Cómo cultivar grandes líderes por Douglas A. Ready Diciembre 2004 Reimpresión r0412f-e El mayor reto que enfrentan los líderes en ascenso es defender agresivamente su unidad de negocios, velando a la vez por la empresa como un todo. Ayudarlos a afrontar ese desafío requiere de un nuevo enfoque para el desarrollo de liderazgo. Cómo cultivar grandes líderes por Douglas A. Ready S i bien puede ser cierto que “toda la política es local”, como famosamente dijo el fallecido presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU. Tip O’Neill, el liderazgo es otra historia. La ejecución en la base y el establecimiento de redes son habilidades de liderazgo esenciales, pero también lo son formular y comunicar temas amplios y absolutos de importancia nacional. Chris Matthews, el anfitrión del programa de conversación televisivo Hardball, ha bautizado estos dos conjuntos de habilidades “minoristas” y “mayoristas”, respectivamente. Muy pocos líderes políticos –sólo los más eficaces, como Franklin D. Roosevelt o Lee Kuan Yew– se destacan en ambos. Lo mismo puede decirse de los líderes de negocios. Pero la estructura de las corporaciones modernas y la naturaleza de los mercados actuales han comenzado a exigir líderes del tipo rooseveltiano, hombres y mujeres que puedan dirigir unidades de negocios, funciones o regiones (en otras palabras, habilidades minoristas) y que a la vez tengan la visión para trabajar bien al nivel de la empresa (o mayorista). Muchas empresas poseen reservas suficientes de sólidos líderes minoristas, pero carecen de líderes mayoristas. El desafío no es enseñar a los primeros a enfocarse exclusivamente en la agenda de la empresa; es desarrollar líderes que puedan gestionar las tensiones inherentes entre las prioridades de unidades y empresa. En cierto modo, este problema es tan antiguo como la corporación moderna. Desconcertó a empresas como DuPont, GM, Philips Electronics y Unilever durante el siglo pasado. Tan pronto como una empresa alcanza el tamaño suficiente para ofrecer múltiples líneas de negocios en distintas regiones, comienza a enfrentar tensiones respecto de cómo salir al mercado, quién es el principal responsable de qué clientes y cómo ponderar los ingresos y la rentabilidad en la medición del desempeño. Lo que ha cambiado en los últimos años es que las empresas deben sincronizar más estrechamente que nunca las acciones de las unidades de negocios con las metas de la corporación como un todo. Esto se debe a que los clientes demandan cada vez más soluciones integradas o globales, que requieren la colaboración de múltiples unidades de negocios o filiales. Copyright ©2004 Harvard Business School Publishing Corporation. All rights reserved. Todos los derechos reservados. 3 Có m o c u l t i va r g ra n d e s l í d e re s Observe lo que sucedió cuando PriceWaterhouse se fusionó con Coopers & Lybrand a finales de los años 90 para crear PricewaterhouseCoopers. La fusión hizo de PwC la mayor firma de servicios profesionales del mundo. Su entonces CEO, Jim Schiro, empujó la idea de que PwC se convirtiera en la primera firma de servicios integrados verdaderamente global; él visualizaba a PwC aprovechando la experticia de sus seis líneas de servicios para entregar soluciones completas. Creía que unir fuerzas desde dentro permitiría a la firma obtener rápidamente una poderosa ventaja competitiva debido a su puro tamaño y alcance. De modo que Schiro quedó pasmado cuando los socios que encabezaban las líneas de servicios se resistieron acérrimamente a implementar su estrategia. Esta resistencia se fundaba en la historia institucional. Tanto PriceWaterhouse como Coopers & Lybrand tenían culturas profundamente arraigadas que premiaban la excelencia dentro de cada línea de servicio a los clientes. Los socios y sus subordinados tenían poca experiencia cruzando fronteras organizacionales y no tenían modelos que emular. Así que era natural para ellos seguir esforzándose por proporcionar el mejor servicio posible dentro de los límites de su unidad. Además, tanto la autoridad para fijar precios como la responsabilidad por el estado de resultados recaían en las prácticas de las distintas líneas (impuestos, auditoría y así). No existía ningún mecanismo organizacional para maximizar los ingresos al nivel de la firma, sobre todo si eso significaba sacrificar los ingresos al nivel de las líneas de negocios. Más aún, la nueva estrategia afectaba las relaciones con los clientes. Antes de la fusión, las empresas consistían en 150 pequeños y medianos negocios independientes, unidos por la marca y por una infraestructura compartida. Los líderes de estos negocios tenían