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Castillo Martínez, Ana. Influencia del apoyo social sobre el burnout en
enfermeras y auxiliares de Medicina Interna del Hospital Infanta Elena de
Huelva. Biblioteca Lascasas, 2012; 8(2). Disponible en http://www.indexhttp://www.index
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INFLUENCIA DEL APOYO SOCIAL SOBRE EL BURNOUT
OUT EN
ENFERMERAS Y AUXILIARES
AUXILIA
DE MEDICINA INTERNA
RNA DEL HOSPITAL
HO
INFANTA ELENA DE HUELVA
HUE
AUTORA:
Ana Castillo Martínez
CENTRO DE TRABAJO:
Residente de Enfermería del Trabajo. Centro de Prevención de Riesgos
Laborales de Huelva. Ctra Sevilla-Huelva, km 636. 21007. Huelva.
RESUMEN
Introducción: El síndrome de quemarse por el trabajo,
trabajo, más comúnmente
conocido como burnout,
burnout, es un trastorno que se extiende progresiva y
continuamente en el tiempo, colocando a las personas en una espiral
descendente
cendente a partir de la cual es difícil recuperarse. A este respecto cabe
destacar que las enfermeras y auxiliares que trabajan en Medicina Interna
deben enfrentarse día a día a una labor rutinaria física y psíquicamente
agotadora, con el estrés añadido de la elevada ratio paciente/profesional. En la
medida en que un entorno de trabajo inadecuado puede resultar en burnout, es
fundamental encontrar factores que puedan proteger contra el mismo,
destacando el apoyo social como estrategia por excelencia a nivel grupal.
Objetivo: Analizar las relaciones del apoyo social procedente de tres fuentes
(familiares y amigos, compañeros, supervisor) con el burnout (global y sus tres
dimensiones) en las enfermeras y auxiliares de Medicina Interna.
Metodología: En el presente
resente estudio observacional analítico transversal
participarán todas las enfermeras y auxiliares que trabajan en Medicina Interna
del Hospital Infanta Elena de Huelva. Todos los datos obtenidos en el estudio
serán recogidos directamente de los participantes
participantes mediante cuestionarios
autoadministrados (Maslach Burnout Inventory, Multidimensional Support
Scale, cuestionario de variables sociodemográficas y laborales). Se analizarán
posteriormente mediante SPSS v17.0 en función de las escalas de medida de
las variables.
Resultados esperados: Esperamos encontrar como resultados que el apoyo
social de diferentes fuentes puede actuar como factor de protección frente al
burnout que presentan las enfermeras y auxiliares de Medicina Interna.
Palabras clave: agotamiento profesional, apoyo social, personal de enfermería
en hospital.
INTRODUCCIÓN
Los trabajadores de la atención sanitaria, igual que sucede con los de otras
áreas, pueden padecer estrés laboral como resultado de los factores
institucionales y de un desequilibrio de las exigencias, destrezas y/o del apoyo
social que reciben1. Cuando dicho estrés relacionado con el trabajo supera el
nivel de adaptación y llega a ser crónico recibe el nombre de síndrome de
burnout o síndrome de quemarse por el trabajo. Si bien el primer estudio que
se refirió al burnout fue publicado por Bradley en la década de los 60,
solamente después de las investigaciones de Freudenberger en 1974 el
término despertó interés clínico. A partir de la década siguiente, Maslach y
Jackson desarrollaron varios estudios que fueron importantes para la difusión
del concepto de burnout2.
De esta manera, aún cuando existen múltiples definiciones, la más conocida es
la de Maslach y Jackson, elaborada al desarrollar el cuestionario de medida
Maslach Burnout Inventory (MBI) y que lo caracteriza como la presencia de
altos niveles de agotamiento emocional y despersonalización así como una
reducida realización personal3. El agotamiento emocional representa el
componente básico e individual del síndrome teniendo como principales
fuentes la sobrecarga de trabajo y el conflicto personal en el trabajo. Por su
parte, la despersonalización representa el contexto interpersonal en el burnout
y se refiere a la reacción negativa, insensible o excesivamente desconectada
del individuo frente al trabajo. Finalmente, el componente de la baja realización
personal se refiere a la sensación de incompetencia, falta de realización y
productividad en el trabajo2.
