¿CÓmo esTÁ aFeCTando la CRisis a GaliCia? - Asociación de

diálogos
¿CÓMO ESTÁ AFECTANDO
LA CRISIS A GALICIA?
Si hay una palabra que hemos oído,
pronunciado, repetido y machacado hasta
la saciedad en las últimas semanas, ésa es,
sin duda, “crisis”. ¿Hablamos demasiado y
actuamos poco?, ¿cómo está afectando la
tan traída y llevada crisis a las empresas
gallegas?, ¿podemos ser optimistas? Todos
tenemos muchas preguntas y no demasiadas
respuestas sobre el tema que trae de cabeza
a los periódicos, la bolsa, los bancos, la
construcción, las empresas, las familias…
Para contestar a algunas de estas cuestiones
dedicamos la mesa de debate de este número
de la Revista Índice a analizar cómo nos está
afectando la crisis. Nuestros contertulios nos
dieron las claves de lo que está pasando y un
mensaje optimista de cara a la evolución de
la crisis en los próximos meses.
Participantes
• Pedro Caldas García, subdirector de Programas de
Acceso a Créditos del IGAPE.
• Juan Silva Alvite, presidente de la Confederación de
Empresarios de Hostelería de Galicia.
• Carmen Sanmartín Campos, profesora de Entorno
Económico de la Escuela de Negocios Caixanova.
• José Ángel Lorenzo Ramírez, gerente de la Asociación Galega de Graniteiros.
Moderador
• Fernando Martínez Valdueza, gerente de la Asociación de Alumnos Caixanova.
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José Ángel Lorenzo: Para nosotros es tanto una cuestión de
oferta como de demanda. Debido al incremento de los costes,
que siguen estando ahí, hay problemas de oferta. Creo que
Carmen se ha olvidado del precio de las materias primas en
origen, que es un elemento importante pues traslada costes a
las empresas, y del incremento del precio de la energía, dos
cuestiones que en España las empresas notan mucho debido a
nuestra fuerte dependencia energética. Por otra parte, el mercado laboral no ayuda en los momentos difíciles: tenemos un
mercado estrictamente conservador desde el punto de vista
de la contratación y de la flexibilidad de costes.
Fernando Martínez Valdueza
Fernando Martínez: Para abrir el debate, nos gustaría saber
cómo está afectando la crisis a sectores muy representativos
en Galicia, como son los del granito y la hostelería. ¿Es verdad que en Galicia estamos menos mal que en otros sitios?,
¿cuáles son las perspectivas, se puede enviar un mensaje de
optimismo?, ¿cómo estamos en este momento en cuestiones
como inflación, paro, etc.?
Carmen Sanmartín: La economía está creciendo mucho menos de lo que esperábamos todos y parece que esta tendencia
se va a agravar. No sabemos hasta cuándo ni por qué se produce, cuando hace año y medio parecía que todo iba estupendamente, todos comprábamos coches y casas y ahora da la
impresión de que no hay dinero para nada. En buena medida, lo que ha acentuado la crisis ha sido el freno del consumo,
en especial de las grandes compras: casa, coche, etc., grandes
inversiones que se han frenado de golpe. Esto ha extendido la
desconfianza a las empresas, lo que, unido a la subida de los
tipos de interés, ha provocado que las familias tengan menos
renta disponible. Ha empezado por una crisis del consumo
de las familias y por una crisis en un sector específico, el de
la construcción, y se ha contagiado a muchos otros sectores
de la economía. A esto se le suma la crisis financiera, una
crisis de liquidez y de confianza que se desencadena en Estados Unidos y provocada por las hipotecas impagadas, las
famosas subprime. Esa crisis ha arrastrado a muchos bancos,
entidades financieras estadounidenses, que a su vez de una
manera u otra, por los intercambios de productos financieros,
han arrastrado a entidades europeas. Si todo lo aliñamos con
falta de liquidez en el sistema, obtenemos como resultado que
tanto las familias como las empresas tienen problemas para
consumir, para financiarse, para crecer y vender productos.