profundas relaciones con los CEO de sus empresas clientes. Rolf Windemöller, el ex director de la filial alemana de Coopers, era íntimo amigo del CEO de Lufthansa, Jurgen Weber. Después de la fusión, se esperaba que Windemöller se convirtiera en facilitador de ventas cruzadas a Lufthansa, una posición que amenazaba con introducir tensiones en su relación tanto con Weber como con sus nuevos colegas en PwC. Para un ejemplo más detallado de las tensiones entre el pensamiento minorista y el mayorista, considere los desafíos enfrentados por RBC Financial Group, una de las mayores y más rentables empresas de Canadá. Fundada hace 140 años como un pequeño banco comercial, RBC ahora atiende a más de 12 millones de clientes alrededor del mundo; sus activos por US$ 446.000 millones la con- Douglas A. Ready ([email protected]) es fundador y presidente del International Consortium for Executive Development Research y contribuye a programas de educación ejecutiva en London Business School. Proporcionó servicios de consultoría a RBC Financial Group como parte del trabajo descrito en este artículo. 4 vierten en el séptimo banco más grande de Norteamérica. El grupo comprende cinco divisiones principales (llamadas internamente “plataformas”): RBC Banking, RBC Investments, RBC Insurance, RBC Capital Markets y RBC Global Services. Durante gran parte de su historia, RBC siguió una estrategia simple: ofrecer productos de alta calidad a un precio justo en todas sus líneas de negocios. El enfoque de la empresa para ejecutar esa estrategia era igualmente sencillo: obtener a las mejores personas, responsabilizarlas por la creación de franquicias exitosas y pagarles muy bien. Este enfoque funcionó hasta mediados de los años 90, cuando dos fuerzas chocaron para cambiar la dinámica competitiva de RBC. Primero, en un esfuerzo por impedir monopolios, el gobierno anunció que los seis grandes bancos de Canadá (que dominaban la banca nacional) no podían fusionarse ni adquirirse entre sí. Esto llevó a un importante cambio en la estrategia de RBC: la decisión de crecer mediante adquisiciones en el extranjero, principalmente en Estados Unidos. Segundo, se produjo un cambio en las preferencias de los clientes. La calidad ya no era suficiente en el sector de servicios financieros. Los clientes querían simplificar sus decisiones, así que buscaban la posibilidad de comprar paquetes de productos y servicios. Esto ocasionó otro gran cambio en la estrategia competitiva de RBC. La empresa iría más allá de sus tradicionales negocios autónomos para ofrecer soluciones integradas, una iniciativa que los líderes de RBC describieron como alcanzar un apalancamiento trans-empresa. Gordon Nixon, el CEO de RBC, sabía que para que la nueva estrategia funcionara tendría que conseguir el apoyo de muchas diferentes audiencias en la organización. Trabajó con su equipo ejecutivo superior, el comité de gestión del grupo (GMC, por sus siglas en inglés), para redactar una declaración clara de las nuevas prioridades estratégicas de la empresa, y la envió luego a toda la organización. La declaración no concitó apoyo inmediatamente. Los empleados reaccionaron instintivamente en contra de lo que sería, en la práctica, un delicado acto de malabarismo: tendrían que sacar el foco de sus propios silos sin dejar de cumplir según lo planeado. Pese a las mejores intenciones, la iniciativa de Nixon de articular la nueva estrategia inicialmente suscitó más preguntas que respuestas. Los directores regionales en Canadá se preguntaron si sus roles habían disminuido en importancia y si deberían ir tras los nuevos puestos que se estaban abriendo en EE.UU. Las cabezas de los negocios y plataformas de RBC entendieron la importancia de la iniciativa estratégica, pero sabían que harían las mayores contribuciones al crecimiento de RBC en el corto plazo si seguían manejando sus negocios autónomos eficazmente. Sabían cómo gestionar el crecimiento, aumentar la rentabilidad y obtener bonificaciones dentro de sus unidades; era menos claro cómo podrían generar ingresos entre plataformas, por más que harvard business review Cómo cultivar grandes líderes lo quisieran. En resumen, los ejecutivos de las regiones y unidades de negocios tenían habilidades minoristas bien desarrolladas, pero carecían de la capacidad mayorista de liderar cruzando las fronteras organizacionales. Es una historia familiar. Obstáculos como los enfrentados por RBC son difíciles de superar, porque las tensiones minorista-mayorista son muy reales, con tres condiciones comunes que las refuerzan. Primero, la mayoría de las estructuras organizacionales carece de mecanismos para ventilar