CONTRAPORTADA Anatomía de una poeta Mariajosé Escobar AÑO 4 / NÚMERO 211 / DOMINGO 26 DE OCTUBRE DE 2014 FREDDY ÑÁÑEZ Por el fulgor de la luciérnaga Impertinente descanso el silencio Caneo ¿Por qué este homenaje? Es verdad que la muerte de Caneo Arguinzones no pasó desapercibida, como en muchos casos ocurre con los artistas; se convirtió al contrario en un hecho público, acaso el titular más importante de la escena cultural en la última semana. No merecía menos interés esta tristeza colectiva que de súbito nos obligaba a despedirnos de un prodigio de la poesía nacional que aún no decía su poema indeleble. Pediríamos demasiado a la fugaz y breve prosa del periodismo si además de la noticia esperábamos una semblanza que diera testimonio de su genio, y la dimensión de lo que fue real en ella y hoy se inscribe inacabado en lo eterno: su poesía y su militancia. Este es el oficio del suplemento literario: dilatarnos en los detalles, despenalizar el asombro, la intensidad y el deseo de saber. El porqué de este homenaje se explica llanamente en el hecho de que todo poeta, sabio o artista, emprende una lucha esencial: no por la vida ni en contra de la muerte, como suele pensarse, sino por la conquista de algo superior y casi negado al hombre: la eternidad. *** En realidad la muerte de todo poeta verdadero necesita ser pensada no sólo como pérdida vital sino como experiencia concreta de una superhumanidad posible dada con (y desde) una extraña generosidad, un desinterés puro, apenas discernible de lo santo. Son necesarias pues dos pausas, tan antiguas y largas que no parecieran tener lugar en nuestro presente también periodístico, veloz y limitado. La primera de ellas es, por supuesto, la del silencio que puebla al punto final –silencio de llanto y de persistencia. La segunda no tiene por cierto signos de puntuación: está hecha de notas musicales, una partitura de ritornellos que nos suspende en la relectura, celebración infinita, y no es otra cosa que un ejercicio de la fidelidad con los posibles. ¿Con qué otra alma podemos pagar tanta ofrenda? Bien, Caneo era una poeta verdadera: un ser que se desplegó hacia la invención de un nuevo sentido (ético, estético, político) de lo humano. La bitácora de su vida y aún su preclara voluntad de fuga, confirman que ese desplazamiento constituía un proyecto superior que preguntaba por la imagen del mundo, la nueva anatomía (el alma de la que hablaba Platón), del sujeto que lo habitaría y la sociedad donde sería realizable ese mundo y ese sujeto nuevo. Este homenaje, por lo tanto, no requiere más argumento que la gratitud, materia con la que aún podemos construir los vaticinios de Caneo; natural y misterioso como el fulgor de la luciérnaga. *** Para Caneo, lo sé por lo que leí en sus poemas antes de ser libro y en sus cartas cuando no eran todavía testamentos y porque su vida fue un ejercicio ético incontestable; la poesía tenía que ser interventora de la realidad y en ese sentido ser poeta era encarnar en la sociedad al “bicho” que piensa y hace en lo público como autor de comunidad y de sus rasgos divergentes. No se trata de una manida concepción del compromiso político donde lo estético se subordina a los códigos de la comunicación de masas. Basta leer sus versos y sus manifiestos para desmentir el prejuicio burgués que triunfó en la literatura de finales del XX y que institucionalizó la soledad del artista y proclamó su inutilidad orgánica. En la obra de Caneo se cumple la función múltiple y originaria del arte, esto es: la de construir una verdad estética para un mundo escindido entre lo conocido y lo inexplorado; que se reproduce en el encuentro con las otras verdades del hombre: la política, la ciencia, el amor. En otras palabras (así lo diría Caneo) el arte amplía los límites de nuestra residencia en el mundo atando los puntos finales de cada una de estas condiciones. Poesía y militancia bajo una autoexigencia límite difícilmente soportable en el reino de los pragmáticos, imitadores y escépticos; no son los factores que la separan de su generación. Es lo que pudo conquistar en cada proyecto emprendido, su interpretación del socialismo y su intervención singular en el concepto. Su poesía la elevó incluso más allá de su tolerancia a las alturas, madurando