¿CÓMO CONSTRUIMOS LA REALIDAD SOCIAL?* John Searle Es posible que haya una clase de hechos reales que sólo sean hechos porque nosotros creamos que son hechos. Y esto se aplica a un gran número de fenómenos sociales. Algo es dinero únicamente porque creemos que es dinero. Y esto que ocurre con el dinero vale también para el gobierno, la propiedad, el matrimonio, los abogados, los líderes y los partidos políticos, y para muchos otros fenómenos sociales. Y necesitamos ser aquí muy simples y directos. Tenemos que preguntar, dado que tengo estos extraños trozos de papel en mi cartera, ¿qué hecho acerca de ellos les hace ser dinero? Despues de todo, es sólo un trozo de papel con algunas curiosas marcas. ¡Pero funciona! Esto es, cuando voy a una tienda no digo, «Bueno, puede que usted acepte esto como dinero, pero no pensamos realmente que lo sea». Y la cuestión es, ¿cómo es esto posible? Y debemos iniciar en este punto nuestro pensamiento de manera muy simple y directa. La pregunta simple y directa es, ¿cómo puede haber aquí una clase de hechos que sean hechos objetivos? No se trata únicamente de mi opinión de que sea dinero, pero en cierto sentido esto es sólo un hecho gracias al acuerdo humano. Es sólo porque acordamos, o convenimos, o reconocemos, o aceptamos que es dinero, o un gobierno, o una propiedad, o un líder, o una universidad, es sólo porque aceptamos todas estas cosas, que ellas son las cosas que son. Existe un conjunto muy especial de problemas a los que quiero ser capaz de responder. Empezaré señalando cuatro. Podemos indicar muchos más, pero hay al menos cuatro problemas sobre la onlología de la realidad social que me gustaría ser capaz de responder. Un problema ya está implícito en lo que he dicho. Es el problema de la auto-referencialidad. Se trata de lo siguiente. Es dinero porque creemos que es dinero, es un líder porque creemos que es un líder, es un matrimonio porque creemos que es un matrimonio, etc. Pero, entonces, surge una pregunta. ¿Cuál es el contenido de la creencia? Si sólo es dinero porque creemos que es dinero, entonces los filósofos quedarán muy preocupados porque tendremos aquí una circularidad o un regreso infinito. Si es parte de la definición de dinero que se crea que es dinero, entonces la creencia de que es dinero es la creencia que está satisfaciendo la definición. Por consiguiente, es la creencia de que es creido ser dinero. Y, ¿cuál es esa creencia? Es la creencia de que es creido que es creido ser dinero, etc. Y así hasta el infinito. Esto * Este es el texto de una conferencia impartida por John Searle en Junio de 1997 en laUniversidad de La Laguna. Agradecemos al autor el permitirnos su traducción y publicación en nuestra revista. Laguna, Revista de Filosofía, nº 5 (1998), pp. 107-116 06.pmd 107 25/02/2013, 7:21 108 JOHN SEARLE preocupa a los filósofos. Y no es nada bueno. Es un desastre porque no se puede dar entonces una buena definición de dinero. Se tiene circularidad o un regreso infinito. El segundo problema especial es el papel del lenguaje. El lenguaje juega su papel peculiar en la realidad institucional y social en el siguiente sentido. Normalmente, pensamos en el lenguaje como describiendo hechos independientes. Decimos, por ejemplo, que la Tierra está a 93 millones de millas del Sol (150.000 Km., aproximadamente). Ahí está el hecho de la distancia de la Tierra al Sol, y nosotros lo describimos mediante el lenguaje. Sin embargo, cuando se trata de la realidad institucional, el lenguaje parece ser parcialemente constitutivo del hecho. Si decimos que Barcelona gana al Milán por 2 tantos a 1, ¿qué es aquí ser un tanto? ¿Son los tantos algo eléctrico en el tablero de puntuaciones? ¿Son algo en la mente del locutor? Parece como si el lenguaje estuviera aquí involucrado en la realidad misma. De esta forma, el papel del lenguaje no consiste sólo en describir los hechos institucionales, sino que es parcialmente constitutivo