y resolver los naturales conflictos que pueden surgir entre las prioridades de las unidades y de la empresa. Segundo, la mayoría fomenta el pensamiento de silos y los caminos de carrera poco imaginativos. Y tercero, muchas tienen sistemas de recompensas bien intencionados pero mal orientados, que contraponen el desempeño de la unidad a las consideraciones de la empresa en un juego de suma cero. Afortunadamente, las personas y las empresas pueden ser entrenadas para pensar y actuar de manera diferente, como veremos en el caso de RBC. ¿Está usted cultivando grandes líderes? Una lista de control para los equipos de altos ejecutivos 1. ¿Ha creado una política clara que aliente a los no sí no sí no sí no sí no sus actuales unidades de negocios, funciones y regiones? 2. ¿Busca candidatos de otras unidades cuando tiene que llenar vacantes clave? 3. ¿Ha creado mecanismos formales (como grupos de liderazgo o equipos de trabajo) que reúnan a personas de alto potencial de toda su empresa, para que los ejecutivos puedan discutir sobre las tensiones naturales y conflictos inherentes al liderazgo? 4. ¿Son sus líderes recompensados por enviar a empleados talentosos fuera de sus dominios y por aceptar a individuos de otras áreas con fines de desarrollo? 5. ¿Seguirán llegando a su equipo ejecutivo superior Ventilar las tensiones sí empleados a desarrollar su experticia y visión fuera de aquellas personas que hacen grandes aportes individuales y desarrollan unidades exitosas, pero no La directiva de RBC de impulsar el crecimiento prestan atención a las prioridades amplias de la empresa? y desarrollar mercados cruzando las fronteras de las unidades claramente tenía sentido desde el punto de vista de la empresa, pero estimuló un Los primeros diálogos fueron liderados por dos de los pensamiento de suma cero entre los líderes de las platamás poderosos vicepresidentes de RBC: Jim Rager, direcformas: Si comparto un cliente con otra unidad de negocios, tor de banca personal y comercial (ahora conocida como perderé poder y control, además de los ingresos y rentabiliRBC Banking), y Suzanne Labarge, directora de gestión dad asociados a ese cliente. Los ejecutivos anticiparon que de riesgo del grupo. La unidad de Rager es lejos la ditendrían que hacer concesiones a diario y que los clientes visión más grande de la empresa, y es considerada por podrían confundirse si eran contactados por (o escuchaempleados y analistas como el más poderoso motor de ban mensajes contrapuestos de) diferentes partes de RBC. crecimiento de la empresa. Esta expectativa requiere que Ante la falta de un foro para abordar estas tensiones, las RBC Banking sea “apropiadamente emprendedora”, como frustraciones comenzaron a acumularse y la colaboración lo expresó una vez Rager. El rol de Labarge es proteger a se convirtió en una víctima del conflicto. RBC de riesgos inadecuados que podrían amenazar la De manera que el equipo ejecutivo de RBC diseñó una salud del banco en el largo plazo. No es de extrañar que serie de conversaciones facilitadas por líderes en una iniRager y Labarge muchas veces discrepen en lo que consciativa llamada Diálogos de Liderazgo de RBC. Cada setituye un riesgo adecuado. Antes de la realización de los sión era encabezada por Nixon y por dos miembros alterdiálogos, la línea oficial era “No es nada personal; sólo nantes del GMC, y aproximadamente 30 altos ejecutivos estamos haciendo nuestro trabajo”. Los empleados sabían eran invitados a asistir cada vez. Los miembros del comité que esto no era así, pero la desconfianza entre unidades que lideraban las sesiones relataban sus experiencias, traera entendida como uno de muchos “indiscutibles”. tando de conciliar dilemas similares a los que enfrentaría A su favor, tanto Rager como Labarge reconocieron la siguiente generación de líderes de RBC. El objetivo no durante los diálogos que, además de ser vicepresidentes, era retratar a Nixon y el GMC como si tuvieran todas las también eran seres humanos, y que las prioridades opuesrespuestas; más bien, era hacer que el comité reconociera tas incrustadas en sus respectivos roles muchas veces que los dilemas sí existían, los abriera a la discusión entre ponían tensión en su relación personal. Enfatizaron el las filas ejecutivas de RBC y ayudara a preparar a los líderespeto mutuo que se tenían y discutieron abiertamente res en ascenso para las difíciles decisiones que inevitablelas medidas que estaban tomando para resolver sus premente enfrentarían. diciembre 2004 5 Có m o c u l t i va r g ra n d e s l í d e re s ocupaciones: reunirse más frecuentemente para no acumular tensiones, por ejemplo, y juntar a sus