Fernando Martínez: ¿Cómo os está afectando a vosotros,
José Ángel, esa caída en picado de la construcción? Porque
da la sensación de que los precios de las casas se resisten a
moverse. Las ventas han caído un 20 o un 30% en algunos
casos, pero los precios parece que no bajan…
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“El mercado laboral no ayuda en los
momentos difíciles, es demasiado
conservador desde el punto de vista
de la contratación y la flexibilidad
de costes. Una situación como esta
requiere políticas de ajuste.”
José Ángel Lorenzo
Una situación como la actual requiere políticas de ajuste que
son difíciles de aplicar en un sistema tan conservador. En general, me da la sensación de que todo el mundo habla de la situación global, pero que a veces las industrias también tienen
problemas derivados de los costes y esta cuestión se discute
menos. Con la subida del crudo y la restricción del crédito,
se constata una falta de liquidez y las entidades financieras no
están por la labor de prestar dinero en estos momentos. Esto
y la falta de confianza son algunos de los motivos fundamentales de esta crisis.
Respecto a la demanda, me resisto a establecer un perímetro
local de la industria. El perímetro de la industria es el sector
a nivel español e internacional. Salvo aquellas industrias que
tienen que atender al cliente local porque es el que les entra
por la puerta, el resto atienden a un cliente sectorial. En nuestro caso, es evidente que el ámbito sectorial tiene una cadena
de valor que acaba en la construcción y que está sufriendo un
parón en Estados Unidos, donde la situación es gravísima.
En Europa, Inglaterra está en recesión en el sector de la construcción; en España, la licitación de vivienda nueva ha caído
un 58% según datos publicados recientemente, y un 40%
en viviendas terminadas con respecto al año anterior. Existe,
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por tanto, un problema de continuidad en el mercado. Si
estábamos construyendo 700.000 viviendas, ahora estamos
en 150.000, aproximadamente. No es un batacazo en toda
regla, pero nos afecta mucho. Si a esto le añadimos que la
obra pública en España tiene unas características basadas en
el criterio precio –y me refiero a la gran obra pública, un aeropuerto o un gran edificio representativo–, ésta podría ser una
salida interesante para nuestro sector, pero tal y como está en
España no podemos acceder a ella.
Fernando Martínez: Si se constata que se mantienen las cifras de afluencia pero desciende el gasto por persona, ¿qué
previsiones de futuro tenéis en el sector?
Fernando Martínez: ¿Y para el consumo no duradero, para
vosotros en la hostelería, qué representa esta crisis?
Juan Silva: En España, y especialmente en Galicia, la oferta
de turismo y hostelería es muy amplia y no se ha modificado
mucho. Hay que tener en cuenta que en nuestro entorno la
gran mayoría de las empresas son muy pequeñas, familiares, y
nuestro producto ya se estaba vendiendo a precios muy competitivos antes de que se empezase a hablar de la crisis, quizás
incluso por debajo de precios normales para una actividad
económica.
En cualquier caso, no olvidemos que nuestro sector se basa en
buena medida en el ocio, que es lo primero que se recorta. Y
ese recorte se nota de manera importante. No solo las familias, también las empresas están recortando, por ejemplo, en
lo que se refiere a comidas de empresa. En los últimos años se
observaba una tendencia al crecimiento en el sector y este año
hemos sufrido un parón, no tanto en verano en el número de
visitantes cuanto en el gasto por visitante. Podemos hablar de
10-11% de descenso. Si a ello le sumamos la inflación, nos
encontramos con un descenso importante.
