CÓMO AYUDAR A LOS ALUMNOS A DESARROLLAR SU POTENCIAL 1 CÓMO AYUDAR A LOS ALUMNOS A DESARROLLAR SU POTENCIAL El maestro líder es aquel que contribuye a la transformación de sus alumnos de una manera positiva. El primer paso para ayudar a nuestros alumnos a desarrollar su potencial es partir de un autodiagnóstico que nos indique si estamos contribuyendo a su crecimiento como personas. A continuación se presenta un cuadro con los principales elementos que se deben tomar en cuenta: A partir de este diagnóstico se puede establecer qué área es necesario fortalecer y se pueden aplicar algunas estrategias. Estrategias para motivar el cuidado de la salud física Promover el cuidado de la salud. El profesor puede dedicar un tiempo a reflexionar sobre qué es 10 que están haciendo para mantenerse sanos, y a hablar de la importancia de tener buenos hábitos alimenticios. También se pueden realizar actividades concretas como pedir a los alumnos que lleven un diario sobre lo que come cada uno durante una semana y analizar cuántos de estos alimentos son chatarra. Dar a conocer los riesgos de enfermedades como la drogadicción, el tabaquismo, el alcoholismo y el sida. Actualmente muchos de los jóvenes no están bien informados de los peligros de estas enfermedades. Dependiendo del nivel escolar, el profesor puede alertar acerca de estas 2 enfermedades con un enfoque preventivo o se pueden organizar en la escuela conferencias que proporcionen una orientación en estos temas. Promover el ejercicio. Hacer ejercicio es un buen hábito que favorece la salud. El profesor puede organizar actividades concretas que animen a los estudiantes a hacer ejercicio, como trabajar en pequeños grupos para comentar quiénes hacen ejercicio como parte de su forma de vida; pedir a los estudiantes deportistas que enseñen a sus compañeros algún ejercicio que realicen; solicitar al profesor de Educación Física una pequeña plática acerca de la importancia del ejercicio en la vida, y mucho más. Ayudar a los alumnos a tener un buen manejo del estrés. Algunas situaciones escolares, como el examen de fin de año, la entrega de un proyecto escolar, los concursos de oratoria, etc., causan estrés a los alumnos. El maestro puede ayudar a los estudiantes a manejar su estrés organizando pláticas, en pequeños grupos, sobre lo que les produce estrés, cuáles son las señales que emite su cuerpo (como sudoración, dolor de cabeza, agrura s estomacales, etc.), cómo manejan el estrés, qué hacen cuando están nerviosos o presionados por un examen o un proyecto escolar, cómo pueden hacer frente a este nerviosismo natural aprendiendo métodos para controlar el estrés (como realizar ejercicio físico, dormir las horas que requiere nuestro cuerpo, tener una mejor administración del tiempo que ayude a disminuir las situaciones de urgencia, etc.). Estrategias para motivar el desarrollo intelectual Despertar la curiosidad natural de los alumnos. El niño nace con un deseo innato de aprender y preguntar el porqué de todas las cosas. Con el paso de los años, esta curiosidad va disminuyendo, pero es nuestra labor hacer del aprendizaje una aventura de exploración y mantener vivo este interés por conocer. Al hacer nuestras clases interesantes, vivas y llenas de ejemplos fomentamos el gusto por aprender. Alentarlos a hacer preguntas. Cuestionamos el porqué de las cosas es el primer paso para un crecimiento intelectual. Cuando un estudiante nos hace una pregunta, podemos no hacerle caso o, por el contrario, darnos el tiempo para construir a partir de esta pregunta. Reflejarles una imagen positiva de sí mismos. Si nos damos cuenta de que un alumno tiene gran facilidad para las matemáticas, es importante resaltarle esa cualidad, para que él o ella sea consciente de ese don que tiene y lo pueda desarrollar, y para despertar la gran capacidad que hay dentro de cada uno. Establecer con claridad los objetivos y animar siempre a los estudiantes a que hagan su máximo esfuerzo. Hay una historia que refleja la importancia de establecer objetivos, exigiendo siempre el máximo esfuerzo, porque de esta manera la persona crecerá. En el siglo xv, la ciudad de Florencia, Italia, se había enriquecido gracias al comercio, por lo que los grandes señores que la gobernaban 3 decidieron hacer de Florencia la ciudad más hermosa de aquel entonces para mostrar su gran poderío. Uno de los proyectos arquitectónicos era construir las dos puertas de la Catedral de Florencia. Muchos artistas y escultores presentaron sus proyectos, pero muchos fueron