Cómo y por qué hemos llegado hasta aquí - Diario de Mallorca

Bellver
L’escriptor mallorquí
Biel Mesquida.
JUEVES, 22 DE MARZO DE 2012
[email protected]
Cuaderno cultural de Diario de Mallorca // nº651
La prosa poètica de Biel Mesquida
L’ESCRIPTOR MALLORQUÍ PUBLICA ‘LLEFRE DE TU’, NARRACIÓ D’UNA HISTÒRIA D’AMOR
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Y ADEMÁS 2. La brújula: Guillaume Apollinaire. 3. Narrativa: Der Níster. Ambrose Bierce. 6. Arte: Mariana Vassileva. Nins i joves: Nathalie
Minne / Carl Norac. 7. Televisión: ‘Boss’. Cómic: Joost Swarte. 8. Plagueta de notes: Felícia Fuster. Paseo de ronda: Bandas sonoras de cine.
Coordinación: Francesc M. Rotger
JOSEP FONTANA
El historiador catalán explica el devenir del mundo
desde 1945 hasta hoy en su monumental obra
‘Por el bien del Imperio’ (Pasado y Presente)
Cómo y por qué
hemos llegado
hasta aquí
Historia
POR JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
¿Por qué las promesas de paz, libertad,
prosperidad e igualdad que hicieron en la
Carta del Atlántico (1941) los que iban a ser
en 1945 vencedores de la II Guerra Mundial
contra el fascismo no sólo no se han cumplido, sino que la situación actual del mundo en todos esos aspectos se encuentra en
una verdadera encrucijada crítica? ¿Cómo
hemos llegado hasta aquí? Esto es, a una realidad como la actual en que las guerras se
suceden por doquier, la democracia liberal
es cada vez más una fórmula vacía, la esclavitud continúa existiendo bajo diversas
formas, el hambre sigue asolando a una gran
parte de la población mundial y los niveles
de desigualdad son cada vez mayores en el
mundo y dentro de los estados. Ésas son las
preguntas que el historiador catalán Josep
Fontana trata de responder con esta monumental obra, Por el bien del Imperio.
Una historia del mundo desde 1945 (Pasado
y Presente), de 1.200 páginas, 200 de ellas dedicadas a reseñar la bibliografía utilizada para
su confección. Nada menos que tres lustros
ha tardado en concluirla.
El autor confiesa que su propósito no ha
sido escribir una obra de investigación, dadas las dimensiones del período tratado, ni
un ensayo histórico, como lo prueban las innumerables fuentes bibliográficas utilizadas,
sino una reflexión documentada sobre esos
66 años que van desde el fin de la II Guerra
Mundial hasta hoy que sirva para proporcionar elementos de discusión que nos
ayuden a comprender las causas que nos han
traído a un presente tan difícil y confuso
como el que hoy vive la humanidad. Pero la
verdad es que, tras su lectura, uno tiene la impresión de que Fontana ha sido humilde en
la calificación de su obra, porque ésta combina perfectamente elementos de investigación histórica con los del ensayo. En efecto, estamos ante un estudio construido con
una asombrosa batería de fuentes primarias
(documentos y testimonios, muchos de
ellos recientemente desclasificados) a una
escala que ya quisieran poder utilizar muchas investigaciones históricas, además de
la oceánica bibliografía de múltiples orígenes e idiomas que aquí se emplea; pero, a pesar de su extensión, nos encontramos también ante un texto con claros componentes
del ensayo, como la claridad meridiana y el
buen estilo con que está escrito y las ideas
e interpretaciones sugerentes y brillantes que
contiene. Y por todo lo anterior el autor ha
conseguido perfectamente lo que pretendía:
un potente análisis histórico abierto a la reflexión sobre nuestro pasado reciente y,
por ello, sobre nuestro presente.
El hilo conductor del libro es el análisis de
la guerra fría hasta 1991, en que desaparece la Unión Soviética, para seguir después
con el estudio de la evolución de la realidad
política internacional surgida tras el fin de la
guerra fría a través de la práctica imperialista
de lo que él denomina como “nuevo imperio” estadounidense. Ese análisis no se limita
a los enfrentamientos entre los dos bloques
en Estados Unidos y la Unión Soviética,
sino que se extiende al del desarrollo de la
guerra fría en los otros continentes, Europa,
África, Asia y América Latina, y llega hasta los
últimos conflictos internacionales que están
todavía hoy en proceso de desarrollo.
Pero además, dado el concepto que el autor tiene de la naturaleza y objetivos de la
guerra fría, no sólo trata de los procesos y
acontecimientos del nivel político internacional y nacional, sino también de los aspectos económicos y sociales (los culturales también, pero en menor medida) en
cuanto que éstos están intrínsecamente
imbricados con aquéllos. Es excelente, por
ejemplo, su análisis del origen, desarrollo e
implicaciones de la actual crisis económica,
y del origen y significado de las políticas neoliberales que nos han llevado a esa crisis.
Como el de las causas de la laminación de
la resistencia a esas fuerzas neoliberales por
parte de las tradicionales fuerzas sociales
–trabajadores y sindicatos– que representan
los intereses de los sectores sociales más cas-
tigados por tales políticas. Así como la reciente aparición de una espontánea y todavía desarticulada oposición a ellas por los jóvenes y otros sectores ciudadanos.
La retórica de la guerra fría encubre para
Fontana su verdadera naturaleza y objetivos. Ni fue un enfrentamiento entre dos
bloques, uno, el occidental, hegemonizado por los Estados Unidos, cuyo objetivo
era defender las libertades individuales y
el gobierno democrático frente al totalitarismo del otro, dirigido por la Unión Soviética, como pretendía el discurso occidental. Ni tampoco, como se planteaba en
el otro bloque, un combate por un proyecto de sociedad socialista igualitaria
contra la opresión del capitalismo imperialista. Tras esas legitimaciones lo que verdaderamente existía era la lucha por tratar de imponer uno u otro sistema político, económico y social, sistemas que en la
realidad no buscaban desarrollar los valores que uno y otro decían defender.
Los hechos lo demuestran hasta la saciedad con la constatación de la práctica política internacional estadounidense defensora de dictaduras y dictadores de derechas
sin escrúpulos (“nuestros” hijos de puta) a
lo largo y ancho de todo el mundo como perros guardianes de sus intereses políticos y
económicos. Quizás la prueba más fehaciente de ello ha sido que el fin de la guerra
fría no ha supuesto, sin embargo, el final de
esa política norteamericana hegemónica de
control y dominio del mundo en defensa de
sus intereses materiales, que ahora aparece
disfrazada con el ropaje retórico de guerra
contra el “terror”. Así como en el caso del otro
bloque, la persecución y eliminación del enemigo interno, la jerarquización burocrática
y la ausencia de verdadera libertad que le ca-
racterizaron contradecían sus supuestos
ideológicos.
En el aspecto socioeconómico, la pérdida del miedo al enemigo interno y externo
que originó la distensión internacional iniciada a partir de los años setenta fue un factor de primer orden para entender cómo se
trató de salir de la grave crisis del capitalismo de los años setenta a través de un profundo giro a la derecha (introducido primero
en Estados Unidos y Gran Bretaña con Reagan y Thatcher y después en la Unión Europa y el resto del mundo), con la implantación de las políticas económicas neoliberales, las cuales, a través de la desregulación
financiera y otras medidas conservadoras, introdujeron el capitalismo de casino que, tras
numerosas crisis, ha desembocado finalmente en la actual crisis económica global.
Desde luego que esta magna obra cumple con creces el propósito inicial de su autor: hacernos reflexionar sobre el mundo en
que vivimos. A la vez que le consagra como
uno de los grandes historiadores de nuestro
tiempo.
JOSEP FONTANA
Por el bien del Imperio
PASADO Y PRESENTE, 1.200 PÁGINAS, 39 €
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Bellver
Miscelánea
Los más
vendidos en ...
LA BRÚJULA
EUGENIO FUENTES
Detalle de una memoria infausta urdida
con humor
La película basada en esta novela del
belga flamenco Dimitri Verhulst (1972)
lleva en francés un expresivo título:
La merditude des choses (de
“merde”), aunque en castellano esa
metafórica hez se haya transmutado
en una cacofónica “lamentabilidad”.
Mejor, mucho mejor, la «miseria»
escogida por Lengua de Trapo
para presentar una novela en la
que el brillante Verhulst vuelve
la mirada a sus años de
infancia para disecar la familia
de alcohólicos en la que creció
entre mugre, violencia, desidia,
hedores y lo demás que puedan
imaginar. Se equivocarían, sin embargo, si pensasen que con
esos mimbres el belga ha construido una oda escatológica para
restregarle sus recuerdos por la cara a los lectores. Presidida
desde su primera línea por un humor de
estirpe británica, La miseria de las cosas es, en
realidad, una indagación sobre las
posibilidades de imponerse a un entorno.
DIMITRI VERHULST
La miseria de las cosas
Traducción de Marta Arguilé
LENGUA DE TRAPO, 210 PÁGINAS, 17,50 €
Sobrevolar el mundo más allá
de la muerte
Novelas alentadas por la voluntad de
sacar a la luz asuntos polémicos y
sensacionalistas como el adulterio o la
violencia doméstica hicieron de la actriz y
escritora británica Florence Marryat
(1833-1869) una autora muy popular
en su país y en EE UU a partir de la
década de 1860.
