Malentendidos y simbolismo en la poesía de Nicolás Guillén y cómo

Malentendidos y simbolismo en la poesía de Nicolás Guillén
y cómo cuestionan su influencia en el Movimiento de la Negritud
Steve Peraza (’06)
Entre los años 1935-50, los pensadores
críticos de la herencia africana definieron su
conciencia negra e identidad social por medio del
Movimiento de la Negritud. Con la dirección de
Aimé Césaire, un escritor de Martinica, el
Movimiento de la Negritud se desarrolló como
una exaltación de la herencia africana en 1947,
luchando contra las imágenes de una raza negra
como inferior y asociada con la esclavitud e
ignorancia. Césaire, con la ayuda de otros
escritores como Leopold Senghor de Senegal y
Nicolás Guillén de Cuba, crió un movimiento
literario dedicado a celebrar la rica cultura
africana sin los estigmas occidentales que se
habían desarrollado en el mundo imperial. Las
metas del movimiento consisten en distinguir la
cultura africana y la condición de los Negros en
el mundo nuevo y en establecer una libertad
mental y política que no existió en la historia
perjudicada de los Negros en el nuevo mundo.
Senghor explica los desafíos de obtener los
métodos y objetivos del movimiento,
“...Negritude
even
when
defined as ‘all cultural values
of black Africa,’ could only
provide us with the beginnings
of a solution to our problem,
not the solution itself.”
Sin embargo, la meta del movimiento presentó
“all aspects of Black African
cultural, social, economic, and
political values and as such the
value and dignity of Black
African traditions and her
peoples” (Smith 581).
El Movimiento de la Negritud llegó a
Cuba antes de Martinica y Senegal. De hecho,
Nicolás Cristóbal Guillén, un Afrocubano nacido
en la provincia de Camaguey en 1902, escribió
su antología Sóngoro Cosongo en 1931, un libro
que introdujo con claridad los ritmos y las
palabras africanas a la poesía cubana (esta
antología está precedida solamente por Motivos
de son, escrito por Guillén en 1930). Su poesía
reflejó
“the persistent and primitive
rhythms... [of Africa] with its
popular phonetics, folkloric
resonances, and adaptations of
motifs from popular songs and
dances” (Smith 393).
Usando jitanjáfora,
“an
extra-semantic
phenomenon that relies heavily
for meaning on context and on
onomatopoeic association,”
Guillén propuso el orgullo en la cultura africana
por la lingüística y los sonidos de las lenguas
africanas (Smith 393). Antes de las
contribuciones de los escritores del Movimiento
de la Negritud,
“Africa had always been
perceived to lie on the
periphery of Europe, which
was the center from which all
visions of culture were
projected,...and
came
to
occupy that ideal space as a
continent in which man lived
in a state of nature,
unencumbered
by
the
processes of rational thought”
(Williams 18).
Sin embargo, Guillén desafió a la gente del
nuevo mundo, específicamente Cuba, a dirigir la
cultura africana con una nueva lente crítica que
promovió la riqueza de la tradición y el
simbolismo en la cultura negra. Con sus poesías,
Guillén entró en una nueva categoría de poeta
que aceptó su mezcla de identidad racial y
expresó su orgullo en la cultura híbrida que
practicaba. En Sóngoro cosongo, su segunda
publicación, él usó su voz política para combatir
las fuerzas de
“racial
disharmony,
imperialistic intervention, and
the
socioeconomic
impoverishment of oppressed
[B]lacks” (Smith 393).
Al celebrar la iconografía de la cultura africana,
Guillén se convirtió en un pionero del
Movimiento de la Negritud y la representación
de ideas revolucionarias entre la gente negra.
Su celebración de la iconografía, sin
embargo, no existe sin cierta incertidumbre.
Guillén propuso el orgullo africano y ayudó a
fomentar el Movimiento de la Negritud, que
nació para crear una identidad positiva para los
Negros. Sin embargo, en algunos de sus poesías,
el simbolismo usado para introducir temas
africanos no tiene el significado consistente con
las tradiciones africanas. Específicamente, su
poema "Sensemayá" (Canto Para Matar a Una
Culebra), publicado en su antología West Indies,
Ltd. de 1934 (el poema fue escrito el 6 de enero,
1932), demostró un ejemplo polémico en que
Guillén presenta temas y símbolos africanos sin
los significados justificados por la cultura
africana. Es decir, el poeta apropió un
significado occidental para representar una
culebra, un símbolo de poder, regeneración e
instintos maternos en la herencia africana. Su
decisión – o equivocación -- a dar la culebra una
connotación negativa amenaza no solamente la
cultura africana, que quedará mal representada,
sino el Movimiento de la Negritud también, que
dependió de la auténtica manifestación de su
herencia. Su uso de la culebra añadió una
interpretación occidental al símbolo africano,
una decisión que complica la búsqueda de una
identidad nacional – una identidad sin la
influencia de la asimilación.
"Sensemayá" representa un “canto para
matar a una culebra” – su subtítulo – y gana su
fuerza en el ritmo del poema y la lengua usada,
idiomas recordados de la cultura africana –
“an attempt to reproduce the
total spirit of a popular Cuban
processional dance and song
rooted in the ancient history of
Cuba” (Smart 57).
