Cómo ser mejor persona para ser mejor padre Dr. Alejandro Di Grazia Rao Director del Colegio Humanista de México [email protected] Privada de los pinos No.2 San Buenaventura Atempan, Tlaxcala. Tel. (246) 462 6495 / 466 8294 [email protected] www.cuhm.com.mx Yo fui un maravilloso padre antes de tener a mi hijo. Era un experto en él, porque todos los padres tenían problemas con ellos, hasta que tuve uno, y allí mi vida dio un giro de 180 grados, todas aquellas preguntas a las que tenía un respuesta preparada, pasaron a ser para mí una gran incógnita casi indescifrable. Tengamos presentes que a ningún padre le es fácil reconocer su ignorancia ante sus hijos y, por ello, lo único que hace es mantener una imagen que será la causante de la inseguridad de ellos. Estoy seguro que la verdad no daña, al contrario, fortifica al aceptar la finitud y la imperfección. Este siglo ha fracasado por insistir en vivir de la falsedad, por el miedo a reconocerse tal como se es. La única escuela para padres es haber aclarado su posición como hijo ante sus padres, lo cual tampoco es una garantía de poder hacer hijos perfectos. No podemos dar lo que se nos ha negado. Una pareja carente engendra hijos hambrientos y desnutridos, pero no hay padres que aceptemos esto. La mayoría suponemos que “hacer lo contrario”, en cualquier sentido, conduce a la salud. A lo único que hemos llegado con esto es adoptar una fobia al origen del conflicto. Para poder criar hijos con unas determinadas actitudes positivas hacia sí mismos, hacia los demás y hacia la vida en general, los padres tenemos que motivarnos a reconocer y activar estas actitudes en nosotros mismos. El primer paso que tenemos que dar es el de lanzar la pregunta ¿puedo yo hacer algo para facilitar el desarrollo de la educación y la formación de la personalidad de mi hijo, de forma que pueda ser una persona autorrealizante en su vida? ¿Puedo conseguirlo si antes no entro yo en una dinámica de crecimiento y cambio? Privada de los pinos No.2 San Buenaventura Atempan, Tlaxcala. Tel. (246) 462 6495 / 466 8294 [email protected] www.cuhm.com.mx Cambiar nuestras relaciones con nuestros hijos y hacer posible desde nuestro ejemplo que ellos generen en sí mismos la necesidad de apertura a sus propias responsabilidades como personas autorrealizantes, es algo posible si así lo queremos, darnos el permiso a nosotros mismos de salir de unos esquemas de vida que no nos satisfacen para entrar en una dinámica vivencial y de relación distinta, más afectiva y motivadora. Lo queramos o no, en cualquier momento de nuestra vida, cada vez que vamos recibiendo nuevas informaciones, experimentando situaciones nuevas y desarrollando nuestra propia acción vivencial, estamos cambiando. Se trata de empezar un proceso de trabajo personal para motivarnos a: 1 Autoconocernos, tomando conciencia de nuestra propia valía e importancia en cuanto personas. 2 Asumir nuestra propia responsabilidad en las relaciones con nosotros mismos, y con los demás. Esto nos permite tener una referencia concreta para ayudarnos a reconocer el mapa, las fronteras y las características del territorio personal que queremos preparar para el cambio deseado. 3 Aceptar que podemos ser los timoneles competentes del barco de nuestra propia vida. Entrar en este proceso de cambio de rumbo, de autocrecimiento, nos ayuda a tomar conciencia de lo que podemos hacer para determinar la ruta que más pueda beneficiarnos a nosotros, a nuestros hijos y a los demás. 4 Convencernos que abriéndonos nosotros al cambio, creamos automáticamente la oportunidad para nuestros hijos de ser ellos mismos los responsables de su vida. Esto nos motiva a darles el ejemplo correspondiente y a dejarles su propio espacio para conseguirlo. Nuestros hijos, como nosotros, son personas y por lo tanto tienen todos los recursos y los potenciales para ser el tipo de personas que quieran ser desde su propia perspectiva. Privada de los pinos No.2 San Buenaventura Atempan, Tlaxcala. Tel. (246) 462 6495 / 466 8294 [email protected] www.cuhm.com.mx De nosotros y de cómo nos relacionemos con nuestros hijos, del trato que les reservemos y de la personalidad que les proyectemos como modelo de adulto, depende que ellos puedan crecer y educarse adecuadamente para la vida. En cuanto a tales modelos de adultos y como educadores, ya que lo somos por el solo hecho de ser padres, tenemos la posibilidad de hacerles más fácil su propio proceso de crecimiento, maduración y desarrollo personal. Esto quiere decir, libres de muchas de las limitaciones existenciales que nos han impedido a nosotros alcanzar, de forma adecuada y suficiente, nuestra propia autoestima y capacidad de autorrealización como personas. Para finalizar, tomémonos unos segundos de reflexión y preguntémonos ¿de niño se te hacia sentir valioso e importante por el solo hecho de existir, además de por ser parte de la familia, sea cual fuera tu comportamiento?, … mira a los ojos de tus hijos y hallarás la respuesta, no lo dudes, seguramente éste será, si así lo decides, el principio de la resignificación de tu propia vida. Privada de los pinos No.2 San Buenaventura Atempan, Tlaxcala. Tel. (246) 462 6495 / 466 8294 [email protected] www.cuhm.com.mx Escritos, desde El Diván del: Dr. Alejandro Di Grazia Rao Director del Colegio Humanista de México [email protected] © Escritos desde El Diván, Todos los derechos reservados para: Colegio Humanista de México S.C. Tlaxcala, México 2012. Privada de los pinos No.2 San Buenaventura Atempan, Tlaxcala. Tel. (246) 462 6495 / 466 8294 [email protected] www.cuhm.com.mx
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