Pero Marryat, una mujer cargada de
hijos que desafió muchas de las
convenciones de su época, sentía también
una acusada inclinación hacia el
ocultismo, tan de moda en el último tercio
del siglo XIX.
El mensaje del muerto (1894), que en su
edición estadounidense se tituló Un alma
en llamas, se interna con la maestría que
caracteriza a una de las cabezas de fila de
la literatura victoriana en el asunto del
hombre al que es dado seguir viendo el
mundo de los vivos más allá de su propia
muerte. Recordar a Dickens es tan
inevitable como preguntarse si hay
redención para la maldad.
FLORENCE MARRYAT
El mensaje del muerto
Traducción de Eugenia Vázquez Nacarino
ALBA, 206 PÁGINAS, 16,50 €
Flores en las grietas de un
mundo hecho pedazos
(*) Semana del 12 al 18
de marzo de 2012
Espirafocs
Avda. Bisbe Llompart, 127
07300 Inca - 971 502 535
FICCIÓ CATALÀ
1. J. Mas i Vives: Kabul i Berlín a
l’últim segon. PROA
2. J. Jonasson: L’avi de 100 anys que
es va escapar per la... LA CAMPANA
3. Lluís Llach: Memòria d’uns ulls
pintats. EMPÚRIES
4. S. Alzamora: Crim de sang. PROA
5. V. Diffenbaugh: El llenguatge
secret de les flors. EDICIONS 62
6. Empar Moliner: La
col·laboradora. COLUMNA
7. Biel Mesquida: Llefre de tu. CLUB
EDITOR
8. R. Nadal: Quan erem feliços.
DESTINO
9. Jaume Cabré: Jo confesso. PROA
10. I. Monsó: La dona veloç. PLANETA
QUÉ ESTÁ LEYENDO
Pilar Ribal
DIRECTORA DE LA FUNDACIÓ PALMA ESPAI D’ART
ZYGMUNT BAUMAN
Arte, ¿líquido?
Traducción de F. Ochoa de Michelena
SEQUITUR, 112 PÁGINAS, 14 €
ENRIQUE VILAMATAS
París no se acaba nunca
ANAGRAMA, 240 PÁGINAS, 16 €
Comisaria y crítica de arte, desde hace poco dirige la política de
exposiciones del Ayuntamiento de Palma. Del estudio de Bauman,
que está releyendo, destaca su diagnóstico de que “hoy en día
el arte se ha instalado en lo efímero, en la evanescencia”.
Es seguidora de Vila-Matas y del libro citado destaca “cómo París
ha sido un referente en la literatura”.
PARTICIPE EN LA CRÍTICA DEL LECTOR
Bellver obsequia las aportaciones a La crítica del lector con
un libro de regalo. Los lectores que vean publicadas sus
reseñas en esta sección pueden pasar por DIARIO de
MALLORCA y recoger el bono necesario para conseguir el
libro gratis en Jaume de Montsó (P. Joan XXIII, 1B, Palma).
Envía tu comentario a [email protected].
Máximo 60 palabras. No es necesario que el libro
comentado sea novedad.
FICCIÓN CASTELLANO
1. Almudena Grandes: El lector de
Julio Verne. TUSQUETS
2. S. Lark: La canción de los maoríes.
EDICIONES B
3. David Leavitt: El contable hindú.
ANAGRAMA
4. M. Truong: El libro de la sal.
ANAGRAMA
5. Henning Mankell: Un ángel
impuro. TUSQUETS
6. J. Calvo: El jardín colgante. SEIX
BARRAL
7. J. Eslava Galán: Últimas pasiones
del caballero Almafiera. PLANETA
8. Enrique Vila-Matas: Aire de
Dylan. SEIX BARRAL
9. C. Ruiz Zafón: El prisionero del
cielo. PLANETA
10. Siri Hustvedt: El verano sin
hombres. ANAGRAMA
NO FICCIÓ CATALÀ
1. Eduard Punset: Viatge a
l’optimisme. DESTINO
2. F. Adrià: El menjar de cada dia. LA
MAGRANA
3. L. Sandiumenge: Guerrillers del
teclat. LA MAGRANA
4. J. Stuart Mill: Sobre la llibertat.
ELE GEMINADA
5. R. Santandreu: L’art de no
amargar-se la vida. COSSETÀNIA
6. D. Ginard: Dona i lluita
democràtica al segle XX.DOCUMENTA B.
7. M. Alonso Puig: Reinventar-se.
PLATAFORMA
A la estúpida pregunta, recogida en
una de las solapas de este volumen, de si
“la primavera occidental debe nacer de
la razón o de la mística”, Apollinaire
responde con un lapidario “el arte nace
donde puede”. Defensor a ultranza de
sus amigos Picasso, Braque o Matisse,
autor de un ensayo pionero sobre los
pintores cubistas, acuñador en Las tetas
de Tiresias del término “surrealismo” y,
en suma, duende infatigable que
consagró todas sus fuerzas a romper las
cadenas de la «realidad», Apollinaire
(1880-1918) luchó sin tregua, partiendo
del simbolismo, para que su arte creciera
en todas las grietas abiertas por el
desmoronamiento del viejo mundo y los
viejos modelos. El poeta asesinado es un
cimero ejemplo, de corte autobiográfico
y repleto de veladas referencias
coetáneas, de cómo su fértil y febril
ingenio podía y pudo con todas la
barreras. Una piedra angular.
8. N. Valle: Secrets de guerra. ARA
9. J. Lladonet: Aquests són els teus
drets lingüístics. STEI
10. M. Onfray: Les radicalitats
existencials. EDICIONS DE 1984
GUILLAUME APOLLINAIRE
PAIDÓS
El poeta asesinado
Traducción de Manuel Hortoneda
BARATARIA, 144 PÁGINAS, 15 €
Diario de Mallorca
JUEVES, 22 DE MARZO DE 2012
NO FICCIÓN CASTELLANO
1. Fernández/Montero: Saber
cocinar postres. DESTINO
2. K. Ferguson: Stephen Hawking, su
vida y obra. CRÍTICA
3. AAVV: Libro del tiempo. ESPASA-TVE
4. M. Glenny: El lado oscuro de la
red. DESTINO
5. J. Valls: Buenos días y buena letra.
INVISIBLES
6. J. Valls: Buenas noches y buena
suerte. INVISIBLES
7. W. Gratzer: Eurekas y euforias.
CRÍTICA
POR LAS SOLAPAS
PIETRO CIVITAREALE
Mitografies i altres dèries
Traducció de Lluís Servera
DOCUMENTA BALEAR, 144 PÀGINES, 12 €
Un poeta italià poc traduït
Lluís Servera Sitjar i l’editorial mallorquina Documenta
Balear ens acosten aquesta selecció de textos de Pietro
Civitareale (L’Aquila, 1934), un poeta ben interessant,
encara que poc traduït al català (i al castellà) fins ara.
L’edició és bilingüe i ens permet comparar amb l’original.
PEDRO ALMODÓVAR
La piel que habito
Prólogo de Vicente Molina Foix
ANAGRAMA, 184 PÀGINES, 16,90 €
El guión y los apuntes de la película
Quienes no hayan quedado satisfechos con el
visionado de La piel que habito, la última película
estrenada por Pedro Almodóvar, pueden hacerse
ahora con el guión de este largometraje. La presente
edición incluye también comentarios del director
sobre el rodaje y varias fotografías.
FRANCO VOLPI
Enciclopedia de obras de filosofía
Traducción de R. Gabás Pallás
HERDER, 2.582 P. (3 VOLS.), 98 €
Pequeña enciclopedia del pensamiento
El prestigioso filósofo italiano Franco Volpi
presenta una obra conjunta en la que han participado
más de 200 especialistas. Esta Enciclopedia abarca
–en tres volúmenes– a cerca de mil escritores, en la
que se atienden sus principales trazos biográficos y
las obras fundamentales de su pensamiento.
RECOMENDADO DE LA SEMANA
HERMAN MELVILLE
Bartleby, el esribiente (y otros cuentos)
Traducción de A. Agüero Herranz
ALIANZA, 144 PÁGINAS, 8 €
Preferiría no hacerlo
El escritor norteamericano Herman
Melville es sobre todo conocido por su relato
clásico Moby Dick, que, por cierto, supuso un
fracaso en el momento de su publicación. Sin
embargo cuenta con narraciones cortas tan
extraordinarias como Bartleby, cuyo
protagonista (“preferiría no hacerlo”)
desarrolla una asombrosa resistencia pasiva.
Se incluyen otros cuentos del autor.
8. S.R. Covey: La tercera alternativa.
9. G. Bel: España, capital París.
DESTINO
10. A. Hernández: Despídete de tu
madre y serás rey de España. ESPASA
¿QUIERES LEERLO?