Por otra parte, es cierto que la crisis está ahí, pero no hay
que olvidar el componente psicológico, que algunos grandes
operadores utilizan contra nosotros: cuanto más se habla de
crisis, más nos aprietan. Esta es una cuestión preocupante,
porque se une a la gravedad de la situación económica. Las
grandes empresas no sufren tanto este problema, las empresas
familiares son las que más se resienten en el día a día. A todo
lo cual se suma el que nuestro sector es refugio de empleo. Si
la hostelería es un refugio de empleo para personas de otros
sectores que se han quedado en el paro, o incluso para familiares sin trabajo, algo que suele ocurrir en las épocas de crisis,
se puede resentir la calidad del servicio prestado, pues muchos
de estos trabajadores no tienen formación específica para este
sector ni se someten a procesos de reciclaje. La merma de la
calidad de servicio puede crear descontento en el sector turístico. Así pues, la crisis no es solo financiera, sino mucho más
compleja. Pero creo que deberíamos hablar menos de la crisis
y más de sus soluciones.
Juan Silva Alvite
Juan Silva: Mantener una empresa abierta supone muchos
costes, por lo que ya las hay que se están planteando cerrar
tras la temporada estival, a partir de octubre, y abrir en Semana Santa. Por otra parte, nuestro sector lleva ya tiempo
incorporando gente extranjera como trabajadores. Evidentemente, esta tendencia se va a paralizar. De todas formas, muchos emigrantes no constan porque están solo en temporada
y de ellos un porcentaje se va, por lo que no pasa a engrosar
las cifras del INEM, lo que puede atemperar los datos.
Fernando Martínez: En Galicia, más del 20% de las empresas
o pertenecen al sector de la construcción o están vinculadas a
él de alguna forma. Así pues, una crisis que se ha cebado en el
sector de la construcción tiene que afectar también a la economía gallega. En términos de empleo, ¿qué está pasando?
José Ángel Lorenzo: Todo lo que está sucediendo en el mundo financiero tardará un tiempo en llegar a la economía real.
La economía real se mueve con la gasolina del dinero, pero
los ajustes en las empresas tardan en aparecer. Creo que no lo
harán probablemente hasta finales de este año y en 2009. Aun
así, ya comienzan a producirse movimientos en las plantillas,
un descenso en las contrataciones… En este sentido, el papel
de los agentes sociales es muy importante. En mi opinión, en
este país tenemos unos agentes sociales completamente inmaduros. Tienen que intentar ponerse al frente de las cosas, no
engañar a la gente ni ser insensatos, y me parece que hasta el
momento lo que demuestran es todo menos dosis de sensatez.
Les oigo hablar de peticiones de empleo de calidad cuando lo
importante en este momento es que haya empleo. Yo creo
que en el mundo de la construcción y derivados todavía está
por venir lo gordo; el sector se caracteriza por la temporalidad en el empleo, pero hay sectores derivados que han tenido
índices de empleo estable muy elevados, como por ejemplo
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el de la piedra, y la gravedad del problema en la construcción
comenzará a notarse cuando los sectores de empleo estable de
empresas auxiliares empiecen a recortar sus plantillas.
Fernando Martínez: El Banco de España ha estado hablando
durante años del excesivo apalancamiento de las familias y las
empresas. La verdad es que nuestras empresas y familias son
especialmente sensibles a los tipos de interés, más que en el
resto de Europa, algo que ahora nos trae consecuencias. Creo
que se ha hablado poco de que las empresas estaban excesivamente endeudadas. Los bajos tipos de interés de los últimos
años noventa y primeros dos mil han permitido que la gente
se endeudase por encima de su capacidad. Ahora el tipo de
interés se ha modificado al alza y ha cazado a empresas y particulares. ¿Cuál es la percepción que hay? Porque los índices de
morosidad de la banca están creciendo a alta velocidad..., ¿qué
consecuencias tiene o puede llegar a tener la morosidad?
mos para distintos sectores desde 1994 y hasta ahora estamos
teniendo una morosidad baja.
Fernando Martínez: Yo creo que los índices de morosidad
todavía son bajos, pero el problema es que se han duplicado
en unos meses y parece que la tendencia es seguir aumentando. El problema es la velocidad a la que está incrementándose
la morosidad.
Pedro Caldas: Es una cadena: si a ti no te pagan, tú no puedes
pagar. Y, por otra parte, muchas empresas gallegas no se han
preocupado de capitalizarse, están en unos índices de endeudamiento altos. Si os parece, os comentaré las líneas principales de actuación que estamos desarrollando en el IGAPE para
facilitar el acceso de las pymes gallegas a la financiación.
