~ ,~ ,i ~ 1 :1 ,. coITespon d e a I .tros) en el grupo Inter- que se estudiaa 100pacientespor grupoy el número de episodiosen los gruposde tratamientoy de con~rolesde 2 y 4. respectivamente,La !ínea d,scontlnuacorrespondeal Intervalode confIanza, del segundo ejemplo. en el que se estudía a 1,000pacientespor grupoy el númerode episodios en los gruposde tratamientoactivoy de control es de 20 y 40.respectIvamente, experiInental al que se musculos I contnua .. Inea 50 (%) el ,. primer a (IC) 1 L confianza gura. de Fl 25 dBI riesgo en 0 relBllva ejemplo -25 Aeducción del -50 los ~ ., de 59 ...~ entrenaffiJento ..41 el I ~.: li -~.: ~,~9. ~ có I ap -k38 ratorios en pacientes que presentan una linutación crónica al flujo aéreo, una medida principal de valoración del resultado fue la distancia que eran capaIces de recorrer caminando los pacientes <;Iurante 6 minutos en un pasillo cerradoll. Esta distancia recorrida en 6 minutos presentó una mejoría, pasando de un promedio de 406 a un promedio de 416 metros (aumento de 10 me- ... .. .. .. .. .. ~ - valo u ~. ~, 7U. + e era .,!!YenOr 25%, pero elIC es mucho más estrecho en el segundo caso. Es evidente Que cuanto ma~or es pl ; tamaño de la muestra. más estrecho es !JlCz ¿Cuándo es suficientemente grande el tamaño muestral?J~ En un estudio con un resulta'do "positivo" (un estudio en el que los autores llegan a la conclusión de que el tratamiento es eficaz) puede examinarse el limite ÍIÚerior del IC. En el segundo ejemplo, este )Imited 9OL S~¡ a~~~ ..a..1" ;..1-' . enfen1leclad ptlimonar crónica puede centrarse en alU1lentar su capacidad de esfuerzo físico. Así, estucliosobre el entrenanuento de en losun músculos respi- respiratorios, mientras que en el grupo de control pasó de 409 a 429 (aumento de 20 metros). La estimación puntual , ., de la meJona en cuanto a la distancia recorrida en 6 minutos como consecuencia del entrenamiento de músculos respiratorios rue negativa, de -10 metros dores han incluido en el estudio a un ~ro~OOciente -de pacientes. ~ cambio, si usted no cree que una RRR dria tener unos Ifmites algo más próde un 9% sea clúUcamente significativa, ximos, el estudio no puede considerarse defi¿Qué puede hacer el clúUco si en ell nitivo, ni siquiera en el caso de que los artículo np-se-~rli('" ,.1 Jr: correspon-1 resultados sean estadísticamente signidiente aia RRR'?1Hay tres formas de ficatlvos (!0'Sdecir, si descartan que la abordar esta situación, que presentarereducción del riesgo sea O). Te!!Ba e~ mos por orden de complejidad crecien~rQbabilidad dea1:1~el va-'JIfote. Lo más sencillo es ~aminar el val~!~~ SI es exactamente d~Q.Q.§ pllfmi-te ÍIÚerior del intef\.alo de confianza del ~% de la RBR debe situars~ e'ñct:;: l!1ente en O (un RR de I) x-no Duede.~ú>"or ejem.piQ...J1l\IC~el ~~J. .~ descartarse la nosibilidad de Qlle el tra~nos ayUda también a interpretamiento carezca de efecto. A medida tar los estudios "negativos", en los que que el valor de p se va reduciendo por los autores llegan a la conclusión de debajo de 0,05, ellúnite iriferior del irique el tratamiento experimental no es tervalo de confial\Za del 95% de la RRR superior ai tratamiento de control. Lo aum~nta por encima de 0, único que tenemos que hacer es exaUn segundo enfoque, que requiere alminar el llinite superior del IC. m.Ja.gunos cálculos mentales rápidos o el .RRR de este lúnit~ .superior seria. de. empleo de lápiz y papel, es el que pueser cierta, ~~amente~rtan~ de utilizarse cuando el artículo incluy~ estudio no ha 102[ado descartar Que~ el ~1,,~ r!,,1 "r7"". ,.~t!4nrl"r (EE) d-e-L eEsta un erecto ImDortant.e-deLt¡:ata.. RRB...