Acércate a la librería Literanta
(C/ Can Fortuny, 4A, Palma) y podrás adquirir
el libro con tratamiento preferencial
de cliente y te invitamos a un café
Diario de Mallorca
JUEVES, 22 DE MARZO DE 2012
Novedades
Bellver
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A veces me he preguntado ante una pintura o un dibujo de Marc Chagall si
habría una correspondencia entre ese mundo fabuloso, íntimo, perdido de
la aldea judía que el pintor nos deja atisbar, con la literatura yiddish, alguna
novela que pudiera hacernos vivir aquella atmósfera con escenas de vívido
colorido y nos produjera ese extraño ‘déjà vu’ de las pinturas de Chagall
La voz yiddish
DER NÍSTER
La familia Máshber
Traducción de R. Henelde y J. Abecasis
LIBROS DEL SILENCIO, 880 P., 32 €
Narrativa
POR JOSÉ LUIS DE JUAN
Aunque se trate de Centroeuropa y de
la lejana Rusia hay elementos de la aldea
judía que conectan con nuestra herencia
isleña, esa cultura autóctona y sectaria
tan perseguida que apenas ha dejado un
aliento propio singular en nuestra literatura, acaso sólo reflejos aquí y allí, ahogados por la religión dominante y el odio
antisemita. La mayoría de los grandes escritores judíos del siglo XX han sido asimilados por la cultura y la lengua que les
acogía: Franz Kafka por el alemán, Saul
Bellow por el inglés, Brodsky por el ruso
antes de acabar, como Nabokov, escribiendo también en inglés. Sin olvidar al
húngaro Kértesz, autor de esa obra maestra que es Sin destino. Bashevis Singer es
un caso aparte, aunque sus novelas tengan ya una inequívoca tonalidad emigré,
de quien si bien toca de oído la melodía
melancólica o loca del violín de Menuhin, ya ha cruzado el umbral que separa
la tradición auténtica del agridulce sabor
cosmopolita de la diáspora.
Pero hay una novela casi secreta que
habla la lengua de Chagall, que contiene
sus personajes cabalísticos, sus colores
inimitables, su música, su luz rabínica.
Fue escrita en yiddish en los años 20-30
por Der Níster (1884-1950), que quiere
decir “el oculto”, pues sus escritos no
eran bien recibidos por los soviets de
Ucrania. Nació y vivió su juventud en
Berdíchev, una ciudad que tenía una
buena mayoría de judíos, cuarenta mil,
‘Sobrevolando Vitebsk’, obra de Marc Chagall.
todos los cuales fueron asesinados por la
población ucraniana local –sus vecinos,
que odiaban a los judíos tanto como a
Stalin- con la inestimable ayuda organizativa y balística de la Wehrmacht (doce
mil fusilados en un solo día). Pues bien,
Der Níster (muerto en el Gulag después
de vivir en Tashkent y luego en Moscú
esperando que, como sus colegas del te-
atro yiddish, un día vinieran a buscarlo)
dejó un fresco de 900 páginas sobre la
vida cotidiana en Berdíchev, es decir,
sobre un mundo que desapareció para
siempre de la manera más brutal e inesperada en 1941. ¿Quién puede resistirse
a leerlo? No es un libro fácil, pero nunca
la buena literatura lo ha sido. Se trata de
una novela que gira en torno a una fami-
lia de tres hermanos, unos émulos de los
Kamarazov. Un relato poliédrico, mítico,
ingenuo a veces, mágico, verídico y esquivo como un documental, denso y a la
par transparente.
Estamos a fines del siglo XIX. Moishe y
Alter viven juntos, pero el otro hermano,
Luzzi, deslumbrado por la mística, regresa para desbaratar la plácida vida
próspera de los Máshber (“crisis” en hebreo). Luzzi se alía con un extraño personaje antisocial, Sruli Gol, y el conflicto se
desata y salpica buena parte de la sociedad que los acoge, en la ciudad de N.,
sombra del legendario Berdíchev. La crónica familiar, el lento progreso de la bancarrota, el presagio del pogromo y el
inicio de la Haskalá, o Iluminación judía,
llenan la novela de personajes y escenas
de un detallismo minucioso y brillante.
La memoria visual y olfativa del autor es
prodigiosa: lo que decide narrar lo hace
bien visible a nuestros ojos de lector. No
hay vaguedades ni retórica en este libro,
al margen de sus excesos argumentales o
dialécticos. Pero lo que cohesiona un
monumento literario así es la voz. Es
como una voz bíblica, de muchas aguas,
que se modula a sí misma, que se transforma y se impone. Es el falsete de la ciudad, una voz anónima y a la vez subjetiva,
escéptica y crédula, colectiva y única.
Conjuga la verdad de la tradición oral y el
tono arbitrario, confidencial, de lo íntimo, de lo “nuestro” por contraposición
a “lo otro”. Sólo por esa voz vale la pena
acercarse a este libro y meterse dentro,
como nos meteríamos sin dudar en una
aldea nevada de Marc Chagall amenazada por un gallo rojo.
Masacre familiar y enigma vital
La interesante obra y la vida de
novela del mordaz Ambrose
Bierce, de quien ahora se
edita ‘El club de los parricidas’
Narrativa
POR ALFONSO LÓPEZ ALFONSO
Todo lo que se le puede exigir a un
autor es mantener o haber mantenido
una obra interesante, sin embargo, algunos deciden ofrecer un extra y hacen de
su biografía una apasionante novela. Ambrose Bierce (1842-1913) fue un autor
con un estilo genuino, mordaz, con un
gran –y negro– sentido del humor, al que
sin duda merece la pena leer, pero las extrañas circunstancias de su vida hacen de
él, además de un gran escritor, todo un
personaje: Hijo de un matrimonio de puritanos calvinistas era el menor de 13 hermanos, uno de los cuales se hizo forzudo
de feria y otra acabó devorada por los caníbales en África. Parece que Ambrose
odió intensamente a toda esa extensa familia –a excepción de su hermano Albert–, empezando por los padres, así que,
en cierto modo, El club de los parricidas
no es más que la expresión jocosa de ese
odio a través de un puñado de armoniosos y macabros cuentos que convierten
en arte la necesidad freudiana de matar
al padre y, si se tercia, también a la madre
y algún otro miembro de la familia.
Ambrose Bierce.
El protagonista de uno de ellos, Un incendio imperfecto, se dedica a perpetrar
robos junto a su progenitor hasta que,
durante el reparto de un botín, tienen
una desavenencia por cuenta de una caja
de música y el hijo decide “expulsar al anciano de este valle de lágrimas”. Después
de hacerlo siente una pizca de inquietud
“porque no sólo era mi padre, el responsable de mi existencia, sino que además
era fácil que su cadáver fuera descubierto. Era ya pleno día y mi madre podía
entrar en la biblioteca en cualquier momento. Teniendo en cuenta las circunstancias consideré que lo más sensato era
acabar también con ella, algo que hice. A
continuación pagué a todos los criados y
los despedí”.
Bierce prestó servicio en el ejército de
la Unión durante la Guerra de Secesión y
protagonizó una expedición por territorios indios, se enroló en el ejército y lo
dejó, se casó, se hizo periodista y escribió
para los diarios de William Randolph Hearst, tuvo hijos, vivió en Londres y finalmente se separó de su mujer. Casi al final
de su vida escribió El diccionario del diablo, su obra más famosa, en la que definió “parricidio” como “golpe de gracia
filial por el que uno se ve liberado de los
irritantes tormentos de la paternidad”.
Sarcasmo e ironía transpiran los cinco
cuentos que reunió en El club de los parricidas: “Fui arrestado de inmediato y
puesto en prisión, donde pasé una incómoda noche en la que no pude pegar ojo
por culpa de mis compañeros de cala-
AMBROSE BIERCE
El club de los parricidas
Traducción de Jesús Aguado
VAGAMUNDOS, 88 PÁGINAS. 15,80 €
Ambrose Bierce prestó servicio en el
ejército de la Unión, lo dejó, se casó,
se hizo periodista y escribió para los
diarios de Hearst, tuvo hijos, vivió
en Londres y finalmente se separó
bozo, dos clérigos que, gracias a su gran
formación teológica, eran capaces de elaborar un montón de razonamientos impíos y de blasfemar usando un lenguaje
irreproducible”, nos dice John Brenwalter,
protagonista de Una tumba sin fondo.
En 1913, Ambrose Bierce era un septuagenario que echaba de menos una
vida de viajes y aventuras, así que salió de
Washington y se encaminó hacia el sur.
En diciembre de ese año cruzó a México
por El Paso y en Ciudad Juárez se unió
como observador al ejército revolucionario de Pancho Villa. Nunca se volvió a
saber de él.
4
Bellver
Novetats
Diario de Mallorca
JUEVES, 22 DE MARZO DE 2012
BIEL MESQUIDA
Poeta, narrador, periodista, científic, col·laborador de
DIARIO de MALLORCA i d’aquest suplement des de la
seva primera edició, Biel Mesquida posseeix una de les
veus més personals de la literatura en llengua catalana.