Si los lectores buscan definiciones
literales en “Sensemayá,” encontrarán un poema
aconsejando contra la culebra artera que mata
con su mordida y asfixia con su cuerpo. Típico
de la tradición occidental, la culebra representa
la maldad y debe de morir por “un golpe con el
hacha” – “¡dale ya!” La jitantáfora en el poema,
marcado por los refranes repetidos de palabras
sin definiciones claras, como “Mayombe-bombemayombe” y "Sensemayá," logra añadir al ritmo
del poema y un sentido de suspenso – un
conjunto de confianza y de miedo. La
onomatopeya en el poema ayuda a expresar estos
sentidos contradictorios: “Mayombe-bombemayombe” suena como un canto de pavor, pero
victorioso, y “Sensemayá” tiene los “s’s” que
imitan el sonido de una serpiente, pero también
la “–mayá” suena como alguien gritando ¡va para
ya! La serpiente en este poema no puede
sobrevivir; ha recibido la canción de la muerte.
Literariamente, “Sensemayá” no tiene más
significado que la muerte de un animal dudoso y
venenoso.
Limitar el significado del poema a su
mensaje literal sería una gran equivocación.
Como dijo Keith Ellis en su libro Cuba’s Nicolás
Guillén: Poetry and Ideology,
“an insistently developed
image acquires the status of a
symbol” (Ellis 84).
La
serpiente
en
“Sensemayá”
representa más que un animal negativo que
puede hacerle daño a una persona. Se desarrolla
para tener “ojos de vidrio” y “se enreda en un
palo.” Guillén afirma también que la culebra
“camina sin patas” y “se esconde en la yerba,”
continuando su descripción de un animal
malísimo y el proceso necesario para matarlo.
Según Keith Ellis, la culebra representa el
concepto del imperialismo. Por ejemplo, sus
“ojos de vidrio” significan las identidades
extranjeras que interrumpieron el nacionalismo
de Cuba, que fue una colonia de España. La
culebra que “camina sin patas” y “se esconde en
la yerba” es engañosa y dudosa – como el
imperialismo. También, la culebra que “viene y
se enreda en un palo” refleja la propensión del
imperialismo a quitar la tierra de una gente
marginada. En total, la culebra es una intrusa
sobreviviente y peligrosa que debe de morir a las
manos de la gente. El imperialismo ganó este
símbolo por sus tendencias opresivas que se
extiende su veneno de desigualdad entre los
ciudadanos de un estado ocupado. El poema
extiende su significado al representar una lucha
social en que
“the snake in ‘Sensemayá’ is a
symbol of imperialism, and the
poem an allegory of the need
for, and means of, definitive
liberation” (Ellis 85).
Que Guillén le asocia la culebra con el
imperialismo y propone una solución para
destruir sus fuerzas malignas es valiente.
Peraza 1
Desarrolló una alegoría política que desafió las
tradiciones occidentales y europeas que suponen
que la cultura africana es primitiva e ignorante y
necesita la civilización. También, Guillén
introduce el sonido y el ritmo de África con un
proceso que lucha contra el poder internacional
de las naciones imperialistas que colonizaron el
mundo. Al hacer esto, se coloca en el centro de
un movimiento dedicado al reconocimiento de la
cultura africana, el establecimiento del orgullo
racial de los Negros, y la revelación de una rica
historia africana. Guillén, sin embargo, le dio al
símbolo de la culebra una connotación negativa
que no corresponde a los significados antiguos
de la serpiente en África. Al cambiar el
significado y la connotación del símbolo, se
justifica cuestionar si su poema “Sensemayá” fue
una manifestación de la cultura africana o un
ejemplo de las fuerzas híbridas en Cuba que
criaron una cultura mezclada con tradiciones
indígenas, africanas y españolas, pero distinto a
Cuba. Si la misión de Guillén fuera más un
establecimiento de la cultura afrocubana que una
manifestación de la cultura africana, su
contribución al Movimiento de la Negritud no
reflejaría la meta central del movimiento que
buscó una identidad africana auténtica. En vez de
ayudar, es posible considerar que Guillén
tergiversara el movimiento y que ahora se
asociara con un movimiento cultural que no era
su intención de representar.
La serpiente durante la historia del
mundo siempre ha tenido muchos significados,
buenos y malos. En la cultura occidental, que
tiene una base en la fe cristiana, la culebra tiene
una connotación negativa – una representación
que viene del cuento de Adán y Eva en la Biblia
en que la culebra les convenció a las dos
personas a comer del árbol de conocimiento y
desobedecer la palabra de Dios. En conjunto con
esta asociación, la culebra en “Sensemayá” tiene
una representación justificada como dudosa y
opresiva y funciona con la alegoría que Guillén
desarrolló. En la India, sin embargo, la culebra es
asociada con el agua, como un guardián del mar,
inmortal, y con el poder de dar la vida. La
cultura
africana
sigue
esta
tradición,
representando a la serpiente como un dios del
agua. El símbolo de la serpiente también es
adorado por su ambivalencia – una característica
de doble personalidad, constructiva y destructiva.
