Cómo afectan los contenidos televisivos a las audiencias infantiles Marchese, Johanna Introducción A través de este ensayo se planteará cómo los contenidos de la televisión, tanto la abierta como el cable, afectan a la audiencia infantil en Argentina. Estos medios de comunicación masiva se ocupan de entretener, informar, establecer creencias y actitudes. A su vez son un importante medio de sociabilización que, en conjunto con la escuela y la familia, ejercitan los sentidos, forman los sentimientos y la imaginación social. Por lo tanto se podría decir que fomentan y facilitan ciertas construcciones mentales por donde pasa el pensamiento de los niños. Entonces, ¿podemos decir que los medios enseñan al futuro de la sociedad? A partir de esto se va a analizar desde el punto de vista funcionalista, con la teoría de Usos y gratificaciones de Katz, Blumler y Gurevych, las teorías de Comunicación de Masas de McQuail y la teoría de los Estudios Culturales de Gramcsi como los medios masivos de comunicación funcionan en el mundo infantil. Desarrollo Hace no muchos años, los programas de televisión infantiles tenían el fin de entretener y enseñar de forma interactiva, pero a través del paso del tiempo se puede ver cómo la calidad de los mismos bajó, así como también la cantidad de programas para chicos es cada vez menor y su contenido es más pobre. A partir de la teoría de Usos y Gratificaciones que plantean los autores Elihu Katz y Jay G. Blumler y Michael Gurevitch, entre otros, se puede describir a la audiencia infantil de entre 4 y 12 años como una audiencia activa que apela a gratificaciones en función de sus necesidades como niño. Dentro de una sociedad donde los medios masivos de comunicación compiten con otras fuentes de gratificación, como pueden ser las actividades relacionadas al arte, juguetes, deportes y cualquier tipo de acción que lleve a una necesidad de satisfacción absoluta, los medios de comunicación se ocupan de idear programas o publicidades que capten la total atención de los niños generando una tendencia en sus pensamientos y deseos. Los autores de esta teoría plantean que los medios nos son inocentes y que en lugar de brindar lo que la audiencia desea, desarrollan necesidades en el público para llegar a un objetivo determinado con anterioridad. Los niños no tienen las mismas necesidades que los adultos pero si buscan gratificarlas. En los últimos tiempos se encuentra una gran tendencia hacia los programas que no son específicamente desarrollados para chicos, así como otros que si lo son, pero todos buscan imponer un producto o idea en sus mentes. Las gratificaciones se ven ligadas a tres aspectos: • El contenido, en cuanto que hay muchos niños que ven ciertos programas de televisión junto a sus padres. No es elección de los infantes realizar esta actividad, pero como en sus hogares se hace un hábito, ellos lo consumen. • En cuanto a la exposición con el medio, podemos encontrar la formación de grupos según gustos o programas que miran, para sentirse identificados con sus compañeros de colegio y amigos u otros niños con quienes comparten muchas de sus actividades diarias. • Contexto social que tipifica la exposición, a partir de la identificación con sus pares en gustos e “ideales” se da el consumo de ciertos medios o productos que devienen de estos programas que ven los chicos. A partir de esto podemos hablar de la manipulación que los medios generan sobre este público, ya que al ver repetidas veces un producto en la televisión lo desean tanto como los demás y lo tratarán de conseguir para continuar perteneciendo a estos grupos que mencionábamos anteriormente. De esta forma se genera una tendencia al consumismo que se debe a la falta de sentido común sobre si es conveniente comprar o no lo que aparece en pantalla. Los autores no plantean un efecto lineal ya que cada uno tiene diferentes necesidades, pero en el caso de los niños es diferente. Ellos consumen lo mismo porque su trasfondo cultural suele ser similar, ven los mismo programas, se foguean en un mismo grupo durante varios años de sus vida y no tienen el poder de decisión de un adulto. Por ende, buscan el continuo reconocimiento con sus pares. En cuanto a la conexión con la cultura popular se da una influencia sobre ella desde la exposición a los medios que trata de gratificar diferentes necesidades. En el caso de los niños podemos verlo como un escape a la realidad, ya que los dibujos animados permiten entrar en un mundo de imaginación donde buscan modelos, buscan ser importantes para alguien y pueden ser superhéroes, karatekas