Acaba de publicar-se la seva nova novel·la, ‘Llefre de tu’
Obrir la gana,
tot esperant
Aràlia
Escriure és una manera de cavar
en l'absència. En mots tornen els
qui no ho són, és la seva manera
de comparèixer. ‘Llefre de tu’: la
veu que pertany al silenci que
romp, tal com deia Quignard
Narrativa
PER SEBASTIÀ PERELLÓ
Perquè dir Aràlia, aquí, és dir la seva carència. Escriure és esperar en la punta de la
llengua com un qui caça amb engany i fa
miracles: dir allò que no hi ha. I fer que hi
sigui. Aquest bavardage que la retreu de no
ser aquí. La retorna i alhora la descarta,
perquè els mots la diuen, però suren només les maies de la seva absència. Aràlia és
una ambició. Una ambició del llenguatge.
I de la impossibilitat de dir-la de ple, en
sorgeix el forat negre de la seva mancança
que t’ha d’engolir, el vertigen de mots sense
aturall que cerquen extenuar-se en la seva
desaparició.
‘Llefre de tu’ és un llibre caminat,
les notes passejades d’una
literatura entre la consumpció
i els eterns reviscolaments
Som en el territori de l’home
delicat, difícil d’acontentar, l’home
impressionable, que resisteix
i replica des de la seva immaduresa
El text no sé què té de balsàmic en el
seu preciosisme depurat que flueix resinós
i lànguid, i sura fulgurant en aquest punt
fràgil on sembla fàcil el deteriorament. Què
té de retret aquest text? Què té de liniment?
Què diu de la literatura que compareix
amb aquest afany de naturalització d’un
animal de fira en un temps en el qual, a
més, són molts els qui es demanen què
n’hem de fer, de les lletres? Què hi ha de
paròdia en les seves maneres de taxidèrmia? Què hi ha de reflexió sobre l’ànsia imputrescible de la literatura?
Són temps de brodaries, quimeres i
apedaçats. Escriure és reescriure, cosir
fragments a lloure agafats amb quatre
puntades, que tenen la consistència i l’elasticitat de la seda d’aranya, o presentarse com una fantasia arquitectònica que
té la fermesa d’un caprici, sempre a la deriva, digressiu, entre fils perduts i jocs
d’improvisació d’un virtuós. Mesquida ha
furgat en els seus excessos i n’ha tret una
filigrana, uns filats que secreta aquesta
ficció on ha d’enllepolir els lectors amb
una rêverie que sura entre l’onirisme i la
curiositat. Mesquida ens caça en l’arabesc
vertiginós que ens llança a l’estupor fingit
de saber que som al bell mig del gegantisme decoratiu que no cerca de cap manera camuflar la misèria llefiscosa que
ens conforma, ans al contrari, en la seva
teatralitat idíl·lica, en els seus moments
llibertins, i en la frivolitat rococó amb
paons, fa la pirueta que converteix el text
en un conte cruel, o en una escena galant, que deixa sentir un baix continu de
mortalitat i estrangeria. Som al bell mig
del país mesquidià, literatura burleta, divinament artificial, d’un humor desimbolt, ara que tornam a ser terra de princeses i de ducs i palauets. I al moment, li
correspon una literatura cortesana, profundament superficial, amb aquesta afectació quasi cínica que reclama l’actualitat.
Una nova adolescència
Llefre de tu s’escriu en la paradoxa del moment inestable que vol perdurar de totes,
totes, aquest embalum, llast que congria
temps i llavor que hem de perdre en el tapís flotant d’un present fonedís, que l’escriptor prova de caçar en la lletra intermitent, fragmentària, feta d’interludis, treves,
discontinuïtats i suspensions. I aquesta
persistència de dir-se en els ecos, amb
aquest posat de carnet de notes, de citacions, de mimografies, de fragments teixits. Cap a l’informe, cap a l’evanescència,
des de la manera invertebrada del text, clapat, golut i llaminer, pasta fullada que es
desfà, com aquestes illes, com aquesta
època que té el perfil de ser allò que és
mentre es desfigura.
Perquè Mesquida ha desafiat la veu pròpia, i s’ha empeltat en una nova adolescència. Quan l’escriptura ja és aquest desllegir-se, reescriure’s, desfilar-se en
erràncies i punts perduts. Som al territori
de la fulguració balsàmica i la lletra és una
forma de l’efluvi, com Aràlia, que sempre
cerca conformar-se en les emocions que
suren i deixa anar pressentiments. I el text
té aquesta forma de vaporitzar-se, de desfer-se en detalls. Lluny de la versemblança,
aquestes notes són flocs i encenalls que
diuen a la perfecció la indigència contemporània. L’anorèxia narrativa escanya l’èpica que deixa el text tal com és ara el dia
a dia: ossos i pell. Romancejar, donar allargues quan la realitat no es conforma en esdeveniments, en fets, sinó en fetes. És en
aquest raquitisme, en el sol·lipsisme, en la
feblesa artificial, en aquesta debilitat que
cal perfilar l’extenuació del present més
insuls. Som aquesta inanició. Aquesta hiperestèsia, sense nervi, aquest desànim, i el
text l’absorbeix, com un esponja, dilatable
i contràctil, en el seu estil entorcillat i en les
seves atmosferes de natura morta.
Llefre de tu és un llibre caminat, les notes passejades d’una literatura entre la consumpció i els eterns reviscolaments. Fer
L’escriptor Biel Mesquida, presentant la seva novel·la ‘Llefre de tu’ al Cafè Líric de Palma.
BIEL MESQUIDA
Llefre de tu
CLUB EDITOR, 224 PÀGINES, 16,50 €
passes, resseguir camins oblidats ja és un
exercici de memòria, recórrer el seu propi
passat és una lliçó d’història, perseguir les
meditacions pròpies a peu és el mecanisme que fa aliatge entre l’art de caminar
i la poètica de la deriva d’aquest capritx. Un
llibre que és la traça d’un que fa memòria,
el Recordador. I en aquesta moratòria lasciva, veure comparèixer un excés de refinament, d’insolència i reserva. Un sentit
rigorosíssim del bon gust i la mesura, diu
sense cap mena de pudor una veu del text
mentre prenen cafè al fumoir de Son Asgard. Aquesta civilité en temps de barbàrie.
Alenar en l’eclipsi de l’aviciadura i la condescendència. Som en el territori de
l’home delicat, difícil d’acontentar, l’home
impressionable, que resisteix i replica des
de la seva immaduresa més incandescent.
Desfer-se i refer-se, amb la lleugeresa dels
núvols, amb la seva fugacitat, amb la seva
càrrega amenaçadora de turbulències i angoixes. Percaçar fins i tot en la minúcia,
historiar la insignificança. I saber esperar la
tempesta, amb la seva tramoia discordant
i les clarianes llampants. La nuvolada negra. El cataclisme més operístic. Entre raó
i follia. En aquest estat mòrbid del desig
infinit que ens corrou l’ànima.
I no és estrany que la veu obstinada del
llibre des de l’avidesa que se’l menja reclami la gosadia de saber, que l’ànsia de
coneixement sigui l’afany rector, la columna vertebral de l’obra, perquè sempre
és el motor d’aquells que han perdut el
paradís. I el text agafa aquest aire de màximes quasi desfetes, aforismes sense coratge, relat que s’espigola en un oceà
sense confins. Teixir desteixint, com una
Penèlope que espera. O és Ulisses que ha
après que ja pots fer passes, que allò que
cal fer és temps, allò que fa Penèlope
mentre ell tresca. Aquesta és l’ànsia contemporània: bellugar-se en el temps que
no basta mai i adobar sargits en un reguerol de detalls abandonats a la deriva. I
l’escriptura és el cabinet d’un furgador escrupolós. Perquè aquest text funciona
com un trompe-l’oeil: rere els darrers potins, l’anecdotari desfet, rere les seves derives només hi ha les minúcies del present
fet estelles, la desfeta de l’encadenament
i de l’articulació dels esdeveniments, que
és el veritable espectre d’aquesta obra. El
PASSA A LA PÀGINA SEGÜENT
B. RAMON
Diario de Mallorca
JUEVES, 22 DE MARZO DE 2012
Novetats
Bellver
5
Un kamikaze
de sensacions
metamorfosades
Per primer cop de la seva represa ençà, Club Editor fitxa un dels grans
noms de la literatura catalana coetània, Biel Mesquida; això marcarà, sens
dubte, un nou pas endavant per a aquesta històrica editorial principatina
Narrativa
PER CARLES CABRERA
VE DE LA PÀGINA ANTERIOR
desmenjament contemporani, la vida
quotidiana atuïda, el desengany més exacerbat. La despossessió en aquests temps
baldats. I una susceptibilitat amplificada
fins al postís.
El paisatge moral
Llefre de tu s’escriu en aquesta convulsió,
des de la vulnerabilitat extrema, i els aires
de casalot no haurien de fer perdre els papers a ningú. Enmig del decorat de Son
Asgard sentir la palpitació del temps, la
presència inquietant del monstre, darrere
la singularitat hiperestèsica, la dissonància, la lletjor, la seva irracionalitat, els seus
aires embalsamats i fins i tot grotescs. Per
això s’enginya la pantomima d’aquesta
mena d’ègloga virgiliana trucada. Som al
territori de la caducitat, de la vanitas, de
l’artifici, de les tenebres que ens devoren.
