Compartiendo el Judaísmo Conservador/Masortí “Los por - Noam

Compartiendo el Judaísmo Conservador/Masortí
“Los por qué y los cómo del judaísmo conservador”
Artículo del libro “Responsa in a Moment” pags. 11-21,
Rabino Prof. David Golinkin
Traducido y adaptado por Ría Okret
Comunidad NCI de Montevideo
Durante los últimos veinte años he dedicado mucho de mi tiempo al estudio y
la enseñanza de la halajá y a escribir responsa para el movimiento judío
Conservador/Masortí. Lo que sigue no es la posición oficial del Movimiento
Conservador o Masortí, sino más bien las observaciones de un
observador/participante en la elaboración de la halajá Conservadora
Tanto el judaísmo ortodoxo como el judaísmo conservador están dedicados a
la observancia de la halajá. Comparten la creencia que para ser un buen judío
hay que comprometerse a observar el sistema de halajá en su totalidad. Esto
está de acuerdo con la actitud bíblica de “naasé venishmá” [nosotros haremos
todo cuanto ha dicho el Señor y seremos obedientes] (Ex. 24:7) y con el
mandamiento rabínico que “lo principal no es exponer sobre la ley sino cumplirla”
(Avot 1:17). Ambos grupos estarían de acuerdo con las palabras del Prof. Louis
Ginzberg, uno de los más importantes talmudistas y autoridades halajicas en el
movimiento conservador por casi medio siglo: “La Halajá o ley es mucho más
importante en el judaísmo que la agadá o creencias, porque las ideas son
volátiles pero las prácticas perduran. Si la práctica judía desaparece no queda
virtualmente nada.
Pero sin embargo hay muchas diferencias entre los enfoques ortodoxos y
conservadores de la halajá. Para poder entender las diferencias, debemos
hacernos dos preguntas básicas: “¿Por qué observamos la halajá?” Y “¿Cómo
interpretan los rabinos la halajá?
Los “Por qué” de la Halajá Conservadora
El enfoque ortodoxo estándar de “por qué observar la halajá” es bastante
simple: Debemos observar los mandamientos porque son de origen Divino; nos
fueron dados en la Torá en el Monte Sinai por Dios mismo. Una afirmación del
Rabino Immanuel Jacobovits, difunto Gran Rabino de Gran Bretaña, es típica de
este enfoque:
Para mí la creencia en la Torá min hashamaim (la divina revelación de la
Torá)...representa una definición de la esencia del judaísmo tan inalienable como
el postulado del monoteísmo...Torá min hashamaim quiere decir esencialmente
que el Pentateuco tal como lo tenemos hoy, es idéntico a la Torá revelada a
Moisés en el Monte Sinai y que esta expresión de la voluntad de Dios es
auténtica, final y eternamente obligatoria para el pueblo judío...
¿Y qué pasa con las leyes que fueron agregadas por los rabíes a través de los
siglos? De acuerdo al enfoque fundamentalista, también fueron dadas en el
Monte Sinai como lo leemos en el Talmud palestino (Yerushalmi Pea 17a y
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Yerushalmi Megilá d): “Hasta lo que un alumno perspicaz expondrá delante de su
maestro ya fue dado a Moisés en Sinai”. En otras palabras, cada mitzvá que
hacemos como judíos fue dada de forma innata en el Monte Sinai. Cuando un
rabino expone una nueva ley o práctica, está simplemente revelando algo que
estuvo oculto en la Torá desde el principio.
Sin embargo, este enfoque simple o simplista no satisface a la mayoría de los
judíos conservadores. Muchos no creen en una revelación verbal en el Monte
Sinai. Hay tres problemas principales que los preocupan:
En cuanto al acto de la revelación, preguntan: ¿Qué pasó en Sinai? ¿Cómo
sabemos que era Dios el que habló? Quizás todo el relato de la revelación en
Sinai es simplemente el producto de la imaginación de alguien. Aún si Dios habló
¿cómo sabemos que fue entendido correctamente?
En cuanto al producto del acto de revelación—es decir, la Torá—preguntan:
¿Es esto una trascripción directa de las palabras de Dios? Si es así ¿cómo
explicamos algunas de las contradicciones en sus leyes? Por ejemplo, Pesaj debe
ser celebrado por siete días de acuerdo a Éxodo 13:6, Levítico 23:6, y
Deuteronomio 16:3, pero sólo por seis días de acuerdo a Deuteronomio 16:8.