de tales hechos. Ahora, un tercer problema relacionado con éste es el del papel de los realizativos. Respecto a muchos hechos institucionales, aunque no respecto a todos, se puede crear el hecho diciendo que se está creando. Así, se puede suspender una reunión diciendo que la reunión está suspendida. Se puede hacer a una pareja marido y mujer diciendo, «yo os proclamo marido y mujer». Se puede declarar la guerra diciendo, «se declara la guerra». Se puede despedir a alguien, dimitir, nombrar a alguien para un cargo, etc., diciendo «te despido», «dimito», «te nombro». Se puede hacer todo esto pero no cualquier cosa. No se puede marcar un gol en el futbol diciendo, «marco un gol». Esto no funciona. Pero, ¿por qué funciona con algunas cosas y no con otras? El último problema es el del papel de la causación. ¿Cómo es posible que estos hechos institucionales y sociales puedan funcionar causalmente? Si sólo existen gracias a esas peculiares propiedades lógicas, como la auto-referencialidad y el papel del lenguaje, y sólo gracias a que nosotros creemos que existen, ¿cómo es que son tan importantes causalmente? Este es el conjunto de problemas que espero tratar. Y quiero recordarles que son realmente importantes a la hora de orientar nuestras vidas. La auto-referencialidad, por ejemplo, es importante para la identidad de los fenómenos sociales. Supongamos que organizamos una gran fiesta, y que invitamos a todo el mundo en Tenerife. Supongamos que es una fiesta asombrosa, la fiesta más grande de toda la historia. Pero supongamos que las cosas se nos escapan de las manos, y que acaba muriendo mucha gente. Resulta peor que la batalla de Waterloo. ¡Daría lo mismo! No es una guerra. ¿Por qué? Porque no pensamos que lo sea. Pensamos que es una fiesta. Para ser una guerra, tenemos que pensar que es una guerra. Quiero, pues, insistir en que no se trata de fenómenos puramente teóricos. Suponen diferencias en la manera de orientar nuestra vida social. Tenemos ya el conjunto de problemas. Ahora lo que necesito es desarrollar las herramientas necesarias para su solución. Y necesito para este propósito tres herramientas. La primera es lo que yo llamo «intencionalidad colectiva». Si ojean libros sobre intencionalidad, de los cuales yo mismo he escrito uno, o si ojean artículos sobre 06.pmd 108 25/02/2013, 7:21 ¿CÓMO CONSTRUIMOS LA REALIDAD SOCIAL? 109 intencionalidad, encontrarán mayoritariamente la primera persona del singular, «yo creo», «yo quiero», «yo tengo la intención de», etc. Pero, de hecho, una de las más importantes formas de la intencionalidad, o muchas de las más importantes formas, son colectivas. Son las formas, «nosotros queremos», «nosotros creemos», «nosotros tenemos la intención de». Y voy a argumentar que la intencionalidad colectiva es el fundamento de la realidad social. En nuestra cultura, hay sin embargo un grave problema en torno a la intencionalidad colectiva, en torno al hecho de que podamos comportarnos de una manera cooperativa. Y el problema es éste: si toda mi vida mental, incluyendo toda mi intencionalidad, está en mi cabeza, y toda tu vida mental, incluyendo toda tu intencionalidad, está en tu cabeza, ¿dónde queda entonces lo colectivo? ¿Dónde está la intencionalidad colectiva? Parece como si «nosotros tenemos la intención de» tuviera que ser reducible a «yo tengo la intención de». De otra forma, tendríamos que postular algún «Geist» alemán sumamente extraño. Algún «Welt-Geist» flotando sobre nosotros, dejando un aroma hegeliano sobre nuestras cabezas. Y esto, como diríamos en la tradición filosófica inglesa, sería violar el principio del individualismo metodológico. El principio del individualismo metodológico dice que todo lo que esté en la sociedad debe estar en la mente de los individuos, ya que no hay más ontología para la sociedad que la ontología de los individuos. Si se viola este principio, como dije, se tendrán graves problemas. Porque entonces