I els textos ja són vitrines que ens exposen
a l’obsolescència de quasi tot, on la llengua i tot ja és carn de gabinet de curiositats. Per això recorre el llibre un estrany silenci, i en els jardins secrets de la
transparència de la phrase bien accordée,
s’hi amaga la inanitat i la inconsistència
d’allò que ha patit des de sempre la literatura de Mesquida: ésser considerada orfebreria musical, com si una cultura fos
sostenible des del calat i la garlanda. I,
rere la màscara i l’el·lipsi, rere els blancs
del text, els intervals, trobar el lloc des
d’on provar de dir la trencadissa. Mes-
quida és l’espasme d’una cultura i una societat que raneja l’abisme entre rampells
arravatats que espera eternament l’istante
di grazia. Mentrestant la denúncia és
neta: la literatura fa l’istrione. I l’escriptor
diu a les clares: ma solitude: un vie de salon mentale. I és ara que podem llegir Llefre de tu com un madrigal i el text ja és
aquest bufador, novel·la núvol de trames
fluïdes, literatura tornassolada en aquesta
tombarella entre seducció i absència. És la
seva manera de dir la cultura catalana
contemporània, és la seva manera de dir
el paisatge moral insular. Aquesta selva
de notes en un jardí clos. Aquesta espiral,
aquest sentiment de fractura i la ferotgia
d’escriure entre la feritas i la vanitas. Entre la nebulosa urgent i la desfeta inquietant.
Llefre de tu ens instal·la en la precarietat monumental d’una cultura que és
tramoia i ocultació, una fal·làcia inconsistent, un gran decorat pompeià o una
illa ressort que ja és una al·lucinació barata dels incendiaris més insulsos de l’illa.
Tot plegat, reliquiaris. Cendra. Dins les
esperes. I en el desassossec de saber qui
és Aràlia i provar de fer-la venir en aquesta
piuladissa. Aquest és l’angelisme espinós
d’Aràlia, la seva inflorescència verbal que
cerca atreure els pol·linitzadors que seran més veu on abismar-se, més veu on
trinar, aquesta impaciència d’Aràlia que ja
es ramifica en tu, lector i que t’ha engolit,
i Aràlia ja ets tu, lector, mon semblable,
mon frère.
Crec que era amb motiu de l’aparició d’Acrollam que Baltasar Porcel saludava Biel
Mesquida (Castelló de la Plana, ) com un
autor que havia escrit quelcom que feia molt
temps que no llegia: un llibre “en mallorquí”.
Aquest frontispici com a banderola a la portada del llibre podria esclatar com un petard
a les mans d’aquells analfabets –en la nostra
llengua– que governen ara aquestes malanades Illes en el cas hipotèticament fortuït que
aquests polítics s’haguessin extraviat pels boscos d’aquest Bellver, haguessin recalat casualment en la recensió d’aquest humil crític
literari i es fessin per aquest motiu amb un
exemplar de Llefre de tu. Ja m’aniria bé, que
llegissin (Mesquida)! Per a ells, però no en exclusiva per a ells, reproduiré les dues accepcions que el Diccionari general de la llengua
catalana dóna de l’entrada ‘llefre’: “Brut d’una substància greixosa, enganxosa; golut”. El
que Porcel devia volia dir d’Acrollam, segurament ho tornaria a subscriure de la novel·la
Llefre de tu, que no acaba de casar amb el gènere novel·lístic perquè a les excèntriques ficcions literàries mesquidianes, com al seu propi pare creador, no els agrada que els encaixonin enlloc. El volum es pot llegir com una
successió de relats curts, però l’existència d’aquest lligam comú permet catalogar l’obra de
novel·la i, per acabar-ho d’adobar, el narrador
ho considera en un moment determinat com
un “diari d’escriptura” –unes confessions en
el sentit més augustinià del terme– i encara
podríem embullar més la troca amb les etiquetes de novel·la epistolar o prosa poètica.
Poètica perquè Mesquida, dins la farga, rebla a consciència l’instrument lingüístic sobre l’enclusa.
Les paraules es reglen, així, amb un to líric
marcial, que dota la seva prosa total, sinecdòquica i sensorial (en la qual intervenen els
cinc sentits corporals), d’una musicalitat grata a l’oïda i a la qual s’hi suma la plasticitat d’unes imatges atraientment visuals. Com si pintés una aquarel·la, Mesquida s’hi mira molt i
és primfilat amb el que dibuixa i les mescles
amb què ho acoloreix, que en el seu cas són
les paraules. Les tria una per una com si completés amb pinces un mosaic. Fins i tot, idea
termes nous, i puntualment, juga a tornar vestir la prosa amb la roba subversiva de la dècada dels setanta: violació de les regles d’ortografia o símbols de puntuació, l’absència de
majúscules, la destrucció de la sintaxi... però
el que llavors significava marcar terreny i trencar amb uns principis establerts, ara només
són uns colors molt llampants d’una disfres-
sa passejada puntualment el dia de Carnestoltes. La capacitat creadora de Mesquida és
compulsiva i elevada –en són bona mostra els
relats que amb la urgència peremptòria de la
premsa publica setmanalment en aquest mateix DIARIO de MALLORCA– i, en aquest cas,
la transvasa al seu personatge.
El fil argumental és el d’una història d’amor, temporalment esgavellada, perquè el
narrador hi reviu moments pretèrits, de quan
ella i ell encara romanien plegats. És redactada en segona persona i adreçada en aquest
amor, destinatària de les lletres, Aràlia –que
suggereix aquells noms grecs que Josep Carner escampà arreu dels seus Fruits saborosos–, que el narrador, suara per Sivilla, l’Havana, el Sàhara, Florença, Tòquio o Montblanc, nota sempre quilomètricament lluny
d’on ell és. Aràlia és als EUA (que és on se n’anà a viure i l’abandonà, d’un dia per l’altre,
perquè hi havia aconseguit una feina), al Japó
o onsevulla. Però Aràlia no sembla més que
una excusa per emetre aquesta extensa reflexió, com un soliloqui en veu alta. A la dona,
tradicionalment, se la pressuposa capriciosa
–el subtítol de l’obra, Capriccio, Mesquida el
manlleva d’Strauss– i representa una inclement belle dame sans merci davant un Recordador anònim, taxidermista de la memòria i el passat, trobador i artista, apocat i abocat a ella en cos i ànima, com si només visqués per evocar-la. Com que ella el desdenya, totes les notícies que n’hi arriben ho fan a
través d’altri i, per tal d’oblidar-la, cerca fugirne mitjançant la metamorfosi, convertida ja
en un tòpic literari, un fil que sostenen Kafka
i Rodoreda a cada banda.
Els capítols són només pinzellades, amb
prou feines dues planes escasses, o menys i
alguns, fins i tot, es metamorfosen en poemes
o axiomes, com si l’escriptor cerqués de reduir-los a la mínima expressió sempre que
així pugui transmetre allò que pretén comunicar. Mesquida hi ret homenatge al poeta
mallorquí Bartomeu Fiol, recentment traspassat, a les Rondaiesde Mn. Alcover, a la gent
que feren possible la revista cultural Mitjorn,
a Llorenç Villalonga –la magnífica portada de
Llefre de tu és bearnesca a més no poder, i no
oblidem que el segell que publica el llibre,
Club Editor, era can Villalonga!–, però també
a artistes en majúscula de disciplines diverses com Shakespeare, Musil, Brunelleschi,
Schumann, Wilde, Tizià, Godard, Renée Vivian, Nietzsche, Vermeer... i tots els escriptors
dels epígrafs –entre un i dos de mitjana que
encapçalen els més de cinquanta episodis de
l’obra–, amb una lleugera tendència a l’afrancesament que s’explica pel mateix Mesquida, a qui li correspon per grup generacional, però que també és deguda en part al personatge protagonista, un àlter ego potser?
Les malalties del mar
BIEL MESQUIDA
“J’ai toujours été / dans les choses / tellement / toujours / que je confounds / parfois / les
jours / sans pourtant / les transformer / en une durée unique” (A. A.)
Tota la nostra relació, Aràlia, està basada en un moviment gravitatori.
Moltes de coses ens acosten brutalment, emperò n’hi ha una que és superior a totes: tenim el mateix silenci. Ets l’única persona del món davant la qual el meu propi silenci no
m’ha fet nosa.
Em sent diabòlic i innocent, fràgil, nerviós, poderosíssim, tremolador i decadent, serè i
al·lucinat. M’ho digueres, Aràlia, davall la glorieta del jardí dels pebreboners: «Tens uns
ulls al·lucinats». I no et vaig creure.
Llefre de tu, pàgina 
6 Bellver
Diario de Mallorca
JUEVES, 22 DE MARZO DE 2012
En una de las ponencias del ciclo de arte digital “PostFlux” celebrado en el Bozar,
el director del Pocket Films Festival de París, Benoît Labourdette, afirmó que si
el cine hubiera seguido la senda marcada por los hermanos Lumière, es más que
probable que no hubiera quedado restringido al tradicional esquema presentación,
nudo, desenlace, rompiendo las barreras del restringido lenguaje literario
La imagen como ojo
Arte
MARIANA VASSILEVA
Solo vídeo 2000-2012
CASAL SOLLERIC
Passeig del Born, 27 (Palma)
Hasta el 8 d’abril
P0R BIEL AMER
Esta afirmación no es del todo correcta
si observamos el recorrido de la imagen en
el contexto artístico y no solo en el comercial. Labourdette promocionaba su festival
de pequeño formato captado a través de los
nuevos artilugios tecnológicos, como los
smartphones, para reivindicar la preeminencia de la imagen frente a la estructura
narrativa, una apuesta por la realidad frente a la ficción.
