Cómo se organiza - Yeswehunt

m
Monterías
Cómo se organiza
una montería
EL ACONTECIMIENTO MÁS GRANDE QUE HAY EN LA CAZA MAYOR ESPAÑOLA ES LA MONTERÍA. SU CELEBRACIÓN DURA UNA JORNADA, PERO NECESITA MUCHOS OTROS PARA SU CORRECTA ORGANIZACIÓN. SON INNUMERABLES LOS PREPARATIVOS QUE HAY QUE DETRÁS DE ESTE ACONTECIMIENTO
CINEGÉTICO, DESDE LA CONTRATACIÓN DE LA FINCA, LA PROPIA VIGILANCIA DE LA CAZA Y DE LA MANCHA, LA ALIMENTACIÓN EXTRA QUE SE ECHA
A LOS ANIMALES O LA CONTRATACIÓN DE LAS REHALAS Y PERSONAL.
Terminada la montería,
llega la hora de cargar
las reses para llevarlas
hasta la junta, en este
caso con mulas.
Debajo, cebando una
mancha. Hoy día es una
práctica habitual que
asegura la permanencia
de las reses en la mancha, mejora el estado
de las reses y beneficia
a todas las especies,
cazables o no.
José R. COLORADO
E
n años normales, siempre que no haya un
arrendamiento de larga duración, en febrero y
marzo empiezan los primeros contactos, las visitas y los primeros contratos entre una organización de monterías y los propietarios de las
fincas. Durante los meses de primavera se ven las fincas, se estudian sus resultados anteriores, se negocian
los precios, el número de puestos, los cupos y garantías
si son fincas cercadas de calidad, se sondea el mercado
y en definitiva se atan los flecos como cualquier otra actividad comercial.
Dependiendo de cómo venga el año, para que una
finca tenga un buen resultado, será necesario hacer un
aporte de alimentación extra a la comida natural que
tiene. En la actualidad esta aportación se hace a nivel
general con mucha más asiduidad que antes, circunstancia que conlleva no sólo la mejora de la calidad de las
reses, sino la proliferación de todas las especies. El
aporte depende de cada finca pues las hay que apenas
lo necesitan y otras que se ceban durante todo el año.
En cualquier caso, a medida que se aproxima la fecha
de la montería se suele incrementar la cadencia y la
cantidad de alimento e incluso la ubicación de alguno
de los comederos.
Una vez publicadas las órdenes de veda, que son diferentes en cada autonomía, se solicitan los permisos
administrativos. Hay que tener en cuenta que cada comunidad es diferente y su normativa en materia de colindancias, plazos y trámites son distintos. Mención especial merece el apartado sanitario, ya que al tratarse
de carne de caza para consumo humano es un tema de
vital importancia administrativa.
LA PARTE MÁS DIVERTIDA. Entramos ya en la parte más divertida para un organizador que es la preparación en el
campo de cada montería, o sea, el estudio de la mancha
que se va a cazar, la ubicación de cada puesto, las rehalas que serán necesarias, las caballerías para sacar la caza, el lugar donde se realizará la junta, dónde se hará la
comida, el orden de la salida de las armadas, los postores necesarios, los guías para las rehalas…
Para todas estas cuestiones siempre hay que fijarse
en la experiencia. Si la finca ya se ha cazado otras veces
habrá que intentar repetir los aciertos pasados y aprender de los errores para modificar la ubicación de algún
puesto, suprimirlo, cambiar el orden de salida de alguna
armada, dedicar más tiempo en montear alguna zona o
dosificar de otra manera la fuerza de las rehalas. Si es la
primera vez que se montea, habrá que contar con los
consejos de los que tengan experiencia y adaptarlos a la
filosofía de la organización.
Los días previos son los más tensos de todo el año.