se estará con Hegel, con el «WeltGeist» y con todo tipo de doctrinas filosóficas confusas, la mayoría de las cuales han sido escritas por alemanes cuyos nombres comienzan por «H». Les ahorraré la lista completa. Pero, ¿cómo resolver este problema? ¿Cómo resolver el problema de hacer que la existencia de la intencionalidad colectiva sea consistente con el individualismo metodológico? La manera habitual de proceder en la filosofía contemporánea es diciendo que «nosotros tenemos la intención de» es reducible a «yo tengo la intención de» más «yo creo que tú tienes la intención de», y a «tú tienes la intención de» más «tú crees que yo tengo la intención de», y que realmente se ha de tener lo que se llama «creencia mutua». Pero esto sugiere cosas como «yo creo que tú crees que yo tengo la intención de» pero «yo creo que tú crees que yo creo que tú crees que yo tengo la intención de», sucediéndose esto con una infinita potencialidad. Esta concepción, la concepción de que hay estos tipos de creencias, es llamada «la teoría de la creencia mutua». La idea es que si tenemos «nosotros tenemos la intención de», esto debe ser reducible a «yo tengo la intención de» en cada una de nuestras mentes más, en mi caso, «yo creo que tú crees que yo creo que túcrees ...», etc., y, en su caso, más «yo creo que tú crees ..», etc. Esta doctrina siempre me ha parecido muy poco plausible. Pero si nos preguntamos por qué se ha llegado a adoptar una concepción tan peculiar, la respuesta es precisamente porque no se ve cómo la existencia de intencionalidad colectiva puede ser consistente con el individualismo metodológico. Puestos así a reducir todas las formas de intencionalidad colectiva, o intencionalidad del «nosotros», a la intencionalidad del «yo», la creencia mutua se convierte en un artificio técnico introducido para facilitar la reducción. 06.pmd 109 25/02/2013, 7:21 110 JOHN SEARLE Quiero proponer una solución muy simple a este problema. Tenemos que reonocer que el individualismo metodológico no requiere que toda la intencionalidad sea de la forma de la primera persona del singular. Hay una solución muy sencilla acerca de cómo podemos tener intencionalidad colectiva en nuestras mentes individuales. Se trata simplemente de que en mi cabeza yo tenga «nosotros tenemos la intención de» y de que en vuestra cabeza tengáis «nosotros tenemos la intención de». Y, de hecho, esto es algo biológicamente dado. Un gran número de especies animales son simplemente capaces de conducta colectiva. Es un valor evolutivo obvio para la supervivencia. Y no necesitamos postular ninguna sofisticada forma iterativa de creencia mutua. Tenemos sólo que reconocer que en las cabezas de los individuos existe intencionalidad de la forma «nosotros tenemos la intención de», «nosotros creemos», «nosotros deseamos», «nosotros esperamos», etc. Ahora bien, si decimos esto, tenemos que violar un principio que nuestra tradición cartesiana hace difícil rechazar. Pues podemos estar equivocados no sólo acerca del contenido de nuestras intenciones sino también acerca de la forma de la intención. Supongamos que usted y yo estamos intentando empujar un coche para conseguir que arranque. Yo estoy empujando como parte de nuestro empujar, usted está empujando como parte de nuestro empujar. Pero, supongamos que más tarde yo descubro que usted no estaba empujando en absoluto. ¡Estaba haciendo yo todo el trabajo! Usted estaba simplemente dejándose llevar. Me parece que en este caso yo no sólo descubro que estaba equivocado sobre lo que estaba ocurriendo, sino que también estaba equivocado sobre lo que estaba haciendo. Pensaba que estaba empujando como parte de nuestro empujar, pero usted no estaba empujando y yo estaba haciendo todo el trabajo. Los casos pasan a ser más interesantes cuando tenemos conductas cooperativas con diferente intencionalidad. Así, si estamos participando en una orquesta sinfónica, y yo estoy tocando el violín