equipos más a menudo para que esas relaciones también mejoraran. Y ambos vicepresidentes afirmaron enfáticamente que si los participantes de los diálogos aspiraban a liderar al nivel de la empresa, deberían estar preparados para enfrentar tensiones similares en sus futuros roles. Casi la totalidad de los 150 ejecutivos más altos de RBC participaron en los diálogos. Estas reuniones tuvieron un genuino impacto en los líderes que asistieron. Uno de ellos fue Ann Louise Vehovec, quien había pasado toda su carrera antes de los diálogos en RBC Capital Markets. En sus 20 años en la empresa, había desarrollado una pasión por esa plataforma y no le había preocupado mucho la empresa como un todo. Los diálogos la ayudaron a ver que podía seguir siendo una apasionada defensora de su unidad de negocios, y a la vez liderar con la perspectiva de la empresa. Tomando nota de ello, Nixon le ofreció un nuevo puesto que requeriría un pensamiento que cruzara plataformas: primera vicepresidencia senior de RBC para gestión de marca y publicidad. Los líderes de las distintas plataformas eran reacios a participar en iniciativas de marketing y publicidad al nivel de la empresa, porque en el pasado habían visto pocos beneficios directos para sus unidades individuales. Pero Vehovec echó mano de las redes que había desarrollado en los diálogos para organizar un comité operativo de marketing. En las reuniones del comité invitó a las personas a expresar sus preocupaciones; finalmente los convenció, porque prestó atención a sus solicitudes de un mejor vínculo entre la publicidad de base amplia –lo que podríamos llamar la publicidad de imagen– y la publicidad de productos. Pero, al mismo tiempo, mantuvo su foco en hacer lo que fuera mejor para RBC como un todo. “Hace tres años, reuniones de esta naturaleza simplemente no habrían sido posibles”, me contó Vehovec. “Todos nos habríamos preocupado de proteger nuestras plataformas o de aferrarnos al poder que habíamos acumulado en nuestras funciones”. El siguiente paso fue crear maneras de incluir en la discusión a ejecutivos ubicados más abajo en la organización. Después de todo, los planes para la colaboración entre plataformas muchas veces se deshacen no en el nivel ejecutivo, sino más abajo, donde los incentivos individuales y las metas de carrera están ligados a los resultados de la unidad. Para cambiar eso en RBC, Nixon y su equipo crearon otra serie de conversaciones facilitadas por líderes que seguían de cerca el modelo de los diálogos; éstas fueron llamadas Intercambios de los Líderes. Los participantes de los diálogos se convirtieron en coaches de los intercambios, para asegurar que el mensaje que se difundía por todo RBC fuera consistente. Los coaches compartían sus propias historias de prioridades contrapuestas en estas reuniones, tal como los miembros del GMC habían hecho en los diálogos. Nixon y su equipo superior también instituyeron una 6 conferencia telefónica trimestral con miles de empleados para entregar los mismos mensajes centrales a cada empleado en cada plataforma y región donde RBC hacía negocios. Por último, Nixon y el GMC establecieron equipos de trabajo para lidiar con las numerosas tensiones que surgían a diario, a medida que la empresa ejecutaba su nueva estrategia. Uno de estos equipos fue llamado E2, que simbolizaba eficiencia y eficacia. Al tratar de manejar las prioridades de las unidades y de la empresa simultáneamente, los ejecutivos continuamente se reunían para decidir qué tenía una mayor prioridad: la eficiencia de implementar acciones que abarcaran toda la empresa, o la eficacia dirigida de enfocarse en lo que era mejor para una unidad o región específica. E2 asumió la tarea de resolver estos dilemas cuando surgían. Por ejemplo, al igual que muchas empresas, RBC tiene funciones “globales” –recursos humanos, TI, finanzas, y así–, pero esas funciones también están incorporadas en cada unidad de negocios de la empresa. RBC Banking tiene sus propios departamentos de recursos humanos, TI y finanzas. Esta duplicación a menudo se traduce en redundancias, en una toma de decisiones burocrática y en costos excesivos, con poco valor agregado para los clientes. Cada función tuvo la oportunidad de presentar sus mejores argumentos de negocios al grupo E2, describiendo el valor que agregarían tanto a su plataforma individual como a la empresa. Éste fue sólo uno de 35 proyectos de E2 enfocados en reducir los costos mejorando al mismo tiempo el servicio. Los diálogos e intercambios fueron mucho más allá de evaluar las contribuciones de las distintas funciones; abrieron canales de comunicación entre plataformas, generaron un