Éxodo 20:21 permite la erección de un santuario en cualquier lado, pero
Deuteronomio 12:4-5 restringe el santuario a uno sólo en todo Israel. ¿Y qué
pasa con las variaciones de sus historias, como las diferencias en el orden de la
Creación descritas en los Capítulos Uno y Dos de Génesis? ¿Y cómo se explica la
similitud de algunas de sus leyes (ej. ojo por ojo) y los relatos (los relatos del
diluvio) con aquellos de las naciones que rodeaban a Israel durante los tiempos
bíblicos?
¿Y qué pasa con las versiones variantes de la Biblia que tenemos? Aún si Dios
reveló su voluntad en Sinai, los seres humanos la han copiado e interpretado a
través de las generaciones, de modo que ¿cómo podemos estar seguros de que lo
que tenemos entre manos se parece en algo a lo que Dios dio? ¿Y cómo sabemos
que nuestra interpretación se parece en algo a lo que era Su propósito?
Finalmente, la Torá contiene leyes e historias que nos plantean
graves problemas éticos. Deuteronomio 23:3 dice que un hijo o hija concebido/a
por su madre de un hombre mientras todavía estaba casada con otro es un
mamzer que no puede casarse con un judío o judía “hasta la décima generación”.
¿Es ético castigar a un hijo/a y a un nieto/a por el pecado de sus padres? En
Números 31, Dios lo instruye a Moisés para que se vengue de los midianitas por
el pecado de Baal Peor (Num. 25). Cuando los israelitas vuelven después de
haber matado sólo a los hombres, Moisés se enoja con ellos y les ordena matar a
todos los midianitas restantes excepto a las muchachas jóvenes.
¿Son la
voluntad de Dios esto dos problemáticos pasajes?
Como consecuencia de estos problemas, muchos rabinos y pensadores
conservadores no suscriben al punto de vista fundamentalista presentado más
arriba. Observan la halajá, debido a una combinación de razones, incluyendo
muchas de las cuales enumeraremos a continuación.
El primer enfoque no fundamentalista dice que la halajá es la forma en que el
pueblo judío, a través de las generaciones, comprendió e interpretó la
revelación de Dios en el Monte Sinai. Un judío que observa mitzvot cumple la
voluntad de Dios como klal israel—el pueblo de Israel en su conjunto— ha
comprendido Su voluntad por 3.000 años. El más famoso defensor de este punto
de vista fue el Prof. Salomón Schechter, el fundador del movimiento Conservador.
“No es solamente la Biblia revelada que es de primera importancia para el judío,
sino la Biblia como se repite en la historia, en otras palabras, como es
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interpretada por la Tradición...” El centro de la autoridad es trasladado de la
Biblia a las manos de la conciencia colectiva de la “comunidad judía universal” o
sea klal israel.
El segundo enfoque “teocéntrico” de la observancia también pone mucho
énfasis en la sociedad de Dios y el hombre. La Torá y las mitzvot expresan el brit
o pacto eterno hecho entre Dios y el pueblo judío. Como Moisés afirma al
principio de Deuteronomio (5:3-4): “No con nuestros padres hizo este pacto el
Señor, sino con nosotros, con todos nosotros que estamos aquí mismo hoy vivos.
Cara a cara habló el Señor con vosotros en el monte, de en medio del fuego.”
Esta afirmación no sería sorprendente si hubiera sido hecha al pueblo que estuvo
presente en el Monte Sinai. Pero Moisés les está hablando aquí a sus hijos,
cuarenta años más tarde ¡y sin embargo les dice “nosotros”, “todos nosotros”,
“vosotros”! Lo que quería transmitir era que el pacto no era cosa de una sola
vez; es renovado en cada generación como Moisés lo explica claramente al final
de Deuteronomio (29:13-14): “Y no solamente con vosotros hago este pacto y
este juramento, sino con aquél que está aquí hoy con nosotros delante del Señor,
nuestro Dios, y también con aquél que no está aquí hoy con nosotros.” Y Rashi,
el clásico comentarista medieval, agrega: “Y con las generaciones futuras
también.” Cada vez que observamos un mandamiento o halajá, renovamos
nuestro pacto con Dios.