mientras que usted está cantando la parte de la soprano, si estamos en una gran orquesta, cuando usted cante la parte de la soprano y yo toque la parte del violín, tendremos diferentes contenidos intencionales pero estaremos haciendo lo que estamos haciendo sólo como parte de nuestro participar en esa conducta cooperativa. Esta es, pues, la primera herramienta que necesito. Necesito el artilugio de la intencionalidad colectiva. A la segunda herramienta analítica que necesito la llamaré «la asignación de funciones». Es un hecho notable que los humanos y algunos otros animales tengan la habilidad de asignar funciones a los objetos naturales. A veces, incluso producimos el objeto con la idea de que realice ciertas funciones. He traido en el bolsillo varios objetos con características físicas triviales. Pero capaces de realizar ciertas funciones, y realizan estas funciones en virtud de sus estructuras físicas. Esto, por ejemplo, tiene ciertas propiedades físicas, tiene una composición química y una masa, y estos hechos son intrínsecos a su estructura física. Pero tiene otra propiedad que es relativa a nosotros. Se trata de la propiedad de que lo hayamos diseñado y usado como un cuchillo. El hecho de que sea un cuchillo es relativo a nuestra asignación de una función. El hecho de que tenga cierta masa no es relativo a nosotros. Es lo que yo he llamado un hecho «intrínseco o independiente del observador». 06.pmd 110 25/02/2013, 7:21 ¿CÓMO CONSTRUIMOS LA REALIDAD SOCIAL? 111 Quiero ahora introducir una distinción metafísica básica entre aquellos rasgos de la realidad que son independientes del observador y aquellos rasgos de la realidad que son relativos a un observador. Lo que vamos a descubrir es que la realidad social es en gran parte, en su mayorparte, relativa a un observador. Permítanme explicar la distinción. Muchos rasgos del mundo existen con completa independencia de cualquier observador: la fuerza, la masa, la atracción gravitatoria, la fotosíntesis, etc. Todos estos rasgos existen independientemente de cualquier observador. Sin embargo, ser un cuchillo, o ser una silla, o ser dinero, etc., sólamente existen en relación a unos diseñadores, observadores y usuarios. Son hechos relativos a un observador. Esta es una distinción metafísica básica. Y mucho más importante que las distinciones entre mente y cuerpo, o entre naturaleza y cultura, porque subyace a ellas. Ahora, quiero proponer una tesis fuerte: todas las funciones son relativas a un observador. La función de ser un cuchillo, o de ser dinero, o de ser una silla, o de ser una mesa, o un coche, o un ordenador, etc., todas ellas son funciones que tienen ciertos objetos en relación a la asignación de una función por un observador, o usuario, o conjunto de observadores y usuarios. La asignación de funciones siempre es hecha por usuarios, observadores, y en consecuencia las funciones son siempre relativas a un observador. Somos ciegos a esto por el hecho de que en biología a menudo descubrimos funciones. Descubrimos que la función del corazón es bombear la sangre. Descubrimos la función del reflejo vestibular en el ojo, que es estabilizar la imagen de la retina. Pero, lo que olvidamos cuando pensamos que estas funciones son intrínsecas a la naturaleza es que sólo podemos descubrir la función del corazón, o la función del ojo, en relación a una teleología presupuesta. Tenemos que asumir que la vida y la supervivencia son valiosas, y entonces podemos descubrir cuál es la función del corazón. Si pensáramos que la única cosa valiosa fuera glorificar a Dios haciendo un ruido repetitivo, entonces la función del corazón sería hacer un ruido repetitivo. ¡Pero no pensamos eso! Si pensáramos que la única cosa valiosa fuera la muerte y la extinción, entonces el corazón sería disfuncional y el cáncer sería funcional. ¡Pero no pensamos eso! Damos por supuesto que la vida y la supervivencia son valiosas, y dentro de esta