Por una parte, tenemos la Línea 1 de Apoyo al Circulante.
Sabemos que hay problemas en la financiación del circulante
por parte de las entidades financieras, que no solo no amplían la financiación a corto plazo, sino que ni tan siquiera
la mantienen y en algunos casos incluso la suprimen o la recortan. La renovación de la financiación de circulante está
siendo muy difícil. Para facilitar a las pymes gallegas el acceso
al crédito a corto y medio plazo se va a firmar un convenio
con las entidades financieras y con las Sociedades de Garantía
Recíproca (SGR).
“Es necesaria una actuación más
intensiva en la formación del
empresariado gallego. Creo que
en ese terreno hay mucho que
avanzar, es necesario un cambio
de mentalidad en gran parte del
empresariado.”
Pedro Caldas
Pedro Caldas García
Pedro Caldas: La baja capitalización de las empresas es consecuencia de un desfase muy elevado entre sus fondos propios
y el endeudamiento. Los porcentajes de fondos propios, que
en una empresa equilibrada deberían estar en torno al 40%
del pasivo, no se cumplen. Las entidades financieras hasta
ahora no han sido muy favorables a financiar a largo plazo,
por lo que las empresas financian su inmovilizado en fondos a
corto plazo. Esto ha creado un desequilibrio financiero en las
empresas, con un elevado endeudamiento a corto plazo. Las
empresas han venido soportando esta situación mientras los
indicadores económicos eran positivos, pero ahora ha llegado
una situación de crisis en la que las entidades bancarias han
restringido la financiación y se han agravado los problemas de
las empresas mal estructuradas financieramente.
Fernando Martínez: O sea que, posiblemente, los índices de
morosidad van a seguir incrementándose…
Pedro Caldas: Sí, aunque en el IGAPE todavía no lo hemos
sentido mucho. Mantenemos una línea de avales y de présta37
En este sentido, las actividades subvencionables son industrias extractivas, la industria agroalimentaria, la industria
manufacturera, construcción, comercio, venta y reparación
de vehículos de motor, transporte y pesca. El tipo de interés
será variable, referido al Euribor a 6 meses más un diferencial
que como máximo será de 1.50 puntos en el caso de que la
operación sea avalada por una SGR y de 2 puntos en el resto
de los casos. El IGAPE subvencionará el 50% de la comisión
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de estudio de las SGR y de la comisión de apertura de las
entidades financieras y procederá a una subsidiación máxima
de intereses de 1.50 puntos en el caso de operaciones avaladas
por una SGR y de 2 puntos en el resto de los casos. Asimismo
se subsidiará la comisión a cobrar por la SGR por el aval financiero prestado. El importe máximo subsidiable se establece en 600.000 €, y el mínimo atendible en 3.000. En el caso
de concurrir con otra línea, el importe máximo del préstamo
o crédito financiable por empresas sería de 1.500.000 euros.
Por otra parte, tenemos la Línea 2 de Refinanciación de Pasivos. Las condiciones son las mismas que las de la línea 1, con
un importe mínimo atendible de 25.000 euros y uno máximo
de 1.000.000 de euros, salvo en el caso de concurrencia con
otra línea, en que el importe máximo de préstamo o crédito
subsidiable por empresa sería también de 1.500.000 euros.
Por último, tenemos la Línea 3 de Ampliación de Capital,
cuyos beneficiarios son socios actuales o futuros de las pymes.
Con esta línea se consigue capitalizar la empresa, facilitando
a las pymes gallegas la posibilidad de incrementar sus fondos
propios. Las condiciones son las mismas que para las líneas
anteriores. Se establece un máximo de importe subvencionable cuando se alcance una relación de 55/45 entre fondos
propios y pasivo ajeno. El importe mínimo atendible será
de 3.000 euros por cada socio y el máximo subsidiable de
600.000. En caso de concurrencia con otra línea, el importe
máximo de préstamo o crédito subsidiable por empresa será
de 1.500.000 euros.