El tercer enfoque centrado en Dios afirma que las mitzvot nos conducen a la
santidad, santifican nuestras vidas, y nos acercan a Dios. Éste es el enfoque que
enseñara el Taná Isi ben Iehuda en la Mejilta (Parashá 20, ed. Horovitz-Rabin, p.
320) hace 1800 años. “Con cada nuevo mandamiento, Dios le agrega santidad al
pueblo de Israel.” Este enfoque también se ve reflejado en la fórmula estándar
de las bendiciones que se dicen cuando se cumplen mitzvot tales como el
encendido de las velas de Shabat y Januca, lulav, tefilin, y talit: “asher kidshanu
bemitzvotav vetzivanu”, “Bendito eres Tú Señor Nuestro Dios, Rey del Universo
que nos ha santificado con sus mitzvot y nos ha ordenado...”. Y realmente, las
mitzvot, santifican nuestras vidas—lo mundano se convierte en especial y lo
profano se convierte en sagrado. El Shabat y las festividades santifican el
tiempo. Las Bendiciones y la kashrut santifican nuestras comidas. La ceremonia
de casamiento y las leyes de la mikve santifican el matrimonio. Las leyes de
onaa (cobrar demasiado y eifat tzedek (pesas y medidas exactas) santifican los
negocios.
De este modo a través de la observancia de las mitzvot, nos
esforzamos por cumplir con el versículo de Éxodo (19:6) “Y vosotros me seréis
un reino de sacerdotes y una nación santa” así como el versículo en Levítico
(19:2) “Seréis santos, porque Yo, el Señor, Vuestro Dios, soy Santo.”
Las próximas tres razones son “etnocéntricas” postulan que las mitzvot sirven
para preservar, unir y fortificar al pueblo judío.
De acuerdo al primer enfoque, la halajá es el “cemento” que “liga” los
“ladrillos” dispersos del pueblo judío. Sin este cemento, el pueblo judío se
hubiera desintegrado hace tiempo. Las mitzvot atan a cada judío en el mundo a
todo otro judío en el mundo. En los últimos años, he rezado en sinagogas desde
Los Ángeles a Milwaukee a New York, desde Haifa a Eilat, y desde Londres a
Roma y siempre me ha llamado la atención que el 95% de los servicios son
idénticos, no importa a donde uno vaya. En forma similar, cuando me pongo los
tefilin todas las mañanas, sé que un judío en Marruecos hace lo mismo. Cuando
enciendo las velas en Januca, sé que un judío en Argentina hace lo mismo.
Cuando doy tzedaká, sé que un judío en Australia hace lo mismo. De este modo
los mandamientos nos ayudan a cumplir con la oración que decimos todos los
Shabat en el servicio de Minjá: “¡Quién es como tu pueblo Israel, una nación
unida en el mundo!
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El segundo enfoque centrado en los pueblos pone énfasis en la continuidad
histórica del pueblo judío. Las mitzvot son la cadena dorada que nos liga a
nosotros y a nuestros hijos a nuestro pueblo. Sin ellas perderíamos nuestra
continuidad y nos sentiríamos como huérfanos en la historia. Cuando observo el
Shabat, sé que Moisés hizo lo mismo y cuando me pongo los tefilin, sé que Rabi
Akiva hizo lo mismo. Cuando doy tzedaká, sé que Maimónides hacia lo mismo y
cuando estudio Torá sé que el Gaon de Vilna hacia lo mismo. Los judíos que
observan la halajá están conectados a la historia de y las tradiciones de su
pueblo.
El tercer enfoque etnocéntrico es extremadamente pragmático. La mayor
amenaza para la supervivencia del pueblo judío en la actualidad es la asimilación
y los casamientos mixtos. Por miles de años las mitzvot han protegido al pueblo
judío de estas amenazas y asegurado la continuidad judía. El famoso pensador
sionista Ahad Haam dijo: “más de lo que el pueblo judío ha preservado al Shabat,
el Shabat ha preservado a los judíos.” Lo mismo se puede decir de todas las
mitzvot. Los judíos observantes no ponen árboles de Navidad en su casa, no
experimentan con cultos y drogas, y sus hijos, en la gran mayoría, no se casan
con no judíos.
Por lo tanto la halajá es un excelente baluarte contra la
asimilación.
Las dos últimas razones que resumiré son antropocéntricas o centradas en el
hombre. Sostienen que cada individuo cumple con las mitzvot en primer lugar
por el beneficio personal que él o ella obtiene de ellas.
