VECINOS CUENTAN CÓMO ERA LA VIDA DE ROXY - Zócalo

Especial
ZÓCALO PIEDRAS NEGRAS Martes 17 de mayo de 2011
5E
ROXANA
ENTRE EL AMOR Y LA INDIFERENCIA
La niña que decidió entregarse a la comandancia de Policía de Barroterán
para que la canalizaran a una casa hogar, porque no soportaba más los
maltratos e indiferencia de su propia madre
FABIOLA FERRER
Zócalo | Palaú
E
l diez de mayo del
año 2000, en Minas de Barroterán
nació la pequeña Roxana, producto de la
unión entre María Salinas
Barrientos y Diego Morín
Sánchez.
Desde su llegada a este
mundo sus padres se desentendieron de sus cuidados,
y la entregaron a su abuela
materna para que fuera ella
quien velara sus sueños, la
criara y le diera un hogar,
un hogar que le había sido
negado por sus propios progenitores sin motivo alguno.
Fue así que su abuela paterna, la señora Blanca Sánchez, se hizo cargo y recibió
en su humilde vivienda a la
pequeña Roxana desde los
primeros días de nacida.
Sin lujos pero con lo necesario, la pequeña Roxana
creció en casa de su abuelita quien se esmeró siempre
en sus cuidados, la vestía,
alimentaba y daba calor de
hogar.
Cada fin de semana era
diferente, María y Diego,
padres de Roxana, acudían
a casa de la abuela para llevársela con ellos.
Así pasaron sus primeros tres añitos, durante los
cuales, religiosamente doña
Blanca le festejaba con pastel y piñatas.
De pronto, cuando la
pequeña cumplía sus tres
años, sus padres decidieron
llevársela con ellos, así, sin
más argumentos que el que
les da el derecho de ser sus
progenitores se la llevaron.
A partir de esa fecha empezaría el calvario para la
pequeña Roxana, que ajena
a todo en los brazos de su
madre le dijo adiós a quien
la había criado y le había
dado una familia.
No pasó mucho tiempo
cuando el 4 de mayo la pequeña enfermó, sus padres
asustados la llevaron con
su abuela Blanca Sánchez,
quien de inmediato acudió
al Centro de Salud porque
la pequeña presentaba señas de violencia física, caída de pelo y una aparente
desnutrición.
En el dictamen médico, el
doctor Jaime Castro confirmó que la pequeña presentaba golpes en diferentes
partes de su cuerpo y que se
encontraba en un estado de
desnutrición severa y agrega el documento, “por esto
se concluye que la paciente
sufre de un -Sx- de maltrato
físico”.
Luego de ser evidenciados por el doctor, Diego
Adán Morín Sánchez y María Salinas Barrientos, padres de la pequeña Roxana,
decidieron que regresara a
casa de la abuelita Blanca,
no sin antes haber sido notificados por la Procuraduría
de la Familia, en ese entonces a cargo de Salma Yadira
Bocanegra Reyna, de que
deberían presentarse ante
las oficinas el día 14 de noviembre del 2003 a las 12:30
horas “para tratar un asunto
relacionado con familiar”.
Sin embargo, del seguimiento de dicho citatorio
poco o nada se sabe. Quedó
como muchos otros casos,
en el olvido o en el archivo
muerto de alguna oficina.
Estando de regreso en el
que consideraba su hogar, la
DIVERSOS MENSAJES
amenazantes ha recibido doña
Juanita desde que empezó a
disputar la custodia de su nieta.
LA PEQUEÑA Roxana
en brazos de su mamá
María Salinas Barrientos.
SUS FIESTAS de cumpleaños mientras vivió con su
abuelita Blanca nunca le faltaron, Roxana era una niña
feliz.
TESTIGOS
VECINOS CUENTAN CÓMO ERA LA VIDA DE ROXY
La señora Petra de la Cruz
Castellanos, vecina desde
hace más de 30 años de la familia Morín Sánchez, declaró
a Zócalo que tanto ella como
muchas vecinas en repetidas
ocasiones habían sido testigos mudos del maltrato que
Roxana sufría por parte de su
mamá, pues continuamente
se escuchaban los gritos y
los golpes que María Salinas
Barrientos le propinaba a
Roxana, y que por cierto es
madre de otros 4 hijos.
Asegura que a Roxana nunca
se le veía con su mamá, sólo a
otros 3 de sus hermanos.
Dice que “en una ocasión
conversé con la madre de María Salinas, abuelita materna
de Roxana, la cuestioné sobre
el porqué no intervenía en la
conducta de su hija, a lo que
la señora sólo respondió que
ella ya no podía controlarla,
que se cansaba de pedirle
que recapacitara sobre el
trato que le daba a sus hijos,
pero que simplemente no le
hacía caso”.
La indignación en la expresión
de doña Petra son evidentes,
pues asegura que le consta
la enorme dedicación y amor
que la señora Blanca le dio
a Roxana desde que nació,
asegura que cuando estaba
con ella las condiciones de la
niña eran “mil veces mejor”,
confía en el buen juicio de las
autoridades para que regresen a Roxy con su abuela.
A este testimonio se sumó
el de la señora María Amada
Flores, que también conoce
a Roxana desde hace diez
años, y asegura haber visto a
la niña feliz y sana mientras
estuvo al cuidado de su abuelita Blanca, dice también haber estado presente cuando
la niña se quedó encerrada y
llego la Policía a auxiliarla.
Otro de los testimonios es el
de la señora Juanita Dimas
Medina, que conoce a Roxana
desde bebita.