Desde que se acuñara por primera vez el término burnout, han sido muchos los
investigadores que se han centrado en esta destacada problemática. La
mayoría de los estudios se han visto enfocados al sector servicios debido a las
particulares características del trabajo, siendo de especial relevancia los
relacionados con profesiones sanitarias. El afrontamiento de situaciones
límites, de vida y muerte, puede producir agotamiento tanto físico como
emocional; derivando en estrés y, posteriormente, en burnout.
La necesidad de estudiar el síndrome de quemarse por el trabajo viene unida a
la necesidad de estudiar los procesos de estrés laboral, así como al hincapié
que las organizaciones vienen haciendo sobre la necesidad de preocuparse
más de la calidad de vida laboral que ofrecen a sus empleados4. Dentro de los
riesgos laborales de carácter psicosocial, el estrés laboral y el burnout ocupan
un lugar destacado, pues son una de las principales causas del deterioro de las
condiciones de trabajo. En España, la actual Ley de Prevención de Riesgos
Laborales5 refiere que es imprescindible identificar los riesgos laborales
psicosociales y prevenirlos, ya que trabajar bajo condiciones laborales seguras
es más saludable. Concretamente el burnout ha sido considerado accidente de
trabajo, siendo reconocido mediante el auto dictado de la Sala de lo Social del
Tribunal Supremo de fecha 26 de octubre de 2000 (Recurso Núm.:
4379/1999)4.
Este síndrome afecta a muchos y supone unos importantes costes tanto para
los individuos como para la sociedad en general. No en vano, el estrés es la
segunda causa de baja laboral en la Unión Europea, afectando anualmente a
cuarenta millones de trabajadores y suponiendo un coste de 20.000 millones de
euros al año, entre gastos sanitarios, sin contar la pérdida de productividad6.
En este sentido, resulta imprescindible tener en cuenta que la presencia de
burnout conduce tanto a problemas para el individuo como para la
organización. El individuo afectado por el síndrome de burnout pasa a tener
varios aspectos de su vida comprometidos, desde su salud física (fatiga
crónica, cefaleas frecuentes, dolor muscular, trastornos cardiovasculares,
gastrointestinales, del sueño, etc.), cognitiva y emocional (falta de
concentración, impaciencia, labilidad emocional, ansiedad, depresión, etc.)
hasta su comportamiento (conflictos familiares, hostilidad, intolerancia, pérdida
de iniciativa, poco rendimiento, etc.). En el ámbito organizacional, los efectos
negativos del burnout se relacionan con el aumento de los costos
operacionales y pueden ser identificados por medio de indicadores
organizacionales (absentismo laboral, deterioro de la calidad del cuidado,
deshumanización de la asistencia, accidentes ocupacionales, baja
productividad, intención de abandonar la profesión, etc.)2.
Siguiendo a Aranda Beltrán et al.7, no existen estadísticas confiables sobre
esta patología, pero se calcula que una tercera parte de las bajas laborales
entre los profesionales de la sanidad y los docentes se deben a ella. A este
respecto, debemos tener en cuenta que las cifras de prevalencia del síndrome
de burnout recogidas en la literatura varían según el cuestionario utilizado en la
medida en que los puntos de corte aplicados pueden provenir de diferentes
fuentes y la interpretación de los resultados puede ser muy variable (desde
considerar caso de burnout con una sola dimensión alterada hasta requerir la
alteración de las tres dimensiones). A modo general podemos recoger los datos
de un reciente estudio llevado a cabo entre profesional sanitario en países de
habla hispana donde se obtenía una prevalencia de burnout para Enfermería
del 7,2%3.
En la profesión enfermera debe considerarse que han sucedido un gran
número de cambios con demasiada rapidez para ser asumidos (nuevos
procedimientos, cambios en los programas de formación, cambios en los
perfiles de la población, etc.). También cabe citar la falta de preparación y
formación de algunos profesionales, la incompetencia de la Administración
Pública para resolver los problemas del sector, expectativas irreales, o lo que
se denomina la sociedad de la queja pacientes que constantemente exigen
derechos, incluso, en ocasiones, derechos desmedidos a los que no ha lugar4.
