¿Cómo integrar mi matrimonio desde el principio a la Facultad de Derecho? La mayor parte de los profesionales que deciden iniciar estudios en Derecho, forman parte de un núcleo familiar en donde su función es como esposa/o y/o madre o padre de uno o más hijas/os. Esto te debe recordar aquel día que decidiste unir tu vida a esa otra persona bajo unos acuerdos sellados con palabras declaradas bajo juramento “en lo bueno, en lo malo, en la riqueza, en la pobreza, en la salud, la enfermedad…, hasta que la muerte nos separe”; y luego para validar aún más la decisión firmaste ante testigos y ¿qué testigos?, un documento que certifica tu matrimonio. La vida se basa en tomar decisiones; tan es así que para que fueras concebida/o, dos personas, en un espacio en el tiempo y en un lugar en particular tomaron una decisión y de esa decisión surgió tu vida. La capacidad que desarrollas para la toma de decisiones crea una gran diferencia en los resultados de tu vida diaria y sus efectos pueden ser inmediatos, a corto o a largo plazo o para el resto de tu existencia. Lo que decidas te puede llevar a vivir en guerra o paz, en alegría o tristeza, en éxito o fracaso, en compañía o soledad, en gozo o sufrimiento, en mentira o en verdad, te puede llevar a vivir o morir. Es entonces vital que reconozcas que el sólo considerar la posibilidad de comenzar a estudiar Derecho te lleva a iniciar un proceso de decisión. En este proceso debes: 1) evaluar las razones que te motivan a estudiar Derecho 2) reconocer si posees la capacidad, actitud y aptitud para comenzar estudios en Derecho 3) el impacto que le genera a cada miembro (no dejes de integrar ninguno) de tu núcleo familiar el que estudies Derecho: en este punto debes evaluar con detalle varios factores, por ejemplo, las restricciones que les traería en tiempo, economía, relación, la integración de nuevas personas a sus vidas tanto para ti como para ellos. Es importante que demuestres con acciones el lugar que ocupa tu familia y el lugar que ocupan estas nuevas personas (compañeros de clase, profesores, personal institucional). Estas nuevas personas nunca deben, ni en apariencia, ocupar el lugar que le corresponde a los miembros del núcleo familiar; aún cuando pases la mayor parte del tiempo con estas nuevas personas, recuerda que esto es temporero. Debes aclarar el aparente desorden de prioridades y discutir los nuevos cambios que se generan en torno a esta decisión. Es probable que iniciar estudios en Derecho, conlleve una mudanza. En caso de cambios drásticos es muy importante dar lugar a que cada miembro exprese su sentir y permitir que se manifiesten sus emociones. Evalúa las ventajas y desventajas inmediatas y futuras que aporta a la familia tu decisión de estudiar Derecho. Procura que cada miembro de la familia se integre a la nueva convivencia de entrar al mundo del Derecho a través de actividades académicas, cocurriculares, sociales, profesionales e institucionales. A medida que surja la necesidad de ajustar o cambiar algún aspecto en tu estilo de vida debes discutirlo con tu núcleo familiar. Por ejemplo el cambio de vestimenta, del vocabulario, en la inversión del dinero de la familia, llegar tarde al hogar, compartir muy a menudo con algún/as/os compañeras/os en particular. Genera proyectos a largo plazo que integren a la familia y la nueva profesión. En el compartir diario con tu familia integra conceptos básicos de Derecho según los vayas adquiriendo en los cursos, comparte tus experiencias en la Facultad de Derecho, de esta manera los integras en tu nueva vivencia de estudios y mantienes una comunicación adecuada. Identifica el momento adecuado para comenzar a estudiar Derecho, quiénes de los integrantes de tu familia extendida (madre, padre, tía, tío, hermana/o, prima/o, entre otros) pueden servirte de apoyo para lograr tu meta de estudio; ya sea en el asunto económico, emocional, con el cuido o transporte de tus niñas/os, entre otros. Si trabajas, ausculta la disposición de la empresa que representas para brindarte apoyo en cuanto a ajuste de horario de trabajo, ascensos, ayuda económica, becas, entre otros. Equípate con instrumentos tecnológicos (computadora, celular, “Ipod”, grabadora) necesarios para facilitar los estudios en Derecho. ¿Es entonces estudiar derecho la muerte?, ¿Que según prometiste era lo único que te separaría de esa esposa/o y de ese compromiso que se llama matrimonio que a su vez dio lugar a las hijas/os? ¿La muerte a qué?, “la muerte de pensar en otros y ahora pensar en mi”, “la muerte de vivir los sueños de otros y así cumplir los propios”, “la muerte de sentirme inútil al limitar mis conocimientos y entonces poder adquirir conocimientos y capacidad para ayudar a los demás”, “la muerte a la pobreza e invitar la riqueza”, “la muerte a lo rutinario’, la muerte ¿A qué? Debe ser la muerte a un obstáculo que te impida ser un mejor ser humano para tu bienestar personal, el de tu familia inmediata, extendida, el de tus amigos y el de la sociedad en la que vives. En particular debe ser la muerte a tomar decisiones a la ligera y comenzar a tomar decisiones considerando todas las personas importantes en tu vida y todos los factores que te pueden llevar a lograr tu meta con galardones. Es entonces entrar en el proceso en el que un día estuviste para decidir ser esposa/o, madre o padre. Al entrar en este proceso debes recordar que con anticipación te comprometiste a cumplir unos acuerdos y ser responsable de unas tareas que tan sólo la muerte puede invalidar como es el hecho de ser madre o padre. Es por esto que antes de decidir estudiar Derecho debes integrar a tu familia dialogando, conversando, comunicando y expresando tu anhelo de comenzar estudios en derecho. “Ah!, es que yo ya lo decidí y estoy estudiando sin haber consultado”, pues te comunico que si aún ese pacto no se ha revocado y tu compromiso y responsabilidad ante esas personas que componen tu núcleo familiar continúa latente, estás a tiempo. Si entonces tu situación es que no tienes herramientas de comunicación para comenzar el proceso, te invito a que visites algún profesional de ayuda y logres identificar aquellos instrumentos que existen en ti para lograr una comunicación efectiva con aquellos que forman parte de tu núcleo familiar. Sin el apoyo y la integración adecuada de cada uno de ellos, la travesía en este barco tendrá demasiadas tempestades y serán muchos los que quieran abandonarlo. Acepta que tu familia debe ser parte de la tripulación de esta travesía, para que llegues al lugar destinado a salvo, sin heridas y con éxito. Por: Yaira E. González Toro, M.Ed., C.P.L. Orientadora Académica y Vocacional de la FDEMH 6/11/07
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