(o del RR)~ En este caso, ~i~o. En el primer ejemplo que he~ su.p:.~or e ~erior ~el IQ .del 95% d~ mos presentado en este apartado, el \íuna RRB son la estimación pllntual mite superior del IC de una RRR era mas-menos el doble de este EE. del 59% .Es evidente qlle si este valor ""'" -El tercer método consiste en calcu1aDcorrespondiera' al real, el benellcio ~por uno mismo6.o sollcitarlaá-yU:-a,portado por el tratamiento seria c?naa-ae alguien (por ejemplo, un .estad!sslderable y llegaríamos a la concluslÓn tlco) para ello. Una vez obtenIdos los (es decir, una diferencia de lO metros en favor del grupo de control), También en este caso deben examinarse los IC del 95% correspondientes ~ esta diferencia en el cambio producido en la capacidad de esfuerzo físico y deben considerarse las Implicaciones que tienen. Los Investigadores nos dicen que el limite ÍIÚerior del IC de195% era de -26 metr?s (es decir, los, result~dos son compatibles con una diferencia de 26 metros en favor del grupo de control) y que el limite superior era de +5 metros. Incluso en las mejores circunstancias, la adición de 5 metros a los 400 registrados al inicio del ensayo carecería de importancia para el paciente, y este resultado descarta de manera efectiva la obtención de un beneficio clúUcamente significativo con la aplicación del entrenamiento de ml!sculos respiratorios tal como se utilizó en este estudio. Tras haber determinado la maglútud y la precisión del efecto del tratamiento, el lector puede pasar a la última pregunta sobre cómo aplicar los resultados del artículo a sus propios pacientes ya su práctica clinica. de que, aunque los Investigadores no demostraron que el tratamiento experimental fuera superior al placebo, tampoco pudieron demostrar que no lo fuera. ~o~ resul~g~l estudio no descar~un efecto t!nte deltr~tami~nto, Ruevameñte, el clúUco debe tener en cuenta la arbltrariedad qu~ representa la elección de los lúnites del 95%' para el IC. Una alternatlva razonable, unIC de190%, po- ¿Pueden aplicarse los resultados a la asistencia de nú paciente? La primera cuestión a abordar es e~ gradoQ~ fiabilidad con el que pueden aplicarse los resultados a un paciente o pacientes concretos de la consulta. Si el paciente en cuestión hubiera sido incluldo en el estudio de haber estado allí (es decir, si cumple. todos los cd.teIjQs ge inclusión v no viola ~o de lQ§. ~~y~ara~~exc1Us~n) JAMA (ed. esp.), 1997 IC, conocerá hasta qué límites superior e ÍIÚerior podría llegar la RRR (es decir, sabrá cuál es la precisión de la estlmación del erecto de! tratamiento) y podrá interpretar los resultados tal como se ha descrito anteriormente. No todos los-ensayos con as!S!!acl~~ ~~atoria disponen de varl~~~ ración del resultado dicot6rnicas, y tampoco debe ser as(. Por ejemplo, un huevo tratamiento para pacientes con una ¿Resultarán útIles los resultados para la asistencia a mls pacientes? . II. Cómo utilizar un artfcy!o sobre tratamiento ° prevención -Guyatt el al 37 hay pocas dudas de que los resultados s$tomáticas después de un infarto de análisis de subgrupos no cumpla estos sean aplicables. Si éste no es el caso, y m,locardio. Los investigadores tuvieron criterios, los clínicos deben mostrarse el paciente no hubiera sido considerado qtie suspender los ensayos al compro. escépticos respecto a la aplicabilidad elegible para el estudio, es necesario bar que la mortalidad era considerable. del resultado a sus pacientes. valorar la situación. Es probable que el mente más elevada en los pacientes tra. ¿Se han tenido en conslderacl6n resultado del estudio sea aplicable, si, tados con los fám\acos antlarrftnúcos todos los po81b:les resultados clínlpor ejemplo, la paciente tiene 2 aflos que en los que recibían un placeb08.o. camente importantes? ~-tra.t.