o robots, entre otros. Y en sentido contrario podría afectar logrando una confusión entre realidad e imaginación, lo que es realmente peligroso, ya que en los dibujos animados por ejemplo, hay escenas de violencia tanto físicas como verbales. Por otro lado, el uso desmedido de la televisión puede vincularse a una carencia emocional (en el hogar o en su grupo de amigos) y encuentra su compensación por medio del consumo de programas televisivos. También es el caso de los niños solitarios en donde los medios funcionan como una compañía que llena los espacios vacíos. Finalmente en el caso de los pre-adolescentes puede aplicarse en la reafirmación personal de pertenencia a un grupo social de moda. En este caso podemos nombrar el programa de televisión Casi Ángeles, una tira de pre-adolescentes en la que las chicas se muestran vestidas y maquilladas como mujeres adultas. Podemos ver que la penetración de los medios está provocando la revelación de cambios significativos, no solo reflejados en las costumbres sino también en el pensamiento del público. A su vez, los medios pueden entrar en contradicción con la sociedad. A partir de esto, podemos ver cómo la función de los medios puede variar dentro de la sociedad y cómo afecta a la audiencia. El problema es entonces que cada persona pueda decidir lo que quiere o no de los medios, pero en el caso de los chicos, ¿tienen la capacidad para elegir? Se puede decir que estos niños hoy en día consumen una programación muy nociva porque los hace insertarse de golpe en el mundo adolescente, que por naturaleza todavía no les corresponde. La psicopedagoga Diana Cicciario, miembro de la Fundación Arché, una entidad dedicada a la investigación de la docencia asistida y el apoyo psicopedagógico y psicológico a padres, hijos y escuelas dijo, en la nota del Diario La Nación del año 2010, que entrar en la adolescencia y a sus tiempos, acelerados más aún por la televisión, hace que se necesiten cada vez mayores estímulos para captar la escurridiza atención y concentración de los chicos. La Fundación Arché realizó una investigación sobre “Los niños y la violencia en la TV” que afirma que los padres confían muchas de las responsabilidades de la educación a la televisión por la falta de tiempo en casa o por la confiabilidad hacia los mensajes que la misma brinda. Este estudio también muestra cómo la televisión motiva a la violencia en las escuelas, ya que en los espacios de recreo, por ejemplo se realizan juegos en los cuales los chicos terminan lastimados por imitar algo que vieron en la tele, para de esta forma llamar la atención. Una nota del Diario La Nación del año 2010 dice que a juicio de esta investigadora, mientras los chicos agresivos aprenden con el bombardeo violento de la TV se desarrolla este nuevo modelo de personalidad, mientras que quienes no lo tienen pueden incorporar la violencia como una forma de comunicación con sus pares, pero sin asimilarla en su conducta. A partir de esto se traen dos temas fundamentales; por un lado cuál es el rol de los padres, ya que deben proteger a los chicos de las consecuencias negativas de la televisión, pero el problema es que con los cambios sociales es difícil para los adultos permanecer en la casa, sin trabajar y por ende se dificulta el control de las experiencias mediáticas de sus hijos. Por otro lado se ve una mayor tolerancia a la violencia y conductas delictivas por una continua exposición y acostumbramiento a este tipo de imágenes. Hoy en día podemos ver que el público hace lecturas de la televisión y a partir de esto se generan comparaciones de su vida con la ficción. Esto representa un ejemplo para los niños, entonces ¿cómo esperar que los niños encaren el futuro de la sociedad basándose en programas de televisión vacíos de sentido? En este punto podemos hacer una referencia al nuevo proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el cual plantea un control sobre los medios de comunicación. Este proyecto de ley intenta regular los contenidos de los medios, lo cual podría mejorar la situación con respecto al tema abarcado en el ensayo, ya que los asuntos tratados en la televisión y medios de comunicación no son siempre los correctos o los horarios en los que se establecen. Con lo cual se cree que tanto la violencia, como la discriminación y otros temas tocados en diferentes programas, podrían disminuir y así permitir que los niños desarrollen sus capacidades con ejemplos de vida más sanos y fuera de la negatividad que se ve en los medios. Desde la teoría de Comunicación de Masas de McQuail, el