Cualquier incidencia parece un mundo cuando se produce en estos postreros días. Hay que intensificar la vigilancia de la mancha, día y noche si es necesario. Hay
que preparar el sorteo, planificar los horarios, avisar a
todos los que van a participar: monteros, rehaleros o
personal contratado para la montería. Debe estar confirmado el catering encargado de dar el desayuno, el veterinario, la sala de despiece si se va a comercializar la
carne, los postores… todo.
Y llega la montería. La cúspide de todo. La realización de toda esta preparación de tantos días.
Habrá que dar las normas, los consejos pertinentes
y… ¡a montear!
■ Monterías
Cargando las reses para
llevarlas hasta la junta
de carnes. Debajo, uno
de los percances habituales en años lluviosos.
En esta ocasión se trata
del vehículo de la guardería. Es muy importante, sobre todo los días
anteriores a la montería,
vigilar la mancha.
CÓMO ESTÁ EL PANORAMA MONTERO
El sector de las monterías y el de la caza en
general, como sector turístico y de ocio que
es, no está precisamente atravesando uno de
sus mejores momentos. Tiene el inconveniente
de ser un gasto superfluo del que podría prescindir una familia normal, pero como pasa con
las vacaciones, es de las pocas cosas en las
que realmente se disfruta y por ello nos resistimos a prescindir de ellas. La caza además, y
por supuesto la montería, tiene el aliciente extra de ser una pasión y casi una necesidad pa-
86
Septiembre 2010
ra muchos aficionados.
En cualquier caso es una situación que no es
nueva, que viene ya desde hace tres años y
que la mayoría de las consecuencias se han
visto reflejadas ya en el panorama montero.
Han desaparecido varias organizaciones, se
han ajustado los precios en general, sobre todo los de las fincas discretas, y las organizaciones que siguen han visto las orejas al lobo y
se han centrado en ofrecer mejores fincas, mejores condiciones y mejores servicios. En resu-
midas cuentas se está ajustando el mercado
de la misma manera que lo ha hecho en otras
situaciones similares a lo largo de la historia.
En cuanto a las previsiones cinegéticas, realmente no pueden ser más optimistas para esta temporada. Toda el agua caída en los dos
últimos años, en especial en éste que estamos, ha traído mucho alimento natural, con lo
cual las parideras de los jabalíes han sido muy
buenas e inmejorable la calidad de las cuernas
de nuestros venados.
www.trofeocaza.com
■ Monterías
Sin rehalas no hay montería. Junto a estas líneas, la rehala de los hermanos Palacios. Una
buena rehala se mantiene por afición, no por
dinero, pero también
hay que valorar y pagar
justamente el trabajo de
perros y perreros.
LAS REHALAS, SIEMPRE NECESARIAS
Uno de los apartados más importantes de la
montería es la contratación de las rehalas. Si
tenemos en cuenta que cada rehala cobra por
término medio entre 200 y 250 euros y que para batir correctamente una mancha, dependiendo de su extensión y densidad de monte,
se utilizan entre 8 y 25 rehalas, tenemos un
presupuesto de entre 1.600 y 5.000 euros en
este concepto por montería. Pero, ¿merece la
pena pagar estas cantidades? Y por otro lado:
¿es rentable para un rehalero mantener una
rehala?
Respecto a la primera pregunta, está claro que
sí. Y para comprobarlo sólo hay que cerrar una
finca con sus armadas de cierre, meter las traviesas y contar la proporción de disparos que
se tiran antes y después de soltar los perros.
Las que se tiran antes de la suelta son reses
88
Septiembre 2010
que se han movido por el mismo traqueteo de
los coches, voces y demás, y los que se tiran
después son a las reses que han levantado los
perros. En fincas llanas, sin apenas monte, la
proporción de los primeros es muy alta, por
eso se utilizan muy pocas rehalas, pero en fincas apretadas a veces no se tira un solo disparo y ya con los perros no se para de tirar. En
éstas sí son necesarias un buen número de rehalas y de la mejor calidad.
Si son justas o rentables para un rehalero estas cantidades, pues como siempre, depende,
pero en casi todos los casos puede decirse
que se tiene una buena rehala por afición a la
caza y a los perros, no por su rentabilidad.
