26 NAVARRA Diario de Navarra Jueves, 20 de junio de 2013 Juicio por el crimen de Valtierra “Pensé que Javier era el autor por la discusión” Una testigo: “Vi cómo disparaba a Dayán por la espalda” Es una joven que estaba con otra y con la víctima hablando fuera del bar cuando ocurrió el crimen Dijo que vio cuando la persona que disparó hizo el tercero y que tenía la escopeta cogida en posición de tiro LAURA PUY MUGUIRO Pamplona “Dayán salió cuando yo estaba fumando un cigarro con otra chica. Me pidió el mechero, se lo di y en ese momento oí el primer disparo. Después, el segundo, que impactó en Dayán como si le hubieran dado un empujón fuerte por detrás. Y entonces vi al chico, enfrente de mí, con la escopeta. Hizo el tercer disparo y Dayán, que estaba de espaldas a él, cayó al suelo”. Con estas palabras detalló ayer una de las testigos cómo se cometió el crimen de Dayán Murillo Blasco, de 22 años y de Arguedas. Se trataba de una de las dos chicas que se encontraba fuera del bar La Unión de Valtierra cuando la víctima recibió los disparos. Declaró como testigo protegida, por no querer que la reconocieran los asistentes al tercer día de juicio, incluido el acusado, Javier Samanes Sanz, de 31 y de Valtierra, que tuvo que cambiar de asiento durante la declaración de la joven. Por ese motivo no se la pudo ver hacer el gesto con la escopeta que vio en la persona que disparó ● Varios jóvenes vieron a acusado y víctima discutir fuera del bar, en la puerta, antes de que el primero se marchara a por el arma contra la víctima, de la que dijo no recordar cómo iba vestido pero sí que llevaba gafas [como el acusado]. El abogado de la familia de Dayán le preguntó si antes de los disparos éste había echado a correr. Y es que el acusado había declarado el lunes que cogió el arma al ir la víctima hacia él. “Pensé que mi única salvación era coger el arma antes de que él me cogiera”, indicó el acusado el lunes. Pero la testigo no relató de este modo la escena. “Estábamos hablando los tres y sucedió lo de los disparos”. Este abogado quiso saber si, al ver a la persona que disparaba, ésta estaba apuntando con la escopeta hacia Dayán. Para eso adoptó la posición de tiro. “Sí, en esa posición. Estoy segura”. Además, respondió al letrado del acusado que los disparos “son seguidos y Dayán no llegó a darse la vuelta”. “Dayán no tenía pulso” Una cliente del bar La Unión fue una de las primeras personas en atender a la víctima. Es enfermera y ayer relató que estaba en el local cuando escuchó los disparos, que creyó que eran petardos. “Salí fuera y vi que Dayán estaba en el suelo. Estaba boca arriba. Alguien dijo que le habían disparado. Le llamaba, pero no me contestaba. Le tomé el pulso, pero no tenía. Empezamos a hacerle maniobras para reanimarlo. Para mí ya estaba muerto”. Y así lo aseguró también una amiga de esta enfermera, que salió con ella. “Yo le miraba [a la enfermera] y ella me hacía así con la cabeza [ladeándola de izquierda a derecha, como diciendo no], pero seguía y seguía y seguía [tratando de reanimar a la víctima]”. Acto en recuerdo de Dayán este enero, al año del crimen. B.ALDANONDO CLAVES 1 Los hechos. Javier Samanes Sanz, de 31 años y de Valtierra, está acusado de haber asesinado a Dayán Murillo Blasco, de 22 años y de Arguedas, el 8 de enero de 2012 en Valtierra, disparándole tres veces con una escopeta por la espalda 2 Acusación. El fiscal solicita 17 años y 6 meses de cárcel. La acusación eleva su petición a 20 años. 3 Defensa. Se muestra disconfor- me con las conclusiones provisionales tanto del fiscal como de la acusación particular. No obstante, su posición no se conocerá hasta que la exponga el último día del juicio en las conclusiones definitivas. 