libre flujo de conversaciones y permitieron a tantas personas como fue posible poner su sello en la estrategia de la empresa. Éste es el tipo de entorno abierto que puede disipar la confusión, la ira y el escepticismo, y engendrar franqueza, colaboración y responsabilidad compartida. Dos años después de iniciado el proceso de ventilar las tensiones, los empleados dijeron tener una compresión mucho mayor de la estrategia corporativa de la empresa y percibir una mejora significativa en la calidad de la comunicación entre el GMC y varios de los siguientes niveles ejecutivos. Escapar a los silos RBC había invertido fuertemente en desarrollo de liderazgo. En los años 80 y 90, la empresa fue, en palabras de un ejecutivo, “el sueño de un consultor hecho realidad”. Hizo un voraz uso de programas ejecutivos en universidades, financió una gama de iniciativas de investigación académicas y contrató los servicios de decenas de consultores de renombre en cada faceta de la gestión y el desarrollo de liderazgo. Tenía el más reciente paquete de competencias, el sistema de gestión del desempeño más actualizado, los harvard business review Cómo cultivar grandes líderes más sofisticados instrumentos de evaluación y una potente plataforma de e-learning. Pero, a pesar de los cientos de millones de dólares invertidos, los programas de desarrollo de liderazgo no estaban produciendo líderes con la capacidad de gestionar las tensiones inherentes entre las consideraciones de las unidades y de la empresa. Esto se debe, como sucede en la mayoría de las empresas, a que las iniciativas de desarrollo de liderazgo de RBC eran fragmentarias, enfocadas en habilidades y desafíos específicos, y por lo tanto no preparaban a los empleados para asumir roles más amplios. El desarrollo estaba confinado a los distintos silos de la organización. Cada vez que se abría una posición clave en una de las plataformas o funciones de la empresa, los únicos candidatos ofrecidos eran ejecutivos que ya habían trabajado en esa área. De forma que los ejecutivos en ascenso nunca tenían una razón para aventurarse fuera de sus silos. Las organizaciones han sido gestionadas de esta manera durante años, y los ejecutivos habían tenido pocas razones para cuestionar este enfoque hasta hace poco. ¿Por qué? Como podría haberlo expresado la ex estrella de los New York Yankees Yogi Berra, el problema con este problema es que la mayor parte del tiempo no hay problema. En muchos casos, tiene mucho sentido disponer de líneas claras de autoridad y marcadas fronteras entre unidades, y entregar máximo poder a quienes manejan el estado de resultados. Sin embargo, los silos se vuelven patológicos cuando privan a los clientes de mejores productos y servicios o cuando, al perseguir prioridades contrapuestas, estorban el crecimiento general de una empresa. Los diálogos e intercambios de RBC estimularon la discusión abierta de las tensiones que trae aparejadas el liderar traspasando fronteras. Pero si los ejecutivos regresaran de estas discusiones para desarrollar sus carreras exclusivamente en sus silos, su progreso duraría poco. Para desarrollar líderes que no vean el mundo en términos de suma cero, sino que aprecien las contribuciones únicas de las unidades, divisiones, funciones y regiones, las empresas deben sacar a la gente de sus zonas de confort y ofrecerles tareas desafiantes en diferentes roles. La transición de Ann Louise Vehovec desde la gestión de línea hacia un puesto corporativo no fue fácil, pero ella vio el nuevo cargo como clave en su desarrollo profesional. En sus palabras: Ésta ha sido la época más desafiante para mí en RBC. Me di cuenta de cuán reducidas eran mis redes, habiendo trabajado toda mi carrera sólo en Capital Markets. Pronto se me hizo evidente que para tener éxito en este nuevo rol, necesitaba construir relaciones en todas las unidades, funciones y regiones de RBC, porque no las tenía. Por primera vez en mi carrera, estaba preocupada del fracaso. Cuando trabajaba en banca de inversión, pensaba que si no estabas directamente conectado a un centro de utilidades, eras puro gasto diciembre 2004 general y tenías poco o nulo valor. Ahora entiendo la importancia del desempeño de las plataformas, pero con una perspectiva de la empresa como un todo. Necesitamos conducir nuestros negocios y funciones y hacer todo lo posible para contribuir al éxito general de RBC. No habría aprendido esta lección sin este cargo. Muchos otros han cambiado de manera similar como parte del esfuerzo de la empresa de sacar a la gente de sus silos. El director de mercados norteamericanos de RBC Banking fue nombrado director de operaciones en