Volvemos a los números. Si una rehala montea
entre 20 y 40 días de temporada –si se aproxima a la segunda cifra ya de por sí demuestra
que es más que afición, pues a ver cuántos
monteros pueden presumir de montear ese
número de días– y cobra esos 200-250 euros,
tiene unos ingresos por temporada de entre
4.000 y 10.000 euros. Ahora bien, los perros
comen durante todos los días del año. Y hay
que vacunarlos, cuidarlos y limpiarlos regularmente. Y una rehala de 20 perros cazando son
unos cuantos más en la perrera. Eso lleva mucho esfuerzo y muchas horas de trabajo.
Después está el vehículo y el combustible. Incluso el combustible para volver para buscar
algún perro. Son cifras que en su conjunto se
aproximan o superan lo que se percibe por
ello, así que la conclusión es que una buena
rehala se tiene únicamente por vocación y lo
que se obtiene en las monterías sólo ayuda al
mantenimiento de la misma.
www.trofeocaza.com
LA IMPORTANCIA DEL POSTOR
Aunque no sea una profesión reconocida, el postor es una figura mucho más
importante de lo que se piensa.
En muchísimas monterías, para ahorrar un jornal, hace de postor uno de los
monteros que conoce la armada y se coloca en el último puesto. O eso es lo
que debiera hacer, porque no es extraño que el que hace de postor coloque todos los puestos y se vuelva al que ha dejado libre, que por casualidad es el que
mejor pinta tiene. O peor aún, llegar a su puesto y manda al resto de monteros
continuar en solitario por lo supuestamente fácil que es encontrar sus tablillas.
Ser postor es mucho más que eso. Es necesario conocer bien los puestos y la
forma de llegar a ellos. Tampoco es habitual, pero casi todo el mundo conoce
algún caso del postor que se ha equivocado de camino y ha llegado al principio de su armada casi a la hora de soltar los perros. No lo suele reconocer pero su estado de ansiedad y los sudores fríos que le afloran suelen delatarle. Mucho más común es el que, después de no encontrar la cinta, sentencia con la
frase: “La cinta estaba aquí, pero alguna cierva la habrá arrancado”, y seguir
con el resto de la armada.
El postor que es postor debe ir a la finca las veces que hagan falta para no dudar de ningún puesto. Debe saber dónde dejar el coche en caso de que el montero se lo lleve a su puesto. Debe dar unos breves consejos a cada montero por
dónde es más fácil que le entre la caza y debe asegurarse de que ha comprendido lo importante que es que le espere a la hora de quitarse del puesto para
contarle las incidencias y le indique dónde está la caza en caso de que haya cobrado algo.
Debe saber también cuándo quitar la armada y una vez realizada esta función
y asegurarse de que sus puestos han llegado a la junta, ocuparse de sacar las
reses con los medios adecuados. En definitiva, aunque para ser postor no hace falta ninguna licenciatura, es necesario, como en el resto de las labores de la
montería, una dedicación y ser responsable.
Cebando en condiciones extremas y cuando
más falta hace.
Debajo, dos buenos venados asoman a un
puesto, acelerando el
corazón del montero.
■ Monterías
Cualquier organización
de monterías debe cuidar al máximo todos los
detalles, incluyendo el
catering. El desayuno y
la comida también tienen su importancia.
10 PUNTOS CLAVES PARA ORGANIZAR UNA MONTERÍA
■ 1. Conocer bien la finca. Es obvio, no basta tener referencias o haberla monteado en otras
ocasiones. Si es la primera vez, habrá que ir las
veces necesarias para conocer las lindes, la extensión y la orografía. Si ya se conoce, comprobar
los cambios, nuevas limpias, los últimos resultados, posibles deforestaciones y cualquier otra acción que pudiera desvirtuar los anteriores resultados.
