07/12/2012 22:54 Cuerpo A Pagina 4 Cyan Magenta Amarillo Negro SÁBADO 8 DE DICIEMBRE DE 2012 EDITORIALES Addenda 4 TRADICIÓN Y VERDAD De vándalos a vándalos Germán Froto y Madariaga Boligan ¿Cómo se hace un escritor? C omo cada año, me fui éste a la Feria del Libro en Guadalajara. Largos e interminables pabellones de libros de todo el mundo y de las principales editoriales. Países, como Francia, España y Chile, ofreciendo las obras de sus autores más importantes. Como diría Sabina: “Se jarta uno de libros” y buena comida, porque si algo tiene Guadalajara son buenos restaurantes. Por mencionar sólo tres de ellos, citaré: “El Santo Coyote”; el “Sagrantino”; y el “Corazón de la alcachofa”. En los tres se come delicioso. En el primero, disfrutar con cualquier platillo, una salsa molcajeteada, preparada especialmente en tu mesa. En el segundo, un pescado delicioso, en salsa al cilantro; y en el tercero, una crema de almejas, después de unos corazones de alcachofa, mojados en deliciosas salsa, apropiadas para ese platillo. Pasear por la ciudad en buena compañía, platicando sobre las novedades literarias compradas por la mañana; para luego volverse a sumergir en ese mundo mágico de los libros, que es la feria; y que ya cumplió veinticinco años. “Somos lectores”, rezaba el slogan de este año ya todo el mundo se le veía feliz de adquirir las últimas novedades en esa materia. Yo iba sobre las obras de Mo Yan, el escritor chino y Premio Nobel de Literatura de este año. Como siempre compré libros para mí y para algunos amigos: Uno para el padre Jorge, otro para Ernesto Mayoral y otro para Jesús Cedillo. Desde que Mo Yan saltó a la fama el ganar el Nobel de Literatura de este año, me llamó la atención que sus biógrafos dijeran que “Era el García Márquez chino”. No lo creí así de primera intención, pues para llegarle al mago de Aracataca le ronca. Pero en cuanto comencé a leer el primero de sus libros que cayó en mis manos: “Sorgo Rojo”, que por cierto fue un regalo de Íñigo, me convencí de que algo había de cierto en aquel calificativo. En el segundo libro que leí de él, encontré los fundamento de su escritura. El autor se pregunta: “¿Cómo se hace un escritor?”; y en ese libro, titulado: “Shifu, harías cualquier cosa por divertirte”, el autor afirma que, un escritor se hace “con hambre y en soledad”. “Cuando éramos pequeños éramos puros sacos de huesos…Todo en lo que pensábamos siempre era en comida…Llegamos incluso a comer carbón, porque no sabíamos lo que era”. “Un escritor habla de lo que sabe, en la forma en que le es más familiar. Yo crecí solo y hambriento”: Por ello, afirma, que un escritor se hace con hambre y en soledad. Él creció tan solo que se acostumbró a hablar solo y en voz alta. Tal era su obsesión y su imposibilidad de callar, que su madre le decía: “Mo Yan”, que quiere decir: Cállate, y ese fue el seudónimo que utilizó en sus libros. Sus novelas son costumbristas, versan sobre la vida en China. Sus dificultades y vivencias cotidianas. Por eso se parece al Gabo, porque simplemente describen lo que pasa a su alrededor, pero lo hacen en forma magistral. Alguna vez, uno de sus editores, después de haber participado en una reunión familiar en la casa de los papás de García Márquez, le dijo: “Mira, Gabo, Tú no eres un escritor del realismo mágico. Simplemente eres un notario que da fe de lo que pasa a tu alrededor”. Aquella experiencia, había sido una locura para el editor y Gabriel daba fe en sus escritos de todo cuanto veía que sucedía en su entorno. Igual hace Mo Yan, cuando cuenta la historia de su abuela, la vida de su pueblo, la del campo y el tiempo de la dominación del comunismo en China. Esas costumbres de deshacerse de las niñas al nacer, las historias de amor o el Jardín Shen. Todas son historias vistas o vividas por él, pero su forma de narrarlas es estupenda. Muchos más libros trajimos de la Feria, que nos deben de dar para bastantes meses de lectura. Y si Dios lo permite, el próximo año, incursionaremos de nuevo en ese mundo maravilloso que es esa Feria, la segunda más importante del mundo; y la tenemos aquí en nuestro país, para deleite de los que disfrutamos leyendo. Por lo demás: “Hasta que nos volvamos a encontrar, que Dios te guarde en la Palma de Su mano”. De política y cosas peores Catón Tengo un lío de faldas ‘apá” --le informó el muchacho a su padre, vigoroso ranchero del norte. “¡Ése es m’hijo! --exclamó con orgullo el genitor atusándose el bigote-. Dígame que lío de faldas tiene, p’ayudarlo a salir de él”. Contestó el muchacho con aflautada voz: “No sé si ponerme la azul o la amarilla”... El juez reprendió al reo. Le dijo: “Durante 60 años llevó usted una vida ejemplar: buen ciudadano; hombre trabajador, excelente esposo y padre de familia. Luego, de repente, se volvió contrabandista, destilador de licores ilegales, bandolero de camino real, asaltante de trenes y de bancos, violador de mujeres... ¿Por qué?”