RBC Investments en Canadá, por ejemplo, y el director de estrategia de RBC Investments en Canadá fue reclutado como director de riesgo de RBC Centura en Carolina del Norte. El propio Nixon se había desarrollado en un silo (Capital Markets) y necesitaba aprender más sobre los otros negocios de RBC: banca, gestión de patrimonio, seguros, custodia, y así. Para asegurar que estos nombramientos se hicieran estratégicamente y que personas de alto potencial no quedaran en el olvido, Nixon sacó la responsabilidad del desarrollo ejecutivo fuera de las unidades de negocios y la incorporó en los objetivos individuales de los miembros del GMC. Los miembros del comité ahora son evaluados en términos de su participación en los diálogos, de la calidad y diversidad de las reservas de sucesores para sus propios cargos y del grado en que sus empleados sienten que están recibiendo el coaching para desarrollarse como líderes. Corregir las recompensas Las empresas están acostumbradas a pagar por el desempeño, pero, la mayoría de las veces, las recompensas están ligadas al desempeño de la unidad, independiente de la estrategia general. Éste fue el caso de una empresa muy grande y rentable cuya estrategia se basó durante diez años exclusivamente en adquirir empresas en dificultades. La firma reducía drásticamente los costos en sus empresas adquiridas e instalaba ejecutivos que siguieran prácticas operacionales preestablecidas y estandarizadas. Estos líderes eran seleccionados por su capacidad para gestionar agresivamente el estado de resultados; quienes lo hacían bien, podían fácilmente cumplir con las métricas del sistema de incentivos de la empresa y duplicar su salario base. La empresa cambió su estrategia cuando una investigación de mercado indicó que sus clientes buscaban soluciones integradas en lugar de los productos individuales ofrecidos por sus líneas de negocios fuertemente autónomas. Pero, aunque la nueva estrategia estaba clara y los ejecutivos de la empresa entendían intelectualmente la naturaleza del desafío, siguieron operando independientemente. ¿Por qué? Las recompensas e incentivos de la empresa todavía se orientaban hacia el buen desempeño de las 7 Có m o c u l t i va r g ra n d e s l í d e re s unidades. La mayoría de los altos ejecutivos tenía acciones u opciones de la empresa, lo que en teoría recompensaba la cooperación entre unidades, pero la cadena desde resultados hasta recompensas en el caso de la compensación basada en acciones es indirecta y larga, sobre todo en una empresa grande. Las personas no tienen mucho incentivo para cambiar su comportamiento si deben renunciar a un beneficio inmediato y seguro a cambio de acciones u opciones que podrían o no aumentar de precio en el futuro. Las recompensas también pueden ser no económicas, con consecuencias igualmente fructíferas o dañinas. Hace algunos años, el CEO de una institución de servicios financieros en Nueva Inglaterra estaba interesado en lanzar un programa de liderazgo para transformar la cultura del banco. Su temor era que sus ejecutivos fueran demasiado aversos al riesgo y que el banco perdiera importantes oportunidades de crecimiento. Por lo tanto, el CEO llamó al nuevo curso “El programa de liderazgo emprendedor”. Sus palabras de inauguración a los participantes fueron más o menos éstas: Bienvenidos. Hoy es un día emocionante, al emprender la transformación de nuestra cultura en una de búsqueda de nuevas oportunidades y adoptar un espíritu emprendedor. Como integrantes de nuestra primera clase, ustedes son las joyas de nuestra corona… y les diré por qué. Los datos comparativos del sector acaban de llegar, y me complace informarles que hemos conquistado la codiciada posición de tener ¡la menor razón de préstamos incobrables del sector a nivel nacional! Aunque el objetivo era desarrollar legiones de líderes innovadores y emprendedores, sin proponérselo el CEO estaba elogiando a los ejecutivos por ser los más conservadores del país. En RBC, Nixon y su equipo aprendieron durante las conferencias telefónicas trimestrales que los empleados veían poco beneficio personal en cumplir con la nueva estrategia de la empresa; consideraban que el sistema de gestión del desempeño de la empresa premiaba los resultados de las unidades y no los de empresa. De manera que la empresa hizo cambios a su sistema de recompensas, creando premios tanto económicos como no económicos para manejar las tensiones entre las prioridades de las plataformas y de la empresa. Recompensas económicas. RBC ahora combina el salario con incentivos de corto y largo plazo. Trata los salarios y los incentivos de largo plazo como siempre lo ha hecho: pagando un poco más que sus competidores para reclutar empleados y usando acciones y opciones para incentivar a la gente a esforzarse por el éxito sostenido. Los incentivos de corto plazo, sin embargo, han cambiado; impulsan a los empleados a prestar atención al crecimiento de las áreas de negocios y al desempeño de la empresa simultáneamente. Los incentivos de corto plazo se dividen en dos categorías: desempeño personal y bonificaciones compartidas. 