4 El juicio. Comenzó el lunes y estaba previsto que durara hasta el día 24, en sesiones de mañana y tarde, para poder escuchar a 67 testigos y 16 peritos policiales, forenses y psiquiátricos. Varios jóvenes fueron testigos de la discusión previa al crimen entre Javier y Dayán. Así la reprodujeron dos de ellos. “Estaban en la puerta. Javier le dijo que tenía armas para empezar una guerra civil, y Dayán, que le dejara en paz. Javier le respondió que le iba a dar dos tiros, diciéndole Dayán que no le hablara de tiros, que bastantes tiros le había dado la vida. Javier siguió increpándole. Creo que dijo algo del padre de Dayán, y éste supongo que no supo aguantar porque le dio una colleja. ‘Tengo armas en casa, puedo disparar’, añadió Javier. Dayán se lo debió tomar como una broma mala porque le dio en la cara y entonces Javier se fue, murmurando y poniéndose las manos en la cara”. Uno de estos testigos añadió que después fue con sus amigos a comprar pan para almorzar, dirigiéndose a su pipero y escuchando entonces los ruidos de lo que creyeron que eran petardos. El otro también se fue a su pipero. Supo qué había ocurrido al regresar a casa por la plaza y ver el cuerpo de Dayán tapado con una sábana. “Por la discusión que habían tenido” pensó en el acusado como el autor. También lo hizo otro chico. Pero por otro motivo: por haber tenido él un incidente con Javier hace tiempo y en el que el acusado había acabado diciéndole que iba a coger la escopeta. “Me lo tomé a broma y le dije que no tenía cojones”. Pero el 8 de enero pensó en Javier cuando una chica le contó que “un chico con pintas de campuzo le había pegado dos tiros a Dayán con una escopeta de perdigones”. Condenado a 4,5 años por tirotear a su cuñada en Fitero El acusado aceptó ayer la sentencia y cuando cumpla la pena no podrá acudir a la localidad durante ocho años GABRIEL GONZÁLEZ Pamplona Un hombre ha sido condenado a 4,5 años por tirotear a su cuñada en una calle de Fitero en abril del año pasado, causándole una herida en la cara y otra en la mano. El acusado se enfrentaba ayer a una petición de 8,5 años por un intento de asesinato y tenencia ilícita de armas, pero antes del juicio se le tuvo en cuenta la atenuante de enajenación mental y el procesado se mostró conforme con la rebaja de la pena. Una vez que salga de la cárcel no podrá acercarse a Fitero durante ocho años. Según el relato que reconoció José Antonio Jiménez Gracia, el 11 de abril a las 12 horas se encontró con su cuñada, con la que no tenía buenas relaciones por problemas familiares, en la calle Mayor de la localidad. Ambos iban en bicicleta. Ella, a trabajar a distintos domicilios del pueblo como trabajadora familiar del Ayuntamiento. El acusado la siguió hasta que ella entró en una de las casas. Desde allí, sigue el relato de hechos del fiscal, obser- vó a su cuñado “montado en la bicicleta, en actitud de espera”. La mujer terminó su trabajo y salió para dirigirse a otra vivienda. Pero por el camino se percató de que el acusado le seguía a unos 20 metros. Cuando llegaron a la altura de la calle Gustavo Adolfo Becquer, la mujer se apeó de la bicicleta y ambos cruzaron unas palabras “en relación a una obra”. Entonces, “de manera absolutamente sorpresiva y sin posibilidad de defensa, y con evidente ánimo de atentar contra su vida”, su cuñado sacó de su bolsillo una pistola marca Star, del calibre 6,35 (balines), que había sido manipulada y transformada para disparar munición metáli- La Policía Foral, en el lugar de los hechos en abril de 2012. ca, y comenzó a disparar contra la mujer “a distancia muy corta”. Llegó a efectuar seis disparos, uno de los cuales impactó en la cara de la mujer (en el lagrimal de un ojo), otro le rozó el hombro derecho y los otros cuatro impactaron en el bolso que la víctima utilizó para taparse la cara y pro- MANRIQUE tegerse. “Como consecuencia de estos hechos, la mujer no falleció ante la rápida actuación de los vecinos, que acudieron al lugar tras escuchar los disparos”, resalta el fiscal en su escrito. El acusado aceptó 4 años por un intento de asesinato y 6 meses por no tener licencia de armas.
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