El primer enfoque de este tipo ve a las mitzvot como un medio para la
autodisciplina, para mejorar nuestra personalidad, y para hacernos mejores seres
humanos. Esta idea suena muy moderna, pero no lo es. Originalmente fue
enfatizada por Amora Rav quien vivió en Babilonia en el siglo III. Dijo: “Los
mandamientos sólo fueron dados para refinar y disciplinar a la persona que los
cumple” (Génesis Rabá 44:1, ed. Theodor Albeck, pp. 424-425). Abraham ibn
Ezra de la España del siglo XII estuvo de acuerdo. En su clásico comentario de la
Torá afirma (Deut. 5:18): “El principal propósito de todos los mandamientos es
enderezar el corazón”. Puesto que corazón en hebreo es frecuentemente
sinónimo de mente, Ibn Ezra quiere decir que el principal propósito de los
mandamientos es refinar y disciplinar la mente.
Esta idea fue reiterada en nuestro tiempo por el Rabino Harold Kushner, un
rabino conservador que vive en Massachussets:
Tantas de las reglas y rituales de la forma de vida judía son calistenia
espiritual, cuyo propósito es enseñarnos a controlar los instintos más básicos de
nuestras vidas—el hambre, el sexo, el enojo, la codicia y otros más. No se nos
dice que los neguemos o los ahoguemos, sino que los controlemos, que los
gobernemos en lugar de dejar que nos gobiernen...La libertad que la Torá nos
ofrece es la libertad de decir no a nuestros apetitos.
El segundo y último enfoque afirma muy simplemente: ¡Cumple con las
mitzvot porque son divertidas! Elevan el espíritu y traen alegría al corazón. Este
punto de vista ha sido muy popular desde la Biblia hasta hoy en día. El Salmista
escribió (19:9) hace tres mil años: “los preceptos del Señor son rectos, alegran
el corazón.”
Los rabinos del Talmud elaboraron está idea y crearon el concepto de “simja
shel mitzvá”, la alegría de cumplir con una mitzvá.
Una y otra vez en la
literatura rabínica se nos dice que deberíamos cumplir los mandamientos con
alegría. Aprendemos, por ejemplo, en el tratado de Berajot (31a): que “No
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debemos pararnos a decir la Amidá, a menos que lo hagamos por la alegría de
cumplir con una mitzvá.”
Después de todo,
muchos judíos cumplen muchas mitzvot porque las
disfrutan. Yo observo el Shabat porque disfruto observando el Shabat; es el
único día que puedo distenderme realmente y pasar más tiempo con mi familia.
Cuando nos quedamos levantados toda la noche aprendiendo en un tikun todos
los Shavuot ¡ lo hacemos porque es divertido! ¿Y por qué bailamos como
maníacos en Simjat Torá y nos disfrazamos como payasos en Purim? ¡Porque es
divertido! ¿Y por qué construimos una Sucá y comemos en ella por siete días?
¡Porque es divertido! La ley judía no es una carga; es una alegría, “simja shel
mitzvá”—la alegría de cumplir una mitzvá.
En resumen, el “por qué” de la halajá Conservadora es más complejo que el
“por qué” de la halajá ortodoxa. Los judíos ortodoxos observan la ley judía
porque consideran todo o una gran parte la voluntad literal de Dios. Los judíos
conservadores observan la halajá por una variedad de diferentes razones. El
fundamentalismo ortodoxo frecuentemente conduce a interpretaciones rígidas de
la ley judía, mientras que el movimiento conservador, no-fundamentalista
frecuentemente conduce a interpretaciones más liberales, como veremos a
continuación.
Los “Cómo de la Halajá Conservadora
El Movimiento Conservador no tiene un conjunto de principios uniforme que
guía a los rabinos que hacen las decisiones halajicas y, en realidad, hay diversos
enfoques entre las autoridades halájicas conservadoras.
Sin embargo, un
cuidadoso estudio de la responsa o decisiones halajicas escritas por rabinos
conservadores en los últimos noventa años, revela seis características generales
de la halajá conservadora., cinco de las cuales frecuentemente distinguen la
responsa conservadora de la responsa ortodoxa. En esta sección resumiremos
cada una de las características generales y las ilustraremos usando la responsa
que se encuentra en este volumen.