precozmente todas las visiones que le reservaba el mundo, anticipando con ello la expiación que todo creador a cierta edad recibe en el remanso de su espíritu. Una luciérnaga cuando sabe que alumbra carga consigo toda la oscuridad de la noche. La lucidez es también un martirio. *** ¿De qué se sintió ufana? Nunca de su ta- lento, y ahora que sólo tengo este espéculo diré que tampoco de su ternura vivificante. Sí, el buen poema procede de la carencia, de la consciencia mendiga (felices los pletóricos, los abundantes, en su cápsula retórica). Para ella, luciérnaga de veras, la oscurana por camino; para nosotros que le seguimos, la luz de su incertidumbre. Desde su magisterio ignorado Caneo nos demuestra que un poema no se escribe, que el poema verdadero se hace y con frecuencia pese a uno: como una úlcera, como una cana, como el insomnio voluntario del insecto que arde para ser bastimento de otro y realizar así su natural belleza. *** Para evitar engaños permítanme ampliar lo que dije. Ese poema que nace de la mendicidad (no encuentro mejor palabra para ilustrar el estado de creación) y que se hace con el agosto de nuestra propia existencia, no es otra cosa que deseo absoluto de vivir. El tiempo que duramos no desmiente ese amor. Su letanía sería: indeclinable pasión por la vida. Este es el ánima de su escritura: un amor horrorizado de sí mismo que se dice, que está en lo dicho y no en el efecto de su nombre. Tan contundente fue su avidez de asir el mundo con los ojos como su voluntad de cerrarlos para él. Y otra vez la generosidad que decimos, nos deja la puerta abierta para que podamos seguir viéndola en su asombro de niña poeta y, sobre todo, en su poderosísima afirmación de las cosas pequeñas que, desde el fondo de un mar, se deciden por la vida sin nosotros. ¡Hasta cada rato, Pez! 2 LETRAS CCS / CIUDAD CCS / DOMINGO 26 DE OCTUBRE DE 2014 Caneo Arguinzones (1987-2014) Macerar Anoche sumergí en adobo esta mansa [confianza, esta magra víscera de fe. Disonante Esta testa aturdida, mórbida Esta ánima ausente, donde el costillar no retumba, no vibra. Mordaza de viento comprende el instrumento está hueco la boca hinchada el pico horadado No tengo plumas, ni patas y me aviento, me aviento inerme. Lepidóptero Observé sollozar la lluvia ante mi ausencia Precisé un pasado oculto emanaba su canto en jardines amarillos Semilla Evaporarse Puede que el descenso no contribuya a disminuir la [pesadez de mis párpados por el contrario, traza mi pupila de una densa [armonía hasta cobijarla el cansancio. Haber retrocedido al abismo ha convertido la [continuidad en una festiva alabanza, pero ida y queda la muerte tantea un secreto regocijo: Agotarlo todo, sumirse en la hechura, avivar la candela hasta carburar. Caer no sacia esta silente delicia por desaparecer. Resplandece el pájaro abstracto, el deseo mutilado de ala celeste Jaula vespertina Poco sabes sopor diurno cuando inerme me recibe la luz, la ceguera un continuo día Y borrada pronuncio contra ti que poco me sabes ¡Oh, mísera angustia! Amanezco partí al sur en dos quebré El recorrido se hizo doble: uno áspero y poroso otro almendrado Aceitosa ánima en busca de sí para partir cabeza, pecho y nuez. La partitura de la ausencia, mi trayecto, silueta elucubrada mientras caminaba despierta. cubiertos de agua mi caída en la penumbra Partí en busca de la nuez, partí esta cáscara deforme Autorretrato Practico esculpir de mí la humanidad [que carezco, provocar una paulatina ternura hacia el [otro Entregarme Procuro erguirme sensata y voluntaria [en la tarea de amar, no a una multitud, [a otro Practico esculpir de mí la humanidad que carezco Encuentro en la soledad el mutismo [donde reconozco mis rasgos, sin embargo, en compañía me desfiguro. Caneo Arguinzones Caracas, 1987 -2014. Poeta. Fundadora del colectivo Las Fulanas Esas. Ganó en el 2011 la mención poesía del Concurso para Autores Inéditos de Monte Ávila Editores. Sus poemas han sido publicados por la revista literaria Circunvalación del Sur (Caracas); por el Celarg en la colección Voces Nuevas 2004-2005; en La mujer rota, de Literaria Editores (México); y en España por Nueva Poesía Hispanoamericana, de Lord Byron Editores. Representó a Venezuela en festivales internacionales. Los poemas publicados en esta edición