Ante todas estas cuestiones, en la medida en que un entorno de trabajo
inadecuado puede resultar en burnout, es fundamental encontrar factores que
puedan proteger contra el mismo, considerando estrategias a nivel individual,
grupal y organizacional. Dentro del nivel grupal, podemos identificar el apoyo
social como la estrategia por excelencia4. Las relaciones interpersonales
pueden de suyo llegar a convertirse en una fuente de estrés, pero cuando
existe una buena comunicación interpersonal y se percibe apoyo social, se
amortiguan los efectos negativos del estrés sobre la salud7.
El apoyo social se define como el entramado de relaciones y transacciones
sociales entre las personas que conforman la red del individuo, con la función
de complementar los recursos personales para permitir el afrontamiento
adaptativo en situaciones de necesidad8. Este apoyo puede ser emocional,
como la acción de cuidado o la escucha con compasión; o instrumental, con la
participación de cuidado tangible, como la ayuda con una tarea de trabajo. A
través del apoyo social los individuos obtienen nueva información, adquieren
nuevas habilidades o mejoran las que ya poseen, obtienen refuerzo social y
retro-información sobre la ejecución de las tareas, y consiguen apoyo
emocional, consejos, u otros tipos de ayuda4.
La teoría que concibe el apoyo social como una variable con efectos positivos
potenciales frente al estrés, y por ende frente al burnout, se origina en la
Sociología y en la Psicología Social7. A este respecto, debemos tener en
cuenta la existencia de dos modelos teóricos diferentes para explicar el
mecanismo por el cual el apoyo social puede tener un efecto beneficioso sobre
los resultados de salud y sobre el síndrome de burnout. Según el modelo de
“los efectos principales”, el apoyo social es beneficioso para el bienestar,
independientemente del nivel de estrés al que están expuestas las personas,
mediante la satisfacción de necesidades humanas importantes para la
seguridad, contacto social, aprobación, pertenencia y afecto. Por su parte, la
hipótesis de “amortiguación” propone que el apoyo social modera los efectos
del estrés. Las relaciones entre los estresores y el burnout serán más fuertes
para las personas con bajos niveles de apoyo que para las personas con
niveles altos”9.
En definitiva, los efectos del apoyo social sobre el síndrome de quemarse por el
trabajo pueden ser diversos: son directos sobre el estrés percibido y el
síndrome, al mismo tiempo que actúa como modulador entre el estrés percibido
y dicho síndrome. Tales efectos tienen diferente explicación, pero todos se
enfocan hacia las respuestas (signos y síntomas) que el individuo genera ante
el apoyo social brindado, ya sea por exceso, por darse de manera inadecuada
o por la falta de éste. Así, sobre la dimensión de agotamiento emocional, los
efectos se encuadran dentro de la función de apoyo emocional que tiene el
apoyo social en el trabajo. En la dimensión de falta de realización, los efectos
se verían reflejados por el éxito o el fracaso profesional, desarrollando en la
persona mayores sentimientos de realización en el trabajo y mejorando sus
actitudes hacia su entorno profesional o viceversa. Sobre la dimensión de
despersonalización, el apoyo social facilitaría que el sujeto evaluara de forma
adecuada su entorno social, así como sus actitudes hacia los demás. De esta
forma se explica que el apoyo social pueda desencadenar o facilitar los efectos
del burnout7.
Llegados a este punto es importante tener presente que la mayoría de los
estudios sobre burnout suelen llevarse a cabo con el personal de Enfermería
que trabaja en los servicios más especializados como es el caso de Psiquiatría,
Urgencias, Cuidados Intensivos, etc.; o se refieren a estos profesionales de
forma generalizada. La cuestión radica en que las investigaciones no se
centran en unidades en las que, en principio, se presupone que el trabajo no es
tan complejo ni estresante. Ese es el caso de Medicina Interna, cuyos
profesionales deben enfrentarse día a día a una labor rutinaria y física y
psíquicamente agotadora, con el estrés añadido de la elevada ratio
paciente/profesional. Los pacientes en este tipo de servicios suelen presentar
unas limitaciones físicas de gran magnitud, hecho que va a influir no sólo en los
cuidados que debe proporcionárseles, sino también de forma indirecta en la
atención psicológica que precisan tanto ellos como sus familias.