■ 2. Ver la caza que hay. En las fincas cercadas es más fácil ver la cantidad y calidad de trofeos que tiene. Los comederos, las charcas y dependiendo de la vegetación de la finca, se puede
hacer una aproximación a la cantidad de animales observándolos en los amaneceres o atardeceres. En las fincas con más vegetación y sobre todo en las fincas abiertas, habrá qué fiarse más
por lo que comen, por dónde pisan o por las condiciones que reúne para el encame de las reses.
■ 3. Ajustar las condiciones. Como cualquier otra negociación es necesario saber las expectativas reales que hay, las garantías si las hubiera, la reputación de la finca, el número de
puestos y el coste que va a repercutir en cada
uno de ellos. Es muy importante considerar que al
margen de lo que se paga por la caza hay otros
gastos, como el cebado, la guardería, las rehalas,
el personal auxiliar extra, el catering, los impuestos, etc., que en muchas ocasiones su conjunto
supera incluso a lo que se paga por la caza.
90
Septiembre 2010
■ 4. Sondear el mercado y cubrir los
puestos. El error de la mayoría de las nuevas organizaciones, sean grupos de amigos o profesionales, es comprometerse a celebrar una montería
sin saber si van a cubrir la totalidad de los puestos. Hay que tener en cuenta que organizar una
montería es incluso mucho más apasionante que
participar en ella como montero. Por eso es común embaucarse de primeras sin prever las consecuencias.
■ 5. Preparar la mancha. Cada mancha tiene
una fecha óptima para su celebración. Hay fincas
con comida natural, con bellotas por ejemplo,
que conviene darlas cuando éstas caen al suelo.
Otras, más cálidas, se cargan en las fechas más
duras del invierno, y otras, por diversas razones,
están mejor en una determinada fecha. Incluso
dentro de una misma finca puede haber diferentes zonas con distintas características.
La alimentación extra, la alfalfa, el maíz, la sal, el
pienso, son necesarios para mejorar la calidad y
la cría durante todo el año, pero también lo es para cargar o repartir mejor la caza en una mancha
antes de la celebración de la montería.
■ 6. Marcar las posturas. La mayoría de las
fincas se han monteado en otras ocasiones y lo
mejor es guiarse de las experiencias anteriores.
Es fundamental respetar las leyes de seguridad y
marcar los puestos donde no tengan ningún peligro unos con otros. Secundario, aunque no menos importante, es ponerlos donde se corte o cierre bien la mancha y cubriendo los mejores pasos
que tengan los animales. Una vez vistos y marcados cada puesto, se le enseñará a una persona
responsable que hará de postor el día de la mon-
tería.
■ 7. Pedir los permisos. Parece una obviedad, pero son varios los trámites administrativos
que hay que realizar y que pueden suspender una
montería si no se hacen correctamente.
■ 8. Contratar al personal auxiliar. Rehalas, guías que dirijan a estas rehalas, postores,
secretarios, conductores, personal que recoja la
caza desde su abate al cargadero, cocineros, camareros y todo el personal necesario para ese
día, serán contratados y habrá que explicarles
perfectamente su función y sincronizar el trabajo
de todos ellos.
■ 9. Estudiar la montería. Preparar los planos, los sobres para el sorteo, la información que
se vaya a dar a cada montero, los consejos. Marcar unos horarios –cita, desayuno, sorteo, orden
de salida de las armadas y suelta de las rehalas–
e intentar cumplirlos.
Tener en cuenta la dirección del viento a la hora
de modificar el orden de salida de cada armada o
si las rehalas cuentan con el vehículo apropiado
para llegar al punto designado para su suelta.
■ 10. Rezar, el que sepa, y sobre todo
confiar en que todo salga como está pensado. Ir con toda la ilusión y optimismo pues de
todas las maneras se trata de animales salvajes
con un comportamiento imprevisible que quizá,
por fortuna, siempre nos van a romper los esquemas y hacer que las cosas salgan como no estaban planeadas.
www.trofeocaza.com