fueron tomados de su libro Zoo: anatomía del insecto (2013) DOMINGO 26 DE OCTUBRE DE 2014 / CIUDAD CCS / LETRAS CCS El devenir animal de Caneo Arguinzones J. A. CALZADILLA ARREAZA Escribir está atravesado de extraños devenires que no son deveniresescritor, sino devenires-rata, devenires-insecto, devenires-lobo, etc. Deleuze-Guattari, Mille Plateaux Cuentas cómo tu carne se hizo materia. Caneo Arguinzones Hay un exceso de vida que nos lleva a la muerte, una fuerza interna que transcurre su curso; que traza su imperio en lo intestino, lo minúsculo, donde el mundo humano y antropomórfico se reduce como al paso por un embudo, pero tras el cual se abre espléndidamente otra anchura como microcosmos. Yo creo que Caneo emprendió una huida hacia el microcosmos, mucho más vasto y desconocido que el macro. De esas experiencias «micro», cuyo vehículo articulado, mecánico y vivo es «el insecto», a través de cuyas partes circula y atraviesa su línea de fuga (el devenir animal), está compuesto su último poemario impreso, Zoo: Anatomía del insecto (Monte Ávila, 2013), como su legado de «desconocido» para este dolorido siglo XXI que se pierde y extrañará su potencial de futuro. «Cuando la mujer sea poeta también, decía Rimbaud, ella nos traerá su videncia de lo desconocido». Caneo ha hecho honor al vaticinio rimbaudiano. Creo que Caneo se fugó del mundo humano a través del insecto. Un trayecto kafkiano. Ella que había comenzado a leer por la Metamorfosis, y que hubiera querido escribir los Cantos de Maldoror (cosa que sorprende en una doncella). Pues esa fuga del mundo humano se da por una deshechura de los grandes significantes, los grandes discursos, los grandes temas; todo avanza hacia una microscopización en donde se desmembra y se disuelve la imagen antropomórfica del yo: «Caneo se ha vuelto bicho». «Caneo no lo sabe». Son enunciados que vienen de otra voz, sea inconsciente, sea inframundo, sea devenir ilimitado. Ya el universo semántico de Zoo se aleja tanto de la reserva simbólica de la mitología como de la vivencia crónica de lo autobiográfico o lo vernáculo. Ni mitología ni autobiografía ni estampa, lo que propone Caneo es una entomología, por el momento, poética. Así, el insecto como mundo llevado al microscopio, como otra expresión vital de la materia, presta su anatomía simple pero articulada, artrópoda pero no antropomorfa, a la construcción paso a paso de un autorretrato en código animal, otra forma y otra organización de la materia viva, una alquimia del ADN facilitada por su verbo, parco y hondo como un eco, que va eludiendo la forma cansina de la vida humana. La «anatomía» humana –con su injusticia arbitraria o su incomprensible tragedia– queda atrás como la carcasa vacía de un cuerpo mudado. Caneo se ha hecho materia para otra forma de vida menos insufrible de lo que pudo ser, para una sensibilidad extrema y una inteligencia zanjante, la gruesa y grosera forma de vida humana como la conocemos, heredada de esos milenios que nos pesan dentro como traumas. «El instrumento está hueco / la boca hinchada / el pico horadado / el instrumento está hueco y calla.» A veces un solo impulso nos mata. A veces soportar una noche más nos habría mostrado otro universo posible. ¿Por qué el calor común de la manada, el amor, la amistad, el afecto, no pueden a veces contener ese impulso de fuga que a los vivos nos deja estupefactos? Es el enigma de esas intensidades que nos rigen como los espíritus de la tierra, que se hacen voz en nuestras voces. Y, sin embargo, el poema más bello de su libro (junto a «Insomne», que es la lectura de un trance) es un poema humano, antropomorfo, de un instante amoroso absoluto, una vida posible, a la que el insecto rinde homenaje, convirtiéndose no en su metáfora sino en su plano de diseño y construcción. Simbiosis Vi mi seno en tu boca mi seno lácteo, pálido, acuoso. Vi tu boca oscura tragarlo Vi tu labio inflamado de deseo y mi seno invertido. Sentí ansias, ansias carnívoras y devotas. Sentí tu piel en contraste con la mía y tus ojos yermos. Sé del abrazo y esta pausa informe que poseo Sé de ti a mis anchas, cuando envuelta en tu enormidad te contemplo. En silencio he pronunciado tu nombre porque has habitado aquí dentro. 