~7: Los clú"úcos que se hubieran basado en más de los exigidos para el estudio, mientos-e.s.tán-jndic~QQL~uando aporpresenta una enfent\edad más grave, ha la variable de valoración final sustitutl~:iJ~~~~s:'I:aaemos. va de la anitmla hBbI1an continuado sido tratado anteriont\ente con otro tración de que un broncodilatador proadn\inistrando estos 3 Cám\acos, en detratamiento alternativo o presenta alguduce pequeI"los incrementos del volutrimento de sus pacientes. na patología asociada. Un planteamienmen de espiración forzada en pacientes A pesar de que los investigadores to mejor que la aplicación rígida de los con una limitación crónica del flujo aédescriban unos resultados favorables reo, de que un vasodilatador mejora el criterios de inclusión y exclusión del estudio es preguntarse A- existe algUlladel tratamiento en una medjda clú"úca. gasto cardíaco en pacientes con insufimente Importante, los clínIcos han de fYQ.D l'nn.nnceAte peF la Ilwe 105 ~e5u.1- ciencia cardíaca, o de que un fánnaco tener la precaución de comprobar aue.tados no deban ser a12licables al DacienlúpolipemiaJ\te mejora el perflllipídíco, te. Generalmente no se hallará una rano proporciona necesariamente una ra~rp~ :pf~~~.naci~ otros ~tos del resultado. Así, por zóñ convincente, y la mayor parte de zón suficiente para la administración de las veces podrán generalizarse los reestos fármacos. Es necesario que haya ;plo, mi;ñt;a-;;e;;;¡¡¡apreparando ,sultados para aplicarlos de manera tia¡ esta serie de artrculos, slgui6 la controuna evidencia de que los tratamientos versia acerca de si la reducción de los ap-9-rt3nmejorías en medidas del resulal paciente~ ,bleUna última cuestión que se plantea Ifpidos aumentaba de manera Imprevistado que sean importantes para los pacientes, como por ejemplo reducir la -ta las causas de muerte no cardiovascu. es cuando nuestro ~aci~Il~-I!OSee la~ ~~racterísticas de 00 subg:ñiDO de Dalareslo. La quimioterapia anticancerosa aIfiC"i:ijtad de respiración al realizar actipuede alargar la vida pero también puevidades necesarias para la vida diaria, ;cientes del ensayo analizado. En los arde reducir la calidad de la misma. Por evitar la hospitalización por insuficientfculos que presentan los resultados de cia cardíaca o reducir el riesgo de infarúltimo, los ensayos de tratamientos quiun ensayo (en especial cuando el tratarúrgicos docwnentan a menudo una to de miocardio. Podemos considerar el miento no parece resultar eficaz para el prolongación de la vida en los pacientes volumen de espiración forzada en un paciente medio), los autores pueden que sobreviven a In opernci6n (proporsegundo, el gasto cardíaco y el perf¡J Iihaber analizado un gran número de cionando una supeMvencla a 3 aflos subgrupos de pacientes en distÍJ1tas pídico como "y~ables~ v~r~~ ~s\lsti~llti~ ~rli i'P('~i1:..~(Substitu-superior en los pacientes tratados quietapas 4e la enfent\edad, con düerenrúrgicamente); pero con un riesgo de t-e-ena~poi'ñIs):--Ei1o ínC11ca que los tes patq!ogfas asociadas, de diversas muerte durante la operación o inmedjaautores han sustituido variables de vaedadesr!.etc. Es muy frecuente que es:tamente después de la misma. En contos análisis de subgrupos no se hayan loración importantes (dificultad respisecuencIa, quienes utilizan los infom\es ratoria, hospitalización o infarto de planificado previamente, y simplemente de ensayos quirúrgicos deben examinar miocardio) por estas medidas fisiológise van "~astreando" los datos para ver si la infom\ación relativa a la mortalidad