Uno de los lemas del Movimiento Conservador es “tradición y cambio”. Los
cambios no se hacen porque sí, sino solamente para poder resolver un problema
urgente o agudo. Frecuentemente, después de examinar todos los ángulos de
una cuestión halájica, los rabinos conservadores están más a favor de la tradición
que de un cambio. Por lo tanto, como ejemplo, mi responsum acerca de evitar a
las caridades tramposas (pp.51-56) está basada en la opinión de Rav Iehuda
(Bava Batra 9a) como está codificado en los códigos estándar de la ley judía.
Dijo que se debe investigar cuando alguien pide ropa, pero no cuando pide
comida. Yo deduje de esto que uno renuncia a la investigación cuando se
enfrenta con una situación urgente de sufrimiento humano, pero debería
investigar las caridades nuevas o desconocidas antes de darles tzedaká. En otras
palabras, mi respuesta estaba basada principalmente en el enfoque tradicional de
esta pregunta con algún ajuste para las situaciones modernas.
Frecuentemente, un rabino tiene muchas diferentes opciones halajicas de las
cuales elegir y él o ella puede dictaminar estrictamente o flexiblemente o elegir el
camino del medio.
Los rabinos conservadores generalmente prefieren un
dictamen flexible a uno estricto. Esto está basado en la enseñanza talmúdica “
Observaréis pues, Mis leyes y Mis decretos que el hombre que los practiqué vivirá
en ellos’ (Levítico 18:5) – y no morirá debido a ellos” (Ioma 85b) y en la máxima
talmúdica “la fuerza de un dictamen flexible es más grande” (Berajot 60a).
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Por eso, por ejemplo, en mi responsum acerca de si Israel debería devolver
territorios capturados en 1967 para lograr la paz (pp.31-36)comparé la estricta
actitud favorecida por los seguidores del Rabino Zvi Iehuda Kuk z"l y Gush
Emunim a la actitud flexible del Rabino Ovadia Iosef y del Rabino Theodore
Friedman z"l. Después de examinar ambos ángulos de la cuestión, estuve de
acuerdo con el segundo grupo y dictaminé que era lícito devolver territorios para
lograr la paz.
3. Una de las más grandes diferencias entre los rabinos conservadores y los
ortodoxos es su actitud hacia las ciencias modernas y los métodos de estudio
tales como la historia, la arqueología, la crítica de textos y la medicina. Muchas
responsa ortodoxa o no toman absolutamente en cuenta o se oponen
activamente a estás disciplinas, y aún cuando citan estudios médicos, casi nunca
es con una referencia exacta a la literatura médica. Los rabinos conservadores
sienten que no sólo es lícito utilizar métodos y conocimientos modernos para
escribir responsa; es esencial hacerlo porque no se puede llegar a una decisión
halájica correcta hasta que uno sepa y comprenda los hechos.
Por lo tanto, casi toda la responsa conservadora contiene una visión históricocronológica general del tópico para determinar si proviene dela Torá, del talmud,
de los primeros rabíes o de los rabíes posteriores. Hay más disposición para
cambiar una halajá relativamente nueva o una que no fue adoptada por toda la
comunidad o algo que es solamente una costumbre. También utilizan las ciencias
y las metodologías modernas. Mi responsum acerca de shucklen (balanceo)
mientras se reza y estudia (pp.25-28) cita a Mahoma y al poeta musulmán Labid
como fueron citados por Ignaz Goldziher en un artículo alemán publicado en
1871. Mi responsum acerca de la kashrut de las terneras criadas en granjasfábricas (pgs. 73-77) comienza con una descripción de la cría de terneras basada
en los libros Calf Husbandry, Health and Welfare y The Calf. Mi responsa sobre
cuestiones médicas tales como decirles la verdad a los enfermos terminales (pp.
57-63), ingeniería genética (pp. 67-72) y fumar (pp. 93-98) fueron escritas
después de leer artículos en revistas médicas tales como Nature, Science, The
Journal of Medicine and Philosophy, y Journal of the American Medical
Association.