rechazados. Finalmente la obra se le adjudicó al joven escultor Ghiberthi, el cual dedicó 27 años de su vida a construir la Puerta Este y 21 años a la Puerta Norte. Son tan hermosas estas puertas que, cuando las vio el pintor y escultor Miguel Ángel, las bautizó como Las Puertas del Paraíso, pues eran dignas de los ángeles (Csikszentmihalyi, 1998, p. 54). Aquí vemos que su esfuerzo bien valió la pena, pues su trabajo ha quedado como una herencia para la humanidad. De igual manera, si exhortamos a nuestros alumnos a superarse y a dar lo mejor de sí mismos, los resultados nos sorprenderán. Retroalimentar la actuación sin desalentar. El maestro, como buen líder, apoya aquellas ideas y actividades que considera benéficas para el aprendizaje del alumno. La retroalimentación positiva de cualquier actividad del proceso, ya sea individual o grupal, alentará el crecimiento de los alumnos. Por otra parte, la crítica constructiva ayudará a detectar las áreas de mejora y a trabajar en ellas. En la retroalimentación es importante utilizar refuerzos positivos, pues de esta manera favoreceremos los comportamientos deseables. Por ejemplo, si un alumno entrega un trabajo muy bien hecho y el profesor o profesora lo felicita abiertamente, el estudiante estará motivado a volver a repetir este tipo de comportamiento para recibir nuevamente esta evaluación positiva. El comportamiento deseado se promueve por medio de los refuerzos positivos. El objetivo del refuerzo positivo es proporcionar una consecuencia agradable cuando se realiza la conducta que se busca. Por otra parte, los refuerzos negativos o castigos buscan desalentar la repetición de una conducta que se considera no deseable. El problema de los castigos es que inhibe la repetición de las conductas indeseables, pero no promueve conductas positivas. Estrategias para motivar el desarrollo espiritual Para favorecer el crecimiento espiritual debemos partir de un conocimiento de cada uno de nuestros alumnos, pues los estudiantes traen al salón de clases tanto su pasado personal como sus esperanzas del futuro; si los conocemos los podemos comprender para ayudarlos en el presente (Christensen, Garvin y Sweet, 1991, p. 29). Favorecer el conocimiento de sí mismos. Uno de los principios de la filosofía griega es "Conócete a ti mismo". El alumno necesita ser consciente de las cualidades y defectos que tiene como persona para poder detectar sus áreas de mejora. Ayudémosles a ser conscientes de sus habilidades y limitaciones; a descubrir lo que les gusta y lo que no les gusta en la vida; a pensar en lo que quisieran hacer en el futuro, etc. Esto lo podemos hacer a través de actividades sencillas, como por 4 ejemplo, hacer un dibujo sobre cómo se ven en el futuro; realizar un collage con aquellos elementos que consideren importantes en su vida, etc. De esta manera les estaremos ayudando a dar forma a sus sueños. Destacar que lo más importante es invisible. Vivimos en un mundo en el que se nos inculca la idea de que teniendo tal cosa seremos felices, lo cual nos incita al consumismo y a la búsqueda incesante de las cosas materiales. Dediquemos un tiempo, dentro del salón de clases, a preguntar a los alumnos qué es lo que más valoran en la vida y que los hace sentirse felices. Muchas de estas cosas, como el amor, la paz y la felicidad, son invisibles y no se pueden comprar. El maestro comunica con su ejemplo, y sus palabras demuestran los valores que subyacen a lo largo de la vida: el deber de ser honesto, leal, responsable, cumplido, etc.; el saber que el éxito no es tener, sino ser. Alentemos en los estudiantes un compromiso con los valores y las virtudes. - Contagiar en los alumnos el sentimiento de optimismo y esperanza. En ocasiones pensamos que lo que podemos hacer para mejorar el mundo es muy poco y que nuestra contribución no se va a notar, pero cada persona tiene una contribución que hacer al mundo. Cada alumno necesita saber que su participación en la vida social es importante. Proporcionar modelos de vida a los estudiantes. Al platicarles a nuestros alumnos historias acerca de la vida de personas extraordinarias los alentamos a superarse. Un buen ejemplo es la biografía de Hellen Keller (1993), a quien una severa enfermedad a la edad de 19 meses privó de la vista, el oído y el habla. Gracias a la ayuda de su maestra, la señora Anne Sullivan, Hellen Keller aprendió a hablar a la edad de 10 años, y en los años que siguieron construyó un mundo de riquezas a partir de un mundo de oscuridad y de