teleología presupuesta podemos descubrir funciones. Pero esto no contradice el hecho de que las funciones sean relativas a un observador. Piensen en las diferencias que hay entre decir, como un asunto de causación, «El corazón causa el bombeo de la sangre» y decir «La función del corazón es bombear la sangre». Una vez que se introducen las funciones, se introduce la normatividad. Podemos hablar ahora sobre corazones que funcionan bien, corazones que funcionan mal, enfermedades del corazón, corazones mejores que otros, etc. Dense cuenta de que no hablamos sobre piedras que funcionen bien porque las piedras no tienen una función a menos que les asignemos una. Esto es, las piedras pueden ser usadas como pisapapeles, o como objetos «d’art trouvé», o como projectiles. A partir de esto, las piedras podrán ser valoradas normativamente al tener asignada una función. Voy a introducir ahora mi tercera y última herramienta, la noción de regla constitutiva. Para explicar esta noción, tengo que decir algo sobre mi trabajo realizado hace años en el campo de los actos de habla. Al examinar el lenguaje en particular y la 06.pmd 111 25/02/2013, 7:21 112 JOHN SEARLE sociedad en general, me pareció que necesitábamos hacer una distinción entre hechos como el hecho de que la Tierra esté a 93 millones de millas del Sol, tal hecho no requiere ninguna institución humana, y hechos tales como que soy un ciudadano de los Estados Unidos. Y dije que necesitábamos esta distinción entre hechos brutos, hechos que no necesitan ninguna institución humana, y hechos institucionales que requieren una institución. Pero, ¿qué es una institución? Para esta explicación necesitamos otra distinción entre aquellas reglas que regulan una forma de conducta preexistente y aquellas que constituyen nuevas formas de conducta, formas de conducta que no podrían existir sin las reglas. Las etiquetas que puse a los términos de esta distinción son las de «reglas regulativas» y «reglas constitutivas». La regla que dice, «conduce por el lado derecho de la carretera», en España, no crea la posibilidad de conducir. Regula la conducción. Es una regla regulativa. Pero las reglas del ajedrez no regulan sólamente el juego del ajedrez. Constituyen el jugar al ajedrez. Las reglas para conducir regulan la conducta en relación a la seguridad. Pero es muy diferente con las reglas del ajedrez. No fue el caso que mucha gente estuviera moviendo trozos de madera en un tablero yfinalmente alguien dijera, «¡Necesitamos unas reglas!». Así no es como ocurrió. Lo que ocurrió fue que desarrollamos un sistema de reglas que constituyeron el juego del ajedrez. Ahora, quiero proponer otra tesis fuerte. Todas estas reglas tienen esta forma: X cuenta como Y, o X cuenta como Y en el contexto C. Tal y tal cosa cuenta como un movimiento correcto, tal y tal posición cuenta como un jaque mate, un jaque mate cuenta como ganar la partida, tal y tal cosa cuenta como dinero en todas las autonomías del Estado Español, tal y tal cosa cuenta como marcar un gol en el futbol, etc. Todos estos son casos de X cuenta como Y en C. Estas son el conjunto de herramientas que necesito. Y a continuación voy a desarrollar una ontología de la realidad social e institucional. A fin de explicar el paso de la realidad social a la realidad institucional, quiero imaginar cierta historia. Pero, primero, definamos arbitrariamente cualquier hecho involucrando la intencionalidad colectiva como un hecho social. De esta forma, los animales tendrán hechos sociales. Y una banda de hienas cazando un león será un hecho tan social como la corte suprema de los Estados Unidos tomando una decisión. Todos estos hechos involucrarían intencionalidad colectiva y serían hechos sociales. Ahora, imaginemos un grupo de seres, más o menos como nosotros mismos, que aún no dispongan de estructuras institucionales elaboradas. Imaginemos que viven repartidos en una región montañosa. E imaginemos que