Suponemos que esta iniciativa va a tener buena acogida, ya
que está dirigida a empresas que son viables y que, debido a
la crisis, están teniendo algunos problemas de financiación.
Otras actuaciones del IGAPE son las líneas de avales que facilitan el acceso a la financiación por parte de las empresas y
la línea de reestructuración de empresas en crisis. Asimismo,
asociada al IGAPE, existe una sociedad de capital riesgo, XesGalicia, que a través de un fondo de capital/riesgo facilita
la refinanciación de empresas viables por dos vías: préstamos
participativos y participación en el capital de las empresas.
Estimo que desde la Administración se están ofreciendo a las
empresas gallegas unos instrumentos suficientes para acceder
a la financiación ajena.
Fernando Martínez: ¿Los bancos van a tener dinero para
prestar? A la empresa está claro que le interesan este tipo de
planes, pero la cuestión es si los bancos van a tener la liquidez
suficiente como para apoyar estas iniciativas.
Pedro Caldas: Bueno, es posible que las entidades financieras
tengan algunos problemas de liquidez en estos momentos,
pero si firman el Convenio de Líneas de Apoyo al Acceso y
Adecuación de la financiación de las pymes gallegas, es que
pueden asumirlo.
José Ángel Lorenzo: De todas formas, siempre echo de menos una mayor accesibilidad a la información de la Administración Pública. Creo que hay un problema enorme en este
país con las entidades públicas: hacéis cosas que muchas veces
el empresario no llega a conocer, y si las llega a conocer es
tarde, o a través de un tercero, o a través de alguien que cobra
por una gestión que podría hacer la empresa por sí misma directamente con la entidad pública. No tengo nada en contra
de los consultores, técnicos y demás, pero creo que en una situación como ésta quienes deben tomar la rienda de la situación son las administraciones públicas y las propias empresas.
Esta falta de información afecta sobre todo al tejido pyme,
que es el que verdaderamente sustenta este país. Esas empresas pequeñas tienen serias dificultades para que les llegue la
información, para enterarse de muchas ayudas que le podríais
prestar. Los intermediarios empresariales y las entidades públicas tienen que buscar soluciones de comunicación, porque
muchas veces es tan importante la comunicación como la solución. El empresario está ahogado, muchas veces no tiene
tiempo para levantarse por la mañana y gestionar, mantener
el negocio abierto. Yo demando a las entidades públicas que
se hagan jornadas con las entidades intermedias, que bajen
del despacho a la realidad empresarial y que se reúnan con
los colectivos, que establezcan unas líneas de comunicación
mucho más directas.
“La gente, el talento, la experiencia
y la capacidad son el único motor
verdadero para alcanzar soluciones y
superar las crisis.”
José Ángel Lorenzo
Pedro Caldas: Disiento de tu opinión en este caso. El IGAPE tiene un departamento de información especializada, un
equipo que está continuamente dando charlas por toda Galicia, que celebra reuniones periódicas, que contesta todas las
consultas, en fin, que está informando permanentemente al
empresariado. Y además contamos con toda la información
que se recoge en nuestra página web. El IGAPE está abierto a
cualquier iniciativa de comunicación con cualquier colectivo,
incluidas las entidades intermedias.
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José Ángel Lorenzo: En el momento actual, disponer de la
información en manos del decisor último, que es la empresa, es de importancia crítica: en quince días puede darse una
suspensión de pagos o cualquier otra situación. Es evidente
que en muchos casos el empresario no se preocupa y que la
participación de consultores muchas veces encarece el proceso, porque no es un servicio barato. Las administraciones
públicas hacen su trabajo, muchas veces, con productos estupendos, pero también en muchos casos tienen que mejorar la
comunicación de esos producto. En este momento de crisis,
el empresario está diseñado para ganar dinero y no va a dedicarse a otras cosas porque no tiene tiempo ni dinero para
dedicarse a buscar información…
Pedro Caldas: Es muy sencillo acceder a la información que
proporciona el IGAPE, y el empresario puede delegar esa
función en algún responsable de su empresa.