Al mismo tiempo, es importante considerar que en muchas ocasiones estos
pacientes apenas experimentan progresos en su estado de manera que,
llegado el momento del alta, los cuidados proporcionados parecen haber sido
en balde. El trabajo de enfermeras y auxiliares en estas circunstancias implica,
ante todo, disponer de estrategias de afrontamiento eficaces y de apoyo en el
lugar de trabajo. Resulta ilógico, pues, que no se haya investigado los niveles
de burnout que presentan los profesionales de dicho servicio, pero no suele
considerarse en su justa medida que este tipo de trabajo pueda resultar tan
agotador como otros.
Una vez revisados todos los aspectos por los cuales resulta imprescindible
estudiar el burnout en relación con el apoyo social y, en concreto, en Medicina
Interna, es preciso tener en cuenta, además, la escasez de estudios a este
respecto, especialmente en España8,10. Un elemento común de las
investigaciones sobre el tema reside en la coincidencia en la asociación
significativa entre todas o algunas de las dimensiones del burnout y el apoyo
social recibido por diferentes fuentes8-14. A este respecto debemos señalar que
la mayoría de los estudios recogen el apoyo social procedente de las redes
formales (compañeros del trabajo y/o superiores)10-14, mientras sólo unos pocos
resaltan la importancia de incluir también el apoyo informal (familia y amigos
íntimos)8,9. Sundin et al.11 incluso registran el apoyo recibido por parte de los
pacientes, si bien esta medida resulta un poco ambigua en términos de apoyo
social propiamente dicho. Cabe destacar, asimismo, que la mayoría de las
investigaciones revisadas eran de tipo transversal8-13, con un único estudio de
carácter longitudinal14.
Es importante recordar que el burnout es un trastorno que se extiende
progresiva y continuamente en el tiempo, colocando a las personas en una
espiral descendente a partir de la cual es difícil recuperarse. Debemos destacar
que el estado de ánimo deficiente del personal es perjudicial para la atención a
las personas y supone una pérdida en términos económicos. El mismo nivel de
evidencia de eficacia y eficiencia exigido en la provisión de cuidados debería
tenerse en cuenta en la planificación del trabajo de quienes lo realizan,
cuestión que todavía no ha sido considerada tal y como se merece. De ahí
queda justificado y enmarcado el presente proyecto, permitiendo identificar en
qué medida la existencia de un adecuado apoyo social puede repercutir como
factor protector en la presencia de burnout entre enfermeras y auxiliares que
trabajan en Medicina Interna.
HIPÓTESIS
El apoyo social (formal e informal) que reciben las enfermeras y auxiliares de
Medicina Interna actúa como factor de protección en el nivel de burnout que
presentan.
OBJETIVOS
Objetivo general:
Analizar las relaciones del apoyo social procedente de tres fuentes (familiares y
amigos, compañeros, supervisor) con el burnout (global y sus tres
dimensiones) en las enfermeras y auxiliares de Medicina Interna.
Objetivos específicos:
Conocer el perfil sociodemográfico y laboral de las enfermeras y auxiliares
participantes.
Describir el nivel de burnout global y de cada una de las tres dimensiones que
presentan los participantes.
Describir la prevalencia de burnout en el grupo de estudio.
Identificar el apoyo social formal e informal recibido por los sujetos
participantes.
METODOLOGÍA
Diseño:
Se llevará a cabo un diseño observacional analítico transversal, el cual
permitirá identificar los niveles de burnout y de apoyo social de las enfermeras
y auxiliares de Medicina Interna y, al mismo tiempo, conocer la relación
existente entre ambas variables.
Población de estudio:
El presente estudio se llevará a cabo con todo el personal sanitario no
facultativo (enfermeras y auxiliares de Enfermería) que se encuentre trabajando
en las unidades de hospitalización de Medicina Interna del Hospital Infanta
Elena de Huelva durante el período de recogida de los datos.
Criterios de inclusión/exclusión:
- Se incluirá a todas las enfermeras diplomadas y a todas las auxiliares de
Enfermería que lleven al menos 1 año trabajando en Medicina Interna del
Hospital Infanta Elena de Huelva.