Mucho antes, entre 1923 y 1925, Dziga
Vertov había redactado un manifiesto conocido como “cine ojo”, en el que argumentaba con toda pasión bolchevique, el
uso de la cámara como instrumento revolucionario al servicio de la realidad, de lo
que el ojo ve, descubre, plasma en celuloide. “Esta es la tarea que denominamos
“cine ojo”. Se trata de descifrar la vida como
tal”. Entre el manifiesto de Vertov y la afirmación de Labourdette el arte contemporáneo ha hecho posible, y visible, el sueño
que ya iluminó Georges Sadoul desde las
páginas de Cahiers, sobre el “futurista ruso”
(Vertov y Maikosvski), la captación de la
vida a través de las imágenes que el ojo-cámara contempla. Era una cuestión de tiempo y de los avances tecnológicos.
En efecto, la “democratización” (no estoy seguro que el término fuera aprobado por Vertov) del instrumento electrónico, su alcance hasta todos los estratos
sociales, permite la captación de las imágenes más insólitas, convirtiendo cada
pixel en un rizoma de proporciones universales. De ahí que, finalmente, los artistas plásticos convirtieran en visuales
sus apuestas creativas a partir de formatos digitales. El vídeo-arte nos trajo rea-
Mariana Vassileva junto a uno de sus vídeos, en el Casal Solleric. MIQUEL MASSUTI
Vassileva confirma esa ‘ausencia
de memoria’ hacia una mirada crítica
sobre la sociedad contemporánea
y la berlinesa en particular
lidades alternativas auspiciadas desde
visiones documentales, naturalistas, experimentales, identitarias, etcétera.
Sin menoscabo de la preeminencia de
la pintura y la escultura como expresiones
plásticas clásico-contemporáneas, el vídeo-arte ha adquirido estatus propio y permite al artista vindicar una alteridad plástica apoyándose en la imagen digital no
como recurso sino como método. Al fin ya
parece que nadie discute (salvo trasnochados organismos), la veracidad artística
de esos creadores plásticos. Y así descubrimos un lenguaje que se aferra más a lo
visual que a lo narrativo, a la inmediatez
antes que a la composición, a la reivindicación directa frente a la razonada, y, sin
embargo, ese estar “frente” no impide al ar-
tista traspasar un lado u otro sin necesidad
de despojarse de argumentos o crédito. El
video-arte ha devuelto al arte y, por extensión a la cultura, una posibilidad creativa
liberada de los estándares del pasado siglo,
muchos de ellos aún agrupados en los “ismos” que primaron durante las primeras
vanguardias y más allá.
Buena muestra de ello es la exposición
de Mariana Vassileva Solo vídeo 2000-2012
en el Casal Solleric. Se trata de la primera
muestra comisariada por la nueva directora del Casal, Pilar Ribal, en la que ya define
sus preferencias artísticas, dando así, un
giro copernicano a la programación del primer espacio artístico de la ciudad. La rebautizada planta baja del centro, ahora denominada Espai Born, propone una selecta revisión de los trabajos en vídeo de esta
artista búlgara que reside en Berlín. Su mirada hacia el mundo nuevo, ese por el que
ha decidido transitar, contiene visiones mellizas de lo que su cámara-ojo capta. De una
parte, la vida “occidental” y sus consecuencias revela un sentimiento de desacomodo y nostalgia, de desafecto, plasmado
Dos grans àlbums d’amor
Grans. En dimensions (27 x 36
cm) i en ambicions. Dos llibres
preciosament editats per
Edelvives, arriscadament, diríem.
De presentació impecable
Nins i joves
PER MIQUEL RAYÓ
Són, només, per a infants? De cap manera. El primer, Rajá, el mago más poderoso del mundo, ha de ser necessàriament
llegit per l’adult al nin: es tracta d’un llarg
viatge per amor d’un jove màgic, Rajá,
empès per la seva família a demostrar la
grandesa dels seus poders. La tradició
pesa. Després d’algunes proves fallides,
Rajá, decideix voltar el món al llom d’una tortuga. Una mangosta l’acompanyarà durant el viatge: mars, muntanyes,
tempestes, països i gents... La mirada
menystenidora d’un tigre fa que Rajá entengui la seva poquesa. Quan Rajá torni
NATHALIE MINNE
El ladrón de palabras
CARL NORAC
Rajá, el mago más poderoso del mundo
EDELVIVES,
32 PÀGINES, 19 €
Il·lustracions d’Aurélia Fronty
EDELVIVES, 48 PÀGINES, 16,50 €
portarà a les ninetes dels ulls el rastre de
tot el que ha vist: colors i formes. Tot el
que haurà vist en els seus viatges la il·lusradora i dissenyadora tèxtil Aurélia
Fronty, que ofereix una fantasia de colors
perfectament combinats. Mostres de la
seva colorista i vitenca producció són a
www.aureliafronty.com, una visita virtual
que recomanam. Colors, en efecte; i figu-
res que ens recorden les que hi ha en els
teixits orientals, a sedes asiàtiques... El
treball de Carl Norac, l’autor del text, com
sol passar en aquesta mena d’àlbums,
queda un poc en segon terme, injustament. El relat, a la manera dels contes meravellosos de les Mil i una nits és molt bell;
un relat d’amor, de compromís; d’esperança. Vegeu www.carlnorac.com per
en su brillante Journal 2005, ejemplo viral
de cómo un escenario anónimo, o casi, es
palpado por la mano de la artista como
modo de integrar la inexistente experiencia anterior a través de los muros, rejillas,
puentes, etcétera que no ha sentido antes y
que conforman su nueva realidad, su nuevo paisaje. Este trabajo es el motor de toda
su obra y el reflejo de sus inquietudes.
Más adelante, confirma esa “ausencia de
memoria” hacia una mirada crítica sobre la
sociedad contemporánea y la berlinesa en
particular, con esas múltiples imágenes
captadas en los (no)lugares de tránsito urbano. El vídeo de las dos sandías que son
difíciles de transportar a dos manos, resulta la metáfora ideal para comprobar la difícil dualidad entre procedencia y destino,
una dualidad no identitaria, no nacionalista, sino orgánica, cultural y social. Todo ello
mostrado con imágenes que ayudan al espectador a identificar modos y comportamientos habituales en cualquiera de las sociedades occidentales desarrolladas.
Fruto de esa reflexiva mirada, Mariana
Vassileva se detiene en otros momentos de
impacto inmediato, tanto en su aspecto visual como en el papel social que desempeñan. Ejemplos claros son JumpinMan o
Tango, protagonizados ambos por ejemplares de nuestra sociedad urbana. Al saltarín ejecutivo se le une la propia artista que
da unos pasos de tango sobre un campo de
margaritas, una danza, como el salto, solitarios e impredecibles. Es el sino de nuestro tiempo, la soledad, el nihilismo, el individuo. Otros dos ejemplos en esa misma línea lo representan el hombre frente al mar
observando el horizonte y otro que, desde
la misma orilla, “torea” las olas.
En todos ellos, la plasticidad de las imágenes se adhiera a nuestras retinas cargadas de un simbolismo riguroso pero amable. Cierra este apartado y la exposición un
homenaje a la lechera de Vermeer, una imagen próxima a la iconografía de Viola, un
loopde resonancias clásicas para confirmar
la “liquidez” de la vida que sigue fluyendo
y fluyendo.
Menos interesantes resultan los vídeos
mejicanos, traídos aquí para confirmar la
dualidad de sus intereses artísticos. Anecdóticos y documentales, no llegan a trascender más allá de la imagen y de la buena
intención evidentes. Más propios de la antropología documentalista tipo ONG, sorprenden al espectador en el contexto global de la muestra y, si bien es cierto, actúan
de contrapunto al esplendor y belleza del
resto, aparecen alejados de la naturalidad
y reivindicación de las video artistas centro
o sudamericanas, ejemplos claros como los
de Coco Fusco, Regina J. Galindo o Beth
Moisés, cuyas obras desprenden el pálpito
vital de una sociedad que conocen y en la
que se reconocen, aunque sea en el dolor.
copsar la fecunda creativitat d’aquest autor, d’altra banda, apassionat viatger.
El ladrón de palabras és obra, text i imatges, de Nathalie Minne. Radicalment distint
de l’anterior pel que fa a tècnica, formes i models de dibuix, i també pel que fa als colors
(més obscurs), és, no obstant, semblant en
el text: l’amor n’és el motiu. La descoberta
d’un sentiment universal. Al primer dels àlbums, el viatge serveix per reforçar una passió de temps; en aquest segon, el lladre de
paraules s’adona, quan troba la nina que ha
d’estimar, que les paraules que té emmagatzemades i classificades després de molts robatoris, no li basten; en necessita de noves.