3 La Librería Mediática Marialcira Matute Caneo De Caneo Arguinzones tengo presente su nombre y su poesía. Nombre y poesía fuertes, determinados, de ella, de Caneo. Caneo que es al mismo tiempo un nombre medieval, un nombre mapuche y el nombre de Caneo. Esa poesía extraña que antes no entendía y ahora creo entender, ya para qué, o ya para entenderla y entender otras cosas que aún tienen remedio. Tengo presente su voz, la única vez que hablé con ella, en ocasión de una entrevista radial por su premio en el Concurso de Autores Inéditos de Monte Ávila; quizás hace tres años. Una voz semejante a la que describe Jaramillo Agudelo en una poesía que dice cosas bonitas sobre una voz que el poeta escucha «...por el teléfono tan cerca... y tan lejos tú de mí, tan lejos...». La voz de Caneo —vuelvo a Jaramillo Agudelo, poeta como ella— es una voz que recuerdo así: «...sonido del agua, conjuro, encantamiento...». Releo su poesía y encuentro otras historias tras ese recuerdo, tras esa voz segura de la poesía que percibí en la entrevista. Una certeza extraña para una poeta tan joven. Alguien escribió que la lectura de la obra creativa de quien decide irse antes de tiempo —porque Caneo era joven, niña, vital, con tanto que dar, que escribir— cobra nuevos significados. Se vuelve misteriosa. Misteriosa como la razón de la vida y de la muerte. Misteriosa como la razón del amor y del odio. Misteriosa como el tiempo ganado y el perdido. Esa voz y esa poesía de Caneo me llegan como una bofetada de tristeza y desconcierto cuando un amigo común me dice la noticia: Ya Caneo no está. Está su poesía y nos queda la misión de seguirla leyendo, de completarla. Otra amiga me dice que no puede creer que ya Caneo no escribirá más, y me cuenta historias de risas y juegos, de recorrer contentas las calles de una ciudad de otro país a la que ambas iban como poetas representando a Venezuela. Se va Caneo y queda la sensación de que gastamos el tiempo en tonterías en vez de dedicarlo a entender los gritos de auxilio y los avisos en su poesía, en vez de dedicarlo a expresar que queremos a quienes queremos y a estar. Estar allí, como gatos que se contentan con hacerse presentes para lo que sea, hasta para hacerse visibles, por si acaso. Para que no sea tarde, para que no sea demasiado tarde el momento en que comprendamos palabras como las que escribió Caneo en 2008 en este «Puño», cuando decía cosas que en ese momento no entendimos y ahora, ahora que ya no podemos decirle que entendemos, entendemos y duele. Duele mucho. "...Se están escondiendo las miradas pero los puños aún perturban a gritos el silencio/ mientras tan nítida como el agua/ la carcomida esperanza se me oculta...» 4 LETRAS CCS / CIUDAD CCS / DOMINGO 26 DE OCTUBRE DE 2014 Anatomía de una poeta MARIAJOSÉ ESCOBAR* Conocí a Caneo Arguinzones en la Escuela de Letras de la UCV. Nos hicimos amigas en la lucha, en la palabra como arma para alcanzar la revolución. Militamos juntas en un colectivo llamado La Asamblea Socialista del Pasillo, que reunía a estudiantes de letras, artes, filosofía, otras escuelas de humanidades y egresados. El planteamiento fue, desde el principio, la transformación de la universidad y la defensa de la Revolución. Era el año 2007. Caneo nace en Caracas, en 1987. Pasó sus primeros años en El Junquito, y siempre estuvo en contacto con la naturaleza, el arte, la revolución y la literatura. Se forjó así un alma sensible. Una mirada clara de la realidad, y de la necesidad de transformarla. Asiste Caneo a distintos talleres de poesía. Posteriormente, comienza a acudir cada vez más a recitales y conversatorios, en calidad de poeta. Se especializa en ambientes «no convencionales» es decir, cárceles, plazas, la calle. Y es que Caneo cree firmemente en los poderes creadores del pueblo y en la palabra como resorte para crear un cambio de conciencia que lleve a la sociedad a su transformación hacia el socialismo. Actualmente, y desde hace 4 años, militamos juntas en el colectivo que fundara en 2009, denominado Las Fulanas Esas, y andamos por las calles de Caracas haciendo Quijotadas, como nosotras les llamamos. Recitales, murales, tomas culturales, actividades de boleros y poesía, talleres y demás forman parte de nuestra cotidianidad, compartida con otras dos amigas poetas: Geraldine Giménez y Deisa Tremarias. Caneo