- Se excluirá a la persona encargada de la Supervisión de Enfermería en cada
una de las unidades de hospitalización de Medicina Interna.
- Asimismo quedará excluido el personal de roting que esporádicamente trabaje
en Medicina Interna.
Las unidades de Medicina Interna del Hospital Infanta Elena de Huelva ocupan
cuatro alas de hospitalización (tercera derecha, cuarta derecha, quinta derecha
y quinta izquierda), con las siguientes características generales:
- El número de camas es de 32 en la quinta izquierda y de 29 en las alas
derechas.
- La plantilla de Enfermería de cada ala la componen diez enfermeras y diez
auxiliares de turno rotatorio, así como una enfermera y una auxiliar fijas de
mañana.
- En el turno de mañana hay tres enfermeras y tres auxiliares de Enfermería;
mientras que en los turnos de tarde y noche hay dos enfermeras y dos
auxiliares.
- Cada ala cuenta con su propio supervisor de Enfermería.
Variables de estudio:
* Variable independiente: apoyo social (según Multidimensional Support Scale),
donde se evalúan tres fuentes:
- Apoyo social de familiares y amigos.
- Apoyo social de compañeros.
- Apoyo social del supervisor de la unidad.
* Variable dependiente: síndrome de burnout (según Maslach Burnout
Inventory), incluyendo sus tres dimensiones:
- Agotamiento emocional.
- Despersonalización.
- Realización personal.
* Variables de confusión:
- Edad.
- Sexo.
- Estado civil.
- Carga familiar (especificar hijos y/o personas a su cargo).
- Categoría (enfermera o auxiliar de Enfermería).
- Ala de hospitalización en la que se trabaja (tercera derecha, cuarta derecha,
quinta derecha o quinta izquierda).
- Tiempo de experiencia laboral.
- Tiempo de trabajo en Medicina Interna del Hospital Infanta Elena.
- Tipo de contrato (fijo, eventual interino o eventual temporal).
- Jornada laboral (jornada completa o reducción de jornada).
- Turno de trabajo (fijo de mañana o turno rotatorio).
- Sistema de asignación de cuidados: esta variable se refiere las distintas
formas de organizar las actividades del personal para poder llevar a cabo los
cuidados que requieren sus pacientes, es decir, la forma en que se efectúa el
reparto de funciones y tareas entre los profesionales que componen cada
turno. Aunque el sistema de asignación que está establecido de forma
generalizada es por pacientes, esa no es siempre la realidad. En nuestro caso,
pues, vamos a distinguir entre:
1. Asignación por pacientes: se divide el trabajo en función del número y/o
gravedad de los pacientes, dando como resultado que cada profesional es el
encargado de un grupo determinado de pacientes.
2. Asignación funcional o por tareas: tiene como planteamiento que el cuidado
asistencial del paciente es dividido por tareas (curas, administración de
medicación, etc.).
Recogida de datos:
- Procedimiento
Todos los datos obtenidos en el estudio serán recogidos directamente de los
participantes mediante cuestionarios autoadministrados. En primer lugar se
contactará con la Dirección del Hospital Infanta Elena para informar de la
finalidad del estudio y solicitar la autorización para llevarlo a cabo. Una vez
obtenidos los permisos pertinentes, será necesario comunicarse con los
responsables de Medicina Interna para explicarles en qué consistirá el estudio
y solicitar la organización de turnos de las enfermeras y auxiliares.
Los cuestionarios serán facilitados a los participantes en un sobre sin
identificar, realizando personalmente la investigadora su entrega y recogida. Se
localizará a los sujetos en su unidad de trabajo y se les invitará a participar en
el estudio mediante una carta de consentimiento que explique los objetivos y
resultados potenciales, así como garantice anonimato, confidencialidad y el
carácter voluntario del mismo. Toda la información anterior se explicará
igualmente de forma verbal. Además, se facilitará un teléfono o correo
electrónico para resolver dudas cuando así lo precisen. Se concederá un
período de 3-5 días para la recogida de los cuestionarios, que podrá ser de
mayor duración en aquellos casos en los que sea necesario. Ante la negativa a
participar en el estudio, se solicitará información acerca de la misma para
evaluar la influencia de la no respuesta en los resultados finales.