cas, generahnente porque para confirsUrge alguna observación de interés. En inmediata y temprana (que es caractema( la obtención de un beneficio en las ocasiones, los investigadores pueden rfstico que sea más alta en el grupo de primeras tendrían que incluir en el essobreinterpretar estos análisis .'depentratamiento quirúrgico) además de los tudio a muchos pacientes y seguir su dientes de los datos" como indicativos resultados a largo piazo. . evolución durante períodos de tiempo de que el tratamiento presenta real¿Compensan los probables benemente un efecto diferente en un submucho más largos. ficios del tratanúento los posibles Un ejemplo reciente y muy notable grupo de pacientes (por ejemplo, pueefectos nocivos y costes. del núsdel peligro que comporta el empleo de de considerarse que en los de mayor mo? -SJ.jQ'!!r~Qs.del ~~~W~ variables de valoración final sustitutivas edad o en los 'más graves, los beneficios ~~a b le5-A-nUe~a ~i~nle. "~¿ ha sido el de la evaluación de la utilidad aportados por el tratamiento son consi.I;.!...~.~lQ~~Il!sl2..,~§-~2.u~. la si. derablemente superiores o inferiores a de los fármacos antiarrítmicos utilizagwente pregunta se refiere a SI los prodos después del infarto de miocardio. los obtenidos en otros subgrupos de pabables beneficios del tratamiento comDado que se ha demostrado que estos cientes del ensayo). ~terio~JJ~ pensan el esfuerzo que la aplicación del fármacos reducen las despolarizaciones establecer si deben aceptarse estos mismo exige a médico y paciente. Una ventriculares anom1ales (la variable de iiñálisis de subgrupos', se- res~ reducción de un 25% en el riesgo de fa siguiente foñna:E"S probable Que elvaloración final sustitutiva) a corto plazo, parecía lógico que redujeran, a lar- .muerte puede parecer muy Impresio. tratamiento aporte realmente un mayor nante, pero su Influencia en el paciente go, la presentación de arritlnias con omenor beneOOo a un subgruPO Clepa: y en la práctica clú"úca puede ser, no peligro para la vida. Un grupo de invesclentes en comDaración cono¡ros si ~ ~ cl~1-~se f ec t osdillr!~~~ obstante, mÚ1iina. Este concepto puede tigadores realizó ensayos de asignación ilustrarse utilizando la idea del ..~ aleatoria con 3 fármacos (encaiIúda, ~~-~n los SUb~ruDOStiene 1~§iP.uien!fi flecainida y morizicina) que anterior.~r~t~' (NNT)II. . Clll:icterlsticas: a) ~ b) e)-lill!Y.~ influencIa Que tiene un tratanu~mente se había demostrado son efica.!iestá en relaclónnQ s61o ~~n su ~R~. ces para inhibir la variable de valora~ también con el ries~o del res.ul~do ción sustitutiva de las despolarizaciones adverso Que se pretende prevenir. Los ventriculares anormales, con objeto de 6TOQUeadoresbeta reducen el riesgo de determinar si estos tratanúentos redumuerte después de un infarto de mioclan la mortalidad en los pacientes con J.~~~ , y e} ~~.r~p.r2~~trQ!, cardio en aproximadamente un 25% , y an'itInias asintomáticas o levemente estudios. En la medida en la que UI1 "--~. 38 JAMA (ed. esp.), 1997 II. Cómo utilizar un articulo sobre tratamiento o prevención. Guyatl et al Ij Tabla 3. Dos pacientes con pronósticos distintos después de un infar1o de miocardio SI el riesgo de muerte a 1 año sin Iratamlento (riesgo basal) es: X Y el riesgo relativo de muerte con el tratamiento (un p-bloqueador) es: Y/X Y la reduccl6n del riesgo relatIvo es (1-{Y/X) " 100% o ((X-V)/X) )( 100"/. El riesgo de muerte con el Iralamlenlo es: y 1"1.00,01 10"1.00,10 75% o 0.75 75% o 0.75 25% 25"1. 