José Ángel Lorenzo: Quede dicho de entrada que el colectivo que yo represento no es posiblemente el más sensible a
esta cuestión. Hablo más bien del colectivo general de pymes
en sectores que las administraciones públicas entienden como
estratégicos, y que son o deben ser objeto de un cuidado especial de comunicación para que el empresario tenga esa información en tiempo y forma. Que evidentemente los medios
puestos hasta ahora son todos absolutamente transparentes,
pues claro; y que la Administración ha realizado un esfuerzo de mejora, sin duda también; pero ahora estamos en una
situación crítica y quiero demandar un plus de información
por parte de las administraciones públicas. Al igual que el
empresario también tiene que hacer un esfuerzo de comunicación mayor y convertirse en comunicador de su proyecto
empresarial, demostrar que es solvente, creíble, más allá de
una hoja de cálculo que aguante las proyecciones, las administraciones públicas también deben tomar conciencia de este
plus de información y de ayuda que necesitan las empresas.
Por supuesto, el primero que debe tomar conciencia es el empresario como demandante de información.
Juan Silva: Entiendo perfectamente lo que exponéis y creo
que es así, pero también creo que las organizaciones empresariales somos culpables. En hostelería somos 37.000 empresas
en Galicia, y en mi opinión la comunicación deberíamos canalizarla a través de nuestras organizaciones. Las organizaciones empresariales también debemos solicitar información al
IGAPE para luego trasladarla a los empresarios que no están
en disposición de estar a todas horas tras esa información.
Nosotros sí podemos organizarnos para trasladar la información a las pequeñas empresas que, de otra manera, les sería
muy difícil acceder a ella. Habría que compartir la responsabilidad entre organizaciones empresariales y empresas.
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Fernando Martínez: ¿Cómo creéis que está afectando la crisis
a las pymes? ¿Está afectándoles más que a las grandes empresas o todavía no?, ¿veis en una situación de mayor debilidad a
la pyme española que a la pyme europea?
Carmen Sanmartín Campos
Carmen Sanmartín: Las primeras que se han visto afectadas por la crisis son las grandes empresas relacionadas con la
construcción, las aseguradoras y la banca. Los efectos para las
empresas pequeñas se verán en los próximos meses, pues es
un proceso en cascada: se han incrementado los costes, los ingresos por ventas se están viendo reducidos y sumado a esto,
la financiación se ha vuelto más difícil y costosa.
“Las empresas que tienen visión a
largo plazo saben capear las crisis y
aprovecharlas para salir reforzadas
de cara al próximo perídodo de
crecimiento económico que, sin
duda, va a producirse.”
Carmen Sanmartín
José Ángel Lorenzo: Retomando lo que Pedro decía antes,
la falta de una buena gestión financiera en la estructura del
balance de las compañías, el tener demasiada financiación a
corto plazo para poder estructurar su crecimiento con pasivo
ajeno y no con fondo propio y un posible índice de morosidad alto para el año que viene nos da como resultado una situación de verdaderos problemas en gestión financiera. Creo
que la ley no ha tenido un efecto práctico, no ha surtido el
efecto evidente que todo el mundo esperaba de ella, y me-
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nos las grandes constructoras. Entiendo que esa estructura de
cobro lastra la gestión de los balances en los sectores, lo que
esconde un índice de morosidad diferida que ahora mismo
no me atrevería a cuantificar.
Carmen Sanmartín: Creo que lo va a sufrir cada empresa de
forma individual y que el alcance real solo se verá finalmente
en forma de estadística. No es difícil enterarse de los problemas en el caso de una empresa grande, como Martinsa Fadesa
en nuestro país o Lehman Brothers en EEUU, pero en el caso
de las pequeñas no es fácil saber qué está pasando de forma
aislada. Tendremos indicadores que nos van a dar un pulso
de la situación y de cómo esta evoluciona: las ventas al por
menor, los resultados de las empresas, las tasas de paro... No
quiero ser catastrofista, pero los índices todavía no reflejan lo
que pasa con las pequeñas empresas, algo que se comenzará a
ver a partir del año que viene.