son capaces de asignar funciones de una forma colectiva. No es difícil imaginar esto porque pensamos que si un individuo puede usar un madero para sentarse, entonces una serie de individuos puede usar un gran madero como banco para sentarse todos ellos. De esta forma, nos movemos de la intencionalidad colectiva a la asignación de una función. Ahora, supongamos que este grupo de gente construye un muro alrededor de todas sus viviendas. Y que el muro es un caso de asignación colectiva de una función porque el muro funciona, en virtud de su estructura física, para mantener a los miembros de la comunidad 06.pmd 112 25/02/2013, 7:21 ¿CÓMO CONSTRUIMOS LA REALIDAD SOCIAL? 113 dentro y a los intrusos fuera. Hasta aquí, tenemos intencionalidad colectiva que asigna una función a un objeto. El objeto funciona ahora como una barrera. Pero, supongamos que el muro se desmorona gradualmente hasta que todo lo que queda es una línea de piedras. La línea de piedras no es ya capaz de mantener a la gente fuera en virtud de su estructura física. Sin embargo, supongamos que los miembros de la comunidad continúan reconociendo, aceptando, o simplemente tratando la línea de piedras como una frontera. Esto es, reconocen que usted no debería traspasar la línea de piedras. Ahora tenemos un peculiar cambio de matiz. La línea de piedras realiza la misma función que el muro. Pero no lo hace ya en virtud de su estructura física. Lo hace sólo en virtud del reconocimiento colectivo de la línea de piedras como teniendo un cierto estatus, el estatus de una frontera. Y con este estatus, tiene cierta función. Pero, hemos de tener en cuenta que esta función sólo puede existir en la medida en que hay un reconocimiento colectivo. El muro original funciona en virtud de su estructura física, pero esta nueva entidad, esta línea de piedras, funciona en virtud de la aceptación o reconocimiento colectivo. Quiero introducir un término especial. Quiero llamar a esas funciones «funciones de estatus». Las funciones de estatus consisten en la habilidad de una cierta clase de entidades para realizar una función que no pueden realizar únicamente en virtud de sus estructuras físicas, sino sólo en virtud de la asignación colectiva de un cierto estatus. Con esta función de estatus, una función puede ser realizada sólo en virtud de tal asignación, reconocimiento o aceptación colectiva. Ahora, quiero proponer una tesis muy fuerte. La parábola sobre la línea de piedras y el muro parece ser inocente, pero creo que es la piedra que da fundamento a toda realidad institucional. Toda realidad institucional tiene ese tipo de estructura, tiene la estructura de las funciones de estatus. Y voy a ilustrar esto con el caso del dinero. Veámoslo históricamente. Pensemos en el desarrollo del papel moneda en Europa. Originariamente, teníamos oro y plata que funcionaban como moneda. Los libros de texto dicen que hay tres clases de moneda: está la monedamercancía, la moneda contrato y la moneda por fíat. La moneda mercancía es la moneda que es considerada una mercancía valiosa, y que funciona en virtud de su constitución física como moneda. El oro y la plata son, en efecto, formas de moneda mercancía. La moneda contrato se da cuando tenemos un trozo de papel que dice que se pagará cierto valor. Se trata de un contrato por el que se paga en cierta mercancía valiosa. Y la moneda por fíat es simplemente moneda porque alguien dice por fíat que es moneda, alguna autoridad sencillamente declara que es moneda. Ahora, ilustremos el desarrollo de la moneda en Europa. Primero teníamos oro y plata, y esto es moneda mercancía. El valor de la moneda es igual a la suma de oro y plata, oro o plata, que hay en ella. Pero es muy molesto llevar encima oro y plata. No es demasiado seguro. Así que usted se lo da a alguien que se llama un banquero, y él le da algunos trozos de papel que dicen «pagaremos su valor en oro y plata». Así, en lugar de llevar encima