- Instrumentos de recogida de los datos
1. Multidimensional Support Scale
Para evaluar el apoyo social utilizaremos la Multidimensional Support Scale,
adaptada y validada por Albar Marín et al.8. Los participantes tienen que
puntuar en una escala tipo Likert de 4 puntos desde “nunca” (0) a “siempre” (3)
la disponibilidad de potenciales comportamientos de apoyo que hayan recibido
el mes anterior, y su adecuación o suficiencia en una escala de tres puntos:
“me hubiera gustado más”, “me hubiera gustado menos” y “ha sido suficiente”.
Albar Marín et al.8 exponen que los comportamientos de apoyo fueron
puntuados para tres categorías de fuentes: familia y amigos íntimos (α = 0,90),
compañeros de trabajo (α = 0,88) y supervisor (α = 0,92). La escala total
también tenía una alta consistencia (α = 0,91) 8.
2. Maslach Burnout Inventory
El instrumento utilizado con mayor frecuencia para medir el síndrome de
quemarse por el trabajo, independientemente de las características
ocupacionales de la muestra y de su origen, es el Maslach Burnout Inventory
(MBI). Es también uno de los instrumentos que mayor volumen de investigación
ha generado. Casi se podría afirmar que a partir de su elaboración se
normaliza el concepto de quemarse por el trabajo, pues su definición más
aceptada es el resultado de la factorización del MBI4.
En nuestro caso, emplearemos la versión española, elaborada a partir de la
edición original de 1986. Este inventario consta de 22 ítems que se valoran con
una escala tipo Likert en la que los individuos puntúan según la frecuencia de
vivencia de los sentimientos expresados, desde “nunca” (0), “pocas veces al
año, o menos” (1), “una vez al mes o menos” (2), “pocas veces al mes”, (3),
“una vez a la semana” (4), “varias veces a la semana” (5) a “diariamente” (6).
Nueve elementos describen el agotamiento emocional (α = 0,90), cinco
traducen la despersonalización (α = 0,77) y ocho se refieren a los sentimientos
de falta de realización personal (α = 0,65)8.
3. Cuestionario sobre variables sociodemográficas y laborales
Se recogerá información de las variables de confusión indicadas anteriormente.
Análisis de los datos
Una vez recogidos los datos, llevaremos a cabo su procesamiento y análisis
mediante el programa informático SPSS v17.0. En primer lugar, los resultados
serán descritos mediante frecuencias y porcentajes en el caso de las variables
cualitativas, y con medidas de tendencia central (mediana, media) y de
dispersión (varianza, desviación típica) cuando sean variables cuantitativas. El
burnout y el apoyo social serán descritos tanto a nivel de cada ítem individual,
como por sus categorías principales (dimensiones del burnout y fuentes de
apoyo social) y a nivel global.
Para ajustar los resultados obtenidos de burnout global y por dimensiones
como “poco significativos”, “medianamente significativos” y “muy significativos”
se utilizará la media estandarizada con valores de corte 0,2 y 0,8. Con estos
datos, se considerará que un participante está afectado de burnout cuando
exprese un alto nivel de agotamiento emocional y despersonalización
(puntuaciones ubicadas en “muy significativo”), y un bajo nivel de realización
personal (puntuaciones ubicadas en “poco significativo”). A raíz de dicha
clasificación estableceremos la prevalencia de burnout.
Igualmente se clasificarán las puntuaciones en apoyo social total o según la
fuente (familiares y amigos, compañeros o supervisor) obteniendo resultados
“poco significativos”, “medianamente significativos” y “muy significativos”.
Para la estimación del efecto del apoyo social sobre el síndrome de burnout se
realizará en primer lugar un análisis univariante mediante el cálculo del
coeficiente de correlación de Pearson (calculando el coeficiente de correlación
de Spearman si no se cumplieran las condiciones de aplicación). Se estudiará
la asociación para cada dimensión del MBI y para el burnout global con cada
una de las variables de apoyo social recogidas. Posteriormente se llevarán a
cabo análisis de regresión múltiple (para cada dimensión del MBI y para el
burnout global) que nos permitan el control de la influencia de las variables de
confusión. En todos los casos el nivel de significación se establecerá en
p<0,05.