José Ángel Lorenzo Ramírez
José Ángel Lorenzo: Es necesario que las empresas tomen
decisiones, teniendo en cuenta los instrumentos que nos ha
explicado Pedro, para prever y limitar el impacto de la situación que, inevitablemente, se va a producir. Porque cuando se
produzca no habrá un banco que te dé una garantía, no habrá
una Administración que pueda estar contigo ni tampoco será
creíble ningún proyecto económico o de negocio que vaya
para adelante en esa situación.
Fernando Martínez: Si os parece, hablemos de futuro para
terminar, hablemos de lo que va a pasar mañana, siempre
teniendo en cuenta que las cosas cambian muy rápido y que
ahora mismo cualquier cosa que se diga puede quedar obsoleta nada más salir de aquí.
Pedro Caldas: Teníamos una confianza excesiva, vivíamos
por encima de nuestras posibilidades y ahora es necesario realizar un ajuste en las empresas. Tendrá que producirse una
“limpieza” de aquellas que no son viables. Las que son viables
seguirán estando ahí e incluso saldrán fortalecidas. Van a sen-
tar las bases para mejorar en el futuro. No sé lo que durará
la crisis, pero considero fundamental recuperar la confianza.
Si la crisis no hubiera coincidido con los problemas de liquidez de la banca, el problema hubiera sido distinto. En el
IGAPE estamos comprobando que a las empresas les cuesta
muchísimo obtener financiación, aspecto que se está intentando paliar desde la Administración con una serie de ayudas
e instrumentos hasta que se supere la situación de crisis, que
espero y deseo que sea pronto.
“La labor de la Administración
en estos momentos de crisis es
facilitar el acceso a la financiación,
que constituye una de las barreras
principales con las que se encuentran
las pequeñas y medianas empresas.”
Pedro Caldas
Juan Silva: Coincidiendo en buena parte con lo que acaba de
exponer Pedro, yo soy optimista, pienso que la crisis está ahí,
que se va a prolongar, pero soy optimista porque las empresas,
y en este caso también las que yo represento, necesitamos que
de cuando en cuando nos den un toque y nos digan: “Oye, o
te mueves y te levantas o te vas a quedar ahí, fuera de juego”.
Va a haber motivos por los que nos tendremos que mover y
organizarnos para velar por nuestros intereses. Nos tendremos que poner las pilas y, probablemente, hablar menos de la
crisis y actuar más en ella, para que sea menos profunda.
“A lo mejor hay que hablar menos de
la crisis y actuar más en ella, para
que sea menos profunda.”
Juan Silva
Os puedo dar un ejemplo muy simple: hace no tanto tiempo
que se empezó con las nuevas tecnologías y en nuestro sector, sobre todo en el alojamiento, empezaron las reservas a
través de Internet. Las comisiones empezaron a bajar y nues-
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tros productos se hicieron más baratos porque las comisiones
que pagábamos a los intermediarios disminuyeron considerablemente. A medida que ha ido avanzando la implantación
de las nuevas tecnologías, los operadores e intermediarios
comenzaron a pedir comisiones por encima de aquellas que
se pagaban antes. Como hay crisis, todo el mundo quiere
ocupar al máximo, y se corre el peligro de ver incrementadas esas comisiones. Es decir, también en las crisis, y es algo
legítimo, hay empresas que intentan sacar beneficios. Ahí es
donde tenemos que estar preparados para defender a nuestras
empresas. Y, ojo, también hay que tener en cuenta que va a
haber empresas que no aguantarán, que se van a quedar en el
camino, porque las dificultades están ahí.