. “Señor juez --explicó el individuo-, es que empecé a escribir mis memorias, y estaban muy aburridas”... Doña Tebaida Tridua, presidenta ad vitam interina de la Pía Sociedad de Sociedades Pías, me negó el permiso que le solicité para narrar en este espacio, el próximo 31 de diciembre, “Los Tres Chistes más Pelados del Año”. Porfiaré, sin embargo, y haré al respecto una segunda instancia. Ciertamente esos tres cuentos son en extremo sicalípticos, pero ¿de qué sirve la libertad cuando no es libre?... Se hablaba de martirios, y un cierto amigo mío declaró: “Yo sé mucho de mártires. Tengo una en casa”. En efecto, hemos de ser muy cuidadosos cuando de mártires y de martirios se hable. El mártir prueba con su sacrificio que no es un cobarde, pero no siempre prueba que no es un tonto. Bernard Shaw, dueño del sabroso realismo cínico de los irlandeses --lo tuvo también Wilde-, escribió que el martirio es el único modo por cual alguien que no tiene ningún otro mérito puede alcanzar notoriedad. Fue Wilde, quien dijo que una doctrina no es necesariamente verdadera o valiosa sólo porque alguien murió por ella. Todos los credos, aun los más absurdos, y todas las ideologías, hasta las más perversas, han tenido mártires. El nazismo hitleriano tuvo el suyo en la persona de Horst Wessel. Para numerosos creyentes los hombres que destruyeron las Torres Gemelas de Nueva York y causaron la muerte de millares de inocentes son mártires de la verdadera fe. Cabe aquí la sabiduría de San Agustín, gran pecador, y quizá por eso gran sabio. Postuló: “ “Martyrem non facit poena, sed causa”. Lo que hace al mártir no es la pena, sino la causa. Hace años vino a México un extranjero y se quitó la vida en público de la gente para protestar ¡contra la globalización, háganme ustedes el refabrón cavor! La caridad cristiana impide hacer irrisión de quien llegó con tan endeble causa a tal extremo, pero tampoco se le puede escribir un himno o una oda a ese infeliz suicida. Las izquierdas son muy dadas a procurarse mártires. Los consideran la mejor propaganda para sus ideas y el más potente motor para sus agitaciones. Un sector de la izquierda mexicana pensó hace días que ya tenía su mártir. Lo esgrimió como bandera de combate, y en flamígeros discursos condenó el asesinato de la inocente víctima. A los vehementes denunciantes, sin embargo, el gozo se les fue al pozo cuando se supo que en realidad el muertito no había muerto. Vimos entonces a más de un político disculparse con la cola entre las piernas, pero seguramente hecho una furia en su interior, porque no había ningún cadáver sobre el cual poner la tribuna para su oratoria. Qué falta de seriedad del muerto, deben haber dicho. O se es mártir o no se es. Una herida no es martirio suficiente; hay que morir todito. Lo acontecido, sin embargo, es advertencia: aun en presencia de una manifestación violenta la autoridad debe tener cuidado con los métodos que usa para imponer el orden, pues hay quienes quieren mártires, y están dispuestos incluso a fabricarlos. Ha surgido un nuevo germen de violencia urbana que buscará legitimarse por medio de un supuesto mártir o --con buena suerte- de varios. No hay qué dárselos... Don Geroncio, senescente caballero, casó con Pomponona, mujer en flor de edad y de ubérrimas formas naturales. Al regreso de la luna de miel el valetudinario novio, desolado, les confesó a sus amigos que no había podido consumar el matrimonio. “Quizá es tu edad” -sugirió uno de ellos. “No --lo corrigió don Geroncio-. Es esa crema que en el cuerpo se pone mi mujer todas las noches. Tanta se pone que cuando me le subo me resbalo”... (Haz una obra de caridad, fornida Pomponona, y ponte crema antiderrapante)... FIN. El rey ha muerto, viva el rey Adela Celorio on un nombre nuevo al manoseado problema de la pobreza, Enrique Peña Nieto abrió su discurso inaugural prometiendo una “Cruzada contra el hambre”. Ofreció seguro para los viejitos, seguro de desempleo y apoyo a las madres solteras. Ojalá que sí, pero ¿Y el dinero, de dónde? Y como en todos los sexenios, no podía faltar una comisión nacional anticorrupción. Lo