Arguinzones ha sido publicada en: Voces nuevas, 2004-2005, CELARG (2006); La mujer rota, Literalia Editores (2008); Nueva poesía hispanoamericana, Lord Byron Editores (2009) Rosa Caribe (Venezuela-Cuba), La Mancha Editorial (2011) Las chicas van al baile, Casa del Poeta Peruano (2012). Dictó una ponencia acerca de La palabra como herramienta comunitaria, en la Feria Internacional del libro de La Habana, Cuba (2012). Ha representado a Venezuela en distintos eventos internacionales como: «La Mujer Rota» en Guadalajara, México; El Noveno Encuentro Internacional de Poetas «El turno del Ofendido» en San Salvador, El Salvador (2011); Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico (2012). Realizó talleres de guerrilla comunicacional y de poesía con la Organización Diabluma, en Quito y Guayaquil, Ecuador. En 2011 obtuvo el premio Inéditos de Poesía de Monte Ávila Editores, con el libro Zoo: anatomía del insecto. Zoo: anatomía del insecto El libro con el que Caneo Arguinzones gana el Premio de autores inéditos de Monte Ávila en 2011, sorprende por la manera de estructurarse y por la tensión ejercida en el verbo con el fin de diseccionar uno de sus principales temas: la locura. Zoo: anatomía del insecto está subdividido en once partes («Antenas», «Cabeza», «Tórax», «Alas posteriores», «Tercer par de patas», entre otros). He aquí el primer rasgo de una obsesión que va de lo formal a lo temático: la desmembración, lo separado, lo trastocado. Experimento interesante e inédito en la poesía venezolana el de situar un poemario entero en el andarse de un minúsculo insecto. Singular abordaje que hace pensar en la insignificancia del humano, cual insecto errante. En el brevísimo poema «Memoria» la palabra «desfigúrame» (4) quedará haciendo eco en el lector pues es allí, precisamente en el umbral, en una de las «antenas del insecto» en donde asistimos a la segunda alusión (recordemos que la primera es la estructuración misma del libro) a lo descolocado. Lo desmembrado continúa profundizándose como tema en el poema «Disonante» que ya desde su nombre nos sitúa en la idea de lo no armónico: «Mordaza de viento comprende / el instrumento está hueco / la boca hinchada / el pico horadado / No tengo plumas, ni patas / y me aviento, / me aviento inerme». (7) El insecto no tiene plumas ni patas y cae en lo inefable ¿dónde cae, inerme, inevitablemente? La alusión a la «boca» nos retrotrae al género humano. Acá podrían comenzar a cuajar las sospechas que rastreamos desde el inicio del poemario: este insecto es una alegoría, es una representación del ser humano. En el siguiente poema «Murmullo» se consolida la sospecha anterior: «Es que te he amarrado a mi locura, he desquiciado en poseerte. / Ya las voces no me preguntan dónde hallarte, cuál tu nombre. / Ellas conocen mi tormento, tu dorso erecto y sordo silencio». (8) Este poema es importante en el conjunto de la obra por dos razones: por un lado, es el primero en el poemario en el que aparece, explícitamente, la palabra «locura», uno de los ejes centrales del libro entero, ya abordado de manera tangencial en los anteriores, en donde la alusión a la misma es, como en buena parte del texto, mediante imágenes de lo roto, quebrado o desfigurado, pensemos en este sentido en la locura como un estado fragmentado de la identidad, de la personalidad, del ser. Por otra parte, se trata de uno de los pocos poemas en los que se habla al sujeto amado. ¿Qué tipo de amor es cantado acá? Se trata del amor del obseso, del que tiene ansias profundas de poseer al otro, del que escucha «las voces» aspecto recurrente en la locura. En el poema «Minúscula» esta voz poética ruega: «Cordura, suplico que vuelvas, / te repito Diminuta, / a mi estadio». (10) Asistimos a la profundización de la tematización de la locura. Observamos cómo la siguiente exclamación continúa la identificación entre locura y rotura: «¡Ay minúscula de mí, / pedazo astillado, / consígueme!» (10) Lo cual se corresponde con la definición de la locura como un estado roto de la mente humana. Encontramos en este libro una riqueza de imágenes, de perspectivas, de lenguaje, de experimentación para expresar uno de los grandes temas de la literatura universal: la locura. Y nos topamos con la posibilidad de la locura como