oro y plata, usted lleva un contrato. Hemos pasado de la moneda mercancía a la moneda contrato. Ahora, tenemos un contrato que promete pagarle en oro y plata. Y algún genio descubre que se puede incrementar el dinero disponible simplemente poniendo en circula- 06.pmd 113 25/02/2013, 7:21 114 JOHN SEARLE ción más trozos de papel que los correspondientes al oro y plata que se tiene realmente en el banco. Y mientras no ocurra que todo el mundo vaya al banco a la vez, funciona bien. Los trozos de papel son, como se dice en inglés, tan buenos como el oro. Y más tarde, mucho después, algún genio descubre que nos podemos olvidar completamente del oro y tener simplemente los trozos de papel. Ahora, tengamos en cuenta lo que ha ocurrido. Hemos pasado de las monedas que tenían una función asignada en virtud de su estructura física al papel moneda. Voy a concluir mostrando cómo el análisis que les he ofrecido puede resolver las cuatro cuestiones que dije que tenía que responder: la auto-referencialidad, el papel del lenguaje, los realizativos y la causación. Pienso que la auto-referencialidad no supone un problema serio. La razón es la siguiente: hay dinero sólo si pensamos que es dinero, es un abogado sólo si pensamos que es un abogado, es un médico sólo si pensamos que es un médico, esto es una universidad sólo si pensamos que es una una universidad, y estoy hablando un lenguaje sólo si pensamos que es un lenguaje. Así pues, las palabras no funcionan esencialmente es su propia definición. En el caso del dinero, en tanto se piense que es un medio de intercambio, un valor, que puede ser usado para pagar su muerte, que usted puede recibirlo en pago de un servicio, etc., entonces es dinero. No se necesita tener la palabra «dinero» en la definición de dinero, y lo mismo ocurre con los otros términos. La palabra funciona para guardar el sitio, guarda el sitio a una serie de funciones, pero no desempeña ningún papel esencial en su propia definición. De esta forma, la auto-referencialidad puede ser muy fácilmente encarada. El problema del papel del lenguaje es más difícil de tratar y no podré ofrecerles un análisis completo. Pero déjenme decir sólo lo siguiente. Por lo que concierne a la realidad institucional, el lenguaje hace más que describirla. La constituye. ¿Por qué? Porque cuando X cuenta como Y, no hay nada en el fenómeno Y que no esté ya contenido en el fenómeno X. Se trata sólo de nuestra habilidad para pensar que el término X tiene el estatus de Y, que tiene la función de estatus correspondiente a Y. Pero, para pensar que el término X tiene la función de estatus de Y, debemos disponer de algún medio para representar este hecho. Es decir, debe haber algún vehículo para el pensamiento. Al igual que yo, mi perro puede percibir propiedades físicas. Tiene muy buena visión, no tiene problemas para detectar colores y diferencias, puede oler más cosas de las que yo puedo oler. Sin embargo, él no puede ver dinero, no puede ver un billete americano de veinte dólares. Y no es por ningún fallo en su vista. Es porque no tiene los medios lingüísticos para representarse ese hecho. Ese hecho requiere representación. Se podría replicar, «¿por qué no podría ser la propia forma externa el medio de representar ese hecho?». Y, por supuesto, éste es el caso en las sociedades culturalmente poco desarrolladas, donde se distingue el valor de las monedas por su forma, por las marcas que hay en ellas o por el tipo de borde. Tenemos aquí un caso donde no hay otro medio para representar el movimiento de X a Y. Pero, entonces, yo diría,que la forma externa está funcionando simbólicamente. ¿Porqué? Porque este movimiento ya es un movimiento simbólico. Lo externo tiene que situarse en el lugar de, o representar a, la función de estatus Y. 06.pmd 114 25/02/2013, 7:21 ¿CÓMO CONSTRUIMOS LA REALIDAD SOCIAL? 