En otras palabras, la serpiente tiene una
connotación positiva porque representa la
regeneración y la consistencia de la vida, un
concepto nunca mencionado en los versos de
“Sensemayá.” La estima que demostró Chinua
Achebe, un escritor africano, en su libro The
Anthills of the Savanna cuando describe EkeIdemili,
“the royal python, messenger
of the Daughter of God – the
very one who carries not a
drop of venom in its mouth
and yet is held in greater awe
than the deadliest serpent,”
nunca se manifiesta en los versos de Guillén en
este poema (Achebe 96). Cabe preguntarse por
qué un poeta tan inmerso en las raíces culturales
de África optó por un significado occidental y
cristiano para este símbolo.
En mi opinión, la razón para su decisión
no fue una equivocación ni una mala
representación de la herencia africana, sino una
cuestión
“concerning the extent to
which the dominant Hispanic
culture became Africanised as
opposed to the African culture
becoming Hispanicised” (Naro
100).
El gobierno cubano no fue controlado
por la gente con raíces africanas: el gobierno era
español. Por lo tanto, las tradiciones, las
costumbres, las religiones, y la lengua de España
eran manifestaciones de la cultura oficial de
Cuba. Guillén, como ciudadano de Cuba, ha
interiorizado la cultura cubano-española. Pero
Guillén también tenía una comprensión de su
identidad afrocubana y la evidencia en el color
de su piel. Él podía sentir las tensiones raciales
en Cuba donde
“one third of the population
was estimated to be firstgeneration African slaves
incarcerated on plantations and
the island was run by Spanish
peninsulares” (Naro 101).
En su experiencia, él debería haber tenido una
revelación en que sentía la necesidad de celebrar
su cultura afrocubana sin adoptar la cultura
africana entera: la presencia cultural de España
no le dejaría a Guillén a elegir una cultura por la
otra. En esta luz, su identificación de ritmos y
símbolos de la cultura afrocubana sería suficiente
para una celebración del Negro en su vida.
Apropiarse de los significados africanos para
Peraza 2
estos símbolos habría representado un cambio
cultural que le habría enajenado a Guillén de su
lengua y de su cultura. Él estaba buscando la
cultura híbrida que se tira de un papel donde está
escrito “Sensemayá.”
Muchos expertos aconsejan contra los
malentendidos de una identidad racial. En The
Wretched of the Earth un libro que analiza la
condición de la gente colonizada, Franz Fanon
explica que
“The historical necessity in
which the men of African
culture find themselves to
racialize their claims and to
speak more of African culture
than of national culture will
tend to lead them up a blind
alley” (Fanon 214).
Guillén tenía la virtud de celebrar los elementos
africanos de su cultura sin cambiar la cultura
nacional desde algo cubano a algo Negro. Sus
motivos políticos eran dedicados a establecer una
identidad nacional cubano que tenía una mezcla
de culturas, la cultura Africana incluida. En este
sentido, caracterizar a Guillén como un pionero
del Movimiento de la Negritud no es totalmente
correcto. Guillén de verdad le dio a su gente
Negra un motivo para celebrar y sumergirse en
su herencia africana, pero lo hizo para combatir
la desigualdad entre las razas en Cuba y el
mundo, no solamente para identificarse con las
luchas de la gente Negra. Por usar los ritmos y
símbolos africanos con significados occidentales
a para cuestionar las fuerzas del imperialismo y
el racismo en el mundo, Guillén propuso un
canto para matar a una culebra política.
Entendió, además, que los ciudadanos del mundo
serían los ganadores de la lucha contra la
desigualdad, que una gente de razas mezcladas
superaría la ignorancia y la maldad que separan a
la gente de diferentes razas y colores. A pesar de
sus conexiones con el Movimiento de la
Negritud, los lectores de la poesía de Guillén,
específicamente “Sensemayá,” no deben limitar
sus influencias culturales, sociales, y políticos
para asociarlos con un movimiento. En vez de
esta clasificación pobre, los críticos deben
conocer sus escritos como si fueran de un profeta
que prometió la unificación de una gente cuando
se celebren todos los elementos de sus
identidades raciales.
Prepared for Prof. Steven F. White
In Spanish 289
Peraza 3
Bibliografía
Achebe, Chinua. Anthills of the Savanna. New
York: Anchor Press, 1988.
Ellis, Keith. Cuba’s Nicolás Guillén: Poetry and
Ideology. Canada: University of Toronto Press,
1983.
Fanon, Frantz. The Wretched of the Earth. New
York: Grove Press, 1963.
Naro, Nancy P., ed. Blacks, Coloureds and
National Identity in Nineteenth-Century Latin
America. London: Institute of Latin American
Studies, 2003.
Smart, Ian I. Nicolás Guillén: Popular Poet of the
Caribbean. United States: University of Missouri
Press, 1990.
Smith, Verity. Encyclopedia of Latin American
Literature. London: F.D., 1997.
Williams, Lorna V. Self and Society in the
Poetry of Nicolás Guillén. Baltimore: The John
Hopkins University Press, 1982.
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