resorte creador, como acicate válido de la imaginación. Director Freddy Ñáñez Coordinadora Karibay Velásquez. Letras CCS es el suplemento literario del diario Ciudad CCS y se distribuye de forma gratuita | correo-e: [email protected] | Twitter: @LetrasCcs El insecto en Zoo, es a la vez víctima de la locura en tanto que alegoría de lo humano y portador de la misma en tanto que se le identifica con ese algo que desencadena la rotura de la estabilidad, esto recuerda a los mosquitos transmisores de enfermedades, así como a otros tantos insectos que traen con sus picaduras la consecuencia de la enfermedad. Un ejemplo de esto es poema «H.O»: «Insecto devorador de cordura, susurras… / Ella escarba su piel hasta el hallazgo / Te exhibes en circunferencia, / cuentas cómo tu carne se hizo materia. / Obligada al eco, Ella / testigo de las múltiples patas de la locura». (11) En él el insecto devora la cordura, la extrae del ser, la locura tiene múltiples patas. El insecto es aquí el portador y la viva imagen de la locura. Con sus patas la obliga a «Ella» a una perturbadora escucha del «eco», reiteración de las «voces» a las que nos referimos anteriormente. Como hemos observado, el tema de la locura en Zoo: anatomía del insecto se va desgajando en sus diversos aspectos: fragmentariedad, voces, visiones, obsesiones, angustia, el insomnio, temor, ansiedad por la vuelta a la cordura. La voz poética hace emerger poderosas imágenes en un universo minúsculo, poblado de pequeños seres víctimas y victimarios, escenario y causantes de la locura en sus múltiples aristas. Es Zoo una alegoría del loco, de la rotura del yo. Una reflexión poética acerca de las múltiples dimensiones de la enfermedad mental, abordada con delicadeza, con fino hilado de araña. Otros temas se enlazan al de la locura: el amor y el deseo: «Vi mi seno en tu boca / mi seno lácteo, pálido, acuoso. / Vi tu boca oscura tragarlo / Vi tu labio inflamado de deseo / y mi seno invertido» (23). En el que la reiteración exacerbada y la observación entroncan con el estado obsesivo de la locura; El cuerpo «Lastre, estas caderas con muslos / empujadas por el peso, / por la inercia (…) / A deshoras marcho, agria, en la noche tibia / cárcel mi cuerpo / voluta las ansias» (28) en el que el cuerpo pesa, es prisión, se agotan los nervios, la toronja en espiral es imagen de ciclo repetido; el silencio «Mordaza de viento comprende, / el instrumento está hueco y calla» (33); insomnio «Conozco esta simple desidia que transforma al insomnio en el recibimiento diurno, pausado del silencio, franja de madrugada hacia el bullicio vespertino» (34); violencia «Y venero tu ausencia como el garrote violento / que perturbó la continuidad» (40); lo monstruoso: «Conservo un altar doméstico, me encariño con la bestia / hasta predecir la aparición / de su ponzoña» (50) entre otros. La noche, más exactamente la madrugada, es el espacio privilegiado en el que este insecto se disecciona. En el que expone su locura, en el que la voz insecto reflexiona, desde esta particular mirada, sobre los temas antes mencionados. Por último, no quería terminar estas reflexiones sin referirme, brevemente, al trabajo inédito de Caneo. Actualmente, la poeta caraqueña está trabajando en unos «Frascos» muy curiosos. Quisiera comentar dos de ellos, y dejar en la audiencia la duda y las ganas de más. El primero «Frasco #1» nos da una visión demoníaca y pesadillesca: «Una cabra sobre mí / Una cabra dentro del agua / Una cabra caminando / Una cabra de pie sobre mi cabeza». El segundo es una profundización del tema abordado en el poemario anterior «Frasco #2»: «Caneo no lo sabe. Caneo se ha vuelto bicho. / Pero el bicho está alojado. / No se sabe quién ella quién él. / Caneo desconoce». ¿Es este un intento por encerrar en frascos la locura del insecto? Sin duda alguna esta poeta seguirá sorprendiéndonos. *Tomado del blog lagrietafloridadelinsomnio.blogspot.com Fecha de publicación: 8 de noviembre de 2013 Ciudad CCS es un periódico gratuito editado por la Fundación para la Comunicación Popular CCS de la Alcaldía de Caracas | Plaza Bolívar, Edificio Gradillas 1, Piso 1, Caracas | Teléfono 0212-8607149 correo-e: [email protected] | Depósito legal: pp200901dc1363
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