vínculo entre el emisor y el receptor es asimétrico, ya que plantea una relación de poder entre los medios y el estado. A su vez, habla de una audiencia manipulable que compra lo que los medios “venden” siempre y cuando el mensaje enviado sea el correcto. Se puede englobar a la audiencia infantil como una masa de significación negativa por ser heterogénea, dispersa y sin organización; y se desarrolla dentro de un mercado en el que se produce con el fin de vender productos manufacturados, que son masificados y estandarizados, los cuales se consumen en el tiempo libre, que son de nuevas tecnologías y marcan un estereotipo. Los medios de comunicación son una institución en sí mismos y se encuentran regulados por la sociedad, pero a su vez son una herramienta de control y manipulación y una fuente dominante de definiciones e imágenes de la realidad social para los individuos, grupos y sociedades, en este caso los niños. A su vez expresan valores y juicios mezclados con entretenimiento y se utilizan como distribución y producción de conocimiento en forma de ideas, información y cultura, en respuesta a las necesidades colectivas y sociales ya que su fin es captar la atención de la audiencia, por lo tanto la tecnología y la forma interesan más que el contenido en sí mismo. Desde este punto de vista se puede exponer que en la audiencia infantil se utilizan los medios como instrumento de distribución de nuevos productos con el fin de vender cada vez más. Pero según la autora, esto se puede tornar peligroso, ya que hay ciertos contenidos televisivos que no son aptos para los niños y que son tomados como ejemplo en la vida, como por ejemplo la violencia que se ve diariamente en los canales de televisión. Tanto en la franja horaria de la mañana como en la tarde se muestran escenas de violencia que se desarrollan no solo en la calle, sino en los mismos colegios, lo que continúa fomentando actos de constante peligro. Para continuar con el análisis es interesante plantear la teoría de los Estudios Culturales de Gramsci la cual considera a la cultura desde las significaciones que se producen en la misma a partir de las distintas clases sociales. Entendiendo la cultura como lugar de conflicto y no como una herramienta social de unificación, los Estudios Culturales analizan el medio y lo que, a la vez, significa dentro de la cultura que lo recibe. Gramsci determina a la audiencia como activa, que forma su propia opinión y dentro de ésta hay grupos que se apropian del discurso desde su óptica. En el caso de los niños, esto es un punto fundamental ya que se encuentran en la etapa de formación de la personalidad y pueden verse afectados en gran parte por la influencia que los medios aportan hoy en día. Por lo tanto, lo importante no es plantear una revolución a través de la violencia, sino desde la cultura misma y cambiar las formas desde el foco principal de atención. Las audiencias decodifican desde una micro cultura que se contrapone con otras constantemente, pero los niños, ¿contra quién pueden oponerse? si no tienen los medios, la edad, ni la madurez suficiente para hacerlo. La cultura está viva, es algo dinámico que se encuentra en permanente cambio. Por eso es correcto cambiar la mirada y plantearse si realmente se está logrando un proceso general de desarrollo intelectual, espiritual y estético, como debería. En esta etapa de desorganización social se debe socializar la propia identidad que se produce a través de los medios y lograr mantenerla de forma colectiva en los grupos culturales. Entonces, ¿Son los niños víctimas de la televisión? En realidad se da por la asociación de varios temas. Las familias cada día dejan de ser el modelo de familia que se conocía, así como los tiempos libres para ocuparse de la enseñanza en el hogar se acortaron o dejaron de existir. La situación del entorno social se está transformando nuevamente en barbarie, donde la razón no existe y esto está conduciendo a una generación de niños sin razón, que todo lo resuelven desde la violencia física o verbal, sin sentido común, sin valores ni amor propio y lo más importante sin respeto por los adultos. Este boom no se dio en los últimos años, sino que es un fenómeno que también azota a los adolescentes. Tanto ellos como los niños están saltando etapas de la vida y sus conocimientos y capacidades disminuyen. El hábito de la lectura y los juegos entre amigos se cambió por la televisión y la interacción con las computadoras. Aquí se presenta otro tema importante: la pasividad intelectual que se genera en los niños, porque no se expresan, ni