És el que ens ha passat un poc a tots quan
descobrim el nou sentiment, la nova i definitiva emoció de l’enamorament primer: ens
falten les paraules. Qualque pàgina d’El ladrón de palabras evoca Miró. Els ocells presents en tot el llibre, des de la dedicatòria fins
a la penúltima doble plana, suggereixen la
fragilitat de les paraules, o la seva capacitat
de volar o de ser portades pel vent fins a l’oblit. També, la insignificància de les síl·labes,
si es desordenen i perden el poder de portar
significats. Minne usa el collage amb encert.
Si no anam errats aquest és un dels seus primers treballs. Magnífic, d’altra banda. El text
és, només, l’estímul suficient per a que la mirada cerqui en les imatges.
Diario de Mallorca
JUEVES, 22 DE MARZO DE 2012
La cruda ambición de poder queda reflejada en la serie televisiva ‘Boss’ por medio de
su protagonista, un alcalde de Chicago transmutado en un personaje de Shakespeare
El escorpión
Televisión
FARHAD SAFINIA
Boss
CANAL STARZ, 8 EPISODIOS
POR FRANCISCO GARCÍA PÉREZ
Quizá que los extraordinarios ocho
episodios que componen la serie de TV
Boss no hayan provocado aplausos cerrados y entusiasmo espectador y expectante sin límites se deba tan solo a que
cuenta, a lo bruto, lo que los periódicos
cuentan, a lo suave, todos los días: nos
toca vivir de nuevo unos tiempos (tantos
ha habido ya como estos en la historia de
la humanidad) en que la ética ha fallecido por mano violenta, en que quien
posea principios morales solidarios da la
risa y la carcajada al poderoso y al vecino,
en que aquellos ambiciosos del mandar,
gobernar, conspirar, robar, timar, humillar, estafar y depredar no encuentran límites a su locura. Es decir: como lo leo en
las noticias, ¿para qué amargarme viéndolo tan a lo crudo? De ahí que serie tan
excepcional no es que haya pasado desapercibida: es que, como mete miedo,
muchos prefieren cambiar de canal, aterrorizados por la historia del alcalde Tom
Kane.
Si hay que poner un cadáver en la primera página para que una novela negra
funcione, en la primera escena de Boss se
ponen una silla, un escenario desolador
de almacén, un par de personajes cara a
cara (el alcalde de Chicago y su doctora)
y un espeluznante diagnóstico. La médica viene a decirle al regidor Kane (interpretado de modo tan magistral por
Kelsey Grammer que, a partir de ahora,
no será para mí el protagonista de Frasier, sino el de Boss) lo siguiente: usted,
Kelsey Grammer es Kane en la serie de televisión ‘Boss’.
alcalde, se encuentra al inicio del espanto
que significa la demencia por cuerpos de
Lewy; o sea que, en un plazo cortísimo,
sufrirá usted un deterioro en su sistema
nervioso, en su cerebro, en sus funciones
elementales que, para entendernos, será
una mezcla de alzhéimer, párkinson y los
Casi perfecto
Continuando con su política
de lujosas reediciones y cuidados
recopilatorios La Cúpula nos
ofrece ahora un integral
de Swarte, refinado ilustrador
a quien aprendimos a amar
en Los Papalagui. Max se
encarga de prologarlo
Cómic
POR FLORENTINO FLÓREZ
Max, que estos días pasea su propia retrospectiva por Madrid, define al dibujante holandés como una de sus
referencias, un maestro a estudiar y copiar. Swarte no alcanza los rigores geométricos de Ever Meulen, otra de las
grandes influencias de Max, pero todos
ellos comparten el gusto por las geografías conceptuales, siempre al borde de lo
real y con tendencia al desenfreno rítmico, a la repetición de las paralelas y a
los abismos axonométricos.
Más allá de esos espacios imposibles
hay dos aspectos por los que Swarte sobresale: sus tipografías y su empleo del
color. En las primeras se desborda su
gusto por las vanguardias, con continuas
alusiones a DeStijl y compañía, convirtiendo la frialdad de los experimentos
bauhausianos en juego y desparrame ca-
ligráfico, siempre a medio camino entre
Cassandre y Renner. Revisar sus experimentos caligráficos es una auténtica gozada para cualquier aficionado a las
letras. En cuanto al color, sus gamas destacan por su minimalismo y contención.
Y aquí sí que gana con creces a Meulen,
que siempre resulta menos convincente
en el terreno cromático.
Hace años se publicaba una monografía que agrupaba los trabajos de Swarte
como ilustrador y diseñador: carteles,
portadas, marcas, escenografías, vidrieras, etc. Un conjunto delicioso y lleno de
LA OPINIÓN
infernales suplicios que usted quiera
añadir; por último, se morirá usted: esto
es lo que hay. En dos minutos, pues, de
tele no se nos arroja un cadáver a la cara,
sino la promesa de que el hombre más
poderoso del Chicago de ahora mismo ha
iniciado el camino hacia el horror, hacia
Max, que estos días pasea su propia
retrospectiva por Madrid, define al
dibujante holandés Joost Swarte como
una de sus referencias, un maestro
humor, donde la deuda con Hergé se
salda a base de ironía y una cierta frialdad
postmoderna. Swarte es sin duda uno de
los últimos grandes creadores de imágenes y Max acierta al señalar sus raíces
vanguardistas, que el holandés exhibe y
manipula sin inhibiciones. Pero…
Así como aplaudo sin concesiones la
labor gráfica de Swarte, debo reconocer
que culminar la lectura de sus historietas
me ha supuesto un esfuerzo monumental. Todo lo que resulta sutil y denota inteligencia en sus ilustraciones, se
convierte en vulgar y repetitivo en sus cómics, que abusan de una violencia siempre gratuita y una voluntad provocadora
un tanto repelente. En pocas palabras, el
Swarte narrador es un plasta, no tiene
ritmo ni sentido de la acción. Su puesta
en escena es aburrida y en general nada
de lo que cuenta tiene el menor interés.
Todo esto, por supuesto, no es nuevo.
Desde los orígenes del medio encontramos una profunda división. Por simplificarlo en un ejemplo me refiero a lo
que va de Little Nemo a Prince Valiant. Algunos autores se inclinan por historietas
en las que prima lo visual frente al relato,
el dibujo frente al texto. Y otros lo subordinan todo al componente narrativo, a lo
que se cuenta. Es esta una antigua lucha
con partidarios y detractores en ambos
Bellver 7
El alcalde Kane se llevará por delante a
todo su entorno, destruyendo lo que
puede, matando o anulando a tirios,
troyanos, cómplices, protegidos,
rivales y lo que haga o no haga falta
la consunción total con tortura atroz de
paso. Entonces, cabría pensar que el
señor Kane va a dedicar los meses que le
quedan a besar castamente a su esposa y
pedirle los perdones de rigor; a reunir a
su familia para recabar apoyo en la desolación; a recoger flores en el campo y abstraerse con atardeceres sobre un
acantilado; a ayudar a los demás con la
caridad y ternura que el ejercicio del
cargo no le permitía hasta entonces. Qué
va. Nada de eso. El alcalde Kane, transmutado en un personaje del Shakespeare
mejor al conocer su mal, se llevará por
delante a todo su entorno, destruyendo
lo que puede, matando o anulando (por
persona intermedia) a tirios, troyanos, secretarias, secretarios, amigos, cómplices,
enemigos (naturalmente), rivales, protegidos y lo que haga o no haga falta. No
puede ni quiere, en definitiva, escapar de
su carácter: igual que el escorpión que
mata a la rana que lo transporta a la otra
orilla, ahogándose ambos, porque no
puede dejar de ser un escorpión, el alcalde de Chicago desarma todo cuanto le
rodea, porque no puede dejar de ser un
arquetipo del poderoso, porque en su esencia está esa falta de empatía, esa psicopatología que es base y cuerpo del Poder.
¿Cómo reaccionan los suyos? Pues, a
todos los pilla con el paso cambiado,
pues todos están a lo mismo que el gran
Boss, que el gran jefe: a llegar a la cima
que sea pisando los sesos a quien sea, sin
reparar en medios, traicionando, vendiendo o vendiéndose, no viéndose
jamás hartos de chapotear entre mierda.
La esposa canalla; la infiel mano derecha
(¡qué interpretación fría, hipnótica de
Kathleen Robertson!) y el infiel perro faldero; el viejo sinvergüenza y repulsivo
candidato a gobernador; el joven sinvergüenza y repulsivo candidato a gobernador; la liante y liada hija; el camello
romántico; el periodista trepa… Quien
ambiciona el Poder nunca tiene bastante:
ese es su carácter y Boss su serie.
bandos. Personalmente, no me parece
adecuado inclinarme por ninguna facción si no nos atenemos a los casos concretos. Krazy Kat, un tebeo misógino y
futurista en su plasmación gráfica, adorado por autores como Mariscal o el
mismo Swarte entre otros muchos, me resulta ilegible y pesadísimo. Pero admiro
el ya citado Little Nemo, que apenas
cuenta nada pero desborda imaginación y
fantasía por cada centímetro de sus barrocas viñetas. Supongo que el ideal estaría en cierta situación de equilibrio,
grafismos experimentales que acompañen historias con interés. Pero mientras la
discusión se base en polarizar posiciones,
sacrificando aspectos narrativos o gráficos, no creo que ayudemos al avance de
esta forma de arte que denominamos
cómic. Swarte, desde luego, quita las
ganas de leer más tebeos, aunque sea un
extraordinario dibujante… de otras cosas.