0,01 x 0,75 = 0,0075 0.10 x 0,75 = 0,075 Tabla 4. Incorporación de los electos SI el riesgo de muerte a 1 a~o sin Iralamlenlo (riesgo basal) es: X 1%00.01 10% 00, 10 secundarios Y el riesgo da muerte con propranolol es Y 0.01xO.75=0.0075 0.1 OxO.75=0.075 esta RRR es unifom1e en los distintos subgrupos, incluyendo los pacientes con un riesgo "basar' de recidiva y muerte alto o bajo si no son tratados. En la tabla ~ se presentan 2 p~cient~s que han sufrido un infarto de mlocardio reciente. Consideremos primero el caso de un varón de 40 años de edad con un infarto pequeflo, una !=apacidad de.ejercicio n°':lna.l y que. no presenta .SignOS de amtmla ventncular. El pacIente está dispuesto a dejar de fumar, a iniciar un programa de ejercicio físico, a perder peso ya tomar ácido acetilsalicruco diariamente. El riesgo de muerte de este paciente el) el primer ano siguiente al infarto puede ser de tan sólo un 1%. Los bloqueado res beta reducirían este riesgo en una cuarta parte, es decir , a 1 ~ 0.75%. c~n una disminució~bsolu'r-- ta del riesgo del 0 25% es decir : m Ve es a reducción .all~9!.~ ' <;!elriesgo (es decir, ,!:!:!!Odivis!idn ~nTj~reducción abs01uta delJj-~§gd) e.$ iguálal t\llrne[o-ae Dacien~~s de este tipo que "11e~el1amosl;I:lt~aI:~ prevenir un episodio (en este caso, para prevenir una muerte tras un infarto de miocardio leve en ~ paciente de bajo riesgo). En este ejemplo, seria preciso tratar a '100 pacientes de este tipo durante un año para salvar una sola vida (1/0,0025=400). Un va~ó~ anciano, con una capacidad de ejercIcio limitada y con frecuentes extras[stoles ventriculares, que continúa fumando después de tener un infarto, puede presentar un riesgo de muerte durante el af\o sigulente de hasta un 10%. Una reducción del riesgo de muerte de un 25% en ~ paciente de .alto riesgo como. éste genera una disminución absoluta del riesgo de un 2,5%, es decIr 0,025, y seria preciso tratar tan sólo a 40 pacientes de este tipo durante un aflo para salvar una vida (1/0,025=40). JAMA (ed. esp.), 1~97 al cálculo del número que es necesario La reducción del rlelgo ablolulo el: X-V 0.01-<1.0075=0,0025 0.10-0,075=0.025 V la reducción riesgo absoluto X-V 0,01~,0075 0,1Q-{),075 del es: V el número que es necesario tratar para prevenir un episodio el 1/(X-V) = 0,0025 = 0,025 110.0025=400 110.025=40 Iralar (NNT) Y el número quo es necesario tratar para prevenir un episodio es: 1/(X-Y) y la Incidencia de la ratlga cllnlcamente Importante con el uso de propranolol es: 110.0025=400 110.025=40 10"10 O 0,10 Con lo que el número de p.clentes con r.tlga por cada vida salvada .s: 400xO.1=40 40xO.1 =4 Estos ejemplos subrayan un elemento clave en la decisión de iniciar un trataroiento, a saber: antes de tomar una decisión sobre un tT~t~mipntn tiphpmns ~d~rar. el ries~o Que tiene n~est!:o paciente de oresentar una evolución adversa si no se le tra .Para w'la RRR a a cua to más alta s la de que un aciente resente una evotu~lon aaversa sr no J~ tratamos, mas profiable es q~e~~c.;~e11te 6Dten~n-e::n:cIodel tratamiento vmenos-Gasos de este t!p-~j-~~J!iJ9 tra~para preverur un episodio. As[ pues, ~ los nuestra propIa eflciencia cUnica salen bene cia os cuan.d-oe¡--~~ <1e un e~s-odio es~o. -"Tar-i1ez no dudaríamos en tratar hasta 400 pacientes para salvar w\a vida si la terapia fuera barata, fácil de {lpl:icar y de cumplir, y resultara inocua. Si11 embargo, la realidad es que los trata- mos las respuestas individuales y ajustamos nuestro tratamiento en consecuencia. Una de las respuestas al problema de los efectos secundarios frecuentes y relativamente menores (como la fatiga) es la de suspender el tratamiento en los pacientes que presentan el problema. Si consideramos a los pacientes de bajo riesgo con fatiga como grupO! provocaríamos una fatiga a 400 