silencio. Después de su graduación con honores cum laude en el Radcliff College en 1904, se convirtió en escritora y conferencista. Hellen Keller viajó por muchas partes del mundo dando conferencias a favor de los ciegos y recibió muchos honores y premios de gobiernos extranjeros, y también de organizaciones de Estados Unidos. En el ensayo "Tres días para ver", Hellen Keller relata: La mayoría de nosotros, sin embargo, no apreciamos la vida. Sabemos que algún día tenemos que morir, pero normalmente vemos ese día lejano en el futuro. Cuando gozamos de una salud boyante, la muerte es algo inimaginable. Rara vez pensamos en ella. Los días se alargan en un horizonte sin final. Así que nos dedicamos a nuestras insignificantes tareas, sin damos cuenta de la actitud indiferente hacia la vida. El mismo letargo, me temo, caracteriza el uso de todas nuestras facultades y sentidos. Sólo el sordo aprecia el sentido del oído, sólo el ciego se da cuenta de las múltiples bendiciones que encierra el sentido de la vista. Esta observación se aplica particularmente a aquellas personas que han perdido su sentido de la vista y del oído en la edad adulta. Pero aquellos que nunca han sufrido deterioro de la vista o el oído rara vez hacen uso completo de estas benditas facultades. Sus ojos y oídos captan todas las visiones y todos los 5 sonidos nebulosamente, sin concentración y con poca apreciación. Es la misma vieja historia de no estar agradecidos por lo que tenemos hasta que lo perdemos, o el no estar conscientes de nuestra salud hasta que enfermamos. He pensado con frecuencia que sería una bendición si cada ser humano se volviera ciego y sordo por unos pocos días en alguna temprana etapa de su vida adulta. La oscuridad lo haría apreciar más la vista; el silencio le enseñaría los placeres de los sonidos. Después se podría hacer una pequeña reflexión sobre las enseñanzas que nos deja la historia de Hellen Keller, para ver si valoramos todos los dones que hemos recibido. Estrategias para motivar el desarrollo social y emocional En el salón de clases, el maestro es el elemento decisivo para crear un ambiente que favorezca una buena relación entre todos los integrantes del grupo. El maestro o maestra es quien crea el clima, pues con su manera de ser trasmite su entusiasmo o desgano y puede hacer de la vida en el aula algo gozoso o algo miserable. El maestro puede ayudar a los alumnos a tener una madurez social y emocional; algunas actividades que puede promover son: Construir su autoestima. Para demostrar que se valora a cada uno como persona, hay que retro alimentarlo con mensajes positivos y de crecimiento. Hay un ejercicio que se titula "Lo positivo que hay en ti", y que sirve para fomentar un sentimiento de autoestima: a cada uno de los alumnos se les pega una hoja blanca en la espalda. A continuación se les pide a todos los participantes que escriban algo positivo para su compañero o compañera en la hoja que traen pegada en la espalda. Pasados algunos minutos, cuando han terminado de escribir las cualidades, se pide a cada alumno tomar la hoja y leer lo que sus compañeros les han escrito. Por último se reflexiona en las cualidades que tiene cada persona y que los demás aprecian. Confiar en su capacidad de crear y de crecer. Al delegarles actividades y pedirles su opinión, fomentamos su creatividad y crecimiento personal. Los alumnos comprueban de lo que son capaces cuando el maestro alienta sus inclinaciones, y de esta manera desarrollan habilidades que les benefician en su desarrollo como personas. Crear un ambiente agradable. La autoridad en el salón de clases es el maestro, y el liderazgo lo lleva él. Cuando se fomenta la participación del grupo respetando las diferencias individuales y valorando las cualidades de cada uno, existe un ambiente agradable y de confianza. 6 Ayudarlos a arreglar los conflictos por medio del diálogo. Es natural que en una relación existan diferencias que originen discusiones; lo importante es enseñar a los estudiantes a solucionar los conflictos por medio del diálogo, alentándolos a tratar de comprender los sentimientos de la otra persona y a buscar una solución mutuamente satisfactoria. Enseñar y aplicar la regla de oro: "No le hagas al otro lo que no quieras que te hagan a ti." A lo largo del tiempo, la mayoría de las culturas han resaltado la regla de oro. Hagamos de esta regla un principio de comportamiento en el salón de clases. Favorecer la cortesía en el salón de clases. En el aula, el uso de palabras como "gracias", "por favor", "con permiso", "discúlpame", etc. ayuda a crear un ambiente agradable. 