JOOST SWARTE
Casi Completo
LA CÚPULA, 144 PÁGINAS, 25 €
8
Bellver
La darrera
Diario de Mallorca
JUEVES, 22 DE MARZO DE 2012
Biel Mesquida
Plagueta de notes (CDXLIX)
Felícia Fuster ha partit de puntetes
UNA POETA D’ALTES TENSIONS. No sé qui va ser la primera persona que em recomanà
els poemes de Felícia Fuster. Però tenc
molt present que quan em vaig posar a
llegir els seus versos vaig quedar enlluernat, estabornit, entregat, seduït. Era
una obra insòlita feta per una dona amb
una forta consciència de la llengua que
em mostrava la força reveladora dels
mots, la capacitat de recerca en el si dels
llenguatges, la invenció d’imatges originals i la desolada existencialitat d’un
món propi, per dir de cop alguns dels
trets que més m’impressionaren en la
primera lectura. Vaig moure cel i terra
per saber coses d’ella. Vaig llegir tot
quant havia publicat: Una cançó per a
ningú i trenta diàlegs inútils (Proa,
1984), Aquelles cordes del vent (Proa,
1987), I encara (Edicions 3i4, 1987), Passarel·les/Mosaïques (Cafè Central, 1992),
Versió original (Germania, 1996), Sorra
de temps absent (Pagès, 1998) i Postals
no escrites (Proa, 2001). I ara tots aquests
llibres, a més de les seves traduccions de
poesia japonesa i pròlegs i epílegs, es
poden trobar a Obra poètica (Proa) a
cura de Lluïsa Julià. Altament recomanable! Vaig quedar fascinat per la potència d’aquella obra insospitada, com un
tresor amagat que apareixia amb tota la
seva riquesa i polifonia. Havia nascut a
Barcelona l’any 1921, era poeta, pintora i
traductora i des dels anys cinquanta vivia a París. Vaig cercar el seu telèfon. No
va ser fàcil contactar amb ella. La vaig
trobar i parlàrem molt de temps. Li vaig
explicar que volia que vingués a Mallorca dins el marc del Festival de Poesia de
la Mediterrània, li vaig contar les meravelles de l’illa que no coneixia, del Festival amb el contacte amb poetes d’arreu
del món, de l’ambient extraordinari que
es creava. Li vaig dir de formes molt diverses com m’agradaven els seus versos,
01
L’escriptora i pintora catalana Felícia Fuster.
el descobriment que havien representat
per a mi, la força visualitzadora i publicitadora del Festival per a la seva obra.
M’anava dient que sí a tot, però al final el
resultat fou que no. Em confessà que estava malalta després d’un viatge a la
Xina i que aquesta malaltia li reduïa
molt el moviment. Li vaig aplanar el
camí. Li vaig assegurar que aniria a París
i l’acompanyaria, que viatjaríem damunt
una estora voladora, que tot seria meravellós. Ella reia i em deixava parlar, però
al final la seva veu lúcida i serena em va
donar les gràcies per tota aquella invitació i per les meves paraules i em va dir
que no podria venir. La dona activa, enriolada, comunicativa sabia que no podia fer aquell viatge. Vaig tenir un disgust. Em pensava que havia estat a punt
de convèncer-la. Després algú em va dir
que ja no es movia mai de la seva residència parisenca.
UNA VIDA DE NOVEL·LA. Des
d’aquesta feta no m’he aturat de
llegir i rellegir Felícia Fuster. M’agrada com s’expressa, com es diu, com es
conta: “Qui sóc, què sóc, com m’han fet?,
i què m’ha fet la vida?, per què parlo i escric? Que difícil és contestar! Per a fer-ho
es necessitaria una altra vida. Només diré
que he nascut vora del mar –a la Barceloneta–, quan aquest barri era com un món
petit o una gran casa, perquè tothom es
coneixia, i que m’he adormit més d’una
vegada sentint les onades i el vent que
xiula. He fet el meu camí navegant com
dins d’una Arca de Noè, poblada d’estris
02
de treball (en lloc de bèsties) i de paraules. Abans de les nines, he conegut el gust
de la sal… Tota la meva família era catalana. Els meus avis tenien una ferreteria a
la Barceloneta i tant el meu pare com la
meva mare hi treballaven. A la botiga se
sentia parlar el català de maneres diferents. Record que hi havia molts de valencians al barri i venien a la botiga, a
comprar. Per anar a escola també n’havia
de sortir, en creuava els límits i anava a
ciutat, travessant Santa Maria del Mar
amunt... De ben petita ja tenia afició a escriure, potser perquè la meva mare també feia versos. Els feia bonics, m’interessaven. Això va fer que jo em sentís molt
empesa a escriure. Dibuixava i pintava
pel goig de fer-ho i pels meus pares, que
n’estaven molt contents. Després vaig
anar a l’Institut de la Dona Catalana i després vaig fer el batxillerat a l’Institut Maragall. Quan acabava les classes, al vespre, anava a l’Escola Massana. Això era
cap a l’any 1931, però fins a l’any 1935 no
vaig començar les especialitats. A la Massana hi vaig estudiar durant 10 anys: dibuix, pintura, i més tard vidre i gravat.”
Quin bell autobiografema! Felícia Fuster
pertanyia a aquest grup de poetes estamenejats per la guerra civil –Jordi Sarsanedas, Maria Beneyto, Màrius Sampere,
Blai Bonet, etc.– que, arranats per un
temps de dictadura asfixiant i persecució
del català, fugen per allà on poden i fan
unes obres amarades d’unes llibertats
absolutes i plenes d’invencions. Ara Felícia Fuster, entre un silenci mediàtic excessiu, ha partit de puntetes, als 91 anys.
Va morir el proppassat dissabte 3 de març
de MMXII a les 6 del matí a París i ens ha
deixat una obra literària i pictòrica que
perdurarà. I també una fundació a Barcelona per ajudar persones sense possibilitats econòmiques a fer estudis superiors.
Felícia Fuster: noble i sàvia pintora i escriptora. No t’oblidaré!
Nueva ola y añejas
bandas (sonoras)
Paseo de ronda
POR FERNANDO ALOMAR
Repaso de la actualidad discográfica, subnegociado bandas sonoras. Coincidiendo (feliz casualidad) con la implosión de nostalgia derramada en los Oscars, Universal publica
una joya para músico-cinéfilos: Nouvelle
Vague, chanson et musiques de films. Tres
discos y un librito recopilan las bandas
sonoras del momento álgido de la nueva
ola francesa, cuando Godard, Truffaut,
Chabrol, Rohmer o Rivette desbancaron
a la vieja guardia de la posguerra. Cuatro
horas de música variada con los fetiches
de cada cineasta, Delerue/Truffaut, Jansen/Chabrol o los experimentos de Godard. En los temas específicos, para cada
filme, el caro capricho de Truffaut al contratar a Bernard Herrmann. En temas de
apoyo, fobias y filias evidentes. Rock y
yeyé vetados, actrices haciendo sus pinitos en la chanson (Jeanne Moureau, Brigitte Bardot, Anna Karina), jazz, mucho
jazz (Miles Davis, Michel Legrand), y superventas (Sacha Distel, Serge Gainsbourg). Antológica recopilación.
01
Más propuestas: La banda sonora de The Artist regala música clásica, reminiscentes de la época
retratada, a cargo de Ludovic Bource y
temas populares como Pennies from Heaven o el Jubilee Stomp de Duke Ellington.
La de Medianoche en París nos lleva,
como el taxista, a los animados garitos
del Sena. Embelesan Conal Fawkes recreando al Cole Porter más puro, los
acordeones de François Parisi, los bises
de charlestón, el clarinete de Sidney Bechet o la pura voz de Josephine Baker.
La banda sonora de Los descendientes es
un relajante y genuino paseo por las raíces musicales de Hawai (Gabby Pahinui,
Ray Kane, Sonny Chillingworth o el reverendo Dennis Kamahaki). Opuesta y
contundente es la de Drive. La música de
Cliff Martinez refuerza la adrenalina del
filme con sintetizadores añejos y mesmerizantes. El electro house inicial de Kavisnly & Lovefoxx, Night call, lleva 11 millones largos de visitas en Youtube.
Jeanne Moreau en la película de Truffaut ‘Jules y Jim’.
Descorchado y libado (los afortunados) el champán de los Oscars, medio Hollywood tiembla
ante los inminentes Razzies a las peores
películas del año. Como es norma de la
casa, no miran nombres, cachés o tra-
yectorias previas. Este año copan las nominaciones: a) Jack y su gemela, con
Adam Sandler nominado en categoría
masculina y femenina, Al Pacino
(¿cómo se le ocurrió meterse ahí?) y Katie Holmes. Santiago Segura se libra de
02
03
que no haya premio al peor actor forastero. b) La primera parte de la tercera
parte de la saga Crepúsculo. c) También
están nominados Nicolas Cage o Sarah
Palin (la auténtica) por su aparición en
The undefeated.