115 Por consiguiente, hay dos niveles en los que se puede dar una respuesta al papel del lenguaje. Desde uno de ellos, el hecho sólo existe porque lo pensamos así. No es como cuando mi perro tiene pulgas. Aquí está mi perro, aquí están las pulgas. Este hecho no necesita ser pensado. Pero, esto es dinero, aquí sí se requiere que tengamos algún medio de representar el hecho de que este objeto tenga esta función de estatus. Y en el caso límite, si no se dispone de un lenguaje que conste de palabras sino que simplemente se aprende a reconocer al propio objeto como teniendo una función de estatus, se está ya tratando simbólicamente al objeto. En las sociedades poco desarrolladas culturalmente suele jugarse al futbol. Pero en lugar de apuntar los tantos en un tablero, se emplean piedras blancas. Cada vez que usted marca un gol, pone una piedra blanca en su lado del campo. Y cada vez que el contrario marca un gol, pone una piedra blanca en su lado del campo. Ahora las piedras cuentan como tantos. Pero, hemos de tener en cuenta que las piedras funcionan ahora como símbolos. Están funcionando lingüísticamente. Así pues, el elemento lingüístico en la realidad institucional es constitutivo tanto porque este movimiento requiere pensamiento como, y en un sentido más profundo, porque él mismo ya es un movimiento simbolizador. ¿Qué decir sobre los realizativos? El papel de los realizativos se explica fácilmente. Siempre que el propio término X sea un acto de habla, siempre que realizar ese acto de habla cuente como crear un hecho institucional, se puede crear el hecho con el acto de habla. Se suspende una reunión diciendo, «la reunión se suspende», se hace a una pareja marido y mujer diciendo, «sois marido y mujer», se declara la guerra diciendo, «se declara la guerra». De hecho, ni siquiera se necesita un verbo realizativo. En este trozo de papel que tengo aquí, y que es un billete de veinte dólares americanos, dice «Este billete es de curso legal y válido para todo tipo de negocios públicos y privados». Bueno, supongamos que ahora me entran reparos epistemológicos: ¿cómo saben ellos que este billete es de curso legal? Quiero preguntar al Tesoro cuál es la evidencia. ¿Cómo saben ellos que este billete es de curso legal? La respuesta es, naturalmente, que no se trata de una hipótesis empírica. Ellos hacen que sea un billete de curso legal declarándolo de curso legal. Por último, está el papel de la causación. Bien, la razón por la cual estas estructuras pueden funcionar causalmente es justamente porque son diseñadas para interactuar causalmente con el resto de nuestras vidas. Les daré un ejemplo obvio. Acabo de venir de Francia, y allí había una mujer situada detrás de un objeto de madera. Yo hacía ruidos con mi boca, y ella hacía ruidos con su boca, y entonces escribieron este trozo de papel, y siguieron haciéndo en él más marcas. Pero, como resultado de todo esto, pude coger un avión y venir a Tenerife. Es decir, la finalidad de todo eso, comprar un billete de avión, darles mi tarjeta de crédito y firmar todos esos papeles, fue precisamente coger el avión. La función del hecho institucional fue producir una autorización para esto. Así, la causación de la realidad institucional es justamente un resultado del hecho de que está diseñada para interactuar con el resto de nuestras vidas de formas muy variadas. Usted vive en la casa que vive porque tiene el derecho de hacerlo, ya la tenga alquilada o sea el propietario. Usted conduce el coche que conduce porque está auto- 06.pmd 115 25/02/2013, 7:21 116 JOHN SEARLE rizado a hacerlo, etc. La estructura de los hechos brutos en nuestras sociedades se construye en torno al contenido organizativo de los hechos institucionales. Dije al principio que pensaba que debíamos tener una filosofía de la sociedad de la misma manera en la que tenemos una filosofía de la mente o una filosofía del lenguaje. Esta conferencia es sólo una parte muy pequeña del comienzo de ese tema. (Traducción: Manuel Liz) 06.pmd 116 25/02/2013, 7:21
© Copyright 2024