LIMITACIONES DEL ESTUDIO
Las limitaciones de este estudio se encuentran ligadas, en primer lugar, al tipo
de diseño elegido. Si bien los estudios transversales pueden contribuir
señalando la asociación entre variables predictoras y diferentes variables
criterio, puede ser difícil establecer una causa putativa que preceda al efecto en
la medida en que la información sobre todas las variables se recoge
simultáneamente.
A este hecho debemos unirle la complejidad de los constructos que
pretendemos evaluar, sobre todo en referencia al apoyo social que resulta
difícil de cuantificar en términos exactos. Asimismo es preciso tener en cuenta
la escasez de información previa en nuestro contexto sobre la relación entre el
burnout y el apoyo social, especialmente por la falta de consideración de todas
las fuentes de apoyo social señaladas, tanto formales como informales. Estas
cuestiones se han intentado minimizar al máximo con una exhaustiva revisión
bibliográfica y con la utilización de instrumentos de medida que previamente
han demostrado su validez en nuestro contexto.
Por otra parte, en nuestros resultados es preciso tener presente el posible
sesgo de información a la hora de medir las dimensiones del burnout, ya que
éstas pueden ser superiores o inferiores a las reales. Puede ocurrir que
muchos de los profesionales que participen lo hagan porque se sienten
particularmente descontentos con su entorno de trabajo y deseen hacerlo
constar, de manera que pueden inflar sus niveles reales de burnout e influir en
los resultados. Por el contrario, el personal con mayor burnout puede sentirse
demasiado agotado y afectado para participar en el estudio o incluso haber
dejado el trabajo o encontrarse de baja laboral, lo que resultaría en una
infravaloración de la tendencia real. En nuestro estudio, se intentará conseguir
una alta tasa de respuesta mediante la explicación de los objetivos y resultados
potenciales del estudio previamente a la realización del cuestionario, así como
se recogerán las causas de negativa a participar para su posterior valoración.
Asimismo, se explicará claramente la necesidad de que los participantes sean
lo más sinceros posibles al responder en la medida que eso nos permita
evaluar sus necesidades reales y poder actuar en lo que verdaderamente les
afecta.
En el mismo sentido, debemos considerar que los resultados procedentes de
estudios observacionales están influenciados de forma potencial por el sesgo
de confusión. En nuestro caso lo controlaremos mediante análisis de regresión
múltiple que nos identifiquen la relación entre burnout y apoyo social en
presencia de las variables potencialmente confusoras recogidas en base a la
bibliografía revisada.
Finalmente, no podemos olvidar que los factores culturales y contextuales
siempre limitan la generalización que se puede hacer de los resultados
empíricos. Cabe destacar, pues, que nos encontramos con un grupo específico
de enfermeras y auxiliares, con determinadas particularidades con respecto a
las de otros servicios. A este respecto, en el análisis de los datos debe
considerarse que el establecimiento de los grupos de comparación se justifica
por las características bajo las que se engloban y no por un interés de la
investigadora en este sentido.
PLAN DE TRABAJO
Etapa conceptual y de planificación: 2 meses.
- Presentación del proyecto a las autoridades pertinentes y obtención de los
permisos necesarios.
- Presentación del proyecto a los responsables de Medicina Interna.
- Solicitud de la planilla de turnos de enfermeras y auxiliares para organizar la
entrega y recogida de los cuestionarios.
Etapa empírica: 3 meses.
- Entrega y recogida de los cuestionarios.
- Procesamiento y análisis de la información.
Etapa interpretativa: 2 meses.
- Interpretación de los resultados.
- Redacción del informe de investigación.
Difusión de los resultados:
- Presentación de los principales resultados a los responsables de Medicina
Interna y a los participantes.
- Elaboración de publicaciones y/o presentación a congresos.
CONSIDERACIONES ÉTICAS
La validez ética de este estudio debe ser analizada por los comités ético y de
investigación de referencia del centro. En el diseño se han tenido en cuenta los
criterios del Principialismo de Beauchamp y Childress (autonomía,
beneficiencia - no maleficiencia, justicia), la declaración de Helsinki, la Ley
14/2007 y la Ley 41/2002, así como la Ley de protección de datos de carácter
personal. Asimismo, han sido considerados los principios de buena práctica
científica.
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