8 Los incentivos de desempeño personal son recompensas que se otorgan por hacer crecer la unidad de negocios y contribuir a la estrategia empresarial de RBC. Un individuo puede recibir incentivos si alcanza o supera objetivos específicos dentro de su plataforma, y también, por realizar contribuciones claras y mensurables a la empresa como un todo. Las bonificaciones compartidas se calculan según cuan cerca llega RBC de cumplir su meta de retorno sobre el capital y cuanto crecen sus ganancias por acción en relación con la competencia. Así, el líder de una función puede recibir incentivos de corto plazo por contribuir a su función y a RBC, pero su bonificación depende 100% de lo que hace por la empresa. Las contribuciones a la empresa como un todo podrían incluir participar en el equipo de trabajo E2 y colaborar entre plataformas para crear nuevos productos o servicios. RBC Banking y RBC Investments, por ejemplo, trabajaron juntos para crear un nuevo servicio de asesoría para personas con un alto patrimonio neto. De modo similar, los miembros del GMC que dirigen plataformas podrían recibir ciertos incentivos de corto plazo por desarrollar sus unidades de negocios, pero sus bonificaciones se basan por completo en el desempeño general de RBC. Los porcentajes de bonificación compartida cambian en el caso de las personas en otros niveles de la organización, para reflejar sus contribuciones relativas ya sea a las prioridades de la unidad o de la empresa. Por ejemplo, un alto líder de plataforma recibiría 50% de su bonificación sobre la base de los resultados de la empresa vinculados a iniciativas entre unidades, como la colaboración de ejecutivos de RBC Banking con RBC Investments para cumplir con el servicio de asesoría financiera creado para individuos de alto patrimonio neto. Mientras tanto, la bonificación para un líder de nivel inmediatamente inferior sería 30% por los resultados de la empresa como un todo. En el pasado, la bonificación para un ejecutivo de menor rango o para un profesional funcional se habría basado exclusivamente en el desempeño de su unidad. Recompensas no económicas. La participación en sesiones especiales como los diálogos e intercambios es sólo por invitación, y a los participantes se les dice desde el principio que han sido seleccionados por ser actores cruciales en ayudar a la empresa a lograr sus objetivos. Ésta es una movida inusual para la típicamente igualitaria RBC. Aunque la empresa todavía proporciona amplia capacitación y desarrollo para todos, ha decidido cultivar su siguiente generación de altos líderes sin preocuparse demasiado de desalentar al resto. Incluso dentro de este selecto grupo, se emplean incentivos adicionales para motivar el comportamiento. Los participantes que contribuyeron más valiosamente a los diálogos demostraron el coraje para discutir los indiscutibles –por ejemplo, al señalar a miembros específicos del GMC que habían sido malos modelos en la colaboración entre unidades– y posteriormente se les invitó a servir harvard business review Cómo cultivar grandes líderes como coaches en los intercambios. Ser investido como modelo a seguir es un poderoso motivador. También lo es integrar un equipo de trabajo de nivel corporativo como E2 o el comité operativo de marketing de Vehovec. Cuando Nixon renovó el sistema de recompensas de RBC, se dio cuenta de que los empleados estaban muy orgullosos de trabajar en una de las mayores y más rentables firmas de servicios financieros de Canadá, además de una de las más admiradas. Nixon apeló a este orgullo, que estaba profundamente arraigado en la cultura, y compartió historias que esperaba promoverían un comportamiento de liderazgo. Por ejemplo, en una sesión de diálogo, contó a los participantes el caso de un muy exitoso desarrollador de su unidad de negocios a quien le pidieron dejar la empresa debido a su incapacidad para prestar atención a las prioridades más grandes de la corporación. Nixon había tratado de ayudar al ejecutivo a cambiar de foco, pero una y otra vez el empleado dejó en claro que le interesaba atender a sus propios clientes y no ayudar a RBC como un todo. En otras palabras, era un excelente generador de