pacientes para salvar una vida y es probable que esta proporción no sea aceptable. Al suspender el tratamiento en estos pacientes, podremos tratar a los demás sin causar fatiga en ninguno: Sin embargo, no puede aplicarse este mismo enfoque ante trastornos ei>isódicos graves. Cabe citar, por ejemplo, el riesgo de hemorragia en pacientes tratados con anticoagulantes, fám1acos trombollticos o ácido acetilsalicílicoI 0 el riesgo de reaccio- mientos suelen ser caros y suelen comportar riesgos. Cuando en los informes de ensayos se documentan estos riesgos o I:esultados adversos, los lectores pueden aplicar el NNT cara evaluar los beneficios y cos~~~de-U!:~ta: ~. As[, por ejemplo, sí los bloqueadores beta causan una fatiga clirúcamente importante en un 10% de los pacientes que los toman, el NNT para cn\J.'1arfatiga es dc 1/01101I~SdeclrI de 10. Esto se muestra en la tabla 4, en la que se observa que una polltica de tratar a pacientes de bajo riesgo después de un infarto de miocardio (NNT=400 para la prevención de una muerte) hará que 40 pacientes presenten fatiga por cada vida salvada. En cambio, una polltica de tratar tan sólo a los pacientes de alto riesgo hará que tuatro de ellos muestren fatiga por cada vida salvada. ..A Sin embargo, los clínicos no tratamos a los grupos de pacientes de manera unifom1e. De hecho, considera- nes fam1acológicas raras pero catastróficas. En todos estos ejemplos, el número de episodios adversos por vida salvada (o, si los trastornos son lo suficientemente infrecuentes, el número de vidas salvadas por episodio del efecto adverso) puede dar una imagen convincente de la proporción existente entre ventajas y riesgos de la intervención. RESOLUCIÓN En el ensayo con asignación aleatoria sobre la warfarina en la fibrilación auricular no valvular que usted ha seleccionado para leer (Ezekowitz et aI)I, un ..total de 260 pacientes fueron tratados con warfarina y 265 recibieron placebo. Los resultados obtenidos. se resumen en la tabla 6. lo largo del af\o y medio siguiente, sólo cuatro de los pacientes del primer grupo (0,9% anual), frente a 19 del segundo grupo (4,3% anual) presentaron II. Cómo utIlizar un artIculo sobre tratamiento '58BJ2~ DE LA ESCENA o prevención -Guyatt el al 39 Tabla 5. Resumen del erecto dellralamlento con warlarina en pacientes la reduccl6n SI el riesgo de Iclus a 1 año sin tralamlenlo (riesgo basar) es: X Y el riesgo con 0,043 de tralamlenlo Ictus es Y absoluta del riesgo eS: X-V 0.009 con una librilaclón . auricular no valvular. Y el número que es necesario tratar para la prevención de un Ictus es: 1/(X-y) (Intervalo de confianza del 95%) 110.034-30 (26 a 45) y slla IncIdencia de la. hemorr.gla. clrnlcamente Importantes con warlarlna es: .. El numero de hemorr8g18s por Iclus evllado es: 0,01 Modillcada de ElekowlU .1 81' infartos cerebrales, Así pues, la RRR es de (01043-0,009)/0,0043=79%, la reducción absoluta del riesgo es de 0,043- 0,009=0,034 y el NNT para la prevención de un ictus es de 1/0,034=29 (es decir, aproximadamente 30), Aplicando los IC a este NNT, el NN'r podría ser (con el empleo del lfmite inferior del IC de la RR, que era de 0,52) de hasta 45 o (utilizando ellfnúte superior del IC de la RRR, que era de 0,90) de tan sólo 26, Ahora bien, sabemos que la warfarina puede ser peligrosa y que ah'ededor de un 1% de los pacientes que reciben este tratanúento presentan hemorragias clfnicamente importantes como consecuencia del núsmo cada añol2. En consecuencia, se producirá un episodio hemorrágico por cada t~o pacientes tratados, y si el NNT para la prevención del ictus es de 30, por' cada 3 ictus evitados se produciría ~ episodio de hemorragia grave, Si el valor real es el del l1mite inferior del IC ~.del beneficio aportado por los anticoaguJarites orales, el NNT es de 45, y por cada 2 ictus evitados se producirfa un episodio de hemorragia grave, En cambio, si el valor real fuera el del límite superior con un NNT de 26, se evitarían aproximadan\ente 4 ictus por cada episodio de hemorragia grave, Es probable que el valor real de la proporción riesgo/beneficio se encuentre en algún punto situado entre estos extremos, más próximo a la estimación puntual realizada, ¿Qué podemos decir respecto al caso de la mujer con una nefritis lúpica que se ha descrito en la parte A de este ensayo y que nos llevó a localizar un ensayo sobre la adición de plasmaféresis a una pauta de prednisona y ciclofosfamida? Lan\entablemellte, aunque la plasmaféresis produce reducciones claras en variables de valoración frnal sustitutivas, como los anticuerpos anti-dsADN y los complejos inmunes crioprecipitables, el ensayo no observó beneficio alguno de la aplicación de la plasmaféresis en medidas de ilnportancia clínica correspondientes a la insuficiencia renal o a la mortalidad, Cuando un análisis estadfstico cuidadoso de los datos que se iban obteniendo sugirió que ha- 40 JAMA (ed. esp 1997 bla pocas esperanzas de que se llegara a observar un beneficio clírúco, se suspendió el ensayo. CONCLUSIÓN Tras la lectura de la introducción a esta serie de artículos y de los 2 trabajQS dedicados a la fonna de utilizar las publicaciones relativas al tratamiento, esperamos que haya podido apreciar la fonna de utilizar la literatura médica para resolver una decisión terapéutica. En primer lugar ha de dermirse claramente el problema, y debe usarse una de las estrategias de búsqueda existentes para obtener la mejor evidencia existente al respecto. Tras haber hal!ado un artículo releval\te respecto a la cuestión terapéutica, se evaluará la calidad de la evidencia presentada. En la medida en la que la calidad de la evidencia sea mala, las posteriores inferencias (y la decisión cl.rnica que ello genere) se verán debilitadas. Si la calidad de la evidencia es suficiente, deberá determinarse el margen en el que es probable que se encuentre el efecto real del tratamiento. A continuación se considerará hasta qué punto son generalizables los resultados para aplicarlos al paciente en cuestión y si las medidas del resultado que se han utilizado son importantes. Si existen dudas respecto a la posibilidad de generalización, o si la importancia de las medidas del resultado es cuestionable, el fundamento de la recomendación terapéutica será más débil. Por último, teniendo en cuenta el riesgo de efectos adversos en el paciente, se evaluaráJ\ los resultados probables de la intervención. Ello comporta una comparación en la que se exalninen las probabilidades de obtención de un beneficio y los costes asociados al mismo (incluyendo los costes económicos y cuestiones como la incomodidad) y los riesgos. El resultado de esta comparación será el que guía la decisión terapéutica. Aunque este proceso puede parecer difícil para tomar una decisión sobre el trataIniento, esto es lo que hacen de manera implícita los clínicos cada vez que optal\ por una medida terapéuti- ca 13,Pensamos que el hecho de explicitar el proceso y ser capaz de aplical. unas directrices que ayuden a evaluar la fuerza de In evidencia redundará en una mejor asistencia de los paclentes.O Blbllograf{a I. Ezeko"itz MD, Brldgers SL, Jam'es KE et a1, ror the Veterans Affairs Stroke Prevention In Non-rhewnatjc Atrial FlbrilJation Investigators. 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