José Ángel Lorenzo: Si digo que no soy optimista estaría en
el lugar políticamente incorrecto, pero yo lo soy porque a la
clase empresarial con la que me trato la veo con ganas de lidiar con este toro y con confianza en el futuro. Hay empresas
que están invirtiendo, y ese es el mejor índice de confianza
posible, empresas que están en disposición de superar cualquier coyuntura. En toda crisis hay riesgos y oportunidades.
Estamos viviendo el momento de todos los riesgos juntos, y
de todas las amenazas juntas, y lógicamente tienen que aparecer las oportunidades. En nuestro caso, nuestra clase empresarial se está moviendo, está tratando de reestructurarse y de
hacer ajustes internos, recortar sus gastos, dimensionarse para
pelear. Habrá gente que quedará en el camino, pero yo creo
que la inmensa mayoría de los que están ahora operando en
el mercado dentro de nuestro sector seguramente lo harán en
mejores condiciones y con mayor capacidad de reinventarse.
A partir de ahí, a nivel sectorial estamos haciendo movimientos para apoyar estos procesos, estamos intentando mejorar la
presencia en otros mercados y colaborando en las mejoras de
las políticas laborales y de los costes sectoriales.
Mi conclusión es que es un momento muy complejo, demasiados factores superponiéndose unos encima de otros, que
cambian muy rápido y pueden darle la vuelta a todo. No confiaría mucho en los factores, pero sí en la gente, el talento, la
experiencia y la capacidad, que son los motores verdaderos
para alcanzar soluciones. Todo lo demás son medidas técnicas
y, al menos en nuestro sector, tenemos gente con experiencia,
con conocimiento y gente joven, empresarios de cuarenta o
cincuenta años que se juegan más que un puesto de trabajo,
se juegan su futuro. Aunque solo sea por eso, creo que hay
que ser muy optimistas.
nómicos están siempre ahí. Serán más o menos profundos,
pero siempre están ahí, y aunque hace poco oíamos que no,
que ya no iba a haber ciclos económicos, es evidente que son
inherentes al sistema capitalista. Ahora estamos en un ciclo
económico, si no de recesión, sí de fuerte desaceleración o
freno. De todas formas, no hay que olvidar que una empresa es algo que se constituye para sobrevivir a largo plazo. Es
cierto que en las épocas de vacas gordas surgen empresas que
aprovechan ese momento, esos beneficios, esas rentas fáciles,
pero el empresario de verdad sabe que su empresa es a largo
plazo y sabe que vienen épocas de vacas gordas y otras de vacas flacas. El momento económico complicado que estamos
viviendo, en mi opinión se veía venir. No me refiero tanto a la
crisis del sistema financiero, sino a que aspectos como el endeudamiento de las familias y el incremento de los costes y de
los precios de los bienes y servicios hacían difícil mantener el
modelo de crecimiento de los últimos años. Las empresas más
profesionales o se están preparando o ya estaban preparadas y
van a aprovechar la ocasión para sanearse y salir fortalecidas.
Aquellas empresas que no se hayan preparado, que no hayan
planificado, intentarán sobrevivir, en el mejor de los casos.
Estamos en un proceso que los economistas llaman estanflación, estancamiento con unas tasas de inflación elevadas, lo
que quiere decir que no vendes porque la demanda está estancada y por encima tus costes se elevan porque los precios, de
las materias primas y la energía, aumentan. Sin embargo, las
empresas que tienen visión a largo plazo saben capear las crisis y aprovecharlas para salir reforzadas de cara al próximo período de crecimiento económico, que es evidente que tarde o
temprano llegará. Tardará más o menos meses, porque ahora
las crisis son más profundas y los crecimientos más intensos,
pero llegará. Entretanto, la búsqueda de ventajas competitivas por parte de las empresas se vuelve esencial.
Fernando Martínez: Muchas gracias a todos por el tiempo
que nos habéis dedicado.
Carmen Sanmartín: Yo opino lo mismo. Ya lo he dicho antes, creo que hay que ser optimistas, aunque es cierto que
viene una época de ajuste. Visto desde el punto de vista de
un economista, las crisis son innatas al sistema, los ciclos eco41
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