hablan, y esto deriva en baja atención y poder de concentración. Por lo tanto la soledad y retraimiento que hoy en día vivimos, debería intentar revertirse y volver a la comunicación cara a cara, a las trasmisión del boca en boca, a las cartas escritas, a la lectura de libros, a las charlas con los padres y abuelos, a la herencia que nos forma como personas pensantes y libres. Teniendo en cuenta lo planteado anteriormente y a través de una investigación se puede ver de forma contraria que la televisión también cuenta con productos educativos, como el canal Encuentro en la televisión abierta, que cuenta con programas, como La asombrosa excursión de Zamba en el Cabildo, que buscan llegar a la audiencia infantil a través de dibujos animados contando la historia de un niño formoseño que a través de un paseo escolar va a visitar el Cabildo y encuentra un sillón con el que viaja a 1810 y conoce la historia de la Revolución de Mayo; o Pakapaka que es un programa infantil del mismo canal, especialmente pensado para chicos de todo el país de entre siete y once años, este espacio es para que ellos se reconozcan, se diviertan y se animen a aprender y descubrir. Por otro lado, la televisión por cable también cuenta con canales específicos para los chicos y programación para las diferentes edades, por ejemplo Disney Chanel, Boomerang, Discovery Kids, en los cuales se puede aprender sobre matemática, física, química, historia, etc. Los programas varían desde dibujos animados, películas y clases de artesanías y manualidades, entre otros. Por lo tanto si se puede educar desde los medios, abrir las mentes, estimular la imaginación y entretener sanamente, se debe lograr un cambio cultural a nivel masivo en nuestro país. La sociedad debe plantearse qué quiere para su futuro, porque los niños son nuestro porvenir y si ellos no pueden pensar, elegir y sentir por si solos, nadie podrá hacerlo en su lugar cuando sean hombres y mujeres de bien. Finalmente cabe destacar que si no se genera un cambio radical desde los hogares, que son la principal fuente de alimentación mental y emotiva de los niños, lo único que se puede esperar es un futuro débil, manejado por los medios de comunicación quienes manipularán a sus audiencias en base a sus objetivos y necesidades, sin apuntar al enriquecimiento social y cultura como lo fue en sus comienzos. Conclusiones A partir del análisis realizado se puede decir que los medios masivos de comunicación han tenido una gran evolución, que si bien por un lado han mejorado en todos sus niveles ya que la velocidad con la que la información recorre el mundo se da en segundos, tiene un lado negativo porque ha perjudicado el desarrollo de los niños. Se puede comprobar con hechos, como por ejemplo con el entorno de estos niños, que se ha convertido en un espacio de violencia verbal y física, deteriorando la capacidad de aprendizaje en la mayoría de los niños. Por otro lado, como herramienta de comunicación ha tenido logros de gran importancia y avances tecnológicos, pero a su vez, se ve que la audiencia infantil es fácilmente manipulable por los medios. Desde un punto de vista positivo, el avance de los medios generó un desarrollo en las habilidades del manejo de la información y los nuevos aparatos tecnológicos en la gente joven, muy por encima de las personas mayores que lo encuentran difícil. Finalmente y para concluir, cabe destacar cómo los medios comenzaron a adaptarse a las necesidades de los niños creando programas acordes a sus tendencias. Por este motivo se genera la incógnita por saber quien comenzó: si los medios manipularon a los niños y luego desarrollaron proyectos en base a las necesidades generadas, o si los chicos avanzaron en las etapas del desarrollo y sus demandas como público fueron las que obligaron a los medios a cambiar sus objetivos. Sea quien fuere el iniciador, no podemos evitar reconocer las influencias mutuas entre medios y audiencias, los primeros manipulando a través de la generación de nuevas necesidades, y los segundos modificando también contenidos en los mismos a través de sus pensamientos individuales. Pero si se encuentran programas especialmente pensados para niños, que desarrollan la personalidad, la imaginación; que los forman y dejan un aprendizaje humano, es aquí donde nos preguntamos qué está pasando en nuestra sociedad, ¿la cultura se ha deteriorado?, nunca encontraremos una única respuesta, pero si somos seres pensantes y conscientes podemos empezar a cambiar nuestra cultura desde ahora.
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