mismo, pero diferente. En el recinto Legislativo atronadores aplausos. En los pasillos los invitados se apretujan, se arremolinan, atajan el paso al nuevo rey. Todos quieren tocar al recién ungido que durante seis años hará posible el milagro de la amistad redituable. Ellas lo jalan, lo estrujan, lo besan. Creo que a muchos de ellos también les gustaría sellar su amistad sexenal con un buen beso al guapito; aunque dado que eso sería políticamente incorrecto, deben conformarse con una sonrisa y un apretón de manos. La deferencia de detenerse y cuadrarse; EPN sólo la tuvo con Manlio Fabio Beltrones; ellos sabrán por qué. La flamante esposa del presidente; bonita, discreta, prudente, muy bien ubicada. Tras el discurso en que el presidente ofrece licitar tres nuevas cadenas de televisión; Azcárraga Jean inquieto en su asiento; intenta desentrañar lo que eso significa para su Televisa. Como tantas veces he dicho aquí, no soy analista política, solamente hago crónica de lo que vi desde la pantalla de mi televisor. Hablo también desde mi experiencia de ciudadana que vivió durante muchos años bajo el régimen priista que con su ideología no escrita, pero implícita de: “el que no transa no avanza”, “roba, pero reparte”, “Diosito no te pido que me des sino que me pongas donde hay”. El encubrimiento y la impunidad de delincuentes libres y triunfantes apoyando la campaña del ungido de turno, levantando su mano, sacando el pecho en las fotos. La ausencia de ética en el uso del poder y los empleos en gobierno como botín personal. Los malos modos de hacer las cosas que repetidos un sexenio tras otro, acabaron por hacer escuela entre tantas generaciones de mexicanos que todavía no acabamos de aprehender la vida sin corrupción. Difícilmente conocemos a un priista de alto nivel que no usara su mandato para enriquecerse como un creso. Sólo por poner algunos ejemplos ahí está “La Colina del Perro”, Salinas de Gortari y su vida de magnate sin que se le conozca oficio ni beneficio desde que terminó su mandato; y ni qué decir de su hermano incómodo”. El escaso aire fresco que llevó a su partido Miguel de la C Madrid y más adelante Ernesto Zedillo, no alcanzó a purificar el aire viciado del partido tricolor. La buena noticia es que no vi entre los invitados a Elba Esther Gordillo y creo que tampoco andaba por ahí El Padrino Montiel. Buen principio. La mala es el nombramiento del Señor Chuayffet quien siempre me ha dado la impresión de que tiene mala ortografía; como secretario de Educación. “No tienes lateralidad”, me dijo siempre mi prima Pilar. Es verdad, siempre voy en sentido contrario. Hoy que es tiempo de aplaudir, a mí se me ocurre ventilar los rencores guardados que despiertan como llamados por una corneta, cuando veo desde mi tele el entusiasmo con que la gente aplaude lo que hasta ahora son sólo buenas intenciones de Peña Nieto. Veo la repetición de escenas que huelen a viejo. Qué ganas de decirles a esos señores que los aplausos son al final. Son a la obra realizada, a la promesa cumplida. Es verdad que no tengo lateralidad, que siempre voy en sentido contrario; pero tampoco quiero ser amargosa ni pesimista. Habemus Presidente y todo indica que el hombre tiene la voluntad y el empeño para cumplir un buen mandato que no será nada fácil como parece en este momento de luna de miel. No será fácil si los Dinos de su partido pretenden cobrarle sus cuotas de poder. Si los Panistas en las Cámaras deciden imitar la estrategia de boicot a la que los priistas sometieron a Felipe Calderón y a Vicente Fox. Si se salen de control los 132, que ya son cualquier cosa menos los jóvenes estudiantes en cuya voluntad de cambio creo firmemente; pero cuya bandera ha sido tomada por diferentes grupos de izquierda como los vándalos que destruyeron la flamante Alameda Central y causaron graves daños en el Centro Histórico. No será fácil porque los ánimos están caldeados, porque la pobreza no da tregua, porque no es lo mismo prometer que cumplir. No quiero ser amargosa y como demócrata creo que la alternancia ayuda a corregir el rumbo. Soy optimista y deseo profundamente que Peña Nieto sea un buen servidor (prefiero llamarle servidor que mandatario para que quede muy claro que él es quien sirve y nosotros quienes mandamos) y nada deseo más que verlo terminar el sexenio en medio del reconocimiento y el aplauso bien ganado de los mexicanos. Y ahora; a Gobernar señores que para eso les pagamos; y que Dios nos acompañe a todos. [email protected]
© Copyright 2024