4.6. DEFINICIÓN DE LAS METAS El profesor líder busca que sus estudiantes se comprometan con metas que se juzgan valiosas. En este proceso es de primordial importancia enseñar al alumno a definir sus propias metas y a tener la suficiente voluntad y perseverancia para cumplirlas. El propósito de establecer metas es realizar un esfuerzo consciente y dirigido hacia un fin y desarrollar el potencial del alumno. El trazarse metas y objetivos ayudará al alumno a crecer y a ir conociendo sus avances. Una vez que se haya conseguido la meta, el estudiante experimentará un sentimiento de logro y satisfacción personal. En las siguientes líneas se presenta una guía con algunos aspectos que vale la pena considerar para definir metas: Establecer por escrito metas a corto, mediano y largo plazo. Al poner por escrito nuestras metas les damos más fuerza que si sólo las tenemos en la mente como buenas intenciones. Las metas deben incluir acciones inmediatas a realizar a partir de hoy, y los avances que se lograrán cada día. Incluir indicadores numéricos para las metas. Si a cada propósito de mejora que nos hacemos le añadimos un indicador numérico como por ejemplo: leer 30 minutos cada día, dedicar una hora para el estudio, etc. Esto nos ayudará a medir los avances. Avanzar un centímetro cada día. En un plan de crecimiento no es necesario hacer grandes progresos; si mejoramos un centímetro cada día, al final del año se verán los avances. Por ejemplo, Luis quiere aprender francés y dedica cada día a aprenderse 10 palabras nuevas en francés; así, al final del año conocerá 3650 nuevas palabras, ¡con las que seguramente podrá expresarse sin problemas! Teniendo esto en mente podemos dedicar, cada día, aunque sea 10 minutos a una actividad que nos ayuda a crecer como personas. 7 Monitorear constantemente las metas. Es necesario establecer algunas fechas para verificar si se están logrando los resultados, y en caso de no ser así, establecer las medidas que se requieran. Comprometerse con el cumplimiento de las metas. Lo difícil es convertir las buenas intenciones en acciones concretas. Para que esto ocurra hace falta un gran nivel de compromiso y dedicación, para que con el esfuerzo de cada día la meta se vuelva una realidad. CONCLUSIÓN Motivar es convencer a los demás de que algo es valioso y de que merece la pena hacer un esfuerzo para conseguirlo. No se puede obligar a las personas ni a las organizaciones a realizar actos de los que no están convencidos, porque faltará el elemento esencial: la voluntad de hacer, de querer y de crecer. Sin esta voluntad, los resultados serán mediocres. El verdadero maestro persuade, convence, no impone sus ideas arbitrariamente. El reto es crear en el salón de clases un ambiente estimulante que ayude a generar en el alumno un compromiso por seguir aprendiendo y creciendo como persona. En este proceso, el alumno podrá desarrollar su potencial a la vez que aumentar su autoestima. El buen maestro contribuye a la formación de hábitos positivos que apoyarán a los estudiantes a lo largo de su vida, hábitos como cuidar su salud, aprender algo cada día, hacer su máximo esfuerzo, ser disciplinados y terminar todo lo que empiecen, ser curiosos, mantener buenas relaciones con sus compañeros, etcétera. En el capítulo 5, "Promover la participación", reflexionaremos sobre la importancia de desarrollar nuestra habilidad de comunicación para tener una comunicación efectiva en el aula. Asimismo conoceremos algunas estrategias para promover la participación en el aula. EJERCICIOS Parábola de la educación Iba un hombre caminando por el desierto cuando oyó una voz que le dijo: "Levanta algunos guijarros y mételos a tu bolsillo, y mañana te sentirás a la vez triste y contento." Aquel hombre obedeció. Se inclinó, recogió un puñado de guijarros y los metió en su bolsillo. A la mañana siguiente vio que los guijarros se habían convertido en diamantes, rubíes y esmeraldas. Y se sintió feliz y triste. Feliz por haber traído guijarros, triste por no haber levantado más. Lo mismo ocurre con la educación. 8 Preguntas de reflexión ¿Cuál es la moraleja de esta historia? ¿Cuál es el proceso por medio del cual un niño sin educación se transforma en un hermoso diamante o rubí? ¿Cómo contribuye el profesor en este proceso? ¿Qué podemos hacer para ayudar a que se desarrollen todos esos niños que se quedan sin educación? 9
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