4. El Shuljan Aruj escrito en el siglo XVI por Rabi Iosef Karo junto con las
glosas ashkenazi de Rabi Moshe Isserles es uno de los códigos estándar de la ley
judía. Sin embargo ha adquirido un status casi canónico entre los rabinos
ortodoxos. Los rabinos conservadores sienten gran respeto por el Shuljan Aruj,
pero no lo consideran la autoridad fundamental porque fue escrito hace 400 años
y mucho ha cambiado desde entonces en la halajá, en la sociedad y en nuestra
actitud hacia la vida. Además, cuando el Shuljan Aruj fue publicado, muchas
importantes autoridades halajicas criticaron severamente a aquellos judíos que
decidían la ley judía de acuerdo al Shuljan Aruj sin consultar el Talmud y las
principales autoridades que precedieron a Rabi Iosef Karo.
Por lo tanto, en un responsum en hebreo escrito en otro lado, se me preguntó
si era lícito mover un rollo de Torá para una sola lectura tal como en un retiro o
en la casa de alguien de duelo. Rabi Iosef Karo dictaminó en dos lugares
distintos en el Shuljan Aruj que no se puede llevar un rollo de Torá a prisioneros
judíos ni aún en las Altas Fiestas. Muchos rabinos ortodoxos se detendrían ahí;
yo no lo hice. Descubrí que el dictamen de Iosef Karo está basado en un
responsum de Rabi Meir de Rothenburg que a su vez está basado en un pasaje
del Talmud palestino que dice que sólo se puede mover un rollo de Torá para una
sola lectura para una persona importante tal como un Sumo Sacerdote o un
Exilarca. Sin embargo, de acuerdo a la Mishná y al Talmud babilónico, es
generalmente lícito mover un rollo de Torá para una sola lectura. Normalmente,
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cuando hay una disputa entre el Talmud palestino y el Talmud babilónico,
seguimos al último. Además, este enfoque estricto era la excepción a la regla.
La mayoría de las autoridades permiten llevar un rollo de Torá a los enfermos /o
a una persona importante o la casa de alguien de duelo o por el bien de un grupo
de personas.
5. El movimiento conservador cree en el pluralismo halájico. No todas las
preguntas halajicas tienen una sola contestación; a veces hay dos o más formas
legítimas de dictaminar acerca de una cuestión halájica. Mi responsum acerca de
institucionalizar a padres con la enfermedad de Alzheimer(pp.37-42) les da a los
hijos que se enfrentan con este dilema tres opciones halajicas legítimas. Mi
responsum acerca de decirles la verdad a pacientes terminales (pp. 57-63)
sostiene que a la mayoría de los pacientes debería decírseles la verdad porque
quieren saber la verdad, pero toma en cuenta a la minoría de los pacientes que
no desean saber la verdad. Mi responsum sobre shucklen (pp.25-28) presenta
siete razones diferentes para esta costumbre sin afirmar que una sola es la
correcta.
Finalmente, los rabinos conservadores ponen más énfasis en el componente
moral del judaísmo que en la halajá. Las mitzvot entre los hombres no son
menos importantes que aquellas entre el hombre y Dios. “De palabra de mentir
te alejarás” (Ex. 23:7) no es menos importante que “Acuérdate del día Sábado
para santificarlo” (ibid. 20:8). Pagar impuestos no es menos importante que
estar sentado en la Sucá. Honrar a nuestros padres no es menos importante que
mantener kosher.
Por eso es que seis de las doce responsa en esta colección tratan de dilemas
morales y éticos.
Nuestra actitud hacia los padres con la enfermedad de
Alzheimer (pp.37-42) es tan importante como nuestra actitud hacia el estudio de
la Torá (pp. 43-49). Nuestra actitud hacia las caridades tramposas (pp. 51-56)
es igual de importante que nuestra actitud hacia hacer aliá. (pp. 79-83).
En conclusión, el Judaísmo Conservador es a veces descrito por sus opositores
como una corriente sin carácter dentro del judaísmo a mitad de camino entre la
Ortodoxia y el Movimiento Reformista, sin una ideología clara. Es obvio de lo que
antecede que el Judaísmo Conservador es halájicamente distinto de la Ortodoxia
y de los Reformistas. A diferencia del Movimiento Reformista considera a la
halajá obligatoria para todos los judíos. Pero, como hemos visto, difiere de la
ortodoxia tanto en los por qués como en los cómos de su halajá.
RABINO PROF. DAVID GOLINKIN
Presidente y Rector del Instituto Schechter de Estudios Judaicos
El Rabino David Golinkin es también el Presidente de Va’ad Halajá (Comisión para
Leyes) de Asamblea Rabínica que escribe Responsa y da guía halájica al
Movimiento Masortí/Conservador en Israel.
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