Doña Juanita es vendedora
de ropa y asegura que la
señora Blanca era de sus mejores clientas, pues no había
nada que no viera su “Roxy”.
Dice que desde que le quitaron
la niña a la señora Blanca ella
la vio varias veces de puerta
en puerta vendiendo diferentes artículos en condiciones
deplorables, dice que en una
ocasión la niña le comentó que
su mamá constantemente la
cambiaba de turno escolar, de
acuerdo como se acomodara
mejor la venta.
Dice que una ocasión observó
una cicatriz en el pómulo
izquierdo de la niña y al
preguntarle qué era lo que le
había ocurrido, la niña argumentó que su mamá le había
pegado con un paraguas.
Doña Juanita asegura que
si la niña hubiera seguido
con su abuelita esto nunca
hubiera ocurrido.
pequeña Roxana recuperó
su salud y su sonrisa.
El tiempo transcurrió y
la niña fue inscrita por su
abuelita en el jardín de niños Simón Bolívar, al término del ciclo ingresó a la
escuela primaria Benito
Juárez, donde sólo tuvo la
dicha de cursar el primer
año, ya que sus padres volvieron a llevársela con ellos.
A partir de sus siete años
el descuido, el desamor y la
tristeza se apoderaron notablemente de la apariencia
de Roxana, que continuamente era vista por las calles del mineral de Barroterán vendiendo diademas,
pidiendo dinero o trabajando en cualquier cosa que sus
fuerzas o su condición física
le permitían.
Aseguran vecinas de los
lugares por donde la niña
deambulaba, que siempre
se le veía sucia, muy por debajo de su peso, temerosa y
en ocasiones con evidentes
muestras de maltrato físico
que se reflejaba en su inocente rostro.
Cuenta la señora Blanca
con el llanto asomándose,
que una ocasión en que la
niña estaba con sus padres
una vecina fue corriendo
a avisarle que la pequeña
estaba encerrada con candado, la pequeña apenas
tenía 4 años de edad, al escuchar el llanto de la menor
y ante la impotencia de poder socorrerla, las vecinas
la auxiliaron llamando a la
Policía, quienes acudieron
al lugar para prestarle auxilio a los vecinos que indignados pedían hacer algo por
la menor.
Por ésa y muchas otras
razones doña Blanca que
también ha sido agredida
de manera verbal y sicológica por parte de su nuera
María Salinas, denunció los
abusos a su nieta a la Procu-
raduría de la Familia de la
Región Carbonífera, a cargo
de Salma Yadira Bocanegra
Reyna, quien sólo le dijo que
ella no se podía hacer cargo
de la niña porque era una
mujer viuda.
Al no encontrar ninguna
clase de apoyo ni orientación por parte de las autoridades el maltrato y el abuso
que Roxana sufría fue en
aumento, la señora Blanca
sólo la veía en ocasiones en
que la niña podía escaparse
y la visitaba a escondidas
para pedirle de comer.
Fue hasta el domingo 27
de marzo pasado que la señora Blanca recibió en su
casa la visita de Diego su
hijo, quien llegó a preguntar por Roxana porque no la
encontraba, al caer la noche
Diego volvió comunicándoles que la niña había sido
canalizada a la casa hogar,
después de que ella misma
pidió ayuda a la comandan-
cia por no soportar la situación de maltrato que vive en
su hogar.
El 29 de marzo la señora
Blanca se dirigió a la casa
hogar de Múzquiz para verificar que su nieta estuviera
ahí y estuviera bien.
Al encontrarse con su
nieta, la niña corrió a abrazarla diciéndole que se encontraba bien, que ahí sí le
daban de comer todos los
días y que le habían regalado un cuaderno porque le
estaban enseñando a hacer
cuentas y otras materias.
Para la señora Blanca
Sánchez y su familia es
una situación que preocupa sobremanera, ya que
a decir de doña Blanca,
Roxana no tiene necesidad
de estar solita, alejada de
las personas que la quieren, es consciente de que
su situación económica no
es la mejor, pero asegura
tener los recursos suficien-
FABIOLA FERRER
Zócalo | Palaú
Yo y muchas
vecinas en
repetidas ocasiones
hemos sido testigos
mudos del maltrato
que Roxana sufría por
parte de su mamá, pues
seguido se escuchaban
los gritos y los golpes que
María Salinas Barrientos
le propinaba a la niña”.
Petra de la Cruz C.
TESTIGO
Vi a la niña
feliz y sana
mientras estuvo al
cuidado de su abuelita
Blanca, también estuve
presente cuando la niña
fue encerrada hasta que
tuvo que intervenir la
Policía para auxiliarla”.
Ma. Amada Flores.
TESTIGO
Desde que
Roxana ya
no está con su abuelita
Blanca, yo la vi varias
veces tocando de puerta
en puerta vendiendo
diferentes cosas en
condiciones deplorables”.
Juanita Dimas Medina.
TESTIGO
tes para darle lo necesario
y un inmenso amor para
ofrecerle un hogar y un futuro lleno de esperanza.
Al tratar de indagar sobre la situación legal de la
niña y cómo podía hacer
para obtener su custodia, la
señora Sánchez sólo ha recibido largas por parte de
la Procuraduría de la Familia, primero fue citada el 30
de abril del presente año,
cita a la que no se presentó el abogado de oficio que
se le designó, después le
pospusieron la cita para el
próximo 27 de mayo, pero
ella cada vez pierde más la
fe en las autoridades, pues
asegura que todos sus intentos por recuperar a su
nieta han sido fallidos, sólo
la mantiene en pie su confianza en la justicia divina
y que alguien tome cartas
en el asunto y vea por la situación que está pasando la
pequeña Roxana.