ingresos para la empresa, pero no representaba los valores de la organización. Historias como ésta han enviado la señal inequívoca de que RBC está interesada en cultivar líderes que estén comprometidos con la gestión de las prioridades tanto minoristas como mayoristas. ••• RBC no trata de evaluar formalmente el impacto de los diálogos e intercambios. Consultado al respecto, Nixon ha dicho: Mire, se puede creer que desarrollar líderes es importante, o no creer. Hay tantas variables que podrían usarse para respaldar como para rebatir los argumentos en favor del desarrollo de liderazgo. No vamos a jugar ese juego. Creemos firmemente que es importante cultivar líderes que puedan dirigir sus unidades, funciones y regiones, pero que a la vez puedan liderar con una perspectiva de toda la empresa. Las personas hacen que este negocio exista, y dejaremos que nuestro desempeño hable sobre la importancia de desarrollar líderes. Pero incluso sin un análisis formal, el panorama es prometedor: 154 altos ejecutivos de RBC han participado en los diálogos (casi la totalidad de sus 150 máximos ejecutivos, con la rotación normal de empleados) y 477 ejecutivos han participado en los intercambios. Todos los miembros del GMC se han desempeñado como coaches en los diálogos en múltiples ocasiones. Más aún, 20% de los ejecutivos de alto potencial de RBC trabajan actualmente en proyectos al nivel de la corporación o que cruzan plataformas; casi ninguno lo hizo antes de la implementación de los diálogos. Las personas todavía pueden desarrollarse dentro de sus silos, pero entonces no son consideradas líderes de alto potencial al nivel de empresa. Además, nuevos productos y servicios han surgido directamente de los diálogos. El paquete diciembre 2004 Snowbird de RBC es un ejemplo. Aproximadamente cuatro millones de canadienses pasan cuatro meses al año en Florida y otras partes de la costa sureste de EE.UU. para escapar del duro invierno canadiense. Los participantes de los diálogos crearon una extensión de servicios perfectamente integrada que podía ser ofrecida mediante la adquisición por parte de RBC de Centura Banks en Carolina del Norte, con sucursales que se extendían por gran parte de Florida. Estos servicios atravesaban plataformas para incluir banca minorista, crédito hipotecario, seguros y gestión de patrimonio. Para muchas empresas, implementar remedios como los esbozados en este artículo será mucho más difícil de lo que esperan, porque el enfoque de silos está muy engranado en sus culturas. Ciertamente RBC en ocasiones tuvo dificultades y dio más de un paso en falso. Nixon inicialmente anunció la estrategia de apalancamiento transempresa sin comunicarla ampliamente al GMC. Luego enfrentó el desafío de construir adhesión a una estrategia que ya había anunciado, en lugar de la oportunidad de ayudar a los ejecutivos a descubrir su valor por sí mismos. Además, al comienzo, no definió lo que el enfoque cross-empresa significaría para los clientes, y en lugar de eso ofreció básicamente una pura “estrategia de eslogan”. Pero fue capaz de superar estos errores involucrando y comunicándose extensamente con los empleados, fertilizando en forma cruzada el talento entre las plataformas de RBC y orientando las recompensas para moldear los comportamientos. La competencia ha cambiado, al igual que las expectativas de los clientes. El desarrollo de liderazgo se ha quedado atrás. Muchas empresas han creado nuevas estructuras organizacionales para acompañar la necesidad de una perspectiva más amplia sobre el negocio, pero la inmensa mayoría de las iniciativas de desarrollo de liderazgo todavía se realizan en los mismos silos que la organización busca transformar. Cuando las personas están atrapadas en unidades de negocios, funciones o regiones, corren el riesgo de volverse prisioneras del pensamiento de suma cero. La responsabilidad de resolver este problema recae principalmente en los altos ejecutivos de la empresa. Sólo ellos disponen de todas las palancas de cambio necesarias. Los altos ejecutivos deben trabajar incansablemente para derribar sus silos y forjar caminos de carrera imaginativos. Deben crear instancias robustas para que los ejecutivos puedan discutir abiertamente las tensiones que son un subproducto natural de gestionar la complejidad. Deben realinear sus sistemas de recompensas y motivar a los ejecutivos para liderar de acuerdo con las realidades del entorno competitivo de hoy. Y deben reconocer que no habrá respuestas fáciles y actuar decididamente, en lugar de huir de la ambigüedad que rodea el desafío. Reimpresión r0412f–e 9
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